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BOSQUEJO Nº 13

TEMA: VENCIENDO EL ESTRÉS


Y LA ANGUSTIA

Introducción
¿Sufres de estrés, angustia, ansiedad? La vida es muy corta como para no disfrutarla
¿Porqué entonces nos empecinamos en confiar en nuestra suficiencia a sabiendas de que
necesitamos ayuda? Cualquier persona puede frenar tu entusiasmo, al menos por un
tiempo; pero solamente tu puedes detenerlo definitivamente. Considera estas claves para
combatir el estrés...

I. Identifica QUÉ te hace sentir así.

A. ¿Un problema familiar? ¿El trabajo? ¿Muchas responsabilidades?


(Éx.1:8-11; Éx. 6:6-8).

B. ¿Quizás sean temores? ¿Temor al futuro? ¿Temor por la salud? ¿Temor por la
economía? ¿Temor a fracasar? (Job 18:5-21; Prov. 1:22-27).

C. Analiza: Acepta lo que NO puede ser cambiado, y empieza a cambiar lo que SI se


puede cambiar. (Deut. 29:29; Mrc. 9:23; Mat. 19:26; Lc. 18:27).

D. Entiende que muchas de las cosas o eventos que nos preocupan en realidad
NUNCA llegan a ocurrir. (Deut. 1:21-30).

II. Enfrenta la vida con una actitud positiva.

A. No seas pesimista acerca de ti mismo y de las situaciones.


(Sal. 23:4; 27:3; 27:10; 40:17; 46:2-3; 55:18).

B. No te maltrates tratando de alcanzar expectativas irreales tuyas o de los demás.


(Sal. 118:7-8; Pr. 29:25; Is. 51:12).

C. No eres un superhombre tampoco eres una supermujer. Haz lo mejor que puedas
con lo que tienes. (Mat.11:27-30).

D. Reconoce que el mayor problema no es lo que sucede, sino cómo lo enfrentas, tu


actitud. (Is. 30:15; Jer. 6:16; 1 Jn 5:3).

III. Toma decisiones oportunas.

A. Haz un alto y organiza tus actividades cotidianas. (1 Cor. 14:40; Col. 2:5)

B. Date tiempo para relajarte y descansar. El descanso es una inversión.


(Sal. 62:5; Pr. 14:33; Heb. 4:1-2).

C. Establece prioridades en tu vida. Lo urgente no siempre es lo más importante.


(Marcos 12:28-34).
D. Determina metas realistas diarias que puedas conseguir.
(Mat. 6:25-34).

IV. Reconoce que la vida no es fácil.

A. Siempre habrá problemas que enfrentar (2 Cor. 4:5-9).

B. Los fracasos tienen la virtud de pulirnos en la vida y madurarnos el carácter.


(Sal. 119:71; Lament. 3:19-23).

C. Los desafíos más exigentes nos ayudan a replantear nuestras vidas y cambiar.
(Prov. 21:31; 1 Cor. 15:57).

D. Cuando caemos, podemos levantarnos con más fuerza. (Prov. 24.16; Sal. 34:19).

V. Tienes opción. No tienes que enfrentar sólo(a) los desafíos de la vida.

A. Dios conoce perfectamente tus frustraciones, temores y anhelos. (Is. 41:10)

B. Dios quiere acompañarte y darte paz en medio de los problemas. Recuerda:


Después de la tormenta, siempre sale el arco iris…

VI. Conclusión

Dios nos otorga la paz necesaria para sobrellevar la ansiedad. Es el resultado de buscarle
de veras y ser agradecido con el Señor. Salir adelante, en medio de situaciones difíciles, es
posible por medio de Jesucristo. ¿Quieres saber cómo alcanzar esta bendición?

IV. Modelo de Invitación para Aceptar al Señor Jesucristo:

Señor Jesús:
Gracias por el amor que me tienes. Gracias porque decidiste morir a causa de
mis pecados en esa cruz. Entiendo que tu sacrificio está vigente hoy y que yo
necesito de Ti. Te abro la puerta de mi vida y de mi corazón, y te reconozco
como mi Señor y Salvador. Sé parte de mi estilo de vida. Guíame, y hazme la
persona que Tú esperas que sea. Gracias porque hoy me regalas una vida llena
de bendición y propósito. Amén.
BOSQUEJO Nº 14
TEMA: CÓMO DERROTAR
LA CRISIS ECONÓMICA

Introducción
¿Te está agobiando la crisis económica? Si realmente deseas cambiar tu condición, con
una decisión a no darte por vencido puedes cambiar el giro de tu destino. Si la vida te da un
limón, ¡haz una limonada! En la vida no hay víctimas, solo voluntarios a serlo. Aunque las
cosas estén mal… ¡nunca te rindas! Es de sabios aprender de los errores propios.
Considera estas reflexiones, de manera pausada, para derrotar a la crisis económica...

