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CIENCIAS DEL HOMBRE

ANTROPOLOGÍA

Junto a la morfología y la fisiología clásicas, otras disciplinas trataron de dar


razón científica de la realidad y la vida del hombre durante el siglo XIX: una tan
antigua como la ciencia de Occidente, la psicología; otra ya esbozada en el siglo
XVIII, la antropología física; otra, en fin, rigurosamente nueva, al menos en lo
tocante a su nombre, la sociología. Las tres, en todo caso, estrictamente atenidas
a lo que el ideal y el método de la ciencia eran entonces para el sabio.

Definitivamente acreditado por el título de un libro famoso del filósofo Immanuel


Kant (Anthropologie in pragmatischer Hinsicht, «Antropología desde un punto
de vista pragmático», 1798). el término antropología va a tener en el siglo XIX
varias acepciones distintas. Por lo menos, las siguientes:

a) La acepción filosófica.En algunos casos, por modo puramente especulativo,


fuese mental o fisiológica la materia de la especulación; ejemplos típicos, la obra
de los Naturphilosophen L. Oken y C. G. Carus. En otros, entendiendo como
«filosofía del hombre» el estudio teorético de la condición zoológica de éste.
Desde Lamarck hasta T. H. Huxley y E. Haeckel con el decisivo hito de Darwin
entre aquél y estos la antropología será una biología científico filosófica de la
naturaleza humana. En otros, tratando de enlazar sistemáticamente la metafísica
y el pensamiento científico-natural; eso quiere hacer R. H. Lotze (1817- 1881)
en su Mikrokosmos. En otros, por fin, con el designio de convertir el saber
antropológico en primero y único fundamento de la filosofía y la religión; no otra
cosa se propuso L. Feuerbach (1804-1872).

b) La acepción física o somaticista. Con el nombre de «antropología física»


fue desarrollándose y ampliándose a lo largo del siglo XIX el germen que la teoría
de las razas de Blumenbach había sido a fines del siglo XVIII. Presuponiendo,
claro está, la anatomía y la fisiología clásicas, la antropología física estudia el
cuerpo humano en su conjunto y las variedades típicas que, desde este punto
de vista, en él puedan observarse. Como queda dicho, el primer tema de esta
disciplina fue el de las razas humanas; baste citar los nombres de A. A. Retzius
(1796-1860), J. L. de Quatrefages (1810-1892) y P. Topinard (1830-1911). El
racismo del Conde de Gobineau (1816-1882) no pasó de ser una derivación
histórica y Política de esa viva preocupación científico-natural por las diferencias
raciales. Más tarde, la antropología física abordó nuevos temas diferencias
somáticas dentro de los distintos grupos raciales (craniometrías de W. A. Aitken,
P. Broca, W. H. His y L. Rütimeyer, L. Calori, F. Olóriz, T. V. de Aranzadi y L. de
Hoyos, etc.; dactiloscopia de A. Bertillon); relación entre la forma del cuerpo y la
conducta antisocial (antropología criminal de C. Lombroso, 1836-1909) y entró
en fecunda conexión con la paleontología, la teoría de la evolución y la genética.

c) La acepción cultural. El concepto de una «antropología cultural» nació


con la obra de O. Klemm y, sobre todo, con el libro Primitive Culture (1871), de
E. B. Tylor (1832-1917), en el cual es entendida la «cultura» como conocimiento
descriptivo del «complejo conjunto que forman el saber, las creencias, el arte,
las leyes, la moral, las costumbres y otros hábitos y capacidades que el hombre
adquiere en tanto que miembro de una sociedad». La antropología cultural ha
englobado así la vieja etnología y ha ampliado a todos los niveles históricos de
la humanidad el campo de su atención.

La obra sucesiva de L. H. Morgan (1818- 1881), Ad.. Bastian (1826-1905), J.


Lubbock (1834-1913) y L. G. Frazer (1854-1941) ha sido fundamental en el
brillante desarrollo de esta disciplina antropológica, sobre la cual basan Marx y
Engels una parte de sus análisis histórico-sociales y a la cual se aproximarán,
con sus métodos propios, los sociólogos del primer tercio del siglo xx.

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