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CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

Magistrada ponente

SL1444-2019
Radicación n.° 62635
Acta 13

Bogotá, D. C., veintitrés (23) de abril de dos mil


diecinueve (2019).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


OLGA LUCÍA BELALCÁZAR ZAFRA contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, el seis (6) de febrero de dos mil
trece (2013), en el proceso que le instauró al INSTITUTO
DE SEGUROS SOCIALES.

I. ANTECEDENTES

OLGA LUCÍA BELALCÁZAR ZAFRA llamó a juicio al


INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES, con el fin de que se
declarara la existencia de un contrato de trabajo a término
indefinido, desde el 19 de septiembre de 2000 hasta el 31
de mayo de 2009, fecha en que se dio por terminado el
contrato en forma unilateral, sin que existiera justa causa y
que tiene derecho a ser reintegrada. En consecuencia, se

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ordenara el pago de las prestaciones sociales legales y


extralegales dejadas de pagar, desde el despido hasta el
reintegro, tales como: «las vacaciones», primas de servicio,
de navidad, de vacaciones y técnica, intereses sobre
cesantías, aportes a seguridad social, nivelación salarial,
indexación y costas.

En subsidio, pidió la indemnización por despido


injusto convencional o legal; cesantías e intereses sobre las
cesantías; vacaciones, primas legales y extralegales de
servicios, de navidad y técnica, durante toda la relación
laboral; aportes a seguridad social, incremento salarial e
indemnización moratoria o subsidiariamente, la indexación
de las condenas (f.° 5 a 7, cuaderno 1).

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que


prestó servicios personales al ISS, desde el 19 de
septiembre de 2000 hasta el 31 de mayo de 2009; que
cumplía funciones de abogada especialista en la gerencia
nacional de atención al pensionado; que fue vinculada por
sucesivos contratos de prestación de servicios personales;
que recibía órdenes del defensor del cliente del ISS, cumplía
el horario asignado, en las instalaciones de la demandada,
con equipos de ella y era enviada a distintos lugares del
territorio colombiano a cumplir sus funciones, aunque no
estuvieran expresamente consagradas en su contrato; que
existía personal vinculado a la planta de la entidad que
cumplía idénticas funciones.

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Narró, que su remuneración era inferior a la de los


otros trabajadores de planta y se incrementaba en inferior
proporción; que a éstos sí se les reconocían sus
prestaciones sociales legales y extralegales, con base en la
CCT del 31 de diciembre de 2001, suscrita entre el ISS y
SINTRASEGURIDAD SOCIAL y que dicho acuerdo colectivo
se encontraba vigente (f.° 2 a 5 y 259 a 271, ibídem).

Al dar respuesta a la demanda, la parte accionada se


opuso a las pretensiones y, en cuanto a los hechos, aceptó
la suscripción de contrato estatales regulados por las Ley
80 de 1993 y negó los restantes.

En su defensa, propuso las excepciones de mérito de


inexistencia de la obligación, prescripción, falta de causa y
título para pedir, presunción de legalidad de los actos
administrativos, firmeza de los actos administrativos, cosa
juzgada, carencia de derecho reclamado, principio de
unilateralidad del estado en cumplimiento del objeto
contractual, carencia de derecho reclamado, cobro de lo no
debido, imposibilidad del ente de seguridad social de
disponer del patrimonio de los coadministrados por fuera de
los cánones legales, buena fe, principio de dirección,
regulación y control estatal de los servicios públicos,
principio de unilateralidad del Estado en el cumplimiento
del objeto contractual, contrato de prestación de servicios-
ausencia de relación laboral, ausencia de subordinación y
dependencia, pago, compensación, mala fe del demandante,
ausencia de vicios del consentimiento, existencia de

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pruebas ciertas que desvirtúan la presunción del artículo


24 del CST (f.° 281 a 295, ibídem).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Veintiocho Oral Laboral del Circuito de


Bogotá, mediante fallo del 5 de abril de 2011, resolvió (f.° 17
CD, 18 a 19, cuaderno 2):

1) DECLARAR QUE ENTRE LA DEMANDANTE EXISTIÓ UNA


RELACIÓN LABORAL REGIDA POR UN CONTRATO FICTO DE
TRABAJO, EN CALIDAD DDE TRABAJADORA OFICIAL DESDE
EL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2000 Y EL 31 DE MAYO DE 2009,
HABIENDO DESEMPEÑADO EL CARGO DE PROFESIONAL
ESPECIALIZADO, CON UN ÚLTIMO SALARIO DE $2.835.594
PESOS.

2) CONDENAR A LA DEMANDADA A PAGAR A LA DEMANDANTE


LOS SIGUIENTES CONCEPTOS:
CESANTÍA E INTERESES A LAS CESANTÍAS; PRIMA DE
VACACIONES; APORTES A SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD Y
PENSIÓN CORRESPONDIENTES A LOS TRES ÚLTIMOS AÑOS DE
SERVICIO; INDEMNIZACIÓN MORATORIA.

3) DECLARAR PROBADA PARCIALMENTE LA EXCEPCIÓN DE


PRESCRIPCIÓN CON RELACIÓN A LAS ACREENCIAS
LABORALES CAUSADAS ENTRE EL 19 DE SEPTIEMBRE DE
2000 Y EL 31 DE MAYO DE 2006.

4) DECLARAR NO PROBADAS LAS DEMÁS EXCEPCIONES


PROPUESTAS CON RELACIÓN A LAS CONDENAS IMPUESTAS.

5) CONDENAR EN COSTAS A LA DEMANDADA.

6) ABSOLVER A LA DEMANDADA DE LAS DEMÁS


PRETENSIONES.

Esta decisión fue complementada el 22 de septiembre


de 2011 (f.° CD 45, 46, cuaderno 2), en la que se
impusieron las siguientes condenas:

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1) COMPLEMENTAR LA SENTENCIA DE FECHA 5 DE ABRIL DE


2011 Y CONDENAR AL ISS AL PAGO DE $25.613.805.09 POR
CONCEPTO DE CESANTÍAS, INTERESES DE CESANTÍA, PRIMA,
PRIMA DE VACACIONES Y VACACIONES.

2) CONDENAR AL PAGO DE APORTES A SEGURIDAD SOCIAL EN


SALUD Y PENSIONES DESDE EL 1º DE JUNIO DE 2006 AL 31
DE MAYO DE 2009.

3) PAGAR A LA DEMANDANTE LA SUMA DE $94.519.08


DIARIOS POR CONCEPTO DE INDEMNIZACIÓN MORATORIA
DESDE EL 1º DE SEPTIEMBRE DE 2009 Y HASTA QUE SE
REALICE EL PAGO.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, conoció por apelación de ambas partes
y, mediante la providencia que se recurre en casación,
revocó en su totalidad la del a quo (f.° 65 a 80, ibídem).

En lo que interesa al recurso extraordinario, el


Tribunal estudió, en primer lugar, el recurso interpuesto
por la demandada y a continuación el de la demandante,
así:

Como problemas jurídicos estableció los siguientes: i)


determinar si en efecto la vinculación de la accionante se
dio bajo un contrato de trabajo o de prestación de servicios;
ii) determinar si es procedente otorgar a la accionante los
beneficios de la convención colectiva de trabajo aludida; iii)
modificar la liquidación realizada por el juzgado de primera
instancia, en caso de que no se haya hecho aplicación
correcta del fenómeno de prescripción o, si por el contrario,
la decisión está conforme a derecho.

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Señaló, que la norma aplicable era el Decreto 2127 de


1945, cuyo artículo 2º transcribió, detalló los contratos
suscritos entre las partes, conforme la certificación obrante
a folio 88 del primer cuaderno y dijo que «atendiendo la
norma y las pruebas precedentes se tiene que el ISS
pretendía esconder el contrato de trabajo, mediante la
celebración continua de contratos de prestación de servicios,
lo que conlleva a que esta sala de decisión encuentre
probados los elementos del contrato de trabajo»; sustentó tal
conclusión en que la actora prestaba sus servicios en forma
personal, como dedujo de las planillas de asistencia
obrantes a folios 107 a 161 del mismo cuaderno, en las que
se relacionan las horas de ingreso y salida de la trabajadora
demandante.

