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Acción de simulación y acción pauliana: Diferencia

Podrían llegar a confundirse estas dos acciones, pues el motivo para


iniciarlas puede ser el mismo: retornar los bienes que salieron del
patrimonio del deudor, para poder ejercer acciones de cobro.

Sin embargo, es preciso tener en cuenta que existen unas líneas muy
delgadas que las separan, pero que pueden ser determinantes para la
prosperidad de la acción invocada.

En eventos el deudor se insolventa para evitar acciones ejecutivas de


cobro y así evitar un posible embargo a sus bienes, y esto lo puede hacer
de dos maneras:

- Mediante una compraventa REAL y EFECTIVA; y


- Mediante una compraventa inexistente (Simulada, o ficticia)

Cuando suceda lo anterior, el acreedor puede iniciar las acciones


Pauliana o de Simulación, pero, ¿Cómo saber cuándo se trata de una o de
otra?
Pues para poder entender y no equivocarse en su invocación, pues esto
conllevaría a un fatal desenlace del proceso ocasionando la pérdida de
oportunidades para hacer el cobro respectivo, es conocer la diferencia
entre una y otra.

Es preciso señalar que una de las diferencias, por no decir que la más
importante, radica en la calidad del negocio jurídico realizado por el
deudor para insolventarse.

Si el deudor vendió sus bienes de manera real y con todas las exigencias
de la ley para este negocio jurídico, la acción que debe interponerse es la
Pauliana, pues se pretende la resolución de dicho contrato de
compraventa o de la escritura, para así conseguir que los bienes regresen
a su estado inicial, es decir, en el patrimonio del deudor.

Por otro lado, cuando la venta se realizó simulada, es decir, nunca existió
una entrega de la cosa, ni entrega del dinero, simplemente el deudor puso
a un familiar o amigo en las escrituras para engañar fraudulentamente al
acreedor, la acción correspondiente sería la de Simulación, pues su
pretensión es que el juez decrete la inexistencia de dicho contrato, pues
ese negocio jurídico nunca existió realmente, todo fue simulado.

Como conclusión se puede rescatar, principalmente, que, por un lado, la


Acción Pauliana busca revocar una venta real, en cambio, la Acción de
Simulación busca declarar que nunca existió ese contrato.

Aunque a primera vista la acción pauliana y la acción de simulación son similares,


existen varios aspectos que las hacen completamente diferentes.

Cuando un deudor se insolventa para evitar que el acreedor le embargue sus


bienes, puede hacerlo mediante una venta real o efectiva, o mediante un traspaso
de bienes a un familiar o amigo (testaferro), pero tal traspaso será sólo en
apariencia, simulado.

Frente a estas maniobras fraudulentas del deudor, el acreedor puede recurrir a la


acción pauliana o a la acción de simulación, y para saber cuándo utilizar una u otra,
es importante conocer sus diferencias.
La principal diferencia radica en el tipo de negocio realizado por el deudor para
insolventarse.

Si el deudor vendió sus bienes mediante un negocio jurídico real, con todas las de
la ley, la acción que se ha de seguir es la pauliana, con la cual se busca que el juez
ordene la revocación del contrato de compraventa o de la escritura, de manera tal
que los bienes regresen al patrimonio del deudor a garantizar la deuda con el
acreedor.

Cuando el deudor vendió sus bienes de forma simulada, es decir, que hizo que un
familiar o amigo apareciera en las escrituras, pero sin cederles la real propiedad de
los bienes, lo que procede es la acción de simulación, con la cual se busca que el
juez ordene la inexistencia del contrato o escritura respectiva, puesto que no hubo
tal negocio, ya que todo fue simulado, en apariencia para engañar al deudor.

Aquí sea advierte claramente la principal diferencia entre estas figuras: La acción
pauliana busca revocar un negocio real y efectivo. La acción de simulación busca
declarar que ese negocio nunca existió. En una se revoca el negocio y en la otra se
declara inexistente, dos conceptos muy diferentes.
Otra diferencia importante tiene que ver con el aspecto probatorio. En la acción
pauliana, cuando el negocio jurídico ha sido oneroso, hay que probar la mala fe del
tercero que compró los bienes vendidos por el deudor, mientras que en la acción de
simulación para nada importa la buena fe de ese tercero.

Esto de comprobar la mala fe del tercero es complicado, ya que es difícil probar que
la persona que le compró los bienes a quien se insolentó, lo hizo de mala fe, en
confabulación para perjudicar al acreedor, y si esa mala fe no se prueba, la acción
pauliana no prospera.

Existen otras diferencias que luego iremos abordando, de manera tal que se pueda
profundizar un poco más en este tema que puede resultar de interés general para
cualquier persona que en cualquier momento se puede ver afectada por una
situación de estas.

SIMULACION.

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