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Nutrición y gestación
Las carencias nutricionales antes de la gestación y durante la misma, podrían
afectar tanto al estado de salud de la madre como al del niño, incluso después
del parto. El estado de salud y nutricional de la mujer antes de la gestación,
condiciona su propia fertilidad, el riesgo de sufrir un aborto o incluso que los
hijos sufran alguna malformación. Por ejemplo la carencia de ácido fólico antes
de la concepción y durante las primeras semanas de gestación, incrementa el
riesgo de la aparición de espina bífida en los descendientes. Otras situaciones
como un control excesivo de peso corporal, anorexia, obesidad, consumo de
tabaco, café y alcohol, pueden afectar a la fertilidad. Además, la carencia de
vitaminas A, C, D, E B 12 o minerales como zinc, selenio, yodo, calcio y hierro,
también pueden originar infertilidad.
Energía
En la gestación, los requerimientos energéticos diarios aumentan de 250 a 300
kcal, aunque es importante establecer dichos requerimientos en función de las
necesidades específicas de la madre.
Hidratos de carbono
Lípidos
Vitaminas y Minerales
- La sal que se utilice para las preparaciones culinarias debe ser yodada, para
evitar así el déficit de yodo. También son fuentes de yodo el pescado de origen
marino, la carne, las verduras, etc.
a) Nauseas y vómitos
- Evitar las comidas copiosas, intentando que sean más ligeras y
distribuidas en varias tomas a lo largo del día.
- Consumir preferentemente hidratos de carbono que faciliten la
digestión como el pan tostado, cereales, etc. Es aconsejable tomar algún
alimento de este tipo antes de levantarse de la cama.
- Si no se toleran bien los alimentos sólidos, se puede optar por
ingerir zumos o bebidas con azúcar, pero que no contengan gas.
- No es aconsejable tomar zumos muy ácidos ni beber agua en
ayunas.
- Evitar la ingesta de líquidos en las comidas.
- No tomar bebidas excitantes como café o té.
- Disminuir el consumo de alimentos ricos en grasas y muy
especiados.
- Se deben evitar los olores de ciertas preparaciones culinarias que
no resulten agradables.
- Limitar los alimentos que no sean bien tolerados.
b) Pirosis o acidez
- Repartir los alimentos a lo largo del día, intentando reducir el
volumen de los mismos.
- Evitar las comidas grasas e intentar comer despacio.
- Es aconsejable no irse a dormir justo antes de comer, evitando la
ingesta de alimentos en las 2 a 3 horas previas. Tampoco es aconsejable
realizar actividad física justo después de las comidas.
- Es aconsejable utilizar ropa cómoda que no oprima.
c) Estreñimiento
- Es importante incrementar la ingesta de líquidos. Las bebidas
calientes (sopas, caldos, etc.) o a temperatura ambiente, mejoran la
motilidad intestinal.
- Consumir preferentemente alimentos ricos en fibra (legumbres,
cereales integrales, frutas, verduras, etc.), siempre que se toleren bien.
- En el organismo, el aceite tiene una función lubricante, por lo que
no se puede eliminar de la dieta de manera drástica.
- Practicar alguna actividad física moderada.
- Se aconseja no tomar laxantes salvo prescripción médica.
Nutrición y lactancia
La leche materna cubre todas las necesidades nutricionales del bebé y está
adaptada a la situación fisiológica propia del recién nacido. Durante la etapa de
la lactancia, las necesidades nutricionales maternas se ven incrementadas
para suplir el esfuerzo metabólico derivado de la producción de leche materna.
El esfuerzo metabólico se dirige a la síntesis de grasas, proteínas y vitaminas
que incluye la leche y que cubrirá los requerimientos nutricionales del niño.
Por otra parte, parece ser que las mujeres con sobrepeso y obesidad previa a
la gestación presentan niveles inferiores de prolactina en el postparto, con unos
ratios más bajos en la iniciación y mantenimiento de la lactancia.
Energía
Hidratos de carbono
Los hidratos de carbono -al igual que ocurre en la gestación-, deben suponer
entre el 45 y el 60% del valor calórico total de la dieta. Es aconsejable
incrementar el consumo de fibra total a 29 g por día.
Proteínas
Lípidos
Vitaminas y minerales
En el período de lactancia, también son de especial relevancia en la dieta de la
madre los micronutrientes. Para evitar carencias o déficit de micronutrientes, a
continuación se describen los más importantes en esta etapa:
¿Sabias qué?
Bibliografía
- Aranceta J, Puleva Food, Senc. Guía práctica sobre hábitos alimentarios y
salud. 2002.
- Mataix Verdú J., Nutrición para Educadores. Ed. Díez Santos. 2005.
-
http://www.naos.aesan.msps.es/csym/alimentacion/categorias/categoria00008.
html
-
http://www.naos.aesan.msssi.gob.es/csym/alimentacion/categorias/categoria00
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