En lo que hace a la subordinación, dijo que existía la


presunción legal nacida de la prestación personal del
servicio y que, en este caso, además, se evidenciaba, porque
«cumplía un horario de trabajo, planillas de asistencia, por
ende se puede esclarecer que existía una subordinación»;
consideró que el ISS no desvirtuó la subordinación y que el
material probatorio revelaba «el sitio donde realizaba la
función, o sea en la sede de la entidad demandada, el
cumplimento de órdenes», también encontró acreditado el
elemento de la remuneración, pues así se constata en los
contratos celebrados.

De ahí que concluyó:

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[…] con la anterior prueba documental y en relación con la


testimonial encuentra esta colegiatura que los elementos del
contrato de trabajo también se encuentran más que
demostrados, pues los testigos aseveran que la actora recibía
órdenes de un superior jerárquico, como lo es el caso de la Sra.
Luz Marina Rodríguez Rodríguez quien supervisaba su trabajo y
quien fue testigo, lo que quiere decir que el elemento aludido esta
ratificado, además de que los testigos aluden el cumplimiento de
un horario y del mismo modo el cumplimiento de las mismas
funciones de un trabajador de planta. Lo anterior lleva a concluir
indudablemente que la actora estaba vinculada mediante un
presunto contrato de trabajo.

Citó el artículo 3º del Decreto 2127 de 1945 y la


sentencia CC C-665-1998 y declaró la existencia del
contrato de trabajo entre las partes.

A continuación, advirtió que en los contratos suscritos


entre las partes hubo solución de continuidad y, luego de
mencionar los artículos 1757 del CC y 177 del CPC, endilgó
a la actora falta de interés en acreditar la no solución de
continuidad, pues si bien es cierto los testigos dijeron que
laboró al servicio del ISS, nunca afirmaron que la
prestación de este se hiciera de manera continua e
ininterrumpida, pues sobre ese tema no fueron
interrogados.

Dijo, que existieron las siguientes interrupciones del


«1° de julio de 2003 al primero de agosto de 2003, es decir,
no laboró por espacio de un mes. Igual ocurre con 18 días del
mes de abril de 2004, también con 10 días de enero de
2007, con 12 días de enero de 2008 y con 7 días del mes
noviembre de 2008, y otros lapsos menores»; lapsos que
impedían declarar una sola relación laboral, tal como se
afirmó en el libelo y como quiera que el juzgador no tiene

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facultades para enmendar, aclarar o corregir las


pretensiones y hechos expuestos en la demanda, según
sentencia CSJ SL, 17 jul. 1996, rad. 8674, de la cual
transcribió un aparte, consideró que debía revocarse la
providencia de primera instancia.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende que la Corte case totalmente la sentencia


impugnada, en cuanto revocó la sentencia de primera
instancia y absolvió de las pretensiones de la demanda,
para que una vez constituida en sede de instancia:

CONFIRME la sentencia de primera instancia en cuanto a las


condenas en ella dispuestas.

REVOQUE la sentencia de primer grado en cuanto absolvió del


reconocimiento de los beneficios convencionales a saber: primas
de vacaciones, primas de servicios extralegales y primas
técnicas.

REVOQUE la sentencia de primera instancia en cuanto absolvió


de la indemnización por despido de orden convencional.

Con tal propósito formula tres cargos, por la causal


primera de casación que fueron replicados y se estudiarán
conjuntamente el segundo y tercero, pues pese a venir
orientados por vías diferentes, contienen similar

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proposición normativa, se sirven de los mismos argumentos


y persiguen el mismo fin (f.° 18 a 29, cuaderno de la Corte).

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia de segundo grado de

[...] violar directamente. por aplicación indebida los artículos 1°,


5°, 11, 12 y 17 de la Ley 6ª de 1945; 1°, 2°, 3°, 11, 12, 13, 19,
37, 40, 47, 50 y 51 del Decreto 2127 de 1945; 1° del Decreto 797
de 1949; 11 de la 4ª de 1966: 5° y 8° del Decreto 3135 de 1968;
5° y 40 del Decreto 1045 de 1978; 3°, 467, 468, 469 del Código
Sustantivo del Trabajo; 38 del Decreto 2351 de 1965; 21 de la
Ley 100 de 1993; y 177 del Código de Procedimiento Civil.

En la demostración del cargo, disiente de la conclusión


del Juez de segunda instancia, pues no observó que las
interrupciones que se presentaron dentro de los extremos
de la relación laboral no constituían per se una razón para
negar la unidad de la relación laboral o la existencia de un
único contrato y se duele que no ponderó la causa de las
interrupciones, que ninguna fue superior a 30 días, según
aparece consignado en el fallo.

Señala, que si se admiten los supuestos de hecho


reconocidos en la sentencia impugnada, el Tribunal no
podía sostener, de manera automática, que la relación
laboral se escindió por los períodos de interrupción
reconocidos y recuerda que «cuando el trabajador
interrumpe la prestación del servicio por orden del empleador
el contrato de trabajo continúa vigente, con independencia de
la duración del periodo de interrupción».

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Alega, que no se puede emplear como razón para


escindir una relación laboral «la fecha de terminación de un
aparente contrato de prestación de servicios y la fecha de
inicio del siguiente contrato de prestación de servicios
(también aparente), pues precisamente las condiciones de
estos son mera apariencia, no susceptible de imponerse
sobre la realidad contractual».
Por tal motivo, considera que el ad quem aplicó de
manera indebida las normas acusadas, «al haber entendido
a partir de los períodos de interrupción deducidos (y sin
efectuar análisis adicional) que las partes no estuvieron
unidas por un solo contrato de trabajo»; con lo anterior,
afirma que demuestra el error jurídico y la procedencia de
la casación del fallo (f.°18 a 21, cuaderno de la Corte).

VII. RÉPLICA

Indica, que pese encontrarse dirigido por la vía


jurídica, ubica indebidamente la discusión en el campo de
la prueba, cuyo correcto análisis es el que permite
determinar si se construyeron los presupuestos fácticos en
correcta aplicación de la ley, lo cual es propio de la vía
indirecta, yerro que conduce a desestimar la acusación (f.°,
ibídem).

VIII. CONSIDERACIONES

Le asiste razón a la parte opositora, respecto de las


fallas que advierte en el desarrollo del cargo, por cuanto
este sendero exige total conformidad con las conclusiones

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fácticas que obtuvo el fallador de las pruebas examinadas


en el proceso y la discrepancia es del orden meramente
jurídico, esto es, por considerar el recurrente que se
incurrió en una errónea interpretación de la ley o porque se
aplicó indebidamente esta o porque se omitió llamar a la
norma encargada de solucionar el conflicto.

Se dice lo anterior, porque la exposición efectuada por


la censura invita a la revisión de las pruebas, pues alude
tópicos no probados o cuya conclusión difiere de la ofrecida
por el ad quem; así, por ejemplo, se duele la impugnante de
que «El Juez debe valorar la causa de la interrupción para
efectos de poder determinar el verdadero significado de la
misma; dicho análisis fue omitido por el Tribunal, quien no
ponderó la causa de las interrupciones […]» o cuando señala
que «la fecha de terminación de un contrato de prestación de
servicios al que le suceden contratos posteriores no puede
ser un dato idóneo para escindir la relación laboral o para
negar la unidad de esta».

También concluye que «cuando el trabajador


interrumpe la prestación del servicio por orden del empleador
el contrato de trabajo continúa vigente, con independencia de
la duración del período de interrupción». Sin embargo, en
parte alguna se estableció que la prestación del servicio
hubiera cesado por orden del empleador.

Tal incumplimiento de las reglas técnicas conlleva a la


desestimación de la acusación, pues como ha enseñado
esta Corporación en repetidas ocasiones, la vía directa y la

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indirecta, por su naturaleza son excluyentes, de modo que


no se pueden mezclar aspectos fácticos al emplear la senda
jurídica (CSJ SL, 22 feb. 2011, rad. 36684, reiterada en la
sentencia CSJ SL5802-2017).

En este orden de ideas el cargo primero se desestima.

IX. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia impugnada de violar por vía


indirecta y por aplicación indebida:

[…] los artículos 1°, 5°, 11, 12 y 17 de la Ley 6ª de 1945; 1°, 2°,
3°, 11, 12, 13, 19, 37, 40, 47, 50 y 51 del Decreto 2127 de 1945;
1° del Decreto 797 de 1949; 11 de la 4ª de 1966: 5° y 8° del
Decreto 3135 de 1968; 5° y 40 del Decreto 1045 de 1978; 3°,
467, 468, 469 del Código Sustantivo del Trabajo; 38 del Decreto
2351 de 1965; 21 de la Ley 100 de 1993; y 177 del Código de
Procedimiento Civil.

