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Lic. Andreina Colombo Lic. Pablo Arnau Short Lic. Joel Sidler
Editores Lic. Sacha Lione Luna De Azcuénaga
Lic. Philipp Edling Lic. Sofía Marzioni Katia Ingerman
Luciano Albizzati Lic. Luciano Moretti Guadalupe Jancik
COMITÉ EXTERNO
ARTÍCULOS ACADÉMICOS
ENSAYOS
AVANCES DE INVESTIGACIÓN
Lo que dejó la discusión por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en términos políti-
cos
Lic. Emilia Perri ………………………………………………………………………………………………….. 159
RESEÑAS
¿Eres un zorro o un erizo? Libro: "La trilogía del Erizo zorro: redes globales, trayectorias
nacionales y dinámicas regionales desde la periferia" (Fernández, 2017)
Lic. Luciano Moretti …………………………………………………………………………………………….. 159
Con el objeto de ampliar las áreas de conocimiento y los enfoques teóricos y metodológicos
de las potenciales participaciones, la segunda convocatoria anual de la revista adoptó una te-
mática libre. El elevado número de artículos recibidos y la riqueza de los mismos, por su par-
te, determinó que el presente número de la revista sea subdividido en dos volúmenes de pu-
blicación sucesiva. De este modo, una primera entrega reúne artículos académicos, avances
de investigación, ensayos y reseñas de temática diversa; al tiempo que la restante nuclea tex-
tos que abordan -a través de los mismos formatos- tópicos ligados a las nuevas experiencias
políticas de derechas en América Latina.
Comité Editorial
A propósito de los 70 años de la creación de la CEPAL:
¿por qué es necesario recuperar el Estado?
El presente trabajo realiza un breve recorrido The paper analyses the changes in the treat-
acerca de los cambios que se fueron manifes- ment of the state in ECLAC’s theoretical produc-
tando en el tratamiento del Estado a lo largo de tion. As a central point of the analysis, it is ar-
los años de la producción teórica cepalina. Co- gued that the shift from structuralism to neo-
mo elemento central de dicho análisis, se argu- structuralism is characterized by the separation
menta que el paso del estructuralismo al neo- and omission of those important contributions
estructuralismo está caracterizado por la sepa- that emerged in the decades after the creation of
ración y omisión de aquellas importantes con- ECLAC to problematize Latin American develop-
tribuciones que fueron emergiendo en las déca- ment from a socio-political perspective, as well
das posteriores a la creación de la CEPAL para as by a notable dilution of the role of the state as
problematizar el desarrollo latinoamericano a central actor in the Latin American develop-
desde una perspectiva sociopolítica, así como ment strategy. Finally, an attempt to introduce a
por una notable dilución del rol del Estado co- reflection on the need to recover the centrality of
mo actor central en la estrategia de desarrollo the state for Latin American development is ma-
latinoamericana. A modo de conclusión, se pro- de.
cura introducir una reflexión acerca de la nece-
sidad de recuperar la centralidad del Estado
para el desarrollo latinoamericano.
1. INTRODUCCIÓN
Hace exactamente 70 años se creaba en Chile la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL), aquella institución en la cual se gestó el primer gran esfuerzo teórico por
comprender los desafíos para el desarrollo de América Latina desde una perspectiva propia,
distinta a las tradicionales teorías y concepciones generadas por (y promovidas desde) los
países centrales.
Las importantes contribuciones de reconocidos autores latinoamericanos, como Raúl
Eje temático: Economía Política
Prebisch (1949), Celso Furtado (1965, 1966) y Aníbal Pinto (1965, 1973), ofrecieron un marco
analítico disruptivo y original para comprender las divergencias en las trayectorias del
desarrollo de las economías capitalistas y para explicar las condiciones estructurales de las
economías periféricas, que las posicionaban en un escenario de creciente vulnerabilidad y
dependencia en el sistema capitalista mundial.
El argumento “cepalino” partía de distinguir estructuras productivas centrales y
periféricas. Las primeras se caracterizaban por ser diversificadas y homogéneas; es decir,
todos los sectores de la economía operaban con los mayores niveles de productividad
disponibles, y empleaban la mayor parte de su población en dichas actividades. Por el
contrario, las segundas eran economías especializadas en la producción y exportación de
recursos naturales, y sólo esta actividad exportadora, concentrada geográficamente, operaba
con niveles de productividad semejantes al de los países centrales. Por lo demás, en las
economías latinoamericanas predominaba un patrón de heterogeneidad estructural (Pinto,
1965, 1970), en el que sólo unos pocos trabajadores eran absorbidos en los sectores de alta
productividad, mientras que una proporción mayoritaria quedaban relegados a sectores de
baja productividad (CEPAL, 1951). Las consecuencias de esta diferenciación estructural se
observaban en la distribución del ingreso, no sólo por el diferencial de productividad de las
actividades, sino porque, además, la existencia de una gran cantidad de trabajadores que se
desempeñaban en sectores con muy baja productividad actuaba como un verdadero ejército
de reserva, pujando hacia la baja de los salarios en la periferia. En suma, las dinámicas
(históricas) de intercambio que se generaban entre estos dos tipos de economías terminaba
por beneficiar a las economías centrales, al tiempo que relegaba a América Latina a un
posicionamiento vulnerable y dependiente.
Ahora bien, el objetivo de estos autores no era solamente comprender la realidad sino
indefectiblemente actuar sobre ella (Pollock, Kerner y Love, 2001). Por ello, más allá de aquel
análisis diagnóstico, los estructuralistas procuraron ofrecer una estrategia de desarrollo para
los países latinoamericanos que permita elevar el nivel de vida de gran parte de la población.
Dicha estrategia estaba orientada a cualificar las estructuras productivas a partir del estímulo
de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI); y uno de sus elementos
centrales era la convocatoria activa al Estado como actor central del diseño y de la
coordinación de las acciones requeridas para alterar la dinámica de acumulación del
capitalismo en la periferia.
Sin embargo, luego de un breve período de buenos resultados en términos de crecimiento
económico, las estrategias desarrollistas impulsadas en gran parte de los países
latinoamericanos, con notable influencia del enfoque cepalino, fueron demostrando
crecientes restricciones tanto para profundizar el proceso industrializador, como para, a
partir de ello, resolver las desigualdades estructurales de la región. En consecuencia, los
autores estructuralistas, por un lado, así como otros autores emparentados con los enfoques
de la dependencia –más o menos vinculados a la matriz estructuralista original-, por otro, se
implicaron –en forma no necesariamente convergente- en la comprensión de las dificultades
que estaban asociadas a las particularidades que asumía la ISI en la periferia, y que no
habilitaban el desarrollo latinoamericano. América Latina encontraba así, a lo largo de los
años 60 y 70, un escenario de importantes discusiones y producciones teóricas sobre las
“A propósito de los 70 años de la creación de la CEPAL: ¿por qué es necesario recuperar el Estado?”
Mg. Emilia Ormaechea y Dr. Víctor Ramiro Fernández
características del capitalismo periférico, que, aun bajo el despliegue de la ISI, no lograba
superar (sino que reafirmaba) su persistente posicionamiento dependiente y vulnerable.
De todas maneras, a pesar de estos esfuerzos teóricos, al agudizarse las restricciones en el
plano de la acumulación y al intensificarse los conflictos sociales, la región se fue
convirtiendo, con posterioridad a la década de 1970, en el laboratorio de diversas
redefiniciones económicas y políticas, impulsas desde el norte y acogidas por los actores
dominantes latinoamericanos. Sobre la base de una estrategia desplegada por el gran capital
a escala global, la ofensiva neoliberal arribó en América Latina con un renovado discurso que
enfrentaba al pensamiento crítico latinoamericano, al tiempo que buscaba enterrarlo para
imponer una visión fundada en la apertura y la desregulación económica, y la
“desimplicación selectiva” del Estado (Fernández y Tealdo, 2004). Las profundas
transformaciones económicas y políticas que acompañaron -y se ampararon en – ese
discurso encontraron su materialización en los “diez puntos” del Consenso de Washington
(CW) (Williamson, 1990), adoptado como nueva estrategia de desarrollo de la región hacia la
década de 1990.
Como correlato de todos estos acontecimientos que tuvieron lugar en la región, el modo en
cómo la CEPAL fue teorizando los análisis y procesos que definían el patrón de acumulación
periférico y los desafíos para el desarrollo fueron cambiando a lo largo de los años
(Bielschowsky, 1998, 2009). Y lo mismo puede señalarse con respecto al rol del Estado. Así, a
pesar de aquella convocatoria inicial del Estado como sujeto “transformador” de las
dinámicas de acumulación de la periferia, el modo en cómo se fue abordando su rol para el
desarrollo va dando cuenta de un tránsito, en el cual es posible advertir el paso de i) una
centralidad indiscutida, ii) a un período posterior donde predomina un análisis más crítico
respecto de la naturaleza del Estado en la periferia y los desafíos para el desarrollo, iii) para
llegar finalmente a un contexto (más actual) que entiende la intervención del Estado en
términos de coordinador e impulsor de las acciones que llevan adelante los actores privados
para el desarrollo económico.
El objetivo del presente trabajo es realizar un breve recorrido acerca de los cambios que se
fueron manifestando en el tratamiento del Estado a lo largo de los años de la producción
teórica cepalina. Como elemento central de dicho análisis, se argumenta que el paso del
estructuralismo al neo-estructuralismo está caracterizado por el desplazamiento y omisión de
aquellas importantes contribuciones que fueron emergiendo en las décadas posteriores a la
creación de la CEPAL para problematizar el desarrollo latinoamericano desde una
perspectiva sociopolítica, así como por una notable dilución del rol del Estado como actor
central en la estrategia de desarrollo latinoamericana. A modo de conclusión, se procura
introducir una reflexión acerca de la necesidad de recuperar –y al tiempo redefinir- la
centralidad del Estado para reposicionar a América Latina en el contexto de las vertiginosas
transformaciones del capitalismo en su fase actual.
Estado para impulsar y coordinar las transformaciones requeridas para cualificar el patrón de
acumulación de la periferia. Concretamente, ya en los primeros trabajos publicados por la
CEPAL, el Estado asume un rol fundamental como promotor y coordinador de las acciones
tendientes al estímulo de la ISI (Prebisch, 1952). Su rol se concibe fundamental e insustituible
en tanto el objetivo de la ISI es incrementar el nivel de vida de las masas, y se requiere para
ello el diseño y la ejecución de un programa de desarrollo que no desvíe la atención ni los
escasos recursos disponibles de los objetivos planteados.
Alejándose de la tradición neoclásica dominante hasta entonces en el ámbito del comercio
internacional, la centralidad del Estado se asocia a su responsabilidad de trazar y coordinar el
programa de desarrollo. Ello se relaciona, principalmente, con la necesidad de impulsar (y
articular) las inversiones en los distintos sectores de la economía, con el estímulo de
determinados comportamientos por parte de los actores privados (para garantizar que sean
compatibles con el programa de desarrollo), y con la posibilidad de establecer el contexto
macroeconómico adecuado para la sustitución de importaciones (Prebisch, 1952).
En este marco, las actividades que se le asignan al Estado son de notable relevancia para
alterar las formas de reproducción que el capitalismo adopta en la periferia. Esa asignación
parte del reconocimiento de la existencia de ciertos atributos específicos concernientes a su
estatidad, que le permiten intervenir, principalmente de manera indirecta, para estimular o
desalentar determinados comportamientos en los actores privados. Para ello, el Estado puede
intervenir y/o regular la actividad económica mediante la configuración impositiva, la
inversión pública, el control de importaciones, la potencial aplicación de gravámenes sobre el
gasto y consumo, o bien, la aplicación de controles de cambios o impuestos a aquellas
importaciones que sean incompatibles con el ritmo de crecimiento esperado (CEPAL, 1954;
Prebisch, 1949, 1952).
Ahora bien, al mismo tiempo, esta centralidad discursiva aparece en gran medida
“desproblematizada”, en el sentido de que, si bien el Estado es invocado como el actor
responsable del diseño y ejecución eficiente del programa de desarrollo, los escritos iniciales
de la CEPAL no ahondan en un mayor tratamiento respecto qué características deberían
acompañar a esos Estados, tanto en sus estructuras como en sus modalidades de acción, para
llevar adelante esas tareas de manera exitosa.
Las escasas referencias que podrían asimilarse a la consideración de la estructura estatal
refieren a señalar, como requisito indispensable, el contar con un cuerpo de técnicos y
expertos en la disciplina económica para analizar neutralmente las necesidades de las
economías latinoamericanas para su desarrollo y ofrecer las posibles soluciones para avanzar
en ese sentido. El valor del programa de desarrollo y la eficacia de su ejecución dependen, en
última instancia, de la objetividad de las consideraciones de orden económico, destacándose
la necesidad de actuar neutralmente en la técnica de programación. Pero mientras que el
análisis de la técnica económica es “objetivo e imparcial”, el aspecto que concierne a la toma
de decisión admite diversas opciones basadas en distintos puntos de vista. El análisis
económico aparece, entonces, diferenciado de “las consideraciones de carácter social y
político, que suscitan diferencias de opinión y difícilmente pueden resolverse sin soluciones
transaccionales” (Prebisch, 1952: 74).
En consecuencia, las referencias al Estado por parte de los escritos iniciales de la CEPAL
“A propósito de los 70 años de la creación de la CEPAL: ¿por qué es necesario recuperar el Estado?”
Mg. Emilia Ormaechea y Dr. Víctor Ramiro Fernández
1En un marco más general, contextualmente a estos trabajos se fueron generando otras importantes contribuciones para
entender la dinámica y la naturaleza que caracteriza a los Estados latinoamericanos (Cardoso, 1975; Kaplan, 1969; Lechner,
1977; O’Donnell, 1978, 2010; Oszlak, 1978), aunque estos aportes no se gestaron dentro de la CEPAL
“A propósito de los 70 años de la creación de la CEPAL: ¿por qué es necesario recuperar el Estado?”
Mg. Emilia Ormaechea y Dr. Víctor Ramiro Fernández
excedente.
El Estado, por su parte, intervenía activamente a los fines de alivianar las consecuencias
negativas que ello implicaba para gran parte de la población, principalmente incorporando
una mayor cantidad de trabajadores al aparato estatal. Por un lado, ello se explicaba por el
incremento de las funciones desempeñadas en un contexto de mayor intervención en la
economía; pero, por otro lado, por la imposibilidad del sistema industrial de absorber una
cantidad creciente de la fuerza de trabajo disponible (tal como se esperaba). En las
reflexiones de Prebisch, ello implicaba una “absorción espuria” en tanto no se orientaba a
satisfacer las necesidades de funcionamiento del aparato estatal, sino a atender las demandas
de una clase trabajadora activada y organizada sindicalmente (Prebisch, 1976), así como por
otras cuestiones más generales de índole social.
El reconocimiento de las relaciones de poder en la periferia y su manifestación en el
aparato estatal, así como el modo en cómo ello obstaculizaba la dinámica industrial requerida
para el desarrollo latinoamericano, son elementos que complementan el planteo inicial de
Prebisch y la CEPAL propio de inicios de 1950, y que permiten diferenciar i) un planteo más
bien economicista y neutral de la técnica de programación del desarrollo, de ii) un planteo
tardío que reconoce las contradicciones y relaciones de poder que están presentes en la
sociedad, con eventual capacidad para reaccionar y obturar cualquier intento por alterar la
dinámica de reproducción capitalista en la periferia.
De todos modos, estas contribuciones “tardías” fueron emergiendo en un contexto signado
por el agotamiento de las experiencias desarrollistas latinoamericanas y el advenimiento de la
ofensiva neoliberal que, a nivel global, finalmente transformó las dinámicas de acumulación y
reproducción del capitalismo. En el plano regional latinoamericano, también deben
destacarse la inestabilidad político-institucional y el terrorismo de Estado que sobrevino
hacia la década de 1970, que no sólo obligaron a emigrar a numerosos intelectuales
vinculados a estas temáticas, sino que también consolidaron un período de escasa influencia
de la CEPAL sobre los gobiernos de la región (Bielschowsky, 1998). Como resultado de todos
esos procesos, las contribuciones elaboradas desde la sociología del poder para el análisis de
los problemas del desarrollo quedarán marginadas de los planteos cepalinos.
2A partir del año 1956, y centrado particularmente en la experiencia argentina, Prebisch presenta una serie de
trabajos donde analiza críticamente la intervención del Estado en el marco de la ISI. Esas referencias presentan
un cambio con respecto a sus referencias anteriores sobre el rol del Estado para el desarrollo, pasando de ser
concebido inicialmente como “solución” frente a las dificultades de las economías periféricas, a constituirse en
uno de sus principales “problemas” (Ormaechea, 2018)
Eje temático: Economía Política
que, a través de una plataforma mínima de acuerdos, el Estado lograría/debería integrar a los
sectores, agentes y sus prácticas/acciones para el desarrollo.
Ahora bien, la dilución del Estado en ese rol de promotor del “cooperativismo público-
privado” para el desarrollo de “aprendizajes” que operen sobre la brecha tecnológica (que
terminó impregnando en una propuesta neo-estructuralista crecientemente influida por el
evolucionismo y el institucionalismo), erradicó un elemento fundamental que había
comenzado a emerger bajo la progresiva evolución del estructuralismo: el papel del poder y la
dominación, y el reconocimiento, a partir de ello, de las lógicas conflictuales que operan al
interior de la periferia. Es decir que, el neo-estructuralismo, al presentar su nuevo discurso
asociado a la promoción del desarrollo mediante la construcción de redes horizontales en las
que interactúan cooperativamente Estado, mercado y sociedad, no sólo diluyó la anterior
centralidad que el estructuralismo original depositó en el Estado como promotor de las
transformaciones requeridas desde una perspectiva de “verticalidad”; sino que, también, hizo
a un lado aquellas importantes contribuciones que comenzaron a emerger hacia 1960 y 1970
relacionadas con las dinámicas sociopolíticas, conflictuales y contradictorias, que actuaban
restringiendo las transformaciones requeridas para el proceso de desarrollo y explicaban, en
parte, los condicionamientos que recaían sobre los Estados para dar respuestas a aquellas
restricciones.
En consecuencia, la nueva propuesta cepalina no sólo minimiza el rol que asumen los
Estados en la explicación de la configuración de las economías capitalistas y en la
reproducción de aquellas dinámicas que, lejos de superar los factores que actúan
reproduciendo aquel posicionamiento dependiente, terminan por recrearlo; sino que, al
mismo tiempo, omite las dinámicas contradictorias y conflictuales que conforman el sistema,
y el modo en cómo se expresan tensionadamente en la periferia. Como resultado de ello, los
requerimientos para la transformación de la estructura productiva latinoamericana
parecieran provenir de una dinámica interactiva, colaboracionista y no conflictual, sin
problematizar la divergencia y tensión entre los intereses de los actores presentes en el
escenario latinoamericano, cuestión que supo discutirse con mayor centralidad en los debates
latinoamericanos de las décadas anteriores.
centralidad y pasa a ser abordado como un actor más dentro de la lógica cooperativa-
colaboracionista desde la cual se piensan las estrategias de desarrollo.
Sin embargo, este tránsito que pasa de una “mayor” centralidad del Estado a su progresiva
dilución, descuida un elemento central que emerge del estudio de las trayectorias de
desarrollo en el capitalismo, y que tiene que ver con el rol fundamental que asumen los
Estados. En ese sentido, los Estados han tenido una importancia fundamental no sólo en la
constitución de las economías capitalistas centrales y desarrolladas, sino también, y
principalmente, en el direccionamiento del patrón acumulativo de aquellos países que
excepcionalmente han logrado superar su patrón de inserción internacional periférico en un
período histórico reciente (tal el caso de los países del Este Asiático) (Fernández, 2017). En
consecuencia, y aun siendo muy receptivas de aquellas experiencias asiáticas (CEPAL, 2012;
Fajnzylber, 1990), las propuestas de desarrollo cepalinas actuales omiten, en realidad, tanto
el rol central que los Estados han asumido históricamente en los procesos de desarrollo
económico, como el rol que eventualmente deberían asumir en una estrategia orientada a
llevar adelante una transformación estructural en América Latina.
Al respecto, el análisis histórico permite corroborar que el libre juego de las fuerzas de
mercado no habilitó el desarrollo de América Latina, al tiempo que permite deducir que una
estrategia tendiente a modificar dicho patrón de acumulación periférico, históricamente
consolidado, no provendrá de dinámicas espontáneas, colaborativas y/o no conflictuales.
Partir del reconocimiento de que el sistema capitalista opera mediante lógicas jerárquicas,
desigualadoras y concentradoras, que son al mismo tiempo contradictorias y conflictuales,
resulta un elemento fundamental para situar al Estado como un actor central en el plano de
una estrategia que procura, justamente, alterar las características que asumieron las
estructuras productivas periféricas, a los fines de cualificarlas y avanzar en la construcción de
un patrón de acumulación más inclusivo.
Dicho posicionamiento nos remonta, directamente, a recuperar uno de los importantes
legados de los autores estructuralistas latinoamericanos. Nos invita a recuperar no sólo el
argumento de los primeros autores articulados en la CEPAL que lo situaban como el sujeto
histórico del desarrollo (Gabay, 2008), sino también aquellas contribuciones posteriores que
emergieron bajo el “estructuralismo tardío”. Estas últimas, que posteriormente fueron
desplazadas del marco analítico cepalino, señalaban ya por entonces la importancia de
atender el escenario sociopolítico latinoamericano, así como el rol que juegan las clases
dominantes y los actores subalternos en el marco de la periferia, y el modo en cómo los
Estados se convierten en actores centrales para explicar tanto las características que asumen
las estructuras productivas periféricas, como las posibilidades de desarrollo de los países.
De todas maneras, no alcanza sólo con recuperar aquel legado. Es necesario reconocer,
además, que el sistema capitalista se ha modificado notablemente desde entonces, por lo que
un llamamiento al Estado y a su acción interventora para el desarrollo requiere identificar las
características que operan bajo el capitalismo en el contexto actual, y las particularidades que
asumen las periferias actualmente; al tiempo que también es necesario repensar los
tradicionales mecanismos de estructuración e implicación estatal en América Latina a los
fines de poder dar respuesta a las necesidades estructurales y a los desafíos actuales que una
estrategia de desarrollo implica.
“A propósito de los 70 años de la creación de la CEPAL: ¿por qué es necesario recuperar el Estado?”
Mg. Emilia Ormaechea y Dr. Víctor Ramiro Fernández
En ese sentido, aunque el llamamiento a los Estados como sujetos de desarrollo no es una
novedad en el escenario latinoamericano (y, de hecho, los Estados estuvieron posicionados en
el centro de la escena política regional durante los años recientes), también es cierto que,
históricamente, estos mismos Estados han presentado diversas restricciones para viabilizar
estrategias orientadas a mejorar sustancialmente la calidad de vida de gran parte de la
población. Es decir, han presentado efectivas restricciones para llevar adelante estrategias
basadas en la cualificación de la estructura productiva y la incorporación de una mayor
cantidad de trabajadores a un mercado formal y competitivo, más allá de las diversas
estrategias tradicionalmente asociadas a las prácticas redistributivas que coexisten con las
estructuras productivas primarizadas, concentradas y extranjerizadas, y que son activadas/
desactivadas en función de las políticas implementadas por los distintos gobiernos.
Frente a ello, al menos dos cuestiones se imponen con urgencia en el plano de discusión
latinoamericano.
Por un lado, la necesidad de avanzar en la (re)construcción de esos Estados.
Contrariamente al discurso que fue ganando peso durante los últimos años en América
Latina, que critica la centralidad e inoperancia del Estado, toda estrategia orientada a la
transformación estructural latinoamericana no podría basarse, justamente, en la
desarticulación de esos Estados, sino más bien en su reconfiguración y fortalecimiento. Y ello
implica un desafío muy grande, no sólo en términos organizativos e implicativos, sino
también en términos teóricos y políticos-estratégicos. En ese sentido, resulta necesario poder
reflexionar sobre las limitaciones asociadas a los tradicionales mecanismos de configuración
e intervención estatal, y a los alcances y debilidades de las distintas estrategias que
históricamente han llevado adelante los Estados para atender los crecientes (y urgentes)
reclamos de una mayor redistribución, pero sobre la base de una estructura productiva que
permanece primarizada y concentrada.
Y ello se relaciona, a su vez, con un segundo elemento, aun débil en América Latina,
asociado a la necesidad de construir proyectos políticos que sustenten y legitimen aquellas
transformaciones necesarias del patrón de acumulación, a los fines de poder sustentar una
estrategia de desarrollo que sea más inclusiva, auténtica, y sostenible en el largo plazo.
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La medición de la desigualdad social en la realidad,
la realidad de su medición
En este artículo, que tiene por objetivo realizar una In this article, whose objective is to reflect on the sta-
reflexión acerca de la medición estadística de la de- tistical measurement of inequality in our society, we
sigualdad en nuestra sociedad, ponemos la mirada en look at the social aspects that are or are not taken into
los aspectos sociales que se tienen o no en cuenta para account for the construction of statistics.
la construcción de la estadística. It is based on the particular interest in the generation
Está basado en el interés particular en cuanto a la and publication of statistical data in the process of legi-
generación y publicación de datos estadísticos en el timating power and its purpose is to approach the pro-
proceso de legitimación del poder y tiene como propó- blem of measuring inequality and, in particular, what
sito acercarse a la problemática de la medición de la happens in Argentina. The treatment of the issue of
desigualdad y, en particular, lo que sucede en Argenti- inequality and its measurement, comes together to
na. El tratamiento de la temática de la desigualdad y su problematize it through multidisciplinary elements that
medición, confluye en problematizar el mismo a través contain technical and methodological elements in the
de elementos multidisciplinares que contengan ele- construction of the welfare function of individuals in
mentos técnicos y metodológicos en la construcción de relation to conditioning and extended social networks
la función de bienestar de los individuos en relación a in the consideration of the measure of inequality and
condicionamientos y redes sociales ampliadas en la poverty as a whole and with more realistic elements
consideración de la medida de la desigualdad y pobre- and variables for their estimation.
za en conjunto y con elementos y variables más realis-
tas para su estimación.
INTRODUCCIÓN
Los estudios realizados sobre la desigualdad social, la medición estadística de la misma y la
importancia de generación de políticas para reducirla, no dejan dudas de que la desigualdad
es una problemática de un interés superlativo en la sociedad y aún más, en América Latina.
Teniendo en cuenta que la Sociología y la Economía han estado ligadas en el estudio de la
desigualdad como disciplinas que estudian hechos sociales y donde las cuestiones económicas
se enmarcan en construcciones sociales mucho más amplias, es necesario comenzar con una
posible reflexión acerca de cómo se trata la desigualdad desde estas dos posturas.
En su análisis sobre las Cuentas Nacionales y la Sociología, Durán (1995:83) afirma que las
estadísticas son una luz que deja en la oscuridad lo que no iluminan. De hecho, se puede
articular mucho mejor si se habla de las Cuentas Nacionales, Contabilidad Nacional, Renta
Nacional, Producto y, por qué no, de Pobreza y Distribución del Ingreso: conceptos y
mediciones estadísticas muy arraigadas y tenidas en cuenta en la Economía y en otras ramas
Eje temático: Estudios Interdisciplinarios
no economistas. La autora afirma, en este punto, que las estadísticas son vistas como una
verdad o referente casi indiscutible, aún a sabiendas que no “iluminan” del todo la realidad.
La cuestión de cómo y de qué manera se tienen en consideración los métodos que se
realizan para la medición de la desigualdad, es un inicio para la discusión. Como así también,
los aspectos sociales y económicos que son dejados a “oscuras” de la misma.
En el presente trabajo, se realizará una reflexión acerca de la medición estadística de la
desigualdad en nuestra sociedad, pero con la mirada puesta en los aspectos sociales que se
tienen o no en cuenta para la construcción de la estadística.
ESTADÍSTICA Y PODER
Las estadísticas y, sobre todo, los resultados estadísticos económicos, marcan tendencia en
la sociedad y manejan, en muchos casos, algunos destinos y fuentes de información. Es una
herramienta de gobierno y sirve para marcar agenda en la acción pública (Desrosières, 2011:
75). Al mismo tiempo, los debates de los que difunden datos estadísticos pueden enmarcarse
en procesos de legitimación de poder como parte de una construcción social más que de una
conciencia individualista maximizadora de beneficios de los individuos que toman decisiones
basados en datos estadísticos.
La problemática acerca de cómo el desarrollo estadístico fue poco construido por los
Estados y su relación con el mercado tiene elementos históricos importantes que los
caracterizan: el mismo ha sido poco articulado en relación a las doctrinas económicas. Y hay
pocos planteos de las visiones de manera conjunta. La razón radica en la posible
subordinación de las estadísticas económicas a meras medidas probatorias de teorías o
validaciones a las preguntas de investigación de corte económico e incluso forzadas a serlo.
Desrosières (2011: 78) grafica históricamente cómo las estadísticas han sido funcionales a
los objetivos políticos imperantes o rol del Estado en materia de políticas económicas en cada
época.
Para el siglo XVII bajo el lema de “Estado Ingeniero” y donde la lógica de la sociedad y la
economía se centraban en la planificación centralizada socialista, las estadísticas
sobrevolaban datos demográficos y de producción en cantidad física. Luego del siglo XVII,
con el Estado liberal clásico, con una sociedad de mercado y mínima intervención del Estado,
las estadísticas que sobresalían estaban del lado de la comprobación de la transparencia de
los mercados. En el siglo XIX, la búsqueda de protección del mercado laboral, crea
estadísticas relacionadas a índices de precio al consumidor, sondeos de condiciones de
trabajo, salarios, empleo. Para el caso del análisis de la teoría keynesiana con un Estado que
vigila la demanda agregada, las estadísticas fundamentales se centraron en la contabilidad
nacional y el uso de las cuentas nacionales como fuente probatoria de las políticas aplicadas
en ese momento. Por último, la caracterización histórica posterior a los años noventa, con un
Estado neoliberal, da como resultado estadísticas que muestren evaluación y rankings de
performances de tipo microeconómicas. No termina siendo del todo contradictorio así
pensarlo, o que la estadística “actúe” de ese modo al momento de ser partícipe de ciertos
procesos históricos junto con doctrinas imperantes. Bajo esta línea de pensamiento, la
estadística no podría evolucionar de manera más independiente de las doctrinas económicas
y sus prácticas (Desrosières, 2011: 79). Es un proceso muy difícil de deslindar, ya que forman
parte de la misma construcción social para la explicación de los fenómenos económicos: la
“La medición de la desigualdad social en la realidad, la realidad de su medición”
Lic. Marianela Soledad Truccone
mismo tiempo, son difíciles de comparar entre países de acuerdo a cada metodología.
La reflexión acerca de la construcción de la estadística a través de deciles deja un apartado
importante en la consideración del autor: no acepta su uso (aunque es el principal acceso de
información de distribución por ej. en Argentina) debido a que, no sólo es utilizado como
cortes taxativos entre un decil y otro, sino que en los “bordes” o límites de los mismos las
fronteras entre por ejemplo, ser del decil más rico con un ingreso superior a $10.001 o ser
parte de un decil más pobre con un ingreso de $9.999.
A modo ilustrativo se adjunta, a continuación, un ejemplo de las categorías de deciles 1 y
sus límites monetarios en relación a los ingresos per cápita familiar que calcula
trimestralmente el INDEC:
Fuente: INDEC- Informe Evolución de la Distribución del Ingreso. Segundo Trimestre de 2018
Al mismo tiempo, no hay una clara diferenciación o distinción respecto del decil más rico;
no sólo porque se omiten datos acerca de la concentración real de la riqueza sino porque,
además, la búsqueda de esos datos es dificultosa para conseguir o abarcar en los métodos
estadísticos.
