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AUTOABANDONO

(Self Abandonment; Neville Goddard; 1 de junio de 1970)

Semana tras semana, cuando ocupo este estrado, sé lo que quiero decir. Se trata
simplemente de encontrar cómo decirlo, de manera que sea inteligible, porque
estamos ocupándonos de un misterio. No es algo que puedas explicar en detalle y
decir: «Listo, esto es todo».
Es algo único, el más fantástico misterio en el mundo. Para mí, el experimentar las
Escrituras, el experimentar el plan de salvación de Dios, es mi interpretación del
propósito supremo de la vida. Estoy firmemente convencido de ello. Estoy firmemente
convencido de que las raíces de nuestro «ser» tienen su principio en Dios, y que Dios
se desarrolla creativamente en nosotros.
Cuando afirmo eso, me diferencio de aquello que está siendo transformado, o sea,
el hombre. Pues, la metamorfosis es el tema de la Biblia. Esto es, la completa
transformación del hombre en Dios. Cuando hago una afirmación como la que acabo
de hacer, parece que este es el hombre (tú y yo somos el hombre) siendo transformados
por un medio diferente a nosotros mismos, y eso no es, en absoluto, lo que quiero
decir. Pero el hombre está tan condicionado a creer que es un pequeño gusano, que lo
abordas desde ese punto de vista. Tú y yo somos el Dios que está transformando al
hombre «a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza».
Sin embargo, si dijera eso a una gran multitud, el telón bajaría y no escucharían más
una sola palabra que tuviera que decir. Pero tú y yo nos armamos de valor. Fuimos
los «hijos de Dios», juntos haciendo a Dios, porque «Dios» es una palabra en plural.
La palabra es «Elohim».
«En principio1 Dios […]».2 La palabra es «Elohim»,3 que es plural. «Entonces dijo
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza».4 Es la
misma palabra, «Elohim». Es una unidad compuesta, uno constituido por otros.
En Deuteronomio se nos dice: «el Altísimo trazó las fronteras a los pueblos según
el número de los hijos de Dios».5 Ningún niño nace, a menos que Dios ocupe ese

1 En la mayoría de las Biblias está escrito: «En el principio»; sin embargo, en el texto masorético no
se registra el artículo, dejándose indefinido el tiempo de la Creación.
2 Gén 1,1: En principio creó ’Elohim los cielos y la Tierra.
3 Las Escrituras inician con la gloriosa revelación de ’Elohim como Creador del Universo. Su

pluralidad como Creador (→Ecl 12,1a: Acuérdate de tus Creadores en los días de tu juventud) se
distingue en frases tales como «hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza»,
aunque de inmediato su unidad queda bien clara en las palabras «creó ’Elohim al hombre a su imagen,
a imagen de ’Elohim lo creó; varón y hembra los creó» →Gén 1,26-27.
4 Gén 1,26a: Entonces dijo ’Elohim: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra

semejanza.
5 Dt 32,8: Cuando ’Elyón daba a cada pueblo su heredad, / Y distribuía a los hijos del hombre, /

Trazando las fronteras de los pueblos, / Según el número de los hijos de Dios.
Otra declaración en las Escrituras sobre la pluralidad en la unidad divina la tenemos en Job 38,4-7:
¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la Tierra? / Decláralo, si tienes inteligencia. / ¿Quién

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pequeño templo. Estos son los dioses que bajaron. Tú y yo somos los dioses que
bajaron. Estamos transformando estas identidades, a estos hombres y mujeres, con los
cuales estamos identificados, conforme a nuestra semejanza, en vez de estar siendo
transformados por algo diferente a nosotros. Somos los dioses que bajaron; y cuando
despertamos somos los dioses de los cuales se habla en el mismo principio.
«En un principio creó Dios», o Elohim, plural, los dioses, «los cielos y la tierra»,6
como crear un teatro para la exposición de su fuerza y sus poderes creativos.
«Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen»; entonces, bajamos y nos
vestimos con este ropaje.
No estamos fingiendo. Nos abandonamos por completo a este ropaje. El secreto es
el autoabandono. ¡Nunca habrías hecho nada que no hubieses amado! ¡Nunca! Y tanto
lo amamos; y así, habiéndolo amado, nos comprometimos con el objeto de nuestro
amor, y, verdaderamente, nos convertimos en él. El autoencargo es el secreto.
Se nos dice: «Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos amados».7 En este mundo,
hemos olvidado quiénes somos. Ahora viene la revelación: «Sed, pues, imitadores de
Dios, como hijos amados». Así como Cristo nos amó y se dio a sí mismo por nosotros,
entonces, imita eso. Pero en este nivel, siento que soy Neville. Sin embargo, sé, por
experiencia, que soy Ese que se convirtió en Neville para transformar esta identidad
en mi propio Ser, el Ser que fue, que no tiene comienzo; y hubo un plan que establecí
dentro de mí mismo cuando me sepulté en este ser llamado «Neville». Esto es cierto
para todo el mundo.
Ahora escucha esto cuidadosamente. Es el primer capítulo de Efesios. Voy a citar
cuatro versículos. Los encontrarás dentro de los diez primeros, así que he omitido
algunos porque no son necesarios para lo que quiero transmitir. «Dios […] nos escogió
en Él antes de la fundación del mundo»;8 «habiéndonos predestinado en amor […] por
medio de Jesús el Cristo, según la complacencia de su voluntad9 […] [se propuso en sí
mismo,] de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de
los tiempos».10
Escúchalo cuidadosamente. Ve a casa y léelo, en el primer capítulo, y dentro del
primer capítulo, creo que son los versículos 4, 5, 9 y 10, en Efesios. «Dios nos escogió
en Él antes de la fundación del mundo». Entonces, vemos que la salvación del hombre
no es una idea posterior del Creador. Es anterior a ese proceso histórico. Mucho antes
de que esto cobrara vida y se convirtiera en Historia —Historia humana—, esta

