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RESOLUCION DEL CONFLICTOS NRC 4357

ARTICULO

DEISY LILIANA MOJICA ID 532876

LUIS ALBERTO VELOZA


FABIAN BARRAGAN BERNAL

FUNZA CUNDINAMARCA 25 AGOSTO DE 2019


LA CARA DEL BIEN Y EL MAL

El hombre y la mujer son seres creados a imagen y semejanza de Dios. Creado uno del otro para
compañía y proliferación de la humanidad; Adán y Eva son la primera pareja en habitar el paraíso
creado por Dios para ellos, con la condición de no comer el fruto del árbol prohibido. Es aquí donde
notamos que “el mundo está lleno de bondad y de maldad: lo ha estado, lo está y siempre lo estará”
(Zimbardo, 2008), pues por influencia de la serpiente venenosa, la pareja decide desafiar a Dios,
obligándolo a expulsarlos del jardín de Edén. Según la historia, Satanás encarna a la serpiente para
tentar a Eva y que ella coma del fruto prohibido, así mismo es influenciada para convencer a Adán
de que haga lo mismo, como Satanás no puede recuperar el cielo confrontado directamente a Dios
decide vengarse “corrompiendo su creación suprema” (Zimbardo, 2008).

Al ser desterrados del Edén, el hombre tendrá por siempre la necesidad de subsistir y salir adelante,
misión que hasta el momento no ha cambiado, desde la edad de piedra con herramientas simples
hasta la actualidad teniendo a su favor el avance de la tecnología. Al transcurrir el tiempo nos hemos
rodeados de personajes que han utilizado desde la herramienta más simple hasta la tecnología para
dejar huella en la historia, unos por ser perversos, malos y conflictivos; y otros por ser buenos y
heroicos.
“La maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe, maltrate, humille,
deshumanice o destruya a personas inocentes, o en hacer uso de la propia autoridad y del poder
sistémico para alentar o permitir que otros obren así en nuestro nombre” (Zimbardo, 2008). Hitler,
Stalin, Hussein y demás líderes se han caracterizado por ser malas semillas que sembraron maldad
dando frutos como el terror y guerras que han perturbado la paz y tranquilidad del mundo. Para
llegar al poder estos líderes han defendido sus objetivos a capa y espada imponiéndolos por encima
de las demás generando una serie de conflictos que terminan detonando en una guerra.
“Cuando no se está capacitado para asimilar ideas, costumbre, religiones o culturas distintas a las
que nos han formado se produce sin duda el conflicto” (Menéndez y Ramírez, 2005), es así como
gente intolerante que no es capaz de comprender la diversidad que existe en el mundo desea
imponer su voluntad, deseando ambiciosamente llegar al poder y cumplir a cabalidad sus objetivos
y metas sin medir las consecuencias de la toma de sus decisiones. Para el inicio de una guerra se
necesita de un conflicto violento donde se haya aumentado la intensidad de la confrontación, la
correlación de las fuerzas y los objetivos estratégicos (Menéndez y Ramírez, 2005). Es aquí donde la
población es la victima principal de una guerra bien sea porque familiares han perdido la vida,
porque han sido reclutados o por el simple hecho de ser mujer ser sometida a abusos sexuales. Las
injusticias, el aumentó en los casos de racismos y discriminación, diariamente se violenta los
derechos de la mujer, la difamación y las mentiras que circulan en las redes sociales aumentan la
desinformación en la población, el odio, el poseer una creencia o ideología diferente y la difusión
del miedo nos llevan a elegir lideres falsos que aprovechan nuestras necesidades para llegar al poder
y sembrar el mal.

Al elegir lideres falsos, cada persona perteneciente a una población está expuesto a un sinfín de
situaciones en las que él decide si actúa bien o mal. Es aquí donde el efecto lucifer intenta “entender
los procesos de transformación que actúan cuando unas personas buenas o normales hacen algo
malvado o vil” (Zambardo, 2008), ¿que causa hace que una persona calmada de buenos valores y
trabajadora por la presión de la sociedad, de la economía, del amor llegue a quitarse la vida o hacerle
daño a las personas que ama y lo rodean?, ¿ Realmente la maldad es una entidad que posee un
cuerpo o es una prueba llena de odio y corrupción que nos puede abrir el cielo o el infierno si caemos
o no en ella?.

