Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
A.Bea¡¡re,e BAs*¿es
PRESENTACION
principales interpretaciones, entre las que los autores han selecc¡onado las que a) Una ¡ y una ol transcriben, respeétivamente e larga y o la¡ga, pese a que
consideran más verosímiles y que puedan servir como un instrumento para en el primer milenio reflejan varianúes abiertrs, frente a variedades cenadas,
aprendef. Dentro de este apartado consideramos una notable novedad el esbo- habitualmenúe escriúas €r, ou, mientras que en m¡cenico no existe más que una
zo de una sintaxis de los textos micénicos. variante larga de cada una, sin correlatos abiertos y cerrados.
Además de la parte gramstical, s€ pres€nta una amplia selección de f€xtos b) Usaremos f para w8u eJy psra yod.
que puede servir, por una pale, para Poner en Práctica los conocimientos gra- c) La ( transcribirá los silabogramas mi cénicos z4 zz, zo, independien_
maticales, pero ta¡nbién como un abanico de ejemplos para hacerse una idea temente de cómo se interprete su realidad fonética.
suficiente de la naturaleza y características de los diversos documentos mié- d) Para las fabiovelares, utilizaremos el signo de las velsres seguido del
nicos con que contamos. aPéndice *: 7. ¡* ¡-.
Complets la obra un glosario de las palabras que aparecen en la antolo- el La h ¡efleja¡á la aspiración intervocálica, mientras que la inicial se
gía de textos -que no pretende sustituir el excele¡te Diccionaio Micénico de verá reflejada por un espíritu áspero.
Aura Joro (1985-1993), sino brindar un instrumento de trabajo accesible al f) Para posibles líquidas y nasales aspiradas se usarán ).h, y¡, etc.
principiante- y una bibliografía bastante selectivs, en la que se presenta la g\ (olo, (v)v, etc. represeotan fonemas que no sabemos
si eran o no
referencia completa de las citas que aparecen en el texto sólo con el nombre geminados.
del autor y el año de publicación. h) Formas como péL(r) indican casos en que desconocemos si se con-
La oscuridad de la grafía micénica obliga a los intérpretes modernos a servaba o no la oclusiva f¡nal.
trsnscribir, cuando ello es posible, las palabras escritas en el opaco silabario i) Acentua¡emos los términos de acuerdo con las reglas del ático del
micénico a Ia forma que tendrían en el griego de la época. Ello presenta pro- primer milenio, aunque no nos conste que fueran las mismas que en
época
blemas, porque la fonética micénica difiere en bastantes puntos de la del miccnica.
griego del primer milenio. De ahí que muchos estudiosos modemos prefie-
ran transcribir las palabras micénicas con caracteres latinos y no con carac- Utilizaremos, asimismo, Ios signos convencionales habinrales para la
teres griegos (cf. lI § 2.1.2-3 sobre las diversas formas de transcripción para el edición de textos miénicos, que son los siguientes:
griego micénico). Los autores hemos optado por ranscribirlas con caracte-
resgriegos, aun siendo conscientes de que se trata de una transcripción con- tl laguna por accidentes materiales (rotura)
vencional. Consideramos que para estudiantes y principianles resulta más Ika] laguna suplida por conjetura
familiar ver las palabras escritas en el griego que han estudiado, aun cuando .ktu laguna suplida con auxilio de otra fuente
se trate de una convención, que en formas transcritas en caracteres latinos <ka> omisión de escriba suplida (generalmente haplografías)
con diacríticos, que resultan difíciles de relaciondr con el griego que cono- {ka} error del escriba. suprimido por el editor
cen. Entendemos, además, que sólo seria claramente ventajoso transcribir Ikan e[ror ya tachado por el escriba, pero legible aún
los términos en letras latinas si se hiciera en el alfabeto fonético intemacio- (ka) completa una abreviatura
na¡, para recoter la manera precisa en que los términos se pronunciarían, kq signo cuya lectura es insegura
pero ni que decir tiene que nuestro conocimiento de la pronunciación de los
'ka' signo escrito fuera de la linea de los demás caracteres (gene_
términos micénicos está muy lejos de poder hacerlo de un modo minima- ralmente, encima)
mente fiable. los signos siguientes son más pequeños
Asi pues, recurriremos a algunas convenciones para la transcripción en los signos siguientes son más grandes
griego: kaI sigue una laguna, pero antes hay final de palabra
a
IV
2.4.2. Juegos (sets, de tablillas 10 2.3. La lineal B y la lengua griega: problemas de escritura 3l
2.4.3. Ot zs relaciones l0 2-3.1. Inadecuaciones enhE la Erafa ! b rcalidad fonética
2.5, Documentos Y escribas l1 del giego 31
;
VIII indice Indice IX
PRIMERA PARTE
EL GRTEGO MICÉNTCO.
INSTRUMENTOS DE TRABAJO
I. GENERALIDADES
1.2. Ls micenoloSía
La micenologia es una ciencia recie[te. Hasta la fecha del desciframien-
to de las tablillas se rrataba de un mundo al que sólo cabia acceder por Ia via
estrictamente arqueológica, pero desde que la lengua en que estaban escr¡tas
las tabli¡las pudo descifrarse, la situación dio un vuelco considerable. Este
acontecimiento se produjo en julio de 1952, cuando a través de los micrófo-
nos de la BBC de Londres el arquitecto inglés Michael Ventris señaló que las
tablillas estaban escritas en griego, conclusión a la que habia llegado tras un
I
2 El gríego ,nicénico. Iñstrumentos de tlobaio Losdocuñento§I§2.1.I 3
minucioso análisis de las recurrencias de signos y de sus correspondencias siguieron otros más, que han ido revisando, actualizando y controlando los
con logogramas. considerables avances de esta disciplina durante más de cincuenta años. Inte-
publi- rés principal de estas revisiones ha sido evitar, desde el principio, la colisión
Venhis, con la cotaboración del profesor de griegoJohn Chadwick
(Vent¡is -
có inmediatamente los primeros datos para el mundo científico de normas, Desde sus orígenes es ésta una ciencia de grupo intemacional, uni-
Chadwick 1953)' ficada, organizada, clasificada, con numerosos instrumentos de trabajo, Ios
arqueó- má6 importantes de los cuales aparecen recogidos en § 3.
La confirmación brillante del desciframiento vino del Prestigioso
logo Btegen, que guardaba, aún sin publicar, una tablilla de
Pilo que' Por lo
por Ventris'
tanto. no había podido ser lomada en consideración
2. LOS DOCUMENTOS
ja de cuatro asas' en singular)' seguido del logograma de una tinaja de cuatro las tablillas conservadas en el palacio de Cnoso respondían, en realidad, a tres
gular) seguido del logograma de una tinaja sin asas y del numeral 1' 2.r) Un segundo grupo, integrado por los documentos de la "habitación
La perfecta coincidencia entre la traducción y los logogramas' así como de las basas de columnas" (todos ellos referidos a la producció[ de aceite), se
entre los numerales y el número gramat¡cal en que se reconstruía cada forma' habría cocido en una segunda destrucción que afectó a esa zona del palacio.
las prime- 3.r) Po¡ último, la destrucción final del palacio (entre 1300-1200) habría
excluían la posibilidad de que se tratara de una coincidencia' Tras
ras críticas al desciframiento, notablemente minorihr¡a§' hoy día hay acuerdo permitido la conservación del resto de los archivos.
general en que las tablillas están escritas en griego y en que el desciframien- Las tablillas de Cnoso tuvieron poca fonuna con respecto a la edición. La
to es básicamente exacúo. Otra cosa e§ que Persistan numerosas discusiones excavación de Evans no fue precisamente "modema" y los documentos apa-
sobre detalles' recían reducidos a múltiples fragmentos dispersos, a menudo sin indicación de
Los estudios de micenología se organizaron en 195ó' con un coloquio procedencia, que han tenido que ser tr¿bajosamente recompueslos por los espe-
(Éatdes Mycéniennes), al gue cialistas. Cada edición queda envejecida por nuevos raccony's (cf. § 2.a.1.).
celebrado cerca de Pa¡ís, en Gif-sur-lvene
7
Para mayor complicación, cuando el arqueólogo griego Sakellarakis se hizo 2.1.3. Micenas
cargo del Museo de lraklion en 1984, se descubrieron ocho cajas de madera con Micenas fue excavada por Wace, quien descubrio pequeños depósitos de
nuevos fragmentos (pequeños, desde luego, pero que 'casan" entre sí y con los tablillas en 'casas", desde 1950. Su número no es demasiado abundante, y se
ya existentes). Ello ocurrió cuando una magna edición de las tablillas estaba fechan hacia 1200 a. C. Sobre su publicación, cf. §§ 2.1.5. v 3.1.
en curso de publicación. El primer volumen y, en menor medida el segundo
(cf. § 3.1.1.) salieron ya anticuados. Actualmente se continúa el rabajo de 2-1.4. Tebas
organizar estos pequeños fragmento§. En las excavaciones de la Cadmea de Tebas apareció, primero,
en l9S1
Olivier 1967 distinguió los escribas (lo que llamamos las "manos", cf. una serie dejanas de estribo, algunas de las cuales tenían inscripciones. Tabli-
§ 2.4.3.). llas salieron a la luz desde 1964, en excavaciones de los arqueólogos platon
y Tulupa y luego de Spirópulos. Más tarde, en 19g2, piteós descubrió pre_
2.1.2. Pilo cintos de arcilla. Hace unos años aparecieron nuevas tablillas, publicadas
por
Las tablillas d€ Pilo proccden del llsmado'Palacio de Néstor", en Pilo, Aravantinos - Godañ - Sacconi (por separado en el vol, I, 2001 y junto
a las
situado en la actual Epano Englianós, en el extremo septentrional de la bahia de demás en el vol. III, en 2002).
Navarino. Se trata, pues, de la región de Mesenia. Fue excavado por Blegen, Las tablillas se datan hacia 1350_1300. Son por tanto, las
más antiguas
quien procedió de un modo mucho más cuidadoso que Evans. Las tablillas del con¿inente y sólo superadas en antigüedad por algunas de las
de Creta.
proceden del archivo del palacio, Tampoco es completamente seguro en qué
i momento se produjo la destrucción del palacio de Pilo. Se ha defendido 2.'1.5. Tirinte, La Caneq, Midea
que fue algo anterior a la de los centros micénicos de Ia Argólide, Micenas y En Ti¡inte y La Canea se han ido produciendo sucesivos
hallazgos, si bien
Tirinte, que se suele fechar a finales del Heládico Reciente lll 82 (aproxima- muy fragmenrarios. Las de Tirinte fueron publicadas junto con las
de Tebas
damente 1200), pero también se han señalado indicios que apuntan a una (anteriores a los últimos hallazgos) y las de
Micenas, por Melena - Olivier
supervivencia todavía en los primeros momentos de la fase inmed¡atamente 1991. Las de La Canea han sido objeto de publicaciones parciales (cf.
§ 3.1.4.).
posterior, el Heládico Reciente III C, lo que obligaría a retrasar la fecha de De Midea el material en lineal B es mínimo (por ejemplo,
el nódulo Wv 6).
destrucción en unos cuantos año§'.
En l95l Emmett L. Bennett hizo una transcripción de las tablillas, orde- 2-1.6. Inscripc íones sobrc cerámica
nó los signos y distinguió silabogramas, ideogramas y signos numéricos, des- Se han encontrado en Cnoso, pilo, Micenas, Tebas, Tirinte,
Eleusis,
cubriendo que en muchas tablillas las cantidades de la últ¡ma línea eran la Orcómeno y otros lugares divenas jarras de estribo con breves
epígrafes pin-
suma de las anteriores. tados en la panza. Las de Tebas tienen una fórmula de tres palab¡as
antropó_
En 1954 aparecieron 300 tablillas más y en 1955 se descubrieron las que nimo-topónimo-antropónimo en genitivo. parecen ,.marcas,, ,.denominacio_
o
registraban ofrendas de ace¡te. En total, son unas 1200 tablillas. El propio nes de origen". Se echa de menos una edición rec¡ente del conjunto
de esto§
Bennen diferenció las distintas manos (cf. § 2.4.3.) en 1958. De nuevo lo hizo hallazgos (cf. § 3.1.5.).
con más precisión Palaima 1988. En 1973 y 1976 aparcció una excelente edi-
ción (obra de Bennett y Oliv¡er) y esá a punto de publica¡se una nueva, obra 2.2. Tipologis de los documcntos
de J. L. Melena, con imponantes adiciones y correcciones. 2.2.1. Documentos pam la adninistmción
Los "palacios" eran conjuntos de {ependencias en las que,
además de las
' P¡.s eslos probler¡ás, tanro referidos a Pilo como a Cnoso, pueden verse, entre ofos, salas de representación y las dedicadas a la administración,
Ds¡cque 1992: 29E-300 y 347-35ó y Dickinson 2000, donde pueden enconrra¡se ¡.s refe- se encontraban
rcrrcias a la bibliograña arqueológica especializada. estáncias en que se producian objetos o se almacenaban materiales.
Con la
6 El Er¡ego ,iicéiico. Irtstñurcntos de tflbaio
mente'que unta Pieles'), lo que indica que se escribía sobre pieles desde era extendida luego sobre un plano y amasada sumariamente. La pane de abajo
época muY antigua. extendida sobre el plano queda aceptablemenae lisa y es sobre ésta sobre la
que se escribe exclusivamente casi. siempre. Es a la que le llamamos ¡ec¡o.
2.2.2. Forña moterial de las tqblillas Escribir en la otra, la convexa, a la que llamamos verso o dorso es mucho
En cuanto a su forma material, las tablillas son de arcilla' aunque a menos frecuente. Las tablillas "de hoja de palmera", que contienen una o dos
tenia sobre la mano izquierda e incidía los signos gráficos con un cálamo' un mente rectangulares y su confección era más laboriosa, ya que requerian un
dejadas sobre el barro fresco, e incluso saber que uno de ellos era un n¡ño'
dado que se trata de una mano muy pequeña'
8 El griego ,nicénico. l$trurfientos de tmbajo Lo, ¿locume¡tos I § 2'3'4 9
2.2.4. Ot¡os docu¡tentos escritos número carece de relación con las dos leFas anteriofes, es dec¡r, no hay Aa I,
Además de las tablillas conservamos otro tipo de textos ¡nscritos: 2, 3..., sino que cada tablilla conserva su número de inventario, no importa
a) Las llamadas 'etiquetas", que son pellas que se colocaban sobre un dónde se clasifique. Así, por ejemplo, la 1.r tablilla Aa de Pilo es Aa 60, mien-
contenedor de tablillas para indicar sumariamente su contenido. tras que la n.o (de inventario) 1 de Pilo es de la serie An).
b) Los precintos, o mejor "nódulos", bolas de arcilla en que se embutía
un nudo y se marcaban con un sello o con una indicación escrita. Tenian una 2.3.4. EjenPlos
función similar a Ia de los actuales sellos de lacre: asegurar que un Paquete Ponemos a conlinuación algunos ejemplos para familiarizarnos con el
a¿ado con una cuerda no había sido abielo. Una vez desprendidos de la cuer- procedimiento:
da, se guardaban a modo de "recibos". KN Ra 1548. Es de Cnoso (KN), de la serie R (armas), subserie a (con
c) Las inscripciones sobre vasos, también muy sumarias, que tenían una formato hoja de palmera), n.! de inventario 1548 de Cnoso.
función semejante a nuestras etiquetas de botellas de bebidas. No son incisas, PY An 657. Es de Pilo (PY), de la serie A (personas), subserie n (con for-
sino pintadas. mato de página), n.0 de inventario ó57 de Pilo.
TH Fq 126. Es de Tebas (TH), de la serie F (cebada y otros productos,
2.3. Designación y clasiticación d€ las tat lillss generalmente p¡ra ofrendas), subserie q (con formato de página), n.r de inven-
Cada tablilla se designa inequivocamente con las siguientes indicacio- tario 12ó de Tebas.
nes, en el orden en que las señalaremos. MY V 659. Es de Mic¿nas (MY), de la serie V (sin ideograma), n.c de
inventario ó59 de Micenas.
2.3.1. Centro de p¡ocedeñcia KH Gq 5. Es de la Canea (KH), de la serie C (diversos productos, gene-
El centro de procedencia de las tablillas se señala con mayúsculas ralmente para ofrendas), subserie q (con formato de página), n.o de inventario 5
KN = Cnoso PY = Pilo de la Canea.
MY = Micenas TH = Tebas MID Wv 6. Es de Midea (MID), de la serie W (es un nódulo) n.c de
TI = Tirinte EL = Eleusis inventario ó de Midea.
OR = Orcómeno KH = La Canea KN Z 1717. Es de Cnoso, de la serie Z (inscripciones pintadas sobre
MIL = Mileto MID = Midea cerámica), n.e de inventario 1717 de Cnoso.
Se indica, asimismo (normalmente entre paréntesis), el número de
2,3.2. Clasifrcación de una o dos letas basada en el logogmma "mano" (cf. § 2.4.3.).
Esta clasificación se había hecho ya en gran medida medida antes del
desciframiento. Cada grupo basado en un logograma se señala con una 2.4. Relaciones de unos documentos con otros
mayúscula. Casi siempre hay subgrupos, basados en las diferentes tipologías 2.4.7. Fragmentos de una misma tablilla
que presentan las lablillas dentro de las series y que se marcan con una minús- Varios fragmentos pueden pertenecer a una misma tablilla. Ello pudo
cula a continuación. Convencionalmente se usan de la a a la I en las de for- constatarse a veces desde el principio, los dos fragmentos se pegaron y fue-
mato hojas de palmera, y de lt m a la z en las de formato de página. ron considerados un fragmenfo unitario. Otras veces varios fragmentos fue-
ron inventariados por separado y recibieron, consecuentemente un número
2.3.3. Núnerc de invenmrio distinto, pero luego se comprobó que pertenecian a una misma tablilla. Des-
Sigue a las dos letras (mayúscula y minúscula) un número de inventario, pués de pegarlos (lo que se llama un raccord o un join) se designa el resulta-
que es el que la tablilla tuvo siempre dentro de cada museo. Por ello este do con los números de los fragmentos que han sido pegados, unidos por el
I
rintos o figuras humanas. Killen 1992, Godañ - Kopaka - Melena - Olivier 1992-1993, Evely - Kitten - Mee -
Peatfield - Popham 1994, Melena 1999.
aspectos muy concretos: la producción textil, la distribución del ganado, la publicedos por Shelr¡erdine - Bennet 1995 y ls edición y estudio de los sellos por
forma de sus muebles, la organización de sus defensas costeras. Por citar un Oliv¡er 1997.
ejemplo: la religión micénica sólo se refleja en nuestros documentos cuando
determinados dioses deben recibir ofrendas y el Palacio registra estas ofrendas, 3.1.3. Tebas y Micenas
Nada hay en las tablillas sobre sus mitos, sobre sus leyendas, sobre su litera- Para Tebas la edición más reciinte es Aravantinos - Godart - Sacconi 2002,
tura. Es algo así como si lo único que tuvieran los arqueólogos de dentro de que contiene ¡os nuevos hallazgos que habian publicado Aravantinos - Godart -
cinco mil años para conocer la ¡ealidad de nuest¡o país fueran los Presupuestos Sacconi 20O1. Sigue siendo útil la consulra de Melena - Olivier 1991.
Generales del Estado o los inventarios de unos grandes almacenes. En cuanto a Micenas, la edición actualizada es Melena - Olivier l99l (cf.
Y sobre todo, lo más grave, es que todos los documentos son de un año, las más antiguas de Sacconi 1974a, Olivier l9ó9).
€l fatidico año en que el incendio que arasó cada palacio quemó las tabli-
llas (salvo eo el caso de Cnoso, donde se registran tres niveles de destruc- 3.1.4. Ohos centros
ción, cf. § 2.1.1.). Los escasos documentos de Tirinte se encuentran en Melena - Oliyier
1991, los de La Canea, en Hallager - Vlasakis - Hallager 1990 y 1992, Godan -
Tzedakis 1992, las inscripciones p¡ntadas de Malia en Famoux - Driessen
r
14 El griego iticénico. Instruñentos de fiibaio Instrurñentos de tabajo I § 3.4 15
1991, y los nódulos de Midea en Walberg 1992, con la corrección de lectura 3.4. Grsmáticas
de Otivier 1999: 434, y en Demakopoulou - Divari-Valakou 1992-1993,1994- Muchos años después de la publicación de Vilborg 19ó0, contamos con
1995. Par¿ el sello lenticular de marfil de Medeón véase Olivier 1999i 434. una gramática completa del micénico: Bartonék 2003. Son útiles aún Ruijgh
1967 y Lejeune 1972-
3.1.5. Inscipciones sobre vosos
La edición de las inscripciones sobre vasos es una tarea en gran medida 3.5. Indices y lóxicos
por hacer, dada la dispersión de las cerámicas inscritas. Pueden consultarse: El primer léxico fue el de Morpurgo 1963: ahora contamos con el exce-
Sacconi 1974b, Catling - Cherry - Jones - Killen 1980, Bennett 1986' Hallager lente de Aura Jorro 1985-1993 (= DMic.l. Una relación de palabras griegas
1987, Farnoux - Driessen 1991, Olivier 1999: 433 y Hallager - Hallager 2003. que tienen correlato en micénico es Chadwick - Baumbach 1963 y Baumbach
1971. Está a punto de aparecer en versióo informática el Index Gmecitatis del
3.2, Manualcs introductorio§, c§tudios, a¡ttologías DMic. (cf. http://www.cervantesvirtual.es). Para índices de la lineal B puede
Aunque muy antigua, sigue siendo exc€lente la obra p¡onera de Femández consultarse Olivier - Godart - Seydel - Sourvinou 1973 y Aura Jor:o iñdice
Galiano 1959, cf. tsmbién las antologías de Ruijgh 1962 y Pugliese Canatelli Micénico (sólo e¡ versión informática, cf. http://www.cervantesvirtual.es/).
1964.
La historia del desciframiento y los primeros datos son ofrecidos por 3.ó. Actas de congresos y coloquios
Chad\vick 1962. Como manuales introductorios pueden citarse: Doria 1965' Los estudiosos de micenologia han ido dejando constancia de los pro-
Palmer 19ó3, Docs., Hiller - Panagl 1976, Chadwick 1977 ' Maddoli 1977' gresos en este campo del saber en diversas reuniones cientificas': á¡d¿s
Hooker 1980, Magueijo 1980, Marazzi 1982, Ruiperez - Melena 1990, Duhoux - Mycéniennes (1956), Aui Pavia (1958), Myc. Stud- (19641, Canbridge Coll.
Morpurgo (en prersa). Una excelente antología de textos comentados Puede (19661, St. Myc. Bmo (1968\, Atti Rona (1969\, Acta M!c. (1972), Coll. Myc
hallarse en Melena 2001 (menos manejable, Probonas 1983). Cf. también la (19791, Res Mlcenaeae (1983), Tlactata Myc. (19871, St. Myc (1989), Myke-
colección de estudios de lxljeluu¡.e, Mém I-lV' así como volúmenes colectivos naika (1992J, Atti Rona II (19961; Flo¡e¿¿, (1999). Los últimos se han cele-
como Shelmerdine - Palaima (eds.) 1984, Killen - Melena - Olivier (eds.) 1987, brado en Austin en 2000 y en Roma en 2006, Sus actas estár en prensa.
Olivier - Palaima 1988; Treuil - DarqtP - Pour§at - Touchais 1989 (1992); Goda¡t -
Franceschetti 1990; Bennet - Driessen (eds.) 1998-1999, Voutsaki - Killen (eds.) 3.7, Repertorios bibliográficos y revisiones críticas
2001. De interés es también el catálogo "El Mundo Miénico", que contiene con- Generales: "lndogermanische Chronik", de la revista §pracáe (Viena),
tribuciones de importantes estudiosos, Publicado en 1992, con motivo de la expo- cuya publicación se vio lamentablemente interrumpida; Bibliogmphie Lin-
sición celebrada ese mismo año en el Museo Arqueoló8ico Nacional de Madrid. guistiq ue I ntematio nal (U¡rechtl : L'Année Phi lologique (Paás\.
Especificos: Srudies in Mycenaean Inscriptions and Dialects (SMID\
3.3. Sobre las Gscriturss ahora disponibles en su página web: www.utexas.edu/research/paspÁndex.html;
La bibliografía relevante sobre las escrituras es la siguiente: Hooker
máLs Nestoc ed. po¡ E. L. Bennet J¡., Universidad de Wisconsin, desde enero de
19?9, Heubeck 1982, Duhoux 1988 (al mismo autor se debe una monografia 1978 y continuado por T. W Jacobsen, W. W. Rudolph, de la Universidad
sobre la enseñanza de la olografía en Pilo: Duhoux 198ó) y sobre todo Best - de Indiana, de publicación mensual (también accesible por Internet
Woudhuizen 1988. Sobre algunos problemas pendientes del de§c¡framiento, classics.uc.edu/nestor); cf. también SMEA 20, 1979, dedicado completo a
cf. Duhoux - Palaima - Bennett t989. Sobre faltas de los escribas: Maurice actualización, asi como García Ramón t981 y 1984, Morpurgo-Davies -
. 1985. Sobre los llamados 'signos fuera de sislema": Consani 1984-1985.
Sobre los ideogramas: Vandenabeele - Olivier 1979. '?
Cf. la reso¡ución de las abrev¡aluras en el primer apatedo de la B¡bliografía
16 El griego micénico. Instrurneñto§ de t abajo
Duhoux t985, Eder 1994, Feuer 1996, Dardano 2000, Luján 2006, y.ambién
Adrados - Aura Jorro, 'Epigrafía juridica micénica", en diversos números de
Studio et Documenta Historiae et luris, Roma (se prepara una edición de con-
junto, muy revisada). Además hay que contar con las revisiones que se efec-
hran en cada congreso o coloquio).
tema de escritura, análisis y planteamientos recientes sug¡eren una continuidad de ver, la escritura m¡cénica se adapta muy mal por su estructura a una lengua
en la práctica de Ia escritura desde época micénica hasta la adaptac¡ón del slfa- como el griego y si sus fines hubiesen sido otros, por ejemplo, la comunica-
beto fenicio para escribir Ia lengua griega, es deci¡ hasta finales del segundo ción entre centros a larga distancia, quizá hubiese sido imposible utilizarla por
milenio o comienzos del primer milenio a. C,, puesto que la fecha en que se las ambigüedades de interpretación a las que podia p¡estarse. Sin embargo,
creó el alfabeto griego también es objeto de apasionada discusión en los últi- dado que la persona que iba a leer los textos debia ser en muchas ocasiones
mos años. la misma que los había escrito o, si no, alguien cercano a ella, conocía de
antemano cuál era el contenido aproximado de lo que iba a leer, con lo que
1.2. Documentos no destinsdos a conscrvarse prácticamente bastaba con que la inscripción le sirviera de recordatorio,
Por lo que se refiere a la datación de los documentos conservados, t¿mpo- La lineal B, que se escribe siempre de izquierda a derecha, es una escri-
co es segura, aunque en este caso sí podemos precisar más, pues las fechas ofre- tura peculiar que combina signos que tipológicamente coresponden a lo que
cidas vaúan únicamenúe en un arco cronológico que va desde 1400 a 1200 a. C. en los estudios generales sobre los tipos de escritura constituyen dos clases
I
La fecha de datac¡ón de nuestros documeotos depende directamente de cuál diferentes: silabogramas e ideogramas (o logogramas). Estudiaremos a conti-
sea la fecha de destrucción de los diferentes palacios micénicos en que este nuación cada uno de estos componenles.
I sistema de escritura fue utilizado. En efecto, la inmensa mayoría de nuestras
inscripciones fueron grabadas sobre tablillas de arcilla, empleadas como mate-
rial de escritura para realizar registros, pero que no estaban destinadas a con- 2. LOS SILABOGRAMAS
servarse durante mucho tiempo, de modo que su permanencia hasta nosotros
se debe únicamente al azar de que fueran cocidas al producirse un incendio 2.1. Introducción
en los edificios en que estaban guardadas. Estos incendios se produjeron en el 2.7.1. Un sistema con 88 silabogramos
momento eo que, por la causa que fuera, los palacios fueron destruidos. Como La escritura lineal B comprende un total de 88 silabogramas diferenúes,
ya vimos en I § 2.1.1. y § 2.1.2., Ias fechas de destrucción de los dos grandes según se muestra en la Tabla l. Ya antes de que se produjera el desciframien-
centros en que han aparecido textos micénicos han sido objeto de debate. En to de la escritura y fuera posible su ¡nterpretación fonética se habia llevado a
Cnoso parece que hubo tres desarucciones, la primera de las cuales tuvo lugar cabo la clasificación de los silabogramas por obra de E. Bennetl. Dado que en
entre 1425-1385 a. C. y la última, entre 1300 y 1200 a. C. y en Pilo se suele aquel momento se desconocia el valor fonético de los signos, el único méto-
dar la fecha de 1200 a. C. do de clasificación posible era meramente formal: se podia distinguir entre
La vinculación de la fecha de destrucción de los diferentes centros pala- signos de trazo más simple y signos de trazo más complejo. Los primeros se
ciales con la de los documentos conservados se debe precisamente al tipo de s¡tuaron al principio de la tabla para la asignación de un número y los siguien-
inscr¡pciones mayoritariamente predominantes entre los aextos micénicos, En tes se fueron agrupando por semejanza de formas. Se obtuvo así una tabla que
efecto, con la excepción de unas cuantas inscripciones pintadas sobre vasos en principio constaba de 89 signos, a cada uno de los cuales se le asig¡q un
cerámicos, la casi totalidad de los textos micénicos conservados son tablillas número que sirvió pa.a poder transcribirlos. Esta numeración se ha manteni-
de arcilla inscritas que contienen registros e inventarios de diferentes bienes do básicamente hasta hoy en día aunque con las modificaciones necesarias,
en relación con su entrada, salida o almacenamiento en los palacios de los que iremos señalando. Resulta importante tener en cuenta que los números
diversos centros micénicos. Esto supone que s€ trata de inscripciones que iban utilizados para transcribir los silabogramas son siempre inferiores al 100, lo
a ser leídas en el mismo lugar en que habían sido escritas, posiblemente por que los distingue de los utilizados para transcribir los ideogramas que, como
el mismo escriba que las había realizado o por alguno de sus colegas (cf. I veremos, son siempre superiores a esa cifra.
§ 2.2.1.). §e !¡¿y que pe¡der esto de vista, ya que, como tendremos ocasión
d
I
20 Sisrcrrl@ de escritum
Los silabogramas II § 2.1.2 2t
TABLA l: SILABOGRAMAS CON LAS TRANSCRIPCIONES ADMITIDAS
A esos 89 signos se añadió en ¡a convención de wingspread de 1961 el
OFICIALMENTE (ACTA MYC.)
sigoo *90 (dwo), mientras que en l9ó4 Lejeune y Palmer, de forma indepen-
0l
d. t t6
qa _t_ 3a
3¡
-r
)tl'
I
46
j. lf_
6
T
g
76
]L I
diente, llegaron a la conclusión de que había que diferenc¡ar un sigl¡.o *91 two,
que anteriormqnte se había creído simplemente una varianle grlfics del 1óó.
02
ft l- t7
2e _f_ qo
32
1
f 62
Ptc
71
l¡ o
Por otra pafe, también tras el desciframiento, hubo que suprimir los signos
,t8y' (que es tan sólo una variante del +83) y el 't88 (variante del +JJ). Hoy
03
P. l- t8 {,
?
33
:F
48
X-
63 ]JJ
UJ
7A
qe a también resulta claro que el *3y' y el *35 son, en realidad, variantes de un
mismo signo. Así pues, fenemos un total de 88 signos silábicos. Con el fin de
04
tC il l9
_t-
34
( 49
I+I
64
H 79
§
evitar errores no se procedió a renumerar los signos cuando se suprimieron
algunos.
05
to i 20
zo l_ ]-
50
pu L 65
Vñ
s0v
-. _¿tt
,,
2.1.2- la translüeración de la lineal B
06
n¡ I= 2l
qi
"T 36
jo a 5I
du
)!
ln.
66
_Y. hu
*l_
üa
-.:l-
Como veremos más en detalle en § 2.3., no hay una correspondencia uni-
voca entre los silabogramas y las sílabas de la lengua representada, el g¡iego,
07
di
¡ii
I
22
-f 31
ti i-A s 52 67
ki _Y_
*
sino que un mismo silabograma puede servir para representar diferentes sílabas
griegas, dejando apañe el hecho de que, de acuerdo con las reglas de escritura
08
09
_t_
23
24
I 38
39
i_ 53
ri
5+
1
0
---Á_
68
69
_sL
I
I B.{
-6_
micénica, en función de su posición dentro de la sílaba o de la palabra, deter-
minados fonemas que de hecho debían existir no tienen ninguna representa-
¿ nc T pi É_ li_ tu sf- ción gráfica. Esto plantea graves problemas de transcripción e interpretación de
los té¡minos micénicos. Sin embargo, existe un método de transliteración más
l0
f_ 25
i_ 40 ,1
hl
55
.A
70
ko _a_
85
l! objetivo, aceptado de forma general en los estudios de micenología, por el cual
II
T
26
f .11
{
56 LI 7t
r]_
8{i
E
uno de los valores silábicos posibles de cada silabograma es el que se utiliza
de forma fija para transcribir ese silabograma. Éste es el método empleado en
I
Po ru si /--l dwc
las ediciones transliteradas de las tablillas micénicas o cuando queremos refe-
t2
t3
rt_
27
28
l_ 12
43 )n'
/\
5i
jr
58
A Pc
-L
117
rimos a un término micénico que aparece en ellas sin necesidad de tener que
ent.ar a discutir cuál era la realidad fonética que de hecho habia tras esas gra-
I4
}. i _Y_ _ñ_
¡N'
¿
73
mi J. '88 fías. Así, por ejemplo, el silabograma *77 sirve para escribir las sílabas /ka/,
leal, Rhal (apañe del hecho de que, por las razones que luego veremos, con-
do t 29 \iÉ
I
4+
kc
59
l-\
/-{
74 t-
i_ 89
d_ textualmente puede servir para representar Rall, lgau, A-hall, kan/, lgatl,
x t
Put ta zc
¡_
t5
J- 30
ni al '1.')
de
60
2-
* Nr¡mcri
90
;
/\/\
/khan/, entre otras posibilidades). Pues bien, de esas tres posibilidades para las
transcripciones se emplea ¿¿, es decir, la oclusiva sorda; y, salvo la serie de la
dental sonora /d/, que cuenta con una serie propia, éste es el criterio con todos
9l
dclcri
1=¡ los silabogramas que pueden representar combinaciones de oclusiva más
-Ll-
vocal: para las transliteraciones siempre se emplea la oclusiva sorda (no la
oclusiva sonora, ni la sorda aspirada). Algo parecido sucede con los signos
como el *2, que puede tener tanto el valor de /rol como el de lol. Para las
22 Sisteña de escrituru Los silqbograrrus § 2.2.I 23
transliteraciones se utiliza siempre la v¡brante, nunca la lateral en todos los nica mucho más reconocible de forma directa para quien está familiarizado
signos de esa serie. De esta forma, una secuencia constituida por los signos con la lengua griega clásica. Los inconvenientes de este proceder vienen dados
*77 *2 qtre apareciera en una tablilla siempre se transliterará como ka-ro, fundamentalmente porque el griego del segundo milenio presenta un estado de
independientemente de cuál sea el valor fonético real de la secuencia. Las lengua anterior y diferente del que nos documentan nuestros primeros textos
transliteraciones de los silabogramas en sus usos como iales (por oposición a transcribir mic. a-pu-ko-wo-ko aún podemos acudi¡
en gr¡ego alfabético, Para
su utilización como abreviaturas, cf. § 3.4.) siempre van en minúscula cursiva. al uso del digamma y transcribir dpÍuKofopToú, pero para transcribir mic.
Según se puede comprobar en la tabla, exist€n aún algunos signos cuyo jo-po-ro-te-ke, ¿cómo deberemos proceder? Corresponde a dos palabras, que
valor fonético es desconocido o, al menos, no es aceptado por la generalidad en ático del siglo IV transcribiríamos rjjs npoOflre, pero en ópoca micénica no
de los micenólogos. Se trata únicamente de un pequeño grupo de signos y, podemos considerar la existencia de dos vocales largas de timbre /e/, una
además, con una frecuencia de aparición bastante escasa en las tablillas (que ab¡erta ¡ y otra cerrada escrita er, ni tampoco de dos vocales largas de timbre
es precisamenle la causa de que no se pueda determinar contextualmente su /o/, una abiela u, y otra cenada escrita ou. Y por otra parle, el silabograma
valor de una forma segura). En estos casos, para la translite¡ación se mantie-
/b indica que la yod inicial se conservaba aún. ¿Cómo habría de realizarse la
ne el número que presentan en la tabla, pero escrito en cursiva y precedido de transcripción en letras griegas? Cualquier transcripión con letras griegas ten-
un asterisco, P. ej., *18, *19, etc. drá necesariamente mucho de convencional y en ese sentido puede resultar
Los signos que conforman una palabra o, siendo más precisos, una uni- muy útil la transcripción con letras latinas, descriptiva y fonética,yx ptotheke-
dad gráfica tal y como es reflejada por los escribas micénicos (lo que, según Sobre la transcripción que empleamos en este libro cf. la Presentación.
tendremos ocas¡ón de comprobar, no siempre coincide con nuestro concepto
de palabra), se escriben unos a continuación de otros separados por guiones, 2.2. L¡ estructura del silabario
p. e¡-, e-ru-mini-¡a, *35-ki-no-o, etc. No obstante, a vec€s se emplean tam- 2.2-7. Signos bósicos ! signos co¡nplementaios
bién en los trabajos de micenología transliteraciones en las que se suprimen Para la descripción y análisis de la estructura del silabario micénico nos
los guiones y simplemente se escriben los valores de los signos uno a conti- apoyaremos en la Tabla 2, donde hemos distribuido los valores aceptados de
nuación del otro, p. ej., utilizando el mismo ejemplo qve uúes, eruminija. los silabogramas micénicos agrupándolos en columnas de acuerdo con el tim-
bre de la vocal de la silaba.
2.1.3. Transcripciones que intentan rcprcducir la rcalidad de la palabra Como se refleja en Ia tab¡a, existen dos grupos de silabogramas bien
Hay una segunda forma de transcribir las palabras micénicas que no se diferenciados (dejando aparte de momento los silabogramas todavía sin tras-
usa en las ediciones porque es más comprometida y obliga a adopta¡ una entre literar, los cuales es de suponer que, llegado el momento de su identificación,
las diversas interpretaciones posibles. En este caso no se intenta reflejar, §e integrarán en uno de los dos grupos). El primer grupo lo constih¡yen los 60
como era el caso anterior, simplemente la secuencia de signos que aparecen signos que aparecen en la parte superior y que representan, bien vocales solas,
en la tablilla (lo que llamamos en sentido propio una 'transliteración',), sino bien una combinación de consonante más vocal. Puede llamar la atención que
que se pretende restituir la palabra que subyace a estos grafemas. para este hablemos de 60 signos cuando en realidad hay 6l
casillas cubierta§; sin
propósito se puede optar por dos transcripciones distintas: con letras griegas embargo, ha de tenerse en cuenta que el signo utilizado parazu y paraju es el
y con letras latinas. Por ejemplo, y por seguir con la palabra que acabamos de mismo, el fú5. A ellos hay que añadir uno de los signos que representan dip-
cita¡, e-ry-mi-ni-ja se transcribiría ÉLú¡rvlor 'vigas de techumbre,, en letras tongos, concreaamente ¿a. Estos ól signos constituyen el ju€go de signos
griegas y elúmniai en letras lat¡nas. La primera de estas dos posibilidades de básico y mediante su combinación se puede representar, siguiendo las reglas
transcripción, la utilización de letras griegas, presenta algunas ventajas pero que luego detallaremos, cualquier palabra griega. La percepción de que estos
también importantes i[convenientes. La ventaja es que vuelve la forma micé- 6l silabogramas son el juego básico no se debe únicamente al análisis que
I
24 Sistena de escritum Los silabogmmos II § 2.2.2 25
TABLA 2: LA ESTRUCTURA DEL SILABARIOI nosotros, en nuestra época y con nuestros conocimientos de lingüística y epi-
grafía, podamos hacer, s¡no que se refleja en las propias prácticas de los escri-
T¡MBRE a TTMBRE e TTMaRE i TIMBRE o T¡MBRE u
bas micénicos que utilizan, todos, este juego básico. En cambio, el segundo
VocaUcoNsoN^¡t'rE + voc^L
grupo de caracteres tiene un valor meramente complementario y pueden ser
utilizados o no por un deúerminado escriba, esto es, cabe ut¡lizarlos y tal urili-
p-
zación puede suponer un refinamiento de la notación fonética de una palabra
t-
griega y una mayor precisión, pero cualquier combinación de silabogramas en
d, d¡
la que se hace uso de alguno de los signos de este segundo grupo puede escr¡-
k. t¡ fo
birse también de forma altemativa sirviéndose únicamente de los caracteres
q qa qe qt qo
que integran el juego básico. Así tenemos atestiguados, entre otros, los
siguientes dobletes:
r pa-we-a, I pa-we-¿ (óripFchq, cf. óApos 'manto')
. arkia2-ri-ja / a-ki-a2-ri-ja- (topónimo Ai.Trho),íA)
j-
. pte-rc-wa / pe-te-ze-ra (gen. nre).Éfds 'de olmo', cf. rretrÉd.)
. ra-wa-m-ta2 / rcr-wa-rv-tí-¡a lra-wa-ra-td ('!l (top. Aoupov0la)
. o-two-\4/e- / o-tu-ro-we (antropónimo 'Op0fóf¡S)
. dwo-jo / du-wo-jo (antroÉnimo AFciios)
DrProNGos
. puTk / pu-k (antropónimo Oúor¡s uel si¡¡t)
o) (oi)
velar seguida de vocal .l se neutralizaba con la velar corresPondiente y perdía si el silabario micénico presenta tantas deficiencias a la hora de servir para
su coaticulación labial, probablemente ya desde época indoeuropea, por lo 'escribir el griego,
¿qué sentido tiene que se cuente con unos signos adic¡ona-
que Ia secuencia era inexistente en griego (cf. III § 2.4.3., § 2.4.4.). Tampoco les al conjunto básico que resultan en la práctica compleiamente prescindi-
hay un signo para rz, combinación que tampoco parece haber exist¡do en bles? La respuesta es que esta escritura silábica no fue una creacian ex novo
indoeuropeo y que, en cualquier caso, era inestable en griego: una secuencia para la notación del griego micénico, sino que su utilización para escrib¡r este
ws se hub¡era transformado inmed¡atamente en ¡¿ A una razón parecida puede dialecto se hizo a panir de Ia adaptación de su uso anterior para otra lengua
deberse la falaa del silabograma.¡il que sufrió una evolución en las palabras en distinta (v. § 4.). La historia de la escritura nos proporciona abundantes ejem-
que aparecía, p. ej., el presente con reduplicación *!i!¿mi > hi¿mí'ir$1, aun- plos de los fenómenos que tienen lugar habitualmente cuando se adapta un
que en este caso quedan huellas de la yod en la aspiración inicial de la pala- sistema de escritura para una lengua nueva. Es altísimamente improbable que
bra, de modo que no se puede descanar por completo que alguno de los sig- se dé una coincidencia total entre los fonemas de la lengua de la qu€ se toma
nos aún no transliterados pueda representar la silaba.,ri. la escritura y los fonemas de la lengua para la que se adapta la escritura, lo
En cuanto az; también se trata de una secuencia que no resulta esperable que hace que puedan faltar signos para escribir determinados fonemas y, en
por la propia fonética griega, dado que la ser¡e de signos de la z- lo que trans- cambio, sobren signos que servían para escribir fonemas inexistentes en la
criben es, en realidad, la combinación con una vocal de una consona¡te palatal lengua para la que se adapta. Esto suele crear en los sistemas de escritura un
(cf. III § 3.4.), procedente, entre otras posibilidades, de una antigua velar pala- remanente de signos a los que, bien se les puede asignar un nuevo valor que
talizada en contacto con yod, de modo que la i o yod han quedado, por así decir" nada tiene que ver con el que tenian en la lengua de la que se toma la escri-
lo, absorbidas en la propia consonante. Asi pues, aun con las incel¡dumbres que tura, bien pueden quedar como dobletes o s¡mplemente como signos sin una
supone el que existan todavía algunos signos no transcritos, lo más probable es utilidad clara que se mantienen porque la ¿ransmisión de la escritura por
que el conjunto básico de silabogramas micénicos consisüentes en una vocal medio de la enseñanza suele ser muy conservadora, de modo que en los alfa-
sola o en combinación de consonante más vocal esé descifrado en su total¡dad. betos o signarios tipo siguen apareciendo esos signos pero luego nunca se uti-
Ya hemos dicho más arriba que, junto a estos silabograma§, también lizan en las inscripciones o manuscritos. Como ejemplos de redundancia y
debemos considerar que 4¡ pertenece al conjunto básico. En principio podría reutilización fijémonos, por ejemplo, en lo que sucedió en la adaptación del
pensarse lógicamente que aa podía ser reemplazado sin mayor problema por alfabeto fenicio para la escritura del griego. Sin entrar en los complicados
una combinación de los silabogramas a-a, puesto que ésta es la práctica habi- detalles de la adaptación de los signos de las silbantes fenicias para la escri-
tual de los escribas micénicos para la represenlación de otros diptongos de tura del griego, pensemos que la sobreabundancia, desde el punto de vista de
segundo élemento u, como, p, ej., oa en o-u-di-do-si (oü 6í6ovoL 'no dan') o griego, de signos para la silbantes permitió Ia reutilización de la E (cones-
eu et e-u-ke-to- (eܡeror 'proclama solemnemente'). Sin embargo, esto no es pondiente en forma a la samekh fenicia, que era simplemente una /s/) para la
asi para a4 utilizado sistemáticamente para escribir ese diptongo, hasta el notación de un grupo consonánlico *s. O pensemos ¡ambién en la persisten-
punto de que la combinación de silabogramas a-a sólo parece estar atestigua- cia de sampi ¿ en los alfabetos en los que no se usaba con valor fonético de
da tres o cuatro veces en el conjunto de las tablillas y una de ellas, además, /s/ como signo numeral con el valor de 900. Si consideramos en nuestro pro-
debe ser un enor del escriba a-u-qe por o-u-qe. pio sistema de escritura, enre otras redundancias, quizá la más llamativa sea
la del mantenimiento de la letra,t, puesto que las palabras que la presentan
2,2.4. Los signos compleñenlarios siempre cuentan con una graf¡a altemat¡va.
a) Razones de su existencia Volviendo al silabario micénico, de las tres posibilidades que apuntába-
Pasando ya a los signos no peñenecientes a ese conjunto básico, lo pri, mos para signos que quedan en principio sin uso, la tercera, es deci¡ la de que
mero que debemos planteamos es la propia razón de su existencia. En efecto. los signos se mantengan meramente en la enseñanza 'teórica" del sistema de
f escituro
Siste,ña de Los sílabograrnas § 2.2.4 29
28
sin más por el pro- de a en vez de a2, como refleja la altemancia del nombre de lugar a-ne.u-te I
escritura, pero no se usen realmente, debemos descartarla
momento no ha azne-u-te en las tablillas pilias, pero no de lo contrado, la utilización de a2
pio carácter de los textos micénicos conservados' Hasta el
un ejercicio de para a sin aspiración. pn2 = phu aLema con pa en palabras co¡no sg. pu-te I
sido descubieno ninguno que podamos considerar como
hecha por un maestro plltt. putte-re ({urrlp / $urflpcs 'plantador(es)'). En cambio, no es tan segu-
aprendizaje de la e§critura o una muestra de escrib'¡ra
un s¡Soario completo ra como nos gustaría la interpretación de +5ó como pd2 = pha a pal¡r de alaer-
para que el discipulo la coPie y pract¡que o meramente
grabados algunos alfabe- nancias como +56-m-fu-ja I pa-m-ku-ja uo zdjeti'to derivado del nombre de
con función decoratiYa, al modo en que aparecerán
muy Probable que e§tos slSnos una materia preciosa pa-ru-ku-, quizá relacionable con oQpcTis 'sello (de pie-
tos en época posterior. Tampoco Parece
sistemática' Puesto que d¡a)'. Los editores de las nuevas tablillas tebanas (cf. Lejeune - Godart 1995)
"redundantes" hayan sido objeto de una readaPtación
hubieran decidido otorgar un argumentan a favor de una interpretación de este silabograma como koz
no se comprenderia que los escribas micénicos
lengua a e§os basándose en las alternancias entre las formas ¿o-ta-v'e y *56-ru-we
comPletamente nuevo y diferente del que tenian en otra
qu,e se
valor
de tan poco rendimiento o encuentran en esas tablillas. Así pues, hoy por hoy la cuestión del valor foné-
signos y lo hubieran hecho otorSándoles valores
silabas tan frecuentes como tico del silabograma *5ó no puede darse por zanjada.
frecuencia en 8rie8o como rw¿, ¡we o áa cuando
las combinaciones de lateral n/ con vocal o de la
velar sono¡a /g/ más vocal
Por lo tanto' lo más d) Signos para consonantes palatalizadas
ca¡ecian de rePresentación Propia dentro del silabario
mantenido un valor El siguiente grupo es el de las consonantes palatalizada§. La intepretación
probable es que todos estos siSnos "redundantes' hayan
para utilizarlos para tradicional de ta2 ha sido la de rya, lundada en la altemancia ra-wa-ro-ta2 I
semejante al que tenían en el sistema del que se tomaron
sido esPecializados en ra-wa-m-ti-ja para escribir el topónimo Aoupovoíd en las tablillas pilias. Sin
la escritura del griego micénico y' todo lo más' hayan
básico' embargo Heubeck 1979 criticó dicha interpretación y Melena 2000: 38-41
algún caso Por oPo§ición al uso de los signos del conjunto
defiende actualmente que la interpretación fonética más probable de este
signo es como /(s)tha"/, a pesar de que esto lo dejaría fuera de sistema dentro
b) Signos que reflejan diPtongos
silabogram¡rs que del conjunto del silabar¡o micénico a no ser que r,18, uno de los silabogramas
Repasando ahora estos signos vemos que tenemos tres
a4 que ya hemos comen no transliterados, pudiera interpretarse como to2 = l(s)thol.
comportan diptongosiaj. cú y ra¡ Dejando de lado
ai y rai Asi' p ej" di-Pte-ra3 Aunque el carácter palat¿l de m2 y ,o2 parece claro, la naturaleza exac-
tado), 03 y r43 repre§€ntan, respectivamente,
qÚe di-Pte-ra para la escri- ta de la realidad fonética que representan es discutida (cf. III § 4.2.). Se duda
aparece como forma altemativa y menos afr.bif]]f-
decir de e-ra¡wo como entre si se trata de sílabas con verdaderas consonantes palatalizadas o bien
tura de nom. plu. 6u$0ÉpoL 'pieles" Lo mismo cabe
'aceite' o de atwo-'! para escri- son silabas con un grupo de consonante + yod en inicial, aunque esta segun-
altemativa de e-ra-leo para escribir ttroLfov
bir Aifo).og 'Veloz' (boónimo) frente a un hipotético *a-wo-¡o' da posibilidad parece más probable. Tendríamos, por ¡an¡o, m2 = rya (o lya'l
! to¿ = tlo (o /yo), como parecen indicar las grafías altemativas a-ke-ti-m2 /
a-ke-ti-ri-jo para cioxérptct 'decoradoras' y probablemente taÍrbién ku-pa-
c) Signos Para marcar asPirada
Encontramos a continuación un pequeño grupo de signos
que suponen la ro, = rúnopyos, que alterna con ku-pa-m = rú¡opos (cf. la alternancia
rúnepo5 / rúrcLpog 'juncia' en griego del primer milenio).
presencia de una asp iaci6n: a2 = l1s, pa, = pha, pu' = P'h!' Los
escribas uri-
que existiera un signo especial para escribir una sílaba que empezara por un *47: ir/ji (do2, a), wa", *a trc, *a)
grupo de dos consonantes oclusivas, se ha supuesto (t ejeune 1976) que el signo *49 pa (?1, wa2 (?l $ana\¡e de 1,50 pu\
=
orig¡nariamente habría servido para escribir el grupo de bilabial oclusiva $3=n/ji(ra)
sorda + yod. En el espacio de tiempo que media entre la adopción del silabario *79 = woz ku)
y nuestros documentos (época pretablética) se habria producido la evolución t89 = ?, variante de *80 na {?l (se úata de un r¿r'cun en KN Z 1715).
py + vocal > pt + vocal y asi se habria mantenido la misma grafía aunque Aunque hemos incluido en su lugar corespondiente denro de la tabla los
ahora reflejara una realidad fonética diferente. silabogramas 15ó pa2, t64 tv¿i, *ó5 zu/ja *82 trea *83 nwe y *86 dwa, no
debemos dejar de advelir que su transliteración mediante esos valo¡es aún
f) Sílabas para consonantes labializadas no es oficial, de modo que en ediciones, diccionarios y algunos estudios apa-
Por último, resulta llamativa la abundancia de silabogramas para repre- recerán transcritos med¡ante su número y no mediante este valor silábico.
sentar consonantes labializadas. Prácticamente tenemos llenas todas las casi-
llas posibles, salvo, lógicamente, la de la 4 ya que una sílaba con estructura 2.3, La lineal B y la lengue gr¡egar problem¿s de €scritura
dwu o simila¡ es poco esperable. Por razones estructurales, por tanto, cabe 2.3.1. Inadecuaciones ent¡e la grqJía ! la rcalidad lonética del giego
esperar que alguno de los signos aún no transliterados venga a llenar alguno Después de repasar la estructura del silabario en si, analizaremos en esta
de estos huecos. Podemos pensar, a pañir de la existencia en el silabario micé- sección su adecuación, o mejor dicho, su inadecuación para escribir la lengua
nico de estas series de consonantes dentales labializada§, que la lengua a par- griega, dado que carece de recursos directos para escribir, por ejemplo, síla-
tir de la que se adaptó el s¡stema de escritura micénico debia de contar con bas cerradas, tan frecuentes en griego en palabras como oroO[ós o rifov, o
una oposición fonológica entre consonantes labializadas y no labializadas en para grupos de oclusiva más vibrante o lateral tipo rpínous o rporrfp, por
el caso de las dentales, en las que, además, era fonológica también la oposi citar tan sólo algunas palabras que tenemos atestiguadas en micénico. Esta
ción enke sorda y sonora, ajuzgar por la ex¡stencia de la serie de la d- frente exposición servirá también para ir señalando cuáles son las reglas que siguie-
a la de la ,- y de la dw- frente a la ,rr-. Desde el punao de vista de la utiliza- ron los escribas micénicos a la hora de escribir las palabras griegas mediante
ción de estos silabogramas de dentales labializadas por pale de los escribas los signos que tenían a su disposición.
micénicos debemos ¡eco¡dar que siempre es posible utilizar una escritura
altemativa; du-wa o da-wa paru dwa, nu-wa o na-wa paÍa n\)q, e¡c., cor,:,o 2.3.2. Silabogramas vocálicos
muestran los dobletes te-mi-dwe-te I te-fii-de-',ee-te (adj. du. rep¡rí8fevr< Ya hemos indicado que el silabario micénico cuenta con cinco si¡abo
'con zapatas', cf. rcp¡rig) o a-mi-nu-wa-ta I a-mi-nwal (antropónimo de gramas consistentes en una vocal sola: a, e, i, o, a y con combinaciones de
interpretación dudosa). consonante (o grupo) más uno de esos cinco timbres. Vemos ya aqui una pri-
mera y grave inadecuación, la de no distinguir cantidades, puesto que cada uno
g) Silabogramas sin transcripción universalmente aceptada de ellos vale igualmente para la vocal breve y para la larga. Tal inadecuación
Finalmente, por lo que se refiere a los silabogramas para los que hay se sigue produciendo, sin embargo, en algunos grafemas de la escritura alfa-
menos acuerdo, nos limitamos a ofrecer el valor que actualmente parece más bética posterior, como o, r, u.
verosímil (cf. Melena 2000), seguidos de otras propuestas entre paréntesis: Sólo excepcionalmente se nota la cantidad larga con la duplicación de la
*18: po2 fto2, rc)
vocal tras un signo silábico en go-a = y*t¡vs, ac. plu. de * y*oos 'vaca'. cf.
*19: ru2 kwi, va¡iuúe de *17 za)
Po0s. Probablemente la razón de haber utilizado esta notación ha sido evitar
*22: pi2 km, wrcJwle, mi2)
una secuencia de una sola silaba que podia llevar a confusión con una abre-
r34: = \35 ai2 (lu, pao, mer, pu3, pm) viatura (v. § 3.4.).
t
Sisterno de escrítut a Los silabogrurños II § 2.3.4 33
32
Cuando existe un hiato, si que se señala mediante la repetición de la vocal, sonora no había evolucionado todavía a este fonema (cf. III § 2.4.), sea lo que
p. ej. ko-to-no-o-ko u o-pi-ija-pi. Con todo, hay que decir que en la práctica haya movido a los escribas a estas distinciones esporádicas en la grafía de la
totslidad de los casos lo que debe suceder es que en micénico todavía no eran aspirada y no de la sonora.
/ha./, /he/, etc., no se escriben de forma especial, sino únicamente med¡ante el sonora y la sorda aspirada.
silabograma a2, En el caso de las dentales, excepcionalmente conlamos con dos series de
No obstante, cabe señalar ¡lgún caso especial en relación con eslos principios, §ignos, una, que transcribimos como ,4, te, ti, to, tu y que se utiliza para sila-
pe-m-ko-ru-i-ja (vsriante 8ráfica depe-ratko-ru-i-ja) ¡os
pues frente al topónimo bas iniciadas por dental sorda o sorda aspirada, y otra, que transc¡ibimos da,
encontr¿ños con el étnónimo derivado de él pe-m-o-*o-tu-i-io. El loÉnimo debe de, di, tlo, du y que se usa para las iniciadas po¡ dental sonora.
ser un compuesto de r(pd, al ot¡o lado y aJko-rv-¡rd, elemento sin interpretación Esta distribución (da, etc. para sonora y ,4, etc, para la sorda y la
satisfactoria pero que s€ repile en el nombre de la ot.a provinc¡a del reino de Pilo, sorda aspirada) es una prueba evidente de que las sonoras aspiradas in-
de-we-m-arko-m-i-ja. Como se observa, en Ias secuenciasP¿'r¿-¿o-ra-i-ja y pe- doeuropeas habian evolucionado ya a sordas aspiradas antes de la época
mrko-tu-i-ja plrece que se ha producido la fusiór de les vocales final e inicial de micénica (cf. III § 2.1.). Si todavia hubieran sido sonoras aspiradas, se
los dos teminos de compueslo, mientras que pe-m-o-ko-ra-i-jo ñolalía un hiato en
habria recurrido para escribirlas a las sílabas de ¡a serie da, de, etc. y Ío a
I¡ f¡ontera de morfema. ta, te, etc.
2.3-8- Combinaciones de laterdl o vibmnte + vocol fia i-e-rc-u alterna¡iva a i-je-re-¡ 0epeús 'sacerdote'), antrop. ki-e-u I ki-je-u
El silabario micénico sólo dispone de cinco signos para estas combina- XLe ús, nom. du. neutr. ti-ri-o-we-e frc¡lÉ a nom. sg. neutr. ,r-n&- r,e rpLtif<9
ciones, lo que quiere &cir
lrl y Al no se distinguen en la grafía. Conven-
que
'con tres asas' (cf. oüs 'oreja').
cionalmente transcribimos esúos signos colno tq ¡e, rí, rc, ru porque lrl es También es conveniente señalar el c¿so especial de wau seguida de i y
más frecuente que 4/. seguida de otra vocal,p. ej.: po-qe-wi-ja 16sp7w¡fLá 'ronzal', cf. $oppcLá),
Probablemente este hecho está relacionado con la peculiaridad de la po-tínija-wi-jo (adj. norutrÍfLos 'de la señora', cf. ¡ó¡vtal, i-je-re-wi-jo
existencia de una serie especial de silabogramas para dental sonora más vocal. (antroponimo ' l€plifros, cf. i€p€ús 'sacerdote'). Como se observa, se utiliza
ll La lengua para ¡a que se creó el silabario de la lineal A, poseería un fonema el signo rni seguido del signo correspondiente de la serieJix,/a erc. que marca el
que los oídos griegos vacilaban entre interpretar como /d/ o como /l/. De glide, segírr, acabamos de ver. Sin embargo, existe una notación altemativa
forma que los escribas griegos aprovecharon estos signos para las sílabas con para esta secuencia, de modo que tenemos pares como adj. di-wi-jo I di-u-jo
dental sonora. La propuesta de un fonema interpretable, como /l/ o como /d/ 'de Zeus' (cf. 6iog). No podemos saber con total seguridad si este tipo de
en la lengua minoica es muy verosímil si tenemos en cuenta que de esa misma alternancia es meramente gráfica o bien responde a razones fonéticas. En este
lengua deben proceder palabras en las que hallamos la misma vacilación. Es segundo caso el doblete podría deberse a que el grupo wau + yod tuviera dos
el caso del nombre de Ulises, que en la literatura, de Homero en adelante, es realizaciones diferentes, bien con la wau como consonante y la yod como
'O6uooeú9, pero que aparece en inscripciones sobre cerámica como'OLúf¡g vocal, y en ese caso tendríamos 6i.fLos ldi-wi7b), bien con la wau como vocal
y 'OtrLrreúg y en latín como U/¡¡es. O como el nombre de la 'lágrima', gr. y la yod como consonante, con lo que tendtiamos'tvyos (di-u-jo). Otro ejem-
6rÍrpu¡ro, lat. lacrimq e, incluso, el nombre del 'laberinto', gr. alfabético plo similar lo tenemos en me-u-jo I me-wi-jo ("comparativo" ¡rerfír,-rs 'más
).apúpLv0os, pero escrito en micénico con d-: da-pu-ri-to-jo (gen.). pequeño', cf. ¡r<[ou), aunque por el contexto fonético aqui ya no cabe plantear-
se la posibilidad de una realización vocálica de la wau, por lo que debemos
2.3.9. Combinacíones de v.au + vocal y yod + vocal considerar la posibilidad de que en estas secuencias la wau siempre se reali-
EI silabario cuenta con cuaro signos para combinaciones de wau más zara como con§onante y fuera la yod Ia que pudiera realizarse bien como vocal
vocal: wc, we, wí y wo. Como ya hemos visto, falta war, que era innecesario (lreLf íos, escrito ¡ze- wr'-7b), bien como consonante (pe ifyt.rg , escrito me-u-jol.
porque, de haberse producido tal secuencia, habria evolucionado a a. También
tenemos varios signos para combinaciones de yod más vocal. Tres son segu- 2.3.7O. Combinaciones de silbante + vocal
rosl. j4 je, jo- El signo 1tl5 parece expresarTa en algunas ocasiones y zt en El silabario cuenta con una serie completa de cinco signos: sa, se, s¿ so, sr.r.
otras. En cuanto afr; podría ser innecesario, porque )/i evolucionó a ¿, pero
dado que yod en inicial segu¡da de vocal se conserva al menos parcialmente 2.3.11. Signos traascritos con z-
en micénico y que el tratamiento de )r es igual al de !o- o \n- et griego Bajo esta denominación recogemos los signos transcritos como z4 ze y
del primer milenio (evolución de la yod a aspiración), cabría la posibilidad, zo, a los que hay que añadir algunas de las apariciones del signo ,tl5 con el
según hemos visto, de que alguno de los signos no transliterados haya servi- valor de zu. Estos silabogramas transcriben sílabas con una consonante palatal
do para esta secuencia. inicial que, entre otras posibilidades, procede etimológicameÍE de U!, *gy
En otro orden de cosas, es importante tener en cuenta que tanto los sig- más vocal. No entramos de momento a discutir cuál es la realidad fonética
nos w4, eic. comoJ4, etc. se usan tanto para las secuencias de los fonemas /w/, precisa a la que hacen referencia, de la que nos ocuparemos en su momento
/y/ más vocal como para los glides de transición que se producen úas i y U (cf. III § 3.4.). Como dijimos, falta el signo para zi, probablemente por inne-
ante vocal, p. ej. n'-7b (toÉnimo 'P(ov), t¿ -wa-no (daa. rutvut 'lapislázuli'). cesario, habida cuenta de la ausencia de secuencias derivadas de xtyi-, U)i-.
No obstante, existen excepciones a la notscióa del glide, como muestra la gra-
r l
3ó Sistema de escitura Los s¡labogñmas lI § 2.3.11 37
2.3.12. Consonantes 8e m i nadas Inversamente, los signos complejos pueden servir para notar un conjunto de
t1
No existe una forma especial de notar las consonantes Seminadas en la dos sílabas con r, 4 más vocal. P ej., al igual que para notar la sílaba 6fo- coe-
escritura micénica: se utilizan los m¡smos signos que para la con§onante sim- xisten las grañas dwo y du-wo, también se usa la grafia con un solo signo dwo
ple, p. ej. e-m-pe-me-na ippa$gévo (part. perf. de p<inrr,.r 'coser'). Este hecho para escribir la palabra bisílaba 6ü¡r6uo 'dos'. Esta doble posibilidad gáfica
hace que con frecuencia no sea posible asegurar si nos enconttamo§ ante una existe para la secuencia de -nu- más vocal, §egún muestra la altemancia e_n w¿-
consonante simple o geminada, como sucede, por ejemPlo, con los frecuentes i-jo le-nu-wa-ri-jo (Euur ,Log, teónimo y antroÉnimo, respectivamente). De
topónimos en -(o)oóg, como el propio nombre de Cnoso, fo-r¡o-so Kuur(o)oós modo similar, para escribir -rpLo, se puede usar tanto -¿t'-nfi como -ti-m, como
o con las diferentes formas del paradigams de fo-so ró(o)r¡ot 'tantos'. Sobre I a-ke-ti-m, (dori¡p.¡t ,decoradoras'),
deja ver, p. ej., la altemanciaa-ke-ti-i-1b
el posible valor como geminada de los signos ra2y m2, véase III § 4.2.
2.3.14. Signos pam diptongos
2.3,13. Combinaciones de consohante + yod/wau + vocal El silabario sólo cuenta con un signo paraai (ar) y oto paraa¡¡, restrin-
En este grupo cabe señalar los signos dlra, dwe, dwo, twa, 'e, tw¡, t$)o, gidos ambos (salvo unas contadísimas excepciones de a3 en posición media)
nwo y twe, así como los trascritos convencionalmente como ra, ra2 y rc2, al inicio de palabra. También existe un signo ¡aJ que hay que intepretar foné_
correspondientes, respectivamente, a l¡yal, hyal, lryol en la interpretación ticamente como ra¡.
más habitual, aunque ahora para ra2 se proponga el valor /(s)tha/ (§ 2.2.4d) y Esto constituye una nueva inadecuación del silabario micénico para escri_
para los dos últimos algunos autores defiendan los valores lr'r'al y lfi'ol o bir griego, puesto que carece de signos para representa¡ los demás diptongos.
quizá trhat y lrhol, respectivamente (véase III § 4.2.2.). Para subsanar esta deficiencia se recurre a expedientes diversos.
Es tentadora la hipótesis de que la lengua que reflejaba la escritura a) Por lo que se refiere a los diptongos de segundo elemento ¿, nos
minoica comportaba en las consonantes la oposición neutra / palatalizada / encontmmos con las siguientes prácticas:
labializada: por ej. /t/ - ltvl - lt*l, Por lo que los griegos, al adaPtar el silabario l)
De forma general se notan mediante la sílaba abie¡ta correspondiente
a su lengua, utilizaron los signos de las consonantes palatalizadas Para marcar seguida del silabograma q p. ej.: a-ro-u-ra (ac. plu. ripoúpov5 ,labrantíos'), go-
grupos de consonante más yod y los de consonantes labializada§, Para conso- s/-re-a (7-ooL),<Ú5 'capataz', cf. poou),<úg 'rey'), ka-m-u-ko (antrop. f).corog).
nante más wau (por ejemplo rya, ¡pe), Si es así, los signos para labiovelares 2) Ante vocal y r la a suele tomarse como consonante, de forma que se
(la serie 4a, 4e, etc.) podrían responder en micénico al mismo valor fonético escribe mediante un silabograma correspondiente a w más voc al, p. ej.: e-wa_
que en la lengua minoica /k*/. *o-lo antrop. Eüqypos), e-wi-ri-po (topónimo Eüptnog). Asi, existe, p. ej., la
En todo caso, estas grafias con un solo signo para Srupos iniciales de altema¡cia m-wa-¡ati-ja I m-u-ra-tí-ja (topónimo Aoupcu0Íd).
consonante + yod o wau cuentan siemp¡e con una altemativa de escritura 3) Para el diptongo e u (nunca para o4 a no ser que el antroÉ ¡imo o-u-wa-
mediante dos silabogramas, p. ej. wi-dwo-i-jo lwi-du-wo-i-jo / wi'do-wo-i'io ja-wo-ni de las nuevas tablillas tebanas represente una secuencia de este tipo)
(todos respondiendo al mismo antropónimo fL6fóhto5, cf. el part. perf. de nos encontramos alguna vez con los dos procedimientos juntos, p, ej. e_u_wa_
fot6o 'saber'), o-da-twe-ta I o-da-tu-we-ra (nom. plu. neutr. ó8cirfcvra 'con ko-rc, variante gráfica de e-wa-ko-rc que acabamos de ver, o las variantes
dientes') o pe-¡¡-si- nwa I pe-ru-si-nu-wa (formas del adj. nrpuotufós 'del e-u-wa-¡e I e-wa-rc (antrop. Eüripls ¡el s¡z¡.).
año pasado', cf. nepuoLvós). Estos ejemplos muestran las dos maneras de escri- 4) Más rara es la omisión de 4 p- ej. qo-qo-ta-o, que altema con
4o-r-
bir de forma altemativa mediante dos silabogramas estos signos labializados: qo-to ("lwou l*óT:06 'cuidador de vacas', 'vaquero'); o-tro-ze, qtrc altema con
el primer signo puede llevar vocal ll (como en wi-gl4-wo- i-jo y o-da-&-\ee-ta\ o-u-wo-ze (oú fóp(eL'notrubaja')to-pi-te-ke-e-u, gue altema con dat. o_pi_
o bien, siguiendo la regla general para los grupos consonánticos que veremos te-u-ke-e-we (ónu0<u¡eh<ú9 'suministrador')i o-ko-we-i, dativo de un antro_
más abajo (§ 2.3.15.) utilizar la vocal siguienie (como en wi-Qg-wo-i-jo\. pónimo que altema con o-u-ko-we-i en las nuevas tablillas tebanas. Es de
38 S¡steño de escitura Los sílabogr@ús § 2.3.15 39
1
notar que las omisiones son más frecuentes en los textos de Pilo y por tanto, haber dos, del tipo de las que en griego alfabético se representan como KT-,
de fecha más reciente. or-, or-, f-, etc.
b) En cuanio a los diptongos de segundo elemento i la s¡tuación es la El silabario micénico no tiene un repertorio de signos silábicos para gru-
siguiente: pos consonánticos (salvo contados c¡rsos, como pr¿, las consonantes labiali-
1) Para los diptongos con i los escribas no suelen utilizar el signo silábi- zadas, etc.), de modo que, cuando el escriba tenía que reflejsr en la escritura
co de la ¡l En medio de palabra los de Pilo no lo hacen nunca y parece que los estas secuencias consonánticas complejas optaba por um de estas dos solu-
de Tebas tampoco, como muestra la form a i,o-ko-de (folróv6e 'a casa') fren- ciones:
¡f al wo-i-ko-de de Cnoso. Los de Cnoso, en cambio, a veces sí lo hacen. Así, a) no notar gráficamente la primera de las dos consonsntes;
p. ej., eo Cnoso nos encontramos con altemancias del tiPo ¿-na-ta I a-na-¡-ta b) utilizar dos s¡labogramas de sílaba abierta, de modo que la vocal del
(dyorroL 'no taraceadrs'l o a-pi-qo-m I a-Pi-qo-i-ta (antrop. 'A¡r$tX*oírd5). primer silabograma es una vocal "muerta" que no tiene ningún reflejo en la
El topí¡imo po-i-to Ocuorós, en cambio, siemPre se escribe con r'. Hay un pronunciación.
caso seguro de uso de / en Micenas: to¡:zo (o¡oivos 'junco'), frente a la gra- Las reglas que rigen los hábitos gráficos de los escribas para representar
fía rrorrÍal ko-no, y otro Posible, si es que el antroPónimo mo-¿:da §e corres- secuencias consonánticas complejas son las siguientes:
ponde con el que aparece en Pilo como r¿o-da l. Si tenemos un grupo de dos consonantes de las que la primera es una
2) El uso de ¿i lay' es corriente en todos los centros: a¡ki-a2-i-ia (top. oclusiva, ésta siemprc se nota. Veamos ejemplos de diferentes posibilidades:
Aiyhq\td), arki-pa-¡¿ (qiYLTrd(o)rAs 'cabrero'), aunque a veces Puede no . Dos oclusivas: te-ni-qe-E-we (plu. Xepwx*rflfes 'aguamaniles', cf.
usarse, como en ta v atiante a-ki-arri-ia gue en los documentos tebanos alter- yépvv!\, ¡s-¡e-¡s (¡Érrr¡y'ca¡pintero').
na con la ya señalada. Lo que no tenemos documentado es ningún caso de . Oclusiva + líqu¡da o nastl: a-ko-¡o (d7pog 'campo'), du-r'u-to-mo
alaemancia entre 4J Y 4r'. (6puró¡roL 'leñadores'\, po-ti-ni-ja (nórvto 'señora'), e-m-pe-me-na (pan.
3) En cambio, el uso de ru3 Úai) está rcstringido al archivo de Pilo, donde perf. neutr. plu. ¿ppag¡r(vc, cf. p<inrro 'coser').
aftema, no obstante, con la grafía ra, p. ej .i di-Pte-mr I di-Pre-ra (plu. 6t{0épcL Las tablillas tebanas a¡qstiguan una curiosa altem¡nc¡¡, según escaib¡s, entre
'pieles'), top.pe-ru¡ ko-m-i-ia I pe-m-ko-za-l7a (interpr. dudosa, cf. § 2.3.2.). a-ko-da-ao y a-ko-rc-da-rro, un lerñino que debe design¡a a un alto fur¡cion¡rio del
4) Cuando el diptongo de segundo elemento i va segu¡do de vocal, la ¡ se palacio. y qtre quizá puede interpretarse como riTpo8duos 'el qr¡e reúne al pueblo'
toma como consonante y la sílaba que formaba la vocal se escribe con los sig- (cf. rippos y 6¡¡ros), con lo que tendriamos a¡ menos un caso en que la liquida del
nos silábicos7iz,7'e,7b p. ej., te-o-io (gen. 0e krlo 'del dios'). Al igual que vimos grupo puede no tener n¡nguna representación gráfica.
para los diptongos de segundo elemento 4, también §ucede con frecuencia que .Oclusiva + s.' de-ka-sa-to (3.r pers. sg. aor. 6e[cro 'recibió'),9is!
se utiliza la doble notación mediante i seguida del signo de la serie ja, je, jo, pe-e (du. r*olóek 'espadas', cf. flÓos)
p. ej.: ke-ra-i-ja-pi, variante gráfica de ke-m-ia-pi (adj. fem. instr. rcpoíd$L . Oclusiva + ie En este caso la vocal del primer silabograma puede ser la
'de cuerno') o nu-wa-i-ja I nu-wa-7b (adj., interpretación dudosa). misma que la del segundo, siguiendo las reglas habituales de la escr¡tura micé-
nica, como sucede, p. ej., con te+u-ko-wo-4 (pañ. perf. neut. plu. 0€OuxFóho,
2.3.1 5. Grupos cowonán ticos cf. reú¡t-r 'fabricar'), o bien se puede utilizar un silabograma con vocal t, p.
Da la impresión de que la lineal B procede de una escritura bien adapta- ej.mo-ra-u-wo FdpaeFov 'hinojo' (cf. pripo0ov). Incluso puede haber alter-
da a una lengua que poseía solamente sílabas abielas. El problema es que el nancias enre una y otra posibilidad en la escritura de una misma palabra,
griego tenía estruch¡ras silábicas m᧠comPlejas, de modo que junto a una según dejan ver las varia¡¡cs o-da-ke-we-ta y o-da-ku-we-ta ó6tirfevro 'pro-
sílaba abierta como ro, p. ej., tenemos otras cerradas, como t¡(lp, lTov, Íoo, visto de d¡entes' (cf. adv. o6rif 'a mordiscos').
ror. Por otra pate, en inicial de sílaba, además de una sola consonante Puede La única excepción podrian constituirla los grupos formados por la
I
Sisleño de escilum Los silabogfunas II § 2.3.15 4t
40
(comPuesto de LoXu-'fuerza'), o$- en sa-Pa-ka-te-ri-ia si mento, también se admita para esta combinación la utilización del silabogra-
es fo¡u(f)ó6oros
transcrib€ oóoKrúpto 'destinados al sacrificio' y quiá -oÍ- en e-sa-pa-ke-
ma Jr, pero los ejemplos con que contamos no son de interpretación cla¡a:
pro- antfop. n4r-su- wo, o- ku-su- wa-si y s u- we- rc- wi-jo.
mel-na ior,ap'¡péva 'hechos jirones' (cf. o¡ap<ioor¡), aunque se han
pueslo también otras explicaciones.
.wr siempre: wi-i-no (f, plvó9 'piel'), wii-za (f pL(a 'níz'\, wo-ro-
¡, r l, w ante m, n, r, l"'e de acuer- neTa (adj. neutr. plu. f póvcya 'de cordero', cf. cipr1u). Quizá podríamos tener
3. Sí suelen notarse, en cambio, s, r¿' '
do con las siguienres combinaciones:
un ejemplo de falta de notación de la r en el anrop. geo. we-na-ko-jo, si es
. z¿ siempre: de-mi-ni-ja (6É¡rvLc 'lecho (?)'), ¿-r¡i-¿iso (top' que es una variante de nom. (o dat.) we-rc-na-ko, Sin embargo, el grupo -wr-
' A¡lloósl, nw-na-si-we-ko (antrop Mrüo(fepyos, cf Mv¡oíepyos)' no puede escribirse de la forma señalada cuando va seguido de vocal ¡r, pues-
plu. ópptoLhL, cf. ópppog 'tomenta'), aunque los ejemplos de zr son poco resuelve utilizando para el primer elemento de este grupo el silabograma a, p.
tabl¡llas tebanas. Puede observarse, que al iSual que veíamos más arriba para ¡ÉprtqU 'agua para lavarse las manos'). Sin embargo, hay diez ejemplos en
los casos de escr¡tura de grupos de oclusiva +,e, tamb¡én para la notación de Cnoso de varias formas de a-m-to-rno-te-me-no (pan. perf. ripop¡ror¡Éuov
'ensamblado', cf. ripopúoror).
-nw- cabe la posibilidad de que el silabograma utilizado para la z lleve la vocal
1l
I I
42 Sisteño de escritura Los s¡labognmos II § 2.3,15 43
. en el Srupo rle la r no se suele tolal. ko-wa (rópfd 'muchacha" cf' 'trama de la tela (?)' podria corresponder a nom. óyut, aunque el ejemplo es
(plu'
rópa), do-we-jo (dat. 6opféyr,.¡L 'de madera', cf' 6oúpctos), ¿a-we-a discutido (podría ser simplemente óvu¡) . Cf. e-te-rc-ta de él- infa 2.
en Cnoso de
Q<ipfehc, cf. rfdpoS 'manto'). Sin embargo, hay diez ejemplos b) Si la primera consonante no es una oclusiva, ninguna de las consonan-
a-ra-rtt-wo-a (ptt, perf. neutr. dpdpFóho 'provisto" cf <ipoptoKu,) y también tes del grupo se escribe. Esto sucede notáblemenle en los acusativos plurales
]to-rn -í/e-ia y ko-ro-we-,id[ sean grafias altemativas de to-we-
es posible que temáticos y de tema en -a, p. ej., si-ar+o (oLM}.ovs 'cebones'), a-ro-t¡-ra
griega es dudosa, pero comenzada por (tipoúpovs 'labrantíos') o ar-ko-sa-no (airopdys 'puntas', cf. oi¡¡r{).
