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APROXIMACIÓN A LA SEGURIDAD CIUDADANA

2.1 EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE SEGURIDAD


CIUDADANA
La convivencia es uno de los factores que fundamentan la necesidad humana de
seguridad ciudadana, pues fija su centro en la premisa que la define como “la
condición para que las personas puedan ejercer sus opciones de forma libre y
segura, con una relativa confianza en que las oportunidades de hoy no
desaparezcan mañana" . Por lo anterior, se puede afirmar y concluir que la
seguridad de una comunidad está alimentada directamente de la capacidad de
convivencia, pero que no es el único elemento que requiere para asegurar su
consolidación, ya que depende en gran manera de la satisfacción de sus
necesidades.

El término “convivencia” hace referencia según el Diccionario de la Real Academia


Española, a la capacidad de vivir en armonía con otros a pesar de sus posibles
diferencias y la expresión “convivencia ciudadana”, tiene que ver más con la
prevención del delito y con programas a largo plazo cuyos efectos suelen ser más
duraderos, pues mejora la comunicación entre las partes y admite cualquier forma
de resolver el conflicto que las partes elijan, siempre que no sea el uso de la fuerza.

En Colombia, el accionar de los grupos al margen de la ley, ha acelerado los


procesos de movilización de población rural hacia el área urbana. Esto genera un
incremento muy importante de los habitantes en las principales ciudades y con ello
el alza de los índices delincuenciales; controlar estos fenómenos es un imperativo
constante del gobierno en todos sus niveles, para lo cual, se han implementado
estrategias que buscan mejorar los niveles de convivencia en ese complejo
conglomerado social, pero que para ser realmente efectivas en su propósito
requieren acciones que mejoren las condiciones de las personas que conforman la
sociedad.

Se tiene entonces en este punto la convergencia de los dos términos propuestos: el


primero, la seguridad, que aparece dimensionada en su sentido más ajustado a la
realidad nacional, pues en el caso colombiano al igual que en el resto del mundo
con excepción del caso en Medio Oriente, la amenaza no proviene de otro Estado,
sino que es producto de tensiones internas y el segundo término, la convivencia
como factor fundamental que nutre los propósitos y objetivos de la seguridad
ciudadana, ya que sin una buena convivencia entre ciudadanos, difícilmente se
puede pensar en seguridad dentro del mismo contexto e igualmente sin condiciones
generales que satisfagan las necesidades del conglomerado ciudadano apenas se
podría hablar de convivencia.

La seguridad ciudadana en su esencia parte de las nuevas definiciones globales


derivadas de la doctrina internacional, particularmente de la seguridad humana, que
a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su informe del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de 1994 estableció:
“…está centrada en el ser humano. Se preocupa por la forma en que la gente vive
y respira en sociedad, la libertad con que se pueden ejercer diversas opciones, el
grado de acceso al mercado y las oportunidades sociales, y a la vida en conflicto y
paz; la seguridad humana significa que la gente puede ejercer esas opciones en
forma segura y libre”.

Este concepto se alinea perfectamente con la definición moderna de


seguridad, que tiene en cuenta el tránsito de las amenazas tradicionales
hacia otras nuevas que se expresan en diversos entornos socioculturales y
que afectan directamente al individuo, por consiguiente la seguridad
ciudadana se convierte en una necesidad que requiere ser resuelta por el
Estado y su cuerpo de policía como dinamizadores y articuladores de la
relación entre autoridades y comunidad.

Para que la seguridad ciudadana sea un espacio integrador propicio para la


actuación política, doctrinal e institucional de las autoridades, esta debe ser:

• Integral: comprende dimensiones preventivas y proactivas en las cuales se


garanticen las necesidades de libertad, desarrollo social y proyección humana del
individuo en todos los entornos de interacción. Además, debe abarcar la actuación
articulada de las autoridades en todo nivel para garantizar estadios plenos de
convivencia y seguridad.