determinó sus medidas? / Ya que tanto sabes, / ¿Quién extendió sobre ella cordel? / ¿Sobre qué
están fundadas sus bases? / ¿Quién puso su piedra angular, /Cuando alababan todas las estrellas
del alba, / Y todos los hijos de Dios daban gritos de júbilo?
Las «estrellas del alba» representan aquí un tratamiento (Ap 22,16: 16 Yo, Jesús, he enviado a mi
ángel para daros testimonio de estas cosas sobre las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la
Estrella resplandeciente de la mañana), y no cuerpos celestes.
6 Gén 1,1: En principio creó ’Elohim los cielos y la Tierra.
7 Ef 5,1.
8 Ef 1,3-4a.
9 Ef 1,5.
10 Ef 1,9b-10.

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decisión había sido hecha. Así que nuestra aptitud es la consecuencia, no la condición,
de Su elección.
Entonces, aquí, como Neville, yo, el verdadero Ser, escojo a Neville. Voy a
«interpretar» a Neville. Tú escoges al ser por el que te has decidido, bajamos hasta acá
y le damos vida a este proceso histórico. Somos los dioses que tomaron la decisión.
Nos identificamos con este ropaje; estamos transformándolos en Nosotros mismos.
Eso es algo que el mundo rechaza. Lo aborrece porque no entienden que el hombre
no puede hacer nada para salvarse a sí mismo. No hay absolutamente nada que el
hombre, como hombre, pueda hacer. Es Dios, que está sepultado dentro del hombre,
quien lo hace. Como se nos dice en la Carta a los Filipenses: «el que comenzó en
vosotros la buena obra la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesucristo».11 El «día
de Jesucristo» es el develamiento de este plan en ti, porque Jesucristo es en ti.
«Cristo en ti es la esperanza de gloria».12 Si Él no estuviera en ti, entonces serías un
cuerpo sin vida por siempre y para siempre; pero los dioses bajaron, y son necesarios
todos los dioses, llamados «los hijos de Dios», para formar a Dios. El Uno se fragmentó
en muchos. Uno cayó conteniéndonos a todos. Nos escogió en Él antes de la fundación
del mundo. ¿Lo entiendes? Antes de que hubiese un mundo, nosotros éramos.
Nosotros somos los dioses. Somos en el Único Ser, que es conocido en la Escrituras
como Dios; y bajamos con un propósito: expandir nuestra propia creatividad, y lo
hacemos al sepultarnos en la humanidad.
Ahora, la crucifixión es o bien una demostración del más terrible fracaso en el
mundo, o el mayor éxito en el mundo. Ha sido probado que la semilla que cayó (que
es llamada la Palabra de Dios, y la Palabra de Dios es Dios) es Dios mismo.
«En principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y Dios era la Palabra».13
La Palabra fue la semilla que cayó en la humanidad. Es llamada la Crucifixión. Bien,
resucitó y continúa resucitando porque todos los hijos resucitarán. Ninguno fracasará.
Si uno solo falla, habría que dejar a todos atrás e ir en busca de ese, porque el que está
faltando completa al Uno, al que es «un solo cuerpo y un solo Espíritu […] Un solo
Señor, […] un solo Dios y Padre de todos».14
Así que noche tras noche, mientras ocupo este estrado, sé exactamente qué quiero
decir, y mi problema es cómo decirlo, de manera que sea inteligible, que sea entendible
para los que me escuchan. Porque el hombre ha sido condicionado a creer que es una
pequeña y ridícula cosa que ha pecado en el mundo; y, habiendo pecado, debe hacer
todo tipo de penitencia para redimirse. El hombre no puede redimirse. Es Dios el que
baja, y por medio Su crucifixión, que es la sepultura en el hombre, Dios demuestra Su

11 Flp 1,6b.
12 En alusión a Col 1,27: a quienes quiso Dios dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este
misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
13 Jn 1,1.
14 Ef 4,4-6: Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también fuisteis llamados con una misma

esperanza de vuestro llamamiento: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre
de todos, quien es sobre todos, a través de todos, y en todos.

