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1. Introducción
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Scheler, M., ETICA, Caparrós Editores, S.L., 2001, Madrid, Sección Sexta, Cap. 2, 2, p. 641.
Texto original: “so ist doch die “Geschichtlichkeit” ihrer Erfassung (und der Erkenntnis ihrer
Rangordnung und Vorzugsgesetze) ihnen selbst ebenso wesentlich wie die Geschichtlichkeit ihrer
Realisierung oder ihre Realisierung an einer möglichen “Geschichte”, Scheler, M., “DER FORMALISMUS IN
DER ETHIK UND DIE MATERIALE WERTETHIK”, Francke Verlag Bern und München, 1966, Zweiter Teil, VI,
B,2, Seite 485.
2
Scheler, M., Ibidem, Cap. 2, 2, p. 642.
Texto original: “mit jeder neuen Entwicklungsstufe auch neue und neue Werte und Vorzugsbeziehungen
sichtbar werden müssen. Im Falle dies aber nicht geschieht, ist eine Stagnation der “sittlichen Bildung”
zu verzeichnen.” Scheler, M., Ibidem, VI, B,2, Seite 486.
1
valor de la democracia es parcial, imperfecto y desprecia, en no pocas ocasiones,
valores más bajos pero de cumplimiento prioritario como es el respeto a la naturaleza.
Con todo, la continua referencia al término Democracia está a la orden del
día. Es común hablar en democracia real, democracia participativa o democracia
directa. Asimismo, no escatimamos el uso de adjetivos cuya raíz proviene del tan
alabado vocablo democracia. Oímos hablar, por ejemplo, de valores democráticos o
principios democráticos, cuya definición parece ser cumplir con la ley. ¿Es la
democracia el único valor social de obligado cumplimiento? La respuesta es
evidentemente, no. El individuo libre tiene ante sí una infinidad de realidades valiosas
que se imponen por su majestuosidad y le invitan a actualizarlas. En esta charla vamos a
acercarnos, teóricamente, a algunas de estas realidades.
2. Realidades valiosas
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modo que el Ser necesario. Es una certeza o verdad formal. Es, por tanto, una realidad
infinitamente valiosa que exige cumplimiento.
Cuando alguien es consciente de la enorme tarea que tiene por delante y
aúna esfuerzos para lograrla, el individuo es capaz de marcar nuevos y valiosos
senderos en la historia, aunque siempre de manera parcial e imperfecta. García Morente
ya lo advertía en su obra Ensayo sobre el Progreso.
3
Nicolai Hartmann, otro gran pensador y seguidor de la misma línea
fenomenológica, elaboró una tabla en base a lo que él denomina la fuerza de los
valores. Un valor más fuerte es condición necesaria pero no suficiente para realizar un
valor más débil. Según Hartmann, los valores más bajos en la escala son los más
fuertes y sociales. Por ello, requieren prioridad en su cumplimiento. Pero Hartmann
pensó siempre que la fuerza era la misma altura vertical de Scheler, sólo que en sentido
contrario. La valiosidad asciende en vez de descender.
En Estudios de Axiología, J.M.Méndez propone una tabla que combina
ambas dimensiones, la altura de Scheler y la fuerza de Hartmann. Como pueden
observar en el Anexo A, el eje horizontal indica la fuerza y el vertical, la altura. Por
tanto, la fuerza deja se ser vertical, como la supuso Hartmann, y pasa a ser horizontal.
De esta combinación de criterios, deriva Méndez tres leyes axiológicas.
La primera señala que los valores más fuertes son los más bajos y, los más altos
constituyen los más débiles.
La segunda ley completa la primera: los valores más bajos y fuertes son los más
sociales, se llevan a cabo en sociedad y, los valores más altos y débiles son los más
personales. Con respecto a esta segunda ley hay que tener claro que la sociedad es un
medio para realizar los valores, nunca un fin en sí mismo.