7'a (una palabra cuya interpretación
ropfJ, idea que ahora se ve refor¿ada por la aparición del nom to-¡'u y el Por lo que se refiere al timbre de la vocal "muerta", las reglas son las
dat. ko-ru-we de ün término con el que aquél debe estar relacionado' También siguientes:
podemos tenet un ejemplo de notación de una / en un grupo /w en el top' 1. Como norma general, el timbre es el de la vocal sig,uientet ko-na-ko
dat.-loc. arru-$to-te'AtrfóvreL (cf ''Atroos). (rváros 'cártamo', cf. rvirosl, we-¡c-ne7b (adj. tem. fpr¡v<íA 'de piel de cor-
4. Para las combinaciones de tres consonantes se aplican, sucesivamen- dero', cf. rip{u), ti-ri-po-de (du. rpúno& 'ttípodes'), po-to-ko-wa (trpoyofá
te, las mismas reglas que para los grupos de dos consonantes ' P' e¡" a¡ka- 'libació¡'\, ku-ru-so (Xp[roós 'oro'). Sin embargo, existen algunas excepcio-
sa-ma (ac. plu. otroprir,s 'puntas', cf. a|Ntil, a-rc-ku-tu-ru-wo lanluop' nes, p. ej., varios casos de pa-¡¿-ka (fdvoE'señor'), como rro-r¡¿-ka+e (q)e
' AkrfpwÁv\, rc-u-ko-to-lD (toP. te-qa-de (top' ac OrjT'avo& 'a alter¡a con wa-na-ke-te , ambos dat. f avó.r¡et\ , wa-na-ka-to (gen. fdvorrog)
Tebas', cf. gflpoL), a-¡e-¿¿ (<ipO¡rós 'ensamblador (?)'), a-kt-mo-wo (aÍtrop'
^€oKrpovl, o el adjetivo derivado de este nombre wa-na-ka-te-m (fov<irrepos 'del
' A)trpáf wv), a-ka-sa-zo (antrop.'AlEdvcop). señor'), Todos ellos se han intentado explicar porque se habría producido una
En posición final una consonante sola nunca se escribe (cf III § 2 3' para escritura analógica a la de nom. wa-na-ko en vez de la secuencia esperable
la posibilidad de conservación de oclusivas finales en micénico)' Sólo oca- wa-na-ke-te- eo lu¡ción de la regla habitual.
sionalmente hallamos escrita la consonante final, en casos en que una palabra 2. Cuando se trata de una consonante en final de palabra (esto es, que va
acabada en consonante se escribe sin separador seguida de otra empezada con después de la última vocal de la palabra), el timbre es el de la vocal anterior.
vocal, lo que permite escribir en una §ílaba la consonante final de la primera Este caso sólo se da en los grupos -rs G) y r*s, donde, como hemos visto,
-réx-rtiv
palabra y la vocal inicial de la segunda. Así ocurre en ,e-to -to-na-pe se escribe la oclusiva, p€ro no la -sl. wa-na-ko (F ovaE\, arti-jo-qo (anttop.
rin¡(r)'el carpintero estaba ausente' (?) (también existe la forma escrita sin Ai0(or*s). También aquí tenemos una posible excepción en o-za-ta, si es que
-n. te-ko-to-a-pe\, cf. § 2.5.2. se trata de una forma altemante con o-r¡z para transcribir nom. ów( 'trama (?)',
En algunos casos dudosos podría rePresentarse una -,r final Asi e'ke'raawo' lo que no es seguro, Si así fuera nos encontrariamos con que un signo con tim-
ne en Py An724.5 parece ün dátivo, pero el verbo §iguiente requiere un sujeto, lo bre vocálico a, concretamente ¿4, se ha utilizado de forma convencional para
que podria hecer pensar que es un nominativo y qr¡e _¿ es une vocsl muela Un nom' .epresentar una consonante a la que no sigue ninguna vocal, al estilo de lo que
sg. a-lcere-rño-no puede reflejar d7p€póv en KN V E65,2 y ki'to-na Poó¡ia set sucede en el silabario chipriota clásico donde siste máticamente se escriben
Xrró, en KN I¡ 785.2b. todas las consonantes finales y para ello se utilizan convenc¡onalmente los sig-
6. Cuando tenemos un grupo en final, lo que implica que la segunda con- nos que incluyen la voc¿l ¿, con independencia del timbre de la vocal anterior.
sonate siempre es s, hay que diferenciar dos posibilidades: lncluso cabe la posibilidad de que tengamos un ejemplo de este uso conven-
a) Si la primera consonante del grupo es una oclusiva, ésta normalmente cional de signos con vocal en 4 en un caso en interior de palaba, e-ka-te-¡ela,
s. Asi wa-na-ka (f ávaf 'rey'\, to-tu-ka llóp@ 'coraza'\,
se escribe, pero no la que parece allemar con e-te-re-ta para la transcripción de adj. fem. t(rp¡rA
a¡ti-jo-qo (antrop. Ai0íox*s, cf. Al0ío$ 'etíope" lit. 'de cara quemada'). De 'perforado' (cf. rplros), pero también son posibles otras interpretaciones.
todas formas, parecen existir excepciones. Una es segura, pues junto a ,o-ra- 3. Como hemos tenido ocasión de ver, para los grupos consonánticos
fa tenemos to-ra para transcribir nom. 0óp0f. Otra es dudosa, pues o-¿¡r cuyo segundo elemento es ry existen tres posibilidades (dejando de lado los
I
44 Sisteño de escilura Los silabograñas lI § 2.4-1 45
silabogramas que ya de por sí representan un grupo de consonante + lr, cf. § posibles aunque no existan en griego del primer milenio, pues bien pudieron
2.3.12.¡t t ¡ilizar el timbre de la vocal s¡guiente, es decir, aplicar la misma existir y luego perderse.
regla que en los demás c¿sos, o bien, el timbre 4 o bien, incluso, el timbre de Por consigu¡ente, la interpretación y l¿ fo¡ma de leer las palabras mié-
la vocal anterior, aunque esto sucede con mucha menos frecuencia. Así tene- nicas nunca debe hacerse de una manera aislada, s¡no situando cada palabra
mos la atemanci8 ¿e-se-ni-wi-jo I ke-se-nu-wi-ja I ke-se-ne-wr:fi (formas del en su contexto:pr ejemplo, pa-te puede ser leido no.rip o ndvres. Pero en
adj. €ÉvfLos 'del huésped', cf. EÉvos). el contexto puede aclararse cuál de las dos lecturas es ls vál¡da: enpa-te .,. ma-
re sólo cabe leer ncri¡p ... prÍr¡p, pero al final de una suma, to-so pa4e sólo
2.3.16. O bsemaciones g e nem les puede leerse ró(o)oot ¡<ivres.
Hemos ido viendo hasta ahora las diferentes reglas observadas por los Otras veces es la concordancia o la igualdad de función sintáctica la que
escribas para la transcripción del griego micénico mediante los silabogramas nos permite decidir. Una palabra acabada en -o puede ser nominativo, dativo,
que tenían a su disposición. Aplicando el procedimiento inverso al seguido locativo, acusativo singular o nominativo, genitivo y acusativo plural. Pero si
por los escribas podemos llegar a interpretar los textos micénicos y a intentar aparecen concertadu¡s o con la misma función sintáctica una fotma e¡ -a-o y
restih¡ir las secuencias griegas originales que ellos intentaron transcribir otra en -o debemos deducidir que ambas son genitivos de plural; si una acaba
mediante este sistema que, como ha ido quedando patente a lo largo de los en -o-jo y ora en -¿ serán genitivos de singular. La desambiguación puede
parágrafos anteriores, no era el más adecuado para escribir una lengua con producirse también por medio del verbo (si está en singular o en plural). Pero
I una estructura fonética como la del griego. Las ambigüedades a las que nos muchas veces subsisten múltiples dudas.
hemos ido refirieodo hacen que con frecuencia una s€cuencia escrita median-
ie este silabario no nos resulte fácil de interpreiar y, además, se preste a varias 2.4. Ilacia una valor&c¡ón glob&l del silabario micénico
posibilidades de lectura diferentes. 2.4.1. En busca de una rcgla global
Pongamos un ejemplo, una secuencia sencilla, integrada únicamente por Desde que se descifró el silabario micénico y pudo comprenderse el fun,
dos silabogramas, como puede ser o-t¿. En primer lugar, la o de la primera cionamiento del sistema de escritura utilizado en las tablillas ha habido inten-
silaba podría se¡ ser o/r¡lot/or, las cuatro con espiritu áspero o suave. Podria tos de subsumir todas las normas que hemos ido especif¡cando anteriormente
seguirles una de las consonantes que no se escriben ante oclusiva, como p, )., bajo una regla global que permitiera poner de manifiesto el principio general
u, o. En cuanto al silabograma f¿ puede notar una silaba empezada por cual- por el que se guiaron los escribas micénicos a la hora de decidir si una con-
quiera de las trcs velares, y, r, ¡, seguida por o/dloulw y acabada por sonante a la que no seguía inmediatamente una vocal habia que escribi.la o
stu(s)/p/¡(s). En esquema: no (y utilizar, por tanto, un silabograma con una vocal "muerta", según expu-
simos más aniba) y a la hora de elegir el timbre de esa vocal "muerta".
o I p K o s Las propuestas realizadas hasta el momento pueden agruparse en dos
h I v o v lineas principales (cf. Wooda¡d 1997t 19-132\l
v x p a) explicaciones en relación con la estructura de la silaba,
o I b) explicaciones en relación con lajerarquía de sonoridad de los fonemas.
Veremos a continuac¡ón de forma resumida en qué consiste cada una de ellas.
Algunas palabras griegas existentes que podrían leerse bajo los silabo-
gramas o-kq son las siguientes: ópyd, -&, ¿s, -dt, -oi, ás, -o19, ópyds, 2.4-2. Etplicaciones en ¡elación con la estrltctura de la síldba
ópX<is, óIrd, etc. Además de ellas hay que contar con otras formaciones Las explicaciones en relación con la estrucaura de la sílaba resumen el
correctas desde el punto de vista de la lengua griega y que teóricamente son sislema de escritura micénico en un principio que podemos formular asit
..'
]
.,::t.l;. ,
I !
46 Sistet a de escr¡turo Los silabograrnas II § 2.4.2 47
"dada una sílaba, ss reflejarán gráficamente todas las consonantes que prece- aceptamos que los límites silábicos en micénico no estaban donde nosotros,
den a la vocal que constituye el núcleo de la sílaba y se omitirán todas las con- en principio, hemos señalado, sino, respectivamente en: &lopós, AeC,lrrpov,
sonantes de esa sílaba que siguen al núcleo". La yocal utilizada para escribir oilropóvs y !.élvfuv. Algunos autores como Beekes 1971 han intentado
todas las consonantes que, de acuerdo con esta regla, hayan de reflejarse en la mantener este principio a ultranza. Esúo podría Parecer, de entrada, que con-
escritura, será la de la silaba a la que pertenec€ la consonante. Pongamos algún duce a un círculo vicioso, ya que se enuncia la regla por la cual se escriben o
ejemplo (el signo lmarca el límite silábico): KvalKos 'junco' (cf. KvñKos) se no las consonantes en función de su pertenencia a una síl¿ba y después se
escribirá ka-na-ko, puesto que tanto la r como la v forman parte de la sílaba deduce la estructura silábica en función de cómo se haya escrito la Palabra.
cuyo centro es la q; la S, en cambio, no se escribirá porque va tras la vocal de Sin embargo, se han intentado aducir pruebas adicionales de que la sila-
la sílaba a la que pertenece. Otro ejemplo: instr. plu. rivl8puci¡rl$L 'con figuras bación era como muestra la grafía. Uno de los argumentos empleados con
humanas' (cf. riu6prris) se esuibirá a-di- ri-ja-pi. La v de la primera sílaba no más frecuencia es el de la posibilidad de aparición de un grupo en principio
se escribe porque va detrás de lavocal con la que forma silaba. En la segun- de palabra: si un grupo puede aparecer en posición inicial de palabra esto
da sílaba habrá que escribir tanto la 6 como la p y la yod y, en cambio, no implica necesariamente que puede ab¡ir una sílaba y, por tanto, podúa gene-
escribirá la nasal que va lras la vocal. rafizarse este corte siláb¡co. P. ej,, si tenemos si- mi-te-u (aolr.op.Ipuvo<Ús)
En principio parecería que esta explicación funciona y da una norma con grupo op- inicial, podemos pensar que el corte silábico de de-so-mo era
general aplicable al funcionamiento de todo el silabario micénico. Sin embar- &lopóg. Del mismo modo, si tenemos z¡¿ -na-si- 14)e-ko (anhop, Muaoife pyos),
go, un repaso de las reglas específicas de escritura que vimos más arriba en podríamos aceptar que el topónimo a-mi-ni-so se silabea 'Al[urbós. Este
seguida revela que las cosas no son tan sencillas. De entrada, tenemos que argumento es muy interesante y es uno de los más dignos de credibilidad; sin
aceptar una excepción para dar cuenta de los grupos consonánticos finales, embargo, no resuelve tampoco todos los problemas, ya que existen grupos
pues ya vimos que, cuando están integrados por una oclusiva, se escribe al que no se encuentran nunca en inicial, como vF-, KoÉ- o KTp- que, sin embar
menos una parte de ellos. Esto ya supone una violación de la regla de que no go, habría que considerar tautosilábicos de acuerdo con el principio enuncia-
se escriben las consonantes pertenecientes a una sílaba que van detrás de la do, como ya hemos tenido ocasión de ver pata ke-se-nu-v)o (antrop. Eé lvft-rv)
vocal de esa silaba. Pero, además, esta violación no se puede salvar con admi- o atka-sa-ño (ac. plu. cllxo¡r<Íus 'puntas'). Para resolver este problema se
tir una excepción para los finales de palabra que diga: "no se escriben las con- ha apelado a un principio de analogía por el cual grupos que no existen en ini-
sonantes que vayan tras la vocal de su silaba salvo en final de palabra". Esto cial podrían ser tautosilábicos si son similares a los que si existen. También se
no sería un impedimento demasiado grave para seguir aceptando Ia regla ha intentado aportar evidencia a partir de textos escritos ya en alfabeto que
general, pero ya hemos visto que en final de palabra algunas consonantes se apoyarían segmentaciones de este tipo, p. ej. grafías en inscripciones del tipo
escriben y otras no, lo que queda sin explicar. e[opucat 'seis minas' por€Epv€oL, donde se supone que lao indicaría que el
Aparte del problema del final de palabra nos encontramos con casos como corte silábico está ante ella, de modo que quedaría una silabación €Klopv€loL,
los siguientes: ¿le-so-nro (&o¡rós 'tahali')., re-u-ko-to-to (tap. Leil'tpovl, a.rka- con r¡n grupo o¡l.v que tampoco se encuentra en inicial. O también €KKlTpdtqt
sa-ma (ac. plu. olro¡rriug 'puntas') o ke-se-nu-wo (antrop. !évfov). De por ernpo{oL, que, pretendidamente, obligaría a asumir una silabificación de
acuerdo con la regla enunciada nos resulta sorprendente que se haya escrito la palabra como elrcnpo- o, peor aún, a asumir que el corte silábico se produce
la o de &ol[ós, la x de Aeürlrpou, la r y la o de oirolpcÍvs y lav deáévlf,¡v. dentro de una misma consonante, como también se ha defendido.
¿Qué explicación podemos dar a esto? Aquí nos encontramos con dos posibi- Ya se ve que el valor probatorio de este tipo de argumentación es muy
lidades: bien admitimos algunas excepciones a la regla general, como hace escaso, pues se trata de grafías ocasionales que pueden responder a otras moti-
Householder 19ó4, con lo cual podríamos llegar a establecer una lista de vaciones. Y, además, puestos a aducir evidencia de la estructura silábica del
casos particulares que hiciera perder todo interés al enunciado general, bien griego del primer milenio, ésta es mayoritaria en contra de que grupos como
48 Sisteña de escitur! Los silabogruñas II § 2.1.3 49
-Krp- C¡(op- ya no existe en griego del primer milenio) fueran tautosilábicos, 2.4.3. Explicaciones en rclación con la jeruryuía de sonoridad de losfonemas
según muestfan la mérica (salvo los gruWs de üutt cum liquido, que lienen La segunda línea de aproximación para intentar un enunciado general
las dos posibilidades, todos los demás sistemáticamente "hacen posición", lo válido que englobe toda la casuistica que conforma las reglas de escritura del
que parece implicar que son heterosilábicos), los cortes I final de línea en las silabario miénico ha sido aplicar a su estudio lajerarquía de sonoridad de los
inscripciones (que se suelen realizár entre la primera y la segunda consonante) fonemas no consonánticos. La fonética genera¡ ha puesto de m8nifiesto que
o el testimonio de los gramátieos griegos antiguos, entre otros (cf. Woodard entre los d¡ferentes fonemas que pueden existir en una lengus se puede esta_
199?:32-41\. blecer una jerarquía de sonoridad que, en ordenación creciente de menor a
Sí es yerdad, en cambio, que debemos conta¡ con la posibilidad de dife- mayor sonoridad, es la siguiente:
rentes silabaciones para determinados grupos, como sucede, p. ej., con el (l) oclusivas < fricativas < nasales < líqui du < glidas (yd y wa¡¡) < vocales
grupo -uf-, que, a juzgar por los diferentes resultados en los d¡st¡ntos dialec- Se ha observado, además, que salvo algunas excepciones paticulares de
tos del primer milenio, pudo pronuncia¡se con cote silábico delante del trupo cada lengua, la tendencia general en las lenguas del mundo es a que cuando
o ente las dos consonantes. Asi, en dos dialectos tan proximos como el ático y una sílaba está integrada por varios fonemas la ordenación sea precisamente
el jónico nos encootramos con que, al desaparecer la wau, en un caso se produ- ésa para las consonantes que p.eceden a la vocal del núcleo y justo la ¡nversa
ce alartam¡ento compensaúorio y en otro, no, es decir, EÉvfos > át. [évos,jón. para las que la siguen, es deci¡:
feiuog, lo que podría relacionarse con una silabación [Élvfog > févog, en la (2) oclusivas < fric¿tivas < nasales < líquid as <
dides (y¡d, y wau) < vocales
que no se produce alargamiento compensatorio porque la primera sílaba era vocales > g/rZes > líquidas > nasales > fricativas > oclusivas
brevey lo sigue siendo tras la perdida de la wau, frente a una silabación Como se ve, esto supone que en cada sílaba hay un grado creciente de
{Év[og > {eivos, en la que sí se produce alargamiento compensatorio de sonoridad a medida que nos acercamos al núcleo vocálico y, al contrario, la
modo que una sílaba que antas e¡a larga "por posición" siga siendo larga. Así, sonoridad va descendiendo a medida que nos alejamos del núcleo. Natural-
en micénico no sería de extrañar que ¿€-s¿-¿¡¡-,er& se silabeara felvftos, mente en cada sílaba concreta no todos los huecos están llenos y cada lengua
Oúo haodicap impoñante de las explicsciones centradas en la sílaba es el permite unas combinaciones sí y otras no. p ej., en español p/cz char, brun_
de los grupos de § + oclusiva, pues en ¡nterior l8 frontera silábica puede pasa¡ quía, cistalero o ittstruir están formadas conforme a la jerarquia de sonori_
enlre las dos consonantes, pero en palabras como pe-ma (onip¡to 'simiente') o dad, según se puede comprobar.
ta-to-mo (oroep.ós 'establo') no cabe duda de que los grupos iniciales on- y Pues bien, dejando aparte este aspecto de configuración de la sílaba con-
or- son tauúosilábicos ¡ de acuerdo con el principio general, deberían escribir- forme a la jerarquía de sonoridadr y aplicando esta jerarquia al estudio de la
se. También quedan sin explicar altemancias como dzt- wa-no-ka-te / wa-na- escritura m¡cénica se puede enunciar una regla general, según la cual .se
ke-te, gue, a menos que se acepte la hiÉtesis de la analogia gráfica con el escriben todas las consonantes que aparecen en el mismo orden en que se pre_
nominativo, implicaria que existen dos posibilidades de silabación: falurirlreL / sentan en la jerarquía de sonoridad" que veíamos en (l). Al contrario, ,.no se
Veamos ejemplos concretos. El topónimo Kvorós se escribe ¿o-r¡o-§o, o de 'Jerarquía de sonoridad" vemos cuál es el elemento lingüistico subyacente
puesto que una oclusiva está por delante de la nasal en la escala creciente de que de una forma inconsciente ha servido a los escribas micénicos para regular
sono¡idad. ripOpós 'ajustador (?)' se escribe a-ro-zro: la r no se escribe por- su sistema de escritura'. Sin embargo, si deslindamos la jerarquía ortográfica
que en lajerarquía va detrás de la consonante que la sigue, pero la tá sí porque de cualquier elemento lingüistico, Ia escritura queda como un sistema autó-
es una oclusiva y precede a una nasal. En el topónimo escrito rc-u- nomo cuyas reglas quedan establecidas de forma completamente arbitraria, es
to-to-¡o, se esbribe Ia t ^€OKrpov,
porque precede a otra oclusiva (es decir, a una con- decir, realizamos una generalización pero no damos una explicación.
sonante que está en el mismo lugar de lajerarquía de sonoridad) y la t porque
precede a una líquida. En onép¡ro, escritope-za, no se escribe las porque pre- 2.4.4. Conclusión
cede a una oclusiva, que está más baja eo la escala de sonoridad, ni la líquida r Como acabamos de ve¿ ninguna de las propuestas de explicación global
porque precede a una nasal. del sistema de escritura micénico es totalmente satisfactoria: la explicación
Los problemas los plantean las secuencias de líquida + yod/wau, puesto silábica, porque, bien cae en un razonamiento circular, bien deja múltiples
que, de acuerdo con lajerarquía de sonoridad, se esperaría que tanto la líqui- casos sin explicar y Ia explicación conforme a la jerarquía de sonoridad, por-
dd como el glde se notaran, lo que, como hemos visto en su lugar, no es asi, que, o cae en el razonamiento circular, o bien se deslinda de la fonología y
p. ej. KópFd se escribe ko-wa y ao *+ko-r¿-wa. Para solucionar este problema f,ostula una jerarquía gráfica autónoma que describe pero no explica.
nuevamente nos elconramos con dos posibilidades. Una seria aceptar excep- Además, debemos ser conscientes de que, aun si acepáramos como expli-
ciones, lo que, como sucedía en la línea explicativa anierior, no parece la vía cación lajerarquía ortogr.áfica, seguiriamos teniendo excepciones. En la expo-
adecuada. Así, lo que se ha intentado es adaptar la jerarquía de sonoridad sición detallada de las normas de escritura micénica que hicimos más arriba
general al caso particular del griego, estableciendo una jerarquía panicular vimos altemat¡vas de escritura para algunos grupos consonánticos, lo que
para esta lengua. Éste es, p. ej., el planteamiento de Viredaz 1983, quien esta- impide una generalización que englobe absolutamente todos los casos. En
blece la siguiente jerarquía para el griego: realidad, ningún sistema de escritura antiguo (ni actual) alcanza tales grados
- k,q,z <p <t,d,s <rn < n < w < r <! de coherencia como se han exigido al silabario micénico, de modo que no
Ya se ve que aquí también corremos el riesgo de caer en un razonamien- debemos extrañamos ante vacilaciones, altemativas de escritura e incoheren-
úo circular en tanto que es el propio s¡stema de escritura el que sirve para cias en un c¡erto grado, Por limitamos a un ejemplo, en el semisilabario cel-
determinar la jerarquía y luego mediante la jerarquia se explica el sistema de tibérico empleado en el norte de España en la Antigüedad (adaptación, a su
escritura. Con todo, debemos damos cuenta de que Viredaz en su jerarquia vez, del semisilabario ibérico), para ranscribir los grupos de oclusiva + r se
inroduce grafemas y no sonidos, como lo muestra que ut¡lice la z. que es la contaba con tres altemativas. Ejemplificamos con el topónimo Cont¡ebia,
forma convencional de transcribir una serie de silabogramas micén¡cos cuyo aunque uno de ¡os ejemplos es inventado pero basado en casos similares:
valor fonético es discutido (cf. III § 2.12.). Woodard 1994;1997: 62-79 y 112- No escribir la ¡. p. e1., ko-n-te-bi-a
128 da un paso más allá en esa línea y habla ya de 'jerarquia de fuer¿a orto- Escrib¡r lar tras el silabograma de oclusiva + vocal, p. ej. ko-nte-r-bi-a
gúfica" y no dejerarquía de sonoridad para evitar caer en la arbitrariedad que Escribir la ¡ tras el silabograma de oclusiva + vocal y ¡epetir la vocal, p.
acabamos de comentar. Establece la siguiente jerarquía: ej. ako-n- te -r-e - bi -a.
oclusiva > fricativa > nasal > g/rd¿ > liquida Ejemplos similares podríamos poner de la utilización del silabario cunei-
Esta jerarquía p¿rece aceptable e, incluso, foruándola un poco puede ser- forme para esc¡¡bir diferentes lenguas y de otros silabarios antiguos. Enton-
vir también para explicar el problema de las consonantes en final de palabra.
Sin embargo, el problema grave es que recurrir a una jerarquía ortográfi- ¡ La codificación
de un conocimiento fonológico iñplicito en las escriluras anliguás,
ca hace que se pierda poder explicativo, ya que cuando hablamos de "silaba" no sólo en la micénica, ha sido puesrs de relieve en el l¡bro de Mille¡ 1994.
I
52 Sistemo de escitura Los sildbogroñas Il § 2.5.3 53
ces, ¿por qué no aceptar un Srado de vacilación similar para los escribas mi- sucede lo mismo con las enclíticas disilábicas, que se tratan como si no fueran
cénicos? enclíticas y se separan: da-mo4e-mi po-si (&npos 6< ¡rtu $dor. 'pero el pueblo
dice que ella...').
2.5. Loa scparadorts b) proclíticas o cuasi proclíticas unidas a la palabra siguiente: o-u4i4o-
2.5.l.Ihs escitum en que se seParaÍ las Palabras si (oú6t6ovor 'no dan', equivalenüe a oü 6t6ouor),7b-d-so-si (yós 6t6ovor 'así
[¡s escribas miénicos hicieron uso de un signo especial, consistente en dan', equivalente a ós 6t6ouot), tz-s¿-a-ta-o (Eiv 'Avrdh¡t 'con Ant¡o').
un razo v€rtical o, a veces, también en un Punto, trazados en la zona inferior c) algunos monosílabos tónicos unidos a la palabra anterior (quizá s¡m-
o media de la línea para separar las palabras que aparecen en las tablillas. Esto plemente para evitar confusiones con abreviaturas e ideogramas): fo-so-pc
resulta algo verdadersmente llamativo en una escritura antigua' Puesto que lo (ró(o)oo9 nriug 'todo en aotal', equivalente a róoos n&s).
habitual es que las palabras se escriban unas a continuación de ot¡as sin nin- d) palabras muy relacionadas entre sí en un sintagma (que suelen alter-
guna separación ni, mucho menos, una indicación explícita que señale dónde nar con grafías en las que ambas palabras se separan). Tenemos varios casos
acsba uns y dónde empieza otra. Esúo es así incluso en las inscripciones grie- diferentes:
gas alfabéticas del primer milenio y hubo que esperar varios siSlos hasta que .
adjetivo más nombre: ko-to-na-ki-ti-ne-na (Kr otvó. KrrLLévd'teneno
se generalizara la costumbre de dejar una seParación entre palabras. Por otra cultivado (?)'), pa-si-te-o-i (dat. plu. n<ivot 0ehoiht 'a todos los dioses'), to-
parte, el concepto de "palabra" que tenian los escribas micénicos se refleja no-a-po-te-ro (plu. oxoivou <i¡r$órepou'ambos juncos').
también en el hecho de que eviten rePanir los silabogramas de una misma .nombre más aposi cióii a-ta-na-po-ti-ni-ja (te6n, dx. 'Aodvdr florvla¡r
palabra en dos líneas diferentes. 'a (nuestra) señora Atenea'), pi-ro-te-ko-to (antrop. Oi)ttov rÉKrov 'Filón,
El signo de sepsración tsmbié¡ se usa a veces entre una pal¿bÉ escrita med¡¡n- carp¡ntero').
l,é silabogremss y un ¡deo¡r¡me o, incluso, enl¡e dos ideoS.sm¿s' si bien esto último .
genitivo más nombre: a-ne-mo-i-je-re-ja (dat. dvÉ¡rou iepcifu 'a Ia
psrEc¿ estar r€stsiñgido s Cnoso y, aun asi, es muy laro. Por otra parte' pár¿ indicá¡ la sacerdotisa de los vientos'), ti-mi-to-a-ke-e (dat.-loc. el|l[oros dyrÉkr 'en
sép¡r¡c¡ón enat pllabr¡s tembién puede uliliz¡rse un esPacio en blaico o un c¡mbio el valle de Temis').
€n el t¡m¡ño de los sigr¡qs de uri, palabr¡ e olra. Para todas est s qreslior¡es, así como . nombre más vetbo: do-e-ro-e-ke-qe (6ohetros É¡er x-e 'y el esclavo
para el origen det uso del signo de separación er la line¡l A, v. Duhoux 1999122?'229. tiene', equivalente a 6o0).o9 é¡<L re). Un ejemplo curioso es el de r€-¿o-ro-
Con todo, la práctica de los escribas micénicos a la hora de seParar pala- tw-pe I te-ko-to-a-pe (si leemos rÉrrt.rv rit¡(r) 'el carpintero estaba ausente'
bras muestra que su concepto ¡mplícito de palabra difiere del nuestro en (?), equivalente de rÉrcrtlv cinr¡v, pero cf. IV § 2.4.3.), donde, a pesar de la
algunos puntos. Dejamos de lado algunos casos que pueden deberse a mero§ ausencia de separador alteman una forma te-ko-to-a-pe que presupone que la -u
errores o a que el escriba para ahorrar esPacio aprieta los signos en la línea. de ¡érrorv se encuentm en final de palabra y, por tanto, no ha de escribirse,
Fuera de estos casos, encontramos que unas veces falta el separador entre con una forrna en la que el sintagma escrito sin separador sigue las reglas
dos palabras y otras hay separador en medio de lo que consideramos una onográficas como si fuera una sola palabra, te-ko-to-na-pe (cf. § 2,3.15).
palabra"
2.5,3. Uso de separador en medio de Io que conside¡amos una palabm
2.5.2. Falto de separudor ente dos palabms En otros casos (que, de hecho, están lim¡tados cas¡ exclusivamente a la
Hallamos falta de separador entre dos palabras en los siguientes casos: serie Ta de Pilo), se utiliza el separador dentro de lo que nosotros considera-
a) encliticas o cuasi enclíticas monosilábicas unidas a la palabra anterior; ríamos una única palabra. No obstante, estas grafías alteman a veces con otras
to-ra- u-qe (opdvús r*e 'y un escabel', equivalente a epflvús ft),,na-te-de en las que no se hacen separaciones:
(pár¡p 6< 'y la madre\, pe-rc-u-lD-r¡¿-de (top. Iltr€uprivci& 'a Pleurón'). No a) Entre los miembros de un compuesto: e-ne-wo pe-za I e-ne-wo-pe-ztt
I
I
54 Sistemo d¿ escritura Los ideogramas ! onos signos II § 3.2.1 55
(évvrFó¡e(q'de nueve patas', cf. ÉvvÉc 'nueve' y rots 'pie'), pu-ko-so e- inúentan representar los significados mientras que otras intentan transcribir
nuÉokxÉk 'con soportes de boj' uelsrz., cf. m{o9 'boj'\,la-ka ¡c-a
,te-e (du. los significantes.
(plu. ¡olxápchc 'guamecidas de bronce', cf. Xd.rrip¡s, comp. de ¡o).rós y
cipopion r). SIGNIFICADO escritura ideográfica
b) Entre preverbio y vetbo: a-pu ke-ka-u-me-no (rinü rerou¡réuo5 SIGNIFICANTE escritura fonética
'requemado' cf, tinor<roupÉrrog). En este caso, sin emba¡go, podemos pensar
que timi es aún un adverbio exento, como en los casos d€ 'tmesis" en Homero. En la medida en que los significados sean específicos de cada lengua,
c) Entre el prefijo y larziz: a-pi to-ni-jo (du. <i¡rSt 0opuír,r 'a ambos lados puesto que cada lengua puede distinguir o no, o en términos aproximados,
del tro¡o' uel sim.l. "tener palabras" para referirse a determinados aspectos de la realidad, su
representación también será peculiar del sisaema de escritura que utilice dicha
lengua. Supongamos, por ejemplo, que el español se escribiera mediante un
3. LOS IDEOGRAMAS Y OTROS SIGNOS sistema de escritura ideogÉfico. Es de esperar que existieran en tal caso ideo-
gramas para "mañana", "tarde" y "noche". Sin embargo, ese sistema no seria
't 3. I . Introducclón directamente transpantáble a lenguas, como el francés o el inglés, donde se
Las escrituras ideográficas se caracterizan porque su sisaema de escri- diferencia entre las primeras y últimas horas de ¡a tarde mediante la opos¡ción
tura representa ideas o conceptos y no pretende transcribir de alguna mane- aprés-midilsoir o aftemoonlevening, No obstante, es verdad que si el ideo-
ra los sonidos de Ia lengua, como ocure en el caso de las escrituras alfabé- grama no es muy abstracto (o, dicho en términos semióticos, es un icono y no
ticas o silábicas. Se trata, por tanto, de escrituras que, en princip¡o, necesitan un símbolo), podrá ser reconocido e interpretado por los hablantes de otras
un signo por cada concepto que se quiera expresar, lo cual las convierte en lenguas aunque ésios ignoren cómo ha de leerse o pronunciarse dicho signo
escrituras muy complejas que exigen la memorización de un elevado núme- en la lengua de origen. Siguiendo con el ejemplo, es posible que en una escri-
ro de caracteres si se quiere expresar adecuadamente la complejidad de la tura ideogáfica del español la "noche" se represenla¡a mediante una |una y
lengua habitual. Lógicamente, cabe la posibilidad de expresar un concepto unas estrellas. U¡ hablante de inglés o francés podria intuir el significado de
por medio de la combinación de otros dos (o más), lo cual supone un ahorro ese signo, pero lo que no podria reconstruir, a menos que supiera español, es
en la complejidad gráfica pero obliga, igualmente, a recordar la combinación que en español ese concepto se expresa mediante la secuencia /notJe/.
por medio de la cual se expresa tal concepto. El ejemplo característ¡co de En muchos trabajos de micenología se prefiere la denominación "¡ogo-
este tipo de escrituras es la escritura china, en la cual existen miles de signos grama" a "ideograma", en tanto que los signos utilizados no representarian
diferentes. "ideas" sino "palabras". A lo largo de este libro utilizaremos las dos designa-
Al representar ideas o conceptos, las escrituras ideográficas no tienen ciones como sinónimas.
ninguna vinculación con la fonética de la lengua en cuestión. Sin embargo,
no hay que pensar que las escrituras ideográficas tienen una cierta indepen- 3.2. Los ideogramas de la lineal B
dencia de la lengua para la que se utilizan. Es una idea enónea bastaote 3-2.1. Características de los ideogmmas de la lineal B
extendida, incluso en la designación habitual de este tipo de escrituras, Hechas estas consideraciones generales acerca de las escrituras ¡deográ-
'ideo"-gráficas, la de que representan ideas, cuando en realidad lo que repre- ficas, pasemos a ver en qué medida la escritura lineal B hace utilización de
sentan son significados, es decir, uno de los dos componentes del signo lin- signos de este tipo. Nos encontramos con que, en los textos conservados, úni-
T güistico según la conocida dicotomía saussureana. La oposición entre escri- camente se utiliza un total de 121 ideogramas (dejando de lado los signos con
turas ideográficas y escrituras fonéticas, vendría, po¡ tanto, de que unas valor numérico, que también puederr considerarse ideogramas¡ de ellos nos
I
f -tm l@ ll8 t +PA r12 t5a+ru o\
sUS¡
_E l-
I CYP+P.i
-X- vn rft. L :Q. -'8 TEf.A+¡{,
§ r(B+rt lm l1 tzt qP ¡a,r
j_ ltg+PA
1fr,,- l_ sus+a,r f GRA!',, .g,-r,/"Po cnoo. TEI.A+PA
-t_ ror 16+sJ rm+tE I lzo -*- t59+PU
\L CIRVr¡ E. sr,s+s/ ]L ct^+Pf 3L rtxtro liL^ .E- TEIá+PU
-lA- -§l_
23-l(r lll fra t29
s.lt - 11 m,¡-tos I HOII).Un -[- ¡rr -ür'* TEI.A+
E. t59+TErf l!
t0d tt2 g¡ llo ,,e+r" t5Á+Zo
l.
rb_ H, f. EOd § OIJV¡ J- OIJ¡¡ tf r- TELA+¿o P
8\ 105. 1ots t/2+.4 .9, rso+r lo0
Ill rqu. _Y_ xx¡ _v_ ouv+,1 ol.e+¡ 1',', it o
t= 2l-¡6 \¿ l(F+s/ tt.+TI -I-
* rso+¡.r ¡5 I
A ouv+r/ -J- ot¡+tt o- g"*
lú,
-IEñ Q/-ov¡s -t- ¡o§+s¡
tr0 rlt t§+wE
r[- leI
ovle @ z A 4, oLg+wE
--t- -§.'" -JEL TUN¡..
-ü-
4ttr llt ^tOM¡
r,!+ro F- lll r@+í
3r Ato¡t+ro '& 'o C)
-l- ovls -El- vnr,- -EL Tl N+r, c.
l2+ . ¡@+qD
fl tm+z.r
-L llt .A rsr z
_L- ovrs+ z f lPrc ll¿- ¿'* _E- Tlrx+qÁ r')
n-t0¡.
t lll
l- S t l+a ú ,st 162+Rr -l
-f c,t¡.'
-J I ,¡rc+A J_ IXEPI s ix.- _E TUN+XI
+ lot lI{ ¡¡a+o Ét$ l6E
o
5t h Pfc+o
JL crr -J.- a _ü_'* -lL rum, _t_ AIi¡¡ ;.
d lo¡. ll5
2o ?, l2t F rr: r6,t
-I c¿p f CY*f! -A- ¡vant lLt57 E-
,-J- n) ¿ lta 55
{L¡ ú+16 ll5 t 5+ru L r{o
.¡¿ 6Ut l+ N _t_ fj¡/l+ru i- AEs A E.
7 1?,+o F lie t65
I
§v ¡d f,
-E- sr,rt tÍ (xP+o rur,,- Ll rer,,r EI
T L -L ¡
ocuparemos más adelante en § 3.6.). Todos ellos tienen valor concreto, esto 3.2.2. Nuuerución de los ideogmmas
es, sirven para designar objetos o realidades tangibles y no para expresar con- Para la organización de los id€ogramas de la lineal B, ya con anteriori-
i
cepios abstractos, lo que los diferencia de otros sistemas de escritura ideográ- dad al desciframiento se les asignó un número, comprendido siempre entre el
ficos. l,os ideogramas nunca se utilizan en medio de una frase, sino únicamen- 100 y el 299 para distinguirlos de los silabogramas, que tenían números infe-
te precediendo a los numerales que aparecen en las tablillas para especificar riores a 100. Se dieron númems corelativos a ideognmas que se correspon-
de qué son las cantidades a las que éstos se refieren. Con todo, quizá estas dían a objetos o seres simila¡es. En la tabla de ideogramas puede constatarse
peculiaridades se deban al proPio carácter administrativo y de inventario de la existencia de los siguientes grupos:
los textos para los que fue usada la lineal B; no sabemos qué hubiera ocurrido a) Los números *100 al *103 se refieren a personas (el *101 y el *103
en el caso de que esta escritura se hubiera utilizado Para otro tiPo de textos, han sido eliminados).
aunque el hecho de que no se hayan podido identificar ideogramas en los tex- b) Los ideogramas * 104 a *109 se renieten a animales (caballos, ovejas,
tos pintados sobre jarras induce a pensar que éstos deben ser característicos cabras, cerdos y vacas).
de las tabl¡lla§. c) Los ideogramas *110 a*118 so¡ u¡idades de medida (el *.U9 ha sido
Veamos algunos ejemplos de los ideogramas utilizados en la lineal B: 'eliminado).
d) *120 a*129: ptoducúos no líquidos, psro medidos en volumen (grano,
ñ lo5 (caballo) f 215 (vaso) @ z: {-.ar) aceitunas, especias, etc.)
el 130-135: productos liquidos (vino, aceite, etc.).
Como se puede imaginar, no hizo falta esperar a que Ventris descifrase fl 140-144: productos medidos por peso (bronce, oro, etc.).
el sil¿bario de la lineal B para poder interpretar estos sigoos y esto permitió gl 145-146: productos medidos, ya al peso, ya por piezas (lana, p. ej.).
ya antes del desciframiento agrupar en s€ries aquellas tablillas que por los h) 150-19,1: objetos contados por piezas.
ideogramas que se encontraban en ellas parecían teoer un contenido similar y il 2AO-229: vasos y otros cachar¡os de uso doméstico.
también hacrrse una idea de cuál podía ser ese contenido. Algo parecido sigue j) 230-234: a¡mas.
lll ocurriendo hoy en día con la escritura lineal A, que p€[nanece indescifrada kl 24G243: carros y sus partes,
en §u conjunto pero que presenta ideogramas que nos permiten aproximamos l) Al final de la lista hay un verdadero "cajón de sastre" en el que se
il de forma general al contenido de las rablillas. encuentran diversos productos, muchos de ellos no identificados.
Ventris y Chadwick establecieron una distincióo entre pictogramas e ideo- Que los números de los ideogramas fueran del 100 al 299 no quiere decir
gramas abstractos, que responde a la oposición que señalábamos más arriba que en ningún momento se llegaran a reconocer doscientos ideogramas dife-
entre un icono y un símbolo, en función del grado de convencionalidad y abs- rentes en la lineal B, sino que, con muy buen criterio previsor, se dejaron hue-
tracción que median entre el objeto real y su representación por medio de un cos vacios, es decir, números sin asignar, a la espera de que en algún momento
silabograma. Los signos que acabamos de ver serían pictóricos o icónicos, pudieran aparecer documentos que contuvieran ideogramas nuevos o bien que
pues son d¡rectamente reconocibles por el propio dibujo. En cambio, signos se demostrase que lo que se creía que eran meras variantes de un mismo ideo-
como los siguientes pueden ser calificados como abstractos o símbolos, dado grama fueran, en realidad, ideogramas diferentes. Otros huecos existentes en la
el alejamienüo del objeto que representan: tabla se deben, además, a la eliminación de supuestos ideogramas diferentes
que en realidad no eran tales, según se constató con posteriorioridad a la asig-
"¡\ 107 (cabra) F l¿o (uronce) nación de números. Como señalamos, el número toral de ideogramas diferen-
tes que se reconocen hoy en día es de 121.
r
60 Sisterno de escitura Los ideogru¡nas ! otñs signos II § 3.3 ól
3.2.3. llanscripci6n de los ideogmmas Existe, además, el curioso procedim¡ento (aceptado de forma oficial
en
Pero los ideogramas no sólo se referencian por med¡o de un número. Tras el coloquio de Austin de 2000) de invertir la transcripción latina del ideogra-
el desciframiento hubo unos años en los que se instauró un pequeño caos, ya ma cuando éste aparece en posición invertida respecto de la que se considera
que se utilizaron sistemas diferentes para transcribirlos. Efectivamente, resul- normal o más frecuente. Así el ideograma tr233, que represenra un puñal con
taba algo excepciooal que pudiéramos conocer la palabra miénica exacta que la hoja hacia sriba | , se ranscribe euc (del latin pugio ,puñal'), pero ¡¡y
se correspondía conel ideograma. Esto sólo sucedía en unos pocos casos afor- un ideograma *236 en que aparece un puñal con la hoja hacia abajo y que
| ,
tunados, como el de la tablilla de los tripodes, PY Ta 641, que fue precisa- se representa como cup (esto es puc al revés).
mente la que sirvió para confirmar el desciframiento del micénico. En ella, También se puede comprobar en la tabla que, en realidad, los ideograma§
junto al ideogramats20l ffi aparecía la palabra ti-ri-po, ttanscrita sin proble- *124 y *125 so¡ ur¡o la variant€ invertida del oúo, de ahí que
se utilice la misma
mas como rpífo§ 'tríPode'. Eanscripión CYP (de qpents ' jrmcia'), solo que invertida en el cAso de*124 pyc.
Ante la imposibilidad de utilizar las propias palabras micénicas corres- Finalmente, se puede señalar por comparación con otms sistemas de escri-
pondientes a los ideogramas hubo diferentes opciones. Los autores de lengua tura en los que conviven ideogramas o logogramasjunto a silabogramas, como
inglesa solían utilizar la palabra inglesa correspondiente al ideograma en ver- es el caso de la escritura cuneiforme, que enmicénico los ideogramas nunca
§alitas, p. ej., MAN, woMAN, SHEEP, etc. Otros autores preferían dar el nombre llevan complementos fonéticos que precisen el caso o cualquier ot.o elemen-
en griego, así,uHe, rrNH, otr, etc. La aranscripción griega, que, en principio, to morfológico de la palabra (un ejemplo de ideograma con complemento
t.
pod¡ia parecer prefer¡ble, tenía, sin embargo, el grave inconveniente de que fonético lo tenemos, p. ej., en español 1.1 donde la a añadida al ideograma
traicionaba la realidad del dialecto micénico, ya que se empleaban formas, las numeral indica que hay que leer "primera", y no "uno" o .primero',). En gene_
del ático clásico, que no se correspondian con las del estado de lengua que ral, cabe decir que, dejando aparte los numerales, los ideogramas micénicos
atestigua el micenico. Éstas son las diversas situaciones que podemos encon- únicamente se utilizan para la notación de sustantivos, nunca para verbos,
trar en los primeros trsbajos de micenología. adjetivos y otras clases de palabras.
Paralograruna uniformidad en los estudios micénicos, en el Coloquio de
Salamanca de 1970 se adoptó la llamada «convención de Salamanca», que 3.3. Monogramas y ligaduras de silabogramas
sigue sugerencias ya señaladas en el Coloqu¡o de Wingspread. Esta conven- Apate de los signos que, desde un punto de vista de tipo¡ogia de la escri_
ción establece unas reglas de transcripción de los ideoSramas que son las que tura, podemos llamar coo toda propiedad ideogramas, se incluyen también
en
hoy en dia siguen utilizándose, Son las siguientes: las listas de los ¡deogramas de la lineal B, dado que los escribas hacen
de ellos
a) Si se conoce el significado del ideograma, se transcribe al latín y si la una utilización similar, algunos signos que con más propiedad _y siguiendo
palabra latina es larga, se da abreviada, siempre en versalita. En la tabla de la pauta habitual en los estudios de epigrafia y paleografia de otras
escrituras-
ideogramas aparecen sus respectivas transcripciones latinas y en versalita la deberiamos llamar "ligaduras" o "monogramas"s mejor que ..siglas,,,
que es
parte de la palabra que se usa en las ediciones. P. ej.,'r176 se tr¿nscr¡be ARB denominación empleada frecuentemenre. Éstos no son más que
seis signos,
(de lat. aráo¡). Por lo tanto, en la edición transliterada de una tablilla que con- concretamente, los número§ *122, * l2B, *133, *135,415ó y *242,
Así, el lla_
tenga este ideograma únicamente se encontrará ARB. mado ideograma +,¡.?5 no es sino un monograma integrado por
los silabo_
b) Si el ideograma no se ha identificado, se da su número en cursiva, pre- gramas me y n, equivalente,
Wr tanto, a e_ri (= pÉXL(r) .miel,) y el rjjó,
cedido de asterisco. P- ej. 1248. una ligadura de los silabogramas tu y ror, equivalente a la secuencia
fir_ro2
c) Los múltiples ideogramas existentes para vasos y vasijas constituyen
un caso especial. El procedimiento que se sigue en este caso es dar el núme- 5
Ruipérez - Melena 1990:82-83 los clasifjcan, dentro de los ideogramas
sustant¡vos,
ro del ideograma seguido de vAs en versalitas voladas. P. ej,, *200N^s. como "lingüísticos".
I
62 Sister¡a de escritura Los ¡deog|anas ! onr's § ignos ll § 3.4
63
(= *iúppóg, cf. rúpos 'queso'). El ideograma *247, combitaciío de di y pte, También puede dane el caso de que una
abreviatura represente una pala_
es, además, una abreviatura, ya que se utilizan únicamente los dos primeros bra griega conocida, p€ro que no está atestiguada
en escritura fonética
en ras
signos de la secuencia di-pte-ra (= &ó0epd 'piel'). tablillas micénicas. Así sucede con MU (KN
Fh 347), que debe ser abreviatura
Para transcribir estos s¡gnos resultado de la combinación de dos silabo- del nombre de la .mirra', según argumentó
Sacconi 1969, para la que en grie_
gramas se utilizan los valores fonéticos correspondientes en cursiva y versa- go del primer milenio existen las variantes
¡rúppo y opúpv¡.
litas, frecuentement€ unidos por el signo + aunque no siempre se hace así. P. En otras ocasiones no sabemos a qué palabra
conesponde una abreyiaturs
ej., los tres que acabamos de ver se transcriben, respectivamente, como porque nuncil aparece e§crita por enúero
en las tablillas y no existe en griego del
ME+N, TU+R12 y DI+PTE, o bien simplemette MERI, TUR)2 y Drplz. primer milenio, pero podemos llegar a deducir
confextualmente s, silnificado.
Un caso digno de mención es del ideograma LANA, considerado como tal Así sucede con la abreviatura s{, que sabemos referida al ,lino, y qie
cores_
ideograma y por eso t¡anscrito en las edic¡ones y estudios mediante la palabra pondeía a un aémino tomado en péstamo quiá
de alguna lengua semítica
latina correspondiente. Sin embargo, un análisis detallado del ideograma reve- (Milani 1970), mienhas que en otras
@asiones se util¡za la abr""ii*." R/ o r"
la que, en realidad, procede de una ligadura de los silabogramas ma y ru, de secuencia entera ¡r'-no (Livov). Uo caso crrioso
lo constituye, en las tablillas de
modo que dicho "ideograma" debe haberse creado en una lengua cuya pala- la serie Fn de Pilo, entre otras, el de la abreviatura
¡y'¿ que significa .higos,, pala-
bra para'lana" fueramara (o nalu). Y esta lengua es probablemente la de la bra para la que en griego der primer mirenio
se emprearía oüxa. sin-embargo,
lineal A, donde existe también este ideograma con el mismo significado y donde Ateneo 3.76e conserva una cita de Hermonacte
en la que se nos da el nombre
sus trazos revelan aún más claramente que la lineal B su carácter orig¡nario creterse de este fruto, uLrútreou, que cuadra perfectamente
con la abreviaru¡a
de ligadura. Probablemente de esta palabra "minoica" deriva uno de los tér- acrofónica empleada en las kblillas v oue ec .t
minos griegos para la lana, potrtrós (cf. también ¡r<itrlureg rpí¡eg Hsch.). Esta abreviatura exisr"
r" ri"*, /rq;;::;1jffi::i:,ffi':[1ff"H
En esta misma línea ",
hay que señalar que a veces el valor siláiico
¿e la
3.4. Abrcviaturas abreviatura no se corresponde con la silaba
¡nicial de la palabra conocida.
La peculiaridad del "ideograma" x247 qre acabamos de mencionar nos Esto sucede nohblemente con varios signos
silábicos que se utilizan también
lleva ahora a señalar la existencia de verdaderas abreviaturas en las tablillas como ideogramas para referirse a diversos
an¡males:
micénicas, que incluimos en este apartado porque su utilización es similar a . Silabograma *21 qi ideognma *1úó
. = ovrs, No corresponde al nombre
la de los ideogramas. Se trata en muchos casos de abrev¡aturas acrofónicas griego de la oveja, que es ois, argivo ófus,
probablemente también atesti-
constituidas por el primer signo de la secuencia de una palabra. P. ej., para guado en mic. o-wi-de-ta-i, si es que
€quivale a dat. plu. ófi&prriht ,deso_
refirse a la miel, además de la utilización del ideograma tr-15, que acabamos Iladores de ovejas,,
de ver, o de la palabra rze-n, nos podemos encontrar simplemente con el sila- . Silabograma *23 mu
= ideogtama *109 Bos. EI nombre griego de la
bograma*13 me utilizado como abreviatura de la palabra. Cuando un silabo- es poüs (< *g.dus), cf . mic. qo-u-ko-m ,u.quá,
:aca = lwouKótros Lqu¡u"-
grama se utiliza en esta función en las ediciones transliteradas se emplea para lente de gourcótros).
transcribirlo el valor fonético correspondiente pero en mayúsculas y cursiva, Silabograma ,*85a u ideograma *l0g
_. = sus. E¡ nombre griego del cerdo
en este caso ME. Otro ejemplo puede ser la abreviatura ZE, gue interpretamos es o0s, tamb¡én atestiguado en mic. sa-q o_ta
ouyeti,-t&,porquero,.
habitualmente' como *ze-u-ko (= (€o1os 'par'), palabra que en las tablillas . Silabograma *22 *lOZ
- = ideogtama cuper. Se aiscu¿e cu¿l es el valor
conservadas sólo tenemos atest¡guada en la forma dat. plr¡. ze-u-ke-si. fonético del silabograma *22 (§ z.z.4g), p€ro, en cualquier
conesponderse con Ia inicial del nomb¡e
c^", ," ;;;".
griego de la cabra oif.
También es el caso de los ideogramas para .escanda,, i129
ó .b9t¡zma*65 julzu (?), la FAR = sila-
Pero véase, para alSunas excepciones, Melena 1987 y para el ,azahin,,*144 ct«;us *Li ¡a:.
= silabograma
L
64 Sisteña de escitura Los ideogmmos ! otros signos II § 3.5 ó5
Naturalmente esto apunta de nuevo a que los ideogramas y silabogramas hmbién en otras funciones. Así pues, nos encontramos con tres posibilidades
fueron acuñados oriSinariamente Para la notación de una lengua diferente del diferentes:
griego en la que el valor silábico del silabograma coincidia con la sílaba ini- a) Ideograma determinado por otro ideograma, es decir, un ideograma que
cial de los nombres de los animales a los que se refieren los ideogramas. en otras ocasiones se utiliza como principal aparece añadido a otro para mati-
Finalmente hay que señslar que el sentido de las abrev¡atuas no siempre zar su significado. P. ej., en la tablilla PY Tn 31ó nos enconhamos con un ideo-
es unívoco, sino que, al igual que ocure con las abreviaturas en español, su grama complejo formado por un ideograma principal y un determinativo.
valor puede cambiar según el contexto. Por ejemplo, la abrcviatl:m o I O .Y q/
puede tener, entrc otros, esios dos sentidos (cf. Glosario):
a) equivalente ¡ o-p€-¡o (ó+rtros) 'déficit', Se tratadel ideograma *141 evnum y del determinativo, *273" s, por lo
b) en el contexto de enumeraciones de armas (serie Sh de Pilo) equivale que el conjunto se transcribiría como AUR + *213vas 'vaso de oro'.
a o-po-tlto-to (ónrif opro)'cimera'. b) Ideograma determinado por una abreviatura, es decir, por un silabogra-
La convención de transcribir la abreviatura en unos casos con mayú§cu- ma empleado como abreviatura. En este caso es muy frecuénte que tal abre-
la y en ohos con minúscula responde precisamente a su utilizac¡ón como viatura sólo exista como determinativo, es decir, que no tenga un uso aislado.
equivalente de un ideograma. Cuando aParece en tal función y precede, por Generalmente, además, se trata de abreviaturas de adjetivos. P. ej., el ideo-
tanto, a las cantidades del objeto que se cuenta (como sucede cuando equiva- grama *.¡59 TELA puede aparecer, entre otros, con los siguienies determinativos:
le a o-pa-wo-ta\, se escribe en las ediciones con mayúscula cursiva. Cuando
fu
se utilizs como abreviatura, pero no equivale a un ideograma, aparece con
minúscula cursiva. Veamos otro ejemplo. KO puede tener tres valores:
@\ F+ fl\
a) ko-i-ja-do-no (cf. ropiovDpov) 'cilantro' en el contexto de enumera- Se trata, respectivamente, de los silabogramas pu, te y ku utilizados
ción de especias (p. ej., KN Ga 953), como abreviaturas y en función de determinativos. La t¡anscripción adecuada
b\ ko-¡tt+o (rópúos 'del yelmo', gen. de ko-ru = rópus) en PY Sh 734, de estos conglomerados seria, por tanto, "tELAt+PU, TELAI+fE y "|ELA.2+KU.
735,738 y 739\, En este caso, conocemos a ciencia cierta a qué hacen referencia los dos pri-
c) *to-wa rriFcs (cf. xóos) 'piel'en algunas tablillas de la serie Ce de meros determinativos, pues se trata de abreviaturas de diferentes tipos de telas
Cnoso, como KN Ce 8279 u 8346. que en otras tablillas aparecen como p¿-ka1a-ri-ja y te-pa respectivamente.
Resulta ¡nnecesario insistir sobre el hecho de que esta ambigüedad de las Estos dos primeros tipos de determinativos pueden escribirse de varias
tl
abrevian¡ras es causa con frecuencia de considerables dificultades de inter- formas en relación con el ideograma principal: bien antecediéndole. bien por
pretación de los textos de las tablillas. debajo, bien superpuestos e implicados con é1. Para su transcripción, no obs-
tante, se emplea siempre el mismo sistema, como hemos visio en los ejemplos
3.5. Dete rminetiYos anteriores: se pone primero la transcripción del ideograma principal seguida
Hasta el momento sólo hemos hecho ¡eferencia a signos ideográficos del signo + y de la transcripción del determinativo.
principales, pero éstos pueden aparecer modificados Por otros siSnos, que c) Ideograma determinado por un signo diferenciador. Sólo existen dos
reciben entonces la denominación de determinativosT. En realidad, salvo dos de estos signos diferenciadores y únicamente se utilizan con los ideogramas
excepciones, todos los signos que se ut¡lizan como determinativos aparecen 1105, *106, *107, *108 y +1O9, todos ellos referidos a animales. Se trata de
indicaciones que sirven para precisar si Ios animales en cuestión son machos
o hembras, que, coexisten, por tanto, con el ideograma sin determinativo, que
'RuiÉrez - Melena 1990: 82-83 prefieren llamar s los determinativos "adjetivos", por
oposición s los ideogremas 'sustantivos- que serían los ideogrames princ¡pales. no explicita el sexo de los animales. En el caso de las hembras el trazo veti-
tl
66 Sisteola de escritutú
r Los ideog/omas ! otms signos Il § 3.7.1 67
cal inferior que presentan todos estos ideogramas es sustituido por dos líneas las mismas unidades en el grupo superior que en el inferior, si es posible. En '
oblicuas que forman un ángulo entre sí, mientras que en el caso de los machos cuanto a las decenas, las líneas horizontales se suelen escribir unas encima de
se añaden a la línea vertical dos p€queños trazos ho¡izontales. P. ej., el ideo- otras hasta un máximo de cinco. Cuando sobrepasan las cinco se distribuyen en
grama {,10ó ovls puede aparecer así: dos grupos con tendencia a la mayor simer¡a posible, p. ej., si hay que escri-
q' bir 80 se tiende a poner dos grupos de cuatro rayas, no uno de cinco y otro de
I
T J-
f ? tres, y si hay que escribir 70 se tenderá a poner un primer grupo de cuatro
rayas y otro de tres, no uno de cinco y otro de dos. Veamos algunos ejemplos
Estos signos diferenciadores cuentan con una forma especial de trans- de las tablillas:
cripción, consistente en añadir a Ia transcripción del ideograma base un supe-
ríndice con las letrasjfo n, abreviaturas, respectivamente, de las palabras latinas
Lt¡ ]$g::=- ..5 ,Prr l?w"b
ra'l o&
femino'hembta' y mas 'macho'. Asi pues, los tres ideogramas que acabamos
-)
a,rr-L
i O it oooLL,
de ver se transcribirían, respectivamente, como ovts, ovlsr y ovtsm.
o
o {6rOool17
\/ oool y
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que el determinativo para
animal macho recuerda claramente al silabogramapa, que consiste en un trazo También se emplean en algunos casos las abreviaturas acrofónicas ZE
vertical con dos rayas horizontales, por lo que en origen podría ser un acró- (= (€0yos 'pat') y MO (= póufos, cf. póyos 'solo', 'único'), que indican,
nimo de la palabra para 'macho' en la lengua a partir de la cual se adaptó la respectivamente, un par y una unidad. Su uso está restringido a los objetos o ,
lineal B al griego. seres que habitualmente se cuentan por pares, como los pares de ruedas de los
carros o las yuntas de bueyes.
3.ó. Numcralcs
Para la expresión de los numerales los escribas micénicos util¡zaban 3.7. Pcsos y medidas
hsbitualmente unos signos ideográf¡cos especiales, lo que constituye un uso 3.7 -1. Pesos
completamente paralelo al que obsewamos hoy en día cuando en medio de un El sistema geieral de pesos consta de cinco unidades, notadas mediante
texto incluimos una expresión como "vinieron 500 personas", donde utiliza- ideogramas y que transcribimos convencionalmente con letras a partir de la L.
mos en medio de una escritura aproximadamente fonética un "ideograma"
numeral.
Los signos utilizados en las tablillas micénicas son los siguientes:
Ín 2
? ii E +
a) para las unidades, una raya o palote vet¡cal: I . L M N o
b) para las decenas, una raya o palote horizontal:
-.
c) para las centenas, un círculo: O. La relación existente entre ellos, qué se puede deducir directamente de
d) para las unidades de millar, un círculo con cuatro rayitrs fre.", su utilización en las tablillas, es la siguiente:
$.
e) para las decenas de millar, una combinación de los s¡gnos para la dece- 6e=p 12p=N. 4N=M 30M=L
na y para la unidad de millar, o sea, el mismo si gno que para las unidades de EI problema se p¡antea a la hora de asignar valores absolutos a estos sig-
millar pero con una raya dentro del círculo nos. Parece claro que, dado que el ¡deograma que representa €l peso superior
Por lo que se refiere a la disposición de estos signos, lo más habitual es es una balanza, podemos identificar este con el talento (rdtrovroy 'balanza' y,
que los referidos a las unidades se escriban unos a continuación de otros hasta 'talento'), pero esto no resuelve del todo el problema, ya que el peso del talen-
c¡nco y a partir de ahí se distribuyan eo dos grupos que se superponen, con to variaba enormemente entre unas ciudades grietas y otras, de 2ó a 38 kg.
I
68 Sistemo de escritura Los ¡deogmmas t ot os signos lt § 3.7.3
69
Para precisar el peso del talento micénico se ha utilizado la información que los siguientes ideogramas, que se ranscriben convencionarmente
mediaote ras
suministra la tablilla KN Oa 730, en la que se lee: letras indicadas y valen la fracción señalada de la unidad anterior:
*1ó7ñL52Mz
h¡esto que el ideograma *.Ió7 representa un lingote de metal podemos pen- i ¿
I I
sar que el peso que se registrs a continuación es el del total de los 60 lingo- T z
tes. Esto nos permite plsntes¡ una ecuación en la quex es el pe§o del linSote e t/to 1/6 1/4
y el peso del talenüo micénico:
60x=52y+(y/15) Para est¿blecer los valores absolutos de este sistema
se parte de la iden_
Naturalmente, para resolver una ecuación mn dos inc$gnitas deberiamos tificacióo del ideograma z con la rorú),¡ .copa,, según
muestra su dibujo. En
tener a nuestra disposición una segunda ecuación que las relacionara entre sí, el primer milenio el valor de Ia rorú).¡ oscila entre 220
y 3gE Io que lleua
pero, lamentablemente, esto no es así, de modo que ha habido que recurrir a la unidad superior a unos varo¡es entre 64,g y 93,12 "".,
ritros. En razón de ra evi-
datos extemos para poder aproximamos al valor del peso superior del sistema dencia arqueológica, midiendo er vorumen de ros
recipientes micénicos con-
micénico. Para ello se han utilizado como valor de la incógnita -r el peso servados, hoy se suele aceptar para ra unidad superior
der si§¿ema de áridos
medio de los lingotes encontrados en HagiaTríada (29,132k9), el peso medio micénico un valor más cercano a este último.
de los lingotes aparecidos en el pecio de Ulu Burun Kag (26,842 kg) o el de una Recientemente los editores de las nuevas t¡blillas
tebanas (Aravantinos _
pesa de yeso con un pulpo en bajorel¡eve procedente del almacén XV de Godart - Sacconi 2001: 16l-162 y 264), han argumentado
que r no represen-
Cnoso (29 kg). Aplicando estas ca¡tidades a Ia ecuación nos enconttamos con ta la décima pafe de Ia unidad GRA, sino la duodécima
pane, para ello se
que el talento micénico debía pesar entre 30,9 y 33,ó kg. basan en Ia suma total de gg unidades ca,c de
la tablilla TH Fl l4O, a la que
Aparte de este sistema general, se utilizaban sistemas especiales de pesos se |lega sumando 38+14+20+3+12 unidades GRA junto
l con 7+5 T, de lo
para deteminados productos. Uno de ellos es la lana, para la que se emplea- que se deduciría que 12 T conforman una unidad
cRA. S¡ se acepta esta a¡gu-
ba una unidad de peso especial que es la que transcribimos como el ideogra- mentación (y no que se trate de un mero redondeo),
habría que rehacer ros
ma ¡-¡rNl, es deci¡, que este ideograma implica a la vez el objeto que se pesa cálculos anterio.es para la unidad mayor, que
habría de tener ahora enre
y Ia cantidad de ese objeúo. En este caso su valor aproximado es de unos 3 kg. ?7,76 y l'll ,7 4 litros.
Para los d¡visores se emplean las unidades del sistema general de pesos infe- Al igual que sucedía en ¡os sistemas tradicionales
de pesos y medidas de
riores a L. época modema, las unidades para áridos servían
en época micénica rambién
Para el pesaje del azafrán, por el valor de esta especia y dada la necesi- como medida de superficie en tanto que ra tierra
se mide en función de Ia can_
dad de precisión dado que siempre se tratará de cantidades muy pequeñas, tidad de grano necesaria para sembrarla, al
modo de nuestra/azega. Asi nos
también se empleaba un sistema especial formado por las unidades que se encontramos con que en cietas tablillas
se ut¡liza el ideograma cRA como
anotaban mediante los acrofónicos RO y Ql cuyos valores absolutos y relati- indicación de la superficie de un tereno. Naturalmente,
no podemos preten_
vos entre s¡ nos son desconocidos. der con este sistema de medidas una exactitud
como a l" qr"
tumbrados actualmente. "rt"ao, ""o"_
3.7 .2- Medidas de áridos
Los áridos, como en el sistema tradicional vigente hasta la adopción del 3-7.3. Medidas de tíquidos
sistema métrico decimal, se medían en época micénica por volumen, no por Las medidas utilizadas para los líquidos
son parcialmente coincidentes
peso. La unidad básica viene representada por el propio ideograma del cereal con las utilizadas para los áridos, aunque
l sólo por lo que atañe a los valores
en cuestión, GRAnum triSo' y HoRDeum 'cebada'. Para los divisores se utilizan relativos, no a los absolutos. También
en este caso la propia des¡gnación del
1
Sistemo de escritura El oigeñ de la líieal B ) escitums eñparentadas ll § 4.2 7t
70 r
Aunque no tiene relación directa con esta familia, también nos referire-
producto, vlNum 'vino' u oLEum 'aceite', implica la unidad superior
de capa-
mos en este apartado al disco de Festo, dado que se rata de un documento que
cidad del sistema de medidas de liquidos' mientra§ que para los divisores
se
petenece al m¡smo ámbito cultural y cronológ¡co que esas otras escrituras.
utilizan los siSuientes ideogramas:
Sobre les escritur¿s egeas pueden encontr¡rse presenteciones de conjúnto en
't4=
't
svz
los difere¡tes manuales y obras gerierales dedicados al micénico, entre las que des-
tacamos lás de Olivier (en Treuil et alii 1992: 16l-174), RuiÉrez - Melena 1992i
1t3 1/6 tt4 23-35 y Bartonék 2003: 16-49, ¡3i comoen el librito de Chedwick l99Oy enel capí-
tulo de Bennett I 996 dentro de una obra gener¿l sobre sistemss de escritura. En ellas
a la se hallarán les referencias a l¿s ediciones e inst¡urnentos de taabajo e¡istentes para
Aplicando razonamientos del mismo tipo que los de antes llegarnos
oscilar cada una de las variedades de escritura.
conclusión de que la unidad superior del §istema de líquidos debía
et:re 19,44 Y 27,94 lí¡ros-
4.2. La escritura "jeroglíñca cretensc"
La llamada escritura jeroglífica cretense comienza a estar atestiguada en
texto. Dicho en otras palabras, para hac€rse una idea de la extensión total de generales, con la de Ia lineal B. El núcleo de la escritura lo constituye
un con_
escritura que suponen estos textos, sería el equivalente de unas dos páginas junto de unos ocheota silabogramas, junto a los que se utilizan también
ideo_
de un procesador de texúo, gramas (incluyendo numerales y fracciones) y un punto o trazo pequeño
que
En cuanto a [a tipologia de los textos, más de la mitad son sellos o impron- actúa como separador de palabras.
tas de sellos, pero tenemos ya también documeotos de archivo, procedentes
de Cnoso y Malia. Existe también un largo texto de d¡eciséis líness sobre pie-
dra, procedente también de Malia, de donde también contamos con inscrip-
n .Lt. t
+ '¡f l" I t¡) Vl \
( iAQ BH
ciones pintadas o incisas sobre vasos. H /ü
$ l(t'r tt, ) b?t
La práctica totalidad de los textos de la escritura jeroglifica cretense han
sido hallados en la propia isla de Creta, aunque también hay algún hallazgo
I r+tY IT-rY
aislado en alguna otra de las islas del Egeo.
t-
4.3. L& lincsl A r t» IE)
Aproximada¡nente a partir de 1850 a. C. comenzamos a tener documen-
lnscripción on linealA: HT 117
tación en la escritura lineal A, que siguió en uso hasta el final de los primeros
palacios a mediados del siglo XV a. C. A pesar de esta comprensión general del carácter de
la escritura, no
En la actualidad tenemos algo menos de 1500 textos en este sistema de podemos decir que la escritura lineal A esté hoy en día plenamente
descifra_
escritura (es decir, aproximadamente la cuarta parte del núme¡o de textos con da, y esto en dos sentidos interrelacionados. por un lado, pesa,
a de que tamb¡én
que contamos en lineal B), lo que supone un número de signos cercano a los en este caso ha habido múltiples y variados intentos por identificar
la lengua en
7400. Siguiendo con el paralelismo que venimos haciendo, esto vendría a ser la que esán escritos los documentos en lineal A (básicamenrc,
una lengua de
el equivalente a unas diez páginas de un procesador de textos. la familia semítica o bien una lengua indoeuropea del grupo
anatolio, quizá
Hay que tener en cuenta, además, que muchos de estos textos son muy una variedad de luvita o licio), ninguno de ellos está realmente
probado. Esro,
breves y que tan sólo algo más de trescientos son tsblillas de barro (sin cocer). lógicamente, dificulta el avance en la comprensión de la
escritura, pues aun_
Desde este punto de vista, hay que destacar por su imponancia el archivo de que por el análisis intemo de Ia escritura pudiera llegarse
a un estadio como
Hagia Tríada, que consta d€ unas 150 tablillas cuyo carácter de registros con- el que alcanzó Ventris para la lineal B antes de hacer
ent¡ar en juego la posi_
tables o administrativos está fuera de duda. Ohos archivos interesantes, aunque bilidad de que la lengua utilizada fuera el griego, al no
haberse ¡¿ent¡ficado ta
con menor número de textos, se han localizado en La Canea, Cnoso, Festo y lengua no resulta posible confirmar los valores atribuidos
a los silabogramas.
Zagro, enre otros. Ot¡os iextos aparecen incisos o pintados sobre vasos, esta- Por otra parte, no puede asumirse sin más que, cuando
nos encontramos
tuillas, pesas, objetos de metal y 'mesas de libación", entrc otros. ante signos iguales, podamos at¡¡buir directamente
a la escritura l¡neal A los
En cuanto a su distribución geográfica, la inmensa mayoria ha aparecido valores fonéticos que tienen estos signos en la
lineal B, Es verdad que pode_
en la propia isla de Creta, repartidos por toda ella excepto en la zona más mos tomar esa idea como una hipótesis de trabajo,
pues la hisroria de la escr¡_
occidental, aunque se han producido también hallazgos en otras islas del Egeo tura muestra que tiende a haber una ciela continuidad
en los valores de los
e, incluso, algunos aislados en el Peloponeso o en Israel. signos de una escritura cuando se tomao para
escribir otra lengua. Sin embar_
Al igual que la lineal B, la lineal A se escribe habitualmente de izquier- go, resulta necesario verificar esa hipótesis
de panida por criterios intemos a
da a derecha, si bien existen algunos ejemplos de escritura bustrofedón. Su la propia escritura lineal A en todos los
casos, atendiendo tanto a razones de
estructura general está hoy en dia bien establecida y viene a coincidir, en lineas sistema (huecos en la panilla de signos)
como a las combinaciones en que
L
74 S¡stema de escrituto esciturss ernparcatodos II § 4-5
I
Et orígeñ de la lineol B !
apiuecen con otrls signos y a sus altemancias en variantes flexivas o va¡ia-
hemos visto hasta ahora: dejando de lado los signos con valor numeral, ca¡ece
ciones morfológicas, en general, ya que la historia de la escritura también nos
de ideogramas, rasgo éste que será heredado por la escritura silábica chipriota.
enseña que en los procesos de adaptación de una escritura es muy normal que
El número de signos con el que cuenta es de unos ochenta y cinco, por lo que
algunos signos, debido a que su valor fonético no se corresponde con ninguna
parece razonable suponer que se trata también de un silabario.
realidad existente o relevante en la nueva lengua para la que se toman, vean No sabemos tampoco en qué lengua o lenguas están escritas las inscrip-
modificado su valor fonético, a veces incluso de una forma radical. Hemos ciones chiprominoicas. Se han hecho varias propuestas, como que se tratara
visto ya los desajustes que existen en la escritura lineal B para una lengua de una lengua indoeuropea anatolia (luvita), una lengua semítica (ugarítico) o
como €l griego, lo cual nos debe poner sobre aviso de que procesos de este
huriúa, entre okas. Nada podemos asegurar, aunque parece razonable asumir
tipo pueden hab€rse producido y, como consecuencia de ello, es posible que que esta escritura se utilizara para la misma lengua para la que se utiliza el
los valores de un mismo signo en la escritura lineal A y en la lineal B no siem-
silabario chipriota posterior, además de para escribir griego, como vamos a
pre sean los mismos, No obstante, se podría encontrar un modo de confirmar
ver en el siguiente apartado.
los valores fonéticos de algunos de los signos de la lineal A stribuidos a ella
a part¡r de su valor en la lineal B cuando los mismos signos t¡enen los mis- 4.5. El silsbario ch¡priota
mos valores fonéticos en el silabario chipriota- Si ese silabario desciende de la Esta escritura fue la primera de la familia es ser descifrada, pues ya
escritura chiprominoica y ésta, a su vez, de la lineal A, la coincidencia de G. Smith describió su funcionamiento en 1871 e ¡dent¡ficó correctamente el
valores entre los signos chipriotas y los de la lineal B implicaría que ése era griego como ¡a lengua de las inscripciones escritas md¡ante este silabario.
el valor en la escritura de la que ambos sistemas proceden. Como anécdota, señalaremos que los signos para po y lo ert el silabario chi-
I
ptiota y pafa po y ,o en micénico son prácticamente iguales, por lo que Evans
4.4. Las csc¡ituras chiprominoicas pudo feer la secuenciapo-lo en una tablilla de Cnoso KN Ca 895) precedien-
Otro grupo de inscripciones perteneci€ntes a esta familia son las llama- do inmediatamente a un ideograma que claramente representaba un caballo, lo
das 'chiprominoicas', que reciben tal denominación precisamente por estar que hubiera podido abrir las pueñ¿s a un pronto desciframiento de la escritura
compuestas en un sistema relacionado con las escrituras 'minoicas" o creten- Iineal B si se hubiera tirado del hilo utilizando el griego como vía, puesto que
ses que es propio de la isla de Chipre. nó\og en griego significa 'potro'. Sin embargo, Evans, que estaba convencido
Comenzamos a tener inscripciones en esta va¡¡edad d€ escritura a comien- de que todas las culturas cretenses de Ia &lad del Bronce eran prehelénicas, lo
zos del siglo XVI a. C. Sin embargo, Ios textos con los que contamos hasta el tomó como una simple y curiosa coincidencia y no continuó por un camino
siglo XIII son escasos y la mayor parte de la inscripc¡ones chiprominoicas que Michael Ventris haría ver, medio siglo después, que era el conecto.
pueden datarse en los siglos XIII a XI a. C. Así pues, el silabario chipriota se utiliza básicamente para escribir griego,
El número de inscripciones no es muy alto, en tomo a cien, pero se distri- pero no solamente, pue§ contamos con un conjunto de unas treinta in§cripcio-
buyen más o menos por toda la isla de Chipre e, incluso, ha aparecido alguna nes que no están en griego sino en una ¡engua d¡ferente a la que se denomina
inscripción en la costa siria, concretament€ en el imporlanle enclave de Ugarir. "eteochipriota". La mayor pane de tales inscripciones proceden de la localidad
Entre los tipos de inscripciones encontramos tablillas, cilindros y pellas de de Amato, aunque también han aparecido inscripciones eteochipriotas en Pafos,
barro, pero también marcas sobre vasos. Rodas, Golgos y Cition, así como en Eg¡pto, Su cronología va desde el siglo
Desconocemos la estructura general de esta escritura, dado que no está VIII al IV a. C. Prácticamente nada es lo que podemos deducir acerca de esta
descifrada ¡ debido al escaso número de textos, no se puede ser muy opti- lengua, de forma que ni siquiera estamos totalmente seguros de que sea la
mista en cuanto a las posibilidades futuras. Sin embargo, sí que se puede seña- misma en todas ellas. La definición de eteochipriota es básicamente neSativa:
lar una característica importante que la diferencia de las escrituras egeas que se llama así a una inscripción en silabario chipriota que no está en griego.
I
76 S¡sterno de escr¡tura El origen de la lineal B ! escrihtras eñparcñtadas I § 4,6 77
C}nP¡ro M¡cÉNrco
la más antigua puede datarse en torno al año 1000 a' C', pero no será sino recido en lugares tan alejados como Lucania, Delfos o la península de Calcidia.
hasta el siglo VII cuando el corpus comience a §er relativamente abundan-
te y su uso se prolongaá hasta éPoca helenística. concretamente hasta el 4.ó. La f¡milia de escrituras egeas y el origen de la lineal B
siglo III a. C. Se dispone actualmente de un corpus en tomo a las mil cien Si desde el Egeo se mira hacia el Oriente se podría pensar que hay que
inscripciones. buscar el origen de las escritura egeas en el Próximo Oriente, donde el sila-
Al igual que la escritura chiprominoica, el silabario chipriota desconoce bario cuneiforme, en sus distintas variedades, es de uso general a lo largo de
el uso de ideogramas y sólo hace uso de un conjunto de cincuenta y cinco o toda la Edad del Bronce y continuará en uso durante muchos siglos después,
cincuenta y seis silabogramas. Al igual que sucede con la lineal B' el silabario Sin embargo, hay significativas diferencias entre la escritura cuneiforme y las
chipriota sólo cuenta con siSnos para sílabas abiertas, ya sean del tipo V o
cV' escrituras que estamos estudiando. De entrada, no parece que pueda estable-
y no hay grafías diferentes Para las oclu§ivas sordas' sonoras y sordas aspira- cerse una vinculación formal entre los signos de las escrituras egeas y la escri-
das, como tampoco para diferenciar las vocales breve§ de las largas' Como tura cuneiforme. Además, el número de silabogramas empleados en la escritura
rasgo diferencial frente a la lineal B' en cambio' hemos de señalar que en sila- cuneiforme es mucho mayor, puesto que incluye sílabas abiertas tipo V, CV y
bario chipriota se escriben todos los §egundos elemenlos de diptongo y todas silabas cenadas tipo VC, CVC, mientras que los silabarios egeos parece que
una oclusiva. Asimismo, también se escriben las consonantes en final de pala- llas cuyo funcionamiento entendemos bien. Incluso cuando se Ilega a signarios
la
bra, para lo que se utilizan convencionalmente los signos que contienen cuneiformes más simplificados, como sucede, por ejemplo, con el cuneiforme
vocal -¿. Pata poder comparar con la situación en lineal B, pondremos algu- hitita, el número de silabas utilizado sigue siendo mayor que el que se emplea
nos ejemplos de transcripción tomados del documento más largo en silabario en las escrituras egeas y, sobre todo, no está restringido a sílabas abiertas. Por
chipriota, el bronce de ldalion, contraponiéndolos a formas equivalentes o otro lado. en la escritura cuneiforme se hace uso frecuente de complementos
similares en lineal B: fonéticos para especificar los casos de una palabra notada mediante el equi-
valente de un ideograma de la escritur¿ lineal A o lineal B, por ejemplo, un
78 S¡sleme de escitula El oigen de lo lineal B ! escrituras eñPoreñtadas II § Ló 79
sumerograma o un acadograma de la escritura cuneiforme hitita, como DUMU_4.i Más difícil resulta precisa¡ la relación existente entre la escritura lineal A
'hijo', escrito mediante la palabra sumeria d¿n¿ pero con la especificación, y la escritura chiprominoica, pues, aunque parece claro que se trata de escri-
mediante un complemento fonético, de que la palabra en ese contexto acababa
turas emparentadas entfe sí, no hay consenso general sobre si esta última es
en -o.i, por lo que sabemos que era un nominativo, frente a DUMU.sAL-ar, ,h¡a,,
simplemente una evolución de la primera, aunque algunos estud¡osos han
que lleva un complemento fonético -¿n que nos indica que la palabra acaba
defendido que si, estableciendo la relación entre una y otra por medio de la
así y, por tanto, morfológicamente era un acusativo. Nada de esto se encuen- tablilla de Enkomi y oros documenúos del siglo XV a. C.
tra en las escritu¡as egeas. Sí que tienen en común la escritura cuneiforme y No hay prob¡ema, eo cambio, en considerar una evolución y adaptación
las escrituras egeas el que habitualmente se escriban de izqu¡erda a derecha. a la escritura del griego en su variedad chipriota el paso de la escritura chi-
Así pues, no parece que haya que mirar hacia or¡enúe para b6car el origen prominoica al silabario ch¡priota, pues, como ya hemos tenido ocasión de ver
de las escrituras egeas y en los últ¡mos aiempos autores como H. Haarmann (§ 4.4-5.), tienen rasgos característicos comunes.
1990 han defendido que se trata de una evolución de la escritura ..antiguo- Por lo que se refiere al origen de la lineal B, su vinculación con la lineal A
europea" utilizada por las culturas pre-indoeuropeas de los Balcanes. Hay que parece también fuera de toda duda, aunque existen algunas d¡ferencias impor-
adv€lir, no obstante, que no está del todo cla¡o si esos signos constituyen tantes entre una escr¡tura y otra que será conveniente sistematizar:
realmente una escritura o, como parece más probable, se trata todavía de unos . Por lo que se refiere a los silabogramas, hay unos veinte signos de la
usos que no podemos calificar como de plenamente escritu¡arios. lineal B que no se corresponden con ningún signo de la lineal A.
En la propia isla de Creta, ya desde el p€r¡odo del Bronce Antiguo empe- . La lineal A hace una utilización mucho más amplia de los nexos de sig-
zamo§ a encontrar signos sobre vasos y en sellos que constituyen un prece- nos, mientr¿s que en la lineal B esta práctica está mucho más limitada, de
dente más directo de la escritura en la medida en que son de alguna manera forma que queda restringida a unos cuantos ideogramas como utu y wo y
formas de representación simbólica, aunque no podamos precisar su sentido. a alguno ya fosilizado como malu = LANA (§ 3.3.) y al uso de determinantes
Este tipo de marcas continúa utilizándose durante el Bronce Medio y Reciente, con algunoso ideogramas (§ 3.5.).
además, también, de marcas d€ cantero. Y es muy ¡nteresante constatar que . Para las medidas, existe en la lineal B un sistema de múltiplos y divi-
los signos de los sellos mueskan una cierta sistematicidad en sus usos desde sores, frente a un sistema básicamente de fracciones en la lineal A.
el periodo prepalacial, como se puede deducir del hecho de que aparezcan los Podemos asumir que la lineal B surgió como una adaptación de la lineal
mismos grupos de signos en documentos distintos, si bien todavía no pueden A para escribir griego cuando se produjeron contactos entre los hablantes de
considerarse un sistema de escritura. esta lengua y la civilización minoica. Se suele aceptar una fecha en tomo al
Por lo que se refiere ya a las relaciones existentes entre las propias siglo XVI a. C. para esta adaptación, que hay que vincular con el desarrollo
escrituras egeas, no parece que la escritura lineal A pueda entenderse como de la civilización micénica y el surgimiento de la necesidad de llevar a cabo
una mera evolución o adaptación a partir de la esc¡itura jeroglífica cretense, una serie de prácticas administrativas y contables, con las que está directa-
con la que, de hecho, conviyió en la isla de Creta durante algún tiempo. mente vinculado el uso de la lineal B.
Entre una y otra existen diferencias importantes, de forma que difiere más o En cambio, no contamos con datos que p€rmitan establecer con certi-
menos la mitad de los signos. Aunque ha habido quienes han postulado que dumb¡e dónde tuvo lugar esa adaptación y son dos las hipótesis posibles. Se
Ias dos escrituras no están genét¡camente emparentadas, hoy en día se tien_ ha defendido que ese proceso ocurrió en Ia propia isla de Creta, en la que se
I de a pensar que deben tratarse de evoluciones a pafir de un prototipo habrían asentado comerciantes micén¡cos que habrían comenzado a adoptar y
común, ya fuera éste un sistema de escr¡tura en sentido esricto o bien un sis- a adaptar la lineal A para su propia lengua. Pero también puede concebirse
tema de signos pre-escriturario como el que se deja percibir en los sellos que el proceso de adaptación tuviera lugar en el continente al conocerse el sis-
anteriores. tema de escritura gracias a la presencia allí de comerciantes de origen creten-
flr
80 Sistema de escrituro El oigen de la lineal B 1 escritums emparcnladas II § 4.7 8t
se que tuvieran conocimiento de la escrit¡ra. Como decíamos, no hay argu- Se rata de un pequeño disco de 16 cm de diámero que presenta como
mentos definitivos que obliguen a descanar una u otra hipótesis. Lo que sí que rasgo curioso el hecho de que los caracteres que aparec€n en él por ambas
parece claro es que sólo hubo un proceso de adaptación, pues los documentos caras en disposición espiral no han sido grabados directsmente a mano utili-
de todos los centrcs con epigrafía micénica dejan ver que todos ellos depen- zando un punzón u objeto similar, sino que se ha utilizado una serie de mol-
den de una ún¡ca tradición paleográfica. des al modo de los sellos o de los tipos de imPrenta, lo cual acentúa la rareza
A p€sar de que subsisten dudas y problemas importantes, en el estado de este documento dentro de su contexto cultural y cronológico amplio (el
actual de nuestros conocimiento§, podríamos esquematizar las relaciones y Mediterráneo oriental antiguo). El sistema de escritura, a juzgar por el único
evolución de esta familia de escrituras de la forma siguiente: documento que conocemos de ella, constaba al menos de cuarenta y cinco sig-
nos diferentes, a los que hay que añadir un pequeño trazo oblicuo utilizado
¿Escritura proto€8ea? como separador. Este número de signos parece aPuntar a que, de nuevo, nos
hallamos ante una escriturs s¡lábica.
