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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MÉRIDA

Fenómenos de Transporte en Biosistemas

Unidad II: Procesos de difusión


¿Cómo se relaciona la transferencia de masa a través de
membranas con el funcionamiento de hemodializadores?

Profesor​: ​ ​Zapata Baas, Guido Antonio

Equipo Núm. 3
Integrantes:
Balam Guerrero, Gisell Asunción
Canche Euan, Gisely del Carmen
Cocom Vazquez, Melissa Alejandra
Coot Llanes, José Yair
Garrido Yáñez, Pamela Rosario
Matus Canche, Carlos Emilio
Tamayo Angulo, Ángel Leonardo

27 de febrero del 2018


INTRODUCCIÓN

¿CÓMO SE RELACIONA LA TRANSFERENCIA DE MASA A TRAVÉS


DE MEMBRANAS CON EL FUNCIONAMIENTO DE
HEMODIALIZADORES?

Los fenómenos de transporte tienen lugar en aquellos procesos, conocidos como


procesos de transferencia, en los que se establece el movimiento de una propiedad
(masa, momento o energía) en una o varias direcciones bajo la acción de una fuerza
impulsora. Al movimiento de una propiedad se le llama flujo. Los fenómenos de
transferencia de masa son comunes en la naturaleza e importantes en todas las
ramas de la ingeniería. Algunos ejemplos en los procesos industriales son: la
remoción de materiales contaminantes de las corrientes de descarga de los gases y
aguas contaminadas, la difusión de neutrones dentro de los reactores nucleares, la
difusión de sustancias al interior de poros de carbón activado, la rapidez de las
reacciones químicas catalizadas y biológicas, etc.

Filtración Glomerular

La filtración glomerular es el paso de moléculas pequeñas de un promedio de 70 kilo


Dalton tales como agua, glucosa, aminoácidos, cloruro de sodio y urea, desde el
capilar glomerular a la nefrona, vía la cápsula de Bowman, por procedimientos
exclusivamente físicos. El fluido resultante en la nefrona es llamado filtrado
glomerular. Las moléculas grandes como las de las proteínas del plasma y las
células sanguíneas no pasan a través del filtro debido a su tamaño. La energía
necesaria para llevar a cabo la filtración es proporcionada por el corazón y no por
los riñones. En los capilares glomerulares, la sangre que llega con una presión de
aproximadamente un 60% de la presión arterial media, se ve expuesta a una
membrana de filtración de 1 m2 que separa el plasma del espacio de Bowman. Esto
es aproximadamente 125 ml de líquido por minuto. La mayor barrera la forma la
membrana basal. Los solutos con un PM inferior a 10,000 atraviesan libremente la
membrana basal. Iones y metabolitos se encuentran en igual concentración en el
plasma que en el espacio de Bowman. Las moléculas mayores presentan una
difusión restringida, que cesa cuando la molécula alcanza un PM entre 70,000 y
100,000. Debido a la acción de la alta presión hidrostática existente ultra-filtrado en
los capilares, un ultra-filtrado atraviesa esta barrera 100 veces más rápido que en
los capilares tisulares normales.

Tasa de filtración glomerular

La Tasa de Filtración Glomerular (TFG) es el flujo neto de ultra -filtrado que pasa a
través de la membrana basal en una unidad de tiempo, donde:

𝑻𝑭𝑮 = Á𝒓𝒆𝒂 ∗ 𝑲𝒇 𝑪𝒐𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 ∗ 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊ó𝒏 𝒆𝒇𝒊𝒄𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏


𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊ó𝒏 𝒆𝒇𝒊𝒄𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏 (𝑷𝑬𝑭) = 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒂 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏− 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒏
𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂

Donde las presiones a favor se componen de la presión arterial en el momento dado


(Presión Hidrostática Capilar) y la presión coloidosmótica en el espacio de Bowman.
Mientras que las presiones en contra son la Presión hidrostática en el espacio de
Bowman y la presión coloidosmótica en el espacio capilar.

El siguiente ejemplo ofrece una vista de cómo actúan las presiones, Datos:

- Presión hidrostática capilar o presión arterial: 60 mmHg (~constante)


- Presión hidrostática en la cápsula de Bowman: 15 mmHg
- Presión coloidosmótica capilar extremo aferente: 28 mmHg
- Presión coloidosmótica capilar extremo eferente: 40 mmHg
- Presión coloidosmótica en el espacio de Bowman: 0 mmHg

Realizando la sumatoria, en el extremo aferente del capilar glomerular, la presión


eficaz o neta de filtración es de 17 mmHg y en el extremo eferente es de 5 mmHg.
Lo que supone que en esta red capilar el único movimiento de agua y solutos es
hacia afuera del capilar.

PRINCIPIOS DEL EQUIPO DE HEMODIÁLISIS

La hemodiálisis es una técnica de depuración extracorpórea de la sangre que suple


parcialmente las funciones renales de excretar agua y solutos, así como de regular
el equilibrio ácido-base y electrolítico. No suple las funciones endocrinas ni
metabólicas renales.
Consiste en interponer, entre dos compartimentos líquidos (sangre y líquido de
diálisis), una membrana semipermeable. Para ello se emplea un filtro o dializador.
La membrana semipermeable permite que circulen agua y solutos de pequeño y
mediano peso molecular, pero no proteínas o células sanguíneas, muy grandes
como para atravesar los poros de la membrana.
Los mecanismos físicos que regulan estas funciones son dos: la difusión o
transporte por conducción y la ultrafiltración o transporte por convección

Transporte por difusión

La difusión molecular (o transporte molecular) puede definirse como la transferencia


(o desplazamiento) de moléculas individuales a través de un fluido por medio de los
desplazamientos individuales y desordenados de las moléculas, debido a una
diferencia de concentraciones. La difusión puede ocurrir en sistemas de fluidos
estancados o en fluidos que se están moviendo. Puesto que las moléculas se
desplazan en trayectorias al azar, la difusión molecular a veces se llama también
proceso con trayectoria aleatoria. Aunque la causa habitual de difusión es un
gradiente de concentración, la difusión también puede ser originada por un
gradiente de presión, por un gradiente de temperatura o por la aplicación de una
fuerza externa como en el caso de una centrifuga.

1. Coeficiente de transferencia de masas del dializador (K​o​A):


Es el producto de la permeabilidad de dializador (K​o​) por su superficie (A). Se mide
en mililitros/minuto. Está definido por la resistencia a la difusión de cada soluto
(según su peso molecular) en los tres compartimentos del filtro: sanguíneo,
membrana y dializado. A menor resistencia, mayor K​o​A, y es específico de cada
dializador. El K​o​A es un indicador de la eficacia del dializador, es propio de cada
dializador y es suministrado por el fabricante. Se calcula en función del flujo
sanguíneo (Fs), del flujo de diálisis (Fd) y del aclaramiento (Kd), de acuerdo con la
siguiente fórmula:

K​o​A​ = (Fs × Fd)/(Fs − Fd) x Ln(1 − Kd/Fs)/(1 − Kd/Fd).