Si bien la distribución de los niveles de ingresos se utiliza habitualmente y tiene un
particular interés para conocer el diagnóstico de los grupos sociales, las críticas que se
desprenden de las metodologías de la construcción del, por ejemplo, Coeficiente de Gini
pueden resultar un punto de partida para concretar mediciones complementarias o más
amplias para un mayor conocimiento de la real distribución del ingreso y la riqueza de una
sociedad.
1La distribución de la población en deciles refiere a la manera en que se “divide” a las personas: en este caso particular, en la
medición de la distribución del ingreso, INDEC fracciona a la población en diez partes iguales y según su escala de ingresos.
En general los primeros deciles refieren a personas con menores ingresos que los deciles superiores.
“La medición de la desigualdad social en la realidad, la realidad de su medición”
Lic. Marianela Soledad Truccone
Cuadro 2. Valores Canastas Básica Alimenticia y Canasta Básica Total, según hogares
Como una notable mejora metodológica en la medición, hay que destacar la incorporación
de diversos tipos de hogares2 dentro de la muestra, incorporando variaciones notables en la
realidad del cálculo de los índices de pobreza e indigencia posteriores.
La utilización de la medida del ingreso o del consumo tiene ventajas de tipo metodológicas
ante la alternativa que considere más elementos o dimensiones a la condición de vida de las
personas en el proceso de satisfacción de las necesidades. La utilización del método directo de
las NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) por ejemplo, ayudaría a acercarse a una
condición mucho más abarcativa del problema, aunque se necesiten o requieran
ponderaciones a los fines de llegar a una medida más completa de bienestar de las personas y
de la identificación de pobreza estructural. Más allá de las encuestas permanentes de hogares
a muestras de los conglomerados de Argentina, este método requiere la actividad del Censo,
2 Hogar 1: de tres miembros, compuesto por una jefa mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años.
Hogar 2: de cuatro miembros, compuesto por un jefe varón de 35 años, la cónyuge de 31 años, un hijo de 6 años y una hija
de 8 años:
Hogar 3: de cinco miembros, constituido por una pareja (un varón y una mujer de 30 años), y tres hijos de 5, 3 y 1 año:
La composición de cada hogar, en términos de adultos equivalentes, determina un valor de CBA específico para ese hogar.
Surge de la multiplicación del costo de la CBA del adulto equivalente por la cantidad de adultos equivalentes que conforman
el hogar.
Eje temático: Estudios Interdisciplinarios
para de esta manera, obtener el mapa geográfico completo de todos los individuos. Bajo esta
metodología, los datos obtenidos no tienen la actualidad que se espera lograr. Así mismo, se
pueden hacer comparaciones interesantes, como la que se destaca a continuación:
Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC. Censo 2001 y 2010.
Analizando al método del ingreso como medida de bienestar y la forma de satisfacer las
necesidades de consumo del hogar, es importante considerar que las mejoras en el tiempo
respecto del ingreso de un hogar pueden considerarse como una mejora en el funcionamiento
de la distribución del ingreso o de mejoras en las condiciones de vida de la población. En la
actualidad, las encuestas no contemplan del todo los posibles cambios o esfuerzos
productivos conjuntos en la estructura interna del hogar o pérdidas de activos en el proceso;
es decir, el ingreso medido es la única fuente de recursos considerada por la encuesta medida
por la fuerza o capacidad de ofrecer fuerza laboral (Salvia y Donza, 1999: 40).
Teniendo en cuenta a la unidad de análisis, como el hogar en particular, como unidad
3 Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas: son aquellos que presentan al menos una de las siguientes condiciones de
privación:
NBI 1. Vivienda: es el tipo de vivien da qu e habitan los hogar es qu e m or an en habitacion es de in qu ilin ato,
hotel o pensión, viviendas no destinadas a fines habitacionales, viviendas precarias y otro tipo de vivienda. Se excluye a las
viviendas tipo casa, departamento y rancho.
NBI 2. Condiciones sanitarias: inclu ye a lo s h o gar es qu e n o po seen r etrete.
NBI 3. Hacinamiento: es la r elación en tr e la can tidad total de m iem br os del hogar y la can tidad de habita-
ciones de uso exclusivo del hogar. Operacionalmente se considera que existe hacinamiento crítico cuando en el hogar hay
más de tres personas por cuarto.
NBI 5. Capacidad de subsistencia: in clu ye a los hogar es qu e tien en cu atr o o m ás per son as por m iem br o
ocupado y que tienen un jefe no ha completado el tercer grado de escolaridad primaria
“La medición de la desigualdad social en la realidad, la realidad de su medición”
Lic. Marianela Soledad Truccone
CONCLUSIONES
Ante la motivación acerca de los aspectos sociales de la construcción de las estadísticas de
desigualdad social, se puede arribar a algunas consideraciones finales acerca de su medición.
En general, el proceso de lecturas acerca de la problemática de la desigualdad y de su
medición permite problematizar el tratamiento del tema entre diferentes disciplinas por
separado.
En el caso de la Economía, con sus técnicas y metodologías con distancia en las
consideraciones de una función de bienestar coherente con las condiciones de vida reales de
la población; teniendo siempre presente la dificultad que contiene la medición de elementos
subjetivos y de condición social.
Y para la Sociología, con sus estudios acerca de las condiciones y redes sociales en la
consideración de la medida de la desigualdad y la pobreza. En una reseña acerca del libro
Estructuras Sociales de la Economía de P. Bourdieu, la siguiente reflexión ilustra claramente
lo anterior expuesto:
“En lugar de oponerlas, como se hace tradicionalmente, es hora de comprender que la sociología y
economía constituyen, en realidad, una sola y misma disciplina, que tiene por objeto el análisis de
los hechos sociales, de los que las transacciones económicas, después de todo, no son más que un
aspecto”4
Un elemento importante a destacar es que, en las lecturas que fueron tomadas en cuenta
para este escrito, la temática de la desigualdad va siempre acompañada como complemento
obligado de la pobreza. La consideración inicial planteada en la introducción obedecía a una
intención preliminar de tratar el tema de la desigualdad, pero a medida que se avanzó en el
tratamiento del tema fue imposible no considerar los elementos de la medición de la pobreza
y desigualdad en conjunto, ya que muchos elementos de medición acompañan o son
similares.
El estado de bienestar de una persona está condicionado por los recursos económicos que
posea (ingresos, por ejemplo) y no económicos. Pero también, la función de bienestar está
dependiendo de la capacidad de poder transformarlos o modificarlos en bienestar; al mismo
tiempo que instituciones sociales pueden facilitar o no ese proceso de transformación:
“Si bien también es verdad que la solidez del individuo en términos de cualquiera de estos
aspectos (por ejemplo, los ingresos), desempeña un papel importante para alcanzar un nivel
superior de bienestar, el proceso de alcanzar dicho bienestar se ve seriamente neutralizado por la
falta de otros aspectos, por ejemplo las capacidades o el orden social favorable” (Wagle, 2002:18).
La deuda con indicadores mejor definidos es grande, y diversos enfoques de la medición
de la desigualdad y la pobreza pueden complementarse y lograr mejores datos.
La problemática de la ponderación de cifras por no respuesta o no recolección de datos
necesitan ser contempladas desde una perspectiva más inclusiva de estas problemáticas.
Al mismo tiempo, encontrar nuevos métodos para la estimación de la desigualdad y la
pobreza más realista resulta importante para llegar a un proceso de análisis concreto de más
variables sociales intervinientes en la confección del índice.
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Mujeres entre la liberación y la explotación.
Análisis de un programa nacional, 2006-2008
Este artículo indaga la relación entre políticas socia- This article explores the relationship between social
les y movimientos sociales a partir de un caso específi- policies and social movements based on a specific case:
co: el Programa de Fortalecimiento de Derechos y the Program for Strengthening Rights and Participa-
Participación de las Mujeres ‘Juana Azurduy’, vigente tion of Women 'Juana Azurduy', in effect in the 2006-
en el período 2006-2008 en Argentina. Teniendo en 2008 period in Argentina. Taking into account the
cuenta las categorías teóricas de políticas sociales, ac- theoretical categories of social policies, collective action,
ción e identidad colectiva, movimientos sociales y fe- collective identity, social movements and feminization
minización de las políticas sociales, el propósito es of social policies, the purpose is to analyze the relations-
analizar la relación entre dicho programa y la forma- hip between said program and the formation of
ción de colectivos de mujeres “Las Juanas” (LJ) a par- women's collectives "Las Juanas"(LJ) based on the
tir de la dinámica de sus acciones, reconstruir la identi- dynamics of their actions, to reconstruct the collective
dad colectiva “Juanas” según el alcance y las caracte- identity "Juanas" according to the scope and characte-
rísticas de sus acciones, e indagar la tensión entre mu- ristics of their actions, and to investigate the tension
jeres protagonistas/ beneficiarias. between women protagonists / beneficiaries.
En el marco de un diseño no experimental con perfil Within the framework of a non-experimental design
descriptivo-interpretativo y de estrategia cualitativa, se with descriptive-interpretative profile and qualitative
realizaron entrevistas a la referente del programa y a strategy, interviews were conducted with the program
(ex)integrantes de LJ y se analizaron documentos im- reference and (ex) members of LJ and printed and digi-
presos y digitales. tal documents were analyzed.
Los datos obtenidos muestran que el programa, más The data obtained show that the program, rather than
que diluir, refuerza la idea tradicional de mujer porque diluting, reinforces the traditional idea of women be-
sus problemáticas se abordaron sólo superficialmente, cause their problems were addressed only discursively,
se actuó, en parte, atenuando el conflicto social y des- acted mitigating the social conflict and disarticulating
articulando los espacios colectivos, se construyeron collective spaces, sensitivities of "assisted women" were
sensibilidades de “mujeres asistidas" y se comprome- built and committed to women to perform certain acti-
tió a las mujeres a cumplir ciertas actividades como vities as a condition to participate in said program.
condición para participar de dicho programa.
INTRODUCCIÓN
En el marco de lo investigado en mi Trabajo Final de Grado (TFG) 1, este artículo indaga la
relación entre las políticas sociales dirigidas por/hacia mujeres y los movimientos sociales de
mujeres a partir del análisis de un caso específico: el “Programa de Fortalecimiento de
Derechos y Participación de las Mujeres ‘Juana Azurduy’” (PFDPMJA) vigente en el período
2006-2008 en Argentina. En este sentido, se propone (1) analizar la relación entre este
1 Dicho TFG se presentó en el marco de la Licenciatura en Sociología de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y
fue titulado “Conflictos, identidad y recursos expresivos en las acciones colectivas. El caso de un colectivo de mujeres de la
ciudad de Villa María (2010-2016)”
Eje temático: Género y Política
2 Se utiliza la palabra “colectivo” porque se encuentran distancias entre el objeto empírico y el concepto de “movimiento
social”.
3 El CNCPS funcionó parcialmente y es un ejemplo de instituciones creadas “frente a la escasa funcionalidad de los ministe-
rios, las secretarías y hasta los ámbitos específicos de coordinación” (Lamas, 2003: 58); es decir, surge como paliativo a las
irregularidades de algunos ámbitos de gestión.
4 MBP nació en 2001 vinculado a la corriente nacional Patria Libre (PL), luego se suma a Movimiento Libres del Sur (MLS).
5Con el término LJ se hace referencia a “colectivos” de mujeres participantes del programa en distintas partes del país: el
programa “llevó a articular 100.000 mujeres” y “eran Juanas de donde fueran, porque tenía que ver con una política de
Estado” pero “no todas eran lo mismo” aunque todas realizaban actividades “que tenían que ver con los derechos de las
mujeres.” (Referente del PFDPMJA). Esto no significa que antes del programa no hubiera elementos que reunieran a esas
mujeres sino que LJ actuaban reconfigurando dinámicas y sumando integrantes “dentro” de la estructura del Estado.
“Mujeres entre la liberación y la explotación. Análisis de un programa nacional, 2006-2008 ”
Lic. Jimena Peñarrieta
conclusiones finales.
6 Aquí se entiende por género a una de las dimensiones de la desigualdad social (De Barbieri, 1993), un ordenador social y
“un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos”, además de ser una
“forma primaria de relaciones significantes de poder” (Scott, 1990: 44).
Eje temático: Género y Política
arriba hacia abajo” y oscila entre las políticas públicas y los movimientos sociales, y entre la
contradicción entre “las normas y políticas públicas” y “las expectativas que presentan los
movimientos de mujeres y feministas respecto de ellas” (Rodigou, López, Ceccoli, Puche y
Aimar, 2012: 120).
En este sentido, se puede pensar que el programa generó una reconfiguración de los
colectivos de mujeres de MBP/MLS ya que, al ingresar sus representantes a formar parte de
la gestión estatal, se modificaron las dinámicas de sus acciones: el Estado absorbe la
capacidad de movilización y confrontación dejando atrás los aspectos más conflictivos de
estos colectivos. Estos procesos fragmentan y quitan potencial político transformador al
canalizarse y contenerse sus demandas, es decir, “estas organizaciones resignaron su
capacidad de movilización y confrontación” (Gradin, 2013: 13) modificando cualitativa y
cuantitativamente sus acciones de protesta en un proceso en que el kirchnerismo encuentra
mecanismos para desarticular y reencauzar el conflicto institucionalmente (Lucero Belgrano,
2013) a partir de las políticas sociales. Esto lleva a una reducción de la cantidad de
movilizaciones, sobre todo entre los años 2004 y 2007; un cambio en los instrumentos de
lucha (menos cortes de rutas, puentes y calles); y por último, una modificación de sus
objetivos (Klachko, 2010). En resumen, MBP/MLS pasa de la militancia en organizaciones de
centro izquierda ligadas, generalmente, a la identificación de problemas redistributivos a
ejecutar un programa estatal sin que esto se traduzca en una modificación en las plataformas
del partido gobernante para recoger sus reclamos o en una incidencia de LJ en las decisiones
de gobierno. Gradin (2013) sostiene que MBP pasa
Del conflicto con el Estado y el reclamo por “planes”, a la colaboración…“sobre la
base de entendimientos políticos y lealtades, que sin duda contribuyeron a disminuir
el caudal disruptivo del accionar de estas organizaciones y su autonomía política, pero
que aumentaron sus recursos organizativos, su capacidad de reclutamiento, y su
tamaño.” (Gómez, 2007:115). (66)
Esto explica la formación de LJ en distintos lugares del país y permite a los colectivos
“ampliar su fuerza organizada en el área de género” (Gradin, 2013: 72) además de forjar la
necesidad de articulación con otros actores para la obtención de recursos y para la
participación de otras organizaciones. Esto queda de manifiesto, por ejemplo, en Villa María
(VM), donde LJ realizan la mayoría de sus acciones en conjunto con otros actores sociales
entre los que redundan los artistas o personalidades ligadas a la producción cultural en la
ciudad (Peñarrieta, 2017).
Se sostiene, además, que “la relación con la estructura de autoridad era escasa, no se
contaba con reconocimiento institucional de tipo normativo, como una resolución o decreto
ministerial que dé cuenta de su creación y existencia” (Gradin, 2013: 104) y los
procedimientos administrativos eran de carácter rudimentario:
Al no contar con presupuesto propio, no hay registro de los recursos materiales y
financieros ejecutados. De esta forma, la búsqueda constante de recursos materiales y
financieros para la realización de las actividades planificadas fue una característica del
proceso de implementación de los programas en el territorio. (Gradin, 2013: 116)
Es decir, si bien la planificación de las acciones fue centralizada, institucionalmente “no
tenía jerarquía de coordinación ni de Dirección de Línea, presupuesto propio, ni se
encontraba oficializado a través de la normativa del Ministerio” (Gradin, 2013: 72) y tenía un
“Mujeres entre la liberación y la explotación. Análisis de un programa nacional, 2006-2008 ”
Lic. Jimena Peñarrieta
EL FOCO EN LA CAPACITACIÓN
Si bien el programa buscaba impulsar la relación Estado/mujeres para el fortalecimiento
de sus derechos y su participación, y para pasar de mujeres “anónimas” a mujeres
“protagonistas”, no obstante, más que brindar herramientas para garantizar la equidad y la
inclusión de las mujeres, hacía eje en “sensibilizar” sobre esta posibilidad a partir de
capacitaciones.
El programa ofrecía capacitaciones en las que se cuantificaba a las mujeres y
organizaciones capacitadas y a las localidades alcanzadas dando a esto tanta importancia que
pareciera que se mide la “efectividad” del programa a partir de estas cifras. Las acciones
colectivas más disruptivas de estas mujeres se veían invadidas por “jornadas de capacitación”
lo que ubicaba a la mujer en un lugar distinto. Además, el hecho de que el Estado capacitaba a
las mujeres para “dar a conocer” sus derechos derivaba en un círculo un tanto perverso ya que
se les decía a estas mujeres qué derechos reclamar al mismo Estado, absorbiendo, en parte,
su capacidad de movilización.
Las capacitaciones tenían distintos ejes de trabajo. Uno de ellos era el de “Mujeres Libres
de Violencia” en el cual se consideraba relevante la participación, mucho más en contextos de
“violencia de género”, pero dicha participación se materializaba en “promoción de derechos”
y “coordinación de talleres” propuestos “desde arriba” por el Estado: se proponía pasar de no
“trabajar para el marido” a “trabajar para el Estado”.
Otro de los ejes del programa era la “Cátedra de historia: Historia de las mujeres. Las
mujeres en la historia” mediante el cual, por un lado, se presentaba una asociación entre
conocimiento/transformación/cotidianidad, quedando los cambios estructurales fuera del
ámbito de acción de las mujeres. Por otro lado, se hablaba de “formar en su rol” a las mujeres
lo que entraba en contradicción con la idea de protagonismo y transformación.
Otro eje era denominado “Mujeres Sanas, Ciudadanas Libres” que visibilizaba el conflicto
por la reproducción y las relaciones entre los ámbitos de la (re)producción sosteniendo que la
salud “es lo que nos permite estar sanas y poder cumplir con las actividades cotidianas”:
“estar sanas” para “cumplir” y “que ninguna se queda afuera” (Página web del programa).
Otro de los ejes era el de “Mujeres y Trabajo”. Este tema pone de manifiesto que el hecho
de que el Estado capacite a las mujeres a cómo actuar en los sindicatos explicita una
contradicción ya que el Estado clasista representa los intereses de un sector social y, en este
marco, “la función más importante de los sindicatos…consiste en darles a los obreros el
medio para realizar…la venta de su fuerza de trabajo al precio corriente del mercado” pero en
ningún caso no venderla sino que, “bajo las circunstancias más favorables, pueden imponerle
a la producción capitalista el límite ‘normal’ del momento” pero no “suprimir la explotación
misma, ni siquiera gradualmente” (Luxemburgo, 2012: 33-36), es decir, más que conflicto,
los sindicatos representan la solidaridad entre el capital y el trabajo representando lo opuesto
a la lucha de clases y quedándoles como ámbito de acción ciertas “luchas” que regulan la
Eje temático: Género y Política
12 Con respecto a la internacionalización de algunos movimientos sociales, Tilly y Wood (2010) retoman a Chandhoke y sos-
tienen que algunas organizaciones priorizan las reivindicaciones internacionales en detrimento de la de sus países más po-
bres y amplían la distancia entre “políticos hábiles y gente corriente”. Además, los “movimientos internacionales” suelen
limitar el activismo a firma de peticiones por correo electrónico dando la sensación de que las decisiones se toman en un
punto del planeta que no es el de los participantes lo que “podría incluso convertir a la gente…en consumidores de unas de-
cisiones adoptadas en otro lugar (Chandhoke, 2002, p.48)” (239) ya que hay reivindicaciones locales que no se pueden in-
corporar al activismo internacional
“Mujeres entre la liberación y la explotación. Análisis de un programa nacional, 2006-2008 ”
Lic. Jimena Peñarrieta
Tanto desde el programa como desde los colectivos LJ se marcan diferencias entre
“nosotras: las mujeres de los barrios” y “las otras”: las feministas elitistas, históricas,
internacionales y globales. Además, en parte, las acciones de las mujeres participantes del
programa eran lo que venían haciendo estas mujeres con anterioridad al programa, sólo que
desde 2004 se convocaba desde el Estado aunque lo que se conseguía era por la respuesta que
los sujetos daban a los colectivos en sí y no al Estado (Cortes, 2009).
Es decir, desde el programa lo que se buscaba era planificar “líneas de acción e
implementación de estrategias comunes entre organizaciones de la sociedad civil y los
diferentes niveles del Estado” (Pagina web del Programa). En 2009 se informaba que había
un aumento del número de “referentes locales” ad honorem que “en algunos casos se
encuentran vinculados/as a otros programas nacionales, en otros casos desarrollan tareas
vinculadas en ámbitos provinciales y/o municipales y otros/as pertenecen a organizaciones
de la sociedad civil” los cuales se encontraban “en condiciones de desarrollar el Programa en
sus respectivas localidades producto de un proceso de capacitación llevado adelante por el
Equipo Técnico central” (Página web del Programa). Los cursos que se realizaban eran de
modalidad presencial y a distancia, y se invitaba “a participar activamente en la difusión del
Programa” garantizando recursos que hagan viable encuentros en los que, se decía, “sentirás
la satisfacción de involucrarte y de convertirte en protagonista en el proceso de
cambio” (Cuadernillo del Programa, s.f.: 8).
Por último, con respecto a este aspecto “territorial” del programa, se sostiene que la
mayoría de sus coordinadores y referentes provinciales provenían de “militantes territoriales”
de MBP, de “sus ramas universitarias (Movimiento Sur) o su expresión partidaria (MLS)” por
lo que se “reprodujo la forma de organización desplegada en su trabajo de base
territorial” (Gradin, 2013: 108). Esto da pautas para pensar la injerencia estatal, a través del
programa, aun en los colectivos de mujeres más “independientes” como en un caso en que se
promovía el ENM del 2007 en Córdoba, el cual se adjudica ser un espacio de mujeres
autónomo, auto-convocado, democrático, pluralista, autofinanciado, federal y horizontal.
El eje de la política social estaba en la inclusión política de las mujeres y, más que
centrarse en la desigualdades, operaba “sobre la paradójica situación de exclusión social/
inclusión política, como una herramienta privilegiada para subsanar – aunque sea
parcialmente - la brecha que genera la exclusión social y la necesidad de incluir políticamente
a los excluidos del mercado” (Lamas, 2003: 56) sumado a que los “actores que no
comulgaban con el oficialismo no participaban o no eran convocados” (Gradin, 2013: 151) lo
que da cuenta de que la participación era ambigua y parcial.
Esto nos lleva al segundo caso. Desde el programa se proponía/instalaba un tema y las
mujeres eran quienes debían promoverlo en sus localidades13 realizando las mismas
campañas con materiales que les eran enviados. En este sentido las “vivencialidades” del
programa (esperar lineamientos del programa) “se transforman en nuevas
sociabilidades” (recibir las cosas hechas) re-construyendo así las “sensibilidades” de las
participantes (De Sena y Scribano, 2014: 68). Esto se expresa en el discurso de una de LJ en
donde se tensiona el lugar activo/pasivo de la mujeres.
Vos tenés que pensar, crear, o sea a ver con qué consigna, con qué colores y
entonces demanda un montón de energías pero es la forma, o sea, lógicamente, no es
lo mismo que manden afiches para pegar o salís con eso, a que vos tengas que hacerlo
y es un desafío a veces, nosotras mismas tenemos limitaciones en tiempo…desde ese
lugar sería más fácil que viniera todo hecho. (Referente del LJ)
Esto da cuenta, además, de la extensión de las tareas de las mujeres, ahora al espacio
público, lo cual si bien puede considerarse como una conquista en cuanto género, ampliaba
las tareas a realizar por las mujeres, lo que se puede entender como tercera jornada laboral 14.
De este modo, la mujer debe encargarse también de la participación en política que se suma
al lugar ocupado por las mujeres en otros programas que “muestran claramente el nivel de
exigencias hacia las mujeres en relación a sus responsabilidades, dando paso a ciertas
violencias epistémicas y simbólicas” (De Sena, 2013: 12): las mujeres se incorporan a algunos
programas como “recursos” generando en ellas “el compromiso de la ‘participación social’” a
través de “compromisos” que deben asumir (Campos, Faur y Pautassi, 2007: 27-28).
Además, el hecho de que sean pocas quienes, participando del programa o de los colectivos
que de él se derivan, hayan logrado ocupar cargos como dirigentes nacionales lleva a la
pregunta, siguiendo a Gil y De Anso (2011), sobre si su participación “transforma las
percepciones de las mujeres acerca de sus roles de género” y si “se producen modificaciones
en la dicotomía esfera pública/esfera privada a partir del ingreso de las mujeres en estas
organizaciones”, lo que permite realizar un análisis que se encuentra a medio camino entre
“prácticas liberadoras de las opresiones cotidianas” y “prácticas que refuerzan la explotación
femenina” (107).
En relación con esto, en la fundamentación del programa y en los materiales de los cursos
se retomaba una frase de Kirchner que decía querer reconocer a las mujeres que han
sostenido el tejido social de la patria: “por eso, cuanto antes debemos liberar el formidable
potencial creativo y productivo de las mujeres, que hoy se ve limitado” (Cuadernillo del
13 En un curso se sostiene que “se desarrollan actividades de difusión y talleres presenciales en la Ciudad de Buenos Aires y
una importante red de ciudades de 19 provincias” (Cuadernillo del Programa, s.f.: 13).
14 Una participante de un taller sostiene “los dos participamos en la misma organización pero cuando llegamos a casa él se
sienta a ver tele y yo empiezo a lavar ropa, a hacer la comida a ordenar la casa” (Cuadernillo del Programa, s.f.: 23).
“Mujeres entre la liberación y la explotación. Análisis de un programa nacional, 2006-2008 ”
Lic. Jimena Peñarrieta
Programa, s.f.: 60). Se les indica a las mujeres qué es lo que deben hacer, produciendo el
efecto contrario: coagulando y encasillando el “potencial creativo y productivo” de las
mismas.
REFLEXIONES FINALES
Teniendo en cuenta el recorrido realizado hasta aquí, se sostiene que, en primer lugar, las
problemáticas de las mujeres son abordadas discursivamente pero no se brindan soluciones
concretas: si bien el programa se basa en impulsar el protagonismo de las mujeres, no se
diluye la idea tradicional de mujer (madre-cuidadora). En segundo lugar, el programa actúa
atenuando el conflicto social y desarticula los espacios colectivos “independientes” que
funcionaban previamente. En tercer lugar, se construyen sensibilidades, ubicando a las
mujeres como "asistidas" bajo el maquillaje del “empoderamiento” o la “inclusión”. Por
último, el objeto de investigacion se relaciona con procesos de estructuración social como la
participación de los colectivos sociales en la estructura del Estado, la feminización de las
políticas sociales, del trabajo, de la pobreza y del cuidado.
Todos estos aspectos impulsan a sostener que bajo el manto de “la salida a lo público”
subyace otra labor a realizar por la mujer: incentivar la participación (propia y de sus pares) y
fortalecer sus derechos pero, más que en los ámbitos de decisiones políticas macro-
estructurales, se refiere a participar en cambios cotidianos, de sus actividades diarias, es
decir, en el ámbito privado. Además para participar de la política se debe cumplir ciertos
compromisos: está condicionada.
Se vuelve así al primer punto mencionado en este apartado: no se diluye la idea tradicional
de mujer ni siquiera en este caso de programas destinados a la ciudadanía ya que aún en estas
políticas se dan procesos de feminización y la mujer es sobre la que se carga la
responsabilidad de promover un ámbito que, paradójicamente, le ha sido, tradicional y
socialmente, negado.
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Transferencia de ingresos, fecundidad y gobierno de la pobla-
ción: análisis de las tecnologías de gobierno en la AUH y la AE
El artículo propone un análisis crítico de las This article proposes a critical analysis of the
disposiciones normativas que dan forma a la regulatory arrangements that give shape to the
AUH y la AE, articuladoras del programa de AUH (universal assignment for child) and the
transferencia de ingresos más amplio del Esta- AE (assignment for pregnancy), which are tools
do argentino en la actualidad. A partir de la that articulate the widest argentinian state inco-
existencia en el ámbito de la opinión pública de me transfers program nowadays. From the exis-
manifestaciones que vinculan a las iniciativas tence of manifestations in the public opinion
con estrategias pronatalistas de gobierno, se that link this programs with pro-natalist strate-
identifican y examinan las tecnologías presen- gies, this article identifies and examines the te-
tes al interior de los programas, con el fin de chnologies inside the programs, with the aim to
dilucidar si la regulación estatal se dirige efecti- elucidate if the state regulation effectively tries
vamente a incidir en la fecundidad o si, en todo to influence fecundity or if, otherwise, there are
caso, son otros los procesos sociales goberna- other social processes being governed.
dos.
estrategias pronatalistas.
La AUH y la AE, emanadas de Decretos del Poder Ejecutivo en los años 2009 y 2011
(Nº1602 y Nº446, respectivamente), suponen programas de transferencia de ingresos cuya
puesta en práctica implica la integración a los beneficios de la seguridad social de los sectores
sociales recluidos en la economía informal y en el desempleo: cada madre o padre percibirá
por cada hijo menor de dieciocho años (hasta el límite de cinco) una prestación acorde a la
que percibida por las familias cuyos miembros se emplean en relación de dependencia en el
mercado laboral formal. A partir de 2011, además, se establece un beneficio similar a cobrar
por cada mujer en situación de embarazo hasta el momento del parto. La amplia cobertura de
los programas y su hondo impacto en las economías familiares, particularmente en las de
más bajos recursos (Kliksberg y Novacovsky, 2015) posibilitó que las mismas sean
frecuentemente asociadas en algunos sectores de la discursividad política oficial a gestas
políticas enmarcadas en la lucha contra la pobreza (Piqué, 2009). En efecto, a abril de 2018,
ambos programas suponían en conjunto una erogación mensual de más 4.768 millones de
pesos por el pago de 3.872.043 prestaciones (ANSES, 2018).
En este punto es preciso hacer notar la existencia de programas de gobierno de la
fecundidad y de la natalidad en muchos estados en diversos contextos geográficos y
temporales. En la actualidad, los mismos se articulan de manera frecuente como respuesta
ante los impactos que implica para la pirámide poblacional de los países el fenómeno de la
transición demográfica, con sus consecuentes caídas de la fecundidad y de la natalidad y la
extensión de la vida de las personas (Torrado, 2012). En este marco, denominaremos
estrategias pronatalistas a aquellas iniciativas que tienen por objeto “incentivar el aumento
de la cantidad de nacimientos” (Acosta, 2014:4), o al menos de detener su caída.
La historia política argentina del siglo XX ha sido también sede de la puesta en práctica de
una variada gama de estrategias pronatalistas en materia de legalidad y política pública (en
orden con una discursividad por momentos fuertemente poblacionista), máxime a partir del
registro de los descensos en la natalidad en el primer cuarto de siglo y de la interrupción de
los saldos migratorios a fines de los años veinte (Pantelides, 1983). La prohibición de las
actividades de planificación familiar, la obstaculización del acceso laboral a mujeres y los
estímulos económicos, legales y fiscales a la natalidad (Felitti, 2009) fueron algunas de las
estrategias mediante las cuales las autoridades de gobierno -entre las que destacan el Estado,
los grupos socioeconómicos predominantes, los sectores nacionalistas, militares y la
corporación médica- intentaron contener la caída de los índices de la fecundidad.
La presente propuesta pretende, a través del estudio de las normativas que dan vigencia a
la AUH y a la AE, desentrañar las características salientes de las tecnologías de gobierno que
importan los programas en cuestión, a fin de identificar -en medio de concepciones cruzadas
sobre los mismos- cuáles son los procesos vitales y sociales que se buscan gobernar a partir
de su ejecución. En suma, el artículo buscará responder los siguientes interrogantes: ¿Puede
concebirse a las asignaciones familiares en cuestión como estrategias en un renovado
programa de gobierno de la fecundidad? ¿O constituyen acaso sus tecnologías intentos de
gobierno de otro tipo de conductas sociales?
personas y las cosas’ espacios y dispositivos para actuar sobre esas entidades sobre las que
sueñan y esquematizan” (De Marinis, 1999:15).
