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PERMANECE
Revelación, Inspiración y
Doctrina de la Escritura
Edgardo D. Iuorno, Editor.
DESCUBRA EDICIONES
Libertador San Martin,
Entre Ríos
2016
LA PALABRA PERMANECE
PREFACIO
2
LA PALABRA PERMANECE
ÍNDICE GENERAL
La Biblia Y La Tradición 52
Daniel Vergara- David Alvez
3
LA PALABRA PERMANECE
4
LA PALABRA PERMANECE
Definición De Términos
Canon: Lista de libros contenidos en la Biblia, que son
reconocidos dignos de ser incluidos dentro de los escritos
sagrados de una comunidad de culto. Parece ser que Atanasio,
obispo de Alejandría, fue el primero en utilizar este término con
dicho sentido, en una carta que circuló en el año 367 d.C. Del
griego kanon que significa caña, puntualmente una caña recta
que se utilizaba como regla.1
1
F. F Bruce and Elena Flores Sanz, El canon de la escritura (Terrassa,
Barcelona; Barcelona: Editorial Clie ; Publicaciones Andamio, 2002), 17.
123
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1
Siegfried Horn, “Apócrifos,” Diccionario Bíblico Adventista (Buenos Aires:
Casa Editora Sudamericana, n.d.).
2
Bernard Orchard, ed., Verbum Dei. Comentario a La Sagrada Escritura
(Barcelona: Editorial Herder, 1956), 37.
3
Antonio María Artola and José Manuel Sánchez Caro, Biblia y palabra de
Dios (Navarra: Editorial Verbo Divino, 1992), 65.
4
Bernard Orchard, Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura, 37.
5
Artola and Sánchez Caro, Biblia y palabra de Dios, 65.
6
Bernard Orchard, Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura, 37.
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Origen y Desarrollo
Los libros apócrifos del Antiguo Testamento vieron su
origen en lo que hoy se conoce como período
intertestamentario, “más de un siglo después de que el Antiguo
Testamento quedara cerrado con el ministerio de Malaquías, el
último profeta inspirado por Dios en ese período”1 Es posible
que la ausencia de profetas favoreciera la producción de
literatura que en cierta medida ocupara ese vacío.2 En algunos
casos se tratan de obras que tratan de responder a los
interrogantes que los judíos enfrentaban en tiempos de crisis y
en busca de una identidad nacional y deseo de venganza. En
algunos casos, sus autores los atribuyen a personajes importantes
de la historia israelita con el fin de ganar prestigio y de
resguardarse a sí mismos.3
Tras las grandes conquistas de Alejandro Magno,
estando Palestina bajo la dominación helenística y romana,4 la
literatura hebrea produjo un cambio importante, ya que el
pensamiento griego y las costumbres helenas se mezclaron con el
judaísmo.5
1
Hugo A Cotro, ¿Qué dice la Biblia?: respuestas bíblicas para sus interrogantes
(Buenos Aires, República Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana,
2004), 98.
2
Daniel Scarone, Credos contemporáneos (Santafé de Bogotá, Colombia:
Asociación Publicadora Interamericana, 1987), 38.
3
Alfonso Ropero, ed., Gran Diccionario enciclopédico de La Biblia, 2a edición.
(Viladecavalls, Barcelona, España: Editorial CLIE, 2013), 177.
4
Ibid.
5
Daniel Scarone, Credos contemporáneos, 39–40.
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1
Daniel Hammerly Dupuy, Descubrimientos orientadores (Florida, Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1960), 214–215.
2
Cita una carta conocida como La Carta de Aristea donde se cuenta un
diálogo entre el rey Ptolomeo II Filadelfo y su bibliotecario cuando le encarga
tener esa traducción al griego de los escritos judíos. El Gran diccionario
enciclopédico de la Biblia sostiene que se trata más bien de una leyenda, pero
que señala en parte un contexto histórico.
3
Ropero, Gran Diccionario enciclopédico de la Biblia, 2301.
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LA PALABRA PERMANECE
Clasificación
Los libros apócrifos fueron clasificados de diversos
modos, dependiendo del lugar de origen, idioma, orden
cronológico y género literario.2
James Charlesworth, en la introducción a su libro The
Old Testament pseudepigrapha3 volumen 1 sugiere tres categorías
de tales escritos en atención a su mayor o menor plasmación del
concepto de “apócrifo”.
