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Puebla, 2017
“Creatividad y talento impulsan la industria
petrolera con rentabilidad”
CMP2017_055
Resumen:
El APPRA tiene 4 proyectos regionales vigentes autorizados en materia de impacto y riesgo ambiental que
abarcan una superficie conjunta de 35,460.74 km2 (alcance en 3 centros de trabajo: Poza Rica, Cerro Azul
– Naranjos y Altamira) y una cartera autorizada de 59,272 obras. Estas autorizaciones están
condicionadas al cumplimiento de Términos y Condicionantes y el incumplimiento a cualquiera de ellos
puede invalidar estas autorizaciones, además de generar paro de actividades, sanciones administrativas y
multas.
Con esto, el APPRA ha definido estrategias que permiten brindar un correcto seguimiento al cumplimiento
ambiental y el aprovechamiento más óptimo de los recursos de la empresa, destacándose nuestra
Metodología de Cumplimiento de Términos y Condicionantes que se lleva a cabo con el apoyo de
Acreditados Ambientales y que a Diciembre de 2016 cubre un total de 5,617 obras nuevas ejecutadas bajo
el amparo de proyectos regionales (1,296 obras pertenecientes al APPRA).
Introducción
Las actividades petroleras hoy en día se encuentran estrictamente reguladas por las autoridades
ambientales, pero el cumplimiento ambiental en la industria petrolera no es considerada en el Activo de
Producción Poza Rica Altamira (APPRA) como una obligación normativa sino una prioridad de la empresa,
a la par de la producción de acuerdo a nuestro Sistema de Gestión en su primer principio.
Derivado de lo anterior, PEP cumpliendo con las disposiciones establecidas por las autoridades
ambientales y todas aquellas estipuladas y aplicadas dentro de los reglamentos internos, ha planeado y
aplicado estrategias propias específicas a la zona norte con el fin de evitar o minimizar los impactos
ambientales como la elaboración de proyectos con visión regional, que involucran extensas zonas en
donde se han programado un conjunto de obras por realizar, elaborando para esto una cartera de obras
proyectadas cronológicamente para los siguientes años. Este tipo de proyectos generan numerosos
beneficios para la empresa, como la simplificación administrativa (reducción de tiempos y costos),
homologación de medidas de mitigación, programación adecuada de movimientos de equipo y disminución
de los periodos de evaluación de los proyectos, así como la optimización de los recursos económicos,
materiales y humanos de PEP al direccionarlos adecuadamente a actividades específicas.
A partir del año 2000, la SEMARNAT y actualmente la ASEA han autorizado para PEP la presentación de
Manifiestos Modalidad Regional, de manera que ahora se puede abarcar una cartera de obras dentro de
una poligonal propuesta, en lugar de gestionar obra por obra (como se gestionaba anteriormente).
Actualmente, el APPRA cuenta con 4 proyectos regionales vigentes autorizados en materia de Impacto y
Riesgo Ambiental para el desarrollo de obras petroleras; dichos proyectos abarcan las 3 áreas de trabajo
de este Activo (Poza Rica, Cerro Azul – Naranjos y Altamira) y engloban un total 35,461.29 Km2 de zona
terrestre abarcando los estados de Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo y San Luis Potosí.
El desarrollo y ejecución de actividades bajo el amparo de proyectos regionales implican otros retos
colaterales, tales como considerar los aspectos técnicos del conjunto de obras de cada proyecto y su
interacción con los diferentes componentes ambientales (aire, suelo, hidrología, biodiversidad, etc.) así
como la evaluación de manera holística de impactos acumulativos, sinérgicos y residuales que pudieran
generarse considerando no solo estas nuevas obras y actividades por desarrollarse, sino considerando
también aquellas otras instalaciones petroleras existentes en las áreas de trabajo.
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En la Fracc. II del Art. 28 de la LGEEPA, así como en los incisos c), d) y e) del Reglamento de la LGEEPA
en materia de Evaluación de Impacto Ambiental se declara que toda obra o actividad de la industria del
petróleo o petroquímica requiere previamente de la autorización en materia de impacto ambiental, siendo el
Art. 9 de este reglamento en donde se estipula que para obtener dicha autorización se debe presentar a
evaluación una manifestación de impacto ambiental.
