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La incontinencia abordada a partir de la ética socráticai es entendida, a grandes rasgos, como

error.
Platón y Aristóteles tomarán ciertos caracteres de esta y la aplicarán de diferentes maneras
para explicar su manera de entender la incontinenciaii.
Si bien las lecturas al respecto demuestran divergencias, se comenzará el trabajo exponiendo
qué es una acción incontinente en sí, para a partir de ahí señalar las diferencias: el agente, en
principio, realiza una acción X de modo intencional. Hay también una acción alternativa (Y)
que el agente podría haber realizado pero este, cree que es mejor X que Y.
Sócrates, en el diálogo Protágoras, postulará cuál es la explicación posible de este accionar
teniendo en cuenta que según la mayoría, uno como agente racional (esto es, conociendo el
bien) escogería a sabiendas aquello que es peor o que nos hará mal y esto es dejarnos llevar
por las pasiones.
Evidentemente esta postura llevará a una irracionalidad de parte del sujeto agente y esto, no
es conmensurable con la ética que se plantea defender.
En el fragmento (Cf. Platón, Protágoras 357c1-357e2)iii se discute con la concepción de la
mayoría y se incurre en una contradicción-¿cómo puedo saber lo que esta bien y obrar en
contra de esto?-. Sócrates sostendrá entonces que no es posible que esto suceda, ya que uno
siempre actuará en pos del bien que considere, dejarnos llevar por las pasiones tendría que
ver con una mala elección a causa de un error cognitivo. Es decir, que si bien la acción no
concluye en un bien real, no se puede considerar incontinente ya que la voluntad participó en
la decisión de este –por el bien-, que al fin y al cabo es lo que determinaría (junto con la
intencionalidad) en la ética socrática la acción moral y, dándose esto el error humano sería
contemplado.
Sin embargo no debe dejarse de lado que este error es del tipo cognitivo ya que el bien
buscado fue un bien aparente y no el real. Hay aquí una ignorancia respecto al bien y, este
error conducirá a un estado de problematizacióniv que generará la búsqueda del
conocimiento, para ahora sí poder alcanzar el fin pertinente.
El lugar de la métrica es fundamental para obrar moralmente. Esta conllevaría a elegir
correctamente – midiendo consecuencias- sin la necesidad de caer en el engaño o auto-
engaño.
Si bien lo postulado no es una posición hedonista v, podemos percibir un lugar para el placer
en nuestros actos (acompañándolos), contrarrestando a las apariencias –que siempre
llevarían a placeres de corto plazo-.
El obrar bien entonces, está relacionado con el buen uso de la métrica, es decir, el calculo de
la mayor medida de placer duradero posible.
Sin embargo, esta concepción hará un fuerte viraje contrarrestándola con el pasaje (Platón,
Gorgias 491e8-492ª3) en que Calicles presenta su postura hedonista sosteniendo que,
debemos dejar que nuestros deseos se hagan tan grandes como sea posible, siendo capaces
de satisfacerlos con decisión e inteligencia, frente a la cual Sócrates manifestará a través de
una posición intelectualista extrema corriendo del plano de discusión al placer.
Vivir rectamente, para Calicles tendrá que ver con la satisfacción de nuestras pasiones y, a
partir de otros pasajesvi se puede sostener que para Sócrates, ahora, tendrá que ver con
dominarnos a nosotros mismos, a nuestras pasiones y deseos. Lo que el filósofo propone es
demostrar es que la felicidad no es satisfacción plena y que los placeres no solo llevan a la
felicidad –también pueden causarnos dolores- vii
. Se distingue aquí la vida buena de la
placentera, con un diferente fin del que se pretende demostrar en el Protágoras donde se las
concibe –a la vida placentera y buena- como lo instantáneo, lo que es en sí mismo bueno.
