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CONTENIDO

PRESENTACIÓN

2.1. CONCEPTOS PARA PROFESIONALES DE LA PREVENCIÓN


2.1.1. ¿Qué es prevenir?
2.1.2. ¿Por qué se dice que la prevención es una ciencia?
2.1.3. Conceptos a diferenciar
2.1.3.1. Reducción de la oferta
2.1.3.2. Reducción de la demanda
2.1.3.3. Prevención y programa preventivo
2.1.4. Objetivos de la prevención de drogodependencias
2.1.5. Factores de riesgo y protectores en el consumo de drogas
2.2. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
2.2.1. Consideraciones para un programa de prevención
2.2.2. Principios básicos de los programas de prevención
2.2.3. Elementos de un programa preventivo eficaz

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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PRESENTACIÓN

Esta unidad, referida a aspectos teóricos de la ciencia de la prevención


como bases científicas, ayudará a comprender y justificar la intervención
preventiva. A través de sus contenidos, permitirá que los participantes
desarrollen una lectura crítica sobre los diversos conceptos relacionados con
la prevención; así como con los aspectos claves de los programas de
prevención; de tal manera que sustenten, de forma planificada, sus
intervenciones preventivas; y las ejecuten de manera que estas
intervenciones se conviertan en programas sostenidos en el tiempo, con una
sólida base teórica que responda a las necesidades y expectativas de sus
poblaciones.

La presente unidad está dirigida a profesionales y facilitadores vinculados


específicamente al campo de la prevención de las drogodependencias, con la
finalidad de afianzar sus conocimientos y fortalecer su rol como líderes en la
implementación de programas y proyectos orientados a la reducción de la
problemática de drogas en nuestro país.

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2.1. CONCEPTOS PARA PROFESIONALES DE LA PREVENCIÓN
2.1.1 ¿Qué es prevenir?
Para la organización Mundial de la Salud [OMS] (1998), la prevención es un conjunto
de medidas sistemáticas destinadas, no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad
(como la reducción de factores de riesgo), sino también a detener su avance y atenuar sus
consecuencias una vez establecida.
Programa Familias Fuertes:
Amor y Límites, es una
La prevención orientada a la reducción de la adaptación del programa Iowa
Strengthening Families,
demanda de drogas se centra en el individuo con la
realizada por OPS/OMS y luego
finalidad de promover cambio de actitudes, por DEVIDA en el Perú. Se basa
en evidencia científica que
percepciones y conductas; reducir los factores de riesgo;
muestra la importancia de la
entrenarlo en habilidades; entre otros. Aun cuando se disciplina ejercida de manera
realice a un nivel más amplio; como la prevención en el consistente y del soporte
afectivo de los padres y del
ámbito escolar, familiar y comunitario; el objetivo sigue apoyo de estos para desarrollar
siendo el individuo o grupo de individuos al que se dirige. en los hijos estrategias de
desarrollo personal.
Se fundamenta en modelos
La prevención de drogodependencias es un proceso teóricos como la teoría
ecológica, la teoría del
activo de implementación de iniciativas dirigidas a
establecimiento de metas
modificar y mejorar la formación integral y la calidad de (proyecto de vida) y otras teorías
vida de las personas, fortaleciendo el autocontrol del cambio del comportamiento.
El propósito final del programa
individual y la resistencia colectiva ante la oferta de es prevenir el consumo de
drogas (Becoña, 2002). drogas en adolescentes y otras
conductas de riesgo.

2.1.2. ¿Por qué se dice que la prevención es una ciencia?


La prevención como ciencia, estudia el desarrollo humano y la ecología social,
identificando factores y procesos que llevan a conductas saludables positivas o negativas y
sus resultados. (Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley
[INL], 2017). Cuando se escucha la palabra “ciencia”, se piensa solo en la investigación; sin
embargo, la ciencia tiene dos ramas: investigación y práctica. En ese sentido, la ciencia de
la prevención reconoce la naturaleza bidireccional de la investigación en la práctica y la
práctica en la investigación.

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Gráfico 1: La prevención como ciencia

(INL, 2017)

La ciencia de la prevención, en la última década, plantea y demanda una serie de


fundamentos que sustentan la actuación preventiva basada en evidencia. En el campo de
la prevención de las drogodependencias, se puede identificar principios conductores para
evitar o disminuir el impacto de la problemática del consumo de drogas; comprender los
factores asociados con la iniciación y la progresión del uso de sustancias, y su impacto en
las personas, familias, escuelas, comunidades y países; plantear procedimientos,
estrategias, políticas e intervenciones eficaces. Un ejemplo de ello es el texto “Estándares
Internacionales para la Prevención del Uso de Drogas”, de la Oficina de Naciones Unidas
Contra la Droga y el Delito y La Organización Mundial de la Salud (2018).

2.1.3. Conceptos a diferenciar


En el campo de la prevención, las intervenciones preventivas se agrupan en dos
grandes bloques: el de reducción del consumo, denominado como reducción de la
demanda; y el de la reducción de la oferta, con vistas a disminuir la disponibilidad de la
sustancia en el mercado al que accede el consumidor.

