Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
INDICE
1.- Llamada: "ven". 2.- Respuesta: "voy". 3.- Jesús camina siempre a
nuestro lado.
1. Jesús presente como Amigo y Esposo. 2.- Jesús inmolado por amor.
3.- Hacer de la vida una Eucaristía continuada.
1.- El amor materno de María. 2.- Conocerla, amarla, imitarla. 3.- Ser
Iglesia Madre con María y como ella.
1.- Los amores del Buen Pastor. 2.- "Que todos te conozcan y te amen".
3.- El precio de las almas.
2
PRESENTACION: "Le miró con amor" (Mc. 10,21)
Las afirmaciones de M. María Inés son como el eco del evangelio en las
3
fibras de su corazón. Para el lector serán una invitación parecida a la que
hicieron los primeros discípulos que encontraron al Señor: "lo llevó a
Jesús... ven y verás" (Jn 1,42.46). Y donde está Jesús, allí está también
María, su Madre y nuestra, porque ella no puede faltar para enseñarnos y
ayudarnos a hacer de la vida un "sí".
Vale la pena dar el paso y mantenerlo firme... Pero cada uno tiene la
palabra, porque la historia de la vocación continúa en el Corazón de Cristo
y en el corazón de todos. También en el tuyo y de modo irrepetible... Jesús
sigue sembrando "SEMILLAS DE VOCACION MISIONERA"... La semilla es buena. El
problema es la tierra, es decir, el corazón de cada uno. Pero tenemos una
buena "jardinera"...
NI Notas íntimas
EE Ejercicios espirituales
DF Directorio de Formación
1.- Llamada: "ven". 2.- Respuesta: "voy". 3.- Jesús camina siempre a
nuestro lado.
1. Llamada: "ven"
La vocación es, pues, una mirada de amor de Jesús, que cautiva a los
corazones todavía sensibles y dispuestos a responder a su amor. Es "una de
esas miradas que tienen el poder de conmover, de transformar". Porque es el
mismo Jesús quien, declarándonos su amor, nos capacita par amarle
esponsalmente.
2. Respuesta: "voy"
Cuando uno sigue una "vocación" humana, le basta adquirir una técnica
profesional. La llamada de Jesús pide el "sí" de toda la persona. Su amor no
es para menos: "permaneced en mi amor" (Jn 15,9). Ya desde que se comienza a
sentir la vocación, Jesús examina de amor: "¿qué buscáis?" (Jn 1,38).
Si él nos dice "ven", es que nos capacita para responder "voy". San
Pedro dijo en nombre de los apóstoles de todos los tiempos: "nosotros hemos
creído" (Jn 6,69); "te hemos seguido" (Mt 19,27). "Cuánto se simplifica la
vida espiritual cuanto más se va ahondando en ella; cuanto más profundo va
siendo el conocimiento de Dios y de sí misma, entonces se puede reducir a
estas solas dos palabras: VEN, que es el llamado de Dios; y VOY, que es la
respuesta del alma".
Hay que aprender a empezar todos los días, reestrenar el primer amor.
"Como si fuera el primer día de mi conversión, quiero empezar con todas mis
fuerzas, con todo el ardor de mi alma, quiero darme toda a él, sin decirle
basta, que haga de mí lo que quiera".
Al recordar el amor que nos tiene Jesús, ese amor contagia y hace
posible amarle con su mismo amor. "Mis ojos no cesaban de buscar al divino
amante que así se había obsesionado de mi ser. Y, embriagada de amor
sobrenatural, aborreciendo todo lo del mundo... se fue el alma tras él". "No
quiero otra cosa sino lo que tú quieres. Mi Dios y mi todo". "Señor, yo no
tengo más que darte que lo que tú mismo me has dado, pero tómalo todo
entero, sin reservas y para siempre, ¡para siempre!"
Hay que aprender a escuchar todos los días, desde el despertar por la
mañana, el "ven y sígueme", como declaración de amor. Entonces ya se puede
responder con un "sí" renovado como el estreno de la aurora. "Cuántas veces
el Señor nos dice a nuestro corazón: ven, ven..., para que mi amor pueda
verterse en tu alma".
No hay vocación más hermosa que la de seguir a Cristo del todo y para
siempre. "Mi alma... vierte su corazón todo entero en el tuyo".