I. Reconoce la necesidad de cambiar.

A. Siéntate y con calma haz un diagnóstico de tu condición económica actual.


(Is. 1:16-19).

B. ¿Haz cometido errores en el pasado? ¿Haz tomado malas decisiones? ¿Quizás


piensas que haz tenido “mala suerte”? (Sal. 19:12-13; Mat. 6:19-21).

C. Sé honesto(a) contigo mismo(a). Reconoce tus responsabilidades en tu situación


económica actual. (Ez. 18:4; Gál. 6:7-8).

D. Acepta las cosas difíciles que NO puedes cambiar y enfréntalas. Empieza a cambiar
aquellas que SI puedes cambiar. (Deut. 29:29; Mrc. 9:23; Mat. 19:26; Lc. 18:27).

II. Entiende que la crisis trae enseñanzas para ti.

A. En la vida siempre habrá desafíos y problemas que enfrentar. (Ecle. 1:3-8).

B. Los fracasos tienen la virtud de pulirnos y madurarnos (Is. 35:3-4; Pr. 4:26-27).

C. Los desafíos más exigentes nos ayudan a replantear nuestras metas de vida.
(Ef. 5:13-17).

D. Cuando caemos, podemos levantarnos con más fuerza (Sal.71:20-21).

III. Toma decisiones oportunas.

A. Haz un alto y piensa las alternativas que tienes para salir de la crisis.
(Sal.23:4; Is. 12:2-6; Sal. 62:5-7).

B. Sé realista. Elimina actividades, rutinas y gastos innecesarios.


(Ef. 5:15-16; Col. 4:5; Lc. 14;28-33).

C. Reemplaza todo sistema que no te haya funcionado adecuadamente en el pasado.


(Col. 3:5; Ef. 4:22-24).

D. Busca decididamente nuevas fuentes de ingresos (Jer. 17:13; Hch. 20:32-35).

IV. No te desesperes; siempre hay una salida.

A. No te paralices emocionalmente. Este momento pasará (Is. 35:1-10).

B. Comunícate más con tu familia. Únete más con ellos (Lc. 15:11-32).

C. Reconoce que necesitas ayuda. Busca consejo de amigos maduros (Am. 5:4).

D. Rechaza todo pensamiento de desesperanza y falta de fe (Fil. 4:6-7).

V. Tienes opción. No tienes que pasar sólo(a) por esta situación difícil.

A. Dios conoce tus angustias, tus luchas y quiere ayudarte a vencerlas (Is. 54:4-17).

B. Él tiene reservada para ti una mejor vida; por eso, ¡toma en cuanta a Dios!
(Pr. 1:7).

VI. Conclusión

Es erróneo pensar que somos víctimas del destino o de las decisiones de otros. Muchas de
las situaciones por las que pasamos son producto de nuestras propias decisiones, y con
frecuencia de malas decisiones. Las malas decisiones no se dan porque seamos tontos,
sino porque existe una naturaleza pecaminosa en nuestro ser, que nos hace ser
caprichosos o egoístas, y de la que necesitamos ser salvados. ¿Desea saber cómo?…

IV. Modelo de Invitación para Aceptar al Señor Jesucristo:

Señor Jesús:
Gracias por el amor que me tienes. Gracias porque decidiste morir a causa de
mis pecados en esa cruz. Entiendo que tu sacrificio está vigente hoy y que yo
necesito de Ti. Te abro la puerta de mi vida y de mi corazón, y te reconozco
como mi Señor y Salvador. Sé parte de mi estilo de vida. Guíame, y hazme la
persona que Tú esperas que sea. Gracias porque hoy me regalas una vida llena
de bendición y propósito. Amén.
BOSQUEJO Nº 15
TEMA: SUPERANDO LOS CONFLICTOS
DEL MATRIMONIO

Introducción
¿Estás experimentando problemas en el matrimonio? Empieza el cambio ahora. El
matrimonio no es un duelo; es un DÚO. Te puedes cansar pero ¡nunca te debes rendir! Si
realmente deseas cambiar con tu decisión a no darte por vencido, entonces no hay
secretos: ¡Si tu quieres, puedes! El fracaso es la oportunidad para volver a empezar con
mayor inteligencia. Considera, a manera de reflexión, estas claves para superar los
conflictos en el matrimonio...