Por último, la tercera ley axiológica establece que los valores más bajos sólo
exigen un cumplimiento meramente externo y, los más altos exigen una adhesión
interior, es decir, un íntimo querer cumplir estos valores por parte de la persona.
Apoyados en la tabla propuesta por J.M.Méndez, así como en las tres
leyes axiológicas, vamos a comentar algunos de los valores de carácter
predominantemente social. Veremos que entre la Democracia y la Participación
ciudadana, mencionada en el título, hay un recorrido aún por descubrir.
4. El valor Democracia
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la autoridad es, por tanto, la materia que constituye el valor Democracia. Sólo un valor
superior puede romper el valor previo de la Igualdad entre los hombres.
5
nosotros mismos. Necesitamos la colaboración de los demás. La autoridad que hombres
iguales eligen tiene por cometido conducir a los miembros de la sociedad hacia fines
valiosos. Su incompetencia o negligencia, no obstante, puede ser considerada motivo
justificado para deponerla y sustituirla por otra autoridad más competente.
“El liberalismo considera conveniente que tan sólo sea ley aquello
que acepta la mayoría, pero no cree en la necesaria bondad de todo lo por
ella sancionado. Acepta la regla de la mayoría como un método de
decisión, pero no como una autoridad en orden a lo que la decisión debiera
ser. Para el demócrata doctrinario, el hecho de que la mayoría quiera algo
es razón suficiente para considerarlo bueno, pues, en su opinión, la
voluntad de la mayoría determina no sólo lo que es ley, sino lo que es buena
ley.” 6
6
Hayek F., Los Fundamentos de la Libertad, Unión Editorial, S.A., 2008, Madrid, Cap. VII, 1, p. 142.
6
los fines sobre los que se debe legislar. “Para determinar lo que queremos que acepten
los otros precisamos de un criterio distinto del de la común opinión de la mayoría.”7
El criterio para determinar los fines, lo encuentra Hayek en la doctrina del
liberalismo:
7
Hayek, F., Ibidem, Cap. VII, 1, p. 143.
8
Hayek,F., Ibidem, Cap. VII, 1, p.145.
7
elegido en un ser superior, nada menos que con autoridad para mandar a
los demás, y tampoco explica por qué éstos deban obedecerle en
conciencia, como se obedece un valor ético.” 9
5. El valor Suficiencia
9
Méndez, J.M., Curso Completo sobre Valores Humanos, PPU, S.A., 2006, Barcelona, Sesión 16, p. 271.
8
necesitamos. Aquí entramos en el ámbito de la economía, entendida como ciencia de los
medios, y sobre esta cuestión quisiera hacer, brevemente, algunas observaciones.
10
Méndez, J. M., Relaciones entre Economía y Ética, Confederación Española de Cajas de Ahorros,
1970, Madrid, p. 9. Méndez recoge estas palabras escritas por el premio nobel en Economía, Gunnar
Myrdal en la obra The Political Element in the Development of Economic Theory (Londres, 1955), 206 y
155. Reprint de la edición inglesa.
9
Años más tarde, el propio Gunnar Myrdal, premio Nobel de Economía en
el año 1974, se dio cuenta de la equivocación manifiesta en sus palabras y trató de
corregirlas en el Prólogo de la edición inglesa de la misma obra. Méndez también lo
refleja en el mismo capítulo de su libro:
11
Méndez, J.M., Ibidem, p. 10
12
Hayek, F.A., op.cit., Cap.1, 1, p. 34.
10
empresa no se vea perjudicada por intervencionismos o conductas antivaliosas. Ahora
bien, habría que matizar el concepto de libertad.
En Axiología diferenciamos la libertad positiva de la libertad negativa.
