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CAPÍTULO XIII

ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLECULARES


EN LOS LÍQUIDOS

A) ELASTICIDAD

XIII – 1. Comportamiento elástico e inelástico. Límites de elasticidad y ruptura.


Ley de Hooke
Si sobre una barra de un sólido hacemos un esfuerzo moderado de tracción o de compresión,
se alargará o comprimirá hasta una situación en que las fuerzas internas entre sus partículas (áto-
mos o moléculas) anulen la acción exterior. Estas fuerzas interiores son atractivas si compensan
una tracción o respulsivas si se somete el sólido a una compresión, y tenderán a hacer que aquél
vuelva a su situación original al cesar la fuerza exterior.
Pero esto no siempre ocurre, para cada sólido existe un valor máximo de la fuerza aplicada por
debajo del cual tiene un COMPORTAMIENTO ELÁSTICO: al retirar la fuerza aplicada al sólido recupera
su forma primitiva. Ahora bien si se sobrepasa el citado valor máximo de la fuerza exterior, en el
sólido se producen deformaciones que ya no son recuperables; se dice entonces que tiene un COM-
PORTAMIENTO INELÁSTICO: al cesar la acción exterior no recupera su volumen o forma primitivos.
Se llama LÍMITE DE ELASTICIDAD a la mínima fuerza, por unidad de sección capaz de producir en
el sólido una cierta modificación permanente. Si aumentamos gradualmente la fuerza exterior por
encima del límite de elasticidad, el sólido sigue deformándose hasta romperse. El LÍMITE DE RUPTU-
RA es la mínima fuerza, por unidad de sección, capaz de producir la ruptura del cuerpo. Este valor,
que se mide experimentalmente para cada tipo de material, es solamente representativo, el valor
real para un determinado objeto puede variar de forma considerable en función de sus defectos
internos, de su historia e incluso de circunstancias ambientales; por ello se emplea frecuentemente
el llamado COEFICIENTE DE SEGURIDAD (S): cociente entre la fuerza aplicada por unidad de sección y
el límite de ruptura (R):
F
S=
AR

El inverso de este coeficiente es el FACTOR DE SEGURIDAD.


La ley que regula el comportamiento elástico es la LEY DE HOOKE, que ya fue enunciada en
estática:
«Las deformaciones o cambios de volumen producidos en los cuerpos, son directamente
proporcionales a las fuerzas o momentos de pares que los produjeron, siempre que no se
rebase el límite de elasticidad».

F = Kx N = Kj

LÍMITES DE ELASTICIDAD DE ALGUNOS MATERIALES


ESFUERZO DE TRACCIóN COMPRESIBILIDAD CIZALLADURA
MATERIAL
(N/m2) (N/m2) (N/m2)
Acero 500 × 106 500 × 106 250 × 106
6 6
Aluminio 200 × 10 200 × 10 200 × 106
6 6
Hierro fundido 170 × 10 550 × 10 170 × 106
6 6
Latón 250 × 10 250 × 10 200 × 106
6 6
Hormigón 2 × 10 20 × 10 2 × 106
6
Mármol – 80 × 10 –
Granito – 170 × 106 –
Nilón 500 × 106 – –
Hueso (Brazos y piernas) 130 × 106 170 × 106 –

XIII – 2. Elasticidad por tracción


Al fenómeno de la variación temporal de la longitud de un cuerpo, por efecto de una fuer-
290 ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLÉCULARES EN LOS LÍQUIDOS

Experimentalmente se comprueba que el aumento de longitud (∆ l ) que sufren alambres o va-


rillas de distintas longitudes y secciones debido a esfuerzos de tracción, obedecen a la ley:

1 Fl
∆l =
E A

F: Fuerza que produce la deformación. l: Longitud inicial del cuerpo. A: Sección. E: Una constante
característica de la sustancia que se llama MÓDULO DE YOUNG y tiene por ecuación de dimensiones
en el CGS y SI: ML–1T – 2 y en el TÉCNICO: FL– 2; por lo que se mide en dyn/cm2 (CGS), N/m2* (SI) y en
kp/m2 (TÉCNICO).
El alargamiento de longitud (∆l/l) o variación que corresponde a la unidad de longitud, es:

∆l 1 F 1
= = p (1)
l E A E

siendo p la fuerza que actúa sobre la sección unidad o ESFUERZO DE TRACCIÓN.