Escritura "jeroglif ica" cretense Lineal A El disco de Festo consta de un total de 242 signos, o sea, menos de diez
¡íneas de un libro como ésae. Esos signos aparecen distribuidos en d¡ecisiete
Lineal B Escritura chipro-minoica
unidades separadas entre si por ese trazo oblicuo al que aludíamos antes. Lo
t curioso es constatar que de esas diecisiete unidades once "riman" entre si, es
Silabario chipriota cláLsico
decir, presentan terminaciones iguales, lo que permite establecer para el texto
la siguiente estructura (Duhoux 1977):
4.7. El disco de Festo y el hacha d€ Arkalokhori
Como ya hemos dicho, el disco de Festo no está relacionado de forma XXXabbabXXXcdcdcd
directa con la familia de escrituras egeas que hemos venido analizando, sino
que se trata de un documento aislado, único, sin vinculación alguna con nin- Esto ha hecho pensar que quizá nos encontremos anle algún tipo de texto
guna de las otras escrituras conocidas, para el que, a pesar del lugar donde fue poético, quizá un himno, plegaria o ritual de carácter religioso, pero, lógica-
hallado, con frecuencia se ha postulado un ori8en no cretense, debido preci- mente, esto no pasa de ser una mera especulación.
samente a ese aislamiento. Puede datarse en tomo a los año§ 1850-1600 a. C. Al tratarse de un unicum, resulta imposible plantearse ni siquiera un
desciframiento, ni de la escritura ni mucho menos de la lengua para la que
se ha utilizado este sistema. Sin embargo, esto no ha sido óbice para que se
o
hayan hecho intentos diversos y variados, en tomo a ¡os dos centenares de pro-
.\ 0
I puestas. Lo único a lo que podemos aspirar es a deducir algunas caracteris-
\il
t, ticas de la lengua en función del propio análisis intemo del disco, lo que nos
permite determinar que la lengua en cuestión coniaba con raíces a las que
¿
ól Y
se podian añadir sufijos y prefijos y que parece ser que tenía algún tipo de
declinación.
3(
En relación con el disco de Festo conviene mencionar también el hacha
a,;
Y
de Arkalokhori. Se trata de una doble hacha que apareció formando parte de
Disco de Festo
un depósito votivo al que también pertenecían, ent e otras, dos hachas con
inscripciones en lineal A y una enjeroglífico cretense. El hacha que ahora nos
82 Sisleña de escritura
ocupa tiene Srabadas tres columnas con escriaura, de las que las dos primeras
contienen seis signos y Ia tercera, cuatro, con un total de diez signos diferen-
tes que presentan semejanzas formales con los del disco de Festo. El hacha se
data en la transición del MM III al MRI.
TERCERA PARTE
FONÉTICA
I.INTRODUCCION
En los cap¡tulos que siguen examinaremos las diveNas cuestiones que plan- ta una /b/ micénica es el antropónimo pa-pa-zo, que puede leene Btippopog,
tea el estudio de la fonética micénica. l,os hechos del griego del primer milenio p€ro no es Ia única lectura posible (podría leerse Ildpfiopos entre otras posi-
serán aludidos sólo si interesan pa¡a el estudio de los micénicos Por ello, fenó- bilidades). Tal escasez de ejemplos no es extraña. La lbl era un fonema de
menos que suc€den mucho antes o mucho después del miénico no serán tenidos bajo (o nulo) rendimiento funcional en indoeuropeo (cf. Adrados - Bemabé -
en c¡nsideración. Tampoco entra¡emos a definir cuestiones básicas de la fonética Mendoza 1995; 18ó-188) que en griego aumenta su frecuencia, a) bien por la
griega (como puede ser el caso, entre otros, de la Pronunciación de los diversos existencia de té¡minos del léxico "expresivo" (como g<ippapos), que es una
fonemas). Suponemos al lector conocimienÚos básicos de fonética griega' dentro modalidad de palabras nada propia de las tablillas, a menos que aparezca resi-
de los cuales incorPorará los datos específicos miénicos que aquí se trata¡án Para dualmente entre los antropónimos, y b) como resultado de evoluciones foné-
facilitar el uso de este libm,hemos seguido el ord€n de expos¡ción de un excelente t¡cas que en micén¡co no se habían cumplido, p. ej. * g. 2 g (Boor).eúg, mic.
manual de fonética griega, como es kjeune 1972, lo que le permitiá al lector qa-s i- rc - u y* oo üteús'capataz').
acudir a él sin dificultades Para amPliar §u información sobre los fenómenos Witczak 1993 postula para los silebogram¡s *5ó *22Jr' *29 las transcripciones
generales de la fonética Sriega en los que se enmarcan los hechos micénicos' bo, bi ! bu, ¡espe{tivañenfe, mientras que ¡os silabogramas p, pe, etc, rep¡esenta-
riañ ls sorda y la sorda aspirada. Por su parte, Hajnal1993 crc¡- qve *5ó, .+22 ) *29
notan sílebas con oclusiva labial sonora o sonors aspirad¿, entes de que esta últir¡a
2. LAS OCLUSIVAS hubiera pas¡do s sorda aspirada.
Sobre ¡as palabras €scriles con silabas con d- corespondienles a formas con \ en
2.1. Subsistcma dc las Oclusivas griego alfabético (como da-pur.i-¡o-jo /¡,ogúc/'yoos) cf. II § 2.3.8. y Redondo 1989.
truir el inventario de oclus¡vas en micénico' Consta de cuatro series, correspon- Suponemos que las oclusivas aspiradas indoeuropeas er¿n ya sordas en
dientes a dist¡ntos Punúos de articulación (labiales, dentale§' velares y labio- micénico (pero cf. Hajnal 1993). El argumento más sólido es que en el sila-
velares) y tres órdenes, correspondientes a diYersos modos de articulación bario se distingue una serie completa de si9rros t4 te, rr', etc. que se usan para
(sonora, sorda y sorda aspirada). En esquema: reflejar la dental sorda y para la aspirada, frente a otra ser¡e completada, de, di,
etc., que se usan para reflejar la sonora. Es muy poco probable que, si el fone-
Labiales Dentales Velafes Labiovelares ma indoeuropeo *dl¡ fuera aún sonora aspirada se le representase en micéni-
b d s co con el mismo signo que para la sorda\Asi, tu-koae'hija'no debe lee6e
t/dhugatér/ (que se habría transctito ldu-katel, sino /thugatér/. Po¡ una ele-
P-ph t-th k-kh kw _ kwh mental sistemática, si es así en las dentales, debemos suponer que la situac¡ón
es la misma en las demás series, de modo que leeremospa-si como /phasi/'el
Este sistema hereda, pues, el que reconstruimos Para el indoeuroPeo' sin dice', y no t/bhási/.
más alteración que el paso de sonoras aspiradas a sordas asPiradas. Hemos de
hacer, tan sólo, algunas observ¿cione§ al cuadro: 2.1.4. Labiovelarvs
Hay una se.¡e de silabogramas que recoge consecuentemente los resulta-
2.t.2. /b/ dos que reconstruimos como procedentes de las labiovela¡es indoeuropeas. Ello
Para /b/ hay un material mínimo. Práct¡cameote no hay ninguna palabra indica que se trata de un orden diferente a los demás. Sobre su auténtico estatus
il stestiguada de etimologia segura- Una en la que verosímilmente se documen- fonético existen, no obstante, algunas dificultades a las que luego aludiremos.
Fonética las oclusiws I§22.2 87
8ó
presenci' es non¡d en no existe la menor distinción gnáfica entre consonanaes simples y geminadas.
pesinos, cf. co¡au Aloni _ Negri 1989, que seialan que su
Encontramos ¡a misma solución en mo-rc-qa poLpo-rr*@ 'propietario de
micénico y su pervivenc¡r eñ la lengua éPica, un arcaísmo RuiÉrez
1988 proPone
una parcela o lote de tiena' compuesúo de poipq 'parte' y del verh nÉrdpor
que nr' e¡ rrótrts se debe una pala¡¡¡ización debida a la larirS'l de la
raíz'
(cf. grafías beocias como rd nn<iporo, donde se escribe la geminada, proce-
dente de -tn -, y el antropónimo de la misma raizpi-rc-qa-wo[ OLtrorr.iift¡y).
2,2. OctusivEs Scminsdss
Asimismo, podemos posnrlar una labiovelar sorda geminada producúo de asi-
2.2.1. Geminadas exPes ivas
milación de dental más labiovelar en/b-4i yórr*L(6) <rlod-k-id'lo que', a
li
Dado que el silabario no refleja las oclusivas geminadas, no disponemos de
través de la comparación con la geminada de eol. órrL.
materiales muy seguros para r€construirlas en miénico' ya que la mayoría de los
[l
88 Fonét¡ca Las oclusivas III § 2,4.1 89
Lejeune 1958 (cf. 1979) efectuó una primera valoración de Ios tratamientos, b) Ante yod. Dado que la yod es prepalatal, el elemento labial de la labio-
en relación con los datos del micénico, valoración que sigue siendo válida velar, que se articula en un punto muy lejano de donde se articulay, es dificil
cas¡ en su totalidad. de realizar en este contexto. De ahi que se pierda, con lo que la labiovelar da
como resultado una velar.
2-4.2. Etapas de la desaparición de las labiovelares Una vez perdido el apéndice, las velares procedent€s de labiovelares
La desaparición de las labiovelares se produjo, como es sabido, en tres siguen el mismo tratamiento que las velares originarias.
i etapas claramente diferenciadas: en una primera etapa, se confundieron con
las velares, en contextos determinados; posteriormente se palatalizaron y aca- 2.4.4, IA situación del micénico
baron confundiéndose con las dentales y, por último, todas las que no habían Es evidente que el cambio que acabamos de examinar estaba consumado
sido tratadas, se identificaron con las labiales (cf. Szemerényi 1966, Arena en época micénica. En efecto, el s¡labario presenta silsbogramas esPecíficos
1969, Bemabé 1971, Charue 1972, Stephens - Woodard 1986, Uguzzoni 1986, para las sílabas iniciadas por labiovelar y seguidas de 4e,r;q pero no hay un
Del Barrio 1991). Sólo el primero de estos tres cambios es anterior a la época silabograma para ga. Por otra parte, las sílabas en que pudo haber una labio-
micénica, por lo que va a ser el único que analizaremos con detenimiento. velar seguida de /u/ aparecen en el silabario escritas ¿¿, p. ej. &u -no-ja yuvoíó.
(un caso de tratamiento ante ant¡gua vocal de apoyo). Tras silaba acabada en /u/
2.4.3. Conlusión de las lobiovela¡es con las vela¡es las sílabas antes iniciadas por labiovelar aparecen escritas con s¡labogramas
La neut¡alización de las labiovelares con las velares, es decir, la Érdida para velar (vemos -qo-¡o ei a-piqo-rc <ip$L-rc-óXo5 'servidor', cr.lro'ko-ro
del apéndice, se produce en fecha premicénica en dos contextos: el qo-u-ko-to "f*ov-rótros (<-r*ótros)' vaquero', e-u-ke-to eüXerou'declara
a) En contacto con vocales de timbre /u/. La vocal /u/ y el elemento * de solemnemente', de *eugh"- cf. ai, óhatel, salvo casos de analogía como los
la labiovelar tienen aliculaciones extraordinariamente proximas: ante ¡4 el que antes hemos reseñadoi qo-u-qo-ta "fwou-Ywór¿rs 'vaquero'.
apéndice sería prácticamente "absorbido" por ella. Es posible que este proce- Cuando ha¡laños, apale de los casos citados, signos de l¿ serie g- tras una ¿
so se hubiera cumplido ya incluso en fecha indoeuropea, cf,lat. sequor, pero es siempre en p¡l¡bras de lectura incieñ¡, fund¿mentalmente Sntropónimos: a_r¡¡_
secrlns). Tras u, la pérdida del apéndice se debería a una disimilación de dos go-tq e-uao+t¿, e-u-t1¿-qo4a, Po-m-a¿jo-no, Po-ru-qo-tl / -lo, en los que ha podi'
sonidos muy similares eo situación próx¡ma. do intervenir la analoSia con otros compuesto§ p¡ralelos. Por ejemplo, e-u-tv-qo-ta
Recuérdense ¡ este respecto dos p¡ticula¡idades: e. g. Eúpr.,¡*óvrág y po-ru-qo-ta e.g. Ilotrux*óvrds (cf. oeivr,¡, Qóvos) pueden
a) En el sentido d€ restaurar la lsbiovelar en esta posición, en que deberí¿ haber En las restantes posiciones, encontramos signos silábicos específicos allá
evolucion.do a vel& cómo en po¡rfórls 'vsquero', otr.fu¡s 'porquerizo' (en donde la etimología recoostruye una labiovelar. Ello implica que no se han
vez de los esperables tFou-1ór¡s, tou-lórqs de -¿-¿,,-) por .nalogía con pjoKo confundido con las dentales (que cuentan con dos series silábicas do, de, etc.
'sliment¡r', donde /9./ pres€nts €l a.rtsmiento norm¡l /b/ ante /o/. y tq te, etc.\, ni con las labiales (esctitas pa, pe, etc,). Por ello leemos con-
P) En el s€ntido de exie¡¡der l¡ guh¡r¡|, ¡ ofos coñ¡exios donde l& lsbiovel¡r no vencionalmente estos signos qa, qe, qi, qo, p, ej, qe-to-to-po-Pi (instr.)
térldfi¡ que h¿berse altér¿do; esí, el f€rheniño de ¿IoX'G 4(H)lwh"-u- q éMXá4 Ke€rporTorTó['cuadrupedos' (griego posterior rcrp<inoug), qq-si-ru-u y*q-
} en vez de t¿IdoÉrq, con el tñt¿miento nomr.l,o de gh" .¡te lef. oL).eúg'capataz' (grieSo posterior poortr€ús).
il
92
I
Fonético Las oclusivos I§2.4.7 93
= r€r€uxndro paticipio de perfecto de r€úXo ,.ñístic¡mente tr.bajado,). 2,4.7. ¿Otras alteraciones d¿ la labiovelar micénica?
b) Un adjetivo en *-went (p, ej. o-da-ke-N).-,o / oao-ku_we-ta ó6áKF<v¡a Hay aparentes altemancias entre grafía con labiovelar y grafias con den-
'dentado').
tal, que se han interpretado en el sentido de que las labiovelares habian
c) Uú lems er u, en geniaivo o dat¡vo (9. ej. p_ro-k_wc, / p-m_tu-$,e e,¿. comenzado a alterarse en dental ya en micénico. Se trata de pares de formas
d¡t. oópof€Í, de una vari¡nte rvópa7úS, frente s oopolis .turquesa,; los casos que supuestamente represenaan la misma palabra o una derivada de otra,
como qi-nwa-so / ti-/.t4/o-si-¡o, a1e-mo / a-qe-mo, o-da-ku-we-ta /-ke-we-ta /
oblicuos muestran grado cero de h predesinenci¿l, como en 6opfós > 6or,pós, geni-
f¡vo de &pu 'lsnza'. -hr-we-ta / -twe-ta.
Nin8uno de e§tos casos es concluyente,
2.4.6. Resultados labiales de la labiovelar
a) Desconocemos a qué palabras corresponden qi-nwa-so y ti-nwa-si-jo,
Algunas altemancias entre grafías con labiovelar y grafías con labial además de que la primera se documenta en Cnoso y la segunda, en Pilo, de
parecen indicar que en ciertos casos las labiovelares se
habría[ tratado va manera que no hay razones para asegurar que la segunda derive de la primera.
como labiales. Los casos más seguros son disimilaciones de
dos labiovelares bl a-te-mo un antropómimo, puede ser e.g. 'Au(k¡rtov, una palabra que
en serie, comope-re-4o-zo II¡).e¡*óvog antropónimo masculino (cf.
rr¡).e ,de no tenia labiovelar, mienúas a-qe-mo, otro antropónimo, puede leerse e, g.
lejos'y $óvog 'muerte'). Esperaríamos qe-¡e- K*¡k-, como en el antropó_ "AX*eppos (cf. 0<PPós).
94 Fonética las och.sieos III § 2.5 95
c) El adjetivo o-d4-tu-we-ta / o-dq-tug-lc, que califica a un tipo de rue- la aspiración por disimilación, de suerte que la sorda aspirada pasa a ser sorda
das en las que el radio va simPlemente inserto en la pina (como si la'mor- simple y la /r se pierde. Este proceso tuvo lugar ind€pend¡entemente en grie-
diera'), no debe interpretarse como el resultado altemativo de la pronun- go y en indio antiguo, ya que en indio Ia disimilación se produjo entre dos
ciación /tw/ de una labiovelar que se documentaría en la form a o-do- ku-we-ta. sonoras aspiradas (por ejemplo, et dadhati < Uhadhatil y en griego tuvo
Es evidente que o-fu-h!-we-ta no refleja una labiovelar, sino una secuencia lugar cuando ya la sonora aspirada había pasado a sorda aspirada (un fenó-
ltod|*-
de *-t final del tema ante *r,- inicial del sufijo *-went-, ó&árfewo < meno que no comparte el griego con el indio),
ó6df 'a mordiscos'). Por s! Pafe, o-da-tu-
lr¿¿r- (par¿ el primer elemeno cf. Los casos más frecuentes de aplicación de la ley de Grassmann son las
we-to / o-da-twe-ta es una formación diferente, con el mismo significado, raíces comenzadas y terminadas por aspirad a, tipo *bhetdh- y las formas redu-
óMrf<uro < *odt1twent- (para el primer elemento cf. óEoÚs, ó6óvros 'dien- plicadas de raices iniciadas por aspirada, tif,/.r *thitlré-. Ejemplos podrían ser
te'). Se trata de dos Palabras paralelas, con el mismo significado, pero con for- rprXos < *0pu¡ós (cf. 0pi{ 'pelo') o ré0r.'¡ro < *0e0rr¡ro 'morir' (perfecb).
maciones distintas, como ocurre, por ejemplo, en e§pañol vagabundo / vaga- Cabe por tanto que nos planteemos si tal cambio había tenido lugar o no
mundo, que significan lo mismo, si bien la primera e§ un derivado de lat. en época micénica. Sánchez Garrido 1988 llega a la conclusión de que la fija-
vagobundus y la segunda un compúesto con mundo como segundo elemento. ción de la ley de Grassmann se produjo haciael s. III a. C., tras un largo perío-
I
..1 En consecuencia, hemos de considerar poco fundadas las propuestas de do de fluctuación enlle la noÍna th-th > t¡á e incluso la contraria, la de aspi-
quienes se han basado en altemancias de este tipo Para sostener que los sig- rar , inicial por presencia de ,¿ siguiente. Se basa en el testimonio de un
nos específicos que emplea el micénico no reflejan labiovelares, sino fonemas amplio número de inscripciones en que aparecen aspiradas iniciales no disi-
ya alterados. Es el caso de Szemerényi 19ó6' que cree que los signos 4¿, 4¡ miladas. Los textos literarios proceden todos de ediciones de época helenísti-
no eran ya labiovelares sino fonemas palatalizados como as' (cf. la crítica de ca, y por eso aplican consecuentemente la disimilación.
Arena 1969) y de Charue 1972, que postula que se t¡ataba de labiales con Con todo, y si no se acepta esta tesis, hemos de examinar la evidencia
apéndice labiovelar. micénica. Pero el análisis de los datos del micénico no ofrece soluciones cla-
ras y terminantes, dada la escasa claridad del silabario.
2,4.8. Resumen de los tratañieúos de las labiovela¡es en micénico Sólo podríamos probar que ha operado o que no ha operado por los excep-
Podemos resumir drásticamente lo§ tratamientos de las labiovelares en cionafes signos a2 0ral y pu2 @hu). Es decir, si encontráramos a2 en palabras
micénico en lres Puntos: conespondientes a formas disimiladas en el primer milenio como ritro¡og,
a) Se ha creado una labiovelar geminada procedente de la tw antigua: en d&).óós, etc. (< d- < *s?¡J opr2 en palabras conpz- inicial procedente de
cambio *w en frontera de morfema siguió articulándose -fw-. páz- disimilado en palabras del primer milenio, como m-0[ív de *$u0p¡u,
b) Sólo se han producido dos cambios: de labiovelar a velar en vecindad seria evidente que la disimilación no se había producido. No tenemos n¡ngún
de a y ante yod, y disimilación en labial en una secuencia con otra labiovelar caso claro de a2 en esta circunstancia, pero Peters 1993 y Plath 2001-2002
(aunque el resultado labial aparece ocasionalmente fuera de este contexto, consideran que la forma tebana, de interpretación dudosa, a2-pa-a7de pre-
qu¡zá extendido Por analogía). senta en todo caso una secuencia ho- ho-, lo que apoyaría decididamente la
c) En las demás Posiciones, las labiovelares se conservan. actuación posmicénica de la ley. Cf. ambién aTka-o7ki-ri-ja-jo-
En cuanto a los ejemplos conpz2, no son determinantes. Por una pale,
2.5. Cambios condicionados de l¡s conson¡nte& Ls Lcy dc Grsssmsnn hallamos pa2 en una palabra tras fractura: lpuTte-me-no. Si esta palabra
La ley enunciada en 18ó3 por Grassmann, descdbe el Proceso por el cual coresponde, como quiere Chadwick (Docs. 2671 a ln paff,icipio pe-lpuz-te-
la primera de dos aspiradas no contiguas en la misma palabra (sea dentat, me-no, es decir, a n<$ur¡¡rÉvov, participio de perfecto de un verbo formado
labial o velar aspirada, incluso la aspiración inicial procedente de *s-) pierde sobre la misma raíz y con el mismo sentido que $ureú,r 'plantar', no es un
96 Ias oclusivas I§2.6.1
97
dato probatorio, En cambio, si, como propone altemativamenG Ruügh l9ó7, Lejeune 1970 apoya ¡a hipótesis con algún dato adicional. Si paso
el de/
44 n. 5,346 n.43, se trata de una palabra completa, óuopÉvov 'cepas', sería a,l¡ es en micenico flucurante
y la ley de Grassmann es posterior a ¡a
Érdida de
indicación de que la ley de Grassmann no habia actr¡ado aún. Los demás casos á interior (procedente o no de7) es que la ley es posterior al micénico. Añade
pos¡bles son antropó úmos: puTti-ja prob. Qv9i:re, puTto óú9os, o pu¡si-ka- además la evidencia de una palabra pregriega, pero importante para los
efectos,
to quizá éutrÍcpXog, pero en ninguno de los tres casos se trata de la única da-puzi-to-jo ldaphurinlhoio/ ,laberinto', dondepáa no se ha disimilador.
interpretación propuesta (cf. DMrc ss.vu). Aún hay que añadir el daao que apona Bade r 1970: lafo¡maa_níqko,aui-
Ya que no se puede basar un¿ afirmación en ejemplos tan precarios, glide ta-ni-jo-ko, lo que indica que debemos leerla /ánihokhos/.
ga' , escrita sin
debemos examinar la cuestión desde atestiguaciones indirectas. Para ello con- Dado que es un compuesto de ávío ,rienda' y una variant€ en grado e de
la raiz
viene recordar un dato de la cronología relativa de la ley de Grassmann: la ley que da lugaral verbo tXt_r < *hegh- < *segh_, está claro queel
segundo ele_
es posterior al paso de s > h y de! > h, pues l¿ aspirac¡ón inicial resultante de mento presenta aún aspiración inicial no disimilada por la aspirada siguiente,
ambas evoluciones se ha perdido por disimilación si en la misma palabra iba lo que quiere decir que la ley de Grassmann no se ha cumplido.
una aspimda. Cf. *§¿gl¡ 6> hekhd> éyu, *yo-phru (del tema del relativo },os > Todo ello hace muy verosímil, por no decir prácticamente seguro,
que la
os) > *hoph¡w > &pg. ley de Grassmann es poster¡or a las tablillas y que debemos leer e_te
É¡ct
A partir de estos hechos Ruúgh 1967:44-46 cree que puede demostrar- 'tiene', etc.
se indirectamente que en micénico no habia comenzado aún a funcionar la ley Pese a todo, Janko 1977 y Lanzween 1994 defienden sin srguñenlos decisi-
de Grassmann, por los siguientes hechos: vos su actuación en época premicén¡ca, el prir¡e¡o sob.e
¡s base de l¿ adapt¿c¡ón a
1) La aspiración intervocálica procedente de -s- se conserva en m¡cénico ¡a lineal B del s¡gno que se leepf¿ y el segundo porque
considera que debió ser ante-
(hay uso de a2 /tra/ en interior de palabra, cf. § 3.2.3.). Si la ley de Grassmann r¡or a la voce¡ización de las sonantes ñásales.
hubiera operado durante la conservación de aspiración inlervocálica, esta
aspiración también debería haber provocado disimilaciones, igual que las 2.ó. Oclusiva más vocat
sufre en palabras como tXo > t¡o y, en consecuencia, una palabra como 0<ós Sólo es reseñable desde el punto de vista micénico el tratamiento
de pala-
< &oós 'dios' (cf.0Éo4oros 'palabra divina', donde vemos la -o-) habria talización y asibilación de dental sorda y aspirada ante ,; un proceso
que no
dado en griego del primer milenio fr<ós < r€hós < 0ehós. Como el paso afecta a la sonora-
de h > s parece posterior a la época de las tablillas, es verosímil que la ley de
Grassmann también lo sea: habria actuado cuando ya las aspiraciones inter- 2-6.1. Palat¿lización de la dental sotda aspimda ante i
vocálicas se habian perdido. En el primer milenio no encontramos prácticamente casos
de asibilación de
2) Los ddjetivos compuestos comopo-¡D-e-ke, pu-ko-so e-ke-e (este últi- Ia dental sorda aspirada, salvo alguna excepción
del tipo de ático TpLropúoLo5,
mo escrito separado) correspondientes a nt¡pokXis 'con un soporte depo¡D Ilpo0q).ioLos, jónico de Eretria ApopúoLos y quiota I¡lorr¡vog (todos
étni_
(?)', nu[okXéhe 'con un soporte de boj' (nom. du.) no muestran elisión de cos de nombres en -u0os). En micénico aparecen también
estos derivados con
la -o final del primer elemento del compuesto ante la e- inicial del segundo, asib¡lación de 0 en étnicos de nombres en -rgos, como fo_a-
sijo, za_ku-si_jo
como sería esperable en un compuesto cuyo segundo elemento empezara por (KopiuoLog, Zarcúvouo5, cf. Kóprv0og,
Z<iruv0os), pero no sólo en ellos, sino
vocal. Se explicaría esta falta de elisión si el segundo elemento no comenza- también en derivados de nombres comunes, como e-pi_ko_ru_sr,_7b
ÉnLrcopwír,t
ba en micénico por vocal, sino por aspiración. Y si había aspiración inicial en
un derivado de ¿X0J es que no había actuado la ley de Grassmann (recorde- ' En cualquier caso. se lrata de un eiemñ¡o anófialo, ya que la disim¡lación que
ducirh ¡uego {Io9úpLr€o9) no da lugai se pro,
mos que éXo es la forma disimilada por ley de Grassmann de /lrekhó,/ < a una soma, srño a uná sonom. probab¡emente
es-a¡eno a esle.hecho que se trara de une pa¡abra no
cloramente prehelénic", p"r.i,-i.. j"i"¡1".
/sekhó4. reslan por explicar.
98 Fo4ética Los oclusivas I§2.7.1 99
'que van sobre el casco' (en dual), derivado en *-/o- del nombre del'casco' 2.7. Oclusiva mós oclusiv¡
rópuO-. 2.7.1. G¡apos d.e oclusivas existe tes en micénico y no en griego del pimer
Probablemente se trata de un proceso de palatalización iniciado en época milenio
micénica, que se vio después cortado y entró en regresión, por influjo analó- Existen algunas diferencias de distribución de los grupos de oclusivas en
gico de los nombres en que la aspirada no iba ante i, quedando como un resi- miénico con respecto al griego posterior, La siauación en el primer milenio
duo en el primer milenio en étnicos derivados de toÉnimos prehelénicos. es que no apaf,ecen grupos más que con una dental en segunda ¡nsición, salvo
que se trate de compuestos (como Ér$Épr,r), y en este caso 8ún hay resúic-
2.6.2. Palalaliz4ción de la dentol sordo ante i ciones, como rrippotr€, KdfiTr€o€, etc. en que tenemos asimilación de -r0- en
En cuanto a la sorda , ,.gjeu¡e 1972: 63-65 establece cuatro categorías de -pp- y de -m- en -rr-, respectivamente.
hechos, en los que la palatalización se produce de manera variable: Dentro de los grupos que acaban con una dental, que naturalmente tam-
a) Nombres de acción femeninos en -rtg/-ols, en que la palatalización es bién se documentan, hay que añadir en micénico a los que hay en el primer
mayoritaria (incluso en dialectos que no asibilan en los demás casos). En milenio aquellos otros en que a la dental le precede una labiovelar. ke-niqe-
estos casos en micénico aparece sr', cf , a-pu-do-si añ)6ooLs'entrega'. /e-we X€pvlK*rñF€s'aguamaniles'.
b) -rLl-o[ final (salvo adverbios como dpn y dat. de temas en dental, por Pero, además de estos, el micénico documenta un grupo de velar aspira-
analogia). Pasan a -or en los dialectos que asibilan. En micénico en esta da más labial aspirada, ¡esultante de la unión de una oclusiva final del tema
situación tenemos ¡ambién -si: pe-ru-si-nu-wo repwvfóg 'del año pasado' con la desinencia *áá i en po-ni-ki-pi §oi"vL¡gL 'de palmera' (X es una grafía
(supone né puou), po -si $doi' dice', di-do-si 6i6ovou'dan'. verosímil para indicar asimilación en modo).
c) Adjetivos en -tos/-oros y absractos e¡ -¡i-ol-oLd- En principio tam-
bién asibilan en los dialectos en que se produce asibilación, pero el influjo de 2.7 -2. Tlatamientos de grupos
los del primer grupo hace que haya -o- en dialectos en que no se produce asi- a) Dental más labial aspirada
bilación en los casos del tipo b). En micénico tenemos si en casos como e-¡i- Además de los tratamientos de asimilación en modo de articulación que
jo-u-si-jo 'Ewaúoros, antropónimo procedente del adjetivo ÉvLaúor.os (cf. conocemos en griego y que suponemos realizados en micénico, es específico
évLourós 'año'), ke-rc-si-ja Tepovoíd 'consejo de ancianos' (cf. ^¡épv de esta lengua el tratamiento de dental más pái, en el que se produce también
'anciano' y yepouoíd'senado' ), pero hay casos de conserva ción de ti en me - asimilación en punto. Asi,po-pi instrumental de la palabra para el 'pie' debe
r¿ri7b p€\irros' de miel', na-pu+i-jo antropónimo (cf. hom. v¡núruos'pue- leerse probablemente non{l (< *pod-phi), es decir, como una geminada
ril"), drku-pi-ti-¡o AiyúnrLos anropónimo procedente del étnico sobre fabial aspirada como la que hay en Eangó. Cf. también ko-ru-pi róputgt
Aiyunros 'Egipto'. 'con (adomos en forma de) nueces' (< *roprfrltl, u-do-pi t6on$L ,con aguas'
d) Primeros términos de compueslo en -rLloL (tipo ai. ddti-vara). En (< *ü6or4L). Este tratamienao se produce también en los temas en -al, pero
Homero hallamos casos de -rL, tipo fut<iucLpo 'que alimenta a los hombres', la geminada al ir precedida de rz se reduce, dando como resultado probable
pero poco a poco va gener¿lizándose la silbante, en compuestos como $uoi{urcg -nph-, cf. d-di-i-ja-pi <iv6ptrÍpgL < *<iu6prour-gt 'con figuras de hombres').
'dador de vida'. En miénico encontramos ambas soluciones: si et úa-na-si- En el primer milenio, la desinencia $r reduce considerablemente su apa-
re-Éo (antropónimo MvdoLfepyos, cf. el verbo ¡l¡la]oro 'acordarse' y Épyou rición. Casi sólo la hallamos con ciertá prodigalidad en Homero y aun en este
'acción'), pero o-rr'-z¿-wo (antropónimo'Oprívdfog, cf. óprru¡rL y uotrg). caso nunca tras consonante, sino siempre con una -o- de enlace, cf, éo¡op@1.
EI micénico se encuentra, pues, en una situación propia de los dialectos Probablemente las antiguas secuencias del t¡po de )téorrrQL > ¡.¿oEór ¡nstr.
que palat¿lizan, con vacilación entre formas palatalizrdas y no palatalizadas 'leones' se susti¿uyeron en el texto homérico por las más familia¡es como
en los grupos que también son más resistentes en el primer milenio. tr(ouoL, que ocupaba n la misma sedes metrica.
t
100 Las oclusivos I§2.8.3 101
encontr¿mos que estas secuencias se resuelven en -§ más dental. En micénico b, -pst- endipte-ru 6Ln(o)r¿pa, cf.6ró0€pd (po. hsplologia de U.psto-terd\.
es verosimil que también haya asibilado la primera de las dos dentales en con- c) -ksp- en we-pe-za F¿K(o)-r€(a 'de seis pat¡s' (Vir€daz piensa que t!tr-
tacto (dado que el Proceso se inició en indoeuropeo, cf. Adrados - Bernabé - habría sufrido un tratamiento gráfico en final de palabr¡),
Mendoza 1995: 228-2291, Por lo q)e e-Pi-dÚ-to detP' set ¿ni6ooros 'distribui- d) -ksa- e¡ e(Ía)-te-rc-tz. interpretado como Éxo-rp¡ro'horadados'.
do' (cf.6<rléopqL); éni6crros parece ¡mp¡obable, dado que en e§ta secuen- Hay aún un tratamiento ocasional y mal explicado: la interversión (que
cia no parece que pudiera ser otra cosa que una dental Seminada, y las
-rr- hallamos en Eretria t«itruo$,ev ¡ a la inversa, en poetas siracusanos ü€, rlrrv
dentales geminadas del tipo árro no se alteraron y aparecen conservadas en pnr o$<, o$Lv). Con este fenómeno relaciona Ruipérez 1947 algunas etimo-
el griego del primer milenio. logías en las que había altemancia entre sk / ks / s como *skum / ksum / sum
que hallamos en §úv /oúv, oorúMl¡ / cret. [ú],].eo0aL / ou].<ir,r.
2.E. OclusiYa Eás silbsntc Tal altemancia, fuera cual fuere su origen, se da ya en m¡cénico, cf. t¡l-
2.8,1, G\pos de octusiva más /s/ en micénico inetistenks en *riego posterior su-pa Eúl\lrav 'todo', pero sr-ra-se, su-r¿t-te aor. de ou).tir,-¡ 'despojar (?)',
Suponemos que en micénico ya se había producido la neutralización cf. IV § 7.3.1.
ante /s/ de la oposición sonora/§orda/asPirada, con un resultado sordo
(quizá sordo dulce, de acuerdo con las grafias con aspirada en primer mile- 2,8.3. Dental más silbante
n¡o). A los grupos existentes en el griego del primer milenio (y también en Tratamiento totalmente diferente del de las labiales y velares es el de las
micénico), como /ps/ p. ej- di-Pi-si-io 6ú{rLos, término de sentido dudoso dentales. En micénico no encontramos huellas de la dental en la escritura, lo
relacionado con 6ir.ú o 'sed' , to-ko-so-ta rolórdg 'arquero', hay que añadir que indica que e¡ resultado de dental más s es ya una silbante y no un grupo:
la existeocia del gruPo labiovelar + s en qi-si-pe-e K*o(O€h€ 'espadas' 4a-sa-[to] aor de 6oréopoL 'd¡str¡buir, dividir'. Lo que no aclara la grafía
(dual). micénica es si responde a una -o- o a -so-, e. d. si debemos leerlo 6<iooa¡o
como en Homero o 6<ioqro.
2.8.2. Tlaamie¡tos de /k/ o /p/ seguida de /l rnrás otrv consonante En el caso de los resultados de *n, +r, la grafia es también un silabo-
Cuando a un grupo de lkl o lpl más lsl le seguía otra consonante, encon- grama con §, pero es verosímil que se üate de yo, y así leeremosp4-si como
tramos en el primer milenio dos tratamientos: nrivoL (< *nqur-o[).
a) Disimilación previa, con desaparición de la primera de ellas: p. ej.
*ror > or en *§Lrcoros > 8loros 'disco'. 2.9. Oclusiva mÁs líquida
b) Aspiración de la primera consonante, p. ej. *Kov > xv en *truK-ovos > Dentro de este tratamiento son hechos reseñables en fnicénico, los
\úxvos 'lámpara', alr-opá > olxprl 'punta'. siguientes:
Del primer caso no hay ejemplos en micénico, pero del segundo sabemos a) Existencia de grupos de labiovelar más lrl (p. ej. qi-ri-ja+o K.pia-ro
explícitamente que la evolución no había tenido lugar, cf. a¡tz-sa -ma qixol\dvg (aor) 'comprar' cf. § 2.4.4.), además de los otros grupos con /r/ que hallamos
'puntas'(acusativo). en el segundo milenio (p. ej. a-ko-ro <iypos 'campo').
Cf. Vired¡z t 982, que pierlse que los escribes, que han not¡do la -§_ entre oclu' b) Conservación de *d,1. único grupo con lateral no estable en el primer
siva y sonante en la p¡labra citad¡, no lo haí hecho entre oclusiva§, sunque §e¡ v€ro_ milenio, en que evoluciona eo interior a -).).- (lacon. é),.Lri < *sedla- 'asiento')
simil pensar que la -s- se conserv¡ra tembién en otros grüPo§, como los siguienlesl y en inicial a 7tr- (p. ej. en "yluxús 'dulce' < *dluk-, cf. lat. con metátesis
dulcis y, en grado pleno, gr. y)te0rog < *dleukos 'vino dulce'). En micénico
102 Fonética Las oclus¡vas I§2.11.3 103
tenemos 7tr€OKos'vino dulce' escrito d¿ - re -u- ko (oo I k- rc- u- ko), lo gue indi- una oclusiva seguida de w o dey, es verosímil que este silabograma se hubie- '
ca que aún se leía 6treü(os. Otro ejemplo es el top. da-m-ko, que Melena (Nesror se utilizado en el momento en que se adoptó el silabario para refleju lpyel y
1975, 1015) lee A\d¡ou (cf. en el primer milenio TtrriXov o $,rj¡t.rv 'poleo'). que, al cambiar la pronunciación de /pyel en /pte/, se hubiera continuado uti- ,
Redondo 1989 intent¡ porier este feriómeno en conexión con las forñ¿s micé- lizando el mismo silabograma. Ello implicaría que en la época de las tablillas
nicas del ¡ipo da-pu-r¡-ro fren¿e s gr. Iopúprvoos. ya se habria producido la evolución *py > pt (l*jeute 1976\.
consonante s€ había perdido, pero sntes había alterado la consonante. Anali- deria, coño elt ka-24 su-24 ¿rz¿, ¡espectivamente d4 atlúlk(a)ta 'de b¡once',
zaremos aquí los casos enque la yod iba deÚás de una oclusivs y los resulta- tsu*k)fo 'higue.a', *aigbb)a 'de c¡b.a'. Quizá tamb¡éo h¡y que interpret¡r el top.
dos que produce su pérdida. tebano en ¡dl.a¡vo t¿-¿oy'¿ como Xo)udov& o Xd\<róv& (cf, xolnh, Xofu<is).
Suministran ejemplos d€ este tratamiento los adjerivos en *-went- y los abundantes fenómenos ssim¡latorios, es particularmente inestable y suscepti-
participios de perfecao et *-wds/-wos. En el griego del primer milenio, estas ble de alteracio¡les de muy diverso tipo, como ve.emos.
secuencias han sido ev¡tadas: los adjetivos en *-went aparecen con vocal de No obstante, su rendimiento morfológico era grande y en griego lo siguió
enlace o- (cf. ol¡ror-ó<rs 'sangriento', dorcp-ó<ug 'estrellado', etc.) y en siendo: s aparece en desinencias de la flexión nominal (de nominativo y geni-
los participios de perfecto, la analogía del femenino (tipo tre)turúta) ha borra- tivo s¡ngular; de nominativo, acusativo y dativo plural) y de la verbal (2.r de
do las huellas de wau en el masculino y neutro en c¿si todos los dialectos. singular, 3.r de plursl, caracteristica de futuro y de aorisio, etc.). El trsta-
Ejemplos micénicos: miento de /s/ en riesgo se sitúa en eshs coordenadas, la tendencia a desapa-
l, khv/: k-tu-ko-wo-a2 oeou¡Fóha'afisticamente trabajados'. recer por sus característ¡cas fooéticas y la tendencia a conservarse porque es
2. dw: wi-du-wo-i-jo, wi-do-wo-ijo, wi-dwo-i-jo fr6fóhrog (antrop. portadora en muchas posiciones de un valor morfológico importante.
masc. derivado del participio de ot6q 'saber'); dwo-jo, du-wo-jo Af otóg Recordemos la situación en griego del primer milenio. La *s indoeuro-
(antrop. masc., formado sobre el adjetivo 6fotóg 'doble'); te-mi-dwe-ta pea se conserva ante oclusiva (Éori, onéu6or, o{olpo, orqLós) y en final de
rcppí6fcurc 'provisto de zapatas' (plu.). palabra tras vocal (\óyog, 7évos, salvo dialectos con rotacismo). En inicial
3. tvr: o-da-tu-v,e-ta, o-da-t$'e-ta ó6órfevro 'cuyo radio "muerde" antevocálica y en interior intervocálica, la s da lugar a una aspiración (es
(la pina)'. decir, s > á) y esta se pierde entre vocales y en algunos dialectos (llamados
Cf. Jirñénez Delgado 2004 que, trás un estudio de los ejerñplos en que se ¡tes- psilóticos) también en inicial ante vocal. En los demás, aparece en inicial
tigua un grupo ,'r, concluye que se conserv¡ inrlterado y que deben rechazarse lss como aspiración, reflejada gráficamente en nuestras ediciones por el espiritu
interpretaciones que proponer que ha evolucion¡do asw en algunos cssos. áspero y en inscripciones por una H. Se tr¿ta de un tratamiento muy antiguo
4. thw: o-tu-v'o-$'e, o-to-wo-$'e, o-t$,o-we 'OñFúF¡S, antrop. masc., que secumplió en todos los dialectos antes de la liquidación de yod in¡c¡al, lo
formado sobre fop0fós 'recto' (cf. ópOós) y ós 'oreja', y con disimilación que constituye una señal muy primitiva de la tendencia a la debilitación de las
de la primera de las dos f (cf. § 5.3.1.). consonantes. En grupos sufre una serie diversa de evoluciones.
Por analogia, sin embargo, apareces donde deberia habene perdido (como
2.13- Oclusiva velor t vs s en ).úo(l), etc.) y evoluciones posteriores o présfamos crean nuevas eses que en
Una velar precedida de silbante sufre palalalización, de acuerdo con la mayoría de los dialectos no se vieron afectadas (la nueva oleada de aspira-
dobletes como a-ze- ti-ri-ja I a-kai-ri-ja dorr]rpLoL 'decoradoras' o el antrop. ciones del laconio y el rotacismo del eleo son casos excepcionales). Sobre la
a¡zo-ro, ptobablemente correspondie[te a Aio¡pos (cf, Méndez Dosuna cuestión en general cf. López Eire 1971, yara 1984, Christol 1988.
1993). Una silbante geminada es posible en casos como z¿-¡¡-*e-s/ (eú7e(o)ou
t-s final de raíz máss-inicial de desinencia), o en da-
dat. plu. 'pares' (<
s¿-lo 6d(o)ooro aor.'distribuir' (< +-r§-), ro-so ró(o)oos 'tanto', a-pe-a-sa
.]. SII,BANTES riného(o)oau (de *-rJ,-), así como en palabras prehelénicas escritas en el pri-
mer milenio con -oo- como ku-pa-i-so rundplooog 'ciprés'. No obstante ni
3.l. Generalidades sabemos si la silbante geminada se redujo ya en micénico (por la práctica falta
El griego heredó del indoeuropeo una sola silbante, indiferente a la opo- de correlación con sigma no geminada intervocálica), ni podemos clarificar la
sición de sonoridad, pero habitualmente realizada como so¡da, siendo la sono- distribución prehelénica de o/qo, Por eso reflejamos convencionalmente este
ra un alófono condicionado por el contexto. resultado como -(o)o-.
Este fonema, por hallarse muy mal integrado en el sistema y por su natu- Examinemos, sobre estas coordenadas, la situación del micénico.
raleza constrictiva, que lo hace proclive a relajar su articulac¡ón y a sufrir
m l0ó Fonética Silba,rtes I § 3,2.3 107
3.2. Pórdida y conscrvación de silbantc 'guamición', a-*o-so-ne á.foveg 'ejes'), ante oclusiva, no, pero obviamente
3.2.1. Si lbante inic ial debemos suponer que se conservaba en casos como pa-ka-na $ao^yava
En inicial [a /s/ ante consonante no se marca: to-n-7b lxo),1ós (antropó- 'dagas' , a-ke-te rior¡rrip 'decoradot' , di-da-ka-rc 6t6qoxd).eL 'en casa del
nimol, pe-ma onép¡td ' simierúe' , pe-qe-u )nep¡eug (antropónimo), ,o-na-¿o maesjjo',,4e-kito-ki-i1a MÉ^lLoroKplTa antrop. femenino, a-pd-si-jo-jo
Zrópapyos 'de morro blanco' (boónimo), pa-kija-ne &qyuáves (top.), 'Ao¡rqoíouo antrop. en genitivo (cf. II § 2.3.15.).
pa-ko-we oSorófev 'perfumado con salvia'. Hay alguna excepción, y así,
encontramos otra palabra de Ia misma raiz q,rc ¡n-ki-ja-ze pero en la que la 3.2.3. Alterución de /s/ intenocálica
s- inicial aparece escrita'. §a-pa-k4-te-ri-ja prob. o$crrripLo 'destinados al Entre vocales, conocemos el tratamiento del griego del primer milenio,
sacrificio'. Cf, también si-mi-te-u )puu$eúg antrop. Aunque casi nunca se según el cual, siguiendo la tendencia general a la debilitación articulaüoria de
marca, es obvio que, si el grupo s + consonante inicial se ha conservado sis- las consonantes entre vocales, la articulación de /s/ se relaja, Por aumento
úemáticamente en el primer milenio, se conservaría también en micénico. de abertura, pasa a /}/ (soplo sordo) y esta se enmudece, dejando, en principio.
Ante vocal no aparecen silabogramas con s- para las sílabas procedentes de vocales en hiato.
*s- inicial indoeuropea más vocal, p. ej., dat.pfu. e-mi-¡o-no-i i$r.óvorhr 'mulas'. Cabe preguntarse cuál es la situación en micénico. Lo que es claf,o es que
Si que aparece el silabogr¿ma opcional a2 = á¿, en casos como oz-te-rc &rtrrv en una ser¡e de casos no se escriben ya silabogramas con s, lo que quiere dec¡r
'otro (de dos)'de *srr¡/e¡p-, lo que indica que la palabra se pronunciaba con aspi- que no se conserva ya la /s/ intervocálica. Por ejemplo, el nominativo neutro
ración inicial. Ello nos da pie para suponer que también se conservaba la aspira- plural de un tema en -s- caño pa-h)o /pharwos/ 'pieza de tejido' no es tpa-
ción ante las demás vocales (y asi leeremos p. ej. e-4e-¡¿ ÉKwéras < +sef*- un we-sa /pharwesal. Cabe eotonces o bien que presente /h/ en estas posiciones,
cargo del palacio, semejante por el sentido al medi€val 'conde', etc.). o bien que incluso esta /h/ se haya perdido.
Como consecuencia. cuando en micénico se escribe la silaba inicial de Para responder a esa pregunaa, hemos de estudiar por separado las formas
una palabra con silabogramas con s, lo que quiere decir que se pronunciaba en que /s/ se ha perdido y otras en las que la morfología la ha conservado o
una s inicial ante vocal, ésta no viene casi nunca de silbante inicial indoeuro- restituido, por lo que el micénico sí presenta silabogramas con s (cf. § 3.2.4.).
pea, sino que Puede Proceder: Examinemos primero, pues, la evidencia de los tratamientos de -s- inter-
a) De léxico vegetal y agrario, probablemente préstamos, de diversos orí- vocálica alterada,
genes, como §e-¡r'-¿o oÉ).Luov 'apio" sí-to oirog 'grano, cereal" su-za oÚ(d a) Escritura con a2.
'higuera' (cf. hom. y jón.
ourÉ¡ y dor. y eol.ourí'd), sa-sa-ma oii¡qpo 'sesamo'. El silabario micénico no tiene una serie compleaa de silabogramas ini-
/
b) De la variante con s- en altemancias entre +s* t*§ ,/ f,s de origen ciados con á; sólo cuenta con el doblete a2 (de empleo facultativo, pero
oscuro, ya aludidos (§ 2.8.2.\: su-ra-se oÚtr4o6 'despojó'. casi constante a principio de palabra) con el valor /ha/. En interior halla-
Caso aparte es el doblete de difícil explicación oOs / üs 'cerdo', cuya s- mos uso del silabograma a2 en formas como we-a2-no feh(yós 'vestido',
inicial sí es indoeuropea (cf. lat. szs, g6t. sv/ein, e¡c.) y para el que se han pro- y sobre todo en neutros plurales de temas en silbante como po-we-a2 $ó.p-
puesto varias explicaciones, ninguna convincente (Chantraine 19ó8 etc, s. y. F€hq 'piezas de tejido'. Ello implicaría que, por un principio elemental de
oos). En micénico se atestigua la forma con o- en el derivado su-qo-ta coherencia, pa-we-o sería S<ipfehog (gen.l y we-te-i sería fÉrehr 'año'
ow-órds 'porquerizo'. (dat.-loc.).
te trabajados'). En Cnoso es raro el uso de a2, mientras que en Pilo, Micenas pero no ante á (cf . o -p i -a 2- m ónihotrq'cosieros', pí-to-so e-fe-e rueokxÉk
y Tirinte es mucho más frecuente. du. 'con soporte de boj'). Ello quiere decir que la aspiración evita la elisión de
Palmer (en Palmer - Boardman 19ó3: 3) cree que se trata de una mues- vocal. Por ello, si hallamos formas no elididas ante iniciales donde había habi-
tra de pérdida de aspiración. La rareza de c2 en Cnoso y su frecuencia en P¡lo do /s/ podemos pensar que nos hallamos ante una aspirada conservada. Es el
debe interpretarse porque las tablillas de Cnoso son posteriores (según la idea caso de ko-to-no-o-ko rroruoM¡os 'poseedor de una parc€la' (rroíud), y espe-
del sutor sobre la cronología de las rablillas de Cnoso) y porque en Pilo aún cialmente el de formas con a- privativa ante vocal, como a-e-¿'-ro <i<prrou
se conservaba y en Cnoso ya se ha perdido la /s/ intervocálica, Aunque ello 'carente de fprLg Qhenna?)' (en vez de ¿¿-, la forma esperable cuando no
fuera ciefto, no sería admisible su conclusión de que ello demuestra que las seguia inicial aspirada, como en 4-ra-mo-a ová.p¡tooror 'no ensamblados').
tablillas de Cnoso son posteriores a las de Pilo, ya que en Jonia el espíritu Estos hiatos graficos apuntarían a la conservación de, intervocálica,
áspero se perdió cinco siglos ant€s que en el Ática, y de ello no concluimos Bader 1972 examina los compuestos nominales elididos o no elididos en
que una inscripción ática con espíritu áspero sea anterior a una jonia sin é1. micénico y considera que el problema de la elisión es en realidad, sobre todo
Ruijgh 19ó7: 54, en cambio, cree que se trata de un doblete gráfico. en micénico, el problema de Ia aspiración. Considera que una forma como ¿-
l) Dado que piensa que 7- está evolucionando a -á- le parece poco pro- níp-ko'awiga' en vez de la-ni-jo-ko implica que había aspiración inicial en
bable que -á- esté evolucionando, al mismo tiempo, a -o-. el segundo elemento.
2) La conclusión cronológica no se impone. El espacio de tiempo es También hay hiatos gáficos fuera de la composición. Así mic. pe-l (cf.
demasiado coto. fV § 4.1.) debe corresponder a oó€hL de acuerdo con el testimon¡o de arc.
Risch 1983: 374 ss. considera que la altemativa entÍe a2 y a para escti- ogéow QPArk 9.15) que sería la continuación, cono restaurada, de la forma
bir /hal es en gran medida resultado de una elección individual (cf. II §§ micénica. Y lo serían también las grafias -o-r', -a-i de dal. plu. por -oL hr, -dht
2.2.4c. y 2.3.2.1. (cf. § 3.2.4. y lv § 2.2.?.\.
bl Falta de glides grálicos y, w. d) Balance
Hemos de recordar que la práctica normal de los escribas es que en Todo ello parece indicar que en micénico /h/ tenía valor de una conso-
secuencias como -jZ-, -uV- esciben -i-jV-, u-wV- (cf.ll § 2.3.9.). Hallamos una nante normal y que, por tanto, su presenc¡a frente a su ausencia y frente a /s/
serie de casos en que alteman estas grafías conoras con a?, lo que parece indi- (restaurada) es fonológica. Incluso podríamos decir que cienas alteraciones
car una vacilación entre pronunciaciones con y sin aspiración. Es el caso de producidas en las fórmulas épicas de base aquea se explican por esta conser-
ko-i-ja-da-na (ropíou6uo) 'cilantro' frente a &o -i-a2-da-na (ropihov6vc, cf. vación, como eivrítrLos procedente de ¿vhcitruog'marino', etc.
gr. def p¡imer milenio ropiou6po) o de pi-je-raj (óuÉtrou) frente a, pi-a2-ra Pese ¿ estos argumentos, algunos autores creen que la ¿spiración se habia perdi-
(órkiXd 'olla', ,re-nr¡-rya (Mcvúds), frette a me-nu-a2 (M€yuhds) un antro- do ya en m¡cénico, sobre la base de caso6 en que a apa¡ece por¿2 (cf. Szemeényi 1958:
pón¡mo. Junto a estos, hay otros casos en que tras.¡, i la vocal siguiente, ante 61, Hamp l9ó0: lm-194. con razories no convincenles, véase tembién Househo¡der
la que iba una s, no se escribe con silabog¡amas iniciados por p-, /- sino con l96l: r90).
silabogramas univocálicos (i-e-¡e-u, etc. que representaría ikpeú9 'sacerdo- Risch 1983: 379 se muestra cauto y considera que hacia 1200 había un
te', frente a la escritura mayoritaria, i-je-rc-u que representaría [ep<ús id.,). gran número de casos en que vacilaba la pronunciación My, lo que llama
Ruijgh 19ó7, 55s. y Bader 1970 coinciden en que r'-e-ls-¿ es grafía conserva- "cuasi hiato"-
dora, arcaizante, fonética, mientras que i-je-rc-u sería la reciente y viva. e) Traslado de aspiración a inicial.
c) Hiatos gráficos Cuando la primera de las dos vocales era inicial, la aspiración cae sobre
En composición, una breve final del primer miembro se elide ante vocal ella, aunque la analogia ha oscurecido en muchos casos este tratamiento, ejem-
(cf. o-po-qo ófl(,)K*oy 'anteojera, parte de la brida que va sobre los ojos'), plos del cual son +rl1rnís > t<pos, lopos 'sagrado', el verbo ei,ro 'quemar' <
T
110 Silbantes I § 3.2.5 lll
*er.s-, cf. lat. um, ai. óiati, etc. Parece que en micénico este proceso estaba 3) Hay ejemplos que parecen corresponder a s no restaurada donde sí lo
en curso, a juzgar por el doblete antes citado i-je-re-u I i-e-rc-u 'sacerdote', fue en griego posterior, como los dat, plu. en -o-i, -a-i, que encubrirían -orñ1,
quizá por otro posible doblete ti-ri-jo-we frcr:.le ati-i-o-$,e-e 'de tres "orqias" -dhi y el pron. pe-i, que se leería o$Éhtv si es el antecedente de arc. o4ÉoLv.
(e. e. 'asas'). Si la segunda forma no procede de una grafi a separada ti-n o-we-e, Lo único que probaria que la s se perdió primero y se restauró desPués
tendríamos en ella una huella de una pronunciación tpLh,ifek con traslado serían los casos del número 3. Bien es verdad que -o-r; -a-i pueden ser alógra-
de la aspiración a Ia inicial en el segundo elemento del compuesto: +/n-¿o-w- fos de -o, -a, y que no es seguro quepe-i sea el antecedente de arc. o(Éotv,
eh-e <*tri-ouh-eh-e <*tri-dus-es-e, mientras que la primera correspondería a pero la idea de la pérdida y posterior restaumción es hoy la opinión mayor¡-
tqri-dwh-eh-e sin dicho traslado. Cf., también sin aspirtciín inicial, a-no.we taria y por ello es la que seguimos en este libro. En todo caso, si hubo res-
rivófeg 'sin asas', compuesto cuyo segundo elemento no tenía aspiración ini- tauración tuvo que ser cuando la s alterada estaba en la fase -r¡-, no totalmen-
cial (si la hubiese tenido, se habría escrito la-o-we, e. e. rih6fes). La misma te perdida, porque resultaría absurdo que los hablantes (que no sabían
falta de aspiración inicial se advierte en el antropónimo a-wo-ijo, tormado gramática histórica) hubieran acertsdo con tanta precisión en la restau.ación
sobre el adjetivo áFholos 'mat¡nal', derivado de t¿wso- 'aurora' y escrito con en los sitios en que había -s- y no en los que no lo habia. La situación pudo
a, to con 42, pasar por un larga esfadio de vacilación. Y quizá tiene razón Christol 1978:
123, según el cual "bastaba geminar una -§- amenazada de debilitación para
3.2.4. Coasemació¡ (o ¡estauración) de /s/ interrocálico conservarla". Es posible que en los futuros y aoristos la Seminac¡ón tuviera
La /s/ expuesta a perderse en posición intervocálica se encontraba a lugar muy pronto, lo que explicaria la presencia de geminadas no etimológi-
menudo en desinencias y sufijos. Así sucede con la desinencia de genitivo cas en algunos aoristos homéricos.
plural de los temss en A *-dsdm > -&'w > {iv, o de diversos casos de los Si se leen los dat. pl. -o-i y -a-i como -oihi y -ahi, hay que suponer que
terñas en -s-, como 7Ér.,<(o)os, etc. En algunos de estos casos, la -s- aparecía, hacia el 1200 Ia s se había reintroducido parcialmente en el nombre, ya en
altemativamente, has voc¿l o úas consonante. Es lo que ocur¡e con los morfe- micénico (en los casos como t¿-*¿-a-s¡; citados s¡?,.u, no en los dativos de
mas de tuturo y de aoristo (p. ej. trúot¡, É).uoo, pero ptrÉrlo, ép\erlc), de Ia los temas en a y en o), y mayoritariamente en el verbo (cf. aor y fut. siSmá-
desin€ncia -or de dat. plu. de la flexión atemática (rproi, &irpwL, pero $trcr![), ticos del tipo e-¡a-s¿, a-ke-rc-se, do-se, etc., pero no en los futuros de los ver-
o de las desinencias de voz media -oot, -oo. bos liquidos, donde nunca se reintrodujo). Lejeune l9ó5 in¿erpreta los datos
En estos casos hallamos en micénico la -s- donde esperariamos que se en el sentido de que en micénico ya se estaba produciendo el proceso de "¡ein-
hubiera perdido: así, en dativos plurales en 'r-s¡ como &a-Ée-z-si ¡otrr<üor troducción analógica", como preludio a la situación que, posteriormente, cris-
'broncistas',ri-ñ-siTprol'tres',yenfuturosyaoristossigmáticos(Jo-so-si ¡alizar^ en la lengua homérica.
6óooyqL 'darán', e-rc-u-te-rc-se é\ev9épr,.roe 'libró'), p€ro no en los futuros Hechos analógicos aparte, Ia aparición en micénico de silabogramas con
en io de verbos liq\lidos (de-ñe-ote &¡rÉhovreg pan. 'construir'). -s para escribir silabas con s intervocálica puede obedecer a que se trata de
Debemos planteamos cómo se ha producido este proceso, esto es, si s > préstamos, como sa- sa-ma oáoap-o o de s procedente del tratamiento de gru-
,r > o en todos los casos y luego fue restituida en palabras como ttruoc, por la pos, de los que nos ocuparemos luego (cf. § 3.4.2d-e.).
analogía de otras como ¿Ptr€tlro o bien en estas formas la -s- no llegó a desa-
Parecer nuflca. 3.2-5. Silbante fnal
Los hechos micénicos son los siguientes (cf. López Eire 1971): Aunque la -s final no se escribe, suponemos que se conservaría, ya que
l) Hay s restaurada en donde lo estaba en gr. posterior (casos ciados). en el primer milenio se conserva, prácticamente sin excepciones. Por ello, lee-
l) Hay casos de s perdida y no restaurada donde tampoco lo estaba en mos e-qe-la ¿Kw¿rds 'conde', di-wo ALfós gen. del teón. Zevs, i-jo-te Lóv-
¡{
griego posterior (también citados). r€S, part. de'ir', etc.
:
tt2 Fonética Sitbantes I § 3.3.2. 1r3
3.2.6. ¿Aspirucióa no ptocedente de silbante? En micénico es probable (aunque no demostrable) que tenga¡nos la situa-
1
La altemancia de grafías como fi-rl-e-si frente I ¿i-rir:e-si (ambas refle- ción de líquida aspirada inicial, y geminada intervocálica, ra-pte lanrlp fi.e.
jando rrievou 'ponen en cultivo') o a-pi-o-to frenjé s. a-pi-jo+o (ambas para /hraptér/) 'zurcidor' , e-ra-pe-me-na ippo$¡révo 'zurcidas', etc.
escribir el antrop. 'ApóiovroS) parecen reflejar pronunciaciones altemativas, b) Tratamientos entre vocales: la situación del griego del primer milenio
respect¡vamente idihe e io/iho, aunque no hay ninguna razón etimológica Cuando el grupo s + liquida o nasal aparece en posición intervocálica,
para la presencia de Ia aspiración. Para interpretar este fenómeno, Ruijgh hay en el primer milenio dos tratamientos diferenciados, según los dialectos.
1992 postula la existencia micénica de una ¿ no etimológica que podía inser- En lesbio y tesalio se resuelven en una sonar¡te geminada y en el resto de los
tarse enre dos morfemas vocálicos para evitar el hiato y prevenir las con- dialectos aparec€ sonante simple y alargamiento compensatorio de la vocal
tracciones. Sería la perdida de esta aspiración la que produciá poster¡ormente anterior (cf. para *s, : lesb. tl).oos : hom. ttraos 'benévolo' < *§is/a-lros,' para
los hiatos que acabarán por contraerse. ,r.-sz-: hom. y lesb, cipp<g : át. i¡¡rels 'ñosotos' < tzsne- < * gsme-; para*-sn-
: lesb. oetrrivvd: jón.-át. s€trúvq 'luna' < *se/asz¿-).
3.3, Tiel¡micntos dc ls silbantc cn grupos Cuando se trataba de líquida y nasal más silbante el tratamiento era en
3.3.1. Silbante ,nás oclusivq algunos casos igual al que acabamos de reseñar (para las nasales, siempre,
Ya hemos estudiado los casos de oclusiva más silbante (§ 2.8.) y asimis- para *rs y'r/s, a veces, sobre todo en el caso de los futuros y aoristos sig-
mo hemos visto (§ 3.2.1.) cómo s- ante oclusiva se conservaba en miénico, máticos añadidos a temas en r: I), mientras que en otros casos encontramos
aunque no se escribiera. conservación del grupo po, \o (y posterior asimilación en ático de po en pp).
Recordemos el trabajo de Miller 197ó en que concluía que podía mantener-
3.3.2. Silbante nás líquidq o nasal. Grupos antiguos se la hipótesis de Wackernagel (según la cual la diferencia de acento provo-
.
a) Tratamientos en inicial caba la diferencia de tratairiento), con una corrección: la introducción del
En inicial, los grupos *sr-, ts/-, *s¡n-, *sa- produjeron, respectivarne e, factor "frontera de molema" en el conjunto de reglas. Y formulaba asi estos
secuencias *hr-, *hl-, *hm-, *hn- y, con metátesis, *rh-, *lh-, *mh-, *nlh-, es tratamientos: cuando no hay frontera de morfema entre la liquida y la s, la
decir, sonantes aspiradas, inestables (algunas veces recogidas en las inscripcio- secuencia Is (entendiendo por tal rs, /s) se altera si la sílaba siguiente iba
nes del primer milenio que representan la aspiración con el signo H en grafias acentuada: si no, el grupo peÍnanece intacto. Cuando entre ambas conso-
del tipo MH), que dan luego lugar a geminadas. En inicial, como sabemos, una nantes había fronte¡a de morfema, el grupo pernanece, excepto en los aoris-
geminada se reduce, pero puede reaparecer tras vocal en composición. Ej. tos donde la regla que afecta a las nasales más s se generaliza a toda sonan-
**uwó > ité(¿ 'fluir', pero en compuesto hom. tnupp<<L y tras el aumento, impf. te más s.
éppeL. De ahí que en texto homérico, ante I l, tL n inicial a menudo se mide c) Tratamientos en intervocálica: los datos micénicos
como larga una sílaba anterior acabada en vocal breve, p. ej. rcorá poipoy (raiz En relación con estos tratamientos, hay diversos problemas (mecánica y
*smer-\, 6ped. w&rwo (niz+sneigh|9-1, etc. En principio el alargamiento antigüedad relativa de estos cambios, la existencia de formas sin alterar y las
solo
sería fonético a¡te r-, l-, m-, n- prx.dente de grupo con *s- inicial, pero coft el razones de su preseocia, etc.), que nos llevan lejos de los datos m¡cénicos.
tiempo se olvida la dist¡ibución antigua, y en el texto homérico se puede medir Limitémonos a éstos.
larga, utlle r-, l-, m-, n-
conveniencia del aedo, aunque no vinieran de grupo con
a Es evidente que en micénico no son ya grupos con s. No hay ta-te-sa-re
§ inicial, como p. ej. ¿,0p4 l€({lavr€ (¡aiz *teik*-\,6ópn p.éyo (aríz *meg-\,6t (por *riyÉpooures o tiTyétroovrcs), sino a-ke-m2.te. Pero esta forma podría
vÉóos (raiz *nebh-). Del mismo modo, en las inscripciones aparecen grafias encubrir, en principio, al menos tres tipos de soluciones:
como ph- etc. tanlo si venían de *§n¡-, etc., como si no (la ph_ de át. pk?<i).ó a) dy¡pavreg o riTy¡).avreg, con alargam¡ento compensatorio ya
no es etimológica, sino analógica de ,tpht rpos < *k)nikrcs,pequeño'). producido
\-
114 Fonét¡ca
Sitbañtes I § 3.3.3 lt5
b) ciyÉphovrcs, ti77Étrhovreg, con un grupo de líquida más h o liquida mismo que hay que leer un grupo -po- en casos mmo dat plú. tu-k,-lq'si
aspirada (posibilidad propuesta por Watelet 1969, quien niega la primera). 0uy<iropoL'hijas'.
c) rilÉppov¡es, riTyÉtrtrcvres, con geminada no palatal, como cre€
Ruipérez 1972. 3.3.3. Sitbante ruis líquida o nasal. GruPos ¡ecientes
Cont¡ 1990 crce que l¡s l¡quidss g€rñin.d¡s no p¡l¿tsl€s po. tr¡t¡mieñro de En época posterior a aquella en que tendría lugar el tratamienio que aca-
grupos con -s- han de ser arteriores al surgimiento de liquidas geminadas paletsles.
bamos de revisar, se crean nuevos grupos 't-§n-' etc' en comPuesto§ o por
Ejemplos micénicos: reducción de grupos complejos. E§te 8ruPo nunca se alt€ra en griego' Que
Para *-n¡s- puede mencionarse e-po-mí-jo (dual) 'hombreras' (como estos grupos recientes se habían producido ya en fecha micénica se comprue-
pieza de la armadura). Un compuesto de *epi y de *ómso- (cf. ó¡ro9); podría- ba por ejemplos como de-so-zo 6eo¡rois' guamiciones' (dat. p\l\, do -so- uo
mos, pues, Ieerlo éntop[0.r, Érurphiro o énr,.r¡r¡rior.
6oopós'entrega'.
Para *-¿s- podríamos |¡aer a colacián me-zo (gen.) 'mes', léase ¡¡vóg, Asimismo hemos de incluir como grupo§ recientes los casos de nasal
pr¡vrrcs o ¡r¡wóg. El tratamiento es distioto (probablemente analógico) en el
más silbante producto de tratamiento de gruPos. No obstante debemos estudiar
caso de temas en nasal ante -ot del dat. plur., donde aparece la grafía -si. Asi esteúltimo a la vez que el grupo de -as final, que había resistido sin alterarse
tenemos tr¡-si rwqí y ka-si yfuioí en las tablillas tebanas. cuando se alteró el grupo interior primario (primer alargamiento comPensato-
Pü¡ *-rr-, pod¡íamos citar a-ke-mate, si lo leemos como el part. de aor. de rio). Recordemos que ambos evolucionaron conjuntamente, en el llamado
<iyeipto 'reunir'. Y podríamos leerlo <i7ripovres, <i7Éphoureg o <iyÉppavre9. 'segundo alargamiento compen§atorio". Entendemos que en micénico, si aún
larobiétpira-me-no un antropónimo, si lo consideramos derivado del parti- no se ha producido el Primer alargamiento compen§atorio, menos aún se ha
cipio de aoristo 1"OL\ori¡reuos, cf. $1trÉo 'amar'. Podría leerse Qt).o¡revóg, producido el segundo, que, además' es posterior al cambio de d en n en jóni-
Or),tro¡rcvóS o éLD,apeuós. co-ático. Por tanto, hemos de leer -cvs el acusativo plural de la primera
Para *-/s-, puede aducirse a-*e-ra2-le, si lo leemos como el part. de aor. declinación; -ovs el acusativo plural de la declinación temática; -ovoL la desi-
de <iy1étrtro 'anunciar', y podría leerse riyTrjtrovres, <iyyÉ).hovr<g o riy- nencia verbal primaria de 3.r de plural, ncivoo el fem. de ras 'todo', etc'
yÉ X).ovreg.
De las tres soluciones posibles, parece que la forma a), con alargam¡ento 3.3.4. Silbante rdas yod
compensatorio, debe exclui¡se. Este tratamiento debe de ser posterior a la época Encontramos ejemplos de silbante más yod en algunos tipos morfoló8i'
miénica, habida cuenta de que las diferencias en los tratam¡entos del llamado cos como el genitivo de la flexión temática *-¿5ye (cf. ai. -a§lv¿) > {Lo' el
'primer alargamiento compensatorio" entre los diversos dialectos sugieren que femenino de los pa¡ticip¡os de pertecao *-us-!a (como en +lelukusla') > -'rño,
se producen en época posmiénica. La forma con geminada (c), también debe- y el femenino de der¡vados de temas en §ilbante, como *-8e,¡¿s-!a > -lév<to'
ría excluirse, si son ciertos los análisis de Bemabé 1990, sobre la forma de com- No hay tratamientos diferenciales entre los dialectos, ni soluciones con alar-
portarse de la L€y de Osüoff, y de Peters 1991, sobre la etimologia de ¿yyÉo gam¡ento comPensatorio. La interPretación de esto§ tratamientos es diversa'
(de acuerdo con la hipotesis de Ruiperez se esperaría tÉveo fuera del lesbio y
según los autores. López Eire l9ó9 cree que el Proceso es el siSuiente;
*-,t/- >
del tesalio). En consecuencia, entendemos que la situación micénica acorde con *-yh- > *-i!- [escribe y7- pero una yod geminada no parece que pueda reali-
los resultados del primer milenio ¡r¡wós / ¡rquós, ó¡ros debe ser con líquida zarse de otro modo que como segundo elemento de diPtongo cenando l8 Pri-
i
seguida de aspiración (tanto si const¡tuyen un fonema líquido aspirado inesta- mera sílaba y yod iniciando la segunda] > 7-, y que cuando./ palataliza los
ble, plvhós, ópbg, como si siguen siendo un grupo ¡rrtvhos, óptns). fonemas anteriores, ya s habia evolucionado a ¿. Por su Parte, Ruipérez 1972
Hay ejemplos de rs conservado, como el boónimo wo-no-qo-so qre entiende que yod intervocálica se habia enmudecido ya en la época de las
t debemos leer fotvóx*opoog 'con la grupa de color vino'. Suponemos asi- tablillas(cf.e-l"-pa-te-¡o/1e-o¿)(üo,]/:,e()os'demarfil',¡b-do-so-si/o-do-ke
116 Fonélica Sítba tes III § 3.3.6 11,7
yó9 6r,iooroL 'asi daán' / ós 6óre 'asi dio', ja-ke-te-re / a2-ke1e-rc qule no parece posible uo vó.ffnv ni un nopoffcí,r, porque -ff- geminada se
¡nterpreta como yoKÉqrnp€s / dK€orip€s 'reparadores'), por lo que la yod realizaría en todo caso como uoÚfuou, nopaufa[ol, con la primera parte de
geminada producto de -sJr- se reduciría a simple. la geminada formando diptongo con la vocal anterior y la segunda abriendo la
En micénico, el grupo § + yod se había tratado. Los ejemplos micénicos sílaba s¡guiente como una consonante, y no se explicarian los resultados con
de este tratamiento son los siguientes: alargamiento compensatorio del primer milenio.
1. Múltiples genitivos en -oro, escritos -o7b (o representa aquí conven-
cionalmenae cualquier silabograma cuyo segundo elemento sea una o, y refle- 3.3.6, Silba te ,nás wau. Grapos rccientes
jaria una sílaba acabada en -oi, mientras queTb escribe la o precrdida del glide Frente a estos hstamientos de -s,"- antiSuos, se cre¡n en fecha reciente
que deja la i anterior ante vocal, esto es, /-oio4, No son ya grupos con s (se nuevos grupos de s + w, que reciben un tratamiento diferente. En el primer
habría escrito to-sirb) ni es probable que entre las dos oes haya una gemina- milenio no dejan huellas de ¡¡ en lesb., y la vocal anterior alarga en Homero,
da (loiyoh. pero no en jónico-át¡co: es el caso seguro de *wuwos cret. (arc.) ftoFos,
2. Panicipios de perfecto femeninos como a-m-rw-jd (leemos dpcpüio beoc. frofo(6t-9o9), Hom. too9, jón-át. iqos 'igual'.
'provista'). En micénico para estos casos, vemos la s y la w escritas en sendos sila-
3. Antropónimos femeninos como alike-rc-ja ('AprLyÉucuo esto es bogramas: v'i-so-h)o-pa-!e (compuesto de *wriswos) y a-si-wi-ja 'Aofíd
'recién nacida'). topónimo.
Ruipérez 1992 interprera ro-so7b de PY Er 312 ío como un genitivo, sino
coño un nominativo /ros'oty', sie¡do -so-jo reÍlejo de un estsdio intednedio del tra- 3.4. Lecture e interprctación de los signos con s y los signos con z
tamiento de '*to¡yo¡ñ, con s¡lb¡nte p¿l¿tal /s7 presente en el sistema del ñicénico, 3.4.1. Gmfas y rcalidad Íonética: siSnos con st con z
pero que se notaba, generalmente, con los silabogram¡s de la serie.r-. Ha generado grandes discusiones el problema de las palatalizaciones y
asibilaciones del micénico y, en general, del griego. En el caso del micénico
3.3.5. Sílbante más wau. Grupos ontiguos hay que poner en relación estos procesos con la interpretación fonética de las
La situación es paralela a la que se da en el caso de silbanúe y liquida. En series de grafias que transcribimos con signos con §- y con z-. El problema de
griego del primer milenio no hay diferencias de trat¿miento si se trata de *-sw. la palatalización afecta también al valor de los signos ra2 y ro2 y otros, pero
o de 't-ws-. En uno y otro caso hallamos dos tratamientos divergente§, según los en este apartado nos ocuparemos tan sólo de los que se reflejan en las grafias
El incumplimiento de la ley de Osthoff, también en esta secuencia con-oa- (ku-pa-ri-so runriprooog 'ciprés' cf. § 3.1.) o casos de difícil expli-
(*¿-¿sos), induce a considerar más probable la primera solución (Fh). Además, caciótr coño su-qo-ta quywóras 'porquerizo' (cf. § 3.2.1.c.).
m 118 Fonética S¡tbontes I § 3.4.4 I l9
b) Silbantes intervocálicas que debieron perderse y no lo hicieron o se oohr.La grafía micénica encubre, pues, al menos dos realidades. l¡
k(h)y es
restauraron en fecha tempana (ri-r,-s/ rptoí .tres, [dat. plu.], do_so-si &l(iov_
relación más probable entre ambas, ya que se escriben igual en micenico,
or fut. 'da¡lÁn', cf. § 3.2.4.).
debeúa ser correlato sonoro (en el primer caso), sordo (en el segundo). Por
c) La variante con §- en altemancias ent¡e *sk / *s / * de ongen oscuro, ello se ha propuesto (ejemplificando con za):
como sr-¡a-s¿ oÚ).Aoe 'despojó' (cf. § 2.8.2.). 1 Africada sonora./soida, e. d. dzt / tsq" Así, enre otros, Bartonék 19ó4,
d) Dental sorda ant€ i (di-do-si 6i6ovot ,dan' a-pu-do-si dtúioots Chadwict " 321, Docs.z389,398; Heubeck 1971.
'pago' , cf. § 2.6.2.b.r, y dental sorda asp¡rada ante i (!<o-ri_si_jo KopúvoLog
2. Silbantes fueñes (z)za I (s)sa (Lejeune 1960).
'corinüo', cf. § 2.ó.1.). 3. Palatales sonoras/sordas gb I k'a (Merlingen l9l, Palmer 1955,
e) Silbantes procedentes de grupos: *s+r Qe-u-ke-si (eúye(o)or dat. ptu.
R¡sch 1979. Petru§evski 1972, l9?9\.
'pares'cf. § 3.1.), {,-ts- (da-sa-to M(ohoro aor. ,distribuir'cf. 2.g.3.), r_z¿s_
§ Los únicos argumentos (además de los de verosimilitud fonétic¿) a que
ba-si ¡dwt 'paratodos'cf. § 2.8.3.),*-tf-(ro-soró(o)oo9,tanto',a_pe_q_sd puede recurrise para postular como más probable una u otra explicación son
d¡rÉhaooor. 'ausentes' cf. IV § 3.1.3.a,) y qoizá*-6t- (si interpretamos wa_aa_
las altemancias gráficas (cf. Petru§evski 1979).
so-i como faváooouhu (cf. § 3.4.4.). a) Si fueran silbantes fuertes, se esperarían altemancias gráficas de za,
ze,zp conlas gtafias de las silbantes 'débiles", Ja, Je, so. Los únicos casos en
3.4.3. Ios hechos: b) signos con z- que se ha propuesto la existencia de grafías con s donde las espe¡e.íamos eti-
Por otra parte, el silabario usa una serie incompleta de silabo gramas z4
mológicamente co¡t z son wa-na-so-l leido fov<iooouhL 'sober¿nas' (dat. de
ze, zo para ¡otar resultados de los siguientes orígenes:
un derivado en yod de wa-na-ka fával, en vez del esperable wa-na-zal, pa-
a) Velar más yod, anti1ttz (me-zo-e pÉ(ohs < ttueg-yos-es, .,compara_
sa-lo interpretado como antecedente de gr. rqoodxü) 'dos clavos' y ke-rc-zt,
tivo" de péyas 'más bien grande') o reciente (ka-za yo\(d, <*khatbtd,de considerado KpiooctL <+-b/ai, étnico femenino correspondienre al masculi-
bronce', pronunciaci ón allegrc de ya),r(e)rü) cf. § 2.11.4., incluyendo las vela-
io ke-rc:-te KpiT€s 'cretenses'.
res procedenies de labiovelar más yod, como zo-wo Z6fog < *gyd- < tFgwyó_ No son ejemplos concluyentes: Del Freo 1989 considerapc-sc-ro /patlalo/
(cf. § 2.a.4.).
y wa-no-so lwantt[oiin/, cons- y no con z-, como formas dialectales pilias que
b) Dental sonora más yod (to-pe-za rópre(q ,mesa,
<*(*.)t(w)¡-pgdya, llegan a aflorar en la koiné micénica. Pero es aún más probable que pa-sa-lo
cf. § 2.11.3.b.). se lea r!ri).r,1 'dos cadenas', mientras que wa-na-so-i puede proceder de
c) Variante del resuh¿do de yod inic¡al que posteriormente da ( en griego *wanakgn (Crespo 1985: 94; Lejeune 1972: 108 n. 4, quien piensa en una
Qe-u-ke-si dativo plural de (r0yog ,par' < *yeug-, cf. § 5.2.1.b.). asimilación de *ktf > .'t(t)i, incluso es posible que la palabra no tenga nada
d) Velar precedida de si¡banre (a-ze-ti-ri-ja / a-keai-ri-ja riorrlrprou que ver con sino que debamos leerla fopuriooLht, dat. loc. de Ftpvaod
frivcf,
'decoradoras', cf. § 2.13.).
nombre de una fiesta derivada del nombre del cordero f«pr- (Petru§evski
l9?2: 125ss,1979). Por último, no hay argumentos sólidos para derivar te-
3.4,4. Discusiones sob¡e la lecura de estos signos
o-- ¿. . *-tyai (DMic. s. v.'t.
En una serie de casos de los que acabamos de presentar no existen proble-
b) Si fueran africadas, cabría la altemancia con grupos escritos da-so, t4-
mas graves. En resultados aludidos en § 3.4.2.a-d., la lectura previsible
es una s4 por dsa f§a, alternancias que tampoco encontramos. También Del Bario
silbante (dejando de un lado la posibilidad de que en algún caso sea geminada).
1989, 1990 crit¡ca la propuesta de reconstruir afr¡cadas, sobre la base de la
El problema se suscita con los demás casos, especialmente los signos conz-.
altemancia entre graf¡as con z y grafías con *
lo-ze-ti-ri-ja I a-ke-d-n-jol,lo
Está claro que los resultados de d"p , gy y los de k(h)y no pueden
ser los que la lleva a proponer que se trata de oclusivas palatales con un punto de arti-
mismos. En el primer milenio, el rc§ultado de dy, g)t es (, mieotras
que el de culación intermedio entre velar y dental.
