RETOS PARA CRECIMIENTO, SOSTENIBILIDAD Y RENTABILIDAD DEL
CULTIVO DE ALGODÓN EN COLOMBIA.
En los setenta, se sembraban 370.000 hectáreas, Córdoba fue el mayor productor
al sembrar 85.000, por encima de lo sembrado en azúcar, palma de aceite, arroz y papa. Desde los ochenta, fue perdiendo área versus otros cultivos de mayor rentabilidad, en los noventa, con la apertura económica, continuó el descenso en las áreas sembradas. En los 90´s, se inició un proceso apertura económica, materializada en varios tratados de libre comercio, uno de ellos con los Estados Unidos. El algodón fue el primer producto en tener desgravación total e inmediata. Para compensar estos tratados, en el 2005 se expidió el Conpes 3401 que buscaba, a través de una acción concertada y manteniendo un Precio Mínimo durante diez años, devolverle la competitividad al cultivo. Hoy el sector padece la más difícil situación de su historia. El espaldarazo establecido en el Conpes culminó y es claro que, de acabarse el apoyo al precio, el cultivo no sería rentable, dado que los desafíos planteados en el Conpes no se cumplieron en su totalidad. Hoy se produce la quinta parte que hace 20 años, a través de agricultores de menos de 20 hectáreas, con rendimientos de fibra cercanos a 1.000 kilos, genera 30.000 empleos y 765.000 jornales, inyectando a la economía 68.000 millones anuales. El reto es inmenso, dado que el sector debe afrontar principalmente los siguientes temas de impacto directo en el la rentabilidad y sostenibilidad: altos costos de producción, 75% de productores en arriendo, deterioro de suelos, polémicas por la calidad de semillas, carencia de infraestructura productiva, falta de créditos, maquinaria obsoleta, falta de nuevas tecnologías, principalmente. Para esto, CONALGODON, se ha planteado varios lineamientos que brinden las herramientas para el crecimiento del área con la rentabilidad esperada por los agricultores. Uno de estos lineamientos consiste en crear una nueva política tendiente a reducir gradualmente el apoyo al precio. En este sentido, se logró ante el Ministerio de Agricultura por la terminación del Conpes, para la cosecha del 2016, un apoyo adicional con lo cual estimuló a los agricultores a mantener las áreas sembradas. Para el 2017, CONALGODON, con los recursos ahorrados, apoyó a los agricultores para que el cultivo no desapareciera como se pronosticaba. Otro derrotero, es el trabajo para la disminución de costos, los cuales principalmente están incididos por la Mecanización, la compra de semillas certificadas, la débil asistencia técnica y transferencia de tecnología. En Mecanización, CONALGODON, consiguió como aporte del Gobierno dos bancos de maquinaria con los implementos requeridos para la preparación del suelo y equipos para la siembra de precisión y fumigación, ofreciendo eficiencia, oportunidad y costos más económicos. En semillas, se firmó un convenio con el Gobierno de Turquía para la importación de semillas de alto rendimiento, las cuales se encuentran sembradas para iniciar su comercialización en 2018. El paso más estratégico fue la firma de un convenio con la FAO, el cual apoyará la transferencia y adopción de tecnologías de punta, buscando actualizar y capacitar a técnicos y a agricultores en las mejores prácticas llevadas a cabo en países exitosos, para ajustar nuestro modelo a estándares internacionales de competitividad, rentabilidad y sostenibilidad. Tenemos certeza, que, con estos planes de trabajo, el cultivo renacerá como un cultivo rentable, continuará generando empleo directo e indirecto, seguirá siendo fuente de ingresos para los agricultores y de riqueza para las zonas de producción y recuperará las áreas sembradas convirtiéndose en pilar de desarrollo.
Jaime Restrepo Vélez, Director Económico Conalgodón,