En el calendario comercial hoy se celebra el día de las madres,
una costumbre que se hizo popular a principios del siglo XX en EUA y más tarde en otros países, aunque se le atribuye a una señora norte americana llamada Ana Jarvis (fines siglo 19). Es celebrado en muchos países en diferentes fechas, pero no en todos los países se celebra el día de las madres. Yo creo que fechas como esta, son buenas oportunidades para los creyentes reflexionar sobre el rol de la familia en los planes de Dios. También es curioso que las Naciones Unidas declaró en 20 de septiembre de 1993 por medio de la resolución 47/237, que el día 15 de mayo de cada año se celebre el Día Internacional de la Familia. (lo que es desconocido y poco celebrado) Considerando que mayo es un mes singular para la familia yo quisiera en esta mañana tomar el tiempo con los hermanos para pensar en las familias que estamos edificando. ¿Cómo estamos haciendo? ¿Con qué motivación? ¿Basados en qué principios? ¿Qué efectos tendrán lo que hacemos hoy en el futuro? La familia es el lugar donde se transmite enseñanza. La mochila de vivencia que nosotros cargamos recibimos en la familia y es ahí donde se pone las primeras cargas. Es en la familia donde aprendemos a hablar, a caminar, a comer, a usar el baño, atar los cordones de los zapatos, los principios de organización, nociones de higiene, etc… Todas estas cosas son transmitidas por los padres a los hijos. Pero para el pueblo de Dios hay algo más que se enseña a los hijos desde la más tierna niñez. En 2 Tim. 3:15 nos dice que Timoteo aprendió las escrituras desde la niñez (brefos) que significa desde el vientre materno, desde que no era nacido o recién nacido. La enseñanza a respecto de Dios, de Su palabra, de la fe y obediencia a Dios se transmite en el hogar por los padres y debe guiar todas las demás enseñanzas que les damos a nuestros hijos. Es en el seno familiar donde se transmite el conocimiento de Dios. Nosotros como iglesia que creemos en la alianza de Dios con su pueblo, creemos que es deber primario de los padres la enseñanza espiritual de sus hijos. Quizás algunos de ustedes puedan estar pensando, esto ya lo sabemos. Pero lamentablemente entre lo que sabemos y lo que hacemos siempre existe un abismo. El salmo va a enseñar esta verdad. (35-37) Los creyentes de antaño, los que vivieron en Asia menor, donde estaban las siete iglesias mencionadas en apocalipsis, los que vivieron en Europa, y en otras partes del mundo también lo sabían. Pero las iglesias desaparecieran de estos lugares. La adoración a Dios, el conocimiento de Su palabra, la confianza y la obediencia a Él fue parte la vida pasada de estos lugares. Trayéndolo para nuestras vidas. ¿Cuánto tiempo dedicas a enseñarle a sus hijos la palabra de Dios? ¿Cuántos versículos de la biblia has memorizado con ellos? ¿Con qué frecuencia le está repitiendo a sus hijos que ellos deben vivir para la gloria de Dios y hacerlo conocido? Yo lo digo con frecuencia y además le traigo a la iglesia los domingos. Algunos con más frecuencia otros no tanto… Ahora déjenme pasar a un nivel más profundo de la enseñanza, cuando nuestros hijos escuchan lo que decimos y cundo miran a nuestras actitudes, a la manera como tratamos a nuestro cónyuge, a la manera como le tratamos a ellos, a la manera como hablamos de nuestros vecinos/familiares/hermanos en Cristo, a la manera como tratamos con el trabajo/finanzas, a nuestro compromiso con la iglesia de Dios. ¿Cuál es la coherencia entre nuestra enseñanza oral y nuestra enseñanza con la vida? Los niños no son tontos, ellos asimilan muy rápido conceptos y enseñanzas. Hay muchos hijos que abandonan la iglesia porque miran a la vida de sus padres que le dicen cosas lindas a respecto de Dios, pero que su proceder esta lejísimo de aquello que ellos profesan con la boca. Ellos no quieren para sus vidas aquello que no sirve para la vida de sus padres. Alguien dijo que el tiempo necesario para terminar con una iglesia son 60 años, o sea, una generación. Ciertamente muchos de nosotros no viviremos 60 años más. Pero la pregunta que queda es: ¿Estarán mis hijos en los caminos de Dios? ¿Estarán los hijos de mis hijos en los caminos de Dios? El salmo nos llama a reflexionar sobre este tema en esta mañana, ¿qué tipo de familia estamos edificando? ¿cuál es la enseñanza de oro que circuncida, que moldea todas las demás enseñanzas que transmitimos a nuestros hijos? Miremos un poco el trasfondo del Salmo para poder sacar