Primera categoría: obras que deben ser incluidas entre
los apócrifos (pseudoepigráficos): Apocalipsis de Abrahán,
Testamento de Abrahán, Apocalipsis de Adán, Vida de Adán y
Eva, Carta de Aristeas, 2 Baruc, 3 Baruc, 4 Baruc, Apocalipsis de
Elias, 1 Enoc, 2 Enoc, 4 Esdras, Ascensión de Isaías, Jannés y
Mambrés, Testamento de Job, José y Asenet, Oración de José
(fragmentos), Jubileos, 3 Macabeos, 4 Macabeos, Oración de
Manases, Asunción o Testamento de Moisés, Vida de los
Profetas, Tratado de Sem, Oráculos Sibilinos, Odas de Salomón,
Salmos de Salomón, 5 Salmos apocalípticos siríacos,
Testamentos de los Doce Patriarcas.
Segunda categoría: escritos que con probabilidad deben
incluirse entre los apócrifos (pseudoepigráficos): Testamento de
1
Hammerly Dupuy, Descubrimientos orientadores, 215.
2
Siegfried Horn, “Apócrifos del AT,” Diccionario Bíblico Adventista (Buenos
Aires: Casa Editora Sudamericana, n.d.), 73.
3
James H. Charlesworth, ed., The Old Testament Pseudepigrapha, 1st ed.
(Garden City, N.Y: Doubleday, 1983).
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1
Craig A. Evans, Ancient Texts for New Testament Studies: A Guide to the
Background Literature (Peabody, Mass: Hendrickson Publishers, Inc, 2005), 10.
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Apocrifos Del NT
Los escritos apócrifos del NT han tenido gran relevancia en los
últimos años por los descubrimientos de Nag Hammadi como
por la novela de Dan Brown, del Código Da Vinci sobre el
evangelio de Judas. A continuación estudiaremos brevemente su
origen y desarroollo como la clasificación de estos. precisos,
<apócrifos> significa <falsificado>, <de poca confianza>”. Estos
tendrían el valor de “herejes”.
Origen Y Desarrollo
Un principio fundamente en la proliferación de los apócrifos
del NT, es que algunos surgen dentro de las comunidades
ortodoxas con “el intento de aclarar ciertos puntos oscuros en la
tradición evangélica (por ejemplo, el que se refiere a la
virginidad de María y a los «hermanos» de Jesús), y de satisfacer
la curiosidad general por conocer más detalles acerca de la
infancia de éste”.2 Por otro lado, los llamados gnósticos
escribieron, dado que tenían un conocimiento a ser descubierto
1
Ibid.
2
Los Evangelios Apócrifos (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2001),
XIII. Ramon M Trevijano Etcheverri̋a, La Biblía en el cristianismo antiguo:
prenicenos, gnósticos, apócrifos (Estella: Verbo Divino, 2001), 346–347.
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LA PALABRA PERMANECE
Clasificación
Aunque los pseudoepigráficos/apócrifos neotestamentarios
engloban una literatura muy heterogénea adoptaron
características,6 tradicionalmente se clasifican en evangelios,7
cartas,8 hechos de los apóstoles9 y apocalipsis.10
1
Los Evangelios Apócrifos, XII.
2
Trevijano Etcheverri̋a, La Biblía en el cristianismo antiguo, 347.
3
Jean-Marc Prieur, Pedro Barrado, and María del Pilar Salas, Los escritos
apócrifos cristianos (Barcelona: Verbo Divino, 2010), 5–6.
4
Ibid., 6–7.
5
Hans-Josef Klauck, Los evangelios apócrifos: una introducción (Santander:
Editorial Sal Terrae, 2006), 14. Los Evangelios Apócrifos, XIV.
6
Trevijano Etcheverri̋a, La Biblía en el cristianismo antiguo, 352.
7
Evangelio de los Doce o Evangelio ebionita, de los egipcios, de Tomás, de
Felipe, de Matías, de Bernabé, de Andrés, de Judas Iscariote, de Tadeo, de
Eva, de Basílides, de Cerinto, de Valentín, de Apeles.