A partir del año 2000, la SEMARNAT y actualmente la ASEA han autorizado al APPRA la presentación de
Manifiestos de Impacto Ambiental Modalidad Regional, de manera que en lugar de gestionar
autorizaciones por obra o actividad, se abarca una cartera de obras dentro de una poligonal propuesta.
Actualmente, el APPRA cuenta con cuatro proyectos regionales terrestres vigentes (ver Tabla 1 y Fig. 1),
autorizados en materia de Impacto y Riesgo Ambiental (2 de ellos compartidos con el Activo de Producción
Aceite Terciario del Golfo) que representan un total 35,461.29 Km2 cubriendo parte de los estados de
Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo y San Luis Potosí, con los que se cubren las 3 áreas de trabajo de
este Activo (Poza Rica, Cerro Azul – Naranjos y Altamira), y y que tienen un alcance para el desarrollo de
una cartera de 59,272 obras petroleras (que incluye la construcción y operación de plataformas y caminos
de acceso, pozos exploratorios y de desarrollo, ductos como LDD, oleogasoductos, oleoductos,
acueductos, gasoductos, líneas colectoras, redes de bombeo neumático, etc., instalaciones de producción
como baterías de separación, estaciones de compresión, plantas de inyección de agua congénita, plantas
de separación de CO2, estaciones de recolección y bombeo, etc. y prospecciones sismológicas para un
periodo autorizado en conjunto del 2002 al 2020). Con corte al 2016, se han desarrollado en el APPRA
1,296 obras nuevas bajo el amparo de estos cuatro proyectos regionales y de manera global, se ha
impactado con menos del 2.5% de la cartera autorizada (ver Tabla 2).
Las autorizaciones para el desarrollo de estos proyectos están condicionadas al cumplimiento de diversos
lineamientos asentados en los términos y condicionantes de cada una de las resoluciones de cada
proyecto regional. La primera condición que la autoridad impone a PEP en todas sus autorizaciones en
materia de impacto y riesgo ambiental es la de aplicar todas las medidas de prevención y mitigación
propuestas en los manifiestos de impacto ambiental, información adicional, estudio de riesgo ambiental y
las que la autoridad disponga en las resoluciones emitidas para todas y cada una de las actividades que se
ejecuten bajo el amparo de los proyectos.
Cada proyecto cuenta con condicionantes propias de cada uno; sin embargo, hay requerimientos generales
que aplican a todos ellos, entre los que destacan: la gestión de notificaciones de inicio y término ante la
ASEA de cada obra desarrollada, el adecuado manejo integral de residuos (que incluye la segregación de
residuos, registros como generadores, elaboración de manifiestos de manejo, llenado de bitácoras de
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generación y aseguramiento de la disposición final y procesamiento de los residuos), los avisos en tiempo y
forma de fugas, derrames y otras contingencias ambientales así como el seguimiento de su atención,
limpieza, saneamiento y restauración de áreas, control mediante programas de mantenimiento y reparación
de maquinaria, equipos y unidades de combustión interna (para evitar emisiones a la atmósfera), el
correcto aprovechamiento del agua y la presentación anual o semestral (dependiendo el proyecto en
cuestión) de reportes de cumplimiento de los Programas de Monitoreo y Vigilancia Ambiental propuestos
para cada proyecto.
El desarrollo y ejecución de actividades bajo el amparo de proyectos regionales implica además otros retos
colaterales, tales como considerar los aspectos técnicos del conjunto de obras de cada proyecto y su
interacción con los diferentes componentes ambientales (aire, suelo, hidrología, biodiversidad, etc.) así
como la evaluación de manera holística de impactos acumulativos, sinérgicos y residuales que pudieran
generarse considerando no solo estas nuevas obras y actividades por desarrollarse, sino considerando
también aquellas otras instalaciones petroleras existentes en las áreas de trabajo. Esto, aunado a la
extensión territorial que abarcan los proyectos y la cantidad de obras desarrolladas representa un reto en el
APPRA para lograr un seguimiento puntual y efectivo del cumplimiento ambiental de cada obra amparada
por estos proyectos.