Verdaderamente "¡es tan hermosa nuestra vida cuando se vive como se la
prometimos al Señor!". Por esto "debemos amar mucho nuestra vocación".
"Yo seré para ti, Padre, Madre, hermanos, seres queridos... has
llegado ya al agujero de la peña de mi Corazón" (Lira, 1ª, II).
"Al darme el anillo de la fe... todo LO SUYO ES MIO" (Lira, 2ª, IV).
"No quiero otra cosa sino lo que tú quieres. MI DIOS Y MI TODO" (CP
1971).
"Date a Dios sin pensar en ti. En una palabra DATE SIN RESERVAS, como
se te ha dado Dios, y él se te dará a ti sin MEDIDA" (CP 1966).
"Señor, yo no tengo más que darte que lo que tú mismo me has dado,
pero tómalo todo entero, sin reservas y para siempre, ¡para siempre...!
¡Dame que te ame, Dios mío, como tú mismo me amas! ¡Dame que te ame con el
8
corazón de María, tu dulce Madre y mía! Que mi vida sea un programa de amor.
Que mi vida sea un acto de continua oblación (EE 1943).
"¡Lo veía tan dulce, tan amante, que no podía menos que arrojarme en
su corazón!" (NI 15/4).
"Sabemos de quién nos hemos fiado, sabemos que él jamás nos falla,
sabemos que nos ama, hasta la muerte de cruz" (CC oct. 1979).
3º) ¿Cómo crear un ambiente de gozo, serenidad y entrega generosa para vivir
la vocación recibida?
Aquella mujer de Samaría, que iba todos los días a buscar agua al pozo
de Sicar, nunca se había imaginado la sorpresa del encuentro con Cristo, el
Mesías. El Señor la esperó "sentado y cansado del camino" (Jn 4,6), allí
mismo, en su pobreza y miseria, amándola tal como era.
Jesús nos viene a pedir nuestro corazón tal como es, para cambiarlo en
el suyo. El secreto está en esa confianza ilimitada en su amor: "sólo tengo
un pobre y pequeñito corazón, lleno de miserias e imperfecciones, incapaz
para todo bien, y hábil para todo mal, si tú no lo tienes de tu mano". A
nuestra Madre le entusiasmaba saber que, para conquistar el mundo para
Cristo, bastaba con poner a su servicio nuestra debilidad: "Quisiera hacer a
mi Dios y Señor una ofrenda de todas las naciones y para su conquista no
tengo más que mi MISERIA PUESTA AL SERVICIO DE SU MISERICORDIA, pero se la
doy de corazón, con la convicción plena de que él es poderoso para obrar
maravillas".
10
Las "manos vacías" ya se pueden llenar de amor, para repartirlo a
todos sin tacañería. Jesús puede hacer "una santa de basura". Y la Santísima
Virgen es la mejor maestra y guía. Confiando en ella, las mismas faltas,
reconocidas, se convierten en "peldaños para ascender más". De ahí nace la
actitud de un "corazón agradecido", que quiere "cantar eternamente las
maravillas del Señor".
2. Jesús va de camino
No hay que olvidar nunca la miseria de donde nos ha sacado Jesús. "Tu
vida en adelante debe ser un himno; un himno no interrumpido de amor y
gratitud hacia ese Dios tres veces santo que, no desdeñándose de tu bajeza y
ruindad, te ha escogido para su esposa". "Desde tu eternidad ¡oh Jesús
divino!... ya me veías a mí, ya me amabas ¡a mí! que tan mal he
correspondido a tu dulce llamado". "Mi corazón se eleva hasta ti en raudo
vuelo que nadie es capaz de detener".
Hay que responder que "sí" a este examen de amor. No estaría bien
hacer esperar, mientras está llamando a la puerta, a quien nos ama hasta dar
su vida en sacrificio.
12
Frases de M. María Inés
"Sí, hija, él, mejor que nadie, nos conoce y sabe del barro que nos ha
hecho, con tal de que nos vea siempre en pie de lucha; eso le agrada" (CP
1968).
"Que tu alma siempre se deje alentar y vivificar por él, que nunca nos
falta, y bien conoce la debilidad humana con que a veces desfallecemos bajo
el peso de la cruz amada" (CP 1978).