I. No te enfoques sólo en las debilidades de tu cónyugue.

A. Tú tampoco eres perfecto(a), así que no es justo ver sólo lo malo de tu pareja.
(Rom. 2:1; Mat. 7:1-5).

B. Recuerda las cosas que admirabas de tu pareja y los buenos tiempos que
disfrutaban juntos (Cant. 2:3-14).

C. Las diferencias no son amenazas. Tú tienes lo que al otro le falta y viceversa.


(1 Cor. 12:21-27; Gén. 2:24; Mat. 19:3-9). [Lo mismo se aplica a la mujer].

D. Piensa positivamente. Podemos mejorar. No hay peor lucha que la que no se pelea,
en lo que a mejorar nuestras actitudes se refiere (Ef. 5:21-33; Col. 3:18-19).

II. No puedes cambiar al otro pero puedes empezar a cambiar primero TÚ.

A. Tu cónyugue necesita cambiar; pero NO LO HARÁ bajo tu presión y tu insistencia.


(Zac. 4:6; Sal. 20:7-9).

B. Piensa qué actitudes y acciones tuyas ayudarán a la actual situación de conflicto y


¡hazlas! (Rom. 12:21; 13:12-14; Gál. 5:16-26).

C. Elimina la queja y la crítica de tu vocabulario (Rom. 13:8-10).

D. Acuérdate de las cosas que molestan a tu cónyugue y evítalas (1 Ped. 3:1-7).

III. Perdona a tu cónyugue para liberarte.

A. Mantener el recuerdo vivo de las ofensas sufridas contamina tu mente y tu corazón y


no te permitirá pensar con claridad (Mat. 6:7-15).
B. Decide perdonar a tu cónyugue por las ofensas, humillaciones, falta de amor, etc.
Perdónale, aunque estés convencido(a) de que no lo merece, incluso aunque no le
veas cambiar. ¡Decide perdonar! (Ef. 4:2, 31-32).

C. Reconoce tus faltas. Sé valiente y pide perdón (Col. 3:13-15; Lc. 17:3-4).

D. Además de decidir perdonar. Decide olvidar; pero no lo hagas en tus propias fuerzas.
Reconoce que necesitas la ayuda de Dios para esto (Is. 43:25; Jer. 31:34).

IV. Recuerda que al casarte asumiste un compromiso serio.

A. Lucha por mantener tu compromiso, tu palabra. No te rindas ante la dificultad,


cualquiera que sea esta (Salmo 15:1-4).

B. El valor que le das al matrimonio marcará la vida de tus hijos (1 Tim. 3:2; Tito 1:6).

C. Mucho de lo que sucede en tu matrimonio también tiene que ver con la manera
cómo enfocaron el matrimonio tus antepasados. Pide a Dios que evite que caigas en
sus errores (Sal. 19:7-14; Éx. 20:3-6).

D. Si asumes tu compromiso con Dios, Él no te dejará solo(a) en esto (Is. 41:13).

V. Dios NO se equivocó al crear el matrimonio.

A. Él conoce tu frustración actual, tu soledad y amargura. Sabe también que aunque


eres débil, deseas cambiar (Jer. 29:11-14) .

B. Él tiene un futuro diferente para ti; por eso te animamos a que conozcas el plan que
tiene para ti y tu familia.

VI. Conclusión

El matrimonio es uno de los diseños de Dios más maravillosos, cuando funciona basado en
sus principios sobre la vida conyugal. La idea de que las personas vivan solas no es de
Dios. Él desea que todos vivan en familia, y especialmente en Su familia; y quiere invitarte
a que aprendas a amar con la fortaleza que sólo Él puede dar. ¿Deseas saber cómo
alcanzar esta bendición?…

IV. Modelo de Invitación para Aceptar al Señor Jesucristo:

Señor Jesús:
Gracias por el amor que me tienes. Gracias porque decidiste morir a causa de
mis pecados en esa cruz. Entiendo que tu sacrificio está vigente hoy y que yo
necesito de Ti. Te abro la puerta de mi vida y de mi corazón, y te reconozco
como mi Señor y Salvador. Sé parte de mi estilo de vida. Guíame, y hazme la
persona que Tú esperas que sea. Gracias porque hoy me regalas una vida llena
de bendición y propósito. Amén.
BOSQUEJO Nº 16
TEMA: CÓMO LOGRAR ENTENDERTE
CON TUS PADRES

Introducción
¿No puedes entenderte con tus padres? ¡Anímate! ¡Es posible hacerlo! Debes entender
que el amor a los padre no es negociable. No debes esforzarte tanto en ser comprendido,
como en comprender. Ama a tus padres como quisieras que un día te amen tus hijos.
Considera estas claves para poder entenderte con tus padres...