I
-' t2t
il 120
c1) La co€xistencia de za- con grupos escritos con k- y j-: así tenemos éste pierde considerable fuerza probatoria. T¿nto CresPo 1985 como Viredaz
ka-za lt:halk'al 'de bronce', pero ka-ki-jo lkhalk'ó|, o lkhalki , ka-ke-ja-pi 1993 son partidarios de un estadio menos avanzado de la§ Palatalizaciones
lkhalkeidphil (las ares en Cnoso). en micénico.
c2) Las confusiones entre ze I ke, en formas como ze- i-ja-ka-m-na y ke- Del Barrio 1989, 1990 reconstruye para los signos con z Procedentes de
ija-ka-m-ao K€id Kpérd, ropónimo 'fuente de Ceos' , a-ze-ti-ri-jq y a-ke-ti **lá¿l oclusivas palatales cuyo Punto de articulación sería intermedio entre
i-ja dori¡ptoL 'decoradoras' (cf. Méndez Dosuna 1993). velar y dental, y para los resultados de
*t(h)! un estadio de africsda /ts/ evo-
c3) La falta de un signo parazi, porque **7i se habría resuelto en ¿¡; como lucionando a silbante fuerte. Como resultado de la evolución, los signos de la
f*a se confunde con tr, y por la misma razón que no hay signos para wz ni seriez- notarían: a) el resultado de los gruPos de velar sorda y §onora con yod
para jí y b) el de dental sonora con yod, que habria confluido con el del grupo con
Petru¡evski acaba proponiendo que se lean los signos kja (por zt\, kjo velar sonora. En cambio los signos con z no se usarían para ootar el resulta-
(por nl,
kje (por ze) y *79 kju (por zz). Pere s51¿ propuesta es extrema. No do de dental sorda + yod porque éste no habría confluido con el de la velar
hay seguridad en la realidad fonética de cstas palatales, que pueden transcri- sorda, sino que habria tenido una evolución más rápida.
birse tanto t ?', k'k', g', k' como d'd', t l', d', t', e incluso reflejar un resul- Del Barrio 199ó aBuñenla que el siSno 2a (equiv¿lente a un signo comPlejo
tado intermedio o hasta más de una palatal (cf, Del Banio 1990,301 con las laz) puede reflejar len(o el valor oriSinario Aj, y /&¡el como el de las oclt¡sivas Pa¡á'
divenas opciones y bibliografía). tales resr¡ltantes de la evolución fonética de estos SruPos de vel¡r más yod, mientras
Ader¡ás de l¿s secuencias anliguas de oclusivas más yod, se recogen también que el signo @2 nohría originariañent€ tanrc pronunciaciones rápidas del gntró ¡ro
et m¡énico con signos con z las secEnci¡s f€]cientes, en queJ,/ es secundaris, como en como el resultado palatalizado l'tb del grupo +r/,/t /4. Sin embarSo, con ¡a evolución
ko-zo, su-24 atz4 rcspe,.,tivamente de *khal*(ü¿ 'de bronce', +sutc(e)!d ,higuefa', de f?' e ¡fricada fJ el resultedo de este SruPo pasó a ser reflejado co¡ la serie s-.
+aig(e.)!a 'de cabn'. Moralejo 1993 propone diferenciar entre 'a§ibilación" (la de *r y *rá
ante ? e +i, en los casos en queJr', i permanecen al final del proceso fonético)
3.4.5. Dive¡sas ,Éconstntcciones del prcceso de palatalización y "p¿:latalizaciín" (que afecta también a *k y *kh y sólo se produce ante ! y
El primer intento de reconstruir los procesos de palatalización en su con- no ante *i; en este caso, desaparece al final del proceso). Establece la
junto fue el de Brixe (cf. en su formulación más reciente Brixhe 1996a:7-92, siguiente cronología relativa;
cf. 1996b). Según este autor, el tratamiento de los grupos de velar y dental + l.¡ palatalización (limitada al griego meridional), asibilación (también
yod ya estaba muy avanzado en micénico: concretamente, el
trupo +0, tauto- limitada al griego meridional)
morfemático ya había evolucionado a /s/, el grupo +r, heteromorfemático a 2.¡ patatalización (que afecta a todos los dialectos, aunque con resullados
lssl, *k[\y a lttsl y *gyldy a lddzt- finales diferentes). En micénico son los resultados de esta segunda palatali-
Los argumentos para sostener su interpretación de ¡os h€chos son los siguienEs: zación los que dan lugar a dos resultados diferentes, a) serie z (para antiguos
a) Le not¡ción del resultado de *r, (en frontera de morfema) con s¡labotra- grupos +tE, +kh!) y b) series (para +ty, *thyl.
mas con s se explica si el proceso se encontr¡ba ya en el estadio /ss/ mejor que si se Según Moralejo esper¿aiamos lo-Pe-o-zo y tPe-de-N,e'24, en vez de a'pe-a'sa
encontabe eri el /tss/. y pe-de-v,¡e-sa, ptjÉ'slo qÜe proceden de secuencias +VCyV P¿rs exPlic¡r estas ano_
b) Indicios de pronunciación como /ss/ del resultado del grupo *¿/, que cree malias, propone que en a-pe_o_§4 se ha Produc¡do una exten§ión de '§¿ a palir de la
ver en las tablill.s pili.s, lo que iñplica¡ia que la pronunciación más habitu.l era forma rnayoritaria de paliciP¡os con _¡/,!§a > 'Vnq/o y que pe-dc'we-§¿ es el re§ul'
fus/. el estsdio previo a /ss/. odo de una refección en *-w¿rOu donde otros dialectos t¡enen *_pery¿.
¡;._-
122 Foñética Líqu¡das ! nosales I § 4.I.4 123
Méndez Dosuna 1993 (cf. Méndez Dosuna 1991-1993), argumenra que final del nominat¡vo se confundió con la -u final proP¡a de los tema§ en na§al
en c¿¡sos como a-z¿-f¡-n? (que altema con a-ke-tiri-ja\ y de atzo-to antrop. dental, de forma que *Xoüip 't¡ena' (la
*-n se documenta en X0apctrós), pasó
Aio¡y'os, una silbante precedente a la velar ha
inducido la palatalización. Asi- a xeóv, *Xróp 'nieve' (cf. Xlpopos y laL hieñsl, a xuóv y 't'Ép
'uno' (cf. lat.
mismo rechaza que hubiera un paso previo por el estado de africada /tts/ y semel < *sem-), a Év. Como los tema§ en -n eran muy pocos y los en -n
/dds/ en los dialectos en los que el resultado final del proceso condujo a /ttl y mucho más abundantes, se facilitó la extensión de l8 v del nominativo al resto
/dd/, ya que debió de haber un retroceso al estadio palatal anterior al momen- +-m a los temas en *-¡, asi
de la flexión y el Paso de los antiguos temas en
to en que se impuso la pronunciación africada. En consecuencia, la evolución que gen. Épó9 pasó a ¿vós, etc.
a dentales de las palatales habría sido por mera despalatalización. En miénico tenemos el dar- e-me (é¡reí = Éuí 'uno'), lo que indica que no
se ha producido la extensión analógica. R\riPércZ1972i 15ó deduce que tam-
poco se había prcducido el paso *-z >'l'-n en final absoluto y que en micénico
4. LÍQUIDAS Y NASALES final, es decir, que el nominativo sería aún't'É¡r.
se conservaría la nasal labial
Naturalmente la ortografia micénica no permite comprobar e§t¿ última afir-
4.1. Líquidas y nasalcs en ñ¡ncion consonántica mación.
Sólo nos centramos €n algunas cuestiones que afectan al micénico. Oro final conservada se documentaria a través del compues-
caso de -rz
4.1.1. Líquidas y naales en ínicial to se-rc-mo-kara-a-p¡, si se interpreta 'con cabezas de sirena', leyendo
Ya se había producido en micénico la llamada prótesis vocálical. e-¡e-u- o(rpn¡ro- como p¡imer elemento del compuesto. De ser asi, tendríamos que la
t-ro Étreri€epos 'libre de impuestos', e-nt-a-ra épropá.'roja', con ¿- protética, palabra "sirena' sería aún en micénico un tema en *z-, oeLprip.
como indica la comparación con lat. liber ruber, etc.
4.1,4. Líquidas y nasales geminadas
4.1.2 Líquidas y nasales en i terior Podemos encontrar algún caso de líquidas y nasales geminadas en micé-
a) No hallamos en micénico algunas disimilaciones o asimilaciones que nico, de diversos origenes.
se producen en el griego posterior, p. ej. ko-n-ja-da-na (ropíov6uo, frente a a) Unas son probablemente expresivas, como ki-ra- nom. sg. de 7i»a
los resultados del primer milenio rop(cu6pou o ropiovuov). 'niña' (la derivación de +8¡d!, cf. Chantraine l9ó8 etc,, s' e. no es so§ten¡ble'
b) Ya se ha producido la eÉntesis de -d- en el grupo -zr- (-nr- > -ndr-), porque *d/- se mantiene en micénico, cÍ- de-rc-u-ko en § 2.9.) y prob. el
cf. a-di-ri-ja-pi ov}pLtip$r (instr. plu.) 'con figuras de hombres', a-¡¿-*a-sa- antrop. fem. rr-§u-la AtooÚ».a.
da-ro A\eEúv6pd ant¡op. fem. b) Otras son de origen discutido, como la de e-ne-wo , pe-za éw<füre(o
c) En cambio, parece que no se ha producido la evolsciín mr > mbr si 'de nueve patas' (cf. Peters 1991), la de \te-ra, quizá nÉtr\ou'copas' (sobre
leemos í-mi-ri-jo (antrop. " I [pros, cf. " l¡t$posl , o-ni-i-jo-i (da¿. plu. ópplor hL , cuyo origen dudoso cf. Chantraine 19ó8 etc. s. v.; incluso e§ Po§ible que deba-
cf. ó¡rppos 'tormenta'), aunque Heubeck 1970 considera poco aceptables los mos completarla ¡t¡r-lpe-ra rune)tXo, en cuyo c¡§o vendría de */-jv) o la que
ejemplos propuestos para postular la cooservación de -aur. posiblemente hemos de leer en el teónim o Prehelénico Pi-Pi-n|-na f\t¡t.í»vd
d) Parece que podemos documentar una asimilación -¿l- > -Il- en -e-ro-pa- (?) (si, como parece, tiene una formación paralela a la de Atr¡ivvd).
.irb- si es eldal sg. de É).\oóqtos o É).IoÓoloy 'collera' (cf. Év y ).@og '6srvi2'). c) Otras proceden del-tratamiento de grupos: como -nl- en -e-m-P-¡o'
dat. sg. de Étrtro$atos o ¿tr\o$alov 'collera' ( < *Év )tóÓtoL, cf. § 4.1.2.d.) o
4.1 .3. Líquidas ! nosales en Jiaal como -nm- en e-mi-to gen, Plu. ¿[púoeov 'asalariados'. Se han Postulado, ade-
Hay que recordar que *n y *m se neutralizaron en posición final. Ello más, dos series de geminadas en miénico, unas geminadas palatales, resultado
provocó extensiones analógicas en los antiguos temas en nasal labial. La -¡r de los grupos de *,i l, tt a +y (cf. §§ 4.2.2 y 4.2.4.1 y otra, más dudosa, de
124 Fonética Líq uidas y nosales III § 4.2.2. 125
geminadas no palatales, produco de combinaciones de *6 I, zr z y Ia silban- Rui¡Érez 1972 las explica como resultado de la evolución & *ry, etc.
te (cf. § 3.3.2.). *¡§, etc., que
dando como resultado una serie de geminadas palatales, frenúe a
Es dudoso si hemos de leer simple o gemin¡ds en t¿-¡€rie nom. plu. neut. del daban Iugar a una serie de geminadas no palstales.
adj. rri(v)xros 'de c¡ñ¡, d€ oimbre' ya que en el prinrer milen¡o er¡conremos for- t ejeune 197ó sitúa la cuestión en su propuesta de distinguir un período
m¡§ con gemin¡d¡ coño Kdyyo y derivrdos con s¡mple coño Kov¡Oópos, etc. de €ste' prem¡cénico y otro protom¡cén¡co a Palir de una ser¡e de contradicciones grá-
término que es clar¡¡íerite ut| préstarno -{omo indicr el sumerio grh- y que debió ficas de la lineal B. El período protomicén¡co sería el que existe entre la adop-
lfe8sr al m¡énico por in¡rmedio de un¿ lengüa semitic! (cf. ac¡d. ga nu, lugañt qn, ción de la escritura lineal B y el período documentado por la§ tablillas con que
púnico 4a' ). hoy contamos. En este espacio se producirían algunos fenómenos lingüísticos
que provocan las incoherencia§ entre oñografía y pmnunciación del micénico-
4.2. Líquidas y nasalcs más yod Los signos más interesantes para este e§tudio son los llamado§ signos
4.2.1. Ld situación en el pirner milenio complejos, compuestos (salvopre) de consonante másy o w.
No-hay casos seguros de *ary. Los ejemplos probabtes (poívo si procede Lejeune analiza el dossier de ra2 que aParece en Cnoso, Pilo y Tebas,
¡rt||om!61
de parecen indicar que el resultado de -nJ,,- coincide con el de *ay. pero no en Micenas (aunque ello puede ser por casualidad) y examina (p. 203
o,a + ry, ny en todos los dialectos > orp, ory, otp, cry. s.) los valores qu€ puede tener:
e,i,u + ry, ay en lesbio y tesalio > pp, yy, mientras que en los demás dia- a) ¡i7b (tras silabograma distinto de o€lusiva más r).
leclos > p, v con alargamiento compensatorio de la vocal. b) dentro del mismo grupo, si bien con una forma altemativa en Sriego
/y > trtr, salvo casos esporádicos como chipriota qt).os. alfabético, est^ mi-ra2 si es igual apt).íd, e. e. ¡retríd 'de fresno'.
cl i-ja (¡rus silabograma de oclusiva más yod).
4.2.2. Los hechos micénicos d:) m.
En micénico no hay ejemplos claros de *¿Jr'. Para */y úenemos, bien la e) caso especial, a'-¿e-ra2.r¿, nom. plu. de un Part. de aoristo (cf. § 3.3.2c.).
grufia rc2en ka-tu-to", dat plu. del adj. Kqyoú).¡.os 'de albarda' (<*-§ois, der. Encontramos aftemancias de ra2y i-ja
et casos como a-ke'ti-m2 / a-ke-
en 'ü-Jos de KorOúlA) o en qe-lo2 nom. du. de oK*é),).d 'pieza que compone ti-ri-ja dorryptot 'decoradoras' , me-¡e-ti-ru2 I me-rc1íri-ja ¡re),érpLoL 'moli-
un coselete b¡valbo' (cf. o¡ÉDd), bien ¡o, si interpretamos -qe-rq;q en a-ni- neras' , o-ti-m2l o-ti-ri-ja ócnptu 'levantadoras (?)'. Al parecer el empleo de
ja-e-e+o-pa-jo-qe-r.¡¡4 como or*Étr).ovoct, nom. plu. fem. del part. pres. de una u otra grafia depende del escriba, aunque la mano 1 de Pilo escribe ra2 una
oK*É),Xor 'dar la vuelta alrededor de'. Para los casos de +r7a, *?o tenemos vez y n'ftres veces.
grafias rc. m2, esta última altemando a veces coa grafias -ri-ja. El ejemplo Se pregunta Lejeune cómo han podido coincidir hasta admitir una ono-
más seguro de ro, es a-rg¿-a 'rnejor' , de *aryosa, cf. <ip<lcouo, ripiovo (cf. grafía común el resultado de +ry- (en el suf. de femenino -rpLo) y el de *rs en
IV § 3.2.1.). También es buen ejemplo fa-pa-¡D2 (que altema con ku-pa-rc\ el aor. sigmático. Y cree que se ha producido la convergencia en -rr- (aunque
cf. dór. KÚtrqtpos 'juncia', una hierba aromática. Ignoramos si el doblete es cf- las reservas sobre el tratamiento +rs > rr en § 3.3,2.c.).
gráfico o morfológ¡co, es decir, si ambas grafías remiten a una misma reali- Explica esta coincidencia por los siguientes sucesos Premicénicos:
dad o a un doblete Kúnopog / rcúnopyog. Si es cierta la interpretacióo de -qe- 1. /¡2 (complejo con el valor ?:o) se util¡za. al sdopl¡rse l¡ line¿l B, para las
fp-§q aniba indicada, sería gráfico, porque -r¡¡a sólo puede responder aquí secuencias J¿a, -ñ4, como grsña condensede (probablemente debida a una pronun-
a -trtroyocr < *-l!on,)ai. cisción monosilábic¡ {ya, lyo) de lo que se representaba nril
Ello nos lleva a pfanteamos el problema de las grafias m2y rc2, ya qrure, 2. Los grupos +r-, ry recientes (por consonant¡zación de i antevocál¡ca) pasa-
además de para D, etimológico, se usan para secuencias como ia, rio, y l^m- ron en protoúicénico a -ll-, -rr-. Precedidos por oclusiva se desarrollaria una vcrcal
bién para los resultados de ¡sa, rso, como vimos (§ 3.3.2.). i snte le geminada. como en lesbio (e. d. *'lr¡a >'*_r¡rra).
l
t26 Foñética Líquidas ! nasales III § 4.3.1 127
3. En lss rablillas,a2 se leeria _Ilo-, -ppo-, sirviendo
¿sl !.mbién para gemi- trukart 1992 acepta que m2 y m2 era¡ en lioeal A consonsntes pal¡t¿lizedas
n¡dss de otros origenes, como las de los ¡oristos s¡gmáticos
¿§4 ,s¿, coinc¡diendo y postula que en proto-miénico estos signos h¡bríar tenido los valores fonéticos
¡sí el t¡'¿tsmie o crn el de lesbio y les¡lio.
*rja I ljo y .rjo I Uo y que en m¡énico habri¡n evoluc¡on¡do s consoolntes gemi-
l. La rltea,oú.,ía -ri_jo/ -ra2
se deberír ¡ l¡ coexistencia de una gr¿ña
fadicionat n¡das p¡l¡¡slizadas lr'r'a I l'l'a y r'r'o I l'l'ol. Uns vez prcducid¡ es¡ evolución
(que ya no conesponae ¡ I¡
pro0urEi¡ción) y ot-¿ no u¡lític¡, qtyo valor
ha evolu_ fonétic¡, los siSnos habrían empezado a uailiz¿¡'se también pa¡¡ not¡¡ 8em¡n¿das no
ciorudo tibcrnente ¡l mismo tiempo
S¡e su promÍc¡¡ci&¡. De modo qüÉ ls vo.al -r,. p.lrtali..dss, ,tú I llo y.ro / r¡o. Fin¿lmente, los signos hablm .c¿b¡do por poder
de a-ka-ti-ri-ja 6 r,J[¡nE,lt¡e un¡ gññ¡, mieítsas que en ¿-t -A.-ra2 es una voc¡l reai. ooor en micénico coflsonantes simple§.
5,la rha'li]atgi, m2/ riz es e¡ result¡do de ls ignor¡nci¡ del sisúema
de las
gemin¡d¿s (si ño es que tend¡eron ¡ simplificarse
como en lesb. llpc¡-tog >
4.3. Vocalización de sonantes
Ileppo¡ros > I[epo¡ro5).
4.3.1. Generalidades
Asi pues, el hecho de que ru2 pued¡ encontrars€
e¡ eltemsncia con/.r',b y con Las sonantes, gracias a su abrtura media, podian funcionar como centro
,', manifiesta que ¡ trevés de Ia concurrenci¡ de gfafías tradicionares
e innovadoras o como margen de silaba. Cuando ocupaban el margen de la silaba, funciona-
el signo /s2 ha cambiado de valor entre la adopción
de la lineal B y nuestra¡ tabli-
ban como consonantes. Corresponden a esta situación ¡os tratamientos que
ll¿s, lo que se explic¿ sólo por slgún suceso fonético
protoñicéoico.
hemos visto (§ 4.1.). Cuando eran el centro de la sílaba, funcionaban como
Por su parG Heubeck 1979 cree qüe hay que pañir
d€ *r¿D.12 con predesinen_
vocales. En indoeuropeo, en virtud de las altemancias vocálicas, en los gra-
cial pleno > 'tir'r'a ($.¡i¡6 riro). fre¡te a casos con predesinenciar cero +rñiz dos cero de las raíces acabadas en sonante, la sonante funcionaría como
(escrito ,¡-ñ7) qu€ se confundiían posrerioaÍrente.
Garcia Ramón I 9g4i 24g mues- vocal¡: TERT / TRT. Pero en esta posición emn sumamente inestables. La ten-
tr¡ su§ ¡e§eavas, con .a,¿ón, sobfe e§ta propuesra, porque
hry que supoñer dos pro_ dencia era a recibir una vocal de apoyo, que luego se fonologizaba, de forma
.##ffiT, :;]t:., J:i::1":1"i'# ;:::,,#Ifi que TRf primero da lugar a T"RT y luego a TaRT. En el caso de las nasales la
nasal se perdería, al t¡empo que la vocal de apoyo se fonologizaría como una
de ¡¡ pr€desiñenci.l.
vocal nasal, que luego perderia la nasalidad, de forma que TNT > T'NT >
Peters l98O: 2lS-217 c¡f,- qu" de formas con y s¡n síncopa: .rn)¡a
G*f].to-ti-r¡-h I I -trya
""'*,"
(escri0o -rr,_m2). psrccc más probeble
T¿T > TaT.
in¡erpretsr, co¡ García Junto a este caso, hay uno distinto: las secuencias TRE y TNE podian
Rarñón 1984: 248, que se t¡ata de v¿r¡antes,
¿/¿egro y ,¿rro, de un¿ misma realidad.
realizarse en pronunciación /e¡¡o ToRE, T"NE, dando lugar luego la vocal de
No parece verosími¡ que -rrlr'a pueda considerarse
síncopa de _r\r'¿.
apoyo a una vocal plena.
Adrados 197ó cree preferible patir
de una coincidencie micénica entre
los El tratamiento de las sonantes es problemático y ha suscitado múltiples
resuhádos de ry, etc. y d e rir, et . en *rh. La yod
se h¿b¡í¿ relajado y habría produ_
discusiones que aquí sólo podemos esbozar (cf. Bemabé 1977).
cido una aspiración.
Conti 1990 considera procesos relacionados y
explicab¡es ambos po. el debi_
4.3.2. Lugar de la vocal de apoyo
litamiento de /s/ la evolución que puede observarse
comparando la grafia históri-
El lugar en el que se desarrolla la vocal de apoyo es un problema que
ca (ipo -ñ7 co¡ la más evolucionada _r¿ y
el r.atamiento de -J- intervocálica (que
afecta sólo a los casos de TRI, no a los de TRE, donde obviamente sólo puede
ya apa.ece como -¿- en l¿s t¿blillas). Ambos procesos
peñeneceri¡n al mismo producirse ante R, y sólo a los casos en que la sonante es p o tr, ya que cuan-
€str¡to cronológico. Según ¡a autora. l¡ evolución -.'->-¿-
es proto-micénice. pero
no rcmont¡fír ¿r griego común, y r¡ creación de
do se trata de [, v no tenemos conseryada la sonante.
riquid¡s geminadas no paratares
procedentes de grupos con -r- h¡ de
ser anterior e le de las liquidas geminadas
p¡l¡t¡les. ' En las fomul¡c¡ones que siguen, T = cualquier corisonante, E = vocal e/o, R = lale.al
o vibr.n¡€, N = n s.l, ' = voc¡l de apoyo nó fonológic&
t29
Líq uidos Y nasales III §
Fonética 4.3.4
r28
múltiples respuestas a la razón por la que pueden aparecer ,vestidos de cuero'). En cualquier caso, la de orúür¡ es una vocalicación
Se han dado
o opo como resultados de ,|'f y o¡., Io o oxo como resultados de'1./, no expresiva de orritrtrt'r'
op, pq expresiva, frente a la
Hay al menos dos hechos claros:
a) Originalmente la variación parece libre y la füación es secundaria c) Vocalización /¡/
la que no ob€dece 8l influ-
(varia de dialecto a dialecto y hay altemancias en Homero, como Kapr€ñs / L¿ vocalización en /a/ es la no condicionada'
p y I puede apuecer tras la sonante
xpcrepoS, etc.) iñ de los fonemas vecinos. En el caso de
.n el caso de la§ nasales aparece en vez de ellas' Ello nos
'o-d","n," da
b) Hay analogía de los grados plenos: TERT t¡ende a tener un grado O"
",r"t
ceroTaRt mientras que TRET tiende a tener un grado cero TRaT. Asi mic. tres tiPos de resultados:
'zurcidss' paliciPio de Per-
wo-ze fóp(et < *.fg-!e- es un grado cero con vocalización anterior a la 1) Resultado Ra: ¿-tv -pe-me-na ¿pw§Vévc
sonan¿e,por analogía de un grado pleno con vocal anterior a la sonante, fecto de itínro <*6)ftr!d' e-ru-po t)ta$o5 @enitivo) 'ciervo' <*eltlbhos'
como el fut. fÉpfr,r, etc. (aunque en el dialecto épico coexisten ép6r,-r y cf. ¿Uós < *¿/¡r-os, aÍ¡' é14 etc'
*kW- Gt' con Srado ¿' lit'
$é(w). 2) Resultado aR: ka-po Kopnós 'fruto' <
'piezas de tela' <*bhfwes- '
ketVi, etc.\, pa-we-aQ ÓoipFerÚ
3) Nasales:pe-za onéppo 'simiente'
<*sper-mq (cf" para el sufijo' lat'
4.3.3.T\nbrc dc la vocal de apoyo
(tema en * ¡ o en * ¡ / ¿r)'
a) Opinión común semen\, a-rc-Pa-te dat' de ti)'<L$o(p) 'ungüento'
te-ka-to-si 'téKTaci' de /tektqsi/ dat'
plu' de rÉrrov'
En cuanto al timbre h8y t8mbién muchos problemas de interpretación de
los hechos, que no es éste el lugar de tratar. La opinión común es que las
líquidas dan op, po en eolio, arcado-chipriota y micénico y op, po en el resto d) Vocalización /o/
en vec¡ndad de labial'
de los dialectos, mientras que las nasales dan o en todos los casos. Esta opi- Se rata de una soluc¡ón normalmente contextual'
y De nueYo tenemos tres
nión común se ha conseguido a base de seleccionar los datos y el¡minar del aunque en ciertos dialectos se extiende Seneraliza'
p, tr' y en vez de p' v' Observemos que
cuadro los que no coinciden con é1. De hecho, el micénico presentaar / rq or tipos de tratamientos, tra§ p, l, ante
se producen tratamientos altemalivos
incluso en una misma palabra:
/ ro y o / o. Peto hay más. Suele relegarse a la "letra pequeña" de los manua-
toPónimo' 'Pilos madre' <
les (cuando no, simplemente, olvidarse) el hecho de que también hay vocali- 1) Resultado Ro: ¿¡¿ -to-to-Pu-m Múúftutros
*k*et('df-'
zaciones en r y en d (esta última no en micénico). Bemabé 197? intentó fijar +molf-, qelo-to-Po-Pi K-€TponorÓt (instrumental) 'cuadnrpedo' <
< *thf\o'
las condiciones de cada una. Aqui nos limitamos a los datos del micénico. o-rc-ao-wo-ko lpowfopYós 'fabricante de sillones'
2) Resultado oR; -pe-z''tópÍ((q 'mesa' <*(k-)t(w)f- ' ma-to-Pu-'o
,o
nabfes como las que regulan ur I ru" y cita la o panhelénica para *¡ en Con todo, Garcia R¡món 19á5 ¿efienoe, ¡unque sea parcia¡menre, la validez
eirooL, etc. de la propuesta de Heubeck. Por su pane, Haug2002:49-ó2 distingte tres fases en
Morpurgo 19ó0, 19ó9 sostuvo que la nasal sonante da o junto a lab¡al, y la eliminació¡ de su funciór vocálic¡: l) unas fueaoo eliñinadas ya en indoeuropeo
que la líquida también se realiza como o tras /u/. La hipotesis no vale para tardío, por apofonia vocálica secündaria: 2) ot¡as en griego común tomsron vocal de
explicsr casos como pe-na I pe-mo ni c¡mo ma-to-pu-ro. apoyo a en posición inicial y final de palabrs y ¡nte ora son nte o vocel, y 3) en
Ruijgh 1961 partió de la base de que los heteróclitos en -¡ / a darían regu- época dialecral, pero anterior s lss tablillas, la son¿nte entre consonantes recitr una
lsrmente op /o, p. ej. dtret$op / d\É[óaros. A partir de ahí postula que se vocal de apoyo que puede sero u o según los diálectos.
prcducirían dos extensiones analógicas, una rilet$op / <i).e í.$oro9, otra ti).er-
óop / <ileÍóoros. Y de ahí, la extensión analógica alcanzaría al tipo en trz¡,
de donde aendríamos, a partir de x'spennf, -fros dos flexiones, una onÉp¡ro, 5. LAS SEMIVOCALES
-oros y otra oTr¿pFo, -oros. Esta explicación no sirve para casos como ko-po
rccpnóg, donde la extensión analógica es imposible. 5.1. Generalidades
Por su pa¡te, Adrados 1958, 1973 admite vacilaciones en los tratami€n- De igual modo que r l, m, n, también i, z pueden funcionar como cen-
tos, por influjo de los fonemas vecinos, siendo /a/ el normal y /o/ contextual. tro y como margen de sílaba. Cuando funcionan como margen de sílaba, e§
Los traaamientos a/o vacilan entre sí en un primer momento y luego se regu- decir, como consonantes, se articulan con la lengua más apretada contra el
lar¡zaúan según los dialectos. paladar, lo que produce un ruido de fricación. Las semivocales del indoeuro-
Bader 19ó9-1970 ofrece materiales nuevos para la vocalizaci,n lol pan- peo era¡ y, , (en otras notaciones,T o j ¡), que reciben los nombres semíti-
helénica, especialmente en comPuestos tipo ltorpo- < *Fntf-. cos de yod y wau. Eran sonoras, pero podían ensordecerse en contacto con
Heubeck 1972 considera la posibilidad de que en micénico se conserva- con§onante sorda.
ra la f sonante, sierl.do ña-to-pu-to y mt -to-rp-pu-ro 'la Pilos madre' varian- Se encuentran con ¿ lr en distribución complementaria: ,; 4 entre conso-
les gráÍicas de mdt1rulo. nantes,Jl,, w entre vocales o formando grupos como lrr?-, w/e-, incluso grupo
Bemabé 1977 pretende los siguientes objetivos: enl're si, h!e-. H8y asimismo sendos alófonos ry, aw, distribuidos en dos síla-
l)
Reconocer las limitaciones de los métodos de la lingüistica, de acuer- bas, formando i a diptongo con la vocal anter¡or y abriendoJr'-, w- la silaba
do con las cuales podemos establecer condiciones que intervienen en el pro- siguiente. Se ha tratado de establecer la norma de aparición de estos alófonos
ceso de vocalización de las sonantes, aunque no todas, y ensayar g/osso por Sievers, y luego por Edgerton, pero la aplicación de esta ley al griego no
modo, úna cuantificación, pero no matemát¡ca, del mayor o menor alcance de ha tenido demasiado éxito. Cf. la negativa a la acluación de esta ley en época
cada tendencia. micénica, debida a Morpurgo-Davies 1972.
2) Plantear adecuadamente el proceso de cambio, insistiendo en la natu- La evolución de estos fonemas en indo€uropeo ha sido en dos sent¡dos
raleza diferente de la vocal de apoyo con resp€cto a una vocal fonológica. d¡stintos: bien tienden a ¡rerderse, bien a refor¿arse, convirtiéndose en fricati-
3) Negar la hipótesis de Heubeck sobre las siguien¿es bases: vas o incluso en oclusivas. Cuando ibanjunto a una consonante, pueden pala-
a) La coincidencia enfiat^mie¡lo lal y lol con resultados del primer mile- talizarla, produciendo cuadros de resultados muy complejos.
nio excluye que sean meras grafías. En griego la tendencia ha sido a la perdida de ambas. La de yod es sin
b) La existencia de dobletes en la secuencia de vocal junto a sonante en emba¡go más temprana. Su frrdida habia comenzado ya en la época miéni-
varias lenguas, sin que ello corresponda a un reflejo de conservación de ca y está consumada en la época de la escritura alfabética. La perdida de wau
sonante silábical es posterior. No había comenzado en época micénica y la seguimos en los
f,
c) Cuestiones de cronología relativa. diferentes dialectos.
133
Fonélica l,os señiwcates III § 5'2'1
132
De ahí que el micénico disponga aún de silabogramas para sílabas con l) De YodJ s :
wau y yod, pero en cambio, cuando llega la hora de adaptar el alfabeto feni-
'i,r1pt < *yi-yémi, cf . l*. iacio, Úic' iie-to '
cio, se usa el signo de yod para la vocal ¡ y el de wau para la vocal ¿, y se crea i\g < l.ro-, cl. ai.lal¡ mic. jo- I o-'
un signo especial en varios alfabetos, la digamma (f), para z consonante, 2\ DC C:
mientras que no se crea ninguno para yod, que ya había desaparecido. (vyóv < *lugorl. cf .la¡. Wum, mic' ze-u-ke-si'
contradictorios' Uno
Hay que advertir que en las secuencias de una i o una ¿ vocálicas ante No solo son dos procesos diferentes' síno incluso
vocal (por ejemplo ior(p, xuovó5, etc.) se anicula un sonido de transición consisteenunarelajacióndelaaniculación,unaumentodeap€rtufaquecoin-
('lrJ'
(g/rZe), es decir, se pronvncia itateE ku-anos, etc., de ahí que el micénico use a" vibraciones glotales' El resultado es un §oplo sordo
ta pe.Ola"
"ia" "onlos dialectos psilóticos se pierde incluso'
signos silábicos con yod y con wau para escribir las vocales que siguen a una que en
la esPirante se realiza
/ o una ¡¡, respectivamente (cf. II § 2.3.9.). En las escrituras alfabóticas halla- El otro consiste en un refueno de la articulación:
punto más próximo (e' d" el de la dental' d)'
mos a veces grafías con dos yotas o con digamma para marcar estos casos. El con una ocltlsión inicisl' en el
que lat' díumu da
panfilio lo hace de un modo sistemático (p. ej. Lueuot (infinitivo de i¡¡t), Esta *d/- Porasimilación Pasa a dz- de modo similar al
'
2e).ufLLug (= 2<truLos), etc.). En otros dialectos hallamos grafías de este t¡po lugar a ital. dono.
ha provocado una verdadera
sólo esporádicamente. La razón de esta distribución de resultados
consulta¡se los estados de cuestión de
En algunos casos encontramos que ,; ¡¡ vocálicas se consonantizan por avalancha de bibtiografía' Pueden
283 s'
una pronunciación rápida, como en espaiol populat Antoño pot Antonio. Asi Leroy 1972, Melena 1976, Bemabé 1984:
articulan en grandes grupos:
lesbio (o- por 6Lc-. En micénico se producen consonantizaciones secundarias Baste con señalar que las exPlicaciones se
parece poco aconsejable pro-
de yod en casos coma a-Tza, etc. (cf. § 2.11.4.). 1) Se trata de dos fonemas di§tintos Pero
coincidido en todas las len-
yectar al indoeuroP€o dos fonemas que habrían
5.2. La yod guas menos en griego
- (fonemas vecinos'
5.2.1. Yod iaicial 2) Se deben a diferentes condic¡ones contextuales
casos hubiera una forma con z- y
Ante vocal hallamos dos tratamientos en griego, ya diferenciados en acento, etc.). Pero se esperaría que en estos
(dativo) 'pares', ze-so -me-no CÉ(obo!érllnr dat. del paticipio de futuro medio apoya la hiÉtesis de que I da lug'r a (' y *¡I-'l a aspirac¡ón'
(- aParece en un 8rupo
de (Ér,-r 'hervir'. 4) Explicaciones sociolingúísticas' El tratamiento
naturales y su tratamiento'
En griego del primer milenio, Ias palabras que proceden de étimos con de palabras relativamente homogéneo: Productos
yod inicial que se escriben en micénico, bien conT'- o bien sin ninguna huella términosdeculturs'especialmenteagrariaobienpréstamosdealgunalengua
indoeuropea no griega. Los resultados con
(- pueden proceder' por tanto' de
de yod, aparecen con aspiración inicial (marcada por espíritu áspero), mien-
un determinado grupo dentro
t¡as que aquellas que en miénico se escriben con signos con z aparecen con la pronunciación especial de yod procedente de
piensa que se trata de campe-
(-. Ejemplos son los siguientes: de los helenohablantes. Cf. Brixhe 1979' quien
I
135
134 Fonético la semivoales III § 5-3.1
del primer milenio aparece Perdida: rp€is 'tres' < *¡r¿l¿s (cf. ai. tmlah\, pre-
sentes en *€Jyó > +to, etc. 5.J. Lc wau
5.3.1. Conseoación de wauy pérdida
por disimilación
Pero en griego hallamos casos de conservación de ,- entre vocales
en todas las posiciones:
(escritos con L formando parte de un diptongo con la vocal anterior), como en Puede decirse que wau se conserva en micénico
a) En inicial antevocálica: wa-na-ka f avol 'ssbe¡¿no" v¡e-az-no'i
los adjetivos en <ros y los optativos del tipo 0€írlv, orol¡v. La explicación
(dat. p\t.\, -wi'de f i6<(r) 'uio" wo-ka f opYá 'tarea''
es que los casos de yod intervocálic¿ conservada proceden de una yod gemi- fehouoi ht 'vestidos'
Naturalmente, no tenemos casos de w¿
(cf' 3')' Il §22
nada, es decic de una solución -ry-, Esta yod geminada podría proceder de asi-
milación de una laringal en el caso de 0€í¡v, oroi¡v, que derivan de ttdheH
b) En interior intervocálica e-ro-wo é\ouf ov 'aceile" ka-ra'wi-po-ro
¡
yeH ¡m,ttsteHTyeH 1-rr, con asimilación de la laringal a la yod. En el caso de rtrdfL$óPog'clavera'.
c) En g¡upos: zr¿-ra -tu-t^)o VopcigF ov 'hittoJo' te-ñi-dwe1a rep¡rí6f<vra
los adjetivos en -tos, podría tratarse de una reacción fonética contra la pérdi- '
'p.orirto, d" z^pat^í, ke-se-ni-\ri-jol / ke-se-nu-wi-ia lOf tov lévfn
I
da de yod (lo que volveria irreconocible el sufijo). Huellas de la antigua vaci- (Éuf os de
(para las variantes gráficas cf. II § 2 3 15') derivado en -yos sobre
lación entre la forma geminada y no geminada serían los dobletes adjetivales
/ di'u7b AifLog 'de Zeus''
con y sin +-, del tipo de Xpúo€ros / Xpúoeog, etc. significado discutido , ko'wa rópf d 'hiia' , di'wi-jo
Sólo cabe hacer algunas observaciones a este
princiPio general:
En micénico probablemente estamos en plena fase de transición, como diptonSo
lo muestran dobletes corno e-re-pa-E-o / +e-jo (dat. phr.l ¿¡,€$<ivre()oLs 'de
l) La wau entre vocales puede cambiar de sílaba y constituir un
t ra-u-ru-ti-ia p«veia /
en -a- con la primera de las vocales: m- l'a-ra +i-ia
m*fil' , ó\éve(th 'con mangas',4e-fe- o / -te-¡o K-eL'té(Lhv
o-¡e-ne-a / -ne-ja ^of
'que hay que pagar' (cf. riut¡), wi-i-ne-o /-ne-jo fpLuÉ(r)ors (dat. plu.) 'de Aoupov8ids, topónimo (cf. II § 2.3.14')'
2) Recordemos que en las secuencias antiguas sw
/ ws se pierde la s: cf'
cuerc', po-ni-ke-a / -Ée-a $otvíx<(L)at'de color púrpura'.
Frente a Brixhe 1989, que interpreta que la presencia de yod intervocál¡ca
na-wi-jo < naws-, etc. (§ 3.3.5 ).
es qe to-ro-po-
3) Parece haber.algún caso de disimilación de -w-' como
un fenómeno morfog.afemático, Duhoux 1990 postula que la evoluciónj > á está
pi Ks€rpóroró!'cuadrupedos' (instrumental) y qe-to-ro-rt)e K*€rpóF€§
aún en curso y justifice las oscilaciones en la nolació¡ gráfica coño propias de una *¿"e'wr-'
'de cuatro orejas (e. e. a§as)', ambos Procedentes de indoeuropeo
camb¡o en proceso.
K*€rf p-' con el
Si w no se hubiera disimilado y permaneciera aún como
grupo 'rf p, esperaríamosgrafía s como lqe-to-wo'nt' o lqelu-'g-' Cf' lzm-
5.2.3. Tlatatuieito de lod en gnapos
bién o-tu-wo-we / o-to-$'o-we / o'ttro-we 'OpoFóFns < f opof t'if¡s (cf'
La yod en grupos ha desaparecido en griego (ya lo había hecho en micé-
nico), formando en general con la ora consonante del grupo una nueva con- § 2.12.).
Es dudoso el caso de sa -rí-nole' varienle del' foÍna más cornún §¿-r¡-'u_"o_
§onante o un grupo consonántico. Originalmente casi todas ellas producen un
¡e \y de se'.1'no'wo'lel ))a/etrtufór'ret
(cf Xe)tvo0s' _'ros) si no es un eror' ser¡a
fonema inestable geminado palatal, que luego evoluciona de forma varia. Se
ún ejemplo remprano de simplificación del gn¡Po -¡lle_> '¡_'
trata de tratamientos ya examinados, por lo que basta aludirlos:
136 Fonética III § ó.1 137
Vocalismo
5.3.2 ¿Otos casos de pédida de wou? capataces' (cf. paotkú,r 'ser rey'), cf. IV § 7.1.1. Sin embar-
flovres 'que son
Vilborg 1960: 43ss. presenta algunos casos, fuera de los que hemos visto en <Ús
go, en los femen¡nos de los temas se documentan sólo resultados del
en los que se ha producido disimilación, en que podría haberse producido pér_
tipo -¿7:, como i-je-rc-ja íécr.to 'sact;rdotisa', ke-m-nera K€pdp€to antrop.
dida de wau, dado que se trata de formas en que se había reconstruido wan y
tem., ¡rcrnE a i-¡e-rc-u l<peG 'sacerdote', ke-ra-me-u xcpop.-r.s 'alfa¡e¡o'.
en micénico no aparec€ escrita. Cada uno de los términos señalados puede
Ruiperez 1990 aborda el tratamiento de *-wJv- en el marco de sus ideas
explicarse de otro modo:
sobre los ratamientos de sonantes más yod por intermedio de la creación de
a) e-ne-k¿ évero 'a causa de' se reconstruía 't¿r¡we*z por el doble resul- consonantes geminadas palatales (como *n! > *n'n', etc., cf. § 4.2.2.1, El
tado éycro / e'iyero en Homero, similar al de otros casos procedentes de la correlato palatalizado de w se realizaía según Ruipérez como fra¡¡.cés muette,
secuencia -vf- como §éuog / {eivog < feyfos. pero etimológicamente
/ui [mqet, lqi]. El silabograma *79 reflejaría el tratamiento micénico de *wJ¡o
Évcrq se relaciona con Éyer- en ¿y€yK€iy etc., esto es, deriva de una raiz
como w'o. Los femeninos en <Lo de los adj. en -us y de los nombres en <u5
*H¡ek- con una evolución de sentido que va de ,tendiendo a, a .a causa de,. *<f¡4, *-pl/¿ (sobre el
no los considera derivados de sino del grado cero
El alargamiento, de igual modo que la aspiración inicial (que tampoco es eti_
paralelo de ai.svAdví, etc.). La secuencia *w!Hzhabría dado *-urq, sustitui-
mológica), se debe a la analogía de oüvexa < oü éyero. <ta por Ia presión de la mayoria
do luego analógicamente por d€ las formas
b) e-ru"Hpdr, teónimo (dat.), -¿-lp- (en ti-ri-se-rc-e rpto(h)r¡póher .al tres (<fos. <fes, etc.).
del paradigma
veces héroe', compuesto de rpLs y de i]pt_rs) se relacionaban inicialmente
con
lat- servo, eac Pero se han propuesto otras altemativas, como
)er_ en rela_
ción con ópd o incluso que se trate de términos de origen prehelénico. 6. VOCALTSMO
cl i-pe-me-de-ja fue relacionado inicialmente con el nombre del primer
milenio 'l$L¡rÉ&Lc (compuesto cuyo primer elemento es cf, lat ¿¡s), Introduc.ión
F(ór, ó. I .
pero hay otras explicsciones posibles (cf. DMic. s. u.).
Sobre el vocalismo micénico es poca cosa lo que hay que señalar, dado
dl o-¡o-me-no ógi¡reuog 'vigilante' (cf. Hom. ópo¡roL) se relacionaba que los cambios más profundos en el vocalismo griego, los ala.gamientos
con lat. uercor y se derivaba de una raiz *t4er-, pero en realidad debe ¡ela_ >¡
compensatorios y los cambios de timbre como a se produjeron con toda
cionarse con av. 4raiti, lal. seruo, etc., procedentes de una raiz *ser-.
evidencia en fecha posmicénica. Tampoco hay contracciones: si acaso, algún
e) /u-erb trAkia 'de piedra', derivado de ).Aos, se interpreraba como
ejemplo de hiféresis , como a-ni-o-ko 'qvúho¡os 'auriga' < áví(a)-ho¡og.
p¡ocedente de */aw-, pero debe proponerse como derivado de i/as-.
El micénico presentaria, en lineas generales, la situación de lo que
En los años sesenta hubo algunos intentos de demostrar que la w conso_ podriamos llamar el griego común, que hereda del indoeuropeo un subsiste-
nántica había comenzado a perderse ya en época micénica, de lo que
se trataba ma de cinco vocales breves y cinco vocales largas, y combinaciones de vocal
de extraer incluso consecuencias dialectales dentro del micénico (cf.
Georgiev €, q, o + !, u (diptongos). Dejemos aparte la cuestión (irrelevante para noso-
196ó). No obstante, Camera l9?1 demosró con sólidos argumentos que
no hay tros) del carácter reciente de este sistema dentro del propio indoeuropeo y
ejemplos aceptables pa¡a postular una parcial de w en este dialecto.
Érdida cómo se desarrollan en él algunas vocales p¡otéticas o de apoyo. El griego
conserva este subsistema sin grandes alteraciones. Desarrolla secundaria-
5.3.3- Tlatemiento de *-wy'
mente algunos diptontos de primer elemento largo (los tres con [, pero en
Mención aparte merece el tratamiento de rrr/-. Encontramos resultados u sólo
cambio, para diptongos laryos con crea !u, y además sólo en formas
escritos -wr'-¡ en casos como dr'-w i-jo-de Liftóv&.al templo
de Zeus, (cf. analógicas).
§tov), me-wi-jo resultado de *meiw-)os
¡reifrog (cf. ¡reíou), también escritos En micénico tendríamos, por tanto, cinco vocales breves, cinco largas
di-u-jo, me-u-jo, cf.lV § 3.2.1.b., asi com o en qa-sil-¡e-wi-jo-¡e (probablemente aún no se ha producido la innovación ¿ > ri), diptongos oL,
de 7*ooLtrrt_
E-
'i 138 Fonética Vocolismo III § 6.2.2 139
€r, o!, cru, €u, ou, uL, este último si leemos w4-ra como f<ioruu, dat. de vasija, que corresponde a Sriego del Primer milenio 6énos, y quizá en ñi-
rioru 'ciudad'; cf. también e-i-nu'Eptvút 'a la Erinis', que altema con e-ri- ra2 si hemos de leerlo putríd'de fresno', cf. griego del primer milenio
nu-h¡e 'EpwúeL y en las tablillas tebanas to-nr que altcma con ko-ta-we, dat. pe trid"
sg. de un anaropónimo masc. KópfeL/ KopftL(?) y dipt. largos tu, rlr, ot. Risch l98l considera qte ñ.'l/'m corresponde a gr. pírt-rtro5 y que puede
Reco¡demos que en este libro, por convención, transcribimos con ¡ y ol las explicarse por conl¡minaciín de'rnilul- y +wcbl-.
variantes largas de /e/ y de /o/, respectivamente, aunque son grafías anacróni- La doble pos¡bilidad -¿-, del dativo singulsr de l¿ terccrs decl¡n.ción no e§
cas, pues no representan, como sí lo hacen en el primer milenio, el correlato una vacilación en et timbre vocálico, sino que §e tr¡ta de dos desinerrci¡s distintas,
abiefo de otras vaf¡antes cerradas. cf. M 2.4.1.
No siempre los diptongos son fácilmente reconocibles por las deficien-
cias de la escrih¡ra micénica. Sobre la representación de los diptongos, cf. II 6.2.2. Vaciloción a/u
§§ 2.2.4.b. y 2.3.14. La altemancia enlre a y u como la que encontramos en ejemPlos como
Conviene señalar tan sólo un par de cuestiones relacionadas con el voca- da-ma y da-ma'intendent€', me-ida-ma-te y me-iau-ma-te 'intendente de
lismo en micénico, referidas a vacilaciones en el timbre vocálico y a casos de la miel', e. d.8ci¡rovs /6ÚFGvs, pe).L6ripovres, ¡r<).u6úpovre5 (según otras
secuencias vocálicas que sufrirían metátesis en el griego posterior. interpretaciones 8cipop / 6Ú¡rop, ¡r<\r6ri¡rapr<9, pe\16Ú¡ropreS) admite
varias explicaciones, bien que ambas variantes se originan en una altemancia
ó.2. Algunas vacilaciones en cl timbre vocálico vocálica prehelénica, con una función morfológica que desconocemos, bien
Algunas de estas vacilaciones se deben simplemente a Ias diveÍsas voca- como altemativas en la vocalicación de una laringal I1'3 que pudiera resol-
oHs.t > a o como H*
lizaciones de la sonante, ya estudiadas (§ 4.3.3.). A éstas se añaden otras: verse como '3 > a (cf. Bemabe 1976).
No incluimos entre los casos de vacilación de timbre vocálico el caso de d-p¡¡
6.2.1. Vqcilación <h con timbre ¡¡ como eol., arc.-chipr. y tes, dnú frert€ a la forma más general izada d Íó
Esta vacilación se produce generalmente en palabras de péstamo. en el primer milenio, ya que no se lrata de uña evolución del vocalismo, sino de una
Puede estar relacionada con el hecho de que en las lenguas anatolias hay una fomación diferenle anl¡gua, cf. Berenguer 2000: 328ss.
fuete tendencia a la confusión de ¿ con ¡. Podemos hallar esta vacilación
dentro del propio micénico o bien entre la palabra micénica y la griega del 6.2.3. Casos de asimilación vocálica
primer milenio. Registramos en micénico algunos casos de asimilación vocálica' como
a) Asi, encontramos alternancias dentro del propio micénico en r¡-t1i- e-ko-me-no 'Ep¡opevóg I o-ko-me-ne-u 'OpXo¡reu<Úg, esta última un antro-
to-, te/ti-mi-ti-ja, eíproros (genitivo) 'Temis' / e€proaíA 'de Temis' (es pónimo, procedente de un étnico formado a partir del toÉnimo que tamb¡én
éste uno de los rasgos que diferencian, según Risch 19óó, el micénico en griego alfabético presenta las dos alternat¡vas: 'Opxo¡.reuóg, con asimila-
"normal" del'especial", cf. VI § 2.). También encontramos esta alternan- ción, frente a 'EpXo¡reuós, sin ella. Lo antiguo es la forma con €- (ya que
cia en un antropónimo femenino e-pa-sa-na-ti / i-pa-sa-na-ti, quizá un procede etimológicamente de ép¡opoL). Otro ejemplo de asimilación seria
nombre prehelénico para el que no hay equivalencia convincente. u-pq-ra-ki-i-jq 'Ynoporpld adjetivo étnico, con asimilación' frente a u-po-
b) Las alternancias entre micénico y griego del primer milenio pueden ra-ki-ri-ja 'Ynopoxpid que no la presenta.
ser de dos tipos: hay e en micénico e i en griego del primer milenio en casos Quizá tengamos que considerar como asim¡lación vocálica parcial el
como m¡c. *¡l-re-so, griego del primer milenio rúrLoos 'codeso', o en qe-fo caso de o-ru-ma-to con o in¡cial, en lugar de la e que esp€raríamos de la com-
'tinaja', griego del primer milenio ¡íOos. Pero tenemos el caso contrario paración con griego del primer milenio 'Epú¡rau0os.
(i en micénico, pero € en griego del primer milenio) el di-pa út tipo de
I
,J' 140
CUARTA PARTE
MoRFoLocÍA
l. INTRoDUCCTóN
2. LA FLEXION NOMINAL
2.1. Generalid¡dcs
Las categorias pertinentes en la flexión nominal micénica son, en princi-
pio, las mismas que en el griego del primer milenio: género, número y caso.
Éstas son expresadas en sustantivos y adjetivos mediante diferentes formas
que se oponen fundamentalmente por medio de desinencias, pero también en
lV 143
IFfl 142 Morlología Lo leti ón ñoñi,al § 2.2.2
ocasiones por medio de altemancias en la vocal predesinencial (y quizá tam- Como s€ pt¡€de ob§erv¡r, son pocos los c{§os que resultan inequívoqmen-
(loc') y o-pi (instr' Plu')' Tam-
bién mediante el acento, pero esto es algo sobre lo que los textos micénicos te identificables, únicamente -aJb (gen. sg.), +
(dat. plu., sunque se ha PmPuest'o que alguno de
bién resultan bastant€ clams -o-i
I
no nos ofrecen ninguna información) o politematismos.
Los géneros que se distinguen en micénico son los mismos que en griego bs ejemplos, c¡ncretamenle wo-ra-so-L P(/ltía ser en realidad un
gen'{al dual
cf. § y -c (neuto plu' nom' o ac')'
del primer milenio: masculino, femenino y neubo. Y lo mismo sucede con el -¿
Fovdúoottv de un tema eo Fóvoooc'
2.3.3.)
número, donde nos enconratnos con formas de singular, plural y dual. Por lo
que respecta a los casos, la cuestión es más problemática. Parece claro que en Por citar sólo algunos:
micénico existían al menos los mismos casos que en griego del primer milenio: . gen. sg- ku-tV-so-jo Xpuooio, dat. sg. &l-nt-§o XpuoóL 'oro'
nominativo, vocativo, acusat¡vo, genitivo y dativo. El vocativo, como hemos .gen. sg. te-o-io oehoto (cf. oeós), dat. §g. ,e-o 0€h6r, dat' plu' te-o-i
señalado, nunca está atestiguado en las tablillas, pero parece razonable suponer e€hc;i.htÉ€kiis 'd¡os'
su existencia y at¡ibuir su ausencia de los textos a razones pragmáticas relacio- . nom. sg. ko-wo xópfog (cf. át. rópog, jón. roopos)' dat' s8' ko-v'o
nadas con el tipo de textos, que no presentan las condic¡ones de uso necesarias rópfcu, nom. plu. to-wo rcópfou, nom. du. ko-wo KópFt\)'hijo' niño'
para la presencia de vocativos. Además de estos casos se ha postulado la exis- .
nom. sg. ,ta-*o ¡otrrcóg, s8. ka-ko Xo).Kóv, dat' sg ¿a-¿o Xotu<ril
^c.
tencia de un caso instrumental y de un locativo gramaticalizados en micénico. 'bronce'.
Estos dos últimos ejemPlos mueslran bien a las claras que, según decía-
2.2. La declin¡ción tcmitic¿ mos, en muchísimas ocasiones la interpreaación casual de una forma de esta
2.2.1. Gene¡ulidades declinación se basa completamente en el contexto, pues la grafia miénica
El cuadro de desinencias de la declinación temática que tenemos atesti- hace opaca la desinencia.
guado en micénico es el siguiente': Como ejemplos de neutros podemos mencionar, entre otros, ri-no )¡ivov
'lino', e-ra-$,o I e-m¡wo é\otfov'aceite' (cf. ¿troLov). Entre los femenino§
Sg. Plu. Dual de esta declinación podemos señalar nom. plu. a-pi-qo-rc <i¡r$lr*o)'ot 'sir-
Nom. -o (-os) -o (-oü vientas' (cf. dpóírotros). Debemos llamar la atención sobre el hecho de que'
-o (¡¡) lógicamente, no existen en mién¡co nombres contractos (tiPo át' voos 'mente'
-o (<)v) -o (-ovs) del griego del primer milenio), puesto que todavía no se han Producido los
Nom.-Voc.-Ac. Neut¡o o (¡v) -a (o) o to) fenómenos fonéticos (pérdida de yod y wau intervocálicas) que darán lugar
al
-o-jo (-oLo) p' ej', nom'
Cen -o (-r¡v) surgimiento de ese tipo de declinación. Asi, tenemos en micénico'
-o (-os/-¡,r?)
plu. po-rc-ko-wo rpóxoFot 'jarras' (cf. át. npó¡oug, hom' npoxoos), antrop'
-o (-oLs) 'Pófos
Dar. -o (-(or) . oom. e-u-po-ro-wo Eüntrofos (cf. Eür¡\ous), antroP' nom' /o-t'o prob
-o-i (orh!, ors (?))
(cf. át. ioüs, chipr. pofos 'coniente').
lnslr -o-pi (ogr)
-e (-<t) / -e-i (<L) Haremos algunas consideraciones esPecifica§ sobre alSunas de estas
Loc
-o (-oLl-r¡r?) desinencias, sin detenemo§ en los casos que son idénticos a los atesti8uados
en ático en el primer milenio.
'En éste y en todos los cuadros posleriores de declinaciones ofrecemos en pr¡mer 2.2.2. Locativo singular
lu8ar la transcripción de la grafía micénica realmente atestiguada y a continuación ent¡e
Son pocos los locativos temáticos que tenemos atestiSuados con seguridad-
psréntesis su interprelación fonética; las casillas en blanco indican que el caso en cuestión
no eslá atestiguado en les tablillas. El rop. e-pi-ko-o ('Erirohos uel sim.\ tiene un loc. e-pi'ko-e ('EntróheL) y
145
144 Morfología La Jle-ri ónnoñ¡natIV§224
son ineductibles entre sí (Lejeune 1965a, Ruipérez 1979), hoy se tiende a pen- queenmicénicoelSenitivosolotieneftrncióñpaftitiva,pefonodeSenitivoadno.
proceso de sincrelisño de genitivo
y ablativo roda'
sar generalmente que, en realidad, proceden del mismo prototipo indoeuro- miñal o Po§esivo' por lo que el
peo, la desinencia *-osyo, que tenemos atestiSuada en antiSuo indio -asya y vi.nohabríaculmifiadoenlaéPocsdetestablitlas'sinoqueseencontr¿riaencurso.
en 'o son'
y 1992 han defendido que los genitivos
ahora también en algunos documentos itálicos. Lo que varian de unos autores En cambio, Adrados 1990 Bader
anliSua de Senil¡vo temálico
ll ¡
a otros son los detalles explicativos respecto de la evolución. Está claro que geriitivos en *_os Ésu es la desinencia
""."rt0"0, (cf -¿l)' que habria sobrevivido inalterada'
por tanto' eÍ micénico
la -s- de *-os1yo ya se había perdido en época micénica, mientras que la pér- indoeúropeo hil
---
t' 146
La .lterión no,nhal IV § 2'3. I 147
y en chipriota y, segrin B¡der,
t¿r tn Homero' dorde *-or puede aParc{€r
tiempo fuere y en fina, o" en b) porque existen otros casos de esta vacilación en la escritura del
lojun
""r"o. n* repl'n¡eamos esr¡s in¡erprehc¡ones
e ls ruz de ros dstos de, diptolr9oi ko-no I ko-i-no oAo'wos 'jurrco', 4-pi-qo-14 / a-pi-qo-i-a (an¡¡.
""u,*r,"TTt:t
r,emáticos i!¡equívocam*" * ., ;'J;'j"ff
influjo d€ l¡ flexión pronomin.l, pero
:ffJil: :H,:r":.,"i::H::
'ApótX*oírds).
c) porque se ha creado un instrumental en ?/ (§t) tipo e-re-p+e-¡o-pi
pod¡í.n ser ¿ntiguos.
y no tendúa sentido que hubiera surgido este nuevo caso si ya había una dife-
2.2.5. No minativo pl uml rencia entre un dativoJocativo en -orlri y un instrumental en -o¡§.
En principio, cabría plantears( Sin embargo, a la vista de los datos con que contamos actualmente cabe
res temáticos
,o-u *_,^-t'l:-t:11"
encubr" un"
- o" los nominaaivos prura- hacer la observación de que, como vimos en II § 2.3.14., los escribas de Pilo
ropeo.obientenemo.r","ro*"!n"]uJ;:il"r:T,T:,:ff nunca escriben la segunda vocal del diptongo oi en ningún otro coniexto,
gica a panir de los nominativos ffi j::"r":l mientras que sí utilizan dativos en -o-i, lo que induce a pensar que la realidad
d sin embargo, ra
ex¡§tencia en micénico r" ,"
ar_j ^l'i11'_pronominares. fonética que encubre esta secuencia no es s¡mplemente un diptongo. Y en
6L$0epot 'pieles' garantiza
que es -oi, puesto que ,^,nn Cnoso, aunque existe algún caso, tampoco es frecuente la escritura del segundo
rr"rio'-1".-ra3 a partir de la flexión
minal se produce prono- elemento del diptongo. Hoy en día la idea aceptada de forma general es que
pri.".o
", fl"^ljeña¡ada
r" tutá,,ca y de ella se extiende
gicamente a Ia flexión analó- las formas en -o-i deben interpretarse fonéticamente como -orh, si bien no se
de ,o, ,u'n"rtón
está.presente en
temática. ",,",,^ "^
ir¡r;;,,:;ilfi.:::":r1:::il::J; deben olvidar los problemas señalados.
Mor¡lejo 1984 sostiene que la reslaursción de -s- en -o¡ri y, de foína par¿le-
la, en los dativos de ¡os teñas en -a, ¿ri, se pmdujo en el momento en el que toda-
2.2.6. Acusativo plural via se enco¡lraban en el estad¡o r'-oilrl, *-a:¿i y no en el de sus reducciones *'o¡i,
Pa¡ece descatable que Ia desinencia *- a-i, en un estado de lengua er que aún se oponían dativo-locst¡vo e ¡nstrumenlal.
de acuativo p¡ural temática
ra sufrido en micénico la pérdida hubie_ Precis¿mente sitúa tal estado de lengua en época micénica y en un área que define
de I" _r_ I" ,""u"í";:;:';;
pesar de que Ia escritura
micénica "n ;r", con cautela como "sudoriental".
"
l¡etar
q:e todavía era -orr,
ru"
tintas soluciones que encontramos"]
; ilil:r':":r:,: ;?:::r;:TX Br¡xhe 1992 señala que el examen de la situacióo del "dativo" eo micénico
arroja luz sobre los cambios producidos entre las realizaciones de las funciones de
e dialectos del primer milenio,
mos reconsrruir pa.a , lll debe- Dativo, Locetivo e Instruñente¡-Cornitativo. Según su arálisis, en lá época de las
,r,"r. tto"t'" se conserva enel primer
mirenio en argivo "".r1
y parcialmen,u'l] -'l': tablillas la lenSua coñiente debia de tener un solo c¿so, el dativo, pero las a¡tera-
en cretense (ante palabra
vocal). iniciada por ciones que pueden observarse perñiten entrever la ex¡stencia de un sislema ante-
rior con dos o lres realizaciones casuales para la zona sintáctica cubierta por el
2.2.7. Dativo plural dativo. El probleÍ¡a sería, por (anlo, saber si nos encontramos ¿nte un cambio en
to: o*:r
micénicos son ambiguos. si -o curso de realización o ya completado antes de la elección enre los morfemas
y -o-i son do§ rearidade§
-^_. la primera sería
rentes, dife- heredados.
oLg y la segunda, oLhr < i-o¡sj.
arl, ar_"rr"
defendió
que probabr"."r," .",,",..u
:,:::ii11:.1.
ta mrsma realidad,:"por varias
razones:
a] ;;.-;;i,: r" 2.3. Los t€mas en .a
dativopluralyaesá-resraurada-enfi._/.r._s¡rproí,tses, 2.3 .7 . Generalidades
--. l)ryr9ue.lasael
y en ka-ke-u-si ya)tr<üot .broncistas, y Las desinencias atestiguadas de la declinación de los aemas en -a son las
bién en la flexión temática.
sería ilógico que n.,;;;;;
;,r_ siguientes:
-t
149
148 Morlología N § 2.3.2
La
1'
r"i:"".trff :::HJL:"ilfr i:Tj:;1"rffi,":Tl*; gamiento en -T- que presenta el griego del primer milenio en todos los
(cf.
II § 2.3.15.). casos distintos del nom.-voc.-ac. sg. y, por lo tanto, no mantenían ya Ia
- Dal. s8, wa-no-tu]e / wa-na-ke-t¿ Fováy.¡.t a. A*i- declinación original como tema en -2, conforme a Ia cual esperaríamos
^^-r-- formas del tipo nom . plu. tar'rflona (d.lal. canncn, r.rr,m, plu, cannina).
biridadesderepresen".,r;;;,.:;::;:I"'j;i]"1Tj';,TlJlT,ll
conforme a los hábitos normales (cf. . onéppo/-po'simiente', escritoPe-mo, Pe-mo.
II s 2.3.15.).
. n6g 'pigi, atestiguado Conviene señalar que, como ya observamos pam los temas en velar, no
en las siguientes formas:
- Dal sg. po-de n&i es imposible que el nom. sg. neutro fuera ¡rÉLLr, cíp¡.i.or, con oclusiva final
- lrst. plu. po-pí roróí, con asimilación de la denral aore conservada (cf. III § 2.3.).
la labial de Ia
desinencia lo que da lugar a una geminada Es muy dudosa la interpretación del dat. ¿¡i-¿¿-t'-si, documentado en las
aspirada (c¡. m s z.Z.Z.¡i.
- El nom. plu. esrá atestiguado en a,. nuevas tablillas tebanas, como Kuvalíot 'cazadoras', según quieren sus edi-
ki-po-de aí^yírro&s," 0"i". *
cab¡a', donde aparece esta palabra tores, en vez de como Tuvotfí 'mujercs'.
como *g*a, ,e..ir. á"
pue§to, ".r;_
. rópug ,casco,: c) Temas en -n ¡-
- Gen. st. ¿o-¡t¡-ro Kópuoos: . -qvs, -ovros. P ej., ÉIÉ$o9 'marfil': nom. sg. e-rc-pa ÉlÉüqvs, ac.
- lr§t¡. plu. ko-ra-pi_ Kópuror, sg. e-rc-pa+o i)G§avra, geÍ. sE. e-re-po-to É)téQor.,rog, dat. sg. e-re-
tunbién con as¡milación de la denhl
del pa-te i\e§dv-ret. También tenemos atestiguado el ¡nstr. plu. de estos
tema a la labial de la desinenciq
_ como veía¡nos en la palabrs snterior.
. -di-ri-ja-pi aviptap{t,
;;; J;,1::":::l;:ff ij;:;i¿.ffi: ;# temas en la forma
La fo¡ma de dat plu. de estos t€m a en la que se observa la asi-
milación de la -r- del tema a la labial de la desinencia, que daría lugar
::,::tj: :;1 del top-
uvo ehrco derivado da¡. piwe-re. en la que se adviene
a una geminada, reducida porque precedía otra consonante, y la pos-
la asi_ terior asimilación de la nasal a la ó (dv6pLrívr$L > riu6pLri¡(n)$u >
m¡lación de la dental ante la _s_
de la des i".i^, a^r. pi_;--i-)i
IILfcpí6r y en griego del primer "t. "g. <iu6pLripgr.).
milenio llrepí&9.
el dat p¡u. t¿-lrd-i (de un¿ palabr¡
. -l,yt -oyros. P. ej., nom. plu. ¿e-lD-te "yépvrcg 'ancianos'. Aquí debe-
_Sobrc
rel¡cionad¡ con horn. rdnls, gen. sg.
rdr¡ros) véase § 2.4.5b, mos incluir también los dive¡sos pal¡cipios, a los que nos referiremos
También tenemos atestiguados al hablar de la morfología de los adjetivos (cf. § 3.1.3.).
algunos neuros en denta¡:
. ¡rÉ).1 'miel,: . -€vs, <vros. Se trata de palabras formadas mediante el sufüo -f€ur-,
- Nom. sg. nre-n pé),1 como, p. ej., antr. nom. sg. ko-na-ta/e Kot:áf€vs, gen. sg. ko-ma-tte-to
- Gen. sg. are-rr'-lo pÉtrLrog Ko¡ráfeurog, dat. s E ko-mo-tee-te Ko¡afév'tét.
i-
-t
154
Morfología
Lafleión notni@l lV § 2.4.3 155
d) Temas en labiovelar
Tenemos atestiguados en micénico algunos temas vocálismos -q- e -r'-. Por lo que se refiere a los dos primeros, dadas las csracúerís-
en labiovelar:
. Antr. nom. sg. arti-jo-qo Aleío¡(*s o A¿OíoK*s (cf. AiSi or!), ticas del sistema de escritura m¡cén¡co, que no distingue largas de breves, resul-
dat. sg.
ta imposible saber s¡ alguno de eslos temas tenía la vocal larga de la predesinen-
a ¡ ti -jo- q e Ai.0tó/ór*et
. Da| iqo-e-qe íKKeohÉK?€r l¡t. .siguecaballo, (nombre
sg. cial, característica en principio del nominativo singular, genenlizada al reso de los
de una pieza
del amés), prob. un compuesao iKKwo-tÉKes (cf. casos (tipo riyt rr, dytirros). De forma conyerrional, asumimos en las trarscripciG
tnnog ,"uUrlio, f miénico
ÉnopoL 'seguir'. Sobre la forma del compuesto, nes que el estado d€ cosas era el mismo que en el griego del primer mile-
cf. fuu_n)trif). nio, pero insistimos en que carecemos de razón alguna para sost€ner que er¿ así.
2.4.3. ?enas en nasal Veamos algún ejemplo de cada uno de los dos tipos:
. ¡Lróv 'túnica'. Tenemos atestiguados los casos siguientes:
a) Temas en -rz
Únicamente tenemos dos oombres de lema en - Nom. sg. ¿i-ro Xrróv.
-n atestiguados en miénico;
. el nume¡al ,iÉ¡r- ,uno': dat. sg. - Nom. plu. ti-to-ae ¡tróveg.
e_me ipei.
. t €rp€p- ,sirena', que aparece - Instr. plu. f,i-ro-pi XLró¡r$[, con asimilac¡ón de la nasal a la labial de
en el compuesto se_re_ mo_ka_m_a_pi
ocLpepo-rpáhon$L .con cabezas de sirena,. la desinencia.
Tenemos atestiguados tanlo temas con yocalismo dat. po-se-da-o-ne floocL8dlx,iyer I po-se-da-o-ni fk:oet}áhrt.
o- de la predesinencial Igualmente reseñable resulta el nombre del perro, que en griego del pri-
como con voc¡lismo -€-, igual qr¡e en griego
del primer milenio, pero también con
mer milenio presenta altemancias entre grado largo y grado cero, como mues-
156
Mofologío La.Ítetióñ nominul IV § 2.4.4 t57
tra nom. sg. KúDy frent€ a gen. sg. ruyos:, En mién¡co
no tenemos atestiguado del que en micénico tenemo§ gen. plu. (¡o sg.'!\ ko-no ¡dv,iv (¿Xdvós?), dat.
el nominstivo singular -lo que nos impide sab€r qué grado
vocál¡co p;esen- ptu. ka-si Ydvoi.
taba-; en csmbio, sí conocemos otros casos, que se documenhn
funáarn"n- Las tablillas testimonian, igualmente, un tema en -ir¡. Conociamos el
talmente en las nuevas tablillas teb
ze rwes' gen' plu' (¿e rr],m. sg. puzke-q¡-ri en PY Ta 711.1, para el que se dudaba entre una inter-
si.,t) t:r-no rw6v eruxís?), dar
. nor¡r{v ,pastor':
fiI;T,[H' pretación como apelativo (nombre de función) o como nombre propio, Ahora,
en las nuevas tablillas tebanas, aparece el dat. pu?ke-qi-ri-ne, que nos hace
- Nom. sg. po-»re noL¡r{v. ver claramente que estamos ante un tema en -2, aunque la interpretación foné-
- Gen. sg. po-me-no noLpÉuog. tica global de la palabra no esté clara (quizá comp. Ou7É7*pLvs).
- Dat sg. po-me-4i ltoL¡tévr / po_me_ne totpévet.
- Nom. du. po-me-ne noL¡réue . 2.4.4- Temos en líquida
Se hs postulado tsmbién que tengamo§ .restiguado
el nom. y dat. plu. de a) Temas en -/
estos temas en l¡s fonnas ¿_r¿ (XN M 719) y -rr_si (en
¡a secuencia ¿_pr_9¿_ El único tema en primer milenio, á).s 'mar',
-tr que conoce el griego del
,r-sj de KN Lc 561). S€g¡n Msurice lggg: 142 ss., se trauría, respecriva- se encuentra ya documentado en genitivo en micénico en la secuencia a¡zo[
de Fpi, .cordero, (cf. ripriv), prs¡e
mente, de fpir€s y fp€voí, nom. dar. ptu.
lu-do-pi ú6ónSL 'con aguamarinas' (lit. 'con aguas del mar'), cf. tam-
esta intenprctaciór le oblig¿ s postular uns excepc¡ón 'ós
g¡ifica puesro que la bién el compuesto oeúlJ plu, o-pí-q2-ra ónúho\c 'regiones costeras'.
wau ioici¡l no ap¡rece not¡da, Si se suele ¡cept¡r,
en c¡mbio, qt e po_r"._§i
ooÉvor qs el dat. plu. de un¡ pal¿bra cuyo ¡c. plu, es po,E-aa- rlopÉuog
o b) Temas en -r
oopivos 'ofrend¡s', ,víctimas' (cf.
dor. O(puii). De forma general, en ese tra_ Al igual que señalábamos para los temas en -2, la grafia micénica nos
b¡jo Meurice argume¡t¡ que ¡os nombrcs en _¡ ys no
tienen en micénico alter- impide saber cuál era el estado de cosas en este d¡alecto por lo que se refiere a
n¡nciss vocálic$, lo cu¡¡ actüalñente es dif¡cil de
mantener ¡ l¿ vists del d . la extensión o no de los grados ala¡gados fuera del nominativo singular, sólo
plu. t.-La-ta-si r¿fiaor (<.r¿¿rs¡), ¡tesaiguedo en les nuev.s t¡bli¡l¡s teba- que aquí la ambigüedad también se extiende al mantenimiento o no de los gra-
nas, fre¡te al ño¡ñ. sg. te_ko-ao_ r¿KTou y nom. plu.
conocidos antes.
,¿_¿o_ to_nc tértoveg, ya dos O que presentan algunos de los temas en f en griego del primer milenio
nar{p 'padre',
(cf. nom. sg. pero gen. sg. rorpos). Veamos algunos ejemplos:
También úenemos atest¡guado algún tema
et an, p. ej., top. nom. plu. .ouldrnp 'hüa':
Pa-ki-¡a-ne l4,ofñvÉs, ac. pt\t. pq-ki-ja-na- Zóc'ttdvqs, dat. ptu.pa-kija_si
- Nom. sg. lz-ka-re- 0uyrir¡p.
I$c7Láuot, instr. plu. pa-ki-¡b-pd EgoTLd¡rSt. Se trata
de un tiio conocijo en - Dat. sg. tu-ka-te-re ouyar(e)peu. Resulta imposible determinar si
griego del primer milenio en nombres
como ,Aropudveg. se trata de un dat, con vocal plena (0uyorÉpeL) o con grado cero
Mención especial merece ¡r{v ,mes,, que originariamente
era
un tema (0uyorp6í), siendo ta +- de -re- en esta segunda posibilidad una vocal
en -r¡s-, cf. la¡. mensis. En micénico, de acuerdo
con Ia evolución fonética, mueña puramente gráfica. Necesitaríamos un gen. *tu-ka-ta-rc
l,f,.f¡et
podría ser un lema en -¿á, es deci¡, en nasal
aspirada (cf. III § 3.3.2.). Las fo¡_ para que hubiera un caso claro de grado cero o un *tu-ka-te-to para
mas que t€nemos atestiguadas son gen. sg.
me_no VI¡2W y da¡. sg. o_pi_me_ne pensar que tenemos un grado pleno (aunque en e§te caso cabría tam-
ónLC)p¡vkí'pormes'.
bién pensar en que se tratara de una grafia convencional para evitar
También tenemos atestiguado un úema co¡ vocalismo
-a_ de la predesi- variaciones en el "radical gráfico", sobre el cual, cf. § 2.4.2b).
nencial, que, g ju2gar por los datos de los
dialectos del primer milenio, debe
- Dat. plu, tt¿-ka-ta-si gu"lataryr, donde no tenemos caso de 'fadical
ser larga en todo el paradigma. Se trata del
nombre de la .oca,, qua g.i"go gráfico" y es un claro grado cero. Para los defensores de la preserva-
del primer milenio es nom. sg. (do¡. "n
¡riu Xav), gen. ,g. XnrO, fao.. ¡-iiri , ción de r en micénico (cf. Ill § 4.3.4.) sería un grado cero conservado.
br..
il 158 Mor/ología La Íeríón noninal IV § 2.4,5
159
todo caso, testimonio de una vacilación en la vocalización de la sonante; Nom. plu, pa-we-a I pa-we-a, $opfcht'
dtr€róo(p)- / dl€róo(p! (sobre la cual cf. Bader 19ó9). - Dat. plu.P¿-lre-si ÓriPFt(o)ot '
También parece probable que fuera un heteróclito en micénico el nom- -lnstr. p|u. Pa-we-Pi ÓáPFeoÓ1.
nom plu'
bre de la 'cabeza' que en griego del primer milenio aparece como nom. rripd Otros ejemplos: nom. s8. ¡¡r-wo OÚ(f)os 'sustancia aromática"
tu-,á/e-a gú(fkh(l. dat. sg. o-re-i ópthL 'montaña'
(cf ópos); nom' sg' we-ro
o Kpds y gen. hom. rpáorog o rpdróg. En miénico tenemos aiestiguado el
I
irlstt. plJ.. ka-m-a-pi Kpáhonót, de un tema con formante en nasal alargado en Féros 'año' (cf. t¡os), dat. sg. reduplicado wete-i-t1/e-te-i fÉrehu-fÉrehL
dental ¡- (ttp-f-/-) como el que muestra el genitivo homérico, con asimila- 'año I año', 'cada año'.
I
r-,
§ 2.4.6
tó1
1ó0 Molología La lerióñ nomhal IV
'
b) Neutros en -¿s d) Femeninos en -os (tipo ai&¡S)
de estos temas en
P. ej., di-pa 6tnos 'tinajilla' (cf. hom. 6Éaos 'copa'): No teriemos ningún ejemplo directo de la declinación
un derivado de uno de ellos' la'aurora"
-Nom. sg. dr-pa 6ínas. micénico, aunque sí está documentado
autirul
-Nom. plu. dip¿ prob.6ín( forma anumérica con tema puro (cf. hom. .r"i"¡i" ,", ir-r'o en micénico (cf' át' Eo§' jon' to§' eol' oü!s'lat'
nom. plu.7ép4 de yépos 'don', 'honor'), frente 8 interpretaciones más ¡rrg", po, -,-p. ,-wo-i7b 'Afóhros 'matut¡no"
"
antiguas que veian aquí una haplografia del escriba por di-pa-a 6incho.
tema§ en silbante desa-
-Nom. du. dr'7a-e 6lnok. Tenemos t&mbién stestiguados en micénico otros
en griego del Primer milenio:
Dentro de eslos tem.s plsntea p.obler¡8s de anális¡s mofol6gico la forña ¿e- parecidos o púcticamente inexistentes
/a, del par¿digm¡ de r¿pqs 'cuemo', sl que tarnbién pertenece el norn. plü. ke-m-a
p' ej" el de *OeúXo (cf'
Képoha. Por el coñiexto en el que ap¿rece, ¿¿-ra debe ser un dat.-instr, por Io que e) Participios de PerfecÚo en -Fr¡sJ-foh-' como'
I te-tv-ko-hto-42&0u¡fóha (sus-
se esperaria *,|*€-ñz-e K€pdlr€t. reú¡ur 'fabricar'), no fi. plu. rÉüt' te-tu-ko-tro-a
En Enego del Pririer mile-
Por ¡o que se refierc e nom. t€-po réros, dst. plu. t -po-i rÉfl'dh!, en prirrcipio, tiaido en griego del primer milenio por rcreuxniorr)'
juzgerdo f,or los datos de¡ primer milen¡o, esper¿¡íemos un tema en -f- (cf. hom. n¡oestaformaciónsólosubsisteenelnom.sg.delosPaniciPiosdeperfecto'Los
rdnls, gen. s8. rdn¡ros:) masculino. Sin embargo, el dat. plu. l¿-po-i r¿rahr mues- analizaremosmá§endetallealocuPamosdelamorfologíadeladjetivoen§3.1.3.
r¡ bien ¿ la ¡as clalas que l¿ forma no pu€de procedea de +repa-¿ri, pues no se habría
*yos' Los estudia-
producido l¡ aspir¡ción de la -§- dado que no habría est¿do en posición inlervocálica, f) Formaciones "intensivas" (luego comparativos) en
(§ 3'2')'
esi que lo más probable es que es(¡ palabra en micéñico todavia no hubier¿ rec¡bido remos en el apartado dedicado a los comparativos
el ¡lsrg¡miento en -, en los casos distintos del nominalivo singular y fuera un tema en
g) Temas masculinos en -ois (tipo iig's) nn miénico tenemos
docu-
-s. En cuanto al género, no @nemos darcs en micénico para preciserlo, por loque tam-
'al Ees vece§ héroe" Estos
bién cabria la posibilidad de que fueñI un temr en ¿s que tratamos en el punto h). menáo el dat. sg. ri -i-se-rc-e Prob'TpLorlpókt
muy similar a la de los
temas, que en grieSo ático tienen una declinación
generalizado a toda la declina-
c) Sustantivos y adjetivos en -es femeninos en -os, sólo que con el grado Pleoo
en *ów- Sin embargo' el tes-
Al igual que en griego del primer milenio, nos encontramos con dos gru- ción, se habian explicado como antiguos temas
ese suPuesto segundo
pos dentro de este tipo: adjetivos (tipo <itr1oís del griego del primer milenio) timonio micénico ha hecho ver que no hay restos de
y nombres propios masculinos (tipo )orprir¡g). Como ejemplo de los prime- elemento de diPtonSo -r,-.
ros podemos citar en micénico ke-rc-si-jo we-ke Kpr,,otof e p"¡r1si 'de factura
h) Temas femeninos en fr' Es po§ible que el dat' plu' ke-rc-na-i conserve
cretense'; nom. sg. neutt. a-no-we avüfcs 'sin asas' (comp. del prefijo <iv- y
el nombre de la'grulla'en micénico, como ha proPuesto del Freo 1999' con
una forma relacionada con ots 'oreja'). Y entre los segundos, nombres propios
yepcvdhL de un nom' 7epéuds
como e-u-me-ne Eúp(r,r1g o e-u-me-de Eipij6r¡g (dat. e-z-ze-de-i Eürn&hr). lo que habría que interPtetar esa forma como '
Mención especial merece la forma a-l¿, que se interpreta generalmente no atestiSuado en el primer milenio'
como un dativo del teónimo "Ap¡s, a pesar de que se esperaría +a-re-e, si se Sobre ,e-Pa véase el Punto b)'
I
-I
I ró3
162 MorÍologia nomi¡ol IV § 2'1'7
y la perdida de la pri-
§uPonen la asPi ración de la s- inicial
En cuanto a los temas en -u, podemos señalar, p. ej., nom. sg. ta-ra-¡¡ forñ as micénicas -u' el da¡' s8' i-ie-
a micénica de tema el
0pdvus 'escabel' (cf. hom. Opflvug), noñ. pln, ta-rq-nu-r/e. Debido a la ambi- -¿- por disimilación La form y' por
fief A
pleno de la predesinencial
ser una forma con grado
güedad de la grafía miénica no sabemos si tenemos que intepretarla como r& iéf €r, sí Parece
de grados en el paradiSma.
