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Acuerdo 26-46 23 febrero 1946 creación IDAEH


Acuerdo Gubernativo 282-2007 Cobro Museos
Acuerdo Gubernativo 7-2011(Reforma acuerdo 282-2007) Cobro
Museos
Ley de protección del Patrimonio Cultural y Natural
Museo Nacional de Historia.
El museo fue fundado en 1976 con la intención de generar un espacio
para la historia de Guatemala. Originalmente estuvo ubicado en los
bajos de la Biblioteca Nacional , en el Pasaje Central del Palacio
Nacional, también en la Casa del Doctor Robles, en la 11 calle entre
6ª. Avenida y 6ª. Avenida A zona 1. El 2 de enero de 1984 se trasladó
a su actual sede. Este edificio es categoría “A”, según la clasificación
de inmuebles en el Acuerdo del Cultura y Deportes de 13 de agosto
de 1998.

Datos curiosos

El museo realiza investigaciones inherentes a su temática, las


cuales se reproducen en revistas. Estas se publican en periódicos y
se difunden en otros medios de comunicación como la radio y
televisión.

Además, tiene una colección de audiovisuales y películas


recuperadas de temas de historia de Guatemala, así como
investigaciones temáticas y monográficas.

Ubicación
El Museo Nacional de Historia se encuentra ubicadoen la 9.ª calle 9-
70 zona 1 del Centro Histórico en la ciudad de Guatemala.
Una de las salas más visitadas
es la de la Independencia.
CIUDAD DE GUATEMALA- “La historia es un incesante volver a
empezar”, dijo en su momento el historiador ateniense Tucídides
(460-396 a. C.), y de esa forma nos ayuda a recrear los
acontecimientos más relevantes de Guatemala la colección del
Museo Nacional de Historia.
El edificio está ubicado en la 9a. calle y 10a. avenida, zona 1, y fue
construido entre 1894 y 1896. Fue uno de los inmuebles que
quedó en pie tras los terremotos de 1917 y 1918. Se erigió con el
objetivo de acoger al Registro de la Propiedad Inmueble.
De estilo renacentista francés, se salvó de ser demolido después del
movimiento telúrico de 1976, y se logró que se asignara al Museo
Nacional de Historia, en 1981. La restauración tardó 28 años, de
1984 al 2012, ya que estaba severamente deteriorado. En 1996 fue
declarado patrimonio cultural de la Nación.
Viaje en el tiempo
Recorrer los pasillos del Museo es como caminar hacia el pasado,
de manera cronológica y amena, cuando la historia no queda
encerrada en libros.
Son objetos, como pinturas, esculturas, muebles y enseres
personales de personajes los que la narran el pasado. Unas 11 mil
personas al año, en promedio, disfrutan de este viaje a través del
tiempo.
La visita comienza en la Sala Introductoria, sigue en la de Vida
Colonial, Proceso de Independencia, Declaratoria de Independencia,
Anexión a México, Federalismo en Centroamérica, Período
Conservador y finaliza con la sala de la Revolución y Reforma Liberal
(1871-1944), y de la Revolución de 1944.
Los objetos que más llaman la atención son el vestido de Dolores
Bedoya de Molina, esposa del prócer Pedro Molina, que data del
siglo XIX, así como la escenificación de la firma de Independencia.
Se puede admirar la única colección pictórica de los Próceres, creada
por Rafael Beltranena en el siglo XIX, refirió el director y cronista de
la ciudad, Miguel Álvarez.
Entre las piezas más valiosas está un cáliz plateresco del siglo XVI,
los 12 escudos oficiales que se han creado en el país en distintas
épocas, dos jarrones que la reina Victoria le obsequió a Rafael
Carrera, la silla del líder indígena del siglo XIX Atanasio Tzul, así
como la partitura y letra originales del Himno Nacional, y escudos e
inscripciones en piedra de antiguas edificaciones de la ciudad del
siglo XVIII.
Los objetos personales ayudan a comprender cómo se vivía en
esas épocas, como los muebles del despacho presidencial de
Jorge Ubico, así como su silla de montar, con detalles en plata, el
mobiliario y mapa mundi de Juan José Arévalo, y la batuta de
Germán Alcántara —autor del vals Flor del café—.
En el sótano, que guardó documentos de propiedades inmuebles,
se pueden ver exposiciones como la del Mapa en Relieve, el Cerrito
del Carmen y de la vida y obra de personalidades del arte y la cultura
del país.
Se comenzará próximamente la remodelación del edificio, así como
del guion museográfico, rotulación e iluminación.
Servicios -Otros atractivos del Museo-
Se puede consultar su biblioteca, donde hay 10 mil ejemplares,
incluidas obras únicas del siglo XVIII, así como actas municipales de
siglos anteriores.
Tiene fototeca y filmoteca. Los temas más vistos son la Revolución
de 1944, Juan José Arévalo y Jorge Ubico.
En el museo se brinda asesoría para tesis o investigaciones.
El recinto está abierto de lunes a viernes, de 9 a 17 horas, y sábado
y domingo, de 9 a 12 y de 13 a 16 horas. Ingreso: público en general,
Q5; estudiantes, gratis.
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El edificio, que data de 1896, fue construido por un español a pedido del
presidente de Guatemala, José María Reyna Barrios, para Registro de la
Propiedad Inmueble.
Ha soportado, desde entonces, el paso de dos terremotos, cientos de
sismos, esmog, suciedad, abandono, vandalismo y hasta protestas
estudiantiles y populares.
Durante el gobierno de Álvaro Colom lo quisieron utilizar como sede del
programa de ayuda social, pero no lo lograron.