Si al alambre de la Fig. XIII-1 le aplicamos fuerzas gradualmente mayores, se producen en él
Fig. XIII-1.– →Por efecto de la fuerza alargamientos crecientes. Representando en abscisas la fuerza (Fig. XIII-2), y en ordenadas los au-
de tracción F , el alambre se alarga mentos relativos de longitud (variación que experimenta cada unidad de longitud), obtendremos,
una longitud D l. en principio, una línea recta hasta que, al rebasar una determinada fuerza (F1), ∆ l/l deja de ser
proporcional a la fuerza y se obtiene una línea curva en la representación gráfica. La fuerza (F1) re-
ferida a la unidad de sección, es el límite de elasticidad. Si en vez de hacer la fuerza gradualmente,
se hace toda a la vez, el alargamiento es menor (línea OB); con el tiempo, el cuerpo adquiere los
valores correspondientes a los alargamientos expresados en la línea OA. Si se va disminuyendo la
fuerza gradualmente la barra va disminuyendo de longitud (línea OA); si la descarga se hace toda
a la vez, queda a la barra un ALARGAMIENTO REMANENTE OC; la línea CA indica los alargamientos
que quedan en la barra, tras las descargas bruscas, con el tiempo la barra va adquiriendo la longi-
tud que corresponde a los valores representados en OA.
Si aplicamos a una varilla fuerzas en sentido contrario al descrito anteriormente le producimos
un acortamiento que llamamos COMPRENSIÓN UNILATERAL que sigue las mismas leyes que la tracción
pero con signo negativo, con la condición de que no se produzca flexión.
Si a un cuerpo no perfectamente elástico se le aplican tracciones y compresiones consecutivas
se producen las desviaciones de la ley de Hooke que se representan en la curva de HISTÉRESIS ELÁS-
TICA de la Fig. XIII-3. La primera deformación (recta OA), no se recupera al hacer nula la tracción,
Fig. XIII-2.– Representación gráfica
de los alargamientos relativos sufri- el cuerpo tiene remanencia (punto B). Al comprimir se reduce primero la longitud hasta la original
dos por un alambre al aplicarle fuer- (punto C) y continua reduciéndose hasta la compresión máxima (punto D). Cuando se anula la
zas diferentes. compresión queda la deformación representada por OE, que desaparece con una nueva tracción,
para así completar el ciclo.
Por otra parte la energía que se consume al producir una deformación es devuelta totalmente
por el cuerpo al cesar la acción exterior solamente si éste es perfectamente elástico, en caso con-
trario la energía gastada, en la extensión de O hasta A, proporcional al área OAP (Fig. XIII-3), es
mayor que la devuelta al volver el cuerpo de A a B en una cantidad proporcional al área sombre-
ada en la misma figura; la diferencia de energía se ha disipado en calor.
PROBLEMAS: 1 al 9.

XIII – 3. Contracción lateral


Al estirarse un cuerpo sus dimensiones lineales transversales (l′) disminuyen (Fig. XIII-4), sien-
do su variación relativa proporcional a la longitudinal:

