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Nadia Vasileva ¿Qué es entonces Japón? ¿En qué consiste su afamado milagro? Eso me
preguntaba antes de preparar la maleta para irme allí; eso me sigo pre-
guntando ahora que he vuelto y han pasado ya unos meses para de-
jarme pensar, rebuscar mis apuntes, poner una línea gorda y recapa-
citar sobre algunas cuestiones. Incluso allí, en tierra japonesa, en mis
conversaciones con algunos de nuestros diplomáticos, ellos me expli-
caban, me sacaban a pasear, pero cada vez que llegaba el momento de
hacer mi pregunta clave, ¿en qué consistía el célebre milagro japonés?,
ellos también –gente educada, erudita, sabia– se encogían de hom-
bros y la respuesta se tornaba vaga y nebulosa, como se torna el mis-
mo Japón cuando se acercan los tifones. Más o menos sonaba así:
—Bueno, cómo decirte, eso es una cuestión… japonesa.
cribiera en un papel.
De su breve adelanto sobre el significado, me resultó cuanto me-
nos sorprendente darme cuenta de que era posible distinguir en-
tre ‘estilo’ (forma construida) y ‘espiritualidad’ cuando se trata del
modo de habitar una casa. Esa espiritualidad –a la que Edward S.
Morse llamaba el «corazón japonés»– ha sido una de las grandes
pérdidas causadas por el deseo reformista del gobierno Meiji, que
pretendía crear un nuevo y moderno Japón. Por supuesto, el fenó-
meno de la industrialización, con su desarraigo del culto a lo tra-
dicional como consecuencia implícita de la modernización, no es
algo exclusivo de Japón.
Para incidir sobre ello, el profesor Nakagawa quiso remitirse a 1. Philip Johnson, “The
Philip Johnson y sus “Siete muletillas de la arquitectura moderna”.1 seven crutches of modern
architecture”, Perspecta, vo-
Como decía Johnson, la muletilla de la ‘utilidad’ convierte un edifi-
lumen 3, 1955, páginas 40-45;
cio en un «mero ensamblaje de partes útiles», mientras que la mu- versión española: «Las siete
letilla del ‘confort’ hace que el control ambiental reemplace a la ar- muletillas de la arquitectura
moderna», en Escritos (Bar-
quitectura. En la búsqueda de autenticidad en el espacio habitado celona: Gustavo Gili, 1981),
por parte de Johnson, el profesor Nakagawa reconocía su propia páginas 136-141.
epílogo 281
Wakonyousai
«Para obtener algo hay que renunciar a algo, de manera que el modo
de vida residencial japonés se ha modernizado a expensas de mu-
chas cosas amadas», dice el profesor Nakagawa en el prólogo de este
libro. Pero también es cierto que mientras el modelo de casa tra-
dicional va desapareciendo, la casa como objeto construido sigue
siendo un envoltorio para las acciones cotidianas. Entendiendo la
arquitectura como el producto cultural de una determinada socie-
dad, podemos decir que lo que cambia es la forma (o el estilo), pero
persiste el hábito (o la espiritualidad).
Dicho de otro modo, no podemos hablar de una ruptura incondi-
cional con el pasado, que borre de la memoria lo aprendido, lo sen-
tido y lo experimentado. Cada cultura tiene una idiosincrasia parti-
cular que se transmite de generación a generación, algo que la hace
propia, y que une en un vínculo indivisible costumbres, expresiones
artísticas, religión, educación, sistema de gobierno, idioma, etcéte-
ra. La arquitectura forma parte inseparable de esa imagen o identi-
3. Véase Bennato Aníbal,
dad cultural en su conjunto: la casa se entiende como un ente mul-
“Vinculaciones entre el dise-
tifacético que se inserta, responde y se produce en un determinado ño arquitectónico y la identi-
contexto. Dentro de lo complejo que puede resultar entenderlo en su dad cultural”, IV Jornadas de
Investigación 2006, Secreta-
totalidad, solemos hablar de un contexto natural, un contexto cons- ría de Investigación y Pos-
truido, un contexto social o un contexto cultural propiamente dicho grado, Facultad de Arquitec-
tura y Urbanismo, Universi-
que abarca las tradiciones y las herencias, las innovaciones, los sig-
dad Nacional del Nordeste;
nificados y los valores asignados a los hechos arquitectónicos. 3 disponible en http://arq.un-
¿Cuáles son los valores asignados a los hechos arquitectónicos en ne.edu.ar/publicaciones/co-
municaciones06/ponencias/
la forma de pensar el espacio habitado japonés y occidental?¿Cuáles bennato-taller.pdf (consulta-
son sus supuestos de origen, sus paralelismos y divergencias? do el 09.04.2010.