2. Gradiente de concentración:
Es la diferencia de concentración de un soluto entre el compartimento sanguíneo y
el del dializado. Este gradiente se optimiza si el líquido de diálisis circula sólo una
vez (paso único), a contracorriente y paralelo al flujo de la sangre.

Transporte por convección o ultrafiltración

Consiste en el paso simultáneo a través de la membrana de diálisis del solvente


(agua plasmática) acompañado de solutos, bajo el efecto de un gradiente de presión
hidrostática. El ultrafiltrado es el líquido extraído de la sangre a través de la
membrana de diálisis por este mecanismo.

1. Ultrafiltración

La microfiltración y la ultrafiltración utilizan membranas porosas. Los


materiales membranarios correspondientes se fabrican con polímeros
orgánicos o con materiales inorgánicos y presentan geometrías de poros
diferentes según su concepción. En general la membrana de microfiltración
presentan una misma estructura en todo su espesor, mientras que en caso
de la ultrafiltración la membrana presenta una estructura asimétrica. En el
primer caso es la totalidad del espesor de la membrana que determina la
resistencia a la transferencia. En el segundo caso es la capa superficial que
tiene los poros más pequeños que presentan la mayor resistencia a la
transferencia.
Geometría de poros en función de la estructura de la membrana. (a) poros cilíndricos, (b) y
(c) poros con geometría compleja.

La existencia de diferentes geometrías de poros ha generado el desarrollo de


diferentes modelos para describir correctamente el transporte de materia a
través de los poros. Estos modelos de transporte son particularmente
interesantes porque permiten determinar cuales son los parámetros
estructurales que juegan un papel importante y como las prestaciones de las
membranas pueden mejorarse mediante la modificación de algunas de sus
características. La forma más simple de representar una membrana porosa
consiste en considerarla como un conjunto de poros cilíndricos orientados
perpendicularmente u oblicuamente respecto a la superficie de la membrana.
La longitud de cada poro cilíndrico es por lo menos igual al espesor de la
membrana.
La función de la ultrafiltración es eliminar durante la sesión de diálisis el
líquido retenido durante el período entre diálisis. El trasporte de solutos por
ultrafiltración (UF) depende de tres factores:
UF​ = SC × C​s​ × F​UF​.

a) SC es el coeficiente de cribado ​(sieving-coefficient) de la membrana


para un soluto determinado, y corresponde a la relación entre la
concentración de un soluto en el ultrafiltrado y en el plasma. Para
solutos de bajo peso molecular (sodio, potasio y urea) es próximo a 1
(esto es, igual en el ultrafiltrado y en el plasma). A mayor peso
molecular, el SC disminuye dependiendo de la naturaleza de la
membrana. Por ejemplo, para la inulina (peso molecular de 5.200
daltons) el SC para una membrana de cuprofán es de 0,32, y para una
de poliacrilonitrilo es de 0,78.

b) C​s​ es la concentración sanguínea del soluto.


c) F​UF es
​ el flujo de ultrafiltración, y a su vez F​UF =
​ Q​UF​ × PTM.

-​Q​UF es el coeficiente de ultrafiltración y depende de la


permeabilidad de la membrana y de su superficie. Es una
propiedad física correspondiente a su capacidad de transferir
solvente y se expresa como el número de mililitros de líquido
que se filtran, por unidad de tiempo, por cada milímetro de
mercurio de gradiente de presión transmembrana.
-​PTM ​o presión transmembrana corresponde al gradiente de
presión que existe dentro del dializador entre el compartimento
sanguíneo y el dializado. Resulta de la diferencia entre la
presión positiva del circuito sanguíneo y la negativa, nula o
positiva (pero siempre menor que la sanguínea) del dializado
más la presión osmótica sanguínea (ésta depende de la presión
oncótica de las proteínas no dializables, tiende a retener agua
en el compartimento sanguíneo y su valor medio es de 25-30
mmHg).

Las presiones en los compartimentos de la sangre y del dializador se estiman en


general a partir de las presiones medidas en las líneas de salida de la sangre y del
líquido de diálisis. Los actuales monitores de hemodiálisis controlan directamente la
cantidad de ultrafiltrado mediante un circuito volumétrico, lo que permite mejorar la
precisión de la ultrafiltración y utilizar con seguridad filtros de alta permeabilidad.
El Q​UF de los dializadores de mediana-baja permeabilidad varía entre 2 y 8
ml/h/mmHg de PTM, mientras que en los dializadores con membrana de alta
permeabilidad es superior a 20 ml/h/mmHg, por lo que necesitan un estricto control
de ultrafiltración.

Transferencia de masas

Se define como la cantidad de un soluto que es transferido desde un compartimento


al otro del dializador en un tiempo determinado. En hemodiálisis se transfieren
solutos urémicos desde la sangre al dializado y tampones en sentido inverso.
El sentido de la transferencia se determina por las concentraciones respectivas de
los solutos (difusión) y por las diferencias de presión entre ambos compartimentos
(ultrafiltración).
La transferencia de masas (TM) se puede calcular desde el compartimento
sanguíneo o desde el dializado:
TM ​(mg/min) = Fs × (C​se​ − C​ss​) = C​d ​× Fd.

• ​Fs​ es el flujo sanguíneo (ml/mn).


• ​C​se​ es la concentración del soluto en sangre a la entrada del dializador (mg/ml).
• ​C​ss​ es la concentración del soluto en sangre a la salida del dializador (mg/ml).
• ​C​d​ es la concentración del soluto en el dializado (mg/ml).
• ​Fd​ es el flujo del dializado (ml/min).

La TM global (durante toda la sesión de diálisis) puede estimarse directamente del


compartimento sanguíneo asumiendo, como en el caso de la urea, que su volumen
de distribución es el agua corporal total:

TM global (mg) = C​s1​ × (VDU + ΔP) − (C​s2​ × VDU).


• C​s1 es
​ la concentración del soluto prediálisis (mg/ml).
• C​s2​ es la concentración del soluto posdiálisis (mg/ml).
• VDU es el volumen de distribución de la urea, el 58% del peso corporal o el
resultado de aplicar la fórmula de Watson:
– ​Hombres: 2,447 − (0,09516 × edad [años]) + (0,1074 × talla [m]) + (0,3362 × peso
[kg]).
– ​Mujeres:​ −2,097 × (0,1069 × talla [m]) × (0,2466 × peso [kg]).
• ΔP es la pérdida de peso durante la diálsis (ml).