0ú/uf€s (es decir, con la -¡- del tema como vocal, de modo que la sílaba -we- t¡fito' co n altemancia
marcaría simplemente el t/rde de transición, cf. II § 2.3.) o como Opdvfeg (s5
decir, con consonantiaciín de la -u- del tema ante la vocal de la desinencia). en dilttongo
2.4.7. Tenas
En cualquier caso, lo que sí nos deja ver esta forma de plural es que nos en micénico'
iJ"Ht :";'"' están abundanrcmente documentados
encont¡amos ante un tema con grado cero de la predesinencial generalizado a
del primer milenio' noson
que encontramos en el griego
todo el paradigma (tipo oroXúg, gen. oraxúos del griego del primer milenio Frente a la §ituación los grandes proce"
se han producido todavía
y también hom.6ópu, gen. *§opfr1,s > 6oupos) y no con un tema con alter- l|J;eg-ul;,",' p'""o q'" no w consiSÚientes
q'" su alreración (pérdida de v
p'o'o"u'án
nancias en la vocal predesinencial (tipo n¡¡us, gen. sg. ITiX€os del griego ::. i;;;;..
de cantidad etc )'
del primer milenio). A juzgar por los daúos de que disponemos parece que ese i"r*"r"t O" tcl"tt"cción' metátesis
en ma¡ror
'"'-;;;t como ejemplo dos de los que están documentados
tipo de declinación con grado cero de la predesinencial es el que se ha gene-
ralizado en micénico. También resultan muy interesantes las formas de dat. sg. número de casos:
que ofrece[ estos temas, pues aparecen como formas en -4, que deben trans- . xd.reÚs'broncista':
cribir un diptongo -ur sin notación del segundo elemento. P. ej. wa-tu prob. - Nom. sg ta-te-u ¡otrreÚs
,g". ko k" *" *anrr'f <t
I ko-ke-wí (dud ) xolrif L
fcioru (cf. áoru 'ciudad'), e-i-nu 'Eprvút 'a la Erinis' (que altema con e-a- -'oiou.
nu-we 'EpwítcLl o antrop. ko-ru KópuL, que altema co¡ ko-ru-we Kopú<L en - Nom Plu *a '(e-l'e \o^ri/ (§
las tablillas de Tebas. Como se puede apreciar, estas formas refuer¿an la idea - Dat. Ph)' ko-ke-u-sl Xo\K€oot
que acabamos de señalar de una generalización del grado cero de la predesi- . ryoÓ<úS'batanero':
nencial eo estos temas en -¿, pues incluso fcíoru, que en griego del primer - Nom' sg ka-na-Pe-¿ rYod<Ús
'Gen. sg ka-ra-Pe-reo rvoÓif
os
milenio presenta altemancias de grado (gen. sg. áorcos < *faornFos, dat.
sg. <ioret < +faorcft\, no parece presentar dicha altemancia en micénico, - Dal. sE ka-na-Pe-we ruo$r]f<u
rvqóiles
como también parece probar el Een, ele-wa-tu-wo 'Erefriorf og, de un antro- - Nom. Plu ta-na-Pe-we
pónimo cuyo segundo término de compuesto es -aoru. Lo mismo encontra- - Dat. plu ka'na-pe a-si <voóeüot primer milenio
los daros del griego del
mos, aunque con desinencia <i, en el dat. pa-m-ke-,,ee / pa-ra-ht-we (¡omb¡e Teniendo en cuenta' adcmás'
el grado alargado de la
Darece que en estos
temas en -eu se ha generalizado
de una materia preciosa), ya que lq altema\cia e\tre -ku-we y -¿e-lre no parece rmpo-
en aqueltos casos donde era
que deba atribuirse a una altemancia de grado -referl-ruer, sino que es mera- l.alr,l"*li ".ro el paradigma, salvo
libl" foné,i.""nt" debido a la ley de osthoff'
mente gráfica, según muestran otros ejemplos (cf. II § 2.3.15.). Presenta dat. acusattvos en
de eslos lemas es si tenemos
sg. en -€i también Éa-nt-we- ró.pl(f)<t 'nuez' (cf, rápr,oy), instr. plu. ka-n!-pi Una duda que subsisle rcspecto
€iprlu'6e (de +tipeÚs
con palicÚla _6€ como e-l€-d¿
rripu{u. 'll, en formas de adlativos
la forma a2'r¡_¿ '
(de toP Mooeús) e' inclu§o' en
Mención especial merece el nombre del 'hijo', que presenta en micénico 'casa' (?)) o ña-se-de Mo('rlv'b€
(cf átr!€ús) Si realmente eslas
que se ha int€rprelado como
ac átrLriv 'pescador'
tanto una forma temática nom. sg. i7b fós (cf. hom. y áf. clásico u[óg), como una difereñcia de trata'
de lemas en {ús' esto implic¡ria
una declinac¡ón de tema en -u en dat. sg. i-je-we i"éf<t (cf. át. arcaico u[ús, formas fueran acusativos
de los dialectos del
qr¡e e¡conlramos en la mayoria
cret. uLus). Todas las formas griegas parecen proceder en último término de mienlo resPeclo d€ las foffnr§
+'er'r' > -¡Fa' como hom 9oor\rlo'
*sz¡ll-, con disimilaciones priñer ñilen¡o'que implican una evolución
de diverso tipo en la mayoría de los d¡alectos. Las
I
165
't64 Moriología
gos!tr¿¿ Las formas micé¡icas, en cambio, implicarían una desinencia +rr, con LiKrtuj)é,a-mi-ni-so-deApvt(o)oóv6€'to-¿o-so-deKvo(o)oóv6e)
ár.
s lwo-ko-de I wo-iko-de f
&rci.ñe ' L casa' ' a-mo-
Iomo con ap"f"ti"o
Érdida del segurdo elemento de diptongo, pera la que encontramos par¿lelos en for- "i-¡J-li'uouo"uiv<i& casa del rue dero' di-wi-io-de ÁLftov-
'a '
mas srcadias y chipriotas como ac. i€pEv (cf. i€p€Ús 'sacerdote'), con idéntico ra-
de Zeus')
tamiento, por t¿nto, aldel ac, hom. Zrlv del teónimoZ€ús. No obstanle, los ejemplos " 'at temPlo
6e
que en miénico no tereños documenod¡ h fontt¡
no son n¿da segufos. ia.rr,"
","oto "o^tat¡r
Finalmente, hay que mencionar que, de acuerdo con Santiago 1973 y oirc&,queclaramenieesunarca¡sñoenelgriegodellmilenio,puesimplica es3
,""
j*j"*,u, atemáticr para oirog q,.re en griego solo se rtestiSua"en
1987, algunas formas en -e-¡¡ de estos nombres no serían nominativos en <ús, oiróv& '
u§sda unto es¡ form¡ como
enconE¡mos
sino dativos-locativos en -nu (cf. dat. Tótr¡L de un tema en -i, con formación forma. En HoÍrero y Hesiodo
que reprcsénlá ur nota_
con l¡ que t€neños en l¡s teblill¡s' Sí
paralela, y a.i. lc{, súnAu de un tema en -¡¡). Maurice 1987 ha realizado una que se corresPoride
6ri 'c'§a' (indeclinable e
I
ia "r""O.o t" do'de 6'¡§e casa" cf hom
''
crítica detallada a este trabajo, argumentando en co[tra del valor probatorio
I
'orm"
de las formas alegadas. Sin embargo, ahora hay que hacer entra¡ en el dossier indiferenre al rúmero)'
procedenci a: a-Po'rc-ro'te dv&réFte.v 'de
la forma e-u-tete-u Eürp¡o, en una lista de topónimos en dativo en una de - ;;;;:;ó' tuequizá
,. indica
también en top' a-ke-rc-u-te
'A"yp€0e€v'
las nuevas tablillas tebana§ (TH Ft 140.2). .rtt,"Jt i
""ll
3. También es posible
que tengamos documentado el
sufijo -/e 4et con
' *",'" ("i' trom' y arc' -0u en formas como hom' Koptv0ó0u)
b) Además de los temas en -eu tenemos algunos otros nombres con tema
""i"r'a"top. a-ne'u'te laTne'u'le y a'ka-'c-u-te '
en diptongo que son irregulares en el primer milenio: er los
-El nombre de Zeús: en micénico se documentan un gen. di-wo Atfó5
y ln dat diwe Atf€i-
3. EL ADJETIVO
-El nombre de la'vieja'ypoirs, del que en micénico tenemos el nom.
plu. ka-m-we'ypdfcs, equivalente al áL ypA€s.
-El oombre de la 'vaca' (fu09 en griego del primer milenio), del que 3.1. Ctases de adjetivos
"r,.i.i.'l*-^¡"r,'i' o" tres te¡"titúcio,,es 1enuticos y de temo en --a)
tenemos la forma qo-o, que probablemente es un ac. plu. 1*6vs (cf. de tres
que decir a proPósito de los adjetivos
dór. pdg) escrito go-o y no simplemente t4o, como esperaríamos, para Prácticamente no hay nada conesPon-
§e declinan como los
evitar escribir un monosílabo. Tenemos también documentados algu- *.,r;;;;;;.' o*' "n micénico' lógicamente' y de tema en i' (femeninos)'
(masculino v neutro)
nos compuestos como qo-u-ko-m y-oú-x(o)pos 'con cabeza de vaca', O,""l"r lr.*,,,., t"mát¡cos I á'tci¡o' ' rc-u-ko I
I Podemos citar, entre otros'
e-ñl-'o-¡D t e-nt'n-m ipvlrxs
qo-u-ko-to 7.ourcó).os 'pastor de vacas' (cf. pouró).os) o qo-u-qo-ta
to-no-s i-jo I ko-no'síio Rv;ir-tt
yqouy*órds 'pastor de vacas' (cf. Poupords). ¡e-u-*a \eurós / -á'blanco" grtego '1':lt:::'
'" " que' como también sucede en
;;; o'" hacer referencia a
;;, que los adjetivos com-
se aptica la "regla" de
2.5. Sulijos con valor casual del primer milenio, no siemPre encon-
y no de tres, es decir, que en ellos
En micénico, además del sufijo $1, plenamente morfologizado como Duestos Son de dos rcrminactones (masc' y fem )'
tipo 'ibo(os
ffi;t,",,'';";a para masculino y femenino'
desinencia casual utilizada para la formación del instrumental plura¡ (aunque com o to-Pe-24 4-ka-ro-
a veces funciona con valor de locativo) y que se añade directamente al tema, ü6otov (neutro). La vemos funcionanáo en "¡emplos
'mesa sin cabeza" e e 'mesa sin la pane superior"
teoemos también documentados los sufijos casuales siguientes: no rópne(o rirripdvos
';:-;;:".';-0,-;;;"ópne (o d¡r6i1*oros 'mesa en rorma de 8" curiosamen-
1. Sufijo adlativo Je, continuado en el 6< del primer milenio. Se añade pro-
que si que tiene una forma
a la forma de acusativo de la palabra en cuestión e indica dirección ,. i"" *.ouesto con el prefijo ci¡rót-
"0i",,"á homérica adaptada gen'
milenio' como en la forma
hacia un punto. Se usa tanto con nombres de lugar (p. ej., di-ka-ta-de i," O" t"1""""" "rt trimer
ló6
Molotogía Et adjetieo IV § 3.1.3 '1,67
nom npoeig. dejan ver que el ,"., norúror 'ganadero menor') y que en la tablil¡¿ KN C 9ll se opone a verios adjeti-
lll.tino _,r,".ra ;:;'il:L, -lrb derivados de nombres propios.
nancias de grado de la predesinencial, vos posesivos en -a-Jb e
d" modo qr""r'.r" ,
,"r*rrr"Jir,rd
masculino y el neutro en ático b) En cuanto al sufijo *-yos, tiene un valor intensivo o elativo, es decir,
es s¡ El tema en -¿ se encuenrra,
de hecho, en ras formas ,ru¡, , ,r..i^"lllia' marca que se posee la cualidad expresada por el adjetivo en un grado nota-
que se documentan en
los épicos y
los tiricos. pues bien,
*"., iJ".,l llt: ble. Estas formaciones en -¡bs en micénico son siempre temas en -s, en los
:,",:'#1,".,-*,,lffi
:;::;TiT',";i::?:J.::l::Tfl:I que alternan, en función de la fonética micénica, -¡os e -r'.cñ-, pero nunca
presentan la forma con nasal como en griego del primer milenio (cf. ac. sg.
¡rei(ouo 'mayor', con -¿- frente a pci,(u < xmegyosd), La -t'- inicial de este
3.2. Los grados de comparación sufijo puede en pronunciación rápida realizarse como consonante/ y afec-
del adjetivo
Aunque propiamen¿e no podemos tar a Ia consonante anterior, produciendo su palatal¡zación. Tenemos así en
,.
adjetivo en micénico, sí que
hablar de grados de comparación
del micénico:
conviene hacur rr",
situación en que se encuentran "ln.i¿".r"io;;:l";;;" ," ' me-zo FéCtJs 'mayor' de pé'yyas < meg-yds (cf. peí(u¡v), nom. Plu.
ie,,, ;;;;;:';:; ;;"#:1':::j:::::i;,H:;Tli: *"
I en est
ra rormación masc.-fem. me-zo-e ¡té(ohs (cf. peí(oug), nom.-ac. plu. ¡eutr. me-
zo-a2 1t é(oho (cf. p<ú(t¡).
ü
Iw§4.1 t7l
lu,1
I 170 Morlologío Modolog ía pronomiaa
grado mayor que el otro inroducido por la partícula. Por tanto, una construc- AParece únicamente dos veces:
o-
ción "A es contrastivamente hermoso en disyunción con B" se reinterpreta eY ep ZOl.St da-mo-de-mi ' pa-si ' ko-to-na-o ' ke-ke-me-na-o '
como "A es más hermoso que B". na-to.e-ke-e
La forma con +¿bs (luego sustih¡ida casi por completo por -Lurv) adquiere 6á¡ro5 6É pív $oot rroruáhr'-ru óvdróu Éxckv '
de parcelas de tiena .'
valor comparativo en la construcción con caso genitivo (con valor ablativo). 'pero el pueblo dice que ella tiene un arriendo
PY Na 926: e-ke-de-mi a2'ku.mi
jo
La secuencia "A es particularmente hermoso a palir de B" es interpretada
t¡eL 6É ¡rLv a2-ku'mi-io arrrroP \
como "A es más hennoso que B".
'Pero a2-ku-mi-io lo tiene'
Una vez que llegan a existir estas dos construcciones comparativas, r
.p"-¡ o4.ri (?), oÓ<tv (?) o o$<ht (?) dat plu' pron pers 3 pers Lo
ambas se haán intercambiables, d€ modo que en griego del primer milenio p ej
de la serie An de Pilo' :
podemos encontrar -T€pos o -tov indistintamente con particula o coo geniti- encontramos varias veces en tablillas
e-te-wo-
vo. Incluso -TÉpos: puede usarse sin segundo término de comparación con el PY An ó54.8 me-ta-qe ' Pe-¡ ' e-qe-ta ' a-te-ku-tu-tu-''ro '
mismo valo¡ intensivo qu€ -urv. ke-¡u-u,e-í'jo
éhuos
¡rerá-r;< o$éhL ¿Kwéras'Ax€K'rpudu'Ercfor)ef
:y luego con ellos el "conde" Alectrión hijo de Eteocles"
3-2-2. Los sufios de superlativo
La forma arcadia o$¿oLv que aparece en una inscripción de Manlinea
Consecuentemente con la falta de uso de -/e/ps como comparativo nos (cf
sólo que con 'r_ restaurada
encontramos con la falta de uso de *-14ros como superlat¡vo, ¡ncluso con la (¡P1rt.9.15) Parece ser la conlinuación de mic P¿-i'
úlrima corno 04'€h!'
completa ausencia de este sufijo en los textos micénicos. Sí que tenemos II § 3.2.3.c), lo que abogaría por inrcrpretar esla
pers' 3 (cf hom o'ro' Éoio)' Se encuentra
8en' sg' Pron
o
documentada, en cambio, la forma más antigua *-aros en ,ne-sa-lo 'wo-jo fcio
pé(o)ooros 'medio', aun{ue, como se ve, no con valor de superlativo. únicamente en PY Eb 472'B:
También existe en micénico una forma en -i§ro, compuesta del grado we'te-tv'u "' e-ke'qe ' o-na-lo ' wo-io '*35-to
f<orP<Üs "' ¿x(L-K*€ óudróu foio
?
cero de *-¡b¡, con el sufüo -ro-, que indica el que posee la cualidad en grado
'muy grandes' (cf. tam- 'Y E§treo " tiene su arriendo ?'-
muy elevado. Se Úata de neutr. plu. ,i€- ki-ta ¡(ytoro
ü
ü-
172
Morlología Los nuñerales IV § 5.1 173
4.2. Los dcmost¡stivos
Tenemos atestiguadas las siguientes formas: 4,4. Adjctivos pronomins¡€s
. to-jo- rdLo gen. sg. ,de ést€, (cf. Aparecen en las tablillas los siguientes:
artículo hom. roio) . nom. sg. masc. /o-so ió(o)oos, fem. ¡o-sa ró(o)od, neutr. ro-§o ró(o)oov.
PY Eb 156.2: os-ti-jo-qo , e_ke_qe , ,o-jo_qe
, au_to-jo Atest¡guado también en varios casos más.
Ai0íor*g [¡6s-¡¡*6 roio-k.€ oúro1o
'Etíope tiene de este mismo (un teneno en
. po-ru- Ío\ig sólo aparece en composición.
arriendo),. . nom. sg. masc. -pa n<ivg (para el resto de los casos véase § 3.1.3.), se
. rciih o quizá rois, d8a. p¡u. masc. .a ésros, (cf anículo rciioL, roig)
1o1 documenta tanto solo como en compuestos o junto a otra palsbra, P. ej.:
'I PY Na 5?¡.A to-i-qe , e-re_u-te_to
nom, s8. m¡rsc. ro-so-pa ró(o)oog n<ivs 'tanto en total' (y nom. plu,
roth-¡<*€ ¿tr€úo€pa
masc. to-so pq-te tó(ohou ncivre S, nom.p\t. neul(. ro-sa pa-ta r6(o\oq
'y par¿ éstos libres (de impuestos),.
. to-e I to- e. La interpretación ¡rrívro), nom. sg. neutr. tu-sz-pa fú¡rnov.
de estas fomas no es segura, pero quiá
podría trataEe del dat. sg. del tema pronominal *.ro_
/ ro_: Tóh€r y
q *¡e-rrr¡ 1cf, a"i. tarnai
Tó¡rG)6¡ dat. sB. del pron. demostratlro). Áa"
5. LOS NUMERALES
dos formas altema¡ eo una secuenc¡a igual
que aparece en las tablillas:
PY Eb 842.8 y Ep 613.8 e_pi_qe to_e /ro_me
te_m-pi_ke l. Numeralcs cardinales
5.
éní-rc*e rókL/ró¡r{t)er OepaníoreL
Estamos muy mal informados acerca de la morfología de los numerales
'y sirve a las órdenes de éste'.
en micénico porque la práctica habitual de los escribas es anotar las cantida-
Segun RuiÉrcz 1996, la declinación en -rr¡- que encontr¡mos en la
forme ¡o-rr¡€ des por medio de ideogramas numéricos (cf. II § 3.ó.). Únicamente tenemos
h¿bri¿ pervivido en griego de¡ priñer milenio en crel. orrFr, form¡ del relaüvo6orL9.
. to-to parece ser una formación escritos med¡ante silabogramas los siguientes:
reduplicada del tema pronomind a.fo,
concretamente un ac. sg. neutr. rófio(6)
l. dat. e-me épet, que, como ya vimos (§ 2.4.3a), conserva el tema ori-
comparable con yéÁ. tattod o ginario en -m de la raiz *sern frente a la nivelación analógica que se
bien róro(6), cf. át. roro, equivalente
de ro0¡o (igual procedimiento
ha producido en griego del primer milenio como tema en -rl a partir
de formación que lat. sese). Aparece en varias py Aq
líneas de 64 en de las forma de neutro +tp > Év, de modo que en el primer milenio
el sintagma ro-ro we_to ró(r)10(6) ,este
fÉros año,. tenemos dat. évi.
'au-to-io oindto gen. sg. de oüró9. ya hemos citrdo
el contexto al tra_ La forma del numeral uno basada en +oi-wo- (cf. a. pers. aiva),
tar del p¡onombre personal ,o_Jrb.
que en griego da lugar al adjetivo oios 'solo', 'único', también está
4.3. El pronombrc documentada en micénico en el adj. compuesto nom, sg. masc. o-rro-
relúivo
Está aúestiguado varias vecesTb_
we oifóF¡s 'de una sola asa' (cf. nom. sg. neutr. a-no-we dv6f€s
/ o-, probablemente una paficula de enu_ 'sin asas').
meración formada a partir del relat¡vo, quiáequiyalenúe de ós. Normalmente
apar€ce dir€ctamente seguida de una
2. nom. y dwo 6úo o 6út¡ (la grafía micénica imp¡de conocer la can-
ac.
forma verbal, p, ej. o_w.Je ri\:
También ten€mos
fí& .así vio,. tidad de la vocal final y ambas formas están atest¡guadas en griego
/b-qi yórcrwL(6) (cf. eó|. 6rrL), retatiro
cor[uesto del primer milenio), instr. du-wo-u-pi 6fo0$L o, menos probable,
equivalente de 6o¡rs:
8r-roLu¡rSL (cf. dual arcad. en -oruv, pero en micénico no hay ninguna
PY Un 1314.2: pa-na_ko jo_qi no_to_mo pe_rc
g<ip¡rorov yóKK*r(6) wo-to_ razón para que no se escriba la -L-).
mo (dnt¡op.l pet t»é
'medicamento que ll eya r,eo_to_mo,.
3. dat, fr-n-si rpLoi. También está atestiguado ,¡'-r¡- rpr- en composición,
p. ej. ti-ri-jo-we rpuóF€s 'de tres asas' , ti-ri-po rpiÍ,ts 'trébede'. Se
=*
174
MorJología Palabrus ¡\vaiables IV § 6.1 t?5
ha especulado con la presencia del numeral
en acusativo en la Únicamente hay un adverbio multiplicativo documentado, y tan sólo en
secuencia po-ro4i-ri de KN Se 879.b, que podría
¡nterpretarse como
nó).oug rpÍvg .tres potros', pero no es seguñr. coñPos¡ción:
tenet ¡oAe.
178 Morfologío ElveúoN§7 179
Conviene mencionat ¡zmbiér. o-ljo- t;sly,os 'asi' y, o-az, o-da-a¿ (éstas CUADRO DE LAS FORMAS VERBALES MICÉNICAS
sin interpretación griega satisfactoria), que aparecen encabezando oraciones y
pueden interpretarse sintácticamente como conjunciones o adverbios oracio-
nales (cf. Duhoux 1998: 27-33).
Tbmáticos Temáticos
¿-tz'¿x€t c-u-L¿-to el)Xa¡ot
c-áo-si t¡or,oL ¿-b-j o- to ¿'t K€iovt c* (1t
7. EL VERBO INDIcarlvo
ALm¡ticos Atémárices
PRt:StiNrt
pa-§i +¿o! di¿o-,o 6ítÓT d.
Apane de los problemas generales para el estudio del verbo que pmduce el -¿-.si tlxvoL -u-ttt-to fpi»,tot
c-,o ¿orov (?l
propio sistema gráfico en que están escritas las tablillas, debemos señalar la
limitación tan grande que supone la propia natur¿leza de los texlos, que son en c-c-to ÉtÉv¡a(v)
su inmensa mayoría documentos de la administración palacial de diferentes cen-
TEMA DE PRESE¡TTE Temáticos
t¡os miénicos y los que no, inscripciones pintadas sobre jarms con someras .-ko '¿Xtiv, e-ko-t¿ '¿xorncs
micénico con un sistema verbal aniculado en tomo a cuatro temas (presente, Sitmático Sigmático
futuro, aoristo y perfecto) y a dos voces principales (activa y media, pues no ¿-m-sc ÉIoor dc-to-sa-n üEa¡o
hay ejemplos seguros de formas pas¡vas en los tiempos en que la voz pasiva R¡diel térhático Rsdic¡l témático
INDTcAT¡vo -wi-de fL& -pa- m- ke- ñ¿f- Io n apolév<r o
se diferencia morfológicamente de la voz media en griego del primer mile- -o-po-ro &\ou
TtMA DE AoR¡sro
nio). Sí que hay diferencias de detalle respecto del verbo griego del primer Radic8¡ ¡temático Rad¡cal átemálico
milenio por ¡o que se refiere a las desinencias primarias y en cuanto a la ut¡- do-k üiKe qi-ri-ja1o K-pío1o
¡
180 Morfología El verbo IV § 7.1.1 l8l
Para la elaboración de este capítulo hemos realizado una revisión de centra especialmente sobre ellos. Si que encontramos, en cambio, una util¡-
todas y cada una de las formas micénicas que en algún momento han sido zación muy adecuada de los datos micénicos en el que sin duda podemos
intelpretadas como verbos y a lo largo de él aparecerá completo el elenco de considerar el estudio fundamental sobre el verbo grieSo de los últimos años,
las formas que con una cierta verosimilitud pueden ser consideradas verbos Duhoux 1992 [2001¿], aunque, como dejan ver los índices, no se estudian
en miénico, clasificadas por temas y voces e incluyendo dentro de cada tema en él de forma sistemática todas las formas verbales micénicas. En el
también las formas nominales del verbo. El último intento de elaborar una reciente manual de Bartonék 2003r 30ó-336 se encuentran listados comPle-
lista completa de |as formas verbales micénicss se encuentm en los anexos tos de formas verbales, con una clasificación por temas, personss y voces
que acompañan al atículo de Duhoux y Dachy del año 1992 sobre el aspec_ (pero, llamativamente, no por tipos de formación dentro de cada uno de los
to verbal. Nuesro material de partida para el análisis del verbo micénico es temas), que resultan de gran utilidad para quienes se interesen por el verbo
más amplio que el que aparece en ese trabajo, en primer lugar porque en algu_ micénico, pero el análisis de los datos, limilado a cinco páginas, aunque
nos estud¡os aparecidos en los más de diez años transcurridos desde su publi_ esenciafmente conecto y con los datos básicos, no deja de resuliar un tanto
cación se han hecho nuevas propuestas de interpretación que han aumentado escaso. Naturalmente, aparte de estos estudios generales, existen varios tra-
el caudal de formas ¡nterpretables como verbos y, en segundo lugar, pon¡ue bajos que se ocupan de aspectos parciales del verbo micénico, pero tampoco
hemos podido incorporar los datos de las nuevas tablillas aebanas. Además, son especialmente abundantes. Y existen llamatiYas lagunas en la bibliogra-
en función de sus intereses para ese trabajo, Duhoux y Dachy no recopilaron fia, como, por ejemplo, el hecho de que no haya ningún estudio dedicado al
los adjetivos ve¡bales en -rós y -rÉos, mientras que nosotros si los hemos tema de futuro en micénico a pesar del interés que Puede tener para una ade-
tenido en cuenta. cuada valoración de la historia de los futuros sigmáticos y futuros contrac-
No abundan los trabajos generales sobre el verbo micénico. Una refe_ tos en griego.
rencia básica es el atículo de Duhoux 1988a, que, de todas formas, no
atiende de forma específica a las cuestiones morfológicas, sino que se cen- 7.1, El t€ms dc prcs€ntC
tra fundamentalmeote en los problemas relativos b¡en al tiempo y el aspec_ 7.1.1. Los prcseúes temáticos
to, bien a la voz y la diátesis. El trabajo de Sowa 1998 es un útil análisis de Comenzando por la voz activa, tenemos documentadas las siguientes
conjunto de las formas verbales persooales atestiguadas en micénico, clasi_ formas:
ficadas por temas y por tipos de formación dentro de cada tema, con discu_ .3.r sg; pe-rc §¿p,iL 'lleva', a-ke á:,.eL'llev{ , e-ke ié¡et 'tierc', a-ke-
sión de las de interpretación problemática. Naturalmente, encontramos rc dyeLyt 'recoge', wo-ze Fóp(€t 'trsbaja' (de *wfgt-, cf. bé(u,
aportaciones interesantes en las obras generales sobre el micénico, como ép6to 'hacer'), wo-ke fóp1et (?) 'hace' (cf. wo-ze\, te-ru-pi-ke kpo-
Docs., Palmer 1963 y, sobre todo, Vilborg l9óO y Ruijgh 196?. pero hay ríoK€t 'está al servicio' (cf. &poneúr,¡), a-pu-ne-we dnuvÉFeL (?)
que tener en cuenta la fecha de estos dos ú¡timos libros, por lo que, a pesar 'zarpa' (comp. de dnu- y *véfa, cf. véo 'nadar', peto no es seguro
de que su consulta sigue siendo provechosa, están todavía muy cercanos en que se trate de un verbo, podris ser un aoponimo), a-pi-e-te dp{uh<-
el tiempo al momento del desciframiento y no pueden tener la perspectiva X€r 'rodea' (comp. de E¡@; parece cla¡o que se trata de un verbo, pero
sobre el tema con la que podemos t¡abajar hoy en día cuando ya han pasa_ otras interpretaciones como doirlK€ 'consagró' tsmbién son posi-
do cincuenta años. También encontramos indicaciones valiosas sobre el bles\, e-pe-ke énei.¡et 'envíá con urgencia(?)' (8unque la interpreta-
verbo micénico en los estudios generales sobre la morfología del griego.
como Chantraine 1961 y Rix 1976. De todas formas, hay que decir que ' Plarh 1992 ha re¡liz¡do un list¡do y clasific¡ciór de l¡s fo.mas verb¡¡es de presente
Chantraine hace todavía una utilización muy tímida de los datos del micé_ en miénico. En nuestr¡ clasific¡ción heños añadido rlgunss foín¡s y hemos preferido
operar como crileaio prim¡¡io con el de conjug¡ción teñátic¡ opuest¡ a conjug¡c¡ón ale-
nico. En cuanto a Rix, incorpora ya bien los datos micénicos, pero no se mática.
r82 Molologío El wrbo Iv § 7.1.1 183
ción es muy dudosa y cabe la posibilidad de que ni siquiera sea una . dat. sg. masc. mu-jo-me-no puuo¡rÉuuu 'que se inicia' (de *puio <
forma verbal). *muy6, ci. ¡tuiw\t
. É¡ovot .aier,en' , o-pe-ro_sj ó{É),}.ouor ,deben, (cf. jón-át.
3.r plu.: e-&o-si
. nom. plu. masc, tq¿ro-me-no prob. x*etró¡reuor 'que llegan a ser' (cf.
ógrltro, eol., arc. y hom. óórtrtrr¡).
eol. né),opcL),8unque tampoco pueden excluirse totalmente otras
Mucho menos numerosos son los ejemplos de formas de voz media y
interpretaciones como yw¡tróp€vot 'que quieren' (cf. dor. 8ritropou,
pasiva:
beoc. pے\opor, tes. petrtropot );
. 3., sg. e-u-ke-m- eü¡eror .proclama
solemnemente, (cf, eü¡o¡roL
Jac_ . nom. plu. masc. ,?-qo-me-no ).€tK*óF€vot 'dejados (en reserva)' (cf.
tarse'); véase § 7.6. para las desinencias de voz media.
Ieino);
.3.t pl:u, e-ke-jo-to prob. éyreiorrrot ,están establecidos en
la tierra . nom. sg. ma§c. ,o-lt2 -qe-jo-me-no (o)rporfu-eyó¡reuos 'girar visita (de
comunal' (cf. É7rel¡r.oL, aunque coo conjugación temátic¿ en vez de
inspección)' (cf. rpÉno 'girar' o orp€óoJ 'retorcer').
atemática, que también está atestiguada psra este verbo en el primer
A ellos podemos añadir algunos antropónimos que no son sino partici-
milenio, p. ej. hom. rÉourcL. No puede excluirse completamente que
la pios de presente iemáticos utilizados como nombres propios, p. ej. nom. sg.
forma micénica sea atemática Éyreiorou < *enkeyr¡toi).
masc. o-po-ro-me-no 'On\o¡reuós (cf. hom. óntropot 'preparar'), e-u-ko-me-
También tenemos un nutrido grupo de part¡cipios activos en _¿r- de
ver_ no Eúxo¡reuó5 (cf, e-u-ke-to eüycrot\, wa-do-me-no hfá6o¡reuós (cf. ii6opoL
bos temáticos, que incluimos aquí porque ofrectn información
adicional para 'complacerse con' ), pa-sa- ko -me-no túd¡o¡rcvóg (cf . üúXt¡'f rota¡').
el estudio de la formac¡ón del tems de presente en micénico (para
su declina- Por último, hay que señalar algunos inf¡nit¡vos:
ción véase § 3.1.3.). Encontramos as¡: . e-ke-e tx<kv 'tener' (cf. é¡or),
. nom. sg. mdsc. o-pe-ro ó$É)..[ou, ac. sg. masc. o_pe-rr,_ta óQÉl].outo,
. a-¡a-ke-e dvrrlthrv 'llevar' (cf. riucíyo),
nom. plu. mdsc. o-pe-ro-te ó$ÉD.oureg, nom. §g. fem. o_pe_rc-sa . e-¡e-e épetrev 'remar'de *épo (cf. ép,éooa y e-rc-a\,
ógetr),ovoo 'que debe, (ci. o-pe-rc-si y jin._át. ó$,€Ítro): . wo-ze-e Fóp(el¡Ev 'trabajar' (cf. wo-ze\.
. nom. sg. masc. wo-zo
Fó(oy, dat. sg. masc. wo_zo-te f op(ówet, nom. A la vista de estas formas hay que realizar algunas observaciones res-
plu. masc. wo-zo-te Fóp(ovrÉs ,que rabaja(n)' (cl. wo_ze y
iÉ(a, pecto de las diferencias, no muy abundantes, que existen entre las formas del
Édo'hacer');
tema de presente en micénico y en griego del primer milenio:
.nom. sg. masc. e-&o t¡orv, nom. plu. masc. .que
e_ko_te ixovt€i 1.r) No existen en m¡cénico los verbos contractos, puesto que todavia no
tiene(n)' (cf. ¿-,te):
se han producido las condiciones fonéticas (desaparición de yod intervocálica)
. dud. nom. plu. masc. e-qo-te prob.'éK?o!,r€s ,que
siguen, (cf. Éno¡ror) que desembocaron en su creación. Los verbos contractos, por tanto, debian
. nom. plu. max. qa-sil-rc-wi-jo-r¿ y*oor¡,¡Fiovr€s ,que
son capata_ presentarse simplemente como vefbos en -eyo- o -d1n- , segin nos muestra ,o-
ces' (cf. pcoL).erx,_r ,ser rey');
,o-qe-jo-rne-no, ya sea rpoKv€yóp€vos o orpox*€yóp€vos y sobre el cual
. probablemente también nom. sg. fem. .que
{e_¡p_sa oKw¿Ltroyoq da la nos resulta imposible saber si originariamente era un iterativo del corfespon-
vuelta, que se en¡olla' (cf. orÉ)}o .recoger, enrollar (las
velas),), en diente verbo radical temático (rpÉnor o orp<fu), con una oposición en la
la secuencia a-¿17- e - e-m-pa-j o -q e -ro-sa.
vocal de la raíz entre o en el verbo en -eJyo- y e en el verbo radical, o bien un
Igualmente, hay pan¡cipios medios y pasivos en _z¡ero_:
denominativo a partir del sustantivo correspondiente de la misma raiz que, de
. nom. plu, neutr. wo-zo-me-no
fop(ó¡tevc, nom. du, neutr. x,o _zo_me-no
hecho, está atestiguedo en micénico en la forma ro-¡p-qo, ya sea rpóKwos: o
fop{o¡téva'que están en fabricacíóo' (cf. wo_zel: (rrpóX.os, documentada en un contexto referido a lsnas y que seguramente
. nom. sg. m¡sc. o-lo-me-no ó$ptevog ü [pó¡revoS ,que vigila, (cf.
hom. significa 'cordón' (cf. altemativameote rfrnog 'vuelta' o bien hom. o-rpooós
6popaL);
'cordón' o 'correa').
184 Morfología El verbo IV § 7.1.1 185
2.¡) Por lo demás, los tipos de presente documentados en micénico se verbo denom¡nativo formado a partir de un sustantivo en <ú9. A juz-
corresponden con Ios que encontramos en griego del primer milenio. Concre- gar por esta forma, los denominativos en <úo, tan frecuentes en el grie-
tament€ aparec€n los siguientes: go del primer milenio, en micénico eran simplemente un¡ variante de
. presentes radicales temáticos, normalmente con vocalismo
e de la los verbos en -Jr'o-, con el sufijo añadido a la forma en grado lalgo del
raiz: pe-rc {Épct, e-ke t¡et, rc-qo-me-zo l<ux-ópevor, sustantivo correspondiente. Curiosamente se trata de una correspon-
]ge -tr-me_no
r*eló¡rcuoL (21, e-qo-te ér*ovres (?1, a-pu-ne-we dtuvéfet (?l,e_¡e_ dencia clara entre el miénico y formas del eleo como $uya&!ol <
e éÉlÉv, e-ke-jo4o éTreiovror (?). El vocalismo a parece antiguo en *$u7o6¡fyo (pero pan. aor. $rrya&úout) frente a $uya&úor 'exi-
algunos verbos, como a-ke dy<r .lleva' (aunque en último término liar', correspondencia que parece haber pasado inadvertida en la
procede de un grado pleno e, ya que la forma originaria erz*H9g-\. bibliografía. Otros ejemplos en eleo: rcrtoupcíorv, aor. Kor[opoúo€r€,
También encontramos el yocalismo o en algunos escasos verbos del equiv. de át. Ka0r€p€úov; ).orpcL [ó¡reuov] / ].orp«ópevov, equiv. de
griego del primer milenio y uno de ellos ya está atestiguado en micé_ trorp<uó¡r<uou: poor€i€L equiv. de pcoreueL. Esta comespondencia
nico: o-¡o-me-no ópóp€vos u ópó¡revos. por último, no podemos viene a confirmar la idea de que los presentes en <úto están rehechos a
saber con seguridad si wo-ke (?) procede de una forma con
f ópyet partir de las formas de otros temas, como fut. pcot).ei.oo o aor. Épao[].e u-
vocalismo o originario (worg-) o bien de una forma con grado cero, oo, pero ya no se trata de que simplemente en esos contextos ¡esulla
con lo que ese timbre se debería a la vocalización de la sonante esperable la reducción del primer elemento del diptongo -rlu., sino de
(*wre-). que, al ser formas diferentes del tema de presente, tampoco estaba en
. presentes con sufijo frecuentemente en griego con el grado cero de
-J,o-, ellos el sufijo yo- característico de ese tema. Fonéticamente en ático a
la raiz: mu-jo-me-no ¡ruro¡rÉu,l 1¿s *puio < ttausyd), wo-ze fóp(<t partir de *goo[].iry(,l lo esperable sería también ++fooL].<(c,-r como en
(de *w¡g;r,ó); aunque tampoco son r8¡os los que aienen
vocalismo ¿ como eleo, según dejan ver evoluciones como las formas femeninas tipo
a-k-te á"yei6r (de rtageryí) o oKeÉ»oyoq (de *sk efyd.
ae-rc-sa *iÉp¡fyo> LÉpcLo.
. presentes en -io«nl. te-ru-pi-ke oeponíoreL. No sabemos si el sufijo . verbos con sufijo nasal; se suele ac€ptar gue o-pe-m-si ó((ItrouoL y
t¡ene algún matiz especial (incoativo o iterativo). Los contextos son los demás formas atestiguadas de este verbo proceden de *r$É\vo con asi-
siguientes: milac¡ón -/¿-> -//-. De todas formas, los detalles de formación del pre-
PY Eb 842.8: sa-sa- v)o e-kene o-ta-to ka-ma-e_u e-pi_qe to_e te_,a_pi-ke sente de este verbo son un tanto obscuros.
Daoáftlv éAt K.€ óvdrdv xa¡roküs ¿Íl ¡(*€ rókl e<poníoreL 3.r) La mayor pane de los verbos mencionados tienen en gri€go del pri-
'Sasaón tiene un tereno en usufructo como propietario de un campo mer milenio la misma formación del tema de presente que en micénico, Sin
(ka-na) y por éste presta servicio'
embargo, hay algunas excepciones: el verbo *épu.r que hay que suponer a
PY Ep 613.8: lo-na-to e-ke ia-ma-e-u e-piqe to_me te_ra-pif_ke pa|ti del iú, e-re-e ha sido reemplazado por una forma derivada a partir del
óvdróv É¡eu rcpaküs éni r*e rópeL &poní[orer sustant¡vo correspondiente (d6Éooo, formado sobre épcrqg 'remero', ya
't¡ene un t€rreno e¡ usufructo como propietario de un campo y por atestiguado en mic. e-te-ml; 'lt¡ruúo < *rzusyd reconstruible a partir de ñ¡-
éste presta servicio' jo-me-no pvto¡tév,or ha sido reemplazada por una formación en -eyo-,
. Muy ¡nteresante resulta ¡a foma qa-sil-rc-wi-jo-te 7.oot).¡fíorrreg
porque frente al verbo conespondiente en ático del primer milenio,
I pu¿úr; tampoco subsiste wo-z¿ fóp(€r 'trabaja' (de *w$)161, sino que la
formación más parecida es ié(r,r, con diferente grado vocálico; tsmpoco
poot),eúto, parece mostrar que esta clase de verbos
denominativos no existe en griego del primer milenio un verbo oepanúoxo coqro perm¡te
era en <úr¡, sino en-ifyo. Naturelmente, la restiü¡ción de las dos pri- suponer para el micénico la Íorlrt.a te-ru-pi-te, sino que nos encontramos
meras silabas no es segura, pe¡o si que parece claro que se trata de un con el denominativo o€parÉúo. Se apreci+ por tanto, una cierts tendencia
t8ó Molología El verbo IV § 7,1.2 ta7
a la renovación de las formas verbales mediante la utilización para la for- mentado en las tabl¡llas PY An 5, 18 y 852, sería un topónimo. Las rszones
mación del tema de presente de sufijos denominativos que, además, pre- para apoysr esta interpretación son el psralelismo con otras palabras que apa-
sentan la ventaja de que permiten una formación regular del resto de los recen en la misma posición que ésta en las tablillas en que se documenta la
temas 8 partir del presente en contra de lo que sucedía con los presentes palabra y en otras de la misma serie. Además, Kil¡en ha §ugerido también que
antiguos I los que reemplazan. ésta sea la lectura de PY Cr 8ó8[+]875 en cuya línea 5 se lee lto-na-pel, en
4.¡) Por lo que respecta a las desinencias, sólo estamos informados de una tablilla en la que aparece una lista de toPónimos acompañados del ideo-
I las de 3.r persona. En la del singular de la voz activa no parece haber nin- grsrna cERv y un numeral. Así pues, de ser cierta esta interpretación, no ten-
I luna diferencia respecto del griego del primer milen¡o, estándo ya asentada dríamos atestiguado ningún imperfecto en las tablillas.
<r en la conjugación verbal micénica. Para el plural encontramos -o-¿si En cuanto a las formas medio-Pasivas, tenemos:
(escrito -o-si), que es el precedente directo de las formas en -ouq[ del grie- .3.r sg.i ¿i-do-to 6[6orot 'se da' (cf.6Í&,¡tLt), -i-je-to ierot 'se envia'
go del primer milenio. En cuanto a las desinencias medias en -¡o,, I -v¡ot (cf. inpt)
frente a -rcr / -vror mayoritarias en los dialectos griegos del primer niile- . 3.r plu.: -u-nt-to f p0vrou 'protegen' (de *fpopc.L, cf. hom. [0o0or y las
nio, véase § 7.ó. formas temáticas iuopcu, Épuopo.t).
5.r) Los infinitivos temáticos acaban en {-ez <ku, procedente de t-¿se¿, Participíos activos:
que es la forma que precede directamente al jón.-áL y parte del dorio -€rv, . nom. sg. masc. e-o Éhóv (cf. eipí 'ser' y Part. jón. Éóu), nom. plu.
eleo, lesb. y arc. (salvo en Tegea) -¡v y tes. occ. {-u (con contracción de las masc. e-o-te éñwes, dud. nom. Plu. neutr o-ta- ómqi nom. sg. má§c.
vocales que quedan en contacto al perderse la aspiración procedente de -s- a-pe-o dnchtív (cf. dneL¡ru 'estar ausente'), nom. Plu. masc. ¿-Pe-o-re
inte¡vocálica). <in<hóvres, nom. plt fem. a-pe-a-sa d,ného(o)ooL (de **P-es-!t-!aili
le-ne-o évefuiY ('!\
7.1.2. Los prcsentes oteriáticos . nom. plu- ióvr<s (cf. ei¡rt 'ir'), al que se puede añadir
masc. i-jo-te
Las formas de Ia voz activa documentadas son las siguientes: antr. nom. sg. a7i-7b 'ApSiav, gen. a-pi-jo-to I a-Pi-o-to 'Ap$iourog.
. 3.t sg.i a-pe-i-si á¡etoL 'va' (cf. etpu), ¡e-rrja quizás re),rid o r<).e |tu . da-nu-wo 6ouvú,¡y (?) 'repartidor' (part. de 6cívúpr utilizado como
(de *r<tretd¡rL, pero la forma es muy discutida y se han
Propuesto muy nombre de función).
diversas interpretacio[es); Como se ve, sólo tenemos atestiguados participio§ activos formados
.3.¡ plu.: di-do-si 6í6oyor 'dan' (cf.6í6r,¡p¿), e-e-si éhevot I e-ne-e-si sobre raíces o combinaciones de raíz + sufijo que Scababan en con§onante o
évÉlrevot I la-pe-e-si[ dnélxvot (todas e¡las fomas del verbo 'ser', semiconsonant€, por lo que nos encontramos con que todos ellos, al igual que
ya se trate del verbo simple o con preverbio, cf. elpí), -i-"le-si ievqL sucede mayoritariamente en griego del primer milenio, tienen un §ufijo -¿f-
'envian' (cf. t¡¡rL), ki-ti-je-si K'tiÉvot (de ,tlrrei¡rr. 'poner en cultivo', con grado o generalizado, salvo para la formación del femenino, donde el
cf. rri(u-r); grado cero resulta lo esperable.
. 3.¡ du,: ¿-ro Éoroy (?). I En cuanto a los participios. medio-pasivos, aP¿recen los sigu¡entes:
A ellas hay que añadir la única forma de imperfecto que quizá aparece . nom. sg. fem. ¿i-ri- me-na rrt¡tévd.'cultiYada' (cf. fi-rr+-sd),
en las tablillas micénicas: 3.. sg. -a-pe dnflg(r) 'estaba ausente' (cf. eipí . nom. sg. masc. a7b-me-no dyoipevos 'taraceado' (pero por el contexo
'ss¡'), ¡elacionable con dor. y eol. r]9 <,*e-es-l (aumento + raíz + desinencia), parece mejor intrerpretarlo como un part¡cipio de peffecto, cf. § 7.4').
frente a la forma át. flu. De todas formas, recientemente Killen 1996-1997 ha Podemos añadir también antrop. derivados de participios como az-nu'
cuestionado esta interpretación y ha retomado la idea altemativa que ya se me-no 'Avv¡evós (cf. áuu¡rL 'realizar') y otnu-me-no Alvupcvós (cf. oivu-
encontraba en trabajos antiguos de Pslmer según la cual el término, docu- ¡roL'coger').
f,
189
188 Mor/ología El verbo IV § 7.1.2
También tenemos algunos infinitivos: (p. ej., oqvrí, 6í6ovrL) y en jonio -ouot < '|.{"i' con grado o de la desinen-
el proble-
. te-re-¡a-e a€\€iüEv (cf. te-rc-ja), t.a" .e^i"onronante. Como se ve, el micénico ha solucionado
"ia, *-'li / -l¡ri (que hubieran
. arri-e ál¡hv'! (cf. á).u<út-r 'pescar'). ma de la altemancia fonética según el c-ontexto entre
*-tJsi I 'asi ! -osi) generalizando una forma
Cabe hacer las siguientes observaciones generales sobre las diferencias desembocado fonéticamente en
respecto del griego del primer milenio en los presentes atemáticos: -€rji tras consonante que debe haberse creado por falso corte a Pa¡tir de las
1.¡) La grafía micénica obscurece las alaemancias de cantidad, que tan raíces acabadas en <- como -l'-f-si'úevor'
es muy Pro-
importsnte papel desempeñan en la morfología de estos verbos, por lo que a Como ya señalamos, la interpret¿ción de la forma te-rc-ia
realmente se trata de una 3'r pers' sg' de un vefbo atemático'
falta de datos hemos restituido las cantidades como las correspond¡entes en blemática. Si
cero' como lesb'
griego del primer milenio, que, en general, continúan las viejas altemancias cabría pensar en dos posibilidades: a) que tenga desinencis
r€)'€údr con un uso de -t
indo€uropeas entre grado pleno en el singular del indicativo de la voz activa Mpvd (de 6dPvdp[): b) que se rate de una forma
(cf' mic-
I
y grado cero en el dual y plural de la voz activa y en toda la voz media. Com- como ma¡ca de 3,¡ pers. paralelo al de las formaciones temática§
(de
párese, p. ej., 3.t sg. act. a-pe-i-si ánetot con grado pleno e frente a 3.i plu. e-ke iy<), como enconramos en lesbio en el tipo 3J P€rs' s8' T(pot
¡'
I med. -u-tu-to Fpiv'tor con grado cero. Los datos que ofrecen las tablillas no *rL¡ro-L), frente a át. ruPdt.
i nos permiten saber si las altemancias vocálicas tenian mayor vitalidad que en Para las desinencias medias' véa§e § 7'ó'
del tema de
ático clásico o sucedía ya que sólo estaban vivas en los verbos atemáticos con 3,r) Por lo que se refiere a los diversos tiPos de formación
primer milenio:
reduplicación y en unos pocos más como et¡ru 'ir' y S1¡ri 'decir', mientras presente, todos los que se ate§tiguan reaParecen en grieSo del
. presentes radicales atemáticos: ¿-e-si ékvot,a-pe-i-si dftÉtoL' ki-tije-
que en el resto se había producido la extensión analógica de uno de los dos
grados (cero o pleno) a todo el paradigma del tema de presente. El verbo 'ser' si K'tL<voL, -u-ra-ta FPivroL.
presentes atemáticos con reduplicación: di-do-§i 6í6ovot'
. -¡'-./e-Ji'ú€voL
muestra ya en micénico un grado e generalizado en todo el presente, según
deja ver e-e-si élwoL, con €- inicial, ya sea debida a nivelación o proceden- (de *1i-ye).
. (?) y antrop' deri-
te fonéticamente de laringal. Ese mismo grado se encuentra también en for- present€s atemáticos con §ufijo -rru-: da-zu-no 6cLuü'»
vado§ de particiPio§ aznu-me-no ' Awyevó9 ' ai'nu-me-zo
Aiw¡revós'
mas del participio como nom. sg. masc. e-o étxív (cf. jón. Éóv) o, incluso, el
los tres tipos estiin st'estiSusdos en griego del
femenino, como muestr.a nom. plu. a-pe-a-sa dnéhovoqr (de *ap-es-Ut-yar, Aunque, como decíamos'
conviene hacer referencia a alguna§ diferencias interesant€s
frente a át. oiúa (de t(§lont-lal. primer milenio,
suponer'
2.r) Por lo que se refiere a las desinencias, la 3.r pers, sg. act. es ya -or, respecto del Sriego del primer milenio' El miénic!' como Podíamos
ya son muy mar-
con asibilación a partir de *-ri, mientras que pa¡a el plural encont¡amos una presenta algunos arcaismos que en griego del primer milenio
*fpüpoL que nos
altemancia entre -vou tras vocal y <uq[ tras consonante o -i-, Compárese di- ginales o han desaparecido Por completo' Así, del atemático
un Psr de formas en Homero:
pivrot sólo quedan
do-s¡ 6f6ovoL con ¿-¿-si ékvor y ki-ti-je-si rri<vol (en -i-je-si \<voL la <- obliga a suponer -u- t1,t-to F
(I¡'18'515)' empleá'ndo-
pertenece a la raíz, por lo que la segmentación ha de hacerse te-uoL, cf. t¡pr), inf. i0oeoL Ul.l5.l41 y Od.l?.2O1\ y 3'r plu' iÚcr'
(con -ü- o -UJ' o bien
Así pues, nos encontramos aqui con una diferencia frente a las formas áticas se normalmente la§ forma§ ya tematizadas tipo iuopot
rá (?)' (cf. eol. pres, ri76(r,r). Esto nos muestra que el surgimiento de este tipo Como se observa, apane del aumeno, la formación es la misma que en
de futuros asociados a los presentes denominativos es anaerior a la existencia griego del primer milenio. Respecto de Ia -s- del aoristo cabe hacer la misma
de los verbos contractos. Tendremos ocasión de ver en el parágrafo siguiente observación que para la -s- del fu¡,¡ro: hubiera debido perderse cuando no iba
que lo mismo sucede con los aoristos de este t¡po de verbos. precedida directameote de oclusiva o de otra -§-, pero la encontramos igual-
mente en posición intervocálica por restauración o retención analógica. Llama-
7.3. El t m& dc aoristo mos la atención también sobre el aorislo de los verbos que en el primer milenio
7.3.1. Aorb tos s igmátic os son contractos, en la misma línea de lo ya dicho para el futuro: a pesar de que
Tenemos atestiguadas Ias siguientes formas personales: en micénico todavía no son contErctos, forman el aorisúo igual que en el pri-
. 3.r sg. acL: e-ra-se É\aoe (cf. É).oúxo 'conducir', 'll¿ys¡'), e-re-u-te- mer milenio, como nos muestran e-¡?-¡¡-re-¡o-se É).e¡ÉÉpope y qu¡á también
ro-se Étreu(Xg,-to< (cf. étreu&poo 'libera¡'), lwe-&e-se Féf< (cf. chipr. y s¡-¡a-se ouaüoe (?).
panf. fÉXo 'llevar', aor. 3.r pers. sg. ifefe), sn-m-se (interpretación La que no acaba de estar clara es la situación del aoristo de los verbos en
dudosa, quizá ouldoe, cf. oü<ío 'despojar'). líquida tr o p. Estos verbos en el primer milenio presentan diversas formas
Tsmbién se h¿ propuesto (Milani 1965: 135 ss.) qu€ en ls expresiíñ o-d¿na- según los dialectos. En jónico-ático y en cretense se produce la desaparición
a2 tengamos, apar¡e d€ un primer elemento o-dc- ó& un¡ forme de 3.r f,e.sona plu- de la -s- que caracteriza el aoristo y el alargamiento compensatorio de l8 vocal
ral del ¿oristo sigrÍótico de Boit/o, es decir, naa2l*dhav (cf. €P¡olov), lo que de la sílaba precedente, p. ej., jón.-át. 3.' sg. É$0eLpa (de *tóO<poo, cf.
result¡ muy poco probable por verias razotes. En primer lugar, k secuencia o-de- óe€Íp{r) o cret. pan. droor-l},ovoos (de üno-oretroo-, cf. rinooréD(rr). En
qa-a2 alle'rñ con o4a-a2 y o-a2,lo gne invi!¡ ¡ pensar que, en re¡lidad, lo que eolio y tesalio, en cambio, encontramos geminación de la líquida, p. ej. part.
teneños es un conglomeñdo de varies psñiculss, pars €t que se hsn propueslo med. Énorye ).).<Í¡re vov (de ,rtn-ayyetroa-, cf. Éno7yÉlJ.ro). También encon-
varies interpret¡ciones del tipo ó 6e K*¿ á y similares. En segundo lugar, obliga- tramos en el primer milenio mantenimiento de los grupos, p. ej. en los aoris-
ría a esumir la existencia de aoristos sigmáticos en los que la -J- ¡ntervoaálice no tos homéricos part. act. dpoos (de <ipop(oro) o 3.¡ s8. act. nirce (de nj¡¡).
habia sido .etenid¡ en micénico cuando el resto de los ej€mplos que hemos visto sí Como señalábamos, la situación micénica no está del todo clara. Podríamos
que tienen -§-. Asi pues, creemos, coa la mayoá¿ de los ¡nvestigadores que se han tener el mantenimiento del grupo en formas camo a¡¡trop. pa¡t. act. masc. ¿e-sa-
ocupado de l¡ cuestión (v. DM¡i.. s.u.) qüe no se debe interpret¡r como aoristo esa me-no Kepoa¡cvós (?), mientras que la grafia de a-ke-m2-re riyy().hcvre5
forma. o <i7Éphovr<g apunta a que se trataba de una liquida aspirada, ya fuera un
.3.' sg. med. de-ka-sa-to 6e§aro (cf. 6<Xolror 'recibir'), -da-sa-¡o único fonema, de gran inestabilidad, o un grupo, según hemos visto ya en III
6ci(o)oaro (8rioooro es el aor. hom. de 6oré0[0r 'distribuir'). § 3.3.2c.
A ella podemos añ¿dir el pan. act. nom. plu. max. a-ke-tw2-te <iyyÉD.ou-
r€s (cf. dyyÉtrtro 'anunciar')
o <i7Éppovre5 (de d7eípo 'recoger'). También 7 -3.2. Aoristos rodicales temáticos
tenemos atestiguados algunos part. med. utilizados como antroÉnimos, p. ej., Existen en micénico las siguientes formas:
ka-e-sa-me-no Kokoap€vós: (cf, roivupoL 'aventajar' < ¡rkas-au-\, k-sa- .3.r sg. acl: -wi-de f i6<'vio' (cf. át. €i6€), nr-te (quizá trri¡< 'recibió
me-no Kepoay.evós (?) (cf. reúpo 'cofiar'), pi-m-me-no Ortrho¡revós (cf. en suerte', 'le tocó', aor. de ).o7Xríu,-r, aunque la interpretac¡ón es
hom. 3.r sg. aor. rhed. ¿ói¡.oro < rtSí).oaro, de rfL),Éo '¡mar'). dudosa), a-pi-e-qe apSLlÉor*e 'atendió, cuidó' (cf. hom. rip$ténr,-r).
En los primeros tiempos de la ñic€no¡ogía tlmbién sé propuso interprctar .3.¡ plu. act. -o-po-rc ($\ov 'quedaron a deber' (cf. ti{}.ou, aor. de
como paticipio la forma oTri-sa apioavg, supuestamente un nom. sg. masc, rela- óótruoxrivr,r; en micénico ó$).ou es sin dud¡ soristo de óOÉtrtro /óóÉ[Io,
cionado con dprepós, pero no hay ninguna segurid¡d de ello, sino que puede rratar- que, en cambio, en el primer milenio tiene como aoristo segundo &€r-
se de un antropónimo, toÉniño o norñbre común. \ov). Así pues, tenemos un caso muy interesanúe de diferente organiza-
Molología 195
194 El verbo IV § 7.3.4
c¡ón de los paradigmas verbales construidos sobre una misma raíz entre ?.3.4. Aoristos en -k-
el micénico y el grieSo del primer milenio. El griego, como es bien sabido, conoce tres aoristos que toman un ele-
. 3,r sg. med. -pa-rc-ke-nel-to tapo ¡év<ro 's€ presentó' (cf. nopeyéu<ro mento -K- en 185 tres personas del singular del aori§lo sctivo: los verbos rio¡-
de nopoTúyuopoL). pr (1.r pers. ég¡ro, etc.),'ürtpt (1 'pers. iKo, etc') y 6l6opt (1'¡ pers' É6rorco'
Como se ve, estas fornas no presentan nada de especial respecto de las Se trata d€ una formación muy peculiar que se atestigua en
todos los dia-
etc.).
de ellos'
existentes en griego del primer milenio. Sobre el aumento o, mejor {icho, su lectos del primer milenio, salvo beoc. 3.r pers. sg' tiv<08, y en alguno
personas del plural' Pues bien' los
ausencia, véase § 7.7. En a-pi-e-qe se podría pensar en un primer momento como el jonio, extendida también a las tres
que la -e- es el aumenio y que 18 asp¡ración se debe a la analogía con las for- tres aoristos están atestiSuados ya en micénic':
mas del tema de presente, tipo ¿Tro[a[; sin embargo, a 18 vista de formas . te-ke OiKr , Po-to-te-&e nPóo¡r< ,
como inf. hom. é<rnéo0cL parece más apropiado pensar que en la forma micé- .l¿lo-t¿ 66K€ I a-pe-do-ke dtréÜ,llrce I a-pu-do-ke or,ú&rxt,
nica tenemos un aoristo con reduplicación y, por lo tanto, con grado cero de . o-pe-e-ke dréhllK< (aunque para esta forma también son posibles otras
presente
la raí2, es decir, *se-skn-e, como defendió Chadwick 1996-1997: 296 en un interpretaciones) / 4-Pi-e-te (ripÓuhñre 'con§agró', §i no es un
art¡culo póstumo. dpdHxcL).
Posiblemente tengamos atestiguado también el aori§to medio de
rl0¡pt
nueva§ tablillas
7 .3.3. Aoristos radicales atenáticos en las formas ,¡¡-wo lelo y o-ie-ke-te-to que aparecen en las
Los aor¡stos ¡adicales atemáticos están muy mal atestiguados en nue§- tebanas Fq 130.1 y Fq 254 1. La ¡nterpretación más verosimil es que se trata
de
Íos textos, ya que las dos únicas formas que podrían serlo son de ¡nterpreta- de grafías sin separador en la§ que tenemos un primer elemento seguido
ción discutida. Tenemos, por !¡ lado, de-ko-to, que algunos autores han ie-to QÉ¡o, es decir, la tercera Persona del aorislo medio' La interpretación
interpretado como 3.r sg. med.6<rro (aor, de 6é¡opcu), con lo que tendría- de o-je-ke- no está clara, pero ,l¡-lro- §e puede interpretar con c¡erta §eguridad
mos atest¡guados en micénico tanto el aorisúo sigmático (3.t sg. med. de-ka- como 0úos, es decir, el singular de la palabra d¿-we-a $údro
que ya estaba
'sustancias aromá-
sa+o 6Étoro), que ya comentamos más arriba, como el radical atemático. atestiguada en micénico con el significado de 'Perfumes"
tiPo
Sin embargo, el contexto no ex¡8e necesar¡amente una interpretación de la ticas'. En este caso, dado que el contexto sugiere una interPretación de
secuencia como verbo y también se ha propuesto que d¿-*o-ro sea un nom- ritual, se puede pensar que tu-t1/o-te-ta se referiria a la realización de una
bre propio AÉroros (cf. tÉrorog 'décimo') o Aerrós (cf. &xróg, adj. de la ofrenda de perfume. Ahora bien, hay que plantearse si es el sujeto del
'¡l-wo que el suje-
misma raíz que &¡o¡roL). verbo o su complemento. En el segundo caso habría que suPoner
quién realizaba esa
También es dudosa la interpretaciót de po-ro-e-ko-to, para la que se ha to de la oración no e§tá exPreso Porque se sobreentendía
En el
propuesto ¡'póh€rfio (cf. inf. év<iroL, que altema con éué7xdL, en el aoristo of¡e¡da. -telo sería una forma media y no presentaria mayor Problema'
supletivo de $Égr 'llevar'). Pero tampoco se pueden descartar interpretacio- primer caso, si ¿-wo es el sujeto habria que entendet -te-to como una forma
el
nes altemativas como adj, verbal npókrros (cf. ¿Xor). con valor pasivo, lo que re§ultaría muy interesante ya que' como sabemos'
Si es segura, en cambio, la ¡oterpretación de qii-ja-to como r*pÍ.cro y el futuro son los únicos temas temporales que en griego clá§ico tienen
aoristo
no tene-
'compró' (cf. hom. npíoro) en contextos de venta de esclavos. formas especiales para la voz Pasiva. En micénico hasta el momento
Finalmente, hay que señalar que rro-¿¿ en una de sus apariciones (PY Sh mos atestiguada con §eguridad ninguna forma pasiva con sufijo -0¡- o
-¡-' por
lo que no seria descabellado P€nsar que se trata de una creación
postmicénica'
73ó) podria ser fóp7rv 'fueron hechos', 3.¡ plu. del aoristo pasivo de la raiz
falta
+w¡g-, cf. isl(ll'hacer', ép6<¡ 'hacer'. La aceptación de esta interpretación, pues su carecter reciente está fuera de duda. Sin embargo, a la vista de la
que la inter-
que no es segura, obligaría a rearotraer a época micénica el surgimiento de los de expresión del sujeto en otras tablitlas de la misma serie en las
cautos e
aoristos pasivos en -(0)r¡v. pretación pasiva está excluida lotalmente' parece que debemos ser
196
Morfología El verbo lV § 7.4 t97
inclinamos, al menos proyisionalmente, por la primera
interpretac¡ón, es decir, plu. fem. ke-ke-me-aa-o, ac. d\. fem. ke-ke-mc-no, gen. sg. masc, o
como una forma con valor medio.
neutr. ke-ke-me-no-jo (interprctación dudosa, quizá xereopÉvd'repar-
tida', cf. reó(r,r y hom. pan. pres. K€Lolv, ambos de una raiz a'kes-I,
7.4. El t€ma dc pcrfecao
nom. plu. neutr. e-s4 -pa-ke-mel-na prob, éonapypÉuc 'hechos jirones'
Son muy pocas las formas personales del tema
de perfecto que tenemos (cf. oncp<ioor,r, cuyo perfecto es éondpaT¡rcr), dat. sg. masc. ?e-g¿-
atestiguadas. De hecho, sólo es segura una, 3.r
sg. med._pas. e-pi_de4a-to no-,ne-no- K*€K*rvo[Évor 'tallado' (para la raiz cf. quizá 6-rvóo, aun-
Énr6É6as¡ot (cf. 6oréo¡roL .distribuir'). Es dudoso que
sea;na f;a de per- que la relación no es segura), nom. sg. ¿neutr.? pe-lpu2te-me-no
¡ecto a-rc-ta-to, que algunos interpretan como 3.!
sg. ápÉr&ror o 3.r plu. g<Qw¡¡rÉvou 'plantado' (de *Qurér,r, cf. $ureü,.r), nom. sg. fem. c-zu-
ii¡:dvroL, de <ipertiu.r, con el sentido de ,está(n) en uso,, pero
también son to-mo-te-me-no dñppor[évd (cf. áppo(r¡ I áppóooa I át. ápp&rÚ¿'
posibles otras explicaciones. Tampoco parece qlre
wo_k sea una forma de con perf. át. l.r pers. sg. ijppoopoL, pero dor. 3.¡ pers. sg. <ip¡rorrar).
perfecto sin reduplicación, como se ha propuesto
en alguna (Bader
ocasión Como puede constatarse, a pesar de que la formación de¡ perfecto en
1969: 85 y ¡.
52), sino, más bien, una forma de presente.
Más posibilidades micénico sigue, en lineas generales, los mismos esquemas que el griego del
I tiene e-e-lo si es que representa h¿h€yroL (cf. il[L),
como también se ha pro- primer milenio, se observan algunas diferencias interesantes.
puesto, pero caben igualmer¡te interpretaciones
altemativas. 1.0) Por lo que se refiere a la -x- que aparece en griego clásico entre el
Esta escasez de formas personales queda compensada,
no obstante, por tema y las desinencias, se sabía ya antes del desciframiento del micénico que
la abundancia de participios de perfecto que encontramos
en ras tabrilras, se trataba de una formación reciente por varias razones, En primer lugar, por-
tanto activos como, sobre todo, medio-pasivos, p.
ej.: que carece de correspondencias con otras lenguas indoeuropeas. En segundo
. act.; nom. plu. neutr. te-tu_ko_,,eo_a I
te_tu-ko-i,o_a2 oeouXFóho (cf. luga¡ porque el propio análisis de los datos homéricos revelaba que se trata-
reú¡u_r 'elaborar'); nom. plu. neutr. a-ra_ru-wo-a
dpopfóho, nom. sg. ba de una formación que se habia extendido en un principio en los perfectos
tem. a-ra-ru-ja opaptj.o I a_m_ru_wo_ja dpdpfóhra,
nom. plu. fem.a_ra_ cuyo tema acababa en vocal, tipo Éor¡xo, pcp¡ra. o réour¡rc y restringido a
ru-ja apapúot 'ensambladas' (ci <ipapiort.r); nom. sg.
o plu. fem. lde_ las formas de singular, aunque ya en Homero aparecen algunos ejemplos de
di-ku-ja (interpretación dudosa, quizá 6e6Lruta(t)
de &irvupr ,mostrar,, extensión de la -r- a la tercera persona del plural (Éorrlrdor", r<ou¡róoL,
aunque el pañ. perf. de este verbo tiene grado pleno
de la raíz en el pri- ri€QúKdor) y al part¡cipio activo (6e64¡ró9, ri6lróres, 9€pporóg). En micé-
mer milenio: &&rrós), nom. plu. masc. ke_ke_tu-v,o-e (interp.etación nico, la ausencia en nuestros a€xtos de formas personales de la voz activa nos
dudosa, quizá rer¡Ofóks, cf. r¡0<iu.
fu¡O<iu Hsch., o rereurfóks, priva de saber cuál era la situación en ellas, pero lo que sí que podemos afir-
cf. revrÉul 'picar', 'p¡ncha¡', o Krr<rfókg, de una raíz it¿r-,
cf. a.esl. mar es que en el participio activo nunca aparece la -r-.
sd¿etati sC.unirse,; la propia lectura no está exenta
de dudas); nom, plu. 2.0) Igualmente, la falta de formas personales nos impide un adecuado
masc. e-¡e-dwo-e (;in interpretación satisfactoria).
A ellos hay que aña_ estudio de las altemancias vocálicas de la raí2. [,o único que podemos seña-
dir la forma del nódulo tebano TH Wu ?5 e-qi_ti_wo-e
éX.gLfókS (cf. lar es que el micénico presenta algunos participios activos con grado cero de
hom. é$&ror, perf. de Q0íur / $Oívt» .consumirse,, .deteriorarse,).
la raiz en verbos en los que en griego del primer milenio encontramos ya for-
. med.-pas.: nom. sg. masc. ke_ka-u_me-¡o rerou¡rÉuog ,quemado,
l,
(cf. mas con grado pleno. Así, aenemos /e-ru-to-wo-a 0e0u¡fólro '(bien) trabaja-
roio / nior), nom. pl\t. rrevf,. de4e_me_na&&¡rÉvc .guamecidas, (cf. &0.¡ das' frente a hom. rercu¡ós y quiá también lde-di-ku-ja 6e6tniio(t) 'ense-
'atar'), nom. plu. neutr. dedo-me_na 6€&)Ééyo .entregados, (cf.6Í6orpL),
ñada(s)' frente a 6e &t¡r.ús, si es que la forma miénica es realmente el
nom. plu. neutr. ¿-¡4-pe_me_na ippa$¡Évo .zurcidos, (cf.
p<inro), nom. participio perfecto de &lKvupt.
sE. Íem, me-ta-ke-hu-me-na p.<royeyv¡tévd prob. ,desguazada, (pa¡a
vol_ 3.0) En cuanto a la reduplicación, sigue las mismas pautas que en el griego
ver a usarse) (cf. ¡rcro¡Ér,r .trasegar'), nom.
sg , iem. ke_ke_me-nq, gen. posúerior. I",o normal es ericontsar la repetición de la primera consonante d€ Ia raíz
I
198
Morfología ElverboN§7.6 199
acompañada de la voc¿l ¿ (sin
disi
en época miénica tod¿vía no r"Tffr::;:ffii",ffflf; frT::I
Como en el primer milen¡o, encont¡amos
También se ha defendido que puede haber una ausencia de separador en
la secuencia a-¡p-zo-tn€-r¡€, de modo que en -rne-ne tl.rviéftrtos el imp. 2.r sg.
únic¡mente É- en los ve*, *r, *" ¡rÉve (cf. ¡rÉvto), lo que es muy poco probable. Parece, más bien, que lo que
comienza por ¡ o por grupo consonántico q o ,o n^ * _* J.iil)*, *r,
e-m-pe- ne-aa ipgg¡téva, e_rc4r tenemos en esa secuencia es un antropónimo,
Encontramoshmbié,1,r",;;',:?J,";,f##;l#:illf,:ilfl Como posibles subjuntivos se han señalado sobre todo dos: -vi4e-ta-i
comienzan por vocal o seguida
de conso n*n, o-*-*¡, i*o;':"r""r- " f(6¡roL (cf. et6ov 'vi') en la secuencia o-wi-delo-i (pero no es seguro ni
blad¿s' (de dpqpíoKo, con er pan siquiera que se trate d€ una forma verüal, más bien parece que tenemos un
perf. fem. ripoputc también
eoHome¡o) y a-ru¡o_mo_te_me_na ',ffi:o,
documentado apelativo de personas y que la forma es un daL plu,\, te-re-ja re).eíd (en este
dñ4tt"ru¿ro f"t. ¿puiC,
áp¡rórrra). Es bastante probable que , u.. caso si parece que tenemos un verbo, pero ya hemos visto en § 7.1-2. que cabe
también lengamos esre ripo
cacián en a-ja-me_no riyiLpéyos, de redupli_ la posibilidad de interpretarlo como una forma de presente de indicativo).
pues, ajuzgar por tos conte_,;.
rece, se refie¡e a acciones ya realizadas,
;;;" Ruiperez 1987 ha defendido también que en las tablillas de la serie E de
po, fo ir" p"r"""."jo. "0"
lo un panicipio de perfecto y Pilo se establece una oposición entre ind. ¿-ke éyet y subj. e-lce-ge EXÍ¡L r*ev,
no de presenk. Como se ve, esreiipo""rr.,d"a.-
reduplicación de la primera vocal
,rfn" t" que, como se ve, iúa acompañsdo de partícula modal, empa¡entads con K€(v),
y la pr¡mera conron"ni" o" ,:;;;:
ciendo, además, ala¡gada la vocal r"- Kd, equivalentes en otros dialeclos del primer milenio a át. dv. Lillo 199ó
del rali""l, ¿""i" rr"áil;:;;;""r-^p sigue esta linea de interpretación, aunque con modificaciones.
forme al esquema VC_ VC-. ".
Ruipérez estudia ls disEibución de e.s¿s form¡s en las hblillas de Pilos que se
7.5. Los modos ocup¿n de las d¡stint¿s mod¿lid¡des de tenerci¡ de la tierra. De ellas, en las series
Debido al propio carácter de la Eo y Eb se errcuenlr¡ la priÍiers redacaióo por obr¿ del escriba 4l y en las series En
documentación micénica conservada,
resulta poco esperable que aprezcan y Ep l¡ red¡cción ñn¡l por obrr del escriba l. E¡ las prirrer¿s ¿p¡rec¿n sistemática-
en ella formas modales y, a"
tante dudoso que tengamos 8¿estiguada
f,*¡", * ¡* mente l¡s fom¡s verbele$ a-raaa y a-ko-s¡ae que RuiÉrez, der¿rro¡lardo u.s idea
algun". M"n"ior",,o"
que han sido interpreradas ";;;;;;,U, de Pslr¡¡€G interpreta como subjuntivos paosfrectivos acompañados de p¡rtícula ,a,
Its.1* ."T* como imperativos "o:;;j;""",
pero insistiendo en que ninguna mient¡¿s que en la redacción finsl s€ p¡oduce u¡r ¡ltema¡cia de los usos entre e-¿€
de ellas es ni o, ,,0r,"ra-rb*unt"
probable. ""gra, y e-keje, es d@iL fofinas con y sin panícula modal en furrción del lipo de tenencia,
Se ha propuesto interpretar señ¡l8ndo que ¿-¡€ apa.ece con los tipos .-ro-ni-jo y o-na-to y e-keAe con los tipos
, - .
Éheo-rt.¡v (cf, cret. é¡¡ro)y, hom.
como imperativos: 3.¡ plu. e-
e-to éhév¡av o ka-rna y ke-ka-ñe-na. Aunqr¡e, de ecuerdo con la explicación de Ru¡Érez, pa¡ece
Éot
á(éro(v) (cf. h.y que a.apt¡r un¡ sistem¡ticidsd en la distribución de e-te y e-*eje tod.^vía
á¿opoL, o me.¡or rioré;:;;;;,,"13]"j; ,::.;liH":- que
a la de los poemas
encontramos como desinencias primarias de tercera persona -ro -'tot y -n-to En miénico la situación que encontramos es similar
de las form¡s conservadas pode-
-vror-, para el singular y el plural, respectivamente, p. ej.; 3.¡ sg. pres. €-¿-¿e- homéricos, aunque basándonos en el estudio
en las
to- ei)XeroL, -di-do-ro 6í6010r, -i¡e-to i€roL, 3.r plu. pres. -u-rw-to f piryroLi mos hacer algunas matizaciones' A juzgar Por los verbos documentados
la falta de aumento' pues casi
3.¡ plu. fut. e-so-ro é(ohovroti 3.¡ sg. aor. de-ka-so-to tÉfaro, -da-sa-to tablillas, parece que lo normal en miénico.era
aparecer están desProvist¡s de él'
6ri(o)ooto; 3.r sg. perf. e-pi-de-da-to ér,t5É}ootot. todas las iormas veóales en las que podría
ya citados: 'wi4e Fi6e' dc-ka-sa'
Estas formas con vocal -o- también están documentadas en el primer mile- Baste recordar algunos ejemplos enre los
nio en arcado-chipriota, p. ej.: arc. 3.¿ sg. po),erol, 3.r plu. 6to6lrooorvroL, ro tié{oro, -da-sa-to 6o(o)oo10, -P4-rc-ke-nel-to trtPo"lévlro' Po-'o-te-ke
en formas que empezaban
chipr. 3.! sg. K€trot. Se había discutido desde antiguo cuál era el timbre ori- npóO¡r<. Naturalmente, resulta imposible saber si
vocal incial estaba alar-
ginario de las desinencias primarias medias, no ya sólo en griego sino en por vocal, como ¿-ra-se Étrooe ú -o-Po-rc &trov' ta
de las formas
indoeuropeo, puesto que las otras lenguas de la familia en que se documentan g"a", p".o, 8 la vista de la falta de aumento en la mayor Parte
es Probable' aunque no Podemos
estas desinencias (p. ej., a.i, 3.'sg. -le y 3.1plu. -ate I -nte\ tampoco permitian qr" Por consonante, eso no
"mp"r"b"n
dilucidar la cuestión. Fue mé¡ito de Ruipérez 1952 haber argumentado poco excluirlo con seguridad.
hay una segu,ra' a-pe'
tiempo antes del desciframiento del micénico a favor de la antigüedad de las Formas con aumento en micénico, de hecho, sólo
la variante sin aumen-
desinencias con timbre o, explicando las desinencias con timbre a como una do-te riné6t¡r<, de la que también tenemos alestiguada
que lo tengamos e¡ t-Pe-e-ke
innovación a partir de la desinencia de 1.r pers. sg. -¡rou, cuyo timbre a es ori- to a-pu do-ke <i¡ú&¡re. También es posible
de esta forma como
ginario y es el punto de partida para la nivelación analógica del paradigma. <inÉiqr<, si bien, como ya señalamos, la interpretación
si en
Una vez que se descifró el micénico se pudo comprobar cómo, efectivamente, aoristo no es completamente segura' Igualm€nte' Podemos Preguntamos
< t¿p-€-¿§-' tenemos ya en micé-
en la variedad de griego más antigua documentada las desinencias primarias el impelecto del verbo 'ser', -a-pe <infls(r)
p..,"s en ei imperfecto del verbo ei¡r( parece que no
hay ate§-
medias aparecian con timbre o. .,i"o un
"u."nto, Con todo' en este caso no
tiguadas formas sin aumento en ningún dialecto'
excluir que
7.7. El sumento pldemos pasar de la mera especulación, ya que tamPoco demos
poco probable (cf' las dudas
Aunque el uso del aumento (en términos generales, i- ante raíz que la realidad micénica fuera dn<s(r), aunque Pa¡ece
la secuencia te-ko-to-fia-Pe corfriene o no una
forma verbal en § 7 1'2')'
comenzaba por consonante o alargamiento de la vocal inicial) se ha generali- sobre si
1987 ha Plo-
zado en los dialectos griegos del primer milenio como marca adicional en las P¡ra Ia distribuciór de l¿s formas con y sin aunrento Duhoux
seSún su srgur'erit¡ción' los
formas personales del ¡nd¡cativo de los tiempos de pasado (imperfecto, aoris- puesto una explicación de carácter sociolingüistico
son los siSuientesl
to y pluscuamperfecto), encontramos todavia en el primer milenio huellas del hechos que Podeños tom¡r en consideraci6o
de la cole miénicr y en ellos el
carácter opcional que, en principio, podía tener esta marca. Así, p. ej., en a) Los textos micénicos reflejan l¿ lerigua
Heródoto no suele aparecer el alargamiento de las vocales iniciales, especial- aumenro eslá prácticamenle ausente'
con una Úsdició¡ aristocrátics y en
mente cuando se trala de diptongos; tampoco hay nunca aumento en los b) t os poemas homéricos estár en rcláción
imperfectos iterativos con sufijo -or- propios del dialecto jon¡o y del de ellos ¡Parecel tanto forñ¡! con corilo sin
'u'nento'
'uñento
popular y eo ells rParece
Homero y en el propio ático clásico es frecuente que no aparezca el aumento c) L¿ prosa del p.imer milenio rcftej¡ mi§ el h'bls
en el pluscuamperfec¿o. Con todo, el testimonio más claro de Ia falta de obli- sisteñátlcarie e el aumeoto'
u¡vo 3u oriSel er les cl§es
gatoriedad originaria del aumento (a pesar de ser una isoglosa que el griego De esf¡ situeción deduce qué el u§o del aumento
popülares y no siempre fue bien acept'do Por l¡s cl'§6
srperiores' aunque' ¡ l8 pos-
comparte con otras lenguas indoeuropeas, concretamente con las del 8rupo
indo-iranio) lo tenemos en el texto de los poemas homéricos, en el que qlter- tre, ¡cabaria ir¡rPoniéndose'
Ll
203
202 Morfulogía
Étre$ríuret &6<-
7.8. Los adjetivos verbales bién se observa comparando mic' e-rc-pa-te de-de-me-na
de marfil' y gr'
7.8.1. Los adjetivos verbales en -¡os pÉvo '(puñales) ceñidos de marfil', e e 'con empuñadura
Los adjetivos en -ToS, en principio, no pertencian al sistema verbal, sino ¿ ).€ óovró€ ros.
que se formaban directamente a partir de la raí2. Sin embargo, en griego han
ido incorpoándose paulatioa¡nente a la morfología verbal. En micénico ?.8.2. Los adjetivos verbales en -¡<os
una serie de adje-
encontramos ejemplos como los siguientesi nom. sg, qe-qi-no-lo Kw€Kwr.voTós Junto a los adjetivos en -ros el Sriego conoce también
del grsdo cem de la raíz'
'tallado' (cf. pafi. qe-qino-me-ao), nom. sg. masc. e-pi-do-ta éni6ooros tivos de obliSación en -rÉos derivados en PrinciPio
poemas homéricos' siendo
'distribuido' (cf.3.r sg. perf. e-pi-d.eda-to), nom.-ac. plu, neut. ki-ri-a ¡pto- De estos adjetivos no hay ningún ejemplo en tos
milenio el de Hesíodo'
rci 'untadas', 'teñidas', nom. plu. fiasc- pe-ko-to rcr'tol 'peinados' (en refe- el testimooio más antiguo en el griego del primer
observa todavía la forma
Tbogonía 310: oi.t ru $or<uóv Képpepov, donde
se
rencia a un t¡po de acabado de tejidos) y quizá también nom. plu. neutr. a-r¡¿-
ta- cipvlra'rechazadas' (cf. ripvÉo¡rot), asi como po-ro-e-ko-to, para el etimotógica det adjetivo, -€JPo§'
formac¡ones el adje-
que de Lamberterie 1990 ha defendido la inte.pretación como npóherros, es En micénico se suele interPretar como una de esta§
decir, el adjetivo ve¡bal del verüo rp(ÉXr,l, que, en oposición a i-je-rc Lepos tivo nom. sg. qe-te-io lqe-te-o K*Éfi¿yov / K*€trÉhov 'que ha de ser
neúi(.-
'consagrado' tendria el sentido de 'presentable' en referencia a las víctimas pagado' (cf. rívo) y también nom' plu' ¡etJtr' L-te-'É-te-L dopnréhq 'que han
ejemPlo en
aptas para el sacrificio (pero cf. V § 4.3. para una matización). ie-.", inrp""cionadas' (cf. óOpÉt'r)' Es posible que tengamos otro
Teniendo en cuenta estos ejemplos, .esult¡ enónea la ¡firmación de Duhoux ale-rc-e-te-io, aunque no hay para él una explicación §¿tisfactoria'
1988a: l3l en su aticulo monogúfico sobre el verbo miéñico, en el que afirma que
Además, una buena pane de los adjetivos verbales en -ro9 que aparecen
en las tablillas tienen el prefijo negativo d(v)-, p. ej.: nom. plu. fem. a-na-mo-to
<iurip¡rooroL 'no ensambladas', nom. plu. fem. a-¿¡¿-to ávol¡ot'no taracea-
das' , a-ko-rc-ta <iyplul,qro 'no teñidos' (op. Xptioróv 'teñido'), antrop. dat. sg.
masc. a-ne-m-to 'Avépo(o)ros 'no amado'. Curiosamente, nos encontramos
con que los dos primeros adjetivos mencionados vienen a confirmar que en
micénico también se daba una relación de oposición, que ya se habia detecta-
do con ante¡ioridad en los textos más antiguos del griego del primer milenio,
establecida entre un participio, como término positivo, y un adjetivo verbal en
-ros de la misma raiz y con prefijo ri(v)-, como térm¡no negativo. Asi, en las
tablillas a-no-mo-to civcip¡rooroL se opone a ¿¡-l!¡-rp- mo-te-me-na a@p¡tot-
lévd. a-na-to avavror es el adjetivo contratio a a-ja-me-no oyo-upÉyos y ¿-tl-
t¡-to dK'rtrov, el de ki-time-no otpcvov. También es interesante la equiva-
lencia de significado que se establece entre expresiones como ka-ko-de-ta
¡o\ró6era '(ruedas) ceñidas por una banda de bronce' y ka-ko de-de-me-
zo ¡o).rr.iL 6<&¡r(vo, del mismo significado sólo que en dual y que tam-
11
I
l
QUINTA PARTE
SINTAXIS
I. INTRODUCCION
.A 'pa-we-a['
.B a-mi-ni-so / ko-u-re-ja[
I
hacían lo mismo. Cuando usan los ideogramas LANA o AEs no necesitan espe-
nuestra propia lengua, hay que pensar que
plantearse realizar una descripción cificar aparte cuál es el peso de esa unidad, pues todo el mundo sabía en época
sintáctica del griego micénico a través de
los documen,o, '"ir,-
micénica en qué unidad se medía la lana o el bronce. Lo único que ha suce-
valdría a realizar una descripción sintáctica "onr"ru"Oo,
del español r,ili_ dido es que esa trrdición se ha perdido y por eso nosotros tenemos que reali-
zando li§tas de ra compra, ristados de carificacione§ "on,"rnporánuo
de arumnos o t¡turares de zar ahora complicados cálculos y basamos en hiÉtes¡s más o menos plausi-
periódico. Veamos algunos ejemplos que
servirán para ilustrarestos problemas. bles para intentar comprender los textos.
