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Introducción

La teoría psicoanalítica o psicoanálisis es una pseudociencia que fue fundada a finales del siglo XIX
(alrededor de 1896) por el neurólogo austríaco Sigmund Freud, uno de los intelectuales más
influyentes del siglo XX. Esta teoría trata de explicar las fuerzas inconscientes que motivan al
comportamiento humano, es decir, aquellos conflictos internos que aparecen durante la niñez y
que afectan, a posteriori, a los comportamientos y emociones del individuo. En el Psicoanálisis la
sexualidad es la base del desarrollo de las personas.

El inconsciente era una palabra que existía en la época de Freud, la utilizaban distintos autores.
Freud intentó precisar el concepto, proponiendo una división de la mente en tres capas o niveles,
el ello, el yo y el superyó.

Orígenes.

Con esta teoría, Freud rompía con la creencia de que la sexualidad se nacía en la adolescencia,
pues él afirmaba que ésta es una constante en la vida del sujeto desde el nacimiento, se estructura
a lo largo del tiempo y además, pasa por diferentes etapas. Esta organización depende de cómo se
acoplen los diferentes procesos que se dan en un individuo que son tres: los biológicos, los
psicológicos y los socioculturales. La disposición de estos tres elementos serán fundamentales para
el desarrollo del ser humano.

Todos poseemos emociones, sueños, pensamientos, motivaciones... pero también conductas, es


aquí donde incide el autor en su teoría, pues piensa que el origen de estas conductas es la
sexualidad de cada uno. Además, explica que los primeros años de vida son decisivos en el
desarrollo de la personalidad, es aquí donde la sexualidad cobra mayor importancia, pues
comienza a darse los conflictos entre los impulsos biológicos sexuales del niño y los límites
impuestos por la sociedad.

Dentro del Psicoanálisis, la Teoría Psicosexual explica que existen tres componentes fundamentales
dentro de la personalidad: el ello, el yo y el super yo. El ello es la parte en la que se satisfacen los
deseos, en la que aparecen los primeros impulsos de la mente humana. No hay noción del tiempo
ni tampoco de lo bueno o lo malo, simplemente se llega a la satisfacción de las necesidades de
cada uno. Por su parte el yo es la parte consciente de ello. Es aquí donde aparece el sentido común
y la razón, no se basa en satisfacción si no en la realidad que rodea al individuo. Por último,el super
yo es la parte relacionada con lo moral,con la ética que nos han enseñado desde pequeños. Estas
enseñanzas provienen de muchas fuentes, los padres, el colegio, la religión... son doctrinas que
frenan la conducta. Así Freud estipulaba una parte inconsciente en el individuo (el ello), una parte
consciente, (el yo) y una parte moral (el super yo).
Fundamentos.

Además, el autor definía que dentro del Psicoanálisis, la organización psicosexual se establecía en
dos períodos diferenciados: el período pregenital y el período genital.

El período pregenital transcurre desde que el individuo nace hasta la pubertad. Es una fase en la
que la sexualidad aparece como una herramienta para satisfacer las necesidades, aquí el objetivo
principal es la búsqueda de placer y evitar el dolor. Esta búsqueda, aunque tiene como base la
sexualidad, no tiene porqué satisfacer siempre las necesidades sexuales pues también se habla de
la necesidad de comer, de beber, de afectividad... En este periodo el niño busca la manera de llegar
a complementar rápidamente todo lo que le da placer, lo que se conoce como necesidades básicas.
Cuanto antes llegue a encontrar el camino para satisfacerlas, antes comenzará a centrarse en la
parte psíquica del cuerpo, a organizar su vida en este campo.

Por su parte, el período genital aparece a partir de la adolescencia. El desarrollo de los genitales
suma una nueva necesidad en el individuo, antes desconocida para él, la necesidad de la
reproducción. Aquí se comienzan a establecer los vínculos sexuales con otros individuos. Freud
mantenía que si se superaban estas dos etapas de forma satisfactoria, se llegaba a la edad adulta
correctamente y se desarrollaba una vida adulta sana, en caso contrario, el ser humano es capaz
de establecer mecanismos de defensa y represiones que pueden llegar a ser muy perjudicial para
él mismo.

Con la Teoría Psicoanalítica, Sigmund Freud quería demostrar que la mayor parte de actividades
que realiza el ser humano son inconscientes, dejando un pequeño porcentaje para otras que las
realizamos conscientemente. La gran mayoría de ellas provienen desde la niñez, que se van
desarrollando a lo largo de nuestras vidas. Es por ello, que los conflictos que surgen desde
pequeños se deben ir paliando poco a poco y enseñando para que no influyan, a posteriori, en
nuestra vida adulta. Teniendo en cuenta todo ello, para Freud la sexualidad es una parte
fundamental en el desarrollo del ser humano y, sobre todo, de la conducta, es por eso que su
teoría está muy ligada a lo sexual. La teoría psicoanalítica trata de explicar el por qué los individuos
actúan de una manera u otra, dependiendo del contexto en el que se encuentren. Si bien es cierto
que, al basarse en el estudio del sujeto en sí mismo, no se considera una teoría científica
puramente dicha, sino un modelo más metafórico.

El psicoanalista utiliza para esto la asociación libre, la transferencia y la interpretación del discurso
del paciente, poniendo especial énfasis en los sueños y los lapsus (actos fallidos).