Le endilga los siguientes errores de hecho, que califica


de evidentes:

Dar por demostrado sin estarlo que la demandante tuvo


interregnos o lapsos significativos de interrupción en la
prestación del servicio.

No dar por demostrado estándolo que en la demanda inicial se


solicitó expresamente que se declarara la existencia de un
contrato de trabajo a término indefinido teniendo como extremos
los temporales señalados en el hecho primero de la demanda o
los que se acreditaran en el proceso.

Dar por demostrado sin estarlo que en la demanda se afirmó que


la demandante prestó sus servicios sin interrupciones a la
entidad demandada.

Yerros fácticos que atribuyó a:

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La apreciación equivocada de los contratos de prestación de


servicios suscritos entre las partes (Fs. 18 a 87) y de la
certificación emitida por la entidad demandada respecto al
tiempo laborado por la demandante (F. 88).

La apreciación equivocada de la demanda (folios 2 a 14).

En el desarrollo del cargo, memoró que el Tribunal


encontró probado el contrato de trabajo al considerar
demostrados los elementos propios del mismo, pero no
acogió las pretensiones, porque se demostró que se
presentaron interrupciones en la prestación del servicio,
que determinaban un fraccionamiento de la relación
contractual.

Para demostrar el primer yerro fáctico, refirió que el


ad quem hizo referencia a la existencia de períodos de
interrupción: del 15 de abril al 1° de agosto de 2003; del 1°
de abril al 19 de abril de 2004; del 24 al 25 de enero de
2006 y del 17 al 29 de enero de 2008; que el primer lapso
parece ser significativo pues es de 3 meses y 15 días, pero
no hay tal interrupción, pues la que no se relacionó en la
certificación de folio 88 del cuaderno 1 y el contrato de
trabajo correspondiente a ese período (f.° 40, ibídem) que el
segundo y el cuarto son de 18 y 12 días, respectivamente,
en tanto que el tercero no constituye parálisis de la
prestación del servicio.

Con lo anterior, afirma que queda sin piso la


manifestación del Tribunal de la existencia de «interregnos o
lapsos bastante prolongados” sin prestación del servicio».

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En cuanto a los restantes errores de hecho, alegó que,


incluso si se admitieran las interrupciones prolongadas, tal
situación no impedía que se reconociera la existencia de
una relación laboral entre las partes por un lapso diferente
y menor del invocado en el hecho primero de la demanda.
Esto, pues en la formulación de la demanda se pidió
expresamente, que se «declarara que la demandante estuvo
vinculada con el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES, como
abogada especialista, por un contrato de trabajo a término
indefinido, teniendo como extremos temporales los señalados
en el hecho primero de la demanda o los que se acrediten en
el proceso».

Lo que claramente permite reconocer que, si no se


demostraban los extremos de la relación laboral invocados
en el hecho primero del libelo, era factible proferir sentencia
por los que se acreditaran en el proceso; por lo tanto, podía
el juzgador reconocer un contrato de trabajo con una fecha
de inicio diferente al 19 de septiembre de 2000, ya que el
extremo final de la relación no está en discusión.

Además, afirma que nunca se manifestó en el libelo


que los contratos no tuvieran interrupciones en la
prestación del servicio, pues lo que se asentó la demanda
fue que «la vinculación de la demandante con el ISS se dio a
través de sucesivos contratos que se denominaron de
prestación de servicios personales" (hecho 3°), pero en
ningún aparte de la misma se sostuvo que no hubiera
mediado alguna interrupción en la prestación del servicio».

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Con lo anterior, estima haber acreditado en forma


suficiente el segundo y el tercer error fáctico atribuidos a la
sentencia, originados en una defectuosa valoración de la
demanda.

Con base en la prosperidad del cargo, solicita la


aplicación de los beneficios contenidos en la convención
colectiva de trabajo celebrada por el ISS con
SINTRASEGURIDAD SOCIAL, teniendo en cuenta que dicho
sindicato es mayoritario, tal como lo reconoce la propia
convención colectiva de trabajo (f.° 22 a 26, cuaderno de la
Corte).

X. CARGO TERCERO

Acusa la sentencia por la vía directa, por infracción


directa de los artículos (f.° 26 a 29, cuaderno de la Corte):

[…] 50 del Código Procesal del Trabajo y 305 del Código de


Procedimiento Civil, violación que condujo a la aplicación
indebida de los artículos 1° , 5°, 11, 12 y 17 de la Ley 6a de
1945; 1°, 2°, 3°; 11, 12, 13, 19, 37, 40, 47, 50 y 51 del Decreto
2127 de 1945; 1° del Decreto 797 de 1949; 11 de la Ley 4ª de
1966; 50 y 80 del Decreto 3135 de 1968; 50 y 40 del Decreto
1045 de 1978; 3°, 467 468, 469 del Código Sustantivo del
Trabajo; 38 del Decreto 2351 de 1965; 21 de la Ley 100 de 1993
v 177 del Código de Procedimiento Civil

En el desarrollo del cargo alude que, si bien se


encuentran demostrados que hubo algunos períodos de
interrupción entre la fecha de terminación de algunos de los
contratos de prestación de servicios y la fecha de
celebración de los siguientes, lo cierto es que tal hecho no
impedía que se reconociera la existencia de, al menos, la

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última relación laboral ejecutada entre las partes, por un


lapso menor al invocado en el hecho primero de la
demanda, pues la restricción del artículo 50 del CPTSS es
en orden a una condena superior a la solicitada.

En orden de lo anterior, expuso:

La aplicación de los principios procesales contenidos en las


normas citadas permiten sostener que el Juez puede declarar la
existencia de una relación laboral por un lapso inferior al
pretendido por la demandante (máxime cuando en la demanda
se pidió que se “Declarara que la demandante estuvo vinculada
con el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES, como abogada
especialista, por un contrato de trabajo a término indefinido,
teniendo como extremos temporales los señalados en el hecho
primero de !a demanda o los que se acrediten en el proceso”).

La posición del Tribunal de considerar que la demostración de


períodos de interrupción conlleva a la desestimación de las
pretensiones comporta un extremo formalismo ajeno a la razón
de ser del proceso laboral y del derecho del trabajo.

Al haber encontrado el Tribunal que no se probó la existencia de


una sola relación laboral debió reconocer por lo menos la última
de ellas, sin que fuera procedente absolver de todas las
pretensiones pretextando la existencia de varias relaciones
laborales dentro del lapso invocado en la demanda.

[…]

No se pueden generar los mismos efectos cuando en el proceso


no se demuestran los extremos de una relación laboral (supuesto
que conduce a la desestimación de las pretensiones) y cuando en
el proceso se acreditan extremos inferiores a los aducidos
(supuesto en el que se debe imponer condena teniendo en
consideración lo efectivamente demostrado) o la existencia de
varios contratos de trabajo dentro del período aducido en la
demanda.

Adicional a lo expuesto cabe resaltar que nada se opone a que el


Juez Laboral que encuentra probados varios contratos de trabajo
dentro de los extremos laborales invocados por la parte
demandante imponga las condenas con base en el último de
ellos (teniendo en consideración que en la demanda se afirma
que el despido de la demandante ocurrió en la fecha en que éste
habría terminado).

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XI. RÉPLICA

En cuanto al cargo segundo, asevera que en los


términos del artículo 61 del CPTSS el Tribunal elabora
libremente su convencimiento, atendiendo los principios
científicos de la crítica de la prueba. De modo que, si la
negativa de las pretensiones se fundamentó en que la parte
interesada no probó por medio idóneo los hechos que
sustentaban sus pedimentos, bien hizo el juzgador a
rechazarlos.

Acota, que la demandante en su condición de abogada


conocía que los contratos que suscribía no tenían la
naturaleza laboral que ahora persigue y los aceptó sin
reparo, que no se observan vicios en el consentimiento y
que es inaceptable que un profesional del derecho, una vez
desvinculado pretenda derecho que no emanan de la
relación que celebró.

Del cargo tercero dice que mezcla aspectos propios de


la vía indirecta o de los hechos, no obstante haberse
orientado por vía jurídica, por lo que pide su desestimación
(f.° 61 a 65, cuaderno de la Corte).

XII. CONSIDERACIONES

No le asiste razón a la oposición en cuanto a la


existencia de falencias técnicas en el cargo tercero, pues
este se centró en la posibilidad de fallar por menos de lo

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pedido, esto es, no discutió aspectos fácticos, sino que pidió


proferir condena por los períodos que se alcanzasen a
probar; en consecuencia, se continuará con el estudio de
los cargos segundo y tercero.