8
Epístola a los laodicenses, a los alejandrinos, ocho cartas cruzadas entre
Pablo y Séneca, los Apóstoles, Carta de Tito.
9
Hechos de Pablo, Juan, Andrés, Pedro y Tomás.
10
Apocalipsis de Pedro, de Tomás (de hacia el año 400), de Esteban, dos de
Juan Bautista, de María, uno de Bartolomé, y Pablo.
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LA PALABRA PERMANECE
1
El libro de Apocalipsis no fue incluido entre los libros canónicos de Oriente
por Cirilo de Jerusalen, el concilio de Laodice, Gregorio Nacienzano. Pero
Hebreos no tuvo ese problema, fue aceptada la autoria paulina. Bernard
Orchard, Verbum Dei. Comentario a La Sagrada Escritura, 50.
2
Peter R Ackroyd et al., The Cambridge History of the Bible., 1975, 206.
3
Bernard Orchard, Verbum Dei. Comentario a La Sagrada Escritura, 37.
132
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1
Ibid., 37–38.
2
Ibid., 41.
133
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1
Ibid., 40. Sin embargo, reconoce que existen ciertas dudas surgen porque
luego los otros escritores no utilizan los deuterocanonicos, pero él destaca
que estos no los utilizan porque son los canónicos la autoridad para
arguementar sus apologías. Ibid., 42.
2
Orígenes acepta el canon judío “Pero se sabe que los libros son veintidós
conforme a la tradición hebrea”… o.c. 6.25. Pero Julio el africano se niega a
creer en la canonicidad de la historia de Susana y el teologo lo exhorta con
pro 22.28 afirmando que “es muy conveniente tener en la memoria las
palabras aquellas que dicen: no traslades los linderos antiguos que pusieron
tus padres. Ep. Afr
3
Irineo sin embargo afirma de los apocrifos en general “Encima de esto traen
consigo una multitud indecible de escritos secretos (apókryphos) y espurios,
que ellos mismos compusieron, para causar impresión a los insensatos y que
desconocen la literatura verdadera. Irineo de Lyon, Contra Herejías, I.20.1
4
El hiponense acepta los libros basándose en la tradición (De Doctr. Christi.
8). En su libro sobre la predestinación afirma que “fue considerado en la
Iglesia de Cristo durante tantos años digno de ser leído desde el púlpito y de
ser oído con la veneración debida a la autoridad divina por todos los
cristianos, desde los obispos hasta los últimos seglares, penitentes y
catecúmenos” (Lib. De Predest Sanctorum 14)
5
Cita de E. Reuss, Histoire du Canon des Saintes Écritures, Estrasburgo,
1863, 99. En Orchard, Verbum Dei, 41.
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1
Rufino (345-410) los llamaba “eclesiásticos” no canónicos. Gregorio Magno
afirmo que los “libros, que aunque no canónicos, son aceptados para la
edificación de la iglesia”. Bernard Orchard, Verbum Dei. Comentario a La
Sagrada Escritura, 43.
2
Ibid.
3
Ibid., 41.
4
Antes de nombrar los libros del AT con los deuterocanonicos el concilio se
introduce:: “Ahora hay que tratar de las Escrituras divinas, qué es lo que ha
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LA PALABRA PERMANECE
de recibir la universal Iglesia católica y qué debe evitar”. (DS, 179). Heinrich
Denzinger et al., El Magisterio de la Iglesia: enchiridion symbolorum definitionum et
declaratiounum de rebus fidei et morum (Barcelona: Herder, 2000), 115. Alvaréz
Zaldúa afirma que este concilio no es universal ni representativo, 21.
1
El Papa Damaso confirma que la tradición de la iglesia brinda en detalles
cuales son los libros canonicos y los no autorizados para los cristianos.
2
El III Sínodo de Cartago el 28 de Agosto de 397 se destaca antes de
introducir los libros del AT con los deuterocanonicos : “[5c estableció]... que
en la Iglesia, fuera cíe (as Escrituras canónicas, nada sea bajo el nombre de
«Escrituras divinas». Ahora bien, las Escrituras canónicas son […]”. (DS, 186).
Denzinger et al., El Magisterio de la Iglesia, 119.