El psicoanálisis tiene como método básico la asociación libre, denominada "regla fundamental". El
paciente es conminado a comunicar a su analista todas sus ocurrencias y asociaciones, tales como
los sueños, los deseos, las esperanzas, fantasías, recuerdos de la infancia, etc.
Los sueños son considerados como la "vía regia del inconsciente". Para el psicoanálisis, estos
representan deseos insatisfechos, los cuales generalmente se disfrazan por ser inaceptables para la
organización consciente del individuo.

El Psicoanálisis y las nuevas formulaciones psicoanalíticas: la búsqueda de la causa inconsciente de


la conducta.

El psicoanálisis es una teoría desde la que se consideró que la historia del individuo, sobre todo los
primeros años, es esencial para comprender el funcionamiento adulto. Para Freud, padre del
psicoanálisis, los primeros conflictos determinan en parte el funcionamiento adulto. El
psicoanálisis supuso una ruptura con la línea dominante, al considerar que para interpretar
nuestros actos hay que considerar un conjunto de mecanismos inconscientes.

Para Freud el psicoanálisis no constituye una búsqueda científica imparcial, sino que es un acto
terapéutico cuyo objetivo es modificar el comportamiento. Posteriormente añadió que la
elaboración y extensión de la teoría hace que el psicoanálisis sea, además de una técnica
terapéutica y de una teoría auxiliar de la patología, una teoría del psiquismo humano. El carácter
general de la teoría lo reafirmó cuando insistió en la identidad de los contenidos psíquicos de los
individuos neuróticos y sanos: los primeros fracasan donde los segundos consiguen resolver los
conflictos.

Autores como Moscovici (1961) han señalado que visión del ser humano propuesta por el
psicoanálisis forma parte de las representaciones mentales de las personas.

La teoría psicoanalítica basa su información en tres fuentes de información: la observación directa,


los recuerdos infantiles y las interpretaciones. Sin embargo, la observación no era suficiente pues
chocaba con la actitud que los adultos tenían respecto a la sexualidad infantil, por esto Freud no
comunicó jamás sus observaciones sobre el comportamiento infantil, a excepción del juego de la
bobina de su nieto y de las observaciones procedentes del análisis del pequeño Hans.

El niño de la teoría psicoanalítica era una elaboración teórica basada en las interpretaciones que
hace el psicoanalista de los recuerdos infantiles; es reconstrucción más que construcción, lo que
plantea numerosos problemas de validez. Esta situación cambió con los trabajos de autores como
A. Freud, Hartmann, Winnicott, Kris, Erikson, Spitz o Mahler que introdujeron la observación
directa como método para validar, corregir o completar las reconstrucciones de la teoría
psicoanalítica.

Al analizar la concepción del desarrollo de Freud hay autores, como Zukier (1985) , que afirman
que no hay un concepto del desarrollo en él salvo la compulsión a la repetición; sin embargo, hay
otros, como Morss (1996) que señalan que Freud rompe con un desarrollismo uniforme. A pesar
de planteamientos como los de Zukier, podemos establecer algunas tendencias generales en la
evolución del individuo tal y como lo concibió Freud:
La sucesión de las fases del desarrollo de la sexualidad tiene una base biológica, pero existen
múltiples maneras de resolver los conflictos presentes, tanto las pulsiones del Yo
(autoconservación) como diferentes factores externos pueden jugar un papel decisivo.

Estas fases son cualitativamente diferentes, es decir, no presentan semejanza alguna.

La evolución normal puede dar lugar a desvíos, dominados por dos mecanismos fundamentales,
por un lado la fijación de la libido en fases u objetos anteriores en el desarrollo, y por otro la
regresión o tendencia a volver a las fases no superadas.

Los conflictos entre las pulsiones y el Yo constituyen un factor dinámico de gran importancia tanto
en el desarrollo normal como en las desviaciones patológicas; es la manera de resolverlos lo que
determina una u otra dirección.

El proceso de individuación es una larga evolución que va desde una indiferenciación primitiva, en
la que no hay represión diferenciada ni separación entre acción y percepción (narcisismo primario),
a un estado de diferenciación progresiva (narcisismo secundario) que desemboca en la elección
objetal.

Además, en la concepción del desarrollo de la teoría psicoanalítica hay dos conceptos que juegan
un papel central: la represión y el conflicto psíquico. La represión es el proceso que tiene lugar
cuando una pulsión (de naturaleza sexual o agresiva) se enfrenta a resistencias del individuo que la
privan de su satisfacción por considerarla peligrosa. Esta pulsión, con sus aspectos emocionales,
perceptivos y representativos, permanece en el inconsciente y es olvidada. El proceso de oposición
entre pulsión y resistencias se traduce en un conflicto en el que interviene la conciencia. En el caso
normal se resuelve del conflicto cuando la pulsión es apartada y su energía eliminada, pero en
otros casos el Yo reprime el conflicto impidiéndole su realización, la emoción reprimida que
acompaña la pulsión guarda su fuerza energética y el Yo tiene que luchar de manera permanente
contra ella; el elemento reprimido, que se ha vuelto inconsciente puede buscar soluciones para su
realización que darán lugar a los síntomas neuróticos.

Por otro lado, con respecto al desarrollo sexual, Freud propuso que cualquier individuo atraviesa
una serie de fases en su desarrollo sexual, cada fase se caracteriza por una zona erógena, zona del
cuerpo que produce la satisfacción de la libido) y el desplazamiento de estas zonas dominantes
conlleva la sucesión de una fase a otra. Cada fase se caracteriza por un tipo de relaciones objetales
y de mecanismos psíquicos que nos indican la evolución de la personalidad del individuo y de su
socialización progresiva. Estas fases reciben el nombre de oral, anal, fálica, de latencia y genital.