de él enseñanzas para nuestras vidas. Trasfondo: El autor es Asaf quien fue uno de los levitas designado por David para guiar en la adoración con canticos en el tabernáculo (1 Cron. 16:4-5). Doce de los Salmos son atribuidos a él como escritor, y por eso el salmo 50, y del 73 a 83, llevan su nombre al principio. Y este salmo es considerado un salmo didáctico (Maskil = instrucción, enseñanza), pues fue escrito para instruir a los padres de sus responsabilidades en la creación de sus hijos, pasándoles el conocimiento de la palabra de Dios (torah) para que le rindan adoración, le den obediencia y para que confíen (crean en Dios). Este salmo fue escrito cuando el tabernáculo aún estaba entre el pueblo de Dios, cuando la dinastía de David prevalecía. Salmo didáctico – a la semejanza de otros como 105, 106, 114, donde se menciona los grandes hechos de Dios en la vida e historia de Su pueblo como el éxodo, los primeros años en la tierra de Canaán, pero el propósito no es solo repasar el pasado sino más bien mostrar como Dios había obrado en la vida de ellos y como esto tenía implicaciones para la generación presente y para las venideras. El salmo muestra como la negligencia espiritual de los padres afecta a sus hijos, a los hijos de sus hijos: Los padres fueron una generación porfiada y rebelde v. 6, y los hijos no guardaron el pacto v. 10, y el relato revela como es el corazón de aquellos que no recibieron genuina enseñanza de la palabra de Dios en sus hogares. Por eso Asaf hace un llamamiento, una convocatoria a los padres, y nos deja 3 lecciones que debemos tener en cuenta para que podamos edificar una familia para la gloria de Dios, teniendo impacto hoy y mañana.
1. En la familia se aprende a adorar a Dios – 1-4
Este salmo era enseñado en la congregación, en el ayuntamiento del pueblo de Dios para que cuando ellos volvieran a sus casas lo aplicaran a sus familias. (maskil) El comienza entonces con un llamamiento, oíd, escuchad pueblo mío… ¿a qué? La enseñanza, mi ley… El salmista sabía que el pueblo de Dios necesitaba instrucción para vivir una vida que glorificara a Dios y le hiciera conocido en la familia y desde la familia. Por eso hace una súplica a los padres, oíd y repite inclinad vuestros oídos, la repetición poética busca llamar la atención para la importancia de lo que se está enseñando. ¿Qué es lo que quiere enseñar? La ley de Dios, la torah, la revelación que Dios le había dado a Su pueblo para que fueran un pueblo peculiar, distinto, que viviera para adorarlo, que desfrutaran del cuidado y de las bendiciones de Dios en una vida de obediencia y fe, y le hiciera conocido. Él lo que hace aquí es recordar la historia del pueblo de Dios, pero mostrando desde v. 9 en adelante como negativamente el pueblo fue afectado por causa de la negligencia de los padres en la enseñanza de sus hijos. Por eso dice en el v. 2, les hablaré por parábolas y proverbios. El sentido de estas palabras aquí no es que lo que él iba decir fuera de conocimiento difícil, misterioso, sino más bien que la enseñanza histórica de las obras de Dios y la negligencia de Su pueblo en transmitir este conocimiento vendría a confrontar el orgullo espiritual del pueblo. En otras palabras, lo que él quiere decir es vamos a volver a la historia, en las cosas que son de nuestro conocimiento pero que nosotros no hemos transmitido a nuestros hijos con la boca y con la vida. Pero el propósito es didáctico, es aprender con los errores del pasado para no repetirlos. No podemos repetir lo que ha pasado en otras familias del pueblo de Dios, que tenían conocimiento, pero no pasaron este conocimiento con sus vidas, sino solo con sus bocas. La transmisión oral había sucedido, pero no acompañada del corazón. Lo peor que pueden hacer los padres a sus hijos es no transmitirles el conocimiento con sus vidas. Deut. 4:8-9, 6:6- 7, 32:45-46 El v. 4, no ocultaremos la devoción, la gratitud, la razón que nos mueve en la vida, que es adorar, exaltar, engrandecer, rendir gracias a Dios, porque todo lo debemos a Él. La salvación en Cristo, la familia que nos ha dado, el hogar que tenemos, la iglesia donde congregamos, todo es obra de Dios, para que vivamos para la gloria de Dios. La mayoría de los padres que estamos aquí presentes, somos la primera generación de creyentes. Nuestros hijos son la segunda. ¿Qué es lo que ellos están aprendiendo con nosotros a respecto de la adoración a Dios? ¿Cómo es que esto llegará a las generaciones venideras?
