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Barbara Martinangeli

La rueda

de la
semilla
Edición Independiente
BARBARA MARTINANGELI
La rueda de la semilla. — 1a ed.
Buenos Aires, 2019

Contacto con la autora:


Mail: barbaramartinangeli@gmail.com
Facebook: Barbara Martinangeli
Whatsapp: +5491134922165
Blogger: nuestrocuadernodevida.blogspot.com

Diseño & Edición: Barbara Martinangeli


Este es un libro digital ofrecido por mí de manera
abierta a cambio de una donación o aporte voluntario.

Es un aporte para la humanidad que nace de un deseo


de dar a conocer mi trabajo y de poder obtener a
través del mismo los recursos financieros necesarios
para mi subsistencia y sostén.

Confiando en el buen criterio y la buena voluntad de


quienes lo lean, lo hago público de esta manera, para
facilitar el acceso de quienes lo requieran y para hacer
crecer y expandir la creación que surge como
manantial desde mi corazón.

Al final de la obra encontrarán los datos para hacer el


depósito o transferencia de lo que consideren, puedan
o deseen aportar para apoyar esta labor.

Quienes lo sientan también pueden compartirlo con


otras personas y así ayudar en este crecimiento.

Con fe y alegría, nos abrazo fuerte y en entrega.

Barbara
Prólogo

Un conjunto de cosas, un ir y venir, un saber hacer, y un


experimentar.

Una serie de cuentos que pretenden ser contados, de


alguna manera, sin muchas vueltas y sin muchos misterios.

Camino, y sigo caminando, girando en un círculo, frenando


siempre en el mismo presente. Aquí.

Un libro para navegar sin prisas, nacido de un super sentir,


y de una convicción permanente, queriendo sernos y
liberarnos.

Nos invito a formar parte de un nuevo cantar, el del corazón.

Que sigamos siendo las flores que siempre fuimos, semillas,


tallos y lombrices, todos unidos por la misma verdad: tierrita.

Gracias por ser y por compartir el andar.

¡Flor-es-cimiento!
Me amo y me respeto

Juego con mi bicicleta, y con los aviones, y también con los


autos y las camionetas, a veces con las motos, sobre todo
con las que son de color violeta.

Me amo y me respeto.

¿Qué sería de mí sin mis hermanos?


Amo ser una serpiente

Las serpientes siempre sabemos los movimientos


apropiados,
y los hacemos con confianza.
Nuestros ojos apuntan siempre al lugar correcto,
y nuestros saltos también.

No saltamos por saltar,


ni nos movemos en vano.

Usamos nuestra energía para lo justo y necesario,


no nos queremos desgastar.

No hay derroche ni desperdicio en ninguna de nuestras


acciones,
pues conocemos todo acerca de nuestro entorno,
nada nunca nada se nos escapa.

Yo no sabía que iba a ser escritora.

Gracias a que tengo nuevas lentes puedo ver.


Puedo ver que no sé nada, y que más nunca lo sabré.
Puedo ver que no hay consecuencia sin causa, y que eso
tampoco es cierto.
Puedo ver que las noches son iguales que las mañanas, y
que las tiradas con las cartas me las reflejan en mi interior.

A veces me parece que hago algo y en realidad no hago


nada.
Puedo ver que nada de eso es cierto en verdad.

Las últimas ocasiones en las que me solté terminé en un


abismo largo, como el del conejo y Alicia.
No paraban de caer cosas, y de hacerme circumbalancear.
Pero estuvo bien,
así pude ser diamantina y serpiente,
porque las serpientes viven en los pozos… creo…
quizás eso tampoco sea verdad.

Hay que moverse por los campos,


y saltar solo en los momentos apropiados,
para evitar agitarnos.

Los seres humanos pueden ser muy indeseables,


al igual que los lagartos,
cuando miran para arriba pero caminan para abajo.

Siempre sabemos para dónde ir,


los pasos son para adelante,
igual que las miradas.

Lagos y tormentas,
sueños y vigilias.
¿A dónde me tocará ir esta vez?

Nos movemos para que puedan barrer,


hay que correrse del lugar para que pasen la escoba,
y sacar todas las baratijas.

Durante las noches hay cosas muy interesantes por ver.

Amo ser una serpiente.


El día que salí de la escuela

El día que salí de la escuela me encontré con un conversor


de corazones.
Las emociones se reían de mi miseria,
y los caídos se refregaban contra las paredes de los
árboles.
El mundo no sabía a dónde ir,
y yo tampoco.
Tristeza era la palabra.

Muchas vidas de caminos escondidos,


y muchas flautas en las noches solitarias.
En ocasiones me paseaba por los arbustos de las
mariposas,
pero al final del día no encontraba el capullo donde
descansar.
Entonces me iba a jugar a las muñecas,
mientras llamaba a la teta de mi madre.

Cuántas veces sentí que era una estrella voladora…


Las alas se me rompían de vez en cuando,
había aprendido a emparcharlas con paciencia,
tapando los agujeros con telas de colores.

Así fue que me convertí en alada multicolor.


Como ya sabrás, las mariposas no tienen hijos mariposeros,
se anidan en orugas
y cantan cuando la noche es larga.

No sé de qué se trata todo esto,


pero me gusta pensar en troncos ahuecados por termitas,
y en saleros con polvo de estrellas.
La sacudida suele ser muy mágica,
y los concilios marcan las diferencias cuando de bailar se
trata.
Hay veces en que todo carece de forma,
en el sentido estricto de la palabra.

Muchos melones se encuentran en las corridas,


los asustan para llevarse sus corazones,
ellos saben que la verdad no es azul,
y aun así se lamentan en alucinaciones estentóreas.

Mucho de hablar me pierdo con la risa,


cuando subo la cabeza siento como se me traban las
lenguas de la verdad.
Por eso intento mantenerme lo más erguida posible,
no me gusta andar diciendo mentiras por no tener la
columna alineada.

Las caídas no existen,


las inventamos de vez en cuando para creer que nos
tenemos que levantar.

Las raíces siempre están presentes.


Cruzándome siempre con las piruetas.

Quiero unos pies que sean míos,


hace calor en Montevideo.

Extrañaba cantar y mirar por la ventana.


Aunque el mar me susurra al oído,
el agua salada me destapa las narices,
a veces creo que me estoy equivocando.

No me gusta jugar con las maldades,


ni tampoco con los mentirosos.
Hoy me vendieron una piedra por otra,
y yo la compré,
compré dos, para no olvidarme de que todo va en pares,
que las monedas tienen dos caras,
y que ninguna de las dos es verdadera.

¿Cómo llenarme la panza de comida y no sentir desprecio


hacia la humanidad?
No sabía cómo vivir esta vida humana,
hasta que me amigué con las Soledades.
Recorriendo paisajes de dudosa procedencia
encontré respuestas a las cuestiones más astutas.
La lluvia me trajo las diversiones
y las caricias por el sombrero.

La avaricia es una ramera convulsionada,


no le encuentro explicación a las telas de algodón,
y tampoco a los papiros.
Me dijeron que las enseñanzas de los mongoles eran
apropiadas,
y yo las sigo,
porque las siento en mi corazón,
aunque nunca haya conocido a ningún mongol
ni a ninguna mongola.

Se puede adivinar la cobardía sin mirar el cuerpo de una


persona.
A mí me sobraban los miedos,
por eso me llenaba de grasa.
Cuando los invalidaba volvían a aparecer,
hasta que comencé a aceptarlos.
Los pude erradicar de mis camisas,
y de mis pantalones.

Quiero usar una bikini amarilla,


que brille como el sol y que dibuje nubes cuando camino,
aunque los cielos del mar sean rosas
y las caminatas no se hagan largas.

Hay veces que no concibo la idea de callar,


luego me olvido
y el rato se pasa entre ensueños y fantasías.
Ya sé que las fantasías no son reales,
pero la realidad tampoco lo es.

Moradas con olor a marihuana


y cantos al anochecer.
Me gusta cantar de día,
y también de noche.

¿Cuál es la verdad detrás de todo este cuento?