2.1.3.1. Reducción de la oferta


Se enfoca a disminuir la disponibilidad de la sustancia en el mercado al que
accede el consumidor. En ese sentido, se establecen normas de control, leyes y
cambios en los sistemas, en el ambiente y/o en las políticas, ya sea para las drogas
legales como para las ilegales.
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En el Perú, el reto en este campo, de acuerdo a
El objetivo de DEVIDA para la
la Estrategia Nacional de Lucha Contra las Drogas reducción de la oferta de, es
reducir los cultivos ilícitos,
2017-2021, es reducir los cultivos ilícitos, minimizar minimizar el desvío de insumos
el desvío de insumos químicos, incrementar el químicos, incrementar el
decomiso de drogas, mejorar la
decomiso de drogas, mejorar la detección de detección de lavado de activos,
y fortalecer las capacidades
lavado de activos, y fortalecer las capacidades humanas y logísticas de las
humanas y logísticas de las instituciones instituciones pertinentes. Para
ello, DEVIDA se vincula con
pertinentes. Para ello, la Comisión Nacional para el instituciones del gobierno
nacional que tienen facultades
Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) se vincula
para ejecutar acciones de
con instituciones del gobierno nacional que tienen control, fiscalización, coacción y
sanción referidas al tráfico
facultades para ejecutar acciones de control, ilícito de drogas.
fiscalización, coacción y sanción respecto al tráfico
ilícito de drogas.

2.1.3.2. Reducción de la demanda


Se enfoca entrenar a los
individuos para que si les
ofrecen drogas las rechacen.
En ese sentido, se ejecutan
programas, servicios y
proyectos que involucran un
trabajo articulado entre los
tres niveles de gobierno y
diversos actores clave.

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En el Perú, de acuerdo ENLCD (2017-2021), reconociendo la complejidad de esta
problemática, se ejecutan programas, servicios y proyectos que involucran un trabajo
articulado entre los tres niveles de gobierno y diversos actores clave.

2.1.3.3. Prevención y programa preventivo

Es necesario precisar dos conceptos que, a veces, se confunden en los procesos


de intervención: el concepto genérico de prevención y el de programa preventivo,
aplicado tanto al campo de las drogodependencias como a cualquier otro campo
donde se realiza la prevención.

Tabla 1: Diferencias entre prevención y programa preventivo


Prevención Programa preventivo
Conjunto de medidas sistemáticas Diseño de un conjunto de actuaciones
destinadas a evitar la aparición de la entre sí, relacionadas para la
enfermedad, detener su avance y consecución de una meta. Conjunto de
atenuar sus consecuencias una vez actuaciones que busca impedir o
establecida. retrasar, la aparición de conductas de
consumo, uso y abuso de las distintas
drogas.
(Becoña, 2002)

Es indiscutible que las consecuencias que acarrea el consumo de drogas son de gran
impacto socio sanitario, y afectan la esfera individual, familiar y social del
consumidor. Ante este hecho, una forma idónea para hacer frente a esta
problemática es la prevención de las drogodependencias. Se entiende por prevención
de drogodependencias al «proceso activo de implementación de iniciativas
tendentes a modificar y mejorar la formación integral y la calidad de vida de los
individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva ante la
oferta de drogas» (Martín, 1995, cit. Becoña, 2002 p. 66).

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2.1.4. Objetivos de la prevención

La ciencia de la prevención se ha convertido en la base de los programas de prevención,


que contribuyen al entendimiento del desarrollo humano, y de aquellos factores que
conducen a comportamientos y resultados positivos o negativos en la salud. El objetivo
principal de la ciencia de la prevención es mejorar la salud pública identificando los riesgos
modificables y factores protectores, evaluando la eficacia y efectividad de las
intervenciones de prevención, e identificando los medios óptimos de difusión. En ese
sentido, en el campo de la prevención de las drogodependencias, se puede identificar
varios objetivos que se mencionan a continuación.

Gráfico 2: Objetivos de la prevención de las drogodependencias

Retrasar la edad de inicio del consumo de drogas.

Limitar el número y tipo de sustancias utilizadas.

Evitar la transición de la prueba de sustancias al abuso y dependencia de las


mismas.

Disminuir las consecuencias negativas del consumo en aquellos individuos que


Objetivos

consumen drogas o que tienen problemas de abuso o dependencia a estas.

Educar a los individuos para que sean capaces de mantener una relación
madura y responsable con las drogas.

Potenciar los factores de protección y disminuir los de riesgo.

Modificar las condiciones del entorno socio-cultural y proporcionar alternativas


de vida saludables.

Cambiar o modificar nomas y políticas del consumo de drogas.

Aunque se mencionen varios objetivos, como en el siguiente cuadro tomado de (Martín,


1995, en Becoña y Martin, 2009), con frecuencia, suelen indicarse sólo dos o tres de ellos. La
relevancia de estos es que son objetivos realistas y adecuados a lo que conocemos sobre las drogas
y los consumidores. Es decir, el objetivo no es que nadie consuma drogas. Este sería un objetivo

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idealista y utópico. Sin embargo, sí es un objetivo realista el que las personas retrasen el consumo,
hagan solo consumos esporádicos, o una parte importante de ellos no las lleguen a consumir.

Evitar la transición de la
Limitar el número y
Retrasar la edad de inicio prueba de sustancias al
tipo de sustancias
del consumo de drogas. abuso y dependencia de
utilizadas.
las mismas.

Disminuir las consecuencias Educar a los individuos Potenciar los factores


negativas del consumo en para que sean capaces de protección y
aquellos individuos que consumen de mantener una
drogas o que tienen problemas de relación madura y
disminuir los de
abuso o dependencia de las responsable con las riesgo para el
mismas. drogas. consumo de drogas.

Modificar las condiciones del


entorno socio-cultural y
proporcionar alternativas de
vida saludables.