2. En la familia se aprende la palabra de Dios – 5-6
Los versículos 5 y 6 dejan bien claro que la adoración a Dios y Su conocimiento debe ser transmitido a otras generaciones desde el hogar, de la familia. La base de toda enseñanza es la palabra de Dios. Las palabras testimonio a Jacob y ley en Israel hacen referencia a toda la palabra de Dios, la cual está ordenado que enseñemos a nuestros hijos. La vida devocional es un desafío para cada creyente, y si tenemos dificultad en mantener una habito devocional diario personal, eso será plasmado, afectará el culto doméstico, el tiempo que le tomamos en familia para transmitir la palabra de Dios a nuestros hijos. En la ley Dios estaba establecido la enseñanza constante de la palabra en el hogar, que los padres le dieran a los hijos y les hiciera saber que ellos deberían hacer lo mismo con sus hijos y así hasta la última familia que Dios llamara a la fe por medio de Cristo. La idea es que no puede haber fin en la transmisión de la palabra de Dios en la familia. El propósito de la revelación escrita es la transmisión del conocimiento de Dios. ¿Para qué Dios nos dio Su palabra? Para que lo supiera. ¿Cuántos? Los que habían de nacer y sus hijos. Los reformadores escribieron los catecismos. Preguntas y respuestas que se hacía a respecto de la palabra de Dios, y los niños tenían profundo conocimiento de Dios. Wagner Calebe… Yo no hice más que mi obligación. Federico… privilegio… Sin un conocimiento correcto de la palabra de Dios, acompañada de una vida piadosa no habrá ni adoración, ni transmisión de la palabra de Dios a otras generaciones. Algunos piensan que los niños son muy pequeños y se aburren muy fácil porque no entienden todo. Ellos no necesitan entender todo (aunque ellos entienden más de lo que pensamos), las cosas no tienen que ser placenteras o agradables a ellos, sino que debe alimentarlos. Pero para eso es necesario que nosotros podamos decir como el salmista: “¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.” (Sal. 119:97 LBA)
3. En la familia se aprende a confiar y a obedecer a Dios –
7-8 El salmista camina hacia un tercer propósito en su enseñanza. Es que los hijos al recibir de los padres enseñanzas que les hiciera ver la dignidad de Dios en ser adorado, la importancia de ser conocido, pusieran su confianza en Dios y obedecieran a Su palabra. La fe viene por oír y oír de la palabra de Dios. Rom. 10:17 El propósito de toda enseñanza es conducir a la fe, a la confianza en Dios. ¿Por qué enseñarles que debemos vivir para la gloria de Dios a la medida que lo hacemos? ¿por qué enseñarles la palabra de Dios a la medida que aprendemos? Para que pongan su confianza en Dios y no se olviden de Sus obras. Segundo para que obedezcan la palabra de Dios. Guardar es obedecer. Fe y obediencia son sinónimos algunas veces en las escrituras. Pablo dice en Rom. 1:5, que la fe es para la obediencia. ¿Cómo enseñamos nuestros hijos a confiar en Dios y a obedecer Su palabra? Confiando nosotros en Dios y obedeciendo nosotros Su palabra. El pecado y la miseria del hombre es que se ha olvidado de Dios, de las obras de Dios y no guarda Sus mandamientos. Nosotros no queremos que nuestros hijos vivan en esta miseria, y por eso les enseñaremos a confiar en Dios, a no olvidarse de Sus obras y a guardar Su palabra, y les enseñaremos haciéndolo con nuestras vidas. Termina con una advertencia que será ilustrada con tristes ejemplos que pasaran en la historia del pueblo de Dios, porque fueron negligentes en transmitir a sus hijos que la vida se vive para la gloria de Dios, que la vida se vive guiada por la palabra de Dios, la vida se vive en confianza y obediencia a la palabra de Dios.
Conclusión:
Ayer en el libro que están estudiando los hombres menciona
una familia que experimentó estas verdades en sus vidas. La familia de Jonathan Edwards, un pastor reformado norte americano del siglo 18. Una familia de fe, donde se vivió y se transmitió el evangelio. El no predicó solo para su iglesia, sino que predicó para su familia. El libro muestra como su familia fue bendecida por estas verdades al relatar como el evangelio fue pasando de generación a generación. - 14 fueron presidentes de las universidades más importantes de EUA - 106 fueron pastores y misioneros - 101 fueron profesores en universidades - 108 fueron médicos y abogados
Mi oración es que no seamos contados como padres porfiados
y rebeldes, que no prepararon sus corazones y cuyo espirito no fue fiel a Dios. Para edificar una familia que glorifica a Dios, tenemos nosotros enseñarles a nuestros hijos como vivir para la gloria de Dios, debemos enseñarles como atesoramos la palabra de Dios sobre todas las cosas, y debemos confiar en Dios, no nos olvidando de Sus obras y obedeciendo Su palabra. Yo creo que Dios ahí hará una grande obra en nuestras familias y que la iglesia de Dios seguirá firme y marcando la sociedad.