epílogo 285
e.5. Reconstrucción
de una sala de estar
de comienzos de los
años 1960, Museo
Shitamachi, Tokio.
e.6. Interior de la
residencia Hachirouemon
Mitsui, construida
originalmente en 1952
en el distrito Minato,
Tokio, ahora en el Museo
de la Arquitectura al
aire libre Edo-Tokio.
mento duro, y al estilo japonés, sobre tatami–, hecho que conduce e.7. Resumen de los
a una multiplicidad de prácticas espaciales y corporales, a una divi- hechos relevantes
acaecidos entre 1850 y
sión conceptual de los espacios, y a un desdoblamiento de la iden- 1880 dentro y fuera de
tidad del hábitat. 9 Japón, y que han tenido
La primera exposición de casas modelo del ‘Japón moderno’ fue influencia directa en
Bunkamura (‘Ciudad cultural’), celebrada en 1922 en el parque Ueno el desarrollo del país e
indirecta en el diseño
de Tokio, y constituye un ejemplo ilustrativo de la creencia del pe- del mobiliario y la
riodo Taishō (1912-1926, «era de la gran rectitud», inmediatamen- transformación del
te posterior al periodo Meiji) en el poder del diseño para dar for- hábitat doméstico.
ma a la identidad cultural, al rehacer los espacios y las prácticas de
la vida diaria (figura e.8). El conjunto de catorce casas construidas
bajo la dialéctica de ‘japonés frente a occidental’, ‘tradicional fren-
te a moderno’, junto al propósito de sugerir un ambiente doméstico
9. Véase Sarah Teasley,
ideal para la nueva clase media, tenían como objetivo dar forma a “Nation, modernity and inte-
una nueva identidad moderna para aquellos que pudiesen habitar- rior decoration: uncanny de-
las. Según Teasley, el resultado fueron unos «híbridos inquietantes signs in the 1922 Peace Com-
memoration Tōkyō Exposi-
que hicieron lo familiar extrañamente nuevo y lo nuevo vacilante- tion Culture Village Hous-
mente cómodo» (figura5 e.5 y e.6). 10 es”, en: Japanstudien 13 (To-
kio: Harald Conrad & Sven
No es de extrañar que así fuera. Los procesos históricos son len- Saaler, 2001.
tos y el cambio en el comportamiento de una sociedad es el que na- 10. Ibídem, página 49.
epílogo 289
e.8. Bunkamura
(‘Ciudad cultural’),
parque Ueno, Tokio, 1922.
ral» del dintel corrido. En este breve comentario se entrevé una re-
flexión muy importante que se ha teorizado con distintos enfoques
y que nos lleva de vuelta a uno de los binomios contrapuestos entre
la arquitectura occidental y la japonesa: la búsqueda de lo funcio-
nal como consecuencia de un proceso de racionalización del pen-
samiento (en Occidente), opuesta a la expresión de lo simbólico, re-
sultado de un proceso del devenir (en Japón). A modo de ejemplo y
sin entrar en detalles, veamos de qué manera puede entenderse un
simple objeto como precursor y a la vez reflejo de la idiosincrasia
particular de la cultura japonesa.
Dentro del discurso arquitectónico de Japón sobre Japón, apar-
te del libro de Okakura hay tres o cuatro referencias que, a pesar de
la diferencia de enfoque, establecen la base del argumento de este
concepto. Una de ellas es el libro de Masao Murayama, Studies in
14. Masao Maruyama,
Nihon seiji shisô shi kenkyû
the intellectual history of Tokugawa Japan, publicado originalmente
(Tokio: Daigaku Shuppankai, en japonés 1952.14 En él, Murayama extrae dos conceptos opuestos:
1952); versión inglesa: Studies
jinen, ‘devenir / llegar a ser’, propiamente japonés; y sakui, ‘voluntad
in the intellectual history of
Tokugawa Japan (Princeton, de construcción’, modo de pensar típicamente occidental. Mientras
New Jersey: American Uni- que Murayama asigna este concepto de ‘voluntad constructiva’ es-
versity Press, 1974).