En español podemos tener una lista como
la siguiente y todos los hablanres Pero vo¡viendo a los aspectos más directamente relacionados con la sin-
de español la entenderíamos sin ninguna
dificultad: taxis, ¿cuál es la función sintáctica de Ia palabra 'leche" en la lista (2)? Si
T
hubiéramos dicho "dos litros de leche" tendrí8mos en el sintagma'de leche"
(1) Juan 3 euros
lo que tradicionalmente se denominaba un complemenüo del nombre. Pero
María 5 euros
cuando decimos 'teche, 2 litros" no parece que tenga sentido aplicar esas
Luis 4 euros
categorías de análisis sintáctico a las que estamos acostumbrados. Y en nues-
Jorge I euro
tra lista (l),
¿cuál es la función sintáctica de "Juan" o "Maria"? Por el con-
texto lingüístico y, sobre todo, por la situación extralingüística podriamos pre-
O una lista de la compra como la siguiente
cisar la noción semántica que se oculta tras ellos. Si estuviéramos repañiendo
dinero, entenderíamos que Juan y María son los "receptores", es decir, que
(2) Leche 2litros
vendfia a ser una forma eliptica de decir '3 euros para Juan y 5 para María".
Pan 1 barra
Pero si estamos recolectando dinero sobreentenderíamos '3 euros de Juan y 5
Queso tA
kilo
de Maria". Y a lo mejor, ni damos ni pedimos, simplemente listamos cuánto
Jamón Vt kilo
dinero tienen Juan o Mari¿, de forma que la ¡dea implícita es "Juan tiene 3
euros y María, 5".
Es más, una lista aún mucho má
Sin embargo, ni en español hace falta precisar cuál es ese sentido
tinuación sería iguar de comprensib,J;::
il:ll",iilTJ,:";::,,":1" " "'* mediante preposiciones ni en una lengua flexiva como el griego hace falta uti'
lizar casos diferentes del nominativo para ese tipo de expresiones. En ocasio-
1 208 Síntaxis Int¡oducción V§ l 209
nes a los escribas les podrá interesa¡ dejar claro que se trata del receptor
de mativa que tiene su reflejo en la organización de la página y en su tipografía:
algo y entonces utilizarán dativos; otras veces que¡rán dejar claro que
se trata letras a un tipo mayor, en negrita y que ocupan varias columnas para los titu-
de la persona que enrega algo y para ello utilizarán una expresión proce-
de lares; un tipo algo menor para el resumen que encabeza la notic¡a, pero que
dencia, por ejemplo, un sintagma preposicional con la preposición pa-rc quizá todavía ocupa varias columnas; y un tipo menor, ya no en negdta, y
seguida de un dativo. Pero en muchas ocasiones, al igual que sucede
en espa_ organizado por columnas para el desarollo por extenso de la noticia.
ñol, la mera enunciación del nombre (es deci¡ un nominaaivo en el caso del Pues bien, la disposición de la información en las tablillas micénicas
griego) seguida de la cantidad les resultará suficiente para dejar
claro qué es sigue prinicipios similares, sólo que la articulación de la "página" no está
lo que están anotando. ya hemos comentado (It § 2.2.¡
ru" las tablillas nor_ planteada en vertical, como en un periódico, sino en horizontal, de forma que
malmente eran leídas por el propio escriba que las habia redactado
I
o por per- la jerarquización de la información va habitualmente de izquierda (informa-
sonas de su entomo próximo, Exactamente igual que sucede con
una lista de ción más impoñanfe: de qué trata la tablilla) a derecha (datos). Es deci¡ que
la compra.
si nosotros leemos un periódico de arriba abajo y sabemos que encontraremos
Un ejemplo tomado de la publicidad puede servir también para ilustrar lo más importante arriba y en letras de un tamaño mayor, quienes iban a leer
los problemas que se plantean a la hora de analizar sintáct¡camente enuncia-
una t¿blilla micénica sabían que iban a encontrar los "titulares" a la izquier-
dos como los que nos encontramos en micénico. Hace unos años
se hizo da y en tamaño mayor. No olvidemos que la lineal B es una escritura que se
famoso un eslogan publicitario que rezaba: ..Manchas, una solución
quiero,,. lee de izquierda a de¡echa. A este t¡po de principios respond€ la utilización de
De entrada, nos enconramos con la dislocación hacia la izquierda
del com_ caracteres mayores y más pequeños en una misma tablilla, que van guiando
plemento directo "una solución", por motivos que pueden explicarse
clara- su lectura de una forma también jerarquizada, de modo que si queremos saber
mente desde una perspect¡va pragmática en la medida en que interesa
resaltar si hay algún "tema" o "temas" de los que trate la tablilla, los encontraremos,
ese sintagma frente al verbo "quiero., que desde el punto de vista publicirario siempre y cuando al escriba le haya interesado resaltarlos, a la izquierda y en
es prácticamente irrelevante. pe.o es que, además, se nos plantea
el problema caracteres mayores. Esta organización jeárquica de los textos micénicos
de cómo analizar sintácticamente ,.manchas',. En una oración construida I queda bastante oscurecida cuando se transliteran, pues, aunque como veiamos
conforme a una gramática normativa tradicional esperariamos
una formula_ en I
§ 5., para mantener esa información se hace uso de caracteres como la
ción del estilo de: "euiero una solución para las manchas.. pero cualquier
ba¡ra oblicua / o la doble ba¡ra oblicua //, se pierde esa componenle visual que
hablante de español percibe claramente y de forma intuitiva que
el efecto que está presente en la tablilla. Podemos ver un ejemplo claro de estos principios
se consigue con esta reformulación no es el mismo. Los publicistas
lo sab€n de estructuración de los aextos en Ia tablilla KN Lc(l) 525, de la que ofrecc-
muy bien.
mos un dibujo y una transcripción:
AIgo parecido sucede con los titulares de periódico, para los que t¿mpo_
co parecen valer las reglas siotácticas, entendidas éstas al modo
tradicional. '-iI¡1.,- l.:-
Abriendo un periódico como E/ país del dia en el que escribimos
estas líneas r ü- [I¿
(31 de enero de 200ó), nos encontr¿mos con
titulares como los siguientesi |1TYn
\I_!. !.!1
l2if I lir
tt
'/l '
cabe señalar,"'ffü:.ol,
milenio y su yalor semántico es el nrismo conjunto de las desinencias de la flexión noririnal.
si acaso' que en el
nombre el duar tiene en micénico un También pueden señalarse algunos otros casos de falta de concordancia,
ra de ros diarectos d"r p,ir". ,,,",iollo"H"'::JTI,",:1,i:: que seguramente se deben a enores del escriba, por ejemplo, las secuencias
mente siempre que se trate de dos seres
:ffi ,lil- ko-wo me-wijo 2 (KN Ak ó10) y ko-wa me-$)¡-¡o 2 (KN Ak 5940), donde la
u objetos.
cantidad 2 haria esperar duales y, por tanto, la forma me-wi-jo-e p.etfí"oh<
2.1. Concordancia 'más pequeños' en vez de me-vli-jo V€tF ios. Sin embargo, tampoco podemos
Por lo que respecta a la concordanc¡a, sab€r a ciencia cierta que se trata de una falta de concordancia y no de que el
al igual que en el griego del pri_
mer milenio, afecta al género, númer escriba simplemente ha escrito toda la secuencia en singular, quizá antes de
cuarse a ros correspondientes der sustpayn;IJ"t:'j;*[:: saber que la cantidad final que iba a anotar era de dos. Otro ejemplo similar
a unos pocos ejempros de ros muchos
T":Tfl;t, lo encontramos en KN So 894;1, donde se leei a-te-rc-te-a pe-te-r¿-wa te-rni-
que podemos encontrar en ras
tabri[a§,
se puede mencionar: nom. sg. masc.
ta_ra_nu ku_te-se_jo a_ja_me-no dwe nor¡ ZE f,es decir, <i0pr¡rého rr€tr¿Fas rep¡ri6fev(r). Como se obser-
0p ,w9
rurÉoeLo5 riydr¡révog ,un escabel de va, el hecho de que se rate de pares de ruedas (ZE = (eüyos) y la presencia
ra-e-ja we-a-rc-ja a-ja_me_na a2_rcf
codeso t"ra"""do,; no¡¡. g.t" . ro_;-ro
ya de un adjetivo neutro plural a-te-te-le-a encabezando la linea nos haría
Ju_do_pi ,¿r*f" u*ii
"
i.iíiia
riyArpÉya átrds ú6on$r ,una mesa esperar que el adjetivo que aparece justo delante del ideograma RoTA se
de piedra y de cristal taraceada
con asua_
marinas'; ac. sg. neutr.a2-te-rc y)e-b
AÍ(pou f éro9 ,*r*0" presentara también en plural, es decir, en la forma nom.-ac. plu. neutr. fe-
I
"iJ, ""¡n."0,r. mi-dwe-ta rep¡ri6fcvro.. Este uso ha sido calificado con razón por Duhoux
212 Sintais El si agita ioñinal V§ 2.3 2t3
1968 como de "singular de rubrica" (de forma paralela al "nominativo de tiéndose en añiculo en griego del primer milenio (to-jo rcio, ro-i rolht y
rúbrica"), una interpretación que nos parece muy adecuada y que es preferi- quizá también to-me -rópft)€r y ,o-e a ' kr), por los contextos en que aparecen
ble a pensar en una falta del escriba. muestran que todavia tenían su valor propio y no se había producido su gra-
Encontramos también en las tablillas ejemplos de aposición, en los que, maticalización como artículos. Remitimos al parágrafo menc¡onado, en el que
lógicamente, únicamente tenemos concordancia de caso. Podemos ejemplif¡- hemos reproducido todos esos contexúos.
car con la que observamos enre un nombre propio y un nombre de oficio en
dativo en la secuencia tu-v¡e-tq a-re-pa-zo-o Ouéotdt d\er$a(óor 'a Tiestas 2,3. Sl¡¡taxis dcl pronombrc
fabricante de perfumgs' o, en las nuevas tablillas tebanas,pa- to zo-wa e-te-u- Ya hemos indicado (IV § 4.) que son muy escasos los pronombres que
te-i Íopó Zufdt i4<vrilpt 'en casa de Zoe la inspectora', donde la palabra tenemos atestiguados en los textos micénicos conservados. No obstante, cabe
'inspector' no concueda en género con el nombre femenino que la precede. hacer algunas observaciones sobre ellos.
Por lo que respecta al pronombrepe-i q$,<hl o sim., tal y como muestra
2.2. Falta de articulo determinado claramente el contexto de PY An ó54, t¡ene un valor anafórico y no reflexivo:
Un aspecto que atañe al sintagma nominal y que supooe una diferencia
notable entle el micénico y ei griego del primer milenio es la falta de artículo .ó u-pi-ja-ki-ri-jo , ku-rc-we , vIR 60
{*ete¡mingdo. En griego del primer milenio encontramos este elemento plena- ,7 me-ta-qe , pe-i , e-qe-ts
mente desarrollado, mientras que en micénico, a juzgar por el testimonio de .8 a-re-ku-tu-ru-wo,e-te-wo-ke-re-we-
las tablillas, el demostrat¡vo que acabará convitiéndose en el artículo todavía .9 -i-jo,
no tenia esa función. 7-9 pera-r*e oo€hr éK.¿ras 'ALel(rpüu 'Erefortréftog
Es verdad que el tipo de textos del dialecto micénico con los que conta- "y con ellos el 'conde' Aleclrión húo de Eteocles'
mos no es el más propicio para que aparezcan en ellos alículos determinados,
pero, por ejemplo, mientras que en ático nos encontramos con un uso más o Según puede verse, se acaba de mencionar a un conjunto de ó0 hombres,
menos sistemático del afículo con los nombres propios, este, desde luego, no es des¡gnados como los u-pija-ki-i-jo ku-re-we, a los que acompaña uno de los
el caso en micénico. Los ejemplos en que únicamente tenemos l¡stados no ser- 'condes" de P¡lo de nombre Alectrión.
viían para conoborar a ciencia c¡erta esta afirmación, pues en la epigrafía ática Frente al uso no reflexivo de pe-i, el gen. sg. del pton. de 3l pers. roTb
clásica el artículo tamb¡én puede faltar en ejemplos similares. Sin embargo, foio (cf. hom. oio, Édto) si que tiene un valor reflexivo, pues en su unica apari-
en ático sí se esperaría el artículo en una secuencia como la siguiente (PY Un ción (PY Eb 472) parece que se refiere al sujeto de la oración en la que apa¡ece:
718.10): to-so-de m-wa-ke-ta do-se ró(o)oou$< ).dfoyÉrdg 6riroe 'tanto dio el
trdfa7Érds'- En efecto, si se trata de un regisro no t¡ene sentido interpretar que we-te-re-u ... e-ke-qe o-n8-to wo-jo ¡tj5-to
fue'un )tdfoyÉrdg" ¡ndefinido quien hizo la entrega, sino "el )dfoy¿rds". feorpeüs ... É¡<L-r*e óutiróv folo ?
Tampoco aparece el artículo precediendo a nombres propios, como se ve, por "y West eus ... tiene su (propio) usufructo ? "
.
Se trata del único caso dentro de la serie Eb de Pilo en que se hace .1 o-di-do-si , du-ru-to-mo '
referencia en la. niisma tablilla a dos individuos en relación con el tipo de .2 a-mo-te-jo-na-de , e-Pi-[.]-ta 50
tierra que posecn o de la que se benefician. Primero se nos informa de que .3 a-ko-so-ne-q9 50
Euriotas, un esclavo de la divinidad (te-o-jo do-e-ro &hoio 6óktros),
siguiente: üs 6(-
como poseedor de un rá,p,ag ka-ma-e-u ro¡roheús), tiene un usufrucüo (e-i¿- Como puede verse la tablilla se abre con el encabezado
leñadores para el taller de
qe o-na-to Éxeu-r*e óvdróv) y lo trabaja (wo-ze-qe fóp(eL-r*e) y se nos 6oro, 6pu"ó¡ro, ripporeyriv<i-& 'asi entregan los
se e§peraria que a continuación
da luego la extensión del terreno mediante el procedimiento habitual (cf. II ruedas'. Lógicamente, con el verbo 6i6tr¡rt
§ 3.7.2.) de usar una medida de áridos. Hasta aquí todo iría en paralelo al tuviéramoslosacusativosdeloqueseentrega;sinemba'go'altratsrsedeun
resto de tablillas de la serie. Sin embargo, en PY Eb 15ó se añade una nominativo
listado, se recurre al enumerar los diferentes items' EI caso
Para
pérdida de un signo (aunque es probable
segunda entrada referente a otro individuo, entrada que podemos t.anscri- de e-pi-[.]-ra es más ambiguo por ta
que puede tener varias interpreta-
bir como: Ai0(t¡r*s éxeL-r*< roio r*e cúrolo r<ipohog..., con dos posi- e-pi-l¡tul'ta étrt§uro) y por el final en -a'
morrologicas' aunque aquí parece ser un
nom'-ac' Plu' neur'; sin
blidades de traducción: 'Etíope t¡ene de la tierra de labor de este mismo...' cioni
que aParece coordinado a esa palabra mediank la
con-
o bien 'Etiope tiene de esta misma tierra de labor.,.' Es decir, que el escri- embargo, a-ko-so'ne-,
frente a un ac'
ba habría optado por anotar dos regisÚos en la misma tablilla porque la tie- junción -qe , sólo cabe interpretarlo como nom' d[ov€s 'ejes"
rra de labor que tiene Etíope es, en realidad, parte del óv&róv o te[eno en *o- ko- so-na- iiEov.tg -
desempeña la función de sujeto de una oración. Así sucede en las oraciones oav§ (?»'
con el verbo e-te que se repiten frecuentemente en el llamado "catsstro" de
Pilo, p. ej. PY En 74.3-5: o, por ejemPlo' en PY An 657'1:
'Pe-ki-ta. batane¡o real, tiene un usufn¡cto de tsnta simiente.., 'así cebarán los cebones los residentes'
En todo el corpus del micénico sólo encontramos una preposición usada 3.3. Genitivo ñi.á
.^r.r¡rá. micént-
con varios valores en las tablillas
con acusativo, peao ne&i, en la secuenciape-da $la-tu 1I,e6¿. 'hacia la Enconramos gen¡tivos usados
fósru es como genitivo adnominal
con valor de Posesión'
ciudad' de KN V 114. En cambio, es frecuente que aparezcan acusativos segui- cas. El uso más frecuente
múltiPles eiemplos que pue-
t
dos de la postposición Je, con valor adlativo. Como ya vimos (IV § 2.5.), en ;; ;;;;;;" o""ona o asimilados' Entre los
algunos:
este uso tenemos sobre todo acusativos de nombres de lugar, como, a-zri- den aducirse seleccionamos
.¿ pa*ija¡a=de HORD T 1[ ] r1
¡y'I genitivo no haga referencia a un ser
anima-
En caso de que la palabra en
.5 ka-ru-ke HoRDTlv3 N/r I v 3 más bien la noción de per-
0", ,in" el genitivo sirve para exPresar
.ó de-do-wa.re-we HORD TI " "".b¡at<r' como' P' eJ" en:
tenencia o, incluso, de finalidad'
221
220 Sintaris Sí¡mtis de tos casos V § 3'3
PY Ub 1318.5: PY lo 438.27:
pqJile e-ma-ta qlaig:I§:!&g ko-re-te
PY Yn 46.7: PY Eb 339.4
Di:I¡:i¡:Q ta-ra-nu-we i-je-re-ja pa-ki-ia-na
ótr1áhtoy 0privfes (cf. IV § 2.4.ó.) iépeLo trós$foqs
'vigas dc-iaeb¡§' 'sacerdotisa f lc-Esfu gjsol'
También son un ejemplo de este uso genitivos como el siguiente: Existe también un cielo número de genitivos de materia' como los
siguientes:
PY Sh 733:
ko-ru-toO4PA2 KN So 4429, 4437' etc.
a-mo-ta ple:Ig:.ga
El ge¡ilivo ko-ra4o Kópuoos 'casco' va seguido de las abreviaturas acro- tip¡roro ¡1E\¡[!5
Íánicas O 4 PA 2, es decir, óndfoprc 'apliques' y napdfholo 'orejeras', dos 'ruedas de (madera de) qLna'
de las piezas del casco,
De forma similar, podemos encontrar genitivos de relación como: KN So 4439, etc.
a-mo-ta eli.*8
KN Fp 1.10: rip¡roro !!i5¡§
a:ngno i-je-re-ja 'ruedas de (madera de) §auca'
dvéltav ieytdt
'a la sacerdotisa de-lesjig!]o§' PY Sa 793
e-re-pa-to... tote+IE
También tenemos algún ejemplo de los denominados t¡adicionalmente Étréóqü.¡o§ ... RorA+IE
"genitivos subjetivos", es deci¡ genitivos adnominales que dependen de un 'RUEDAS dg.m¿dil'
nombre de acción y expresan la noción de agente. As¡, por ejemplo:
Encontramos también algunos genitivos Partitivos:
PY Es ó44.1:
l94g¡¡g¡99 do-so-mo PY Ea 132:
[9¡q0&s 6oopós ru-ko-ro... e-ke o-na-to su-qo-ta-o ko-to-na
'entrega (por parte) de Copreo' Aúypos ... t¡eu óvoróv ou"y-oráh¡v ggllls
'Ligro ,.. tiene un terreno en usuftucto de la Darcela de los porqueros'
ALfioto ¡r¡urrcs (KN Fp 5.1). También tenemos en PY Fr 1202 la expresión 'EvuotríoL 1 TIoLdfóveL 1 IltooeL6d[hóvcL
temporal ñe-tu-tro ne-wo ¡ré0uo9 véfu (?l (ovéFos (?), cf. IV § 2.2.4.) '(en lat. in¡. 'EPtvrrt (?)
Al i8u8l que sucedia con la tabl¡lla anGrio¡, do-ra-qe pe-re po-re-na-qe a-ke ... !o:Ii:!iria
en la que viene a continua- &ipo-r*< (ÉpeL óopñvo-K*€ riler...
ción la presencia de dativos claros como Ilg1¿[qr
a-&.-re-we ,A¡Ltrtrjfe t (lin.02) ze_u_
ke-si i-Po-po-qo-i-qe {eúye(o)ot LnnogopT*o;i.hr_r*6 'lleva dones y dirige ofrendas g-la-§eiiora'
(lín. 10) o e+o_wo_ko_i
ÉurofopyciihL (lín. 13) induce a interpreúar
la secuencia inicial de cada línea
como dativo. O también PY Fr 1184:
ta-ra-nu., a-ja-me-no , e-re-pa{e_ia_pi Como venimos haciendo en este capítulo, nos centr¿uemos sobre todo en
- ka-ru_pi
0pdvus riydt[éyos ÉIeóq¡.,reí¿iót aquellos aspectos en los que el sisaema verbal del griego micénico se diferen-
rdo¡.¡óL
'escabel tar¿ce8do con nueces cia del del griego del primer mileniol. Las categorías relevantes en el verbo,
de marfil,
en principio, son las mismas, aunque, como tendremos ocasión de ver, exis-
Ws¿ñders I 992: 69-74 señ¿Ia ten algunas diferencias en cuanto a la categoría de voz. Acerca de los modos
( *os de este tipo'
-pi +r no tiene un va¡or
propi¿mente insttumenr, "n nada diremos, pues, como ya hemos tenido ocasión de ver (IV § 7.5,), no
I
I
para ra artemancig
enn" ,orrrra"u
t-'no'ogia'
"rno, "n ",n'"
'omamenar" o "supreñenr¿rio,'. I tenemos seguridad de que aparezcan en las tablillas otros modos distintos del
remitimos a ro
más arriba (§ 2.r.) a p¡epq5¡o va dicho indicativo. Por lo demás, nos encontramos ante un sistema verbal que dife-
¿" ," :::¿;:,11t'
Sin embargo, lo que ahora nos . rencia tres personas y tres números (singular, plural y dual), si bien no tene-
re§rñar es que no siempre
formas en ?i $t t¡"n"r rn uro estas mos documenlado ningún verbo en dual en una forma personal, aunque son
,intálntetesa inslrumentales'
bién pueden aparece, sino que ]am- varios los ejemplos de formas nominales (participios) en dual.
u"to, ¿" rolll.com-o
car¡vo con un topónimo, como
33g.A: "on en py Eb
'Erita la sacerdotisa liene y p¡q§lama tener un terreno para el dios.' .2 a-Pi-e-ke , o-Pi-te-ke-e-u
Ióo"yurivor Ul,lg¡¡gq,l iri f oucíxrtr
Los dos verbos coordinados en presente tienen valores aspectuales dife- ri¡rQth¡re (?) ónL0euXctrÚs
'En Esfagianes' al ser iniciado el rey'
rentes, pues la acción de 'proclamar' es puntual y, es de suponer, no habitual (?)'
el suministrador (?) consagró
f¡ente al carácter continuado de la posesión.
Por lo que se refiere a los panicipios de presente, dadas las caracteristicas por el suministrador obviamente
de los textos, en la mayor pa¡te de los casos aparecen usados por sí solos, es La iniciación y la acción realizada del
de la iniciación
,on Jrnu,,un""" tiempo y' de hecho' el momento
decir, no dependen sintácticamente de un verbo principal, por lo que suelen "n'el mismo modo' en PY Eq 213 1
,", ,nr"-r"t"," O'tación ie la tablilla Del
tener el mismo valor que el presente de indicativo. Asi, por ejemplo en KN
So 4433.b nos encontramos con la siguiente secuencia: Ieemos:
---
¿5J
l1li
LANA 20
.A ko-i-¡o , e.keq€ , o-na-to , ke-keme.na , ko-tcna pA-We-a2, e-We-pe-Se-SO-me-na '
.B ka-ma-e-u ,}lGI¿ , to-sode Pe'rno cRA T 3 $ápfeho Éfe{¡oóPcva
(?)'
Xoipos Éxer K*€ óvaf¡óv K€K€pévas KToivas 'manos que han de ser tejidos
fpgfu¿ rcpakús ró(o)oou$< onÉppo el futuro
en e§te eiemplo' contextualmente
'Quero tiene un usufructo de 18 tierra comunal, t¡abdándolo como apar- Como se ve bie[ a la§ clar8s
cero, por tanta simiente.' puede adquirir un matiz de obliSsción'
' Muy interesante fesults que cuando los particiPios se encuentrsn en una
indicada
expfesen scción po§tefior a_la
Aunque aquí se entremezclan inextr¡cablemente cuestiones de aspec- ofa"in-'"* ,"auo "n forms personsl
en PY Un 267:
to y de Aktionsart del propio verbo, parece que el valor durativo del parti- [i t"ru" pa,"ie"l, como se constata fácilmente
cipio wo-zo depende directamente del valor aspectual del verbo en forma
personal, por lo que no puede decirse sin más que el participio exprese de .1 o-do-ke, 8-kc'so-ta
por sí acción durativa, sino, simplemente, s¡multánea a la principal, exten- .2 tu-we-ta ' a-re-Pa-zo-o
diéndose tanto como dure ésta. Lo mismo sucede en muchos casos con las .3 tu-we-a , a-re-Pa-te
formas del pañicipio o-pe-ro óQÉ ).),oru, fem, o-pe-ro-sa ó$É\louoo 'estan- .4 ze_so_me-no
ü'il-'oX*t* orÉmar dktÓa(cr'n owlro dkL$dret CftE'P
do en el deber de', 'teniendo la obligación de' (v. los ejemplos i¿y'a en aromas para el per-
§ 5.2.).
liri ia oo"* , oestas et f8bricante de perfumes
Pasando al tema de futuro, la prevalencia del valor temporal es clara fume que iba ¡ ser cocido"
tanto en las formas de indicativo como en los participios. Hemos visto ya en
En cuanto al tema de aoristo'
parece que se usa P"o:l!t".t"l:t"
§ 3.2. el uso del futuro do-so-sr' &.óoovor que aparece en PY Jn 829.3, por lo 'vio' en
se ve en el uso de -wlde fí6e
que nos limitamos a añadir ahora un ejemplo más del uso del futuro de indi- acción puntual en el Pasado' como ánéÜtre
*t-"O ,rr.t'
q," de analizar' o en el de a-pe-do-ke
cativo, esta vez de PY Un 718.2-3: """b"to" (§ 3'4')' A ellos podemos
laiol pv Fr 1184, que veíamos más
"t¡¡6¿ npóO¡re 'entregó' de MY
"n q".0", la forma verbal -po-ro-tc-te
to-so e-ke-ra2-wo do-se
"0"0,"'0",
ró(o)oou 'EyXe Lláfr,rv &óoeL Ue óól:
,l
'tanto daá Enquelaón' yós npóenK€
¡|15t^§+NI
i .1 jo-po-ro-te-ke *,'90 100 15
I
AI igual que veíamos para el tema de presente, también nos encontramos .z *248 5
con usos del participio de futuro sin dependencia sintáctica de un verbo per- .3 vocal
sonal, como en PY An 35.1:
l,
234
Sintaxis Sintoris del verbo V § 4.2 23s
Er único paricip¡o de aoristo aparece sin dependenc¡a
.
verbo en forma personal en py Vn 493.1,
s¡ntáctica de un
gadas en el momento en que se realiza la anotación, sino que h8n sido ent¡ega-
sin que esté clara ,, int".p."t""iOn
(cf. III §3.3.2.c y IV das en un momento anterior y siguen estando en el almacén o depósito que les
§ 3.1.3.b):
conesponda.
a-ke-ro, e-pó, a-ke-l.a2_te El valor de estado que tiene el tema de perfecto en micénico queda claro
riTTeIoL ?oug riyyÉtrhoyres en muchos ejemplos. Asi, leemos en KN Sd 4405-b: i-qi-ja.-- a-m-ru-ja o-ni-
(?)
'mensajeros que anuncia¡on (?) los ?, ¡a-pi LKK*td... <ipopúio ávtÍaSL 'un carro ... ajustado con riendas', e. d. 'pro-
visto de riendas' y en varias tablillas cnosias aparece el participio te-tu-ko-
Finalmente' por ro que se refiere ar tema wo-a I te-tu-ko-wo-o2 &0uxfóha (cf. r<ú¡o 'elaborar'), que califica a telas y
de perfecto, se constata crara-
mente en las tablillas que es ut¡lizado para ruedas y debe tener el sentido de 'bien elaborado'. Podemos citar igualmente
la expresión del resultado p¡esente
de una acción pasada, es decir, para indicar e-qi-tiwo-e ¿X*9tFók (s) (cf. hom. é$0Lrou, perf. de {0ír,r / óOívr¡) en TH
que el efecto de una accián reali_
zada en el pasado continúa hasta el presente. Wu 75, participio que en el sello se especifica que se refiere a cerdos 'sacrifi-
El valor de este tema temporal
quedará más patente si comparamos cado§'. Y, sobre todo, debemos recordar pa¡a entender adecuadamente el valor
dos formas de un mismo p"."dig;;;,
bal, una en presente y otra en perfecao: del tema de perfecto la oposición ya señalada (IV § 7.8.1.) entre participios de
perfecto y adjetivos verbales en -lo- con prefijo negativo tilo a-m-rc-mo-te-
PY Ng 319 me-na dpdp¡orgévo 'ensambladas' frcÍ1'r- a d-na- o-to rivrip¡rooroL 'que
.l de-we-ro-a3-ko-ra_i-ja s.{ 1239 esá sin ensamblar' o a-ja-me-no dydr¡rÉvos 'taraceado' Írcnae a a-na-to
.2 to-sa-de , o-u-di-do-to §4 457 ávolTor'no taraceado'.
Aef <pootTo).ctc §4 I 239 El estadio micénico resulta muy interesante para estud¡ar la evolución del
ró(o)qo 6€ oú 6Í6oror tema de perfecto del indoeuropeo al griego. El griego micénico parece haber
,§,t 45?
'(Provincia de) DeurcrJgolea LNo perdido ya las desinencias especiales de perfecto que conservan las lenguas
ll3g
tantos no se entregao uNo 452' indo-iranias, pero, en relación con su uso para la expresión del resultado pre-
sente de una acc¡ón pasada, no se utiliza todavía en constn¡cciones transitivas,
KN So 4440 tal y como muestran los ejemplos de panicipios activos que acabamos de ver.
.a de_do_me_na
La creación del perfesto en -K- y la generalización de la oposición de voz rea-
.b a-mo-ta,/pte_re_wa,o_da_twe_ta Ro't^ ZE 6
lizada por medio de las desinencias serán el sigu¡ente paso en el griego del
I primer milenio, lo que permitirá el surgimiento de estructuras transitivas de
&6o¡.révo
rip¡roro nre).éfd9 d6cirfeuro perfecto, tanto activas como medias, al lado de construcciones pasivas que
'entregadas sólo serán posibles con la voz media.
ruedas de olmo de radio que muerde (en
la llanta) RUEDA ó pares,
4.2. Las voccs verb¡les
Como puede verse, el tema de presente Existen problemas para el análisis de la categoría de voz en micénico y
sirve para exp¡esar que la acción
se realiza (o deja de realizarse) en el presenre, de las diátesis asociadas a cada una de las voces en la medida en que no
de forma que en py Ng 319 se
anota que en el momento en el que se produce puede contestarse de una manera rotunda a la pregunta de si existia ya una
la recogida de las caitidades
de lino correspondientes a esa provincia voz pasiva morfológicamente diferenciada. Hemos visto (lV § 7.3.3.) que,
hay ,nu qr.p"*
,. no
aunque no es seguro, cabe la pos¡bil¡dad de que tengamos algún ejemplo de
mientras que las ruedas a que se hace "nt "g",
referencia en KN so Lao ;r;;.;."
formas pasivas en {0)¡-, Io que, de confirmarse, obligaría a asumir la exis-
236
S¡¡¡rar¡s Sintaxis del verbo § 4.2
V 237
il tencia de tfes voces morforógicamente diferenciada§
en micénico: activa,
media y pasiva. No obstante, la voz pasiya, mediq, nos encontramos con que todas las formas de esos verbos atestiguadas
de existir, tendría rodav;a ;n uso I
ext.emadamente limitado, pues, como en mícénico son molológicamente medias, al igual que sucede con esos mis-
veremos.a continuación, es la
voz mos verbos en griego del primer milenio, es deci¡ que se trata de verbos
media la que sirve habitualmente para
expresar ¡a diál,esis p"r,u", ,n",u"o
aquellos remas temporales (futuro y media tattumi tal es el caso de e-u-te-ro- eüXerou 'proclama solemnementc'
aoristo) to. qr" gri"go a"ip.i."."n
",
milenio llegará a desarrolla¡ forma§ morfológicamente "n (cf. eüXo¡roL 'jtct se'),e-ke-jo+oÉyK€íovior.'estánestsblecidosenlatierra
diferenciadas para la
voz pasiva,. comunal' (cf. éyreqnt), o-ro-me-zo ópopeuog u ópopeuog 'que vigila' (cf.
Por lo que se refiere a la voz activa, como hom. ópo¡rar), -l-ra- to Fpítwot 'protegen' (de ,rfp0¡roL, cf. hom. bin$at\, -da-
resulúa esperable, sirve prin-
cipalmente para la expresión de la diátesis sa-ro 6d(o)ooro (aor. hom. de 6arÉopqr 'distribuir'), etc. La única excepción
activa o, como ,u¡"1"-Oirf,or^
1988: 124, tiene un .va¡or neutro €n parece constituirls toro-qe-jo-fie-no rpoK*€yóp€vos o orpoX.eyó¡reuog
cuanto a la localización de la acción
en 'girando visita (de inspección)' (cf. rpent-r 'girar' o orpe$ur 'retorcer'), que,
la esfera personal del sujeto verbal..
En cambio, como también resr úanto si es una forma del paradigma de rpÉ]T(,) como si lo es de 016É{(,), debía
Ipi-ro / si-ra-ko , qi-ri-ja_to // ku_te_ro / ku-ro2_jo mente los participios ze-so-me-no (e(o)oopÉvou de PY Un 26?.4 (que ya
Jórtros qeLpdpxos (?) r*pÍoro Ku0r¡pov Kútrtroto
, do_e-ro vrR , 1 hemos reproducido en § 3.4., a propósito de los dativos con valor de finali-
8oktrov
'Jfilo jefe de cuerda (?) compró a Cítero esclavo dad\ y e-we-pe-so-me-ao (sobre cuya interpretación cf. lV § 7.2.).
de Cilo,
En cuanto al aorisúo, pareó que también se usan las formas medias para la
ll Al igual que sucede con los propios verüos expresión de la diátesis pasiva, como pueden most los ejemplos de oraciones
.
práctica tohlidad de los casos de usos medios (es
6É¡o¡rcr y npía¡rau, en Ia
tempor¿les de las tablillas tebanas, p. ej. TH Fq 126.1 (cf. Chadwick 199ó-97):
deci¡, no pl¡*ri¿"'¡" ,.,
o-te tu-wo-te-!o
..,.iffi::[:li: #"H:'¿:'tr1T';§rlen micénico
l,,a voz pasiva en -r0¡fio,,Bor
sabido,
is ,na creaün- ;;iñ;"d; de ruturo, va que, como es bien 6te Oúos 0ero
;iñl:."*rrnte-,a
'Cuando se ofteció perfume'
I
238
Siñtais siúaris del vetbo V § 4.3 239
No obstante, no se puede descartar por completo
una interpretación d€ la v¡lor de los otros ¡djetivos e¡ -rós en micénico, mós que 'presentables', como él
secuencia fi¿-wo-te-to ouos 0éro o 0úoS 0Érro,
con valor medio .(alguien) proporie, el s€ntido de este adjetivo en miénico seaís 'seleccionedos'.
of¡eció/ofrecieron pe¡fume', con un sujeto
elíptico implícito en el contlxto. Por lo que se refiere a los adjetivos en -/e-jo I -te-o -'té,!ov / -r¿hov, los
I El sentido pasivo de las formas de perfecto medias
también es claro y, de únicos ejemplos seguros en micénico, qe-te-jo I qe-te-o K*erréyoy / Kw€rré-
hecho, es ése el valor que tienen todas las
formas de perfecto tn"¿¡o aást¡_ 'hov 'hay que pagar' y a-te-rele-o dgpnréhc 'que han de ser inspeccionadas',
guadas en las tab¡illas. Así sucede con
I l¿ única forma personal de perfecto tienen claramente un valor de obligación, al igual que las formas en -TÉov del
il t:do.el corpus micén¡co, 3.r sg. med.-pas. e_pi_de_da-to
9e Énr6j6oqror grie8o del primer milenio. En micénico ya existía la doble posibilidad de
(cf.6orÉo¡rau 'distribuir'), que aparece
,l en py Vn 20: construcción sintáctica que tienen esúos adjetivos en griego del primer mile-
i nio (construcción impersonal con el adjetivo invariable en su forma neutr. sg.
.l o-ar, e-pi-de-da-to
y con un complemento directo en ac. o bien adjetivo concordando en géne-
.2 pa-ra-we-wo , wo-no
ro, número y caso con el sustantivo al que se refiera), que podemos ejempli-
ós-? énr.6e6ooroL
ficar con:
Ilpdfr¡foe (?) foivos
'Así queda distribuido
ó¡rripous 6orÉov (XEG 3.2.181'hay que entregar rehenes'
el vino de Praeo (?)'
6o¡éo elvoL Xpípora (Hdt.8.111) 'hay que entregar dinero'
".*".que,,:'::::;,TliiH:T:["':l.ifi;
tes centros, pues, si bien .5 e-ri-ta , i-je-re-ja , e-ke , e-u-ke-to-qe , e-to-ni-jo , e-ke-e ,
",
inmensa mayoría de ros ejempros te-o, da-mo-de-mi , pa-si , ko-to-na-o ,
vamo§ a analizar procede de piro.
.6 ke-ke-me-na-o , o-na-to , e-ke-e , to-so pe-mo cRA 3T9
5.1, Coordinación 'EpL0a iÉpeuo É¡<L <i¡eror-r*e éróvLov é¡<hev
tanto, de dos infinitivos en función completiva que dependen de verbos de o-te tu-wo-te-to
I
lengua. En el primer c¡rso, vemos que es una construcción de infinitivo "con- ór< Oúos €léro
cert¿do" en terminoloSia tradicional, pues el sujeto del verbo e-u-ke-to- 'Cuando s€ ofreció Perfume'
eü¡eroL 'proclama solemnemente' es el mismo que el del infintivo ¿-*e-e
É¡<ku 'tener': la sacerdotisa Erita. En cambio, la segunda vez en que apare- O también TH Fq 2541+1255'1-2:.
ce ese mismo infinitivo depende del verbo pa-si ódsl 'dice', cuyo sujeto es
da-mo 66¡tog 'el pueblo', pero el propio infinitivo tiene un sujeto diferente en o-te a-Pi-e-qe ke-ro-t8 Pa-ta
acusatiyo, el pronombre personal de 3.¡ pers. sg. -rrri ptv, que hace referencia 6re rip$theor*e KcÉrñs (?) nárl.ro
de forma anafórica a la sacerdotisa. Se trata, por tanto, de un caso de cons- 'Cuando Cerota disPuso todo'
trucción de infinitivo 'no conceñado", en terminologia tradicional,
También aparece un infinitivo como complemento, en lo que quizá fuera
ya una perífrasis para la expresión de la modalidad deóntica, en secuencias
como la de PY 724.6:
SEXTA PARTE
EL MICÉNICO COMO DIALECTO GRIEGO
I. TNTRODUCCIÓN
conservadora de la
DIFERENCIAS DIALECTALES DENTRO DEL GRIEC,O MICÉNICO en Pilo frente a la lengua más
2. bo de la lengua coniente
administración
'-"'ro, Palscisl' que- constih¡ye el ñ'
-^--J:!-,^ ar ' '
micént-
No resultan perceptibles demasiadas diferencias entre la lengua de unos señalar, no obstante' que el conjunto
t. O*
en el sentido de que no todos
centros micénicos y otros. Ea algunos casos lo que podrian parecer diferen- comPletamente homogéneo'
"" "r'o]i,lino ", que lo caracterizan' sino que pueden
cias deben ser meramente cuestiones de grafía. Por ejemplo, Ia utilización del il".lJJo* presentan todos los rasgos
silabograma a, es mucho más abundante en Pilo y en Tebas que en Cnoso, presentar unos rasSos sí
y otros no'
y
di¡lect¡les eo lo§ textos de Cnoso
pero no parece que de esto pueda deducirse que en Cnoso el proceso de eli- cf. Wooda'd 198ó Psr¡ l¿s dife¡erici¡s
el do6sier
minación de la aspiración procedente de s inicial ante vocal o en posición Vuiss 19't-1995 p¡r¡ Micenas'
lá revi§ión si§temAic¡ más r€cieñte de todo
la de Hajnal
el micénico "nomel" al "miénico
espec¡8l" e§
intervocálica estuviem más avanzado que en los otros centros (III § 3.2.3.). Si de rasgos que oponen
orden
oPosición ent'e uoo y ot¡o no es de
que encontramos alguna diferencia en el ámbito de la morfología derivacio- 19?,;ie; Ueg' r ls concluión de que la lingüístice más
va¡iedad
nal, pues mientras en Cnoso para los adjetivos de materia alteman con fre- siendo el miénico especi¿l una
dialectál sino cronotógico'
la existencia de un
cuencia los sufijos -e-jo <to-, -e-o <o- e -/-7b -to-, en Pilo no hay formas en realiza una intere§¡nte críticá de
reciente Thompson 199ó-1997
vocal ¿ e i sólo se d'n en
Palabra§
-e-o y las en -i7o no son abundantes. A veces la diferencia está a medio cami- micénico 'especi¡l'' P¡rr él l¡s altem¿T cia§ entre
-'i- sPrrece en etnónimos y
§ólo
de origen no griego y l' falt¿
no entre el léxico y la morfología, como sucede con los adjet¡vos que.sign¡fi- de asibilaci6o de
en algunos casos Por ¡n¡logia con el
can 'sin asas', neutr. sg. a-no-we dvitfes, es decir, un adjetiyo en -r¡9 en Pilo, opóniao', po' lo que puede explicarse
"nt rsibil¡ción no es esperable' y en otros
frente a la forma temát¡ca neutr. a-no-hlo-to riuóforou en Cnoso. e en -'os' en el que la
sE. toÉnimo cofresPoridie
en o o en
oo griegss' En cuañto ¡ la vocalizsción
Por lo que se refiere a diferencias de léxico entre unos centros y otros, se hmbién debe trat¡rse de pal¡bras
con difusi6n
ha llamado la atención sobre la palabra para 'carro', que es i-qi7b irr*td como un cambio fonético en marchs
¿ de lss sonantes' s€ expl¡caría
igu¡lmente' a
d€ dátivos en -ei y en -i se deboris'
(cf. [¡nos) en Cnoso y Tebas y, supuestamente, wo-ka Foxá (cf. óxÉopot, léxica, mier¡tr¿§ que la sltem¡rrcis
ó¡¡¡ro) en Pilo, si bien para la segunda cabe la interpretación fopyá'tarea'. un c¿¡nbio ñorfológico eo m¡'chs'
y micénico especial tiene' además'
Más interesante resulta constatar que dentro de las tablillas de Pilo se La oposición entre micénico normal
pues quienes sostienen que en
el segundo milenio
encuentran variantes lingüísticas que pueden relacionarse con un grupo impticaciones dialectales'
un dialecto griego meridional
minoritario de escribas. Basándonos en la sistematización hecha por Risch l* o* ir más allá de la distinción entre
".'á. que aqui tenemos algunas huellas de
19óó y la posterior revisión de Nagy 1969, nos encontramos con los siguien- v uño seotentrional (cf' § 3') consideran
el tim-
como lo mostraría' por ejempto'
tes rasgos: ililtl,ai;*r deijónico-ático'
. dativo atemático en -i { frente a -¿ <L (cf. IV § 2.4.1.); bre de vocalización de las
sonantes'
que tuvo
. vocalización de sonantes con timbre ¿ frente al más frecuente timbre o propue§ta de Chadwick 197ó' 1983
Debemos hacemos eco de un¿
(cf. III § 4.3.); bastmtedifu§iófiensl¡moírento,Peroquehoyend¡¡ooesacept¡dageneralmenle
varieded
. ausencia de asibilación ,i > sr' (cf. III § 2.6.2.); que el micenico especi¡l es una
(cf. Parker 1993)' Chadvick corside'¡
sometidas' que
. aparición de e en algunas raíces que normalmente aparecen con i, como identificrr con ls lengua de lss clsses
§utlestánd¡r que resultr Posible
te-mi-ti-jahe-mi-to frente a ti-míti-jaltimito- (ct.lll § 6.2.1.). habl¡írndorio.Estoimplic¡lógicamentequelallegrdadelo§dofios..lPelopofi€so
sino que los h¡blant'qs de ese
varied¡d
posÍniénic¡'
Estas variantes de uso más limitado constituyen lo que se ha dado en lla- no habría tenido h¡ga¡ en época
segundo milenio'
mar el micénico "especial", frente a las formas más frecuentes o micénico dialectal se enco¡ra'irn sllí ys én et
"normal". Se ha supuesto que ese micénico especial sería una forma de len-
gua en principio ajena a la de las cancillerías palaciales, en las que se utiliza-
ría de forma general el m¡cénico normal. Si fuera así, tendríamos aqui un atis-
248 El ñicénico como dialecto griego El ,¡icénico entrc loE dialecas giegos Vl § 3 249
3. EL MICÉNICO ENTRE LOS DIALECTOS GRIEGOS . Existencia del pronombre -ñ¡ ptv (cf. IV § 4.1.), frente a la forma yty
de los dialectos occidentales.
A la hors de plantearse la posición dialectal del micénicoentre el con_ Si intentamos precisar algo más su posición dentro de ese gran conjunto
junto de los dialectos griegos habrá que tener en cuenta los rasgos lingüísticos dialectal meridional, veremos que el micénico pres€nta ¿lgunos rasgos que lo
que lo aislan o aproximan a oro u otros dialectos griegos. Hay que recordar, aproximan más al grupo arcado-chipriota y comparte otros con el grupo jóni-
no obstante, que, como es bien sabido en dialectología, sólo las innovaciones co-ático, de lo que podemos deducir que el micénico no es el antecesor direc-
comunes tienen yalor probatorio a la hora de establecer una vinculación de to de ninguno de ellos, sino que se trata de un dialecto que está próximo a
parentesco entre diferentes dialectos, pues siempre cabe la posibilidad de que ellos pero no tiene continuidad directa en el primer milenio a. C.
dos dialectos que no guardan una especial relación entre sí conserven arcaís- Entre los rasgos compartidos con el grupo arcado-chipriota podemos
mos heredados de una etapa anterior mencionar los siguientes:
No son muchos los casos, pero sí hay alguna característica del micénico . Vocalización con timbre o de las sonantes ¡ndoeuropess (cf. III § 4.3.),
que no se encuentra luego en ninguno de los dialectos del primer milenio, por al igual que sucede en arcadio (rÉropros 'cuarto', cf. rÉ rporos) y en chipdota
ejemplo, la forma de la palabra'hijo', mic. l7 lós, frente a formas como (róp(o 'corazón', cf. roÉia). No obstante, ya hemos visto (III § 4.3.3.c) que
ÚLó9, etc., con un vocalismo que, no obstante, podúa eslar atestiguado ya en el micénico conoce también vocalizaciones altemativas con timbre c (cf. § 2.).
mic. we-je-we ixtfifcs 'plantones' de vid. . Conservac¡ón de las desinencias de voz media con vocal -o- (cf. IV § 7.6.)
El micénico presenta una serie de característ¡cas lingúísticas que lo apro_ -ooL, -Tor, -vroL, frente a las formas innovadas en -or en el resto de los dia-
ximan más a los grupos dialectales jónico-ático y arcado-chipriota, junto a los lectos griegos.
que integraría una gran división dialectal meridional (desde el punto de vista . Formas con c¡erre de la -d final en -¿, como a-pu dnu (cf. III § 6.2.2.).
de su situación geográfica en el segundo milenio a. C.) u oriental (en función . Quizá también la preposición po-si ¡óoL (cf. IV § ó.1.), que está más
de la s¡tuación geográfica de Ios dialectos del primer milenio a. C.). Entre cercana a arc.-chipr. róg que al jón.-át. rpós, a no ser que haya que interpre-
esos rasgos encontramos los siguientes: tar la grafía micénica como [ópo[ (cf. hom. ¡por[).
. Asibilación -¡i > -sl (cf. III § 2.6.2.). Como
es sabido, la asibilación no En cuanto a los ragos comunes con el jónico-ático, podemos señalac
se da en los dialectos occidentales del primer milenio, mientras que si se . Conjugación temática de los verbos derivado en -¿Jr'o-, como muestra
encuenra en jónico-ático y en arcado-chipriota. to-rc-qe-¡o-me-no (ohpor*eyópevos (cf. IV § 7.1.1.), at igual que los verbos
. Tratamiento de los grupos de oclusiva + yod (cf. III § 2.11.). Como ya contractos que surgen de ellos en jónico-ático al desparecer Ia yod intervocá-
I hemos visto, el result¿do de los grupos -t(h)y- es siempre en micénico -/s/s_, lica, frente a la conjugación atemática de estas formas en arcado-chipriota y
como sucede en jónico y arcado-chipriota, diferenciándose del ático, par¿ el que en eolio.
I
encontramos -rr- en algunas categorias. Sin embargo, el resultado del grupo . Utilización de Ia preposición ku-su- Eúv, como en ático, frente a la
-kltb- x esc¡ibe con los signos de la seriez, lo que indica que el tratamiento era forma qúv de los otros dialectos.
diferente tanto del resultado -oo- de la mayor parte de los dialectos como del Así pues, y dejando de lado el problema del eolio, debemos contar con
-rr- del ático, el beocio y el jonio de Eretria y Oropos. Cabe llamar la atención que en el segundo milenio a. C. existían al menos dos grandes conjunlos dia-
sobre el hecho de que en micénico el resultado de ese grupo es el m¡smo tam_ lectales dentro del griego. Uno seria el septentrional, variedad de la que no
bién en posición inicial, como muestra za -we-E eo.fér€S este año <*xy6féreg tenemos ningún testimonio en esa época, pero de la que procede¡án los dia-
(cf. át. rflreg), frente a tos resultados o- y r- de los dialectos del primer lectos dorios y los del noroeste. El segundo conjunlo dialect¡l seria el meri-
milenio.
. Existencia de la conjunción o-le óre (cf. IV § 6.3.), frente a las formas dional, del que forma pafe €l griego micénico y del que habrían de surgir en
6ro de los dialectos occidentales y óro del lesbio. el primer milenio los dialectos que integran los grupos arcado-chipriota y
250 El micénico como dialecto 8ne8o
jónico-ático, pero sin que ninguno de los dialectos del primer milenio pueda
considerarse el continuador o descendiente directo del griego micénico.
L¡ bibliogr¡fi¡ sobr€ l¡ relacióo del m¡én¡co con los otros d¡alectos griegos
es amplia. Ruijgh 199ó ofrece un buen ¡esumen de la historia de la cuestión y tam_
bién es conveniente la consulta de Bartonék Zc/J.3t 4/r-4gg y dela ¡evisión crítica
de Brixhe 1991. Nstur¿lrñente, estr cuestión debe abordr.se dentro del marco ger¡eral
de la di¿lectologí¡ griega, cuyo rflamiento en detalle desbordsris los limites de est¿
introducción (cf. Adrados 1984 y Del Barrio 2006 para sendos informes sob¡e los SÉPTIMA PARTE
principales estudios).
ANTOLOGiA DE TEXTOS
PY Aa E5
a-ke-ti-ri-ja MUL 12 ko-wa ló ko-wo 8 DA I TA I
PY Aa E9
a-ra-ka-te-ja MUL 37 ko-wa 2ó ko-wo 16 ru I
PY As 783
re-wo-to-ro-ko-wo MUL 38 ko-wa 13 ko-wo 15 Dl 1 2l 1
PY Ab TEg
cR.^6r7 A DA
.B pu-ro ki-ni-di-ja MUL 20 ko.wa 10 ko-wo l0 NI 6 r7
253
Persoial $enes A) WI §
'Antologío de tetos 1.3
252 L¡stas de
PY Ab 2IO PY An I
.A CRA3T6 TII .1 e-re-ta, Pe-fe-u-ro-na-de' i-jote
vlR8
.B a-pu-ko-wo-ko MUL 8 ko-wa 7 ko-wo 8 ¡r'I3 r ó t .2 rGo-wa
PY Ad 3tO
pu-ro mi-ra-ti-ja-o a-ra-te-ja-o ko-wo 3 An 724
PY Ad ó7I .1 m-o-wa , e-re-ta , a-Pe-o -le ,
.A ka-ru-ti-je-ja-o-qe o vrR 5 .2 lne-n -ya*, a-pqe-ke , a-re-sa-ni'e [[v¡q I ]l
.B pu-ro , a-pu-ko-wo-ka ,pa-ke{e-ja-o-qe vrR J ko-wo 4 .r o-pikeii-¡ede lti-tin ' o-pe-m-ta ' [[ell
PY Ae 303 .4 e-fqjl vR 1 vIR
a r-Je-m-Jo .5 e-kJrar-wo-ne ' a-pe-'e-ke ' a.-ri-e ' [[ vrn lll
pu-ro , i-je-re-ja , doe-ra , e-ne-ka , ku-ru-so-jo MUL 14[ .ó o-Pe-ro-te , e-re-e vn 5
PY An 607.1-E .7 ra-wa-ke-ta , a-Pe-e-ke I levnlI
I a -)a .8 ta-ti-qo-we-u , o[ ]qe-['l-jo ' vn r
me-ta-pa , ke-ri-mi-ja , do-qe-ja , ki-ri-te-wi- .9 a-ke-re-wa , ki-e-u , Gpe-[' l§ ' a-ri-ja-t'o vn I
.2 do-qe-ja , dee-ro', p8-te , ma-te-de ,ku-te-re-u-pi .10 ki-ti-hvtR I o-ro-ti-jo ' di-q9 '8-[
.3 MUL6 do-qe-ja , do-e-¡a , e-qe-ta-i , e-e-to , .11 o-Pe-rq r I L e-ko-si'qe ' e'qe-ta ' ks-ma[
.4 te-re-te-we MUL 13 .12 e-to-ni-jo , e-nws-ri'jo vtR I
.5 do-qe-ja , do-e-ro , pa-te , ma-te-de , di-wi-ja , do-e-ra , .13 $,o-qe-we , I lqo-te , ru'tija , a-ko-wo YIR I
.6 MUL 3 do-qe-ja , do-e-ra , ma-t€ , pa-te-de , ka-ke-u , .14 rijo r o-no, e{o-te vtR l0
.7 MUL 1 do-qe-ja , do-e-ra ma-te , pa-te-de , ka-ke-u ,
.8 MUL 3 1.3. Vi8ilsocis costcra de Pilo
que la§ tabliltas de la llamada'serie o-
La mayoría de tos estudioso§ interpreta
1.2. Remeros de Pllo ko,,PYAn657,654'519'656y6ó1)contienenprovidenciasparalaviSilaficiade
del reino de Pilo' Los asiento§ indican el
l-os remeros listados en las tablillas son probablemente miemhos de la tripulación los diez seciores en que se dividía Ia costa
de oficiale§ y "suboficiales" que la com-
de naves de guerra (por tanto, tambier! potencialnente combatientes). En An 1 se men- lugar donde esta radicada la o't4 €l riombre
múltiplo de diez'
(cada una tie,ne un número variable de integ¡antes' siempre
c¡onm t¡einta horüres, probablem€ote la dotrción de una nave, y se señala su destino óen
otros suboficiales encargados de "pelotc
(Plerron) y los lugares que son su sede habitual. Da la impresion de que las naves no se al mando de un oficial a cuyas órdenes hay
dotan hasta que rn es necesario y de que hasta entanccs los remeros eslán er¡ su lugar habi- nes,,dediezhombres)eindic¿cionesdeloslugaresdeorigenyunadescripciónde
se m€nciona el ege-a que las acomPaña' AlSu-
tual de rcsidercia. En An 724 se regist-an remercs ausentes en Rowa y se explicán los moti- las tropas que las forman. Por últirno
vos de su auserrcia. Hay refererrcias a formas de posesión de tierra lo que parece indicar
I Probablemenrc debe completarse o-pe- [¡o.
que las prestaciooes militares se premiaban con el dereclo de explotación de labmntios.
=.-
254 Antología de textos
Lisns de penonal (series A) VII § 1.6 255
nos de los érminos empleados no tienen correspondencia en el griego posterior y
podrian ser nombres tribales de grupos de población residentes en el reino (quizá
PY VD l0
población pregriega no absorbida por los micénicos), no integrados plenamente
.l o-di-do-si , du-ru-to-mo ,
en é1.
.2 a-mo-te-jo-na-de , e-pi-[. ]-t¡ 50
.5 ku-ru-mqrlo , mcro-qa , i-!e-re-wa , ko-re-te , to-to, w9-hL Je-a-ke-re-se +,¡71 6 KN Ak(l) ólr
.6 peri-np , ti-mi{i-ja , ko-re.te , to-tcwe-to. 4-a-ke-re-se ZE I *171 3 .1 to-te-ja , TA2 I' 'DA MUL l0[ lde-di-ku-ja MULII
.7 a o-a-ke-re-§e .2 ko-wa,lme-zo-e 4 [ Iko-wo, / me-wi-jo l[
, i-{J, pcsqn-jcr¡) , te-la-ni-ja , a-kersse ,¡!.t!-weao ,*171 12 .3 vocat t
.8 pcki-ro{o , eqeo ¡
a-lo-rilo ZE I KN Ak(l) ó12
.9-11 vacqnl -A TA I 'DA 1' MUL 9
'?Repetido por el escriba por error .2 do-ti-ja 'tu' MuL 4 ne 'di' 6 Í | vaat I
=!--
261
Listas de Pe6onol
(series A) VII § 1.8
260 Antología de textos
suP. mut.
l.t. Hombres de Cnoco
La serie Am de Cnoso proporciona interesante información sobre las activi- .t l-kq I
dades de diversos grupos de hombres, así como sobre las responsabi¡idades que .2 ke-sa-do-ro YB I
.3 a-ke-ta vln I
recaían sobr€ varios funcionarios de alto rango.
.4 0-na-qo-ta vIR 6
.3 [ ]ma-[ ] ytB! ,ma-ma-ro , vrR [ ]-i-[ Ca 895 cataloga un grupo de équidos diversos, a veces especificando el sexo
KN Ch 900 KN Co 903
/ a-ko-ra-ja ovlsr 2?0 cAP- 49
ovls'60
']ko-so-u-to-qe' Bosñ ZE I .1 §,a-to
2 Bosr 4
KN Ch 1029 + 5760 + 7625 + fu. .2 cAPr 130 sus 1? susr 41 BosÚ
propias de palacio en pago a sus servicios en la administración y puede que, .5 a-du-po-to ' / qi-ko-we-e ' doe-¡o ' cAPr 90
266
Antologic de te_r,./s
Ganado (series C-D) VII § 2.4 267
.6 qa-di-ja , /po-ku_te_ro, da-mo, .do-e-rc,
cApr 70
.7 da-I . . lpo-ku-ta KN Dk(2) 1064
cApr l3O
.8 ra-Wg-ni, /po-ku-ta, ra_ri-di-jo .A 100
x ovrsñ LANA 7 M 1
ovrs. 190
.9 o-mi-ri-so , /fg_so, do_e-ro .B a-te-i-ja-ta / ku{a{o LANA 17 M 2
ovlsm 50
KN Dk(2) loós
l-so / a-pi-me-de_o , po-ku_ra ,ra-ri_di-jo, ovrsn,
19 I
.ll 140
.A x 100 1
ku-jo[ / ]ta-so, // do_e_¡o ovrsr IOO
ovlsm LANA 11 M [
.12 a-*56-da-fO / ka_ta-mi_jo, do_e_ro .B ka-da-no / ku{a{o o LANA 13 u 2 Í
ovrs.l
.13 8-r8-ko, / ra-ri-di-jo, {9-9_¡q KN Dk(2) l07l
ov¡sm 120[
.l+16 yocaat .A 50
x ovrsñ LANA 6
269
Ganado keries C-D) VII § 2'5
268 Antologío de textos
.2 ne-se-e-we CEEYI
.y a-ko-ra
' .3 te-re-ne-wi-ja TH Wu 5l
cERvI
.d susm suPra sigillun D l7l
.4 n¿-pe-re-wa c¡rvI
.5 infra m*ila .0 te-qa-de
.Y qe-te-a2
PY Cr t75
TH Wu 52
.0 supm mutila
.o sus +S/ suPra sigillumÍ Í51
.1 Ina-pe[ I c*y[
.2 I cERv
.9 a-ko-ra-jo
lna-wo
."y vacot
.3 qe-re-me-tiwo-[ I crrv l-
TH 1Vu 53
.+7 vocalt
suPra sigiltunF Í51
.o Bg§ñ
2.5. Scllos de Tebas
.9 ge+e-o
Sobre la función de los sellos o nódulos con escr¡tura lineal B, que constituían
.Y i-ri-ja
TH Wu 55
un impolante procedimiento para la administración de los palacios, nos remitimos
.o susm su4m sigitluñ H lzl
a la introducción (l § 2.2.4). Incluimos aquí un interesante conjunto de sellos teba-
nos en los que aparecen diversos ideogramas referidos a animales. Unos indican
.9 ka-ru-to
pagos ya efectuados, otros, que deben hacerse.
,^l gacat
TH Wu 5ó
TH Wu 44
.o cAPñ suPra sigillun C 151
.a cAPñ supra sigillun A [l]
suP. mutila
.P i-je-ra
.y vacat
.Fl [olPe-re-t4
.P2 o-Pa
TH \Vu 4ó
.a cAPr supra sigillum C l5l
.v +171 30
TH Wu 5E
.P pa-ra-wo, o-pa
-1 +171 30 .o sus suPro sigillum C l5l
.Pa o-pa
TH Wu 47
.Bb qe-ri-jo-jo
.q susm supra sigillunD l7l
.P pa-ro te-qa-jo
.Y a-ma-ru-to
TH Wu ó5
.y ro-we-wi-ja
.o ovrsr suPra sigillun D l7l
TH Wu 49
.P te-qa-de
.o ovrsm supm sigillum E Í31
."}, qe-te-a2
.P qe'te-o
TH Wu ó7
.7 a-ko-ra
.o ovlsñ suPra sigillum O f57
TH Wu 50
.P Po-rce-ko-
.o crpr supra sigillum E l3l
.P qe-te-o
.Y -to
270 Antología de tertos El rnal llarnado "catastro" de Pilo (seies EA, EB, ED, EN) VII 3
§ 271,
272
Antología de tertos Olrendas ! menciones rcligiosos WI § 4 273
PY Eb 495
I
ne-qe-wo , eda-e-wo , ka-m8 o-Pe¡o
PY Eq 213.1
, , du-wou-pi , te-re.ja_g +mede te[_re-Ua
, I .1 o-wi-de a-ko-so-ta to-ro-qe-jo-me-no a-ro-u-ra a2-ri-sar
2 to-so-de, pe-mo
oRA 10 T t
PY Ed 23ó PY Er 312
wa-tu
Gq 5 de La Canea confirma la presencia de Dioniso como un dios que comparte v.1 I i-je-to-qe . Po-si-d¡-i-jo ' a-ke-qe '
templo con Zeus (por lo que parec€ ser su hijo) ya en época mi cénica, l¡n raccord de ,t.2 I oo-,"-* , pe-re ' po-re-na'qe ' a-ke
dos fragmentos de Pilo (PY Xa 102 + Ea 107) testimonia la presencia de un altar a I -j"
6
Ditogratia por u-ru-pí-ja-jo. 3
Prob, abreviatura Por o-ke.
'Las líneas 5-13 son muy semejanles
I ' Eror de escrib¿ Por ¿-lÉ-Po.
276
Antología de te os Personol )/ dkcutidas nenciones ftligiosas en Tebas VII § 5
PY Xa l4l9
.l di-wo-nu-soI lat. inf. [[e-ri-nu-we, pe-ro tl
.2 tu-ni-jo[ KHGq5
v.l i-pe-ne-o[ .1 di-wi-jo-ds di-we l¡E+N 20?N +A I ll t
v.2 wo-no-wa-ti-siI .2 di-wo-nu-so, t I 2¡
4.2. Menciones retigiosos dc 5. PERSONAL Y DISCUTIDAS MENCIONES RELIGIOSAS EN TEBAS
Cnoso y de Ls Cancs
.3 da-da-re-jo_de oLE s 2 Consecuente c¡n esta interpretación, consideran relacionados con la religión um-
.4 pa_de oLE s 1 bién una serie de nombres de oficio y de fiestas, así como ciertos animales men-
.5 pa-si-te-o-i oLE 1 cionados en las tablillas. Otros estudiosos, como Palaima y Melena, hacen una
.ó qe-¡a_si-ja oLE s l[ interpretación más "laica" de los textos. La serie Av refleja pequeñas partidas de
.7 a-mi-ni-so, / pa-si-te_o-i slI grano a diversos destinatarios y precisa en slgunos casos la situación de éstos. La
.8 e-ri-nu , oLE v 3
serie Fq recoge también aportaciones de cereal, alguna de ellas señaladas con moti-
-9 *47-da_de oLE v 1
vo de una ocasión determinada. Ft presenta partidas de grano y de aceitunas
.10 a-ne-mo, / i_je_rc-ja v 4
.l I vacat TH Av 100
278
Antología de textos
Metales keies J) VII § ó 279
.4 I a_ko_da_mo vrR 2 r 6 y[
.5 lv2ma-di_jer 6 v4ko-ru_wer ó. METALES (SERIES J)
2[
.6 al ku_su-ro_ro_qa
bl -fe / si_tq. ¡o_pa-po_rq_il En la serie Jn se consignan ent¡egas de cantidades de bronce que el palacio de
TH Av. 104 f+l l9r Pilo hace a determinados broncistas, probablemente para que las conviertan en pro-
.1 ka-zo_de, si-toÉko[,o ductos manufactu¡ados. El bronce que se enhega pesado es la ¡a-ra-s* (rdtov-
]ro_na-de v¡R ZO
.2 po+o_ar-ja-de vrn[ oío) de cada uno. Ello supone que estos artesanos tienen un tipo de relación de
vIR lo te-re-ja-de vrR
.3 o-ke-u-ri-jo v¡rf lo dependencia con el palac¡o. En Jn 389 se consignan los broncistas que tienen as¡g-
]r" u,* id*
.4 I vacat f nada cuota y la cantidad, y también que algunos de ellos, cuyos nombres se relacio-
) ro"ot
TH Fq 12ó nan, quedan sin que se les asigne cuota de bronce (a-ta-ra-si-jo). En Jn 829 se indi-
.la ca que una determinada cantidad de bronce del templo (¿o de un barco?) se destina
.l o-te , tu-wo-te-to , ma_ka , no*r r, u,' " a la fabricación de armas. Se encargan de la requisa de bronce los prefectos (fo-re-
.2 o-po-re_i vl22 te-rc\ y viceprelectos (po-m-ko-rc-te-rc\. No podemos saber si esta partida se moti-
ko-wa z[
.3 ko_ru z2 ke-re-ng-i y[
va porque el reino de Pilo era consciente de que se enfrentaba a una situación de
.4 inf, mut emergencia (la que acabó con la destrucción del palacio) o si tales entregas de metal
TH Fq 130 para fabricar armas eran un procedimiento normal.
.l o_te , o-je_ke-te-to ma_ka HoRDT2[
.2 o-po-re-i v2 ko_wa z 2[
PYJn 389
.3 ka_wi_jo FAR v I re-wa-ko a-me[-ro
.l 4-ka-si-jo-ne , ka-ke-we , ta-ra-si-ja , e-kote
.4 ra-ke-ne-u-si v z .2 pi-ra-me-no AEs M 3 ma-u-ti-jo AEs M 3 e-do-mo-ne-u AEs M 3
ku-si v 2I
.5 jvestigia[ .3 ka-ra-wi-ko AEs M 1 N 2 pi-we-ri-ja{a AESM I N 2
¡tf mut .4 sa-mu-ta-jo AEs M 1N2 wa-u-do-no AEsM 1N2[[ ]l
TH Ft I4O .5 ka-ra-pa-so AEs M 1N2 pi-ta-ke-u AEsMlN2
.l re-qa-i cRA +pE .6 mo-re-u M I N 2 ti-ta-[. ]wo AEs M 3
38 ollv 44 ^Es
.z e-u-te-¡e-u cRA 14 .7 lo-so-de , e-pi-da-to , ka-ko , pa-§i AEs M ó
oLIv 87
,3 ku-te-we-so cRA 20 .8 vacal
.LIV 43
.4 o-ke-u-ri-jo .9 to-so-de ka-ko AEs M 27
.5 e-re-o-ni cR^ 12 r, "i.,j t ; .10 vacat
.6-7 vacant .11 to-so-de , a-ta-ra-si-jo , ka-ke-we ,
.7 ps-ki-ja-pi kore.te
, AEs M 2 porako-re.te N 3 .B e-ro-pa-ke-ja / tu-na-no rELAr l[
^Es
.8 a-pr¡rwe , ko-re-t€ AESM 2 po-rGko-rFte AESN3 KN Lc(l) 550 + 7381
.11 ke-rado-ro, ko-re-te AEs M 2 po-rc-ko-rFte AESN3 KN Lc(l) 551 + 5507 + 7397
.A 'pa-we'a' [ko-u-ral rELAx 1lO LANA 140[
-12 ri-ljo , korete AEs M 2 pGl}kcrs.t€ AEs N 3
.13 ti-mi-tca-ke-e , kerc-t€ AEs M 2 po-ro.kore-te AEs N 3 .B e-me-si-jo-jo '/ tu-na-no TELAT 3 LANA 9
¡+fE
Pe "]ELA(+TE 2 rELlrt
l0[
.14 ralwa-ra-taz, ko-Ete ersu2n 3 porokore-te AEsN3
.15 salma-ra , ko-re'te AEsM3N3po-ro-ko-re-te N3 tat. inf. LANA 250[
MY Oc ll7 halladas en el llamado 'conedor de las tablillás de las espadas' del palacio, en el
.0 vacat Í que también se encontraron fragmentos de espadas. Reflejan entregas de artesa-
.l a-to-po-qo-i I nos que han trabajado sobre las hojas de bronce que sin duda habrían entregado
previamente los broncistss y especifica el tipo de tarea que se ha hecho sobre ella
7.3. Tlabqlo del üoo en Cnoso y pilo
y quién la ha realizado. Aunque a menudo están muy desftozadas y sólo se leen
Además de la utilización de fibras de origen animal en las
tabillas micénicas en pañe, es claro que citaban el nombre de un artesano y su oficio (bien un ebo-
tenemos atestiguado el uso del lino (cf. las operarias llamadas
ri_ne_jo en py Aa rario bien otro artesano que parece dedicarse a embutir en las hojas decoración de
745 (§ 1.1.), encargadas de trabajarlo). La serie Na de pilo
regisra cantidades de otros metales) y dos clases de armas, dagas y cuchillos. A veces las tablillas espe-
lino (reflejado por Sl). La presencia de e-pi-ti- to-ni-jd de bronce
en la tablilla c¡fican el tipo de trabajo realizado sobre la empuñadura. l540 es una aablilla tota-
cnosia L 693 parece indicar que el lino se utilizaba también para
aúnicas con apli- lizadora.
ques usadas como corazas.
KN R lEls +/l
PY Na 419
e-lke-a/ ka-ka re-e HAs 12
re-u-ko-to-ro ,§4 l0 KN Rs (2) 984
PY Na 514
.l e-relpa-te, de-de-me-na, [ ]ruO I
kulpa-ri-so , ke-ki-de , e-ko-si.§,f 30
.2 lzo-wa, e-pi-zo-ta, ke-ra, de-de-'me-na' cupl
PY Ne 568
KN Ra(l) 1540
A s-sa-re-u , ke-po_da , e_re-u-te-ro-se , S,{ 50 to-sa / pa-ka-na ruc 50[
B l-wa , §,4 20 to-sa-de , na-u-do-mo , o-u-di-do-si KN R¡(l) l54l
PY Na 924
ka-siJko-no, pa-ka-na, a-ra-ru-wo-a PUc [[
.A to-sa s4 lO KN Rs 1543 + 1560 + 15óó
-B ri-sa-pi , S,4 me-to-re , e-re-u-te-ro-se
,a de-so-mo I
PY Na 92ó
.b a-mi-to-no / pi-ri-te, a-ra-ru-wo-a puc I
a , e-ke-de-mi , a2_ku-mi-jo , §4 ó KN R8(l) 1548
pa-ka-a-ka-ri, a-ki-ri-to
.a de-so-mo
KN L ó9J
.b ku-ka-ro / pi-ri-je-te pa-ka-na a-ra-ru-wo-a puc3
.1 ri-no . / re-po-to , ,qe-te-o'
ki+o, ¡rs u I I
.2 sa-pa p2 e I e-pi-ki-ro-ni-ja ers u l[ E.2. ¿Arcos cn Cnoso?
Pertenecerian al grupo de tablillas de amss las dos siguientes, si leemos como
'arco' el logogtama.+256, que reiresenta un objelo curvo. Los adjetivos acabados
t. ARMAS (SERIES R)
en -4 pueden ser neutms plurales, aunque l24 presenta el numeral uno, si interpre-
(Para armas cf. también py Jn 829.3, en el apartado ..Metales,,) tsmos el logoSrama como róEo. plumle larrr¡¡r! incluso cuando se rata de un solo
arco, cf. 11.5.97 ÉrrrcÍvcro ropnútro rólo 'tensaba el curvo arco'. Están atesti-
8.1. Lanzas y espadas en Cnoso
guados los nombres de oficio derivados ,o-to-so-¡¿ rolórds 'arquero' (KN V 150)
R 1815 es el resguardo de una partida de lanzas en cuyas astas de madera ya
y to-ko-so-wo-ko rclofopyós 'fabricante de arcos (PY An 207.12).
se han colocado las puntas de bronce. Las tabliflas de 18 serie Ra de cnoso fueron
286 Antología de textos Catos y ruedas beries S) VII § 9.1 287
KN U(l) 109 + 7499 con las correspondientes de Pilo. Aqui se menciona primero el casco, escrito silá-
a-ku-wo / pa-ra-ja r.256f bicamenle y seguido del logograma GAL. Las ónófopao son dos y no cuatro, pero
KN U(r) l2,t en lugar de las otras dos aparecen dos piezas 'que van sobre el casco' o-pi-ko-ru-
I pa-ra-ja *256 1 s¡7 (una vez con la var. e-li-). Después se mencionan las orejeras. Para la coraza,
KN U(l) 7507+ 8l3l en vez de la referencia a ónáfoprc mayores y menores, típicas del archivo pilio,
lde-do-me-na *25ó[ encontramos 2 qe-m 2 'cDseletes' , lo que apunta a un tipo de coraza diferente que
va, además, provisa de e-po-rníjo 'hombreras'.
E.3. Arm¿duras en Pllo La tablilla de Tirinte Si 5 está en estado muy fragmentario. Sólo sabemos
lá
serie pilia Sh está compuesta por doce tablillas escritas por
la misma mano. que registra dos armaduras. El interés de este documento es que el escriba utiliza
En la mayoría de ellas se menciona una armadur¿ (escrita con la graiia to-ro-ka para el nominativo singular, mientras que el de KN Sk 8100 usa
el ideograma ARM) y
los elementos que la componen, a menudo escritos en forma
abreviada. Varia el núme- to-ra,
.o entre dos tipos distintos: unas, como Sh 737 y 733 tienen
Z0 apliques grandes y
diez pequeños. Otras, como Sh 735 tienen, respectivamente, y por KN Sk 8t00
22 12. su pane,
Sh 73ó (donde, en vez de ARM aparece escrita la palab¡a silábicamente .A qe-ro2 2 e-po-mi-jo 2l o-pa-wol-ta
en plural ,o_
m-ke) y 740 se rcfiereo a conjuntos de armaduras (las que .B¿
están lisladas individual- o-pa-wo+a 2[
mente en las otras) y dan especificaciones sobre la fabricación. .Bb to-ra / ko-ru GAL I o-pi-ko-ru-si-ja 2 pa-ra-wa[-jo
Wa 732 es ia etiqueta 2
de la cesta en la que se contenia toda la serie, mn Ia indicación de la palabra en plural. TISi5
supra mutila
PY Sh 737 .l lto-ra-ka ARM I I
ARM 1o-pa-wela ,rne-zeaz,O 2Ome-u_jo_a2,O l0 ko-ru{o .2 lto-ra-ka .eru I I
,O 4 pa_ñ.-wa_jo Z
PY Sh 733
ARM I
ñe-zo-a2 O 20 me-u-jo-a2 O lO ko_N_to O 4 pA 2 9. CARROS Y RUEDA§ (SERIES S)
PY Sh 735
ARM 1 ñe-zo-a2 O 22 me-u-jo-a:- O tZ KO O 4 pA z 9.1. Carros. srmadurss y c¡bs¡los cn Cnoso (§cric §c)
PY Sh 73ó Las tabliltas de la serie Sc aparecieron en el llamado Bureau III (local C), en
to-ra-ke , a-me,ja{o , o-pa , me-za-na , wo_ke ne-wo
, Zt 5 el ámbito en que enco ramos otras tablillas sobre cárros (cf. el apanado siguien-
PY Sh 740 te). El escriba se limita a consignar nombres propios seguidos de los logogramas de
a ko-ru-toO4PA2 la coraza (rux), el carro con ruedas (aIc) y los caballos (equ) y de numerales. Las
pa-ra-jo , t'nu 7.8 5 wi-so-w9-pa-t9r re_pa-wo-ta
, me_za_a2O 20 me-u_jo-a2 O l0 tablillas registran por tanto la distribución de c¡rros, caballos y armaduras a deter-
PY Wa 732
minadas personas, encargadas de utilizarlos.
I lfq-ra-ke
2 vacal sc,2U+2n
pa-di-jo ruN+QE 2 Wr ZE 2
Armadures cn Cnoso y €n Tirinte
E.4.