Aclaramiento

Se emplea para estimar la eficacia del dializador. Es la TM dividida (es decir,


corregida) por la concentración sanguínea del soluto y se calcula de forma similar al
aclaramiento (K) renal:
K renal​ (ml/min) = C​u​ × V​o​/C​s​.
• C​u​ es la concentración del soluto en orina (mg/ml).
• C​s​ es la concentración del soluto en sangre (mg/ml).
• V​o​ es el volumen minuto urinario (ml/min).

El ​K del dializador (ml/min), medido desde el líquido de diálisis, se calcula de forma


similar, midiendo su concentración en el dializado y conociendo su volumen. Esta
técnica es precisa, pero requiere la recogida completa del líquido de diálisis.
Actualmente existen en el mercado monitores que determinan la concentración de
urea en el líquido de diálisis o que permiten la colección en alícuotas del dializado
para la determinación de solutos y que ahorran la recogida completa del líquido de
diálisis. La fórmula es la siguiente: C​d​ × V​d​/C​s​.
• C​d​ es la concentración del soluto en el dializado (mg/ml).
• V​d​ es el volumen minuto del dializado (ml/min).
• C​s​ es la concentración del soluto en sangre (mg/ml).

Cuando queremos medir el K total durante toda la sesión de diálisis, la C​s se obtiene
de la siguiente forma: C​s =
​ (C​s1​ − C​s2​)/ Ln(C​s1​/C​s2​).

• C​s1 es
​ la concentración del soluto prediálisis (mg/ml).
• C​s2​ es la concentración del soluto posdiálisis (mg/ml).

La fórmula completa será:


K del dializador​ (ml/min) = C​d​ × V​d​ / [(C​s1​ − C​s2​)/Ln(C​s1​/C​s2​)]
El K del dializador (ml/min), medido desde el compartimento sanguíneo, se calcula
por el descenso del soluto tras su paso por el dializador. Se obtiene multiplicando el
flujo sanguíneo por el porcentaje de descenso de la concentración de soluto a su
paso por el dializador:

K del dializador (ml/min) = (C​se​ − C​ss​)/C​se​ × Fs

• C​se​ es la concentración del soluto en sangre a la entrada del dializador (mg/ml).


• C​ss​ es la concentración del soluto en sangre a la salida del dializador (mg/ml).
• Fs es el flujo sanguíneo (ml/min).

Con esta fórmula se obtiene el K por mecanismo difusivo. Debemos añadirle el


componente de K por ultrafiltración, que se obtiene por la siguiente fórmula: C​ss​/C​se
× F​UF​.
• F​UF es
​ el flujo de ultrafiltración (ml/min).

El K total de un dializador será la suma de los K por difusión y ultrafiltración y se


expresa en mililitros/minuto:

[(C​se​ − C​ss​)/C​se​ × Fs] + [C​ss​/C​se​ × F​UF​]

La ventaja del concepto de K (respecto a la TM) para medir el rendimiento de un


dializador es que es independiente de la concentración del soluto en sangre.
También partiendo del K se puede medir la TM global durante una sesión de
hemodiálisis:

TM global = K × [(C​s1​ − C​s2​)/ Ln (C​s1​/C​s2​)] × T​d

• T​d​ es el tiempo en diálisis (min).

La ​dialisancia ​es similar al K y se aplica cuando el soluto que se va a estudiar está


en la entrada del líquido de diálisis. Si un soluto no está en el líquido de diálisis,
entonces la dialisancia es igual que el K.

Factores que influyen en la eficacia de la diálisis


Los factores que influyen en la eficacia de la diálisis son: la eficacia del dializador
(K​o​A), el flujo sanguíneo (Fs); el flujo del dializado (Fd), el peso molecular de los
solutos y la masa de hematíes.

Eficacia del dializador

Se estima por la constante de transferencia de masas K​o​A, que determina la forma y


altura de la curva que relaciona el Fs y el K. Sus valores son suministrados por el
fabricante del dializador y determinados ​in vitro.

Relación entre el flujo sanguíneo (Fs) y el aclaramiento (K), para dializadores de alta y baja eficacia.
Para Fs superiores a 300 ml/min el rendimiento de los dializadores de baja eficacia es escaso y hay
que emplear dializadores de alta eficacia y gran superficie

Para dializadores estándar sus valores son de 300-500, y para dializadores de alta
eficacia pueden ser superiores a 700. Conociendo el K​o​A, se puede estimar el K
para determinado Fs. Con dializadores de alta eficacia el incremento de los K que
acompaña al incremento del Fs es significativamente mayor que el que se obtiene
con dializadores de menor K​o​A.
En cuanto a la ​superficie eficaz (A)​, a mayor superficie, mayor difusión. Un factor
limitante es el volumen sanguíneo extracorpóreo. Se deben reducir los espacios
muertos mediante un óptimo diseño de la geometría del dializador. La relación
superficie eficaz/volumen sanguíneo es mejor en los ​dializadores capilares​.

Efecto del flujo sanguíneo

Para un dializador de superficie mediana, con un flujo del líquido de diálisis (Fd) de
500 ml/min, el K de un soluto pequeño como la urea varía según el Fs de la manera
que se muestra en la siguiente tabla:
Como se aprecia en la fórmula del K (desde el compartimento sanguíneo), éste
resulta de multiplicar el Fs por el porcentaje de extracción del soluto por parte del
filtro. Sin embargo, al aumentar el Fs, el incremento del K es relativamente menor.
Utilizando dializadores estándar, tiene mínimas ventajas en términos de K aumentar
el Fs por encima de 350 ml/min.
Para optimizar los Fs altos hay que utilizar dializadores de alta eficiencia, que son
aquellos que tienen un elevado K​o​A, según se describió anteriormente. Transporte
por difusión. Así, si para un dializador de eficiencia moderada el incremento del flujo
de sangre (Fs) de 200 a 400 ml/min implica un incremento del K del 25%, para un
dializador de eficiencia elevada este incremento será del 40%.

Efecto del flujo del líquido de diálisis

El aumento del K de solutos por difusión también depende del Fd. A mayor Fd,
mayor K, aunque habitualmente no es muy importante. Para Fs de entre 200 y 300
ml/min, los Fd óptimos son de unos 500 ml/min. Cuando se usan dializadores de
alta eficiencia con Fs mayores de 350-400 ml/min, con el empleo de Fd de 800
ml/min se consiguen incrementos del K de la urea del orden del 10%, aunque no
aporta ventajas para el K de la β​2​-microglobulina.