"Y para esto, no necesitas más que tomar instrumentos que quieran
dejarse hacer EN TUS MANOS; por mí, aquí me tienes; yo quiero dejarme
manejar por ti" (NI 89/8).
"No tengo más que miseria que ofrecerte, porque esto sólo produce mi
huerto, pero en medio de este huerto está mi corazón ardiente, QUE TE LO DOY
POR ENTERO"... (NI 89/9).
"A cada falta, encuentro el beso de perdón del Padre del hijo
pródigo"... (NI 27/5).
"Sí, Dios mío; como San Pedro te diré: tú sabes que te amo, tú sabes
que sólo busco tu gloria; tú sabes que anhelo extenderla, dilatarla por
todos los ámbitos del globo, pero tú sabes también que soy demasiado
pequeña, por eso todo lo espero de ti, y en esa esperanza descansa mi
corazón y se dilata de amor" (EE/50/23).
"Que el comprobar nuestra miseria nos lleve hasta los brazos de Dios y
que allí esperemos todo. El corazón de Dios es para los pequeños y
miserables que nada pueden, que nada tienen, pero que reconocen alegremente
su necesidad y todo lo esperan de su padre Dios tan bueno, tan
misericordioso" (CC 8 marzo 1956).
2º ¿Acepto sinceramente y con gratitud el hecho de que Jesús me ame tal como
soy?
En Jesús se aprende que todas las cosas son mensaje del Padre. "Dios
mío y todas las cosas" (San Francisco de Asís). Jesús invita a encontrar
este mensaje de Padre en las flores y los pájaros (Mt 6,26-28). A quien sabe
escuchar y abrir los ojos al amor, ya todo le habla a gritos del amor de
Dios. "La comprensión intensa de que todo es un regalo de su amor, me llena
de una gratitud tal, de un reconocimiento tan grande que, sintiéndome
anonadada y sumergida en ese mar de agradecimiento por la fuerza del amor,
16
el pobre corazoncillo quiere estallar".
Con María, tanto las palabras de Jesús como nuestra actitud de escucha
y de respuesta, se hacen un "coloquio entre tres", porque "nunca puede estar
la Madre sin el Hijo". Las palabras de Jesús, salidas de su corazón, nos
hacen entrar en él: "Tú, Jesús mío, has establecido a mi alma en la paz,
ella se ha encerrado dulcemente en tu corazón sagrado". "La vida de
intimidad con María es mi única vida".
Las palabras de Jesús nos quitan la sed de otras cosas y nos aumentan
la sed de él. "En esta vida, entre más te gustamos y te conocemos, ¡oh Verbo
de Dio! más intensa es la sed que tenemos de ti". Nos basta él, aceptado
como es, en "contemplación callada y silenciosa". Entonces, ¡qué fácil es
llegar a su corazón!. "Que tu espíritu se postre a los pies de Jesús... dile
palabras de amor... vacía tu alma en la suya". Basta con tener la "mirada
siempre fija en el sol de justicia, Cristo Jesús".
2. Aprender a escucharle
3. La unión con él
Jesús mismo se hace nuestra oración y, con él, nuestra vida se hace un
"Padre nuestro" de actitud filial, "un himno no interrumpido de amor y
gratitud". Es como una "íntima adhesión al Señor".
"¡Qué bien se siente el alma que ama testificando a Dios su amor, con
todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, sobre todas las
cosas, desde el abismo de mi nada" (NI 32/2).
"El Padre nos amó, nos revistió de su propio Hijo; o bien, nos tomó y
nos encerró a todos juntitos en el mismo corazón de su amado Hijo. Allí
siempre nos verá a través del Hijo amado, con grande complacencia, porque es
a su Hijo a quien contempla" (EE/50/55).
"Que tu vida sea oración toda ella, aun en medio de tus ocupaciones,
por las elevaciones de alma tranquila y en paz con Dios" (CP).
2º) ¿Qué te ayuda más y qué te estorba más para escuchar las palabras de
Jesús?
3º) Señalar frases de nuestra Madre en las que aparece un gran trasfondo
evangélico.