Si las tecnologías suponen el apuntalamiento en el plano de ‘lo real’ de un programa de
gobierno, las “racionalidades políticas” expresan el campo discursivo dentro del cual el
ejercicio del poder es conceptualizado (Rose y Miller, 1992) y “forman parte de la manera en
que algo llega a constituirse en problema” (Giavedoni, 2011:41). Las racionalidades políticas
se inscriben en la problematización, en la constitución de un asunto como objeto del
pensamiento; pero al mismo tiempo definen sujetos sociales específicos, asimilando a estos
una serie de caracteres y comportamientos que los clasifican y permiten el establecimiento de
estrategias de intervención sobre los mismos o, en otras palabras, el gobierno de sus
conductas (Giavedoni, 2011).
accesorias a las que se dirigen las tecnologías que componen la AUH: la normalización
sanitaria-educativa de sus beneficiarios, la inscripción de sus datos en el sistema de la
seguridad social y la defensa del valor familia.
b) Inscripción en ANSES
Naturalmente, la solicitud del beneficio de las asignaciones sólo se inicia a partir de la
inscripción de los datos personales de los miembros del grupo familiar en las oficinas de la
ANSES. La documentación a presentar por cada grupo familiar, indicada en el sitio web del
organismo, incluye los títulos de identidad de cada padre, madre e hijo/a, además de
certificaciones negativas que indiquen la carencia de ingresos laborales de los hogares.
Asimismo, el trámite de inscripción al régimen de asignaciones familiares representa para
el Estado la posibilidad de establecer una relación directa con la población constituida como
beneficiaria y acceder a información respecto a ella que no poseería de otra manera. Se asiste
a una serie de instancias formales de normalización de quienes concurren a las Unidades de
Atención Integral que se articulan a partir del apersonamiento mismo de los sujetos. Además
de las entrevistas con los funcionarios públicos, la inscripción en ANSES requiere de la
observancia de una serie de registros, documentos y cálculos dispuestos de antemano por el
organismo, los que en términos de Rose y Miller (1992) componen a las tecnologías de
gobierno.
“Necesitamos estudiar los humildes y mundanos mecanismos mediante los
cuales las autoridades hacen posible el gobierno: técnicas de notación,
computación y cálculo, procedimientos de medición y evaluación, la invención de
dispositivos como encuestas y modos de presentación de datos como tablas, la
estandarización de los sistemas para la práctica y el inculcamiento de hábitos, la
inauguración de especifismos y vocabularios profesionales” (Rose y Miller,
1992:183).
Vale señalar que, en general, los sectores recluidos en el mercado laboral informal poseen
lazos más débiles o menos consolidados frente a una serie de instituciones públicas que
aquellos que se encuentran trabajando “en blanco”. De estos últimos se conoce no sólo el
lugar en el que se encuentran empleados: sus salarios son asimismo objeto de gravámenes y
sus aportes jubilatorios robustecen el sistema previsional.
En este punto resulta pertinente, además, detenerse en la que puede entenderse como a
una configuración estratégica de la AUH y la AE, esto es, aquellos usos de la tecnología de
gobierno “no contemplados inicialmente en sus finalidades manifiestas, pero tampoco del
todo desligados de la racionalidad que la orienta” (Giavedoni, 2009: 311) y que se expresa en
el acceso de los beneficiarios a la órbita del sistema financiero y crediticio. En este sentido,
vale señalar que los montos retenido de cada pago mensual son reservados por ANSES en
una Caja de Ahorro del Banco Nación al nombre del titular de la AUH/AE, sin costo para los
“Transferencia de ingresos, fecundidad y gobierno de la población: análisis de las tecnologías de gobierno en la AUH y la AE ”
Lic. Philipp Edling
beneficiarios. Así, las asignaciones agregan una utilidad al registro de datos de sus
beneficiarios a la Administración de la Seguridad Social, la cual está dada por la apertura de
una cuenta bancaria que, en virtud de su desligamiento del mercado laboral formal, puede
constituir la primera (o lo que es igual, la única) para los sujetos que perciben el subsidio.
Amén de las repercusiones que puede significar para el consumo interno y para la
actividad económica la inyección de una partida que en 2017 superó los $50.000 millones
(ANSES, 2018), interesa destacar la relevancia del ingreso al sistema financiero de un
contingente poblacional de la magnitud del caso. Si se tiene en cuenta que más de dos
millones de hogares reciben mensualmente el dinero en una caja de ahorro y que la existencia
de esta posibilita el acceso a una serie de herramientas adyacentes que van desde una tarjeta
de débito a la creación de un scoring crediticio (el cual hace viable la concreción de
operaciones a crédito), las implicancias de las técnicas de gobierno en materia financiera son
insoslayables. Kliksberg y Novacovsky (2015) hacen notar que, más allá de que el grueso del
dinero de la AUH se dirige a la satisfacción de necesidades básicas, los beneficiarios también
ven facilitado el ingreso a operaciones a cuotas en casas de financiamiento, las que adaptan
sus políticas comerciales a los nuevos sujetos que constituyen la demanda.
perciban. Nuevamente en este punto se hace visible una continuidad histórica en materia
normativa, reforzando el binomio madre-hijo presente en toda la legalidad ligada a la familia
(Nari, 2004). Sin hacer alusión directa a este aspecto, la Presidenta da cuenta de este
fenómeno:
“La historia de las asignaciones familiares surge porque a nosotras las mujeres,
como la mayoría estaba a cargo de los hijos, no nos empleaban en el mercado
laboral, porque tenían que pagar asignación a la mujer. ¿Qué se hizo entonces? Se
diseñó que la asignación familiar fuera pagada por el Estado para evitar la
discriminación de la mujer y así surge la historia de la asignación familiar por hijo
para defender a un grupo vulnerable en ese momento, las mujeres, y para acabar
con las discriminaciones” (Fernández de Kirchner, C., 2009).
Al mismo tiempo, el sitio web de la ANSES establece en el apartado relativo al trámite de
la AUH que el beneficio es cobrado por uno de los padres, priorizando a la mamá, disposición
que no responde a ninguna de las cláusulas del decreto 1602 ni de la Ley 24.714 de
Asignaciones Familiares, que éste modifica. En este sentido, la AUH ha sido cobrada desde
sus inicios mayoritariamente por las madres, quienes asumían su titularidad en un 78,2% de
los casos en noviembre de 2009 y llegando al 97,5% exactamente cuatro años después, en
noviembre de 2013 (Kliksberg y Novacovsky, 2015).
4. BALANCES
A través de lo expuesto, el análisis de los textos normativos de la AUH y la AE torna
inviable la concepción de éstas como estrategias de gobierno de la natalidad. Es posible
concluir en este sentido a partir de dos tipos de argumentos, explicitados en las páginas
previas.
En primer lugar, hemos observado que la discursividad estatal en torno a la presentación
de las iniciativas carece de referencias a las categorías demográficas de la natalidad o de la
fecundidad (hecho que implica un quiebre con experiencias previas de gobierno institucional
argentino) y se concentra en las proclamas que priorizan la perspectiva de la justicia social. El
segundo -y primordial- argumento, sin embargo, se presenta a partir del análisis de las
disposiciones particulares de los programas, cuyo análisis no devela la existencia de
predilecciones hacia el gobierno de la fecundidad -en general-, o hacia utilidades
pronatalistas -en particular-.
Puntualmente, los límites establecidos en la cantidad de beneficios por grupo familiar no
se explican al interior de una racionalidad poblacionista: un hogar que percibe la AUH no
puede cobrarla por más de cinco de sus hijos menores, aún si contara con seis o siete.
Análogamente, la AE no “premia” los embarazos múltiples y sólo abona una prestación a la
mujer embarazada, independientemente si se encuentre en gestación de más de un niño o
niña a la vez. De manera accesoria, tampoco se localizan en la producción normativa del
período beneficios de orden económico o impositivo hacia las familias numerosas, como los
implementados en otros órdenes temporales (Di Liscia, 2000).
Aun cuando la existencia de un programa de gobierno de la fecundidad no implica la
inmediata consecución de las metas pronatalistas, cabe señalar que las tasas de fecundidad y
de la natalidad a partir de 2009 no han revertido sus tendencias declinantes, ni se observa un
aumento significativo en las dimensiones de la problemática del embarazo adolescente
“Transferencia de ingresos, fecundidad y gobierno de la población: análisis de las tecnologías de gobierno en la AUH y la AE ”
Lic. Philipp Edling
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“Transferencia de ingresos, fecundidad y gobierno de la población: análisis de las tecnologías de gobierno en la AUH y la AE ”
Lic. Philipp Edling
r.j.kranz@gmx.de
Tanto el Partido Socialista de Argentina (PSA) como Both the Argentinian Socialist Party (PSA) and the
el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) fueron afi- Social Democratic Party of Germany (SPD) were affilia-
liados de la Segunda Internacional Socialista, organi- tes of the Second Socialist International, the organisa-
zación en la cual se coordinaban e intercambiaban los tion that between 1890 and 1914 served as a league for
diferentes partidos socialistas entre 1889 y 1914. El coordinated action and exchange between the socialist
SPD ocupó un rol de liderazgo en la heterogeneidad de parties of the different nations. The SPD held a promi-
organizaciones socialistas de la Segunda Internacional nent position among the heterogenous socialist orga-
y por diversas especificidades el “modelo alemán” se nisations of the Second International and because of
convirtió en el ejemplo del “partido socialista de ma- various specificities, the “German Model” was establis-
sas”, presente en diferentes aportes de la teoría políti- hed as the pattern of the socialist mass party in different
ca. political science theories.
Debido a esas características se presenta como orga- These properties turn the SPD into the appropriate
nización adecuada para la comparación con el PSA, el organization for the comparison with the PSA, which
cual se consolidó como expresión partidaria socialista consolidated as a party between 1890 and 1914. In the
en la Argentina entre 1890 y 1914. En el artículo se present article we will compare the complexity of the
compararán los grados de complejidad de los respecti- corresponding social and political environments, the
vos ambientes sociopolíticos en los cuales ambos parti- relations with other actors that claim presence in the
dos se vieron insertos, con énfasis especial en las rela- party’s “hunting domain” and, according to Angelo
ciones con los diferentes actores presentes en los Panebianco, the possibilities of environmental control.
“territorios de caza” y -siguiendo a Angelo Panebianco- Through the comparison, we will partially respond as
las posibilidades de control ambiental. well to the reasons that conditioned the parties unlike
Mediante la comparación se intentará parcialmente positions in their respective political systems, as to the
dar respuesta a las razones por las cuales ambos parti- difficulties that the PSA encountered in its quest for
dos socialistas alcanzaron posiciones diferentes en sus gaining leadership among the Argentinian labour mo-
respectivos sistemas políticos y las dificultades que el vement.
PSA encontró para establecer un liderazgo en el movi-
miento obrero argentino.
INTRODUCCIÓN
Tanto el Partido Socialista de Argentina (PSA) como el Partido Socialdemócrata Alemán
(SPD) fueron afiliados de la Segunda Internacional Socialista, organización en la cual se
* Elpresente artículo resulta de una más amplia investigación comparativa entre ambos partidos, realizada en el
marco del trabajo final de carrera de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad Nacional del Litoral
(UNL). El mismo lleva el título “¿Qué partido para las masas? Una comparación entre el partido socialista ar-
gentino y el partido socialdemócrata alemán entre 1890 y 1914”. Una versión abreviada de este artículo fue pre-
sentada en el panel “Programa de actividades científicas y tecnológicas (PACT) Política y cultura: actores, proce-
sos e instituciones” durante las 4tas Jornadas de Ciencia Política del Litoral (UNL 16-18/05/20018).
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
1A lo largo del presente artículo se hará decididamente énfasis en la acentuada diferencia de los escenarios en los cuales am-
bos partidos se vieron insertos. Aquí sin embargo el enfoque comparativo primario yace en las propiedades compartidas por
ambas organizaciones de representar “partidos políticos de orientación socialista” en el lapso temporal determinado.
2 Aquínos referimos a la acción política-parlamentaria como método de acción en relación con el reformismo como procedi-
miento indicado para la transformación social
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic.
Mediante el cotejo se intentará, parcialmente3, dar respuestas a las razones por las cuales
los partidos socialistas analizados en posterioridad al periodo analizado jugaron roles
diferentes en sus respectivos sistemas políticos y destacar las dificultades que el PSA
encontró para establecer un predominio en el movimiento obrero argentino.
3 En el contexto de la investigación más amplia que encuadra el presente artículo, se realizó una serie de cotejos entre ambos
partidos según diferentes factores que podrían haber incidido en los posicionamientos dispares de ambos partidos en sus
respectivos sistemas políticos. Así fueron comparadas las estructuras organizativas, las articulaciones con los fervores nacio-
nalistas, presentes en la época. También se hizo énfasis en los debates doctrinarios internos y la realización efectiva de la
“acción política”.
4 Lipset y Rokkan distinguieron dos procesos paralelos en la construcción de los Estados Nacionales modernos, la
“Revolución Nacional” y la “Revolución Industrial”. Los conflictos abiertos en los jóvenes Estados-naciones entre “la cultura
central que construye la nación y la resistencia creciente de las poblaciones sometidas de las provincias y periferias, étnica,
lingüística o religiosamente diferenciadas”, como también entre el Estado central y la Iglesia fueron encasillados a modo de
desenlaces de la “Revolución Nacional” (Lipset y Rokkan, 1992: 245). A su vez Lipset y Rokkan ubicaban a los conflictos, por
intereses económicos contrapuestos, entre centros urbanos y las zonas rurales, como también los conflictos entre trabajo y
capital surgidos en los mercados de trabajo capitalistas dentro de la categoría “Revolución Industrial”
5 Aquí parece pertinente, aclarar que, a pesar de haber sido elaborado casi seis décadas atrás, el modelo propuesto por los
sociólogos, al menos para el propósito de la presente investigación, mantiene su vigencia para el análisis de los sucesos his-
tóricos relacionados con el surgimiento y la consolidación de los partidos políticos “modernos” en el contexto de los procesos
de industrialización y las resultantes transformaciones sociales, especialmente los crecimientos exponenciales de las socie-
dades y los sectores proletarios urbanos. A la vez que ambos partidos, como sujetos del análisis histórico-político, se consoli-
daron en tiempos anteriores al cierre del “mercado de apoyo” que los autores identificaron. Por lo tanto, debido al lapso
temporal concluido que nuestro análisis abarca, es posible inscribir diferentes observaciones de las características de los
procesos relacionados con las consolidaciones organizativas en el estudio realizado por Lipset y Rokkan. Probablemente
surgirían complicaciones en la aplicación del modelo a los “partidos posindustriales” más recientes, ya que no abarca su sur-
gimiento ni tampoco prevé al fenómeno de las organizaciones electoralistas/movimentistas y los fenómenos relacionados
con las fracturaciones sociales que se comenzaron a acentuar con posterioridad a la elaboración y publicación del escrito del
dúo sociológico en 1959.
6 También influyen las configuraciones externas que actúan sobre las organizaciones, entre ellos los factores incluidos en los
umbrales de institucionalización que propusieron Lipset y Rokkan, que serán tratados más abajo.
7 Angelo Panebianco definió al territorio de caza de la siguiente manera: “la reserva sobre la que la organización establece
sus derechos y en relación con la cual se define la identidad organizativa y se establecen relaciones de conflicto (lucha por los
mismos recursos) y de cooperación (intercambios de recursos diferentes) con las demás organizaciones” (Panebianco, 1990:
47).
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
8 En el caso del PSA, el electorado base no existía de manera considerable hasta 1912, debido a las limitaciones impuestas
por el sistema político pre-Ley Saenz Peña.
9Y a nivel subnacional debido a los mecanismos restrictivos para traducir los votos en escaños a consecuencia del sufragio
de tres clases vigente, entre otros, en Prusia, el Estado predominante en la Federación .
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
10 A esto hay que sumarle que la construcción bismarckiana del sistema político establecía a Prusia como Poder de Veto en
el Consejo Federal, ya que ocupaba 17 bancas de manera permanente mientras que el número necesario para vetar una ley
consistía en 14 votos.
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
marginación sufrida a manos de los demás estratos que componían la sociedad imperial. El
milieu jugó un rol clave en el célebre “Estado dentro del Estado”11, cuyos “ciudadanos”
desarrollaban su vida social dentro de los límites de este. A su vez fue un pilar fundamental
del “modelo alemán”, basado en el enraizamiento total en el milieu y la simultanea
conducción política y social del mismo, una característica que le aseguraba altos números
electorales a la socialdemocracia. A esto se sumaba la libertad absoluta de expresión de
opiniones en los congresos partidarios, en conjunto con un fuerte sistema de democracia de
base que aseguraba la cohesión interna a pesar de la presencia de diferentes corrientes
interpretativas del socialismo en su interior.
El dominio del partido socialdemócrata alemán también tiene una explicación
organizativa, ya que según Panebianco “cuanto más elevada sea la institucionalización, en
mayor medida la subcultura del partido presentará los rasgos de una sociedad dentro de la
sociedad” (Panebianco, 1990: 129).
Así el partido, en su característica de Sozialeghettopartei12, obtenía la adhesión de la clase
obrera, tanto en cuanto al voto por el socialismo como por las ideas y valores que ese
representaba. Eso se logró mediante la constante presencia del partido en la vida cotidiana
del obrero alemán promedio de la época. “Clase” no fue por lo tanto solamente un término
sociológico para describir al milieu, sino una realidad diaria para los proletarios quienes
sufrían un “acceso restringido a la participación plena en la sociedad guillermina” (Hofrogge,
2011: 82). El milieu a su vez nació del proceso de aislamiento del partido de la sociedad
imperial, a consecuencia de las leyes antisocialistas. Durante esa fase, en el interior del
partido, se desarrolló un fuerte sentido de antagonismo en la relación con los demás sectores
sociales a base de una noción de “lucha de clase irreconciliable”, que luego se convirtió en un
tema central como demuestran los debates internos que giraban en torno a las alianzas con
otras agrupaciones (Steinberg, 1967: 91).
Un caso especial dentro del milieu obrero representa la relación entre el SPD y los Freie
Gewerkschaften (Sindicatos Libres, FG). Estos últimos fueron inicialmente considerados
como una mera herramienta para la lucha de clase, emprendida bajo el comando del partido.
A consecuencia se encontraban en una posición subordinada, y actuaba como un medio para
fortalecer la acción del SPD, en función de “escuela de lucha de clases” (Hofrogge, 2011: 120).
Allí, según las ideas de los dirigentes socialistas, se formarían los trabajadores conscientes de
la relación de explotación. Esta formación política, mediante la instrucción económica se
desarrollaba a través de la promesa de mejoras materiales y la instrucción en el conflicto
entre trabajo y capital. De esa manera, según el principal funcionario sindicalista Karl Legien,
el socialismo “llegaría mejor a las capas de obreros indiferenciados” y por lo tanto
representaría “una escuela mucho mejor que la organización política, para la formación de
trabajadores de carácter fuerte, dispuestos al sacrificio” (K. Legien, 1893, en: Schulz, 1976:
290).
En la visión de los pensadores socialistas alemanes, los sindicatos por lo tanto brindarían
un ejército permanente, formado para ser utilizados llegado el “Día X”, fiel a la teoría del
Revolutionärem Attentismus desarrollada por su principal intelectual, Karl Kautsky. Esta
doctrina se basaba en la convicción de que la revolución socialista era un hecho que iba a
suceder en el futuro siguiendo una ley natural que implicaba el derrumbe del sistema
capitalista y, por lo tanto, no debía ser impulsada mediante la acción violenta. El rol del
partido consistiría entonces en la organización y educación de la clase trabajadora con la
finalidad de prepararla para la llegada de ese momento. Un factor de la relativa debilidad de
los FG en la década de 1890 yace en la estructura misma del trabajo organizado en la
Alemania imperial, donde cada profesión contaba con su propia asociación de interés
autónoma, y a consecuencia existía la situación común de varios sindicatos operando,
negociando y compitiendo en paralelo.
La división de trabajo socialista jerarquizada, con las metas de mejoras socioeconómicas
perseguidas por los sindicatos subordinadas al fin último del partido, había sido
profundizada durante las leyes antisocialistas. En esa etapa el brazo político del movimiento
obrero, en forma de los parlamentarios, pudo operar con alcance limitado despojado del sello
partidario, pero operar al fin, a diferencia de los sindicatos cuya acción había sido prohibida
por completo por parte del gobierno del Canciller von Bismarck.
Esta relación de poder entre el partido y los FG cambió con la culminación del proceso de
consolidación del liderazgo de Legien, quien, en los procesos de refundación y reorganización
posteriores 1890, el año de la derogación de la legislación hostil, logró aumentar la
centralización de la organización sindical mediante la creación de un órgano de coordinación,
la Comisión general. Esa centralización a su vez incrementó la combatividad en la lucha
económica y de esa manera fortaleció la posición de los FG dentro del movimiento obrero
alemán13.
Como hemos indicado, el SPD se encontró con una situación ambiental relativamente
simple, los competidores por el liderazgo del movimiento obrero surgían desde el seno y las
inmediaciones del partido mismo y por lo tanto no tuvo que desgastar su fuerza en luchas
intra-clasistas (las negociaciones con los sindicalistas se llevaron a cabo en la mesa chica
entre las cúpulas de ambas organizaciones), lo cual le facilitó la concentración del esfuerzo
conjunto en el enfrentamiento con actores ajenos a la “clase”, en especial el Estado imperial.
Aquí se puede afirmar entonces que una organización partidaria institucionalmente fuerte
“ejercerá un predominio sobre los órganos externos del partido” tal como muestra el caso de
la autoridad del SPD sobre los sindicatos hasta mediados de la primera década del siglo XX
(Panebianco, 1990: 124). Sin embargo, también demuestra, que, una vez alcanzado, el control
sobre el ambiente no es interminable y existe una posibilidad latente del surgimiento de
competencia por su predominio. Aquí no vemos un ejemplo de reemplazo de poder, sino de
debilitamiento de la posición excepcional del SPD dentro del movimiento obrero alemán15.
13 TalRobert Michels observó un proceso de evolución organizativo-burocrático parecido a aquel del SPD (véase más abajo),
en los FG, éstos mediante la centralización institucional “obtienen un carácter menos ruidoso, se establece sobre conoci-
mientos prácticos de especialistas” (Michels, 1979, II: 96).
14 ElLiderazgo compartido del movimiento obrero entre el partido y los FG sin embargo no prevaleció por mucho tiempo, la
Gran Guerra de 1914 implicó una cesura importante en el mundo obrero, la ruptura del SPD y el surgimiento de actores
nuevos, quienes también competían por dicho liderazgo. Hechos que también impactaron en la organización y orientación
política de los sindicatos federados en los FG
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
15 Lasrelaciones entre el PSA y los otros actores mencionados serán presentadas de manera más bien sintética, ya que cada
vinculo brinda razón suficiente para una investigación propia.
16Hay que considerar, sin embargo, que la declaración de Justo data de casi una década después de la frustrada campaña de
nacionalización
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
A diferencia del PSA que consideró a la “acción política” como medio adecuado para la
implementación de reformas sociales y manifestó en su Programa el respeto por las leyes
vigentes, y con el cual mantuvo una relación cambiante entre los polos de colaboración y
antagonismo, el anarquismo rechazó la participación en el juego político y concentró sus
fuerzas en la acción directa. Mediante el enfoque fijo en la lucha económica y social, la
“tendencia más dinámica en el conflicto social” se estableció como “corriente orgánica del
movimiento obrero”, que brindó la posibilidad de operación inmediata, sin la nacionalización
como factor imprescindible para la participación plena, ni el fondo filosófico complejo que
conllevaba el socialismo (Camarero, 2017: 82)17. Otro factor para el éxito anarquista estuvo
representado por la realidad política del sistema “criollo” fraudulento, como bien cuestionó
Ricardo Falcón “¿qué incentivos podría tener un extranjero para naturalizarse frente a un
régimen político tan poco atractivo para ellos como el existente?” (Falcón, 2011: 212).
El anarquismo a la vez también representó un fuerte competidor cultural para el
socialismo argentino. Hernán Camarero describió al mundo sociocultural anarquista de la
siguiente manera: “los anarquistas constituyeron a su alrededor un significativo movimiento
social y cultural, que se articuló en torno a centenares de centros, círculos y agrupamientos,
bibliotecas y escuelas, grupos teatrales y nucleamientos feministas, y una densa red de
órganos de prensa, sobre todo, en las ciudades de Buenos Aires y Rosario” (Camarero, 2011:
55). Este espacio social anarquista colisionaba directamente con el intento socialista de
captación de los sectores obreros, mediante el proyecto de una especie de sociedad
alternativa “a imagen y semejanza del modelo desarrollado alemán” (Scherlis, 2005: 452).
Así a la vez que el anarquismo alejaba a los potenciales seguidores del PSA de la “acción
política”, también los enajenaba de la cultura obrera-socialista, una “pata” fundamental de la
autoconcepción de los partidos socialistas, ya que, según la concepción de Justo, la formación
de los segmentos subalternos se llevaría a cabo a través de diferentes canales: la organización
política, la organización gremial, las cooperativas y la trama cultural relacionada con el
partido. Esas “patas” fueron consideradas como líneas de acción paralelas, pero a la vez
separadas entre sí, por lo cual en especial, las cuestiones gremiales fueron tratadas con cierto
desinterés por parte de los dirigentes partidarios, quienes alentaron la participación de sus
afiliados en los sindicatos, pero consideraban a las actividades del trabajo organizado como
estrictamente ajenas a las tareas políticas. Aquellos sectores partidarios con preferencia por
la articulación directa entre acción política y acción económica luego formarían la base o se
insertarían en el sindicalismo revolucionario. De esa manera, el PSA desde temprano perdía
terreno en el movimiento obrero argentino y ya “durante la primera década del siglo XX […]
“había quedado en un espacio restringido dentro del universo gremial” (Camarero, 2017: 86),
el cual hasta el ascenso del sindicalismo revolucionario fue dominado por los sindicatos con
mayoría anarquista. Aquí se identifica una clara diferencia con la concepción alemana de un
movimiento obrero controlado de forma integral por el partido y el mencionado rol tutelar
del SPD sobre los FG que se mantuvo hasta mediados de la primera década del siglo XX.
Los tímidos acercamientos entre el PSA y las formaciones anarquistas a principios del
17 Un hecho que también formaba parte de las consideraciones del líder partidario Justo, quién rechazaba una doctrina mar-
xista, la oficial del SPD, para el PSA, debido a que lo ubicaba en el mundo metafísico filosófico, que consideraba inaplicable
a la realidad argentina, e identificó una necesidad preeminente del empleo de las ciencias duras para educar a los sectores
subalternos. José Aricó identificó un espíritu de “tradiciones liberales-democráticos” en la noción justista del socialismo
como “resultado inevitable del avance de la cultura política y la democratización de las instituciones” (Aricó, 1999: 38).
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
18 Pero afectaron a las diferentes expresiones del movimiento obrero argentino en su conjunto.
Este proceso esta simbolizado por la frustración de la huelga general de 1910, que dejó en evidencia que sin influencia
19
política se trataba de un método de lucha anticuado. Otro acontecimiento que representa esa transición de poder es la con-
quista de la dirección de la FORA en 1915 y la anulación de su carácter anarquista.
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
estableció como polo opuesto a los partidos obreros y el desplazamiento de sus objetivos,
según la “ley de hierro” micheliana20. El rechazo hacia los partidos obreros se transcribía en
la acción directa como método exclusivo, y la consideración de la participación parlamentaria
cómo traición a la clase, auto-comprendiéndose como forma integral y única de la lucha y los
aspectos sociales y económicos de las clases subalternas. A diferencia del anarquismo, el
sindicalismo mostró flexibilidad en su posición antiestatista y supo articular sus demandas
mediante la negociación con las autoridades y de esta manera afirmarse como actor principal
de la lucha gremial21, a la vez que logró adhesión obrera mediante el reclamo por la unidad de
clase.
En la Argentina se puede identificar una estrecha relación entre el PSA y el sindicalismo.
El segundo se originó al interior del partido, a partir de una corriente intelectual interna 22,
que pronto tendría apoyo externo, y su presencia en las filas del PSA se tradujo en una fuerte
puja de poder entre los sectores políticos y sindicalistas, con las agrupaciones locales y el
CEN como principales focos de disputa. Esta lucha, culminó en la expulsión de los
sindicalistas del Congreso partidario de Junín en 1906. Según las palabras del dirigente
socialista Nicolás Repetto, debían constituirse en “un partido autónomo a fin de realizar la
comprobación experimental de su doctrina y táctica” (en: Odonne, 1983 [1934]: 288). Dicha
expulsión resultó en la reducción de centros adheridos y el número de afiliados al partido.
Casualmente encontramos aquí una coincidencia temporal con la pérdida de poder del SPD
ante las FG en el mismo lapso.
Hasta ahora se puede sostener que la dificultad del socialismo argentino de convertirse en
vocero del movimiento obrero yacía en gran parte en la prioridad partidaria por la acción
política-parlamentaria, que se diferenciaba de las preferencias de un amplio sector del
proletariado activo en el movimiento obrero. Pero también en el escenario estrictamente
político, y a partir de 1912 de manera plena, el PSA encontró un competidor importante en la
UCR. Además, se puede identificar la limitación del electorado debido a su nacionalidad
como factor clave. Esa limitación según Juan Carlos Torre, significó la ausencia “del
proletariado moderno en la democratización” y debilitó la posición del PSA en la competencia
con la UCR, un “partido liberal disidente de la elite” (Torre, 2012: 41) capaz de lograr una
adhesión considerable en el mundo de trabajo debido a su imagen de principal antagonista
del “régimen oligárquico”. El PSA, por lo tanto, se encontró con un competidor surgido por
fuera de los estratos bajos, que supo pisar fuerte en el territorio de caza socialista, y cuya
abstención del juego electoral hasta 1912 no pudo ser aprovechado en mayor medida, y más
allá de las fronteras de la Capital Federal, por parte del socialismo en proceso de expansión,
también debido a la complejidad ambiental que resultó en el constante conflicto intra-
20 La “ley de hierro” comprende un proceso considerado por Robert Michels como inherente en cualquier organización par-
tidaria. Ahí sucedería una serie de desplazamientos de prioridades dirigenciales, desde la representación democrática de las
bases, en cuyo nombre los funcionarios habían perseguido la obtención del poder político, hacia la organización como fin en
sí mismo (“la sustitución de fines”). Dicha sustitución habría permitido la conservación del poder obtenido por parte del
personal especializado que se alejó continuamente de las bases y habría formado una oligarquía partidaria. El propio Mi-
chels se “convirtió” hacia el sindicalismo antes de emprender el camino hacia el fascismo. Véase Michels, (1979).
21Cabe remarcar que el sindicalismo revolucionario, en la etapa analizada, se encontraba en los inicios de su consolidación
como actor y representante económico principal de las clases subalternas argentinas. El “primer” sindicalismo de hecho
tuvo su apogeo a partir del primer gobierno radical bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen en 1916.
22 Para más información véase Camarero, (2011); Belkin, (2006); Falcón, (2011).
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
clasista.