En nuestro país, el eje Reducción de la Demanda de la Estrategia Nacional de Lucha contra


las Drogas 2017 – 2021, plantea como Objetivo Intermedio 3, disminuir el consumo de drogas
legales e ilegales. Por ello, con los programas preventivos se pretende desarrollar las
características psicológicas de los individuos para incrementar los factores de protección y
disminuir los de riesgo, para evitar que las personas consuman drogas, cambiar el contexto
ambiental que se relaciona con el consumo de drogas y modificar la interacción entre estas
variables (Ammerman et al., 1999, en Becoña y Cortés, 2011).

Aunque se podría argumentar que el origen del consumo de drogas se sitúa en la infancia
temprana, la iniciación real en el consumo comienza, normalmente, para la mayoría de los
individuos, en la adolescencia temprana, y avanza a partir de aquí, según una secuencia bastante
bien definida, a lo largo de la adolescencia media (Becoña, 2002). En sus primeras etapas, el
consumo de drogas es infrecuente, se limita a una única sustancia y a situaciones sociales
determinadas. A medida que aumenta la implicación, el consumo se incrementa tanto en frecuencia
como en cantidad y progresa hacia múltiples sustancias. Se sabe que la adolescencia es una etapa
de grandes cambios físicos y psicológicos. En esta etapa, los cambios emocionales son intensos,
el adolescente se siente maduro, solicita mayor libertad y autonomía, las fiestas de los 15 años se
presentan con mayor frecuencia, las salidas con los amigos son más frecuentes, lo éxitos y fracasos
9
se viven con mayor emoción, las drogas legales se convierte en un símbolo de madurez, y se
empieza a ver una suma de situaciones de riesgo para ingresar al consumo de drogas legales e,
incluso, ilegales como la marihuana.

Por lo expuesto, conocer los factores de riesgo y de protección se convierte en un aspecto de


gran relevancia para la prevención de las drogodependencias. La identificación de estos dos tipos
factores permite fomentar el aumento de los factores de protección y la disminución de los factores
de riesgo. Por ello, en los últimos años, se ha ampliado el campo de intervención a nivel individual,
a nivel de la familia, al nivel escolar y al de toda la comunidad, junto a otros lugares (ej., lugar de
trabajo). Todo ello ha ido produciendo un cambio en la relevancia de la intervención en
drogodependencias, desde aplicar, solamente, el tratamiento hasta considerar la prevención y el
proceso de incorporación social, posterior al tratamiento (Becoña, 2002).

Para elaborar o seleccionar un


programa de prevención, en primer
lugar, hay que sustentarlo con un
modelo teórico adecuado, que se
apoye en datos empíricos; en
segundo lugar, se debe conocer
estudios que indiquen cuáles son
los factores de riesgo frecuentes
para los adolescentes de la región o
comunidad donde se va a aplicar el
programa.

Para elaborar o seleccionar un programa de prevención, se debe considerar una serie de


cuestiones. En primer lugar, se debe partir de un modelo teórico adecuado, que se apoye en
datos empíricos y que, por tanto, haya demostrado que con él se pueden obtener buenos
resultados. Es decir, los programas de prevención que se diseñen deben ser sustentados por
modelos teóricos que hayan sido validados con estudios experimentales, lo que se llama
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evidencia empírica. En nuestro país, DEVIDA cuenta con el programa de prevención Familias
Fuertes Amor y Límites, el cual ha demostrado efectividad para la prevención del consumo de
drogas. En segundo lugar, es necesario conocer los factores de riesgo para la posterior
construcción de dicho programa, así como los factores de riesgo específicos para la comunidad
en la que se va a aplicar el programa. Esto implica estudios previos de los factores de riesgo
junto a los de protección, y el conocimiento de la problemática de un modo realista y
objetivable, tanto a partir de datos epidemiológicos (estudios nacionales sobre la prevención y
consumo de drogas en estudiantes de secundaria – DEVIDA), estudios clínicos (informes de
programas de tratamiento), así como la experiencia acumulada a través de otros múltiples
estudios e indicadores existentes sobre esta problemática.

Los factores de riesgo deben estar claramente definidos para una edad específica o
etapa evolutiva. Junto a estos dos importantes aspectos también hay que considerar
los factores que suelen influir en el impacto de los programas.

2.1.5. FACTORES DE RIESGO Y PROTECTORES EN EL CONSUMO DE DROGAS

Juan es un adolescente de 16 años que empezó a consumir


marihuana. Él vive con su madre, debido a que sus padres se
separaron cuando tenía 10 años, después de muchos años de
violencia entre los padres. Se declara independiente puesto que,
desde la edad en la que sus padres se separaron, él ha tenido
que atenderse porque su mamá sale a trabajar muy temprano
para cubrir los gastos escolares y del alquiler de la casa. Tan solo
lo ve en la noche cuando su madre llega cansada del trabajo; ella
viaja dos horas desde Ventanilla al emporio comercial de
Gamarra. Cuando Juan sale del colegio, almuerza en un
restaurante. Luego, va a su casa a dejar sus útiles y sale a jugar
pelota con sus amigos, quienes consumen drogas, y por cuya
insistencia Juan probó la marihuana y sintió que lo relajaba, que
le hacía olvidar las penas que carga por muchos años,
relacionadas con su soledad y con el hecho de ver que su madre
se sacrifica por el futuro de este adolescente.

¿Los factores relacionados con el consumo de drogas a los que está expuesto Juan son de
riesgo o protectores?
Elabora una lista de estos factores.