Los caquis me hablaron de azúcar
y de carcajadas.
Siempre pretendí saber más de la cuenta,
pero la cuenta es no saber hacer cuentas.

¿Cómo fue que nos encontramos tan tardíamente?


Los lobos se mueven con mucha rapidez,
hay que ser paciente
y dejarse correr con las chorreaderas.
Este trato es muy singular,
y las movidas se quejan cuando los sonidos son amargos.
Me interesa la creación con aires de liviandad,
y también los momentos que traen a las sorpresas lindas.

¿Cómo saber lo que siento cuando el teclado está lejos y


las carretas son tiradas por caballos?
Ya descubrí dónde meter tanta poesía:
sigo escribiendo libros,
y se me pasan todas las picaduras.

La magia está en todas partes,


y los sonidos del silencio también.
La semilla es una hermana,
siempre lo supe,
aunque me hacía la tonta para no escucharla,
porque no quería darle la razón.
La soberbia me ganó en varias oportunidades.
Ahora me animo a tomar el sol.
La rueda de la semilla

Hay tanto por decir en tan poco tiempo,


y tantas estrellas por contemplar en tan pocas noches.
¿Cómo sería este juego de salpicaduras?
Me gusta cuando hay silencio para poder escribir.
A veces escribo también con ruido.

II

Ya sé cómo salir de este agujero,


las camisas me sorprenden todos los días.
Me contraté algunos monos que rompen semillas,
para no lastimarme los dedos,
y para poder comer con tranquilidad,
ellos se entretienen mientras escribo.

III

Los juegos son mágicos,


pero a veces resultan molestos,
como los huracanes.
Yo me fui volando muchas veces,
aunque los aviones no se moviesen con tranquilidad.
Los vuelos siempre me armonizan,
y las nubes me hablan aunque esté lejos.

IV

Nunca me gustó el maquillaje,


porque me ensuciaba las pestañas y no me dejaba ver.
Reconozco los colores de las caras incendiadas
en mis sueños de noches lujuriosas y sedientas.
Los ojos se me caen por los vestidos,
y se me abren como vaginas parturientas.

Leo y pienso en los colores flúor,


los hermanos de la galaxia me dicen que los pinte de fucsia,
y yo les hago caso,
porque tiene coronas muy hermosas.
Ellos cantan todas las noches
antes de que me vaya a dormir,
para que no me olvide de la tarea para la que me preparan.

VI

Cuando recordé que era una princesa pleyadiana


casi me caigo de culo,
estaba sentada sobre una silla azul,
y le daba la espalda a la puerta del príncipe.

VII

Me pongo bien atenta


para cada circunstancia,
así no me pierdo de las oportunidades.

VIII

Se me despertaron los ojos de los sentidos,


me gusta ensuciarme las manos cuando como,
las narices no se me tapan como lo hacían,
puedo oler y escuchar con los oídos,
y también con el corazón.

IX

Una vez desaparecieron los libros


Porque no sabía cómo escribir.

Me emborracho mientras aprieto las teclas,


y hay muchas luces de colores por estallar.
Los pájaros cantan como los gorriones de mi infancia,
las cámaras de televisión me persiguen a todas partes,
y yo las dejo,
porque el arte es para embellecer a los mundos.

XI

Las manos no tenían ojos


conversaba con las monjas de la estación.
Las manos, de hecho,
eran artículos de primera y última necesidad,
y se usaban sobre todo para rezar,
y para hacer los deberes.

XII

La luz me sorprendió una tarde en Bariloche,


miraba el lago y estaba todo en silencio,
las piedras sonreían
y yo no sabía cómo parar de reírme.

XIII

¿Cuántas veces fui hada sin saber?


¿Cuantos vuelos cancelé con mis sentidos?
Gracias a la luna ya no me quejo,
las historias son inventos
nada puede ser más real que este momento.
Ya no me culpo por estar alegre.

XIV

Quiero vivir en una casa donde no haya ratas.


¿Puedo salir de paseo?
Las ratas me daban miedo,
porque traían la prosperidad.
Eso decían los chinos,
y yo les creí, entonces se me fue el miedo,
quizás un poco por ser vegana.

XV

¿Cómo saber cuando es tiempo de parar?


Había veces que sentía los riñones en las costillas,
y me afectaban un poco los pulmones.
Estoy aprendiendo a respirar mejor,
así la caca ya no circula por los lugares equivocados.
XVI

Todos los días observo mi cuerpo,


y su caca.

XVII

Las caderas se me desplazan cuando camino.


Hay cosas que suceden todo el tiempo,
pero es más fácil verlas cuando hay gente.

XVIII

Caminaba por la playa acompañada.


Se me esfumaron muchas vidas
entre mares y algunos silencios.
La dicha está a la vuelta de una esquina.
Los remolinos bailan,
y yo también,
siempre hay mucho para crear,
siempre hay mucho para creer.

XIX

En los momentos de lamentaciones


todo parece perdido,
pero la fe nos mantiene vivos,
y la esperanza en la humanidad.

XX

Ya no me acuesto con invasores y disidentes.


Los amigos y las risas me acompañan,
los días solitarios se transforman
en presagios de bienaventuranza.

XXI

Las premisas de mi madre y los resuellos de mi padre no


eran más que tormentas pasajeras,
me ubico sola,
y no me salgo de las carcajadas.
Me costaba tanto reír porque me dijeron que no podía.
Entonces me mantenía triste,
para aparentar que los valoraba.
¿A quién se le ocurre que todas las palabras son
verdaderas?
Algunas palabras mienten.

XXII

Los muñecos son estatuas que usamos para inventarnos la


vida,
y así vivimos,
creando muñecos y estatuas que no se mueven,
y que hablan con mentiras que parecen verdad.

XXIII

¿Cómo salirme de este pantanal?


No pensaba en los crisantemos,
hasta que los vi,
sus colores me llamaban a la risa.
Las flores contienen mucha verdad
los pétalos hablan,
y las hojas muestran su mundo.

XXIV

Hay tigres azules danzando a nuestro alrededor,


esperando a que los escuchemos rugir,
son cachorros saliéndose de las madrigueras,
son audaces
y valientes,
y tienen fuerte carácter,
a pesar de ser muy compasivos.

XXV

Cuando escribo los libros


las fuentes de agua se disparan,
y todas las luces se prenden,
dando lugar al espectáculo
una secuencia de imágenes y sonidos inesperados.

XXVI

Escribir es como comentar los porvenires de un mundo


circundante y ajeno,
pero que a la vez es propio.
Cada número tiene su viaje,
y también cada momento.
No hay corridas en los papeles,
y las letras nunca se apuran,
tampoco los dibujos,
ni las danzas,
ni las viñetas.
Todo lo que me pasa me ayuda a escribir.
XXVII

Qué bueno que en Brasil haya tantos mangos,


así no me tengo que preocupar por la comida.
Anoche soñé con un activador de melanina,
siempre me acuerdo de soñar,
las canciones me despiertan temprano
abro los ojos para poder mirar.
¡Ya no tengo miedo!

XXVIII

Los libros son como canciones.


Las mejores respuestas son las que llegan cuando no
espero,
¡corazón!

XXIX

Hoy me visitó Merlín,


y me dijo que era muy linda.
Me mostró su báculo y su sombrero,
tenía una barba larga y espesa,
como en los cuentos de los príncipes y las hadas.

XXX

Sólo luces y sombras,


luces y sombras,
luces,
y sombras.
Juegos de luces y sombras.
Ya todo está resuelto.

Siendo yo misma, todo siempre se ordena.

Confío en mis hermanos,


confío plenamente en mis hermanos,
y en mí misma.

Hagamos aquello que amamos hacer.


Cuántas limitaciones nos pusieron,
cuántas limitaciones nos pusimos.
Es hora de soltar las cadenas,
Es hora de dejar-nos

El tiempo no existe,
y la tristeza tampoco,
el gozo está en lo verdadero.