Torre describió el dilema del PSA de la siguiente manera: “el voto socialista fue sobre todo
un voto obrero, pero no todos los votos obreros fueron a favor del socialismo” (Torre, 2012:
44). La prensa socialista comprendió a la UCR como principal competidor, y dibujó una
imagen del radicalismo como derivado de la política “criolla”, opuesto al PSA entendido como
único partido moderno del país. El socialismo continuamente acentuó esa diferenciación, la
cual también ocupó un rol determinante en los debates sobre las posibilidades de formar
alianzas políticas. En cuanto a esta relación entre PSA, UCR y el territorio de caza, hemos
encontrado una mención interesante en la tesis doctoral de Ricardo Martínez Mazzola, quién
comentó un artículo publicado en La Vanguardia, difamatorio de cualquier alianza con el
radicalismo, de la siguiente manera: “tenemos aquí una muestra de la función defensiva y
conservadora que el sectarismo principista podía cumplir entre los socialistas, protegiendo al
Partido -tal como ha planteado Roth (1963) para la socialdemocracia alemana- de los riesgos,
pero también de las oportunidades, surgidos de la posible ‘contaminación’ con otras
fuerzas.” (Martínez Mazzola, 2008: 126). Aquí se puede identificar en el PSA cierta
combinación de la noción de aislamiento que existió en el SPD (este último cómodamente a
la cabeza de una contra-sociedad en constante crecimiento), y por otro lado la limitación
impuesta por las condiciones del ambiente. Las nociones de intransigencia también se
basaban en la percepción de la ausencia de partidos políticos como competidores en el marco
de un juego democrático leal, ya que las posibles alianzas, aprobadas como práctica política
permitida en el segundo congreso en 1898, solamente se consideraban válidas en el caso de
que se cerrasen acuerdos con partidos de tipo moderno. El ambiente político argentino, sin
embargo, no presentaba organizaciones políticas con este requisito, por lo cual los dirigentes
socialistas cultivaban la “orgullosa soledad” de manera más bien obligada, a la espera del
surgimiento de partidos orgánicos y una democratización plena del sistema político local,
cuyo impulso era considerado, según la visión de Juan B. Justo, una de las principales tareas
del partido en su desempeño parlamentario. En retrospectiva el mismo Justo lamentaría el
hecho que “el PS nunca lograría avanzar en acuerdos políticos” (Martínez Mazzola, 2010:
217). Por lo tanto, en el caso del PSA no se puede afirmar, una “comodidad” en el ambiente
que llevase al partido a posicionarse como “oposición no-participante”, tal como sucedió con
la socialdemocracia alemana, el principismo socialista aquí jugó un rol secundario y
consideramos que fueron principalmente los factores externos al partido, en forma de los
competidores que el PSA enfrentó en su territorio de caza, los cuales limitaron los espacios
del ejercicio social y político del socialismo argentino.
En cambio, en el caso del SPD, según Peter Nettl, ni siquiera se buscó una salida del
aislamiento originalmente forzado por las leyes antisocialistas entre 1878 y 1890, lo cual se
tradujo en una pasividad general en relación con la búsqueda de reformas políticas que
podrían haber significado más poder político en el plano estatal.
La concentración de los esfuerzos de la socialdemocracia alemana se centraba en la
organización y ampliación del milieu, en vez de la acción directa. Sin embargo, para
aumentar constantemente el número de representantes socialistas en el Reichstag, el partido
debía reflexionar sobre posibles socios electorales. Luego de un recambio generacional, bajo
la conducción de Friedrich Ebert quién reemplazó a August Bebel que en aquel momento ya
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
Inserción Ambiental
23 Y fallecería en 1913.
24 Véase Miller y Potthoff (1981), Berger y Smith, (1999), F. Walter (2002) et al.
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
Otra diferencia a resaltar entre ambos partidos fue la influencia reducida de un ala
izquierda al interior del PSA. Cuando en Alemania las tensiones doctrinarias entre socialismo
reformista y socialismo revolucionario de izquierda (representado por Luxemburg,
Liebknecht etc.) se debatieron internamente en las publicaciones y los congresos partidarios,
en la Argentina hasta la fundación del Partido Comunista (1918), como derivado de una
escisión del PSA, no hubo una destacada articulación organizada de izquierda ubicada entre
los polos de acción política socialista y anti-política anarquista. Esto profundizó la brecha
doctrinaria en el movimiento obrero y complicó más aún la posibilidad del control ambiental
para el PSA.
Un factor que pudo haber sido decisivo para la inserción diferencial de ambas
organizaciones partidarias socialistas en sus respectivos escenarios políticos, aparte del
control ambiental, representa la permeabilidad de clases, es decir el “grado de apertura de la
sociedad” que se relaciona con la cristalización de los clivajes sociales (Lipset y Rokkan, 1992:
253). En relación con esto, Lipset y Rokkan describieron el caso de los trabajadores en los
Estados Unidos quienes se encontraban con condiciones de alta movilidad social, debido a las
bajas “barreras de estatus” causada por la constante llegada de nuevos inmigrantes y el
frontier, como promesa firme de libertad laboral y social, que habría contrarrestado el
surgimiento de un proletariado organizado y combativo. Esta configuración estadounidense
fue opuesta a aquella de los obreros europeos, donde se identificó un estatus vitalicio, es decir
una pertenencia de por vida a un determinado sector social. La marginalidad permanente
habría permitido la instalación de la socialdemocracia como Sozialeghettopartei. Juan Carlos
Torre afirmó este escenario, que “facilitó las condiciones para que los trabajadores puedan
articularse en un bloque cohesivo y vertebrado en su identidad de clase debido a la mayor
transparencia de los conflictos en el terreno económico y la vida política” (Torre, 2012: 37).
La cohesión de clase además fue fortalecida por las luchas por los derechos políticos, como
demuestra el conflicto entre estado y movimiento obrero, profundizado a partir de las leyes
antisocialistas en Alemania, que fortificaron la posición de aislamiento ocupada por parte del
SPD, que a su vez se tradujo en el milieu como sociedad paralela a la imperial.
En la Argentina -según Torre- la Ley de Elecciones de 1857, que aseguraba el voto a los
ciudadanos varones, en teoría, representó un caso temprano de democracia. Esto se relaciona
con su afirmación de que en lugares con alta movilidad social y un sistema político que
reconoce a los trabajadores como ciudadanos, esos tienden a organizarse en el plano
económico. Aplicado al caso argentino puede dar otro indicio de la preferencia de los
trabajadores por las formas económicas de lucha de clase y el modesto apoyo general al
PSA25. Tampoco hubo en la Argentina la hermeticidad social que nombraron Lipset y Rokkan
para los casos europeos. Sin embargo, cabe remarcar que a pesar de los factores en común -
alta tasa de inmigración, territorio vasto sin poblar, ausencia de una aristocracia-, las
configuraciones sociopolíticas y el desarrollo industrial de la Argentina también difirieron
considerablemente de las estadounidenses. Mientras que en el país norteamericano “existían
aparatos políticos que reclutaban a los migrantes y de esta manera, integraban a los
trabajadores extranjeros al régimen político democrático”, en la Argentina el requisito de la
naturalización funcionó como parteaguas, entre ciudadanos y habitantes (Falcón, 2011: 212).
Por lo tanto, aparte de la participación política, la nacionalización ofreció poco atractivo para
los inmigrantes europeos, quienes muchas veces optaron por conservar su ciudadanía de
25 Hay que remarcar, sin embargo, que incluso el apoyo obrero se redujo en gran parte a Buenos Aires.
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
origen y sin embargo gozaron plenamente de los demás derechos otorgados por la
Constitución Nacional Argentina.
La ubicación dispar en los respectivos sistemas políticos, posteriores a las décadas del
cambio de siglo XIX al XX, que yace en el alcance efectivo en relación con las posibilidades de
conquistar el Poder Ejecutivo por vía democrática, evidencia discrepancias importantes entre
las capacidades de captar y dominar los respectivos entornos sociopolíticos por parte de
ambos partidos. Los escenarios en los cuales el SPD y el PSA se vieron involucrados al
interactuar con los actores que operaban en el mismo “territorio de caza”, y que competían
tanto por los afiliados como por electores, se configuraban de manera diferencial en cuanto a
su grado de complejidad y posibilidades de adhesión social y electoral. Aquí parece oportuno
mencionar la “secuencia de umbrales en el camino de cualquier movimiento que pretenda
plantear nuevas exigencias dentro de un sistema político”, propuestos por Lipset y Rokkan
(Lipset y Rokkan, 1992:259), cuya utilidad para el análisis de los escenarios en cuestión
mantiene su vigencia. Eso porque el enfoque de la comparación yace en la
institucionalización organizativa, la cual coincide con la aplicación analítica del modelo de
Lipset y Rokkan basado en los partidos políticos surgidos en las sociedades que se
encontraban en el contexto de los procesos de industrialización.
Los sociólogos identificaron cuatro umbrales que influyen en la consolidación organizativa
de un partido en un determinado sistema político. La serie de barreras en el camino de los
jóvenes partidos que aspiraban a participar en el juego político consiste en el umbral de
legitimación, que se refiere a las posibilidades que el sistema político les brinda a los partidos
en cuanto a la libertad de expresión de opiniones y actitudes de oposición. El umbral de
incorporación, el nivel de reconocimiento de los plenos derechos políticos a los seguidores de
los movimientos emergentes. El umbral de representación que indaga sobre la posibilidad de
introducir un partido en representación del movimiento emergente o la necesidad de aliarse
y/o integrarse a un movimiento más antiguo para perseguir los fines propuestos por la vía
política. Por último, el umbral de poder de la mayoría, el grado en el cual la mayoría
numérica en elecciones se transcribe en poder decisivo real, la posibilidad de introducir
cambios estructurales en el sistema político. Dichos umbrales se refieren a una serie de
factores que inciden en el grado de consolidación de un movimiento emergente en un sistema
determinado e incluso la formación de un nuevo sistema de partidos.
En relación con los partidos socialistas analizados aquí, tal como se encuentra resumido en
la Tabla 2, se puede afirmar que para el umbral de legitimación hubo cierta variación en la
comparación directa. Eso porque el PSA a partir de su participación parlamentaria, y a pesar
de las resistencias iniciales, gozó de cierto grado de aceptación por parte de los sectores
políticos establecidos, tal como ejemplifica la consulta de diferentes figuras del socialismo en
el proyecto de la Ley de Trabajo de Joaquín V. González. El partido así encontró cierto
espacio de expresión en el Parlamento Nacional, la participación de sus representantes en
muchos casos llevó a reñidas batallas orales en el recinto. La legislación en diferentes
momentos obstaculizaba el trabajo del PSA, sin embargo, nunca se le prohibió la
participación política de manera explícita. En cambio, el SPD se encontró ante un umbral
más alto, la intención de participación parlamentaria, a pesar del importante y creciente
número de los representantes socialistas, chocó con una muralla conservadora, asegurada
por las alianzas interpartidarias del bloque monarquista y la legislación imperial restrictiva.
Las propuestas socialdemócratas de esa manera nunca se debatieron, mientras que sus
Eje temático: Partidos políticos y sistemas electorales
representantes fueron marcados como “gentuza apátrida” por los sectores conservadores. La
presión opositora que ejercía el SPD de esa manera fue disminuida por los sectores
conservadores.
En cuanto al umbral de incorporación se puede afirmar que, en el caso del PSA, ha sido
más alto, lo cual se debió a la mencionada ausencia de los derechos políticos para muchos de
los seguidores del socialismo argentino, debido a su nacionalidad extranjera. A su vez, los
electores socialistas argentinos, quienes en teoría26 gozaban de los plenos derechos, recién a
partir de la “Ley Saénz Peña” tenían cierta certeza de que su voto sería computado
correctamente para el escaño correspondiente. Los socialdemócratas alemanes, a nivel
nacional, tenían asegurados el sufragio universal masculino desde la fundación del Reich en
187127. El umbral de incorporación por lo tanto ha sido menor que en el caso argentino. En
cuanto al umbral de poder de la mayoría, la traducción efectiva de los sufragios obtenidos en
poder decisivo, para ambos casos analizados aquí, se pueden afirmar altos niveles. En la
Argentina, hasta 1912, debido a los diferentes mecanismos que aseguraban el régimen
conservador, las chances de conquistar el Poder Ejecutivo eran nulas. Eso explícitamente a
pesar de que, debido a la legislación electoral argentina, y a diferencia del escenario alemán,
la obtención de la mayoría de los votos habría significado la obtención del Poder Ejecutivo, en
teoría el umbral por lo tanto hubiera sido bajo. Los engranajes de la “política criolla”, sin
embargo, aseguraban la circulación del poder en ciertos sectores tradicionales, los cuales a la
vez restringían el acceso al juego político argentino28. Según J.C. Torre, “en estas condiciones,
los comicios se desenvolvieron viciados por el fraude y la violencia” y las elecciones
solamente habrían servido para que “las facciones de la elite dirigente dirimieran sus diputas
por el acceso y control del poder político” (Torre, 2012: 40). En el escenario alemán, el SPD
se encontró con un sistema en el cual las altas cifras electorales alcanzadas no tuvieron
impacto en las decisiones tomadas en el parlamento, debido a las facultades limitadas del
mismo y el bloque conservador con fidelidad absoluta hacia el káiser y su canciller.
En cambio, el umbral de representación ha sido bajo. Eso debido a que ninguno de los dos
partidos políticos tuvo que integrarse en un movimiento más antiguo para la persecución de
los fines planteados. Esto se relaciona también con la noción de los “viejos partidos” que
propusieron Lipset y Rokkan y la consolidación institucional anterior a la ampliación del
sufragio universal, que habría brindado un “mercado de apoyo” más amplio. La
representación del movimiento obrero emergente, sin embargo, se presentó más difícil para
el PSA, debido al grado de complejidad ambiental más alto, que dificultó el control del
“territorio de caza”.
Tabla 2.
Grados de umbrales de consolidación
Umbral PSA SPD
Moderado. Gozó de cierto
de legitima- Alto. Enfrentó un bloque conser-
grado de aceptación por parte
ción (liber tad vador que se oponía a toda propuesta
de los sectores políticos estable-
de expresión de socialista. Oposición parlamentaria
cidos, contó con espacios de
opiniones y actitu- impotente y escaso espacio de expre-
expresión en el Parlamento Na-
des de oposición) sión.
cional.
Alto. Cantidad considerable
de incorpora- de seguidores con carencia de
Moderado. Desde 1871 regía Voto
ción derechos políticos debido a su
Universal Masculino a nivel nacional
(reconocimiento nacionalidad. Recién en 1912 la
en el Reich. Desde 1890 la participa-
plenos derechos “Ley Saénz Peña” daba cierta
ción socialdemócrata fue plena.
políticos) certeza del cómputo correcto
del voto.
de represen-
tación Bajo. El partido mismo generó las
Bajo. No hubo necesidad de
(posibilidad de condiciones para la participación
integración en un movimiento
introducción ge- electoral consciente de un considera-
más antiguo para lograr la par-
nuina o necesidad ble segmento de la sociedad impe-
ticipación en el juego político.
de aliarse y/o inte- rial.
gración)
Alto. Antes de 1912, debido a Alto. Las altas cifras electorales
de poder de
diferentes mecanismos que ase- alcanzadas no tuvieron impacto en
la mayoría
guraban el régimen conserva- las decisiones tomadas en el parla-
(transcripción de
dor, las chances de conquistar mento, por las facultades limitadas
la mayoría numé-
el Poder Ejecutivo eran prácti- del mismo y el bloque conservador
rica en poder real)
camente nulas. leal al monarca.
Fuente: elaboración propia
embargo, el bajo umbral de incorporación queda atenuado por el alto umbral del poder de la
mayoría, ya que los elevados números electorales, es decir, la importante adhesión electoral
que la socialdemocracia lograba no se traducían en un poder político decisivo debido a la
construcción constitucional del sistema político imperial. El mismo umbral, ha sido indicado
como alto para el caso argentino, cuando tal como se indica más arriba, en una deducción
puramente teórica habría sido bajo, debido a la ley electoral de 1857, la cual, en la práctica,
sin embargo, indujo fuertes restricciones en las posibilidades de alcanzar la mayoría electoral
por la vía democrática. La mayor coincidencia entre ambos casos, en relación con los
umbrales, se pudo identificar en la representación, donde ambos surgieron como partidos
propios, a consecuencia de la fusión de diferentes agrupaciones, y representaron los ensayos
de organizaciones políticas de izquierda en sus respectivos sistemas. A su vez, ambos
representan lo que Lipset y Rokkan denominaron “viejos partidos” y fueron los vehículos
para el surgimiento de otras expresiones partidarias de izquierda, las cuales en ambos casos
nacieron del seno de los partidos socialistas. Por lo tanto, hay que considerar los resultados
comparativos que la aplicación del modelo de Lipset y Rokkan brindaron, en su conjunto,
para obtener una imagen general de los escenarios que los partidos en cuestión enfrentaron
en su consolidación política.
Mediante el apoyo en el modelo sociológico de los umbrales se pudo, por lo tanto, afirmar
la implicancia de los contextos inmediatos en los posicionamientos del PSA y el SPD en sus
respectivos ambientes. Las reglas del juego político y también los canales de expresión
disponibles para las clases subalternas (los hipotéticos seguidores de los dos partidos en
cuestión), incidieron de manera directa en las posibilidades de los partidos socialistas de
ejercer un dominio social y también político. Aquí hay que considerar, que la dominación del
ambiente social inmediato por parte del SPD se tradujo en una importante adhesión
electoral, la cual sin embargo no se tradujo en la dominación del ambiente político, pero
colocó a la socialdemocracia en una posición destacada, tanto en la Segunda Internacional,
como también, de forma más bien negativa, en el parlamento alemán. El desempeño y
crecimiento político del SPD en el Reich a su vez le brindó la base de una posición de poder y
le concedió el control sobre una importante sección de las clases subalternas en los últimos
respiros del imperio guillermino, cuando la aristocracia imperial buscó salidas no violentas
mediante negociaciones con los socialdemócratas. De esa manera, en los caóticos días
alrededor del 9 de noviembre de 1918, la socialdemocracia, poseía la estabilidad suficiente
para la declaración de la República sucesora del Reich. Estos sucesos y la postura de fuerza
del partido a su vez dieron lugar a la formación del primer gobierno de la República de
Weimar en 1919. Allí, el SPD Mayoritario, luego de un doble proceso de escisión de diferentes
corrientes partidarias, formó una coalición con sectores moderados, entre ellos el Zentrum, la
cual dio lugar al primer presidente socialdemócrata (Friedrich Ebert) y también afirmó al
dirigente Philipp Scheidemann como jefe de gobierno.
El PSA a su vez tuvo un crecimiento electoral considerable a partir de 1914, y
especialmente en su bastión, la Capital Federal. Sin embargo, no pudo unir al fraccionado
movimiento obrero argentino y, al igual que el SPD, también sufrió escisiones importantes, a
mano de diferentes corrientes internas (Partido Socialista Internacional, 1917 y Partido
Socialista Independiente, 1927). Durante la primera experiencia democrática en la Argentina
que se extendió hasta 1930, el socialismo por lo tanto se afianzó en el sistema político
argentino, pero sin embargo no pudo aumentar sus posibilidades reales de aspirar a la
“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
obtención del Poder ejecutivo por la vía democrática. Aquí también jugó un rol importante la
desnivelada extensión territorial del PSA, el cual concentró la mayoría de sus electores y
fuerzas en los centros urbanos, un problema remarcado desde su fundación29, que no pudo
ser resuelto de manera satisfactoria en los años posteriores. Allí donde creó una adhesión
electoral considerable encontró la capacidad de disputar cargos e imponerse ante el flamante
partido hegemónico, la UCR, la cual contó con una extensión territorial y por lo tanto un
alcance nacional más homogéneo.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión es posible afirmar que la relación con los demás actores de los
respectivos ambientes sociopolíticos representó un factor importante en la determinación de
la posición a ocupar en el sistema político. Sin embargo, no puede deducirse únicamente de
ello, y de manera aislada, que la constitución del ambiente ha sido “el” factor determinante
para el desarrollo dispar de los destinos de ambos partidos. De todas formas, se puede
sostener que la adhesión política-electoral diferencial resultó, primordialmente, de presiones
ejercidas sobre las organizaciones socialistas a consecuencia de diferentes factores externos
cuyo dominio se encontraba fuera del área de influencia directa de los dos partidos políticos
en cuestión. Aquí se puede nombrar la presencia y fuerza de diferentes actores en el territorio
de caza, la cual en el caso argentino estuvo decididamente más acentuada y por lo tanto
aumentó considerablemente la complejidad del ambiente inmediato del PSA. A consecuencia,
este no pudo imponerse en una posición de liderazgo de las clases subalternas, lo cual
también se debió a la comprensión de las tareas propias de un partido socialista por parte de
sus dirigentes. La alta movilidad social y el vasto territorio argentino también ocuparon un
rol decisivo, ya que el partido no pudo ejercer un nivel de cohesión semejante al alemán sobre
los sujetos que pretendía representar por la vía política, los cuales en muchos casos
prefirieron otras formas de acción para lograr la transformación de sus realidades. De la
misma manera no pudo instalar una red de centros y agrupaciones con cobertura territorial
homogénea, una desventaja en la posterior competencia electoral a nivel nacional con la
UCR. La utilización de los umbrales propuestos por Lipset y Rokkan permitió evidenciar de
qué manera las condiciones legales y las costumbres políticas efectivas influyeron en las
consolidaciones de ambos partidos en sus respectivos sistemas políticos. El análisis de los
escenarios políticos específicos, que la aplicación del conjunto de los umbrales a los casos
seleccionados arrojó, posibilitó la profundización de la comparación y resaltar las dificultades
que ambos partidos socialistas enfrentaron en ese ambiente. En combinación con el previo
estudio de los territorios de caza sociales y políticos, se pudo acentuar las diferencias y
semejanzas de los escenarios en los cuales ambos partidos se desempeñaron.
En consecuencia, se puede afirmar, por un lado, que incluso el SPD en su característica de
“modelo de partido socialista de masas”, el partido más grande de la época, que controlaba su
ambiente inmediato de manera plena, estuvo limitado en sus canales de poder, debido a las
circunstancias externas y la concentración en la organización de las clases subalternas,
acorde a su doctrina del Revolutionärer Attentismus. Tal como lo expresó su principal
ideólogo, Karl Kautsky, el partido era revolucionario, pero de ninguna forma iba a impulsar la
revolución. La creencia firme en la ley natural de la llegada del derrumbe capitalista de esa
BIBLIOGRAFÍA
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identidad del Partido Socialista (1896-1916), Doc CEDES, nº 60, Buenos Aires.
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“La inserción ambiental de los partidos socialistas en Argentina y Alemania (1890-1914) ”
Lic. Robert J. Kranz
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WEBER, Max, (2010): Wirtschaft und Gesellschaft, Zweitausendeins, Frankfurt a.M.
Máquina A - significante en la era de los mass media
Este artículo es producto de una reflexión teó- This article is the product of a theoretical reflec-
rica que parte del capítulo II de la tesis titulada tion that starts from chapter II of the thesis enti-
La Resistencia es Conatus. Sociedad de Control tled Resistance is Conatus. Society of Control
y Creación en Gilles Deleuze. La meta de la in- and Creation in Gilles Deleuze. The goal of the
vestigación es realizar una aproximación a la research is to make an approach to the proposal
propuesta de comunicación desde la perspecti- of communication from the perspective of a-
va de la semiótica a-significante que expone significant semiotics presented by Gilles Deleuze
Gilles Deleuze y Félix Guattari. Para lograr la and Félix Guattari. In order to achieve the goal,
meta se tienen los siguientes cuestionamientos: the following questions are asked: How can we
¿Cómo comprender los enunciados a partir de understand the statements based on a collective
una problematización colectiva de los medios problematization of the media? What is the pro-
de comunicación? ¿Cuál es el protagonismo de tagonism of significant semiotics as a regime of
la semiótica significante en tanto régimen de political control, which Deleuze and Guattari
control político, y que Deleuze y Guattari consi- consider "another danger", and how does it dif-
deran “otro peligro”, y en qué se diferencia con fer from a-significant semiotics? And what use is
la semiótica a-significante? Y ¿Qué utilidad tie- the study of communication from an a-
ne el estudio de la comunicación desde una se- significant semiotics, having as variables the
miótica a-significante, teniendo como variables "Machine Easement" and the current praxis of
la “Servidumbre Maquínica” y la praxis actual communication in the mass media? The ques-
de la comunicación en los mass media? Las pre- tions will be resolved through a hermeneutic
guntas se resolverán a través de una lectura reading, used in a critical way, of the texts of
hermenéutica, usada de manera crítica, de los different authors, which will serve to constitute
textos de diferentes autores, que servirá para the basis for a critique of communicative stu-
constituir las bases a una crítica a los estudios dies, which would represent the foundation for a
comunicativos, que representaría el cimiento contemporary philosophy of communication.
para una filosofía contemporánea de la comuni-
cación.
INTRODUCCIÓN
Con la aparición del monumental trabajo de Jürgen Habermas titulado Teoría de la Acción
Comunicativa, las Ciencias Humanas observaron que los estudios en comunicación son
valiosos para comprender ciertas dinámicas del campo social, especialmente porque
coligieron que el pensamiento contemporáneo no podía reflexionar la realidad sin darle el
frente al lenguaje y la comunicación, como actividades determinativas en la formación de las
sociedades actuales.
La filosofía no es ajena a imperioso deber. La comunicación representa una de las áreas
más interesantes para poder comprender aspectos políticos, económicos, culturales, sociales,
Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
ecológicos, entre otros. Sin embargo, el interés más preponderante no son los beneficios que
puede generar la comunicación, sino los perjuicios que llega a provocar, pues es innegable
que la práctica mediática comunicativa es una de las responsables de la crisis
multidimensional de la democracia.
Los mass-media mienten, omiten o tergiversan. La política representativa ha hecho de la
comunicación su vacuola de expresión más importante, pero a la vez su propia perdición; la
comunicación ha hecho de la política interna una no-política y de la política externa su
relevante esencia. Al ciudadano lo transformó en consumidor, por lo que cualquier opinión es
una verdad y la subjetividad un relativismo vulgar que es sólo indigencia intelectual. No
obstante, también ha servido para que la lógica empresarial y económica establezca sus
condiciones, así como sus modos de existencia. La palabra ha mutado a una herramienta de
coerción y coacción.
Precisamente, Gilles Deleuze y Félix Guattari intentan abordar dicho suceso desde una
perspectiva diferente, es decir, lejos de una ontología fundamental comunicativa y existencial
de Heidegger, o la moral comunicativa salvadora y transformadora de Habermas, pues no
ven en el ejercicio comunicacional un componente verdaderamente crítico, por lo que el
consenso habermasiano o las reglas de la conversación democrática de Richard Rorty, no son
legítimas para que el concepto de comunicación posea un halo especial en la construcción
transformadora de la sociedad.
Deleuze y Guattari perciben la comunicación como un elemento incapaz de lograr cambios
sociales sustanciales, debido a que no se conoce la realidad en el funcionamiento de la
comunicación, sobre todo la que se define desde los mass media. Deleuze afirmó: “Hay que
apartarse la palabra” (Deleuze, 1999: p. 148).
Este breve trabajo busca exponer la postura comunicativa a-significante que defienden
Deleuze y Guattari, en la que la comunicación carece de potencialidad transformadora de la
sociedad, debiéndose ello a las condiciones monetarias y bursátiles a la que responden, y a la
necesidad de formar una “servidumbre maquínica”.
El trabajo está compuesto de tres partes. En la primera, se disertará sobre el uso del
enunciado por la comunicación, siendo los enunciados formas semióticas de dominación,
sistemas gramaticales de sumisión; es decir, el enunciado como creador de obediencia.
La segunda parte trabajará el tema del significante, el cual Deleuze y Guattari critican de
manera vehemente, pues es el “ídolo” encumbrado de los estructuralistas, convirtiéndose en
el mandato, en la consigna que debe ser obedecida; siendo el significante el fundamento de la
acción política, por su carácter representacional y teatralizado.
La tercera parte es una aproximación a la idea comunicativa de Deleuze y Guattari a partir
del concepto de a-significante, que como dice Maurizio Lazzarato, es ignorada por los
lingüistas y la filosofía analítica (Deleuze y Guattari, 1997). El a-significante es uno de los
mecanismos de mayor eficacia a la hora de cuestionar la comunicación como máquina de
instauración semiótica en la sociedad de control, y constructor de la subjetividad capitalista,
siendo el a-significante un arquitecto de la subjetividad en la sociedad de control.
Este artículo es producto de una lectura de los trabajos de Gilles Deleuze y Félix Guattari,
quienes fueron los primeros los mayores exponentes de la semiótica a-significante,
complementándose con los análisis de Maurizio Lazzarato.
“Máquina a-significante en la era de los mass media”
Lic. Jairo Gutiérrez Bossa
Hay que aclarar que este escrito es la aproximación de un concepto que no posee
constructo formal en la obra de Deleuze y Guattari, sino que es una temática desplegada por
la totalidad del trabajo filosófico.
3 La falta de claridad epistemológica de la comunicación ha afectado la manera en que se aborda su estudio. El no saber si la
comunicación es ciencia, disciplina o campo evita un desarrollo óptimo en la labor conceptual. Por eso motivo, el consenso
general, siguiendo a Pablo Múnera Uribe (2010), la comunicación como ámbito de estudio es un campo, es decir, “un espa-
cio en el que se construye una visión interpretativa, una mirada de conjunto y de apuesta por la construcción de sentido”.
“Máquina a-significante en la era de los mass media”
Lic. Jairo Gutiérrez Bossa
4 Esto quiere decir que hay un dualismo entre el pensamiento y el objeto pensado, pero también el alma y el cuerpo. Aquí
subyace toda producción dualista, polarizada y opositiva en el interior del sujeto, por lo que todo tipo de conclusión es deba-
tible por su incapacidad de concreción.
5 Gilles
Deleuze usa un ejemplo fantástico para explicar el “yo pienso” cartesiano. El francés expresa que “pienso en el texto
en que Descartes dice: “Veo un unicornio o imagino un unicornio”. Puede ser que el unicornio no exista, puede ser que la
proposición, que el enunciado “veo un unicornio” sea falso, pero es verdad que “yo pienso ver un unicornio”. A este nivel,
dice Deleuze, hay desprendimiento del sujeto del enunciado y todos los sujetos de enunciados posibles, por lo que resulta
imposible decir “yo camino, luego pienso”, pero sí “yo pienso, luego existo”, ya que se puede deducir un sujeto del enuncia-
do.
Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
Lo dicho hasta aquí supone, en palabras de Oswald Ducrot (1984) en El Decir o lo Dicho,
que el enunciado es “una realidad empírica, que es lo que podemos observar cuando
escuchamos hablar a la gente. La frase por el contrario es una entidad teórica. Es una
construcción del lingüista que le sirve para explicar la infinidad de enunciados. Esto significa
que la frase es algo que no puede ser observado: no oímos, no vemos frases. Solamente vemos
y oímos enunciados” (p. 53).
Dicho brevemente, no existe enunciado unívoco sino enunciados equivalentes. Los
enunciados son planos anclados en el campo de inmanencia, en el que los enunciados
perversos, alcohólicos, esquizos, sociales, políticos y culturales se relacionan, por lo que
establecen un sistema diferencial de articulaciones comunicativas e informativas.
Las articulaciones comunicativas e informativas, especialmente en la política y el poder, se
instauran en los límites del significante, por tanto resulta en un mecanismo de dominación
en el que un sujeto queda subordinado al otro. El régimen significante tiene la función de
asegurar los círculos de mando establecidos en los mapas de flujo comunicante y de
realimentar las antiguas consignas para evitar el desorden que pueda originar. Así mismo,
pretende incluir todo agente dentro de su sistema de signos infinitos organizados.
Muy bien dice Roberto Altahona (2011) en Deseo y Literatura en la Filosofía de Gilles
Deleuze y Félix Guattari: Hacia una Política de los Afectos: “Hablamos de organización
cuando nos referimos a la multiplicidad de masa que a partir de su producción de enunciados
homogeniza a los individuos conforme a un significante lingüístico que se presenta en forma
de mandato” (p. 22). Es así como Gilles Deleuze y Félix Guattari inician una crítica rigurosa
al esquema significante/significado, en específico, la importancia del significante en Jacques
Lacan y Jacques Derrida autores fundamentales en la sobredimensión al significante, pues
este cuadro de pensamiento reafirma nuevas formas de acatamiento y sumisión, que se
instaura en la comunicación como vacuola de jerarquización y dominio del ser humano.
