Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Macunaíma
de Mario de Andrade
Marcin Kazmierczak
Universitat Abat Oliba CEU
Motivaciones literarias
Puesto que Mario de Andrade es uno de los escritores brasileños del siglo XX
más conocidos mundialmente, no es necesaria una introducción biográfica. Tan
sólo merece la pena mencionar que su utilización de los mitos indígenas, el tema
que nos ocupa en este artículo, tiene un carácter notablemente diferente del que
encontramos analizando a otros autores iberoamericanos que han recurrido a este
proceso. Por ejemplo Miguel Ángel Asturias (Guatemala) maneja una gran
cantidad de motivos precolombinos sobre todo con objetivos estéticos, creando
un genial estilo expresivo que mezcla la cosmología indígena con las estrategias
poéticas del surrealismo francés. Ciro Alegría (Perú) profundiza en la realidad
indígena sobre todo desde la óptica de una crítica social, percibiendo a los
indígenas más como una clase social que como un grupo dotado de su propia
identidad cultural. La exploración de otro autor peruano, José María Arguedas,
tiene una profundidad antropológica y etnológica notablemente superior; este
escritor recrea la visión y la sensibilidad indígena en primera persona para captar
así el drama del conflicto cultural y espiritual de un sujeto desgarrado entre los
dos mundos (el indígena y el occidental) y las dos culturas. Sin ánimo de agotar
todos los ejemplos de escritores que han utilizado los motivos precolombinos en
su creación literaria volvamos a Mario de Andrade. Para el autor brasileño la
figura del dios indígena Macunaíma, procedente de las leyendas de las tribus
amazónicas Taulipang y Arekuná, representaba un gran potencial expresivo en su
reflexión artística acerca del carácter (identidad) de la raça brasileira -como él
mismo jocosamente se refería al pueblo brasileño-. Esta reflexión, aunque al
parecer parte de una sincera preocupación por el problema de la identidad
nacional del Brasil, recibe en Macunaíma un trato humorístico, satírico y hasta
autoirónico, puesto que el escritor parece concluir que el principal rasgo del
carácter brasileño es precisamente la “falta del carácter”. De ahí el título:
Macunaíma, Herói sem nenhum caráter. No obstante, el abundante e
interesantísimo contenido ideológico y sociocrítico de este libro no es el tema
central de este artículo, cuya intención es observar las estrategias literarias de
recuperación y dramatización narrativa de unos contenidos etnográficos,
recogidos sobre todo por el etnólogo alemán Theodor Koch Grünberg (KOCH:
1917) así como por muchos otros estudiosos y viajeros, cuyas obras estaban al
alcance del escritor paulista.
Recurso de la desgeograficación
Finalmente, los mitos apócrifos o los pseudomitos son los episodios o personajes
inventados por Andrade e introducidos en ciertas ocasiones en la trama de la
rapsodia. Dentro de esta categoría podríamos ubicar dos tipos de entidades
narrativas: las integralmente creadas por el autor y las modifiaciones muy
profundas de los mitos preexistentes, que prácticamente se convierten en mitos
diferentes cuya relación con sus antecedentes casi llega a borrarse. La mayoría de
los mitos apócrifos inventados por el autor tiene carácter de cuentos etiológicos
y, en este sentido también es indirectamente deudora del universo mitológico
indígena, puesto que utiliza los mismos mecanismos gnoseológicos, las mismas
estructuras perceptivas y las mismas estrategias mitogenéticas, aunque sea con
fines satíricos y lúdicos. En cambio, las numerosas modificaciones profundas de
los mitos (intercambios de los rasgos personales o las acciones entre los
diferentes personajes de un mito; incorporación de las hazañas o los rasgos de un
personaje a la descripción del otro; fusión de varias historias o varios personajes;
cambios de aspectos secundarios o hasta primordiales del desarrollo de los
hechos descritos, etc.) suelen tener el objetivo de adaptar los mitos y las leyendas
preexistentes a la construcción psicológica de los personajes de la rapsodia, sobre
todo la del protagonista. Y, en segundo lugar, para salvar la estructura narrativa
global y lineal de la rapsodia marioandradina. La mayoría de los mitos utilizados
por el autor tenían una estructura acabada, terminando con un final cerrado, por
ejemplo la muerte del protagonista, su transformación, etc. mientras que, estos
motivos incorporados dentro de la trama de Macunaíma tenían que permitir la
continuidad de la trama y, por consiguiente, se les tenía que proporcionar una
estructura abierta, con la posibilidad de continuar en los siguientes capítulos. De
ahí por ejemplo las sucesivas resurrecciones de Macunaíma, etc.