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Se entiende por factor de riesgo a “un atributo y/o característica individual, condición
situacional o contexto ambiental que incrementa la probabilidad de uso o abuso de drogas
(inicio) o una transición en el nivel de implicación con las mismas (mantenimiento). Mientras
que, se entiende por factor de protección a “un atributo o característica individual, condición
situacional y/o contexto ambiental que inhibe, reduce, o atenúa la probabilidad del uso y/o
abuso de drogas o la transición en el nivel de implicación con las mismas” (Becoña y Cortes,
2011).

“un atributo individual,

FACTOR PROTECTOR
condición situacional o
contexto ambiental que
inhibe, reduce, o atenúa la
probabilidad del uso y/o abuso
de drogas o la transición en el
nivel de implicación con las
mismas”.
FACTOR DE RIESGO

“un atributo individual,


condición situacional o
contexto ambiental que
incrementa la probabilidad de
uso y/o abuso de drogas
(inicio) o una transición en el
nivel de implicación con las
mismas (mantenimiento)”.

Los supuestos básicos que caracterizan la investigación sobre los factores de riesgo en
relación con el abuso de drogas son los siguientes:
1) Un simple factor de riesgo puede tener múltiples resultados. Por ejemplo, un niño
abusado puede en futuro presentar problemas de consumo de drogas, abuso de alcohol,
conducta violenta o trastorno de personalidad.
2) Varios factores de riesgo o protección pueden tener un impacto en un simple resultado.
La violencia familiar, el fracaso escolar, o la inestabilidad emocional en un adolescente
pueden llevarlo a abusar del consumo del alcohol.
3) El abuso de drogas puede tener efectos importantes en los factores de riesgo y
protección. Por ejemplo, el consumo de drogas puede empeorar el fracaso escolar.
4) La relación entre los factores de riesgo y protección entre sí y las transiciones hacia el
abuso de drogas, pueden estar influidas de manera significativa por las normas

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relacionadas con la edad. Se observa mayor riesgo de consumo de drogas en la
adolescencia.

Existe una serie de principios generales que Clayton (1992, cit. García del Castillo y
López-Sánchez, 2012) sugiere tener presentes al referirse a los factores de riesgo.

1) Los factores de riesgo pueden estar presentes o no en un caso concreto; obviamente si


un factor de riesgo está presente, es más probable que el individuo use o abuse de las
sustancias que cuando no lo está. Por ejemplo, si una adolescente presenta problemas
de conducta es más probable que consumo alcohol o drogas.

2) La presencia de un solo factor de riesgo no determina que se vaya a producir el abuso


de sustancias, ni su ausencia implica que no se dé. Que presente fracaso escolar no
necesariamente lo puede llevar al consumo de drogas. Por ejemplo, el caso de Juan,
con historia de violencia, separación de los padres, relación con amigos de consumo.

3) El número de factores de riesgo presentes está directamente relacionado con la


probabilidad del abuso de drogas, aunque este efecto aditivo puede atenuarse según la
naturaleza, contenido y número de factores de riesgo implicados (muchos adolescentes
pueden tener problemas escolares, acoso escolar pero tienen todo el apoyo familiar,
mucho afecto y comunicación los factores de riesgo se debilitan.

4) La mayoría de los factores de riesgo y de protección tienen múltiples dimensiones


medibles y cada uno de ellos influye de forma independiente y global en el abuso de
drogas. Por ejemplo, los trastornos de conducta pueden llevar a comportamiento
delincuenciales, consumo de drogas y violencia en el noviazgo.

5) Las intervenciones directas son posibles en el caso de algunos de los factores de riesgo
detectados y pueden tener como resultado la eliminación o la reducción de los mismos,
disminuyendo la probabilidad del abuso de sustancias. Por ejemplo, trabajar con los
problemas emocionales y de conducta podemos reducir el consumo de drogas,
problemas delictivos y manejar la conducta violenta.

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En el caso de otros factores de riesgo, la intervención directa no es posible, debido a que
su objetivo principal es atenuar su influencia y, así, reducir al máximo las posibilidades de que
estos factores generen consumo de drogas.

FACTORES DE RIESGO

ESCOLARES
INDIVIDUALES
Bajo rendimiento académico
Biológicos Bajo apego a la escuela
Psicológicos y conductuales Tipo y tamaño de la escuela
Rasgos de personalidad Conducta antisocial en la
escuela

SOCIALES
- Deprivación económica
y social
COMPAÑEROS O PARES
-Desorganización
FAMILIARES comunitaria - Actitudes favorables de
- Cambios y movilidad de los compañeros hacia el
- Consumo de alcohol y
lugar consumo de drogas
drogas por parte de los
- Creencias, normas y - Compañeros
padres
leyes de la comunidad consumidores
- Baja supervisión familiar
favorables al consumo de - Conducta antisocial o
- Baja disciplina familiar delincuencia temprana
sustancias
- Conflicto familiar - Rechazo por parte de los
- Disponibilidad y
accesibilidad a las drogas pares
- Baja percepción social
de riesgo de cada
sustancia

Factores de riesgo (Becoña y Cortés, 2011)

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FACTORES PROTECTORES

INDIVIDUALES
Religión, Creencia de orden social
Desarrollo de las habilidades
ESCOLARES
sociales
Escuela de calidad
Creencia de autoeficacia
Oportunidades para la el desarrollo de conductas prosocial
Habilidades para adaptarse a las
Refuerzos/reconocimiento para la implicación prosocial
circunstancias cambiantes
Creencias saludables y claros estándares de conducta
Orientación social positiva
Cuidado y apoyo de los profesores y del personal del
Poseer aspiraciones de futuro
centro
Buen rendimiento académico e
Clima institucional positivo
inteligencia
Resiliencia

