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LENI YULIED AVILA ESPITIA

CAROLINA CARO ALMONACID


JONATHAN GARCIA SANCHEZ
GRUPO 1
COMO CONSTRUIR VALORES EN LAS EMPRESAS

En cualquier faceta de nuestra vida lo más importante es practicar los valores


por medio de nuestras vivencias diarias y convertirlos en hábitos estables de
vida.
El empresario tiene la responsabilidad moral y el papel social de individuar las
combinaciones productivas más eficientes y eficaces, es decir, aquellas que
potencien al máximo la aportación de todos los componentes de la empresa al
desarrollo de la misma.

Al desempeñar este papel, el empresario contribuye al progreso humano; pero


esto dependerá de la ética que inspire sus propios comportamientos, esto
quiere decir que existen unas referencias éticas mínimas, a las que el
empresario deberá atenerse siempre como agente del desarrollo.

En cuanto agente de desarrollo el empresario desarrolla su papel cuando en la


empresa la relación entre recursos empleados y recursos producidos es
positiva, en el sentido de que lo producido tiene un valor de intercambio
superior al valor de los elementos empleados para realizarlo. A esta diferencia
se le da el nombre de beneficio, y tiene lugar en el ámbito del mercado, es
decir, como consecuencia de la cantidad de los bienes que los sujetos están
dispuestos a ceder con el fin de asegurarse aquel producto. En este sentido el
beneficio es un índice de la eficiencia y del estado de salud de la empresa y un
medio para su expansión. Semejante situación contraviene a las referencias
éticas mínimas de un empresario y puede considerarse inmoral, por cuanto
que, sin beneficios, la empresa no sólo está destinada a desaparecer, sino que
empobrece a la colectividad en su totalidad al sustraer recursos para
inversiones más productivas que mejoren las condiciones de vida.

Por consiguiente, todo empresario tiene el deber ético de inspirarse en los


valores funcionales del desarrollo de la eficiencia, eficacia, y productividad. En
esto consiste también la base mínima de su responsabilidad para con la
sociedad, obviamente, los valores funcionales típicos del desarrollo económico
son compatibles con los valores universales (justicia, libertad, solidaridad, etc.),
en los que también pueden inspirarse los empresarios dentro de la autonomía
de su función y de la libertad de su conciencia.

A la vez que implica la superación de la economía de subsistencia y de miseria,


el desarrollo económico plantea también a la reflexión moral interrogantes
inéditos a los que es urgente hacer frente a las dificultades críticas que
constituyen otros problemas abiertos como lo son para el empresario como
para la sociedad.
Lo empresarial en sentido amplio se puede considerar una función social,
puesto que tiene por finalidad la satisfacción de necesidades propias de una
pluralidad de personas. La responsabilidad social del empresario resulta
evidente en este campo, como resulta evidente la escasez de normas éticas.
La gran flexibilidad de organización y el ahorro de trabajo reiterativo y fatigoso
que permiten las nuevas tecnologías aumentan enormemente el grado de
libertad en la organización del trabajo y hacen más accesible el objetivo de la
plena valoración de las cualidades personales de cada uno.

Si la capacidad de innovación, la eficiencia y la profesionalidad con las que el


empresario se mueve en el propio espacio prudencial están animadas por el
valor cívico y por la referencia a los principios y valores de la persona, y
orientadas a su vez a objetivos coherentes con todo esto, pueden dar progreso
a la humanidad.

La reflexión ética ha resaltado con toda justicia los problemas relacionados con
el carácter subjetivo y personal del trabajo y con la dignidad del trabajador,
mientras que ha dejado en la sombra los problemas vinculados a la relación
existente entre trabajo humano y producción. Se trata de explorar las
dimensiones nuevas que asume el tema de la dignidad humana del trabajador
en orden a su responsabilidad como productor.

En una empresa u organización ser un administrador efectivo es una labor muy


demandante, pero en la actualidad, enfrentan desafíos muy particulares. La
cada vez más alarmante contaminación industrial nos recuerda que al destinar
recursos los administradores inevitablemente incurren en ventajas y
desventajas, sin importar lo que hagan o dejen de hacer. El estudio de quién
resulta, y quién debe resultar beneficiado o perjudicado por una acción en
particular se denomina ética, la cual estudia también quien goza de derechos
de cualquier índole, y quién goza de ellos. En un plano superficial, es
relativamente fácil juzgar si una práctica empresarial es correcta e incorrecta en
términos de ética. Lo complejo, en particular cuando las normas
convencionales no son aplicadas, consiste en comprender los conceptos y las
técnicas de la toma de decisiones éticas para poder establecer juicios de orden
moral más adecuados.

Los valores éticos se han impregnado en el acontecer empresarial y se está


experimentando un retorno de la espiritualidad, en el sentido de impregnarse
de valores morales que reflejen un comportamiento más integral, pero este
regreso hacia una posición particular no obedece a un signo de carácter
religioso puro, sino que a un signo exclusivamente empresarial, que se
relaciona con el fin último de toda empresa, el cual es el de servir a la sociedad
donde se inserta y que se rodea de fines operativos importantísimos ligados
estrechamente a la obtención y generación de más valor para las empresas
mismas. En consecuencia, el objetivo de los gerentes de que sus empresas
sean más valiosas, se supedita a una actitud y a un comportamiento de todos
sus dirigentes que se liga, a su vez, con la permanencia en el largo plazo. En
suma, el actuar éticamente no obedece a un puritanismo de los nuevos
dirigentes, sino que a una necesidad para la obtención de mayor valor para sus
empresas.
Este valor se traduce en mayor competitividad, mayor productividad, mejor
atención de clientes y proveedores y consecuentemente, posicionamiento, que
implica ganar una mayor participación de mercado.