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poder creativo, que puede «morir» y resucitar otra vez. De esa manera, «muere» en el
hombre.
«Con Cristo he sido juntamente crucificado»,15 dijo Pablo. «Y ya no vivo yo, sino
que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,
quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí».16
Entonces, ese Hijo de Dios es en ti. Dices: «yo soy». Eso es Él. Eso es el Hijo de Dios.
Pero amaste tanto al objeto al que te entregaste, que te abandonas completamente, te
vacías de tu Divinidad y te sepultas en el objeto de tu amor; y lo vas a transformar en
tu mismo Ser, que es Dios.
Cuando lo transformas, eres el mismo Dios, solo que te has expandido más allá del
ese momento en la Eternidad, cuando te aventuraste en este experimento,
convirtiéndote en tu propia creación.
Así que en el mundo del César «Sed imitadores de Dios, como hijos amados». Así
como Cristo nos amó, y se entregó a nosotros, entonces, imita eso. ¿Te gusta el dinero?
No hay nada de malo en ello. ¿Te encanta la fama? No hay nada de malo con eso.
¿Amas estar físicamente sano? ¡No tiene nada de malo! Pero enamórate de eso. Si te
enamoras de eso, debes hacer lo mismo que Dios hizo en un principio, y tú eres ese
Dios de quien hablo, que amó tanto al objeto que eres, cuando lo ves reflejado, que se
abandonó. Sin restricción alguna. ¡Un completo abandono del Ser al objeto de su amor!
Porque si no hay un objeto amoroso, si no hay a quién amar, ¿qué es el amor?
Debe haber un amado o una amada para demostrar el amor, y tú también tienes un
objeto: tu emanación, que no es más que tu «esposa» —no tu esposa física—; el cuerpo
es tu emanación. Ese es tu esposa «hasta que el sueño de muerte se termine».17
Y lo amaste tanto. Vas a transformarlo en lo más hermoso y perfecto del mundo,
que es como tú, que es perfecto. Así que «nos escogió en Él antes de la fundación del
mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él».18 Eso es lo que se nos
dice: Él me escogió.
Bien, ¿quién es «Él»? Yo soy Él, pero para llegar a ser yo, Él tiene que olvidar que
yo soy Él, y piensa que es Neville. Tiene que olvidar. Me escogió «en Él antes de la
fundación del mundo», pero ahora, yo soy El Uno que olvidó y se convirtió en Neville.

15 Gál 2,19b.
16 Gál 2,20.
17 En alusión a versos de la lámina Nro. 14 en la obra JERUSALÉN, LA EMANACIÓN DEL GIGANTE ALBIÓN

(JERUSALEM, THE EMANATION OF THE GIANT ALBION), de William Blake: One hair nor particle of dust, not one
can pass away. // He views the Cherub at the Tree of Life, also the Serpent, / Orc the first born coild in the
south: the Dragon Urizen: / Tharmas the Vegetated Tongue even the Devouring Tongue: / A threefold region,
a false brain: a false heart: / And false bowels: altogether composing the False Tongue, / Beneath Beulah: as a
watry flame revolving every way / And as dark roots and stems: a Forest of affliction, growing / In seas of sorrow.
Los also views the Four Females: / Ahania, and Enion, and Vala, and Enitharmon lovely. / And from them all
the lovely beaming Daughters of Albion, / Ahania & Enion & Vala, are three evanescent shades: / Enitharmon
is a vegetated mortal Wife of Los: / His Emanation, yet his Wife till the sleep of death is past.
18 Ef 1,4.

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Cuando despierto, sé que yo era «antes de la fundación del mundo». Pero ahora
traigo a Neville conmigo, y ahora tengo un aspecto más de mi ser proteico.19 Tengo
otro ser al cual redimiré. Me enamoré de él y lo traje de vuelta; y ahora soy el ser
proteico, para que pueda ver a otros, y permitir que los otros me vean como Neville.
Así que me ven como Neville, pero ¿realmente me ven? Me ven como Neville cuando
me ven revestido de Poder, de Sabiduría, o quizá de Amor: y me verán porque amé
tanto a Neville que le entregué mi Ser, y lo ascendí al nivel de mi propio Ser antes de
descender hasta él y sepultar mi Ser en él.
Así que cuando trato, noche tras noche de decirlo, dudo porque me pregunto si está
tan claro como quiero hacerlo ver. Sé lo que quiero decir, pero ¿cómo decirlo de
manera que sea entendido, que sea inteligible? Porque tienes que pasar por todos las
ideas preconcebidas y equivocadas que el hombre tiene con respecto a las Escrituras.
Y de esta manera digo que experimentar las Escrituras, experimentar el plan de
salvación de Dios, es realmente todo el propósito de la vida.
Sin embargo, mientras estamos aquí, podemos ser todo lo que deseemos ser; y el
Ser dentro de nosotros, que es nuestro verdadero Ser, lo permite y nos acompañará a
lo largo del papel, e interpretará todo. Pero le estoy hablando al Dios en ti, el Dios de
las Escrituras, cuyo nombre es Elohim, o Jehová, o el Señor Jesucristo. Es el mismo Ser
que está sepultado en ti. Está verdaderamente sepultado en ti.
Y ese Ser resucitará.
«Enséñame, oh, Espíritu Santo, ¡el testimonio de Jesús! Permíteme / comprender las
maravillas de la Ley Divina».20
Entonces, relata la historia del Dios que se convirtió en hombre para que el hombre
pueda convertirse en Dios. Y, entonces, se nos dice la historia de una manera muy
sencilla, porque: «La verdad que se encarna en un cuento / Entrará por muy modestas
puertas».21
Así que lo relatas como el más sencillo de los cuentos que puedas imaginar. Desde
el mismo principio relatas la historia. «La verdad que se encarna en un cuento / Entrará
por muy modestas puertas».
Mi madre me coloca en sus rodillas y me cuenta la historia de Jesús: No tuvo padre,
pero un día afirmó que él era el Padre. Ella no entendía eso, ni yo tampoco. No tuvo
padre, ¡pero afirmó que él era el Padre! «Yo y mi Padre somos uno».22

19 Esto es, ‘polifacético’.


20 Extracto de la 3ra estrofa de la lámina Nro. 74 de la obra JERUSALÉN, LA EMANACIÓN DEL GIGANTE
ALBIÓN, de William Blake: Teach me O Holy Spirit the Testimony of Jesus! let me / Comprehend
wonderous things out of the Divine Law / I behold Babylon in the opening Street of London, I behold /
Jerusalem in ruins wandering about from house to house / This I behold the shudderings of death attend my steps
/ I walk up and down in Six Thousand Years: their Events are present before me / To tell how Los in grief &
anger, whirling round his Hammer on high / Drave the Sons & Daughters of Albion from their ancient
mountains / They became the Twelve Gods of Asia Opposing the Divine Vision.
21 Versos tomados de la 2da. estrofa del Canto XXXVI del poema In memoriam, de Alfred, Lord

Tennyson: For Wisdom dealt with mortal powers / Where truth in closest words shall fail, / When truth
embodied in a tale / Shall enter in at lowly doors.
22 Jn 10,30.