COMPAÑEROS E IGUALES SOCIALES


Apego a los iguales no consumidores Sistema de apoyo externo positivo
Asociación con iguales implicados en Oportunidades para participar como un
actividades organizadas por la escuela, miembro activo de la comunidad
recreativas, de ayuda, religiosos u otras Descenso de la accesibilidad de la sustancia
Resistencia a la presión de los iguales, Normas culturales que proporcionan altas
especialmente a las negativas expectativas para los jóvenes
No ser fácilmente influenciable por los iguales Redes sociales y sistemas de apoyo dentro de
la comunidad

Factores protectores (Becoña y Cortes, 2011)

2.2. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS

Sabía que…
 Nuestro país cuenta con la Estrategia Nacional de Lucha
contra las Drogas 2017 – 2021.
 La Estrategia Nacional de Lucha Contra las Drogas
contiene las principales acciones para hacer frente a la
problemática de las drogas en el Perú.
 Esta estrategia tiene un enfoque integral que involucra
y articula a todas las instituciones del estado con la
sociedad civil y la comunidad internacional.
 La Comisión Nacional para el Desarrollo de Vida Sin
Drogas (DEVIDA) es el ente rector de la ENLCD.

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2.2.1. Consideraciones para un programa de prevención

Para diseñar e implementar un programa de prevención se debe tener en cuenta una


serie de consideraciones propias de la problemática del consumo de drogas y lo que supone
el proceso de implementación. Los siguientes gráficos siguientes representan ambos
aspectos.
Gráfico 3: Consideraciones de un programa de prevención

No se da una relación simple


Existen diferencias en causa – efecto; esta viene
El uso de drogas varía determinada por el individuo
las propias sustancias,
entre individuos, (su esquema de valores,
en las formas de
generaciones, creencias, grado de madurez),
consumo, en las su familia, grupo de iguales,
subculturas y
motivaciones y escuela, cultura, religión,
sociedades.
expectativas. medios de comunicación, entre
otros. Gráfico circular

Gráfico 4: Características de un programa de prevención como un proceso

•Considera el contexto y la
Activo percepción social

•Analiza e interviene sobre el


Global problema en conjunto

•La intervención se realiza bajo la


Continuo forma de programa (lo ideal es a
largo plazo).

•Dirigido a un subgrupo de
personas, barrio concreto,
Específico grupo de edades, entre
otros.

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2.2.2. Principios básicos de los programas de prevención
Los principios básicos que se deben considerar en el diseño de los programas de prevención
de drogodependencias propuestos por NIDA (1997, en Becoña y Martin, 2009) son los siguientes.
Los programas deberían diseñarse para fomentar los factores de protección e
1
Invertir o reducir los factores de riesgo.
11
2 También deberían abordar todas las formas de consumo de drogas, incluidos el consumo de
tabaco, alcohol, cannabis e inhalantes.
3 Los programas de prevención deberían incluir estrategias para resistir la oferta de drogas,
reforzar el compromiso personal contra el consumo e incrementar la competencia social (p. ej.,
en comunicación, relación con iguales, autoeficacia y asertividad), junto con el refuerzo de las
actitudes contra el consumo de drogas.
4 Los programas de prevención dirigidos a los adolescentes deberían incluir métodos interactivos,
tales como grupos de discusión entre iguales, en lugar de utilizar exclusivamente los métodos
didácticos tradicionales.
5 En los programas de prevención deberían participar los padres o cuidadores con el fin de reforzar
lo que los chicos están aprendiendo y ofrecer oportunidades para dialogar en la familia sobre el
consumo de sustancias legales e ilegales y sobre las normas familiares al respecto.
6 Los programas de prevención deberían tener una continuidad en el tiempo a lo largo de los cursos
escolares, adaptados a cada nivel del desarrollo evolutivo del niño o el adolescente, con el fin
de reforzar los objetivos generales de la prevención.
7 Los esfuerzos de prevención dirigidos al conjunto de la familia tienen un mayor impacto que las
estrategias que se centran únicamente en los padres o en los hijos.
8 Los programas comunitarios que incluyan campañas en los medios de comunicación y cambios
en las políticas sobre drogas –tales como nuevas regulaciones que restrinjan el acceso al alcohol,
al tabaco u otras drogas– son más efectivos cuando se aplican conjuntamente con intervenciones
en la escuela y en la familia.
9 Los programas comunitarios deben reforzar las normas contra el uso de drogas en todos los
ámbitos de prevención como la familia, los centros escolares y la comunidad.
10 La escuela ofrece la oportunidad de alcanzar a todas las poblaciones y también sirve como un
importante escenario para trabajar con poblaciones específicas en riesgo de consumo de drogas,
tales como chicos que tengan problemas de conducta o dificultades de aprendizaje, así como
aquellos con probabilidades de abandonar el colegio.
11 La programación de la prevención debe adaptarse a las necesidades específicas del problema de
drogas en cada comunidad.
12 A mayor nivel de riesgo de la población objetivo más intensivo debería ser el esfuerzo
preventivo y antes debería comenzar.
13 Los programas de prevención deberían ser específicos para la edad de los destinatarios,
apropiados a su etapa de desarrollo y sensibles a su realidad cultural.