15. Ryūichi Hamaguchi,
trictamente a Occidente, Ryūchi Hamaguchi, en The problem of style
The problem of style in Japan’s in Japan’s national architecture (1944), lo extiende también a la cul-
national architecture [Nihon
tura arquitectónica japonesa. 15 Sin embargo, al igual que Murayama,
Kokumin Kenchiku Yōshiki-
no-Kenkyū] (1944); textos Hamaguchi habla de una voluntad arquitectónica «constructiva» y
publicados originalmente en «objetiva» en lo que se refiere a la occidental, y de «espacial» y «per-
Shin Kenshiku [enero, abril,
julio-agosto y octubre, 1944]
formative» cuando alude a la de Japón. Una postura similar apare-
y recopilados posteriormen- ce por primera vez en el libro Japan-ness in architecture, de Sutemi
te en Criticism by Ryūchi
Horiguchi, en el que gradualmente se traslada el énfasis del edifi-
Hamaguchi: design in civil
society [Hamaguchi Ryūchi cio a su entorno, de lo construido a lo sagrado o simbólico de la at-
Hyōron Shū - Shimin Shakai- mósfera que genera y que lo genera. 16
no Design] (Tokio: Jiritsu
Shōbo, 1998).
Pero como hemos dicho, la arquitectura no es un campo inde-
16. Sutemi Horigu- pendiente, sino que forma parte de una realidad compleja. Para el
chi, Japan-ness in architec-
antropólogo Testuro Watsuji, la sumisión de la naturaleza está di-
ture: collected works of Sute-
mi Horiguchi (Tokyo: Kajima rectamente relacionada con su racionalidad. Cuanto más dócil y su-
Shuppan Kai, 1978). miso es el mundo que nos rodea, más fácil resulta encontrar en él
17. Testuro Watsuji, Fudo;
versión española: Antropolo-
una norma: «donde la naturaleza no ejerce su violencia se manifies-
gía del paisaje: climas, cul- ta a sí misma en forma racional».17 Es decir, un clima dócil y cal-
turas y religiones (Salaman-
mado como el occidental ha podido alimentar de manera natural el
ca: Sígueme, 2006), páginas
102-103. deseo de construir casas que perduren en el tiempo o –como lo lla-
18. Kazuo Shinohara, maría Kazuo Shinohara– el desarrollo de una «arquitectura con ló-
‘Casas / Houses’, 2G, núme-
ro 58-59 (Barcelona: Gusta-
gica duradera».18 Shinohara atribuye dicho fenómeno a la existencia
vo Gili, 2011), página 245. de una corriente filosófica que «[sostiene] la arquitectura occiden-
292 la casa japonesa
e.9. Origen pictórico tos corporales, en el plano visual del usuario, en la percepción sen-
del kanji 座 [suwaru], rorial y afectiva del sistema de objetos, así como en el protagonismo
que significa ‘sentarse’
en japonés; la palabra,
del mueble en la configuración del espacio. Centrémonos en el pri-
la idea y la imagen mero de ellos, la adaptación de los hábitos corporales (figura e.9).
están íntimamente
relacionadas.
Sentarse
sentar
(Del latín sedentāre, de sedens, -entis).
1. Poner o colocar a alguien en una silla, banco, etcétera, de
manera que quede apoyado y descansando sobre las nalgas.
2. Apoyar (hacer que algo descanse sobre otra cosa).
sentar(se)
1. Acomodar(se) en un lugar, apoyando en él las nalgas.
座 る [suwaru]
Tomar asiento, doblando las rodillas y apoyando la cadera
encima.
Pocas veces nos paramos a pensar por qué los objetos que nos ro-
dean son como son. Casi siempre damos por hecho que cada uno
de ellos cumple un determinado propósito que nunca nos cuestio-
namos, porque así se ha transmitido el conocimiento de generación
en generación. Se aprende a habitar una casa, del mismo modo que
se aprende a hablar y a escribir. Esto forma parte de la tradición en
nuestro proceso de aprendizaje, del vínculo que nos une con nues-
tras raíces y del sentido de pertenencia a un lugar y a una comu-
nidad.
Dada la naturaleza automática de este proceso, mucha informa-
ción resulta irrelevante y, por tanto, prescindible. No es necesario
saber por qué empezamos a sentarnos en sillas para aprender a sen-
tarnos en una. No obstante, a la hora de diseñar una silla, todas las
cuestiones relativas a su propósito, utilidad, origen y trascenden-
cia son relevantes.