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También me contó que había tenido un nacimiento milagroso. No fue como
cualquier nacimiento en el mundo, fue distinto; y luego me contó que él dijo que a
menos que nazcamos de manera similar, pues, dijo: «Yo soy de arriba»,23 que había
«nacido de arriba»; y que el que no nazca de arriba no puede entrar en el reino de los
cielos.24 Luego dijo que «Entre los nacidos de mujeres, no ha sido levantado uno
mayor que Juan el Bautista, pero el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que
él»25; por lo tanto, ¡Juan el Bautista no puede estar en el reino de los cielos si el más
pequeño es mayor que él!
Sin importar cuán pequeño llegue a ser, el menor es mayor [que Juan el Bautista],
así que él no puede entrar en el reino de los cielos. Mi madre no lo entendía más que
yo cuando me lo contó. Luego me dijo que David, en el espíritu, lo llamó «mi Señor».
Ella no entendía eso, y yo tampoco. Y entonces me dijo que se identificó a sí mismo
como el Hijo del Hombre, y que luego el Hijo del Hombre se asemejó a una serpiente
ardiente, y que a menos que el Hijo del Hombre sea levantado, de la misma manera
en que la serpiente ardiente fue levantada, no puede entrar en el reino de los cielos.26
Me contó que cuando fue bautizado, una paloma descendió y permaneció sobre
él,27
y el hombre externo lo supo. Ese hombre externo fue llamado Juan, y lo supo
porque le fue revelado que aquel en quien la paloma descendiera y permaneciera sería
el Hijo de Dios, el que bajó del cielo, «Porque nadie ha subido al cielo, sino el que
descendió del cielo: el Hijo del Hombre».28
Todo esto era un misterio, pero también una adorable historia que estimuló la
mente del niño, y, de esa manera, permaneció contigo. Es algo que está por completo
dentro de ti. Y luego viene con esta increíble precipitación. Cuando menos los esperas,
todo sucede en ti.
Volvemos a Efesios: «Él lo estableció como un propósito en Cristo, para llevarlo a
cabo cuando se cumpliera el tiempo».29 Lo estableció en Cristo. ¿En Cristo? Sí, y Cristo
es en ti.30 Dios mismo descendió en el hombre, y estableció su plan de redención en
Cristo. De manera que «en Cristo» es «en el hombre». Ahora tiene que desarrollarse
en el hombre. Se desarrolló en mí, y comprendí que «yo soy Él», el que bajó, porque
nadie puede subir, a menos que primero baje. Bien, habiendo subido como lo hizo la
serpiente ardiente, entonces debo haber sido el que descendió. Pero cuando subí, lo

23 Jn 8,23: Y les decía: Vosotros sois de abajo, Yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, Yo no
soy de este mundo.
24 Jn 3,3b: El que no nazca de arriba no puede ver el reino de Dios.
25 Mt 11,11.
26 Jn 3,14: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre

sea levantado.
27 En alusión a Jn 2,32: Y Juan dio testimonio, diciendo: He contemplado al Espíritu que descendía

del cielo como una paloma, y permaneció sobre Él.


28 Jn 3,13.
29 En alusión a Ef 1,9-10: Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito

que de antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo: reunir en él
todas las cosas, tanto las del cielo como las de la Tierra.
30 En alusión a Jn 14,20: En aquel día vosotros conoceréis que Yo soy en mi Padre, y vosotros en mí,

y Yo en vosotros.

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hice sin la pérdida de la identidad de Neville, así que bajé y redimí a un ser llamado
Neville.
Bajas y, de tal manera, te identificas con el ser que crees que eres, que cuando subes
llevas a aquel que has redimido contigo. Lo expones a tus hermanos, porque todos
están esperando por la exposición de tu acto de fe. Pues, la fe es autoencargo absoluto.
No puedo comprometerme con lo que no amo, porque Dios es Amor. Así que lo amé,
y perdí toda la consciencia del Ser que realmente soy en mi autoencargo con el objeto
de mi amor.
Y luego pasé por el «infierno», al igual que todos, pero como dijo Pablo: «Considero
que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la
gloria venidera que va a ser revelada en nosotros».31 ¿Cuál gloria? La única gloria es
la gloria de Dios, así que el clamor de aquel que ha cumplido el cometido es este
(capítulo diecisiete de Juan): «He terminado la obra que me encomendaste que hiciera.
Y ahora, Padre, glorifícame Tú conmigo mismo, glorifícame con Tu Propio Ser».
«Vuelva hacia mí la gloria que era mía, la gloria que tenía contigo antes que el mundo
fuera».32
Ahora trae la gloria que cedí, por el objeto de mi amor, en mi autoencargo. Que
vuelva ahora, para que recupere, individualizado, un ropaje que pueda usar en la
Eternidad. Éste estaba «muerto», y yo, como la semilla que cayó a tierra y murió,33
revelando el gran secreto, el misterio de la vida a través de la muerte, entonces,
«morí». Morí cuando me convertí en esto,34 y luego sufrí todo el infierno del mundo.
Y, entonces, el diseño, que yo contenía, se desplegó dentro mí. De manera que Él
ha manifestado en mí el misterio de Su voluntad, conforme a Su plan, que de
antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo.35
Entonces, Él lo estableció en Cristo como el plan. Bien, ese plan es Jesucristo sepultado
en el hombre. Es un diseño, el diseño «Hombre».
¿Cómo decirle al mundo que Jesucristo es el diseño de salvación sepultado en el
hombre, cuando al hombre se le ha enseñado a creer que Jesucristo es un pequeño
hombre que caminó hace dos mil años? Y entonces desapareció, después de contar la
historia, para regresar a este mundo físicamente para que los ojos físicos lo vieran
viniendo desde afuera. Eso es lo que se le ha enseñado al mundo. Pero eso es: «La
verdad que se encarna en un cuento / Entrará por muy modestas puertas».
Porque si se dijera como lo he dicho esta noche, el mundo no lo entendería. Se
horrorizarían más allá de lo imaginable al escuchar lo que has escuchado esta noche.
No lo aceptarían. Creen en un pequeño y externo salvador que vino hace dos mil años,

