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Frase popular que caracteriza a Cartagena de Indias, ciudad portuaria de la costa caribe, con
un sin número de turistas por sus hermosos paisajes, pero con sus calles manchadas de la
impunidad ante los crímenes y “atropellos” que se cometen contra los habitantes de bajos
los institutos que puedan brindarles una educación básica y superior, excluyéndolos de la
sociedad sin garantizarle sus derechos, aumentando así el índice de pobreza en la ciudad.
Según estadísticas del DANE, el “corralito de piedra” en el año 2018 contaba con una
exclusión social y la negligencia de sus gobernantes para garantizar los derechos de sus
habitantes.
Resulta claro que la falta de oportunidades de estudios, de trabajo y de vida digna a los
población y es que Cartagena cuenta con localidades catalogadas como estratos “bajos”,
estos son: el 40% de los habitantes del área urbana de la localidad histórica y de caribe
norte, el 47% de los habitantes del área urbana de la localidad industrial de la bahía, el 59%
de los habitantes del área urbana de la localidad de la virgen y turística y el 76% de las
personas del área rural de Cartagena , siendo estos últimos los más afectados, donde más se
refleja esta dramática situación, considerándose pobres por no tener una fuente de trabajos
que los ayude a subsistir y como consecuencia llevándolos a delinquir para poder llevar
algo de comer a sus hogares, ya que muchos de estos no cuenta con las “3 comidas” diarias
localidades no logran consumir ninguna de las 3 comidas, bajo esta perspectiva de carencia
de ingresos todas aquellas personas cuyos ingresos no alcancen para suplir en primera
instancia una dieta mínima, y luego un conjunto de bienes que les garanticen un nivel de
vida digno y llevadero para sus familias. La ciudad tiene 420.000 personas que se ocupan
“rebusque”, método que en mayor parte del año no les da abasto para mantener su núcleo
familiar; encontramos que las 100.000 personas más pobres en Cartagena, tienen ingresos
para poder vivir de $2.800 diarios, ni siquiera $150.000 pesos mensuales, por el contrario
las personas de altos rangos , cargos públicos entre otros el 1 % más rico en Cartagena,
tiene unos ingresos mensuales de más de $1.400 millones , es ahí donde encontramos la
otra cara de la moneda. Para una jovencita de 32 años la cual encontramos que vive en el
sector de Santa Rita del barrio Torices perteneciente a la localidad Virgen y Turística, se
encuentra reviviendo su propia historia ahora que su hija de 13, Sofía, quedó embarazada
ella misma había quedado embarazada a los 15 años, la situación familiar se complica aún
más pues Jesús, el actual compañero sentimental de Frida, tiene una discapacidad producto
de un accidente que tuvo trabajando como mototaxista como esta historia podríamos
encontrar muchas más. Recitando con todo lo puntualizado anteriormente las cifras citadas
según artículos y revistas reconocidas a nivel nacional, en la historia que nos brinda doña
Frida se establece una íntegra observación analítica, la idea de este apartado es comprender
y encontrar la manera de ayudar aquellos que lo necesitan pero debemos iniciar por las
promesas que sea comprometido y consolidado con estas localidades brindándoles formas
de salir adelante.
Finalmente, dos soluciones para este problema que agobia la ciudad de Cartagena, podrían
(Plan de servicio obligatorio de comidas) este plan durante los 2 últimos periodos de
alcaldes es el que más ha afectado en gran magnitud a las localidades realizando contratos
ilegales , que no cumplen e infringen las normas que tienen a llevar un plan correcto a las
personas de bajos estratos, permitiéndoles llevar un plato de comida aunque sea una vez en
la jornada. El solo hecho de pensar de esta manera cambiaria parcialmente las cifras de
familias, ancianos y niños que no cuentan con los recursos básicos o necesarios para
subsistir y salir de la pobreza en la que se sumergen, bien decía Nelson Mandela “La
ONLINE
Recuperado de www.cartagenacomovamos.org
De: Cartagena como vamos (2006). Una mirada integral a la pobreza y la desigualdad en
Cartagena.
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