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UNIDAD 9
Apuntes de Cátedra – Profesor Héctor Arismende sdb
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Profesorado “Don Bosco” 9232 - PEDAGOGÍA GENERAL
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En 1855 inicia la escuela elemental para sus estudiantes, dirigida por él y sus jóvenes clérigos. Al
año siguiente abre el taller de carpintería. En 1859 nace la Sociedad Salesiana como asociación religiosa
privada y de hecho. En 1861, inicia el taller de tipografía y en el ’62 el de mecánica.
En 1863 Don Bosco funda el primer colegio fuera de Turín, en Mirabello Monferrato, y envía de
Director a Miguel Rúa. También comienza la construcción de la Basílica de María Auxiliadora con un primer
pago de 40 céntimos. Queda culminada en 1868.
En febrero de 1869 la Sociedad Salesiana recibe la aprobación pontificia. Se da inicio a la fundación
de una serie de colegios e institutos de enseñanza en lugares como Génova, Valsálice, Alassio, Varazze.
En 1872 colabora con Sor María Dominga Mazzarello en la fundación del Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora. En el ’74 la Santa Sede aprueba definitivamente las Constituciones de las Sociedad
Salesiana, que a partir del año siguiente vive 12 años de una rápida y enorme expansión por Europa
(Francia, España, Inglaterra) y América (Argentina, Uruguay, Brasil, etc.), abriendo obras para los
inmigrantes, instituciones escolares-educativas, actividades misioneras, etc.
En 1877 Don Bosco escribe a pedido de Pío IX, unas páginas sobre el Sistema Preventivo. Y en
Agosto de ese año se inicia el Boletín Salesiano.
El 31 de Enero de 1888, Don Bosco muere consumido por el intenso trabajo que realizó hasta el
último día y a causa de los innumerables achaques que su salud recibió en todo ese tiempo.
EL SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO
Juan Melchor Bosco no es considerado rigurosamente un pedagogo, o no lo es al
menos al estilo de los que tienen la intención de hacer un estudio científico del hecho
educativo y sus actores. Sin embargo, ha legado a la Iglesia y a la historia uno de los
aportes pedagógicos más difundidos en todo el mundo. Hablar de Don Bosco es hablar
de su obra educativa y el Sistema Preventivo. Pero ¿qué tiene de particular este método
educativo para que sea tan importante? Su simplicidad, originalidad y actualidad.
Hoy en día se encuentran en circulación modelos educativos que oscilan entre el
autoritarismo de ideas inflexibles que se imponen a la fuerza; y concepciones de libertad
absoluta, contraria a todo orden jerárquico y directivo. Estos modelos extremos, no se
demuestran capaces de edificar personalidades fuertes, sólidas, armónicas, eficaces;
reducen a la persona “desde el momento en que absolutizan aspectos parciales de la
experiencia humana, ocultan la indiferencia o antipatía declarada por cualquier forma
de apertura”1 a la trascendencia de Dios.
El sistema educativo pensado por Don Bosco para la educación de la juventud
nace de la presencia amorosa entre los jóvenes, buscando proponer, estimular, hacer
crecer, animar a la persona para que llegue a ser lo que Dios lo llama a ser. “No es fácil
practicarlo sin una atenta simpatía por los jóvenes y por su propio mundo”; se debe
1
CIAN, L. “El sistema educativo de Don Bosco y las líneas maestras de su estilo”. p 12.
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alimentar de la adhesión por los valores que poseen los jóvenes, dando normas que se
entiendan por la razón, y proponiendo, nunca imponiendo, valores no adquiridos
todavía, mediante el consejo amoroso.
Debe movernos siempre el convencimiento de Don Bosco que solía decir “que «en
todo joven, por desgraciado que sea, existe siempre un punto que es accesible al bien;
primer deber del educador es el de buscar ese punto, esa cuerda sensible y
aprovecharse de ella» (MB 5, 367)” 2
Históricamente se pensaba que una persona lograba mayor educación según el
mayor tiempo que pase en la escuela; el proyecto educativo de Don Bosco no apunta a
una formación delimitada por un espacio de tiempo, sino que se refiere a una Educación
Cristiana Integral, es decir de toda la persona, que conduzca lo que él llama “madurez
humana y cristiana del joven, su capacidad de afrontar la vida con sentido de
responsabilidad y seriedad: buen cristiano y honrado ciudadano”3.
El centro de este sistema es la caridad, y por ello supone una cosmovisión cristiana,
tanto del educando como del educador. Este elemento esencial, sin embargo, no
siempre es tan explícito, por lo que tampoco hace imposible su aplicación en espacios
de educación laica, siempre que el Educador tenga claras las bases humanistas de
fondo.
