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La leyenda del Rey Arturo

De entre todas las antiguas historias medievales que todos


conocemos, hay una que cuenta que no hubo rey más justo
ni más bueno que Arturo, hijo de Uther, rey de Gran Bretaña,
ni caballeros con más altos ideales y honrados de corazón
que aquéllos que lo acompañaron en la Tabla Redonda. Su
historia comenzó en una época de magia, de encantamientos
y hechizos. Tiempos de guerra y rituales.

Comienza la Historia de Arturo

Uther Pendragón deseaba perdidamente a Ingraine, la esposa de su mayor enemigo, Gorlois, duque de Cornualles, y
para conseguirla cayó en la más indigna de las tretas: logró de Merlín un encantamiento tal, que cuando la duquesa
lo vio la confundió con su propio esposo. Aquella misma noche, Uther e Ingraine yacieron juntos, y de aquel
encuentro se engendró el que sería el alma más pura y noble que conocieran aquellas tierras.

Pero aquel trato indigno con el mago no sería gratis, pues el fruto de aquella noche habría de ser entregado al propio
mago. Así, Arturo fue tomado por Merlín, quien lo entregó a Sir Héctor para que lo criara en la sabiduría y la lealtad.

Las continuas guerras entre Uther y Gorlois no tuvieron fin, y aquel encuentro con el que pretendían supuestamente
sellar la paz, no sirvió sino para aumentar las viejas rivalidades. Gran Bretaña, tras la muerte de Uther, teniendo
Arturo sólo dos años, cayó en decadencia. La crueldad, la tiranía, la pobreza y la injusticia se apoderaron del país. Y
así, pasaron los años, hasta que el propio Merlín predijo que sólo un milagro revelaría el nombre del que habría de
ser nuevo rey.

Excalibur, una espada para un rey noble

Y ese milagro ocurrió. Un día, no se sabe cómo, en el cementerio del reino apareció una espada clavada en una roca.
Rezaba en la piedra:

«Quien pueda desencajarme de esta piedra será rey de Gran Bretaña«

Muchos fueron los nobles que lo intentaron, pero todos sin éxito. Sólo esa alma noble que
habría de levantar a Gran Bretaña podría sacar aquella espada mágica. Celebrándose un torneo
en el reino, el hermanastro de Arturo requirió de una espada. Presto, Arturo corrió a buscarle
una. Pendragón se acercó hacia la piedra, y sin esfuerzo, tomándola del mango, deslizó la hoja
por la ranura de la roca hasta sacarla.

Se había cumplido la profecía. Arturo era el elegido. Aquella espada mágica había visto la pureza de su alma y se
ofreció a sus manos. Postrados, los presentes ofrecieron reverencia a su nuevo rey, Arturo, nombrado así por el
Obispo de Canterbury. Merlín se hizo inseparable del rey, adiestrándole y educándole en su reinado, pero un día
paseando por el bosque se encontró con Pellinore, padre de Percival, quien le retó a duelo. Gracias a Merlín, quien
usó sus artes mágicas, Arturo ganó el combate, pero la amada espada que había
sacado de la roca se partió en dos.

El desconsuelo hacía mella en el joven rey, hasta que a orillas de un lago, divisó en el
centro un brazo que emergía del fondo ofreciéndole una nueva espada: Excalibur. Las
brumas del bosque parecían envolverles, los sonidos se silenciaron, el viento pareció
parar y de entre la neblina del lago apareció una barcaza con una dama vestida de
blanco: era la Dama del Lago, quien lo condujo hasta la espada. Arturo la tomó de la
mano que se la ofrecía y leyó en ella, en un lado de la hoja la inscripción «tómame«, y
en la otra «arrójame lejos«.
El Rey Arturo se convierte en leyenda

Fue el comienzo de una bella historia. La de un rey que pacificó su reino e hizo justicia, ganándose el respeto de
quienes estaban bajo su reinado, pero al mismo tiempo, gobernando con templanza frente a sus enemigos. Y así, su
nombre resonó por toda Britania.