Para entender el concepto de sexualidad de Freud hay que entender que él la consideró en un
sentido amplio, de manera que, como indicó en su libro Tres ensayos sobre la teoría de la
sexualidad, la sexualidad es una función corporal que persigue la obtención de placer y que no se
halla reducida a los órganos genitales, por esto consideró que los bebés nacen con necesidades
sexuales. Esta idea de considerar la infancia como la sede de complejas pulsiones sexuales chocó
con la imagen de la imagen de la infancia considerada como un periodo de inocencia y armonía
(Martí, 1991) .

La teoría psicoanalítica ha sido enjuiciada resaltando los aspectos positivos y negativos. Bradley
(1992) señaló tres inconvenientes en la teoría de Freud:

Las dificultades admitidas por Freud para explicar los deseos y el desarrollo mental de las mujeres
(como confesó al final de su vida consideraba particularmente difícil de entender el desarrollo
psicológico de las niñas). El autor relacionó de una manera arbitraria la masculinidad y la feminidad
con la actividad y la pasividad, además consideró que tanto varones como mujeres eran bisexuales,
sin embargo, la tendencia general en su pensamiento era considerar a las mujeres como más
pasivas y menos capaces que los hombres, tanto desde una perspectiva intelectual como moral.
Para Bradley, Freud describe la sexualidad infantil basándose en el desarrollo del niño varón; el
control paterno del hijo se reafirma a partir de la comprensión del hijo de que el padre es capaz de
castrarlo y el niño cree que esto es posible porque como las niñas carecen de pene ya han sido
castradas; en esta descripción del género, la niña va a rivalizar con el padre por la posesión sexual
de la madre, pero las diferencias anatómicas le obligan a darse cuenta que ya ha sido castrada, por
lo que se enfrenta a la madre por no haberle dado un pene y se vuelve hacia el padre para que le
de uno. La represión de la niña de su deseo de tener relaciones con su padre es menos fuerte que
en el niño ya que la niña no tiene nada que perder, al tener menos incentivo para identificarse con
el padre carece de un superyo fuerte y como resultado tiene un menor sentido de la moralidad y la
justicia y es menos capaz de pensar objetivamente.

Los defectos en los datos de la observación y en el apoyo lógico a la teoría freudiana de las
pulsiones. Como señaló M. Klein (1928) el complejo de Edipo tiene lugar mucho antes de lo que
Freud había pensado, incluso durante el primer o segundo año de vida.

Las dudas acerca de la relación causal entre los relatos de los pacientes sobre su infancia y sus
neurosis. Ya Freud en 1897 había sospechado que las descripciones de los adultos de sus
sentimientos infantiles podrían tener más que ver con sus propios deseos y preocupaciones
actuales que con lo que realmente había sucedido en el pasado.

Además de estas críticas, también se le ha criticado al psicoanálisis la tendencia hacia la


normalización, es decir, la prescripción normativa de formas particulares de relación o modelos de
cambio. Por último, también se ha tildado de no ser científica y no preocuparse por la verificación
de hipótesis.

Como autores más significativos, además de S. Freud, dentro de esta teoría destacamos: Lacan,
Erikson, Klein, Mahler y Winnicott.

En primer lugar, Lacan en el artículo titulado: el estadio del espejo como formador de la función
del yo, tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica, nos explica como cambian y
maduran los bebés, describiéndolos como psíquicamente fragmentados. El recién nacido tiene un
conocimiento mínimo del yo, hay una falta clara de los límites entre su propio cuerpo y el mundo, y
este cuerpo es experimentado como fragmentado y anárquico. La etapa del espejo aparece
durante el primer año de vida, la experiencia del bebé de verse en un espejo es un paso evolutivo
crucial; el reflejarse es en algún sentido reconocido como siendo el yo, pero también es reconocido
como siendo otra cosa que el yo. Además para este autor el lenguaje se conexiona con el género,
la entrada en el mundo del lenguaje (mundo simbólico) es también una entrada a un mundo
dividido en el género de los sujetos.

En segundo lugar, Erikson con su teoría epigenética estudió el papel de la realidad social,
centrándose en la relación del Yo con las exigencias sociales y culturales y la evolución a lo largo de
todo el ciclo vital (de la infancia a la senectud). El desarrollo lo describió en una sucesión de ocho
estadios cada uno caracterizado por dos polos opuestos que muestran las nuevas capacidades y
necesidades del Yo en respuesta a ciertas demandas sociales. Los estadios se caracterizan por un
sentimiento de crisis que puede ser vivido como un conflicto entre tendencias opuestas. Los
estadios son los siguientes:

Confianza elemental vs. desconfianza.

Autonomía vs. vergüenza y duda.

Iniciativa vs. culpa.

Laboriosidad vs. inferioridad.

Identidad vs. confusión de identidad.

Intimidad vs. aislamiento.

Generatividad vs. estancamiento.

Integridad vs. desesperación.

Por último, indicó que cada sociedad satisface cada fase del desarrollo de sus miembros por medio
de instituciones específicas (cuidados parentales, escuela, maestros, ocupaciones, etc.).