Sc 226
La serie Sk de Cnoso está compuesta por seis tabtillas, la mayoría 1 1 I'
de ellas en li-ri-jo-qa Bro ruN I EOU 'e-ko
muy mal estado. En la mejor conservada (Sk gl00) vemos
analogías y dife.encias Sa 252 + 7455 + 74fi +fn
Antología de textos Canos y ruedas (series S) VII § 9.2 289
288
mente piezas menores, entre ellas aquellas cuya falta se define con o-u-qe en la .b pte-re-wa / pa-ra-ja , e-te-re-ta , po-ro-ti-ri cuR[
serie Sd.). KN Sf(2) 4420
4) El paso posterior y últ¡mo del proceso consistiría en añadirle las ruedas (que .a a-re-ki-si-to-jo ' o-pa
habían seguido, hasta entonces su propio proc€so) y distribuir los caffos, esto es, la .b i-qi-ja / a-na-ta, a-na-mo-to, cAPs 80
KN sf(l) ¡1421
r¡ En esta serie debe leerse primero la línea .b y luego la .a. i-qi-ja , a-na-mo-to , a-ja-me-na crrs 2{
291
290 An¡ología de te.rtos Canns Y ruedas beries I VII § 9'3
9.3. Ruedss de Cnoso (Series §g §o) y Pilo (S€rie Sa) .5 o-dalk9-we-ta nor¡.ZE 7 a-mo I[
Las tablillas de la serie So de Cnoso proceden del edificio denominado el .ó lo-da-ke-we-ta n.of^ zE 172
Arsenal, donde aparecieron también tablillas de carros y cajas de canos. Parece que ,7 | eacat
se tratsba de un ¿aller en que se fabricaban ruedas. Las de la serie Sa de Pilo apa- e..a ROTA 5Et
reciemn en el suelo de la Habitación 8. Unas y oras contienen el ideograma RorA .b 80TA 64t
que se presenta bajo formas muy diversas, pero que no parece que obedezcan a .C ROTA 1761
tipos distintos de rueda, sino a las preferencias del escriba para representarlas. Si .d vest..l
que es diferente RorA +f¿', que se refiere a un tipo concreto de rueda provista de KN So(2) 4433 r 4444
t
zapatas (esto es, una rueda en la que el radio va unido a la pina por unas piezas .a I te-mi-dwe-te '
RorA ZE I
triangulares que hacen la unión más fuerte). Los escribas precisan diversos rasgos; .b L a-re-ki-si-to, wo-zo-me-no '
la materia de que están hechas, su decoración o materiales decorativos, el tipo de PY Sa 287
rueda, su calidad y estado y circunstancias referidas al proceso de producción o a a-ku-ro ' de-de-me-no ' Rora z' 1
KN So 894 PY Sa ó82
Ro"r^ zE 6
.1 a1e-re-te-a , / pe-te-re-wa 'te-mi-dwe' xor¡ ZE f te-tu-ko-wo-az no-Pe-re-42
.2 ka-ki-jo RorA ZE I ka-ko-de-ta xo¡¡ ZE I PY Sa 753
.3 ki-da-pa , / te-mi-dwe-ta Ror^ ZE 4l MQ I se-we-ri-kcjo , wo-ka , e-qe-sljo , Ror^ +TE 7'E Zl'
.a I de-do-me-nal PY S¡ 7E7
f¡ , RorA ZE 3l MO I
.b ]q-mo-ta , / pte-re-wa , te-mi-dwe-ta RorA ZE 23 RaTA I D8-r8-ia ' we-ie-ke-a2
RÜIA?E 12 z8-ku-si'j' Ror zE 32
KN So(l) 4430 1., ,. r" ' "-q"*iie
f"'"-ia
.a ko-(i-da, o-pa ne-wa PY S¡ 790
+TE ZE 6
.b e-ri-ka , / o-da-twe-ta , a-ro2-a RoT^ ZE 22 MO R0TA I a-mo-ta ' e-qe-si-ja , no-p€-re-82 'RorA
PY Ss 793
ta-na-ws RorA+TE 7'E ll
KN So(2) 4,142 +y'. e-re-pa-to,te-mi{we-ta'Pa-re-js ' '
.a I o-pe-ro,
I
Antología de te.rtos Ense¡es en Pilo kene D VII § l0 293
292
I qe-ra'na a-nro'te-wi-
PY §8 794 .2 q+ra-na , wa-na-s+wi-ja ' qg-u-ka-ra ' koki-reja{'2048 '
.3 a e-ne-wo , pe-za
de decoración. Los muebles son valiosos, ricamente trabajados, con materiales
aai{qto , erepa-te-jo, qeqi-nGto-qe
to-pe-za , ra+-ja , Po-pi ' e'ka-rna-t+q9 ' '
preciosos embutidos o incrustados. Las vasijas se describen detenidamente, pero no
se nos dice de qué estáLn hechas. El escriba intenta dar datos para identificarlas to-qi-de
visualmente. PY Ts 707
Tn 99ó no pertene€e a esta serie, pero también cant¡ene una lista de objetos de
menaje.
fin¡l de la línea I (sobre ke-ko-u-ñe- tlQ\ Y debe fiadu'
" , t¿-rE-42 etc, iba encima del
7ll -"-i'óá
cirse lra, esta Pslabra.
PY Ta ro¿i prouabilidad debe completarse Pe- ka
'' Eitá sob¡É auy'e'x'e' y debe lee€rse' con ell^' au-de'we-saA''
.1 o-wi-de, pu2-ke-qi-ri , o-te, wa na-ka, te-ke, au-ke-wa, da-mo-ko-ro
29s
294 At tologíq de te os Perfunes VII § 12
PY ub l3l8
II. ARTESANÍA DE LA PIEL EN PILO (SERIE Ub) .l au-ke-i-ja-te'we, ka-ü}fe\vi-ja-i di'Plera4["'Jdi-prÉra 2 au-kei-ja-tewe '
l
o-ka ' di-Pte-¡4 [
.2 au-ke-i-ja-te-we o-Pi'de-so-mo ¡a-tu-ro¿ ' di-pte-ra
4 k8-rE j& rwo-f}mr-ta 4
Un número pequeño, pero significativo, de lablillas pilias que se refieren a la
l
di-pte-fa 3
artesania de la piel aparecieron en la habitación 99, destinada a taller y almacén del .3 me-ti-ja-no, to-pa ' ru-de-a2, di-pt€-r81 a-rc-s€-si ' e-ru-t8'ra '
palacio. En la habitación vecina, la 98, se hallaron varias tablillas y sellos de la serie wo-di-je-ja ' Pe-di-ra 2
ze-u-ke-si I
Wr con referencias a pieles, a Sanado y a o-pa, qu,e parefen traslucir entregas de .4 we-e-wi-ja, di-pte-ra ' 10 wi-ri-no ' we'ru-ma-t8 ' ti'ri-§i '
.5 wi-ri-no, pe-di-ro, e-ma'ta 4 e-ra-Pja, e-Pi'u-ru'l4.
we
material en bruto para su posterior elaboración: los sellos se juntaban temporal- 'E Z
er8-p+ja E I
mente como recibos de las entregas. Todo indica que es en esta habitación del pala- .ó a-pe-!ja , u-po , ka'ro , we-[ Ija'5 I u-po ' wee'wi-i8 '
a3-za pedi-ro-i 1
cio donde los guamicioneros y los demás artesanos del cuero recibian también las .7 mu-tewe , we-re-lrc-ja , ku[ lpe-re 1 mu-tewe ' di-pte-ra ' '
.&lO edcarú
pieles (y ocasionalmente otros materiales) que les servían de materia prima para
elaborar con ellos diversos productos. En este mismo lugar del palacio apareció la
I2. PERFUMES
tablilla PY An l28l en que se menciona la Señora de los Caballos (cf. § 1.ó.).
Las fases en las que el Palacio añiculaba la fabricación de objetos de cuero era
de la§ Principales acti-
la siguiente. En primer lugar, llegaban pieles de animales domésticos (como indi- La fabricación de perfumes y ungüentos constituía una
se utilizaban dife-
can los sellos de la serie Wr) y de ciervos (Ub 1316). Las pieles estarian ya cuni- vidades "indusfiiales" de éPoca micénica' Para su fabricación
das. La indicación en Ub 131ó de que son del año anterior, y el uso de o-pa en los rentesespecias,asícomoplantasyfloresyvariostipo§deSoma§yresinas'pro-
para proporcionar la fragancia
sellos implica que eslas entregas eran obligatorias cada año. ductos que, dependiendo de sus propiedades, servian
del perfume o bien para fijar é§ta a la base de aceite' El
vino' en cambio' por su con-
En el palacio, las pieles eran luego distribuidas a distintos anesanos, para que
hicieran de ellas productos manufacturados, siempre dentro del sistema caracterís- tenidoenalcohol,debíaemPlearsebásicamenleparaextfaerlafraSanciadeplan.
tas y flores al ser éstas sumergidas en él Teriemos información de esta§ actividades
tico de¡ palacio de contribuciones debidas por los artesanos (una entrega de este
tipo aparece en Ub l3l8). atravésdetablillasdevariasseriesaparecidasendivenoscenlfospalaciales,fun.
Por último, se anotaban los productos ya realizados por los añesanos y entre- damentalmente Cnoso, Pilo y Micenas'
gados a palacio (un ejemplo de lo cual es Ub 13l5).
15
l,ease prob. we-fe-wil-ja.
296
-
Antología de te.rtos Pefunes VII § 12.2 29?
12,1. Perfumes en Pilo (Serie Un)
.l jo-o-po-ro, a-ro-mq[ ]ri-mi-jo / pe-se-ro [[ / sa-sa-ma ]l
.2 pu?-ke / ma-ra-tu-wo z1[I vacat
PY Un 219
.3 / ku-mi-no-jo[ ma-ra-]tu-wo v I sa-sa-ma zZ sa-pi-de'6'
pe-ke-u
.1 e-ke-ra-ne,tu-woZOll
.4A e-ru-ta-ra[ salsa-ma v I
.2 pa-de-we, O I pa-de-we, O I
.4B ka-e-se-we / ka-na-ko [ ]ma-ra-tu-wo v I sa-pi-de ó
.3 ka-ru-ke , PE 2 KA t O 6
.5A e-ru-ta-ra [ 1l
.4 te-qi-jo-ne ,O I a-ke-ti-ri-ja-i ,KA l
.5B ke-po / ka-na-ko M[ ]v I mi-ta , PE 2 ko-no-a-po+e-[.]
.5 a{i-mi-te , O 1 da_ko_ro_i ,El
.óA I vacat f 12
. .ó di-pre-ra-po-ro , R4 l O 3 korq| I .óB ) vest.f ly 1 DE I +l55hs[ I vacat
.7 a-na-ka{e ,IE I po-ti-ni-jaf
.7 inf. mut. I vocat I
.8 e-[ ]U te-ma-az,UtW-[
MY Ge 603 +/zr
.9 a-ka,wo-ne , MA I pa'ra-[ ]2
.1a [ ]ka-ra-to t155'^§ 1
.10 ra-wa-ke-ta , MA t KO l I WEtOtWl .1 ke-po,,to ARoM r 2 / ka-na-ko, re-u-ka v I da-ra[ ]rpi-ta-qe 20 ka-+a-ko,
.11 KEIÍlyqcat
e-ru-ta-ra M I
.12-16 vacant
.2a ka-na-ko M I
+rst^s t
PY Ut 267
.2 pr¡-ke-o KOr2 KUyz MAzz §{22 kqno l0 e-ne-me-rn l[
.l o-do-ke, a-ko-so-ta
.3 i-na-o KO'\Z KUvl [b120]l konol0E1 ka-na-ko e-ru u 1[]raac.
,2 tu-we-ta, a-re-pa-zo-a
.4 ra-ke-da-no KO r 2 KLI v 2 llMlll k¡¡no 12 E 1 *155v^s 1
.3 tu-we-a, a-re-pa-te [[, ze_so-me ]l
.5 a-ke-re-wi-jo KO r2 KUvl MAyl no-ko 10 prt I *155%s I
.4 ze-so-me-no [[ ko ll
.ó pe-ke-u KO'tz KUvlz¿ ¡r{vl ko-no 10 El ka-na-ko ¡,¡ 2 t155vs 1
.5 ko-ri-az-da-na ARoM 6
.7 pu-wo KOrz KUy2 MAvll I ko-no DEl *155v s I
.6 ku-pa-ro2 ARoM ó *1JZ 16
v. .l pe-[ 12
.7 KAPO 2 -r 5 vtN ZO ME z
rcliqua pars sine ,egulis
.8 LANA 2 vrN 2
MY Ge ó04
.9-11 vacant
.0 vacat f I vac.
PY Un 249
.1 ke-e-pe, o-pe-ro, ka-na-ko e-ru-ta-ra[ )DEl KUvl
I a po-ti-0¡-ja-we-jo
.2 i-na-o-te, o-pe-ro (Uv1§.4v1 ko-no 2 se-ri-noM2 't.t55,^s l'
pi-ra-jo , a-re-p?-?g[-o lku-pa_roarou?r 5 .3 ra-ke-da-no-re, o-pe-ro e-ru-ta-ra M I MAvl SAvl
.2 wi-ri-za r_exl 2 [ l*152 lO .4 a-ke-re-wi-jo, o-pe-ro e-ruta-ra t'r 3
.3 yacat t I K,lper 6 .5 pu-ke pe-ro-ro ka-na-ko M 1 MA z 2 SA z 2 ka-da-mi-ja Í
.4-5 vacanl
.6 vacat t
PY Vn ¿fó
.l pi-rc¡{
.2 ka-pi-ni-ja , a+i_ta ,6[
.3 k8-pi-ni-ja , e-ru-mi-ni-ja , 4[
.4 ka-pi-ni-ja , ta-ra_nu_we lzt
.5 rl5-kino_o 8l o-p!ra:_te-re 40[ OCTAVA PARTE
.ó e-to-ki-ja 231 l-ke-te-fe,, 140 GLOSARIO
.7 pi-ri-ja-o , ta-ra_nu_we 6
-8 qe-re-ti-ri-jo 2 me-ta-se_we t0 EI glosario no es completo. Sólo contiene palabras que aparecen en la selección ,
.9 e-{,e-wo-ke , pu-to_ro 16 de tablillas de este libro. Para el léxico completo (y para ampliar los datos de este
.10 *Js-ki-no-o , pu-to-ro lO0 Glosario) véase Aura Jorro 1985-1993. Las formas micénicas compuestas de una
.11 ta-to-mo , a-ro-wo , e-pi-,ró5-ko palabra seguida de -qe enclitico o de -de no se recogen tal y como aparecen en las
1
.12 g-¡r¡-glini-ja 2 ki-wo-qe I tablillas, sino que debe buscarse la primera palabra (acabada e¡ guiínl sin -qe o -de,
PY Vn t79 que tienen una entrada propia. El glosario consta de dos partes. En la primera se
.2 ko-ni-ri-ja-ja , pe-*65-ka 24 varias formas de un mismo paradigma se unifican todas ellas en una sola entrada,
.3 e-to-ki-ja , qa-ra-de-ro f0 pero se hace referencia a ellas en el lugar que les correspondería alfabéticamente
.4 pa-ke-te-re , qa-ra-de-ro g6 salvo que esa indicación tuviera que ir contigua al lema en el que se incluyen. En la
segunda parte se recogen los logogramas y siglas ordenados también alfab,éticamen-
,clíqua pa$ sine ¡Égulis
te. A efectos prácticos no se especifican diacríticos como punto debajo, etc.
.o o-pa supra sigillum ede-w!-sl-Jo dud., prob. nom. sg. de a.c.rl.qo nom. sg. del antrop. masc.
{tpt incrustar, tardcear (cf, lV § I-a.ke-si final del dat. plu. de un rop., &-ko-wo nom. sg. de una palabra dud., tnFtos decorado con una rueda ('l\
7.4.). quizá Ilort hayré (o)oL. y
quizá adj. árofossrz escolto (ci. Kú$\. lcf. a-mo gen, a-mo-te-wo ruedeto
a-ka nom. sg. de un antrop. masc., prob. &-kc-ta nom. o dat. sg. del antrop. a-ku-rc dat.-instr. sg . de ó.pyv¡ns plata. en PY Ea 421).
hipocorísrico, quizá'A).KAs,'ApXAs 'A.LrÉrds vel siz. &-ku-wo nom. sg, del antrop. masc. a-rs.-l-¡, v. a-na-tq.
o'Ap7rig. a-ke-ti-rl.Ja [var. a-zc-ti-ri-jal nom. plu. 'AIKUóy. s-n¡-ke-t dat. sg. de un 8ntmP. ma§c.,
¡-ka-de nom. sg. de un antrop. masc. [dat. plu. ¡.kc.tt-ri.JEJ] de dorlrpro quizá AvoK- (cf. tiv<iyo)
'
a-ma-ru-ta-o gen. sg. del anrop. masc. .
(cf.'Apyci6¡s).
decoradora (en la confección de telas). 'A[opúv0ds (cf. étn. 'Apapúv0Los y a-na-mo-to nom. sg. fem. del adj. <iváp-
¡-ka-rc.u nom. sg. del antrop. masc, a-ki.tl-to nom. top. 'Aprípuv0os). pooros ,¡o montado (Cr,mp. de ov-
sg. del adj. drrrros ¡o
'Ap¡d.e ú9 vel sra.
cultivado, op, a ki-ti-me_na, q,v. a-m&-ru-to nom. sg. del top. 'Apdpuioos. privst¡vo y la ruiz de a-ro-ro-mo-te-
a.k&-sl.jo-ne dat.-loc. sg. de un bp., a-ki-wa.t¡ nom. sg. del antrop. masc. a-me-Jo-si nom. sg. de un ant¡op. masc. me-na, q.v.l.
guizá 'Axavotóv (cf. rirovOos). ' Apxtf 'ao¡& vel sin. a-me-j&-to gen. sg. de un antrop. prob. a-na-pu.ke nom. plu. del adj. riv<i¡rnuf,
a-ka.wo-nc dat. sg. del antrop. masc. a-ko-da-mo [var. a-ko-ro-da-mo] dud., -ros sinJrcnaleras (comp. de riv- pri-
de origen no griego, quizá 'Apeíos (?).
A\ráfarv vel sim.
'
quizá nom. du. de riTpó8d¡ros e/ qae a.me[.ro dar. sg. de un antrop. masc., \ativo y $-pu-ke, q.r,l.
s-k€ 3.r sg. de¡ pres. ind. act. de ciyúr ,eúae al pueblo (< *ag¡-damo-, ct. quizá "Ap€pos. &-ns-qo-t¿ nom. o dat. sg. del ant¡op.
conducir. <iye íg,r y 6duoe y II § 2.3.15), quizá Prob. rel. c, ¡¡répo, mejor que c. 'Avox-ól,T:o§ vel sim.
a-kc[ inicio de antrop. fem. pregonero (?) . iipr po5, ya que en 7bá. He.nclea l.l72la ¡-n¡-t8 [yar- &-n¡-l-tll nom. sg. fem.
la-kc-nc-u-sl dat. plu. de ri¡¡ueú9 a-ko-i-da nom. sg, de un antrop. masc. palabra tiene eta inicial, pese que es un [tb. nom. sg, masc.-fem. a.n¡-to] del
Pobre (cf. dxiu pobrc, menestercso y a-ko-ra nom. sg. de <iyopó de sent. texto en un dialecto dorio. adj, áva,,ros no taraceado (coñp. de
dyrlveta miseria) o de d$veúg aven- dud., guizá rcbaño o rcdit . a-ml-nl-si-jo nom. plu. masc. [nom. dv- privativo y la ruiz de a-.ia-me-no,
ador (ci. áXvn cascabitto y áyupa I a-ko-ra-Jo nom. sg. masc. y nom.-ac, plu. fem. s-m¡-nl-si-jal del étn. 4,v.). Sobre la sltemancia en la escri-
Pqial. sg. neutr. [nom.-ac. plu. neutr, a_ko- 'A¡rvi(o)oLog, cf . a-nri-zi-so. tura, cf. II § 2-3.14b.1.
Es rechaz¿ble su ¡nterprct¿ció¡ como r¡-j&l del adj. dTopqi os perTenec¡en- ¡-mi-ni-m nom. o dat.Joc. del top. a-DG-¡2 nom. sg. de un antrop. fem.,
dat. plu. de d)r€usp¡¿lo, re¡acion¡do con
te a lq ¿-ko-n, q.y. 'A ¡ruL (o)oó5. quizá 'AvÉhd (deriv. de *ávos: ros¡¡o,
áyuos, a) porque bien tiene yod inicial, 2 a-ko-r&-Jo nom. sg. del antrop. masc. a-mi-to-no nom. sg. de un antrop. masc. que aparecería en el comp. rinqu{5
cf. ai.!ajü-, bie¡ s - inicial, ct. lat, sacer, 'Ayopatos. a-mo nom. sg. [nom. du. a-mo-te, nom, antipático (?)), mejor que Aivéhd.
por lo que esperariamos ¡ja_ke-ne_u-si o
I a.ko-ro dat.Joc. sg . de d1pós ca¡pe, plu. a.mo-ta, dat. plu. a-mo-sil de &-nc.mo 8en. plu. (¿o s8,?) de rlv<¡rog
taz-ke-ne-u-sii bl W¡que d7y€ús signifi_ que forma can ro-u-si-jo, q.v,, una áppo rueda (cf. áp¡ro). v¡ento,
caáapuriicador bua se dice tiTlltí5). q-ne-mo
designación toponímica. a-mo-ra-ma prob. adv. it¡(i,pápap día a a-rlc,mo-i.jG,rr-j¡ v. i-jer"-ja.
e
a-kc-re-sc 3.¡ sg. del fut, ind. act. de 2 a-ko-ro nom. sg. del antrop. masc. día (cf. hom. ipop). a-nl-Ja nom. sg. linstr. plu. a.ni-ja-pi]
dtÉr¡ coger (cf . cr¡t. á"tXr,¡ y IV § 7.2.). " Afpl!|,v vel sim, a.mo-si, a.mo-t¡, a-mo-ta v. l-tto- de o'vnLa brida.
e-ke-¡i.u-tc adlat. de un top. ,A7p<ú9 a-ko-ro-da-mo v. 4- ko-da-mo. a.mo-te-jo-n¡-de adlat. de tip¡rorcLóv a-nl.Ja-c-c-rc-pa-Jo-qe.ro.Es v. a-ri-
vel sirn.
a.ko-ro-t¿ nom.-ac. plu. neutr. del adj. tallel del ruedero o del constructor de ja, -e-, -ero-pa-¡o- y je-ro-so.
¡-kc-rc-wa nom, o dat--loc. sg. del top. dXW¡o¡oS no teñido- car¡os (deriv. en r<ioin sobre dppor- a-no-qo-t¡ nom. o dat. sg. del antrop.
'Aypi()fa o 'Arpi(t)fa (?). a-ko-so-Dc nom. plu. de df.llv eje. 'Avopx.óvrAs (cf. dv6pog<irur¡s) vel
ruedal.
a-ke-rt-wi-Jo nom. y dat. sg. del antrop. ¡-ko-so-ta nom. sg. del antrop. masc. a-mo-te.wi-js nom. (¿o ac.?) sg. de un sim.
masc. 'AyFÉf rcs vel sim. 'A).foírdg lel srzr. adj. de ¡nterpr. dud., quizá rip¡ro- a-no-wc nom, sg. neutr del adj. comp.
--
304
Glosario Secuenc ias de s i lobogmmas 305
ciyófns sü asas (cf. dy_ y oüs). Cf. a.pi_doJ-ra nom. o dat. sg. del anrrop.
-a-po-te-l.l prcb. -a-po-E-lral nom. a.rs.na.fo nom. s8. de un antrop. masc.
III § 3.2.3e. fem. ,Apo!6ópd.
a-no-zo-Jo gen. sg. del antrop. "Ayo(os plu. fem. de dp$ór<pos uno ! otro, a-ra.¡(}m().tGmGna nom. sg, fem. [nom.
L-pl y- a-p¡ , to_ni_jo.
a,nbos. du. fem. a-ra-ro-mo-tc-me-nol del
yel sim. a-pi_e_ke v. a_pe_e_ke.
a.nu-to nom. §9. (¿ogen.sg.en a.-pu v. a-pu , ke-ka-u-me-no . pan. de perf. med.-pas. de dpgdt-r
cf. a-pi_e.ra dat. sg, del an*op. fem.
r,.r?,
nonta¡ Cf .11§ 2.3.15.3. y IV
IV § 2.2.4.) del antrop. masc. "Ayuros. ,Apdhípd a-pu-do-sl nom. sg. de <inú&¡oLs e¡¡ze- § 7.a.
(prob. equiv. de ri¡rgino.\os
a-nu.wa top. de interpr. dud., quizá pre_ .,HpdS, g¿ (cf. ti¡o6i6opt ). a-rr-n¡-j& mrn. sg, o plu. fem. del part.
cf. ,Apó10Én).
helénico. a-pu, koka-u-mc-no nom. sg. masc. perf. act. lriorn. plu. fem. (?) a-raJrD
s-pi_je_ta nom. sg. del antrop. masc.
a-nu-wa-to nom. sg. del antrop. fem. ,A¡.r$rÉ(p)rds. del part. perf. med.-pas. de dnorokr wo-Ja, nom. pln neut¡. s-rs-ru-wo-a] de
"Aufaorog bf. av- y ao¡ósl vel qr¡¿nal, si es que es una sola palabra órlopío«r ajustaa poveer dc G. i*.\.
a_plka.ra_do-jo gen. sg. de un antrop.
sim. escrita como dos. También pueden ser &-rs-t€-j&-o error del escriba por s-ra-
masc., quizá ,Apóir).o6os, mejor que
a-nu-wi-ko nom. sg. de un antmp. masc. ,A¡r$t¡ripo6po9, ,A¡r$Lrporog dos palabras; el adv. tinú complem- <-ks>-te-ja-o, v. a-m- ka-te-j a.
au-ke.l-Ja-te-we dat. sg. de un antrop. mejor esar alfeate de y quizá tenga rela- párt. perf. de 6(iKrupr
dt-qo dud', prob. anrop ma§c''
srn
dcdo-m€'ns v. d¡-do-§i'
masc. sin interpr. segura. ción con eltitulo mic. ¿o-rc-te (peto ko-rc-
de interpr. satisfsctoria'
au.kc-wa ac. sg. del antrop. Aúyifas 4 v., tampoco es claro) o co¡ acad, tam-
dc-ka.sa'to 3.' sg. del aor sigmático
,e,
di-ri-m¡'jo sg' del teón' Apiptos'
da1.
(cf. Aüy<ias, AüyÉds). ka-ra, agertt¿ comercíal del rey. Menos fiéxopcL rzcráir (cf' IV § ? 3'1 )'
hijo de Zeus (cf' 6pLpÚs) Su identifi-
&u-ri-mo-dc adlat. del op. Aü).1¡ro9. verosímil es leer -Kótros (cf. rolÉo). En dc-ko'to 3.¡ sg del 8or' rad atemático
IV § 7'3'3') o cación con una divinidad conocida
au.no nom. plu. o du. de oü\ós ¡aáo favor de -Kop(§ cf. la colina Aeo-rxóptoL,, de [iÉXopoL ¡ccibir lct'
(Apolo o Dioniso) es dudosa'
(quizá un tubo vertical unido a la que trasluce un comp. *ldwo-kotos. antroP. AÉroros (cf IV § 5 2)'
fut' de dl-n-!t Y. di-\a¡-¡a'
pared del carro, donde se podía colo- da-naI antrop. masc. dc-mc'o't€ nom' Plu' del part' d€ pró'
(cf' IV § 7 2')' dl-u-Ja'Jo' a j. neutr' sustantivado'
d¡.nu-wo dud.. qu¡zá nom. ooruú.r, [iÉ¡rr,r cozstzir di'
dat.-loc., Arfyqtov sdntuorio de
car el látigo). sg. de
c4'¡P'
au-t€ nom. sg. de ai,l@rnp badilo (n. de repa¡tidor, pa¡1. prcs. de 6oívu¡! usado dc-ml'nl-Ja nom' plu de Ei¿pvlov
wi-ja, q.r. (deriv en 'r'-yo- de di-wi-ja\ '
agente en -rrfp deriv. de +aus- a¡derl. como n. de func¡ón. lecho
di-u-Jo adj. neutr' sustantivado' Prob'
da-pu2-ri-to-jo gen. sg. de 6o{úpLueog de-so-mo dat. plu' de 6<o¡ró5 Saarai- Aif yov
(cf' de-de' dat.-loc. ladlat. di'wi'Jodel de
d labeinto (ci. Lo$úprvoo5 y III § 2.1.2.
ción, cacha de una daga (deÁv' en *-yo- de
sontuatío de Zeus
da-da.re-Jo-dc adlat. de Aou6d.eiov y 2.s.). me-na\. gráfi-
di-we, q.v.\. Para la altemancia
de.u.kl'Jo'jo gen sS' de un n' de
me§'
(templo) de Dédalo. da-ra[ prob. da-ro-ko, nom. sE. de
ca, cf. II § 2.3.9.
quizá Aeúrtos (deriv de un teón'
da-l-pl-ta nom. sg. de un antrop. masc. iXiiX.",v poleo (cf. ytr¡Xou o p).¡Xor,). teon'
di-we dat. sg. [gen. sg di'wo] del
d¡-ko.rc nom. plu. [dat. plu. dr.ko-r.o.i] da-ra-ko nom. sg. de un top. Aprixurv o A<Oros (?)).
dud., quizá loc de bL8ooKotros kús Zeus.
de 6orópos semidor del teñplo kf. A.),á*¿v (cf . da-rat). di-da-ka'rc
signi- di.wi-js geo. sg. [dat. sg di-u'jal del
(qrópos). r¡aesl¡o (cf. lV § 2 2'2 )' con el
lda.ro final de antrop. masc. o de n. de
reór. fem. A;-f ya, Prob. Pá.edrc
de
f.ia"Ca en ls e§.uelc, \'e! sin'
Se discute si el primer elem€nto del oficio.
Zeus \cl. di'wel Para la altemancia
compues[o es ¿jo- < '|.d?r- c¿J¿ o de la da-te-ne-ja nom. s8. del antrop. fem. di-dc[ nom. sg. de un antroP masc'
n gráfica cf II § 239
-di-do-si 3.r s8. del pres' ind act [3
s8'
preposición 6L<i y si el s€gundo se rels- Aao9¿v<to. vel sim. ac. sg de un adj comp'
dl-wi-ja-me'ro
fut. ind. act. do'se, 3r plu fut
ind'
ciona ccll KolÉol furrer o con ropevuu¡rr da-te-we-ja nom. sg. de un antrop. o n-
! 6fL-d¡ePov, Prob. usado como adv'
sacia¡sel. de oficio fem- act. -do'so-si' 3 sg' aor' -do'ke'
paro dos días bf. dwo Y o'mef-rc Y
nom. plu. neuÍ del Part perf
med -
da-ma.te nom. plu. 6dpqrneg pmpieda- ds-w€-ro dud., prob. gen. sg. del antrop. 6t{¡re pos
dar' las formas del primer milenio
masc. Adf¡p (cf. 6ar1p cunado\ .
pas. de'do'me-nal de 6i6r'-r¡rr-
des o una unidad de medida de tienas. que pasa dos días,ró 6ti1¡<pv perío-
da-mo nom. y dat. s B. de 6AVos pueblo . da-wi-ja nom. plu. del étn. deriv. del enieSar.
do de dos días\.
da-mo-ko[ dud., quizá inicio de un top. da-n'o. di-ka-t8-jo dat. sg del adj AtrÍoios Arfíds
Esa interpreBción es preferible
a
textos mic.; b) es anóm8la una expresión nó¡ls. Quizá de rSopo- < tdor§- o de € e-ke-e v. e-ke.
coño 'hsy que pagar Ia pane de Di\¡ia' , +drys- (cf. do-c-ro M]Flos
y ?,orr,- en -e adv. év por denoo (cf. IV § 6.1.). c-kc-mc-dc nom, sg. del anrop. masc.
ya que ni puede ser la pane que debe po- ti- ni-¡a y p-scaa_o-ñi). -c- prep, év en (en la secuencia a-¿¡7- 'EXepl6qs.
pogar Div,lia ni es verosímil que sea la do-qcds gen. sg. prob. de un teón. e - e - rc-p a-j o - q e - m- sal. c-ka.qc v. e-*e.
que le corresponde ¿ la diosa: para estos Aopx*€íd (cf. 6Énúr (?)). e-de-c-wo gen. sg. de un apel. de pers., €-kc-ra-nc dat. s8. de un antfop., prob.
c¿sos, lo habitual en los texlos micénicos do-¡a- ac. plu. de üi(r,u presenre (cf. prob. un tit. cultual d6oh<ús, sin error del escriba Wr e-te-ruz-wo-re,
es que aparezc. el nomb¡e de la divinidad 6ú6tolrL).
interpr. satisfactoria. v. siguiente.
rec€pto¡a en dstivo, solo o acompañado do-rl.Jo nom. sg. de un antrop. masc. .c-dc-l dat. sg. de É6os s¿de. c.kc-rr2-wo rpm. sg. [dat. sg. c-kc-re2.
de do-so-rio o un téñino similar. Ao).íos, Aópr.os y¿l sr¿r. e-do-mo-ne-u nom sg. de un antrop. wo-ncl de un antrop. masc., quizÁ
dl-wi-Jc.wc dat. sg. de ALfL<us, de do-!E v.4i4o-si.
masc., quizá Ei6ogovers.'E6opovrú9 'E(7)¡eQ[áfov vat srz.
inte¡pr. dud., quizá antrop. masc. o do-sl-ml-Ja nom.-ac. plu. [caso dud. o'E6¡rov<ú5. c.ke-sc nom. sg. de un antrop. masc.
apel. servidor del sqnuario de Zeus ldo.lsl.ml.Jol de úopLov entrega, e.o,si 3.r plu. del pres. ind. [dud. nom.-ac. c-kc.si. v. ¿-l¿-¿-
Q\, mejor que sacerdote de Zeus. conti buc ión (cf . 6í&,r¡I). plu. neutr. del part. prcs. o-ts- (cf. IV c.kl-sl-Jo riom. sg. del ém. "E€uos, deriv.
dl-wl-lo-dc v. di-u-jo. do-so-mo nom. y ac. sg. de 6oo¡ró9 § 7.1.2.),3.r plu. fut. €-§o-to (cf. IV del top. e-to-so "Efos.
dl-wo v. di-we. ofrenda.
§ 7.2.), dud. 3.¡ plu. del imper. €-e-to e-ko, e-kc.sl- v. e-t¿.
dl.wo-tru.so dat. sg. [gen. sg. di-wo- -do-so,sl v. /í-do-si. (cf. IV § 7.5.)l de etpi set; esat: haber c-ko-tc v. e-f¿.
nu-so-Jo, caso dud. quizá dat. di-wo- I do-tl-Jr nom. plu. fem. del ém. de¡iv. (cf. IV § 7.1.2.). Para e-e-ro también c-ma-&2dat. sg. del teon. 'Eppúhas (ct
nu-so[ en PY Xa l4l9.l del reón. de¡ top, do-ti-ja. se ha propuesto 3.r plu. perf. med. de 'Eptrñs).
Atf wlo<ts Dioniso. 2 do.t¡-Jr dat.-toc. sg. del úop. Aoría 'ír1¡rL enviar (cf. -i-je-sr' y IV § 7.4.). c-m&-ta nom. plu. (por dat.) de ¿pFa,
do-c-ra nom. sg. y plu. de 6oh<trd ¿scla- (cf. tes. AórLou).
e-c-to v. e-e-si. -garos cotdón.
va (cf. 6oútrq), en algunos casos como do-we.Jo dat. sg. det adj. 6opfeLos
de c-k¡-ms-tc dat.-instr sg. de Éy¡ro Abstr¡cto en *-rrl, de l¡ raiz rher- (cf.
categoria sacerdotal. nodem (cf . 6oúÉtosl. sopole (n. de u:*i6n en t-rrl¡ sobre la €igr).
do-c,ro nom. sg. y plu. [gen. sg. do-c-rc- du-m¡-tG, nom. plu. de 6ú¡rop o 6ú¡ro9 raiz de'éyor, cf . e-ke). c-mc dat. masc. del num. E lrs, ¿ t¡ós uzo
Jol de &iktros esclavo (cf. 6o0Lo9), intendente.
e-ke.r& nom. y dat. sg. deéoyapdhogar (cf. eis y IV § 2.4.3¡ y 5.1.).
en algunos casos como categoria du-ni-jo nom. y dat. sg. [gen. du.ni_jo- (srcrificial) o simplemente bruseto (para c-mc.sl-Jo-Jo gen. sg. de rm antrcp. masc.
sacerdotal.
Jol del antrop. masc. Aúytos. cocinsr). G,ml-úo gerl. plu. de ¿ U]lrtoil<rs qsalariab.
do-k¡-m¡-l dat. plu. de una palabra dud., du-ru-1o-mo rrcm. plu. de 6purqro6 /e,ü_ a-kt-tc-ra-ta, v. e-E- re- ta - c-oe-po.ñ) dat.loc. de un top. dud.,
quizá 6opy¡rá gavillo, Íonaje (cf. dor (cf. 6p0s, 6ópu y el verbo ré
¡ruor). c-kc 3.r s8. del pres. ind. [3.' plu. pres. quizá'Evcp(o!!ípos (?).
6porpú). du-s¡-ni nom. sg. de un antrop. fem. ind. c-ko-si, inf. pres. e-kc-c, nom, sg. c-na-rl.po.to nom. sg. o plu. del adj.
Las personas 8 las que se asigña este ldu+u-wa nom. sg. de un antrop. fem. masc. del pa¡t. pres. act. e.ko, nom. plu. dvriitLr¡ros unudo (de una sustancia
cometido sefian pslafre¡eros encaagados du-wo-u-pi v. dpo. masc. del part. pres. act. c.ko-tcl de pfstectora de la madera, como grasa o
de for¡jear a los animales de carga.
É¡o tener (cf. é¡or). Es dud. la interpr. b¡miz).
-do-kc v. -d¡-do-si.
dwo de la forma c-k€-S, cf. IV § 7.5. Adj. verbal eí t-ro- de ¿votrÉfo(, 'utrt¡r"
do-po-t¡ dat. sg. de un teón., prob. dwo nom. [instr. du-wo-u-pll del nume_
e-lke.a nom. plu. [dat. plu. c.kc-sl-] de cf. év<itre rntosr.
Aoorórds. ral 6úo (6Fó) o 6úr¡ (6fó) dos (cf.
lV é"lxos lanzt. c-ne-e-sl 3.r plu. del pres. ind. de év€tl-tL
Parece que está relacionado con &o. § 5.1 .¡. v. ¡6. o-ru-¡". c-kc-dc-ml v. e-ke,4e y -mi. haber.
312 Glosoio Secueñcias de s i labograrnas 313
€-n€-ks prep. de gen. évexa en lo que se e-pi-u-ru-te-w€ prob. dat, sg, de Énr- e-ra.Ja nom. plu. fem. del étn. deriY del adj. ¿I€Odvr€ros d¿ mafil (denv. en
¡uferc a o a causa (cf. put<úg esclavina (cf. Hdt.4.8 ¿Tr€r- *-¿.¡¡o- de ÉtrÉ0cs, cf. e-re-po-te\.
de, en razón de F lop. e-m, q.r-
Évera, con aspiración secundaria), puorípeuov r¡v ).eovré¡v). c-rs-ne dud., quizá nom. plu. de un n. e-rc-gr-to v. e+e-p.
c-nc-mc-ns dud., quizá nom. sg. fem. o e-pi-zo-ta nom. plu. neutr. del adj. de titulo. I c-rc.ta nom. plu. de¿lÉrds remerc.
nom.-ac. plu. neutr. §ubst. de un part. Éni(ooros ceñido por arriba, e. e. c-r&-pc-Js nom. §8. y Plu. Por du. de 2 G.rc-ta nom. sg. o plu. de un apel. de
en -p€vos. sujeto con cuerdas a la empuiaduro é\o§eidpiel & cierw Gf. e-ro-Pija\. pers. masc., Prob. n, de un funcionario
e-nc-rc-Ja nom. sg. o plu. de ÉvÉpcLo (?) (cf. énr(óvvut¡L). c-ra-pc.mc-n¡ nom,-ac. Plu. neutr. del o títuIo.
Jabricante del tejido e-ne-ro. e.pi-*ós-ko sin interpr. sarisfacloria. part. perf. med.-Pa§. de íxt¡ta coser, e-rc.u.te-rc [tb. e-¡!-u-te-r¡l dat. sg. de
c-nc-wo , pc-za nom. §9. del adj. comp. e.po-mi-jo nom. du. de éró¡rhtou ioz- renendat' (cf.lV § ?.4.\. éÉtJTiP.insPector.
fem. (escrito como dos palabras) brcra. c-r8-pl-JE nom. plu. de é)'a$id piel de Nombre de agente en -nip, cf. c¡et.
évvefórc(a de nueve patas (comp. Sustant¡vación de un adj. en +-J,,o- cieryo (cf. Étro$oS y e-ra-pe-jal. tpeurds y át. éf,.wá!J indogot. Pu*e
de éwéfo- < *newry nueve y *ped- comp. de Éní y de ü¡ros, e. d. que va e-,¿-pe-ja es un deriv. con suf. {id y femenino en TH Av 100. si MUL se refie-
pata'\. sob¡e el homb¡o. Para la interpretación ¿-tu-pi-ja, con súi. i¿ Da la imptesión fe a zo-wa.
e-nl-qe dud., prob. unión del adv. €vi fonética cf. Ul § 3.2,2c. de que son interc.mbisbles. c.rc-u-tc-ro-8c 3.¡ s8, del aor. si8m. de
¿¿rD (cf. fv § ó.1.) y laclrri. je,q.e. e-po-ro-jo gen. sg. del antrop. masc. c-ra-po, rl-mc'oc dat.-loc. del top. Étreu0epoo liberar, conceder una
c-nu-wa-ri-Jo dat. sg. del tmn. 'Evtxi).Los "Egopog. 'E)tóót.rv ALpív ft¡¿¿o de los Cierws. exención.
Enialio- e-po-wo-ke sin inte.pr. satisfactoria. c-ra-t8-ra nom. sg. de un antrop. fem., c-rl.ka gen. sg. de Étr[rdsczc¿.
e-nws-rl-jo nom. s8. del antrop. masc, e-qe-o dud., quizá gen. plu. de una var. quizá 'Etrrirñ (?). c-rl-nu [tb. c-rl-nu-we] dat. §9. del
'Evuri).1og, prob. n, de w e-qe-ta. de i-qi-ja, q-v. c-r¡-tc-re.w¡-Pl instr. con valor loc. del teon. 'Eptvus Errh¡s (cf. III § 6.1. y
e-pc.kc dud., quizá 3.r sg. del pres. de e.qe-si-jo nom. du. y plu. [nom.-ac. plu. !op.'Elarpifat. rv § 2.4.6.).
éreiyu entrcger con wgencia (2), neutr e-qe-si-jal del adj. ér*éotos c-¡a-a inf. prcs. act. de ¿po rema¡ (cf. c-rl-tu-pl-n& no[L sg. de un sntrop.
e-pl prep. c. dat. ¿rí sobre, con oca- del acompañante, del conde (deriv. e¡ épcoot¡yIV§7.1.1.). fem. sin interPr. satisfactoria.
sión de- *-yo- de e-qe-ta, q.r',1. e-rc.l dat.-loc. del top. "Etros (cf. étros)' .€-ro-pa-Jo- dat. sg. de ¿Uoooios o
e,pl-f.f -t¡ prob. e-p¡- [puJ-ta, ram. plu. de c-qe-ta nom. sg. y plu. [nom. du. e-qe. c-rr-kc[ nom. sg. de un ¡ntrcp. masc., É)Uto$olou col/cra
¿Íiotrrov arbolilló, rorra joven, guizá ta-e, dar. plu. e-qe-ta-il de ¿K"¿rñs quizá con primer término de comP. Prob. sustsntivación de uñ ¡djetivo en
para hac€r las "arcsdas" que se usaban acompañante, conde un cargo de ele- 'EkY¡eo- (cf. é).eY¡os reProcáe). a-Jr'os deriv. de un comp. de év y Ió{o5.
en el espacio triangular enre la lanza y vado rango (cf. érÉ¡ds). c-r€-trlo noÍI. s8. rnasc. o neutr. del adj. e-ro-pa-kc-Js nom. Plu. de un n. de ofi-
el soporte de la lanza de los ca¡ros. c-qi-tfrvo-e nom. plu. del part. perf. épt1¡tos yerma (quiá con sent. cul- cio fem. de la industris textil.
e.pi.ds-to nom. sg. masc. del adj. ver- éX*8Lfós muerto (cf. hom. É$0troL, tu¡l). G-ru lapsus del escriba o abreYistura Por
bal É¡í6aoros distribuido (comp. de perf. de Q0it.r/$0ívui consumirse, dete- G-rc-o-nl d8t.-loc. sg. del toPl 'Ekóv e-lu-lo-ro, q.v.
éní y de la raiz de 6orÉopaL). riorarce'\. (cf. Strab. IX 2.14). c-ru-nl-nl-Ja nom. Plu. de Étrupuíd
c,pl.kl.to.nl.Ja nom.-ac. plu. neutr. subst. e-qo-te dud., quizá nom. sg. del pan. c-na.pr nom. sg. [gen. sg. c-rc'pa-to, iga o nastil.
de éntatd»tov pieza que va sobrc la pres. act. de ¿Kw(]) (cf. €rO¡rot). dal-instr. sg. c-rt-p¡-t ] de tleÓqs I c-ru-t¡-n nom. sg. y plu. fem. [instr.
,¡i¿r'c¿ usada ésta como coraza. I €-ra dat. sg. del teór. fem. ''Hps Hera. ,iarfl. plu. G,n¡-t!¡r&pü del adj. ÉprÉpós rc7b.
c-pl.ko-wo nom. plu. de ¿riKofos c¿¡- 2 e-ra nom. o dat.-loc. del top. "Epo (cf. c-rG.p¡-t€-Jo dat.-instr. Plu. ma§c. 2 c-ru-tr-r¡ dud, quiá nom. s8. del
tinela, vigía (cf. roét¡). épa tiena) . [instr. plu. fem. e-rt.pa-tc'Ja-p! del anür¡P. masc.'Egiaft (d. 1 e-ru'a-m\.
il4
Glosario Secuencias de silabogmñas 315
e-ru-to-ro nom. sg. dei ant¡op. ma§c. ptob. que trabqja en el
"Epuepos. inteior l¿del o de 4!i!¿-ni envial (equiv. al inpL i.qe.ja gen. o dat. sg. de 'lKK*€idde ,os
rcmpto?).
c_sa.nc.u nom. sg. de un anrop.
del primer milenio, cf. -i-je-sil- caballos (ci. i-qo e iqi-jol.
masc. e_u_d¿-mo nom. sg. del antrop.
i.Je.we dat. sg. [nom. sg. l-*ó5, e. e. i-Ju i-qt-ja nom. sg. [nom. du. l-qt jo,
masc. dat.
en <ús. Eü6d¡.ro5. (cf. Il §§ 2.2.1. y 2.3.9.)l de uiús áüb plu. con error de escriba a-ql-Ja-i] de
e-sa-m nom. sg. de un antrop. masc. e-u_kc.to. 3.! sg. del pres. ind. (cf. ulós). irr-i6. cano
de .
e-So-to v. e-¿-§i.
É vxoy-ql proclamor
solemnemenk i-Jo-tc nom. plu. masc. del pan. pres. de Deriv. en -iil del nombre del c¡b¡llo ¡9o
e-ta-wo-ne.u nom. sg. delanrrop, masc. (cf. IV s§ 7.1.1. y 7.6.). ripu ir. iro(*os, cf. tb. ige-,fb y éf'€-o. Se le da €se
'Erdfoveúg (cf. hom. ,Er<tourú5).
e-u_na_wo no.. ,r. O"i ant.op. masc. i-ke.ta nom. sg. delantrop. masc. 'lxérdg nombl€ t¡nto a l¡ c¿ja (logogrrma c^ps),
e-te prob. adv. év\<v allí. Eüydfos. (ci. ixé rp suplicantel. como al carro ya montado sin n¡ed8s (logo-
e-te-do-mo nom. sg. de un n. de oficio
e-u-te-re-u loc. en -rlu (cf.IV 2.4.7a), l-na-ni-J8 top., prob. en dat.-loc., quizá grsma cuR) o con n¡ed¡s (logograma Brc).
§
masc., prob. ivteoió$os atmerc (cf.
mejor que nom. sg., de un top. hú- 'lvdvíd (?). i-qo nom. plu. de ó,
¿r.r(o < *trr(o-o y b€Uu,. t lrx*os caáal/o o
-fl úS.
i-ns.o nom. sg. [dat. sg. i.na.o.te] del yegua (cf.\nnos\.
e-te-r€-ta [var. e_ka_te_re-ta] nom. sg.
Cf. étn. Eúrpiroi, interpr. como antrop, masc. 'lviiav vel sim. ¡-qo-c-qc dat. sg. de iKK-oh(K*s lit.
fem. del adj. ércorp¡rog perforado,
Eúrp-¡hLog . *-¡o,us, pero qr" pud.í" i-n¡-J8 nom. sg. del antrop. fem. 'lvia. siguecaballo prob. l,m elemento de apo-
con agujercs. Sobre la altemanc :ta e'
procedcf rafhbién de -rfros. yo del ¡imón con las piezas de unión
l-pc-me-de-je dat. sg. de un teón. fem.,
te_/e-ka_te_, cf.II § 2.3.15.
*;:;:'il,llT.,l',,,j" un antrop' prob.'lne¡rÉ6eLo. Gomp. de i-qo , q.v ., y de +sek* - seguit
e-re-wa nom. ss. der anrrop. ,"," Eú PY Tn 316 v.6 ¡-pe.mc-de-j¡-qc para su formación, cf. Boi,rle{¡).
',
€.ri-ws-Ja nom. ss. rem. deté,,. , ,"' que se trstaría de una diosa de la vend¡- (cf .iorcí6 ¡4¿¿s¡¡.
j ka-kl-Jo nom. sg. neutr. del adj. masc. pmb. Kldf[oros (cf. +rctrafig > ka-t¡-ml.Jo dud., prob. nom. sg. de un
Xd).K!os
Ja-ru nom. sg. del antrop. masc. 'ldtrus de l»onq (de¡iv. en *-¡,o- de ka-b, q.v.l
. x)'is llave y ka-m-wi-po-¡o-1. ¡dj. deriv. de un n. propio indicando
vel sim (cl. |c,p. 'lóIuoos). ka-ko nom., ac. y dat. sg. de ¡o).róg ka-rs-wl-po-rc. nom. sg. y plu. del apel. posesión.
Jr-sa-no nom. sg. del antrop. masc. bmnce. de pers. fem. rl'dft$ópg clavero, ka-t¡-rE.l dat. plu. del top. Kórpou (cf.
'ltuátu¡p (cf. Ldópqt sanar). ka-ko-dc-ta nom. neur plu. del adj. portadora de la llave (comp. de top. cret. Kórprl).
[ia-sl-Jr dud., prcb. final de nom. ptu. XaXr&ros con abrozadems de b¡on_ *rlüf[s > rtr{s Uare y $rpo, cf. jón. ks-tc-u nom. sg. del sntrop. masc.
fem. de un étn. o n. de oficio. ce (comp. de t¿-&o Xd.rós y de 6<t¡ rtr¡6o0Xo9, comp. de f¡o). Kaorcúg vel sim. (cf. 'lo-rriom).
JO- V. O-. atar). ka-r¡-sc-u nom. sg. del ¡lntrop. masc. ka.d nom. sg. dé k¿10(s hidria, mejor
Jo-do-so-si v. o- y -á-do-sr'. ka-ma nom.-ac. sg. neutr. de r<iBos at- Xoproeús (cf. ¡dpLs). que precedente de gr. rti6os.
jo-l-Je-si v. o- e -r'f-si. na de tabor (ct . rá¡w r,r y IV § 2.4.5b) . kt-ro v- u-po , ka-m . ka.tl-l dat. sg. de un ¡ntrop.
jo-o-po-ro v. o- y o-pe-ru. ka-ma-c-we nom. plu. de KoUoh€ús k¡-m-ke-c nom. o dat.Joc. de un top. k¡.tu-rG.wl-J¡l daa. plu. de Ko!4utrnfid
poseedor de un ka-ma, q.v.
de interpr. dud. alfudería
k ka-na-ko nom. sg. de KvAKos cártamo ks.ru.kc dat. sg. de rdpul hemdo Qf. Deriv. en -ÍA sobre kor4utr€ús ¿r¿¿r-
ka-da-müJa nom. sg. fem. Kqp8qlria o (cf. KyrlKos) : ks-ns-ko c-ru-ta-rs
c¿¡_ rnput). datu, a sú vez nombre de oficio sob¡e
nom.-ac. plu. neulr. de Kop6d¡rroy tomo rcjo; k^-na-ko re-\-ka cánqmo k8-ru-d.jc-Ja-o- gen. plu. de un n. de alhrdo, cÍ, ks-tu-ro,
K(rvgú\d.
beno (cf . ró.gap,ov). blanco. oficio fem. dud., quizá rcLuoúeLc ka-tu-ro2 dat. plu. masc. del adj. Kav-
ka.da-no nom, sg. del antrop. masc. ka-n&-to-po nom. sg. de un antrop. fem. encorgada de los ces¡os (cf. r<i).o0os 9l;)r.\os de albarda 1¿"¡r. sn *-yo- de
Kiflílr¡,p bt. rflios cuidado). ka-n€.Ja nom. plu. neurr. del adj. y tu-ru-to). Ko.vgú¡d,. ct . ka-tu-tc-tri-ja-i) .
ka-do-wo nom. sg. de un antrop. masc., rá(v)vetos de caña, de nimbre (deÁy, k&-ru-to dud., quizá antrop. K<itru0og ka.wl.Jo dat. sg. de un n. sin interpr.
prob. Ka6Fos. en tt-eyo- de riiwo caña común, arun_ (cf. rc ta0os cesr¿). satisfactoria.
ka.c<e.u norn. sg, [dar sg. ka-e*c-we] del do donax). ka-sa-ro nom. sg. de un antrop. masc. Debe rechszsrse su interpr. como
antrop, masc, Koh€o€ús, prob. hipoco- ka.pa dud., quizá oKcíód artesa (?\ o ka-se-to nom. sg. del antrop. masc. 'lc.íFtos sirriente de la tiena (deiv. en
ristico de ka-e-sa-me-zo Koh<oopevóg. quizá roprd (cf. r«pnóg), nom. plu. EriÉos (cf. [av0ós rráo). *-Jro- de
TaiFo, foms aülógica de otfo).
ke,-ka v . ka-kt rc-a . ref. a un tipo de aceitunas (?).
lka-si.da nom. o dat.-loc. de un !op. de ka-zGde adlat. de un !op., quizá Xo).KLov
ko-ka rc-a nom. plu. del adj. Xq\Kápns ka-pl-nt-.ia dud., gen. sg. de rlkarflríd interpr. dud. o, mejor, XdtrKrov (cf. IU § 2.11.4.).
guarnecido de bronce (cf. Xatrr{p¡g, bote, quilla (cf. orccí$os quittal o de ka-st-lko-no nom. sg. de un n. de ofi- kc-do.sl.Ja dud., prob. nom. sg. de
comp. de ¡o).rós y de Ia raíz de xq¡víd. chimenea (cf. rcirvr.¡ chi_ cio, prob. rooi¡tovog lit. que funde y€p§ovotd equipo encaryado de un
ripopíorro). meneql. so¿re (ref. ¡ motivos decorativos de la telar (cf . "téñLos tejedorl .
ka-kc nom. sg. del an¡rop. masc. fdpTqs k¡.rs-do-ro dat.-loc. del top. Xcipo6pog. hoja de un¡ dsga). kc.c-pc dat. sg. de un antrop., prob.
vel sim (cf . fo.p lnr-tós n. de un demo fa.ra-pa-ro nom. sg. de un antrop. Comp. de Koo!- < +¿¿f¡'- (cf. xcá(ry¡- fal¡A Wt ke-pe-c, dat. & ke-po, q.v.
ático y su héroe epónimo). masc., quizá Kpcir¡ooos (?). ros) y una fom& empa¡€ntrda con ¡ér,r, kc-kr-u-mc-no v. a-pu , ke-ka-u-me-¡o.
k¡-ke-Ja-pi instr. plu. del adj. ¡<i),re Log ka-ra.pl nom. sg. de un antrop. masc., er¡ se[t, metrlúrgico (cf. Xprrooxóos kc-kc-mG.m rc. y gen. sg. fem. [gen.
broncíneo, de brcnce (deñv. en *-eyo- quizá Kp<ipgrs (?).
orfebrc, yfuvts crisol, yitttl cnfufu, plu. fem. LlkG.mc-m.ol de un psrt.
de ka-ko, q.v.). ks-rs-to nom. sg. de Kd),aoos cesra. c¡¡or, Xoo¡r€úd y X!,,/rítn fundir cn cl de interpr. dud., quizá xexeo¡rÉuii
ka-ke-u nom. sg. [nom. plu. ka-kc-wc] kr-ra-wc nom. plu. de :rpais vieja. crisol) - sf,,tiE .l quc Íunde soáru h hoja nponido (ci . xeáC,o y p8rt. pres. hom.
de Xalreús á¡pzcrba (cf. ka-kol. k¡-r¡-wl.ko nom. sg. de un aorop. de l¿ espada- reio¡v, ambos de r¡na ¡ziz *ks-l.
318
Closaio Secuencias de si labogrottas 319
kc-ki-dc nom. plu. de un apel. que desig-
ksrl-m¡.Ja nom. plu. de un término
na a un tipo de tropas, quizá
de kt-ni-di.ja nom. plu. fem. del étn. ko.ki-da prob. eÍor haplográfico por
Kcpri&g. interpr. dud., quiá deriv. de
klld-Jo X<íp, como Kvú6Los. ko-ki-dd-<o>, gen. de un anüop. de
nom. sg. del patronímico KÉpnog
¡efl¡rtoL uel srn., que puede aludir
a l-ki-nl-r5ó dud., quizá final de anrop. inlerpr. dud., qu¡á fopi6as. Koni6as
o Ke prlt.rv.
un oficio o a una designacion del
ke.po nom. sg. [dat. sg. kc-e-pc (falta
equipo kl.ra- nom. sg. de yí)t).d nrria. o Kotr¡ú8ds.
como nnnípulo (,D, o quiá relacimable
por ke-pe-e)l del antrop. masc.
kl-r¡-[ inicio de anrrop. masc. ko-ki.Jo nom. sg, de un anrop. masc. de
Kflnog con 7Épo9, como y6pí"puat wl sim. kl-ri-Ja-sl nom. sg. de un antrop. masc. interpr. dud., quizá Korrio:v, Fóp7Los,
vel sim-
kc-ro nom. sg. del antrop. masc. fÉgru
ke-po-da prob. falta por ke_u-po_da ki-rl-ta nom.-ac. plu. neutr. del adj. ver- Fopyi.r,rv o Kóy¡uog.
vel sim.
bal XpLotós untado , teñido . ko-kl-rt-ja nom. (¿o ac.?) sg. fem. del
¡euoróv6d9 el que ofrece libaciones kc-ro-si forma abrev iada de ke_rc_s¡-ja,
kl-ri-tc-wi-Ja nom. plu. [dat. plu. ¿o adj. royyi\etog decorado con conchas
como título cultu¡I.
q.v- (cf. roy¡útr¡). También podría estar
nom. plu.? ki-r¡-te-wi-Ja-ll de un n. de
kc-pu nom. sg, de un ant¡op, fem.
ke-ro-si-J¡ nom. sg. de yepavotd con_
ke-ra d8t.-instr. de
oficio fem., prob. «pt9r,,ft- cebadera relacionado con róXtros, con e[ sent.
K¿ pag cuerno. sejo de aaciatos, prob. en el sentido
kc-ra-J¡-pi instr. plu. fem. del o, menos prob., siema de Kpt€rúg, teñido de púlpurd o incrustado de
adj. de trupo de maesios o expertos en un
rcpú"og de cuerno (deriv. en *-Jr'o- de
dios de la cebada (cf. r¡0i). mqdreperlat .
oficio (cf. 7€pouoiA, te_ro-tel. kl-t!-De-to nom.
pos).
sg. de un antrop. masc. ko.ma-we-t8 nom. o dat. sg. del antrop.
ré
kc-ro-ta nom.-ac. plu. neutr. del
ke.ra-me-Ja nom. sg. del an[op. fem.
adj, kl.ti-me-na nom. sg. o plu, fem. del masc. Ko¡rdfévrds vel sirz.
yég,v viejo o,más prob., de ¡Épg,.rrog
Kep<ipeuo (cf. repap<íE qtfarero).
derrápt cultiva¡
part. pres, med.-pas, ko-ÚJs-wc-lc v. ko- ma- we - to.
con mangos , e. e., de manga tar¿a (ct
, ponet en etplotació¿ (cf. Kri(o y IV ko-ma-wc-tc-ja dat. sg. de un león.
ke-ra.mc-wc nom. du. de rcpa¡reúg
xeip maaol. § 7.1.2.), op. a a-ki-ti-m, q.v. fem. Ko¡rdfeureid la Melenuda (cf.
afarerc. kc-ro-te nom. plu. de y(puv anciano,
kt\'r¡-no- kl-ti-ta nom. y ac. sg. y nom. plu. de ró¡r¡ y el suf. -fcur-).
nom. sg. del boóninrc Ke trotvóg vreJb, prob. con el sentido de maesho,
Kti'tdg colono (cf. xrí(ro). ko-ma-we-to gen. sg. [dat. sg. ko-ma-
Negzo (cf. retrqLvós negrc, oscutol.
e4erto en reterctEia al grado o nive¡
ke.ra.§o nom. sg. del antrop. fem. de kl-to nom. sg. [instr. plu. ki-to-p¡, caso we-t l del antrop. masc. Kopáfeu(r§
habilidad en un oficio (cf- ke_rc_si_ja).
Kcpooó.
dud. ki-to-n¡l de ytrtiv túnica, tb. (cf . rópq cabelleral .
ke.sa.do-ro nom. o dat. sg, del antrop.
usada como base de una corqzq (cf. lko-mc-no nom. sg, de un antrop. masc.
ke-rc.q ac. plu. de oKÉlos para, mejor
masc. Kéooov6pos (cf. Ktiooau6pog).
que de X€ttros áode.
e-pi-kito-n¡-ja y hom. Xo).ro¡irurv). en -p€vos.
kc.sc.nu-wl-ja nom.-ac. plu. neutr. del
ke-r€-tra-l dar. plu. de "ycpíyd gntlla k¡-u-ro nom. sg. de un anrop. masc. ko-nl-ds-jo nom. sg. del antrop. masc.
adj. févfLos que es para el huésped,
(cf.7Épavog). ki-u-ro-¡ dat. plu. de riupos o rlupov Ko(u)vL5oiog vel srh.
pmpio de Iq hospitalidod (cf. prob. cesta, ceskrío (cf. Hsch. ríou-
kc-ra-sl.Jo v. ke-,e-si-jo , h)e-ke. févog ko-ni-Jo nom. plu. de un étn. de interpr.
extranjeml. pos' épBoküs oioúivos). dud.
ke-rc.si-Jo, wc-tc nom. sg. del adj. ke.ti-de- nom, sg. de un antrop. fem.
sin lkl-wa-te nom. sg. de un antrop. masc. ko-ni-tua-Ja sin interpr. satisfactoria.
comp. (escrito como dos palabras) interpr. satisfactoria.
con segundo término en -friordg. ko-no v. ¿o-¡'-no.
KploLof <pfis de facturo cretense. ke.u-s¡ nom. sg. de un antrop. kl-wo- nom. sg. de rci f av colwna, pilar.
masc. ko-no-s-po-tc- v. fo-i-no y -o-poae-\.\.
En PY T¡ 64t.1 parece haber error de ki.da-pa dud., prob. gen. sg. de un
concord¡ncia con du. r¡._rr.]roy'¿.
n. de ko-&.t¡ nom. o dat. sg. del antrop. ko-no-sl-Jo nom. plu. masc. [nom. sg. y
madera no identificado.
kc-r€-te-u nom. sg. del antmp. masc, Foárás (cf. yo¡rris) vel srnr. plu. fem. ko-no-si-Jsl del étn.
masc. ki-e-u nom. sg. [gen. sg. ki_c-wo] det
KpnOeús, mejor que
ko-i-no nom. sg. [nom. plu. ko-no] de Kvó(q)oLos (cf . ko- ¡to-so\.
Kp¡rrú9 (a panir antrop. masc. Xtkúg
del étn. de Creta).
procedente del oxdtvos junco. Para la altemancia ko-no-so nom. o dat.-loc. sg. del top.
étn. de X[os.
gÉfica, cf. II § 2.3.14b. Kya.¡(o)¡ós.
321
320 Glosaio Secuencias de s ilabogramas
ku-ml-no nom. sg. [gen. sg. ku-ml'no' ku-ru-so nom. du. masc. [instr' plu
ko-pe-rc-u nom. sg. [gen. sg. ko-pe-¡c- a¡temancia entre -¿ y -¿-lre, cf. IU §
jo, nom.-ac. Plu. ku'ml-n8l de rupr' fem. ku-ru-sa-pil del adj' de maleria
wol del antrop. masc. Konp<úg. 6.l.yIV§2.4.6.
vov comino.
yptvog de oto.
ko-pl nom. sg. de un antrop. fem. ko.so-u.to nom. sg. de Eoooos, usado
ku-ru-so-jo gen. sg. de XPÚoós o'!'
ko.re-te nom. sg. [nom. plu. ko-rr-tc- como antmp. masc. y como boónimo ku-ns-Ja nom. (¿o ac.) sg. fem' del adj'
"yúvatos de mujer. ku-ru-so-wo-ko nom. plu. de ¡pÚoofop-
rtl de un n. de funcionario, pmbable- (cf , Eo,fios áeil , ligeml .
pietario de una parcela o lote de tie- (op. a pa-ra-jo, q.y), pero a veces o-da.ke-wc-ta nom. plu. neutr. del adj. n. de i¡terpr dud. que designa un tipo
,To (cf . l\ §2.2.2.) . pmpiamente nuevo (p. ej., por op. o6rírfev5, {ooo, <v con el mismo de t.opas, quizá oi¡cítrLoL /os que
mu-Jo-m€-no dat. sg. del part. pres.
a /
ru-pte-ri-ja, q. v .) . seÍt. que o-da-tu-&'e-Í¿, {. v. Deriv. con morchan (cf. oi¡o¡rot) u oixtitrou /os
med.-pas. puyóp€yos iticiarse (cf. Ini.Ja.so nom. sg. de un antrop. masc. el suf, *-r,¿zl- sobre o6qr- (cf. o6dÉ a rapidos (cf. ú«úsl.
pr,€o). no.ko lapsus del scriba W ko-no, q.e. motdiscos). o-kc-u.rl-Jo prob. grafía continua del loc.
mu.tc-wc dat. sg. de un antrop. masc., uo-pc-re.a2 nom. plu, neutr. [nom. du. o-dr-ku-sc-ta var. gÉfica de o-do-*e- de una designación toponim¡ca inte-
prob. Mupr€ús. neutr. no-pc-rc-cl del adj. comp. ú'e-t4, q.v., ref. a lelas, prob. con el grada por dos palabras, quizá 'OpK¡u
vto$<trriszo adeudado, mejor que (loc. en'rtu, cf.lV § 2.4.7a) 'PioL (cf.
lecos o picos.
sefj.tido de con
insemible. Comp. negativo sobre o_ oda-a¡-wc-t¡ [var, o-d¡-twc-tsl nom. ri -j ol ptomontoio O rkeus.
l-na-jo nom. sg. de un antrop. masc. Pe-ro, q.v. plu. neutr- del adj. o6<irfevsi, <ooo, <v o-mirl-so nom. sg. de un antrop. masc.
na-pc-rc-pa dat.-loc. sg. de un top. En las tablillas o-pe-rp óó<tros es pmvi*o de dientes (e. e, cuyo rato va o.na.se-u nom sg. del antrop. masc.
oa-sl-jo nom. sg. del antrop. masc. deuda o délcit en las enfregas debidas al 'Ovoo<ús (hipocoristico de'OvqoÍoL-
motdiendo la pina, op. a te-midwe,
Náoros o Nao(r¡y (cf. vfloos r's/a) prlacio, no utilidod. El adjerivo voó€).ñs g.v.). Deriv. con el suf. +-n€zr- de ros vel sir¿.).
na-su-wo nom. §9. de un antmp. masc. se¿plic¡ria ¡ objetos que no proceden de o6cr- (< ¡¿n¡-, 66ortr. o-na-aa v. o-¡a-fo.
na-udo-mo nom. plu. de vou6ó¡rog l¿ sstisfac.ión de esta§ entregas compro-
"¡.
o.di-do-si v. o- y 4i-do-si. o-ns-te-re nom. plu. de óvarnp usufruc-
con§tntctor de bafxos. metid.s s plszo füo, sino de otro origen o-do-ke v. o- y -di-do-sl. tuorio (cf, o-nolo\,
na-wl-Jo ac. sg. masc. del adj. vii¡r'¡o, (reg¡los, botín, etc.). Resultaria chocanre o-du-ru-wc dat.-loc. del top. 'O6pus (cf. o-na.to ac. sg. [ac. plu. o-na-ta] de dvó-
del tenplo (cf. vdóS) o de ta nave (cf. que se guarda.sn ruedas inservibles y, cret. óqpús montaña). róv (uneno en) usulrucro (cf. óulrr¡¡rt).
vo0s). Cf. trI § 3.3.5. más aún, que se hubie.an estropeado a o-du-ru.wi.jo nom. o dat.-loc. sg. masc. o-ni.ti-ja.pi instr. plu. del diminutivo
Ina-wo dat.Joc. sg. de un top. pares. ópví\tov pajaim.
del étn. deriv. del !op. 'O6pus (cf. o-d¡¡-
ne-da-wa-ta-o gen. sg. del antmp. masc.
Ino.wo-ko[ dud., quizá gen. de un ru-we\. I o-no nom. §g. neutr. de ór,os carya.
Ne6ftiaiis, procedente del étn. del comp. en -fopyós como n. de oficio o o-jc-k€- subst. sin inrerpr. satisfactoria. 2 o-no nom. plu. de ó, ¡ óvos bur¡o,
top. +NÉ6Fq (cf. NÉ6a en Arcadia). antrop. masc.. quizá O6povof opyoio La propuesta ó<tl¡¡s aperlum (cf. buna.
ne-kl-rl.de nom, plu. de un n. de oficio o K/ruouofopTdio. parL o€Í7ov, Alc. fr. 125 Lobel e inf. o-pa nom. y gen. sg. de irá prcsración
fem. de la indust¡ia textit. nu-wa.J& nom.-ac. plu. neutr. de un adj. &í1¡u en Mirilene, IC 2121.6.43, de laborul o qúizá rcparación (?) lcf.
ne-qe-u nom. sg. [gen. sg. ne-qe-woJ de ref. a telas sin interpr. satisfacto¡ia. ft iyo, foma eol¡a de ol}ú¡ , ciywy obrirl tnu¡, ór).ov < ts¿p-).
un antrop. masc., quizá NerX*eúS (cf.
presenta muchas dificultades foDélicas y o-p&-wo-ta nom. plu. neutr. de óncifop-
át. v<í$a < trveiy*u nevarl.
morfológicas. rov aplique (cl. ónL sobre y afeig't
n§'s€-e-wc dal,Joc. sg. de un top. en < r5. o- [var. joJ adv. (y)ó(s) así. paru la o-jc.ke-te-to prob. agreSado de dos tér- atar, fijar\.
ne.Wl Y. ne-vro. altemancia en la grafia, cf. III § 5.2.1. rninos, o-je-ke-, q-v., y 1e-to, v, te-ke. Cf. rioprrlp toholí, áprátl colgar. No
ne-wc-wi-ja nom. plu. de un n. de ofi_ o-a-kc-re-se v. o- y a-ke-rc-se. I o-ka nom. sg. quizi de ópyádestoca- se expresa un sustantivo, pof lo que pare-
cio fem. de ¡a industria texri¡. o-a-po-tc v. o- y -a-po-te. mento (cÍ. <ipXri, hom. ópxopos con ce mejor consideaarlo un ¿djetivo sus-
nc-wo nom. plu. masc. [nom. plu. fem. o-da-a, conj. compleja asimismo, otro_ or- < r-1. tantivado: seianpr'ezas que sefrjan enci-
y neutr. ne.wal del adj. vÉfog nuevo. s¡, para la que se han dado diversas 2 o-ki dat. sg. o plu. de 6.¡á corna, ,io pa¡z lz protección del coselete y el
En la administración del palacio casi interpretaciones, entre otras ó 6,riho coneaje (lit. sujeción, cf. é-¡ul. c¡tsco.
siempre en el sent¡d o del año en cu¡so (cf. IV § ó.3.). o-ko-ra3 [var. o-k¡-rrl nom. plu. de un o-pc sin interpr
326 Glosario S ec ue ncias de s i labogtlrnas 327
o-pc-¡c-t! nom. s8. del antrcp. ma§c. ómr<),epvia o de ón«pr1¡wíd. rcspal- gddo de tos pertrechos (cf. o-Pi- Y de o-two-we-o, gen. s8. del anlrop.
'O{,etréords. do o bostidor. Comp. de o-pi, q.v-, y re0xos). masc. 'Op0Fóf¡s (cf. óÑs Y otrs).
¡
I o-pc-ro nom. sg. de óo,<tros ¿y'cü reLeBv- (cf. Hsch. <i ¡r$t rcÉ ),e ¡.ruou o-pl-te-u-ke-wc dat. sg. de un ántrop. o-to.wo-wl-Jc prob. enor por o-to'wo-
deudo. osiento soslenido por dos hombrcs o masc. o haplografía ?or o-Pi-te-u-ke' wi-Je<-j» nom. s8. de un antroP.
2 o-pc.ro nom. sg. masc. del part. pres. reléovr<s bastidores verticalesl o e-ne, da¡. s8. de o-Pite-u'ke-u' q.v. fem. 'Op0fofíe uo.
casade con antrop, (cf. ónL-oo<v, o.pl.ko.ru-sl-Ja nom. plu. neutr. del -o-Po-ro v- 2 o-Pe-rc. se a partes que faltan en un conjunto.
ónÍ-oor,-r y con otro vocalismo Ér¡Í). adj. ónuropú(o)oLou que va sobrc el o.pGm-meno nom. sg. del antfop. masc. o-u-qe-po[ sect¡encia continua de o'¿ge,
cf. rv § 6.1. casco, 'On)to¡revós (cf, 6n\o¡rat arzcrse). q.v ., y pol, para la qre se han PmPues-
o-pl-a2.ra ac. plu. óriho\a regrozes Deriv. en +-J/o- del comp. de o-pi-. o-rc,ne-ja nom.-ac. plu. neutr. del adj. to, entre otras, Po-si, q.e., '! poai-ni-
cosrera§ (comp. de o-pi-, q.v., y iil'g, 9.v., y xopu0. (cf. p¿ra la formac¡ón d¡\ÉrtLos code¡o, e. d. de ñonga corta ia-$,e-io, q.'t.
cf. É$otrog y fnr0otrtiooLo). d nL .0oltioo -Los). (cf. tiüriv codo). o-u-ru-to Y- o- y -¿-ru-ro.
o-pl-dc-so.mo d¿t. plu. de ónr&opós o-pl-r¡rtG rt nom. plu. de ónppoLorrip o-rc-t¡ nom. sg, del antroP. masc. o.wi-de v. o- y -wi-de.
sobr?cincha (comp. de o-pi, q.v., y guanición de una viga (cf. poLor{p 'Oxo¡ds. o-wi-dG-tsl dud., prob. dat. plu. de óft-
6<oVG aadural. nañillo\. o-ml-me-no nom. sg. ma§c. del part. FÉpr-qs desollador de ovejos (cf.
o-pi-c-dc-i v. o-pi- y -e-de-i. o-pl-sl-rl-Ja-we dat. sg. de un n. de ofi- pres. act. de fupo! vrlr'Iar (rige instr.). 6<ip<o) o quizá óft6<rÉ que *ta ove-
o-pl-t-Js.pt ¡nstr. plu. & óÍ|¡íat aplique cio o de un ántrop. masc. o bien escri- o-ro.ti-jo nom. sg. de un ant¡op. masc., 7'as (?) (cf.6<to).
sobre los correas dc la brida, me:or tu¡a sin separador de o-pi-, q.v-, y el prob. 'O).óv0ros. o-wl-ti-nl-Jo nom. plu. del ém. deo-wi-
que bocado, dat. del antrop. si-ri-ja-we - o-ru-ma-to nom. o d8t.loc. s8. del top. to-no, prob.'Of ú0uLou.
Prob. comp. de + ia co¡¡e¿ < *.1¡- que o.pl.su.ko. nom. plu. de óriioúKos tit. 'Opú¡ov€os (cf. quizá 'EPÚ¡rou0os Y o-wi-to-no dat.loc. sg. de un toP., quizá
da lugar a [¡r<is, etc. de funcionario lcrc,al, lit. itspector de rrr § 6.2.3.). "Ofi0vo5.
o-pl-ka-pe-c.wc- nom. plu. de un tít. de los higos. o-ta- Y. e-¿-§i. o-wo-we nom. sg. de un adj., Prob.
funcionario local, de interpr. dud., Parece uo comp. de o-rri-, q. v., y o0rog o-ts-Pa-ro-tc-wa-ro v. o'la-, Pa-rc y oifrífr1s con una sola aso (cf. oios y
quizá ónuoro$rkús in$rectot dc los á8o, pero en ese caso habría un desajus- -te-wa-ft). oüs).
barcos o de las vasijas (?1. le enfre el nombr€ y la tare8 del funcio- o-tc conj. temPoral ót< cuando (cf.lY
P¿rece un comp. de o?i-, q.v., y de tn nario, que parcce enca¡gado de recoger § ó.3.). p
tema en <ÚS deriv. de un tema en silban- spoñ¡ciones de bronce. o-te.ra gen. sg. de un antroP. fem. -pa nom. s8. neutf. [8en. s8. neutr. Ps'
te. quizá oKdoos. o-p¡-tc-kc-G.u nom sg. [nom. plu. o-pi. o-to-wo[-o prob. error del escriba por to, dat. plu. masc. Ps-sll de ras,
o-pi-ke-re.ml.nl.Js.p¡ instr. plu. de tc-u-ke-e-wcl deómOe uXe kúg ezcar- o-to-r¡i)o<-we->o, I su vez vsr. gráfica ¡doo, ¡dv todo-
--
329
Glosario
¡ Secuencias de silobogrgnws
328
de un adj. Yerbal en'l'-'o, comP' de
ps-d€ dat. sg. de un teón., quizá p¡-ko-to nom. du. de Q<irrog o Sdmou, pe-t¡-Jo-t- dat. plu. de f.o)'rd.rov iaba-
*ped-, cf .r.oG,Y de l8 raíz de poívo,
I[<iv6ns (?). n. de un recipiente, cuba vel sim (cf. ¡ lina
Itt
D€riv, en t¿Jo. sobfe no¡.rós, ¡ §u
cf . § 2.2.2.1 .
pa.de-we dat. sg., prob. de un anrop. fiirrou' ¡rrrpou ncpo 'Aprdor, rorüo
pc-qo-no nom. o dst. sg de un sntrop'
mrsc. o apel. de pers. ' Anwai r cris lzx Cyrill.). vez ¡Ü. en t-ro §obfe l¡ rsiz que d¡ lug¡r
masc. con segundo término de comp'
pa-dl-Jo nom. sg. del antrop. Ilov6íov. pa-ra-l inicio de un antrop. masc. al verbo nó).k¡ áI¿¡d¡r'
en -XroYos (cf. 4ot/os)'
pa-l.d.Ja nom. sg. y plu. fem. del ém. pi-r¡-Jo nom. plu, masc. [nom. sg. fem. p8-ts-tl-Jo dud., Prob. nom' sg de un
pc-rs-kG'ral'J& dat.-loc sg de un lop'
Qo.iortog (cf . pa-i-a). y nom. plu. neutr. pa.ra.Jal del adj. adj. deriv. de un n. PrcPio indicando
que designa una de la§ dos Srandes
pa-¡-to nom. o dat.-loc. del top. OororG r¡oloLós con el sent. especifico de la posesión.
provincias en que se divide el reino de
Festo. administración palaciegz del año ps-tc nom. s8. de noilP Padru'
Pilo. ComP. de néPd del ot'o lado'
pa.J¡-nl nom. sg. de un antrop. fem. pasado (W. t ne-wo, q.v.), oo cr:mo pa-ta Y. -Pa.
de un segundo
nom'-ac' Plu' mas allá de, ulterior Y
p&-Js-wo-ne d¡t. sg. del teón. IIoLáfov refere¡cia al estado viejo, usddo. ps-we-a [var. PA-WC'&2]
pieza elemento dud., quizá AlYoLaio o
(cf. Ilorrio¡,, IloLá,). No necesaria- pa-ra-kowc- d¿t.-instr. de un n. de [dat. Plu. Pa'wc'si] de §opfos
'A'yxo).oic.
mente corresponde I Apolo. materia dud., quizá pupo.r(tg turquesa de tela, nanto (cf. hom. Sapos)'
pc-rt 3.¡ sg. del pres. ind' act' de (Épúi
pa-ka-a-ka-rl top., prob. yuxtaposición (cf. poporÍg' yLoúrLvov L¡rcírLov pa-ú-no nom. sg. de un antmp masc'
lleear
de ll&yil á¡oprs Faez k de la desdi- Hesch., y ot¡tipoy6os) o ndpcpyug pe-de-wc'sa nom. sg' fem' del 8dj'
pc-re.po-ra'Ds- v. Pe-rc y po-ft-rut- '
cha, vel s¡r,,. plato (?1. Í¿6Fevs, <ooo, <v con Palqs o con
pc-rc-u-ro'D¡-de adlat del lop II\Eug;ü'
pa-ka-na nom. plu. neutr. de ódoyavov AJ.t€¡ta ca¡ F-tu-ht-*re e¡ PY Ta 714. pie (deiY. !¿ *Ped- Pie con el suf'
pc-rc-t8z dat. fem" prob'
§g. de un teón'
daga pa.r¡-u-Jo nom. o dat. sg. de un antrop. *-went-I.
p€rfd (si teemos *82 como ñ{'4 cf'
p¿-kc.t -J& nom. plu. fuen. plu. pa-ke- masc. pc-dl-r¡ nom. plu. hor dat') [gen' Plu'
de II § 2.2.4d.
tc.ja.o.l de un n. de oficio fem. dud., pa-ra-wr.Jo nom. du. de lIopafhoioy p€-dl-ro, dat. Ptu' Pe-dt-ro-lJ
pe-re-r82-io adj. neutr, sustantivado'
quizá$áKTes encargada de las cubqs orcjera, pieza del casco que cubre la ¡é6t\ov satfulia.
quizá dat.-foc. de Ittr'rf o.tov santuaio
(de teñir) ('l') (cf. pa-ko-to) o denv. de mejilla. pe-l dat. ptu. pron. 3'r pers' prob' oé<hL *7o- de Pe-re-
(cf. rv § 4.1.). de Prctwa (deriv. en
pa-ke-ta Z§oyér:cs vel sim. (?). Adj. sust¡ntivado, de¡iv. en *ro- de
*82, q.v.1.
pa.k€-tc-re nom. plu. de ndxr{p c/avo ¡opdf\á, a su vez un comp. de Íopd y pc-ke-u nom. sg. de un antmp' m8§c"
pc-ri-me-de-o gen. sg del antrop'
(cf . rq"yvu¡tt clavarl de unr variante del n de b oeja. oio-, quizá )nrPXrriS'
fijar, .
masc. I1€Pr[rl6ls.
pa-k¡-J8-na gen. sg. del top. i$o7rára cf. napcl<í, nopirov, XotrKo¡rdflpv. Cf. pe-ko-to nom. Plu de ffemc(. Peiaodo'
pe-ri-mo nom. sg. del antrop' masc'
var. de »$q1rAu(s 1rcf. pa-ki-ja-si) . III § 3.3.5. en referencia I tm tratlmie o para el
I1É pL¡ros (prob. hipocoristico
de
pa-ki-Ja.nl-Ja nom. o dat.Joc. sg. del ps.ra-wo 8en. sg. del antrop. masc. acabado de cienas telss'
II<prpi6¡s).
top. )+o7rtoíA @f. po-ki-ja-na y po- Ilpdus Gf. r¡pdús sr¿cv¿). pc-ma [var. pc'mol nom' sg' de orép]to
li sllcjrffirr,ia 4'a l -"to' pc-ro palabra de interPr. dud'
ki-ja-sü. ps-ro prep, de dat. rap gener. dc parte s imi eúe. P üa,
pr o-pe-ro q'v '
pe"ro.m eror del escriba '
pa-ld-Ja.d.dat. plu. [instr en +L coo valor de , peto qúzi junu c en TII Wu (cf. cf. III § 4.3.3.
pe-ru-sl-nwa nom. §g. Y Plu fem Y
loc. pa-kt.Ja-pll del top. »Sclrav€s lop<i). pe-n€-we-tr nom.-ac. plu' neutr' de un
nom. plu. neutr, del adj. [var de nom'
(cf. oóó(r¡). Y. tb. pa-ki-ja-no y pa- pa-.r-¡o nom. du. deüá\os cadena (cf. adj. en -fev(r)s sin interpr' satisfac-
plu. fem. Pc'ro'sl'nu'wal lepuoLvFós
kija-ni-ja. m § 3.4.4.). toria.
de r¿-l'yeq'tov suelo' del oño Pasodo (deriv de népuoL' cf'
paaa'Jo nom. sg. de rm dd.,
antop. masc. ps-d v. -pa pc-qa-to nom. §8.
platalorma (sustantivación del neutr'
m§ 2.ó.2.).
quizá [I<ipóoLos (?) o llo(n)noios (?). p'.ri.t -o-l y. -po y te-o.