294 la casa japonesa
e.10. Alejandro
Aravena, Chairless, la
‘silla sin silla’, 2011.
e.11. Alejandro
Aravena, la idea
convencional de la silla.
e.22. Fotogramas
estar condicionado por ningún artilugio adicional, como lo es la si-
de un programa de
lla en Occidente. televisión sobre viviendas
Esta configuración espacial –cuyo origen data del periodo Heian contemporáneas.
(el último de la época clásica de la historia japonesa: 794-1185)– si-
gue latente tanto en el ámbito de lo doméstico (figura e.23) como
en proyectos contemporáneos como, por ejemplo, los talleres Kait
(2008), de Junya Ishigami, el Museo de Arte Contemporáneo (1999-
2004), de Sanaa, o la Mediateca de Sendai (1995-2001), de Toyo Ito.
Dentro de un marco flexible que permite fluctuaciones parciales de
ambientes independientes en un conjunto global, así como recon-
figuraciones instantáneas de acuerdo con las necesidades de cada
momento, el sistema de objetos cobra protagonismo como elemen-
to configurador del espacio. Tanto a nivel de proyecto arquitectóni-
co como en el diseño y la disposición del mobiliario, esas tres obras
podrían considerarse un ejemplo claro de la manera de pensar el es-
pacio habitado desde un lenguaje contemporáneo, pero con la pre-
sencia de una latente vocación (consciente o no) en favor de ciertos
valores y herencias del pasado. Lo que permite tal extrapolación es
la carga simbólica que transporta cada objeto y cada espacio, a tra-
epílogo 303
Agradecimientos
Para la realización de esta edición es- tectura de la Universidad de Wase-
pañola nos gustaría expresar nuestro da, por toda la ayuda prestada du-
agradecimiento a Belén Ríos Sánchez, rante la elaboración del libro; a Keiko
George Palev, Enrique Bordes, Kota Higashi, por la revisión de la traduc-
Toriumi y Yusuke Nakajima, por su ción del original japonés de la aden-
generosa aportación de fotografías; a da al prefacio; y muy especialmente a
Reiko Nakajima y Masaki Koiwa, del Rie Okada, por todo el apoyo recibi-
Laboratorio de Historia de la Arqui- do por parte de la Fundación Japón.
“LA CASA JAPONESA: ESPACIO, MEMORIA Y LENGUAJE”
TRADUCCIÓN Y APORTACIÓN DE FOTOGRAFÍAS PARA LA EDICIÓN ESPAÑOLA
CON AYUDA ECONÓMICA DE FUNDACIÓN JAPÓN
RESEÑAS PUBLICADAS
LIBROS disciplinar.
En este libro se analizan en detalle
Este libro versa sobre la arquitec-
tura moderna que se construyó en
y ciudades: una imagen que podría
hallarse en el origen de la percepción
estas obras, con planos inéditos y Latinoamérica entre las décadas de contradictoria que el arquitecto y la
BOOKS material fotográfico sobresaliente. 1930 y 1960, y sobre el pensamiento arquitectura suscitan hoy.
3. LAS PALABRAS Y LAS COSAS
JOSÉ ANTONIO FLORES SOTO
RITA 6 / OCTUBRE 2016
4. LAS PALABRAS Y LAS COSAS
VIAJE AL INTERIOR DE LA CASA TRADICIONAL JAPONESA
JOSÉ ANTONIO FLORES SOTO
EL GENIO MALIGNO 19 / SEPTIEMBRE 2016
Septiembre 2016. Num. 19 LECTURAS y RELECTURAS Septiembre 2016. Num. 19 LECTURAS Y RELECTURAS
ISSN: 1 98 8 -3 9 27 I S S N : 1 9 8 8 - 3 9 27
Las palabras y las cosas. Viaje al interior de la casa (iroi) proyecta en el espacio que lo rodea.