Ginebra y Lancelot

Por otra parte, llegaba la edad para encontrar quien la acompañara en su vida. Arturo se enamoró entonces de una
joven de nombre Ginebra, hija del Rey de Cameliard. Éste acogió la propuesta de matrimonio con entusiasmo, pero
Ginebra, aun cuando admiraba las dotes de su futuro marido y lo respetaba profundamente, no llegó a enamorarse
de él. Sus pensamientos y sus miradas iban dirigidos al principal caballero de Arturo, Lancelot, más la lealtad de
ambos le impedían estar juntos. Él le debía fidelidad a su rey; ella a su marido.

Lancelot, su caballero más fiel y más valiente; el más arrojado y el


mejor. Fue el más conocido de todos los caballeros que estaban
reunidos aquel día en que el cielo se abrió para reconocer a Arturo. Y
allí, en aquella mesa redonda, en aquel momento, se creó la Orden de
los Caballeros de la Tabla Redonda, quienes lucharían y entregarían su
vida por la libertad y la justicia.

Serían años de paz y de tranquilidad en el reino, hasta que Merlín


anunció la necesidad de buscar el Santo Grial, el cáliz perdido con la
Sangre de Cristo. Fue el principio del fin de la Orden y por ende, del
reino. Cada caballero partió en busca del Tesoro. Sir Gallahad, hijo de
Sir Lancelot; Sir Percival; Sir Bors… Disuelta la Orden, y alejado los
Caballeros, el reino quedó a merced de los envidiosos, y entre ellos, Sir
Mordred y Argavine.

Complot contra Arturo

El complot se fue forjando tras las murallas de Camelot. Sir Mordred y Agravine acusaron a Lancelot de querer
quedarse con el reino de Arturo y con su mujer Ginebra, aprovechando que ésta había entrado en los aposentos del
fiel caballero, a los que encerraron. Sir Lancelot se defendió dando muerte a 13 caballeros que quisieron apresarlo
injustamente, pero hubo de renunciar a Camelot y marcharse tras dar muerte a dos hermanos de Sir Gawain, otro
de los más nobles caballeros de la Mesa Redonda. Éste salió tras los pasos de Lancelot, haciéndose acompañar por el
propio rey Arturo, quien dejó el reino en las manos de Mordred.

Cuando descubrieron la artimaña, era tarde. Mordred reclamó para sí el reino. El enfrentamiento estaba próximo,
pero una visión le dijo que no debía atacar sin la ayuda de Lancelot. Arturo intentó alargar el combate, pero cuando
parecía que sellaban la paz, un caballero levantó la espada para matar una serpiente que le atacaba. Fue la señal
desdichada, como si el destino se hubiera conjurado contra quien al final de su vida no había sabido controlar a sus
propios caballeros.

La lucha comenzó; fratricida, violenta; sangre por doquier; horror y muerte. Fueron cientos, miles los que murieron
en aquella batalla, hasta que Mordred y Arturo quedaron finalmente frente a frente. Arturo se abalanzó con su fiel
Excalibur alzada contra Mordred y, con un rápido mandoble, lo atravesó dándole muerte, mas, para su desgracia,
cayó sobre la espada de Mordred, mortalmente herido.

Se le iba la vida, y recordó aquel mensaje que ocultaba la espada en su hoja: «arrójame lejos«. Pidió ayuda para
acercarse al lago donde un buen día recogiera a Excalibur, y reuniendo sus últimas fuerzas la lanzó al centro. Del lago
emergió una mano mágica que recogió la espada, y lentamente, se sumergió para siempre en el fondo. Los
presentes asistieron entonces asombrados a los hechos que se sucedieron: de entre la niebla volvió a surgir una
barcaza, esta vez con tres damas vestidas de negro, quien recogieron al rey Arturo y se lo llevaron aguas adentro.
El pesar se apoderó de sus soldados. Las lágrimas y el llanto los acompañó largo tiempo; las tinieblas cayeron sobre
un reino ejemplo de justicia y durante muchos años la anarquía reinó en Britania.