Pese a encaminarse por diferentes senderos, se


posibilita el estudio conjunto de éstos, en la medida que
parten de un supuesto común, cual es que la existencia de
interrupciones no impedía la imposición de condenas a la
demandada, por cuanto se había declarado el contrato de
trabajo.

Afirma la recurrente que i) no hubo interregnos


significativos de interrupción del servicio; ii) desde la
demanda solicitó que se declarara la existencia del contrato
de trabajo por los extremos indicados en el hecho primero o
los que se acreditaran; y, iii) nunca afirmó que la prestación
del servicio se diera sin interrupciones.

El juzgador de segundo grado consideró que, sí existió


una relación de laboral entre el demandante y la
demandada, sólo que esa relación no se desarrolló en los
extremos temporales delimitados por el promotor del
proceso en la demanda, razón ésta por la que no accedió a
las pretensiones incoadas.

Para arribar a esa conclusión, señaló: i) que entre las


partes se suscribieron diferentes contratos de prestación de
servicios; ii) que de las pruebas documentales y
testimoniales se puede ver, que en efecto entre las partes

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existió una relación contractual de naturaleza laboral; iii)


que la demandante pretende la existencia de una relación
única de trabajo y como consecuencia de ello se conceda lo
pretendido en el libelo, por el tiempo laborado; iv) que en la
relación de trabajo que unió a las partes, hubo solución de
continuidad del «1° de julio de 2003 al primero de agosto de
2003, es decir, no laboró por espacio de un mes. Igual ocurre
con 18 días del mes de abril de 2004, también con 10 días
de enero de 2007, con 12 días de enero de 2008 y con 7 días
del mes noviembre de 2008, y otros lapsos menores» y iv)
como las pretensiones de la demanda giran alrededor de la
existencia de un contrato único y al existir solución de
continuidad, ello impide auspiciar las declaraciones y
pretensiones de la demanda.

El asunto a dilucidar consiste en establecer, si el


Tribunal erró al confirmar la absolución al demandado, por
no encontrar probados los extremos temporales de la
relación en los términos planteados por el accionante en su
demanda.

Tiene razón la censura en cuanto a que el juzgador de


segundo grado no analizó que la pretensión primera abría la
posibilidad de que se declarara el contrato de trabajo por
períodos diferentes a los inicialmente indicados, esto es, del
19 de septiembre de 2000 al 31 de mayo de 2009. En ese
sentido el error de hecho número uno se encuentra
plenamente acreditado, pues basta mirar la redacción de
dicha petición para arribar a la conclusión de que esta no
fue tenida en cuenta por el Colegiado.

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n.° 62635

Así, esta Corporación ha señalado que la demanda


inicial del juicio puede ser acusada en la casación laboral
como pieza procesal y no solo en cuanto contenga confesión
judicial, puesto que en ella se encuentra contenida la
voluntad de quien pone en actividad la jurisdicción.

Por tanto, si la voluntad del actor es desconocida o


tergiversada ostensiblemente dicho error puede conducir a
la violación de la ley sustancial, como que el sentenciador
puede producir un fallo sobre lo que no se ha pedido (por
yerro en la apreciación del petitum o de los hechos, o por su
desconocimiento) o desatendiendo los fundamentos fácticos
de lo pedido, bien en perjuicio del propio demandante o de
la parte demandada (CSJ SL, 5 ag. 1996, rad. 8616,
reiterada por la CSJ SL14542-2016)

Como quiera que se encontró demostrado que la


relación de las partes no fue continua, sino fraccionada, de
modo que no podía predicarse la eventual existencia de un
sólo contrato de trabajo, sino de varios; debió establecer si
había lugar a acoger parcialmente las pretensiones
incoadas, en el sentido de declarar la existencia de aquellas
relaciones de trabajo que encontrara probadas, por la vía de
dictar una sentencia minus petita, como lo ha enseñado de
tiempo atrás la jurisprudencia del trabajo (CSJ SL, 22 ago.
2008, rad. 38182 y CSJ SL, 21 jun. 2011, rad. 42768).

En consecuencia, el ad quem fundamentó su decisión


en contraposición al criterio imperante de esta Corporación,

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n.° 62635

según el cual «el juez tiene el deber, no solo en los casos en


los que se prueba un tiempo de servicios inferior al
pretendido […] sino en otros […], de dictar una condena
minus petita que acepte parcialmente las pretensiones de la
demanda, esto es, que, si el demandante pide más, pero tan
solo alcanzó a acreditar parte de lo pedido, debe reconocerse
lo probado» (SL4816-2015).

En forma adicional, debe reiterar la Sala que tal como


lo regula el artículo 305 del CPC, aplicable en materia
laboral por remisión del artículo 145 del CPTSS, las
decisiones judiciales deben ser congruentes a los hechos y
pretensiones de la demandada.

Así, esta Corte en sentencias CSJ SL, 5 dic. 2001, rad.


17215, reiterada en CSJ SL, 17 jun. 2011, rad. 38182; CSJ
SL, 14 jul. 2009, rad. 35033; CSJ SL806-2013 y SL4816-
2015, señaló:

El artículo 305 del CPC dice:

“Congruencia. La sentencia deberá estar en consonancia con los


hechos y las pretensiones aducidos en la demanda y en las
demás oportunidades que este código contempla, y con las
excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas
si así lo exige la ley.

“No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por


objeto distinto del pretendido en la demanda, ni por causa
diferente a la invocada por ésta.

“Si lo pedido por el demandante excede de lo probado, se le


reconocerá solamente lo último.

“…”.

La consonancia contemplada en esta norma es una regla que


orienta la decisión que debe adoptar el juez, pues le señala la
obligación de estructurar su sentencia dentro del marco que

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n.° 62635

conformen las partes con los planteamientos que hagan en sus


escritos de demanda y de contestación.

Para que la sentencia sea consonante, el juez debe ajustarse a


los postulados que las mismas partes le fijan al litigio y por eso
no puede resolver más allá ni por fuera de lo pedido, pues de
hacerlo incurriría, en el primer caso, en un pronunciamiento ultra
petita y en el segundo, en uno extra petita. Tal limitación no
existe en el proceso laboral que contempla para el juez la
posibilidad de hacerlos dentro de ciertos requisitos.

Pero la norma bajo estudio no proscribe decidir por debajo de lo


pedido de modo que, cuando las partes logran probar menos de
lo que pretenden, la decisión que acoja el derecho dentro de esos
parámetros inferiores, no se sale de los hechos básicos y por
tanto el juez debe reconocer lo que resulte probado y denegar lo
demás. En este caso la resolución es infra o minus petita y está
dentro del marco previsto por el artículo 305.

El fundamento esencial de la demanda no cambia cuando los


hechos del juicio indiquen que el tiempo de servicios fue inferior
al que se alegó en la demanda, que en últimas es lo que ocurrió
en este proceso frente a algunas de las pretensiones, por lo que
debe concluirse que el Tribunal aplicó indebidamente el artículo
305 del CPC, al negarse a estudiar las pretensiones por
encontrar que entre las partes se habían estructurado dos
contratos de trabajo independientes y que el último no
correspondía a los límites o extremos temporales señalados en la
demanda inicial.

A esto se le llamó también fallo infra petita en


sentencia CSJ SL, 22 ago. 2008, rad. 38182 y minus petita,
en la providencia CSJ SL, 21 jun. 2011, rad. 42768.

Lo anterior no significa que una vez establecidos los


varios periodos de servicio, el Juez de la alzada estuviera
compelido a declarar que estos estuvieron gobernados por
un contrato de trabajo, pues lo que se reconviene en este
caso, se insiste, es que el Tribunal desconoció el artículo
305 del CPC, vigente para la época, tal como se indicó en el
cargo tercero, al apartarse del estudio de las pretensiones
por encontrar que entre las partes se habían estructurado

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n.° 62635

diferentes relaciones independientes, en lugar de proceder


al análisis de las mismas, más aún cuando estas estarían
contenidas en los extremos temporales señalados en la
demanda inicial.

Por manera que, le asiste la razón al recurrente al


considerar que, si el Tribunal encontró demostrado que la
relación laboral de las partes no fue lineal en el tiempo, sino
fraccionada, de modo que no podía predicarse la existencia
de un solo contrato de trabajo, sino de varios, debió dictar
una sentencia minus petita que acogiera parcialmente las
pretensiones incoadas, en el sentido de declarar la
existencia de aquellas relaciones de trabajo que estuvieran
probadas.