Todo ello evoca una arquitectura rica en im-
palabras los elementos arquitectónicos. Esos
elementos se ilustran a su vez con multitud de
presiones para ser experimentadas, de espa- imágenes de casas tradicionales visitadas por
tradicional japonesa cios enriquecidos por las texturas, los colores Nakagawa y sus investigadores a lo largo de
y los efectos lumínicos proporcionados por los años. En esta versión española, las imáge-
las superficies que los delimitan. nes han sido específicamente recopiladas por
Nakagawa, Takeshi. La casa japonesa: espacio, memoria y lenguaje. Reverté, Barcelona, 2016. el equipo editorial, por lo que el relato gráfico
Pero el de Nakagawa no es sólo un análisis a todo color es original de la edición.
sensitivo de la casa japonesa basado en la
experiencia y la memoria, más propio tal La casa japonesa, además de la primera
vez de la literatura de Lafcadio Hearn al na- versión española del original japonés, es el
rrar los pormenores de la cultura nipona. quinto título de la colección que hace cuatro
El profesor Nakagawa aborda el estudio del años comenzó la editorial Reverté con el De-
J o s é An to n i o Flo re s S oto
espacio doméstico tradicional japonés desde partamento de Composición Arquitectónica
múltiples puntos de vista propios del arqui- (DCA) de la Escuela de Arquitectura de Ma-
tecto: composición formal, técnica cons- drid. Como parte de las labores de investi-
tructiva y cometido funcional. Las esteras de gación del DCA, el libro incluye un prólogo
paja (tatami), por ejemplo, son analizados del profesor José Manuel García Roig sobre
Takeshi Nakagawa es profesor de Historia dista (butsudan). Paso a paso, elemento a efectos de la luz sobre las lacas de vivos co- como elementos modulares en la composi- el ‘japonismo’ de los artistas de las vanguar-
de la Arquitectura; por eso sabe que esta elemento, la visión ofrecida en este calmo lores de los muebles y objetos contenidos en ción espacial, a la vez que se trata de escu- dias históricas y su influencia en los prime-
suele contarse a través del repaso de los y riguroso recorrido por capítulos es algo los distintos espacios o la riqueza de matices driñar su propia constitución material para ros arquitectos del Movimiento Moderno.
grandes edificios: aquellos convertidos en nostálgica y llena de matices. Muchas veces en la sombra ofrecidos por aleros, celosías, comprender sus propiedades particulares, También incluye un epílogo de la investiga-
símbolos para la colectividad. Sin embargo, estos matices están ligados a las propias pa- mamparas y persianas; también, la agradable así como también las sensaciones que gene- dora Nadia Vasileva sobre el habitar japonés
lo cotidiano, lo ligado a lo doméstico, pasa labras, cuyo origen desentraña el profesor sensación del fuego que el hogar rehundido ran al usuario por sus cualidades de textura, contemporáneo, donde se rastrean las per-
inadvertido en el silencio de la costumbre y Nakagawa concienzudamente para color y blandura. vivencias de la cultura tradicional de la que
la cercanía; y no se le dedica generalmente expresar con precisión las caracte- habla Nakagawa. Ambos estudios suponen
atención en las escuelas de arquitectura. La rísticas de los elementos o espacios El análisis del profesor Nakagawa del espa- un gran aporte al conocimiento sobre la ar-
casa japonesa es un libro sobre la arquitectu- que nombran; de ahí la importan- cio doméstico tradicional japonés es con- quitectura tradicional japonesa en relación
ra de la vivienda tradicional de Japón. En él, cia del vínculo de las palabras y las cienzudo y muy completo. En él no se olvi- con el mundo occidental destacable en esta
el profesor Nakagawa presenta su visión del cosas tan cuidado por el autor en da tampoco la componente significativa de edición.
espacio doméstico vernáculo nipón —hoy este libro. la arquitectura. Así que la casa tradicional
diluido en la modernidad occidental de la japonesa es desmenuzada en todos sus por- Este libro, pues, habla de la poética de lo co-
arquitectura contemporánea— a una gene- El esmero con que se describen tan- menores como espacio de habitar y como tidiano; establece un vínculo entre el lengua-
ración que no lo ha conocido. to espacios como texturas y colores espacio donde la familia se proyecta en el je, la arquitectura y la experiencia, evocador
de materiales es admirable. Así, las tiempo: arquitectura y función, arquitectu- de valores perdidos o a punto de perderse
Cada capítulo del libro está dedicado a una distintas palabras que van detallan- ra y composición, arquitectura y memoria. y susceptibles de rescatarse en parte para
palabra, que en esta versión se mantiene do los espacios de transición, las Todo, para recordarnos que la arquitectura el habitar actual. Aunque se refiera a una
también en su forma original japonesa para divisiones, los distintos ambientes, es mucho más que mera adaptación a unas cultura tan alejada de la nuestra, el viaje de
evitar perder en la traducción los matices de los componentes, los accesorios, los necesidades primarias de los hombres, aun- Nakagawa por la casa japonesa nos enseña a
la lengua. Así, palabra a palabra, el profesor materiales y los símbolos de la casa que sea una arquitectura doméstica y anóni- mirar lo esencial de los espacios cotidianos;
Nakagawa recorre con lentitud y porme- tradicional japonesa, nos trasladan ma como la tratada en este libro. a aprender del silencio de esa ‘arquitectura
norizadamente los diferentes espacios de la a un mundo cargado de sensacio- sin arquitectos’ a la que generalmente pres-
casa tradicional japonesa de su infancia que nes donde parece que el tiempo se Tal vez en el relato haya una presencia exa- tamos poca atención.