La motivación profunda y definitiva de la acción de Don Bosco es la caridad: el
amor religioso a Dios y al prójimo, que brota inmediata y coherentemente de su fecunda
fe católica y de su vocación sacerdotal, nacida casi con él. Hay sin embargo rasgos de
personalidad propios del santo que dan aspectos y tonalidades específicas a su
actividad educativa preventiva:
a) Tradición y modernidad: A muchos estudiosos ha llamado poderosamente la
atención el rasgo de modernidad de la actuación de Don Bosco, pero que va
inseparablemente unida a una adhesión fortísima a los valores fundamentales
del pasado: la fidelidad al concepto y estilo de vida propuesto por el
cristianismo custodiado y predicado en la Iglesia por los pastores y secundados
por los bautizados sinceramente practicantes.
Sostenido por una fuerte convicción enraizada en la ortodoxia católica, que se
manifiesta en su profundo amor y obediencia al Sucesor de Pedro y los Obispos
por ejemplo, puede ir al encuentro de los tiempos nuevos con total seguridad,
2
Ídem. p. 13.
3
BRAIDO, P. “El sistema educativo de Don Bosco”. p 123
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que esta palabra significa dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y que se refleja
en la vida del educando. Y luego como SALESIANO, con carisma y espíritu Salesiano. En
una palabra, debe tener fija la vista en la figura de Don Bosco e imitarlo.
Por supuesto que es algo realmente difícil imitar a Don Bosco, porque ese imitar no
se limitará sólo a repetir idénticas expresiones, sino que se refiere y se expande a vivir
como Don Bosco por y para los jóvenes: “yo por ustedes estudio, por ustedes trabajo, por
ustedes estoy dispuesto a dar la vida”.
Con esto claro, podemos avanzar sobre la figura del educador y su presencia en
medio de los jóvenes, con agudeza de percepción, una personalidad fuerte, sentido de
competencia, empeño concreto y directo, capacidad de reconsideración y riesgo, con
ausencia de distancias, el deseo de verse reproducido en los demás, abierto al diálogo
fecundo y buscando la conversión constante
Agudeza de percepción: Se debe captar rápidamente lo que pasa a nuestro
alrededor, con apertura y receptividad. Nuestro trabajo educativo debe ser
consecuencia de ello, y sensible hasta el punto de ser capaz de meternos “dentro de la
situación de los jóvenes pobres y abandonados”.4
Fuerte personalidad: “Don Bosco tenía confianza en sí mismo y no tenía problemas
de personalidad. La sana educación recibida (...) de una madre con ideas claras, firme y
ala vez amable, dejaba amplio espacio a la iniciativa personal y permitía el crecimiento
continuo”5. Esta honda percepción de la propia personalidad le ayudó a percibir pronto
la finalidad de su obra y a no encerrarse en sí mismo, a establecer un estrecho
acercamiento con las ideas-fuerza que orientaban su accionar como educador y
sacerdote.
Sentido de competencia: Don Bosco no sentía que le faltaran las capacidades ni
sentía inseguridad ante situaciones difíciles, pues sentía que muy por encima de cualquier
esfuerzo suyo, estaba haciendo la voluntad de Dios y en Él se apoyaba para nadar
incluso contra la corriente, y yendo siempre hacia delante.
Empeño concreto y directo: Don Bosco lo que hacía, lo hacía y ya. No tenía
mucho tiempo de pensar cómo o con quién lo haría, pero nunca su actividad fue un
activismo sin fundamento, sino que todo empeño que ponía tenía un fin concreto y
directo: salvar el alma de cada joven. Por eso estaba constantemente entre ellos, para
saber entender e interpretar la realidad que ellos mismos vivían.
4
Cf. Cian, L. “El sistema educativo de Don Bosco y las líneas maestras de su estilo”. P 191.
5
Ídem
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6
Cf. Cian, L. o. c., p 192
7
Cian, L., p 193.
8
Tessarolo, F. “El sistema preventivo de Don Bosco”. p 19.
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injusto y siempre le agrada la verdad. El amor disculpa todo; el amor todo lo cree, el
amor todo lo espera, el amor lo soporta todo” (1Cor. 13, 4-7).
La amabilidad es la primera expresión del amor. El amor adopta gestos, palabras y
modos sencillos y amables. La amabilidad tiene ciertas características:
La familiaridad: Estar con los jóvenes, entablar con ellos una relación de real unión.