Por lo dicho, los cargos resultan prósperos, y en


consecuencia se casará la sentencia del Juez de la alzada,
sin costas en el recurso extraordinario, por haber
prosperado la acusación.

XIII. SENTENCIA DE INSTANCIA

Además de lo considerado en sede de casación, debe


agregarse que el principio protector de la primacía de la
realidad sobre las formalidades, consagrado en el artículo
53 de la CN, al margen de la forma en que se pacte por los
individuos la prestación de un servicio personal, es solo la
estructura fáctica entre estos, lo que permite calificar la
verdadera naturaleza del vínculo consistente el darle

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.° 62635

prelación a las circunstancias que rodearon la relación


jurídica.

Naturaleza de la vinculación de los trabajadores del


ISS y el contrato de trabajo

En sentencia CSJ SL6494-2015, la Corte hizo un


recuento de las disposiciones que definieron el régimen
legal de los trabajadores del ISS, desde la expedición del
Decreto 1651 de 1977, así:

[…] el citado D. 1651/1977, que en su art. 3º, al referirse a la


clasificación de los funcionarios al servicio del dicho instituto,
determinó:
Art. 3º.- Funcionarios. Serán empleados de libre nombramiento
y remoción, el Director General del Instituto, el Secretario General,
los Subdirectores y Gerentes Seccionales de la entidad. Tales
funcionarios se sujetarán a las normas generales que rigen para los
funcionarios de la Rama Ejecutiva del Poder Público.

Las demás personas naturales que desempeñen las


funciones de que trata el artículo precedente, se
denominarán funcionarios de la seguridad social, con
excepción de las personas que cumplan las funciones relacionadas
en las siguientes actividades, que serán trabajadores oficiales:
Aseo, jardinería, electricidad, mecánica, cocina, celaduría,
lavandería, costura, planchado, transporte.

Los funcionarios de seguridad social estarán vinculados a la


administración por una relación legal y reglamentaria de
naturaleza especial, (…). (Resaltado fuera del texto original).

Posteriormente, mediante el art. 1º del D. 2148/1992, se modificó la


naturaleza jurídica del ISS, al establecer que en adelante
funcionaría como una Empresa Industrial y Comercial del Estado
del orden Nacional, con personería jurídica, autonomía
administrativa y capital independiente, vinculado al Ministerio del
Trabajo y Seguridad Social. Así, en ejercicio de las facultades que le
otorgó el num. 13 del art. 9º ibídem, el mencionado ente adoptó sus
estatutos mediante el A. 003/1993, en cuyo art. 33 clasificó a sus
servidores en los siguientes términos:

Art. 33.- Son empleados públicos: […]

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 62635

Parágrafo Transitorio. Los demás servidores del Instituto


conservarán su carácter de funcionarios de la seguridad social o
trabajadores oficiales, hasta tanto se adopte la estructura y la
planta de personal.

Por su parte, el parágrafo del art. 235 de la L. 100/1993, determinó


que los trabajadores del ISS, mantendrían el carácter de empleados
de la seguridad social y en el art. 275 ibídem, se definió a esa
entidad como una Empresa Industrial y Comercial del Estado y se
señaló que «el régimen de sus cargos sería el contemplado en el
Decreto 1651 de 1977».

Por su parte, el art. 1º del D. 1754/1994, refirió textualmente:

El artículo 33 del Acuerdo 003 de 1993, quedará así:

Artículo 33. Clasificación de los servidores del Instituto. Los


servidores del Instituto de Seguros Sociales se clasifican en
empleados públicos, funcionarios de seguridad social y
trabajadores oficiales.

Son empleados públicos, las personas que ocupan los siguientes


cargos en la Planta de Personal del ISS:
Presidente del Instituto, Secretario General, Vicepresidente, Gerente
I, Gerente II, Gerente III, Gerente IV, Gerente V, Gerente VI, Gerente
VII, Gerente VIII, Gerente IX, Gerente X, Gerente XI, Asesor y
Director I y Director II.

Son Funcionarios de Seguridad Social discrecionales, las personas


que desempeñen los cargos que a continuación se señalan:

Gerente Grado 38 y Gerente Grado 39, Secretario Seccional,


Director Grado 38 y Grado 39, Jefe de Departamento, Subgerente,
Coordinador, Jefe de Unidad, Jefe de Sección, Jefe de Grupo,
Aprendiz, Capellán, Practicante, Técnico de Servicios Asistenciales
Administrativos (regente de farmacia), Técnico de Servicios
Administrativos (Almacenista, Administrador Hospitalario, Banca,
Finanzas, Comercio, Ventas, Informática, Mercadeo), Funcionario
de Auditoría, Técnico de Mantenimiento (de equipo médico y
odontológico, de máquinas y equipos, mecánica, electricidad,
supervisor de obra).

Igualmente son cargos discrecionales los de despachos de los


empleados públicos.

Son cargos de carrera de Funcionarios de Seguridad Social los


demás.

Son Trabajadores Oficiales las personas que desempeñan en el


Instituto los cargos que a continuación se señalan:

Ayudante (Operador de Calderas, Operador de Máquinas,


Acarreador, ascensorista, Empacador, Aseo, Cafetería, Lavandería

SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n.° 62635

y Ropería, Mantenimiento, Alimentación a Pacientes, Jardinero,


Cocina), Conductor, Mecánico de Ambulancias y Portero.

Empero, la Corte Constitucional, mediante Sentencia C-579/1996,


declaró inexequibles, el parágrafo del art. 235 de la L. 100 /1993 y
el inc. 2º del art. 3º del D.L. 1651/1977 citado. Dicha providencia
estableció en su parte resolutiva que sólo produciría efectos hacia el
futuro, a partir de su ejecutoria.

Finalmente, el art. 1º del A. 145/1997, expedido por el Consejo


Directivo del Instituto de Seguros Sociales, aprobado por el D.
416/1997, dispuso:

Los servidores del Instituto de Seguros Sociales se clasifican en


empleados públicos y trabajadores oficiales.

A. Son empleados Públicos, las personas que ocupan los siguientes


cargos en la planta de personal del ISS:

1. Presidente del Instituto.

2. Secretario General y Seccional.

3. Vicepresidente.

4. Gerente.

5. Director.

6. Asesor.

7. Jefe de Departamento.

8. Jefe de Unidad.

9. Subgerente.

10. Coordinador Clase 1, ll, lll, IV y V.

11. Jefe de Sección.

12. Funcionarios profesionales de Auditoría Interna, Disciplinaria,


Calidad de servicios de Salud y Contratación de Servicios de Salud.

13. Los Servidores Profesionales y Secretarias Ejecutivas del


Instituto de los despachos del Presidente, Secretario General o
Seccional, Vicepresidente, Gerente y Director.

“B. Son Trabajadores Oficiales, las personas que desempeñen en el


Instituto los demás cargos.

De las normas transcritas y de lo resuelto por la Corte


Constitucional, en la aludida sentencia C 579/1996, que fijó sus
efectos a partir de la ejecutoria de la misma, lo cual tuvo ocurrencia

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 62635

el 20 de noviembre de 1996, se deduce que el demandante tuvo la


calidad de funcionario de la seguridad social, entre el 22 de abril
de 1982 y el 19 de noviembre de 1996 -esto es, por espacio de 14
años, 6 meses y 27 días-, pues a partir del día siguiente -y hasta el
23 de junio de 2003-, fue trabajador oficial, de acuerdo a la regla
general consagrada en el inc. 2º del art. 5º del D. 3135/1968
(negrilla del texto original).

Como quiera que la actora fue vinculada a través de


contratos de prestación de servicios para desempeñarse en
cargos de la siguiente denominación: abogada, profesional
universitario abogado y abogado especialista en
investigación criminal (f.° 88 y 89, cuaderno del Juzgado),
en la defensoría de los usuarios del ISS, no encuentra la
Sala su cargo enlistado entre los que se pueden considerar
como empleados públicos, de donde se colige que la
eventual vinculación se presentaría como trabajadora
oficial.
Los artículos 2°, 3° y 20 del Decreto 2127 de 1945,
establecen que hay contrato de trabajo cuando concurren la
prestación personal del servicio, la continuada dependencia
o subordinación del trabajador respecto del empleador y un
salario como retribución. a su vez el artículo 3º ibídem
estipula que,

[…] una vez reunidos los tres elementos de que trata el artículo
anterior, el contrato de trabajo no deja de serlo por virtud del
nombre que se le dé; ni de las condiciones peculiares del
patrono, ya sea persona jurídica o natural; ni de las
modalidades de la labor; ni del tiempo que en su ejecución se
invierta; ni del sitio en donde se realice, así sea el domicilio del
trabajador; ni de la naturaleza de la remuneración, ya en dinero,
ya en especie o ya en simple enseñanza; ni del sistema de pago,
ni de otras circunstancias cualesquiera.