6 La máquina abstracta es un conjunto de materias y funciones que exceden todo tipo de mecánicas y que se definen por los
altos puntos de desterritorialización y descodificación, y que no tiene nada que ver con el manejo ordinario del nominativo
abstracto. Un ejemplo es la propuesta de Cathy O´Neail del uso de algoritmos como accesos a ejercicios democráticos con-
temporáneos. Es decir, que un algoritmo, según la matemática estadounidense, es un sistema de perfiles desde el big data,
el cual permite el acceso democrático en el campo social. Las prácticas burocráticas serán reemplazadas por algoritmos.
“Máquina a-significante en la era de los mass media”
Lic. Jairo Gutiérrez Bossa
El régimen de signos no tiene un límite, no son dos, tres o cuatro, son infinitos; hay
múltiples regímenes de signos, en los que se encuentran muchas funciones y en los que se
constituyen planos de estos signos conjugándose. Deleuze expone tres tipos de signos: los
índices, que son los signos territoriales; los símbolos, que son los signos desterritorializados,
y los íconos, que son los signos reterritorializados.
El signo se forja como un estado de la existencia misma, en la que el sujeto se encuentra
con la intensidad de un signo que quiebra el mundo de las representaciones, y “il semble
qu'on ne puisse parler de signes en toute rigueur que lorsqu'il y a une distinction, non
seulement réelle, mais catégorielle, entre les formes d'expression et les formes de
contenu” (Deleuze y Guattari, 1980: p. 84). Por tanto, se establece un imperio del lenguaje
sobre todos los estratos de la existencia, que se fortalece en la figura del traductor o el
intérprete. Sin embargo, la verdadera preocupación de Deleuze es el que llama él un autre
danger.
Ese un autre danger es el imperio del significante sobre el lenguaje, sobre el conjunto
infinito de regímenes de signos, por lo que afirmará Deleuze (1980) en Mill Plateaux.
Capitalism et Schizophrénie: “Il ne s'agit plus de savoir si le signe s 'applique à toutes les
strates, mais si le signifiant s'applique à tous les signes, si tous les signes sont doués de
signifiance, si la sémiotique des signes renvoie nécessairement à une sémiologie du
signifiant” (p. 84-85).
Este énfasis en el significante se debe a que Deleuze observa que a través del significado y
la representación el capitalismo produce y otorga funciones y roles, dotación de subjetividad
e individuación, por lo que “todo el mundo queda atrapado en una trampa semiótica
significante y representativa” (Lazzarato, 2007: p. 714), formando nuevas operaciones de
sometimiento ya no a la manera directa al cuerpo, sino a las identidades y funciones
concretizadas previamente, pasando por la multiplicidad y heterogeneidad de las semióticas
presignificantes7.
Es preciso destacar que esta posición de Deleuze ante el significante busca desnudar el real
funcionamiento del régimen significante de Ferdinand de Saussure y Jacques Lacan.
Brevemente, Saussure expresó que el significante es una imagen acústica, por lo que tiene
naturaleza auditiva, y es una de las dos caras del signo lingüístico, junto al significado, que es
el concepto; dicha relación es posible por la arbitrariedad del signo.
Por el lado del psicoanálisis lacaniano, el significante tiene una supremacía declarada
sobre el significado, considerando que es como un efecto del juego significante y que es
producido por la metáfora, por lo que el lenguaje no es un sistema de signos, como lo piensa
Saussure, sino un sistema de significantes. Lacan define que “un significante es lo que
representa al sujeto para otro significante” (Lacan, 1987: p. 46), de manera que el significante
7 Gilles Deleuze en Mill Plateaux. Capitalisme et Schizophrénie (1980), habla de una semiótica presignificante: que es de
carácter plural y polívoca, característica de los nómades, y que tiene de rasgo esencial la capacidad de combatir ante cual-
quier circularidad del significante. La semiótica significante: se refiere al carácter infinito del signo. Un signo remite a otro
signo, y que por lo tanto puede dejar de referenciar el signo como tal, pues sólo tiene importante la relación infinita de sig-
nos que conducen a la consolidación del significante. La semiótica contrasignificante: trata de una numeración o actividad
aritmética, en la que cada guarismo sirve de transición y corte, con un alto valor táctico no homogeneizador. La semiótica
postsignificante: tiene como rasgo la subjetivación desde una continuidad lineal de procesos finitos, que se transforma en
una línea de subjetivación. Ahora bien, la relación entre estos conceptos y la semiótica a-significante, es que sin importar
sus diferencias, todas corresponden a mediaciones semióticas que no remiten al lenguaje sino que el lenguaje consigna a los
regímenes de signos ya mencionados, porque son estos regímenes los que constituyen las disposiciones colectivas de enun-
ciación.
Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
es el campo del otro y representa al sujeto en relación con otros significantes 8, aclarando que
el significante no significa al sujeto.
Deleuze emprende una crítica a la lingüística estructuralista por la supremacía al
significante, la cual considera una representación imperial que impulsa a la representación
despótica, en la que se fundamenta la territorialidad del Estado, las políticas de sumisión y
obediencia, ya que el significante sobrecodifica al otro. Esto actúa a nivel político y propende
a la instauración de un significante amo, el cual reúne toda actividad despótica imperial.
Verbigracia: el padre, el gobernador, la policía, el profesor, al administrador de redes
sociales, el presidente, el senador, y especialmente, el jefe de contenido periodístico.
La propuesta de Saussure y Lacan, incluyendo a Derrida y a Chomsky (modelo arbóreo del
lenguaje), a pesar de sus diferencias, tiende a un mismo objetivo, que para él es confuso, por
lo que “le signifié n'existe pas hors de son rapport avec le signifiant, et le signifié ultime, c'est
l'existence même du signifiant qu'on extrapole au-delà du signe” (Deleuze, Guattari, 1980: p.
85). Esto lleva a aseverar que lo único que hay que decir del significante es que es
redundante, y en esa redundancia radica el carácter despótico, porque hay una “reducción del
contenido al significado y una reducción de la expresión al significante” (Deleuze y Guattari,
1997: p. 71).
Por tal motivo, dirá Deleuze (1980) en El Anti-Edipo. Capitalismo y Esquizofrenia, que “el
imperialismo del significante nos hace salir de la cuestión “¿qué quiere decir esto?”; se
contenta con rayar de antemano la cuestión y hacer insuficientes todas las respuestas al
remitirlas al rango del simple significado” (p. 215).
En conformidad con la afirmación anterior, Deleuze (1980) define el significante en Anti-
Edipo. Capitalismo y Esquizofrenia, como: “el signo devenido signo de signo, el signo
despótico que ha reemplazado al signo territorial, que ha franqueado el umbral de
desterritorialización; el significante es tan sólo el signo desterritorializado mismo. El signo
devenido letra […] El cuerpo ya no se deja grabar como la tierra, pero se prosterna ante los
grabados del déspota, la ultra-tierra, el nuevo cuerpo lleno” (p. 213).
Conviene subrayar, partiendo de la cita anterior, que la semiótica significante no impulsa y
tampoco necesita poner en dinámica comunicativa al hablante y al oyente, porque el uso de la
palabra no es lo importante; este régimen de signo busca atravesar y vitalizar los afectos para
así desbordar los límites de la “subjetividad individualizante”. Es decir, el lenguaje no tiene
una formalidad comunicacional en la que el mensaje se dirige a alguien que escucha y este
retroalimenta, sino que el enunciado busca franquear cuerpos, imaginarios, intensidades,
movimientos, entre otros. Por ejemplo, el partido político como conciencia, como
representación del pueblo.
Este régimen significante produce varias consecuencias, especialmente en el ámbito
político, pues como señala Félix Guattari (1992) en Caosmosis, “la subjetivación pática, en la
raíz de todos los modos de subjetivación, queda ocultada en la subjetividad racionalista
capitalística que tiende a soslayarla sistemáticamente. La ciencia se construye sobre una
puesta entre paréntesis de estos factores de subjetivación, que no vienen a la expresión sino
dejando fuera de la significación ciertos eslabones discursivos” (p. 40).
El ensanchamiento y desarrollo del régimen significante se consigue gracias a una
8 Una de las claridades más importantes que hay que expresar, es que los efectos emanados por el significante son los consti-
tuyentes del inconsciente, y son los que determinarán al sujeto.
“Máquina a-significante en la era de los mass media”
Lic. Jairo Gutiérrez Bossa
ecuaciones, planos que anuncian a la máquina y la hacen actuar a titulo diagramático sobre
los dispositivos técnicos y experimentales” (Guattari, 1992: p. 51). Esto hace referencia a
sistemas maquínicos de ficciones, virtualidades y protosubjetividades, que es contrario al
régimen de la ley, que son los regímenes semióticos significantes, los cuales han sido
endiosados por los estructuralistas.
La estructura totalizante del significante es destituida, debido a que no tiene la capacidad
de agrupar la complejidad ontológico-referencial total. El régimen significante es discreto y
binario; sintagmático y paradigmático. Su alcance es el de la alienación subjetiva y los modos
de sujeción social que van directos a un campo operacional político.
El régimen a-significante, propio de los medios de comunicación, procura por una
“servidumbre maquínica”, una subordinación que emana del mismo sujeto desde la voluntad.
“Las semióticas a-significantes operan una sincronización y una modulación de componentes
preindividuales y preverbales de la subjetividad” (Lazzarato, 2006), dicho de otra manera, los
enunciados mediáticos van dirigidos al lugar donde se generan la experiencia, los afectos,
percepciones, emociones, entre otros. El enunciado a-significante no intenta crear
significados sino provocar acciones, reacciones, una postura, una actitud; así se transforma
en las piezas de una máquina habitada por inpust/outpust que la hacen circular, moverse. A
la semiótica a-significante no le interesa instaurar un significado sino inducir movimiento.
Como muestra, el trabajo de Elisabeth Charlotte Rist con I'm a victim of this song (1995),
en el que intenta quebrar los límites de la reflexión y lo que busca es que la persona que se
encuentre con la obra experimente, se convierta junto al producto en un acontecimiento. No
hay que comprender, hay que experimentar logrando rupturas en los lazos interpersonales
formales.
En el caso de la música se tiene el trabajo del español Llorenç Barber con Conciertos de
Ciudades, en el que los espacios son multiperspectivos, una música de acción que genera
comportamientos sonoros renovadores, que se desprende de un multigenerador de focos
acústicos, renunciando al estructuralismo musical de la Escuela de Darmstadt.
Precisamente, un ejemplo en el aspecto comunicativo-político es el uso extremo a extremo
como código ansioso: “castrochavismo”. Este pseudo-concepto indefinible y que carece de
cualquier tipo de significancia, busca calibrar la ansiedad pública ante la amenaza del
“hambre”, la “pobreza” y el “terrorismo”. El uso de este neologismo no se dirige hacia a la
parte racional y consciente del sujeto, sino que busca activar los dispositivos preindividuales
de la subjetividad y la sensibilidad humana. Este carece de algún reducto ideológico o
discursivo, así que se sitúa en la facultad de despertar una irritación de los cuerpos. “Señal
sin significado”, dirá Maurizio Lazzarato (2007).
Del mismo modo, las semióticas a-significantes (la moneda, la producción de imágenes
maquínicas, los sonidos, las fórmulas, los datos, mediciones y encuestas) son la manera en
que se construye la nueva discursividad política capitalista, y que tiene en los medios el
vehículo de transmisión idóneo de la información que definirán los mecanismos voluntarios
de servidumbre, ya que la comunicación así concebida devela el enlace entre los elementos
enunciativos y el sistema de control.
Considerando lo anterior, Deleuze afirmará en la conferencia Qu’est-ce que l’acte de
création?, que en la práctica de la comunicación no surgen ideas, la creación no hace parte
de la comunicación, pues comunicar es transmisión de información, e informar es “un
Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
ensemble de mots d’ordre” (Deleuze, 2001: p. 286). Quiere decir que se dice lo que se debe
creer, pero esa información no es un mensaje lineal cargado de expresividad ideológica
contenida, sino que es una intervención en el lugar en el que surge la experiencia. La
comunicación ya no se puede mirar desde discursos cerrados, por ejemplo ligados a un tipo
de ideología, sino desde signos monetarios y bursátiles, que desean escribir lo real sobre el
sujeto sin necesidad de una representación “teatralizada”, sino desde la producción. El
informar es el sistema de control, y el sistema de control puede ser concebido como máquina
anunciativa a-significativa: los medios de comunicación.
Teniendo en cuenta esto, la comunicación en tanto semiótica a-significante no conoce
personas, ni roles, ni sujetos, rasgos de la semiótica significante que es política y que instala
representaciones subjetivas que indican una sujetación de la persona. El régimen
comunicativo a-significante crea una “servidumbre maquínica que agencia elementos
infrapersonales, infrasociales, en razón a una economía molecular del deseo” (Lazzarato,
2007: p. 718), en la que no hay discursos, sino activaciones afectivas relacionales. O sea,
poner en movimiento el sistema nervioso.
La comunicación mediática tiene que ser entendida desde movimientos e intensidades no
humanas, pues el lenguaje ya no debe reconocerse como una práctica inherente del sujeto,
sino que el lenguaje es una pieza en el régimen semiótico capitalista; es el medio maquínico
de reificación colectiva que destruye -al decir de Guattari- la dimensión de la inmanencia de
la enunciación.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
La comunicación mediática tiene como fundamento la transmisión de enunciados, los
cuales son consignas, mandatos u órdenes, que tiene que hacer acatados, obedecidos. Es
decir, que todo acto de un medio comunicativo, que puede ser concebido también como una
máquina enunciativa, es un dispositivo semiótico de sumisión, porque todo enunciado tiene
un rasgo performativo con el que el lenguaje puede crear cosas, constituir condiciones y
generar acciones.
Los enunciados no son unívocos sino colectivos, anclados en planos de inmanencia, en la
que se encuentran, interactúan y determinan un heterogéneo cumulo de enunciados, los
cuales establecen un sistema articulado de comunicación.
Dichas articulaciones comunicativas, que están enmarcadas en el campo ideológico y
político, se instauran en los límites del significante, lo que resulta en elementos de
dominación en los que el sujeto queda subordinado al otro. El régimen significante tiene la
meta de asegurar las vacuolas comunicantes en las que fluyen los mandatos, realimentando
las órdenes o mandatos de manera organizada e infinita, en las que todo que el enunciado
logre franquear cuerpos, imaginarios, intensidades, movimientos; por eso el significante está
moviéndose en los horizontes de las formaciones ideológicas
Los medios de comunicación actuales no cumplen una labor significante, no están atados a
saberes cerrados, ideológicos y transformadores, y se puede afirmar que no les interesa
expresar la verdad, no les interesan los hechos. La forma en que funciona la comunicación
mediática es en la reificación de la sociedad, no de la persona, incluso no hay personas, sino
masa, manadas, y el mecanismo es a través del régimen a-significante, el cual se encarga de ir
directamente al sistema nervioso, donde intervienen las emociones. El a-significante es una
“Máquina a-significante en la era de los mass media”
Lic. Jairo Gutiérrez Bossa
“indicación sin significado”, que sólo busca provocar movimientos, acciones. No importan los
roles, es necesario generar funciones, por lo que se emana una “servidumbre maquínica” en
lugar de un sometimiento social, por lo que lo que el uso de los enunciados propenden a que
toda información tiene el objetivo de producir afectos colectivos, teniendo en cuenta los
principios lingüísticos en el marco de una semiótica a-significante que no reconoce personas
sino deseo.
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Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
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La disputa de la Opinión Pública como política radical*
jfernandezb92@gmail.com
INTRODUCCIÓN
Suele pensarse -no tan equivocadamente- que la Opinión Pública es el centro de la política.
Esto, porque pese a la mayoría de las reflexiones que se han tenido sobre el devenir de la
organización social, la Opinión Pública – para bien o para mal- presenta en sí el ethos mismo
de las organizaciones representativas.
Pensar a ésta como parte primordial de la organización radica en una estructura que la ha
concebido como una suerte de imagen social sobre los sentires de la población, respecto a
determinados temas o el devenir mismo de sus elecciones políticas a nivel de organización en
cuanto a una coyuntura o período específico.
Ahora bien, entenderlo en estos mismos términos obliga analizar cómo ésta, en la
actualidad, se desenvuelve más allá de las meras observaciones filosóficas y adquiere, por
* Elautor agradece públicamente al Dr. Juan Antonio Gaitán de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
por los comentarios, aportes y correcciones hechas al presente trabajo.
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
entendiendo que las demandas, los tipos de escenarios, consignas y asociaciones complejizan
las disputas (Innerarity, 2015; Castells, 2012), aun cuando permanezcan ciertas
contradicciones históricas en sus debates, la Opinión Pública juega un rol imprescindible, por
cuanto su disputa es fundamental para la consecución de sus objetivos, y el escenario de
confrontación no es fácil de cerrar en el mero consenso.
Así, el presente escrito pretende problematizar lo que vendría siendo la Opinión Pública en
la actualidad, proponiendo que antes de considerarla como un todo, existe un conflicto
eminente en ella, que no está ceñido ni a las variables empíricas ni a las del consenso. Con
esto no queremos decir que ciertas técnicas e instrumentos no sean necesarias para su
estudio, sino que, por el contrario, la limitación de aquellas observaciones acota en demasía
la caracterización, conformándose con un relato unificado y no apuntando a los debates sin
cuartel que se deben dar en su interior, corriendo el serio riesgo de la despolitización si se
utilizan con intenciones limitantes (Martín-Baró, 1990). Para este fin, problematizaremos la
concepción de la Opinión Pública como un componente político esencial, portador de
acciones y transformador de realidades y no simplemente opiniones al aire sin sustento
formal. No pretendemos dar todas las respuestas, ni siquiera el panorama general, solamente
problematizar desde una vertiente crítica lo que este importante asunto requiere para lo que
la sociedad política necesita en la actualidad.
COMPLEJIZAR LA OPINIÓN
El uso de mecanismos aglutinadores y homogeneizantes, portadores de una confianza
empírica prima todavía dentro de gran parte de las disciplinas sociales, creyendo que la
medición cuantitativa es la principal forma de comprender la problemática social. Siguiendo
la caracterización dada en un comienzo sostendremos dos principios básicos acá: por un lado
entender la Opinión Pública desde la óptica de la Complejidad, es decir, entender el
fenómeno por fuera de una rigidez instrumental mediante el cual ha transitado el
conocimiento occidental, eliminando la constitución de la certidumbre (Morán, 2006) y por
otro, el de una Opinión Pública Discursiva [OPD] (Sampedro y Resina de la Fuente, 2010),
elemento esencial y fundador de la política de pensar la democracia.
Evidentemente, la certidumbre es una cuestión que ha estado patente en las discusiones
sobre la Opinión Pública, aun cuando lo discursivo también esté presente como una de las
cuestiones fundamentales. De ahí tal vez que se den los principales debates sobre lo
deliberativo como parte esencial. Las relativas complejizaciones pueden rastrearse en un
primer momento desde Arendt (2017), y el seguimiento histórico que da sobre lo público y lo
privado. Sucintamente, la novedad griega de la distinción de esferas públicas y privadas es
borrada en la modernidad y subsumidas dentro de lo social. Para la alemana, sería esta nueva
esfera social lo que determinaría la discusión política, generando una dualidad entre poder
(como una dimensión comunicativa y deliberativa) y violencia, esta última como
característica de la ruptura con la dimensión del debate.
Esta primera aproximación es interesante por cuanto, a diferencia de otros teóricos mucho
más “racionalistas”, el componente del poder está presente como una dimensión importante.
Sobre esto es que el debate con Habermas parece mucho más idóneo de observar como
primer esbozo de una teoría inacabada. Para el filósofo de la Escuela de Frankfurt, hay ciertas
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
discusión, sino que también sería culpable precisamente del levantamiento de discursos
populistas de derecha que atacarían realmente el componente democrático. Así, a este tipo de
“simplicidad” hay que anteponerle un tipo de política Agonista, es decir, la opción de
mantener el conflicto completamente abierto y como fundamento básico de la sociedad. En
este sentido, no existiría un consenso que no fuera coercitivo, y es obligatorio en ese sentido
observar la práctica política de la pluralidad de observaciones.
Sería obligatorio en ese sentido, el repensar constantemente las prácticas como una
fundación constante, es decir, el momento fundador y constituyente deben estar en un
continuum de sus prácticas, repensándose y reformándose constantemente, primando por
sobre todo su contingencia. No existiría ninguna teleología que estructuraría el debate hasta
el punto formal del cierre de la discusión. No es que no existan acuerdos, muy por el
contrario, sino que este no es símil de cierre, sino entender que la política de la democracia -
para estos- no podría entenderse desde una simplicidad. En ese sentido, la pluralidad de la
que se comenta requiere ciertos espacios básicos, donde la Opinión Pública, lejos de ser una
fuente unidimensional tanto de lo agregado como de lo discursivo en las problematizaciones
de Habermas (quien adquiriría el consenso como la expresión de ésta), es una maraña
rizomática.
Ahora bien, evidentemente este tipo de teorizaciones levantan otras problemáticas que
tampoco parecieran dar una suerte de solución al tema. Por un lado, el aspirar al Pluralismo
Democrático (Mouffe, 2016) deviene en pensar en las mismas imperfecciones del sistema de
Democracia, cuando no en sus posibilidades mismas de coerción. Entender el ámbito del
pluralismo se aloja en la desconfiguración de las certidumbres que permitía la democracia
simplificada de la modernidad sólida y obliga a pensar en la incertidumbre de la modernidad
líquida (Bauman, 2000), es decir la ruptura con ciertas estructuras imperecederas y
comprender la continuidad del debate y la organización desde el cambio constante y
adaptativo.
La conceptualización de lo último tiene resonancias dentro de la misma política
desconfigurada por los distintos movimientos sociales de principio de década. Aun cuando
hay otras expresiones que dan cuenta de una ruptura con ciertos órdenes (sobre todo en
Latinoamérica), un ejemplo de viraje se da a partir del 2011. Los movimientos de
“indignados” que se suscitan tanto en el centro como en la periferia del orden capitalista, dan
cuenta de una nueva complejización e irrupción del componente de la Opinión Pública
(Castells, 2012). Para Innerarity (2015), las antiguas conceptualizaciones de containers, que
homologaban todas las expresiones sociales ahora son destruidas, entendiendo la
heterogeneidad de las mismas. Esta idea de la heterogeneidad se alinearía con las
teorizaciones de las luchas por el “reconocimiento” que desplazarían el eje de gravedad desde
la clase a las distintas identidades. Aun cuando reconocemos que algo de cierto hay en esto -
entendiendo que la pluralidad democrática se aloja en todas estas nuevas identidades en
pugna- somos reticentes en asegurar con tanta vehemencia el desplazamiento del
componente de clase en las disputas por la Opinión Pública.
Evidentemente, entender que el consenso es una entelequia pasa por la comprensión de su
imposibilidad en los regímenes actuales. Si bien el desorden ha obligado a las antiguas (y a
las no tanto) organizaciones a un reacomodo en sus intereses, existe una disociación de cómo
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
enfrentar el tema de la Opinión Pública, y esto porque hasta su medición se complejiza por
cuanto las agrupaciones mismas son incapaces de una definición que supere las acciones y
organizaciones por afinidad o una simple unidimensionalidad. La adscripción o no a cierto
movimiento se daría en los márgenes de demandas y necesidades específicas, en dónde la
Opinión Pública no entra como una sola al escenario. Esta misma pluralidad y complejización
se conecta con lo que Laclau (2016) llamaba una Política Populista y la generación de
Significantes Vacíos, es decir, esas mismas consignas materiales y reales son capaces de
llenar con un sentido de acuerdo a cada subjetividad.
Esta “desterritorialización” -en palabras de Deleuze y Guattari- dan pie a comprender que
los espacios de organización no son únicos, y se identifican de acuerdo a subjetividades y
necesidades, que son incapaces de medir con total certeza y se ubican dentro de espacios
según el momento (Herner, 2009). La nueva capacidad de organización, con territorios cada
vez más cambiantes, obligan a repensar los conceptos de la Democracia y el debate de la
Opinión Pública no ya desde indicadores universales, sino que desde la complejidad que cada
movimiento representa y -como una posibilidad de renovación- desde las figuras que ellos
mismos erigen (Innerarity, 2015). Sobre esto último tenemos serias discrepancias. Las
razones podrían exceder ampliamente el espacio que tenemos destinado, pero nos
remitiremos a la mención de que generar una política de acuerdo a figuras no sólo corre el
riesgo del caudillismo, sino que también la pérdida total del componente de cambio de un
nuevo tipo de política. El comprender la representación de la Opinión Pública en una figura
estribaría en que bastase la prescindencia de aquella figura para la consecuente pregunta de
cómo reorientar la política antes llevada. Una cuestión que tiene mucho de los peligros que se
ha visto en sistemas políticos transformadores en Sudamérica.
Como ha observado con bastante agudeza, Balibar (2013) cree que la confianza irrestricta a
estas nuevas conceptualizaciones es ciertamente un error. Por un lado, suponer que en el
debate todas las organizaciones serán “democráticas”, podría llevar a una falta de juicio que
no sólo dificultaría la política, sino que también eliminaría el debate. Estas mismas
salvedades que da Mouffe (2016) sobre cuando hablamos de Pluralismo: ¿nos referimos a
todas las opiniones? ¿O hay algunas que no pueden ser sencillamente admitidas? Este último
punto representa algunas de las preguntas -a nuestro juicio- más atingentes en los momentos
que vivimos. El hablar con liviandad de Opinión Pública nos permite suponer que serían
absolutamente todas las opiniones contenidas o, de otra forma, también como la “opción
mayoritaria”, lo que la gente piensa. En este punto nos encontramos de acuerdo con
Habermas cuando señala -aludiendo a Marx- los peligros de soslayar los componentes
ideológicos al interior del sistema mismo.
Una de los temas más “innovadores” del ámbito de la política Agonista y la Democracia
Radical estriba en la reconceptualización del concepto de Hegemonía de Antonio Gramsci,
donde a diferencia del fuerte componente de clase, lo que aquí prima son las alianzas de
orden político sobre elementos de pertenencia en otros códigos (Norval, 2008). No nos
interesa mencionar esa vieja disputa sobre si prima más lo cultural o lo económico, no
obstante, sí hay cuestiones interesantes sobre, cómo para Gramsci (quien también por sus
mismas condiciones de escritura nunca pudo sistematizar de lo mejor posible sus conceptos),
el término de Hegemonía, en la lectura de Anderson (2006), refiere al ámbito del Consenso
Político, y cómo en aquellos códigos, lo discursivo entra con mucha fuerza. No obstante, el
“La disputa de la Opinión Pública como política radical ”
Javier Fernández Barrientos
aspirar a una Hegemonía radicaba también en una cuestión del Poder, de su constitución
material y como las unificaciones en torno a la clase son fundamentales. La generación de
una mayoría social, que dirija las ideas y concepciones políticas pasa por una disputa en todas
las esferas, que tensionan constantemente y no sólo se dan por meras buenas intenciones,
sino que en una estrategia de ruptura con los viejos órdenes.
Sobre esto algunos comentarios: por un lado, somos de la idea de que evidentemente la
mayor innovación de Gramsci es comprender que no existe sólo una forma de dominación, el
que se conecta -tal vez en demasía- con el concepto de Ideología en Marx. Pese a ello, la
intención de mencionarlo, es porque nos parece sumamente útil entenderlo como parte
también de la discusión, como una necesaria conceptualización al referirnos a la Opinión
Pública y lejos de otras que pueden pecar de candidez, aquí existen elementos a tomar en
cuenta, lo que daría pie a explicar opiniones muchas veces discriminatorias que se alojan en
el seno de los debates. Esto representa una doble tarea para las nuevas generaciones de
políticas. Por un lado, entender que la cuestión evidentemente se trata de cómo el debate no
se cierra, pero cómo en la disputa por hacerse escuchar (o ser reconocidos como diría Nancy
Fraser), hay una disputa por el Poder, una que, si bien tiene ámbitos alojados en una
identidad, contiene componentes unificadores dentro del sistema mismo de producción -
todas íntimamente relacionadas-.
Este último punto nos parece fundamental por cuanto se aloja en la superación de la
Opinión Pública como una cuestión testimonial y apunta a una complejización como
elemento activo de la Política. Por un lado, comprende que, como diría Foucault, todo
discurso en sí lleva alojado mecanismos de Poder (Serrano, 1987), aun cuando estos mismos
mecanismos puedan no ser categorizados sino cuando pasan a una acción. Esa vieja frase ya
instalada de que el “poder no se tiene, sino que se ejerce”. Pese a ello, los espacios de
resistencia, al superar lo meramente testimonial alojan una capacidad de ruptura y se
transforman en agentes de cambios (Innerarity, 2015). El Poder como conceptualización
entiende a su vez que los debates en la esfera pública no se dan en términos de similitud, ni
siquiera en categorías casi indiscutidas. Podría parecer de perogrullo, pero lo que intentamos
señalar acá es que cuando conceptualizamos desde el exterior pretendemos creer que todos
se ubicarían en los mismos términos, cuando en verdad la Ideología más que coerción,
también se transforma en un elemento de importancia. El consenso, en ese sentido destituye
lo transformador, alineándolo con la asimilación (Mouffe, 2016), y no permitiría avanzar en
una Democracia verdaderamente radical.
Con todo lo dicho, es necesario así entender que Lo Político, como espacio de pensar e
idear y plasmar en La Política se haya precisamente en la Opinión Pública. Entendiendo esto,
permite caminar a lo que Balibar (2013) ha mencionado como “Democratizar la Democracia”,
lo que constituiría ciertos criterios básicos de una “Ciudadanía Activa”. No obstante, como
bien señalaba el mismo autor sobre las dificultades de asumir que toda esta Ciudadanía
querría una democracia profunda, también se circunscriben ciertos componentes que las
nuevas teorizaciones sobre la Opinión Pública no toman en cuenta.
Parte de quienes apuntan a una renovación de la Democracia, lo hacen comprendiendo
que la Opinión Pública es fundamental, como espacio discursivo sobre las necesidades
concretas de las personas. Así, no es de extrañar que, ante el periodo de predominio del
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
neoliberalismo, que ha llevado a atiborrar todos los espacios sociales con el mercado (De
Laseneire, 2015; 36) se le anteponga como opción a la misma Democracia. Parte de los
movimientos sociales que demandaron otra forma de hacer las cosas, y es el principal motivo
que estemos escribiendo sobre estos temas, apuntan a la precariedad de la vida, y como
debería existir una suerte de diseminación del poder, que evidentemente se alojaría en el
objeto del que hablamos en este escrito. En ese sentido, ante un mercado altamente
absorbente, la contradicción del actual periodo sería la de Democracia – Mercado. Sin querer
detenernos en este punto, señalaremos sucintamente que entender dicha contradicción es
sumamente peligroso, precisamente porque la Democracia es perfectamente capaz de
convivir con el mercado, puesto que es un sistema ideado para estos fines, y elevar a calidad
de salvaguarda de las decisiones a un sistema que no complejiza ni cuestiona órdenes podría
hacer perder su capacidad de rupturista. En el mismo sentido, entendiendo que parte de las
relaciones de los sujetos se dan en los procesos de fetichización de la mercancía, abstrayendo
los componentes críticos de la sociedad (Bidet, 2007). Una idea similar sostendrá Zizek
(2008; 33) que, dentro de los debates sociales de la post-política, está fuertemente
sustentado lo que él llama “las buenas ideas”, es decir, ideas dominantes que cooptan la
discusión y que sería difícil de superar cuando existen todos los medios y plataformas para
generar “buenas ideas”.