Influencia del peso molecular

Cuanto menor es el peso molecular, mayor es su velocidad, colisionando más


frecuentemente con la membrana, lo que facilita su transporte por difusión.
Para moléculas de bajo peso molecular (urea: 60 daltons), el paso dependerá
principalmente de la resistencia en la película de sangre (Rs) y el dializado (Rd), y
será función, en gran medida, de los Fs y Fd.
Para moléculas de mediano peso molecular (500-5000 daltons, p. ej., vitamina B​12​:
1.355 daltons), el principal factor limitante de la permeabilidad será la resistencia de
la membrana (Rm), y dependerá de sus características (tamaño del poro) y de la
duración de la diálisis, en tanto que el Fs es menos importante.
Mientras que para solutos de pequeño peso molecular la difusión es mucho más
importante que la ultrafiltración, para solutos de peso molecular elevado la
convección es el mecanismo más relevante.

Efecto de la masa celular de la sangre

Los solutos que se miden para determinar los K están disueltos en la parte líquida
de la sangre, mientras que en el paquete celular su concentración varía según su
capacidad de movimiento a través de las membranas celulares.
Este concepto debe tenerse en cuenta cuando se comparan K de dializadores ​in
vitro e ​in vivo, así como para conocer el flujo sanguíneo efectivo dializable. Por
ejemplo, para un Fs de 300 ml/min, el flujo plasmático para un hematocrito del 30%
será de 210 ml/min, y el flujo del paquete hemático, de 90 ml/min.
Los solutos como la urea, de rápida movilidad a través de la membrana del hematíe,
están disueltos en el agua del plasma y de los hematíes. Aproximadamente el 93%
del plasma y el 80% de los hematíes son el espacio de distribución para la urea. Si
el flujo es de 300 ml/min y el hematocrito del 30%, el flujo correspondiente al
componente acuoso de la sangre de donde se pueden extraer solutos en solución
será el siguiente:
• Flujo de agua del plasma: 0,93 × 210 ml/min = 195 ml/min.
• Flujo de hematíes: 0,80 × 90 ml/min = 72 ml/min.
• Flujo del componente acuoso de la sangre = 267 ml/min.

Así, para el supuesto de un hematocrito del 30%, el flujo sanguíneo susceptible de


depuración dialítica de urea sería el 89% del flujo sanguíneo programado.
La fórmula del flujo del componente acuoso de la sangre (Fca) queda así:

Fca = Fs × (0,80 × hematocrito/100 + 0,93) × (1 −


hematocrito /100)

El K total del dializador corregido para el componente acuoso de la sangre será el


siguiente:

[(Cse − Css)/Cse × Fs × (0,80 × hematocrito/100 + 0,93) ×


× (1 − hematocrito /100)] + (Css/Cse × FUF)

Con esta fórmula se corrige el efecto del agua plasmática y el hematocrito sobre el
K.
El incremento del hematocrito para solutos como la urea con un volumen de
distribución parecido entre plasma y hematíe no supondrá un gran problema, pero
para otros solutos como el fósforo tiene cierta significación. Así, si el hematocrito
pasa del 20 al 40% se produce una reducción en la eliminación de fósforo de
aproximadamente el 13%. La importancia del hematocrito sobre los K se ha hecho
patente desde la introducción de la eritropoyetina.

Retrofiltración

Es la transferencia de soluto y solvente desde el líquido de diálisis a la sangre.


Ocurre si en el último tramo del dializador se invierte el gradiente de presión.
Situaciones en las que aumenta la posibilidad de retrofiltración incluyen aquellas con
bajas tasas de ultrafiltración junto a incremento del Fs y empleo de membranas de
gran superficie y alta permeabilidad.
A la retrofiltración se ha atribuido la transferencia de endotoxinas bacterianas
(1.000-15.000 daltons) desde el compartimento de diálisis hacia la sangre. Ello se
previene aumentando la ultrafiltración reinfundiendo (posdilución) soluciones
hidroelectrolíticas para compensar el exceso de ultrafiltrado. Cada dializador
requiere un mínimo de ultrafiltración para prevenir la retrofiltración. Se ha calculado
que con tasas de ultrafiltración superiores a 600 ml/h se previene la retrofiltración
cuando se emplean dializadores de alta permeabilidad y superficie mayor de 1,5 m​2​.
Para compensar las pérdidas por la ultrafiltración se reinfunde suero fisiológico (por
la bomba de hemodiafiltración, si es posible).

Recirculación

La recirculación supone la reentrada en el dializador de una fracción de la sangre


que acaba de ser dializada, por lo que resta eficacia a la diálisis.
Existen dos tipos de recirculación: cardiopulmonar y del acceso vascular.
En la ​recirculación cardiopulmonar​, la sangre arterializada de la fístula
arteriovenosa vuelve al corazón sin pasar por el lecho tisular. Como consecuencia,
la sangre arterial que sale del corazón tiene una concentración de nitrógeno ureico
en sangre (BUN) algo menor que la sangre venosa periférica. Esta recirculación
puede suponer una reducción de la eficacia de la diálisis del 4-10%. Con objeto de
corregir el efecto de la recirculación cardiopulmonar en los cálculos del método
cinético de la urea, el BUN poshemodiálisis debe tomarse como mínimo 2 minutos
después de finalizar la sesión.
La recirculación cardiopulmonar no tiene lugar cuando se dializa a través de un
catéter venoso central.
En la ​recirculación del acceso vascular​, una fracción de la sangre que acaba de
dializarse se mezcla a causa de un flujo retrógrado con la sangre que va a entrar en
el filtro. Con este fenómeno la concentración de solutos que entra para dializarse
disminuye y el aclaramiento efectivo se reduce.
Si la recirculación es muy importante debido a una anomalía del acceso vascular
pueden generarse manifestaciones clínicas urémicas por subdiálisis.

El método clásico para medir la recirculación implica la medición de los niveles de


urea o creatinina en tres puntos al mismo tiempo: en la línea arterial prefiltro, en la
línea venosa posfiltro y en una vena periférica. Se aplica la siguiente fórmula:
R(%) = (C​p​ − C​a​)/(C​p​ − C​v​).

• R(%) es el porcentaje de recirculación.


• C​p​ es la concentración del soluto (urea o creatinina) en una vena periférica.
• C​a​ es la concentración del soluto en la línea arterial.
• C​v​ es la concentración del soluto en la línea venosa.