3
Antes de nombrar los libros del AT con los deuterocanonicos el concilio se
introduce: “Profesa que uno solo y mismo Dios es autor del A n t i g u o y N
u e v o T e s t a men t o , es decir, de la ley, de los profetas y del Evangelio,
porque por inspiración del mismoEspíritu Santo han hablado los Santos de
uno y otro Testamento […]”. EB 32; DS 1334-1335. Ibid., 450.
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LA PALABRA PERMANECE
1
Antes de nombrar los libros del AT con los deuterocanonicos el concilio se
introduce: “y viendo perfectamente que esta verdad y disciplina se contiene
en los libros escritos y en las tradiciones no escritas que transmitidas como de
mano en mano, fian llegado hasta nosotros desde los apóstoles, quienes las
recibieron o bien de labios del mismo Cristo, o bien por inspiración del
Espíritu Santo; siguiendo los ejemplos de los Padres ortodoxos, con igual
afecto de piedad e igual reverencia recibe y venera todos los libros, así del
Antiguo como del Nuevo Testamento, como quiera que un solo Dios es
autor de ambos, y también las tradiciones mismas que pertenecen ora a la fe
ora a las costumbres, como oralmente por Cristo o por el Espíritu Santo
dictadas y por continua sucesión conservadas en la Iglesia católica. Ahora
bien, creyó deber suyo escribir adjunto n esle decreto un índice de los libros
sagrados, para que a nadie se 1c pueda ocurrir la duda sobre cuáles son los
que por cl mismo Concilio son recibidos […]”(DS 501). Ibid., 481–482.
2
Ibid., 483.
3
Ackroyd et al., The Cambridge History of the Bible., 199–200.
4
Ibid., 199. Antonio María Artola and José Manuel Sánchez Caro, afirman
que “Trento estableció el canon preciso de los libros sagrados de la iglesia,
basándose igualmente en criterios teológicos y no en razonamientos
históricos, en cuya discusión el concilio se negó explícitamente a entrar”. En
Biblia y palabra de Dios (Navarra: Editorial Verbo Divino, 1992). Ackroyd et
al., The Cambridge History of the Bible., 201.
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1
Algunos afirmaron que el este decreto de Florencia no era oficial ya que
faltaban las palabras conciliares Sacro aprobante concilio. Ackroyd et al., The
Cambridge History of the Bible., 201.
2
Artola and Sánchez Caro, Biblia y palabra de Dios, 69–70.
3
Ibid., 72. Ackroyd afirma que “en el decreto de Trento nada hay que decir
sobre el estado de los libros dentro del canon (es decir, de los libros
deuterocanónicos), se dejó a un lado”. Ackroyd et al., The Cambridge History
of the Bible., 201.
4
“Estos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, íntegros con todas sus
partes, tal como se enumeran en el decreto del mismo Concilio, y se
contienen en la antigua edición Vulgata latina, han de ser recibidos como
sagrados y canónicos. Ahora bien, la Iglesia los tiene por sagrados y
canónicos, no porque compuestos por sola industria humana, hayan sido
luego aprobados por ella; ni solamente porque contengan la revelación sin
error; sino porque escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios
por autor, y como tales han sido entregados n In misma Iglesia.” EB 62; DS
3006. Denzinger et al., El Magisterio de la Iglesia, 766–767.
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1
Dei Verbum 11
2
Traducción de Eusebio Jerónimo de Estridón (340-420 d.C.)
3
Evangelista Vilanova, Miquel Batllori, and Lluis Duch, Historia de la teologia
cristiana. 2, 2, (Barcelona: Herder, 1989), 572. El concilio entro en debate
con el problema de las traducciones vernáculares ya que en Italia habían más
de 10 traducciones, en Alemania estaba la de Lutero, en Inglaterra la de
Wiclif (condenada por el concilio de Oxford en 1408), la reciente traducción
francesa sancionada en el Sinodo de Sens en 1528, y la Biblia de Pacheco y
Castro en Español. Trento catologo a las Biblias vernaculares como las
Biblias Madres de Herejías. Ackroyd et al., The Cambridge History of the Bible.,
202.
4
Ackroyd et al., The Cambridge History of the Bible., 204. Para más detalle de la
elección de la Vulgate veáse la obra de Ackroyd, 204-205.