Y el artículo 20 que consagra: «el contrato de trabajo se


presume entre quien presta cualquier servicio personal y

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n.° 62635

quien lo recibe o aprovecha; corresponde a este último


destruir la presunción».

Ahora bien, sobre el artículo 32 de la Ley 80 de 1993,


al ser declarado exequible por la Corte Constitucional, en
sentencia CC C-086-1995 manifestó:

En síntesis, el elemento de subordinación o dependencia es el


que determina la diferencia del contrato laboral frente al de
prestación de servicios, ya que en el plano legal debe entenderse
que quien celebra un contrato de esta naturaleza, como el
previsto en la norma acusada, no puede tener frente a la
administración sino la calidad de contratista independiente sin
derecho a prestaciones sociales; a contrario sensu, en caso de
que se acredite la existencia de un trabajo subordinado o
dependiente consistente en la actitud por parte de la
administración contratante de impartir órdenes a quien presta el
servicio con respecto a la ejecución de la labor contratada, así
como la fijación de horario de trabajo para la prestación del
servicio, se tipifica el contrato de trabajo con derecho al pago de
prestaciones sociales, así se le haya dado la denominación de un
contrato de prestación de servicios independiente.

La entidad demandada apeló la decisión condenatoria


de primer grado aseverando la inexistencia de la
vinculación laboral, pues la demandante aceptó en su
interrogatorio de parte que conocía el contenido de los
contratos de prestación de servicios suscritos y que cumplió
las obligaciones contenidas en ellos; que ante la ausencia
de vicios en la celebración de los mismos, dada la
naturaleza de ellos, no existió un contrato laboral, ni puede
solicitar el carácter de trabajadora oficial y, como el
contrato finalizó al vencimiento del término pactado,
tampoco puede pedir indemnización alguna.

SCLAJPT-10 V.00
28
Radicación n.° 62635

Pues bien, el a quo encontró probada la prestación del


servicio con los contratos de prestación de servicios (f.° 18 A
87, cuaderno del Juzgado) y en la certificación expedida por
la demandada (f.° 88, ibídem); destacó la existencia de
interrupción en la prestación de los servicios contratados;
de las declaraciones testimoniales de María Alejandra
Ospina y Luz Marina Rodríguez, extrajo que cumplía la
labor personalmente, en los turnos y horarios establecidos
por la demandada, en sus instalaciones y con los elementos
que ella le proporcionaba, que la actora no disponía
libremente de su tiempo y que realizaba labores propias del
giro ordinario de la entidad, pues estaban relacionadas con
el estudio de solicitudes elevadas por los afiliados y
beneficiarios para el reconocimiento de las pensiones a
cargo de la entidad. Con lo que encontró acreditados los
elementos del contrato de trabajo.
En este orden de ideas se procederá a inspeccionar el
caudal probatorio a fin de establecer si se encuentran
configurados los elementos del contrato de trabajo definidos
en el Decreto 2127 de 1945 o, por el contrario, se
desarrollaron legalmente los contratos de prestación de
servicio suscritos entre las partes.

Revisado el plenario se encuentra que la actora estuvo


vinculada al ISS, por medio de los siguientes contratos:

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62635

La Sala no encuentra error en el razonamiento del


Juzgado, pues de las pruebas allegadas al proceso emergen
signos inequívocos de la presencia de la subordinación a
que fue sometida la accionante en el cumplimiento de sus
funciones, así se constata de la misiva del 21 de mayo de
2009 suscrita por el defensor del cliente, mediante la cual
solicitó la elaboración de informes, así como, se reiteran
memorandos internos de trabajo y su respuesta dada en la
misma fecha (f.° 165 a 167, cuaderno del Juzgado),
directrices de atención suscritas por el mismo funcionario
(f.° 168 a 173, ibídem).

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 62635

Lo anterior sumado a los testimonios de los señores


Luz Marina Rodríguez y María Alejandra Ospina (f.° CD 13 y
14, ibídem); quienes manifestaron ser compañeras de
trabajo de la actora, que ella recibía órdenes del jefe
inmediato, cumplía un horario de trabajo y atendía sus
labores en las instalaciones de la entidad.

De igual manera, la imposición de horarios es


indicativo de subordinación laboral con arreglo al artículo
1º de la Ley 6ª de 1945, por cuanto se traduce en el
ejercicio de un poder por parte de quien lo establece, lo que
descarta la libertad y autonomía propias de los contratistas
independientes. Anuncia la norma en comento:

[…] Hay contrato de trabajo entre quien presta un servicio en


forma personal bajo la continuada dependencia de otro,
mediante remuneración, y quien recibe tal servicio. No es, por
tanto, contrato de trabajo el que se celebra para la ejecución de
una labor determinada sin consideración a la persona o
personas que hayan de ejecutarla y sin que éstas se sujeten a
horarios, reglamentos o control especial del patrono.

Acerca de este punto, la Sala ya se ha pronunciado en


sentencia CSJ SL, 11 dic. 1997, rad. 10153, reiterada en la
CSJ SL-829-2015, dijo sobre el tema:

[…] Importa anotar que el Tribunal en la sentencia recurrida


asienta que ‘…no (se) puede pregonar subordinación laboral por
el solo hecho de tener que cumplir el actor un horario cuando esta
situación deviene del objeto mismo del contrato administrativo….
Esta consideración supone la ignorancia del artículo 1º de la Ley
6ª de 1945, por cuanto en él se dispone que no es contrato de
trabajo ‘el que se celebra para la ejecución de una labor
determinada, sin consideración a la persona o personas que
hayan de ejecutarlo y sin que éstas se sujeten a horario,
reglamentos o control especial del patrono’. Frente a tan expreso
y claro tenor del artículo no puede razonablemente caber duda
de que la obligación que tiene quien presta un servicio personal
de cumplir con un horario es signo indicativo de subordinación,

SCLAJPT-10 V.00
31
Radicación n.° 62635

en la medida en que sujeta su actividad a las instrucciones que,


en lo que tiene que ver con la oportunidad en la cual debe
cumplir su labor, le impone quien recibe tal servicio, y por lo
tanto, constituye claro desarrollo de la facultad de someterlo a
reglamentos, además de ser una limitación de la autonomía en lo
referente a la libre disposición del tiempo que, de igual modo, es
manifestación de subordinación laboral, en cuanto implica
‘control especial del patrono’. Empero la ignorancia de tan
explícita disposición legal por el Tribunal constituye un error
jurídico, y como tal, desligado de la cuestión de hecho del
proceso, razón por la que debió ser atacado por la vía adecuada
para ello. (Subrayas fuera del texto).

Todo lo anterior, permite colegir que en el caso bajo


estudio, existió una verdadera relación de carácter laboral,
en tanto la actora desarrolló funciones propias del personal
de planta de la entidad, con sujeción a horarios y controles
y sin contar con autonomía en la manera en que efectuaba
su tarea, lo cual evidencia que aquella prestó sus servicios
de manera personal, bajo el poder subordinante del
demandado, sumado al pago de la remuneración mensual
de que dan cuenta los diferentes contratos celebrados. Por
tanto, se confirmará en ese punto la decisión del a quo.

Ahora bien, en el lapso comprendido entre el 19 de


septiembre de 2000 al 31 de mayo de 2009, aparecen en el
plenario un total de 26 contratos, en algunas de estas
vinculaciones se presentan interrupciones equivalentes a 1,
2, 3, 6, 9, 11 y 12 días. Sin embargo, en sentencia CSJ
SL5165-2017 esta Corporación sostuvo que,

[…] que los pequeños márgenes de tiempo existentes en días,


entre la terminación de un contrato y cuando se comienza a
ejecutar el siguiente, no lleva a una solución del vínculo
contractual, máxime que como lo adujo el Tribunal, la
demandante permaneció en el mismo cargo y desempeñando
iguales funciones…

SCLAJPT-10 V.00
32
Radicación n.° 62635

Y por ello, frente a esos espacios de tiempo, en este


caso en particular, no tendrían la virtualidad suficiente
para descartar la unicidad de la relación laboral.