22
4º. SEGUIMIENTO PARA COMPARTIR SU MISMA VIDA
1. El me amó así
El nos amó hasta "dar la vida" (Jn 10,11). Esta donación no era de
palabras, sino de hechos: vivió pobre para decirnos que, al no tener nada,
se nos da él (Mt 8,20); nos amó sin buscar sus preferencias, sino siempre
obediente a la voluntad salvífica del Padre (Jn 4,34); y en cada instante
nos amó con amor virginal de Esposo que corre nuestra misma suerte (Mt
9,15).
Al saberse amado por Cristo Esposo, uno descubre que también los demás
son amados con un amor irrepetible. Es Cristo quien nos ama desde cada
hermano, y es también él quien quiere ser en mi vida signo de amor para los
demás hermanos. Este es el secreto de la vida comunitaria: "El primer
elemento de la vida común, es la vocación de Cristo; Cristo llama y elige.
La vocación es llamada gratuita a la convivencia con él y, lógicamente, con
los hermanos en fraternidad".
Somos los "amigos del Esposo" (Mt 9,15), invitados a las bodas. Nos
invita a "vivir familiarmente con él, para pertenecerle totalmente" (Juan
Pablo II). Y si nos invita a este seguimiento, es para convertirnos en
signos de cómo ama él. Su amor no admite recortes ni descuentos. Defectos
los habrá siempre en nosotros, pero hay que desterrar la tacañería, para
poder corregir los demás defectos.
Si Cristo Esposo, por amor, vivió casto, obediente y pobre, así quiere
que sean sus amigos íntimos, su esposa la Iglesia, especialmente por medio
de una vida consagrada. Dice San Pablo: "os he desposado con Cristo, como
una virgen casta" (2Cor 11,2).
La obediencia es, en Jesús, una sintonía con los planes salvíficos del
Padre, cuya voluntad se manifestó a través de signos pobres. Con un corazón
y una vida desprendida de todo bien terreno y de toda preferencia, Jesús
supo darse a sí mismo (pobreza) y sin pertenecerse (obediencia). Así mostró
su amor al Padre y a nosotros.
"No abrirás tu boca más que para decir un alegre FIAT" (Lira, 1ª,
VII).
"No tengo más que miseria que ofrecerte, porque esto solo produce mi
huerto; pero en medio de mi huerto está mi corazón ardiente que te lo doy
por entero. Tómalo, sacrifícalo, sírvete de él, haz con él lo que quieras,
escóndelo en el Corazón Purísimo de tu Madre y ella lo hermoseará... Sé que
el más pequeño acto de amor vale más que la conquista del mundo" (Lira, 2ª,
VI).
"Yo no quiero otra cosa que agradarlo. Lo único que quiero, lo único
que amo es: SU SANTISIMA VOLUNTAD, cualquiera que ella sea." (Ejercicios
1944).
"El alma que vive olvidada de sí misma por darse Dios y con él a los
hermanos, es inmensamente feliz. Esa felicidad nadie es capaz de arrebatár-
sela, siempre que ella continúe en su vida de sacrificio e inmolación por
amor" (Fecundidad en la Castidad 3/6).
"No puede haber mayor gracia para un alma que ser esposa de Jesús; no
olvidar que ese Jesús está crucificado y tenemos que crucificarnos con él.
Lo que nos falta es darnos... totalmente" (CC 18 nov. 1963).
4º) ¿Cómo hacer para que las exigencias de la vida consagrada o del
seguimiento de Cristo no sean un peso, sino una fuente de alegría?
2º) ¿Cómo ayudarse en la vida comunitaria para seguir a Jesús como los
Apóstoles?
4º) ¿Cómo hacer para no perder el fervor inicial del "primer amor"?
29
5º. DONACION TOTAL EN LA EUCARISTIA
1. Jesús presente como Amigo y Esposo. 2.- Jesús inmolado por amor.
3.- Hacer de la vida una Eucaristía continuada.
Jesús se consuela con esos corazones que viven sólo para él. Entonces
"salen por el mundo para difundir tu Eucaristía, y para hacerte amar, para
darte a conocer". "Con este pan, nuestra alma no desfallecerá en sus
empresas apostólicas, por arduas que sean".