Todo se ha inventado ya,


y todo se ha solucionado.
XX34

Se cae todo,
cuando se cae, se cae:
se caen las creencias
y los castillos en las nubes,
y los castillos de creencias,
y las creencias de los castillos.

Al final todos los miedos eran a no tener algo, a no tener


algo, a no tener algo.

La poesía sirve para eliminar los miedos.

Ya no hay nada que temer.


Día de cambios

Me muevo según el plan.


Hay cosas que no tienen sentido cuando las miramos,
pero sí cuando las morimos.

Liberando egoísmos y expectativas


me deshago de los soretes flotantes.
Doy sin esperar nada a cambio.

Miro para adentro


y sé cuál es el movimiento apropiado.
Respiro,
ya sé todo lo que necesito saber.

Siempre sé cuándo es momento de irme,


y de llegarme.
El camino ya está armado,
no tengo nada de qué preocuparme.
Los ojos me funcionan bien,
y también las muñecas y las manos.
Tengo claridad.
Me escucho.

Me uno a todo lo que ocurre,


y me permito ser en los acontecimientos.
Siempre vivo en el presente.

Ya no hay nada que entender,


doy los pasos para la comprensión.
Todo nace en el momento justo.
Soy maestra y aprendiz de mí misma.
Nada está bajo mi control.

La respuesta siempre es el amor.


Y así todo tiene sentido.
Acepto siempre lo que sucede.
Toda la resolución está a la vuelta de una mirada.
Vivo con fe.
Acerca de los planes

Los planes se concretan, como la poesía


porque son música, como la poesía
y danza, como la poesía
y esencia, como la poesía
y viajes, como la poesía
y reliquias, como la poesía
y sucesos, como la poesía
y vida pura, como la poesía
y momentos, como la poesía
y caídas libres, como la poesía
y entrega, como la poesía
y mágicos, como la poesía
y sorprendentes, como la poesía
y divertidos, como la poesía
y comprensivos, como la poesía
y bondadosos, como la poesía
y luminosos, como la poesía
y maravillosos, como la poesía,
y poesía, como la poesía.

#Poesía
#Arte
#Creación

Que viva la vida, y todo lo que el dinero no puede comprar.

Siempre hay libros por escribir.


Nueva Helvecia

Cuando escribo creo la realidad,


por eso estoy muy atenta.

No quiero llevar los libros en la mochila,


quiero que se vendan sin que yo los cargue.

Antes no me gustaba la murga,


me parecía una cachimbacheada,
aunque era divertida y me hacía reír.

La luna en escorpio me anima a escribir,


y las otras lunas también,
sólo que de manera distinta.

Camino por un paisaje de libre circulación,


hay higos en las higueras,
y niños que ríen cuando les canto.

Esto es como una especie de avance que no va para ningún


lado,
no existe la involución,
creo que nos la inventamos.

Sabíamos que la historia no era verdadera,


y aún así la creímos,
para sentirnos un poco mejor,
y porque no teníamos otra opción.
Nueva Helvecia II

¿Cómo saber cuando estás a punto?


Con los fideos es fácil, se pegotean en las paredes.
Uso mis pies para dar masajes,
y para caminar.

Me libero de los canelones sin calzado.

Hay que liberarse de hacer cosas,


y siempre siempre mantenerse atento.
Es importante estar enfocado,
sobre todo en estos momentos,
no porque los momentos sean distintos,
sino porque son estos momentos, y no otros.

Recomienza la aventura, siempre sabiendo sorprenderme.


Ulises y los unicornios

Luego de haber escrito mi primer libro, estoy plenamente


agradecida por lo vivido y por los aprendizajes.

Me siento rica,
me siento millonaria,
me siento llena de afecto y de amor,
me siento llena de vida y de esperanzas.

Sé que a veces las cosas se ponen un poco difíciles, y nos


cuesta salirnos de las preocupaciones y del estrés, pero me
mantengo firme en mis creencias y en mi fe, en la certeza
que me da haber recorrido tanto camino y reconocer toda la
belleza que hay a mi alrededor cuando me detengo por un
minuto a observar. Sigo aprendiendo a escribir.

Nunca hay error,


y nunca estamos equivocados.
Todo esto no es más que un juego de dominó,
o de cartas,
o de quién sabe qué cosa.
Todas las verdades son transitorias,
menos una.

Me abro a nuevas formas de hacer y de sentir, suelto todas


las partes que no son mías, y me animo a seguir jugando de
nuevas maneras. Me animo a una nueva vida, me animo a
una nueva realidad.

Es el momento de respuestas, eso dice la mariposa,


y también los gatos.
Son muy hermosos,
guardan todos un gran potencial.
Aunque parezca que siempre están iguales,
en realidad se la pasan mutando.
Con los ojos de la obsidiana me comunico fácil con los
gatos.

Siempre hay mucho para decir,


y siempre hay mucho para callar,
con la panza llena de sandía me apresuro en el escribir.

¿Alguien alguna vez supo algo?


Me gusta escribir libros,
aunque la escritora se ponga ansiosa.
En esos suaves momentos la abrazo,
y le digo que todo estará bien,
ya no tiene que usar colitas ajustadas,
ni trenzas que le tapen los oídos.
Todo se vuelve más fuerte con el tiempo.
Piedra libre.

Un unicornio se acerca y me mira, tiene unos ojos grandes


de color verde, sus manitos se muestran muy suaves, y se
mueven, para que las mire. Trae un reloj, y una vasija con
oro. Es del color del arcoíris, como los sueños, y es muy
dulce y juguetón.
-Deseo hacerte feliz.
-¡Gracias! Pero.. ¿por qué traes puesto un reloj?
-Es que me olvidé la hora en la que tenía que venir, siempre
ando pasado. El tiempo me juega a favor, pero me olvido,
entonces cargo un reloj, para recordarme que siempre hay
tiempo. ¿Escuchaste como los latidos de corazón se
parecen al tic tac de mi reloj?
-Sí, y también me hacen acordar al péndulo de los relojes
antiguos, esos que se mueven de aquí para allá y que dan
las campanadas a cada hora.
-Sí, así es, esos relojes también marcan el ritmo, como un
pulso del corazón, por eso no hay que tenerles miedo.
-Gracias unicornio, qué grande lección la que me has dado.
-Si el latido del corazón es igual que el del reloj, entonces no
importa el tiempo, aunque siempre haya pulso. Nunca des
por terminado algo que acaba de empezar, esta puede ser
una gran historia si lo permites, pues como tú, tiene vida
propia.
-Gracias Unicornio ¿cómo te llamas?
-Mi nombre es Ulises, y hablo en el nombre de muchos
unicornios que también se llaman Ulises, y que, como
Arcoiris, nos entregamos desde el corazón. Hay nombres de
unicornios muy conocidos, y hay otros que no lo son tanto,
como Melifesto y Sacudón, que son más graciosos para los
humanos, y que también están llenos de magia.

Acepto y amo esta situación tal cual es. Estar presentes es


muy importante para escribir, y para que Ulises pueda
hablar.
Me encuentro con Ulises en todos los cuentos. Con distintas
ropas y distintos colores, con pelos más largos, y crines más
cortas, cambiando sus ojos, y también sus orejas.
Ropas que parecen carneros, y solturas que no se limitan.
Los menjunjes son como los sentidos, los dejo un poquito al
costado, para que los unicornios puedan salir.
Me gusta abrirme de piernas al sol.

Es muy importante tener tiempo libre.

Escribiendo aprendo a esperar.

Observo las trabas y solas se mueven.

¿Sabés lo que es la soberanía?

La vida es un viaje.

Activando la conciencia del espejo.

-Veo veo
-¿Qué ves?
-Una frutilla.
-Pero no hay frutillas en verano.
-Quizá los perros las encuentren, mientras tanto me hago
caca en las torteras.
Melo melo

Me encanta escribir,
me siento frente al teclado por horas y me dedico a tipear,
sin rumbo, sin presiones y sin horarios.

Me encanta escribir,
me detengo en el tiempo, y purifico mi mente, y el afuera
desaparece, y también un poco el adentro.