Establecido lo anterior, se procede al estudio del


recurso interpuesto por el demandante, quien reclama,
básicamente, tres puntos: i) del despido injusto; ii) del
reconocimiento de beneficios convencionales; y, iii) de la
prescripción; como la indemnización pretendida se cimienta
en el contenido de la CCT 2001-2004, se iniciará por ese
tema.

Aplicación de la convención colectiva

Esta Corte ha indicado en asuntos similares al aquí


propuesto, que uno de los efectos que genera la declaratoria
de la relación laboral es la aplicación de los acuerdos
extralegales, es decir, que se deben hacer extensivas las
prerrogativas dispuestas para los trabajadores oficiales de
ISS.

En efecto, la Convención Colectiva de Trabajo (2001-


2004), celebrada entre el ISS y SINTRASEGURIDAD SOCIAL
(f.°123 al 193), según lo establece el artículo 3° de dicho
convenio y la jurisprudencia de la Sala, entre otras, en la
sentencia CSJ SL5165-2017, se dispuso que:

[…] con fundamento en el artículo 38 del Decreto 2351 de 1965,


que subrogó el artículo 471 del CST., y lo estipulado en el artículo
tercero de la convención colectiva de trabajo, se acredita la

SCLAJPT-10 V.00
33
Radicación n.° 62635

extensión de los beneficios convencionales, a quien se declare


tuvo la calidad de trabajador oficial, sin que fuere procedente
pretender que se demostrase ser miembro del sindicato.

Al punto, la Corte en sentencia CSJ SL del 3 jul. 2003, Rad.


20908, razonó:

Entonces, partiendo de la premisa probada en el proceso con las


confesiones antes analizadas, esto es, que SINTRAISS era el
sindicato mayoritario en la accionada, no puede decirse que el
Tribunal haya apreciado erróneamente la cláusula convencional
relativa a los "BENEFICIARIOS DE LA CONVENCION", pues, de
su texto se deduce que para su aplicación al actor no era
necesario que éste se encontrara afiliado a dicha organización
sindical, ni que se hubiera adherido a sus beneficios, como lo
sugiere la censura, ya que la Convención Colectiva contempla
que de la misma pueden beneficiarse los trabajadores oficiales -
Calidad del demandante que no se discute - no afiliados al
sindicato, mientras "no renuncien expresamente a los beneficios
de esta convención(...)".

De manera, que si el Tribunal concluyó que el vínculo contractual


de la demandante con el ISS era de naturaleza laboral y, en
consecuencia, tenía la calidad de trabajadora oficial, por lo que
se le aplicaba el convenio colectivo, esta inferencia resulta
razonable, si se considera la extensión de los beneficios
convencionales en la forma allí estipulada, y dado el carácter que
se reconoció al Sindicato celebrante.

Por consiguiente, deben estudiarse las solicitudes de


estirpe extralegal, respecto de las cuales se absolvió a la
demandada, previo estudio de la excepción de prescripción:
La vinculación laboral finalizó el 31 de mayo de 2009 y
la parte actora formuló reclamación el 17 de junio de 2009
(f.° 3 a 8, cuaderno del Juzgado), mientras que la demanda
se presentó el 9 de abril de 2010 (f.° 254, ibídem), por lo que
estarían prescritos los derechos laborales causados antes
del 17 de junio de 2006, salvo para el derecho a las
vacaciones, cuya prescripción es para las causadas antes
del 17 de junio de 2005.

Respecto de la prescripción del auxilio de las

SCLAJPT-10 V.00
34
Radicación n.° 62635

cesantías, esta Corporación ha hecho suficiente claridad,


como lo recordó en sentencia CSJ SL6552-2016, en la que
dijo:

Ya esta Sala acaba de establecer que el ad quem se equivocó al


aplicar la Ley 50 de 1990 al régimen de cesantías del
demandante, sin haberse detenido en la fecha de inicio de la
relación laboral por él establecida y que, justamente, sirve de
factor determinante de la normatividad a aplicar sobre la
materia; adicionalmente, esta Corporación tiene enseñado que el
auxilio de cesantías se hace exigible a la terminación del contrato
de trabajo, independientemente del régimen que las regule, dado
que es, a partir de ese momento, cuando el trabajador puede
disponer libremente de dicho concepto; por ello, el término
prescriptivo para las cesantías comienza a contabilizarse desde
la finalización de la relación laboral y no antes.

Al respecto esta Sala reiteró en sentencia CSJ SL, 10 jun. 2015,


rad. 43894, lo expuesto en la providencia CSJ SL, 30 ene. 2012,
rad. 37389, cuando expuso:

El tema objeto de debate fue clarificado por esta Sala de la Corte


al concluir que la prescripción del auxilio de cesantía empieza a
contarse desde la terminación del contrato de trabajo y no antes,
toda vez que es a partir de ese momento cuando el trabajador
puede disponer libremente de su importe y, en consecuencia, es
cuando efectivamente se hace exigible. Así lo puntualizó en la
sentencia del 24 de agosto de 2010, radicación 34393, en la que
expresó:

“En efecto, el auxilio de cesantía es una prestación social y


cualquiera que sea su objetivo o filosofía, su denominador
común es el de que el trabajador solo puede disponer
libremente de su importe cuando se termina el contrato de
trabajo que lo liga con su empleador. Pues durante la vigencia
de su vínculo, no puede acceder al mismo sino en casos
especiales que están regulados por la ley, en los cuales se
ejerce una de las tantas tutelas jurídicas a favor del
subordinado, que procura que sea correcta la destinación de los
pagos que por anticipos parciales de cesantía recibe como parte
del fruto de su trabajo, acorde con las preceptivas de los
artículos 249, 254, 255 y 256 del C. S. del T., 102 ordinales 2 -
3 y 104 inciso último de la Ley 50 de 1990, y artículo 4° de la
Ley 1064 de 2006.

En cambio, cuando el contrato de trabajo finaliza, el trabajador


puede disfrutar sin cortapisa alguna de dicha prestación, pues
la obligación del empleador en ese momento es la de entregarla

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bien directamente a quien fue su servidor o a través de los


fondos administradores según la teleología de la ley.

De conformidad con el criterio expuesto anteriormente, se debe


indicar que también erró el tribunal al haber declarado la
prescripción parcial de las cesantías.

En ese orden, no puede declararse probada la


prescripción de las cesantías.

a) Indemnización por despido sin justa causa. Al


respecto, esta Corporación ha considerado en los procesos
adelantados contra el ISS, que cuando media la declaración
judicial de contrato realidad, el contrato es a término
indefinido; ello se extrae de lo dispuesto en las cláusulas 5ª
y 117 de la convención colectiva de trabajo 2001-2004, que
obra a folios 183 a 253 del plenario, así puede verse en la
sentencia CSJ SL981-2019, que reitera lo expuesto en la
sentencia CSJ SL12223-2014, en la que se consideró:

[…] si el Tribunal dio por establecido que entre las partes existió
un contrato de trabajo entre el 1º de julio de 1991 y el 30 de
noviembre de 2003, en virtud del cual la demandante tuvo la
calidad de trabajadora oficial del I.S.S y era beneficiaria de la
convención colectiva de trabajo (2001-2004), debió advertir que
conforme al artículo 5º de dicho acuerdo convencional, por regla
general, los trabajadores del I.S.S se vinculan mediante contrato
a término indefinido, a excepción de los que ingresen para
desempeñar labores netamente transitorias.

En efecto, la cláusula 5º en comento, en el aparte pertinente


establece:

Los Trabajadores Oficiales se vinculan al Instituto


mediante contrato de trabajo escrito, a término indefinido,
el cual tendrá vigencia mientras subsistan las causas que le
dieron origen. Excepcionalmente, para labores netamente
transitorias, el Instituto celebrará contratos de trabajo escritos, a
término fijo, y tantas veces como sea necesario, cuya duración no
puede ser superior a la del cargo que se reemplaza, para cubrir

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vacancias temporales, por licencias de maternidad,


incapacidades, vacaciones, licencias voluntarias sin
remuneración, suspensión por orden judicial o administrativa,
permisos sindicales, compensatorios, comisiones de estudio y por
duración de la obra o labor y para cubrir vacancias definitivas
mientras se realiza el proceso de selección.