"¿Y será posible para la esposa dirigir sus ojos a otro lugar que no
sea éste?... Su corazón miserable debe estar estrechando al de su amado;
contarle sus deseos. Ahí le debe llevar a diario las almas todas que quiere
salvar... ahí negociar por sus intereses, allí pedir instantemente perdón
para el mundo entero... Y ojalá ¡Jesús mío! que después de haber vivido
siempre en tu presencia, pudiese también morir de amor al pie de tu altar,
entregando al eterno Padre, a mi amado Padre celestial, en unión con la
Víctima sagrada, esta miserable y pequeña víctima" (NI 67-68).
"He aquí esta pobre víctima que no quiere otra cosa que AMARTE Y DARTE
GLORIA" (Ejercicios).
3º) ¿Qué falta en mi vida para que sea de verdad una prolongación de la
Eucaristía?
2º) ¿Por qué y cómo aprendía el celo de las almas a partir de la Eucaristía?
1.- El amor materno de María. 2.- Conocerla, amarla, imitarla. 3.- Ser
Iglesia Madre con María y como ella.
Si Jesús nos ha dicho "he aquí a tu Madre" (Jn 19,27), es para que la
recibamos como tal, en comunión de vida, dejándola "entrar en todo el
espacio de la vida interior" (RMa 45). Cuando hablamos de "devoción"
mariana, queremos decir "actitud" y "entrega", para dejarla ser nuestra
Madre que nos transforma en Jesús.
Por ser María Madre virginal de Dios, cuando ora por nosotros es "como
omnipotencia suplicante", que nos alcanza las gracias necesarias para la
santidad y el apostolado. Así, pues, "todo el fruto lo esperamos de su
amor". "Ella ha hecho que el trabajo de sus hijas misioneras no fuera
infructuoso". Por esto, nuestra Madre ponía en las manos maternales de María
a todas sus hijas: "Virgen santísima de Guadalupe... guarda siempre en tus
manecitas que se unen para orar, a todas y cada una de tus hijas".
M. María Inés deseaba "hacer amar a nuestra divina Madre de todos los
corazones". Por esto decía a Jesús: "Yo quiero ser misionera de María,
quiero extender, para que tú puedas reinar, su dulce reinado de amor hasta
los últimos confines del mundo". "Jesús, te pido, con todo el ardor de mi
38
alma, me concedas amar y hacer amar a tu divina Madre, tanto como nadie lo
haya logrado en la tierra. Ella sigue siendo mi Madre" (NI 71).
El mismo celo apostólico sin fronteras, para hacer que Jesús sea
conocido y amado de todos, lleva al apóstol a preocuparse para que ella
entre en todos los corazones y en todos los pueblos. Los sacrificios
misioneros se asumen "en el corazón de María, por las almas".
"En mis intenciones, es ésta una muy principal: hacer amar a María
intensamente, hacerla amar con la docilidad e intimidad del niño, para mejor
amar a Jesús... Te pido, Señor, que después de mi muerte me concedas hacer
amar a nuestra divina Madre de todos los corazones; y mientras viva, que
trabaje por hacerla amar cuanto pueda" (NI 1932-34).
"Nuestra Madre la Santa Iglesia, como Madre amorosísima que es, quiere
cobijar con su oración a todos los hijos diseminados por el mundo entero...
(La misionera) es como madre amorosa y solícita que vigila, cuida y ama en
todo momento al hijito de su corazón... son sus hijos... en el orden
espiritual puede decir que por sus venas corre la misma sangre" (Lira, 2ª,
IX).
(Jesús) "hizo su corazón (de María) inmenso para que a todos pudiera
abrigar; para que todos encontráramos un lugarcito privilegiado, especial,
como si fuera el UNICO... Tú irás, Madre querida, en cada una de nosotras, a
esos países remotos... Ellas, tus Misioneras... quieren morir esa vida
callada y escondida, consumida en trabajos continuos en favor de las almas"
(Lira, 2ª, X).
"Por sólo llevar a mi Madre por todas las partes del mundo... no
rehusaría los mayores sacrificios" (Escritos íntimos).
1.- Los amores del Buen Pastor. 2.- "Que todos te conozcan y te amen".
3.- El precio de las almas.
"Tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las
tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un
solo pastor" (Jn 10,16; cfr. Jn 19,28; 2Cor 5,14).