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2.2.3. Elementos de un programa preventivo eficaz

Los programas de prevención son estrategias bien estructuradas, organizadas y desarrolladas


en un periodo de tiempo donde se puede evaluar los procesos de cambio. Por ello se recomienda
incluir algunos elementos en la organización del programa para que sea eficaz. Según García del
Castillo y Lopez-Sanchez (2012), hay elementos importantes para que un programa de prevención
de las drogodependencia sea eficaz. A continuación, se presentan estos elementos:

2.2.3.1. Información sobre las drogas y sus consecuencias

“La información es necesaria pero no suficiente”, esta debe ser pertinente. Aquellos
programas informativos y de apelación al miedo que se pusieron en práctica hace varias décadas
no conseguían que, con dicha información, las personas dejasen de consumir drogas. Usar
imágenes o discurso para causar miedo a los consumidores no ha sido efectivo. Aunque es cierto
esto, también es importante proporcionar en cualquier programa preventivo cierta cantidad de
información sobre la sustancia, sus efectos y consecuencias. Esta información tiene que ser
objetiva, organizada al nivel de comprensión para las edades a las que va dirigida y acompañada
de una buena didáctica, como ejercicios interesantes, dinámicas, etc. La información que se
proporciona en un programa preventivo va desde por qué las personas comienzan a fumar
cigarrillos, beber alcohol o consumir marihuana y qué factores los inducen a continuar
consumiendo, hacerlos dependientes o adictos; hasta las dificultades que enfrentan cuando se
hacen adictos a la sustancia, y las enfermedades y mortalidad que producen las distintas drogas,
especialmente el tabaco y el alcohol. Así mismo, se debe analizar distintos mitos sobre las drogas
(ej., el de la libertad, el cuerpo es de uno, etc.), el engaño de la información publicitaria, etc., son
aspectos que se deben conocer y trabajar en las sesiones iniciales.

2.2.3.2. Conocimiento de los factores relacionados con el inicio y mantenimiento del


consumo de las distintas drogas
Cualquier conducta precisa ser explicada a sus actores o posibles actores. Estos deben estar
informados sobre cómo es la conducta en sí (en caso de consumir una droga legal como tabaco y
alcohol, especialmente, dependiendo de la edad; y una droga ilegal como cannabis, cocaína y
drogas de síntesis) y cuáles son los factores que pueden llevar a realizarla. En el caso del tabaco y
del alcohol se debe explicar los factores más importantes que se relacionan con la prueba o
primeras pruebas, y con el posterior mantenimiento o dependencia de la sustancia conforme
continúa el consumo. Otros de los aspectos que se debe explicar son el papel de la publicidad como
promotora del consumo de tabaco y alcohol, especialmente dirigidas a los jóvenes; los intereses
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económicos y ocultos de las compañías que producen este tipo de drogas; el bajo precio y
disponibilidad de los cigarrillos y del alcohol. Además, se debe explicar cuáles son los efectos
que tienen las distintas drogas en el cerebro (tolerancia, dependencia, síndrome de abstinencia), en
el estado de ánimo, en la regulación del peso, etc.; así como, los efectos en la salud de los otros
componentes de estos productos (alquitrán, monóxido de carbono, distintos carcinógenos, etc.),
las enfermedades que producen (ej., cirrosis, cáncer de pulmón, etc.) y los índices de mortalidad
que acarrea. Más importante, aun, es explicarles por qué se comienza a fumar o a beber (deseo de
verse como adulto, presión de los pares, asociación con otras drogas, etc.), qué factores hacen que
sigan consumiendo (bajo precio, verse como adultos, presión de los amigos, etc.), o qué factores
aumentan la probabilidad de que se hagan dependientes (fracaso escolar, mal estado de ánimo,
problemas personales y familiares, etc.).

Los jóvenes tienen gran cantidad de información sobre las drogas, pero, muchas veces, de
modo adulterado. Por ello, es importante corregir la desinformación sobre el consumo. Por
ejemplo, muchos adolescentes y jóvenes señalan que consumir marihuana es saludable porque es
natural, y que su consumo es aceptado por el estado. Es decir, no diferencian entre consumo
recreativo y abusivo con el uso medicinal del aceite de la marihuana para problemas de salud.

En la actualidad, es importante informarse mucho


más sobre la drogas a través de diversas fuentes.
Internet presenta información tanto real como
distorsionada, la cual es consumida especialmente
por los adolescentes, quienes, por ejemplo,
defienden el consumo de marihuana basándose
en estatus de legal y curativa que se le ha dado,
pero no diferencian entre la marihuana de
consumo recreativo y medicinal.

Como vemos, la información tiene gran


importancia en el proceso de sensibilización y
concientización a los adolescentes.

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2.2.3.3. Conocer y detectar los factores de riesgo y protección para todo el grupo y
para ciertos individuos del grupo

Dado que los programas preventivos se aplican en colegios, poblaciones y comunidades


concretas, dichos programas deben considerar los factores de riesgo y protección específicos para
el lugar donde son aplicados. Al conocer el contexto donde se aplicarán los programas, estos se
pueden adaptar para reducir los factores de riesgo y potenciar los de protección.

La detección se debe realizar al inicio del programa, en la evaluación y a lo largo de la


aplicación del mismo. A través de los componentes del programa que subyacen a las actividades
del mismo, se debe potenciar los factores de protección y disminuir los de riesgo. De ellos hay que
prestar una especial atención a los de tipo personal (ej., ansiedad, depresión, introversión, etc.).
Estos se relacionan, en muchos casos directamente, con el consumo de las distintas sustancias
(especialmente alcohol y tabaco). Después de los factores relacionados con los amigos y la escuela,
otros, no menos importantes, son los factores de riesgo y protección familiar; aunque no siempre
es fácil incidir en la familia desde la escuela. Finalmente, se deben considerar los factores sociales,
sociodemográficos, las creencias y comportamientos de salud, y otros como pueden ser las salidas.