Como sostiene A.Vigoviii tanto en el Protágoras como en el Gorgias puede verse como el
principio socrático -“nadie yerra voluntariamente”- atraviesa los diálogos.
En el primer caso, concibiendo la incontinencia como un error cognitivo a causa de la
ignorancia, y en el segundo diálogo, se cumpliría frente a la presentación de Calicles como
hedonista extremo que se deja llevar por bienes pero, aparentes confundiéndolos con los
realesix.Demostrándose así la necesidad del conocimiento para no padecer dolores, ni
infelicidad y poder llegar a hacer bien esta distinción.
Aristóteles, tendrá también una fase socráticax pero, no dejará de reconocer la evidente
existencia de la incontinencia en los hechos reales.
En el fragmento ha analizarxi marcará la diferencia con la concepción socrático-platónica. En
primer lugar, distinguirá dentro del conocer –o ciencia- dos maneras o formas: la que se
posee y no se ejercita – capacidad o potencia- y aquella que posee y ejercita -acto-. Hará
también, la necesaria distinción entre tipos morales ya sean: virtudes – moderado-, vicios –
intemperante- y modos de ser o conductas fraccionadas –incontinente y continente- . Todos
los que posean alguna de estas tendrán una manera de conocer y también de decidir frente a
la acciónxii, lo que los diferenciará claramente será la forma de deliberación.
Aristóteles propone el silogismo prácticoxiii, un razonamiento del cual el resultado será una
acción donde el deseo y el conocimiento participan, en todos los casos, y donde lo
determinante será el tipo de conocimiento manejado por el agente y su capacidad
deliberativa.
En el caso del moderado, la ejecución de la acción partirá de una sola premisa (la de la
moderación) donde no se presentaría un conflicto interno xiv. En la situación de un agente
intemperante, solo se presentará la premisa del apetito y tampoco se verá ningún conflicto ya
que participa del vicioxv.
El conflicto de la deliberación se observa en las dos conductas fraccionadas; el continente
por un lado, posee en el lugar de la 1er premisa, dos – del apetito y de la moderación- frente
a estas optará por la de la moderaciónxvi.
El incontinente, como puede observarse en el pasaje de Ética Nicomaquea VII 3,1147b9-13,
también posee ambas y solo actualizará la del apetitoxvii.
No importa el tipo de conocimiento que manejan, sino que existe – es decir, que hay
conocimiento- y esto, sumado al deseo dará con la necesidad de la toma de decisión – que
siempre tendrá lugar gracias al encuentro dado entre los dos tipos de deseos: uno nutrido por
la parte racional y el otro por la irracional/viciosa- . Lo que influye determinantemente en
esta es la actualización de la 2da premisa que se realice (si esta llegara a realizarse).
El problema que se da, en el caso del incontinente entonces es que, la última premisa es una
opinión (potencia) de lo sensible que se subsume a la premisa mayor del apetito en cuanto al
sujeto o al objeto, según le convenga.
Puede verse entonces, como el intelectualismo socrático atraviesa las lecturas éticas de
Platón y Aristóteles, más allá de las diferencias, siendo siempre necesario para el actuar – el
conocimiento-. Si no se conoce, no se puede actuar.
La gran diferencia entre estos dos autores se da, en el primero: atribuyendo la calidad de
excluyentes a los estados ignorancia y conocimiento en cambio, Aristóteles concederá al
conocimiento un lugar fundamental pero distinguiéndolo entre, potencial y actual, dando la
posibilidad y justificación a la explicación que merecía –y no conseguía- la realidad dada en
la incontinencia.
i
Debe tenerse en cuenta el principio universal que atraviesa la ética socrática: nadie que conozca el bien, actuará en contra de
este.

