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posee problemáticas importantes respecto a los métodos que se emplean en las escuelas públicas,
hoy seguimos implementando métodos tradicionales que difieren con las necesidades de la
educación actual. La calidad educativa es un tema relevante en la educación contemporánea, busca
que los alumnos desarrollen no sólo conocimientos, sino también habilidades y valores que les
ayudarán a desenvolverse durante toda su vida.
Sus principios pedagógicos postulan la naturaleza del aprendizaje activo, una renovación
transformadora que pone en el centro de interés al niño como referente del aprendizaje y no la
escuela o los contenidos; además propone el cooperativismo escolar como una consecuencia de la
dinámica escolar que permite que entre los estudiantes interactúen, propongan, pero sobre todo
que ejecuten lo aprendido como una extensión de la realidad; lo que se aprende en la escuela es
útil para la vida.
Si bien, la Escuela Moderna de Freinet encuentra sus orígenes en la Escuela Activa más que
en el constructivismo; los nuevos métodos que propone, buscan renovar el ambiente en la escuela,
cambiar las condiciones en las que da el proceso de aprendizaje; así como la transformación de la
práctica pedagógica del docente en el aula.
Cuando tenemos en cuenta que el objetivo de la pedagogía es crear un proceso consciente
que establezca los principios que dirijan la conducta del hombre hacia el porvenir, vemos que la
metodología tradicional adoptada en las instituciones públicas no es la apropiada para garantizar el
cumplimiento de este proceso, debido a su naturaleza individualista que concibe al maestro como
el único poseedor de conocimiento en el aula de clase, mientras que considera al alumno como una
tábula rasa, ignorando por completo los conocimientos que ha adquirido antes del ingreso a la
escuela, y, una vez allí, se limita a depositar determinados datos en su mente sin tener en cuenta
sus capacidades ni su interés en el tema y sin explicarle el verdadero significado de estos datos o su
relevancia en la vida práctica. Si bien es importante que el estudiante adquiera estos conocimientos,
esta no es la forma ideal de impartirlos, pues al obligarle a memorizarlos no se consigue un
verdadero aprendizaje, el estudiante almacenará estos datos en su memoria mientras los necesita,
pero los eliminará prontamente después de haber sido evaluado. En cambio, cuando el proceso se
lleva a cabo a través de la experiencia y de un modo natural, en el que el alumno puede relacionar
las temáticas de la clase con su vida diaria, es mucho más probable que los conocimientos perduren
en su mente. Freinet, consciente de esto, fundamentó su pedagogía en el llamado “método natural”,
bastante similar al método que utilizó el pedagogo brasilero Paulo Freire para alfabetizar
campesinos marginados en Brasil y Chile: reconocer los conocimientos previos y emplearlos como
base de los nuevos. De hecho, debido a su concepción cooperativa, podrían entenderse ambas
pedagogías como complementarias, siendo la de Freinet una pedagogía dedicada a la educación del
hombre en las primeras etapas de su vida, mientras la de Freire se enfoca exclusivamente en el
hombre adulto.
Las ideologías de ambos educadores son afines en otros aspectos: la convicción de que la
pedagogía de calidad debe estar al alcance de todos, sin importar su clase social o económica, es
decir, debe ser una pedagogía anticapitalista; el propósito de desarrollar una pedagogía que sirva
para crear una conciencia democrática y activa políticamente; y el deseo de orientar el aprendizaje
hacia el futuro, formando personas que puedan ser útiles a la sociedad y contribuyan a transformar
el mundo. Freinet, al igual que Freire, creció en un ambiente rural donde el Estado no se preocupaba
por la educación de sus ciudadanos, esto despertó en él un interés por la pedagogía, que aunado
a las dificultades derivadas del escaso presupuesto escolar que tuvo que superar mientras ejercía
su profesión en un pequeño pueblo de Francia, le llevaron a crear una pedagogía popular, para las
clases trabajadoras, en la que el alumno participa activamente en el proceso y ayuda al educador a
determinar el camino por el cual llegará a adquirir el conocimiento. En su ideal de escuela, la
verdadera educación surge naturalmente, sin imposiciones externas al servicio del poder
establecido; la renovación de la escuela implica separarse de la escuela tradicional y capitalista para
impedir que imponga una actitud de obediencia y domesticación sobre el pueblo, y apoyar la lucha
por una escuela crítica, libre y desalienadora. Adicionalmente, esta escuela debe ser activa, debe
estar vinculada tanto al medio en que se trabaja como a los intereses de los niños, centrarse en sus
posibilidades, necesidades y deseos para alimentarlas y hacerlas desarrollar por medio de
actividades lúdicas y trabajo acorde con su edad, de esta forma la educación parte del propio interés
en aprender, y deja de verse como una imposición sin sentido. El propósito de esta educación es
entonces la formación de individuos sociales, capaces de reconocer sus fortalezas y ponerlas al
servicio de un trabajo conjunto que contribuya a mejorar su condición y la de sus congéneres.