hoy casi sólo existe en los museos. Su cami- ha detenido o discurre mucho más gerada de palabras japonesas, pero Nakagawa
nar pausado comienza en el exterior con la lentamente que en la casa contem- quiere trasmitir con ellas lo que representan
piedra para descalzarse (kutsunugi-ishi) y los poránea. Es fácil imaginar el cami- los espacios, elementos y símbolos domésti-
distintos tipos de pavimento de los espacios nar muelle sobre los gruesos tapices cos a los que nombran. Así, el relato arqui-
de aproximación y acceso, para llegar hasta de paja (tatami) donde los japone- tectónico se enriquece con los matices de la
el mismo corazón del hogar, en el altar bu- ses también encuentran asiento, los memoria. La experiencia lleva a describir con
130 131
5. NAKAGAWA TAKESHI: “LA CASA JAPONESA”
JAVIER VIVES REGO
BLOG
Blog de Javier Vives Rego
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domingo, 22 de mayo de 2016
Se trata de un libro fundamental, como he dicho, por varios motivos. En primer lugar,
porque su autor es un verdadero experto en el tema, doctor en historia de la
arquitectura y catedrático, hasta el mes de julio del pasado 2015, de la prestigiosa
Universidad de Waseda en Tokio, en la que sigue manteniendo su laboratorio. Esos
méritos ya serían suficiente garantía de calidad, sin embargo, no pocas veces un buen
original se ha echado a perder por una mediocre edición y una insolvente traducción.
Traducir textos como el que comento, en el que aparecen conceptos y vocablos propios
de la arquitectura que, además, responden a tradiciones y técnicas tan diferentes de las
nuestras como son las japonesas, es francamente difícil. Pues bien, puedo garantizar que
en la versión española del libro de Nakagawa Takeshi La casa japonesa, realizada por
Nadia Vasileva, confluyen todos los factores que han hecho posible esta modélica
edición.
El cuerpo central del volumen, escrito por Nakagawa, está perfectamente arropado por el
prólogo de García y el epílogo de Vasileva.
En su prólogo, José Manuel García comenta de forma concisa y precisa los primeros
contactos entre el arte japonés y el occidental, para enlazar rápidamente con la
experiencia arquitectónica que vivieron en Japón, primero, Frank Lloyd Wright y, más
tarde, Bruno Taut y Walter Gropius, cuando estos descubrieron la Villa de Katsura en
Kioto, paradigma del estilo residencial japonés.
El epílogo de Nadia Vasileva es el colofón perfecto del libro, pues tras la mirada
retrospectiva de García en su introducción histórica y los constantes y lúcidos flashback
del profesor Nakagawa, Vasileva se adentra en el hábitat nipón contemporáneo para
mostrarnos algunas claves de la que denomina “identidad cultural de los hechos
arquitectónicos” japoneses.
Espacios de transición
Divisiones
Ambientes
Componentes
Accesorios
Materiales
Símbolos
Su trabajo concluye con una breve conclusión y un glosario, muy bien acompañado de
ilustraciones.
Uno de los aspectos que más me han seducido del texto del profesor Nakagawa es la
humilde franqueza con que aborda la explicación de temas constructivos de los que no
existe constancia del por qué se ejecutaron de una determinada manera. En esos casos,
especialmente cuando la arquitectura japonesa es vista por occidentales, muchos autores
se embarcan en alambicadas y casi siempre crípticas explicaciones. No sucede eso en La
casa japonesa. Permítaseme una anécdota personal.
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