• Flexible: proporciona estados de adaptabilidad frente a la transformación de la


amenaza, ponderar y concentrar esfuerzos en los factores críticos que afectan la
seguridad ciudadana, reconocer la diversidad de nichos sociales, culturales y de
interacción del individuo, otorgando respuestas oportunas a las exigencias de la
comunidad.

• Dinámica: genera cambios en el entorno y las instituciones para impactar


positivamente los factores que determinan condiciones óptimas de seguridad
ciudadana.

• Efectiva y eficiente: resuelve las necesidades ciudadanas de seguridad de manera


objetiva, oportuna, preventiva, restaurativa con calidad, apegadas a la ley y con un
alto grado de satisfacción que motive y construya confianza.

• Preventiva e investigadora: tiene en cuenta, que los conflictos de alta previsibilidad


propios de los anteriores modelos de seguridad han sido reemplazados por una
conflictividad que integra diferentes elementos del desarrollo humano para hacerla
preventiva ante las nuevas amenazas que afectan a la comunidad.

Por consiguiente, la seguridad ciudadana debe entenderse como el conjunto de


acciones jurídicas y materiales a cargo de las autoridades político-administrativas,
con atribuciones ordinarias de policía, tendientes a garantizar con el apoyo de la
Fuerza Pública, el normal ejercicio de los derechos y libertades de las personas
para el logro de la convivencia pacífica de los habitantes del territorio nacional.
La Comisión Andina de Juristas, en la I Reunión Técnica sobre “Seguridad
Ciudadana y Democracia” en agosto de 1998, precisa la existencia de algunos
elementos centrales en la noción de seguridad ciudadana.

En primer lugar, la protección de los ciudadanos debe darse dentro de un


marco de respeto de la Constitución y de las leyes. En este sentido, la
seguridad ciudadana se constituye en un marco central para el desarrollo
de los derechos humanos.
En segundo lugar, la seguridad ciudadana no se limita exclusivamente a la
lucha contra la delincuencia, sino que busca crear un ambiente propicio y
adecuado para la convivencia pacífica de las personas.
En tercer lugar, los aspectos señalados permiten ver que la seguridad
ciudadana sobrepasa la esfera de la acción policial, demanda la
participación coordinada de otros organismos e instituciones tanto del
Estado como de la sociedad civil.
En cuarto lugar, la seguridad ciudadana define la Policía como un servicio
de naturaleza civil orientado a la comunidad, antes que hacia el Estado.
Es claro que la aplicación de las políticas públicas en seguridad adoptadas
por el Gobierno Nacional ha ubicado al país en un camino irreversible hacia
un escenario de pacificación que imprescindiblemente exige de la Policía
Nacional un servicio polivalente, con enfoque preventivo, dirigido a la
protección del ciudadano y con capacidad de respuesta efectiva que la
mantenga como eje dinamizador de la convivencia y la seguridad de los
colombianos.

El término seguridad ha tenido varias connotaciones a lo largo del tiempo y estas


han evolucionado constantemente de acuerdo con los fenómenos históricos de la
humanidad. La más reciente, enfoca la seguridad humana como una contemplación
de las necesidades del ser humano y partiendo de allí de las necesidades del
Estado, entendiendo que al satisfacer las necesidades de seguridad de cada ser
humano se fortalece a sí mismo el Estado. En esta misma línea encontramos que
la convivencia es uno de los factores que alimentan esta necesidad humana de
seguridad ciudadana (entre personas de una comunidad) pues fija su centro en la
premisa “la condición para que las personas puedan ejercer sus opciones de forma
libre y segura, con una relativa confianza es que las oportunidades de hoy no
desaparezcan mañana”. Por lo anterior se puede concluir que la seguridad de los
seres humanos de una comunidad, está alimentada directamente de la capacidad
de convivencia de sus integrantes, pero que no es el único elemento que requiere
para asegurar su consolidación, ya que depende en gran manera de la satisfacción
de las necesidades de sus integrantes.

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