La primera se refiere al libre albedrío o la voluntad del individuo, la cual es libre de los
determinismos de la naturaleza causal. Los entes en la naturaleza obedecen al proceso
de causa y efecto. Hay una parte en el hombre -el aspecto material o cuerpo- que sigue
este mecanismo. Si me corto la mano, mi mano se desangrará. Pero, hay otro importante
aspecto en el ser humano que es su libre albedrio, su voluntad, por encima de este
proceso de causa y efecto. Se trata de la libertad positiva, el plus de determinación
respecto a la naturaleza, como diría Hartmann. La libertad positiva es la que orienta al
hombre en cuanto a los fines. Somos libres positivamente para responder a lo exigido
por los fines valiosos.
La libertad negativa, en cambio, consiste en el campo de posibilidades
disponibles para la consecución del fin libremente decidido por la voluntad. La libertad
en sentido negativo elige los medios adecuados para la realización del fin. Ambos
conceptos son objetos de continuos errores. En numerosas ocasiones, se nos cierra el
campo de alternativas para lograr el fin y nos encontramos desprovistos de libertad
negativa, pero nunca nos pueden privar del libre albedrío o libertad positiva.
El economista Hayek, nos proporciona un ejemplo my ilustrativo en su
obra Los Fundamentos de la Libertad.
13
Hayek, F.A., op.cit., Cap.1,1, p. 34.
14
Méndez, J.M., op.cit., Sesión 9, p. 156.
11
Nuestra libertad positiva o libre albedrío, por tanto, responde a lo exigido
por los valores, y nuestra libertad negativa elige entre los varios medios para la
consecución del fin o correspondiente valor. Para actuar en el ámbito económico, se
requiere un campo de alternativas en el que se pueda utilizar y racionalizar los medios
para lograr, de manera eficiente y eficaz, el fin ético o estético que la libertad positiva
propone a priori.
15
J.M.Méndez en el libro Curso Completo sobre Valores Humanos, nos proporciona unas ideas mínimas
pero cruciales sobre los factores que intervienen en la Economía. Este es el resumen:
“¿Por qué las diabólicas leyes de la oferta y la demanda hacen que un excepcional tenor, soltero, rico por
su casa y mala persona, gane veinte veces más que un cantante mediocre, sin más capital que su
trabajo, casado, con diez hijos y excelente persona? Por dos principios de libertad y dos hechos de la
naturaleza.
Principio de libertad para la oferta. Cualquiera que piense que puede ganarse la vida cantando Opera,
que lo haga, sin trabas ni impedimentos.
Principio de libertad para la demanda. Cualquiera que le guste la Opera, que gaste su dinero oyendo al
cantante que prefiera, sin trabas ni impedimentos.
Hecho de la naturaleza para la oferta. De 100 cantantes de Ópera, sólo 3 ó 4 son excepcionales. En
cambio, los mediocres abundan.
Hecho de la naturaleza para la demanda. De 100 oyentes, a 95 les gusta más el cantante excepcional
que el mediocre, y sólo 5 no distinguen entre uno y otro.
Si se respeta la naturaleza y la libertad de las personas – lo que en principio todos debieran aceptar -,
entonces los cuatro factores anteriores se encargan de que el cantante excepcional gane veinte veces
más que el mediocre.” Méndez, J.M:, Curso Completo sobre Valores Humanos, PPU, S.A., Barcelona,
2006.Anexo 29b, pág. 495.
12
Con todo, respetar los principios de la libre economía es lo correcto, si
queremos sociedades desarrolladas. Pero encumbrar las leyes de mercado al margen de
cualquier consideración ética, no contribuye a reducir las enormes desigualdades que
derivan precisamente del liberalismo económico. Hay que dar un paso adelante y
emprender lo que Méndez denomina redistribución axiológica.
¿En qué consiste la redistribución axiológica? Consiste en complementar
el reparto injusto de la riqueza producido por las leyes de mercado mediante una nueva
distribución, y atender así a las necesidades esenciales de los que no pueden acceder al
mercado de bienes. Se trata de responder a lo exigido por el valor Suficiencia que
estamos comentando. Asimismo al ser la Suficiencia un valor ético obligatorio, la
redistribución axiológica tiene también un carácter de obligatoriedad. La educación
básica y gratuita, por ejemplo, es una forma de redistribuir la riqueza. Actualmente es el
Estado quien proporciona este bien imprescindible. Pero la creatividad humana, a través
de asociaciones, instituciones o empresas, puede perfectamente sustituir o
complementar el papel del Estado cuya eficiencia es dudosa. En ocasiones, nefasta. La
responsabilidad social, como cumplimiento del valor Suficiencia es también un deber
ser para la iniciativa privada.