Me encanta escribir,
y ser una con la pantalla, mover mis manos y escuchar el
sonido de las teclas.

No tengo nada que pensar mientras escribo,


la vida toma su propia forma.
Miro por la ventana,
y me encanta todo lo que voy encontrando.

Doy los pasos del escribir,


todos los pasos son necesarios.
Las palabras siempre saldrán,
pues me encuentro dentro de mí misma,
y me recuerdo.

Cuando me dolía la panza era porque tenía asuntos sin


resolver,
los dolores se iban al volver,
y me traían distintos mensajes.
Los seres brillantes se mueven con gracia.

Nunca me canso de escribir.


Duermo cuando tengo ganas.

No es inútil mecerse en sillas de cristal.


El ardid luminoso sucede todos los días.
Cuando no entiendo de qué se trata,
miro con ojos de la verdad,
y el miedo se esfuma al rato.

Una vez fui al campo y coseché unas zarzamoras,


me dijeron muchas verdades,
algunas no las puedo nombrar.

Cuando era pequeñita me gustaba jugar con muñecas,


a veces sola,
y a veces acompañada.

Cuando no sabía renunciar


se me trababan mucho las palabras.
Ahora las rodillas se me calman a la hora del salto,
siempre con gracia
y con movimientos de bailarina.

Estoy en paz mientras las semillas florecen.

Ya no quiero perder tiempo en falsos itinerarios,


creo con y sin mapas,
solo por sentir que el viento palabrero sacude mis neuronas,
y me conecta con lo que más me gusta,
reírme de mí misma
y de todo lo que me sucede.
Y al resto, pesto.
Siempre tengo las llaves.

Ya no quiero que estés preso,


acaso algún faquir desorientado haciendo de las suyas.
Son bien simples los abrendigos.

Por las fotos identificamos las piedras,


y también los corazones de la verdad.
Dejamos de lado los ojos de la vergüenza,
vemos belleza por todos lados.

Cuando veo una realidad que no quiero es porque no me


puedo aceptar.
Todas las realidades son mías.
Jilgueros

Soy una flor completa,


que nace, vive y muere,
que alumbra y orienta,
que embellece y calienta.

Soy una flor del sol


ya no dudo.
La Verdad siempre me guía

El mundo está a mi disposición,


Siempre.

Todo ya está aquí, pues el tiempo no existe.


El dinero es como la caca buena

Mucha magia en el camino,


ser estelas en el mar,
compañía en los momentos,
cartas, risas, libertad.

Uvas de todos los racimos,


Moras de todas las temporadas
Arándanos, fresas y frambuesas
Ciruelas, pitas y bananas

Frutillas en el invierno
Arándanos y piñas.
Sandías de jugo precioso
Peras, guanábanas y mangas

Paltas, jackas y melones


Durians, caquis y papayas
Mandarinas y pelones
Mangos rojos y manzanas

Higos, risas y un intento


De viajar en mermelada
Lluvia inunda mis saberes
Traigo el alma acompañada.

Dragonfruit y firmamentos
Chirimoyas, carambolas y cocos
Frutas que aún no conozco
Con cáscara, enteras y licuadas.

Siempre soy feliz.


Fuitifui

Acciono sin miedos


Con total dicha y libertad
No hay nada que no esté planeado
Nada que me pueda alejar
De lo que siento y presiento
Y del camino por caminar.

Y así es.

Quiero ser dicha y creación


quiero ser paz y libertad
quiero ser luz y ser belleza
quiero ser voz y ser riqueza.

Soy, soy, soy.


Abundancia y caridad.
Y así es.

Expreso lo que siento en mi corazón


Subo de a octavas y de a ratos.

No sé nada acerca de los demás,


dejo de suponer.
El éxito está a mi alcance,
y la prosperidad también.
El pan siempre me habla.
Acepto todo lo que deseo.
Tomarse el tiempo para los rituales

¿Qué es lo que pasa cuando nada pasa?

Las desorientaciones son momentos.

Siempre es ahora.

Me salgo de la confusión.

Escribo sentada, parada, de rodillas, y oliendo a maní con


chocolate o a desilusión tardía.

Me sigue hablando el mono,


parece que se quiere quedar.

Me gusta cuando juega,


es un sacudidero de sintonías.

Le pido que juguemos mucho de noche,


para poder dormirme con los angelitos,
y con las risas.

¿Cuándo fue la última vez que me comí un zapato?

Seguiré abrigando ensueños de canción


cuando las lunas se escondan tras los helechos de la
terraza.

Las plantas son mis amigas,


aunque no les toque la tierra sus raíces siempre me llaman,
y también sus flores, y sus frutos.

Ordeno mis prioridades,


y se me reacomodan las muelas.
Como muchos higos sin que se me paspe la cara.
La vida es poesía,
sólo había que sacar la desilusión.

Me libero de los mandatos de producción


y cuento todos los cuentos por contar.
Me puse una pirita en el bolsillo,
así salen todos los monos con el teclado.

Me fui a comprar,
y los gnomos de la leche se asomaron.
Son símbolos,
siempre son símbolos.
Ahora son gnomos,
más luego serán gigantes.

¿Quién habría pensado en generar ingresos con palabras?


Nunca se me había ocurrido, pero ahora me pagan por
hablar.

Justo cuando creía saber todo,


me di cuenta de que no sabía nada,
me gusta más así,
así siempre me sorprendo.

No me chupo más los dedos


para no quedarme sin crear.
El desafío es imponente,
nada que no sea apropiado me detendrá nunca.

Sigue saliendo la verdad del corazón,


los ojos se agrandan
y es cada vez más fácil mirar.
La caja ya está abierta,
no hay más vueltas.
¡Qué liberación!
Un rico momento

En el eterno aquí ahora de mi existencia me entrego a la


mayor sabiduría que me pueda habitar, y recreo mi vida en
un ir y venir constante, en un encuentro con los aciertos, y
en un aprendizaje de los desaciertos.

Ayer mientras viajaba en el buque recordé una canción que


hablaba de la libertad, aunque no sabía su letra la sentía en
mi corazón, la sentía en mis oídos, y la sentía en mi ser.
Una canción que me decía que lo mejor siempre está por
venir, que sólo tengo que confiar, que las mejores cosas
suceden cuando nos dejamos ser, cuando nos entregamos
al momento y a la existencia.

Muchas palabras por decir, y muchos pensamientos en mi


mente ahora, pero uno de ellos prevalece, y es la infinita fe
en el amor y en todo lo que el amor mueve, en las redes de
amor que creamos entre todos, en los encuentros y los
momentos, en la vida y la felicidad. Quizá eso sea lo que
nos hace humanos, no lo sé. Tampoco sé si tengo que
descubrirlo, tampoco sé de qué se trata ser humano,
supongo que aún estoy aprendiendo.
Infinito

Qué bello es poder soltar,


y que los pájaros vuelen libres,
como las mariposas.

Qué bella es la naturaleza,


y qué bella es la existencia que todos los días se nos regala.
Siempre me gustó,
siempre siempre me gusta.
El libro de los corazones

Dice que es un momento por crear, quizás me anime.

Todos los momentos son el mejor momento,


no hay diferencias entre los momentos.

Tengo la maquinola creadora de realidades y estoy lista


para apretar todos los botones que se me vengan al casco.

El puente pasa por el corazón, y termina en los andenes


que no requieren de los abrazos.

Las palabras también son alimento.

Cuanto más amo a los demás, más amor siento por mí


misma y más me doy cuenta de que todo el amor que siento
no es mío, ni tuyo, ni de los demás. Es simplemente el amor
que existe y que en todo momento existió, es el amor que
nos reconforta cuando estamos solos y tristes, es el amor
que nos revela todas las verdades que necesitamos ver, es
el amor que nos guía en el momento de actuar, es el amor
que nos impele a tomar las riendas de nuestra propia vida,
es el amor que nos convoca a realizar nuestros más
profundos anhelos, es el amor que nos ayuda a fundirnos
con la unidad y la totalidad de todo lo que existe.