ii
En diferentes fragmentos de las siguientes obras:
Gorgias (Platón), Protágoras (Platón), Ética Nicomaquea (Aristóteles).

iii
PLATÓN, Protágoras 357c1-357e2: “Nos lo preguntaron, si recuerdan, cuando acordamos unos con otros que nada es más
dominante que el conocimiento, sino que él siempre domina aún cuando el hombre sabe, y como nosotros no estuvimos de
acuerdo, a continuación nos preguntaron: “Protágoras y Sócrates, si este padecimiento no es ser derrotado por el placer,
¿entonces, qué es y cómo lo llaman? Dígannos.” “Si directamente les hubiéramos dicho que es ignorancia, se habrían reído de
nosotros; pero si ahora se rieran de nosotros, también se reirían de ustedes mismos. Pues ustedes quedaron de acuerdo en que
es por carecer de conocimiento que los que se equivocan no dan en el blanco en la elección de los placeres y de las penas-que
son los bienes y los malos-, y no solamente quedamos de acuerdo anteriormente en que se trata de la carencia de
conocimiento, sino precisamente de la técnica métrica. Pues la acción sin conocimiento que no da en el blanco, lo saben
perfectamente, se realiza por ignorancia. De modo que “ser derrotado por el placer” eso es: la mayor ignorancia”.

iv
Concientización de ignorancia, estado de aporía.

v
Ya que no reconoce una igualdad entre bien y placer.

vi
Platón, Gorgias 495ª2-c3/495e3 – 497ª/ 497e8-500ª6.

vii
Ya que el dolor y los placeres conviven, hay tanto placeres útiles como perjudiciales, y dolores buenos como malos. En
cambio, nunca se asumirá la convivencia entre felicidad y desgracia.

viii
En Auto-distanciamiento y progreso moral. Reflexiones a partir de un motivo de la ética socrática.

ix
Aunque luego se verá “impulsado” a afirmar la necesidad de conocimiento para distinguir el bien real del aparente -en
Gorgias 500ª1- 500ª6.-

x
Lo avalará respecto a la necesidad de conocimiento para la acción moral.

xi
Aristóteles, Ética Nicomaquea VII 3,1147b9-13: “Pero como la última premisa es una opinión acerca de lo sensible y
determina las acciones, [el incontinente], al ser presa de la pasión, o no la posee o la posee en la forma en que poseer no
equivale, según dijimos, a tener ciencia sino a decir a la manera en que el ebrio [dice] los [versos] de Empédocles.”

xii
Decisión que participa tanto, una parte o polo desiderativo como uno cognitivo. Donde el deseo será siempre el que
movilice a realizar la acción (pudiendo ser volicioso, del apetito o un impulso)
xiii
El silogismo práctico, contaría con una premisa general – como un principio que puede ser tanto del bien como universal-
donde se enuncia algo que, al menos en esas circunstancias, es bueno. Y, otra premisa particular – o de lo posible- que da
cuenta de una circunstancia que puede ocurrir o no, y que tiene que ver con una de las dos cosas sujeto u objeto- planteadas
en la primer premisa.

xiv
Silogismo del moderado (Ej.) I)Lo dulce es perjudicial para la salud del hombre
II)Esto es dulce
No lo como

xv
Silogismo del intemperante (Ej.) I)Lo dulce es placentero
II)Esto es dulce
--------------------------------------------------------------------------------------
Lo como

xvi
Silogismo del continente (Ej.) I)Lo dulce es perjudicial para la salud I)Lo dulce es placentero
II) Esto es dulce
-----------------------------------------------------------------------------------------
No lo como

xvii
Silogismo del incontinente (Ej.) I)Lo dulce es perjudicial para la salud I)Lo dulce es placentero
II)Esto es dulce
-------------------------------------------------------------------------------------
Lo como

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ARISTÓTELES. (2007), Ética Nicomaquea, en Colihue, Trad. E. Sinnot, Buenos Aires,


Libro VII, pp. 233-282

PLATÓN. Gorgias 491d8-492c9/495ª2-c3/495e3-497ª/497e8-500ª6.

PLATÓN. Protágoras 347d2-357e2.

PLATÓN. (2006), Protágoras, en Losada, Trad. M. Divenosa, Buenos aires,


Introducción 6.4 “Placer y conocimiento”/ 6.4.1 “Hedonismo socrático”, pp. 75-92

VIGO, Alejandro. (2003), “Autodistanciamiento y progreso moral. Reflexiones a partir


de un motivo de la ética socrática”, Revista de estudios de filosofía platónica y cristiana Vol.5,
pp. 66-81

VIGO, Alejandro. (2006), Estudios Aristotélicos, en EUNSA, Barañáin (Navarra)-


España, Cap. XI “incontinencia, carácter y razón”, pp. 328-346

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