En esta leyenda podemos observar otro rasgo importante del carácter del héroe
“de nuestra gente”: su ambivalencia ética, que consiste en el hecho de que no es
ni bueno ni malo de una manera determinante. Acciones y sentimientos buenos,
como compasión, piedad, deseo de ayudar, proteger o compensar los daños o las
pérdidas de otros personajes se entretejen continuamente con acciones y
sentimientos malvados, como envidia, rencor, egoísmo, mentira o manipulación.
Aparte de los rasgos culturales e identitarios inestables, ésta es una de las bases
sobre las que se construye el carácter del héroe que, tal como afirma el mismo
autor, consiste en no tener carácter. Esta recuperación de una leyenda indígena
constituye un claro ejemplo de tal ambivalencia: el buen deseo de llevar a su
madre consigo a un lugar mejor se combina con el rencor contra los hermanos a
los que no quiere llevar. Al final, además, el lado negativo prevalece claramente
por encima del bondadoso y su rencor se dirige también hacia la madre, causando
así, según la versión de Mario de Andrade, la rabia de ésta última. Dicho sea de
paso que esta ambivalencia marcará sobre todo las relaciones de Macunaíma con
sus hermanos (puesto que la madre desaparecerá en el capítulo II) a lo largo de la
trama, constituyendo una de las constantes en la descripción del protagonista y de
sus relaciones con su entorno más inmediato.
Transformación en la hormiga
La segunda categoría incluye los mitos que se construyen dentro del vasto y
variado espacio cultural que surge en las tierras americanas después de la
aparición sobre el horizonte folclórico de dos grandes culturas: la europea y la
africana que paso a paso van entrando en contacto, acotando sus espacios,
estableciendo sus fronteras pero, al mismo tiempo compenetrándose y, a veces,
hasta fusionándose orgánicamente de tal manera que el fruto de esta fusión ya no
es identificable de una manera exclusiva con ninguno de los espacios culturales
de origen, puesto que acaba convirtiéndose en un ente folclórico o cultural
totalmente nuevo y autónomo, a pesar de sus evidentes préstamos. De ahí la
insistencia en el adjetivo “autóctono”, que denomina la exclusividad y carácter
único de estos fenómenos culturales que gracias al drama de la historia se ha
producido en esta forma particular exclusivamente en el lugar y en la época
determinados.Aparte de la evidente influencia de los portugueses y
posteriormente de otras naciones europeas es indispensable destacar la
importancia para la formación de la cultura brasileña de dos pueblos africanos:
los bantú y los yoruba (nagô) procedentes de los valles de dos ríos: Congo y
Níger. Eneida D. Gaspar en su Guía de religioes populares do Brasil describe de
la manera siguiente este fascinante fenómeno de la formación de una nueva
cultura religiosa, destacando en particular en este pasaje el fenómeno de la
umbanda:
Macumba desgeograficada
Aunque motivos, mitos, leyendas, creencias o costumbres que han surgido como
fruto del particular encuentro entre las tres razas y las tres grandes culturas están
presentes a lo largo de la rapsodia, el ejemplo más claro lo encontramos en el
capítulo VII titulado Macumba. Tal como se acaba de constatar Macumba es la
versión carioca del candomblé. No obstante, según aclara el Diccionario de
Câmara Cascudo “(...) na acepçao popular do vocábulo, é mais ligada ao
emprego de ebó, feitiço, coisa feita, muamba; é mais reuniao de bruxaria que ato
religioso, como o candomblé.” (CÂMARA 1999: 347) Y es precisamente con
esta acepción, la de una sesión de brujería en un contexto urbano que Mario de
Andrade la dramatiza literariamente. La macumba de Mario de Andrade, más allá
de su sincretismo intrínseco es una macumba desgeograficada, es decir
multirregional o, como podríamos decir también, transversal dentro de la
geografía folclórica brasileña, puesto que recupera elementos de las diferentes
modalidades de este ritual practicadas en diferentes regiones de Brasil.