31 Rom 8,18.
32 En alusión a Jn 17,4-5: Yo te he glorificado en la Tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Y ahora, oh Padre, glorifícame tú contigo mismo, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo
fuese.
33 En alusión a Jn 12,24: En verdad, en verdad os digo: A menos que el grano de trigo caiga en la

tierra y muera, queda él solo, pero si muere, lleva mucho fruto.


34 Al decir esto, Neville apunta hacía su cuerpo.
35 En alusión a Ef 1,9-10.

7
y que prometió regresar. Y los enormes maestros de hoy («enormes» en el sentido de
la cantidad, pero no en entendimiento) esperan verlo venir desde afuera.
No puede venir desde afuera, porque está sepultado en nosotros. Solo puede venir
cuando despierte dentro de nosotros. Ese diseño es el de una semilla. Pero esta es la
Semilla de Dios, la Palabra de Dios, enterrada en el hombre. Se desarrolla dentro del
hombre, y cuando lo hace, todo lo que se dice de Jesucristo lo experimenta el individuo
en quien se desarrolla, en primera persona, en singular y en tiempo presente. Entonces
él sabe quién es Dios.
Él siempre fue Dios, quien se vació en Sí mismo y asumió la forma de hombre: «y
hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo al hacerse obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz»36 de hombre, y fue hecho esclavo en ese estado.
Pero al final, el cumple su propósito, y entonces se le da el nombre que es sobre todo
nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla, y toda lengua confiese
que Jesús es el Señor para la gloria de todos.37
Bien, ¿quién es ese Jesús? Él es en ti. Así que cuando ciertamente efectúas y
completas el trabajo que asumiste, llevas el nombre de Jesús. Solo hay un Señor. Todos
regresamos, diseminados como estamos, como un solo Señor, un solo Dios, un solo
Padre de todos: «un solo cuerpo, un solo espíritu» (no como muchos), y, sin embargo,
sin pérdida de identidad.
Permíteme llevarte conmigo a una experiencia real, hace dos días: heme aquí, en la
superficie de mi ser. Sé exactamente qué estoy haciendo, ¡y soy Espíritu! Y aquí está
todo este vasto mundo, y el mundo está «muerto», simplemente muerto, pero no
puedo moverlo, a menos que baje hasta él. Bajo hasta él, pero ahora con el recuerdo
de haber «nacido de arriba», al bajar puedo cambiarlo. Antes de haber «nacido de
arriba», pierdes toda consciencia del Ser que eres, que vino de arriba, y regresas noche
tras noche al «ropaje», y eres simplemente uno más de la multitud, perdido. Pero
ahora, después del «nacimiento de arriba», después de que empiezas a crecer en
estatura, en favor de los dioses que te precedieron en un idéntico, similar
«nacimiento», el recuerdo ahora permanece, pues en la mañana regresas de tu unión
con los hermanos. Regresas y lo ves tal como es. Todo está «muerto». Pero ahora no
pierdes la consciencia, como hacías antes del «nacimiento de arriba». Así que bajas.
Puedes cambiarlo si lo deseas. Pero ¿por qué cambiarlo?
Escucha estas palabras de Blake cuando dejó este mundo; aunque Blake «nació de
arriba» bastante antes de haber dejado este mundo. En un libro llamado «Mirando
Cuadros Modernos» hay un capítulo sobre Max Beckmann, considerado un gran
artista contemporáneo de la pintura moderna. Él dijo que conoció a Blake en este
mundo supra terrestre, y allí estaba un hombre gigante, como un ser sobrenatural, y
lo saludó a la distancia y me dijo a mí: «Retrocede. Confía en los objetos. No te dejes
intimidar por el horror del mundo. Todo está en orden y es correcto, y debe cumplir

36 Fil 2,8.
37 En alusión a Fil 2,9-11: Por lo cual, Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio el nombre que es
sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios
Padre.