Con esto, el GMAA de la CDSSISTPA CT en APPRA, con el apoyo del Acreditado Ambiental, actualmente
la Universidad Autónoma de Tamaulipas, ha definido una metodología de seguimiento y cumplimiento de
Términos y Condicionantes y aplicación de medidas de mitigación y prevención de impactos a través de
diversas estrategias y líneas de acción tanto de campo como de gabinete que ha permitido acreditar y
supervisar la aplicación y cumplimiento de los términos y condicionantes; así como las medidas
prevención, mitigación y restauración en el desarrollo de proyectos petroleros desde la búsqueda de
hidrocarburos hasta su comercialización y abandono de instalaciones, en un marco de Desarrollo
Sustentable y de acuerdo a las políticas en materia Seguridad Industrial, Salud en el trabajo y Protección
Ambiental.
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Para poder evaluar correctamente el cumplimiento de los términos y condicionantes de las resoluciones en
materia de impacto y riego ambiental se han desarrollado varias estrategias a lo largo de los años, a partir
del 2002 que inició el proceso de amparo por proyectos regionales. Actualmente, contamos con un
programa de verificación y seguimiento que ha sido avalado por el Administrador del Activo, que se planteó
con el objetivo no solo monitorear los cumplimientos de los requerimientos de las autoridades, sino además
el poder minimizar los impactos supuestos en las zonas donde se desarrollan proyectos petroleros,
manteniendo una estrecha relación entre el área de seguridad y protección ambiental y las áreas
operativas.
Estas estrategias abarcan toda la cadena de valor de PEMEX ya que el programa de vigilancia ambiental
que se desarrolla en el APPRA incluye acciones desde la planeación de los trabajos hasta la ejecución de
actividades, operación, mantenimiento y abandono de sitio, con lo que se asegura el evitar impactos
ambientales negativos, tales como la pérdida de flora y fauna silvestre; la contaminación de cuerpos de
agua, manto freático, el suelo y subsuelo; la disminución de emisiones de gases a la atmósfera, etc.;
además de que se dio un correcto manejo tanto de los residuos generados (peligrosos y no peligrosos),
como de sustancias y materiales utilizadas durante la realización de las obras (combustibles, aceites, etc.).
A continuación, se describe cada una de las 3 fases de la metodología aplicada para asegurar el
cumplimiento de Términos y Condicionantes y las principales estrategias que se aplican:
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A) PROGRAMA PREVENTIVO.
Esta fase se aplica en la etapa de planeación de las actividades y consiste en obtener un diagnóstico
técnico inicial que permita dictaminar la viabilidad ambiental de la obra o actividad programada, de manera
que se pueda dictaminar la aplicación de medidas de prevención particulares a cada actividad y cada sitio,
o evaluar la posibilidad de cambiar de sitio del proyecto en caso de que se detecte que se puede poner en
riesgo una zona de alta sensibilidad ambiental. Para esta fase, la principal estrategia utilizada es la
ejecución de Evaluaciones Iniciales de Sitio (EIS) en las áreas contempladas para el desarrollo de la obra o
actividad previa a su inicio.
El proyecto de las EIS nació como una medida propuesta para la prevención de posibles impactos ante el
desarrollo del “Proyecto Integral del Activo Poza Rica” en el 2002 y se ha venido replicando desde
entonces para todos los proyectos regionales subsecuentes. Es una actividad a través de la cual se evalúa
en campo la calidad ambiental inicial del sitio en el que se pretende realizar la construcción de nuevas
obras e instalaciones, o se estima la rehabilitación o ampliación de obras existentes. Su finalidad es
identificar de manera puntual y específica los posibles impactos de los trabajos en el sitio estimado y
establecer las medidas de control ambiental (prevención, mitigación, compensación y/o restauración)
aplicables.