Con este método se incluye la recirculación cardiopulmonar. El lugar óptimo para


obtener una muestra de sangre periférica no artefactada por la recirculación
cardiopulmonar sería la sangre arterial. Cuando se utiliza la vena periférica, la
recirculación del acceso vascular puede estar sobreestimada en un 4-10%.
Utilizando la técnica del enlentecimiento del flujo sanguíneo (Fs de 50 ml/min,
durante 2 min), la recirculación no debería ser mayor del 10-15%. En caso contrario,
debe plantearse la revisión de los puntos de punción y de la propia fístula
arteriovenosa.
El medidor de recirculación estima la recirculación total induciendo cambios térmicos
por termodilución en el líquido de diálisis y midiendo las variaciones de temperatura
en las líneas arterial y venosa, a la vez que controla la temperatura corporal del
paciente
FUNCIONAMIENTO DE LA MÁQUINA DE HEMODIÁLISIS

Para que una máquina de hemodiálisis sea biocompatible, son necesarios ciertos
puntos de control. Estos puntos de control pueden variar entre un equipo y otro en
posición y mecanismo de acción. A continuación, se mapean de manera general en
un diagrama de bloques, y su funcionamiento.

Etapas

1. Para llevar a cabo el proceso de la hemodiálisis la sangre requiere ser


extraída del cuerpo del paciente y hacerla circular por un tubo estéril hacia un
filtro de diálisis. Esta sangre contiene altas concentraciones de urea y
creatinina . En este punto de control la máquina debe de contar con un
medidor de presión de manera que la bomba de sangre que viene a
continuación, tenga un pulso semejante al del paciente. Este pulso lo
mantiene (en la mayoría de los equipos) mediante rodillos de pulso
peristálticos.

2. A continuación, el sistema de la máquina debe inyectar un anticoagulante


para evitar la obstrucción de los canales de filtración por los que va a circular
la sangre. Este anticoagulante en la mayoría de los casos es Heparina de
Bajo Peso Molecular (HBPM) o Heparina no Fraccionada (HNF). La variación
entre estos dos compuestos depende del médico tratante.

3. Dializador: Este es el paso más importante y en dónde se lleva a cabo la


filtración de la sangre (Diálisis). Durante este proceso la sangre se encuentra
circulando hacia un sentido por un lado de la(s) membrana(s) del dializador
mientras que del otro lado el líquido dializante fluye en sentido contrario. Los
dializadores más comunes son los llamados “Hueco de fibras”, en donde la
sangre pasa a través de fibras huecas que ofrecen mayor diámetro de
contacto entre sangre y líquido dializante, por consecuencia, mayor velocidad
de filtración. El tipo de dializador debe ser prescrito por el médico tratante.
Este proceso es el semejante artificial al trabajo del glomérulo renal y la
nefrona. Una vez terminado el proceso el dializador puede ser desechado o
esterilizado bajo un proceso extenso especial, no está permitido compartir
dializadores entre pacientes. Los dializadores tienen distintos niveles
eficiencia normal para la eliminación de la urea, que se convierte en una
constante denominada KoA. Para este procedimiento la membrana es
artificial y semipermeable, elaborada por lo general con derivados de la
celulosa (celofán, cuprofán, etc.) o puede estar compuesto por otras
sustancias más complejas (poliacrilonitrilo, poliamidas, polisulfona, etc.) Los
poros de las membranas descritas provocan el paso de sustancias que
aparecen aumentadas en el circuito sanguíneo frente a una solución
fisiológicamente estándar. Para que este intercambio se lleve a cabo se
requiere de tres principios físico-químicos:
- Difusión: Proceso por el cual se distribuyen de manera
homogénea uniforme las partículas y disolvente a favor de un
gradiente de concentración. En este caso se realiza el paso por
los poros de la membrana semi-permeable del circuito de mayor
concentración de partículas (circuito sanguíneo) al de menor
concentración (solución fisiológica estándar) hasta alcanzar la
misma proporción de partículas en ambos lados de la
membrana.
- Ultra-filtración (ósmosis inversa): Fenómeno de difusión
de moléculas de agua a través de una membrana
semi-permeable desde la más diluida (hipotónica) a la más
concentrada (hipertónica). La finalidad de este proceso es
equiparar las dos concentraciones.
- Convección: Se define como el paso de solutos a través
de la membrana semipermeable arrastrados por el paso de
agua de un compartimento a otro.

4. A la salida del dializador, (con sangre ya baja en urea y creatinina) se


encuentra este punto de control que dado el caso de detectar una presión
venosa que pueda ser dañina para el paciente, se activa la pinza de
emergencia y esta se cierra evitando el retorno de la sangre al paciente.
Detector de aire: Una vez pasado el punto de control que revisa la presión
venosa, el siguiente punto de control verifica por alguna burbuja de aire que
se encuentre en la línea de sangre, en caso de activarse la alarma en
presencia de una burbuja, activa la pinza de emergencia y esta se cierra
evitando el retorno de la sangre al paciente .
Pinza de Emergencia: Punto crítico de control que es activado cuando el
detector de aire le mandan señal eléctrica sobre una anormalidad en el flujo
de sangre que retorna al paciente.
AVANCES EN HEMODIALIZADORES Y BIOCOMPATIBILIDAD DE
LOS MATERIALES DE LAS MEMBRANAS

El desarrollo tecnológico de la Medicina se basa en dos pilares: en los hallazgos


tecnológicos en otros campos y en la imaginación de los médicos para aplicarlos en
el suyo propio. Eso llevó a Nathan Levin, un veterano nefrólogo norteamericano, a
decir en el año 2000 que la diálisis en el próximo milenio se basará en técnicas que
ya existen actualmente, desarrolladas para otros campos. En el mundo de la diálisis
todo empieza a mitad del siglo XIX con Thomas Graham, quien utilizando
membranas de colodión descubre la ósmosis, que permite el intercambio entre agua
y solutos para equilibrarse. Es en este punto donde interviene la imaginación del
médico; en 1913, los doctores británicos Abel, Rowntree y Turner descubren que
cuando se hacía circular sangre de pacientes urémicos por tubos de colodión
inmersos en una solución salina, disminuía la concentración de urea y ésta aparecía
en la solución salina envolvente. Un nuevo desarrollo tecnológico fue el de Jacques
Brandenberger, un ingeniero textil que descubrió el celofán, un polímero de celulosa
que transformó la industria charcutera por su capacidad para envolver salchichas. Y
de nuevo interviene la imaginación médica, ya que con tubos de celofán Willem Kolff
inventa, en plena ocupación alemana de Holanda y con material procedente
curiosamente de camiones de la Wehrmacht, su “Kunstmatige Nier” que es el primer
riñón artificial. Kolff sacaba 500 cm de sangre y la hacía pasar por los tubos de
celofán, que se enrollan en un tambor giratorio que ponía en contacto la sangre con
un depósito inferior que contenía una solución parecida a la del espacio extracelular.
Algo muy parecido a lo que hacemos en la actualidad.