En tercer lugar, señaló que es necesario examinar el mundo interior del individuo a través de los
objetos interiores, fantasmas y mecanismos de defensa. Existen dos posiciones que definen las
relaciones de objeto, no son fases sino formas de funcionamiento psíquico: la posición
esquizoparanoide y la posición depresiva. En la primera, que se corresponde con el primer
trimestre de vida aunque puede persistir o resurgir en otras fases de la vida, el individuo se
relaciona con objetos parciales, siendo el pecho materno el principal para el lactante. En la
segunda, en la que se toma conciencia del objeto total y único (la madre), se inicia en el individuo
el sentido de la realidad, la comunicación con los demás o la capacidad para la identificación con el
otro.
Por su parte, Mahler, cuyas ideas provienen de las observaciones directas de niños y niñas
normales y psicóticos (autistas), señaló que la evolución de la relación objetal se lleva a cabo en
tres fases. La primera fase es la denominada autística, durante las dos primeras semanas de vida, y
en ella no se hace distinción entre uno y los demás. En el segundo mes comienza la fase simbiótica
en la que el bebé, confusamente, se hace consciente del hecho de que la reducción de sus
tensiones viene del exterior, en tanto que la tensión se origina en él. La tercera etapa llamada
reacercamiento, hasta el final del segundo año, se caracteriza por un claro conflicto entre el
movimiento que empuja al sujeto a la exploración del mundo y la creciente atención que demanda
a su madre.

Y por último, para Winnicott habría esencialmente dos estadios: el de la dependencia absoluta,
cuyo fin es que el proceso de desarrollo no sea turbado y el de la dependencia relativa en el que el
lactante comienza a ser consciente de su dependencia. Además propuso el concepto de objeto
transaccional.

Se presenta el estudió de la conducta, las emociones, los pensamientos, las motivaciones. Así
mismo se define a la represión como un mecanismo de defensa que cuya esencia es rechazar y
alejar los deseos que son dolorosos o moralmente inaceptables para el yo. Estos pensamientos o
ideas, tienen para Freud un contenido sexual.

El psicoanálisis emplea el término de pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para
el estudio del comportamiento humano.

Se conocerán los diferentes aspectos que integran los mecanismos de defensa según la teoría de
Sigmund Freud.

Se explican las diferentes etapas de desarrollo psicosexual por las cual atraviesa el individuo desde
su nacimiento y las repercusiones de fijación de alguna etapa, y su interrogación acerca de lo que
es el desarrollo psicosexual del niño.

Desarrollo

Freud Sigmund. Médico austríaco (Freiberg, hoy Pribor, Moravia 1856 - Londres 1939 Nació en una
familia de comerciantes judíos bastante acomodados. Médico, Fisiólogo, Neurólogo Asistente de
Breuer (Estudio sobre la Histeria).

Uno de los principales autores que influyeron en la obra de Freud fue Friederich Nietzsche,
coincidía con Freud en donde decía que las ideas morales tenían por fuente una fuerte agresión
interiorizada. Otro autor fue Arthur Shopenhauer, ambos visualizaban a la voluntad, la sexualidad,
el dominio de la razón y la centralidad de la represión, como factores determinantes en la
personalidad. Brücke influyó en el pensamiento de Freud en cuanto a los orígenes biológicos de la
conducta. Charcot postuló la idea de que era posible inducir o mitigar los síntomas histéricos
mediante sugestión hipnótica, aunque Freud dejó en claro que estos síntomas requerían de una
explicación psicológica
Aunque se le atribuya a Freud el descubrimiento del inconsciente no lo es así, ya los antiguos
griegos hablaban del estudio de los sueños, Goethe y Friedrich habían buscado las raíces de la
creación poética del incosciente. Pero es la obra de Freud la que dio interés e introdujo el término
de "inconsciente" al léxico vulgar.

El método psicoterapéutico para el tratamiento de trastornos psíquicos, que utiliza técnicas de


asociación libre y la interpretación de los sueños. Es una teoría de la personalidad basada en
conceptos como la motivación inconsciente, el yo, el ello y el superyó. Con el descubrimiento del
psicoanálisis, Freud introduce una ruptura radical con lo que después se llamará las ciencias
humanas y también con lo que constituía hasta entonces el centro de la reflexión filosófica, es
decir, la relación del hombre con el mundo.

En la antigüedad la sexualidad se trataba como un tema únicamente para adultos, sin embargo,
hoy se sabe que la sexualidad humana es un tema que se forma a través de todas las etapas de la
vida, teniendo como base que la sexualidad está íntimamente relacionada con la afectividad, la
capacidad de amar, el adecuado rol del género, la identidad con nuestro género, la orientación
sexual, los valores sobre la vida, el amor y las relaciones interpersonales, etc. vemos que la
sexualidad es fundamental en el humano, en cada una de las etapas de vida y se manifiesta de
diferente manera desde que nacemos hasta que morimos.

Freud postulaba que nada ocurre al azar, todos los pensamientos y todas las conductas poseen un
significado preciso. Todos los fenómenos mentales (pensamiento, recuerdo, sensación, acto)
tienen una intención consciente o inconsciente y están determinados por los sucesos que le
preceden. En sus teorías establecidas otorgaba sus conceptos a los diferentes términos

 El Consciente. Es una de las tres partes en las que Freud divide la mente. Representa una
pequeña parte de la mente. Comprende lo que percibimos en el momento.
 El Inconsciente. Cuando un pensamiento o sentimiento consciente no parece guardar
relación con los pensamientos y sentimientos que le preceden, y cuando se detectan los
lazos que motivan dicha acción, a esta relación le llamamos inconsciente. En el
inconsciente se encuentran los elementos instintivos. Los materiales inconscientes se
caracterizan por su vivacidad y su inmediatez. El inconsciente es atemporal.
 El Preconsciente. Forma parte del inconsciente Pero esta parte es accesible a la memoria.
Hace las veces de un almacén de recuerdos de la conciencia funcional.