Días después, alguien vio a tres damas vestidas de negro enterrar a un noble caballero junto a una ermita en un
bosque. El rumor se propagó, y se dijo que aquél era el cuerpo de Arturo. Cuando poco después, Ginebra, presa de la
tristeza murió, la enterraron en aquel mismo lugar, para que por siempre durmieran juntos.

Jamás antes se habían juntado un rey tan bueno ni caballeros con tan nobles ideales… Jamás antes, Gran Bretaña
vivió de una paz más justa.

Pero eso, eso no es más que lo que cuenta la leyenda…


LA MISTERIOSA VIDA DEL REY ARTURO (Breve biografía)
La vida del rey Arturo fue siempre todo un misterio, si existió alguna vez o solo es un mito de la mitología o bien de
la literatura franco-inglesa pre-medieval es simplemente algo que hemos intentado indagar un poco.
Queremos descubrir algo más de esta figura tan mítica que ha
contado con tantos libros y tantas películas sobre su propia
vida.
Arturo nace en la bella y brumosa Inglaterra, exactamente en la
zona de Cornualles, después de la caída del Imperio Romano.
Estudiosos de su vida relata que no solo fue una invención
literal si no que existió realmente entre los siglos VI y IX.
Según nos cuenta su leyenda, Arturo fue hijo natural del rey
Uther Pendragon de origen normando y de la reina Gorlois de
Cornualles, de origen celta.
Al poco de nacer su madre muere y queda en manos de su padre natural, siendo odiado y despreciado por la familia
del duque de Cornualles, enemigo y esposo de la reina Gorlois.
Su hermanastra, Morgana, una niña de siete años, fue enviada a la tierra natal de su madre por orden del nuevo
duque, sucesor de su padre el fallecido duque de Cornualles. Morgana se criaría con sus tías- cuatro- hermanas de su
madre en la tierra de Avalon.
Cuenta la leyenda que fue el mago Merlín quien se lo llevó de Cornualles a un destino misterioso para poderle
enseñar y adiestrar en diferentes estudios y artes caballerescas.
MERLÍN. Para la literatura y para la filmografía, Merlín fue un mago celta que habitaba en la zona cercana de
Cornualles.
Sabemos que era de origen incierto; tanto la zona celta de Francia como la verde Irlanda, se disputan el lugar de
nacimiento de este personaje.
Siendo un conocido mago al servicio del bando normando, podría haber nacido en la Galia celta de Normandía o de
Bretaña (Francia.
El nombre de Merlín (hoy también apellido) viene de Francia, en donde se encuentra personas con este mismo
apellido y que en normando significa “Halcón”. Por eso, concluimos que Merlín podría ser de origen francés.
Según leyendas francesas, Merlín fue hijo de Charis y que vivían en la Galia occidental, cerca del mar. Francia recala
que Merlín nació en un poblado galo de ancestros celtas. Se educó desde la niñez junto a varios druidas que le
enseñaron todo sobre la magia y pócimas con hierbas medicinales.
Una vez ya mayor, buscó fortuna entre los duques y condes franceses de la zona occidental del país vecino, hasta
llegar a trabajar para el padre natural del rey Arturo, con cierta edad avanzada.
LA VIDA DE ARTURO
Tan pronto como Arturo creció un poco (a los cuatros años de edad) y viendo que era requerido por otros reyes y
nobles, Merlín decidió entregarlo a un joven caballero inglés, Sir Héctor, el cual ya tenía hijos. Arturo conoció
entonces los juegos infantiles de la mano de sus nuevos hermanos. Se crió y se educó como un noble inglés de
aldea.
Cuando Arturo llegó a los dieciséis años de edad, su padre le llevó junto a sus hermanos a Londres para ver por sus
propios ojos, una lucha entre caballeros. Aquello le dio un cambio a su vida de 180 grados y el joven Arturo pidió a su
padre ser algún día caballero. Su padre tan pronto como pudo, le introdujo como escudero de un amigo suyo. En uno
de esos encuentros de caballeros en tierras inglesas, Arturo recibió una motivación única, sacar de un yunque una
espada que llevaba años allí y que nadie lograba sacar. Se animó a presentarse y logró liberar la espada de su prisión
alzándose con la misma delante de todos aquellos caballeros y nobles que presenciaba aquel momento. El arma en