“«Como el líquido adopta rápidamente la forma del recipiente que lo contiene, así el
amor, para transformarse en amabilidad, debe tomar inmediatamente la forma de la
persona amada»”9
Cordialidad o profundidad de afecto: Aquí podemos traer a la memoria la famosa
frase de Don Bosco: «Me basta que sean jóvenes para que los ame».
Afecto demostrado: Don Bosco constantemente recomendaba que no era
preciso sólo que se ame a los jóvenes, sino que además ellos debían darse cuenta,
percibir que se los ama. Para ello, el afecto que se les tiene debe ser expresado en cada
gesto de caridad, de cordialidad, de confianza y de aceptación que tengamos con
ellos.
Afecto operante y sobrenatural: Todo el estilo educativo de Don Bosco está
orientado a la «SALVACIÓN» de los jóvenes, por lo tanto, todo nuestro esfuerzo de
amarlos debe moverse hacia ese horizonte.
Afecto incondicionado: “Que perdura a pesar de las faltas de educando y se
revela en la suavidad de los castigos”10
Dulzura y bondad: Don Bosco recomendaba siempre a sus Salesianos que
procuren hacerse amar, sin ser rigurosos o severos, aplicando siempre un estilo
bondadoso, y tratando de imitar a San Francisco de Sales, el «Santo de la Dulzura», como
se lo conoce generalmente. Además, sostenía que la “dulzura acostumbra a apartar el
pensamiento de la ofensa (...). Es necesario sobre todo no abrir la boca para contestar a
los que sólo buscan exasperarnos”.11
Confianza: “Es imposible educar bien a los jóvenes, si éstos no tienen confianza en
los Superiores”. Este es un instrumento esencial dentro de la Amabilidad, ya que es
necesario para poder entablar una relación de amistad, de afecto con el joven.
9
«L’Arco, A., “El salesiano es así”, p12. » En Tessarolo, F. o. c., p 33.
10
Tessarolo, F., o. c., p 34
11
Tessarolo, F., o. c., p 35
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Razón
Su importancia radica en la necesaria racionalidad del acto educativo que se
quiere llevar a cabo con el joven, lo que significa que el joven tendrá una participación
activa en el mismo, y como un simple receptor. Por eso el primer elemento a tener en
cuenta será el diálogo, para entrar en relación de confianza, pudiendo hacer uso para
ello del humor como herramienta admirable.
La razón se aplica fundamentalmente en las órdenes, en los castigos, en las
normas y reglas, en la comprensión mutua. En la presencia del educador, con una
asistencia amorosa y confiable.
“Iluminada por al fe, la razón preside la labor educativa; controla la afectividad
para que no se desborde; impregna de sentido común el ambiente educativo; busca lo
esencial y lo simple, y huye, por tanto, de lo artificioso y lo complicado, de lo extraño y lo
raro; favorece la capacidad de juicio y el formarse convicciones personales para
gobernar la vida”.12
La razón da fuerte sentido a la amabilidad, ya que ésta exige tener racionalidad.
“Un amor sofocante, dulzón, azucarado, es totalmente contrario a la amabilidad de Don
Bosco”.13 Don Bosco solía recomendar también: “Déjate guiar por la razón y no por la
pasión”14, pidiendo con esto un amor equilibrado, abierto, racional.
Sobre todo Don Bosco recomendaba la razón como medio para mantenerse
dentro de la observancia de la moralidad.15 Como herramienta verdaderamente útil
para aplicar la razón, Don Bosco se valía de las «Buenas Noches», en las que daba un
pequeño mensaje para que los jóvenes lo rumien y lo piensen antes de dormir.
El elemento de la Razón, apunta a dos objetivos dentro de la pedagogía de Don
Bosco:
1. Que el educando actúe por elección libre; y
2. Que afirme su propia personalidad.16
El Sistema Preventivo, manda ver en todo joven, por más desgraciado que sea,
una arista buena, capaz de motivar el desarrollo de capacidades y habilidades y, por
sobre todo, dándole «utilidad» al muchacho, hacerlo sentir útil de la manera en que sólo
él puede serlo. Por esto, la razón está fundada en una confianza profunda en la buena
12
Tessarolo, F., o. c., p 36.
13
Braido, P., El Sistema Preventivo de Don Bosco, p 164.
14
MB X, 1023, p 942.
15
Cf. MB XIII, 800, p 679.
16
Cf. Cian, L., El sistema educativo de Don Bosco. Las líneas maestras de su estilo. p 65.