Estructura de la Personalidad

EL ELLO Es el núcleo original en donde de donde se derivan todos los demás aspectos de la
personalidad. Posee una naturaleza biológica y hace las veces de reserva de energía en el resto de
la personalidad. Es primitivo y desorganizado No sufre modificaciones con el crecimiento y
madurez de la persona. El objetivo del Ello es reducir reducir la tensión, incrementar el placer y
minimizar el dolor. El contenido del ello es casi completamente inconsciente. El contenido de las
experiencias que se han negado o reprimido tienen el poder suficiente como para influir sobre la
conducta de la persona, sin importar el paso del tiempo.
Estructura de la Personalidad EL YO Es la parte de la psique que mantiene contacto con la realidad
externa. Su fin es el de conservar la salud, la seguridad y la cordura de la personalidad. Sus
características principales son: Control de los movimientos voluntarios Tomar consciencia de los
hechos externos Relacionarnos con el pasado Se esfuerza por controlar las exigencias de los
instintos. Fue creado por el Ello con el fin de controlar la tensión. Responde a las oportunidades a
diferencia del ello que responde a las necesidades.

Estructura de la Personalidad EL SUPERYO Surge del Yo Hace las veces de juez sensor de las
actividades y reflexiones del Yo. Sus funciones son: La conciencia La auto observación La formación
de ideales. Estos subsistemas se van relacionando y como en todo, una parte tiende a dominar a
las otras, el objetivo de la psique es conseguir un nivel aceptable de equilibrio dinámico. La función
del psicoanálisis consiste en fortalecer el yo, independizarlo de las severas limitaciones del superyó
y aumentar su capacidad de aceptar materiales reprimidos u ocultos por el Ello.

"Mecanismos de Defensa"

Condensación: Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola
imagen u objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo.

Represión: Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían
dolorosos si se mantuvieran en el nivel consciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de un
familiar fallecido.

Identificación: Es lo contrario de la represión. La persona establece aquí una relación entre ella
misma y otro personaje o grupo (normalmente con más fama que la persona que utiliza este
mecanismo) de forma que participa de la gloria de aquel y evitar sentirnos incompetentes. Se
emplea a menudo como una forma de autodefensa en situaciones donde el sujeto se siente
totalmente desvalido.

Fantasía: Este mecanismo sería algo parecido a soñar despierto, al dar rienda suelta a su fantasía
algunas personas escapan de sucesos desagradables. Se da cuando la persona ante la
insatisfacción que siente recurre a la imaginación y experimenta a través de los sueños lo que no
puede experimentar en la realidad. Las personas que con mucha frecuencia sueñan despiertas
descubren que sus propias creaciones son más atractivas que la realidad.

Negación de la realidad: Uno de los mecanismos de defensa mas comunes es la negación, no


reconocer una realidad dolorosa o amenazadora. Significa oponerse a reconocer la existencia de
experiencias desagradables, de las que se está consiente, para protegerse, es un engaño asimismo.
Es cuando una persona pierde a un familiar muy querido, como por ejemplo su madre, y se niega a
aceptar que ella ya ha muerto y se convence a si mismo que solo esta de viaje u otra excusa.

Intelectualización: La persona maneja las experiencias potencialmente angustiosas como si fueran


objetos de estudio o de curiosidad, a fin de evitar comprometerse emocionalmente.. Consiste en
buscar un lenguaje sofisticado para marcar diferencias con el resto de la gente
Búsqueda de atención: Seria aquel mecanismo que las personas que no se resignan a quedar en
segundo lugar utilizan. Esta búsqueda de atención muestra algún tipo de carencia o déficit que hay
por detrás, que abra que estudiar. Así, actos como marearse en público pueden ser utilizados para
llamar la atención de forma inconsciente.

Auto Observación: El individuo se enfrenta a amenazas internas o externas reflexionando sobre sus
propios pensamientos, sentimientos, motivaciones y actuando de acuerdo con ellos.

Sentido del humor: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales haciendo hincapié en los
aspectos divertidos o irónicos de los conflictos o situaciones estresantes.

Supresión: El individuo se enfrenta a los conflictos emocionales evitando intencionalmente pensar


en problemas, deseos, sentimientos que le producen malestar. Así mismo Freud plantea que los
mecanismos de defensa; y la clasifica la proyección y la negación.

Proyección: Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos
cercanos.

Negación: Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no
existieran.

Introyección: Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de


otra.

Formación reactiva: Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más
agradable.

Aislamiento: Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como
manera de soportar los hechos.

Desplazamiento: Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los


sentimientos asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder
con las personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas.

Racionalización: Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable.
Afiliación: El individuo, ante una amenaza interna o externa, busca ayuda y apoyo en los demás.
Altruismo: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las
necesidades de los demás.

Anticipación: El individuo, ante amenaza interna o externa o conflicto, anticipa las consecuencias y
considera de forma realista soluciones alternativas.

Freud, nos menciona que existen 5 etapas psicosexuales las cuales las tres primeras formaran la
personalidad del individuo y nos las explica a continuación.

ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL


ETAPA ORAL. Comienza con el nacimiento Las necesidades se gratifican por medio de la lengua, los
labios y más tarde los dientes. La boca es la primera parte del cuerpo que controla el lactante. El
pequeño asocia tanto el placer como la reducción de la tensión al proceso de alimentación. Al
aparecer los dientes surge el medio para la gratificación de los instintos agresivos como lo es el
morder el pezón de la madre. Existen ciertos patrones de conducta oral establecidos, como comer,
succionar, fumar, morder, lamer y chasquear los labios, es normal conservar interés en los placeres
orales, solo cabe considerar patológica cuando la forma de gratificación adquiere un carácter
dominante.

ETAPA ANAL Cuando el niño crece descubre nuevas áreas de tensión y gratificación. Esta etapa se
da entre los 2 y los 4 años Los niños aprenden a controlar el esfínter y la vejiga, y prestan especial
atención a la micción y la defecación. Las características en la edad adulta asociadas a la fijación
anal son: Espíritu metódico La frugalidad excesiva La intransigencia Son pocos los aspectos de la
vida contemporánea en los que se observan tantas prohibiciones y tabúes como el control de
esfínteres y las conductas típicas de la etapa anal.

ETAPA FALICA Desde los tres años aproximadamente el niño pasa a la etapa fálica. La atención se
centra en los órganos genitales Se adquiere la consciencia de tener un pene o no La tensión se da
en el placer que se experimenta durante la excitación sexual en el área de los genitales. Esta
excitación el niño la asocia siempre con la presencia de los padres. Esta etapa se caracteriza por: El
deseo de dormir con los padres y por los celos que suscita la atención que ellos se brindan. La
adquisición de temores de tipo sexual La presencia de los padres es una amenaza para la
satisfacción de los deseos, en esta etapa surge el complejo de Edipo – Electra.

COMPLEJO DE EDIPO EN EL VARÓN: Freud en sus trabajos dice que la diferencia entre el niño y la
niña es que el niño sale del complejo de Edipo por la angustia de castración, en cambio la niña
entra en el complejo de Edipo por la misma angustia. Hasta aquí, los niños tienen la creencia de
que todos los hombres como mujeres tienen pene. La angustia de castración, o sea el temor a la
pérdida del pene, parte de una falsa interpretación de la realidad, pero el niño no puede escapar a
esta angustia ya que el peligro que siente está motivado en su fantasía. La angustia de castración
es consciente, y es lo que determina que el niño se aleje de la relación con su madre. El niño siente
deseos agresivos y de muerte hacia el padre y deseos de apropiación hacia la madre. El niño
enfrenta al padre, lo subestima, lo cela porque él es su rival frente a su objeto de amor. El niño
declina la agresividad hacia el padre para, en efecto, poder identificarse con él. Hay una doble
actitud rival: quiere reemplazarlo pero también imitarlo.

COMPLEJO DE ELECTRA EN LA NIÑA: Freud describe como esta envidia del pene, acompaña las
fantasías masturbadoras de la niña. Este es un periodo donde la niña tiende a exhibirse, se quiere
mostrar desnuda, se levanta la falda, etc. Esta es la reacción normal de la niña frente a la angustia
de castración. En la etapa fálica, a los 3 años y medio, la niña descubre que hay unas criaturas
poseedoras de un pene que "ella no lo tiene". El interés de la niña se desplaza hacia el cuerpo o el
rostro y empieza a adornarse, a peinarse, a ponerse collares y flores en el pelo; esto parece ser una
compensación por aquello a lo que ha tenido que renunciar. Comienza a tratar de conquistar al
padre. Se dirige hacia él, a quien considera superior y atractivo para su madre. La niña se vuelca
cada día más hacia su padre, declarando abiertamente su deseo de tenerlo como marido, es donde
empieza a tener fantasías agresivas en donde mata a la madre y se queda con el padre.

ETAPA DE DESARROLLO PSICOSEXUAL GENITAL. Durante esta etapa hay un despertar sexual. Esta
etapa Freud la llama "pubertad". La pubertad se presenta como un salto de la niñez a otra etapa de
cambios en crecimiento del cuerpo, rasgos físicos muy conocidos como la voz en los varones, el
vello púbico, etc. Además de los cambios psicológicos y físicos el adolescente inicia una vida en
grupo con sus iguales, lo que lleva a tener mucho contacto con el mundo exterior, durante esta
etapa se alcanza la capacidad de reproducción, sin embargo la inmadurez emocional y física
durante la adolescencia, no lo logra a plenitud. Sin embargo, al llegar a la edad adulta se cumple
este cometido. Lo importante durante esta etapa es lograr una identidad propia, se inicia el
proceso de independencia de los padres, el desarrollo vocacional, hay una vida social muy activa,
se inicia la adquisición de compromisos y responsabilidades, así como la atracción y elección de
pareja.

Conclusión
El psicoanálisis es una de las principales ramas o escuelas de la psicología, ha tenido repercusiones
muy importantes en la forma en que esta ciencia trabaja, en sus principios y en su aplicación,
sobre todo en la aplicación clínica a través de psicoterapia

De la misma manera ayuda al individuo a dar con los cambios que debe aplicar en su vida para
resolver los problemas que dañan su equilibrio emocional y bienestar. Pero, además de un método
terapéutico, el psicoanálisis es una teoría que explica la conducta humana recurriendo a la
investigación de los procesos mentales inconscientes. Una de las importancias que tiene el
psicoanálisis es que desvela al paciente conflictos inconscientes que éste desconoce y es incapaz
de descubrir por sí mismo pero que están marcando nuestra vida.