La escena del ritual al que asiste Macunaíma durante su estancia en Sao Paulo
consiste en la evocación de uno de los orixás, o santos, del candomblé, cuyo
nombre es Exú. La información que tenía Andrade sobre este tipo de rituales,
según confiesa él mismo en el prefacio a una de las ediciones, le venía sobre todo
de mano de un “ogâ carioca bexiguento e fadista de profiçao.” (citado por
CAVALCANTI 1955: 167). Se trata del músico Pixinguinha quien en octubre de
1926 se encontraba en Sao Paulo. (ANDRADE 1988: 19). Exú está dotado de
ambivalencia: es a la vez bueno y malo, pero en algunos cultos de candomblé se
asocia simplemente con el demonio. También en la escena de la rapsodia se
identifica más bien solamente con lo negativo y con el diablo. Exú se hace
presente a través de la rubia polaca en calidad del médium, en medio de la
asamblea reunida en un piso. La ceremonia está presidida por la sacerdotisa mae-
de-santo asistida por el ogâ, auxiliar y protector en los candomblés. Los
ingredientes indispensables de la sesión son mucha pinga o cachassa
(aguardiente), la sangre de un macho cabrío al que los participantes acaban de
comer, velas, cantos y rezos monótonos y rítmicos. Antes de que Exú se
manifestara en el cuerpo de la médium los reunidos invocan muchos otros santos,
o sea demonios: Olorung, Boto Tucuchi, Iemanjá, Anamburucu, Oxum. A
continuación saludan también a los santos de la pajelança. En este ejemplo
podemos observar claramente el carácter sincrético del ritual descrito por
Andrade, puesto que la pajelança es una acción chamánica de procedencia
amazónica (pajé es el chamán indígena) de carácter eminentemente zoolátrico
(CÂMARA 1999: 470) y que consiste en consultar a diferentes animales o
monstruos imaginarios acerca de las indicaciones terapéuticas de utilidad para el
enfermo, objeto del ritual. Vemos pues que el autor, al introducir este concepto
dentro del ritual de la macumba, conscientemente fusiona ambos ritos. Pero la
sincretización no termina allí. Resulta que entre “todos os santos da pajelança”
invocados por mae-de-santo figuran tanto criaturas procedentes claramente del
imaginario amazónico, como Boiuna, (cobra negra) “o mais popular dos mitos
amazônicos” según las palabras de Câmara Cascudo (CÁMARA 1999: 74) en el
mismo verso junto con ni más ni menos sino Xangô, uno de los más prestigiosos
y divulgados orixás del candomblé brasileño desde Recife hasta Río Grande do
Sul. También un orixá como Omulu, una planta sagrada como Iroco (gameleira o
ficus) y Obatalá, el mayor de los orixás yorubanos han encontrado su lugar en
los versos de esta particular letanía demonográfica desgeograficada. Aparte de la
mención de la pajelança o del monstruo Boiuna hay otro elemento amazónico
infiltrado dentro de un ritual de origen africano: la expresión icá para denominar
al diablo procede de la tribu amazónica de los caxinauá.
Veja o <caso> do Macunaíma. Ele seria o meu mérito se saísse o que queria que
saísse. (...) Quando o herói desiste dos combates da terra e resolve ir viver <o
brilho inútil das estrelas> eu chorei. Tudo nos capítulos finais foi escrito com
uma enorme comoçao, numa tristeza, por várias vezes senti os olhos umidecidos,
porque eu nao queria que fosse assim! (ANDRADE 1988: 415; el subrayado es
mío)
De este modo, cierto optimismo modernista, que, a pesar de una actitud siempre
irónica y satírica, Mario parecía tener al iniciar la escritura de su obra, va
convirtiéndose, mientras avanza la trama del relato, en una actitud de nostalgia.
