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Washington Uranga

Las prácticas sociales son manifestaciones de la interacción histórica de los individuos. Son
enunciados que surgen de las experiencias de los sujetos sociales. Desde lo comunicacional, son
prácticas de enunciación que se construyen a través de narraciones y mediante el desarrollo de
habilidades y técnicas expresivas. Son azarosas.

El quehacer cotidiano va conformando la experiencia colectiva, constituyendo la cultura y


construyendo la trama de la historia que nos contiene. La historia es un entramado de gramáticas
discursivas que se expresan como estrategias comunicativas.

El espacio de las prácticas sociales está atravesado por las luchas de poder y se ponen en juego
estrategias y dispositivos de comunicación. Pensar la comunicación es pensar lo político y la
constitución de lo científico. Las prácticas sociales son experiencias de comunicación y
manifestación de lo político.

La comunicación como un proceso de producción social

La comunicación es un proceso social de producción, intercambio y negociación de formas


simbólicas que no debe confundirse con técnicas o medios.

La comunicación es interacción social. Mediante la comunicación se construye una trama de


sentidos que involucra a todos los actores y va generando claves de lectura comunes, modos
interpretativos en el marco de una sociedad y una cultura.

La sociedad se constituye mediante una trama de sentidos producidos, intercambiados y


negociados. La comunicación es constitutiva de la sociedad. Por eso las prácticas deben ser
analizadas desde la comunicación.

Las prácticas sociales implican procesos de significación y producción de sentido. Los sujetos,
emisores y receptores, se constituyen en el espacio discursivo. Toda producción de sentido tiene
una manifestación material. El discurso es una configuración espacio temporal de sentido. Su
circulación no es lineal y no produce un solo efecto.

El proceso de comunicación es un todo significativo que se constituye mediante redes discursivas


y el entrecruzamiento de discursos diferentes, opuestos y contradictorios, que ponen en evidencia
los conflictos y luchas de poder.
Comunicación, cultura y cambio social

Abordar los procesos sociales desde la comunicación implica situarse en el terreno de la cultura.
Dejar de pensarlos desde las disciplinas y los medios. Supone el permanente reconocimiento de
las prácticas sociales de productores/receptores que intercambian mensajes en ámbitos
específicos para hacerse sentido común, es decir, manifestación de cultura, mediante procesos de
negociación y de generación de consensos.

Estos procesos de intercambio y negociación de mensajes y sentido le van dando forma a los
sujetos y forjando su identidad en el espacio social. Cada sujeto es por su individualidad pero, al
mismo tiempo, en cuando sujeto hablado por la cultura de su tiempo, por su historia, por su
espacio. Están atravesados por dimensiones contextuales, culturales, históricas, económicas,
sociales y jurídicas. Lo que funda al emisor son las relaciones sociales en las que se inserta. Es un
emisor en situación, dentro de tensiones sociales y de relaciones de poder.

La cultura es un modo de organizar el movimiento permanente de la vida cotidiana, del ser y


actuar de todos los días, configurador de conductas, de modos de ser y actuar. La cultura es un
principio organizador de la experiencia mediante el cual los sujetos ordenan y estructuran sus
acciones a partir del lugar que ocupan en las redes sociales.

La cultura también es el entretejido simbólico de procesos comunicacionales que le van dando


forma y a través de los cuales cobra materialidad.

El lenguaje es un soporte de la cultura, un vínculo para expresarse y ser ante los demás.

Los sujetos se constituyen individual y colectivamente enmarcados en un determinado universo


simbólico.

La comunicación es una complejidad expresada en tensiones, contradicciones y lucha por el poder.

Percepciones, concepciones y evaluaciones en el proceso de planificación desde la comunicación

Todo objeto se constituye sólo como objeto de discurso mediado por percepciones, valoraciones e
interpretaciones. Es imposible concebirlo al margen de la producción social de sentido.

Las percepciones, concepciones y evaluaciones son culturales. Son siempre vividas por alguien en
particular y atravesados por una cultura colectiva, y constituyen una forma de reafirmación de
cada una de las personas en relación con su contexto.
Comunicación y vida cotidiana

La experiencia previa condiciona las posteriores sin que ello signifique necesariamente que el
mismo individuo haya vivido personalmente todas esas experiencias. Hay un aprendizaje cultural
que se apoya en experiencias sustitutas que se verifican en los grupos, los medios masivos de
comunicación, en las redes de relaciones. La vida cotidiana es el lugar de las interacciones.

Al mismo tiempo las experiencias que se viven en los grupos constituyen la matriz social del
individuo donde se constituye el repertorio de significados que condicionan las formas y los modos
de enfrentarse a situaciones diferentes de las habituales.

La realidad es un conjunto de hechos más las percepciones que de ellos tienen los sujetos, mas su
interpretación y valoración, la vida cotidiana es parte esencial de la memoria social.

Comunicación en la trama social

La trama social se modifica por la participación de actores que inciden de acuerdo a competencias,
habilidades y a saberes diferentes.

Los sujetos van configurando a lo largo de su experiencia en la sociedad el campo de efectos


posibles, determinados sentidos que cuentan con una mayor disposición de ser escuchados,
leídos, percibidos. Confluyen diferentes instancias de mediación.

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