330
Glosario S ecuenc ios de si labogmnas 331
Sin verbo equiv. funcionalmente al quizá ÍIrr,rhcia (?) (cf. el monte y $$, fuerte, pesado en Hes. fr. 329 qc-q¡-no-to nom. sg. fem. de un adj.
verbo fpoo€lpr estar añadido a (cf. Ilr(rov de Beocia). Merkelbach - West). verbal en -ro 7-ey.uuorós, equiv. al
rv § ó.1.). ptc-no nom. du. de rrépya esrnáo (lit. pu2-ra-ne-jo nom. §9. de un antroP. p.rticipio q e-qino-me-n4, q. v.
po-sl-da-c-Ja dat. sg. de un teón. fem. talónl. masc. El hecho de que hayr l mbién redupli-
floor6ákuo páredro de Posidón. ptn-ta-w O, y. pe - te - re - w a. cación en el ¡djetivo en *-ro obliga I
po.sl-d8-l.Jo adj. neutr. sustantivado, pu-ka.ro nom. sg, de un ant¡op. fem. q explic,'t qe-qiato-ñ¿-r¿ como haplolo-
quizá dat.Joc. de ttooti&ttov santua- sin interpr. sstisfactoria. qa-I..I-Jo nom. sg. de un antmP. masc. gia de qeaeji-no-rre-¡¿ (o viceversa, a
io de Posidón (deriv. en 'r'-Jro- de pu-k¡-wo nom. plu. de nupxcifoL qa-dl-Ja nom. sg. de un antrop' masc. e¡:a;¡¡df,] qtJe q¿li-io-rq rl seruncussi-
*po-si-da-o-, y aL de po-se-da-o-). encargado de encender el /uego, qa-mé.sl.jo nom. sg. del antrop. masc. participio, lleva t¡mbién reduplicación).
po-si.kc-tc-re nom. plu. de interpr. quizá con conexiones cultuales (cf. K-o¡rÉoLos (cf . IIopÉoLós). Se ha propuesto el tema l8'¡r-, p.É el
dud.. quizá npoo(h)Lrrñpes ¡ecr¿¡ nOp y rcior). qa-mi.Ja nom. plu. fem. del étn. deriv. cual cf. 6rurrós e incluso PLr,éo.
llegados, inmigrantes (?), mejor que pu.kc [var. puz.ke] dat. sg. [gen. sg. del top. qo-,4o . qe-r&-na nom. (¿o ac.?) sg. de un
r pñ (h)tK<rñpes suplicontes. pu-ke-ol del antrop. masc. OúqKts qa-mo nom. o dat.-loc. s8, de un toP. subst. de inrerpr dud., quizá x*6pdvd
po-so-rc-Ja nom. sg. del antrop. fem. vel sim- qa-nwa-so nom. o dat.loc. s8. del toP. ftcipienE pam el aguo calieate (ct.
¡!ótreLa. pu-ns-to nom. sg. de un antrop. masc. K-oyuo(o)oós (cf . IlawooLs). 0e po¡raL, &p¡ros) o yea)'av-qreciPien-
po-so.rl.Jo.no 8en. sg. de un antrop. pu.ra-u-to-ro nom. du. de rúpouorpov qs-ra-dc-ro sin interpr. satisfactoria. te para el á¿¡lo (cf. 9otroveús, etc.),
masc., prob. tlolir,ru o quizá útopfr»v tenqzus pafa el lúego (comp. de nop y qa-ra-to-ro nom. sg. de oK-dlqepov prob- ref. a w oguomanil c.qt asa,
(?) (cf. r!óIos). la raiz *aus- a¡der). atiudor (cf . Poll.1 .22 ond\o0pov). tipo enocoe.
po.s¡o.¡o nom. sg. de un antrop. masc. pu-rl nom. sg. de un anEop, masc. qa-ra2-ro nom. sg. de un antrop. masc. qc-ra.§i-Ja dat. sg, de un teón. fem.,
úóIoy o úótros. pu-ro nom. o dat.loc. sg. del top. qa-sa-ko nom. sg, de un antrop. masc. prob. K*€pooi¿
po-te-we dat. sg. de un antrop. ma§c. IIútros. ú&Xov (cf. rl¡ixr,.¡ ¿/zohozar\ vel sim. qc-rc,mc-tl-wo-[ dat.Joc. sg. de un top.
Iloureúg o Ilop0<ús. pu.sa-[ nom. sg. de un antrop. masc. qa-sl-rc-wi-Ja nom. o dat. §8. de Y'ooL- qc-rc-ti-rt-Jo nom. plu. de r*tr{rpLog
po-tl-ni-Ja gen. y dat. sg. de riórvlo ¿¿ pu-tc nom. sg. del antrop. masc. <Durr]p \r1f íd prob- unidod dc ,.abaio (dirigi' prob. pemo (?) (cf. hom. p\ñrpov
señoru apel, de uns o varias diosas, a vel sim- da por vn qo-si-rc-u yaooLkía capa- peno?|.
menudo acompañado de gen. o apel. I pu.to-ro nom. sg. del antrop. masc. raz, cf. Poortreús). qc-ri-Jo-Jo gen. sg. de un antrop. masc.
que especifica su esfera de acción. tDurtros (cf. óúr),r¡ es tirpe\ vel sim. l-qa-to nom. sg. de un antnp. masc. {c-!o2 rom. du. de or*é}.}.d. pieza que
V, en do-po-to y en po-se-fu-o-ni. 2 pu-ao-m nom, plu. de un subst. sin qs-ao-no-ro nom. sg. de un anúPP. comporie un coselete bivalbo, realiza-
po-ti-nl-Js-we falta del escriba porpo- interpr. satisfsctoria. masc. do en cuero (cf. o-¡(trtrd).
ti-ni-ja-we-jo, q.e. pu.ws nom. sg. del antrop. fem. Ilúpfa qa-wol nom. sg. de un antrop. m8§c. -qc-rc.ss nom. plu. fem. del Part. Pres.
po,tl-ni.ja-we-Jo dat. sg. y nom. plu. (cf. I[úppa). -qe conj. copul. K*€ /. &oK*¿¡\Xn &r lo vuelu alrede&r de.
del adj. rorvrdf€ros perteneciente a Ipu-wa nom. sg, de un antrop. masc. Tems de presente con yod de ls rríz
lqe-l.l-Jo p¡ob. final del nom. s8. de un
la po-li-ni-ja, q.v . pu-wo nom. sg. del antrop. masc. antfop. masc- oK"<\-, cf. qc-ro2 y lll § 4.2.2-
po.t¡-p¡- instr. plu. de nóprt g ternerc. IIúpFos (cf. Ilúppos). qG.ql.Do.me-n¡ dat. Plu. fem. del Psft' qetc.Jo [var. qc-t],ol nom. sg. neutr.
po-to nom. sg. del antmp. masc. Ilóvrog pa2-kc v. pu-te. perf. med.-pas. y-€7*¡¡a¡p( ¡¡5 prob. [rnrn plu. neutr. qc-tc-a2! del adj.
vel sim. pu2-ke-ql-rl nom. sg. de un antrop. tallado, de un verbo cuyo Pr€s. es verbat r"errÉhos á¿Jv qu¿ pagar (cf.
po-to-ar-Ja-de adlat. de un top. dud., masc., prob. Ou7éI.prys (cf. Qrúyt¡ dud., prob- 1-tv«o (cf. qe-qino-tol. riN,r y IV § 7.8.2. y V § 4.3.).
Glosoio S ec ue4c ¡as de s i laboglañas 335
q€-to nom. plu. de un n. de vasÜa, prob. r lds conductor de la huesle, un catgo l.rc-wt.Jo.te final de nom. plu. masc.
K*Égos tinaja grqnde (cf. ¡ríOos). ra-e-Ja nom. sg. fem. del adj. \áheLog palaciego (cf. trey¿rds, de traós Y del pari. pres, de un verbo en <úo (cf.
qe-to-ro-po-pl instr. plu. de K*€- de piedra i1éopoL). rv § 7.1.1.).
rportlg, &tg cuadnúpedo (cf. rerp<í- Adj. de materia en <rog (que el mic. ra-wa-trl nom. §9. de un antfop. m¡§c. Quizú haya qr¡e reconstruir ga-.§¡'l-nt-
nous). uss donde el gr. del primer milenio usa Lófovis vel sim. ,¡b-rc, denomin¡t¡vo a p¡lir de l¿-si-
qc-to-ro-wc nom. sg. neutr. del adj. -Lvos), deriv. del nombrc de l, ,"-u 'yaqot)ú-ía caplzz, cf. paoLtrcús, o
piedra r¡-lwa.ra-ta2 dat.-loc. de un lop., Prob.
comp. r*erpr,lf¡g de cuatrc asas (cf. ¡.Ahas. Acupol4id. a-k¿l+e-wi-jo-le, de a1p<&t rccoger, cf.
r¿rpq- y oüs y Iv § 5.1.4.). lra-Jo final de un étn. Hay rns vsr, ru-wo-m-ti-io. a-ke-n-se,
d-ko-we.€ dat.l@. sg. deltop. X*rKú¡f¡s rr-kc-da-no nom. sg. [dat. sg. r&-kc-ds- lra-wo nom. sg, de un antfoP. ma§c. rc-wo-te-rc-Jo nom. du. fem. del edj.
o Zx*uróf¡e (cf. top. Oit, IgiÉ) vel ncrcl del antrop. masc. prob. scabado en -Idfos o 'dft¡Y. ).€Fórp€r.os destinado al boño (cf.
^qK(6ú./úrp.
rE-ma-o nom. s8. de un antmp. hom. tro€Tpov, át, trourpov).
sim. masc. rs-wo-qo-no nom. o dat. s8. del antrop.
ql-sl-pc-e nom. du. de r*oi$os espada de interpr. dud. masc. (cf. trdóSovos). rc-wG'to-ro-ko-wo nom. plu. de )tefo-
(cf. Eíóos). ^aiFóXwovos rpoyófog enca4ada del baño.
ra.nl-Jo.ne nom, plu. de un étn. o dat.- ra-a v. ka-ka rc-a,
ql.ta-ro nom. sg. del antrop, masc. K*l- loc. de un !op. de interpr. dud. rt.ka.sa dat. sg. de un antrop. fem. rt.Jo nom. o dat.loc. sg. del top. 'Piov
'rapos eel sirn (cf. top. Ttropou). Ira.no nom. sg. de un antrop. masc. en rc-ka-ta-De dud., nom. plu. de un étn. o Río, e. e. El Promo toio,
qo-Ja-si nom. sg. de un 8nt¡op. masc. -ávorp. da¡.Joc. de un top. sin interpr. satis- rl-Jo-nt-Ja nom. plu. fem. del étn. 'Ptó-
qo-o ac. plu. de l-ois vaca (cf. Il § ra-ps-to gen. sg. (cf.IV § 2.2.4.) del n. factoria. vtog , deriv- del top. ri-jo-no, q. v.
2.3.2. y rv § 2.4.?bl. de mes Adnaros, corespondiente a rc-ko-no-Jo 8en. sg. de un antrop. masc. ri.Jo-no dat.-loc. sg. del op. 'Ptovós
qo-ta- nom. sg. de un antrop. fem. sin mar¿o. rr-Po-to nom.-ac. s8. neutr.. del adj. (cf. §iov promonmrio\.
interpr. satisfactoria. ra-pt nom. sg. [nom. plu. ra.pte-re] \enróglzo. rl-me-ac v. e-ra-po , ri-me-ne.
lqo-tc dud., quizá ,v-qo-te nom. plu. de §ar:r1p rcmendón (cf. ó<i¡r¡or). rc.rl-Jo dat.-loc. de un top. o un étn' l-rl-mo. final del nom. sg. de un antrop.
masc. del part. pres. de)...iK*afoltal ¡a-ptc.rl-Jo nom. plu. fem. del adj. AÉptos (cf. AÉpos) v¿l siz. fem.
estat dusente (cf. treíno) o ejo-tel ponrripLog propio del ,emendón, rc-sl-wo nom. sg. de un antroP. masc.' r¡-nc-Js nom. plu. del n. de oficio fem.
q.v. re me ndado (ct. ro- p te'|. quizá Alolfr¡v (?) . »,ivÉLo. encargada del lino.
qo-t€.ro nom. sg. de un antrop: masc. ra.ri-di.Jo dud., prob. nom. sg. de un Seria un hipocoristico de un nombre rl-no nom. sg. de \iuov /iao.
qo-u-ka-ra nom. (¿o ac.?) sg. de y*ou- adj. deriv. de un n. propio indicando como Arloí&os, cf. Eútf -&os. ri{a-pt instr. en $t con valor loc. del
Kdpas o y*oúKpds decorado con Posesión. rc-u-ks nom. s8. fem. y nom.-ac. plu. top. Aíooo.
bucranios o cabezas de vaca- ra-su-to nom. o dat.-loc. sg. del top. neutr. del adj. X(uKós árorco. rl-au.r¡ nom. sg. de un antrop. fem.,
Deriv. de 7.oig (cf. 9o-o) y nipd Ariouv0os vel siz. rr-u-ko-tc,ro nom, o dat.-loc. s8. del pmb.
^tqoÚ»A-
cabeza (pa¡a la formación cf. se-¡e-mo- ra-wa.kc.ja prob. falta Wr ra-wo-ke- top. r¡-zo nom. sg. de un antroP. masc.
ka- m- o- re y 9otxptiutovl. <-¡í>Jb, nom. sg. de ).dFAy€oúA co¿- ^€orrpov.
re-u-sl-wo- nom. sg. de un antfoP. masc. 'Pi(av vel sim (cf. !op. 'Pl(ov).
qo-u-ko-ro nom, sg. de 7-our*ó).os ¡unto de hombrus del ra-wa-ke-ta, q.v. de interpr- dud., quizá Aeuotfou o ro-k¡ dat. sg, un antrop. fem.
vaquero (ct.III § 2.4.4.). rs-w¡-ke-sl-jo nom. sg. neutr del adj. 'Peuo'rftlv. lm-na-dc final de adlat. de interpr. dud.
qo-wi-js dal. sg. del teon. fem. f-ofid IAf&yÉoros referido al ra-wa-ke-ta, r€-wa-Jo dat. sg. de un sntrop. masc. ro-(Fwa nom. o dat.-loc. sg. de un toP.,
la Boina (cf. qo-ol. q.v. rc-w¡-ko dat. §9. de un antrop. masc., prob. 'Pohofd (cf. poi).
rs.wa-kc.t8 nom. y dat. sg. de trafA'y€- quizá AéfopXos. m-u-sl-Je-wl-js nom. plu. del adj. iou-
336 Glosario Secue rc ias de sí labog rarnas 337
oti|Los teñido de zumaque, e- d. de sa-ma-tl-Ja nom. sg. del ant¡op. fem. de interpr. dud., quizá )¡rohid o s{Fwc-nc-J¡ nom. sg. fem. de un adj.
amarillo. tapapri.-a vel sim. Z¡rohid. de lectur¡ e interpr. dud., quizá
I oralfiiwtos d¿cotdo con bandas o
Deriv. de un tema en <ÚS. +pouotruS, sa-mc-wc dat. sg. del antrop. masc. se-wc.ri-ko-jo gen. sg. de un antrop de
éste ¡ su vez formado sobre un ¡dj. en )qp€ús (cf. !op. »dpos). interpr. dud. acqialadums ('lt .
*-¡o-, [owLos, coostruido sobrc el fio- s8.ml nom. sg. del a¡trop. fem. Io¡rig si-ja-du-we dat. s8. de un toP. su.U-rt-ts-Jo nom. sg. masc. del étn.
nimo, tls/¡owos, 'zuñaque, Rhus coria- vel sim, si-ja-pu2-ro nom. sg. de un anrop. ZuTpLraiog lcf. loq. su-ki-iqa
ria', cf. po0s. sa-mu-t¡.Jo nom. sg. del antrop. masc. masc. Iuyptrü).
ro-u-sl-Jo dat.-loc. sg. del adj. orroros Eo¡ruOotog. si.ma nom. sg. del antrop fem tri¡rd su-kl-rl-to riom. §9, del antrop. masc.
de Lusos, g:,le forma con a-ko-ro, q-v., sa-pa n. de un tipo de tejido, sin interpr. (cl . ottós chatol . EúlpLros (cf. toq. su-ki-ri-to
una designación toponimica. aceptada. lsi-mi-jo prob. debe restitui¡se do-si- )r¡ypir¿i).
ro.u.so dat.-loc. de un toP., prob, sa-pide nom. plu. de un n. de recipiente, mi-j o',''t. do-si - mi -i a. §u-pu-wo dud., quizá nom. o gen. de un
Aouoós. prob. oopní&s (cf. oopnls oqpnós si-mi-tc-u nom. sg. de o¡ruv0eú5 de antfop. masc.
ro.wc-wi.j& nom. sg. o plu. fem. del 4nOx.2.466 y oapnoúg rLfuroús interpr. dud. (cf. I¡rLvoeús epit. del §u-rr-sc 3,¡ sg. del aor. o fut. ind. de
adj. óoFéFros teñido con zunaque Hsch.). dios Apolo). oúIáo de sent. dtd., 9uiz6 confscar
(ci . *s¡owos > bois zumaquel . sa-qa-rc-jo nom. plu- masc. de un adj. si-ne-e-j& nom. s8. del antrop. fem. (?) (cf. Iv § 7.3.1.).
ru.dc-a2 nom. plu. (por dat.) de iú6os, deriv. de un anlrop. con valor pose- )LvÉheLa (cf. oivos d¿ño\ vel sim. su-ra-tc nom. sg. de outrÉnip de sent.
<hos ,naroma (cf . lat. rudens) . sivo. si-nu-ke nom. sg. de un antrop. fem. dud., qu¡zá confscador (?) (n. de
ru-kl.ja dud., prob. nom. sg., quizá de sa-ra-pc-da dud., prob. subst. referido a si-pe-we dud., prob dat. de un toP.' agente de la raíz de s¿-m-x, q.v.l.
un antrop. masc. vel sit4. cierto tipo de tiena, quizá huerto (?). quizá )LtrQ<ús (cf, oo\§tt cucaracha o su-rl-mo nom. o dat.-loc. §9. de un
ru-kl-d-jo ^UKúASmasc. neutr. top.
nom. o dat. sg. o Tal vez comp. d€ Ja-rE, térm¡no técn¡- fitónimo oítrótov).
del adj. deriv. del top. ,a-kilo, prob. co de l¡ lineal A que signi¡icrrir te¡rerro si-pu, nom. sg. de un antroP. masc. §u-wc-ro-vl-Jo nom. sg. de un antroP.
AúKroros (cf. Aúrc.oros). ,eal, y de -Í<ü)v ll4num. si-rs-ko nom. s8. de un antrop. ma§c. o masc. de interpr. dud.
ru-ko-ro nom. sg. de un antrop. masc., sa€¡-ma nom.-ac. plu. de oáoopou u¡ n. de oficio.
quizá Aúypog (cf. ).uypós) o AúKúrpos sésano (cf. orloapov), si-ra-ro nom. o dat.-loc. del top.Iltropog t
(cf. ).úroe). sa-ti-ql-to nom. sg. de un antrcp, fem. vel sim. ts-mi-de-so nom. s8. de un antrop.
ru-na nom, sg. del antfop. masc. §r-za-¡o nom, s8, un antrop. masc. si-to nom. sg. de oiTos 8r¿ro, Proba- masc.
cabeza de sireno (cf. oeLpriu, -fllos y de interpr. dud. ts-ra prob. nom. sg. de un antrop. masc.
ss.Jo nom. o dat.-loc. sg. del top. »olos r<ipohop o -rcpdhop ccáeza y IV §§ EI primer término podría se¡ )óIor o ta-r&-nu nom. sg. [nom. plu. tr-ra'nu'
vel sim. (cf. étn. »qios). 2.4.3 y 2.4.4c1. )ópr,rv. wc] de opdvus esc¿áel (cf. hom. 0p¡-
sa.lma-r¡ dat.-loc. [adlat. sa-ma-ra-de] sc-rl-no nom. sg. de oÉ)\Lvov apio. so-u-ro nom. s8- de un antrop. ma§c., vus, ált.. eÑv(a banco). En PY Vn 4ó
prob. banco de :una nave o un edificio
de un top. sin interpr. satisfactoria. s€.to.¡.Ja nom. o dat.-loc. de un top. quizá lo0pos o IoÚg,ru.
338 Glosario Secuenc ias de si lqbog ramas 339
t&-ra-sl-J8 nom. y ac. sg. de ro).ouoíA t€-ps-l dat. plu. de r¿Trqs Ela gruesa, te-tu-ko-wo-a Ivar. t€-tu-ko-wo-82] ti-t¡-r¡-[ nom. sg. de un antrop. masc.
cantidad pesa¿4 tatea asignada (cf. ,eptz (cf. rdn'¡s y IV § 2.4.5b). nom,-ac. plu. neutr. del part. perf. act. de interpr. dud.
Td),ayroy'balanza'). te-pe.ja nom. plu. del n. de oficio ¡éneLo de 9eiyt¡ fabricar, elabomt, cor, el ti-tu-so dat. sg. de un antrop. fem.
ta-§o nom. sg. de un antrop. masc. fqbricante de l,f,-pa, y. te-po-i. sentido á¿,e¿ elaborados, bien íaba- to-ko-do-mo nom. plu. de rou¡o6ó¡ros
gdpouv vel sim. o dat.-loc. sg. de un tc.q&-d€ adlat. [dat.-loc. plu. te-qa-l] jados (ci. rcúytu y IY § 7.4.). albañil (cf . tdtyos y tÉprol .
top. edpoog vel srrt. del top. eñywGr Tebas (cf. @igatl. te-u-kc-pl instr. plu. de 6eixo9 dcce- to'ko{o-wo-ko nom. plu. de roEoFop}os
ta-ti-qo.we.u nom. sg. de un antrop. te-qa-jo dat. sg. del antrop. masc. sorio. fabricante de arcos (cf. rotq y ép6t»,
masc., prob. ,rAfly*of<Ús (cf. nom- etTwotos (cf. étn. g¡polo5). te-wa[ inicio de un anrrop., qvizirtc-ws-jo épyov).
bres en )rqou- y acabados en -poeús). te-qi-Jo-ne falta del escriba por re-qi-n- (cf. KN Dl 3503.8 etc.). to-ma.ko nom. sg. del boónimo Eró-
ta-to-mo nom. sg. de or«0¡róspi/ar. jo-ne, dat. sg. de un antrop. masc. -t€-rva-ro dat. sg. de un antrop. masc, Vapyog Morrp blanco (cl. o-tólLo
te-u-na-so nom. o dat. sg. de un anftop. te-r¿-ni.j8 dud., quizá nom. sg. de un l-ti-jo dud., prob. dar.-loc. de un top. boca, apyóg brillante, blanco y oró-
masc. apel. de pers. como oeponuíds (cf. ti.mi-ti-je prob. gen. (¿o dat.Joc.?) sg. p.apyos charlotán\.
ta-we-si-jo-Jo gen. sg. del antrop. 0epcinoru) o repo(¡r)vias (cf. répo¡r- de un top., prob. eL[Lorío (cf.0Épr.s). to-ni-lo v. a-pi , to-ni-jo.
TofÉoLog. vov) usado como tit. de funcionario, o ti-mi.to.a-ke-e dat.-loc. de un top. to-no nom. sg. de $ópvos sillón de
t{-za-ro nom. sg. de un antrop. masc, bien dat.-loc. de un top. comp. de Oí¡rLoros, gen. de Oi¡rLg brazos (cf.0póvos y v. tb. a-pi , to-
t€-ke 3.r sg. del aor. ind. act. [3.r sg. o te[.re-lJa 3.¡ sg. de pres. ind. o de impf. (cf. @éttts y ti-mi-ti-ja), y tiyros Valle ni-jo\.
plu. del aor. ind. med. -te-tol de eÍ.onpL [inf, te-re-ja-e] de un verbo de forma de Temis. to-pa nom. plu. neutr. (por dat.) del adj.
I c. doble ac. nombmr: 2 en v. med. discutida, prob. +re\ÉtdlLt cumplir tl-ri-da-ro nom. sg. de un antrop. masc. o'top§ós henzado, tottido.
rcalizor, celebrar u¡a ofrenda o sacri- una obligación, cf. lV § 7.1.2. (for- Tpi8opos o Tpú6otros. Adj. deriv. de la raíz de orp<fu en
ficio (cf. ríO¡¡rL y IV § 7.3.4.). mado sobre r€¡.€íd, cf. rétros). ü-ú-jo-qa nom. sg. del antrop. Tp!ó("as grsdo cero y acenruado en el sufijo:
te-ko-to.ne nom. plu. de rérc¡uv car- te-rc,Ja-de adlat. de un top. dud. Es (cf. rpL- y -or*9). \stfbhó-, cf. en grado o y con acentua-
pitterc. difícil de aceptar la propuesta de türi-jo-we nom. sg. neutr. [nom. du. ción en el tema orpoóos (0¿13.438),
.te-me-no nom. sg. de 1¿U.evos rccinto, Té),<Lri-& festas en honor de Hera neutr. ti-ri-o-we-el del adj. compuesto asi como éúorpo$os bie tot ido
lugqr acotado. Teleia- rpuifls de tzs asas (cf. rpL- y oüs). O/.13.599) o v€óo'rpoóos (1r. 15.,1ó9).
te-mi.dwe nom. sg. neutr. [nom. du. úe.re-n€-wi-ja dat.-loc. sg. de un top. Sobre la altemancia ,-i-jo- I ti-ri-o-, to.ps-po-ro-i dat. plu. de orop$o$ópog
neutr. te-mi-dw€-te, nom. plu. neut.. te-re-ta nom. sg. y plu. [gen. plu. te-re- cf. III § 3.2.3e. mozas de cue¡da (?) .
t€-mi.dwe-t&l del adj. r<p¡rÍ6feve, ta-ol de r<).eorág rel¿§ra, un tipo de ti-ri-po nom. sg. [nom. du. tirt-po-de] to-pc-za nom. sg. de rópne(o mesa (cf.
<aoa, av prcvisto de zapqms (de¡iv. funcionario, de Tpirlos trípode, tébede. rpdne(o).
de réppLs con el suf, *-went-). l,s'rc-te-we prob. nom. plu. de re ).rorrug ti-ri-se-ro-€ dat. sg. de un teón. masc. Prob. comp. ¿" *¡*¡(w)¡- > rop- cu.a-
te-m¡-we-te falta del escriba por ,e-ni- quizá ut tipo de sqcetdote. TpLo(h)Ípo.rs El tres veces hérce f¿o (mejor que del nuñ. ,er *rf-), y de
dwe-te, v. te-mi-dv'e. te-ta.re-ne dat.-loc. de un top. dud,, (comp. de rpíg y iipr,rs). tped- pta, es decir, que su significado
te-o dat. sg. [gen. sg. te-o-jo, dat. plu. quizá Terptiv¡ (?). tl-ri-si dat. [dud. ac. masc. -ti-i ('t. po- otiginio * lo de ctatrc potas.
-te.o-il de 0<hós drbs (cf.0eós). te-t€-rc-u nom. sg. de un antrop. masc. rcairi)l del num. rp€is ,/Es (cf. Iv to-qi-dc dat.-instr, sg . de rop(vls espiruL
te-o-do-r8. nom, sg. de un antrop. fem. dud., quizá Terpeú5 (?) o T<(v)0p<ús § 5.1.3.). Cf- lat. torlueo, gr. r¡Énr,.r, rponí5 y
@<lñ6úpó. (cf. te-o y do-rql. (?). ti.ta.[.lwo nom. sg. de un antrop. masc. también túropK*ú6€s > otpo{i6e9 (cf.
-te-o-i, te-o.jo, v. fe-o. -te.to v. te-ke. sin interpr. satisfactoria. orpÉ{r,r).
340 Closario Secuerc ias de s i labograñas 341
to.qi.de-Ja nom. plu. fem. del adj. orópreLo. Íabicante dc rto-ta (o'top- tu.wc-a v. ,u-wo. comp. de ünó '! de we-e-v¡i-ja, q.v. Pa.a
TopK-í&los p/pv,sto de una esPiml rd un tipo de tejido). tu-wc-ta dat. sg. del antroP. masc. la formación cf. ificÉorrls Xlrú¡v Hsch.
(deriv. en *-eyos sobre ropr(ris, v. ,o-
(
to-tc.wc-J&-§c-wc dat. sg. de un antrop. €uésrüs. u.re-Jo nom. sg. del antrop. 'f).olos.
qi-de\ o, más prob., unión de dos palabrás en tu.wo n.-ac. sg. [nom.-ac. plu. tu-we-a] u.ra-mo-no nom. §8. de un antrcp.
to.ql-de-rrc-se nom. (¿o ac.?) sg. fem. dat. sin separador, to-te-we dat. de de Qúos I xcificio
cot Íuegoi 2 sus- masc. "Y).opvos, Fpdttwg vel sim.
del adj. ropx*í6f€vs:, -€ooo, .tv oropt<úsÍabricatte d¿ to-t8 (un tipo ta¡cia arcmáticq, pe rfame. u-ru.pl.Jo-Jo [var. con ditografia u-ru-
decorado con uao espl¡al (deriv. c. el ja-se-we dat.
de tojido, cf § to-te-jal y tu-wo-tc-to prob. a8¡egado de dos tér- pl-Jo-Jo-Jol nom. plu. de fprmratos,
suf. *-n¿¿r- de ropxwig, v. to-qi-dcl. del antrop. masc. 'l6oeús. minos (v. ¡u-n o- y ,¿-&e), mejor que étn. de Fpur¡(a (cf. 'Puraú¡), especia-
to-ra [var. to-r&.ka] nom. sg. [nom. to-to ac, sg. neutr. del pron. correspon- 3.r sg. del aor. pas. de 9rnu perfunar- lizsdo como designación de un tipo de
plu. to-ra-kel de iópól armadura. diente a oüro9, oür¡, ro0ro esre (cf. se o hocer l4 oÍrendo. tropss.
Para la altemancia de gtal,ia to-rdlto- rv § 4.2.). tu-zo nom. sg. de un antrop. fem. -u.ru-to 3.r plu. del pres. ind. de Fp0poL
ra-ba, cl.ll § 2.3.15.6 y III § 2.3. to-zc-u nom. sg. de un antrop. masc. sin au-ry'9-mi nom. sg. de un antrop. fem. prcteger (cf. hom. poooot y ÉPúo¡roL,
En mic. la palabra no designs sólo la interpr. satisfactoria órnpoLyIV§7.1.2.).
coraza como en el grieSo del Primer tu-ka-n& nom. sg. del antrop. fem. u u-la-no nom. o dat.-loc. de un top. de
milenio, siño la ¿rmadura completa, E¡úlvd (cf. otvyvógl vel sim. u-do-m nom. plu. deí6pos rccipiente interpr. dud.
iricluyendo el casco. Cf. hom. &rprfooo- tu-ka-te- nom. sg. [dat. sg. tu-ka-te-¡e, F ra agu.t" u-ws.sl.jo dat. sg. del ant¡op. 'Ydvoros
[oL poñerse la at nadura , ¡o la coruza , dar. plu. tu-ka.ta.sil degvloqp hüa- u-lo-na nom. sg. de un antrop. f€m. vel sim.
to.ro.qc-Jo-me-no nom. sg. masc. del tu-ka.to nom. sg. del antrop. fem. tru- u-Pa-rs nom, sg. del antroP, fem. u-wo.qc.wc nom. plu. de Üfor'eÚS
Part. pres. med. de rpor-Éyt.r o de yoró vel sim. 'Tnrípd (cf. únÉp, panf . Üno.pl vel sim. inspector (cÍ. chip¿ ú- = át. ¿ÍL- y
o'tpoxv¿y(¿ gírdr visita de inspección tu.n&-no nom. sg. masc. o neutr. del n. u-po adv. y prep. imó debajo. inorn<úg r'nspector).
(cf. r5Émo o orpe$o y IV § 7.1.1.). de un tipo de tejido, quizá rúvqyos En PY lJb 1318.6 quizá haya qoe leer
lo-sa v. fo-§o. lcf. rú\r,¡ colchón, cojía). u-po , ko-to y u-po , we-e-vti-¡o como w
to-sa-pc-mo grafía cont¡nua por ,o-so t¡-Dija rpm. o dar.-loc. sg. del top. Twíó una sols palabra (l.vv.). wa-a2.tc-wc dat. de un top. de interpret.
pe-mo, q.v , Esyrariamos to-so-pe-mo, (prob. idenaificable con'E),¡uvío). u-po , ka-ro si debe leerse como una dud.
pe¡o hay prob. una falta del escriba. tu-nl-Jo[ caso dud., prob. dat., de un sola palabra, podría ser €l d8t. sg. de wa-du-[.l.to nom. sg. del antrop. masc.
to-so nom.-ac. sg, neut¡., ac. sg. masc. y antrop. masc., prob. eúvros. ú¡órotrov (o quizá os ('l\l ado¡¡o del f ar¡iul?lros (cf. Ibús dulce).
nom. plu. masc. [gen, sg. to-so.jo tu-ra-tc.u nom. sg. prob. de un n. de DaTb de un vestido. wa-du-na-no nom, sg. del antrop. masc.
(pero cf. III § 3.3.4.), nom. plu. fem. y oficio, quizá con connotaciones reli- Comp. de imó y de un deriv. de la raiz f d6úvapos (cf. ¡6ús dzlce y vdpog
neutr to-s¡l de ró(oboi tanto. giosas, tal vez $uo:meús portero ('!l rkl- cubrir que da lugsf a rolÍ¡rr¡o, líquidol.
Es dudosa la inlerpretación del de que (cf. 0uxunls, 0úpd. rc)G6, etc.; c'f. iltrordldlrlra, in¡or<dlw$o, l.wa-i.jo nom. sg. de un antrop. masc.
acompaña a este pronombre, Podría tra- tu-rrz nom. o ac. plü. de rupó§ (<rup- fmoxóLo¡rpo áosrr'lla o gunición dc la wa-na.ka nom. sg. [dat. sg. wa-n¡-ka-
tarse de la conj. tÉ (cf. y'e) o quizá nos yós) queso (cf. rügis). Nñe tujo del te§tidol. tel de fovaf soberano (cf. dvo€).
encontaemos ya ante un compuesto tu.n¡.pt -rl.JE prob. gen. sg. de orpunr¡- u.po , wc.c-wl.Ja si debe leerse camo wa-ns.kr.te.ro nom. sg. masc. y neutr.
ró(o)ooo6< (cf. demostr¿tivo 6&). ptd. alurnbre (?) (cf. orunr¡pia). un8 sols palabra, quizá dat. plu. de [nom.-ac. neutr. plu. wa-na-ka-te-ra]
to-so-p¡ v. ,o-so y -p4. tu-ru-we-u nom. sg. del ant¡op. masc. wof elrqf id prcnda de rcpo inorior del adj. fovdrrcpos del soberono (cf.
to-tc.Ja nom. plu. del n. de oficio fem. Oprrús (cf. top. epriov (?)). Sústantiv&i(hde un sdj. inq[e fiftos, wo-no-ka'\.
342
Glosario Secueac ias de s i lobogmmas 343
wa.na-sc-r'l-Ja nom. (¿o ac.) 5g. ds u¡ nom. plu. del adi. í.¡iFtos de cedo Abstr¿cto en *-¡¿f de form8ción para- wl-rl-za nom. sg. de f pL(o raí2, ref. a
adj. de inúerpr. dud., quizá Favao_ (con grafía we- por úJ. ( lela L l¿'l. rollñerL la raíz del vellón de lana, ric¡ en lano-
aíftos pe¡eneciente o rclativo a lo felqfíA serír un deriv. de *f€kr,s, wc-tcJ-wc-tcl v. rr€-ro. Iina.
rcina (?l (deriv. de Fayooo€ús y ésre, éste ¡ su vez, deriv, en *{us de la r¡íz w€-tc-rc-u nom. sg. de un antrop. masc. wl-so nom. sg. de un sntrop. fem.
de fdvoaoa < *wanakya). +*es- vcstido (cf, lsl y¿sr¡§,
e¡c.). p¡ra ¡a fcorp<ús tuw¡l 'vestir').
(cf. wl.so-wo-p&-to dud., quizá eror haplo-
Pero es dud. en qué sent.i úcgdlo) fom¡ción cf. ¿a-ru-rr- wi-h-i y poa¿_vti wc-to ac. sg. [dat. st. reduplicado (cf. gráfico del escriba por wi-so-to-pa-
para la rcina (?1, perten¿cieñte a 1os
"¡ie
La segunda interpret¡c¡ón tiene dificul- M 2.4.5a) ryc-t!-l.we-tc-tt de Féros <nro->ro nom. plu. masc. de frofo-
aposcntos de) la E¡na (?), alusión al ripo tsdes gráfic¡s y forÉfqs, y8 que rerdría_ a¡io (cf. é¡os). n<ifopros del mismo Dúmero de
de vaso .egio (?) o a la decoración, mos que admitir la lec[¡r¡ de we como ü-, wc-ra.do-ro nom. sg. del antrop. apltques (comp. de fiofog igual, cl.
decorudo con rcil.as o con diosas (,!). ¡demás de que se esperarís ikros, s¡n
f-. fépfou6pos (cf. fépupoL y riv¡p; ioos, y o-po-tw-ta, q.v) o bien dos
Quizi relacionsdo con e¡ top. rro-¡a- Además, sería el único icm de la rablill¿ para la formación cf. Épuoí-nroks). palabras escritas sin separación fíofoL
§o-i y su étn, ,rc-¿¿-§e-wi-jo. Aludlria a que no clnterdrí8 ls mer¡ción (gener.
en werwe.e.8 nom.-ac. plu. neutr. del adj. ¡ow,,i,v idénticas en todo.
un¿ v¡sija del lipo de las de un deGrmi- dat.) del objeto manufacturrdo pala c!n-
F<pf¿lÉ¡rc5 de laaa (cf. ipcoOs). wo-di-Je.Ja nom. y dat. sg. del anrop.
nado lugar. feccions¡ el cual se enmg&ñ las p¡eles. wc.we-sl-Jo nom. sg. fuen. sg. wc-wc,si- fem. fop6(euo (cf. óo6ud jadín de
we-na-ta-jo nom. sg. [gen. sg. wa.na-ta. we.Jc-kc-a2 nom. plu, neutr [nom. du.
Jo-jol del antrop. f€pféotos vel sim. rosas y ió6ov rosa),
jo-Jol del anrrop. masc. fqpyoroios.. neutr. wc-Jc-kc{l del adj. I (r€yxís M-dr-ms-t¡z nom. sg. de un antrop. fem. fwo-Ja prob. final de o-m-lro-wo-ja, v.
wa-o nom. du. de un sust. de lectura dud. que girq en tomo a un eje tipo éyy,g -wl.de 3.r sg. del aor. ind. fi6ov (cf. a-ra-ru-ja.
q\te prob. si9nifica doble hachq.
, ct. (f,litvs
(camp. de fct- girot et6ovyIV§7.3.2.). wo-kr nom. sg. & Fofl'qiabricación,
an_
wa-r&-tl nom. sg. de un antrop. fem, t4, y de ¿lxos un tipo de eJ¿), mejo¡ wl-du-ro nom. sg. de un antfop. masc. taller (ci. no-te), mejor que fo¡á
l-wa-m final del nom. sg. de un antrop. que de üfeLriS úb¡o para el servicio wl.nu.rl.Jo nom. plu. de un étn. o dat.- carro (cf. ó¡os).
ma§c. (comp. de ú
= in( y -É €rKis, con disi- loc. de un top. de interpr. dud. wo-ke 3.¡ sg. del pres. ind. (¿o 3.¡ plu.
wa-to nom. o dat.-loc. de un top. milzci(m *we-weik- > *weyeit_l . wi.rl-ne-o dat. plu. neutr. del adj. Fpi- del aor. pas.?, cf. IV § 7.3.3.) de
wa-tu dat. sg. fdqru ciudad, ref. prob.
fóp(@ tmba¡ü, elaborar (< w¡g-\,
de we.kc v. ke-re-si-jo , we-ke. velrcr9 de cuerc (deriv. en *-iyo- de
a Pilo (cf. III § ó.1. y IV § 2.4.6.). l-wc-kc final del nom. sg. de un antrop. wi-i-no, q.v.l cf. IV § 7.1.1.
wa-u-do-no nom. §g. de un antrop. masc. masc. Refleja una pfonunciación relsjada Cf. tpryou, ip&r, €plov < *ttc,g-, teo-
sin interpr, satisfactoria. we-re-wc dud., quizá n. plu. de un n. de der, convertids eo aspiración (cf. III .o-t¿ y -reo-ko, tqo-kn ffopló5, fopyá <
we-[ ].Ja v. $'e-e-wi-ja. título o cargo. *worg-\.
§ s.2.2.).
wc.a-rc-J¡ nom. sg. fem. del adj. we-re-nc-Ja nom. sg. fem. del adj.
fp¡- wl.ri-ne.u nom. sg. de FpLv<í)s cutti- wo-nGqGso- nom. sg. del boónimo
feh<i).eLog de cñsral (deriv. en {[os vetog de cordzro Gc 6Ló0epo). Cf. dot peletero o guornicionero (deiv. ForvóK.opoos De grupa de color de
del grado pleno de üo).os cns¡al)-
itrlv < f pr¡v, dpí¡v coderc. en <tis de wi-ri-no, q.v.l. F-s pcrn vro (cf. oivor! dc color de vino y
we-da-ne-wo gen. del antrop. masc. lwe-m nom. sg. de un antrop. masc. prob. que sea un antrop. masc. ópoos, át. óppos 8/¡¿p¿).
F(6oyÉús. we.ro.pa.t¡ nom, sg. de un antrop. con wl-rl-nl-Jo dat. plu. neutr. del adj. wo-no-wa.d-sll dat. p¡u. de una palabra
se-c-wl-Js dud., prob. dar. plu. [quizá segundo término en -ndords. f ptvtos de cueto (deriv. en 'r-J¡ú¡- de dud., quizá sdj. étn. fem. foLvofdls
debe leerse el gen. sg. en we-[ ]-ja w€-ru-ma.ta nom. plu. de fÉ).u¡ro, wi-ri-no, q.v .\ . (?) (cf. Oivr¡d¡Ls epit. de Ánemis).
en PY Ub t3t9l de fehrtFtd. vestido -pqfos, pfob. una pane del
(cf. tb. u-po
calzado, wl-rl-no nom. sg. y plu. de f pvq cuc¡o, wo-qc-wc nom. plu. dud., quizá de ú-
, we-e-wija), mejor que quizá cañs. piel de voco (cf. iLvós). Ú¿K'ifÉs igilo¡res (cf. át. Én-oneús).
344 Glosar¡o Logogrvrnas ! siglas 345
f ptruivetog propiedad de Reción (?l Sobre los logogramas en la escritüra micénica v. II § 3.2., sobre los monogra-
131 mas y ligaduras, II § 3.3. y sobre las abreviaturas, II § 3.4. Como allí se señala, la
o fpoyróveLos de los orgeones ('l\
(cf. óPtLo)' r3l-kc-u nom. sg. de un adj. de lectura convención de transcribir las abreviaturas en mayúsculas o minúsculas depende de
wo-m-me-t! nom. plu. de fki¡ro rzez- e interpr. dud. Si se lee *3, como aü si son o no funcionalmente equivalentes a un logograma. Cuando si lo son, se trans-
zado bf .*wel- torcer, mnzarl. (cf.II § 2.2.4g) sería un doblete deat criben en mayúsculas; cuando no, en minúsculas.
oficio f opf eús encaryado de la fron- A-RE-PA ungüento (= o-rc-pa, q.v.\. 2 E abrev. detp¡ts henno.
"J5-ki-no-o sin interpr. seguñr, aunque
tera (cf. v/o-teo fóPfog = 6¡. 6rt si se lee *35 como a i, (cf.Il § 2.2.49) A¡M amadura (= to-ra, q,r.). 3 E abreu. de e-ne-me-na, q.v.
sería un doblete de a¡ki-no-o, q.v. anoM unidad de peso de productos aro- Eeu équido l= i-qo, po-to, o-no, q,vv.).
Íontera,lindel-
wo-wo nom. sg. de un anrop. masc. máticos y especias. EQur legua.
r17 ARoM+r(O v. ARoM y 2 KO. EQUñ caballo.
fópfos vel sin.
wo-zo-te nom. plu. masc. del part. pre§. rl7-da-de adlat. de interpr. dud. t\uk de orc (= Xpooos, y, ku-ru-sol. FAR espeha.
act. [nom. du. neutr del Pal. Pres' tl7-ku-to-de adlat. de interpr. dud. o3 prob. abrev. de ci ( cabra (cf. a¡zal. cAL crsco G *o-nt, q.v.l.
med.-pas, wo-zo-m€-nol de fódü) Btc carrn con ruedas G iqi-ja. q.v.\. GRt\ gruno (= pe-malpe-mo, q.v.l.
trabajar; /abricar (cf. ÓÉ(r¡, Ép6o .5ó s6g eqsq (= qo_o, q.ul. GRA+PE v. cRA y P¿
'hacer', wo-ke y IV § 7.1.1.). *5ó-ko-we nom. de un top. Bosa vaca cur una especie de cuchillo (= zo-wa,
tsó-pu-so nom. sg. de un antmp, masc. Bosm ,on . g.v.). Es como el logograma ruc
z Ir5ó-sGJo nom. sg. de un anrop. masc. caPt cabra. invertido.
za.ku-sl-Ja nom. plu. fem. del étn. caPñ camerc, ñocho cabrío HAs lanza e e-ke-o, q.y.).
ZqKúvotos ucintio (cf . Záruv0<sl. t6, cAPs caja de cano (= i-qi-ja, q.v.l. HoP) cebada-
za-ma-e-wl-Ja dal.-loc. de un top. sin tó3-te"ra-de adlat. de un top. de interpr. cERv ciervo ( = e-ro-po. v. e-ra-po , ri- KA abrev. de ka-na-*o, q.v.
in!erpr. satisfactoria. drd., qttizá zi-te-ra-de 2yto,rrlpo6< a me-ne) KA-PO = *127 monograma de ka-po
ze-so-me-no dat. sg. del part. fut. pas. la Bifurcación (?). Para la lectura de cult caflo s¡n ruedas G iqi-ja, q.v.'1. raprós frua.
de (éa hemir (cf . lY § 7 .2.) . *63 como zi, ct.ll § 2.2.49. CYP+PA cíperc (= ku-pa-ro, q.v.l. ¡(E abrev. del n. de una sustancia aro-
zc-u-kc{i d8t. Plu. de (<iYos Par. I DA prob. abrev. de da-ma 6áp.ap mática.
I zo-wa nom. plu. de un §ubsl. s¡n r83 intendente o supemisor (cf , me-ri-da- KI abrev. de ki-lo, q.v., usada como
interpr. satisfactoria que designa una l-r83-r€-to nom. sg. de un antrop. male y p o- 11+ da-mq-tel. determinativo del ideograma rrnt, 4. v.
especie de cuchillo (lo8ogr. GUP). ma§c. 2DA abrev. de dq-mate, g.y. ki abrev. de interpr. d]ud,., quizá ki+o, q.v.
2 zo-wn dat. sg. del antrop. fem. Zafá DE abrcv. de &o¡rós atado, haz lcl., I KO abrev. de I ko-ru, q.u
(ci.Z¡oil. con otro sent., de-so-ño). 2 KO Núev. de ko-i-ja-do-no, q.v.
de abrev. d,e de-d.i-ku-ja, q.v. I ko abrev. de to-vn o bo-$'a, q-w .
KU abreviatura de fs-pa-ro2, q.v. 2 PA tbrev. de pa-we-a, q.v. 2 TE abrev. de un n. de planta, quizá l{E abrev. de fcra)rós Gorderc) de este
LLtl^ lana y ¡ambién lanolina. pa abrev. de pa-we-a, q.v. rÉp¡rLv0og pistacho (oo stestiguada oño-
LUNA logograma de interpf. dud. gue I PE abrev. que determina al ideograma directamente en mic.). r€ abrev. de Fe¡o.),ós (mrc) dc esu
representa un objeto en forma de luna, aNA, prob. pe-rnalpe-mo, q.e, 3 TE ab¡ey. de te-midwe, q.v. año, e. e. novillo.
M unidad de peso (cf. II § 3.7.1.). 2 PE abrey. de una unidsd de plantas TELA tela WI zbtey. de ni-ri-za, q.v.
MA abrev. de ma-ra-tu-wo, q-e. ammáticas, prob. ñ¿ro.ro. Es dud. qué rtltl tela (cor¡ un solo trazo en la pane z unidad de capacidad de áridos y líqui-
ME abrcv. de me-ri, q.v. palsbra se abrevia, quizá *nevoopó5 inferior) dos (cf. II §§ 3.'t.2.y 3.7.3.1.
Ml abtev. de mi-ta, q.v- atadillo o nékrvg hacha, en ref. a la rwtt+Tgv.rrL¡rylTE. z4 abrcv. de za-u)c-te (af é«g este año
mi abrev. de ui-ja-m Vto,pos Eñido. disposición del manojo. TELA2 tela (con dos trazos en la parte (< +rydféree, cf. át. rflres).
ME-RI mortoqraml de me-ri, q.v- I pc abrev. de pe-kolo, q.e- inferior) I ZE abrev. de (۟1os par (v. ze-u-ke-sil -
MO ab¡ev. de póvfos so/o (no atesti- 2 pc abrev. óe pe-ki-ti-m nénpwt TELA3 tela (con tres tr¿zos en la pane 2 ZE prob. abrev. acrofónica de un tér-
guada directamente en mic., cf. át. fabricantes de telas pe-kcto, l. y. inferior). mino coÍespondiente a (euTtrr¡9 en
póvos). Se usa para referirse a ruedas PUc daga (= pa-ko-¿a, q.v.). También T]E;L^1+PA y. rE]-¡¡3 y 2 PA. época clásica.
sueltas, que no configuran un par. aparece invertido y entonces se trans- TELLT+TE v. TELA3 y I TE. rl32 ideograña que representa una
t'ÍUL mu¡er cribe como our, 4. v. TELA. tela (con cuatro trazos en la pane vasija, quizá referido a un tipo o can-
x unidad de peso (cf. II § 3.7.1.). .f,,{ prob. abrev. de /a-tz n. de una plan- inferior). tidad de vino.
I zc abrev. de un n. de oficio, prob. ¿e- ta aromática (cf. inl baya, uva\. TEL^¡ tela (imposibilidad de determinar .rló ideogrsma textil, referido a un tipo
ki-i-de o ne-we-wi-ja, q.w. ,e abrcv- de re-polo, q.v. el número de trazos en Ia parte infe- de tela o vestido.
2 n¿ 8brev. de interpr. dü., quizá !,É0pov ao¡L rueda (= o-mo, q.v.). rior). .153 piel ertendida (= 2 ko-wo).
o vcupÚ. rcndón (no atestiguada direc- RorA+IE v. RoTA y 3 ?8. /u abrev¡atura de tu-ka-te, q.v. rrsS'§ ideograma que representa una
tamente en mic,), usado para fsbricar s unidad de cápacidad de áridos y líqui- nm oúnica l= ki-to, q. v .l o coselete (= qe- especie de taza, quizá como contene-
cuerdas de arco§ o de otros instru- dos (cf. tr §§ 3.7.2. y 3.7.3.). rc2, 4.v.), dor de una especia.
mento§. I SA lino (= ri-no, q.v.). Cf. tr § 3.4. TUN+XI v. TUN y ¡(/. rI57 ideograma de una sustancia aromá-
3 ,re dud., quizá abrev. de ne-wo, q.v. 2 §,{ abreviatura de s¿-sa-mo, q.v. TüN+QE túnica (= ki-a, q.v.\ + ab¡ey. tica o planta olorosa, prob. raíz de lirio.
NI abrev. de una palabra no atestiguada §f abrev. de si-a.ro oúln).os c"áóa (cf. acrot6dca & qe-ro2, q.v. rfóf ideograma textil
directame¡te en mic., prob. vLKútr€d oio\os). TA-RO2 queso (cf . tu-mr). 1169 taburcte o escqbel
árgos (cf. Ateneo 3.76e). sus c¿ñro. U abrev. del n. de una planta aromátics 470 logogrrma de interpr. dud., quizá
I O abrev. de o-pa-wo-ra, q.v. sust cetdq- o esp€cia. un conjunlo de tendones de vaca.
2 O abrev. del n. de una planta aromáti- susñ cen o. v unidad de capacidad de áridos y liqui- tI71 logogrrma de interpr. dud., quizá
cs o especia. sus+Sf v. sus y 5L dos (cf. tr §§ 3.7.2. y 3.7.3). un producto vegetal lotaje (?\ o una
o abrev. de 1 o-pe-rc, q.v. T unidad de capacidad de áridos (cf. II § rrx v¡ao (= wo-¿o Foivos), unidad para contar productos vegeta-
oLE aceite. 3.7.2.). vR varón. En PY An 7U.4 se repite, les, paca (?1.
oLtY aceitunas. ?11 prob. abrev. de ropió.admitistrado- pem parece que el escriba se ejercita en r2lxlv¡s ctzuelq 6 q (= pi-je-ra3, q.v.).
otfls. oveja ro, dcrynsem (no atestiguada direc- la forma de escribirlo o quiá inch¡so el .2OIt^s bébde o típde G ti-ri-p, q.v.l.
Ovl9b cordero. tamente en mic.). primerc es la "muestra" de otro oficial. .20?§ ti¡a¡illa (= di-pa, q.v.\.
I PA abrev- de pa-ra-v,)a-jo, q.v. I TE abrev- de te-pa (y. te-pa-i\. wa abrev. de wa-na-ka-te-m, q.e. f,20l8 tinqja gru¡de (= q¿-to, q.v.\.
348 Glosario
Floreant: Florcant Studia Mycenaea (10. Mykenologisches Kolloquiunt 30. F. R. Adrados - A. Bemabé - J. Mendoza, 19915: Manuat de Lingüística Indoeu-
April-6. Mai 1995. Sakbury), ed. por S. Deger-Jalkotzky - S. Hiller - o. rcpea" l, Madrid.
Panagl, Viena 1999. A. Aloni - M. Negri, 1989: "ll caso di rrótrrs" , Mínos 24. 139-144.
'V. L. Aravantinos -
Mén I, 4 III, IV: M. Lejeune, Mémoires de philologie mycénienne, I Ptris L. Godart - A. Sacconi, }üll; Th¿bes. Fouilles de la
1958, II Roma 1971,III Roma 1972,lY Roma 1997. Cadmée, I, Les tablettes en linéaire B de la odos Pelopidot+ édi¡ion et
Myc. Stud-: Mycenaean Studies, ed. por E. Bennet, Madison 19ó4. comméntaire, Pisa-Ror-na.
MyKENAiKAt Mlkenaika, Actes du D{e Colloque Intemational sur les textes 2N2: 1hébes. Fouilles de la Cadmée, lll, Corpus des documents d'archi-
-
mlcéniens et égéens (Athénes 2-6 octobrc 1990), ed. por J.-P. Olivier, ves en linéaire B de Thébes (1-433), Pisa-Roma.
Paris 1992. R. Arena, 19ó9: "La cont¡nuazione delle labiovel&ri nei dialetti greci-, SMEA
Res Mycenazae: Akten des WI. Intenationalen Mykenologischen Colloquiums 8: 7 -27.
in Núrnbery von 6.-10 April 1981, ed. por A. Heubeck - G. Neumann, F. Aura Jorro, 1985: Díccionario Micénico, I, Madnd (= DMic,).
Gotinga 1983. 1993: Diccionaio Micénico, II, Mad¡id.
-F.
SMIDT Studies in Mycenaean Insciptions and Dialec*. Las Primeras entre- Bader, 1969: 'De mycénien ,flatompurc, arepazao á. grec ¡rarpono).1g,
gas anuales se publicaron en dos volúmenes de conjunto: L. Baumbach, Sta- ritret$óprog. Le traitement des sonantes-voyelles au prémier millénaire.,
dies in Mycenaean Inscriptions and Dialect 1953-19ó4, Roma 19ó8, Minos 1O 7-63-
1965-1978, Roma 198ó. Tras haberse intemrmpido, la colección ha sido 1970: "Le traitement des hiatus á lajointure des deux membres d'un com-
-
reiniciada por E. Sikkenga et al., Austin 1995, 1997, 1»8, elc. posé nominaf e¡ mycénie[" , Acta Myc. ll: 141-196.
St Myc.: Sndia Mycenaea (1988), ed. por T. G. Palaima - C. W. Shelmerdine - 1992: 'Problématique du génirif thématique: illustrations mycéniennes et
-
P. H.llievski, hva Antika Monographies i{e 7, Scopje 1989. homénques" , MYKENA|KA: t-17.
St. Myc. Brzo: Srudia Mycenaeo. Prcceedings of the Mycenaean Symposium, A. Bartonék 1961: Yjwj konsonantbkého glsténa v Fccqph Diatetacc| enga.
Bmo, April 1966, ed. por A. Bartonék, Bmo 19ó8. l9ó4: "The Phonic Evolution of the s- and z- Signs in Mycenaean-, Sbomik
--'_
Tiactata M!c: Tl.actata Mycenaea, Proceedings of the EiShth Intemational 13 (E, 9): 89-102.
Colloquium on Mycenaean Studies, held in Ohrid 15-20 sePtember ed. 2003:
Handbuch des mykenischen Griechischen, Heidelberg.
-L. Baumbach,
por P H. Ilievski - Lj. Crepajac, Skopje 1987. 1971: "The Mycenaean Greek Vocabulary ll,', Glotta 49; l5l-
Veinte años: F. R. Adrados - J. A. Berenguer - E. R. Lujan - J. Rodríguez 190 (cf. Chadwick - Baumbach, 19ó3).
(eds.), Yeinte años de Filología Griega (1984-2004), Madrid 2006. R. Beekes, l97l: 'The writing of consonant groups in Mycnnea¡t-, Mnemoslne
24: 337 -357.
E. L. Bennett, 198ó: "The inscribed stimrp jar and pinacology", phitia Epe
LrBRos Y ARTicuLos eis Georgion E. Mllonag A¡enas: 136-143.
F. R. Adrados, 1958: "La vocalización de l¿s sonantes indoeuropeas", E tr 26: 1992: 'A
Selection of pylos Tbblet Texts" , MYKENAIKA: lO3-t27.
- 199ó: "Aegean scripts", en P. T. Daniels - W. Bright (eds.l, The Worldb
249-309.
y laingales
-
1973: Esrudios sobrc las sonantes indoeumpeas, Madrid. Writing Systems, Nueva York - Oxford: 125-133.
- 'Micénico, dialectos paramicénicos y aqueo épico",EL 44:.65-113. E. L. Bennett et al., 1989: '43ó raccords et quasi-raccords de fragments inédi-
, -1976:
1990: 'El gen¡tivo temático en -o en miénico y chipriota", en F. Vllar tes dans ¡(f 5", Mrn os 24:. 199-242.
- (ed.'|, Studia Indogermanica et Paleohispanica in honorem A. ?ovar et E. L. Bennett - J.-P. Olivier, 1973: The Slos Tablets Tla nscribed, I Texts and
L. Micheleno, Salamanca: 175-181. ¡Íores, Roma.
352 Bibliografta Bibliogmfa
353
1976: The Pylos Tablets Tlascribed ll Hands, Concotdances, Indices, 1977: El mundo micénico, Mad¡id.
- Roma.
- 1990: Linear B and Related Scipts,1989 (traducción esp.
,. Benner - J. Driessen (eds.), 1998-1999: S¡udies Prcsented to John Killen
- dentro del volu_
men Leyendo el pasado : antiguas escrituras de! cuneiforme
al alfabeto,
(= Minos 33-341, Salamanca. Madrid,2003).
A. Bemabé, 1971: 'Aponaciones al esmdio fonológico de las guturales indoeu- 1996-1997: "Three temporal clauses,', M¡zos 3l-32: 293_301.
-
ropeas", Enr 39. 63-107. J. Chadwick Baumbach, 19ó3: .The Mycenaean Greek Vocabulary,,,
- L.
1976: "Mic. ka-ru-ti-je-ja-o y gr. ra\á\tov", En- 44: 115-119. Glotta 4l:157-271 (cf. Baumbach, l97l).
- 1977i "La yocalización de las sonantes indoeuropeas en griego", Em. 45: J. Chadwick - L. Godart - J. T. Killen - J.-p. Olivier
- 269-298.
_ A. Sacconi - I. A. Sakella-
rakis, 1986 etc.: Corpus o/ Mycenaean Inscriptions
1984: 'Estudios recientes sobre fonética griega", Acnmlizaciín: 275-293. (CoMik), Roma.
lom Knossos
- 1990: "Towards a new interpretation of the Osthoff's Law", Historísche P. Chantraine, 1961: Moryhologie historhue du grcc, pañs (trad.
- Sprac h/ors chung 103: 220-23 5.
española:
Morlología históica del giego, Reus 1974).
1998: 'Hom. ti¡rQíPporos y mic. a-piqo-to, ¿un caso de etimología popu- l9ó8 etc.: Díctionnairc étymologique de la langue grccque: Histoire
- lar?", en L. Gil - M. Manínez Pastor - R. M. Aguilar (eds.l, Cotollo
- des
,¡ors, Paris.
Conplutensís in memoriamJ. S. lasso de la Vega contex!4 Madrid: 39-48. Y.-M. Charue, 1972: 'Les .labiovélaires' myéniennes, leur état antérieur
et
J. A. Berenguer, 2000: Esndio sobrc la.t pañículas indoewopeas con base leur évolution postérieure", RphL 3: 77-95.
consonántica ! laringol, Madrid. A. Christol, 1988: "Restauration de *s ou gémination prophylactique?,,,
J. Best - F. Woudhuizen, 1988: Ancient Scripts from Crcte and Cyprus, Verbum 11: 69-83.
Leiden. C. Consani, 1984-1985: "Per uno studio complessivo dei segni ,fuori
sistema,
C. Brixhe 1979: 'sociolinguistique et langues anciennes. A propos de quelques nefla lineare B",l¡on 6: 197-?27.
traitements phonétiques irréguliers en grec", 8§Z 7 4: 237 -259. L. Conti, 1990: 'Incoherencias gráficas en micénico y cronología relativa
del
1989: "Morphonologie ou morphographémie? A propos de quelques varia- griego del ll milenio", Minema 4: 11-24.
- tions graphiques en grec ancien", 8SZ 84: 21-54. E. Crespo, 1985: 'Palatal Stops in Greek. Reconstruction or
Mycenaean Evi_
1992' "Du 'datif ' mycénien aux protagonistes de la situation linguistique". dence?", Mínos 19: 91-104.
- MYKENAíK4: r29-r57 . E. Crespo - L Conti - H. Maquieira, 2003: Sintaxis del griego clásico,
1996a: Phonétíque et phonologie du grcc ancien I. Quelques gmndes Madrid.
- questions, Lovainala-Nueva. P Darcque, 1992: "Los documentos epigráficos" y ,,La historia del mundo
199ób: 'La palatalisation et Ie consonantisme du mycénien et du grec micénico", en: Treuil - Darcque _ poursat _ Touchais 1992: 293-3OO y
- ancien" , Atti Rona II: 33-49. 327-356.
C. Camera, 1971: "La questione del digamma nel greco miceneo", SME{ 13: P Dardano, 2000: {Jn decenio di studi micenei. Rassegna bibtiogmfca
123-138. (1990- 1997), Roma.
H. W. Catling - J. F. Cherry - R. E. Jones - J. T. Killen, 1980: 'The Linear B Ch. de Lambenerie, 1990: ..Grec mycénien po_RGE_K(»rn: les
nodules de
Inscribed Stirrup Jars and West Crefe" , AnL Brit. Sch. Atlt 75l. 49-113. Thébes et les taureaux de Nestor", Rpá 64: lll-125.
J. Chadwick, 1958,Ihe Decipherment of Linear B, Cambridge (21990). M.r L. Del Banio, 1989: "Patatalización de los grupos *k(h)j, *t(h)j y *tv/ y
1962: El enigma micénico, Madrid (,1973). labiovelar sorda más yod. Estado de la cuestion',, en Actas del WI Con_
- 1964: Reseña de L. R. Palmer, 1963, Gnomon 36: 321-327. grcso Español de Estudios Clásicos, Madrid: l0l_10ó.
-
354 Bibliografa Bibliogmfta 355
1990: 'Problemas de los grupos *k(h)L*t(h)i y *rg en griego", Ena 58: Gramnntik der griechíschen Spmche, II. Teil: Synuxe, Amsterdam:
- 293-310. t21-134.
"501raccords"tqu".i-,"c"o.d.defragmentsdanslestablettesde l9ó4: 'A morphophonemic question and a spelling rule", Myc, Snd:
25-26: 373-411' -
ános.os po't-ff n ' Minos raccords
"175
7l-7 6.
L' Mete¡a - J'-P' Olivier' 192-1993 'A Note on the Date of Grassmann's Law i¡ Gtek", Glotta
L. Godaf - C' Kopaka - J' Mt¡os 27-28" 55-70'
R. Janko, 1977:
t¿blettes de Knossos'' 55: l-2.
de fragmen§ dans les i¡'"" nouveaux textes en linéaire B de La
L. Godsl - Y' Tz¿dakis'
t»t' J. T. Killen, 1996-1997:' 'Mycenaean te-ko-to-(n)a-pc", Minos 3l-32:. 179-
Canee', RFIC ll9: 129-149' 185.
zur Rekonstruktion des
frühgriechischen Pho-
I. Hainal, 1993: "Neue Aspekte J. T. Killen - J. L. Melena - J.-P. Olivier (eds.), 1987: §¡r¿dies in Mycenaean
-nemsYstems"'
IF 98: 108-129' and classiál Grcek presented to John Chadwick (= Mrzos XX-XXII),
KasstrsJ's'¿n ' Berlin - Nu¡v1V1rt<'
1915:Studien zum mykenischen Late Minoan
Salamanca.
- ..The inscriued Stimrp Jars: Implications for eütio¿ Salamanca-
E. Hallager, 1987: J. T. Killen, J.-P. Olivier, 1989: The Knossos Thbles. Fífih
i
tll crete'' '4J'{ 91: 171-190' a notc"' en
Vitoria.
- B' P' Hallager' 2003: "The Linear B inscriptions: F. B. J. Kuiper, l9ó8: "Prehistoric labiovelarc?", Lingu 2l: 269-277,
E. Hallager at
(eds')' ?he Grcek-swelisch Excavations
E. Hallager - B' P' Hallager 2001' vol' R. Lanzweert, 1994: "Grassmann im Griechischen. Zur umstrittenen Chrono-
Khania' 197G1987 and
i*nUi'
the Agia Aiklterini Sq**'' logie eines unbestrittenes l,autgesetzes', en G. E. Dunkel el ¿&i (eds.),
lll.l-2 The Late Minoan IB2 IX
Settlement'Es¡ocolmo: Früh-, Mittel-, S¡titindogennanisch (Akten der Fachtagung dcr
-274'275'
"The first Linear B tablet(s)
Smt
- M' Vfu"tfit s' Plullog"t'
- f
E. Hallager I túo g e rman is c he n G es e I kc haft), Zúrich: I 85-2(X).
29" 24-34' M. Lejeune, I 958: 'Sur les labiovélaircs myéniennes' , Mén l: 283-317 .
trom Kf'ania" ' Kad' os 31: 61-87'
Tablets from Khania'' r(¿ázos
1992: "New Linear B y-, Gloru 38: 183.203.
l9ó0: 'Les sifflantes fortes", M¿,,os 6:87-173 (= Mém Il:.91-1391.
- 1965a 'Enrdes de philologie mycenienne. IX. l¿ génitif singulie¡ them¿-
- Hamp' 1960: "Notes on eily Greek Ptronolog
E. P.
in Greek-' en A' Lubotsky
(ed')' Sou¿d - f'
197: ."Indo-Europ"an initiJ íoa occosion
tique", RPá 39: l4-7-O (= Mám Íll: B-?n).
- analoglt' eop"o aíon* o¡ Roben S' P Beekes on the 1965b: "Restaur¿tion analogique de la sifflante intervocalique', 8Sl ó0:
law and
Lr¡sterda'¡,¡'" 90-94'
- l-7 (= ¡4¿^ III:
o¡ OO AO^ bi'ilhda!' 155-162).
de la langue épiqa¿' Gotinga'
^^^.. ' á- ^¡noe< de l'évolution
358 B¡bliog¡aÍa Bibliogmfia 359
o
...._ l9ó7: "Une présentation du mycénien", REA 69: 280-288 (= Mém' lll:. 1992-1993a: "1ó7 Joins of Fragments in The Linear B Tablets form
239-2471.
- Pylos", Mrzos 27-28: 71-82.
1970: reseña de Ruijgh 1967, Lingua Z5.l: 78-82, l99Z-1993b: '244 loins and Quasi-Joins of Fragments in The Linear B
- 1972 PhonétQue historique du mycénien et du grcc ancien" Pa¡is. -
Tablets form Pylos-, ibid: 307-324.
- 1976: "ke-mycénien et proto-mycénien', 8SI 71,1: 193'2O6. 1999: 'Some Thoughs on the Origin of the Knossos Fragments found in
- 1979: 'La phonologie. L'exemple des labiovélaircs", §llE4 20: 53-68. - 1984 at the Herakleion Museum", F/o¡eant: 363-387,
-M. Lejeune - L. Godart, 1995: "Le syllabogramme *5ó dans le Linéaire B
2000: On the StructurÉ of the Mycenaean Linear B Syllabary I. The
thébain", RIFIC 123: 272'277 .
- unnanslitemted slllabogmns (prcliminary rcpon) , present¿do en et 1 I 6
M. trro¡ 1972: "Sur le double traitement de !- initial en grec", Mélanges Intemational Colloquium on Mycenean Studies celebrado en Austin
Chantmine, París: 105-1 18. (Texas), 7-12 de mayo de 2000 (en prensa).
A. Leukart, 1983: "Gótter, Feste und Gefiisse. Mykenisch -¿zs und -áwros: 2ñ1: Texns griegos micénicos comentados, yiloria.
Strukturen eines Wortfeldes und sein Weiterleben im spáteren Grie-
-J.-L. Melena - J.-P. Olivier, 1991: nT'HEMy, Salamanca.
chisch', Res Mycenaea: 234-257 . J. L. Melena - G. Owens - M. Serr¿no, 1990-1991: "55 raccords de fragments
A. Lillo, 199ó: "On the non-coPulative l¿ ittMycanaean" ,Atti Rotta II: 315-319. dans les tablettes de Cnossos", M¡zos 25-26: 413-417.
A. López Eire, 1969l. Tles cuestiones de dialectología griega, Salamanca. J. Méndez Dosuna, 1991-1993:'On <Z> for <A> in Greek dialectal inscrip-
1t ..._ 1971: 'En tomo a la pérdida de s en gnego", Est.Clás, 15:319-331. tions", Die Sprache 35: 82-114.
E. R. Luján,20O0: 'Sobrc los orígenes de los comparativos indoeuropeos en 1993' -A note on l,¡{yc, a-ze-ti-i-ja, An. opÉuuu¡.Lt and palatalization",
*-tercs" , RSEL 30: 77 -102. - Die Spmche 35:208-220.
2006: 'Micenico", e¡ Veinte años. W. Merlingen, 1954: Beme*ungen zur Spmche von Linear B, Yiena.
-
G. Maddoli (ed.), 1977: ln civilü miceneo- Guida storica e crítica' B¡i. C. Milani, 19ó5: 'Osservazioni su alcune locuzioni micenee-, Kadnos 4:
C. Magueijo, 1980; lntrodugáo ao Grcgo micénico, Lishoa. 129-137.
M. Marazz|1982: La sociedad micénica, Illadrid. 970: "Appunti di lessico miceneo. (1 . ino : ),Lvov , 2, ewotade : ioprtw&\"
N. Maurice, 1985: "Fautes de scribes: pour une critique verbale appliquée aux
- 1
textes mycéniens", Minos 19:. 29-50. ..._ 1988: 'Miceneo we-, cipriota u- ", Minos 23:147-162.
1987: 'Existe-t-il des locatifs singuliers en -¿a en grec mycénien?", D. G. Mille¡, 197ó: 'Liquid plus s in Ancient Greek", Gloaa 54; 159-172.
- IAUES 5:65-74. 1994: Ancient Scipts add Phorological Knowledge, Amsterdan-Filadelfia.
1988: "Analogie et flexion en grec mycénien: le datiflocatif pluriel des
-J. J. Moralejo, 1984: ''Dativo' de plural en griego antigtlo", el Athlorl Satum
- thémes en -z-", Mrzos 23: 117-146. gmmmatica in honorcm E R. Admdol Maüid,I: 339-3ó4.
* 1992: "Le génitif singulier thématique dans l'épopée: difficultés de scan- ..._ 1993: "Asibilación y palatalización en griego prehistórico", Minerva 7:
sion et contribution du grec mycénien' , MyKENAiKAt 407-409. 27-42.
M. Meier-Brúgger, 1992: Giechische Sprachwissenschaft, 2 vols., Berlín - A. Morpurgo-Davies, 19ó0a: 'Il genitivo miceneo e il sincretismo dei casi",
Nueva York. RAL 15: 33-61.
J. L. Melena, 1976 Sobrc c¡ertas innovaciones tempmnas del griego (El tm' 19ó0b: 'L'esito delle nasali sonanti in Miceneo",.R/L 15: 321-33ó.
tamiento de lod inicial y la alternancia pt-/p), Salamanca.
- 1963: Mycetneae Grueciutis Lexico¡L Roma.
.._ 1987: 'On the Linear B ldeogrammatic Syllabogram zE" , Studies J. Chad-
- 19ó9: 'The treatment of *¡ and * / in Mycenaean and Arcado-Cyprian",
w¡ct, Salamanca (= Minos 20-22): 389-458.
- Atti Rona: 781-812.
\
360 Biblíografa B¡bl¡ogrelía 3ó1
1972: "G¡eek and Indo-european semiconsonants: Mycenaean u and w", 1991: "Idg.'9' im Armenischen und Griechischen", ZPSK 44:301-310.
- -
Acta Myc,: 80-121. 1993: "Ein weiterer Fall für das Rixsche Gesetz", en G. Meiser (ed.).
-
-
1983: 'Mycenaean and Greek prepositions: o-pi, e-pi, e8.", Res Myce- Festschríft fir Helnu, R .r, Innsbruck: 373-405.
naea¿:287-310. M. D. Petru§evski, 1972: "wa-na-so-i et le probl¿me de la palat¡lisation en
1987: "Mycenaean and Greek syllabification" , I»actata Mycenaea:91-i04. grec mycénien-,,{cta Mlcenaea ll: 122-137,
- 1985: "Mycenaean and Grek Language" en A. Morpurgo-Davies - Y. 1979: 'Révision de la transcription des syllabogrammes *17 Qal, *20 Qa),
- - *74 ke) et *79 ku?)". Coll. M!c.: 259-265.
Duhoux (eds.): 75-126.
A. Morpurgo-Davies - Y. Duhoux (eds.), 1985: Linear B: a 1984 Sumey, R. Plath, 192: "Die Priisens-Stammbildung d€s mykenischen Verbums',
Lovaina la Nueva" MYI<ENA|'KA: 533-537.
M. Negri, 1994: "Parole non indouropee 'nascoste' nella Lineare 8", en V. 200l-2002: "Nochmals zur Datierung des Grassmannschen Gesetzes im
Brugnstelli (ed.), .§¿z Cam lafet. Atti della 7.a Gíomata di Sndi Camito-
- Griechischen", Gmeco-l,atina Branencia 6-7 : 241-250.
Semitici e Indeuropei (Milano, 1.'giugno 1993), Milán]. 127-132. L K. Probonas, 1983: Av0otro7ic ¡rurqvcLxóu ret¡rérrou, Atenas.
J.-P. Olivier, 1967: I¿s scribes de Cnossos. Essai de classement des archives G. Pugliese Carratelli,1964:. Documenta Myceruee Milín,
d'un palais m!cén¡'e¿, Roma. A. Quattordio Moreschini, 1987: 'Elementi di origine minoica nella suffissa-
1969: Ihe Mycenae Ibble* IV A Revised Tmnslítemtio4 Leiden. zio¡e micenea' , SMEA ?6: 35-57,
- 1997: "Die beschrifteten Tonplomben", en I. Pini (ed.l, Die Tbnplomben 1990: Dal miceneo al grcco a$abetico. Osservazioní sullo sviluppo delle
- -
aus dem N*torpalast von Pylos, Maguncia. labiovelari con pa¡icolarc riteimento alla lingua epica, Pisa.
1999: "Rapport 1991-95 sur les textes en écriture hiéroglyphique crétoise, J. Redondo, 1989: "Myénien da-pu-ri+q de-rc-u-ko: une seule question
- en linéaire A et en linéaire B", Florcant: 419-435. phonétique", Mrzos 24: 187 -198.
J.-P. Olivier - L. Godart - C. Seydel - C. Sourvinou, 1973: Index génémux du E. Risch, 19ó6:' "Les différences dialectales dans le mycénien", Cambridge
linéain B, Roma. Coll.: 150-157.
J.-P. Olivier - J. T.
Killen, 199?: "Ermta et Corrigenda a KT 5 au 04.05.90", 1979: 'l¿s consonnes palatalisees dans le grec du deuxiéme millénairc",
MYKENAIKA: 457-459,
-
Coll. Myc.:267-?31.
J.-P. Olivier - T. G. Palaima (eds.), 1988: Ti2rts, tablets and scribes. Studies 1981: 'Griechisch pirulos und seine Verwandten",2Ant.3l: 29-36.
tn Mycenaean epigraphy and economy offered to E. L. Bennett, Jr,
- 1983: 'Probleme bei de¡ Schreibung von Hiat und Kompositionsfuge im
-
Salamanca, Mykenischen', Res Mycenaea: 37 4-390.
G. Owens, 1990: 'A Linear B Tablet at University College London", BICS H. R'ix, 1976: Historísche Gmmnatik dcs Griechischen Damstadl
37:95-98. C. J. Ruijgh, 196l: "Le trait€ment des sonantes voyelles dans les dialectes
T. G. Palaima, 1988: The Scribes ofPylos, Roma. grecques et la position du mycénien", Mzemosyne 14: 193-216.
L. R. Palmer, 1955: "Observations on the Linear 'B' tablets from Mycenae", L962: Tabellae Mycenenses selectae, l.r.iden,
BICS 2: 36-45.
- grunnube et le vocabulain du gec ,nlcénier\ Ams-
196?: Etudcs sur la
1963 (19692): The Interprctation of Mycenaean Grcek Texts, Oxford.
- terdam.
-L. Palme¡ -
J. Boardman, 1963: On the Knossos Tbblets, Oxford. 1985: 'Pmblémes de philologie myénienne", Jlúnos 19: 105-167.
J.-L. Perpillou, 1987: "év, Évs, é€ en mycénien?", Tmcnta Myc,: 267 -279.
- 1992: 'Uemploi mycénien de -á- int€rvocalique comme consonne de liai- ,l
M. Peters, 1980: Untenuchungen zur Vertetung der indogetman¡schen
- son entre deux morphém*" , Mnemos¡me 45t 433472.
Larygale im Griechische4 Yiena. M. S. Ruiperez, 1947: 'Etimología de Eín', cí»",Em 15: ól-70.
BibliograÍa Bibl¡ograÍa 3ó3
tr62
iir E. Risch zun 75 Gebunsmg, Berlín - Nueva York:241-244' du Néolitique et de l' Age du Brcnze, París 1989 (trad. esp., Barcelona,
... 1987: "Subjunctive forms in Mycenaean texts" ' Tmctata Mlc':323-331' 1992).
1988: "Observations phonétiques et morphologiques sutour de nró}.[s"' A. Uguzzoni, 1986: 'Sulla vicenda delle labiovelari in greco: esitie processi",
- en J. Karageorghis - P. Masson (eds.)' The History of the Grcek Longua- /F 91: 155-185.
ge in Cyprus'. Prcceedings of the 4th Intemational SrmPosium at the F. Vandenabeele - J.-P. Olivier, 1979: l¿s idéogmmmes archéologiques du
Swedis h lrtstihale i n,4r¿e¿s, Nicosia: I 53- 1 ó4' linéahe B, Paris.
.._ 1990'El tratamiento de *-ul- en grie8o", en F. Villar (ed'), Studia Indo' J. Vara, 1984: "Caída de s en griego antiguo y fenómenos concomitantes",
- Minos"La18: 125-207.
les dans le texte homérique"' Mrzos 13: 192-L96. 1983: graphie des groupes de consonnes en mycénien et cypriote",
A. Sacconi, 1969: "La mina nella preparazione degli unguenti Profumati a
C¡oss',Athetueum 47 (= Sadi in onorc ü Piero Meiggi 'Pavia\: ?81-289' 1993: 'Palatalisations grecques: chronologie et classifications des traite-
-
1974a Corpus delle iscrizioni in Lineate B di Micene: Romz' ments", en E. Crespo et al. (eds.), Dialectologica Grueca,Madrid: 331-337.
- S. Voutsaki - J. T. Killen (eds.), 2001: Economy and Politics in the Myce-
1974b: Corpus delle íscrizioni vascolai in Linea¡e B: Roma'
-
J. Safarewicz, 1981: "La valeur des textes mycéniens Pour I'h¡stoire de la lan- naean Polace States, Cambridge.
gue grecque", Eos 69: 119-125. F. J. Waanders, 1947: Sudies in Local Case Relations in Mycenaean Grcek,
M. C. Sánchez Garrido, 1988: "Norma y uso y método generatiYo: el caso de Amsterdam,
la Ley de Grassmann", RSEI l8: 149-1ó8. G. Walberg, 1992: 'ALinear B Inscription from Midea", Kadmos 3l: 93.
R. A. SantiaSo, 1973 (1975): "Mycenaean l-ocatives in -e-a",Minos 14:.11O-122' P. Wathelet, 1969: "Le premier allongement compensatoire en mycénien et
1987: Nombres en <ú9 y nombres en -us, -u en micénico: contribución al chez Homére', ,{¡¡¡ Roma, ll:.815-823.
- estudio del origen del sufijo -eÚ5, Bellaterra. K. T. Wirczak, 1993: 'A B-Series i¡ Linear 8", Kadmos 32: 162-171.
Shelmerdine - J. Bennet, 1995: 'T$o New Linear B Documents from R. D. Woodard, 1994: 'On the interaction of Greek orthography and phono-
-C.
logy: consonant clusters in the syllabic scripts', en: W. Watt (ed.l,Wríting
' Bronze Age Pylos", Kaúnos 34:123-136.
'rrw. Shelmerdine - Th. Palaima (eds.) 1984: Pllos Comes Alive. Industry + Slstens and Cognüion, Dordrccht 311-334.
1997: Grcek Witing fom Knossos to Homer, Nueva York - Oxford.
" Administration in a Mycenaean Pal¿ce, Nueva York. -
L. D. Stephens - R. D. Woodard, 198ó: "The palatalization of the Labiovelars
in Greek: A reasessment in typological perspective",IF 9lt 129-154'
ác+\
{nr,:r';'-i