cuestión tenía una leyenda tras sí, “Quien pudiera sacar del yunque la espada lograba hacerse con el trono de
Inglaterra” y así ocurrió.
Arturo pudo ser coronado rey del reino de Camelot tras haber podido sacar de del yunque, la espada que su padre
antes de morir. Con la creación del nuevo reino, Arturo se reunió de los mejores caballeros y soldados. La búsqueda
del Santo Grial le hizo soñar toda su vida, per el cual luchará incluso con temidos dragones y animales mitológicos.
Creó un consejo con los mejores caballeros próximos a su persona, como Percival o Lancelot. El consejo se reunía
alrededor de la mesa o tabla redonda, la famosa mesa redonda en la que se dibujó sobre ella los puntos cardinales
junto a un gran mapa de su reino.
Algunos estudiosos apuntan que el dibujo de la mesa no era dibujado así, si no que contenía el dibujo de cada
espada de cada miembro de su consejo.
Poco tiempo después se dispuso a casar con Ginebra, una noble que vivía cerca al reino de Camelot. Antes de que
viajara la novia hasta el reino de Arturo, había mantenido amores con el caballero del rey, Lancelot. Ambos no
sabían que la doncella Ginebra se debía casar con Arturo, la noticia llegó a los amantes poco tiempo después de
corresponder a su amor. Lancelot fue el encargado de llevar hasta Camelot a la novia a disgusto de ambos.
Guardaron el secreto incluso después de los esponsales.
Arturo, muy enamorado de su esposa, la correspondería con muchos regalos y apremios. A escondidas y después de
un tiempo relativo de consumarse los esponsales, los enamorados Lancelot y Ginebra volvieron a encontrarse en
secreto. Ya por entonces, su hermanastra, la famosa Morgana había engañado con sortilegios al rey, acostándose en
la habitación del rey y haciéndose pasar por Ginebra.
Al poco tiempo, Morgana quedaría en cinta, dando a luz al único hijo del rey Arturo, Mordred. Morgana se llevó con
ella al niño y lo crió lejos de su padre. Encerrado en un castillo en un bosque secreto, Mordred aprende junto a su
madre pociones y magias. Morgana desea que su hijo sea quien mate a su hermano y se corone nuevo rey de
Camelot.
Cuando el rey fue informado de los encuentros de su esposa con Lancelot, montó en cólera, los ajustició y se dedicó
a perseguir a los enamorados cuando huyeron del castigo. Por entonces, Mordred, que gracias a la magia se hizo un
adolescente mucho tiempo antes de lo normal, se apoderaría del trono de su padre. Cuando Arturo regreso, se
encontró a Mordred con el que se enfrentó para conseguir el trono en la batalla de Camlann. Mordred y Arturo se
enfrentaron a muerte, consiguiendo Arturo matar a su propio hijo. Pero este le dejaría mortalmente herido. Poco
tiempo después y solo, Arturo morirá. Su hermanastra Morgana se encargaría de los cuerpos de ambos.
Cuentan que fue Morgana quien ordenó que el cuerpo de Arturo fuera trasladado en barca por las orillas de Avalon y
que Merlín lo recogiera al otro lado de la orilla. Otros que su barca fue enviado desde Cornualles en mar y que al
otro lado del canal de San Jorge donde se encuentra Irlanda, lo recogiera Merlín, lugar donde apuntan, pudiera estar
enterrado.
Otros estudiosos apuntan que fue Morgana que ordenó enterrar el cuerpo de Arturo junto a una ermita en un
bosque muy frondoso, lugar donde nadie pudiera encontrarlo. Este bosque pudiera encontrarse en el condado de
Herefordshire, no muy lejos de Gales. Otros que el lugar se encuentra en Glastonbury, en Somerset, al sur de Bristol.
También apuntan que junto a Arturo se enterró a Ginebra que moriría antes que Lancelot, puesto que este se
encargaría de enterrarla junto a su marido.
La leyenda celta del rey Arturo ha traspasado fronteras e incluso las mentes de grandes y pequeños.
Ginebra y Lancelot

El rey Arturo encomendó a Lancelot su mejor caballero de la tabla redonda que trajera a Ginebra a Camelot para
casarse con ella, en el viaje ambos se enamoraron. En cuanto llegaron a Camelot, Arturo y Ginebra se casaron y
Ginebra se convirtió en el centro de la corte.