8
su destino para lograr la perfección. Sigue este camino y obtendrás, por tu propio yo,
una percepción cada vez más profunda de las bellezas eternas de la creación. También
obtendrás una liberación cada vez mayor de todo lo que ahora te parece tan triste y
terrible». Todo está en orden. Todo va hacia la perfección que tú determinaste
provocar cuando te vaciaste de Dios y te convertiste en el ser que eres hoy. Y
despertarás de todo esto, y regresarás a la gloria que era tuya «antes de que el mundo
fuera», solo que magnificada, en comparación con lo que era, por tu aventura en este
mundo de «muerte».
Este fue el límite de la contracción y la opacidad, y tú lo asumiste. Ahora no hay
límites para la expansión, para la translucidez que recuerdas. Así que todos
retornamos a los Seres que éramos «antes de que el mundo fuera». Cuando leemos:
«Nos escogió en Él antes de la fundación del mundo», nosotros éramos los «dioses».
Éramos los «hijos de Dios» que, colectivamente, constituyen a Dios.
Esta maravillosa confesión de la fe hebrea es la mayor en el mundo: «Escucha,
Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es».38
Jehová, que es simplemente «YO SOY», se traduce como «el Señor» (Adonaí), y aquí
«nuestro Dios» es en plural,39 «Elohim». Somos los «dioses»; pero juntos somos
«Adonaí» —Uno—. Entonces, hace falta el Uno hecho de muchos para caer, el Dios
Uno que es la confesión, la Shemá de Israel: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios, el
Señor uno es».
Nunca lo olvides. Ningún pequeño hombre, ninguna pequeña imagen ante los
cuales estar ni adorar. Todo está «muerto», y los hombres convierten en ídolos a
hombres. Entonces, alguien tiene dinero, o es un tirano: un Lenin, digamos. Así que
hacen una imagen de Lenin, y todos los días miles de personas pasan caminando por
donde está esta absurda y pequeña cosa que mantienen a la vista. Hoy leí la
declaración de Buckley40 fechada en Leningrado. Antes era San Petersburgo. Era la
Plaza de Pedro, la misma plaza. Ahora es Leningrado, y ahí está esa pequeña cosa
momificada, y un amigo de él que caminaba por donde estaba esta pequeña cosa
momificada tenía la mano en el bolsillo, y un guardia, de la manera más
impresionante, le dice:
—Sáquese la mano del bolsillo. Está pasando por tierra santa. Aquí está la palabra
hecha carne, y habitó entre nosotros.

38 Dt 6,4.
39 En la Shemá queda registrado el maravilloso concepto pluralista y unitario de Dios: «Escucha,
Israel: YHVH nuestro Dios (’Elohenu), YHVH uno (’ehadh) es». Si el propósito hubiera sido dejar en
claro una unidad absoluta de la Deidad, se hubiera esperado aquí la palabra yahadh, que denota unidad
indivisible; pero en su lugar el Texto Sagrado registra el vocablo ’ehadh, el cual es específico en su
significado, y se utiliza con particular énfasis para definir un compuesto de partes unificadas, tales
como: «la tarde y la mañana, un día; los dos serán una carne»; «todos estos tienen un solo lenguaje»;
«la pérdida de los dos en un mismo día»; etc. Si la palabra «uno» se utiliza aquí en el sentido de unificar,
entonces el pasaje indica que YHVH (siempre en singular), nuestro ’Elohenu (siempre en plural), es
Uno. Es decir: pluralidad en unidad.
40 Neville se refiere a William Frank Buckley, Jr. (1925-2008), intelectual, escritor y columnista

estadounidense.

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Y la forma como lidió con ello fue perfectamente maravillosa, la forma en que trató
este tan absurdo concepto de adoración a esta pequeña cosa que tuvieron que recoger
y reconstruir hace unos pocos años, porque el tiempo se hace sentir, y estaba
desintegrándose. Y este es su pequeño ícono que adoran.
Vean el artículo de El Tiempo de Los Ángeles.i Te digo que el único Dios en el
mundo eres tú. No hay otro Dios. Un día lo sabrás. Un día te desplegarás dentro de ti.
Lee la historia con detenimiento, porque cuando Él se despliegue en ti, todo lo dicho
sobre Él en las Escrituras lo experimentarás en primera persona del singular, y en
tiempo presente. Y Su único Hijo, que es simplemente la personificación de todas las
experiencias que has alguna vez tenido como hombre. Así que toma todas las
experiencias del hombre y todo lo que el hombre podría alguna vez experimentar,
fúndelas en un solo conjunto, personifica ese todo, y el resultado es David, el David
de las Escrituras, el gran salmista. Eso es David. Está ante ti, y te llama «mi Señor». Te
llama «Padre mío».
Ese es el único hijo de Dios, que es una personificación de la suma total de todas las
experiencias de la humanidad. Así que cuando, interpretando el papel que te ha
tocado, has pasado por todo el abanico de posibilidades que el hombre puede
experimentar, al final, despiertas, y, entonces, la suma total de las experiencias se
funde y es personificada y se presenta ante ti. Y es ese glorioso y hermoso joven,
David, y te llama «Padre mío», «mi Señor», y, en lo que a ti respecta, la obra termina
Entonces, te unes a los hermanos que conociste antes de que el mundo fuera, y
contemplas el mundo de la muerte. Te conviertes en uno de aquellos que, en la gran
Eternidad, contemplan la muerte, y también dices: «Lo que parece Ser Existe para quienes
/ parece ser & es causa de las más horrorosas / Consecuencias para quienes parece Ser, incluso
de / Tormentos, Desesperación, Muerte Eterna; pero la Misericordia Divina / Va más allá y
Redime al Hombre en el Cuerpo de Jesús»,41 que es Jehová.
Hay solo «Un solo cuerpo, un solo espíritu, un solo Señor, un solo Dios y Padre de
todos».
Al final, todos son redimidos, pero el hombre, como hombre, no puede redimirse a
sí mismo. Es Dios en el hombre el que hace la obra. «El que comenzó en vosotros la
buena obra, la seguirá perfeccionando»42 hasta la revelación de Dios en ti como tu
mismo ser. Así que mi problema, noche tras noche, es encontrar las palabras para
decírtelo. Sé lo que quiero decir, pero el problema es cómo decírtelo, cómo decirlo de
manera que sea entendido, que sea inteligible, porque siempre debes tener en cuenta
que enfrentas una audiencia que puede no estar preparada para el impacto, ya que es
un impacto para la mente del humano que les digan quiénes son. Preferirían depender