Se considera de suma importancia el retomar estos aspectos que proponen estos psicoanalistas ya
que a través de estos escritos me doy cuenta de la importancia que es el que nuestros alumnos e
hijos no se queden fijados en alguna etapa psicosexual, también considero muy importante el
conocer nuestro inconsciente o subconsciente que nos está tratando de decir que algo anda mal
de la misma manera podemos contribuir para apoyar a los demás y a nosotros mismos.

Se piensa que es muy importante para cada ser humano ya que por medio de este llegamos a
conocernos y a comprendernos y así al comprender nuestras situaciones sabremos lo que
queremos y a donde queremos llegar y por lógica al saber lo que sentimos y como actuamos
podemos llegar a comprender a los demás.

Ensayo sobre Psicoanálisis


El propósito de este ensayo es abordar lo que es el psicoanálisis bajo una cuestión y contexto de
crítica, argumentación y de postura ética. Se pretende plasmar lo abordado en la materia y en lo
que en general hemos aprendido, experimentado y conocido sobre el psicoanálisis. Esto nos llevara
a tratar de argumentar acertadamente ciertos ideales y de poner en juego los conocimientos
obtenidos, de intentar refutar ciertas cuestiones que al psicoanálisis le son efectuadas y tratar en
base a esas refutaciones las cuestiones que solidifican la importancia del psicoanálisis.

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" (Cortazar, 1963).
Este pequeño pasaje nos puede dar una idea clara de dos dicotomías:

1.- Con lo que el sujeto tiene que lidiar estando destinado a regirse por dos dimensiones conjuntas
(la realidad colectiva y el inconsciente) y

2.- Con el hecho de que deseo y ley resume y ciertamente rige todas las cosas que le conciernen
directa o indirectamente a lo largo de su existencia, siendo puntos culminantes los momentos
donde el goce se hace presente y finalicen en un recuerdo digno de reproducir o una oscura y
empalagosa treta del superyó - tiránico. El psicoanálisis es algo que nos viene a explicar y
pragmatizar bajo estas premisas, una misión que muchos se han dedicado a cuestionar, pero lo
más importante es que ha sido para otros el eslabón perdido entre lo que el sujeto sabe de sí, pero
que no conoce.

Cortázar juega muy acertadamente con esta situación. Las dualidades con las que el sujeto siempre
lidia no se buscan y sin embargo mediante el deseo buscan andar para encontrarse, en este
sentido Freud remato este escenario con la invención del inconsciente. Sin embargo, el
psicoanálisis a lo largo de su existencia ha sido criticado por no congeniar con el delirio de que el
tiempo debe ser más estrecho que el cambio, que debe adelantársele e incluso predecir la
dialéctica constante que día a día la gente experimenta. Si bien en nuestro continente el ritmo y el
estilo de vida global cumple con la situación anteriormente citada, queda claro que el padre del
psicoanálisis al visitar Estados Unidos de América solo pudo decir que "América es una
equivocación gigantesca" (Freud en Casafont, 2001, pág. 80). Precisamente Freud se refería a este
delirio colectivo, a este ideal de la masa donde pareciera que lo humano se desease automatizado,
como una causa-efecto entre evocación y concepción.

Esta diferencia es crucial a la hora de hablar sobre que se hace en psicoanálisis, donde la
arqueología del sujeto cumple con ciertos axiomas psíquicos que Freud mas allá de describirlos,
mediante la técnica se encargo de tabularlos en la vida anímica de quienes se recostaron en su
diván. Muchos opinan que el psicoanálisis "no va al grano" o que "es lento y redundante", lo que
nos lleva a pensar y demostrar dos cosas:

1.- Existe una concepción de un sujeto "descompuesto" o, para términos de la psicología


medico/científica "trastornado" al que hay que arreglar o al que hay que pasarlo a un estado
anterior.
2.- Existe un deseo colectivo e incluso ontológico de llenar un hueco. De tapar una fuga, de
amalgamar una iancia. Delirio colectivo que los resultados de la praxis psicológica solo han
provocado que el ser humano clone un pedazo de si a una realidad colectiva que no conoce del
todo y lo peor de todo, que no cuestiona y que en última instancia, no le pertenece.

Al momento en que retomamos el Edipo y el complejo de castración no podemos dejar pasar lo


que Braunstein nos dice sobre lo que estos dos fenómenos y escenarios psíquicos inscriben en la
vida del sujeto:

La elección de objeto se basa en una extraña premisa: la renuncia al objeto, una renuncia que se
impone al sujeto mediante la amenaza de la castración. La declinación, la resignación, es obligada y
hace de los objetos consecutivos objetos que fallan, objetos cuya esencia es la falla, objetos que –
no importa cuán erguidos aparezcan- son monumentos al hoyo que envuelven (Braunstein, 1994).

¿Qué es lo que el psicoanálisis entonces nos quiere decir? Braunstein nos explica y nos confirma lo
que Lacan nos quiso decir respecto a una falta que no existe, que la función y propósito que el
sujeto le atribuye le hace estar en el centro del hoyo en el que está envuelto, y que si a lo largo de
su vida ese fantasma se rige bajo la misma lógica, muy probablemente, tratando de taponear la
iancia, además de abrir una nueva, también se hunde más en la que siempre ha estado. El sujeto
entonces desarrolla un lenguaje por la esencia del objeto, es decir, que hablamos porque hay una
falla y por lo tanto hay un sentido de falta del cual hay una vida entera en cada sujeto para
hablarla. El sujeto sufre porque al ser sexuado y atravesado por el lenguaje le es impregnada la
ontología inconsciente del deseo, de una búsqueda de la falta y su respectivo goce y porque las
reglas del juego las pone un agente exterior y megalómano, la prohibición.