En la década de los 60 asistimos a lo quese considera “el milagro de la


hemodiálisis”. Se está maravillado con la cantidad de pacientes que viven años y
décadas con este procedimiento tecnológico, teniendo en cuenta que la depuración
semanal de los riñones propios es aproximadamente de 1.500 litros de plasma, en
tanto que el riñón artificial sólo depura entre 150 y 170 litros y además no cuenta
con las funciones metabólicas, endocrinas o antioxidantes propias del riñón. Por lo
tanto, el milagro de la hemodiálisis es incompleto porque estos pacientes padecen
patología ósea, cardiovascular, infecciosa o coagulopatías, un conjunto de eventos
que algunos han llamado ‘síndrome residual’.

Tratamientos sustitutivos

Un riñón artificial consiste en dos circuitos, uno para la sangre y otro para el líquido
de diálisis. Estos circuitos se unen en el dializador, que contiene una membrana
semipermeable a través de la cual se produce la ósmosis y la ultrafiltración. Para
llevar a cabo este proceso precisamos de un acceso vascular, uno de los principales
retos de la Nefrología, hasta que en los años 60 se lograron accesos vasculares
estables, produciendo una fístula arteriovenosa entre la arteria radial o la arteria
humeral y una vena acompañante o utilizando catéteres que van a la aurícula
derecha desde la yugular interna. También podemos utilizar la membrana peritoneal
que es la membrana basal del peritoneo, los capilares y el intersticio que le rodea.
Utilizando esta membrana se instila líquido de diálisis en el abdomen, se deja un
tiempo que se equilibre y se vuelve a extraer. Este proceso se puede realizar
manualmente o bien mediante una máquina automática cicladora de diálisis
peritoneal.
Hoy contamos con salas de diálisis con máquinas modernas a las que acuden los
pacientes a diario o en días alternos a recibir sesiones de tres horas y media o
cuatro. Una vez superado el reto de los accesos vasculares estables, en la
actualidad los avances tecnológicos en el área de la Nefrología permiten la
realización de tratamientos renales sustitutivos de máxima seguridad para el
paciente, mediante la utilización de agua ultra pura y la disponibilidad de máquinas
capaces de dosificar la diálisis.
Las máquinas de diálisis actuales cuentan con gran cantidad de controles y son
instrumentos tremendamente sofisticados. Son capaces de controlar la tensión
arterial del paciente, del circuito, de variar la temperatura o la concentración de
sodio, conocer el volumen plasmático e incluso son capaces de interactuar solas si
así se las programa.
Pero su capacidad es limitada ya que no imitan perfectamente el glomérulo, que es
donde se concentra toda la nefrona metabólicamente activa. Además, son técnicas
intermitentes y de corta duración por lo que cuando acaba la sesión el enfermo
vuelve a aumentar de peso y empieza a acumular toxinas.

El futuro del paciente renal será el riñón portátil, parecido al que diseñó el doctor
Gura en 2008. Este riñón artificial portátil o WAK (Wearable Artificial Kidney), partía
del Redy Sorbent System diseñado en la década de los 70 por el doctor Gordon.
El “riñón” del doctor Gura es una técnica de diálisis que en vez de aportar
continuamente líquido de diálisis nuevo, lo recicla y lo purifica con fosfato de
circonio, óxido de circonio, carbón activado y ureasa. Diversos estudios con
pacientes están evaluando esta técnica que permite una dialización continua y
vence la gran dificultad de la diálisis intermitente.
Otro avance previsible de futuro son las investigaciones sobre el riñón bioartificial o
BAK (Bioartificial Kidney) del doctor Humes.
Este “riñón” está compuesto por un filtro donde se separa la sangre y se introduce
un líquido de ultrafiltración. Tanto la sangre como el líquido de ultrafiltración se
dirigen hacia un dializador con fibras huecas llenas de células de epitelio tubular por
las que circula la sangre, de la misma forma que lo hacen en los riñones propios.
Probablemente el futuro del paciente renal se centre en la Nanotecnología y en la
combinación del WAK más el BAK, esto es, un riñón artificial que imita muy
formalmente a un riñón propio.

Para optimizar el tratamiento del paciente con insuficiencia renal podemos optar por
la diálisis nocturna, un tratamiento que se aproxima mucho a la fisiología natural del
riñón.
Los pacientes tienen una dieta libre, se les administra menos medicación y tienen
controlada su anemia. Otra técnica sustitutiva muy prometedora, ya que imita al
riñón natural y permite el control metabólico de los pacientes, es la
hemodiafiltración. Con esta técnica se realiza un transporte conectivo más que una
diálisis. Además, mediante esta técnica se puede controlar la actividad de las
células inflamatorias.
Un estudio doble ciego muestra que los pacientes tratados en diálisis experimentan
un ascenso de estas células mientras que los que reciben hemodiafiltración
registran un importante descenso de las células inflamatorias ya que el transporte
activo actúa como un riñón natural y, por lo tanto, disminuye el síndrome urémico y
la inflamación de los pacientes.
Asimismo, diversos estudios realizados en el Hospital Universitario Reina Sofía de
Córdoba muestran que esta técnica mejora la función endotelial.
Las micropartículas endoteliales descienden en los pacientes que son tratados con
hemodiafiltración y vuelven a subir cuando reciben diálisis de alto flujo y de alta
permeabilidad. Estos datos evidencian que este tipo de tratamiento sustitutivo
realiza una depuración sanguínea más exhaustiva.

Desde esa fecha se ha producido una gran evolución hasta llegar a los equipos de
hemodiálisis de última generación. Actualmente, los mismos dializadores son de
tamaños muy pequeños y de gran eficiencia. De las membranas que eran
celulósicos, las sintéticas y de permeabilidad baja o alta, en estos momentos hay
una tendencia cada vez mayor a usar dializadores de alta permeabilidad. La última
generación de equipos permite hacer la diálisis online e intercambiar un volumen de
más de 20 litros de una forma segura, fácil y sencilla. También la diálisis peritoneal
ha avanzado mucho, con nuevos sistemas de bolsas que permiten tener un pH
neutro y un tratamiento mejor, así como equipos para hacer diálisis domiciliaria
nocturna que son muy eficientes.

La época que va desde 2005 hasta la actualidad se puede definir como la de la


calidad. Primero, porque se tiende a la terapia individualizada o a centros especiales
para atender las necesidades particulares de cada paciente. Existe además un
notable avance tecnológico, no solamente en diálisis sino en otras tecnologías como
la informática, que resulta fundamental para controlar a los pacientes
constantemente, también se están analizando otros medios de comunicación como
son por ejemplo los teléfonos móviles o los sistemas fácilmente portátiles.
El desarrollo se dirige hacia una red que permita la movilidad, de manera que el
paciente puede estar en la casa y ser controlado a través de un móvil o un
ordenador y, en el caso de que se produjera una incidencia, ésta fuera reportada
directamente a la farmacia o al hospital.
La existencia cada vez mayor de sensores permite controlar lo que está pasando
con el paciente y disponer de esa información directamente en el despacho del mé-
dico. No debemos olvidar que la terapia crónica, como se ha mencionado, tiene un
coste alto y resulta un problema no resuelto ya que el paciente tiene que ir tres
veces por semana, como mínimo, al hospital y estar al menos cuatro horas en
tratamiento. Esto representa entre 40 y 60.000 € por paciente y año en tratamiento.
Por otro lado, se ha producido un gran avance con la aparición de nuevas
membranas, de la baja permeabilidad hacia la alta permeabilidad, lo que permite
una mejor depuración.