La rapsodia va adquiriendo tonos de una elegía lírica, en la cual, no obstante, el
pathos típico de la poesía elegíaca se ve sustituido por la ternura mezclada con
una íntima tristeza por la desaparición inevitable del componente más frágil y
vulnerable de este triple mosaico de las tres culturas. Desaparición antes de que
el mosaico realmente llegara a existir como tal, antes de que sus piezas llegaran a
mezclarse y encajar, antes de que un proyecto utópico trabado en las mentes de
unos escritores y etnógrafos se convirtiera en una realidad social y cultural. Así
pues, el epílogo de la obra se convierte en una nostálgica necrología poética:
Nao havia mais ninguem là. Dera tangolomango [13] na tribo Tapanhumas e os
fihlos dela se acabaram de um em um. Nao havia mais ninguem lá. Aqueles
lugares aqueles campos furos puxadouros arrastadouros meios-barrancos,
aqueles matos misteriosos, tudo era a solidao do deserto... Um silêncio imenso
dormia à beira-rio do Uraricoera. (ANDRADE 1988: 167)
También el héroe, extenuado tras sus luchas fracasadas por recuperar muiraquita
(el talismán que simboliza a Ci, la Emperatriz de la Selva, el amor perdido de
Macunaíma pero, al mismo tiempo, su perdida identidad del Emperador de la
Selva Amazónica) comparte la suerte de su tribu y, al igual que sus antepasados,
se convierte en una constelación, concretamente la de la Osa Mayor, que ilumina
al mundo con su “brillo inútil”:
De tanto penar na terra sem saúde e com muita saúva, se aborreceu de tudo, foi-
se embora e banza solitário no campo vasto do céu. (p. 168)
BIBLIOGAFÍA:
DUARTE, P. (1971): Mário de Andrade por ele mêsmo. Sao Paulo: Edart-Sao
Paulo Livraria Editôrs.
Andres Bello.
BALDUS, H. (1960): Estórias e lendas dos índios. Sao Paulo: Literart.
[3] (KOCH 1917, Vol. II: 42). Véase también (CAVALCANTI 1955: 128).
[5] Quiere decir: “Mucha hormiga y poca salud son los males de Brasil”. (La
saúva es un tipo de hormiga gigante y voraz muy frecuente en Brasil) Esta
exclamación funde “dos frases célebres de la historia cultural brasileña: la de
Saint-Ilaire –<O el Brasil termina con la saúva o la saúva termina con el Brasil>
que sintetiza (...) los daños provocados por esas hormigas a las plantaciones de
los colonizadores y la expresión <pouca saúde>, metonimia de la sentencia del
gran médico brasileño Miguel Pereira: <el Brasil es aún un vasto hospital>”
Mello de Sousa, G. El tupí y el laúd, en (ANDRADE 1979: XXXI)
[9] “(…) planta que cresce nos lugares alagados e terras baixas (…)”
(CAVALCANTI 1955: 242).
http://www.hottopos.com/rih9/marcinus.htm 05/03/18
Las teorías de Mikhail Bakhtin basadas en la obra de François Rabelais son primordiales
para un análisis específico y a la vez divertido de la película Macunaíma como una
metáfora del carnaval. Joaquim Pedro de Andrade utiliza varios aspectos del carnaval
brasileño y latinoamericano en Macunaíma, sin embargo enfatiza la herencia Rabelaisiana
de los carnavales del Renacimiento. Existen múltiples conexiones entre la obra de Rabelais,
Gargantua y Pantagruel y la película Macunaíma. Estas conexiones se basan no sólo en la
teoría de Bakhtin de lo carnavalesco extraída de Rabelais, sino también en la increíble
semejanza de imágenes entre ambas obras. Es precisamente esta relación lo que hace de la
película una perfecta metáfora del carnaval criticando del mismo modo el canibalismo, la
antropofagia y el consumismo de Brasil.
El carnaval es, como su nombre indica, la fiesta de la carne. Esta fiesta de tres o cuatro días
de duración finaliza el Miércoles de Ceniza, día en que se inicia la Cuaresma en la religión
Católica; éste es un tiempo de sacrificio y abstinencia. La palabra “carnaval”, proviene del
latín “carnelevare” que significa quitar o abandonar la carne, es decir abstenerse de comer
carne. No obstante, se estableció el término italiano de “carnevale” algún tiempo después
para rechazar la práctica de no comer carne y reemplazarla con la tradición hoy existente de
comer toda “la carne” posible y festejar libremente durante los días del “carnavale”, antes
del inicio de la Cuaresma. (Cifuentes-Duque- El origen de las fiestas: el carnaval).