Ámense los unos a los otros,


así como yo los he amado,
amanse con soltura,
y con compasión,
ámense con locura y con entereza,
ámense con simpleza,
ámense con razón,
ámense en todo lo que los gobierna,
ámense en todo lo que les molesta,
ámense en todo lo que no comprenden,
ámense en todo lo que contienen,
ámense con infinitos deseos de dar,
ámense como si mañana no existiera,
ámense en este instante,
ámense en el hoy,
ámense en todos los instantes,
ámense con corazón.
ámense, ámense, ámense.

Todo es luz, todo es paz, todo es verdad.

Todos los ojos ya se han destapado,


llegó el momento para mirar.

Muchas veces me sentí encerrada y atascada, muchas


veces sentí que no tenía nada para ofrecer al mundo.
Muchas veces sentí que no me merecía tener lo que me
gustaba. Muchas veces sentí que no podía cumplir todos
mis sueños, muchas veces sentí que la vida me daba la
espalda, muchas veces sentí que no tenía sentido el existir,
muchas veces sentí que me odiaba, que me descuidaba y
que no sabía cómo vivir en esta tierra. Muchas veces sentí
que no había esperanzas, para nadie. Muchas veces me
sentí desolada, muchas veces me sentí desesperada, y
muchas veces sentí que nada de lo que sentía en realidad
importaba.

Recuerdo cuando era pequeña y las maestras me decían


que para triunfar en la vida había que ser alguien, y que ser
alguien en la vida se trataba de estudiar y de conseguir un
empleo bien pago. Recuerdo cuando me felicitaban por mis
buenas calificaciones, y me celebraban los éxitos en las
pruebas y en las clases. Recuerdo cuando me decían que
tenía mucha capacidad para el estudio, y que si ponía todo
mi empeño en recibirme con notas altas, me contratarían de
las más prestigiosas empresas, y podría vivir la vida que
todos deseaban, comer en los mejores restaurantes y
disfrutar de mis vacaciones en el caribe. Recuerdo cuando
me contaron que la riqueza provenía de la acumulación del
dinero, y que todos los bienes del mundo eran escasos, y
que por eso se había creado la economía, para aprender a
repartirlos. Recuerdo cuando me dijeron que las muñecas
de papel se desarmaban cuando las metías al agua, porque
los papeles no aguantan por mucho tiempo.

Las mentiras tienen patas cortas me decía mi madre, y tenía


razón. Nunca me puse a pensar de qué se trataba lo de las
mentiras, pero lo entendía con claridad: cualquier cosa falsa
que dijera o hiciera estaba destinada a morir en el corto
plazo.

En estos instantes es que me vuelvo a preguntar: ¿por qué


es que quiero ser alguien? ¿por qué me preocupa que los
papeles aguanten el agua y el jabón? Hay muñecas de
papel que se conservan toda la vida.

Las muñecas de la vida son las muñecas de las manos, esa


capacidad de darnos vuelta y de volver a inventarnos. Con
muñecas o sin ellas, teníamos capas de disfraces por todos
lados, empezar a quemarlos fue una muy buena idea.

Nunca pensé que alcanzaría la capacidad de escribir estos


tantos libros. Quiero pensar que son cuatro, pero sé que son
mucho más, y que escribirlos no es para escribirlos,
escribirlos es para entenderlos. No es una repetición de
hechos que se sucedieron o se sucederán, es lo que siento
mientras los escribo, es alimentarme de mis propias
palabras, es reconocerme cuando las letras se hacen
presente, es habitar el infinito instante en el que vivo, es
sentirme la más única persona de todos los tiempos y tener
la necesidad de compartirlo, es convivir con todos mis
anhelos, es darme cuento de que no existe nada más que el
que este momento en el que soy yo misma.

Quisiera poder escribir siempre, más es probable que un


buen día todo esto se termine, no lo sé todavía. Mientras me
alimento de lo que mi corazón me demanda. Estoy
escribiendo muchos libros, y no hay razón para no creer en
su belleza. Si siempre fui la maravillosa alumna de todas las
escuelas, ¿por qué no podré ser la maravillosa alumna de
las escuelas de la vida? Y si nunca me interesó
matricularme como contadora, por qué me interesaría
matricularme como lo que sea. No me quiero sentir limitada
por un número que me diga quién soy. Muchas veces me
pensaron idealista o ensoñadora, a mí me gusta verme
como alguien que simplemente escucha.

Es parte de nuestra tarea manejarnos con precaución, pero


también es parte de nuestra tarea no abandonarnos a los
malos tratos ni a las escuelas que nos dicen lo que pensar.
Nunca fui a la universidad de las artes, no sé nada de
literatura ni de composiciones semánticas, no sé nada sobre
editar ni sobre hacer un boceto. Solamente me siento a
escribir, y dejo que las palabras fluyan mientras respiro el
aire que me acompaña. No importa el tiempo, y no importa
el lugar, siempre es ahora, siempre es este momento. Hay
que moverse con precaución, con la precaución de no
alejarnos de quienes somos y de quienes seremos.

Miro hacia el pasado y no puedo recordar ni una sola vez en


la que no haya sentido que el amor no me correspondía,
vivía pendiente de las opiniones de los demás, y me
embarazaba de cualquier pavada con tal de tener la
atención ajena. Es que nunca me había sentido amada.
Esperaba que los demás me demostraran el cariño que yo
tanto me negaba, esperaba que me dijeran las palabras
lindas que yo misma nunca me decía. Esperaba

Miraba con ojos de esperanza, porque la esperanza es lo


último que se pierde me habían dicho, entonces vivía
esperanzada en que algún día, alguien se daría cuenta de
mi existencia. Ese alguien era yo, y me esperaba sin
saberlo, sin recordarlo, sin entenderlo. Me di cuenta cuando
me solté el pelo, y las ideas se me habían revoloteado.
El mejor cuento jamás contado.

El mejor cuento jamás contado, tan real parecía el cuento


que los personajes nos lo creímos. Gracias a dios ya
estábamos todos muertos.

Qué mágica es la mentira cuando la creemos. Infinita


creación hecha momento, un suspiro de verdad que vale mil
vidas. Pura libertad en el instante en que nos conocemos,
pura simpleza, y un dulce cantar.

Cuento momentos
sintiendo la dicha
cuento regalos
sintiendo el andar.
Viajo conmigo
viajo content@
viajo con tod@s
me vuelvo a encontrar.

Luz y realidad. Un mundo entero hecho canción. La alegría


ya nunca se irá, porque nunca se fue, porque nunca nos
fuimos.

Ya no tengo que tener miedo de nadie, todo cobra forma y


tiene sentido. No hay nada por qué preocuparse, toda la
obra ya está escrita. Sigo el mapa porque lo conozco, ya lo
he visto muchas veces antes, sé de qué se trata, y lo puedo
llevar a cabo. Ahora me dispongo a crear todo lo que
necesito para esta nueva vida, sin miedo, sin culpa y sin
vergüenza, porque sé que mi ser superior me guía, y que
todos los seres que existen en este universo, tienen la
función y el propósito de ayudarme.

Así es, así es, así es, hecho está.


Ordenándome me ordeno, no tengo mucho más que hacer.
Están las piezas delante de mí y yo sólo me río mientras se
acomodan. Parece impreciso, pero el impulso interior las
moverá por mí. Y mientras aguardo el impulso escribo
poesía, y libros, y canto, y me abro a nuevas observaciones
y experiencias, sintiendo todo lo que sucede mientras el
rompecabezas se re-arma.

Hay tanto por descubrir en los andenes de la alegría, tanta


esencia de pureza y de intensidad, tanta magia
predispuesta para que nos reinventemos a cada instante,
tanto por decir, tanto por hacer, tanto por crear, tanto por
irradiar, tanto por amarnos, tanto por abrazar. Mi vida es mi
propia creación, y nada más que mía.

No vine aquí hace treinta años, ni hace cincuenta, ni hace


cien. Nunca vine aquí, siempre estuve aquí, nunca me fui, y
nunca me iré.