Hay tres aspectos que van a dar una nueva orientación a la diálisis: las terapias
individualizadas, los sensores no invasivos y la medicina regenerativa. Asimismo, la
Medicina va a tener un gran componente digital, con aparatos portátiles que van a
hacer posible controlar constantemente al paciente.
En esta línea la Nanotecnología, que ya se aplica a los dializadores, permitirá
también el desarrollo de nuevos materiales. La inversión en medicina regenerativa
ha ido aumentando con los años y una gran parte ya se está aplicando directamente
y comercializando. De hecho, más de 6.000 científicos están trabajando en este
campo, hay implicadas más de 170 empresas, cerca de 1 millón de pacientes
tratados y 50 productos en la FDA para ser aprobados.
Estos datos ponen de manifiesto la influencia que va a tener la medicina
regenerativa en nuestra industria. Este viaje de tecnología y de progreso tiene un
solo sentido: permitir que los pacientes tengan una atención integral de acuerdo a
su requerimiento. La pregunta es dónde –si lo quiere en la casa o en un centro–,
cómo –peritoneal, hemodiálisis o trasplante–, qué tipo de tratamiento y cuándo –si
prefiere hacerlo de día o de noche.
La elección siempre va a venir del paciente, porque todo el esfuerzo de la industria,
de los profesionales médicos, de los investigadores, de las enfermeras, tiene el
propósito de asegurarles el mejor tratamiento y calidad de vida: porque estos
pacientes están conectados a la vida. La tecnología es un gran ejemplo de industria
que ha permitido que los pacientes vivan, vivan bien y tengan una buena
expectativa de vida.
Aun así, se seguirá trabajando en esta línea porque las membranas pueden ser de
utilidad para depurar la sangre en otro tipo de enfermedades mediante la
plasmaféresis u otros métodos de absorción.
Muy importante es también cómo se integra nuestra propia investigación con otros
proyectos. Ejemplo de ello es el proyecto ruso MARS-500, con el que se ha
observado durante 500 días a individuos en unas condiciones especiales como si
fuera un viaje a Marte y, entre otros aspectos, se han realizado controles de su dieta
y la bioimpedancia.
Para este último parámetro se ha utilizado un aparato que se usa para la
bioimpedancia de la diálisis. La integración de la industria, a través de la I+D+i,
conlleva que de un proyecto surja otro, es decir, los resultados de uno realimentan
otra vez la investigación y el desarrollo, haciendo de esto un círculo de calidad y de
autoalimentación que permite el progreso.

En la Comunidad Europea las reglas son cada vez más severas, el contenido
tecnológico es alto y el coste muy importante. Cuando un producto es bueno hay
que producirlo a gran escala y, si es innovador, es lógico que sea ofrecido a todos
los pacientes

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1. Los siguientes datos de función renal fueron obtenidos para la


sustancia S​:
Volumen minuto de orina = 90 ml/hr
Concentración en orina de la sustancia ([S]o) = 480 mg/ml
Concentración en plasma de la sustancia ([S]p) = 6 mg/ml
¿Cuál es la depuración renal de dicha sustancia?

Solución​:
DS​ = ([S]o x Vmo) / [S]p = (480 mg/ml x 1,5 ml/min) / 6 mg/ml = ​120 ml/min

2. ​Dada una velocidad de filtración glomerular (VFG) de 125 ml/min, una


concentración de glucosa en plasma [G]p = 4 mg/ml; una concentración de
glucosa en orina [G]o = 75 mg/ml, y un flujo de orina de 2 ml/min, ¿cuál será el
Tm para la glucosa?

Solución:
Tm = cantidad filtrada – cantidad excretada
TmG = VFG x[G]p - [G]o x Vmo
TmG = (125 ml/min x 4 mg/ml) – 75 mg/ml x 2 ml/min) = 500 mg/min – 150 mg/min
= 350 mg/min

3. En un estudio sobre la depuración renal en una mujer joven, de 60 kg


(superficiecorporal = 1,65 m) se obtuvieron los siguientes datos:
​ - Concentración plasmática de inulina [IN]p = 0,40 mg/ml
- concentración de inulina en orina [IN]o = 8,00 mg/ml
- concentración plasmática de glucosa [G]p = 5 mg/ml
- concentración de glucosa en orina [G]o = 40 mg/ml
- concentración plasmática de sodio [Na]p = 135 mEq/l
- concentración en orina de sodio [Na]o = 67,5 mEq/l
- flujo de orina Vo = 5 ml/min
a) ¿Cuál es la velocidad de filtración glomerular?
b) ¿Es normal la velocidad de filtración glomerular?
c) ¿Se ha alcanzado el umbral renal de la glucosa?
d) ¿Cuál es la depuración renal de la glucosa y por qué es menor que la VFG?
e) ¿Cuál es la velocidad de reabsorción tubular de glucosa?
f) ¿Qué fracción del agua filtrada es reabsorbida por los túbulos renales?
g) ¿Qué fracción del sodio filtrado fue excretada?

Solución​:
a) DIN = ([IN]o x Vmo) / [IN]p = (8 mg/ml x 5 ml/min) / 0,4 mg/ml = 100 ml/min
b) Sí porque está dentro del margen establecido para mujeres (110 ± 15 ml/min)
c) Sí porque encontramos glucosa en la orina.
d) DG = ([G]o x Vmo) / [G]p = (40 mg/ml x 5 ml/min) / 5 mg/ml = 40 ml/min

Porque la glucosa es reabsorbida totalmente en el túbulo, a la concentración


plasmática del problema.
e) TG = [G]p x VFG – [G]o x Vmo = 5 mg/ml x 100 ml/min – 40 mg/ml x 5 ml/min =
300 mg/min
f) Si el volumen de filtración es de 100 ml/min y el de excreción es de 5 ml/min, el
volumen de agua reabsorbido será de 95 ml/min o el 95% del filtrado.