Entonces festivo lector, si hasta ahora la carne vale, continuemos por favor.
Mikhail Bakhtin, en el primer capítulo de Rabelais and His World, cita a A.I. Herzen: “It
would be extremely interesting to write the history of laughter”. Es exactamente lo que
Bakhtin se propone hacer en su libro. Sin embargo, el humor le pertenece a François
Rabelais y a aquellos lectores que sepan apreciar su tipo de humor, un humor
“carnavalesco” y “grotesco” en todo el sentido de la palabra. Este es el humor que
predomina en la película Macunaíma y lo que hace de ella un gran “carnaval” que abarca
una multiplicidad de fiestas y celebraciones. Bakhtin escribe: “But even in its narrow sense
carnival is far from being a simple phenomenon with only one meaning”, de la misma
forma, Macunaíma es un fenómeno que comprende rasgos tanto del carnaval según
Rabelais como del carnaval brasileño y latinoamericano. Macunaíma es una creativa fusión
de ambas tradiciones del carnaval que sigue siendo tan compleja como el carnaval mismo.
1) Formas y rituales del espectáculo (fiestas de carnaval, obras cómicas representadas en las
plazas públicas, etc.)
2) Obras cómicas verbales (incluso las parodias): orales o escritas, ya sea en latín o en
lengua vulgar.
3) Diversas formas y tipos de vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lemas
populares, etc.)
Para añadir a lo anterior con respecto a los festejos del carnaval, Bakhtin escribe:
“Medieval culture of laughter was the drama of bodily life: copulation, birth, growth,
eating, drinking and defecation.” (p 88). Rabelais transportó consigo ese tipo de humor
grotesco al Renacimiento, hecho que marcó la admiración por parte de sus contemporáneos,
no obstante años después sería despreciado por sus predecesores. Su obra sin duda producía
risa, sin embargo al igual que el carnaval europeo de hoy, fue perdiendo sus poderes
satíricos y Rabelais terminó siendo considerado como un escritor de entretenimiento
popular. Según Bakhtin, otros elementos importantes del festejo popular del carnaval son el
disfraz, el tratamiento burlesco, la imitación y como se mencionó antes, todo lo grotesco de
la fisonomía humana (p. 226).
Otra dualidad o “polos del cambio” a los que se refiere Bakhtin se pueden encontrar en la
ingeniosa división de nombres con significados ya sean opuestos o compuestos de
diferentes connotaciones. El día del nacimiento de Pantagruel, su padre Gargantúa le
impuso un nombre compuesto por dos palabras, “porque panta, en griego, es como decir
«todo», y gruel, en la lengua agarena, significa «alterado», queriendo inferir que a la hora
de su nacimiento el mundo estaba completamente alterado, y viendo, en espíritu de
profecía, que algún día dominaría a los alterados” (Rabelais 35). Y así fue también
declarado héroe como su padre: “Ha nacido con todo su pelo: hará cosas maravillosas y, si
vive, alcanzará edad” (Rabelais 35).
El iniciar ambas obras con los nacimientos de estos héroes inverosímiles, nos hace recordar
que el carnaval regenera y renueva tanto al individuo como a la colectividad. Todo esto,
“…so that fulishness, which is our second nature and seems to be inherent in man might
freely spend itself at least once a year…We are like a barrel that could explode if not
opened from time to time” (Bakhtin 75). De esta manera se destapa el barril, que es el
individuo y la colectividad, en medio de la plaza y se celebra el carnaval con los insultos,
las burlas, las actuaciones, la chupadera, la comedera, la defecación y la copulación al estilo
Rabelais. Luego se incorporan en la película formas adicionales de festejo; el carnaval ha
evolucionado y se ha regenerado reflejando de esta manera las culturas e idiosincrasias de
Brasil y de otros países latinoamericanos. ¡Ay lectores, qué pereza!, pero sigamos, que
pronto llegará la noche y comenzaremos a carnavalear.