41 Última estrofa del capítulo 2 en la lámina Nro. 36 de la obra JERUSALÉN, LA EMANACIÓN DEL
GIGANTE ALBIÓN: Then those in Great Eternity who contemplate on Death / Said thus: “What seems to Be, Is,
To those to whom / “It Seems to Be, & is productive of the most dreadful / “Consequences to those to
whom it seems to Be, even of / “Torments, Despair, Eternal Death; but the Divine Mercy / “Steps beyond
and Redeems Man in the Body of Jesus. Amen. / And Length, Bredth, Highth again Obey the Divine Vision.
Hallelujah.”
42 En alusión a Flp 1,6: estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en

vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Cristo.

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de algo externo a ellos y orarle; así que van a la iglesia y prenden una vela, se inclinan
ante un pequeño crucifijo o una pequeña estrella hecha por el hombre, y hacen todas
estas cosas en lo exterior, pero ninguno tiene confianza en sí mismo, y el Ser del
hombre es Dios. Esa maravillosa imaginación humana tuya, eso es el Dios Eterno.
Esta noche te digo que nuestras raíces están en Dios, y Dios mismo se despliega
dentro de nosotros. Podría haber dicho: «Nuestras raíces están en la Imaginación
Divina, y la Imaginación Divina se despliega dentro de nosotros», pero no importa.
Personalmente me gusta la palabra «Dios», pero yo no lo coloco en el exterior, como
algo para adorar. El mundo lo aceptará más fácilmente si digo «Dios», en vez de
«Imaginación Divina». Así que no lo dije al principio de la conferencia; ahora la
expongo ante ti. Únicamente cuando imaginas, eso es Dios creando. Y «todas las cosas
son posible para Dios».43 Entonces, comienza a imaginar. Eso es Dios, Dios en acción.
Pero cree en la realidad del acto imaginal.
Imagina que eres lo que la razón y los sentidos niegan, pero imagínalo. Dios tuvo
que abandonarse por completo en forma de hombre para creerse hombre. ¿Sabes lo
que es eso? ¿El Ser que realmente eres? Pues, te digo, cuando regresas después del
«nacimiento de arriba», y te das cuenta de que eres Espíritu, quiero decir Espíritu,
pero más real que cualquier cosa en el completo y vasto mundo reunido, pero eres
Espíritu, y eres más real que cualquier objeto en el espacio o que todos los objetos en
el espacio.
Sin embargo, bajar antes del nacimiento es olvidarte de ti mismo como Espíritu.
Dios es Espíritu, y lo haces después del nacimiento, sin pérdida de identidad. Es lo
maravilloso de ello: cuando bajas al mundo y retomas el ropaje que está en la cama, y
normalmente lo bañas, y afeitas, y alimentas y haces todas las cosas corrientes con él,
pero sabes que es un ropaje. Y sabes que has extraído de él una identidad determinada,
la cual traes de vuelta como Espíritu, porque el cuerpo será puesto en el horno y
desechado. Simplemente será reducido a las cenizas que es, pero has extraído de él
una determinada identidad, y llevas de vuelta tu logro a la Hermandad. Bajaste y
moriste como hombre, y ahora vuelves trayendo de vuelta la identidad del hombre
que vestiste a través de las edades. ¡Lo traes de vuelta! Y eres recibido con júbilo,
porque lograste lo que te propusiste.
Y la voluntad de Dios no regresará hasta que Él haya ejecutado y cumplido los
propósitos de Su mente. Durante los siguientes días lo entiendes perfectamente, solo
en los próximos días.
Entonces, «los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados
con la gloria venidera que va a ser revelada en nosotros»44 por aquellos a quienes Él
antes escogió,45 y Él escogió a todos los hijos. Todos somos los hijos.
Independientemente de tu sexo, somos los hijos, porque en la Resurrección estamos

43 En alusión a Mt 19,26: Y mirándolos Jesús, les dijo: Para con los hombres es imposible, pero para
con Dios, todas las cosas son posibles.
44 Rom 8,18: Pues considero que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser

comparados con la gloria venidera que va a ser revelada en nosotros.


45 Rom 8,29: Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la

imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos.

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por arriba de la organización de los sexos. No somos ni machos ni hembras. Somos
Dios. «Porque a los que antes escogió, también los predestinó […]», y «a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los
que justificó, a éstos también glorificó».46 Así que, sin importar lo que hayas hecho
como hombre, recibirás la justificación —en otras palabras, la absolución divina—, la
completa absolución, independientemente de lo que hayas hecho. Si has interpretado
el papel de un Hitler o un Stalin, o cualquier otro monstruo, serás absuelto.
En este nivel quieres que todos ellos sufran, pero tus hermanos, sabiendo el papel
que interpretaste, no quieren que sufras. Quieren que despiertes del sueño de ser un
Hitler, del sueño de ser un Stalin o cualquier otro horrible personaje del mundo. Y
cuando vienes delante de Él, habiendo sido llamado, eso es la justificación.
La «justificación» en las Escrituras no es más que la absolución divina, y después
de la justificación viene la glorificación, que es el regalo de Dios de Sí mismo para ti.
¡Entonces eres Dios Padre! ¡Y todos los hijos reunidos forman a Dios Padre!