5
“El sacrosanto concilio […] establece y declara que esta misma antigua y
Vulgata edición que está aprobada por el largo uso de tantos siglos en la
Iglesia misma, sea tenida por autentica en las públicas lecciones,
disputaciones, predicaciones y exposiciones, y que nunca, por cualquier
pretexto, sea osado o presuma rechazarla” (DS, 506 ) Denzinger et al., El
Magisterio de la Iglesia, 483.
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LA PALABRA PERMANECE
Afirmaciones Papales
Exuperio, obispo de Tolosa le pregunta a Inocencio I cuales eran
los libros canónicos, donde este le responde en la Epístola
Consulenti Tibi (20 de Febrero del 405 d.C.) la canonicidad de
los deuterocanónicos. 1
Catecismo Católico
Catecismo Católico al referirse al Canon de las Escrituras sobre
su profesión de fe, articulo 3. IV. 120, declara de manera oficial
lo que “la Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué
escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista
integral es llamada «canon» de las Escrituras. Comprende para el
Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se cuentan Jr y Lm como
uno solo), y 27 para el Nuevo”.3
1
“Los libros que se reciben en el canon, lo muestra la breve lista adjunta. Me
aqui lo que deseabas saber […]”(DS, 2130) y detalla los libros del AT con los
deuterocanónicos. Ibid., 215.
2
Trevijano Etcheverri̋a pone los siguientes ejemplos Heb 1.3 = Sab 7.26; Mat
6.14= Eclo 28.2; Mat 27.39 = Sab 2.13; Ro 1.20 = Sab 13-14; Heb 11.35 = 2
Mac 6.18; 7.42; Sant 1.19 = Ecl 5.13; 1 Ped 1.6 = Sab 3.3. La Biblía en el
cristianismo antiguo, 36.
3
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c2a3_sp.html
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1
Artola and Sánchez Caro, Biblia y palabra de Dios, 66.
2
Ibid., 69.
3
Los evangelios apócrifos, XVI.
4
Ibid., XIV. Para excelentes detalles sobre la proliferación e influencia de los
apocrifos las iglesias cristianas de Siria, Armenia, Egipto y Etiopia, veáse Ibid.,
XIV-XV.
5
Phillip Schaff, Creeds of Christendom, 1:53.
6
Ibid., 1:66.
7
Ibid., 1: 66.
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1
Schaff afirma lo siguiente sobre este catecismo: “The Catechism of Philaret,
revised, authorized, and published by the Holy Synod of St. Petersburg. It is
translated into several languages, and since 1839 generally used in the schools
and churches of Russia. It was sent to all the Eastern Patriarchs, and
unanimously approved by them”. Ibid., 1:50.
2
Ibid., 2:452.
3
Principalmente el libro de 2 de Macabeos (15:11-17)
4
“los libros no estan a las alturas de la Sagrada Escritura, sin embargo
rentable y bueno para leer ".
5
“Entendemos por Sagradas Escrituras los libros canónicos del AT y NT de
cuya autoridad nunca se ha dudado en la iglesia […] y los demás libros (como
dice Jerónimo) la iglesia los lee para ejemplo de vida y para instrucción moral,
pero no los utiliza en materias doctrinales”.
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LA PALABRA PERMANECE
1
El artículo I sobre la autoridad canónica de las Escrituras destaca lo
siguiente: “Sin embargo, no negamos que ciertos libros del Antiguo
Testamento fueron por los antiguos autores llamados apócrifos, y por otros
Eclesiástico; a saber, por ejemplo, tendrían que ser leído en las iglesias, pero
no se alega responder o confirmar la autoridad de la fe por ellos”. Schaff,
3:833.
2
La iglesia reformada en su articulo VI realiza la diferencia entre los libros
canónicos y los apócrifos: “Distinguimos estos libros sagrados de la apócrifa, a
saber., El tercero y el cuarto libro de Esdras, los libros de Tobías, Judit,
Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, el apéndice del libro de Ester, el Cantar de los
tres jóvenes en el horno , la Historia de Susana, de la Campana y el dragón,
la Oración de Manasés, y los dos libros de los Macabeos. Todo el que la
Iglesia puede leer y tomar la instrucción de, en lo que están de acuerdo con
los libros canónicos; pero están lejos de tener tal poder y eficacia como para
que podamos de su testimonio confirmar cualquier punto de la fe o de la
religión cristiana; mucho menos ir en detrimento de la autoridad de los otros
libros sagrados”. Schaff, 3: 387.