Los insultos empiezan poco después del nacimiento de Macunaíma, el Hércules Brasileño,
cuando se escucha a la madre refunfuñar, ¡es feo! y al otro hijo contestar, “Tú tampoco eres
una beldad ¿no?”. No obstante, a pesar de los insultos, Macunaíma recibe alabanzas
exageradas de su hermano negro Jigué, quien lo proclama “¡héroe de nuestra gente!”. Más
adelante en la película, Jigué y Manaape consuelan a su hermano el héroe diciéndole
“¡Corazoncito!” cada vez que hace algo incorrecto, pero en un tono satírico. El mismo tono
satírico es empleado por Rabelais cuando en cada uno de los capítulos de sus libros
empieza con un prólogo, una invitación a disfrutar de los que el lector va a leer. Al final del
capítulo, Rabelais insulta al lector diciéndole que si no comprendió lo leído, pues a él no le
importa en lo más mínimo. Después de describir el nacimiento de Gargantúa, Rabelais
escribe: “Dudo que deis crédito a tan extraño parto. Y si, en efecto, no lo creéis, no me
importa. Mas un hombre de bien, un hombre sensato, debe creer siempre lo que le dicen y
lo que ve escrito” (cinosargo.bligoo.com). Por consiguiente, Bakhtin describe estos insultos
en la obra de
Rabelais de la siguiente manera: “Such speech forms, liberated from norms, hierarchies,
and prohibitions of established idiom, …create a special collectivity, a group of people
initiated in familiar intercourse, who are frank and free in expressing themselves verbally.
The marketplace crowd was such a collectivity, especially the festive, carnivalesque crowd
at the fair” (Bakhtin 188). En la película, Macunaíma es insultado por sus hermanos cuando
quiere que le den un pedazo de cuerda para jugar y su respuesta e insulto a Manaape es:
“¡Bozo!” (payaso). A través de la película, existen numerosos y variados insultos entre los
actores semejantes a los “jurons” que eran profanidades pero a la vez eran ya parte del
idioma coloquial francés de la época (Bakhtin 188). La palabra “jurons” tiene varios
significados, el más obvio y cercano al español es “juramento”, pero uno más lejano aunque
más apropiado al contexto de las obras es “hablar pestes de alguien” o “mentar”
(wordreference.com).
Si el acto de orinar se aprecia como una bendición y una humillación a la misma vez,
entonces el acto de defecar, se podría decir que se aprecia como una humillación primero y
luego como una bendición. En el cuarto libro Panurge defecó frente a sus compañeros
porque sentía temor y luego exclamó lo siguiente: “Oh, ho, ho, ho! What the devil is this?
Do you call this ordure, ejection, excrement, evacuation, dejecta, fecal matter, egesta,
copros, scatos, dung, crap, turds? Not at all, not at all: it is but the fruit of the shittim tree,
¡Selah! Let us drink (Libro 4, capítulo 67). De acuerdo a Bakhtin, es de esta manera que
Panurge supera sus temores ya que “Excrement is gay matter…” (p 175) y explica que
Rabelais “as an artist and an heir to grotesque realism, he conceived excrement as both
joyous and sobering matter, at the same time debasing and tender…” (p 175-176). Pero no
es en la defecación que esto se retrata en Macunaíma, sino en el engullimiento, de tripas
particularmente. Aún después de ser limpiadas para el consumo, en las tripas permanece
aproximadamente un 10% de excremento. Por lo tanto el consumo de tripas que sucede con
regularidad en la obra de Rabelais tiene una relación muy estrecha con la escena en que a
Macunaíma le dan las tripas del tupir y las come de mala gana pero con gusto. Todo
mientras en el fondo el resto de su familia descuartiza el animal y lo devora como una
partida de caníbales. Poco después de esto se muestra cómo Macunaíma, en una de sus
primeras burlas, se desquita de su familia después de la inundación. Macunaíma esconde
las bananas y el plátano, y los come mientras dirige a su familia a que siga buscando peces
en el río; claro está, esta es una trampa. Después de la muerte de Ci (la guerrillera
amazónica), se muestra a nuestro héroe en una isla desierta, sentado bajo una palmera, y
pájaros obran sobre él; pero este excremento es de buena suerte porque poco después llegan
cuatro mujeres en sus vestidos de baño quienes quieren devorárselo sexualmente.
