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Luis XIV

1594 – Enrique IV, el primero de los reyes borbones de Francia reivindica el trono. Su decreto
por el que decretaba que todos los domingos debía haber un pollo en las ollas de los
campesinos, lo convirtió en un rey muy popular.

1598 – A los protestantes franceses se les concede el derecho a practicar libremente su


religión.

1610 – Asesinato de Enrique IV.

Luis XIII heredó el trono de su padre, pero no su fuerza ni su popularidad.

Trataba constantemente de descubrir conspiraciones para con él. Carecía de compasión


humana. Príncipes y aristócratas oportunistas se enfrentaron al rey y a toda la dinastía.

Después de 20 años de matrimonio, Luis y su reina Ana de Austria no habían tenido hijos.

Luis XIII mostraba una clara preferencia por los hombres frente a las mujeres. Los amores más
importantes fueron de chicos jóvenes. Ana de Austria nunca fue el centro de su vida
sentimental.

Se odiaban mutuamente. Luis XIII era un marido tiránico, no se dirigían la palabra con su
esposa.

Amenazada de exilio por el rey, la reina a los 37 años de edad quedó embarazada. El 5 de
setiembre de 1638 dio a luz a Luis. Fue apodado “regalo de Dios” como muestra de lo
emocionado que estaba el pueblo por tener un heredero. En 1641 nace su segundo hijo.

Luis XIII afectado por las conspiraciones murió en 1643 de unas úlceras graves.

Esto les ahorró a Luis y a su hermano la vida junto a un padre débil.

Antes de los 5 años, Luis se convirtió en Luis XIV. La reina Ana fue nombrada regente del trono.

Mazzarino fue nombrado primer ministro y se rumoreaba que era el amante de la reina, siendo
un padre sustituto para Luis.

Mazzarino instruyó a Luis y de él aprendió el poder de la imaginería.

Luis a los 5 años acompañaba a Mazzarino a las reuniones de estado. Y Ana inculcaba la noción
de la elección divina del Rey.

Luis era un ávido estudiante pero su vida no era todo trabajo. Era un chico muy abierto y le
gustaba los deportes al aire libre, como esgrima, equitación.

Después de su 10 cumpleaños, en agosto de 1648 la felicidad y el orden desaparecen de la vida


de Luis. En las calles de París ha estallado la guerra. Los ciudadanos oprimidos por los
impuestos inician los primeros años de levantamientos populares.
Mazzarino levantaba resonados odios entre gran parte de la población. Envidiaban su poder y
su dinero. Además, les ofendía su proximidad al trono.

El miedo obligó a la reina Ana a huir de París de sus hijos en busca de la seguridad del campo.

El 9 de febrero de 1651 la reina Ana temiendo ser arrestada, preparó a Luis y a su hermano
para la huida. Pero fue tarde. Los nobles sublevados tomaron el palacio. Prisionero en su
propio palacio el 5 de setiembre de 1651, Luis cumplió 13 años. Según la ley francesa, ya era
adulto para gobernar pero su reino seguía sumido en el caos. Mazzarino instaura un ejército
privado. El 2 de julio 1652 las tropas del Rey combaten contra los príncipes rebeldes por el
control de la capital.

Luis vio como las puertas de la ciudad se cerraban ante él. En lo alto de las torres de la bastilla
estaba su primera prima Ana Luisa ordenar apuntar los cañones contra sus tropas.

Expulsado de su capital, Luis se retiró de París. Pero algún día volvería para vengarse de la
traición de sus nobles.

En la campiña pasó su 14 cumpleaños, mientras el cardenal Mazzarino planificaba su regreso al


poder.

Debilitada por las propias peleas internas, la Fronda como se llamaba a esta revolución,
terminó en 1653. En 1654, Luis ya con 16 años fue coronado como Luis XIV en la Catedral de
Reims.

Su primera orden fue castigar a los nobles desobedientes que se enfrentaron a su majestad.
Ana Luisa y otros príncipes fueron condenados al exilio.

La década de 1650 marcó un período de exuberancia y lujuria para Francia y su monarca.

Luis era un actor en el sentido de Moliere. Siempre interpretó el de Rey y lo hizo


maravillosamente. Tomó parte activa en obras, óperas y ballets. Moliere escribió papeles para
el Rey, como también lo hicieron músicos y coreógrafos.

Muchas muchachas jóvenes cedieron ante la lujuria de Luis. Era un hombre muy atractivo,
tenía carisma. Maria Mancini, la sobrina de Mazzarino fue la primera que consiguió arrebatar
su corazón. Tanto la reina como Mazzarino se oponían a esta relación. Ellos querían que se
casara con la hija del rey Felipe II para forjar la paz entre España y Francia.

En 1659 se firmó con España la paz de los Pirineos y en 1660 Luis con 21 años se casaba con la
princesa española María Teresa.

No fue un matrimonio por amor, no tuvo elección. Ella no era una mujer atractiva. María Teresa
era baja, corpulenta y una religiosa devota. Ella se decepcionó con la frivolidad de la corte del
Rey. Se sentía aislada y su marido la engañaba constantemente.

Se enamoró de la mujer de su hermano Felipe, Enriqueta. Felipe era homosexual. La reina Ana
introdujo varias damas de honor en la corte con la esperanza de distraer al rey de su cuñada.
Una de ellas, Luisa, llamó la atención de Luis. Luisa era la pareja perfecta para aquel Luis de 23
años. Para ambos fue un amor pleno y correspondido. El rey mostraba abiertamente a Luisa
como su amante.