Hay que acostumbrarse a escuchar los latidos del Corazón de Jesús. Sus
palabras son tan actuales como hace veinte siglos: "tengo otras ovejas" (Jn
10,16); "venid a mí todos" (Mt 11,28); "vine a traer fuego sobre la tierra"
(Lc 12,49); "tengo sed" (Jn 19,28).
Este amor a las almas ayuda a "hacerse todo para todos" como San Pablo
(1Cor 9,22). Se quiere imitar el mismo modo de amar de Jesús: "enséñame a
ser como tú, dulcísimo Jesús, que no piense en mí misma jamás, que mis
atenciones, mis cuidados, mis amores, sean para las almas que me has
encomendado. ¡Sálvalas!".
"Me siento entonces dueña del mundo, porque los intereses de Jesús son
los míos, y él lo que anhela es que todos tengamos una inmensa sed de almas
y que negociemos incansables esos mismos méritos, que se multiplican en
nuestras manos a la medida de nuestros anhelos por salvar esas almas que él
ama más que a sí mismo, puesto que dió su vida por ellas" (NI 25/3).
"Sí, que me purifique mi Dios cuando sea necesario; que me haga sufrir
lo que quiera, pero que yo sepa sacar de estas cruces LAS MONEDAS de oro con
que le compraré innumerables almas" (NI 34/7).
"Sí, no quiero otra herencia, quiero nada menos que todas las
naciones, porque quiero que todas ellas sean el trono de CRISTO REY" (NI
96/7).
"En mis ansias hubiera querido que no quedara una sola alma sin
convertirse; que los infieles, los paganos, todos reconocieran a su Dios
como su único dueño" (NI 80/1).
"¡LAS ALMAS! Es una marcada vocación que tú, Jesús mío, has dado a mi
alma; ¡sencillamente me enamoran!, ¡ellas te costaron tanto! Vale
infinitamente una sola" (NI 80).
"¡Las almas! Si ellas son el centro de sus amores" (de Jesús) ... "A
ti te ha elegido para que continúes el trabajo que El empezó" (cita Col 1,
24) ... "¡Qué hermoso ministerio! Hacer que Dios sea conocido y amado...
Todo acéptalo con amor y conviértelo en monedas por las almas" (Lira, 1ª,
V).
"Que todas las almas se acerquen a Dios, para que todos gocen de sus
bondades y su amor" (Lira, 1ª, XIII).
"La misionera clarisa debe hacerse toda para todos a ejemplo de San
Pablo, para ganarlos a todos para su Cristo" (Lira 1ª, XV).
"No hay un alma que haya llegado a la unión con Dios, a la plenitud de
la contemplación, que no sienta sus entrañas devoradas por el celo de la
salvación de las almas" (Lira, 1ª, XVII).
"Tú bien sabes, Señor, que yo sólo anhelé hacerte amar de millones de
almas, que en todo el mundo fuese revelado tu augusto Nombre y amarte yo
también con amor exclusivo" (Lira, 2ª, XII).
"Quiero ser santa como Santa Teresita salvando muchas almas... Que te
conozcan y te amen millones de infieles" (Crónicas).
"Las almas son el móvil de mi vida y este anhelo lo llevo muy clavado
en el alma" (Ejercicios 1944).
"De lo poco que hago por Dios no quiero atesorar nada... Todo lo que
gano de monedas, en el orden espiritual, al momento lo negocio con mi Madre
Santísima por todos los intereses de Jesús. Así lo he hecho siempre, desde
mi conversión, con verdaderas ansias de comprar infinitas almas para Dios...
Señor, cuando logre, por tu infinita bondad, que millones de almas te amen A
LO EXCLUSIVO, déjame que grite llena de gratitud: Venid, escuchad... y os
contaré cuán grandes cosas ha hecho él por mi alma. Y ellos, al ver que en
este manojo de miserias has hecho gala de misericordia, se animarán a amarte
siempre" (Composición).
"Para mí no había dicha mayor que la de poder sufrir y amar POR LAS
ALMAS" (14 marzo 1943).
1º) ¿Cómo resuena en mi corazón la sed de almas y los amores del Buen
Pastor?
1º) ¿De dónde nace en nuestra Madre su celo tan apasionado por las almas'