Las burlas y trampas se convierten en un persistente vaivén de acciones chistosas entre los
personajes. Una de las trampas más notorias es cuando un hombre en el parque le vende a
Macunaíma un pato que supuestamente obra plata. Cuando Macunaíma se da cuenta que ha
sido estafado, se desquita robándole a un niño pulidor de zapatos lo último de dinero que le
quedaba pues él mismo había terminado de ser estafado. Esta última escena nos recuerda la
lección que recibió Lazarillo de su amo el ciego (Anónimo, Lazarillo de Tormes). Así es
lector, hasta al pobre Lazarillo hemos involucrado para que no olvides que esto es un
carnaval, pero no un carnaval común y corriente de los tiempos de Rabelais. Ahora este
carnaval ha evolucionado y crecido; es mucho más que aquel carnaval europeo que se ha
quedado inmóvil como congelado en el tiempo. Se ha tenido que tomar otro rumbo porque
somos diferentes y nuestra sociedad es compleja. Hemos añadido lo necesario para hacer
del carnaval algo nuestro, algo auténtico, pero aun así sin olvidar aquel carnaval del
renacimiento; aquí, en este lado del gran charco, sigue siendo una Utopía inalcanzable.
La inversión de roles se aprecia más allá del nacimiento del héroe, como cuando fuma el
cigarrillo mágico que lo convierte en un príncipe blanco. Notemos que es entonces cuando
Macunaíma puede disfrutar plenamente del acto sexual. Cuando es negro actúa de manera
pícara con el sexo femenino pero sin resultado. Sin embargo, cuando es blanco brinca
mejor y las mujeres prácticamente se le tiran encima. Esta inversión le ha beneficiado.
También notamos que los personajes son hiperbolizados ya que la exageración se convierte
en una especie de caricatura. La actuación de Macunaíma se excede en todo,
principalmente en su risa y sus manifestaciones corporales. También se observan los
cuerpos obesos y el comportamiento antropofágico de la familia de Venceslau Pietro Pietra.
Pietro Pietra es un comedor de personas y su esposa e hijas quieren cocinar a Macunaíma
para comérselo, aunque una de las hijas lo deja escapar con ella pero sólo para poder
comérselo sexualmente. Para añadir a estos ejemplos de antropofagia, tenemos al héroe que
devora un pedazo de la pierna del viejo en la selva, a Sofará que le muerde un pedazo del
dedo del pie a Macunaíma mientras están jugando y a Pietro Pietra que celebra la gran
Feijoada antropofágica en su casa. El canibalismo y la antropofagia brasileña como es
claro, forman parte de este carnaval y se exagera grotescamente a propósito. Se le prestará
más atención a este detalle al culminar este festejo, de manera que siga comiendo mi buen
lector.
Por ahora, veamos cómo es que el carnaval de hoy también figura en la creación de la
película. El carnaval de Brasil y de Latinoamérica se ha regenerado, ha nacido de una
fusión de culturas ya que no siempre existió esa unidad que se aprecia hoy día. El carnaval
de Río de Janeiro, uno de los más famosos y conocidos, se originó en 1641 por la burguesía
brasileña. Originalmente se imitó el carnaval europeo, rechazando de esta manera los
subgrupos. Eventualmente el carnaval fue absorbiendo elementos criollos, indígenas y
africanos. Este rechazo a los grupos marginalizados se manifiesta en la escena en que
Macunaíma, Jigué y Manaape se toman la plaza. En su discurso Macunaíma muestra rasgos
de racismo y su propio hermano Jigué le dice: “ahora que eres blanco te volviste racista”.