Los servidores del Instituto, vinculados a la firma de la


presente Convención, no clasificados como empleados
públicos en los estatutos del I.S.S. son Trabajadores
Oficiales con contrato de trabajo a término indefinido […]
(Negrillas propias de la Sala).

El yerro fáctico que se le enrostra al Tribunal se hace más


palpable aun si se tiene en cuenta que conforme al art. 117 del
mismo cuerpo convencional «Toda vinculación de personal que
efectué el Instituto para desempeñar actividades y funciones en
los cargos de las plantas de personal para los Trabajadores
Oficiales, deberá hacerse mediante contrato de trabajo a término
indefinido», lo cual, reafirma la conclusión a la que arrima esta
Sala de Casación en el sentido que la tipología contractual que
gobernó la relación de las partes fue un contrato a término
indefinido (negrilla del texto original).

Así las cosas, debe colegirse que el contrato de la


demandante fue a término indefinido y, para que pudiera
darse por terminado por parte del Instituto accionado, era
necesario que este invocara alguna de las justas causas
estipuladas en el artículo 7º del Decreto Ley 2351 de 1965,
conforme lo estatuye la cláusula 5ª de la CCT 2001-2004;
en la misma providencia arriba citada se concluyó que,
como la terminación ocurrió por vencimiento del plazo
pactado, que no es ninguna de esas justas causas, el
despido fue injusto y, en consecuencia, procede la
indemnización tarifada del artículo 5º de la convención, que
en lo pertinente establece:

Cuando el Instituto de por terminado un contrato de trabajo de


manera unilateral sin justa causa, deberá reconocer y pagar al
Trabajador afectado una indemnización por despido así:

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a) Cincuenta (50) días de salario cuando el trabajador tuviere


un tiempo de servicios no mayor de un año.

[…] d) Si el Trabajador tuviere diez (10) años o más de servicios


continuo, se le pagarán cincuenta y cinco (55) días adicionales de
salario sobre los cincuenta (50) básicos del literal a), por cada
uno de los años de servicio subsiguientes al primero y
proporcionalmente por fracción.

Dado que el último salario devengado por la actora fue


de $2.835.594 y prestó un total de 8 años, 8 meses y 12
días de servicio, le corresponde la suma de $44.755.125,30
(473.5 días multiplicado por $94.519.80 de salario diario).

En consideración a que el juzgador de primera


instancia absolvió por este concepto, se revocará su
decisión.

b) Cesantías: El Juzgado de primer grado condenó


únicamente por el período no prescrito, como quiera que no
procede la prescripción respecto de esta prestación, tal
como se anotó en precedencia, se procede a liquidar la
cesantía causada durante todo el tiempo de la relación
laboral, esto es del 19 de septiembre de 2000 al 31 de mayo
de 2009, lo que arroja un total de $19.976.199, en este
sentido se modificará la condena impuesta por el a quo,
como se aprecia en el cuadro que sigue:

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c) Intereses sobre las cesantías: En principio los


trabajadores oficiales no reciben intereses de cesantía de su
empleador, pues esta obligación se encuentra en cabeza del
Fondo Nacional del Ahorro (D.3118/68, artículo 33). Sin
embargo, la petición se finca en el artículo 62 de la
Convención Colectiva de Trabajo vigente para los años
2001-2004, la cual prevé el pago de los mismos, así:

Sobre el monto de las cesantías liquidadas a 31 de diciembre de


2001, el Instituto reconocerá a partir del primero de enero de
2002, intereses equivalentes al 15% anual. En el caso de los
trabajadores que no gocen de prima técnica, esta tasa de interés
se incrementará en un punto. Los intereses aquí señalados se
pagarán en el mes de enero del año siguiente, esto es, enero de
2003. En los años subsiguientes, el saldo de dichas cesantías
acrecentado con las cesantías anuales liquidadas por el año
inmediatamente anterior, y disminuido en el monto de las
cesantías parciales pagadas durante la vigencia, causaran
intereses a las mismas tasas y para los mismos grupos de
trabajadores, antes señalados.

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Establecido el monto de las cesantías adeudadas, al


aplicarse la tasa de interés del 15 %, nos arroja la suma de
$2.996.430, como la primera instancia condenó al pago de
$2.014.339.59, se modificará su decisión.

d) Primas de servicio: El artículo 50 de la convención


colectiva de trabajo, prevé que los trabajadores oficiales
tendrán derecho a dos primas de servicios al año,
equivalentes cada una de ellas a quince días de salario,
«pagaderas así: Quince (15) días de salario, en los primeros
quince (15) días de junio y quince (15) días de salario en los
primeros quince (15) días de diciembre». Empero, como ya se
dejó anotado, se encuentran prescritos todos los créditos
laborales causados con anterioridad al 17 de junio de 2006
y como quiera que el pago de la prima de servicios, por lo
que se ordenará el pago de las primas de junio y diciembre
de cada anualidad posterior, así:

 Junio de 2006, $1.316.798.50


 Diciembre de 2006, $1.316.798.50
 Junio de 2007, $1.316.798.50
 Diciembre de 2007, $1.316.798.50
 Junio de 2008, $1.316.798.50
 Diciembre de 2008, $1.316.798.50
 Junio 2009, $1.181.497.50

Para un total de $9.082.288.50, como la primera


instancia impuso esta condena por $5.131.893, se
modificará su decisión.

e) Prima técnica, conforme el artículo 41 A de la CCT,


a partir del año 2002, se reconocería esta prestación a los
profesionales no médicos que laboran en el ISS, equivalente

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al 10 % de la asignación básica mensual para los cargos de


profesionales generales y del 12 % para los profesionales
especialistas, la cual se pagaría mensualmente y sin
connotación salarial. En el sub lite consta en la
contratación que la actora tenía la calidad de abogada
especialista en investigación criminal, por lo que
corresponde pagar la mencionada prestación durante el
período no prescrito, así:

Del 17 de junio de 2006 al 31 de mayo de 2009, en


cuantía de $10.994.772.39, discriminados en la siguiente
forma: del 17 de junio de 2006 al 28 de febrero de 2009
($316.031.64 x 31.56 meses = $9.973.958.55) y del 1º de
marzo al 31 de mayo ($340.271.28 x 3 meses =
$1.020.813.84).

Las costas en ambas instancias estarán correrán por


cuenta de la entidad demandada.

XIV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia dictada el seis (6) de febrero de dos mil trece
(2013) por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, dentro del proceso ordinario laboral
seguido por OLGA LUCÍA BELALCÁZAR ZAFRA contra el
INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES.

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En sede instancia, RESUELVE:


PRIMERO: MODIFICAR el numeral segundo de la
sentencia dictada el 5 de abril de 2011 y complementada el
22 de septiembre del mismo año, por el Juzgado Veintiocho
Laboral del Circuito de Bogotá, el cual quedará así:

SEGUNDO: CONDENAR al INSTITUTO DE SEGUROS


SOCIALES a pagar a OLGA LUCÍA BELALCAZAR
ZAFRA, los siguientes valores y conceptos:

Cesantía de todo el tiempo laborado: diecinueve


millones novecientos setenta y seis mil ciento noventa
y nueve pesos ($19.976.199).

Intereses de cesantía: dos millones novecientos


noventa y seis mil cuatrocientos treinta pesos con
59/100 ($2.996.430).

Primas de servicio convencionales de junio y


diciembre: nueve millones ochenta y dos mil
doscientos ochenta y ocho pesos con 50/100
($9.082.288.50).

Prima técnica: diez millones novecientos noventa y


cuatro mil setecientos setenta y dos pesos con 39/100
($10.994.772.39).

CONFIRMAR en lo demás, el numeral en cuestión.

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SEGUNDO: REVOCAR el numeral sexto de la


sentencia dictada el 5 de abril de 2011, en el sentido de
condenar al pago de indemnización por despido injusto, en
la suma de cuarenta y cuatro millones setecientos
cincuenta y cinco mil ciento veinticinco pesos con 30/100
($44.755.125.30).

TERCERO: MODIFICAR el numeral tercero de la


sentencia dictada el 5 de abril de 2011 y complementada el
22 de septiembre del mismo año, por el Juzgado Veintiocho
Laboral del Circuito de Bogotá, en el sentido de declarar no
probada la excepción de prescripción respecto de las
cesantías, confirmarlo en lo demás.

CUARTO: CONFIRMAR en lo demás la sentencia


cuestionada.

Costas como se dijo en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

CECILIA MARGARITA DURÁN UJUET

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

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