Cuando era pequeña quería saber de qué se trataba la vida,


no entendía cómo funcionaban los parámetros de
comportamiento ni lo que pasaba en el mundo a mi
alrededor.

Qué ilusa que fui cuando creí que lo que pensaba era la
verdad, mas en el instante en que puedo ver que los
pensamientos son solo nubecitas que tapan el sol por un
rato, me relajo. Lo que pienso no es verdad, nunca lo será y
nunca lo fue. Me miro a mi misma y me navego con alegría,
soy un río que fluye con un rumbo constante, hacia un mar
del que nunca se separó, porque nació del otro lado, antes
de reconocerse como río, y mientras lo hacía también. El
agua avanza, y gira siempre para adelante, avanza, y gira
siempre. Yo misma creo, y yo misma descreo. ¿Qué es lo
que realmente quiero para mi vida?
Sentarme a escribir mientras mi vida parece un caos es una
de las mayores aventuras con las que me he enfrentado,
confiar en el momento presente y en lo que mi corazón me
dice en este preciso instante, aunque mi mente se inquiete y
me pregunte para qué lo hago. Cuando comencé a escribir
no sabía todo lo que a raíz de ello sucedería, pensaba que
era algo así como expresar algunas ideas y comentar
algunas verdades. Más no se trata de sólo eso, se trata de
una experiencia de vida reveladora, una nueva forma de
entendimiento, un reconocimiento de nuevas partes de mí,
una apertura en todos mis sentidos, desde los más carnales
hasta los más sutiles, la capacidad de ser yo misma, de ser
todo lo que alguna vez quise ser. La vida es un juego que
todos estamos jugando.

No sé lo que sucederá, pero tampoco lo cuento. A veces me


parecía que lo que pensaba se tenía que cumplir de la
manera que yo quería, hoy me doy cuenta de que no es así,
porque la mente no pone las reglas del juego. Más aún así y
todo, me pareció que algo en ella me quería comentar una
revelación. Hace tiempo que entrego todo lo que me sucede
a la inteligencia cósmica, me relajo y dejo que las cosas
sucedan, y que el cosmos haga todo por mí. Hace tiempo
que no siento más culpa por vivir de lo que me gusta y por
involucrarme en lo que me pasa. Hace tiempo que no me
siento culpable por decidir sobre mi destino. Hace tiempo
que no me siento desconcertada.

Me nutro de todos los instantes y de todo lo que sucede, mi


vida es un flujo de alimento constante, no hay momento en
que no esté recibiendo regalos. Miro a mi alrededor y todo lo
mal que alguna vez me sentí se desvanece.

Mientras escribo mi mente trata de entender para qué estoy


haciendo todo esto, y me alegra profundamente confesar
que no lo sé, sinceramente no tengo idea de por qué
escribo, ni de lo que escribo, ni de cómo lo hago, ni de cómo
terminará. Mas esa es la parte más divertida. Sentarme a
escribir se parece un poco como a la vida, es algo que
sucede, y simplemente es, y no se trata de programar o
desprogramar, se trata de dejar que el agua corra hacia su
destino, dejar que todas las resistencias se vayan, dejar que
lo cristalino sea en mí mientras yo soy en él. Un río infinito
que fluye hacia el mar.

Cada uno se va encontrando con sus propias formas de


plenitud. Yo me siento plena cuando escribo, cuando canto,
cuando bailo, cuando actúo, cuando río, cuando recito,
cuando amo, cuando sonrío, cuando descanso, cuando me
miro, cuando hago el amor, cuando danzo, cuando hablo,
cuando hago chistes, cuando me río, cuando como, cuando
ayuno, cuando estoy triste, cuando estoy contenta, cuando
estoy enojada, cuando me siento perdida, cuando no
encuentro el rumbo, cuando camino, cuando me abrazan,
cuando los abrazo, cuando viajo, cuando me quedo quieta,
cuando contemplo, cuando me baño, cuando difundo,
cuando converso, cuando me callo.

Las conciencias encuentran nuevas maneras de


manifestarse.

Me siento plena cuando juego, me siento plena cuando me


olvido, me siento plena cuando duermo, me siento plena
cuando despierto, me siento plena en compañía, me siento
plena en soledad, me siento plena cuando vivo, me siento
plena cuando muero, me siento plena cuando creo que todo
se va a acabar, me siento plena cuando creo los comienzos.
No tengo que ir a ningún lugar, todo lo que siempre quise
está aquí.

Simplemente soy feliz, y eso es todo lo que puedo ser. Nada


que no sea felicidad me pertenece, ni nada que no sea
felicidad jamás me pertenecerá. Tengo mucho para dar, y
mucho para compartir, y ya no me voy a quedar callada
pensando en lo que puedan llegar a opinar los demás, amo
lo que hago, y me amo como soy, amo mis errores y amo
mis amores, amo lo que me renueva, amo lo que me
fortalece, amo todo lo que existe, amo mi falta de
inspiración.

Me veo, me veo en todos mis hermanos.

Cuando estoy presente, elijo desde el presente.

Y así es.
Cuando escribo me gusta escribir.

Me gustan los días de lluvia para escribir, y los de sol, y los


de viento. Me gustan los días para escribir cuando tengo
ganas. Me gustan los días que se escriben a sí mismos. Me
gusta escribiro por escribir. Me gusta más escribir cuando
escribo que cuando no escribo, me gusta no escribir cuando
no es día de describir. Me gusta desescurabrir cuando es
día de desescribirero. Me gusta descurabiracrir cuando
gusto gustribarero. Mas me gusta sincombaniquesadir
cuando el día me trata como sampinuquimasadero.
Malajinoyas shumpaniqueras, escribisaltimonios en los
nubisumpanideros. ¡Redención!

Los cuentos sobre la tristeza se terminaron, ya no hay nada


por lo que luchar, todas las batallas están ganadas, y todos
los corazones están abiertos.

¡Ahó!
Destinos de la sinrazón

Aguarda un mañana lleno de colores y de esperanzas,


y sueña la libertad de convertirte en todo lo que deseas.

Ánimos de fiesta y tranquilidad de celebración,


inundando el paraíso en llamas,
con aguas de riqueza acumulada por esparcir
bienaventuranzas en las vidas de los amadores que incitan
a la creación de las simplezas.

Formas que se mueven


como embrujos en los elefantes,
caminando por el desierto de los bosques siempre
habitados por gigantes reconfortantes y miradas
compenetradas.

Hoy es un nuevo día de calor,


amplificando un destino,
mirando atrás con la espalda bien erguida y la cabeza
retorcida esperando regresar, para reconocer que nunca se
fue a ningún lado.

Masticando pegamentos de emociones,


hoy se sincera con la verdad que incopiosamente la habita.

Un juego de palabras que se anima a ser vivo,


y un espasmo de eterna vitalidad se conjugan en el sonido
del paladar hambriento de infinidad.

Marcas en las paredes intuyen un porvenir,


ojos de frentes desperdigadas en una selva que parece no
oír,
mastines desbocados que aúllan por su libertad,
suelta las correas de tu pensamiento.
Los ojos no se han hecho para ver,
sino para mirar,
y la luz de las pupilas te alumbra.

Miles de programas repetidos sin cesar,


un amigo desprendido de un altar no conocido.

Símbolos cayendo desde el cielo como estrellas por un


tobogán,
repitiendo sin cesar el conocido mantra de la creación.

Recuerdos de una vida que alguna vez fui,


multimundos atrevidos y sueños siempre vividos.

Misterios de la gracia del eterno circundar,


un legado de sonrisas y pausas en la espiral.

Cantos de madrugada y noches por alumbrar.

Caminos.
Garlaxia

Veo más allá de mis limitaciones, las cadenas que


sostenían los velos de la in-visión se autodestruyen, ya no
tienen manera de existir, una y mil veces responden a mis
llamados de liberación, y me liberan, derritiéndose por si
mismas mientras las observo dejar de existir, y me baño en
las aguas frescas de la redención.

Purifico mi existencia y me rindo a la frescura del amanecer.