∆ l′ ∆l s F ∆ l′ s
=−s =− ⇒ ==− p (2)
Fig. XIII-3.– Curva de histéresis de un l′ l E A l′ E
material no perfectamente elástico.
Al coeficiente de proporcionalidad entre las dos variaciones, se le llama COEFICIENTE DE POISSON
(s > 0) y es una magnitud adimensional. El signo menos de la fórmula nos indica disminuciones de
las dimensiones longitudinales transversas (l′), cuando aumenta la longitud (l).
En la descripción de las propiedades elásticas, siempre que se trate de materiales homogéneos
e isótopos, son suficientes los dos módulos que hemos definido, los cuales dependen única y ex-
clusivamente de la naturaleza del material y no de sus parámetros geométricos.
Consecuencia de la tracción y la contracción es la variación experimentada por la sección y el
volumen del cuerpo, el cálculo de estas variaciones es el que sigue: un cm2 situado en un plano
perpendicular a la dirección de tracción se habrá transformado en: (1 + ∆ l′/l′)2 y A cm2 en
A (1 + ∆ l′/l′)2; la nueva superficie transversal (A + ∆ A) será:
Fig. XIII-4.– Las fuerzas de tracción
aplicadas a la barra disminuyen sus
ELASTICIDAD 291

FG ∆ l′ IJ 2
FG ∆ l′ IJ
A + ∆A = A 1+
H l′ K H
= A 1+ 2
l′ K
las variaciones relativas ∆ l/l, normalmente tienen valores muy pequeños, del orden de 10 –3, por
ello podemos, en primera aproximación despreciar sus cuadrados. Así en la expresión anterior
(∆ l′/l′)2 = ∆ l′/l′, obteniéndose en definitiva:

∆A ∆ l′ s
=2 =−2 p (3)
A l′ E

Un cm3 de la sustancia, considerando una de sus aristas en la dirección de la tracción, se habrá


transformado en:
FG 1 + ∆ l IJ FG 1 + ∆ l′ IJ 2

H l K H l′ K
el volumen final de V cm3 será:
FG ∆l IJ FG 1 + ∆ l ′ IJ 2
FG ∆l IJ FG 1 + 2 ∆ l′ IJ = V + V FG ∆ l + 2 ∆ l′ IJ
V + ∆V = V 1 +
H l K H l′ K = V 1+
H l K H l′ K H l l′ K
hemos despreciado en los desarrollos (∆ l′/l′)2 y 2∆ l′/l · ∆ l′/l′. De la anterior obtenemos:

∆ V ∆ l 2 ∆ l′ p p ∆V 1 − 2s
= + = − 2s ⇒ = p (4)
V l l′ E E V E

Las expresiones (1), (2), (3) y (4) nos indican la proporcionalidad de las variaciones relativas de
l, l′, A y V con la fuerza que actúa sobre cada unidad de sección o esfuerzo de tracción.
Teniendo en cuenta que en la tracción de un cuerpo, su volumen aumenta entonces ∆V es
siempre positivo, luego:
1
1 − 2s > 0 ⇒ s<
2

XIII – 4. Compresibilidad
COMPRESIBILIDAD es el fenómeno de disminución del volumen de un cuerpo al aplicar a su
superficie externa, presiones hacia el interior del cuerpo.
Si las presiones son iguales en todas las direcciones, la variación relativa de volumen queda
determinada por:
∆V 1
= p (5)
V B

B: MÓDULO DE COMPRESIBILIDAD de la sustancia, que se mide en dyn/cm2 (CGS), N/m2 (SI) y en kp/m2
(TÉCNICO). El valor de B para los gases es enorme en comparación con el que corresponde a líqui-
dos y sólidos.
Los módulos de Young, de Poisson y compresibilidad, quedan ligados por la expresión:

E = 3 B (1 − 2 s ) (6)

Para la demostración de las fórmulas anteriores, supongamos a un cuerpo sometido a una


compresión uniforme p (por ejemplo, lo tenemos sumergido en un fluido), al que podemos imagi-
nar dividido en paralelepípedos de aristas a, b y c, sobre cada cara actuarán fuerzas normales de
comprensión. La variación de longitud de cualquier arista, la de a por ejemplo, es debida a dos
causas:
1) Una disminución de longitud debida a las presiones que actúan sobre las caras paralelas al
plano YZ en la Fig. XIII-5 (COMPRENSIÓN UNILATERAL); el valor de esta disminución por unidad de
longitud es: p/E.
2) Un alargamiento de longitud debida a las compresiones de los otros dos pares de caras
(CONTRACCIÓN de signo negativo); el valor de este aumento por unidad es: 2s p/E.
Luego la arista de longitud inicial a tendrá una longitud:

