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SENTENCIA No.

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SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. SALA DE LO
PENAL. Managua, dos de Febrero del dos mil diez. Las diez de la mañana.

VISTOS RESULTAS:
Por medio de auto dictado por la Sala Penal, de esta Corte Suprema de
Justicia, a las nueve y treinta minutos de la mañana del día doce de Junio del
año dos mil nueve, se radicaron las diligencias relativas al recurso de casación
interpuestos por los licenciados José Noel Salazar Ibarra en calidad de defensa
técnica del acusado Roberto Orlando Murillo Barquero y el licenciado José
Ramón Rojas Méndez en calidad de defensa técnica de las acusadas
Sayonara Navas Lau, Carmen María Carmona González y Lucrecia de la
Concepción Zelaya Cáceres, en contra de la sentencia dictada por el Tribunal
de Apelaciones de la Circunscripción Managua, Sala Penal Número Uno, a las
nueve de la mañana, del día catorce de Mayo del año dos mil ocho, la que dio
lugar al recurso de apelación interpuesto por el representante de la
Procuraduría General de la República. Con fecha veintidós de Junio de año dos
mil nueve, a las nueve de la mañana, se celebro audiencia oral y pública,
donde las partes alegaron lo que tuvieron a bien expresando y contestando
agravios y no quedando más que resolver.
CONSIDERANDO UNICO:
Los recurrentes licenciados José Noel Salazar Ibarra y José Ramón Rojas
Méndez, fundamentan sus respectivos recursos en motivos de forma y de
fondo. Esta Sala Penal ha sido del criterio que cuando dicho recurso se
interpone por ambos motivos por razones de orden se debe estudiar en primer
lugar los motivos de forma y después si el caso lo amerita debe hacerse el
análisis de los motivos de fondo. (Ver sentencia No. 11 del quince de Marzo del
año dos mil cinco). No obstante lo anterior, en el presente caso esta Sala se
pronunciara de previo a los motivos de fondo, pues en el caso de ser acogido,
tendrían el efecto de dictarse una sentencia que pondría fin al proceso, y por
tanto no habría razón de pronunciarse sobre los vicios de forma invocado por
los recurrentes. Así las cosas, los recurrentes basan su motivo de fondo en la
causal 2 del arto. 388 CPP, esto es por inobservancia o errónea aplicación de
la penal sustantiva o de otra norma jurídica que deba ser observada en la
aplicación de la ley penal en la sentencia. Argumentando a su juicio que la
acción penal ejercida por la Procuraduría General en contra de sus defendidos
se encuentra prescrita, dado que el último cheque extendido y recibido por el
señor Murillo Barquero fue el nueve de Marzo del año dos mil uno, que la
acusación de la Procuraduría General de la República fue presentada el seis
de Marzo del dos mil seis y que la audiencia inicial con característica de
preliminar se efectuó el treinta y uno de Marzo del dos mil seis. Que desde la
fecha que se emitió el ultimo cheque al día que se realizó la audiencia inicial
transcurrieron cinco años con veintidós días, por lo que es indudable que la
acción penal ha prescrito de conformidad al arto 115 Pn. (derogado) que
establece que en los delitos en que el Ministerio Público tiene la obligación de
acusar o que deba procederse de oficio la acción penal prescribirá a los cinco
años. Al respecto de lo anterior esta Sala Penal expondrá la naturaleza jurídica
de la institución de la prescripción. La prescripción de la acción penal es una
causa de extinción de la acción penal o de la pretensión punitiva estatal que
opera por medio del transcurso del tiempo tas la comisión del delito. Como
refiere el profesor Alberto Binder es un limite temporal al ejercicio del poder
penal de estado, así mismo se señala que desde el punto de vista material la
prescripción es la derogación del Poder Penal de Estado por el transcurso del
tiempo. En este sentido, su consecuencia más importante es que opera como
instrumento realizador del derecho fundamental a la definición del proceso
penal en un plazo razonable. Así las cosas, de conformidad al arto. 116 Pn. el
término de la prescripción comienza a correr desde el día en que se hubiera
cometido el delito, es decir a partir de ese momento comienza un plazo en el
cual puede válidamente ponerse en marcha la persecución penal. Transcurrido
ese plazo sin que se hubiera arribado a una condena, la acción penal, la
pretensión punitiva se extingue por prescripción. No obstante ello, el arto. 117
Pn. (derogado) regula dos hipótesis en la que la acción penal se interrumpe o
se suspende, en el primer caso esta se interrumpe cuando el reo cometa un
nuevo delito y se suspende desde que el procedimiento se dirige contra él.
Establecido la naturaleza jurídica de la figura de la prescripción y su regulación
legal en el código penal derogado, es preciso recordar sobre el conflicto y nada
pacífico tema en la doctrina de la interrupción o suspensión de la prescripción,
fundamentalmente sobre la concreta interpretación de cuándo se considera que
el procedimiento se dirige contra una persona. Al efecto existen dos corrientes
doctrinales con interpretaciones totalmente diferentes. La primera corriente
interpretativa entiende que es suficiente el acto formal de la imputación, es
decir formular la acusación ante el órgano judicial competente, para considerar
que desde ese momento se dirige el procedimiento contra una persona
determinada objeto de imputación a efectos de la interrupción o suspensión de
la prescripción, sin que sea necesario para la interrupción, resolución judicial
alguna donde se admite la acusación. La segunda corriente interpretativa
entiende que no es suficiente el acto formal de imputación para considerar que
el procedimiento se ha dirigido contra la persona objeto de la imputación, y por
tanto es suficiente para interrumpir o suspender la prescripción, si no que se
requiere de la actuación judicial, es decir que dicte una resolución admitiendo la
acusación, por cuanto es el presupuesto imprescindible, para afirmar que el
procedimiento se ha dirigido contra una persona. Así pues esta doctrina estima
que para poder entender dirigido contra una persona, no basta con la simple
interposición de la acusación sino que se hace necesario que concurra un acto
de actuación judicial, pues las actuaciones de parte se califican como meras
solicitudes de iniciación del procedimiento penal, lo que significa que en tanto
no sean aceptadas, no puede considerarse que el procedimiento sea dirigido
contra persona alguna. Expuesto lo anterior, esta Sala Penal se ha inclinado
por la segunda corriente interpretativa, la que ha sido sostenida en diferentes
sentencias dictadas (ver por ejemplo, sentencia No. 19 del dieciocho de Marzo
del año dos mil cinco). Así pues en el presente caso no es suficiente que la
acusación haya sido presentada ante la autoridad judicial, para suspender el
plazo de la prescripción, si no que era necesario que la misma fuera objeto de
pronunciamiento judicial, así que al presentarse la acusación el seis de Marzo
del 2006 y haberse realizado la audiencia inicial el treinta y uno de Marzo de
ese mismo año, transcurrieron cinco años con veintidós días, pues el término
de la prescripción continúo su curso sin haberse suspendido operando en
consecuencia la prescripción de la acción penal a favor de los acusados, de tal
manera que debe revocarse la sentencia dictada por la Sala Penal Número
Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua y en su lugar se dicta
sobreseimiento por extinción de la acción penal por prescripción.