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sería la labor de un economista, pero se podrían atribuir los motivos de esta lacra del
desempleo a una cierta ausencia de consideraciones de carácter axiológico.
6. El valor Subsidiaridad
16
Méndez, J.M., op.cit., Sesión 29, p. 487.
14
Sigamos descubriendo nuevos valores. El siguiente en nuestra escala es el
valor Subsidiaridad, otro subvalor de la paz. La Subsidiaridad consiste en respetar los
vínculos sociales. La organización del tejido social debe tener en cuenta “la mayor o
menor proximidad de los vínculos entre personas.” Como todo valor ético, el valor
Subsidiaridad es también generalizable y universal. Su definición o contenido material
es: “que la sociedad superior no haga lo que puede hacer la inferior; que se ocupe sólo
de lo que la sociedad inferior no puede alcanzar por sí misma”.17
En efecto. Una vez aclarados los fines que dan sentido a la vida humana,
como son los valores éticos y estéticos, lo ideal es que la sociedad, a nivel mundial, se
articule de manera que todos podamos vivir la ética y, en un grado superior, la estética,
17
Méndez, J.M., op.cit., p.292.
18
Texto citado en el artículo “El Principio de subsidiaridad en la Iglesia. Breve historia, discusiones
recientes y campos de aplicación práctica” del Profesor Dr. Carlos Schickendantz de la Universidad
Católica de Córdoba, en la Revista Teología y vida, v. 42 n.3 Santiago, 2001.
15
sin obstáculos derivados de totalitarismos o intervencionismos estatales. A primera
vista, esto es una utopía. Pero, en realidad, se trata de un deber ser formalizable. Y si es
un debe ser, entonces puede ser. (Θa →∏a) 19. Otra cosa es que la ceguera axiológica o
el egoísmo del hombre no le permita alcanzar tan sublime ideal. El proceso de
unificación de Europa representa un paso importante en la dirección de la Subsidiaridad.
Hemos visto anteriormente las dos dimensiones que proyectan los valores,
la altura (A), según el mérito, y la fuerza (F) según la prioridad o sociabilidad de los
valores. Estas son las dos dimensiones altura-fuerza, según la tesis Scheler-Hartmann.
La Subsidiaridad proyecta todos los valores en una tercera dimensión geográfica y
demográfica (G), como podemos observar en el anexo 2. Esta tercera dimensión permite
que las sociedades más pequeñas tengan autonomía en la toma de decisiones, según la
fuerza, y las sociedades más amplias y mejor dotadas en materia de recursos, puedan
asumir la responsabilidad en los asuntos según la altura.
Aclaremos estos conceptos mediante ejemplos. En el ámbito estético y
religioso, la tendencia es hacia abajo, es decir, la proyección de estos valores en la
sociedad obedece a la prioridad de la persona y, por tanto, en un conflicto de
competencias, concede la primacía a organizaciones cuyos vínculos sociales son más
estrechos. El ejemplo más palmario es el de la familia. Si los padres quieren que sus
hijos se eduquen en el idioma oficial del país, en este caso el castellano, el estado no
debe poner obstáculos a ello.