LM 2s 1 2s − 1 OP LM OP
a + ∆a = a 1 +
N E
p−
E
p = a 1+
E
p
Q N Q
292 ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLÉCULARES EN LOS LÍQUIDOS

LM 2s − 1 OP LM 2s − 1 OP
N
b + ∆b = b 1 +
E
p
Q c + ∆c = c 1 +
N E
p
Q
luego el valor del volumen será:
LM 2s − 1 OP 3
V + ∆ V = abc 1 +
N E
p
Q
desarrollando y despreciando infinitésimos:
Fig. XIII-6.– Cizalladura. LM 2s − 1 OP ∆V 3 ( 2 s − 1)
V + ∆V = V 1 + 3
N E
p
Q ⇒
V
=
E
p

Si llamamos:
1 3 (s − 1)
=
B E
obtenemos las (5) y (6) que son las que queríamos demostrar.

XIII – 5. Elasticidad por deslizamiento o cizalladura


«UNA FUERZA DE DESLIZAMIENTO o CIZALLADURA es la que actúa tangencialmente al plano al
que se le aplica».
Al aplicar al paralelepípedo de la (Fig. XIII-6) fuerzas tangenciales a una de las caras y uniforme-
mente distribuidas sobre ella, cada uno de los planos paralelos a tal cara desliza con respecto al an-
terior obteniéndose como resultado una deformación, medida por el ángulo j de la figura. El cuerpo
conserva su base y altura y, por tanto, su volumen. La deformación, medida por el ángulo j es:
Fig. XIII-7.
1 F 1
j= = p
G A G

G: MÓDULO DE DESLIZAMIENTO o CIZALLADURA, que se mide en dyn /cm2 (CGS), N /m2 (SI) y en kp /m2
(TÉCNICO).
Los módulos de Young, de Poisson y de cizalladura, quedan ligados por la expresión:

1 E
G=
2 1+ s

Para demostrar las dos fórmulas anteriores, estudiemos previamente la variación de longitud
de las aristas de un cubo sometido a los esfuerzos indicados en la Fig. XIII-7. El problema es pare-
cido al descrito en el párrafo anterior, en éste, el cubo está sometido a presiones verticales y trac-
ciones horizontales y tendremos para la variación experimentada por la arista horizontal:

LM 1 s OP ∆l 1 + s F
N
∆l + l = l 1 +
E
p+
E
p
Q ⇒
l
=
E A
(7)


Fig. XIII-8.– La fuerza 2 F es de la variación vertical será la misma pero de signo opuesto.
cizalladura y tiene la dirección nor- Si sometemos al cubo a esfuerzos tales como los de la Fig. XIII-7, una vez producida la defor-
mal al plano BD.
mación, el cuerpo se encuentra en equilibrio y por tanto todas las fuerzas que actúan sobre él son
iguales, con el fin de no producir pares resultantes no nulos. Considerando la mitad del cubo,
mentalmente aislada por la diagonal AC (Fig. XIII-8), el equilibrio exige que las dos fuerzas F sean
compensadas por otra ejercida por la mitad suprimida del cubo, ésta por tanto vale F 2 y es
2
normal al plano diagonal que pasa por BD, y siendo este plano de área l 2 = A 2 , la fuerza
por unidad de superficie a la que se ve sometido es F 2 / A 2 = F / A . La situación para la otra
mitad del cubo que no hemos considerado es simétrica a la anterior.
Supongamos ahora dentro del cubo no deformado un pequeño paralelepípedo de caras para-
lelas a los planos diagonales (Fig. XIII-9), el efecto de las tracciones y compresiones sobre el cubo
producen un efecto de cizalladura sobre el paralelepípedo.
Una vez deformado el sistema, la situación será la de la Fig. XIII-10 en la que el ángulo j mide
la cizalladura, y de la que deducimos:
j
a 1 p FG IJ
p j 1 − tg
2
b= =
2 2 2 H−j = −
K
4 2
⇒ tg b =
1 + tg
j
2
Fig. XIII-9.– Efecto de cizalla produ- l − ∆ l 1 − ∆ l /l
cido sobre el paralelepípedo interior tag b = =
l + ∆ l 1 + ∆ l /l
por causa de tracciones y compresio-
ELASTICIDAD 293

j ~ j ∆l ∆l
tag − = ⇒ j= 2
2 2 l l
teniendo en cuenta (7), se obtiene:
1+ s 1
j= 2 p= p
E G

donde G = E/2 (1 + s), como queríamos demostrar.