No obstante lo anterior, la posturas agonistas representan un potencial notable sobre lo
que significa repensar y reconceptualizar los espacios de la Opinión Pública ya no como una
cuestión uniforme sino como recipiente de una capacidad de complejizar los ámbitos de la
vida cotidiana, disputando desde Lo Político los imaginarios de sociedad, entendiendo a su
vez que el Poder Constituyente se aloja aquí mismo. Un Poder que se funda constantemente y
que vale la pena mencionar que contiene una dualidad que, con bastante agudeza sostuviera
Colombo (2006; 18) tiene una doble dimensión: Potestas, es decir como coerción y Potentia,
como posibilidad. Siendo esta última la fundamental de la Opinión Pública discursiva, el
componente de posibilidad de no cerrar el debate y de posibilitar la creación de otras formas
de construcción de subjetividades y de sistemas sociales, una idea algo cercana a lo propuesto
por Arendt (2017), pese a sus limitaciones de su dicotomía con la Violencia. Pese a ello, lo
importante de poder señalar a esta autora es la noción importantísima de un componente de
Poder en la deliberación y, por tanto, de la Opinión Pública. Aun cuando Habermas
comprenda que son los elementos mismos los que permiten generar una política en toda su
complejidad, el consenso evita la agudización de las mismas contradicciones sociales,
impidiendo los procesos de politización que sólo se consiguen en momentos de profunda
movilización, entendiendo por ésta la beligerancia discursiva, la obligación de pensar
constantemente posibilidades y generando así Opinión Pública. Si, como dice Innerarity
(2015), entender el proceso de debate como algo separado de la acción política sería un error
por cuanto es una parte sustancial de la misma, es preciso postular que sólo en el debate
constante sin cierre es donde las sociedades mismas se politizan.
Así, reiteramos, no es un proceso donde obtenemos síntesis, sino que por el contrario en
este estado de cosas, la única forma de generar una acción es mediante la Opinión Pública, la
cual en su debate constante genera la Ciudadanía Activa, y genera las condiciones de
posibilidad de la Democracia.
“La disputa de la Opinión Pública como política radical ”
Javier Fernández Barrientos
CONCLUSIONES
En este escrito pretendimos problematizar sobre dos teorizaciones de la Opinión Pública:
como forma agregada y como discursiva, poniendo especial atención sobre esta última. Esto,
porque nos interesaba poner de manifiesto que las conceptualizaciones sobre este importante
tema son producto de nuevas formas de entender la vida, entender el debate y la
organización, y por tanto es necesario observarlo con toda su profundidad entendiendo que
se vuelve fundamental para las disciplinas sociales que aspiran a tratar de comprender y
explicar el mundo.
Aun cuando todavía queda mucho por hacer, existen nuevas intelectualidades que apuntan
a complejizar el panorama por sobre la mera suma de opiniones y consensos, entendiendo
que el tema abarca mucho más allá que una mera consigna y dentro de su espacio existen
múltiples subjetividades debatiendo y discutiendo sin pausa. Pese a ello, los problemas y
desafíos son tan múltiples como las voces beligerantes. Por un lado, el no querer cerrar el
debate apunta a cuánto específicamente damos espacio para el debate, quiénes son aquellos
que deciden y si en algún momento brindamos la institucionalidad como fuente fiable del
cambio político. De la misma forma, el no soslayar las intenciones de Poder, comprendiendo
el peligro que en la afinidad y en las ganas de no ser coercionado se pierda en el mero
voluntarismo. Cuando comprendemos estos ámbitos, se entiende que, dentro del estudio de
la Opinión Pública de una manera compleja, existen potencialidades poco explicitadas sobre
qué debe significar la democracia o cualquier sistema que aspire a la generación de nuevos
componentes políticos.
Lo que intentamos hacer acá fue un ensayo de preguntas y respuestas dejando de
manifiesto un debate al cual nosotros nos adscribimos desde la marginalidad que significa ser
un sujeto como cualquier otro. Pese a ello, apuntamos a dar cuenta de los componentes sin
que por ello queramos caer en la falacia de la objetividad científica. Como tal sustentamos
una posición, a la vez que entendemos que el mismo tema no está cerrado.
Las críticas de Mouffe y Laclau a la racionalidad de Habermas y las consecuentes escuelas
que se han generado son parte de un debate inmenso que no sólo se remite a estos
pensadores, sino que a un gran grupo y diversas disciplinas. Pese a ello, nos interesó
conceptualizar dos tipos de racionalidades que apuntan a complejizar un concepto
inmensamente manoseado e instalado pero que ha perdido capacidades de cambio a medida
que es farandulizado.
Por tanto, sírvase estas ideas para poder problematizar de manera humilde nuevas formas
de querer conceptualizar la política, los espacios para pensarla desde lo social, pero sin
separar las esferas, como una retroalimentación. Existiendo un Agonismo que mantiene el
debate y un consenso que apunta a ser la síntesis de éste. No obstante, quedan aún algunos
interrogantes, sobre qué hacer sobre el ámbito de la institucionalidad, si es que esta aspira a
ser abiertamente la síntesis del conflicto y estas ideas sirven para repensar lo discursivo y
cómo la Opinión Pública es justamente el componente de toda acción política de mayorías.
BIBLIOGRAFÍA
ANDERSON, Perry (2006): Las antinomias de Antonio Gramsci, Fontamara, México D.F
ARENDT, Hannah (2017): La condición humana, Paidós, Barcelona
Eje temático: Opinión Pública, Comunicación y Marketing Político
En la Universidad Nacional del Litoral (UNL, Argenti- In the Universidad Nacional del Litoral (UNL, Argenti-
na), se lleva adelante un proyecto de investigación que na), a research project is carried out that aims to define
pretende definir el impacto de la movilidad académica the impact of academic mobility in the internationaliza-
en la internacionalización de la Educación Superior. tion of Higher Education. Within this framework, the
En ese marco, se ha consultado a los profesores de las professors of the different Academic Units of the UNL
distintas Unidades Académicas de la UNL que recibie- were consulted and received foreign students in their
ron en sus aulas a estudiantes extranjeros en el marco classrooms as part of an academic exchange. This pa-
de un intercambio académico. Este trabajo presenta per presents the preliminary results of the responses of
los resultados preliminares de las respuestas de 68 de 68 of them. Some of the results to highlight indicate
ellos. Algunos de los resultados a destacar indican que that 100% consider that student mobility is important;
el 100% considera que es importante la movilidad 98.5% did not have communication difficulties with
estudiantil; el 98,5% no ha tenido dificultades de co- foreign students and 98.5% consider that a good inte-
municación con alumnos extranjeros y el 98,5% consi- gration is achieved between the students of their uni-
dera que se logra una buena integración entre los versity and the students from abroad. On the other
alumnos de su universidad y los estudiantes del exte- hand, 79.4% consider that the presence of foreign stu-
rior. Por su parte, el 79.4% considera que la presencia dents enriches the development of their class. These
de estudiantes extranjeros enriquece el desarrollo de results, although considered preliminary, will provide
su clase. Estos resultados, si bien se consideran preli- valuable information to improve the exchange pro-
minares, permitirán disponer de una valiosa informa- grams carried out by university institutions.
ción para mejorar los programas de intercambio que
realizan las instituciones universitarias.
INTRODUCCIÓN
La internacionalización universitaria no es un fenómeno nuevo, sin embargo en el ámbito
de los estudios académicos ha ganado relevancia a partir de la década de los 80,
principalmente en los países centrales, debido a cambios cualitativos y cuantitativos en la
dinámica de vinculación internacional. Jesús García Palma (2013) considera que, dentro del
marco de desarrollo de los procesos de globalización, la movilidad estudiantil se intensificó, a
pesar de la existencia de programas y proyectos que cuentan con varios años de
funcionamiento. Esto se debe, entre otras cosas, a la firma de convenios específicos, al diseño
e implementación de estrategias económicas internacionales, a la puesta en marcha de
procesos de integración regional y de cooperación internacional, así como de nuevas formas
de producción y movilización de la información y el conocimiento. Por su parte, Luchilo
(2006) establece que, ya en la década de 1960, las universidades estadounidenses y, en menor
medida, europeas, contaban con importantes contingentes de estudiantes universitarios
Eje temático: Relaciones Internacionales
extranjeros. De igual manera, Villalón de la Isla (2017) expresa que los procesos de
internacionalización y de movilidad a escala global en el contexto de la Educación Superior
están en constante crecimiento y que, asociados a su expansión, son cada vez más numerosos
los estudios e investigaciones en relación a las características y dimensiones que rodean a
estos procesos.
Según De Wit y colaboradores (2003), la internacionalización de la educación superior es
“el proceso de desarrollo e implementación de políticas y programas para integrar las
dimensiones internacional, intercultural y global en los propósitos y funciones de la
educación superior”.
Se parte de considerar que la Internacionalización Universitaria es transversal a las
funciones sustantivas de la universidad, es decir, docencia, investigación, extensión y gestión.
El concepto se presenta desde una perspectiva que se encuentra relacionada con las
características de las universidades latinoamericanas. Las universidades se constituyen en los
principales centros de producción de conocimiento de la región en la cual se encuentran
insertas y por ende es importante estudiar la internacionalización de la docencia y de la
investigación en la universidad. Por otro lado, muchas de las universidades latinoamericanas
tienen como pilar las actividades de extensión.
Todas estas actividades son desarrolladas dentro de la universidad y sus principales
actores son los docentes e investigadores. Además, en el desarrollo de la internacionalización
universitaria intervienen agentes y actores de orden nacional, regional e internacional, en
actividades de gestión, promoción y evaluación (Oregioni, 2016).
En la Universidad Nacional del Litoral (UNL, Argentina), se lleva adelante un proyecto de
investigación que pretende definir el impacto de la movilidad académica en la
internacionalización de la Educación Superior (Theiler, 2009; Passarini, 2017). En ese marco,
se ha consultado a los profesores de las distintas Unidades Académicas de la UNL que
recibieron en sus aulas a estudiantes extranjeros en el marco de un intercambio académico.
Las numerosas investigaciones sobre movilidad académica, en general, se han centrado sobre
las actitudes de los estudiantes, pero son pocas las que han trabajado sobre la relación entre
los docentes que dictan clases en asignaturas donde, además de los docentes de su propia
institución, asisten alumnos extranjeros.
Este trabajo presenta los resultados preliminares de las respuestas de 68 de ellos. Los
resultados, si bien se consideran preliminares, permitirán disponer de una valiosa
información para mejorar los programas de intercambio que realizan las instituciones
universitarias.
MÉTODOLOGÍA
La Universidad Nacional del Litoral (UNL), cuenta desde 1999 con el Programa
Internacional de Movilidad Estudiantil (PROINMES), que continúa exhibiendo un
crecimiento importante a través de los años. Desde sus comienzos a la fecha se pasó de
ejecutar 10 movilidades de estudiantes anuales hasta superar en el año 2017 los 300
intercambios de estudiantes en más de 19 países del mundo (Ojeda, 2017).
En ese marco, el objetivo de este proyecto fue indagar sobre el impacto de los estudiantes
extranjeros sobre la dinámica de las clases, tanto en lo que toca a la actitud del profesor como
de los estudiantes, teniendo como hipótesis que los docentes aprovechan y valoran la
“El impacto de la movilidad académica en la opinión de docentes que reciben alumnos extranjeros en sus aulas”
Dra. Ing. Viviana Zucarelli , Ing. Julio Theiler y Arq. Miguel Rodriguez
presencia de estudiantes extranjeros en sus clases. Para cumplir con el objetivo se elaboró un
formulario de encuesta semiestructurada (con preguntas cerradas y preguntas abiertas) que
contempló diferentes aspectos, algunos propios del docente y otros relativos a la valoración
de la internacionalización.
La encuesta se montó en un formulario de Google y se envió el link a los docentes de la
UNL que reciben en sus aulas a estudiantes extranjeros. A partir de esta vía se lograron, hasta
el momento, 68 respuestas, las que están siendo analizadas por el grupo de trabajo, y cuyos
primeros resultados se presentan a continuación.
RESULTADOS
Los principales resultados del proyecto revelan que el 23,5% de los docentes encuestados
tiene el cargo de Profesor Titular, mientras que el 22,1% es Asociado o Adjunto, el resto se
completa con Jefes de Trabajos Prácticos o Auxiliares de docencia. El 55,9% tiene Dedicación
Exclusiva, el 25% Semidedicación y finalmente, el 19,11% tiene Dedicación Simple. El 63,2%
es Docente ordinario, el 35,3% es Docente por contrato, sólo el 1,5% corresponde a Docentes
ad-honorem.
Consultados sobre la cantidad de alumnos, en promedio, que tiene cada docente en su
cátedra, el número es 10. El 64,7% respondió que recibió entre 2 y 5 alumnos extranjeros en
los últimos 2 años.
Consultados acerca del conocimiento de lengua extranjera, el 50% de los docentes indica
que posee conocimientos de nivel intermedio de inglés y portugués. En menor medida,
poseen nivel intermedio de francés e italiano.
Acerca de las experiencias de los docentes en el exterior, el 88,2% no realizó intercambios
mientras cursó sus estudios de grado, mientras que el 11,8% restante, hizo movilidad a países
como Brasil, México y España.
En lo que a estudios de posgrado se refiere, el 64,7% no cursó estudios de posgrado en el
exterior. El 35,3% que cursó estudios de cuarto nivel, lo hizo en España, México, Estados
Unidos y Canadá.
Respecto a si han realizado movilidad como docentes, la respuesta fue negativa en el
63,2% y afirmativa en el 36,8%, con destinos principalmente a Brasil y España. Es
importante destacar que el 14,7% de los encuestados ha ejercido su profesión en el exterior.
El 60% de los docentes que tuvieron alguna experiencia en el exterior, siempre pensó en
regresar al país, “por temas familiares”, “porque amo a mi país”, “porque tengo mucho para
aportar a mi país”, fueron algunas de las respuestas.
En la actualidad, el 38,2% de los encuestados viaja al exterior por motivos académicos o
profesionales, el 98,5% manifiesta interés en participar de actividades académicas en el
extranjero, pero encuentra obstáculos, en su mayoría “económicos”, o por “falta de
presupuesto” para poder concretarlas.
El 100% de los docentes opina que la movilidad de los estudiantes de grado es importante.
El 63,2% opina que, en alguna medida “Cursar estudios en otro país da prestigio”, el 39,7%
no está de acuerdo en que “Cursar estudios en otro país es muy valioso porque la calidad de
la educación en el extranjero es mejor”, el 54,4% de los encuestados opina que “Cursar
estudios en otro país amplía los conocimientos de los estudiantes sobre su disciplina”.
Eje temático: Relaciones Internacionales
El 57,4% opina que “Cursar estudios en otro país permite que los estudiantes valoren más
la formación recibida en la Universidad de origen”. El 100% está en total desacuerdo con la
idea de que “Cursar estudios en otro país no tiene valor desde el punto de vista académico y
sólo sirve para hacer turismo”. El 44,1% considera que “Luego del intercambio los
estudiantes mejoran su rendimiento académico”.
El 50% de los encuestados opinó que “La experiencia en una Universidad extranjera es,
en gran medida, un factor importante para conseguir el primer empleo”. El 51,5% opina que
“La experiencia en una Universidad extranjera permite que los estudiantes amplíen
sustancialmente su red de contactos profesionales”. El 64,7% está totalmente de acuerdo en
que “La movilidad estudiantil favorece la inserción internacional de la Universidad”. El
73,5% está totalmente de acuerdo en que “La experiencia de vivir en otro país permite a los
estudiantes comprender mejor algunas cuestiones de su propio país”.
Con respecto a la presencia de los estudiantes extranjeros en sus clases, la respuesta de los
docentes es que el 89,7% no tuvo necesidad de adecuar la modalidad de sus clases a causa de
la presencia de estudiantes de otros países, mientras que el 10,3% restante sí lo hizo. Entre
algunos de los principales motivos de la adecuación, pueden citarse “Se realizan
modificaciones para mantener motivados a los alumnos”, “Se adecúan las presentaciones
teniendo en cuenta los modismos regionales propios de sus países de origen”; “Se incluyen
materiales que promovieron la participación de los estudiantes para que puedan sentir que
sus aportes son valiosos para todo el grupo”.
El 98,5% opina que no ha tenido dificultades de comunicación con alumnos extranjeros; y
en un mismo porcentaje se considera que se logra una buena integración entre los alumnos
de la universidad y los estudiantes del exterior.
El 79,4% considera que la presencia de estudiantes extranjeros enriquece el desarrollo de
su clase; “Incorporan otras experiencias en los debates y estudios de casos”, “permiten
conocer los debates actuales de la disciplina en otros ámbitos y comunidades académicas”,
“Son muy participativos en clases”; “Aportan una mirada externa, con nuevas valoraciones
y objetividad”, permiten “una apertura mental hacia el mundo”, entre otros comentarios.
Preguntados sobre el rendimiento de los alumnos en relación con los países, la respuesta
fue que el 66,2% de los alumnos provenientes de Brasil tuvieron un rendimiento académico
entre Bueno y Muy Bueno, mientras que el 35,2% de los alumnos de Uruguay tuvieron un
rendimiento entre Bueno y Muy Bueno.
Consultados acerca de que si la experiencia de cursar estudios en otro país mejora ciertos
aspectos académicos y de vida de los estudiantes de intercambio, la respuesta de los docentes
fue que el 51,2% considera que, en una gran medida, se mejora la habilidad para hablar en
público; el 58% considera que se mejora la habilidad para redactar textos, el 58,8% considera
que se mejora la capacidad para argumentar ideas, mientras que el 55,8% opina que se
mejora la capacidad de manejar nuevas tecnologías y un 60,3% acusa que se mejora la
habilidad para el manejo de herramientas específicas relacionadas con el campo profesional
del intercambista.
Los encuestados están totalmente de acuerdo, en un 64,7% de que los alumnos mejoran la
capacidad para relacionarse con colegas, en un 55,9% opinan que mejoran su capacidad para
trabajar en equipo, en un 50% que mejoran su capacidad para buscar información, en un
69,1% en que mejoran su curiosidad por nuevas experiencias y objetos de investigación, en
“El impacto de la movilidad académica en la opinión de docentes que reciben alumnos extranjeros en sus aulas”
Dra. Ing. Viviana Zucarelli , Ing. Julio Theiler y Arq. Miguel Rodriguez
CONCLUSIONES
Es sabido que la movilidad estudiantil ocupa un lugar preponderante en el proceso de
internacionalización de la Educación Superior. Las redes de cooperación y los convenios
establecidos en el marco de proyectos de intercambio académico entre universidades de todo
el mundo, facilitan la movilidad de los estudiantes de nivel superior. No obstante, la
movilidad académica también representa un reto en diversos aspectos, como por ejemplo, el
rol de los docentes que reciben en sus aulas a estudiantes extranjeros.
Este trabajo presenta, de manera preliminar, una recopilación de las respuestas de
docentes de la UNL que reciben en sus aulas a alumnos de países del extranjero.
Si bien más del 88% de los docentes encuestados no realizó movilidad mientras cursó sus
estudios de grado y solamente el 37% ha realizado alguna movilidad como docente, el 100%
opina que la movilidad de estudiantes de grado es importante para los alumnos, porque
permite valorar la formación que recibe de su propia universidad y ayuda a mejorar su
rendimiento académico, entre otras cosas.
El 90% manifiesta no tener necesidad de adecuar la modalidad de sus clases a causa de la
presencia de estudiantes de otros países y más del 79% considera que la presencia de
estudiantes extranjeros enriquece el desarrollo de su clase.
Casi la totalidad de los docentes encuestados presenta interés en participar de actividades
académicas en el extranjero, pero encuentra obstáculos, en su mayoría económicos.
Es de destacar la buena valoración personal y profesional que tiene la experiencia
académica de recibir alumnos extranjeros en las aulas.
Examinar y analizar las estrategias metodológicas encaminadas a conocer de forma
exhaustiva las expectativas de los docentes, permitirá identificar aquellos factores que
inciden en la movilidad, resaltando sus aspectos positivos.
Se espera que la información que se recabe con sucesivos estudios, sobre todo de carácter
comparado con otras realidades, proporcione elementos que fundamenten y contribuyan a la
implementación de programas que fortalezcan la dimensión internacional de la Educación
Superior.
BIBLIOGRAFÍA
DE WIT, H.; JARAMILLO, I.C.; GACEL-ÁVILA, J.; KNIGHT, J. (2005). “Educación
Superior en América Latina. La dimensión internacional”. Banco Mundial, Washington.
GARCÍA PALMA, JONATHAN JESÚS. (2013). “Movilidad estudiantil internacional y
cooperación educativa en el nivel superior de educación”. Revista Iberoamericana de
Educación. N° 61, pp. 59-76.
LUCHILO, LUCAS (2006). “Movilidad de estudiantes universitarios e internacionalización
de la Educación Superior”. (2006). Revista Iberoamericana de Ciencia y Tecnología. Vol. 3,
N° 7.
OJEDA, N.; FAISAL, M. L.; HUBELI, M. P.; ZUCARELLI, V. (2017) “La
internacionalización de la Educación Superior en la UNL: movilidad e interculturalidad”, en
Eje temático: Relaciones Internacionales
INTRODUCCIÓN
En la historia de las ideas, podría resumirse la evolución que ha tenido el concepto de
poder en el pensamiento político, haciendo énfasis en la abstracción que parece haber sufrido.
De estar situado en el gobierno, o en el Estado, o en los aparatos de coerción, hoy aparece
difuso y en constante devenir, sin poder ser sujetado en un ámbito concreto, marcando
presencia en múltiples espacios. La idea general que se tiene actualmente, es que el poder no
es una cosa, sino que es una relación entre sujetos.
En setiembre de 1974, en el Segundo Congreso Internacional para la Defensa de la Cultura
realizado en Niza, Alain de Benoist caracterizó el aporte de Gramsci al marxismo-leninismo,
haciendo énfasis en una idea desarrollada en los Cuadernos de la cárcel, de que el Estado es
más que un aparato de coerción y que el mismo “engloba la cultura, las ideas, las costumbres,
la tradición, hasta llegar al sentido común” y que “organiza la adhesión de los espíritus a una
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
visión del mundo” (citado en Aricó, 2005: 175). Esta noción refleja una idea del poder,
concebido desde la política, como algo difuso y capaz de impregnar todos los ámbitos de lo
social y cultural. El primero en impulsar este cambio de paradigma político sobre la cuestión
del poder, con una producción teórica compleja y eminente, fue Antonio Gramsci en las
mazmorras del fascismo italiano. Como ha señalado Néstor Kohan, el descubrimiento de que
el poder son relaciones y no una cosa le corresponde al teórico italiano.
Muchos años después que él, un pensador universitario francés, llamado Michel
Foucault, sostuvo la misma tesis, con la que adquirió fama mundial. En las
academias, todos le atribuyeron ese gran descubrimiento que en realidad
corresponde a Gramsci, quien lo formuló cuarenta años antes desarrollando lo que
había comenzado a pensar Lenin. (Kohan, 2011: 13-14)
Gramsci y Foucault, dos teóricos del poder, que tienen este concepto como el eje central de
sus obras. Dos formas diferentes de concebir las relaciones sociales y los procesos históricos y
políticos, pero que, a diferencia de lo que puede parecer a simple vista, no solo se ocupan de
los mismos problemas fundamentales, sino que las conclusiones a las que llegan son bastante
similares. De este hecho inferimos que: 1) Gramsci anticipa a Foucault en sus
descubrimientos sobre el poder, y 2) que por eso hay aportes en Foucault que pueden
enriquecer la teoría marxista de la hegemonía mediante una articulación teórica. Así como en
su momento Marx construyó su filosofía tomando ideas de todo aquello a lo que criticó (el
idealismo alemán, el socialismo utópico, la economía clásica), y atendiendo al principio de
traducibilidad de los lenguajes científicos y filosóficos esbozado en los Cuadernos de la cárcel,
no es, a nuestro parecer, descabellado postular la incorporación de ciertos conceptos e ideas
claves en el pensamiento foucaultiano a la producción intelectual de Gramsci. Las
discrepancias ideológicas, epistemológicas y filosóficas no nos parecen trabas contundentes
para clausurar esta posibilidad, desde que el desarrollo mismo de las teorías de estos
pensadores se nutrió de aportes de otras teorías, que también hubieran parecido tener las
mismas trabas. Gramsci criticó a Benedetto Croce y tomó ideas de él para enriquecer su
relectura del marxismo, y Foucault tomó la figura arquitectónica del Panóptico para describir
el funcionamiento de las sociedades de poder disciplinario (Foucault, 2015: 232), es decir, las
sociedades contemporáneas; y describió la importancia para la historia del pensamiento
humano que tuvo su creador, Jeremy Bentham, como más relevante que la de Kant y Hegel.
Así mismo la posibilidad de la “complementación” o articulación entre Gramsci y Foucault,
se funda también en que el modelo de poder disciplinario (única forma del poder que
tomaremos de Foucault por considerar que es la que puede articularse con el pensamiento
gramsciano, dejando afuera de esta operación al concepto de biopolítica), es admisible en la
idea más amplia de hegemonía concebida en los Cuadernos, como también en que el poder
disciplinario es susceptible en Foucault de convivir con otros tipos de poderes no coercitivos
(que están muy presentes en la función hegemónica). Sobre este punto en particular, que es
sin dudas la condición primera de posibilidad de la articulación que proponemos, podemos
citar un pasaje en el Cuaderno 8 en el que Gramsci, siguiendo a Guicciardini, va a reemplazar
el par armas y religión como necesario a la vida de un Estado, por el par “fuerza y
consentimiento” (Gramsci, 2013: 287). Siendo este uno de los siete pares posibles con los que
Gramsci sugiere reemplazar la aseveración de armas y religión, es importante porque denota
cómo Gramsci incorpora necesariamente lo coercitivo a su “modelo de poder” (creemos
“El panóptico en la producción de hegemonía. Una lectura gramsciana de Foucault”
Prof. Francisco Figueroa
importante aclarar que en la sexta opción propuesta, “orden y disciplina”, la disciplina ocupa
el lugar equivalente al consenso y no a la coerción, por lo que en este ensayo planteamos
dejar de lado la concepción gramsciana de disciplina para reemplazarla por la foucaulteana,
por lo que nosotros diríamos: “disciplina y consenso”). En cuanto a Foucault, también por su
lado podemos citar un pasaje de su curso de Lovaina, en el que postula otras formas de
modificación de conducta o subjetividad humana, en la que dicha transformación no se
impondría sino que se induciría; lo que el filósofo francés ha denominado “tecnologías del
sujeto” (Foucault, 2014: 33).
Esta articulación que planteamos, y que pretende enriquecer la teoría de la hegemonía,
propone tomar el concepto de Panóptico como figura paradigmática del poder disciplinario e
incorporarlo a la noción más general y amplia del poder que se expresa en la función
hegemónica. Se trata entonces de una lectura gramsciana de Foucault, que lee y re-lee a las
instituciones disciplinarias como aparatos de hegemonía.
1 Las
clases que componen este curso y el resumen del mismo han sido recopiladas en forma de libro, el título de este volu-
men es “La sociedad punitiva” (Foucault, Michel [2016] La sociedad punitiva. Fondo de Cultura Económica: Buenos Aires).
2 En la adopción por parte de Foucault de esta noción que remite, desde el punto de vista marxista, a la vinculación entre
base económica y superestructura para tratar puntualmente el tema de la cárcel, habría tenido una influencia determinante
la obra de Rusche y Kirchheimer (1984 [1939]). Titulada Pena y estructura social, fue el primer libro que trató el poder pu-
nitivo desde el punto de vista del marxismo, sus autores pertenecían a la Escuela de Frankfurt y son citados en Vigilar y Cas-
tigar. En alguna entrevista Foucault dijo citar a Marx sin nombrarlo en sus trabajos, pero en su libro más famoso aparece
explicita la mención a la primera obra de criminología marxista.
“El panóptico en la producción de hegemonía. Una lectura gramsciana de Foucault”
Prof. Francisco Figueroa
3Un ejemplo de esta concepción política fue la experiencia del Eurocomunismo, corriente de pensamiento y práctica auto-
denominada marxista, que vio la luz en los años sesenta, impulsada por los partidos comunistas de Francia, España e Italia.
Buscaban diferenciarse de los grupos revolucionarios que practicaban la lucha armada, y también de la URSS. Abandona-
ron el leninismo para identificarse solo con el marxismo.
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
Desde este punto de vista, la hegemonía también entraría en contradicción con el concepto de
disciplina de Foucault; el Panóptico no tendría nada que hacer en el entramado hegemónico
burgués, su función quedaría circunscripta a la esfera del dominio, identificada con la
violencia y la dictadura, con el autoritarismo y la coerción, y no con las “democracias” de
capitalismo avanzado de occidente. Veamos que esto no es así.
Ya en 1926, Gramsci señala que “los comunistas turineses se plantearon concretamente la
cuestión de la hegemonía del proletariado”, o sea de la base social de la dictadura proletaria y
el Estado obrero” (Gramsci, 2015: 263)4. Queda claro, aun desde antes de los Cuadernos, que
la hegemonía es el problema de los sujetos en sociedad y de su ordenamiento y dirección. Al
igual que la disciplina en Foucault; “la disciplina son técnicas para garantizar el
ordenamiento de las multiplicidades humanas” (Foucault, 2015: 251). Si entonces, en un
sentido fundamental ambos modelos de ejercicio del poder apuntan a la misma problemática,
son perfectamente comparables. La cuestión, habíamos dicho, se presenta en determinar si
son contradictorios o pueden articularse en alguna medida. En este punto radica la
posibilidad de una subsunción teórica entre ambos conceptos, que no se tratará de una mera
yuxtaposición, sino que tendrá como fondo el principio de traducibilidad de los lenguajes
científicos y filosóficos. Ahora bien, los exegetas de Gramsci a menudo han identificado al
Estado con la coerción, a la sociedad civil con el consenso, y a este con la hegemonía, pero
¿existe verdaderamente una separación radical entre ambas nociones del poder, que vuelva
contradictoria e inviable su unidad? En el pensamiento gramsciano, esto no existe, y es
verificable en el Cuaderno 7: “Lo que se llama “opinión pública” está estrechamente
vinculado con la hegemonía política, o sea es el punto de contacto entre la “sociedad civil” y la
“sociedad política”, entre el consenso y la fuerza” (1984: 196). Este pasaje plantea la
posibilidad de unidad entre ambas dimensiones del poder, que a simple vista parecen
contradictorias, sucede que en general, aquellos pretendidos exegetas que intentan presentar
a la hegemonía como sinónimo de consenso político, citan determinados fragmentos de los
Cuadernos en los que se identifica a la hegemonía con la sociedad civil o el consenso, y a la
coerción con el Estado, pero en ninguno de esos pasajes Gramsci postula la imposibilidad de
la unidad de los dos momentos, mientras que en este es muy clara esa posibilidad.
En la obra de Gramsci, la noción de la unidad entre esas dos dimensiones del poder, que
son ciertamente contradictorias, aparece en varias oportunidades. Por ejemplo en el
Cuaderno 8 al definir al liberalismo como instrumento de dominio y hegemonía (Gramsci,
1984: 272), o al referirse al Estado ético como educador, cuando plantea que la función de la
escuela es la educación positiva, mientras que la de los tribunales es una educación negativa
(Gramsci, 1984: 307). Pero sin duda, es en el Cuaderno 13 donde más lejos llega esta noción
de la unidad de ambas dimensiones, al punto que el concepto de hegemonía se revela
manifiestamente como bidimensional, abarcando los dos momentos: el del consenso y el de
la coerción. De esta manera, la hegemonía no excluye la violencia, sino que la incorpora, con
gran claridad Gramsci escribe: “la gran potencia es potencia hegemónica” (1987: 47), y más
adelante, “la medida decisiva para establecer que debe entenderse por potencia hegemónica
es dada por la guerra” (Gramsci, 1987: 73). Aquí, al hablar básicamente de geopolítica,
4 Algunos temas sobre la cuestión meridional es un texto de suma importancia en la obra de Gramsci, se trata de un ensayo
que quedó inconcluso debido a su detención, es el último escrito antes de la cárcel. En él estudia por primera vez una forma-
ción social y política poniendo a prueba la categoría de hegemonía, y el mismo constituye los prolegómenos de su estudio
del Risorgimento en los Cuadernos.