El Cardenal Mazzarino murió en 1661. Luis expulsó del consejo real a todos los miembros de la
nobleza. Y no nombró ningún primer ministro para reemplazar a Mazzarino. Fue lo que
conocemos como un golpe de estado.

Nicolás Fouquet, su ministro de Finanzas, un hombre rico, popular y muy influyente, era el
único hombre en Francia que poseía una flota de barcos. En agosto de 1661 invitó al rey a su
castillo en las afueras de París a cenar. Fue tanta la riqueza que vio en su castillo, que lo mandó
a arrestar no se sabe si por envidia o porque creía que estaba siendo traicionado.

Una vez que Fouquet fue encerrado en prisión, Luis se quedó con todas sus propiedades.

Luis empezó a construir Versalles en 1661, a unos 27 kilómetros de París. Este palacio costó el
empobrecimiento y la sangría del pueblo francés. Para construir este palacio se necesitó un
ejército de hombres. Un servicio doméstico de 5000 miembros se encargaba de su
mantenimiento. 1400 fuentes decoraban los alrededores.

Luis entendió perfectamente el poder de la grandeza. Mantenía en Versalles lo que en realidad


quería para el resto del país.

Francia en el SXVII era el país más poblado y rico de Europa. Pero aquella riqueza se vio
comprometida por la debilidad del sistema.

Con la ayuda de su ministro de Hacienda, un economista inteligente, Luis orquestó para la


Francia de las décadas de 1660 y 1670 una época de crecimiento y prosperidad. Se desarrolló
la industria, se lanzó el comercio internacional, se crearon las compañías comerciales, se
instauraron las academias. Florecieron las artes y las ciencias y el ejército pasó de 50000 a
400000 hombres.

En 1667 atacó los países bajos españoles, alegando que su mujer había alegado derechos sobre
aquellas tierras.

En Francia llevaba a cabo la campaña de la autopromoción. En 1664 llegó a Versalles en un


carromato de oro vestido de Apolo, el rey Sol.

Madame de Montespan era la heredera de una de las familias más antiguas y nobles del reino.
Estaba muy orgullosa de su sangre y de su inteligencia. Tenía un humor alimentado por una
gran inteligencia, una combinación tan solo superada por su belleza. A finales de 1660
sustituyó a Luisa como la nueva amante del rey. Dio a luz a 6 hijos del rey.

1 de cada 2 años del reinado de Luis transcurría en guerras. A pesar de haber transformado
Francia en un país con un próspero comercio, seguía exasperado por superar a la potencia
económica holandesa. En 1672 atacó Holanda. 6 años de sangrientas guerras. Miles de
hombres perdieron su vida en combate. Francia saldría vencedora pero económicamente se
pagarían consecuencias.
En su papel de actor, Luis quería que el mundo fuera testigo de su grandeza. En 1678 Francia se
convirtió en la principal potencia europea.

A sus 40 años era decididamente promiscuo. En las noches dormía con la reina y en las tardes
pasaba con madame de Montespan y otras mujeres.

En 1684 estableció Versalles como sede de su gobierno.

En Versalles puso en práctica un juego de poder a base de distinciones, como sostenerle la


palangana para lavarse o el candelabro por la noche, eran signos de estatus.

En 1685 Luis y sus ministros revocaron el edicto de Nantes, que permitía a los protestantes
practicar su fe en libertad. Los protestantes franceses fueron perseguidos y los que
consiguieron escapar de Francia prepararon una nueva venganza.

La siguiente decisión de Luis para la grandeza de su país, llevaría a Francia al borde de la ruina.
María Teresa, la princesa española murió en 1683. Tras su fallecimiento, se casó con Madame
de Maintenon, plebeya institutriz de los hijos que Luis tenía con madame de Montespan.

Ella era mayor que él y se rumoreaba que era frígida y religiosa devota. A finales de la década
de 1690 aceptó la oferta del rey Carlos de España de convertir a Felipe, el nieto de Luis, en su
heredero. En 1701 estalló la guerra de sucesión española. Si el nieto de Luis no se convertía en
rey de España, el trono de ese país pasaría a mano de los Habsburgo austríacos.

Luis no podía ni ver a los Habsburgo austríacos y a los Habsburgo españoles.

Inglaterra, Holanda, el imperio romano y los estados alemanes se unieron en guerra contra
Francia.

El coste de la guerra fue tal que debió fundir la plata para conseguir dinero y seguir luchando.
Fue una época de gran miseria para los franceses, heladas, pérdida de cosecha de granos,
hambre y fracaso en las batallas.

Los franceses se morían de hambre, había conflictos por el pan en todo el país. Y aún así, Luis,
ya de 70 años, mientras esperaba noticias de los generales, seguía dándole esplendor a
Versalles.

En 1711 tres generaciones heridas de sus herederos murieron sorpresivamente. Las muertes
hicieron saltar los rumores sobre conspiraciones y envenenamientos.

En 1712, llegaron noticias de que Francia había vencido a Austria.

En 1713 se firmó la paz de Utretch y el nieto de luis mantuvo su derecho al trono de España. La
guerra había sido ganada pero el dominio de Francia había sido acabado.

En agosto de 1750 cayó enfermo. Una infección invadió una de sus piernas, gangrena.

Tras una intensa agonía, murió el 1 de setiembre de 1715 en Versalles, antes de su 77


cumpleaños.
Fue el regente soberano de Francia en su época de mayor esplendor. En su lecho de muerte
admitió haber amado demasiado la guerra.

La guillotina sería el destino de los herederos de Luis XIV y la revolución invadiría su país por
completo en 1789. La revolución destruiría la monarquía pero no acabaría con la poderosa y
moderna Francia creada por Luis.

Luis, fue probablemente el último gran rey.

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