XIII – 6. Elasticidad por torsión


Fig. XIII-10.– El ángulo j mide la ci-
TORSIÓN es la deformación producida a un cuerpo causada por un par de fuerzas sin que zalladura.
varíe el volumen.
Si a una barra cilíndrica (Fig. XIII-11) de longitud l y radio R, fija por un extremo, le aplicamos
un par de fuerzas de momento N, la deformación viene medida por lo que llamaremos ÁNGULO DE
TORSIÓN (a) y su valor es:

1 2l
a= N
G p R4

en la que G es el módulo de cizalladura de la sustancia estudiado en el párrafo anterior.


En efecto: en la barra cilíndrica de la Fig. XIII-11, al ser aplicado al extremo libre el par de fuer-
zas de momento N, se «retuerce» de tal forma que el extremo de A de la generatriz BA se sitúa en
A′. El ángulo AOA′ nos mide la torsión.
Considerando un elemento de volumen de la barra comprendido entre dos cilindros concéntri-
cos de radios r y r + dr (Fig. XIII-12), al desarrollarlo nos da una figura prismática de la forma ex-
presada en la Fig. XIII-13. La deformación producida es equivalente a una cizalladura de ángulo
j, cuyo valor es:
1 dF
j= ⇒ dF = j G dA
G dA
ra Fig. XIII-11.– Torsión.
siendo: dA = 2 p r d r, y con suficiente aproximación: j = tg j = ; el momento de dF respecto
al eje del cilindro será: l
ra 2p G a 3
d N = r d F = r j Gd A = r G 2 pr dr ⇒ dN = r dr
l l
luego el valor del momento total es:

N=
2p G a
l z0
R
r 3 dr =
p Ga 4
2l
R ⇒ a=
1
G
N
2l
p R4
como queríamos demostrar. Llamando D al diámetro del cilindro, esta expresión la podemos escribir:
(8)

32 1 1 l 1
a= N= N= N ⇒ N=Ka
p G D4 g D4 K

en la que K la llamamos módulo de rigidez, siendo:


D4 pG
K=g g=
l 32

g: COEFICIENTE DE COULOMB, proporcional al módulo de cizalla e independiente de los parámetros


geométricos del sólido. De (8) se obtiene:
Fig. XIII-12.– Torsión.
N D4
=K=g
a l

expresión que nos da las leyes de la torsión que fueron encontradas por Coulomb experimental-
mente y que dicen:
1. El par de torsión es proporcional al ángulo girado.
2. La relación entre el par de torsión y el ángulo girado es directamente proporcional a la cuarta
potencia del diámetro e inversamente proporcional a la longitud.
Teniendo en cuenta la primera ley y las conclusiones obtenidas en el párrafo X-13 para el osci-
lador armónico de rotación; si de un hilo resistente a la torsión colgamos un cuerpo y lo giramos,
al dejar el sistema en libertad, el par causante de las oscilaciones de torsión toma el valor:
N = –Ka, proporcional y de signo contrario al desplazamiento angular, luego el movimiento será Fig. XIII-13.– Deformación de ciza-
294 ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLÉCULARES EN LOS LÍQUIDOS

I Il 32 I l 2p 2 Il
T = 2p = 2p = 2p ⇒ T=
K g D4 p G D4 R3 pG

proporcionándonos un método práctico para medir G.