Rocío de vida, luz para mi camino. Hay campanas que re-
suenan, anunciando el nuevo día, un sinfín de posibilidades
se muestra ante mí, y cruzo el umbral de la puerta que me
invita a aventurarme en la dicha desconocida de la libertad.

Soy libre de crear mi nuevo destino, y elijo compartir mi vida


con todos los seres que se animan a existir y que no temen
a las mentiras ni a la sinrazón, que se guían por su corazón
y que renuevan su fe en la creencia de que todo lo que
sucede, es.
Un instante en la creación.

El infinito hecho momento.


Me miro y me reconozco,
ya no me pierdo cuando me veo,
el mundo no es más un pañuelo de mocos agonizantes.

No puedo alejarme de quién soy,


la vida se me presenta como un juego de monitos
danzantes,
y parece que salirme de lo esperado es el mayor regalo que
me concedieron.

Como saber a dónde cundo


no recuerdo de dónde vengo.
Las cosas están mucho más claras hoy,
y me suelto sin saber a dónde llego,
porque el presente me trajo la liberación,
y los cuadrados me dibujaron el mapa que tanto esperaba.

No había cansancio en mi corazón,


sólo destellos de un porvenir que no se amigaba con la
conciencia de convivir en un estado de perpetua paz y
relajación.
En todo momento pensé que lo que sentía era lo verdadero,
más el disfraz se hizo tangible,
y ya más nunca pude volver a ponérmelo.
Calim-tracción

Nadie sabe de qué se trata la verdad hasta que no la


experimenta en su propio cuerpo,
hay susurros para recordar
y asperezas que nos ayudan cuando estamos
acompañados,
porque la vida se trata de cantar
y de jugar con los de mi lado.

La vida es solo un cuento de ciencia ficción,


un espacio dibujado para muchos como la película que
nunca miraron.
No es cierto que no sabemos quiénes somos,
tampoco es cierto que nos olvidamos.

Nos vemos con los ojos del corazón,


y seguimos hacia adelante,
con la torpeza de los que están aprendiendo,
con la certeza de los que están caminando.
Somos lo que nunca nos esperamos,
pero que en el fondo siempre supimos.

Suprema manifestación de lo sagrado,


una risa en el llanto,
y una lágrima en el suspiro.
La creación hecha momento,
y los sabores de lo creado.

Muero en el presente,
muero en el pasado,
nunca estuve viva,
nunca lo estuve,
o quizás siempre.
Triptofanos

No me preocupo por conocer a los que me miran,


y eso me mantiene en paz latente
aunque quisiera saber cómo se llaman,
me conformo con reconocerles las pupilas.

Los arcoiris están del otro lado,


cuando se dispersan los sentidos del placer y se habilitan
los del corazón.

Siento infinitamente todo lo que me sucede,


y sé que nunca me quedé en la tristeza
era solo un cuento que me había inventado,
para creerme que no tenía otra salida.
Aprendí a ser alegre,
ya no sé cómo mentirme a mí misma.

Nunca hubo un camino errado,


todas las vías nos llevaban a la misma estación,
nos reunimos en el andén para celebrarnos y disfrutarnos,
oliendo los pinos
y saboreando el remanso vivo de un césped recién mojado.
Todas las cosas que quisimos se manifestaron en el mismo
instante en que las pensamos,
nadie me está completando,
y sin embargo todos lo están haciendo.
Somos nuestras relaciones.

Miro hacia adelante,


y el horizonte se ve muy claro,
porque me dibujo en un instante con los párpados
aquietados y las ventanas limpias del llanto.

Mujeres que circulan los momentos,


y navegantes en el firmamento.
Las estrellas que nos guían son las que nosotros
iluminamos,
el lucero del alba llegó para demostrarnos que nunca nos
habíamos conocido con tanta franqueza como en este
momento.

No hay futuro
y no hay pasado,
la creación del eterno presente,
es el impulso más encausado
y la frecuencia de vida más alta.

Siento las estrellas,


pero más siento las constelaciones.
Estaba ciega cuando creía que el mundo no era un lugar
bonito,
y me pensé que los que se dormían tenían lagañas en los
costados,
pero la cera siempre salió por nuestros oídos,
y teníamos que destaparlos sin esfuerzo,
simplemente siendo la vida.

Soy todos los hermanos con los que me encuentro,


no existe más verdadera unión que la que nace del corazón.
Intención-ando

Ya sabemos quiénes somos,


y sabemos hacia dónde vamos.
Nunca nos habíamos equivocado,
y más nunca nos equivocaremos.
Cualquier cosa puede suceder en este momento,
cualquier cosa que me agrande,
porque ya nada más me achica,
somos los sueños de los gigantes.
El pulso siempre está vivo,
los latidos son impactantes.

Mucho me pierdo cuando no hablo con la sonrisa,


me río para siempre.
Cuando me río, soy río.

Qué sería de mí sin mis hermanos.


Todo lo que existe me está enseñando a amar.

La alegría trae la inspiración, la tristeza nos abandona como


nos abandona el invierno cuando llega la primavera. Es
momento de cantar con los corazones, es momento de
sentir nuestra riqueza, somos todos pequeñas estrellas en
el firmamento, que alumbran con la verdad que nace del
interior, que alumbran desde lo profundo, conociéndose y
reconociéndose en total armonía y en paz. Somos estrellas
que caminan para seguir alumbrando nuevos rumbos,
somos estrellas en la noche, pero sobre todo somos
estrellas en el día. Las estrellas nunca se apagan, aunque
no las veamos, su fuerza y su luz siempre siempre están.

Convirtámonos en estrellas, o mejor dicho, recordémosnos


que ya lo somos. Estamos libres, siempre lo estuvimos, las
jaulas estaban abiertas, solo había que girar el picaporte
para abrir la puerta y salir.

Desde este lado ya me puedo ver mejor, y no hay límites


que me contengan, el infinito es mi creación, soy el artista
que todo lo dice.

Viva la creación, viva la riqueza, viva la vida, viva el arte.

Somos actores en una obra de teatro que nosotros mismos


dirigimos. Ya estamos todos listos, los motores están en
marcha, las naves están a punto de despegar.

Toda la vida nos preparamos para este momento, siempre


supimos que llegaría, lo sentíamos en lo profundo del
nuestro corazón.

Somos el mundo hecho canción.


Aprendamos el arte de vivir, el único y más importante arte.
Todas las demás artes se derivan del arte primordial, el del
silencio, el del inicio, el que no cuenta las palabras sino los
instantes, ese arte que nos sale desde el fondo y que nos
revela todos los secretos mejor guardados, todas las cosas
que nunca nos animamos a decir. Todas esas palabras que
durante la vida se contuvieron se liberan en un instante.

Miro hacia adelante y es como si me viera desde el futuro,


no sé de qué se trata todo esto, pero la certeza de la verdad
me sostiene con la alegría de reconocerme como lo que
verdaderamente soy, un ser que no tiene vida porque no
tiene muerte.