I. Ponte en el lugar de tus padres.

A. Son muy diferentes a ti, tal vez limitados, pero te aman (Heb12:1-13).

B. Entiende que ellos mismos no saben cómo tratar contigo (1 Ped. 1:13-19).

C. No son perfectos, como tú tampoco lo eres (Sal. 14:2-3; Rom. 3:10-18).

D. A pesar de todo, quieren lo mejor para ti (Pr. 1:8-9; 4:1-14).

II. Enfrenta tus sentimientos negativos.

A. ¿Sientes enojo? ¿Sientes amargura? ¿Te sientes avergonzado(a)? ¿Sientes


frustración? (Gén. 4:1-7).

B. Decide perdonar a tus padres por sus faltas y errores; si haces esto experimentarás
un poder liberador en tu interior (Ef. 4:2, 31-32).

C. Perdónate a ti mismo(a) por tus propias equivocaciones. Aprende a pedir perdón.


(Col. 3:13-15; Lc. 17:3-4).

D. Oblígate a cambiar pensamientos negativos por positivos. Si sientes que te es


imposible, haz una sencilla oración a Dios pidiéndole sinceramente que te ayude en
esto (Fil. 4:6-9).

III. No puede cambiar a tus padres por acción directa tuya.

A. Tu crítica, tu queja, tu rebeldía no lograrán nada positivo. Mas bien te resultarán en


perjuicio de tu propia vida y de tu propio futuro (Zac. 4:6; Sal. 20:7-9).

B. Si tú cambias, ellos cambiarán en respuesta a la razón de tu cambio (1 Tim. 4:12).


C. Haz una lista de acciones y actitudes que tú SI puedes cambiar (aunque no sientas
el más mínimo deseo de cambiar, pero sabes por tu conciencia que sí debes
cambiar). Ahora, pon manos a la obra, y pídele a Dios que te ayude (Gál 5:16-26).

D. No te frustres si no hay cambios en tus primeros intentos. ¡Siembra! (Ecle. 11:1-6).

IV. Reconoce que la vida no es fácil.

A. Comparte con tus padres tus planes, amistades, sueños, etc. (Ef. 6:1-4)

B. Hazles notar que su opinión te interesa. Acepta sus consejos, aunque a veces no los
entiendas (Col. 3:20-21).

C. Interésate TÚ en sus proyectos y actividades (Rom. 12:9-10; Fil. 2:3; Rom. 13:7-8).

D. Agradece a Dios porque aún tienes una familia ¿sabes cuántos no la tienen?…
(Sal. 68:4-6).

V. Tienes opción. No tienes que enfrentar sólo(a) éste desafío.

A. Dios conoce tus luchas y quiere ayudarte a vencerlas (Is. 40:30-31).

B. Él tiene un futuro pleno para ti. Sólo cuando amas, puedes hacer lo que quieras.
(Ecle. 12:13-14)

VI. Conclusión

La juventud no es una de las etapas más fáciles de la vida. Existe mucha confusión en los
pensamientos y en los sentimientos. Existe una búsqueda tremenda por definir tu identidad.
Dios, por ser quien te creó, quiere que pases de ser Su criatura a ser Su hijo(a). Quiere que
sepas que tiene propósitos especiales para ti, y que al descubrir esos propósitos
descubrirás el significado de tu existencia y el comienzo de los nudos de pensamiento y
sentimiento que estás experimentando ahora. ¿Quieres saber cómo alcanzar esta
bendición?…

IV. Modelo de Invitación para Aceptar al Señor Jesucristo:

Señor Jesús:
Gracias por el amor que me tienes. Gracias porque decidiste morir a causa de
mis pecados en esa cruz. Entiendo que tu sacrificio está vigente hoy y que yo
necesito de Ti. Te abro la puerta de mi vida y de mi corazón, y te reconozco
como mi Señor y Salvador. Sé parte de mi estilo de vida. Guíame, y hazme la
persona que Tú esperas que sea. Gracias porque hoy me regalas una vida llena
de bendición y propósito. Amén.

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