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Un trozo de vida en los campamentos saharauis.

En Wilaya la trama es débil, mucho. No es tanto lo que va sucediendo


como el ambiente suspendido que se respira el principal valor de la
película. Un tiempo detenido, una espera infinita en las jaimas, una repetida
ceremonia del té, el sol que cae y se levanta una y otra vez, la arena que
vuela y reposa, este es más que cualquier otro el valor de esta película.

Y ese tiempo detenido se entreteje con unas ligeras fibras argumentales.


Fátima, saharaui criada en España, regresa a los campamentos debido a la
muerte de su madre. Se reencuentra allí con sus hermanos, se da de bruces
con la realidad saharahui y se cruzará con historias de vecinos y parientes
en esta Wilaya de Smara.
El argumento avanza por este sendero pero en ocasiones se detiene, no
sabemos a hacia dónde van los personajes, hacia dónde va la propia
película.
Tal vez como reflejo de lo que se vive en los campamentos, un velo de
fatalidad, de estancamiento que cae suave sobre el filme, pero luego una
ráfaga de viento –supongo cálido- levanta el velo y la película reanuda su
marcha. Así nos deslizamos sobre la peripecia y sobre las imágenes.
Wilaya a veces remonta un vuelo lírico, a veces se para, a veces
sencillamente avanza calmosa.

En un ajuste perfecto con la precariedad del ambiente, los actores, no


profesionales, se desenvuelven en hassaniya (dialecto saharaui) y en
castellano y encajan a la perfección con la historia, a pesar de o quizás
gracias a su aire de amateur.
Especialmente destacan las mujeres. Memona Mohamed, la hermana
minusválida de Fátima, que realmente reside en los campamentos
saharauis, obtuvo el Premio a la Mejor Actriz en la pasada edición del
Festival de Abu Dhabi. Y tanto la protagonista, Nadhira Mohamed, como
Aziza Brahim, compositora además de la banda sonora también, componen
con ternura, sencillez y franqueza sus personajes.

En realidad, Pedro Pérez Rosado, director y guionista, nos ofrece un


fragmento de vida en ese lugar, remoto para nosotros, de arena, sol y
viento. Y para que no se nos pase por alto nos advierte en rótulos que el
Sahara Occidental fue la provincia 53 de España y que la abandonamos a
su suerte, a su mala suerte.
De hecho no es la primera vez que aborda este asunto, en 1996 rodó el
documental “Sahara: un pueblo” y en 2003 la película de ficción “Cuentos
de la guerra saharahui”.
Cabría esperar por su trayectoria un filme reivindicativo, pero no es así,
estos saharauis de Wilaya son de tercera generación, la lucha, la política,
queda fuera de campo, sus problemas son conseguir una nevera, comprar
un coche para tener un trabajo, huir a España para reencontrarse con el
padre, una boda sin amor… se trata de la vida cotidiana en Wilaya de
Smara, República Árabe Saharaui Democrática.

Fdo. Paco Bernal.

Wilaya.
Estrenada el 24 de abril en el Teatro Cervantes.

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