2.2.3.4. Entrenamiento en habilidades de resistencia y rechazo de las distintas drogas


Desde hace unos años, se está reconociendo la importancia de entrenar a los jóvenes en
habilidades de resistencia (saber decir no a las invitaciones de drogas). Esta estrategia cuyo
objetivo es que los jóvenes sean capaces de rechazar el consumo de las distintas drogas, se ha
convertido en una de las estrategias más efectivas.

En la actualidad, los cigarrillos, el alcohol y el cannabis están presentes en la vida cotidiana


de los jóvenes, a partir de cierta edad, en el colegio, y, especialmente, en el instituto o universidad.
Por ello, una buena estrategia es entrenarlos para hacer frente a las presiones que van a sufrir, o a
los ofrecimientos que van a recibir para que consuman estas sustancias tóxicas. Por lo tanto, cuanto
antes se entrene a las personas en este tipo de habilidades los resultados serán mejores. Por esta
razón, se insiste en que los programas preventivos comiencen a aplicarse antes de que surja el
problema; es decir, antes de las edades del comienzo de los consumos. Además, se insiste en que
estos programas se puedan mantener en el tiempo.

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2.2.3.5. Entrenamiento en habilidades para la vida cotidiana
Este entrenamiento tiene que abarcar tanto la práctica en habilidades sociales como en otras
habilidades para la vida. Cuando se trata de habilidades sociales se debe enfocar en
desarrollar destrezas para mejorar la interacción social, el manejo de la presión de grupo,
etc. Por otro lado, para desarrollar habilidades sociales, se debe entrenar a los adolescentes
en estrategias que puedan ayudarlos a afrontar la vida, como la resolución de problemas,
el manejo de las emociones, habilidades para organizarse, etc. Este componente se ha
vuelto imprescindible, dado que no es suficiente el entrenamiento en el rechazo de una
sustancia para evitar su consumo. Con este componente se podría incrementar la eficacia
de los programas preventivos debido a que se sabe que el consumo tanto del tabaco y del
alcohol, como de las drogas ilegales cumple diversas funciones en el consumidor, como
reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo, aceptación de sí mismo, estar bien con las
personas que lo acompañan, etc.

Basado conceptual y técnicamente en el entrenamiento en habilidades sociales y en el


entrenamiento en aserción, el entrenamiento en habilidades para la vida cotidiana incluye
estos y otros componentes más. De ahí que se le suela denominar entrenamiento en
habilidades para la vida, para la vida cotidiana o en habilidades generales. Algunos de los
componentes específicos que se incluyen en este tipo de entrenamiento son: asertividad
general (ej. hacer peticiones, mostrar desacuerdo, rechazar, mostrar firmeza y no
agresividad, etc.), asertividad orientada a las relaciones con los compañeros y amigos (ej.,
hacer amigos) y asertividad dirigida a resistir la presión del grupo (ej., ofrecimiento de
tabaco y otras conductas de riesgo). Junto a ello, se incluye el entrenamiento en otro tipo
de habilidades más generales, como el establecimiento de metas, el autorefuerzo, la toma
de decisiones, la organización del tiempo, la solución de problemas, el pensamiento crítico,
las habilidades de análisis, etc. Otro tipo de entrenamiento es el de habilidades de escucha
y de conversación. Este tipo de habilidades son importantes para el manejo de conflictos y
de la ira, o para mejorar el estado emocional.

El entrenamiento en habilidades para la vida cotidiana es de gran utilidad para que el


individuo sea capaz de rechazar el ofrecimiento de distintas drogas, así como para enfrentar
otros aspectos de su vida cotidiana. Así, una vez que domine este entrenamiento y lo
aplique a las situaciones cotidianas, este individuo incrementará su autoeficacia y
autoestima, se sentirá más maduro y seguro de sí mismo en el mundo en el que vive. Estas

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estrategias de análisis y resolución de problemas que se aplican en la actualidad, pueden
ayudar a que las personas resuelvan sus problemas con mayor rapidez y tomen decisiones
adecuadas.

2.2.3.6. Toma de decisiones y compromiso de no consumo


La toma de decisiones es una estrategia de gran relevancia en cualquier tipo de programa
preventivo. Cuando la persona llega conscientemente a una decisión concreta y la
verbaliza, es más probable que mantenga la misma que si no ha llegado a ella. En el caso
del tabaco, el alcohol y el cannabis, la idea es que la persona, después de haber recibido
toda la información, trabajado, analizado y comprobado esta información, por sí misma y
con los demás compañeros del curso, tome la decisión de no consumir y la haga pública.
Los ejercicios, pósteres o trabajos en grupo facilitan llegar a esta conclusión y a este
compromiso.

El trabajo activo es muy importante en esta etapa, ya que los programas interactivos son
mucho más eficaces que los no interactivos o didácticos, en los que el profesor lo dice todo
pero los participantes apenas interactúan. La metodología interactiva implica una relación
fluida entre todos los alumnos y entre éstos y el profesor. Es decir, los aprendizajes social,
colaborativo y cooperativo son espacios donde se desarrolla el pensamiento crítico del
adolescente. Por ejemplo, ese compromiso al que se llegan para no fumar tabaco o
marihuana y no beber alcohol suele ser colectivo. Toda la clase llega a esa conclusión y
firma una carta en la que se comprometen a no consumir más esas sustancias tóxicas.