3
“Los otros libros, comúnmente llamados apócrifos, no procedieron de esa
inspiración, y por lo tanto no son de autoridad suficiente para establecer
cualquier punto de la doctrina; Mas el Iglesia los lee como libros que
contienen muchas cosas dignas de ejemplo de vida e instrucción de las
costumbres”. Schaff, 3:527.
4
En la Confesión de fe de 1647 en el articulo 3 afirma que “los libros
comúnmente llamado apócrifos, por no ser de inspiración divina, no son
parte del Canon de la Escritura, y por lo tanto no son autoridad para la
iglesia de Dios, ni son más usados, o aprobados, que otro escrito humano”.
Schaff, 3:603.
5
Si bien John Wesley en su V artículos de fe no trata el tema directamente de
los apócrifos, directamente acepta los 39 libros del Antiguo Testamento
como canónicos suficientes para la salvación. Ver Schaff, 3:808.
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LA PALABRA PERMANECE
1
El artículo V sobre la suficiencia de las Sagradas Escrituras para la salvación
afirma que “los libros comúnmente llamados ´los Apócrifos´no son una
porción de la Palabra de Dios, y no es por lo tanto leida en las iglesias, y no
son usados para establecer cualquier doctrina”. Schaff, 3:817
2
Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, 4.26.
3
Ampuero Matta afirma que lo hace en el prologogus Galeatus. En Francis
D. Nichol, ed., Comentario Biblico Adventista Del Séptimo Día, trans. Victor
Ampuero Matta, vol. 4 (Buenos Aires: Asociacion Casa Editora
Sudamericana, 1995), 89.
4
Ackroyd et al., The Cambridge History of the Bible., 206.
144
LA PALABRA PERMANECE
El Canon Palestinense
Los protestantes en general aceptaron el canon palestinenses, es
decir, los 39 libros del AT. Afirmandose en las declaraciones de
Flavio Josefo en el año 95 d.C. recalca que los judios nunca
aceptaron los apocrifo y tenían 22 libros.3
Incoherencias E Incongruencias
Los protestantes características a tomar en cuenta a la hora de
evaluar su canonicidad. Para ello se valieron de las pruebas de
Inspiración, apostolicidad o profetismo, unidad de la doctrina y
genuinidad del escrito en cuanto a la paternidad literaria.
1
Jerónimo, Carta CVII a Laeta. Traducida por Ampuero Matta lo traduce de
A Select Library of Nicene and Post Nicene Fathers of the Christian Church 6:194.
En Francis D. Nichol, Comentario Biblico Adventista Del Séptimo Día, 4:89.
2
Prefacio a Proverbios, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Citado en
Francis Nichol, 4:89.
3
Flavio Josefo, Contra Apión, I.8. Tomado de Alvarez Zaldúa, 22.
145
LA PALABRA PERMANECE
1
Evans, Ancient Texts for New Testament Studies, 1.
2
Ángel Manuel Rodríquez, “¿y Los Apócrifos?,” Revista Adventista, May 2008.
3
Horn, “Apócrifos.”
4
Alejandro Díez Macho and Antonio Piñero Sáenz, eds., Apócrifos del Antiguo
Testamento (Madrid: Ediciones Cristiandad, 2009), 95.
146
LA PALABRA PERMANECE
1
Elena White, Seguridad y paz en el conflicto de los siglos, 4th ed. (Florida,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1993), 12.
2
Sergio Collins, Mario Collins, and Félix Cortés, eds., Teología, fundamentos
bíblicos de nuestra fe, vol. 1 (Miami, Florida, Estados Unidos: Asociación
Publicadora Interamericana, 2005), 124.
3
Cotro, ¿Qué dice la Biblia?, 98.
4
Fernando Luis Canale, O princípio cognitivo da teologia cristã: um estudo
hermeneutico sobre Revelação e Inspiração (UNASPRESS, 2011), 257.
147
LA PALABRA PERMANECE
Incoherencias Históricas
Algunos de los problemas que se encuentran en los
libros apócrifos y que sirven de evidencia como para suponer
que no fueron inspirados por Dios son los errores históricos y
cronológicos.