Esta actitud, del quehacer ético, está ligada al intenso desarrollo de la


tecnología de la información, y a pesar de que siempre existe corrupción,
fraudes y engaños, ahora es mucho más fácil detectarlos y es en la actualidad
que ahora se vive, que se sabe, que más temprano que tarde, la verdad será
conocida.

Tres valores que realizan las empresas son: el valor económico, todos los que
hicieron aportes a la actividad productiva reciben su compensación que les
permitirá satisfacer sus necesidades, el valor psicológico, los que participan del
proceso productivo logran asimilar el aprendizaje para la toma adecuada de
decisiones que afectan a otros o a ellos mismos de forma directa o indirecta, el
valor ético, se aduce al cambio que se produce en el interior de las personas.
Los dos últimos valores son subjetivos pero su influencia es decisiva para la
generación del valor económico.

Cultura corporativa basada en valores, el conjunto de creencias, principios y


valores están enmarcadas por la cultura de cada organización, es importante
velar porque estas estructuras no estén en viejos paradigmas porque esto
implicaría nuevas técnicas, nuevos procesos, nuevas estrategias a partir de los
valores humanos. Hace 30 o 40 años las empresas poco pensaban en el
desarrollo del talento humano solo se hablaba de cultura para los negocios,
una administración y producir utilidad.
La cultura organizativa ha cogido mucha fuerza porque sin cultura propia no se
puede sobrevivir, para modificarla se deben afrontar riesgos, vencer
paradigmas del pasado y desarrollar en las personas la capacidad de cambio.
Los valores corporativos vividos por las personas son la conexión a las tareas y
al impulso de la visión que se busca alcanzar. Para fortalecer el compromiso y
el sentido de pertenencia se necesita la ayuda del liderazgo el cual guía para
saber lo que se quiere y como lograrlo, es una cultura que nos enseña un estilo
de vida para practicarlo efectivamente.
Aumentar el capital intelectual es una de las tareas importantes de las
organizaciones porque no existe en los libros ni es fácil de valorar en dinero
porque lo conforma lo que cada persona sabe de la vida, sus relaciones y su
inteligencia. El capital intelectual es la suma de todos los conocimientos y
experiencias personales y colectivas que hacen a la empresa competitiva, se
relacionan estrechamente con los valores, los cuales se incrementan en la
medida que aprendamos a hacer mejor las cosas, eficazmente, si crecemos
interiormente y nos hacemos más maduros.
El proceso de entrenamiento del desarrollo de habilidades ayuda a la
formación de hábitos y a evitar el mal uso de la información.es importante tener
gente valiosa que se preocupe por incrementar sus valores y marcar la
diferencia ante la sociedad.
La productividad se convierte en una ventaja de aprovechamiento de la
inteligencia racional y emocional, compartir la visión y los valores es un motor
de progreso donde la elevación de la calidad y del servicio, la presión que
ejercen los empresarios sobre los subordinados no permite el libre desempeño
para realizar las tareas asignadas.
El clima de motivación y satisfacción requiere un plan global que tenga varias
estrategias, este ellas una muestra estadística, un proceso de entrenamiento,
un trabajo con los directivos y los procesos de aprendizaje de valores con toda
la organización. Es importante explicar cada valor para tener claridad de su
significado, observar su aplicabilidad a las situaciones de trabajo, intercambiar
experiencias entre los directivos para que lleguen a todos los niveles de la
empresa para una retroalimentación.
La persona motivada no solo hace lo que le toca, sino todo lo necesario para
que la organización progrese, porque se siente bien recompensada por su
esfuerzo.

La organización como un sistema de valores, los sistemas cerrados según


Pérez López es una situación de equilibrio y con unos aprendizajes
susceptibles de ser positivos o negativos. El sistema humano se auto dirige de
forma libre, donde el hombre tiene la capacidad de elegir los valores que lo
identifican, como los adapta a su vida, elegir entre la virtud y vicio, por tratarse
de un sistema libre que puede mejorar o empeorar de una manera temporal.
Las organizaciones virtuales no enfocan su estructura a las jerarquías sino en
el desempeño de las tareas que manejan mucha información, la analizan a
fondo y la comunican.los valores operan y se relacionan con la totalidad pero
radican en las personas las cuales trasmiten a la organización de una manera
continua.
El pensamiento lineal el cual muestra la causa efecto no es la base en las
organizaciones de aprendizaje sino la compresión global y el intercambio de
información.
La presencia de un sistema de valores rompe con los paradigmas del pasado o
creencias que ya no tienen validez.
La organización es un conjunto de redes de trabajo y de cooperación se
convierte plana, horizontal no piramidal con un liderazgo compartido. Las
organizaciones son mas flexibles y cambiantes, con una estructura que se
adapta a las necesidades y desafíos.
El aprendizaje del cambio y la creación es muy importante porque permite un
ambiente positivo en el clima organizacional en los cuales predomina la
participación de los empleados, se debe dejar atrás los paradigmas de l pasado
para construir los valores más importantes en las empresas.

Es por eso que la ética empresarial está teniendo, hoy más que nunca, una
presencia determinante en la dinámica de las empresas modernas. Ya no es el
tiempo de las glorias pasadas, alcanzadas sobre pedestales débiles o falsos.

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