1) Recopilación de información del proyecto.- El GMAA recibe información del inicio de actividades de
una obra determinada, para lo cual se contacta con el área responsable de la ejecución de los
trabajos con la finalidad de conocer cuáles serán las dimensiones del proyecto, las coordenadas
así como la superficie a utilizar para determinar el área a evaluar.
2) Ubicación del sitio.- Previo a la visita de evaluación del sitio, se consulta el Sistema de Información
Geográfico para la ubicación de las coordenadas con el apoyo de imágenes satelitales, ortofotos y
cartografía temática, la cual es sobrepuesta con rasgos topográficos que nos permitan entender de
manera previa las condiciones del sitio. Se elabora cartografía de la zona a estudiar.
4) Evaluación de los Componentes Ambientales del sitio.- En esta fase, se determinan las
características ambientales prevalecientes en el sitio, principalmente la flora, fauna, cuerpos de
agua y pendientes.
• Flora: Es importante verificar la presencia de especies con valor local basado en aspectos
culturales y aún religiosos, así como las que se encuentran protegidas por la NOM-059-
SEMARNAT-2010 a fin de evitar realizar un rescate de especies así como un plan de monitoreo y
aseguramiento de la sobrevivencia de las especies rescatadas. Durante la identificación de la
vegetación, se determinan las tallas que presentan dichas especies, como diámetro a la altura del
pecho (dap), altura y abundancia, así mismo el tipo de ecosistema que forman; lo anterior para
determinar la presencia de zonas forestales sobre las cuales se debe hacer un Estudio Técnico
Justificativo para el Cambio de Uso del Suelo y para diseñar proyectos de compensación tales
como programas de reforestación.
• Fauna: Se realiza un recorrido por el área del proyecto con la finalidad de identificar la
presencia de fauna (nidos, madrigueras, bebederos y zonas de descanso). Al igual que la flora, se
determina el estatus de protección que pudiera tener en la NOM-059-SEMARNAT-2010.
• Hidrología: Se identifica la presencia y/o cercanía de cuerpos de agua como lagos, lagunas,
arroyos, escorrentías temporales e incluso abrevaderos, así como su nivel de aprovechamiento y
estado.
a) Etapa 1. El primer umbral del análisis considera los dos factores más relevantes a evaluar
en cada sitio: la vegetación y la pendiente. En este primer umbral, si la suma de valores
de estos 2 factores resulta igual o mayor de 8, se identifica al sitio como no viable. Si el
valor es menor a 8, se continúa con la siguiente etapa.
6) De acuerdo con las sensibilidades identificadas para cada uno de los componentes ambientales,
se procede a la identificación de las medidas de mitigación y prevención específicas que le aplican
a cada sitio en particular. En esta fase se detallan en una tabla cuáles medidas aplicarán en las
diferentes etapas de la obra o actividad a ejecutar, así como las acciones que deben ejecutarse
para acatar dichas medidas o requerimientos adicionales.
7) La última fase consiste en la integración del reporte de la EIS, donde se detalla toda la información
recabada en campo, cartografía, identificación de sensibilidades de factores ambientales, viabilidad
ambiental del sitio y las medidas aplicables. Dicho reporte se entrega al área responsable del
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desarrollo de la obra y le sirve como soporte de apoyo para dar cabal cumplimiento a lo requerido
por las autoridades ambientales.
Cada obra desarrollada bajo el amparo de los proyectos regionales cuenta con una EIS y en el APPRA el
reporte de la EIS sirve para corroborar los datos declarados por los ejecutantes de obras en las gestiones
de notificación de inicio y término de obra que deben presentarse a la autoridad ambiental, de manera que
como una medida de control no se gestiona la notificación de inicio de ninguna obra si no se cuenta con el
EIS correspondiente; lo anterior ha permitido tener un control ideal del desarrollo de las obras nuevas y
fortalecer la vinculación con las áreas ejecutantes de obras, ya que es requerida la participación integrada
y se ha logrado una conciencia ambiental en todas las coordinaciones del APPRA de la relevancia de esta
buena práctica.