Para Freinet, el aprendizaje debe surgir de la relación entre acción y pensamiento: al lograr
que el niño haga pensando y piense haciendo las acciones que lleva a cabo cotidianamente perderán
su carácter mecánico y pasarán a ser una fuente natural de aprendizaje. En cierta forma, está
pedagogía establece una continuidad entre lo que el niño aprende en su entorno social y familiar, y
lo que aprende en la escuela. Al mismo tiempo, su intención es des intelectualizar los procesos de
adquisición, lograr que el niño aprenda en la escuela como aprender en la vida: de la misma forma
que hablando y andando es como el niño pequeño aprende a hablar y a andar, leyendo, escribiendo
y calculando es como el niño mayor debe aprender a leer, escribir y calcular. Este método de
aproximaciones sucesivas de ensayo y error es conocido como “método del tanteo experimental” y
es la base de las técnicas diseñadas por Freinet. Cada vez que el niño realiza una nueva actividad
está experimentando en un medio lleno de posibilidades, probablemente se equivocará la primera
vez, pero esta experiencia quedará en su mente y le servirá para orientarse y mejorar cuando vuelva
a realizar dicha actividad, hasta que consiga un resultado satisfactorio. Una vez se tiene la base de
este aprendizaje práctico se puede pasar al análisis de los principios y reglas que constituyen la parte
teórica del conocimiento, lo cual ya no resultará un proceso extraño y engorroso para el niño, puesto
que lo puede relacionar con sus vivencias. Para los educadores tradicionales, este proceso
“invertido” del aprendizaje no tendría ningún sentido, pero Freinet considera que el origen del
conocimiento no es la razón si no la acción, la experimentación, la observación y el ejercicio.
Una de las técnicas desarrolladas por Freinet que considero más interesante es el texto libre:
una composición oral y escrita producida por los mismos niños, acerca de temas que ellos mismos
plantean y que se relacionan directamente con sus experiencias. Estos textos son publicados
por una imprenta escolar, allí comprende el niño que si aprende a escribir es para ser leído, que
su palabra tiene tanta importancia como la de un adulto, y crea así en él la conciencia crítica de su
responsabilidad en la sociedad, el reconocimiento de la importancia de las opiniones ajenas y la
necesidad de respetarlas. Además, este método de producción de textos despierta en ellos el deseo
de expresarse cada vez mejor, llevándolos a interesarse auténticamente por el conocimiento de la
gramática y la ortografía.
Otro problema es, paradójicamente, el difícil acceso que las clases trabajadoras tienen a
instituciones educativas con esta metodología. El escaso presupuesto que el Estado asigna al
sistema educativo hace que la demanda de escuelas públicas sea muy superior a la oferta, por lo
que es común ver salones atestados de niños y pocos profesores que se encarguen de ellos. Para
que el maestro llegue a tener un conocimiento profundo de los intereses, capacidades, fortalezas y
debilidades de cada niño es indispensable que se garanticen ciertas condiciones de tiempo y
espacio, condiciones imposibles de cumplir cuando se trata de cuarenta niños por cada profesor,
trabajando en jornadas estrechas. Sobra añadir que el presupuesto tampoco es suficiente para
cubrir los costos de los materiales didácticos que ayudarían a los niños a facilitar su exploración del
mundo.
Olivera, Paco. “Una clase Freinet hoy”. Revista Cuadernos de Pedagogía, N° 163 (1988)
• Freire, Paulo. 2010 [1970]. Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI. (Selección)