(Traducido por Luis Natera)

46 Rom 8,30.

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i El artículo en cuestión es el siguiente:

LOS ANGELES TIMES


Lunes, 1 de junio, 1970
DOS TUMBAS EN RUSIA: UN TRISTE CONTRASTE
Por William F. Buckley Jr.

Leningrado – Todo el mundo sabe que Rusia es una tierra de paradojas, pero pocos se imaginan el
esmero que los comunistas ponen para ocultarlas.
En el camino a Zargosk [actual Sérguiev Posad], el hogar espiritual de la vieja Rusia, pasas por un
espléndido monumento, un elegante, suavemente arqueado arco de titanio que termina, con 23 metros
de altura [Sic. <La altura real es de 105 m>], en un misil, el primero en orbitar la Tierra: una espléndida
conmemoración de un logro científico extraordinario que requirió de ingentes recursos.
Unas pocas millas más adelante por el mismo camino, te percatas de que un hidrante central surte
de agua a las aldeas aledañas. No hay agua corriente a 25 km de la capital del país que puso en órbita
el primer satélite.
En Zargosk puedes visitar el monasterio de San Sergio, el santo patrón de Rusia. Aquí está uno de
los tres seminarios que han sobrevivido en la Unión Soviética. Estuvieron cerrados por un tiempo, y
entonces, después de la guerra, se permitió que ocho reabrieran. Jruschov, en aras de la moderación,
redujo el número a tres, pero el abad no habla sobre esos asuntos. Ellos enterraron recientemente al
Patriarca Alexis, a la edad de 92 años. Muchos lo consideraron un simpatizante del partido comunista
por consentir la larga lista de humillaciones impuestas a su iglesia por el gobierno soviético. Pero él,
presumiblemente, sabía que las protestas no le serían de provecho, y reflexionó que el martirio era poco
eficaz en Rusia. Yace es una pequeña catacumba, bajo una de las antiguas construcciones sagradas, con
unas pocas flores marchitas en su tumba.
El sepulcro que vi el día anterior era otra cosa. Tan grande es la continua demanda para ver la tumba
de Lenin que, en un día normal la multitud se extiende por un lapso de dos o tres horas. La guardia de
honor mantiene la fila moviéndose a un promedio que permite que más de 2.000 personas se desplacen
cada hora.
Frente a nosotros estaban colegialas bajando la escalera de puntillas, con su mano derecha estática
en señal de saludo. Casi podías oír su emocionado corazón. Los guardias callaban a aquellos que aún
no habían sido arrobados por el misterio y el silencio.
Mi compañero tenía la mano derecha en el bolsillo, y el guardia, de forma brusca, le dijo:
—Desgarbado hacia Belén.
A lo largo y ancho de Rusia, los letreros que proclaman el 100 aniversario del nacimiento de Lenin
se han tornado apocalípticos: «Lenin vivió, Lenin vive, Lenin vivirá» (En el principio era la Palabra…)
o «El Santo Lenin» apareció en esta Tierra en 1870. (La palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros…).
Ahora faltaban unos pocos pasos para doblar a la derecha, lo cual te coloca a la vista de Lenin, quien
murió hace 46 años, pero es conservado para los peregrinos, que avanzan tan reverentemente ante sus
restos exhibidos en una urna de cristal. Subes, media docena de pasos, y entonces pasas los pies de
Lenin, para que mires de frente a su cara. (Qué propicio es todo. Cuando el Zar fue derrocado, Lenin
estaba en Zúrich, frotándose aceite en su calva, preguntándose si la ciencia moderna, no ideológica, le
devolvería el cabello. Lenin no tuvo suerte. Ninguna de las ciencias que invocó hicieron jamás algo por
él.) En Leningrado, la hermosa Leningrado, el gobierno soviético ha transformado una catedral en un
museo permanente de «religión y ateísmo». Es un jardín infantil del arte gráfico anti-religioso, hecho
bajo epígrafe de Lenin: «Buscamos la emancipación de la clase trabajadora de la superstición de la
religión».
Lástima por los pobres rusos. Imagine: San Lenin como sustituto de San Pablo.
Pasamos por una exposición de instrumentos de tortura.
—Estos —nos dijo con toda naturalidad nuestra guía— fueron usados por los religiosos durante la
Inquisición.

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—¿Son ellos parte de la colección de la Lubianka? —pregunté.
Al principio sonrió, pero enseguida lo pensó mejor.
—Esa no es una broma graciosa —dijo ella.
Era una académica muy dulce, y yo no deseaba hacerla rehén en una guerra ideológica sucedánea,
así que le dije que estaba de acuerdo con ella, que las bromas sobre las torturas no son graciosas. Ella
dijo, precisando una excusa para no continuar:
—No, no quiero decir que las bromas sobre torturas no son graciosas. Quiero decir que los bromas
sobre lo que usted dijo no son graciosas.
Yo me fui, como los viajeros en la Unión Soviética deberían hacer. Tristemente, creo que todo, todo
está perdido para cualquier sociedad que deshonra al Rey de Reyes. Pero eso es un prejuicio personal,
que en Rusia solo San Sergio y otros pocos subversivos aprecian. Espero, como ellos, por un giro de los
eventos, en el que Dios sería de mayor provecho.

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