B) PROGRAMA DE VERIFICACIÓN.
Posteriormente a la evaluación preliminar y toda vez que se ha considerado el sitio como ambientalmente
viable y se inician los trabajos de construcción y/o perforación, se realizan visitas de seguimiento en las
que se observa el avance de los trabajos, así como la verificación del cumplimiento de las medidas de
mitigación mediante la aplicación de listas de chequeo en campo, siendo estas visitas de verificación la
principal estrategia durante esta fase.
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Los programas de inspección continua son clave para lograr un buen cumplimiento ya que nos permiten
identificar de manera inmediata desviaciones por parte de los ejecutantes de las actividades en campo y
gabinete, mismas que pueden ser corregidas oportunamente y si bien cada proyecto regional tiene sus
propias medidas de mitigación particulares, el procedimiento de verificación en campo es el mismo en
todos ellos:
1) Programa de Visitas: De manera anual y con base al programa estimado de obras en el año, se
genera un programa de visitas, con base al tipo de obra (prospección sísmica, plataformas, caminos
de acceso, puentes, pozos de desarrollo o exploratorios, baterías de separación, estaciones de
compresión, ductos, etc.) y la etapa de desarrollo de la misma (preparación del sitio, construcción o
perforación, operación y mantenimiento y abandono de sitio).
Sin embargo, puesto que el proceso es muy dinámico, este programa se ajusta mensualmente
dependiendo de los diferentes requerimientos y avances en los programas de trabajo.
2) Presentación con el supervisor en campo: En cada visita, el verificador se presenta con el supervisor
responsable de la obra en campo visitada para explicarle el alcance de la visita y hacerlo partícipe
de las observaciones que se generen. Esto involucra al personal ejecutante y cada visita se
presenta como un seguimiento de cumplimiento y no como una auditoría.
4) Validación de lista de verificación. Una vez llenada la lista de verificación y hechas las
observaciones correspondientes, tanto el verificador como el supervisor firman el documento. El
original de cada lista de verificación se lo queda el verificador para su anexo al expediente de
seguimiento de cada obra.
Con esto, los principales beneficios del programa de verificación en la Metodología de Cumplimiento de
Términos y Condicionantes a través de las visitas de campo son:
• Identificar cualquier aspecto ambientalmente relevante que no haya sido reconocido durante la
Evaluación Ambiental Inicial.
• Vigilar y asegurar la correcta aplicación y cumplimiento de las medidas de prevención, mitigación y
compensación de impactos durante las distintas etapas de desarrollo de las obras tipo, con lo que
pueden hacerse las correcciones correspondientes de manera inmediata y evitar mayores
impactos directos o sinérgicos al medio ambiente por alguna mala práctica.
• Concientizar y sensibilizar a los trabajadores directamente en el área de trabajo en temas de
protección de la biodiversidad, manejo de residuos, impactos ambientales y cualquier otro rubro en
materia ambiental que les aplique en la ejecución de los trabajos, de manera que se definen al
momento estrategias específicas de cumplimiento en cada sitio en particular.
• Llevar un control estadístico de las empresas en relación al cumplimiento de las medidas de
prevención, mitigación y compensación, así como identificar tendencias de problemáticas y
reincidencias de malas prácticas.
C) PROGRAMA DE VALIDACION.
En adición a la verificación en campo, se realiza una verificación y validación documental de todos aquellos
permisos y requerimientos legales en materia ambiental con los que debe contar el ejecutante de obras en
gabinete como respaldo de los trabajos. Dentro de estas evidencias documentales tenemos los títulos de
concesión para aprovechamiento de material pétreo y agua, verificaciones vehiculares, permisos de
descarga de aguas residuales y de residuos sólidos urbanos, registros como generadores de residuos
peligrosos, manifiestos de entrega-transporte-recepción de residuos peligrosos y autorizaciones de
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transportistas y disposición final para residuos de manejo especial y peligrosos, así como evidencias de
mantenimiento de unidades y maquinaria, sanitarios y pláticas de sensibilización al personal.
