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ÉTICA PROFESIONAL

PRESENTADO POR:

Edisson Chaverra Bello

DOCENTE:

FRANCISCO JAVIER CARMONA

ACTIVIDAD 2

PROGRAMA: ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL

SEMESTRE:

IX

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS.

APARTADÓ – ANTIOQUIA

2019
LA ÉTICA EN ARISTÓTELES

MAPA MENTAL:
ÉTICA:

La ética, dice Aristóteles, tiene como objetivo alcanzar el fin propio del hombre al que se dirigen todas las

actividades humanas, es decir, la felicidad. Mientras que la ética se encarga de la felicidad de un individuo la

política trata de buscar la felicidad de un conjunto social; a su vez, al ser el hombre un ser sociable por

naturaleza, la felicidad del individuo está indisolublemente unida a la felicidad del cuerpo social al que

pertenece por lo que, Aristóteles concluye que la ética es, en realidad, una parte de la política y que debe estar

supeditada a ella: la felicidad del conjunto social es más importante que la del individuo.

Piensa Aristóteles que del mismo modo que, por ejemplo, un manzano tiene una finalidad específica

(dar manzanas) el hombre debe tener una finalidad propia y exclusiva; para descubrir cuál es debemos

investigar qué es el hombre y, según el discípulo de Platón, el hombre es precisamente un ser racional;

la racionalidad es el ser específico del hombre por lo que la felicidad queda definida como “actividad

racional” cuando esta actividad racional esta reglada por la virtud. La actividad racional es una actividad

medida y armónica ya que toda actividad desmedida y sin armonía carece de razón por esto Aristóteles

define que el camino para alcanzar la felicidad, es, de hecho, la búsqueda de un justo medio entre los

extremos. Aristóteles reconoce que es difícil estipular en donde está el justo medio ya que la ética no es

una ciencia exacta como las matemáticas y que en muchas ocasiones no es un punto medio simétrico

entre los dos extremos (el valiente se acerca más al temerario que al cobarde).

POLÍTICA:

El primer concepto que se define en la “Política” es el de ciudad entendida como unidad política

suprema. Mientras que todas las asociaciones buscan un fin específico particular la ciudad busca el fin

supremo que implica a la totalidad: la felicidad de todos los ciudadanos. La polis era para un griego

clásico la forma de organización política acabada mientras que las estructuras estatales extensas como

los imperios no son consideradas aún por Aristóteles como formas de organización política libres, son

demasiado extensas como para que el ciudadano pueda participar políticamente.

Tras definir la polis y su finalidad Aristóteles se propone analizar su origen y su necesidad. Todos los hombres

buscan asociarse para permanecer vivos, la primera asociación natural es la familia que es buscada para la

procreación; después las familias se asocian entre sí para asegurar su subsistencia y de estos clanes de

familias surge la ciudad cuando entre los clanes se ponen leyes comunes para la convivencia. El hombre es un

ser social por naturaleza ya que no puede vivir aislado y sin contacto social; aquel hombre que desprecia la

vida en sociedad sólo puede ser supra humano como un dios o un héroe o infrahumano. El hombre es un ser

social como lo son otros animales gregarios pero Aristóteles afirma que el hombre lo es en mucha mayor

medida que lo son el resto de los animales ya que el hombre además de ser un animal social es un animal

racional; la razón empuja al hombre a buscar lo justo y la justicia es una virtud social de tal manera que el ser
humano necesita de la vida social no solo por ser naturalmente un ser social sino también porque busca la

justicia que es algo que sólo puede encontrar en la sociedad.

Por lo tanto la ciudad no es algo convencional sino que es natural incluso, más natural que la
familia y por supuesto más natural que el individuo ya que aunque la familia y el individuo sean
anteriores en el tiempo la ciudad es autosuficiente, ni el individuo ni la familia lo son, y, además,
cumple el fin total que los individuos y las familias solo persiguen parcialmente: la felicidad.
Aunque todos los hombres son sociales y racionales no todos los seres humanos son ciudadanos.

En una ciudad se considerarán ciudadanos a aquellos individuos que participen del gobierno y de la

justicia es decir, aquellas personas que deliberan y deciden en los órganos de gobierno o que

participen en los tribunales. Son excluidos mujeres, esclavos y extranjeros.

El problema fundamental de la polis es la regulación de las desigualdades. Todo el mundo reclama

justicia y si alguien se subleva contra el gobierno de la ciudad es porque lo considera injusto; también es

cierto que todos consideran a la justicia como una cierta igualdad por lo que si la ciudad ha de buscar la

igualdad deberá saber administrar las desigualdades de sus ciudadanos. La justicia será tratar igual a los

iguales y desigualmente a los desiguales. Existen para Aristóteles tres clases de desigualdades: la

desigualdad económica, la desigualdad en virtud, y la desigualdad numérica. Junto con estas

desigualdades el político debe de tener en cuenta que existe una igualdad básica entre todos los

ciudadanos en cuantos tales ciudadanos libres; armonizar equitativamente esta igualdad con las citadas

desigualdades es lo que se denomina justicia en la ciudad.

Aristóteles creerá que el mejor sistema político será aquel en donde los mejores gobiernen pero como es

difícil determinar quiénes sean los mejores y encontrar hombres que destaquen excepcionalmente del

resto el discípulo de Platón admite que un pueblo reunido puede gobernarse bien. La razón es que aun

cuando individualmente las personas sean mediocres reunidas en conjunto pueden llegar a ser mejores

y más sabias que en solitario pues en la deliberación pública podrán ver los pros y los contras que a un

individuo aislado no se le ocurriría y podrán encontrar soluciones originales que pueden pasar por alto a

particular. Sólo en masas de hombres corruptos es improcedente la deliberación pública. Además

aunque sobre ciertos asuntos delibera mejor el experto que la masa también admitimos que el que vive

en una casa sabe juzgarla mejor que el arquitecto así que podríamos admitir que los que viven en la

ciudad, los ciudadanos, puedan juzgar los asuntos de la polis.

En todos los sistemas políticos correctos para que la ciudad no se fracture en facciones de ricos y

de pobres debe haber abundancia de clase media. No importa que existan ricos y pobres siempre

que unos y otros sean pocos. La clase media es la que da estabilidad al sistema político pues es

enemiga de las revoluciones. Otra virtud de la clase media es que en la ciudad en donde todos

tengan suficiente para vivir bien sin lujos excesivos no se producirá la envidia entre los ciudadanos

y reinará la concordia social que permitirá una convivencia pacífica.

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