Nunca me imaginé que me llegaría a este momento,


siempre supe que se me revelarían todas las verdades, más
nunca pensé que sería así, y la intuición sabía, porque
recordaba, porque ya había estado aquí, porque no le
importaba lo que sucediera en el camino, sabía cuál era el
destino final.
Creo conscientemente todo lo que me sucede, tomando
acción en cada paso. Me abro a recibir todas las cosas
bellas que el universo tiene para regalarme, me abro a
conocerme con mayor plenitud, me abro a experimentar la
riqueza material y afectiva, me abro a encontrarme con las
almas afines que me acompañan, me abro a sentir el amor
universal adentro mío, me abro a que todo lo que deseo se
cumpla con facilidad, me abro a experimentar la vida de la
manera más pacífica y armoniosa, me abro a compartirme
plenamente y sin miedos, me abro a mostrarme tal cual soy,
me abro a expresar todos mis sentimientos, me abro a ser
yo misma, me abro a conocer el mundo entero, me abro a
subirme a todos los aviones todo el tiempo, me abro a
recibir dinero de maneras inesperadas, me abro a tener un
espacio donde canalizar todo mi arte, me abro a ser la mujer
más feliz y alegre de todo el planeta, me abro a que todos
mis hermanos me vean completa de corazón, me abro para
recibir el mandato que pulsa a mi alma. Me abro a ser todo
lo que soy. Me abro a sentirme acompañada en todo y cada
uno de los momentos, me abro a reírme de todo lo que me
pasa. Me abro a sentir el más profundo e infinito amor por
todos los seres, por mis hermanos, me abro a escribir todo
lo que mi yo superior quiere que escriba, me abro a vivir las
experiencias más fantásticas y maravillosas y a colaborar en
el desarrollo de la conciencia por todo el mundo, me abro a
dejar de juzgar a mis hermanos, me abro a reconocernos en
la unidad. Me abro a enamorarme más y más de la vida y de
todo lo que me rodea, me abro a seguir abriendo mi
corazón, me abro a reconocerme en todas mis facetas, me
abro a ser completamente infinita en esta tierra, me abro a
servir al universo a través de mi tarea.
Nuestro sistema de creencias gobierna nuestras
acciones

¿Qué sistema de creencias elijo tener?

 Un sistema de creencias según el cual no es necesario


sufrir ni autoflagelarse para llegar a la felicidad.
 Un sistema de creencias según el cual soy feliz, no
importa lo que me pase ni como se vea.
 Un sistema de creencias que me permite ser yo misma
a cada instante sin dudar de mis acciones ni de mis
palabras.
 Un sistema de creencias que me permite sentir con
totalidad lo que me ocurre.
 Un sistema de creencias que no me limita en mis
visiones sino que las amplía.
 Un sistema de creencias que me ayuda a
comprenderme más a fondo.
 Un sistema de creencias que me lleva a sentirme unida
con el todo.
 Un sistema de creencias que me abre las puertas a la
nueva realidad.
 Un sistema de creencias que se basa en la confianza.
 Un sistema de creencias que me acerca a la más pura
verdad.

Ahora puedo ver con mayor claridad de qué se trataba todo


esto. El juego está compuesto por nuestras creencias, y en
la medida que las cambiamos, las piezas se pueden
reordenar. No es un movimiento de acción consciente, es
más bien la liberación de una vieja pauta del pasado la que
produce el destrabe. Nos ayudamos a entendernos en este
mundo. Soy la lectora de mi propia historia.

Cuando le digo a alguien “te amo” me lo estoy diciendo a mí


misma.
Listo lo solisto
Una vez inventé una galaxia,
era de noche y los astros cantaban.
Me había imaginado que crear mundos era un poco
diferente a crear otras cosas,
pero se asimiló mucho al momento de la ducha en el que
me relajo y dejo que las gotas se me metan por la nariz con
cuidado de hormiga.

Quiero salir en un espejo


y que se me despejen todas las piruetas de la silueta
silbaladora.

María tenía un corderito,


y lo vestía con pieles rojas,
lo adornaba con payasadas
y le cantaba con los tambores.
El corderito era de plata,
y manejaba por las montañas como por plataformas.

Te vendo una copia de mi libro y te invito a llenar los


corazones de sonrisas.

Anoche cuando me imaginaba cantando,


un gato me vino hacia la memoria
y me contó que las torrecillas nunca tardan en desarmarse.
Traíamos cuentos para las almohadas
y acolchados largos para dormir.
Un pino me sonreía desde la ventana,
y lo miraba con paciencia de citrino,
imaginándome como se convertiría en escuela si me dejaba
reconocer.

Traigo un soldado de cuentos e historias en el colchón.


Las culatas no sirven para los percheros,
solo para los que rozan cartón.
Ánimos de marinero tenía el soberbio de las escaleras,
era un místico de los más inimaginados,
y manejaba irradiaciones petroglifadas.

Tracate tracata trequetu.


Miraflores en los tonolecos.
Crack

Mírame con ojos de verdad,


que si me arrullas no me encuentro con los misterios,
y yo quiero conocer las verdades,
no las historias de los tramperos,
que inventan toda clase de falsedades,
para sentirse seguros de su firmeza,
y mastican troperas dejadas,
y las tiran como si fuesen chancletas.
Tirimbulino

Mírame con ojos de ensueño


los libros no se escriben con garras
las tardes siempre se sonrosean
en los campos de solturas bastardas

Marineros del nuevo milenio


que navegan en naves pintadas
no saben lo que les espera
la máxima noche estrellada
en los tinteros desconocidos
y en pañuelos hechos guitarras.

Mártires de la justicia
les gusta salir al balcón
mostrando las cicatrices
creyendo en un calefón
que anuncia en las madrugadas
un camino de percepción
y tiene los ojos tristes
pensando en desilusión
no cree en sus propias palabras
y gira con el bastón
rotando las primaveras
como nubes en el colchón.

Trastes nunca desorientados


y calditos de olor a limón.
Caminemos bajo la lluvia, y contemos historias de
caminantes.

Una vez me caí en un pozo de cenicientas.

No hay problemas con nada de lo que nos sucede, estamos


acostumbrados a inventar soluciones que nos parecen
correctas, pero las soltaduras están lejos de los inventos y
las manualidades.

En la historia de las cenicientas había varias que no tenían


marido, otras tantas se habían casado por conveniencia,
otras por obligación y otras por aburrimiento. Las pocas que
quedaban solteras se dedicaban a dibujar tejidos y a
atender a niños ajenos, haciendo las labores de casa por no
salir disparadas de un chascarrillo por la puerta trasera.

Habíanse mirado con intenciones de caminar, pero no se


animaban a salir porque los gatos las asustaban.
Imaginábanse en la noche estrellada, subidas a corceles de
caballeros, conociendo las tierras extrañas que las
animarían a dejar los lamentos. Tiraban las ruedas de los
telares, usando la fuerza de sus adentros, y dormían
pensando en mañanas brillantes que las revivieran en un
santiamén.

Caminitos de camineros, salgamos a pasear por los parques


y a mirar a los árboles de las cenicientas. Traían frutos
desconocidos, y corrían con voces de niña, mientras
enterraban bien hondo raíces desconocidas. Un implante de
situaciones inesperadas las había alejado de las historias,
un recurso olvidado por quienes cuentan los andares de los
choferes de colectivo.
Dios es el amor en el que perdono

Nuestros guías tienen mucho para decirnos, siempre que


nos podemos a disposición podemos escuchar aquello que
tienen para compartirnos, es simplemente abrir nuestra
mente y nuestro corazón a escuchar aquello para lo que no
estamos preparados.

Las resistencias se originan en el ego, en la mente humana


que intenta responder a todos las preguntas basándose en
experiencias previas, experiencias que, como hemos visto,
no han resultado del todo satisfactorias, y que aún así
seguimos tomando como parámetros de acción y de
reacción. Por eso la práctica del yoga y la meditación nos
ayudan a encontrar los nuevos caminos y las nuevas
respuestas, porque nos liberan de viejos patrones de
pensamiento y comportamiento. Con yoga no me refiero a la
práctica de la parte física del yoga, sino a lo que el yoga
significa: la unión, estar en unidad con nosotros mismos,
con nuestra divinidad, con el todo que siempre fue, es y
será.

Estar en presencia nos ayuda a conectarnos con nuestra


esencia profunda y con las respuestas que necesitamos
para nuestra vida, nos ayuda a conectar con nuestra
sabiduría interior, con el lugar en el que existe todo lo que
necesitamos saber y conocer.

Nos ha costado durante los últimos años acercarnos a esos


espacios de conexión y exploración profunda, nos hemos
apartado sin saber que lo estábamos haciendo, nos
olvidamos sin saber que nos estábamos olvidando, pero
todo eso también era parte del proceso de reconexión, parte
de la tarea, parte del plan divino que nos trajo a esta tierra
para recuperarnos y recuperarla.
Datos para colaborar financieramente con la autora

*En Argentina:
Depósito o transferencia a
Banco Ciudad
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*Otras opciones: comunicarse vía email a


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