2) Integración de reportes de cumplimiento: Una vez validadas todas las evidencias recopiladas para
cada una de las obras ejecutadas, se elabora un reporte de cumplimiento global para cada
proyecto regional autorizado. Estos reportes tienen como objetivo el seguimiento y control de los
impactos acumulativos, sinérgicos y residuales, así como cuantificar la eficacia de las medidas
preventivas, de mitigación y/o compensación aplicadas y el cumplimiento de las condicionantes
establecidas en cada resolutivo.
La presentación de las evidencias documentales, fotográficas y/o de video de todas las actividades
ejecutadas durante el periodo de reporte establecido por las autoridades ambientales se conjuntan
en un solo informe, el cual no es un informe meramente enunciativo, sino que es un ejercicio
documental del análisis y valoración de la eficacia de las medidas establecidas y las conclusiones
de indicadores ambientales establecidos para medir la eficacia de estas medidas. En dicho informe
se plantean los indicadores de programas de vigilancia y monitoreo ambiental específicos que
permiten identificar factores de impacto como cambio de uso de suelo, erosión, remoción de capa
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3) Presentación ante la autoridad ambiental: El informe global integrado se presenta ante la autoridad
ambiental competente, que actualmente para PEP es la ASEA, quienes revisan la información y
validan las evidencias presentadas o nos requieren información adicional. Es de destacarse que
en 15 años que PEP está trabajando con proyectos regionales, la autoridad ambiental no ha
requerido ni una sola vez información adicional relacionada con las evidencias presentadas en los
reportes de cumplimiento.
Conclusiones y Resultados.
Entre 2015 y 2016 se hicieron 233 visitas de verificación ambiental en campo a obras amparadas por
proyectos regionales (cuyas observaciones se difunden mensualmente a las áreas operativas para su
atención), se llevaron a cabo 371 Evaluaciones Iniciales de Sitio (66 aplicables a obras nuevas y 305
aplicables a rehabilitaciones de obras existentes) y se integraron y presentaron ante la ASEA 4 reportes
semestrales y 2 anuales de los Programas de Monitoreo y Vigilancia Ambiental de los 4 proyectos
regionales vigentes.
Las principales desviaciones que se han llegado a detectar en campo se refieren al manejo de residuos,
particularmente en materia de residuos peligrosos y de manejo especial, durante la ejecución de los
trabajos. Sin embargo, la finalidad de nuestro programa de vigilancia no es solo identificar la desviación y
reportarla sino impulsar su corrección. La mayoría de las veces la corrección se hace al momento de la
detección o dentro de un plazo promedio de atención de 3 días, asentados en la lista de verificación como
fecha compromiso para su atención (tras los cuales se vuelve a visitar el sitio para corroborar esta atención
o se reciben las evidencias documentales en caso que las desviaciones detectadas hubieran sido falta de
permisos, manifiestos o bitácoras).
Estas actividades, aunadas a las múltiples reuniones de asesoría y seguimiento de cumplimiento ambiental
que los Acreditados Ambientales sostienen continuamente con supervisores de obra en campo y en
gabinete con los supervisores de contratos de ejecutantes de obra ha permitido que al cierre de 2016 se
tuviera un cumplimiento de atención reportado ante las autoridades ambientales del 100% en materia de
atención de la aplicación de medidas de mitigación durante la ejecución de obras.
Tablas
Tabla 2. Avance de cartera de obras autorizada por los proyectos regionales autorizados.
Figuras y Gráficas
Nomenclaturas
Agradecimientos
Es Licenciado en Ciencias Biológicas egresado de Universidad del Noreste en Tampico, Tamps. en 1987,
con una Maestría en Ciencias con especialidad en Ingeniería Ambiental cursada de 1996 a 1998 en el
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey.
Actualmente es el Líder del Grupo Multidisciplinario de Administración Ambiental del APPRA dentro de la
empresa Petróleos Mexicanos, es miembro activo de la Asociación de Ingenieros Petroleros de México
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(AIPM), Delegación Poza Rica y es catedrático de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV)
en Poza Rica, Ver.