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voluntad del joven, es decir, saber que todo joven tiende naturalmente al bien. Por lo
mismo, el educador debe ser optimista, o no será educador.
Religión
“La práctica de la religión no debiera conducir a una adhesión ciega a verdades
más o menos oscuras. Por esto Don Bosco daba un lugar considerable a la razón en el
enfoque de la fe, sobre todo a través de una sólida enseñanza religiosa” 17, y por ello, la
religión ocupa un lugar preponderante dentro de la pedagogía de Don Bosco.
Esta fe, no se debe contentar con una aplicación teórica, sino que logra un punto
tal de celebración en la consumación de dos sacramentos: la reconciliación y la
comunión. Se enraíza entonces, en una vida acorde con las enseñanzas del Evangelio, y
encuentra toda su inspiración en él: «Dios es amor» (1º Jn. 4,8). Se puede decir entonces,
que la acción educativa de Don Bosco en la formación de los jóvenes, se identifica
prácticamente con la acción salvífica de la Iglesia.
“También hoy, lo mismo que para Don Bosco, la religión debe brotar de
convicciones personales, sin imposiciones, pero estimulada por continuas sugerencias, en
un clima de serenidad y de interés continuo, para que nuestros jóvenes encuentren en la
fe verdadera respuesta los problemas que les interesan. Así llegarán a descubrir la unidad
y la integración de las dos dimensiones: religión y vida”18
Para Don Bosco, una acción concreta por los jóvenes de su época, era ayudarlos
a llegar a la Salvación; y para ello se valió de distintos medios, como el oratorio, una
acción educativa que fuera más allá del colegio y que tuviera un área evangelizadora,
la devoción mariana, etc.
En cuanto al oratorio, no se trataba de una estructura parroquial más, como los
que ya había entonces, sino un ámbito que se traslade según las necesidades de los
jóvenes, y que fuera a donde ellos estaban. Más adelante, se fue estructurando, para
responder a las necesidades más profundas de los jóvenes. Es en el oratorio donde más
fuertemente se vive y se experimenta la espiritualidad de Don Bosco, ya que allí fue
donde nació incluso el Sistema Preventivo.
“Puede decirse que Don Bosco ha conservado durante toda su vida un «corazón
oratoriano», una nostalgia de los orígenes, de los primeros tiempos (el oratorio de
Valdocco), poniéndola de manifiesto en el entusiasmo con que arrastraba a los jóvenes
al bien. En esos orígenes nacieron las ideas del «Sistema Preventivo» y la original
17
Boletín Salesiano Nº 571, p 11.
18
Tessarolo, F. o. c., pp 38-39
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Cian, L., o. c., pp 109-110.
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Texto crítico con introducciones, cuadros de variantes y de notas histórico-ilustrativas, en Pietro Braido (ed.), Don
Bosco educatore scritti e testimonianze. Tercera edición, con la colaboración de Antonio da Silva Ferreira, Francesco
Motto y José Manuel Prellezo. Istituto Storico Salesiano, Fonti, Serie prima, n. 9. Roma, LAS 1997, pp. 363-271.
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colegio; no dure la platiquita más de dos o tres minutos. Aquí está la clave de la
moralidad y de la buena marcha y éxito de la educación.
VII. Téngase como pestilencial la opinión de retardar la primera comunión hasta una
edad harto crecida, cuando por lo general el demonio se ha posesionado del
corazón del jovencito con incalculable daño de su inocencia. Según la disciplina
de la Iglesia primitiva, solían darse a los niños las hostias consagradas que
sobraban de la comunión pascual. Esto nos da a conocer lo mucho que desea
la Iglesia sean admitidos pronto los niños a la primera comunión. Cuando un niño
sabe distinguir entre pan y pan y revela suficiente instrucción, no se mire la edad;
entre el Soberano celestial a reinar en su bendita alma.
VIII. Los catecismos recomiendan la comunión frecuente; san Felipe Neri la
aconsejaba semanal y aun más a menudo. El concilio tridentino dice bien claro
que desea ardientemente que todo fiel cristiano, cuando oye la santa misa,
haga también la comunión. Pero esta comunión no sea tan sólo espiritual, sino
sacramental, a fin de sacar mayor fruto del augusto y divino sacrificio. (Con. Trid.,
ses. XXII, cap. VI.)
3. Utilidad del Sistema Preventivo
Alguien dice que este sistema es difícil en la práctica. Advierto que para los alumnos es
bastante más fácil, agradable y ventajoso. Para los educadores encierra, eso sí, algunas
dificultades, que disminuirán ciertamente si se entregan por entero a su misión. El educador es una
persona consagrada al bien de sus alumnos; por lo que debe estar pronto a cualquier molestia o
fatiga, con tal de conseguir el fin que se propone, a saber: la educación ciudadana, moral y
científica de sus alumnos.
