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Los niños con TEA a menudo maduran más lentamente que sus compañeros en los aspectos
sociales, emocionales y de comunicación pero sus cuerpos se desarrollan a una velocidad similar a
los demás. Es decir, la pubertad les llega a la vez a todos, pero el muchacho con TEA puede estar
todavía psicológicamente en la infancia cuando sus compañeros están claramente en la
adolescencia. Dicho en otras palabras, los adolescentes con TEA pueden tener las llamadas de un
cuerpo adulto -las famosas hormonas- mientras que su madurez social, emocional o psicológica es
menor y no les ayuda a comprender esas sensaciones. Por eso, los muchachos con TEA pueden
tener respuestas peculiares a lo que está sucediendo en sus cuerpos y pueden necesitar más
apoyo y guía en esta época de transición.
El uso de espacios debe cambiar. Debes empezar pronto a enseñar el concepto de privacidad. Los
niños con TEA normalmente están siempre con alguien pero eso no va a seguir igual y es necesario
que aprenda a distinguir lo público de lo privado, que hay cosas que son específicas de cada
ámbito y cómo debe buscar su propio espacio o proteger sus momentos de privacidad y respetar
los de los otros.
Las normas de higiene deben cambiar. Los niños pueden empezar a afeitarse ocasionalmente. Las
niñas a usar compresas o tampones y el olor corporal suele acentuarse por lo que los
desodorantes deben incorporarse a la limpieza personal cotidiana.
El lenguaje debe cambiar. Las palabras que usamos para nuestras partes íntimas o para algunas
funciones orgánicas tienen que adaptarse a una nueva edad. Debes ayudar en esa transición para
que entienda lo que se va a hablar a su alrededor, no sea objeto de bromas ni de acosos y prepare
su entrada en la vida adulta.
La educación sobre protección personal debe cambiar. Hay que enseñarles normas de lo que no
está permitido, nadie debe tocarles en sus partes íntimas ni ellos deben hacerlo con las de nadie y
si algo así sucede deben decírselo a papá o a mamá, lo mismo que si algún compañero les empuja
hacia algo de connotaciones sexuales.
Déjale hacer las cosas. A menudo estamos tan acostumbrados a tomar decisiones y hacer cosas
por un niño con necesidades especiales que nos sale naturalmente y casi ni nos damos cuenta. Eso
hace que cada vez sea más dependiente y es mucho mejor camino hacer lo contrario: estirar un
poco los límites, ponerle en situaciones nuevas bajo tu mirada cercana. Déjale que haga las tareas
incluso si le lleva más tiempo completarlo. Comparte con él las decisiones que haya que tomar y
déjale elegir cosas todos los días. Intenta ampliar el rango de nuevas experiencias, incluso si al
principio no le hace mucha gracia o necesita un apoyo extra. Todo es útil para su educación y su
maduración.
En páginas web como kc.vanderbilt.edu/healthybodies/ hay ayudas visuales sencillas que te
pueden ayudar.