“El panóptico en la producción de hegemonía. Una lectura gramsciana de Foucault”
Prof. Francisco Figueroa
5 En un ensayo posterior, titulado Las antinomias de Gramsci (aparecido en New Left Review), Anderson postula que el teó-
rico italiano da en los Cuadernos, tres versiones diferentes de la hegemonía, las cuales son contradictorias entre sí, razón
por la cual lo critica.
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
2015: 255), es el principio general de las disciplinas como anatomía del poder (Foucault,
2015: 241), “está destinado a difundirse en el cuerpo social; su vocación es convertirse en una
función generalizada.” (Foucault, 2015: 240).
Si bien habíamos dicho que esta expansión de las disciplinas mediante el Panóptico se
realizaba mediante una red de instituciones, es necesario decir que solo una de ellas es capaz
de realizar una función general en toda la sociedad. El panoptismo puede realizarse y
explicarse también mediante una oportuna sinécdoque, una institución en particular es a la
vez el gran Panóptico social de la modernidad capitalista. La policía es la institución
disciplinaria por excelencia. Se trata de un dispositivo que actúa “sobre todo”, para desplegar
un control social “que trata idealmente de llegar a lo más elemental” (Foucault, 2015: 247).
Es el poder de policía, que no es una institución, sino una facultad coercitiva del Estado, pero
que se encarna justamente en una de las instituciones que lo componen,
y para ejercerse, este poder debe apropiarse de instrumentos de una vigilancia
permanente, exhaustiva, omnipresente, capaz de hacerlo todo visible, pero a
condición de volverse ella misma invisible. Debe ser como una mirada sin rostro
que transforma todo el rostro social en un campo de percepción: millares de ojos
por doquier, atenciones móviles y siempre alerta. (Foucault, 2015)
El poder punitivo que, como dijera Zaffaroni, solo es directamente ejercido por la fuerza
policial, aquella que actúa y despliega sus fuerzas sobre el territorio de una nación (Zaffaroni,
2011: 2). Es esta la que efectivamente realiza una vigilancia sobre toda la sociedad, y que con
su inteligencia y redes informativas, logra el mayor efecto del Panóptico, que la vigilancia sea
penetrante hasta el “alma” (en sentido foucaulteano) de los individuos.
6 Por esto debe entenderse que producen sentido hacia el interior de los sujetos.
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
derecho penal es educador y, al igual que todo el Estado en general, tiene a crear un tipo de
orden social (Gramsci, 1984: 249). El problema de ordenar, dirigir y gobernar a las
multiplicidades humanas no puede resolverse solo con la represión, ni solo con la
organización de una visión del mundo o sentido o común; tampoco puede encontrar su
resolución en la activación de dispositivos separados para actuar sobre cada aspecto. Ha sido
la categoría de “hegemonía”, la mayor respuesta a ese problema, la conquista conceptual más
avanzada y compleja para describir las relaciones de poder.
La física del poder que Foucault vio en las disciplinas, describe el momento coercitivo del
mismo7, por lo tanto el Panóptico como principio general de las disciplinas corresponde a la
dimensión de la fuerza (aunque su funcionamiento también sirva para organizar la adhesión
de las personas a una concepción de lo social). En las teorías más amplia que existe sobre las
relaciones de poder, o sea la teoría de la hegemonía, el Panóptico puede encajar desde que su
misión principal es disciplinaria-coercitiva.
Podemos definir al Panóptico como el principio técnico-coercitivo de la hegemonía.
Sucede que así como Gramsci elaboró una teoría más amplia y compleja que la de Foucault
para tratar el mismo problema, Foucault también descubrió cosas en las que Gramsci no
pudo avanzar. Estos estudios y descubrimientos del profesor francés constituyen la
dimensión coercitiva de la totalidad hegemónica del poder burgués, son los procedimientos,
instrumentos y técnicas coercitivas de la hegemonía. Esto es lo que constituyen los
descubrimientos más interesantes del profesor Foucault en sus investigaciones filosóficas.
Gramsci no pudo profundizar en algunos aspectos específicos de las relaciones de poder
hegemónicas, en su funcionamiento particular en algunas áreas, sobre todo en lo que se
refiere a la dimensión coercitiva. Sin embargo, aunque Foucault llegó a la misma conclusión
general del poder que el teórico italiano, la expresó desde un enfoque diferente, elaborando
así una teoría que corresponde a una concepción del mundo más cercana al
posestructuralismo. Podemos decir que una fue una lectura posestructuralista de las
relaciones de poder, mientras que la otra fue una lectura de origen marxista-leninista.
Por todo lo que atrás queda escrito, vemos la perfecta articulación entre la teoría de la
hegemonía y el Panóptico foucaulteano. Esta incorporación conceptual, esta subsunción
teórica, se funda el principio de traducibilidad de los lenguajes científicos y filosóficos,
enunciado por Gramsci:
Traducibilidad de los lenguajes científicos. Las notas escritas en esta sección
deben ser recogidas en la sección general sobre las relaciones de las filosofías
especulativas y la filosofía de la praxis y de su reducción a ésta como momento
político que la filosofía de la praxis explica "políticamente". Reducción a "política"
de todas las filosofías especulativas, a momento de la vida histórico-política; la
filosofía de la praxis concibe la realidad de las relaciones humanas de
conocimiento como elemento de ‘hegemonía’ política (Gramsci, 1986: 142- 143)
Así como Gramsci tomó parte de la filosofía de Benedetto Croce, tras someterla a crítica
radical y ¿por qué no? deconstruirla, para revitalizar el desarrollo del marxismo;
consideramos que es propicia la traducción de algunos aspectos de Foucault, obviamente tras
7En el curso de Lovaina (1981), Foucault se ocupa de otras formas en las que se puede dirigir o gobernar, a estas las cataloga
como “tecnologías del sujeto”.
“El panóptico en la producción de hegemonía. Una lectura gramsciana de Foucault”
Prof. Francisco Figueroa
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pp. 1-4.
Nuevas tecnologías, educación y sociedad:
una mirada humanística y crítica
El presente trabajo tiene por objeto plan- The present work aims to raise a humanis-
tear un cuestionamiento humanístico de tic questioning of new technologies, war-
las nuevas tecnologías, advirtiendo que el ning that the impact of the same in society
impacto de las mismas en la sociedad se is given from a political background.
da desde un trasfondo político. One of the areas, where it has had a pro-
Uno de los ámbitos, en donde ha tenido found impact, has been in the education
un impacto profundo, ha sido en el siste- system, making the teaching-learning pro-
ma educativo, tornando más dinámicos los cesses more dynamic. In this space, vital
procesos de enseñanza-aprendizaje. En for the cultural development of every coun-
dicho espacio, vital para el desarrollo cul- try, it is necessary to approach the techno-
tural de todo país, resulta necesario abor- logical instrument making a critical exer-
dar el instrumento tecnológico haciendo cise of its use, its implementation and use
un ejercicio crítico de su utilización, su or not, in the socioeconomic aspect.
implementación y aprovechamiento o no, Therefore, we conceive technology as the
en el aspecto socioeconómico. action that aims to modify and transform
Por ello, concebimos a la tecnología como spaces from different political and econo-
la acción que pretende modificar y trans- mic strategies .
formar los espacios desde diversas estrate-
gias políticas y económicas.
INTRODUCCIÓN
La raíz y el objetivo de la implementación de las nuevas tecnologías (preeminentemente
digitales y mediadas por dispositivos tales como los smartphones, tablets, notebooks y
computadoras personales) pasan inadvertidas para las personas, es decir, que los intereses
del poder hegemónico no se observan directamente.
Vale aclarar que entendemos como poderes hegemónicos a aquellos grupos que detentan
los medios para hacerse (y efectivamente lo hacen) de los datos personales, de los poseedores
de los dispositivos materiales (físicos). Estos grupos son heterogéneos entre sí: grandes
imperios económicos transnacionales como Alphabet, Facebook, Microsoft, entre otros y
Estados nacionales a través de agencias mayormente enfocadas a la seguridad.
De este modo, no existe una neutralidad tecnológica: el conocimiento de datos es poder. Es
un abanico de posibilidades abierto a la captación de los datos para su utilización comercial
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
(Cambridge Analytica) o política (tal es el caso de las Fake News). Por ende, la investigación y
desarrollo de sistemas de producción están dirigidos y planificados a partir de estrategias
políticas de organizaciones privadas o estatales.
Por otro lado, advertimos que este proceso pasa inadvertido para la mayoría de las
personas dado que como sostiene el filósofo Byun-Chul Han “la psicopolítica, con ayuda de la
vigilancia digital, está en condiciones de leer pensamientos y de controlarlos. El psicopoder
está en condiciones de intervenir en los procesos psicológicos” (2015:106)
De esta manera, las personas son atraídas por los medios tecnológicos, que hacen todo por
ellas, Sin percibir lo que hay de fondo: somos datos, y esos datos pueden convertirse en
dinero o en políticas públicas inclusivas o excluyentes según la ideología. El aparato
tecnológico se entrelaza a los sistemas sociales como el político, el educativo o el económico.
Éste se presenta acompañado por estructuras que internamente son formateadas por la
autoridad y el poder, reflejando a su vez esas estrategias, ejerciendo un dominio proyectado
hacia los usuarios de los dispositivos tecnológicos. Como dijera Hernán Thomas: “el
desarrollo de un artefacto tecnológico no es simplemente un logro técnico, inmerso en él se
encuentran consideraciones sociales, políticas y económicas” (Thomas 2008: 220)
Por otro lado, podemos advertir la importancia cultural de la presencia de las nuevas
tecnologías, tanto que han cambiado la forma en la cual interactuamos con el otro. En otras
palabras, podríamos decir que ahora disponemos de un cuerpo físico proyectado en el
espacio virtual.
Sobre esto se ha escrito mucho. Uno de los casos es el de la especialista José Van Dijck,
quien sostiene: “Cuando la web 2.0 impulsó el desarrollo de los medios sociales, en los
primeros años del nuevo milenio, la ‘cultura participativa’ era la expresión en boga a la hora
de dar cuenta del potencial de internet para alimentar conexiones, construir comunidades y
fomentar la democracia. Varias plataformas hicieron suyo este espíritu enardecido al
comenzar a hacer de la red un medio ‘más social’” (2016:18). O en términos de Pierre Lévy
(1997), estamos inmersos en un sistema material y simbólico, integrado por agentes y
prácticas culturales, interacciones y comunicaciones, colectivos, instituciones y sistemas
organizativos.
Por ejemplo, podríamos afirmar que, en el sistema educativo, la presencia de las nuevas
tecnologías tiene efectos más profundos en el desarrollo intelectual que otros medios
tradicionales de enseñanza debido a que los nativos digitales tienen afinidad con estos
medios. Entendemos el concepto de nativos digitales según las teorías de Jean M. Twenge,
quien denomina así a la primera generación que han nacido y vivido con internet, teléfonos
inteligentes y redes sociales (entre 1995 y 2012).
Ahora bien, cabe resaltar que el concepto de “nativos digitales” que fue acuñado a nivel
internacional por Marc Prensky (2001) y a nivel nacional por Alejandro Piscitelli (2009); hoy
se encuentra en un profundo debate.
En el libro “Los nativos digitales no existen: cómo educar a tus hijos para un mundo
digital”, el especialista Jordi Martí sostiene que “fuera de las herramientas TIC más
comunes, no tienen ningún otro conocimiento”.
Por otro lado, la especialista Marcela Momberg, plantea que existen los “huérfanos
digitales”, es decir, jóvenes y adolescentes que no son educados en la utilización de las
“Nuevas tecnologías, educación y sociedad: una mirada humanística y crítica”
Daniel Román March y Marcos Llanos Nieto
Podríamos afirmar que cada educador posee una identidad diferente desde su formación
con una interpretación de la sociedad, que en muchos casos se basa en representaciones
obsoletas para la actualidad tecnológica. Bajo estas relaciones, se configura un ambiente
como contexto virtual y es el alumno quien impulsa esta interfaz. En este entorno se crean
mediaciones cognitivas entre el alumno y el profesor, vinculados a un proceso de enseñanza –
aprendizaje transversal. Esta relación implica una dialéctica de recuperación y no subsunción
del otro. Esto significa que el docente, deberá adaptarse a las distintas tecnologías
permitiéndoles interactuar con los simbolismos propios del alumno.
Es así que el uso de las TIC para los alumnos representa un simbolismo familiar
adaptándose y captando rápidamente este lenguaje. Los alumnos interactúan con objetos
desde pequeños, con interfaces de usuario en la mayoría de los dispositivos electrónicos
como computadoras, teléfonos móviles y videojuegos. La adquisición de este lenguaje
tecnológico y la interacción con los neologismos de las TIC, son los elementos con los que
debería familiarizarse el educador, para comunicarse efectivamente. En este caso, creando
una nueva base de conocimientos que le permitirá vincularse con el modo de simbolización
del alumno, en el ámbito del aula. Mientras que, en al ámbito de las políticas públicas el
Estado deberá mediar para proveer las herramientas de capacitación en el lenguaje
tecnológico destinado a los docentes, proponiendo actividades transversales donde
intervengan las TIC en relación con las asignaturas del currículum tratando de anexar a las
mismas del modo en que se presentan en la sociedad.
En la institución educativa es necesario reflexionar sobre la relación del poder con el
saber. También es de vital importancia, dado que, se observa una asimetría entre el docente y
el estudiante. Es decir, que entre ambos se da la situación de que está quien imparte su clase
y otro quien la escucha.
Debemos mostrar al estudiante que la institución escolar es muy importante, como un
espacio de pensamiento crítico, y al mismo tiempo, será necesario interactuar
conjuntamente para solucionar problemas organizativos, pedagógicos y académicos. Con una
visión conjunta e integral de profesores, estudiantes y directivos en la construcción de una
institución educativa arrojada a la realidad y el presente histórico social del lugar donde esté
inserta, podríamos decir que el docente en este marco cumpliría el rol de facilitador de
herramientas sociales, educativas, políticas y tecnológicas.
Entendemos, que en el aula de clase se manifiesta lo que el diseño curricular estructura
como mecanismo para el control social. Lo que en gran medida, genera la reproducción de las
desigualdades sociales impuestas por los discursos hegemónicos educativos. En palabras de
María Beatriz Greco: “se trata de desconfirmar a cada uno que el lugar que supuestamente le
‘toca’ es el único posible” (2012:151).
Por otro lado, se evidencia que el mundo del conocimiento de las nuevas tecnologías deriva
de un encuentro de intereses, poderes, ideas, dispositivos, y en definitiva, entre sujetos que
pugnan por hacerse escuchar y tomar la palabra.
Asimismo, diremos que la cuestión de la verdad y la autoridad están indiscutiblemente
vinculadas, por saber-poder. Entendemos que, según cómo veamos las relaciones dialécticas
entre poder-saber y verdad-autoridad configuraremos y aplicaremos, como docentes, una
forma de abordaje respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje conjuntamente con las
Eje temático: Teoría y Filosofía Política
nuevas tecnologías. Por ende, sostenemos que la escuela no debe trabajar con
representaciones desprovistas del ropaje social que abriga al estudiante en su vida cotidiana.
En toda institución escolar, se debería enseñar a usar las herramientas informáticas para
la gestión de la información en lugar de enseñar marcas y productos propietarios
comerciales. Es decir, que los productos comerciales que se utilizan para la enseñanza son
poco accesibles en materia de licencias para los estudiantes de bajos recursos y por lo tanto
no podrán continuar con el aprendizaje de los mismos. Lo que se adecua en estos casos es la
implementación de software libre puesto que posee una gran flexibilidad de adaptación tanto
para la gestión de información a nivel gubernamental como así también a nivel educativo.
También, son esenciales las acciones concretas para usar y desarrollar software libre en los
Estados, construir sistemas de misión crítica, ejecutar programas de educación, planes de
alfabetización digital, establecer procesos que permitan el acceso y brinden transparencia en
la gestión pública.
Podríamos afirmar que las TIC cada vez serán más accesibles y como así también la
utilización de herramientas que permitirán al alumno no sólo interactuar sino construir sus
propios conocimientos, siempre con la asistencia del docente que le dará los mecanismos.
En nuestro país, el Programa Conectar Igualdad, a partir de la introducción de Netbooks,
que permitió a docentes y alumnos contar con una herramienta de trabajo con la que ambos
actores están familiarizados, tuvo un impacto positivo. Como dijera la especialista Inés
Dussel: “no tengo dudas de que introducir netbooks y conexión a Internet en las aulas cambia
las dinámicas de trabajo, la idea de cultura, y la relación de estudiantes y profesores con el
conocimiento y la forma de producirlo” (2011:40).
Ese cambio nos ha permitido reflexionar acerca de dónde y cómo estamos presentes en
cada lugar que ocupamos. Con ello, se ha transformado la subjetividad puesto que han
cambiado los vínculos.
El Impacto de la informática móvil, notebooks, tablets, smartphones y el acceso a Internet,
estarán más disponibles estableciendo un ambiente virtual transversal a toda la sociedad.
Entonces, también en la escuela, configurando un ambiente educativo virtual. Ahora bien,
disponemos de un nuevo espacio organizado por la hegemonía y habitado por la sociedad.
Esto es, que las nuevas tecnologías se presentan de forma transversal a todas las actividades
sociales, donde interactúan los grupos humanos en un espacio virtual que contiene
elementos de diversa naturaleza. Por lo tanto, se configura como algo heterogéneo y abierto
pero, detrás de la misma yace el poder hegemónico. Es así que los habitantes de estos
espacios virtuales tienen una visión socio-espacial segmentada y parcial.
Es de vital importancia la emergencia de espacios críticos para reflexionar sobre el
pensamiento socio-espacial considerando la existencia de un nuevo hábitat no físico sino
virtual.
Somos testigos que los alcances de las TIC representan un alto beneficio para la sociedad
en diversas áreas. ¿Pero quiénes planifican los lineamientos tecnológicos? y ¿quiénes son los
responsables del uso masivo de las mismas?
Por eso, es necesario identificar qué estrategias políticas e intereses están detrás de las
nuevas tecnologías para tener elección sobre los modelos y estructuras tecnológicas adoptar
“Nuevas tecnologías, educación y sociedad: una mirada humanística y crítica”
Daniel Román March y Marcos Llanos Nieto
A MODO DE CIERRE
Para concluir, cabe aclarar que los conceptos de “tecnología”, “aparato tecnológico” y
“medio”, no son similares en un sentido teórico sino que se funden en el campo de la praxis
tecno-política. Esto es, como hemos visto, que los aparatos tecnológicos y el medio son
propiedad de pocos grupos concentrados a nivel transnacional. Esa situación da origen a una
conceptualización sobre qué es la tecnología.
“Nuevas tecnologías, educación y sociedad: una mirada humanística y crítica”
Daniel Román March y Marcos Llanos Nieto
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¿Por qué estudiamos la estructura de la lengua?
La enseñanza de la lengua en la escuela secundaria
Cecilia Bonet
Estudiante avanzada - Lic. y Prof. en Letras (FHUC-UNL)
Adscripción en investigación “El aspecto léxico y la construcción del evento en el
español de Santa Fe” (director: Héctor Manni), en el marco del Proyecto de in-
vestigación CAI+D 2016 “Variación Lingüística: estudio microparamétrico de las
gramáticas del español actual de Santa Fe y Parná” (directora: Cadina Palacci).
bonet.ceci@gmail.com
En la actualidad, el estudio sobre la lengua se encuen- The Nowadays, the study of Language is divided into
tra dividido en enfoques que divergen entre sí en las approaches that diverge from each other in the funda-
bases fundamentales que hacen a las concepciones del mental basis of the conceptions of the subject of study,
objeto de estudio, de los sujetos implicados y de las the subjects involved and the notions of knowledge in
nociones de conocimiento puestas en juego. discussion.
En el ámbito educativo, la elección de uno u otro enfo- In the educational field, the choice of one or another
que a la hora de encarar un objeto de estudio está approach when facing the subject of study is always
siempre relacionada con la pregunta por el sujeto de la related to the question about the subject of education:
educación: ¿qué es lo que queremos para nuestros What do we want for our students?
estudiantes? The approaches usually chosen to approach the Lan-
Los enfoques usualmente elegidos para abordar la guage as an object of study refers to two points that are
Lengua como objeto de estudio hacen referencia a dos antagonistic to each other but also regulators: the beha-
puntos antagónicos entre sí pero igualmente regulado- vior of the speaker, on the one hand, and the grammar
res: la conducta del hablante, por un lado, y la regla rule, on the other. Both approaches operate with high
gramatical, por el otro. Ambos enfoques hacen funcio- levels of prescriptivism that can only be sustained in a
nar altos grados de prescriptivismo que sólo pueden politically correct student ideal.
sostenerse en un ideal de estudiante políticamente- In this article we will expose some reasons why the
correcto. formal study of the Language from a generative pers-
En el siguiente artículo expondremos algunas razones pective enables a deeper knowledge of itself and may
de porqué el estudio formal de la lengua desde una also work as a strong theoretical basis for new teaching
perspectiva generativa habilita un conocimiento más approaches that would not be sustained on prescripti-
profundo del funcionamiento de la misma y podría vism but on Language conceptions that makes possible
además funcionar como un sustento teórico fuerte the production of critical and libertarian knowledge
para nuevos enfoques de enseñanza que no se sosten-
gan sobre el prescriptivismo sino sobre concepciones
de lengua que habiliten la producción de conocimien-
tos críticos y libertarios .
1Es preciso aclarar que la autora trabaja con las “aulas de Lengua y Literatura”; el recorte de “las aulas de Lengua” tiene un
antecedente en el artículo citado a continuación: Santomero, Piovano y otras, 2015.
“¿Por qué estudiamos la estructura de la lengua? La enseñanza de la lengua en la escuela secundaria ”
Cecilia Bonet
porque la lengua, primero, somos nosotros/as que hablamos. No podemos hablar mal; si
nuestra manera de hablar no coincide con el sistema abstracto de los y las lingüistas, es su
sistema que está fallando en la manera de explicar cómo funciona nuestra lengua. Esta
ausencia en los estudios gramaticales fue acompañada por el surgimiento de estudios
específicos sobre el uso que, en el camino inverso, ignoraban la estructura: la gramática llega
hasta acá, después viene el uso, y de eso se encarga otra área (el pragmatismo, la lingüística
sistémico-funcional, etc.). Estas áreas sin embargo reducen el uso a la voluntad de el/la
hablante y al contexto de enunciación, donde la lengua pasa a ser un instrumento de la
comunicación y pasan a tener un lugar central en el análisis los elementos extralingüísticos
que influyen en la significación. Tal enfoque sobre la lengua, centrado en la significación,
conlleva consigo también altos grados de prescriptivismo, aunque en un sentido muy
diferente al de los estudios formalistas. Mientras estos nos decían como debíamos conjugar
bien un verbo o cómo debíamos armar bien una oración pasiva, aquellos estudios nos dicen
cómo debemos actuar lingüísticamente frente a determinadas circunstancias sociales. Así, los
manuales de pragmática terminan convirtiéndose muchas veces en cursos de protocolo
donde se enseñan los buenos modales y las buenas costumbres lingüísticas. En este punto,
obviamente, olvidamos ya que estamos hablando de la lengua y ésta se convierte en otro
instrumento más de la comunicación social, donde todo lo que debemos aprender es que en
el aula no estamos en la cancha para decir “la concha de tu madre all-boys”.
Pero como dice Roland Barthes, “un idioma se define menos por lo que permite decir que
por lo que obliga a decir” (Barthes, 1977:95). En su famosa Lección Inaugural, hablando a sus
alumnos, les dice: “en nuestra lengua francesa (…) estoy obligado a ponerme primero como
sujeto antes de enunciar la acción que no será sino mi atributo: lo que hago no es más que la
consecuencia y la consecución de lo que soy (…) así, por su estructura misma, la lengua
implica una fatal relación de alienación” (Barthes, 1977:95). Esta explicación de la lengua
francesa, que podría decirse poco lingüística, encierra una intuición que es básica para el
análisis: el significado de lo que SOY y lo que HAGO está marcado por la manera en que el
sistema de la lengua me obliga a colocarme a mí y a mi accionar dentro de la estructura
misma de un evento.
En éste sentido nos interesa abordar a nosotros/as el estudio de la lengua: elegir un
enfoque que nos permita comprender cómo funciona la lengua, entendiendo todo lo que ésta
habilita dentro de los marcos de sus posibilidades naturales. Así, el abordaje elegido
intentará eliminar todo tipo de prescriptivismo para habilitar la comprensión de un sistema
que tiene muchas posibilidades, donde no hay reglas ni sistémicas ni sociales y donde las
limitaciones no son prohibiciones sino condiciones de funcionamiento. Entendemos,
siguiendo esta idea, que el enfoque de la Lingüística Generativa sería el más apropiado para
este fin, por las razones que explicitaremos a continuación.
cerebro del mismo. Su nombre (generativismo) viene del hecho de que esta capacidad
lingüística consistiría en la presencia en el cerebro de todos los humanos de un sistema
generador de estructuras lingüísticas, que vendría a ser idéntico para todos en sus
posibilidades y se iría diferenciando a medida que entrase en interacción con una comunidad
específica y se orientase a la producción de cierto tipo de estructuras pertenecientes a lo que
nosotros llamamos una lengua.
El presupuesto teórico del generativismo surge de algunas observaciones que parecen
sencillas, pero que conllevan cambios epistemológicos radicales: cualquier ser humano,
donde sea que nazca, hablará cualquier lengua (no hay nada que haga que un colombiano
tenga más facilidad que un ruso para hablar español –lo sabemos, en Colombia no se habló
siempre español, ni en ningún otro país de América Latina–, y si un hijo de rusos hubiera
nacido en Colombia hablaría español tal fluidamente como cualquier colombiano y tendría
las mismas dificultades que todo hablante de español para entender las imágenes de las
propagandas soviéticas al estudiar la revolución rusa en quinto año de la secundaria);
además, cada persona sabe, desde muy temprana edad, cómo armar frases bien estructuradas
en su lengua y a nadie se le ocurriría, por ejemplo, pluralizar un adverbio en español (vamos
para atráses) o flexionar en tiempo a un sustantivo (nosotros comíamos zanahoríamos).
Nadie le explica esto a los niños y a las niñas cuando aprenden a hablar; simplemente,
cuando hablan, ponen los morfemas de tiempo en el verbo y los de género en el sustantivo sin
tener la menor idea de que están flexionando una palabra.
A partir de estas y otras observaciones, a mediados de los años ‘50 Noam Chomsky (el
fundador de la teoría generativista) llegó a la conclusión de que habría algo innato en el
cerebro de las personas que les permitiría aprehender una lengua de manera tan eficaz,
cualquiera esta sea, y esa capacidad lingüística sólo fallaría en caso de que el individuo
sufriera una lesión cerebral, un daño neurológico o alguna enfermedad genética que afectase
la parte del cerebro involucrada en dicha capacidad lingüística. A este algo innato Chomsky lo
llamó “la facultad de lenguaje”, un sistema “exclusivo de la especie humana, en lo esencial, y
común a los miembros de la especie” (Chomsky, 1989:37).
Todos los procesos de construcción de estructuras lingüísticas, al ser procesos mentales,
por ende, son equivalentes en absolutamente todas las lenguas y todas las variedades, dado
que no dependen de la importancia política de una lengua sino de una capacidad mental del
ser humano que es, como dijimos, común en todos/as nosotros/as. En este sentido, mientras
que podemos decir siguiendo todas las pautas de la RAE, del DRAE y de los manuales del
buen decir, por ejemplo: “anoche estabas muy borracho en la fiesta de tus amigos, tomaste
mucho vino” podemos también no seguir ningún manual y decir como aprendimos en casa
“más chico2 pedo te pusiste anoche en la joda con los pibes, cómo le entraste al tinto cumpa”,
y cualquiera de las dos expresiones va a seguir la misma complejidad de procesos mentales
estructuradores y constructores de significados, sólo que una va a ser políticamente correcta
y la otra estigmatizada como inadecuada por un sistema moralizante. Por suerte para los y las
que hablamos mal, “toda la historia de la cultura representa una tendencia irreprimible hacia
la rotura de los tabiques que proponen relativas impermeabilizaciones al lenguaje de
‘arriba’ (el de la ley, los profesores, los ujires de toda clase de ceremonias), respecto al
2 “más chico” es una expresión utilizada en la ciudad de Rafaela (pcia. Santa Fe) y otras ciudades de la región para hacer
referencia a algo grande. Es una estructura productiva y de uso recurrente: “más grande” significa pequeño, “más lindo”
significa feo, “más feo” significa lindo. Es importante aclarar que a la estructura van sumados otros aspectos de índole prag-
mática (como la entonación) que permiten completar la significación de la expresión en contexto.
Eje temático: Estudios Interdisciplinarios
lenguaje de ‘abajo’, que es el lenguaje que pugna por desacralizar el estamento ‘superior’ o
‘aprobado’, sacudiéndolo con fragmentos no filtrados de las lenguas
subterráneas.” (González, 2012:33).
3 “Sí pensamos en una situación de enseñanza, entonces, hay que considerar que en la cultura mocoví no existían las escue-
las y por lo tanto, tampoco el ítem léxico que nombrara ese espacio. Los conocimientos se trasmitían en el napaGainanka
(cualquier lugar en el que se enseñara algo, en que se trasmitiera conocimiento, obviamente de manera oral y al aire libre,
por ejemplo, un patio o alrededor de un fogón). Al aparecer la escuela como actor social, como elemento nuevo de la socie-
dad, este ítem disponible en la lengua se adecua según los recursos propios de la gramática de la lengua mocoví; ese edificio
pasa a formar parte de la cultura mocoví mediante el ítem napaGainatanaki. Si se considera las dos palabras, se verá que
esta última cuenta con un agregado final: -ki. Este es un recurso morfológico que permite derivar nuevas palabras (es pro-
ductivo) y que aporta el valor conceptual de “espacio cerrado continente”. La diferencia conceptual entre el primer caso y el
segundo es que una escuela es un lugar cerrado en el que se trasmite conocimiento. (…) Estos datos muestran que se desa-
rrolló un proceso de creación léxica necesario para designar nociones ajenas, hasta el momento, a esa cultura” (Carrió;
2014:160).
