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Eucaristías
BENDICIÓN DE LAS VESTIDURAS LITÚRGICAS
Comentario
Oración
Con las manos extendidas:
Sacerdote
Y con tu espíritu.
Comentario
Amén.
El Gloria pertenece a la liturgia del Domingo X del tiempo ordinario
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo Tú eres Santo,
sólo Tú Señor,
sólo Tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Esta oración colecta, pertenece a la memoria del Inmaculado Corazón de Santa
María Virgen
Oración colecta
Oh Dios, que en el corazón inmaculado de la Santísima Virgen María
preparaste una digna morada al Espíritu Santo, concédenos, por
intercesión de la misma Virgen, llegar a ser templos de tu gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Esta oración colecta, pertenece al Domingo X del tiempo ordinario
Oración colecta
Oh Dios, fuente de todo bien, escucha generosamente nuestras
súplicas y concédenos, inspirados por Ti, pensar lo que es recto y
cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Comentario
La renovada escucha de la palabra divina es principio de la santidad
de todos los miembros del pueblo de Dios, dispongámonos
dignamente a escuchar a quien tiene palabras de vida eterna.
Lecturas para la misa del inmaculado Corazón de Santa María Virgen
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(4, 1-8)
Querido hermano: En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de
venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente,
por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste
a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda
paciencia y sabiduría.
Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina
sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearán de
maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad y sólo
escucharán las fábulas.
Tú, en cambio, sé siempre prudente, soporta los sufrimientos, cumple
tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección tu ministerio.
Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi
partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he
perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la
que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a
mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso
advenimiento.
Palabra de Dios
Salmo 70
R/. Mi boca, Señor, anunciará siempre tu salvación.
Mis labios no han cesado de alabarte
y pregonan tu gloria todo el día.
Señor, en la vejez no me rechaces ni me abandones,
falto de energías. R/.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (12, 38-44)
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía:
“¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes
y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las
sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los
bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos
recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo,
mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban
en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos
moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos,
Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la
alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les
sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para
vivir”.
Palabra del Señor
Homilía
Estas lecturas pertenecen al domingo 10° del tiempo ordinario
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 1R 17,17-24
En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La
enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la
mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a
mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi
hijo?» Elías respondió: «Dame a tu hijo.» Y, tomándolo de su regazo,
lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego
invocó al Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me
hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?» Después se echó
tres veces sobre el niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que
vuelva al niño la respiración.» El Señor escuchó la súplica de Elías:
al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó
al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: «Mira, tu hijo está
vivo.» Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora reconozco que eres un
hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.»
Palabra de Dios
Salmo 29
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío,
te daré gracias por siempre. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas Ga 1,11-19
Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de
origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre,
sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en él judaísmo: con qué
saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el
judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario
fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que
me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se
dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles,
en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a
los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a
Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer
a Cefas, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro
apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas Lc 7,11-17
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban
con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a
enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un
gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le
dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que
lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!»
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su
madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran
Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La
noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
Credo
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Amén.
Oración de los Fieles
Alegres por el anuncio de la venida del Señor, oremos hermanos, a
Dios, nuestro Padre, en la esperanza de nuestra total liberación, y
digámosle:
R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Señor visite a su Iglesia, le conceda la unidad y la
libertad y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
Oremos
Sobre tu altar Señor, colocamos, alegres este cáliz y esta patena, para
celebrar el sacrificio de la nueva alianza; que el cuerpo y la sangre de
tu Hijo, que en ellos se ofrece y reciben santifiquen † estos vasos
Concédenos Señor Dios Nuestro, que, al celebrar el sacrificio de tu
Hijo nos fortalezcamos con tus sacramentos y seamos penetrados por
tu espíritu, hasta que podamos gozar con tus santos del banquete del
reino celestial.
A ti la gloria y el honor, Señor Dios nuestro.
Todos responden: Bendito seas por siempre Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Prefacio Dominical X
El Día del Señor
Se inclina un poco
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR
MUCHOS
PARA El PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
El pueblo responde:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Y prosigue
Mira con ojos de bondad esta ofrenda
y acéptala, como aceptaste
los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Bendición Final
El sacerdote extiende las manos y dice:
Y con tu espíritu.
El sacerdote:
Pueden ir en paz.
Todos