Otra forma​: sabiendo que la inulina que se filtra es igual a la que se excreta, la
relación entre [IN]o / [IN]p nos indicará las veces que se ha concentrado a
su paso por el túbulo, como consecuencia de la reabsorción de agua. De acuerdo
con los valores indicados, la inulina se ha concentrado 20 veces, la inversa de
este valor será la fracción de agua excretada por lo tanto, 1 - 1/20 = 0,95 x 100 =
95% de agua reabsorbida.

g) ([Na]o x Vmo) / [Na]p x VFG = (67,5 mEq/L x 5 ml/min) / (135 mEq/L x 100
ml/min) = 0,025 (2,5%)

4. Tras perfundir en sangre inulina y ácido para-aminohipúrico (PAH)


obtenemos los siguientes datos:
- volumen de orina: 0,14 L /2 horas
- concentración de inulina en orina ([IN]o): 100 mg/100 ml
- concentración de inulina en plasma ([IN]p): 1mg / 100 ml
- concentración de urea en orina ([U]o): 220 mmoles/L
- concentración de urea en plasma ([U]p): 5 mmoles/L
- concentración de PAH en orina ([PAH]o): 700 mg/ml
- concentración de PAH en plasma ([PAH]p): 2mg/ml (arteria) y 0,2mg/ml
(vena)
- hematocrito: 40%

Calcule:
a) La depuración de inulina, PAH y urea
b) El flujo plasmático renal y el flujo sanguíneo renal
c) Las tasas de reabsorción de urea y de secreción de PAH

Solución​:
a) DIN = (OIN x Vmo) / PIN = ( 100mg/100ml x 0,07 L/hr) / 1 mg/100ml) = 7 L/hr =
168 L/día = 117 ml/min
DPAH = (OPAH x Vmo) / PPAH = (700 mg/ml x 0,07 L/hr) / 2 mg/ml = 24,5 L/hr =
588 L/día = 408 ml/min
DU = (OU x Vmo) / PU = (220 mmol/L x 0,07 L/hr) / 5 mmol/L = 3,08 L/hr = 73,9
L/día = 51,3 ml/min

b) El flujo plasmático renal real es igual a la depuración del PAH, sólo en caso de
que ésta sea total. Como la extracción de este indicar no es de 1, para calcular el
valor de flujo plasmático real, debemos tener en cuenta la cantidad de indicador
que no se extrae (10%) y entonces será:
​FPRefectivo​ = DPAH = 408 ml/min = 588 L/día

FPRreal = FPRefectivo / EPAH = DPAH / EPAH = 408/0,9 = 453,3 ml / min. =


653,3 L/día
​FSRefectivo = FPRe x 1/1-Htc = 408 ml/min x 1/1-0,40 = 680 ml / min =
979,2 L/día
​FSRr​ = FSRe/0,9 = 680 ml/min /0,9 = 755,5 ml/min = 1088,9 L/día

TRU = ​FFU – TEU = (VFG x PU) – (OU x Vmo ) = (7 L/hr x 5 mmol/L) – (220
mmol/L x 0,07 L/hr) = 19,6 mmol/hr = 470,4 mmol/día

TSPAH = TEPAH – FFPAH = (OPAH x Vmo) - (VFG x PPAH) = (700 mg/ml x 0,07
L/hr) – (7 L/hr x 2mg/ml)=​ 35 gr/hr = 840 gr/día

5. Tenemos los siguientes datos:


- sodio en plasma = 140 mEq/L sodio en orina = 100 mEq/L
- potasio en plasma = 5 mEq/L potasio en orina = 40 mEq/L
- cloruro en plasma = 100 mEq/L cloruro en orina = 100 mEq/L
- fosfato libre en plasma = 1 mEq/L fosfato libre en orina = 40 mEq/L
- Creatinina en plasma = 10 mg/L creatinina en orina = 1,2 g/L
- glucosa en plasma = 5 mM glucosa en orina = 0 mM
- inulina en plasma = 1 mg/ml inulina en orina = 100 mg/ml

Sin conocer el volumen de orina calcule y demuestre qué sustancias son


reabsorbidas, cuáles secretadas y cuáles no han sufrido modificación. Indique
porcentaje de reabsorción o secreción para dichas sustancias.

Solución​:
Basta comparar la DS con la DIN (DS / DIN), si es mayor que 1 significa
secreción; si es menor que 1 será reabsorción y si es 1 será solo filtración.
DS = Vmo x (OS / PS)
DIN = Vmo x (OIN / PIN)
DS / DIN = (OS / PS) / (OIN / PIN) = (OS / PS) x (PIN / OIN) = (OS / PS) x 0,01
Sodio = 0,007
Potasio = 0,08
Cloro = 0,01
Fosfato libre = 0,4
Creatinina = 1,2
Glucosa = 0
Inulina = 1
Los valores anteriores suponen el tanto por uno reabsorbido o secretado una vez
filtrado (ya que la inulina se concentra 100 veces), luego el porcentaje de
reabsorción se calculará restando de 100 los valores anteriores multiplicados por
100:
Sodio = 99,3%
Potasio = 92%
Cloro = 99%
Fosfato libre = 60%
Creatinina = -20%
Glucosa = 100%
Inulina = 0%

6. Un paciente de 68 Kg tiene un volumen urinario de 1,5L/24h, [Cr]o = 0,9


mg/ml y una [Cr]p = 0,8 mg/100 ml. Calcule la TFG.

Solución​:
Flujo urinario (Vmo) = (1500 ml/24h)/(1440 min/24h) = 1,04 ml/min

TFG = [Cr]o x Vmo /[Cr]p = (0,9 mg/ml x 1,04 ml/min) / 0,008 mg/min = ​117
ml/min​.

CONCLUSIÓN

FUENTES DE CONSULTA

Baker, R. W. (2004). ​Membrane technology and applications​. Jhon Wiley and Sons.
England. Brun, J. P., (1989). ​Procedés de séparation par membranes: transport,
techniques membranaires, applications​, Masson, Paris. Grandison, A. S. and Lewis,
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Principles and Applications​. Woodhead Publishing Ltd. England. Judd S., Jefferson
Mulder, M, (1991), ​Basic Principles of Membrane Technolog​y. Kluwer Academic
H. STRATHMANN,​ ​(1981) ​"Membrane separation processes​", Jour. of Memb.
Science, 9, 121-189
C. FERNÁNDEZ-PINEDA, J. AGUILAR, (1975) ​"La termodinámica irreversible y el
transporte en membranas "​, Las Ciencias, XL, 4.

KATCHALSKY, ​"Non equilibrium thermodynamics"​, Sc. et Tech., Oct. 1963, p. 43. A.

KATCHALSKY, ​"Living membranes​", Sc. et Tech., 52, Dic. 1967. J. AGUILAR, C.

Rutz BAUZÁ, ​"Los fenómenos electrocinéticos a través de membranas ", Rev. de la


Univ. Comp!utense​, 1981/2, p. 120.

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