De la misma forma, el carnaval estilo Bahía, también famoso, fue iniciado en Salvador de
Bahía por la elite brasileña a quien no le agradaban inicialmente los subgrupos. Sin
embargo, la población negra que representaba el grupo marginalizado más extenso, inició
su propio carnaval que se combinó poco después para formar una celebración más grande y
poderosa. Por esta razón el carnaval de Bahía incorpora características del Yoruba Orixás,
principal religión de la población negra de Salvador de Bahía y hoy día de muchas otras
partes de Brasil. Luego también adoptaron otros grupos como el “amerindio”. Macunaíma
entonces encuentra a Ci, metáfora de la izquierda y guerrillera de la ortodoxia marxista que
no reconoce identidad étnica, sólo de clase social. A su lado mantiene una vida de
comodidades, sus hermanos le piden que los deje vivir con él y Ci. Macunaíma se rehúsa a
acoger a sus hermanos Jigué (negro) y Manaape (amerindio) igual que la elite inicialmente
se rehusara a admitir a los subgrupos en su carnaval. No obstante después de la muerte de
Ci, Macunaíma se inserta en una celebración afro-brasileña, probablemente un candomblé
Yoruba Orixás, y utiliza los poderes de una de las mujeres negras contra Pietro Pietra. Esta
religión afrobrasileña es una de las más establecidas en todo Brasil, pero en Salvador de
Bahía, como se mencionó antes, es la más practicada. De esta manera Macunaíma blanco se
une y convive con la raza (subgrupo) negra pues se empapa en el ritual de la celebración y
se convierte en uno de ellos en el gozo.
El carnaval, escape social por excelencia, es tanto una metáfora de la película Macunaíma
como una parodia de la sociedad brasileña (Martínez). Aunque divertida gracias al humor
de Rabelais según la teoría de Bakhtin, la propuesta es sumamente seria y formal puesto
que el carnaval no hace nada más que reafirmar el “status quo” en nuestras sociedades.
Después de cuatro días de canibalismo, todo vuelve a su sitio: el pobre vuelve a la pobreza
y el rico a la riqueza. Con esta película Joaquim Pedro de Andrade hace una crítica voraz
del consumismo, el canibalismo, la antropofagia y el carnaval pues reafirman el modelo
neoliberal por medio del cual Brasil se come a su propio héroe en la selva periférica. Con
Macunaíma, Joaquim Pedro de Andrade logra invertir o presentar un polo opuesto y
negativo al que presentara Mario de Andrade en su libro del mismo nombre. El carnaval
fue, es y será siempre simplemente una utopía ilusoria.
Bibliografía
Bakhtin, Mikhail. Rabelais and His World. Moscow: Khudozhestvennia Literatura, 1965.
Cifuentes-Duque, Fernando. “El origen de las fiestas: el carnaval”.
http://fernando-cifuentesduque.suite101.net
Kinser, Samuel. Text, Context, Metatext. Berkley: University of California Press, 1990
p.187, 214.
Martínez, Estela María, “Macunaíma, una gran metáfora”. Portal del cine y el
audovisual latinoamericano y caribeño. 2011
Molotnik, J.R., Macunaima, “Revenge of the jungle freaks”. Jump Cut, No. 12/13, 1976,
pp.22-24.
Macunaima
Tráilers y Vídeos
Reparto
Críticas de usuarios
Críticas de Medios
Crítica de SensaCine
Fotos
Fecha de estreno 1 de septiembre de 1977 (1h 48min)
Dirigida por Joaquim Pedro de Andrade
Reparto Grande Otelo, Jardel Filho, Milton Gonçalves más
Género Comedia
País Brasil
Usuarios
3,03 notas
Mi nota :
Ver la opinión de mis amigos
Sinopsis
Película no recomendada a menores de 12 años.
La película comienza con el nacimiento de Macunaíma. Desde este momento, el de su
llegada al mundo, todos saben que el recién nacido es especial, un milagro. La gente lo ve
como un bebé, pero la apariencia de la criatura es como la de un hombre entrado en la
cuarentena.
La historia tiene lugar en la selva de Brasil y cuando la madre de Macunaíma muere, éste
decide irse a la Gran Ciudad, Río de Janeiro, en compañía de sus hermanos. De camino al
mundo civilizado ocurre otro milagro. El protagonista, nacido negro, adquiere rasgos
caucásicos después de meterse en una fuente. En la ciudad, Macunaíma aprenderá aspectos
de la vida desconocidos hasta entonces.
El director Joaquín Pedro de Andrade consigue con este film realizar una caricatura satírica
de la condición humana, parodiando aspectos raciales y socio-políticos, entre otros.
https://www.fulltv.com.mx/macunaima.html