A las ventajas expuestas anteriormente, se añade aquí estas otras:
I. El alumno tendrá siempre respeto a su educador, recordará complacido la
dirección de él recibida, y considerará, en todo tiempo, a sus maestros y
superiores como a padres y hermanos. Dondequiera que van alumnos así
educados, son por lo general consuelo de su familia, útiles ciudadanos y buenos
cristianos.
II. Cualquiera que sea el carácter, la índole y el estado moral de un alumno
cuando es admitido, los padres pueden vivir seguros de que su hijo no
empeorará; se puede tener la certeza de que siempre mejorará algo. Más aún,
algunos niños que fueron por largo tiempo tormento de sus padres y hasta
rechazados por correccionales, tratados según estos principios, cambiaron de
manera de ser: se dieron a una vida cristiana, ocupan ahora en la sociedad
honrosos puestos y son apoyo de su familia y ornamento del lugar donde viven.
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III. Los alumnos maleados que por casualidad entraren en un colegio, no pueden
dañar a sus compañeros, ni los niños buenos ser por ellos perjudicados; porque no
habrá ni tiempo, ni lugar, ni oportunidad, pues el asistente, a quien suponemos
siempre con los niños, pondría enseguida remedio.
Una palabra sobre los castigos
¿Qué regla hay que seguir para castigar? A ser posible, no se castigue nunca; cuando la
necesidad lo exigiere, recuérdese lo siguiente:
I. Procure el educador hacerse amar de los alumnos si quiere hacerse temer. Así, el
no darles una muestra de benevolencia es castigo que emula, anima y jamás
deprime.
II. Para los niños es castigo lo que se hace pasar por tal. Se ha observado que una
mirada no cariñosa en algunos produce mayor efecto que un bofetón. La
alabanza cuando se obra bien y la reprensión en los descuidos, constituyen ya de
por sí premio o castigo.
III. Exceptuados rarísimos casos, no se corrija ni se castigue jamás en público, sino en
privado, lejos de los compañeros, y usando la mayor prudencia y paciencia para
hacer que el alumno comprenda su culpa con la ayuda de la razón y de la
religión.
IV. El pegar, de cualquier modo que sea, poner de rodillas en posición dolorosa, tirar
de las orejas y otros castigos semejantes, se deben evitar absolutamente, porque
están prohibidos por las leyes civiles, irritan mucho a los alumnos y rebajan al
educador.
V. Dé a conocer bien el director las reglas, los premios y castigos establecidos por las
leyes disciplinarias, a fin de que el alumno no pueda disculparse con decir: - No
sabía que estuviera esto mandado o prohibido.
Si se practica en nuestras casas el sistema preventivo, estoy seguro de que se obtendrán
maravillosos resultados, sin necesidad de acudir al palo ni a otros castigos violentos. Hace cerca
de cuarenta anos que trato con la juventud, y no recuerdo haber impuesto castigos de ninguna
clase, y con la ayuda de Dios he conseguido no sólo el que los alumnos cumplieran con su deber,
sino que hicieran sencillamente lo que yo deseaba, y esto de aquellos mismos niños que no daban
ninguna esperanza de feliz éxito.
Sac. Giovanni Bosco
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
BRAIDO PIETRO (2001) Prevenir no reprimir. El sistema educativo de Don Bosco. Editorial
CCS. Madrid, España.
CIAN LUCIANO (1994) El sistema educativo de Don Bosco y las líneas maestras de su estilo.
Editorial CCS. Madrid, España.
VECCHI JUAN EDMUNDO - DI CICCO CARLO (2000) I guardiani dei sogni con il dito sul
mouse. Educatori nell’era informatica. Editorial ELLEDICI – PPC Editorial y
Distribuidora S.A. Turin, Italia.
BRAIDO PIETRO (ed) (1997) Don Bosco educatore, scritti e testimonianze. LAS, Istituto
Storico Salesiano. Roma, Italia.
BOLETÍN SALESIANO
LEMOYNE JUAN BAUTISTA, AMADEI ANGEL (1985) Memorias Biográficas de San Juan Bosco.
Tomo X 1871-1874. Central Catequística Salesiana. Madrid, España.
CERIA EUGENIO (1987) Memorias Biográficas de San Juan Bosco. Tomo XIII 1877-1878.
Central Catequística Salesiana. Madrid, España.
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