Otro ejemplo lo tenemos en el deporte. Hay federaciones de cada deporte
a nivel mundial, nacional, regional, que desembocan en clubs locales. La ley de altura
proyectada en la dimensión geo-demográfica, como señala el anexo 2, indica que las
sociedades más pequeñas – familia, municipio, región - tienen autonomía y poder de
decisión” sobre las cuestiones más elementales. Esta es la idea que pone de manifiesto
la encíclica de Pio XI: en cuanto a la iniciativa se refiere, la prioridad la tiene los entes
inferiores frente al estado soberano, sobre todo en los ámbitos estético y religioso. No
19
Este es uno de los teoremas de la Lógica Modal en el que el símbolo Θ significa ser necesario o deber
ser y el símbolo ∏, representa la contingencia puede ser. El teorema se traduce por, Si a debe ser,
entonces a puede ser, pero no al revés.
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obstante, la idea de Pio XI cubre tan sólo una parte del valor Subsidiaridad. La segunda
mitad se refiere al estado independiente.
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autoridad suprema sobre los súbditos. Hacia el exterior, el Estado es independiente. No
permite la injerencia de otros Estados en los asuntos internos, aunque éste quebrante
sistemáticamente valores tan prioritarios, implícitos en el respeto a los derechos
humanos. Sin embargo, ambos calificativos, soberano e independiente, denotan una
ruptura de la continuidad, que requiere el valor Subsidiaridad, en la articulación de las
estructuras sociales, tanto a nivel económico como a nivel ético o estético.
El estatismo predominante en la actualidad, ha estado vigente durante
siglos. John Locke, filósofo empirista inglés, entre otros pensadores, ya realzaba, en el
siglo XVII, la concentración del poder en manos del Estado:
20
Locke J.,Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, Alianza Editorial, S.A., 2010, Madrid, Cap.12, p.153.
21
Como es sabido, esta separación de la política entre derecha e izquierda, tiene su origen en la
Asamblea Nacional Francesa de Septiembre de 1789. Durante un debate sobre el peso de la autoridad
real ante el poder de la asamblea popular, los diputados partidarios del veto real se reagruparon a la
derecha del presidente de la asamblea constituyente y, los opositores a este veto se reunieron a la
izquierda. Después de la Revolución Francesa, esta separación se instauró en la cultura política. En el
siglo XIX se extendió por toda Europa y, en 1830, se propagó por Sudamérica bajo la influencia de la
Revolución. Tanto la derecha como la izquierda representan sendos idearios políticos. La derecha
abandera el ala más conservador. La izquierda, a su vez, es defensora de los principios heredados de la
Revolución. Entre ambas corrientes se sitúa el centro.
18
No sólo detenta el Estado el poder supremo. En la actualidad, no pocos
países de Occidente se han desvinculado del valor Austeridad y han pasado a retener,
además, gran parte de los recursos económicos para mantener una aparatosa máquina
estatal. A la vista de todos está la deuda acumulada por estos Estados (se acerca y, en
ocasiones, sobrepasa el 100 % de la producción nacional).
En una sociedad en la que se vive el valor Subsidiaridad, los súbditos no
están solos ante el poder del Estado. Son, más bien, ciudadanos que participan en
distintas asociaciones, instituciones, empresas u organizaciones que, a su vez,
conforman el tejido social. Sin embargo, este es un ideal que está aún muy lejos de la
vida real actual.
22
Fichte, J.G., Discurso a la nación alemana (Reden an die deutsche Nation), Editorial Tecnos, S.A.,1988,
Madrid, p.75
19
“Ante todo una reflexión de sentido común”, escribe J.M.Méndez.
“Se estima en 5.000 las naciones que hay en el mundo. La cifra se basa en
las diferentes lenguas existentes. Y hay unos 200 estados reconocidos.
Pasemos pues a 5.000 estados soberanos” (…) “¿Es eso una ventaja para
la humanidad, algo que beneficie a todos los humanos?”23
23
Méndez, J.M., Curso Completo sobre Valores Humanos, PPU,S.A., 2006, Barcelona, Sesión 14, p.293.
24
Méndez, J.M., Curso Completo sobre Valores Humanos, PPU,S.A., 2006, Barcelona, Sesión 14, p.293.