4 Actividad propuesta en la (única) página dedicada a la Variedad Lingüística en un manual de Lengua y Literatura de la
editorial Edelvives para estudiantes de 1er año, publicado en 2014. Luego de proponer una definición de “cronolecto”,
“dialecto” y “sociolecto”, el libro dicta:
“Lean las siguientes oraciones. En cada una de ellas aparece una variedad de lengua distinta. ¿Cuál se manifiesta en cada
frase? Escriban la respuesta en el renglón.
a. Mis viejos se fueron al súper.
b. Ese chico me encanta.
c. Ese muchacho es muy buen mozo.
d. Juan me invitó a jugar con la Play a su casa.
e. ¡Tata! ¡Con la crecida del río se ha muerto un ternero! (2014:170)”
“¿Por qué estudiamos la estructura de la lengua? La enseñanza de la lengua en la escuela secundaria ”
Cecilia Bonet
as iguales, y si lo que los y las (nos) une es un rango etario (categoría no-lingüística), no
debemos olvidar que este rango etario se modifica constantemente a través de las diferentes
culturas y dentro de una misma población. A pesar de esto, hay un punto de unión dado
desde el sentido común: son habla juvenil todas aquellas palabras y estructuras lingüísticas
novedosas que crean los individuos entre doce y treinta años y que no responden a las
normas de moralidad lingüística de las gramáticas y los diccionarios de la RAE y sus
secuaces, y que llevan al escándalo de adultos/as y lingüistas ortodoxos. Por ejemplo, los
variados usos del verbo “clavar”, o las significaciones extraordinarias que puede darle un/a
joven al sustantivo “bife”. Dejando de lado el hecho de que todo lo referente al ámbito de la
sexualidad está reprimido (reprimidísimo, prohibido, tabú zarpado, alta inquisición) en los
libros de Lengua (donde quizá puedan apreciarse las variaciones entre “vagina” y “concha”
pero no mucho más que eso), la coartación de posibilidades supera este ámbito para abarcar
todo lo que no sea RAEfílico. En los libros de Lengua lo que se clava son los clavos y después,
los y las jóvenes (allá ellos/as) de ciertos espacios determinados de algunas ciudades usan el
verbo clavar para decir que comieron algo (me clavé un sándwich) o para decir que alguien
no asistió a una cita (te dejaron clavado) y varias otras posibilidades que podrán ocurrírseles
sin mucha dificultad5.
Frente a esta inquisición lingüística abalada por instituciones conservadoras como la RAE
y sostenida por las instituciones educativas que quieren chicos-bien que hablen-bien,
queremos intentar revalidar un modo diferente de abordar el estudio de la lengua que
habilite la comprensión del funcionamiento del sistema lingüístico con el fin de que dicha
comprensión genere posturas críticas ante lo que está instituido como válido o no válido en
los espacios en los que nos movemos.
CONCLUSIÓN
La hipótesis básica del funcionamiento de la lengua como sistema mental generativo nos
abre un amplio camino de indagación sobre las concepciones de la misma y sobre sus
posibilidades y restricciones. Así, entender (o al menos examinar) su funcionamiento como
sistema productor de estructuras significativas nos ubica en un lugar que me gusta llamar, sin
exagerar, de emancipación lingüística, por dos razones.
Primero, porque nos permite entender el doble juego del lenguaje, ese vaivén en el que
Barthes basa larga parte de su escritura: la lengua como lugar de la posibilidad y lugar del
imposible; a la vez que nos habilita a expresarnos, nos marca el límite y las viabilidades de
expansión de dicha expresión. En este sentido, “la lengua tiene una capacidad regulatoria –
mírese sino al lengua que se habla/escribe en una institución como la Universidad- y
coercitiva en la sincronía; o una capacidad liberadora. Es potencia: que libera, si se procede a
contrapelo de su gramática y su diccionario. O penitenciario: que limita si se la considera
como un campo acotado de acciones” (Carbone, 2012:21). Citando a los famosos memes del
cuadro de Joseph Ducreux, con la misma complejidad sintáctica podemos decir “mirá como
está la vagancia en este baile, todos re mamados y con las manos en el aire” o su refinada
variante “contempla la holgazanería de este jolgorio, el conjunto entero se halla en evidente
estado de embriaguez y con sus brazos encumbrados”, y otros parafraseos moralistas que
5 Enuna recolección de datos realizada en junio del 2018 a sesenta alumnos/as de la escuela secundaria Nº 511 Juana Azur-
duy (de la ciudad de Santa Fe) sobre los diferentes usos del verbo “clavar”, llamó especialmente la atención la auto-censura
que realizó un/a estudiante a su propio listado (aún sabiendo que la encuesta era anónima):
Clavar vistos, clavar clavos, clavar una p*****, clavar una piña.
Suponemos que la censura se debió al hecho de que la expresión hacía referencia a algún aspecto de la vida sexual.
Eje temático: Estudios Interdisciplinarios
dejaremos que descubran la cumbia original, como “Laura, siempre que tu danzas se aprecia
tu braga”, o “aquello que usted nota colisionarse con su respectivo trasero, son mis testículos,
son mis testículos”.
La segunda razón por la que este camino de estudio nos conduce a una emancipación
lingüística es porque nos permite criticar todas las prescripciones colocadas sobre las
diferentes maneras de hablar. Nuevamente como dice Inés Kuguel: “nadie habla mal, o,
mejor dicho, todos dominamos perfectamente nuestra lengua materna” (Kuguel, 2014:98).
Así, estudiando y comprendiendo el funcionamiento mental de la lengua, habilitamos una
teoría que podría dar sustento a una crítica fundamentada de los sistemas coercitivos que
determinan las buenas y las malas lenguas y que habilitan sólo ciertas formas como posibles.
Claramente, esta crítica a los sistemas de represión lingüística no debe quedarse en ese
lugar de queja, sino que debe convertirse en una acción política de liberación, donde
comprendamos que la división entre hablar bien/hablar mal, o entre lengua/dialecto, donde
se coloca siempre una variedad por encima de la otra, no tiene nada que ver con condiciones
propias de la lengua sino con decisiones políticas arbitrarias y sobre todo (esto es importante)
modificables. Porque no podemos modificar (voluntariamente) la lengua con la que nacemos
(salvo bajo fuertes acciones represivas), pero sí podemos modificar las decisiones políticas
que nos llevaron durante siglos a colocarnos siempre en el escalón inferior.
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Lo que dejó la discusión por la Interrupción Voluntaria del Em-
barazo en términos políticos
El debate en el Congreso argentino por el pro- The debate in the Argentinean Congress
yecto de ley de interrupción voluntaria del em- for the Abortion’s law (IVE) marked a
barazo (IVE) marco un antes y un después, no breaking point, not only for the feminist
sólo para el movimiento feminista, sino tam- movement, but also for argentine politic
bién para la política argentina y su estudio. and its study.
En el marco de un debate parlamentario de Within the framework of a parliamentary
aproximadamente 24 horas en ambas Cámaras, debate of approximately 24 hours in both
pública y mediáticamente se dijo que la política Chambers, it was publicly said that Argen-
argentina dio muestras de un crecimiento o de tine policy showed growth or maturation,
una maduración, al plantearse modificaciones considering the changes given in the logic
en la lógica de construcción de poder parlamen- of parlamentary power construction. What
tario. ¿Qué significa esto en un contexto de cre- does this mean in a context of increasing
ciente polarización de los conflictos políticos? polarization of political conflicts? How
¿Cómo impacta en el desarrollo de otros temas does it impact on the development of other
dentro del parlamento? issues within parliament?
La discusión sobre la IVE nos plantea nuevos The discussion of IVE poses new study
escenarios de estudio para la ciencia política, scenarios for political science, particularly
particularmente por ser un tema que se inmis- because is an issue that interferes in seve-
cuye en varios espacios de poder (no sólo el pú- ral power’ spaces (not only publicly). So
blico). Por lo que aquí se buscará dar cuenta de here we will try to give an account of the
las cuestiones principales que esta autora consi- main issues that this author considers will
dera serán los temas a analizar por la ciencia be important to analyze by argentine politi-
política argentina en términos de feminismo. cal science in terms of feminism. This work
Este trabajo no pretende ser exhaustivo en su does not pretend to be exhaustive in its de-
desarrollo, sino cuestionar algunas realidades y velopment, but to question some realities
ponerlas en discusión con los lectores. and put them in discussion with the
readers .
INTRODUCCIÓN
La cuestión del aborto no es un tema nuevo en Argentina. Desde la sanción del primer
Código Penal en 1886, donde se penalizan todos los casos de aborto, se reconoce la existencia
de esta práctica. Fueron varias las modificaciones a éste código en cuestión de interrupción
del embarazo1. Lo que fue difícil cambiar, es el lugar de la mujer como victimaria, recién en
1 En1903 se reforma el Código y se establece que las tentativas de interrupción del embarazo no eran punibles. En 1921 se
establecen los casos en que no se debe penar la interrupción del embarazo (cuando se practica con el fin de evitar un peligro
para la vida o la salud de la mujer, cuando se interrumpe un embarazo fruto de una violación o de un atentado contra el
pudor cometido sobre una mujer idiota o demente). Luego en 1968 entra en vigencia el Decreto Ley Nº 17.567, el cual esta-
blece la no penalización si el peligro para la vida o la salud de la mujer es grave; o en cualquier caso de violación, siempre
que éste estuviera judicializado, y con el consentimiento de un representante legal si la mujer fuera menor, idiota o demen-
Eje temático: Género y Política
los últimos años el rol de ésta fue puesto en discusión. ¿A qué mujer condenan nuestras
leyes? ¿Cuál es el lugar del varón en todo este proceso?
En este sentido, surge la pregunta de por qué 2018 fue el año del debate respecto del
aborto. Podríamos decir que varios hechos confluyeron en dicho proceso. En primer lugar, el
poder y los espacios que ha adquirido el movimiento feminista argentino, sobre todo a partir
del #NiUnaMenos y de los Encuentros Nacionales de Mujeres, permitieron instalar la
temática del aborto clandestino como violencia hacia la mujer.
A ello se le suma el posicionamiento de los Organismos Internacionales. En pleno debate
por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), la Organización de Naciones Unidas
(ONU), a través del Comité por los Derechos del Niño, instó al gobierno argentino a
promover este tipo de legislaciones. En dicho informe, se expresa la existencia de barreras
para el acceso a educación sexual y a servicios de salud sexual y reproductiva (Roffo, Diario
Clarín, 06/06/2018).
El debate en la Cámara de Diputados llegó después de dos meses de audiencias públicas
donde expusieron 738 personalidades de diferentes ámbitos, tanto a favor como en contra del
proyecto. Finalmente se obtuvo media sanción en Diputados; y el 8 de agosto se discutió en
Senado no logrando su aprobación, luego de seis audiencias y 121 expositores.
En función de lo antes mencionado, en el presente trabajo se abordarán algunas cuestiones
que se observan en el debate parlamentario respecto de la IVE y que permiten pensar
cambios en términos de sistema político, desde un abordaje feminista. ¿Qué modificaciones
se dieron? ¿Qué se puso en disputa a lo largo de todo el debate?
Para ello se analizaran las expresiones de los legisladores y sus posteriores votaciones ante
este proyecto. El análisis cuantitativo de los votos permitirá realizar unas primeras
aproximaciones respecto del tema y pensar lo que resta en términos de política e IVE.
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Lo primero que resulta necesario señalar es el lugar de la mujer en este debate. Luego del
movimiento “Ni una menos”, pero más aún de las movilizaciones por este proyecto de ley, se
deja entrever que lo femenino comienza a ser pensado como algo público, y por lo tanto
político (Barrancos, 2018).
Hubo una modificación en términos sociales y políticos respecto del rol de la mujer en el
ámbito público. Desde las teorías filosóficas y antropológicas se explica cómo la mujer era
dejada en lo privado, era relegada al hogar a partir de su rol materno y reproductivo. Y así lo
público se transformó históricamente en una cosa masculina, no entendida por la psiquis
maternal de la mujer (Barrancos, 2002; Beauvoir, 2016 [1949], Pateman, 1996). La
posibilidad de procrear se transformó en la causa de su reclusión al espacio privado y
doméstico (Brown, 2009).
te.
No obstante estas modificaciones se dejaron de lado en 1973, para volver a ser tenidas en cuenta tres años después (Decreto
Ley Nº 21.338). En 1984 se sanciona la Ley Nº 23.077, la cual retrotrae el marco legal al Código Penal de 1921 donde se
restablecen los casos de no punibilidad. A pesar de ello, en 2012 la Corte Suprema de Justicia se expresa a través del fallo
“F.A.L” respecto del aborto en casos de violación, se resuelve que las mujeres violadas pueden interrumpir su embarazo sin
autorización judicial previa.
“Lo que dejó la discusión por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en términos políticos”
Lic. María Emilia Perri
expresa su conflicto con respecto al tema y el rol de su familia en su decisión: "[…] Yo tengo
una formación religiosa, pero mi mujer y mis dos hijos están a favor del aborto. […] no sé si
es un chiste o no cuando me dicen que no vuelva a casa si llegara a votar en contra (Serra,
Diario La Nación, 12/06/2018).
¿Qué señalan estos casos extremos? El hecho de que no hay una conducta establecida
respecto de la tarea del legislador, principalmente cuando el partido permite la libertad de
conciencia (como sucedió en este caso). En el debate parlamentario muchas intervenciones se
sostuvieron sobre las creencias personales y religiosas, mientras que otros basaron su
discurso en torno al rol del Estado y la noción de salud pública. A su vez tampoco es clara la
postura respecto de la manera en que el Estado interviene el espacio público.
Por el contrario los fundamentos a favor, giraron en torno a pensar el aborto como
problema de salud pública: “el aborto inseguro es la principal causa de mortalidad
materna” (Diario Clarín, 14/06/2018). A su vez, la reivindicación de que la mujer tiene que
poder decidir sobre su propio cuerpo, este argumento a su vez iba a acompañado de la mirada
sobre la falta de igualdad entre varones y mujeres. En los argumentos a favor también
apareció la cuestión de la Democracia, principalmente pensando que los países democráticos
hace más de veinte años vienen discutiendo y legislando respecto del aborto (Diario Clarín,
14/06/2018).
Ahora bien, cuando vemos los datos cuantitativos de ambos debates esto se torna aún más
visible. En la Cámara de Diputados el porcentaje de votos rondó el 50% para ambas posturas
(50,2% a favor, 48,6% en contra). Esto demuestra cómo el tema, que fue polarizado en la
sociedad, se tradujo en una división dentro de la Cámara. No obstante, el sí se impuso en la
votación.
Si nos concentramos en los distritos, los diputados de las provincias de Salta y San Juan
votaron en su conjunto de manera negativa, mientras que Río Negro y Tierra del Fuego
votaron de manera positiva. A su vez, encontramos que 13 provincias tienen la mayoría de los
votos negativos ante el proyecto (Gráfico 1), éstas se concentran en la zona noroeste del país,
asociada a tradiciones más conservadoras. A pesar de ello las provincias con más diputados
votaron en su mayoría a favor del proyecto (Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Entre Ríos).
“Lo que dejó la discusión por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en términos políticos”
Lic. María Emilia Perri
Gráfico 1: Porcentaje de votos en Diputados a favor del proyecto de legalización del aborto.
Votación 13/07/2018
En cuanto al tratamiento por partido político, estos se mantuvieron al margen del debate
público, dejaron que cada legislador considere, en función de sus propias trayectorias,
subjetividades y aprendizajes, si debían votar a favor o en contra del proyecto de ley. ¿Se
tradujo este discurso en el debate? Si observamos los porcentajes discriminados por partido o
frente, Cambiemos en ambas Cámaras tuvo mayoría de voto negativo2. Por su parte, el Frente
para la Victoria logró mayor cantidad de votos positivos en ambas Cámaras3.
CONSIDERACIONES FINALES
Para finalizar resulta necesario recapitular lo que ha dejado en términos políticos a futuro.
A partir de la discusión por la IVE se han trastocado algunas formas de hacer política,
comenzando por los vínculos entre legisladores. Las arenas legislativas eran pensadas desde
el trabajo hacia adentro de los bloques y este proyecto logró romper con esas divisiones del
trabajo y reagrupó a los diputados en función de sus posicionamientos personales.
A su vez se transparenta cómo los partidos políticos siguen siendo espacios donde las
cuestiones de género son trabajadas en ghettos que no logran tener una proyección hacia
todas las arenas internas partidarias. Si esto último sucediera, las discusiones en torno a la
IVE se hubieran resuelto de manera diferente.
El problema principal está en el lugar que dentro de los partidos tienen las cuestiones
vinculadas a la mujer y a la perspectiva de género. En este sentido, la ciencia política ha
comenzado a pensar el lugar de la mujer y de los temas vinculados a ella dentro de los
partidos políticos (Shair-Rosenfield y Hinojosa, 2014; Vandeleene, 2014). Éstos últimos se
han transformado en instituciones que dotan de sentido los roles femeninos y masculinos en
la arena política y pública.
Puede observarse una mirada sobre la mujer en donde se entiende la existencia de ciertas
características atribuibles a las mujeres y que el varón no tiene (Del Valle, 2008). Esto
generaría estereotipos sobre cómo la mujer debe participar en política y en los espacios
públicos, sosteniendo así la reproducción de un Estado patriarcal (Lagarde, 1999). En esta
línea Astelarra (1987) explica que ya ha sido demostrada la existencia de sesgos que reflejan
prejuicios androcéntricos, por ejemplo que el parámetro de normalidad política sea la
conducta masculina. Y esto se reproduce dentro de los partidos políticos y ha podido
observarse en la discusión sobre la IVE.
Por último, es necesario mencionar que ha cambiado el lugar femenino. Lo público hoy es
pensado como femenino. Las cuestiones, que antes eran pensadas como de la mujer y de lo
privado, hoy son planteadas en el marco de discusiones políticas. Pero por sobre todas las
cosas, son abordadas desde una mirada de salud pública, planteando (algo que el feminismo
viene gritando desde hace tiempo) que no existan mujeres argentinas de primera y de
segunda calidad.
Este trabajo buscó visibilizar la discusión en la arena legislativa y cómo ello generó
cambios. Los cuales se visibilizan en torno al lugar de la mujer en política y del debate de una
ley discutida, no solo en el recinto legislativo, sino también en la sociedad. Volviendo a Brown
(2009), es necesario la existencia de diversos lugares y ámbitos de debate, el espacio público
para definir la legitimidad del reclamo por el aborto legal no fue solo la legislatura. La
movilización social y la traducción de ella en debate dentro de diversas instituciones es lo que
generó la legitimidad de la IVE, y por ello le debemos al movimiento feminista más que a los
parlamentarios lo sucedido durante julio y agosto.
¿Qué dejó políticamente la IVE? Actualmente Argentina sigue sin contar con una ley
contra el aborto clandestino, pero la legitimidad conseguida en la sociedad en el último año
es algo políticamente relevante y que generó nuevos ámbitos para las discusiones feministas
(escuelas, hospitales, la calle). Es por esto que el 2018 puede considerarse como un año
dónde finalmente lo personal se ha convertido en político, y por lo tanto en público.
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www.parlamentario.com/noticia-110495.html [Fecha de consulta, 12/06/2018].
Diario Pagina 12 (2018): “El socialismo le pidió a Contigiani que apoye el aborto”. Edición
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le-pidio-a-contigiani-que-apoye-el-aborto [Fecha de consulta, 07/06/2018].
Piñeiro, Claudia (2018): “La falacia ad misericordiam de las dos vidas” en Diario Infobae.
Edición digital del día 11 de junio. Disponible en: https://www.infobae.com/
opinion/2018/06/11/la-falacia-ad-misericordiam-de-las-dos-vidas/ [Fecha de consulta,
25/06/2018]
Redacción Rosario Plus (2018): “Contigiani reafirmó su postura contra la despenalización
del aborto” en Diario Rosario Plus. Edición digital del día 04 de junio. Disponible en: https://
www.rosarioplus.com/ensacoycorbata/Contigiani-reafirmo-su-posturacontra-la-
despenalizacion-del-aborto--20180604-0026.html [Fecha de consulta, 07/06/2018]
Roffo, Julieta (2018): “La ONU recomendó garantizar la práctica segura del aborto para las
menores” en Diario Clarín. Edición digital del día 6 de junio. Disponible en: https://
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Serra, Laura (2018): “Presiones, amenazas y aprietes en las vísperas de una sesión clave”
en Diario La Nación. Edición digital del día 12 de junio. Disponible en: https://
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sesion-clave [Fecha de consulta, 12/06/2018]
¿Eres un zorro o un erizo?
“La trilogía del erizo zorro: redes globales, trayectorias nacionales y dinámicas
regionales desde la periferia” (Fernández, 2017)
Lic. Luciano Moretti
Licenciado en Ciencia Política (UNL)
Fecha de recepción: 12/07/2018 - Fecha de aceptación: 21/02/2019 luciano.moretti3@gmail.com
TRANSFORMACIONES Y PERMANENCIAS
Reseña bibliográfica: “La trilogía del erizo zorro: redes globales, trayectorias nacionales y dinámicas regiona-
les desde la periferia” (Fernandez, 2017)
El libro busca comprender los cambios operados en la economía mundial centrando la mi-
rada en qué es lo que permanece constante dentro del sistema capitalista mundial. Como afir-
ma el autor, lo primero es entender por qué hay una permanencia y luego preguntarse por los
cambios. Dentro de las transformaciones, por momentos vertiginosas y permanentes, hay
una lógica que permanece constante. Ahí, es necesario volver a esa estructura sistémica de
centro y periferia, como un eje que no solo da cuenta de una lógica de circulación del capital,
sino que funciona como un parte aguas en el pensamiento teórico sobre el capitalismo global,
generando qué, las teorías que buscan explicar la dinámica capitalista desde el norte (es de-
cir, desde los centros hegemónicos) no logran dar cuenta de esa lógica.
Durante el final del siglo XX, luego de la crisis del modelo fordo-keynesiano, el desarrollo
de la informática y las comunicaciones han posibilitado que el capital opere a escala global en
tiempo real penetrando y desarticulando los espacios y territorios enmarcados en el modelo
Estado nación imperante durante todo el siglo XX, esto se conoce generalmente como un
avance del mercado frente al Estado. Este proceso fue acompañado de una rápida liberaliza-
ción de los movimientos internacionales de capital en su versión financiera (Harvey, 1998;
Arceo,2005). En el libro, hay un esfuerzo teórico conceptual importante colocado en la tarea
de analizar cómo impacta este proceso de trasnacionalización de la producción en las estrate-
gias de desarrollo encaradas por los países de la periferia, sobre la base del gran dinamismo
que han cobrado los países del sur global en el comercio mundial durante los últimos veinte
años.
El libro abre un debate con tres teorías o corrientes del pensamiento económico/político
que se presentan como “heterodoxas” o alternativas al pensamiento neoliberal predominante,
a saber, el enfoque de las cadenas de valor global, el enfoque de variedades del capitalismo y
el pensamiento nucleado en el nuevo regionalismo. La importancia de estos tres enfoques ra-
dica en que han sido elaborados en los centros hegemónicos del capitalismo, proponen una
estrategia de aprovechamiento del proceso de globalización en un esquema de desarrollo, y
han sido utilizadas crecientemente como base teórica conceptual para la elaboración de polí-
ticas públicas por parte de los organismos financieros de crédito internacionales (BM, FMI,
BID).
estructuras de poder) en las que el control de la cadena es ejercido por los monopolios trasna-
cionales, que son quienes seleccionan que territorios y que actores se incorporan, como se
incorporan y hasta donde se podrán desarrollar. El capital local de los países periféricos no
cuenta con las herramientas tecnológicas, ni con el capital necesario para poder insertarse en
la CGV de manera competitiva, generalmente lo hacen de manera subordinada al capital tras-
nacional y por invitación del mismo.
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época. Mayo 2013, No. 111, pp 107.
BASES Y CONDICIONES
Se admitirán trabajos escritos en idioma español. Los trabajos presentados deberán
contar con una redacción precisa, clara y poseer rigurosidad conceptual. No serán
admitidos aquellos trabajos que no se ajusten a las disposiciones establecidas. El Comité
Editorial se reserva la decisión acerca de la publicación de los artículos en formato digital
y/o impreso.
La revista es libre, gratuita y de acceso abierto. Los usuarios pueden leer, descargar,
copiar, distribuir, imprimir, buscar o vincular los textos completos de los artículos; o
utilizarlos para cualquier otro propósito legal sin pedir permiso previo del editor o del
autor, siempre que sea reconocida la autoría del texto original y se utilice con fines no
comerciales.
PLAZOS
Los trabajos deberán ser enviados en el plazo establecido en la convocatoria que
figurarán en el sitio web de la revista (www.revistapoltikon.com.ar/convocatoria).
TEMÁTICA
Los trabajos deben enmarcarse en alguna de las siguientes áreas de estudio:
TIPOS DE TEXTO
Se admitirán cuatro tipos de escritos: artículos académicos, avances de investigación,
ensayos y reseñas bibliográficas.
Artículos académicos y Ensayos
La extensión máxima será de 50.000 caracteres con espacios (aproximadamente 20
páginas en interlineado 1,5). Deben ir acompañados de un resumen en español y en inglés,
de no más de 200 palabras, y contar con 4 palabras claves, en español e inglés.
Avances de investigación
La extensión máxima será de 15.000 caracteres con espacios (aproximadamente 6 páginas
en interlineado 1,5). Deben ir acompañados de un resumen en español e inglés, de no más
de 200 palabras, y contar con 4 palabras claves en español e inglés.
Reseñas bibliográficas
La extensión máxima será de 8.000 caracteres con espacios (aproximadamente 3 páginas
en interlineado 1,5). Deben ir acompañados de la respectiva cita bibliográfica del texto
reseñado siguiendo las mismas pautas que se establecen en la Sección 2.4 Formato de
presentación de los escritos.
FORMATO DE PRESENTACIÓN DE LOS ESCRITOS
- Se recibirán trabajos en formato .doc o .docx (Microsoft Word) y en formato .odf
(Open Office) en página A4, tipografía Georgia 12 o su equivalente para formato Open
Office, interlineado 1.15 pto.
- Todo el escrito debe tener Alineación Justificada. No debe tener encabezados ni pie
de páginas, como tampoco numeración de las hojas
- El título del trabajo debe tener como máximo 90 caracteres con espacios, y
presentarse en tipografía Georgia 14, fuente Negrita.
- Los subtítulos al interior del texto (por ejemplo: Introducción, Desarrollo,
Conclusiones, Bibliografía) tendrán fuente Georgia 12, fuente Negrita.
- En el cuerpo del texto, no se admiten sangrías ni espacio entre párrafos.
- Las notas al pie se presentarán en fuente Georgia 9, interlineado 1 pto.
- Los cuadros, mapas, diagramas, gráficos y tablas deben presentarse con sus
respectivos títulos identificatorios (Georgia 11, negrita), y mención a las fuentes (Georgia
9). Todos deben estar numerados con el sistema arábigo (Ej. Tabla 1., etc.). Además de
incluirse en el cuerpo del trabajo, deben ser enviados de forma separada en formato .jpg.
- Los nombres de los/as autores/as y las referencias institucionales no deberán constar
al interior de estos documentos, sino que serán explicitados únicamente en el correo
electrónico en el que los mismos estén adjuntos.
- El Comité Editorial valorará el uso de lenguaje inclusivo y no sexista (aunque no se
permite el uso de “@”, “e” y “x”).
- Los textos utilizarán el formato de referencias bibliográficas APA. En el cuerpo del
texto la referencia figurará de manera abreviada, utilizando la notación apellido del autor,
año y página escrito entre paréntesis. Ej.: (Mann, 1991: 58). En cambio, al final del trabajo
deberá figurar la cita completa junto con el resto de la bibliografía, ordenada
alfabéticamente. Cuando haya más de un artículo por autor el nombre del mismo deberá
reemplazarse por once (11) guiones bajos (__________) seguidos del año entre
paréntesis. En los casos en que haya obras del mismo año en un mismo autor, estas
deberán estar acompañadas de una letra a continuación del año que permita su
identificación en el cuerpo del texto. Ej. GARCÍA, Luis (1989a) "La..."; GARCÍA, Luis
(1898b) “El…”, etc. A continuación, se detallan ejemplos con las especificaciones para
cada formato:
Artículos: SK OCPOL, Theda (1989): “El Estado regresa al primer plano”, en Zona
Abierta, Enero-Marzo, Madrid, pp. 71 – 122.
Artículos de revista digital: ANDER EGG, Gu iller m o (2017): “Las brechas
entre el discurso y la práctica de la participación: cinco aportes para la reflexión", en
Revista De Prácticas y Discursos. Cuadernos de Ciencias Sociales, Vol. 6 Número 8
(Enero-Julio). Disponible en: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/
depracticasydiscursos/article/view/11543/10235 [Fecha de consulta, 17/12/2017]
Libros: POULANTZAS, Nicos (1979): Estado , Po der y So cialism o , Siglo XXI
Editores, Buenos Aires.
Capítulos de libro: RICOEUR, Pau l (1995): “La construcción de la Trama”, en
Tiempo y Narración. Tomo I, Siglo XXI Editores, México.
Capítulos de libro compilado: REGUILLO, Rossana (2006): “Políticas de la mirada.
Hacia una antropología de las pasiones contemporáneas”, en Inés Dussel y Daniel Gutiérrez
(comps.), Educar la mirada. Políticas y pedagogías de la imagen, Manantial/FLACSO/OSDE,
Buenos Aires, pp. 59-74.
Fuentes de Internet: CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN
ARGENTINA (10/11/2010): Proyecto de Ley. Régimen para el reconocimiento y respeto a
la identidad de género. Expediente N°8126-D-2010. Disponible en: http://
www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=8126-D-2010
[Fecha de consulta, 20/11/2014]
AUTORÍA
Podrán enviar sus escritos estudiantes, graduados/as, docentes e investigadores/as de
Ciencias Sociales de Argentina y del exterior que comprendan sus estudios en las pautas
aquí establecidas.
La autoría debe limitarse a aquellas personas que han hecho una contribución
significativa a la concepción, diseño, ejecución o interpretación del trabajo. Cada autor/a
debe haber tomado parte en el trabajo de manera suficiente como para responsabilizarse
públicamente del contenido.
PROCESO DE EVALUACIÓN
Desde el momento de recepción de los trabajos hasta la publicación de la revista, el
Comité Editorial se compromete a mantener informado/a a cada autor/a sobre la
evolución del proceso de evaluación a través del correo electrónico consignado,
trasmitiendo los veredictos de cada etapa y los plazos para completar las solicitudes
correspondientes.
Para su aprobación e ingreso a la publicación final, los trabajos serán sometidos a una
doble evaluación. En primer lugar, los artículos serán evaluados por el Comité Editorial en
los aspectos referidos a la Sección 2.4 Formato de presentación de los escritos.
De ser aceptados, los textos serán evaluados por especialistas externos/as a la
institución editora, según la temática correspondiente, quienes conformarán el Comité
Evaluador Externo integrado por docentes e investigadores/as.
A través de un sistema de arbitraje entre pares ciego, se asegura la evaluación de la
calidad científica y académica de los trabajos, en función de los criterios propuestos por la
editora.
Recibidas las sugerencias de los evaluadores, el Comité Editorial toma la decisión de
rechazar, solicitar cambios en el trabajo o aceptarlo directamente para su publicación.
Se estima en 30 días la primera etapa y un promedio de 60 a 90 días para la segunda
instancia de evaluación externa, durante el cual y a posteriori la identidad de autores y
evaluadores es resguardada.
PROPIEDAD INTELECTUAL
Se considerarán sólo aquellos trabajos que no hayan sido publicados antes en otra
Editorial o publicación académica, en cualquier formato.
Los autores disponen de la propiedad intelectual de los artículos que se publiquen a su
nombre; es decir podrán disponer libremente de los artículos una vez publicados con la
única condición de citar a la revista y tomando en consideración que la revista aboga por
un acceso abierto sin fines comerciales.
POLÍTICA DE PLAGIO
Revista Politikón defiende los principios de buena fe y transparencia en la publicación
científica, e implementa sus políticas internas bajo estas directivas.
El Comité Editorial seleccionará a los/as revisores/as bajo criterios de imparcialidad y
profesionalidad, a fin de asegurar evaluaciones justas y de calidad.
La revisión por pares puede detectar indicios de mala conducta en la investigación. En
estos casos, los/as revisores/as plantearán sus dudas y, de ser confirmadas, se
considerarán como una falta grave, lo que supondrá razón suficiente para desestimar el
trabajo para su publicación. Se prevé, no obstante, una instancia de réplica de los/as
autores/as.
El Comité Editorial cuenta, durante el proceso de revisión, con herramientas
específicas de detección de plagio: Plagium, Duplichecker y Plagiarisma. Este tipo de
software de libre acceso será utilizado a fin de garantizar la originalidad de las
contribuciones recibidas.