Ello hubiera significado el desalojo definitivo.

Es vecino de dos establecimientos educativos públicos, uno de


Bachillerato y el otro de Ciencias Comerciales.

r su estilo Renacentista, es de gruesos muros, escalinatas de mármol


nacional, y barandales y balcones de metal y madera.

De hecho, al visitarlo pareciera que se se está en un palacio veneciano o


florentino, incluido su sótano, acomodado para exposición fotográfica.

Un gran chorro de luz inunda el patio central, -sala de conferencias-


cubierto por una estructura de hierro parecida a las estaciones de tren de
finales del siglo XIX. De hecho, en el primer piso hay varias bancas de
estación de tren que fueron llevadas de la Estación Central de Guatemala.
Cuando las rescataron estaban totalmente destruidas, pero fueron
restauradas.
Objetos desconocidos
Pocos saben que en el Museo de Historia hay varios vestidos de doña
Dolores Bedoya de Molina, la mujer pretenciosa y hábil de Pedro Molina,
uno de los interesados en firmar la Independencia.

También son casi desconocidos el mobiliario del tirano Jorge Ubico, el


retrato pintado del montañés Rafael Carrera, que posa con elegantes
guantes blancos, o la sala que conserva objetos personales y libros de
Manuel Estrada Cabrera, el gobernante déspota de finales del siglo XIX y
principios del XX que cayó en la locura.

Además, se conservan las monturas utilizadas por Ubico y Justo Rufino


Barrios, el presidente liberal de 1871.

En un área del segundo piso está representada la firma del Acta de


Independencia, con maniquíes que representan a los próceres.

Un viejo trono, labrado a mano, recuerda el último lugar en el que se


sentó Atanasio Tzul, rey por 29 días de Totonicapán, en julio de 1820. Es
de recordar que luego fue “destronado” junto con su mujer y azotado.

Esta pieza es única en su género y recuerda el coraje de los indígenas de


rebelarse contra la autoridad española.

En el Museo también hay más objetos valiosos, como jarrones de


porcelana obsequiados por la Reina Victoria de Inglaterra a Carrera, entre
1847 y 1865.

Considerado un iletrado, Carrera recibió apoyo de EE. UU. e Inglaterra,


que entonces expandía su poderío en América Latina.

No hay que perderse tampoco la colección de escudos de la Federación


Centroamericana.

La jardinera perdida
Mariano Gálvez, quien gobernó de 1831 a 1838, favoreció que la cultura
del país se expandiera y que muchos extranjeros, ansiosos de hacer vida y
dinero. La colonia belga fue una de esas afortunadas, aunque no prosperó
en Santo Tomás de Castilla, Izabal. Tampoco Gálvez logró en su totalidad
su objetivo reformista, aunque sí favoreció la libertad religiosa.

Para congraciarse, los belgas le obsequiaron en 1834 una jardinera de


porcelana y filetes de oro, la cual estuvo bajo la tutela del Museo Nacional
de Historia hasta el 8 de mayo de este año, cuando la pieza fue robada.

Como muchos otros casos de saqueo del patrimonio cultural, el hecho


está en investigación.

Quizás no era una obra de arte, pero sí un referente histórico de la


Guatemala republicana.

La “jardinera belga” es un objeto industrial de finales del siglo XIX. S

Según consta en su descripción oficial, es una “jardinera de porcelana con


filetes, decoración y letras estampadas en oro. Arriba de la base tiene una
banda con el escudo del Estado de Guatemala, conformado por cinco
volcanes y un sol”. En la base se lee la inscripción en francés: La
compagnie Belge de Colonisation au Président de L’Etat de Guatemala
(“La compañía Belga de Colonización al Presidente del Estado de
Guatemala”).

El valor del objeto es más contextual y político que histórico, debido a que

fue producido en serie.


Museo de
historia de
Guatemala

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