20
un sentimiento de desprecio hacia lo ajeno. Esta actitud de desdén hacia lo lejano
evidencia la escasez de altura de miras necesaria para el desarrollo de una sociedad.
25
Hartmann, N., ETICA, Ediciones Encuentro S.A., 2011, Madrid, Cap. 55, e, p.527
Texto original: “Die Fernstenliebe sucht ein anderes Ausmaβ des Wirkens, ein Fortwirken, das überlebt.
Sie ist die Platonische “unsterbliche Tugend”. Hartmann, N.,ETHIK, Walter de Gruyter & Co., Berlin, 1962,
Kapitel 55, e, Seite 491.
26
Hartmann, N., Ibidem, Cap. 55, e, p.526
Texto original: (…) “die aber weiβ, daβ es das Kommende immer gibt, und daβ es die Versündigung des
Gleichgültigen an ihm gibt.” Hartmann, N., Ibidem, Kapitel 55, e, Seite 490.
21
valores más fuertes y más sociales en la escala. Puestos en práctica o, respetadas las
condiciones necesarias, el individuo puede ahora participar y dar lo suyo a la sociedad.
La participación a la que aludimos, no obstante, no se restringe a la
política, sino que concierne a todos los ámbitos de la vida individual. Al igual que el
valor previo de la Subsidiaridad, la Pancracia se proyecta tanto en los distintos estratos
valiosos, éticos y estéticos, como en la dimensión geo-demográfica, siempre y cuando
los distintos grupos sociales estén articulados de forma subsidiaria y, se respete las
sociedades de menor tamaño. En éstas, los vínculos sociales son más cercanos y
personales, lo que facilita la participación del individuo. Es más accesible la toma de
decisiones a nivel regional en una empresa dedicada a la formación de profesionales en
el arte europeo, por ejemplo, que a nivel supranacional. La puesta en práctica de la
participación del ciudadano, o en este caso, del miembro de la empresa, requiere el
cumplimiento previo de la Subsidiaridad.
22
responsabilidad por todo lo que concierne al orden público en los partidos políticos. Su
participación se limita a poner el voto en las urnas cada cuatro años. En estas
condiciones, el ciudadano se ve apartado de la dirección de los asuntos que le
conciernen. Es simplemente gobernado como un súbdito. No ejerce una participación
efectiva. La realidad valiosa que aquí denominamos Pancracia, requiere un reparto de
la autoridad, de manera que el ciudadano pueda aportar lo suyo a la sociedad de la que
forma parte. Hoy disponemos de una tecnología lo suficientemente desarrollada para
vivir este valor. Basta pensar en los ordenadores y en su enorme potencial para la
comunicación. Estamos conectados a nivel global. Si nos detenemos a reflexionar, el
potencial tecnológico del que hoy disponemos, nos facilita vivir este y otros valores.
Volviendo al título de esta charla, hemos recorrido los valores que separan
la Democracia de la auténtica Participación ciudadana. Como pueden observar, la
escala de valores no se detiene en la Democracia. Hay todavía un largo camino por
recorrer. Hoy hemos realizado un pequeño, muy pequeño trayecto, desde la teoría.
Hemos descubierto, teóricamente, algunas realidades valiosas o, por utilizar otro
término, valores éticos de orden social.
Ahora bien, para seguir avanzando y, principalmente, para vivir estas
realidades, es imprescindible crear una cultura axiológica desde todos los ámbitos.
Fomentar una consciencia desde un prisma axiológico. Para ello, la educación en
Axiología (no voy a utilizar la tan manida expresión educar en valores por la
superficialidad que ello sugiere) es crucial. Su conocimiento requiere un esfuerzo
intelectual de no poca envergadura, y en la medida en que descubramos nuevos valores,
tendremos más posibilidades de crecer como personas. Hemos tenido, en este mismo
curso, en la conferencia del Prof D. López Quintás, la oportunidad de tomar conciencia
sobre qué significa crecer como persona. Esto es sólo un comienzo. Todavía nos queda
un largo camino por recorrer.
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