POR TANTO:
De conformidad con lo antes expuestos, disposiciones legales y motivaciones
jurídicas citadas. Artos. 7, 15, 16, 192, 193, 386, 397 y 398 CPP. Los suscritos
Magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, Administrando
justicia en nombre de la República de Nicaragua resuelven. I). Ha lugar al
recurso de Casación interpuesto por los Licenciados José Noel Salazar Ibarra,
y José Ramón Rojas Méndez contra la sentencia dictada por la Sala Penal
Número Uno del Tribunal de Apelaciones de la circunscripción Managua, a las
nueve de la mañana, del día catorce de Mayo del año dos mil ocho. II).
Sobreséase a los acusados Roberto Orlando Murillo Barquero, Sayonara
Navas Lau, Carmen María Carmona González, y Lucrecia de la Concepción
Zelaya Cáceres, por lo que hace al delito de fraude, el que les fuera imputado
por la Procuraduría General de la República. III). Déjese a salvo a las partes
para que ejerzan su derecho en la vía judicial correspondiente. IV). Cópiese,
notifíquese, y Publíquese y vuelvas los autos al Tribunal de origen con
testimonio de lo aquí resuelto. Esta sentencia se encuentra copiada en dos
hojas de papel bond, con membrete de la Corte Suprema de Justicia firmada y
rubricada por el Secretario de la Sala de lo Penal de este Supremo Tribunal. (F)
A. CUADRA L. (F) RAFAEL SOL C. (F) S. CUAREZMA T. (F) A. ALEMAN.
(F) G. RIVERA. (F) ANTE MI: J. FLETES L. Srio.

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