¿Es justo para el sujeto ignorársele tan frenético sufrimiento? ¿Es factible el hecho de no tomar en
cuenta la posibilidad que tiene el sujeto de hablar y hacerse por sí mismo, y continuar con la idea
de que cada sujeto no puede ser algo sin ser hablado por el otro? Con este último cuestionamiento
nos referimos a que, en el momento en el que Freud advirtió el advenimiento de la sombra del
final de Edipo Rey es una amenaza y condena en cada uno de nosotros, la única forma de lograr
atravesar dicho escenario es mediante lo que busca el psicoanálisis: posibilitar la construcción de
lo mas único y singular de sí y de todas las consecuencias que esto envuelve.

Cuando un paciente en nuestra práctica como estudiantes nos viene con una certeza, la
intervención psicoanalítica se encarga de poner de cabeza dicha certeza, de discutirle, de
subvertirle, de que encuentre que la raíz de su sufrimiento mas allá de una certeza es una mera
posibilidad realizada y que esta al mismo nivel y condiciones para ser algo diferente. Invitarlos a
que hablen de lo primero que viene a la mente nos sirve para romper la mera censura de lo
inexpresable, de lo que un sujeto que va a pedir ayuda sabe, pero no sabe que lo dice en todo
momento. El trabajo onírico es tanto un vinculo con el inconsciente como lo es con la
transferencia, en cada castración hay un recuerdo intolerable para el yo, pero no para el
inconsciente, el trabajo onírico se encarga de armar las piezas de cada uno de los síntomas,
escenarios y de la propia película de cada uno de nuestros casos.

Freud nos lo comunica en 1912:

"...las reacciones que uno obtiene hacen salir a la luz muchos caracteres de los procesos
inconscientes, tal como de ellos tenemos notica por el estudio de los sueños. Las mociones
inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura lo desea, sino que aspiran a reproducirse en
consonancia con la atemporalidad y la capacidad de alucinación de lo inconsciente (Freud, 1912)

En el caso de la transferencia, cabe decir que Freud escribe algo muy importante a modo de
conclusión respecto a lo que Lacan en su momento le permitió llamarle al psicoanálisis la "clínica
de lo real":

"El médico quiere constreñirlo (al sujeto) a insertar esas mociones de sentimiento en la trama del
tratamiento y en la de su biografía, subordinarlas al abordaje cognitivo y discernirlas por su valor
psíquico. Esta lucha entre médico y paciente, entre intelecto y vida pulsional, entre discernir y
querer "actuar", se desenvuelve casi exclusivamente en torno de los fenómenos transferenciales.
(Freud, 1912)"

La intervención psicoanalítica por medio de la transferencia, además de colocar la relación y la


posición "sujeto supuesto saber" que se requiere, también busca crear en el paciente la idea y el
hecho de que su vida anímica está muy relacionada con ese entrelazamiento que tiene la pulsión,
lo natural y lo cultural. La vía de la razón y el intelecto producto del establecimiento de un superyó
y la vía directa de lo sexual es puesta sobre la mesa bajo dos cuerpos; el del analizado y el del
analista. Cuando en nuestra practica nos llega un paciente y nos habla desde el lugar de los otros
es el momento clave para dirigir el discurso en el sentido de buscar que el paciente logre verse
visto en los escenarios de su sufrimiento. La transferencia en parte puede surgir bajo esta cuestión,
en como el paciente desea ver su lugar en su sufrimiento. Aunque en la resistencia notamos que
"pasa" todo lo contrario.

El psicoanálisis entonces se vuelve atemporal porque, además de que el conflicto entre la ley y el
deseo son perpetuos en la existencia de cada sujeto, su falta nunca es mitigada, es en sí un blanco,
un blanco que ha despertado hasta las más inimaginables manifestaciones ya sean de construcción
o de destrucción; sin embargo, este blanco no existe. Es algo sin dejar de ser siempre algo, un ente
que en su máxima expresión es siempre el otro, y el de su investimento sexual. Y también, al no
existir esta falta el sujeto no tendrá más que vivir para investigar que es y... para quien pasa por el
diván que puede ser en todo momento, en una constancia de algo que viene y que después se va,
para dar cabida a una nueva cosa.

Podemos concluir que el psicoanálisis se ha convertido en un estilo, forma y sistema de


pensamiento para mí. Debido a que no hemos solo experimentado el psicoanálisis como una
asignatura académica, sino como un analizante, podemos decir que ambas experiencias nos han
ayudado en la forma en cómo intervenimos a pacientes, sobretodo en obtener una "probada" de
nuestra formación como analistas, y lo más importante, el poder isomorfizar cada concepto y
momento de un análisis para así poder hacerlo con quien llame a la puerta dispuesto no a
conocerse a sí mismo, sino conocer su inconsciente.

Bibliografía:

Braunstein, N. (1994). Freudiano y Lacaniano. Buenos Aires, Argentina: Manantial SRL.

Cortazar, J. (1963). Rayuela. España: Punto de Lectura.

Freud, S. (1912). Obras Completas, Tomo XII (Sobre la dinamica de la transferencia). Buenos
Aires: Amorrortu.

Casafont, J.R. (2001). El lector de Sigmund Freud. España: Oceano.

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