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El arte plumario ha sido desarrollado en todas partes del mundo, algunos ejemplos: grupos
humanos de África y Oriente, en algunas islas del pacífico como Hawai y también Perú. Las
plumas se usaban en atuendos para distinción de clases sociales, religiosas y de poder.
Origen en México: prehispánico. Se utiliza para decorar las plumas, lanzas, abanicos,
pulseras y sandalias. Este tipo de ornamentación también se combinó con telas para crear
prendas ceremoniales para la realeza. Por lo que su significado era señalar el rango social
de la persona que lo llevaba, por lo que una persona que llevaba un tocado o atavío de arte
plumario quería decir que era una persona importante en la sociedad.
Este arte fue producido por artesanos que tenían permiso para usar las plumas del ave más
sagrado de los aztecas, el quetzal. Los artesanos usaban además plumas del colibrí, así
como las plumas del tlauhquechol, una garza que de brillantes plumas de color rosa y el
zacuán, un ave costera amarilla. Un verde menos brillante vino de los loros, marrón del
pájaro vaquero como plumas negras y blancas de la ayacuán. El rojo venía de una especie
de guacamayo.
Los artesanos utilizan tres métodos para crear sus composiciones de plumas. El primer
método consistía en atar las plumas juntas en un mosaico para crear un patrón general.
Los fragmentos más pequeños estaban pegados en la parte superior para crear una
especie de cuadro. Más tarde, los artesanos empleaban una técnica de capas en la que las
plumas estaban pegadas en capas, utilizando la resina del tzauhtli, una palabra náhuatl
para una rara orquídea, para crear un diseño integral. Por último, los artesanos
desarrollaron la técnica de costura de las plumas junto con un hilo de algodón especial.
La segunda técnica que se empleaba era la de coser las plumas a una tela; obras de esa
técnica son muy raras de encontrar, por lo perecedero de sus materiales. Esas telas se
utilizaban por los grandes dignatarios y sus familias, ya que ellos eran quienes podían portar
ayates o huipiles con colores, para distinguirlos de los macehuales que debían vestir de
blanco y sin colores agregados
Actualidad: lo largo del tiempo la recolección de plumas y aves se hizo cada vez más difícil
de conseguir, y los artistas dedicados a este arte se hicieron cada día más escasos, además
de que su técnica ha bajado en calidad. Sin embargo permanecen aún pequeñísimos
grupos de artesanos-artistas que, luchando contra grandes dificultades, se siguen
empeñando en mantener y rescatar este tan delicado, difícil y admirable arte plumario.
Hoy en día la técnica continúa. Una reciente exposición en la CABA, Centro Ajijic de Bellas
Artes en Ajijic, Jalisco muestra el trabajo de un artista que usa plumas creando diseños
tridimensionales. Los brillantes colores y la capacidad inherente de las plumas para reflejar
la luz producen ilusiones ópticas complejas, resultando muy populares entre los
coleccionistas y amantes del arte.
Bibliografía