Allí Morgana se enemistó con ella por expulsar de la corte a Sir Guiomar su amante y sobrino.
Debido a este amor prohibido entre Lancelot y Ginebra que llego a oídos de los enemigos de Arturo la aprovecharon
para acusar a Ginebra de adulterio y a Lancelot de traición al reino.

Esto llevo a que Ginebra fuese condenada a la hoguera y Lancelot fue expulsado fue expulsado del reino, pero el
amor que Lancelot sentía por Ginebra le hizo querer salvar a la reina de la hoguera al intentar salvarla mató a dos
hijos del rey, lo que derivó a una guerra en la que murieron todos los caballeros de la mesa redonda a excepción de
Lancelot.

Ginebra recibió la noticia de la muerte del rey Arturo y de todos los caballeros de la mesa redonda cuando estaba
encerrada en la Torre de Londres donde voluntariamente se había encerrado para no caer en manos de Mordred.
Tras esto se dirigió a Amesbury donde había un convento en el que la reina ingreso y decidió vivir allí anónimamente
hasta que murió, por su parte Lancelot tras haber hablado con Ginebra por última vez en el convento abandono la
vida de caballero y se convirtió en un monje ermitaño.

Años más tarde Lancelot tuvo un sueño en el que se le aparecía un ángel que le dijo que debía de construir un fetreo
con ruedas, dirigirse a Amesbury donde encontraría muerta a la reina, así lo hizo recogió el cadáver de Ginebra y lo
enterró junto al del rey Arturo.

Una poesía relacionada con esta historia.

Allí, noche y día, teje


un mágico lienzo de alegres colores.
Ha oído un susurro advirtiéndole
que una maldición caerá sobre ella
si mira hacia Camelot.

Pero aun gozando en tejer


en su lienzo las visiones del mágico espejo,
-cuando a menudo en las noches silenciosas
un funeral, con velas, penachos
y música, se dirigía hacia Camelot;
o cuando la luna estaba en lo alto,
y llegaban dos amantes recién casados-
“Cansada estoy de las sombras”,
dijo la Dama de Shallot.

“Tirra lirra”, por el río


cantaba Sir Lancelot.

Ella dejó el lienzo, dejó el telar


y miró hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
El espejo se quebró de lado a lado;
“la maldición cae sobre mí”, gritó
la Dama de Shallot.
El canal de la Mancha (en inglés, English Channel, literalmente «Canal Inglés»; en francés, La Manche, «La
Manga») es el brazo de mar del océano Atlántico que lo comunica con el mar del Norte, al oeste de Europa, y
separa el noroeste de Francia de la isla de Gran Bretaña. El nombre español (también utilizado en portugués)
no es más que una mala traducción del francés, ya que La Manche significa realmente La Manga, puesto que el
estrecho tiene una ligera semblanza con la forma de la parte de la camisa dentro de la cual se mete el brazo.
El canal tiene una longitud de 560 km aproximadamente y su anchura varía entre 240 km y 33,3 km (en su parte
más estrecha en el estrecho de Dover o paso de Calais entre Dover y el cabo Gris-Nez). Es el más pequeño de
los mares superficiales de la plataforma continental de Europa y ocupa una superficie de 75 000 km
aproximadamente.
En el estrecho, cerca de las costas francesas, existen unas islas llamadas Islas del Canal, pertenecientes a
la Corona Británica. La isla de Ouessant marca el extremo occidental del canal. La península de
Cotentin destaca dentro del canal.

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