Son interrogantes que nos hace cuestionarnos acerca de la existencia del bien o el mal. Adolfo Hitler
un político militar alemán es un claro ejemplo de persona cegada por el ego, el poder, la riqueza y
el dominio total de un país, es un ejemplo de maldad, donde utilizó su poder para perseguir, dominar
y convencer amigos, vecinos y demás de que los judíos eran enemigos despreciables (Zimbardo,
2008), personas que no merecían compasión, miserables, merecedores de crueles persecuciones,
asesinatos y encerrados en campos de concentración. Era tanta la ambición de este hombre que el
ego lo hizo prisionero, convirtiéndolo en un lobo insaciable y avaro, con un vacío que nunca se
llenaría por más poder que tuviera.

Con el pasar de los años, Hitler es conocido como la encarnación del mal, un ser que no se tentaba
el corazón al momento de asesinar y abusar del poder, pero no es el único, existen una serie de
eventos que nos hace preguntarnos ¿en verdad existe gente tan mala?, ¿no les remuerde la
conciencia todo lo hecho?

Padres abusando de sus hijos, sacerdotes utilizando la religión para abusar sexualmente de niños y
mujeres, conventos e internados en donde abusan de los niños tanto física, verbal y sexualmente,
hombres teniendo relaciones con animales, asesinar por robar las pertenencias de alguien, un sinfín
de delitos que aparecen día a día que nos dejan asombrados y desconcertados por la magnitud del
daño. No cabe duda que Satanás está cumpliendo con su misión de usar brujas y brujos “como
intermediarios para corromper a las personas”.

No todas las personas comparten la idea de la existencia del bien y el mal, algunas personas creen
que cuando ocurren cosas malas es consecuencia de las decisiones tomadas en el pasado o por
experiencias vividas, pero me pregunto ¿Qué tan graves o profundas son estas experiencias para
llegar atentar de una forma depravada contra un ser vivo?, ¿es tan extrema la situación por la que
se atraviesa que de ser una persona buena y calmada paso a convertirme en mala y perversa? ¿me
conozco tan bien que nunca llegaré a estos límites? Apartir de estos planteamientos se
desencadenada una serie de interrogantes que me hacen cuestionar si me conozco bien, o si
conozco bien a las personas que me rodean y con las que comparto los días.

No solo hay personas malas, también existen personas buenas que se sacrificaron por los más
necesitados y sin recibir nada a cambio, entre ellas encontramos a la Madre Teresa de Calcuta, un
claro ejemplo de bondad, de paz, de sacrificio, de amor, también encontramos a Nelson Mandela,
Martin Luther King, etc. Personas dedicadas a luchar por la igualdad de los derechos, luchaban por
erradicar la pobreza, personas que daban lo mejor de sí sin esperar nada a cambio.

El bien que yace en las personas es el que ofrece tener un momento de paz y tranquilidad en un
momento de euforia e ira, es el que nos permite ser serviciales y ayudar a los más necesitados,
personas buenas en este mundo hay, pero el miedo, la guerra, la violencia los mantienen ocultos.
Este mundo necesita un sistema de gobierno justo, donde prime el dialogo y las necesidades de la
población, para que así las personas buenas nos contagien de ideas y nuevas formas de gobierno
que nos permitan estar en paz. Depende de cada uno de nosotros si hacemos el bien o el mal,
porque los dos existen.
Referencias

Zimbardo, P. G. (2008). El efecto Lucifer: el porqué de la maldad (Vol. 124). Grupo Planeta (GBS).

Menéndez, M., Ramírez D. (2005). Resolución de conflictos en el S. XXI, Trama Editorial, 2005.

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