2.2.3.7. Promover estilos de vida saludables


La escuela es el lugar idóneo para adquirir este aprendizaje. Es un mundo donde el
aprendizaje colaborativo se desarrolla mejor y se brinda espacio para compartir ideas de
diferentes perspectivas; en consecuencia en ese contexto, se promueve mejores
aprendizajes.

En todo programa preventivo dirigido a que las personas no consuman drogas se les debe
orientar para preservar su salud a corto, medio y largo plazo, y para que opten por estilos
de vida saludables. Algunos de las indicaciones más importantes van desde no fumar ni
beber, o beber moderadamente (cuando se es adulto), hasta dormir un número adecuado de
horas (más importante aún en los niños), desayunar todos los días, tener una dieta

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equilibrada en la que se incluyan todos los nutrientes básicos, y adecuadas cantidades de
frutas, verduras y pescado, reducir o eliminar el nivel de estrés, organizar adecuadamente
el tiempo, practicar ejercicio físico regularmente, realizarse chequeos médicos periódicos,
etc.

Esta práctica de estilos de vida saludables, tan de moda en los adultos, debe ser enseñada
a los niños. Por ello se debe recomendar a que los padres incentiven y moldeen estas
conductas saludables en sus hijos.

En todo programa preventivo debe indicarse que no fumar cigarrillos ni marihuana, ni


consumir alcohol u otras drogas se asocia con disfrutar de una mejor salud ahora y en el
futuro, pero que ello tiene que ir unido a otras conductas positivas. Un estilo de vida
saludable incide positivamente no sólo en la salud física sino también en la salud mental.

2.2.3.8. Más allá de la escuela: incidir en los amigos, padres y comunidad


Los programas preventivos que mejor funcionan en la escuela son aquellos que se
complementan con acciones en la familia, comunidad, trabajo, medios de comunicación,
etc., dirigidas a que se deje de fumar o se restrinja el consumo de tabaco, se deje de beber
alcohol y se controle su venta, se reduzcan los puntos de venta de marihuana y de otras
drogas, etc. (García del Castillo y Lopez-Sanchez, 2012).

Los programas preventivos de influencia social se orientan, precisamente, a contrarrestar


los efectos indeseables que otros pueden tener sobre el individuo; a su vez, a que el
individuo pueda incidir sobre otras personas para que mejoren sus conductas. El nivel más
cercano son sus compañeros y amigos con los que convive en la escuela y las amistades
con las que frecuenta, etc.

Varias de las estrategias y técnicas que se aplican en estos programas se orientan a


contrarrestar los efectos de los compañeros y amigos, pero esto no es suficiente. También,
se debe incidir en su medio familiar más cercano, como son sus padres y hermanos, a
quienes se les debe recomendar que dejen de fumar si fuman; reduzcan el consumo de
alcohol, dejar de consumir drogas si lo hacen, etc. Lo mismo es aplicable a sus hermanos
mayores, otros familiares que forman parte de su entorno. Además, se les puede hacer
llegar padres o familiares algún folleto o material con información sobre drogas.

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2.2.3.9. Involucrar en la medida de lo posible a la familia
No es suficiente con que las instituciones educativas estén implicadas en la puesta en
práctica de un programa preventivo, sino que se precisa un apoyo adicional, tanto de los
profesores, como de todos los padres o tutores de los niños, especialmente a través de las
Asociaciones de Padres Familia. A través de estas asociaciones, se puede llegar más
fácilmente a todos los padres y, a su vez, los niños pueden llegar más fácilmente con sus
sugerencias sobre el tema del tabaco a sus padres, como una actividad escolar más. Un
ejemplo, en nuestro país, es el Programa de Prevención Familias Fuertes Amor y Límites,
ejecutado y monitoreado por DEVIDA. Este programa involucra a los padres,
conjuntamente con su hijo adolescente, a trabajar y entrenarse para hacer frente al consumo
de drogas y otros problemas psicosociales.

De este modo, se trata de transferir y generalizar lo aprendido en la escuela a los contextos


donde el niño pasa el resto de su tiempo (amigos, barrio, padres, etc.). Si esta transferencia
no se produce, el programa no será muy eficaz. Lo ideal para que funcione bien un
programa preventivo es que haya actividades preventivas en la escuela, la familia y la
comunidad, con normas claras de no consumo de las distintas sustancias tóxicas.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Santiago de Compostela. Madrid.

Borja, C., García, P. & Hidalgo, R. (2011). El Enfoque basado en Derechos Humanos: Evaluación e
Indicadores.

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Lucha Contra las Drogas (ENLCD) (2017-2021). Perú

Ministerio de Educación (MINEDU). (2015). Orientaciones Pedagógicas para la prevención del


consumo de drogas en Población Escolar del nivel de Educación Secundaria. Módulo 1:
Prevención del consumo de drogas – Marco Conceptual. Perú

Ministerio de Educación del Perú. (2016). Currículo Nacional de la Educación Básica Peruana.
Perú.

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). (2018). Informe Mundial
sobre Las Drogas 2018: Resumen, Conclusiones y Consecuencias en Materia de Políticas.

Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL). (2017). Introducción


al Currículo Universal de Prevención Serie para Implementadores. Primera edición

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Desarrollo Humano 2013-2014: Seguridad Ciudadana con Rostro Humano: Diagnóstico y
Propuestas para América Latina.

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Humano 2016: Desarrollo Humano para Todos.

Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina. (2016). Plan Nacional de
Reducción de la Demanda de Drogas 2016 - 2020

Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). (2013). Lineamientos
hemisféricos para la construcción de un modelo integral de abordaje comunitario para la
reducción de la demanda de drogas.

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