A pesar de que el mismo autor de Macabeos dice que es
un libro que pretende narrar la historia de la mejor manera
posible, parece que su investigación no fue muy bien realizada,
ya que presenta en tres oportunidades la muerte de Antíoco IV
Epífanes de tres maneras contradictorias.1 La primera se
encuentra en 1 Macabeos 6: 1-17 donde dice que murió estando
en Persia con el dolor de no haber podido retener Jerusalén bajo
su dominio, hecho que le hizo entrar en una profunda
depresión y a su vez reconocer que por los males que le causó al
1
Cristhian Álvarez Zaldúa, Preparados para presentar defensa (Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana (ACES), 2011), 23.
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1
Ibid.
149
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1
Hammerly Dupuy, Descubrimientos orientadores, 216.
2
Álvarez Zaldúa, Preparados para presentar defensa, 23.
3
BibleWorks 9 (BibleWorks LLC, 2011).
150
LA PALABRA PERMANECE
Incoherencias Doctrinales
Los libros apócrifos también presentan contradicciones
respecto al texto bíblico. Daniel Scarone señala algo importante
al respecto, y es que el pentateuco constituye una norma para
todos los escritos que pretenden ser inspirados.1 Fernando
Canale dice que el único autor que no tenía presuposiciones en
forma escrita (aunque si tenía de manera oral) es Moisés, ya que
seguramente fue el primer escritor bíblico.2 Por lo tanto todo lo
escrito por un autor bíblico inspirado debe estar de acuerdo con
lo que Dios ya dijo anteriormente por otro escritor canónico.
El libro de Sabiduría 10:3, 4 presenta al diluvio como
consecuencia del asesinato de Abel por parte de su hermano
Caín “Pero cuando un injusto, en su cólera, se apartó de ella,
pereció por su furor fratricida. Cuando por su causa la tierra se
vio sumergida, de nuevo la Sabiduría la salvó conduciendo al
justo en un vulgar leño.” (si bien no menciona nombres, sí se
menciona el fratricidio), mientras que la Biblia presenta que la
causa del diluvio fue la maldad de los hombres (Génesis 6:5).
El siguiente capítulo del libro de Sabiduría presenta a
Dios creando el mundo a partir de materia sin forma cuando el
libro de Génesis dice que Dios fue hablando para crear las cosas
1
Daniel Scarone, Credos contemporáneos, 39.
2
Canale, O princípio cognitivo da teologia cristã, 271.
151
LA PALABRA PERMANECE
y que hay algún lugar en el cual las almas reciben una corta
corrección, sentando las bases para el purgatorio. En el capítulo
2:23 hasta el 3:5 dice lo siguiente:
Porque Dios creó al hombre para la
incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma
naturaleza mas por envidia del diablo entró la
muerte en el mundo, y la experimentan los que le
pertenecen. En cambio, las almas de los justos
están en las manos de Dios y no les alcanzará
tormento alguno. A los ojos de los insensatos
pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto
su salida, y su partida de entre nosotros por
completa destrucción; pero ellos están en la paz.
Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido
castigos, su esperanza estaba llena de
inmortalidad; por una corta corrección recibirán
largos beneficios. Pues Dios los sometió a prueba y
los halló dignos de sí;
Conclusión
Tras haber realizado una panorama general de los apócrifos del
AT y el NT, particularmente los denominados deuterocanónicos
y su relación con el canon bíblico en la Iglesia Católica Romana,
la Iglesia Católica Ortodoxa y el protestantismo como
adventistas propones las siguientes consideraciones:
1. Los apócrifos/deuterocanonicos sirven para conocer
mejor el contexto del Nuevo Testamento.
2. Los escritores neotestamentarios parecen conocer
esta literatura, y a pesar de que hacen referencia
alusiones a ellos no le atribuyen autoridad divina
como Palabra de Dios.
3. La historia de la iglesia evidencia que siempre estuvo
la duda con respecto a su revelación- inspiración para
ser introducidos en el canon.
4. Si se introdujeran los libros deuterocanonicos en el
canon bíblico este perdería la coherencia interna
doctrinal.
5. En relación con el punto anterio, los
deuterocanonicos se los utiliza para justificar
doctrinas no avaladas por los libros canónicos.
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