XIII – 7. Elasticidad por flexión


FLEXIÓN es el fenómeno de deformación de un cuerpo por efecto de una fuerza proporcio-
nal a su dimensión mayor, y el sólido se deforma de tal modo que el sistema de láminas
planas paralelas se encorvan formando un haz de superficies curvas.
La deformación d (FLECHA) para una barra de la forma de la Fig. XIII-14 1.ª tiene por valor:

4F l3
d=
E a h3

F = peso o fuerza; l, a, h: longitud, anchura y altura; E = módulo de Young.


Si la barra está apoyada en dos puntos (Fig. XIII-14 2.ª) la fórmula de la deformación es la
misma, salvo que el factor numérico 4 aparece en el denominador.
En la flexión las superficies que quedan en el lado convexo se alargan y las del lado cóncavo
se contraen, luego en la región intermedia las habrá que no han modificado su valor (ZONA NEUTRA).
Para las distintas secciones que puede tener el material que sufre flexión, la flecha d además de
depender de la longitud, depende de lo que llamamos MOMENTO DE INERCIA GEOMÉTRICO DE LA SEC-
CIÓN TRANSVERSAL con relación a un eje que pasa por el centro de gravedad y es perpendicular al
plano de simetría; de tal forma que si descomponemos la sección transversal en elementos de su-
perficie d A paralelos al eje e, se tiene por definición:

z
Fig. XIII-14.– Flexión.

I= z2 dA
A

por lo que el valor de I será mayor cuanto más lejos posible de dicho eje se distribuya el material,
y como en general:

l3
d=k F
EI

siendo k un número dependiente de dónde está localizada F, para que la flexión sea pequeña nos
interesa que I sea lo mayor posible, razón por la que vigas, carriles... etc. se construyen de la forma
indicada en la Fig. XIII-15.
PROBLEMAS: 10 al 15.
Fig. XIII-15.– Sección de una viga.
MÓDULOS DE ELASTICIDAD EN N/m2 (Pa)
MÓDULO DE MÓDULO DE
MÓDULO DE YOUNG
RIGIDEZ COMPRENSIBILIDAD

Acero 19-21 × 1010 8 × 1010 16 × 1010


Aluminio 7 × 1010 2,4 × 1010 7 × 1010
Cobre 10-12 × 1010 4 × 1010 12 × 1010
Hierro fundido 8-10 × 1010 – 9,6 × 1010
Latón 10 × 1010 3,5 × 1010 8 × 1010
Plomo 1,5 × 1010 0,5 × 1010 0,8 × 1010
Hormigón 2 × 1010 – –
Mármol 5 × 1010 – 4,5 × 1010
Granito 4,5 × 1010 – –
Nilón 0,5 × 1010 – –
Hueso (brazos y piernas) 1,5 × 1010 8 × 1010 –
Agua – – 0,2 × 1010
Glicerina – – 0,45 × 1010
Mercurio – – 2,6 × 1010

B) FENÓMENOS MOLECULARES EN LOS LÍQUIDOS

XIII – 8. Cohesión
En el capítulo anterior, hemos llamado r0 la distancia a la que la fuerza de enlace entre dos
moléculas (monoatómicas o no) es nula por ser iguales las fuerzas de atracción y de repulsión en-
tre ellas y tal que a distancias menores que r0 la fuerza de repulsión es tan intensa que no puede
haber ninguna molécula en tal lugar, por lo que atribuíamos a una distancia aproximadamente
igual a ella el valor de «radio medio» en la dimensión de tal molécula. También se dijo que en toda
FENÓMENOS MOLECULARES EN LOS LÍQUIDOS 295

mos a las que se encuentran a la distancia r0) a distancias r > r0 interaccionando entre sí por las
fuerzas de atracción que llamamos de COHESIÓN, por cuyo efecto permanecen unidas para el caso
de sólidos y líquidos.
En consecuencia, una molécula cualquiera en el interior de un líquido en reposo atrae, y a su
vez es atraída por todas las moléculas que la rodean, acciones que se manifiestan en un espacio
llamado campo de fuerzas. Si dentro de este campo hay homogeneidad, las acciones iguales en
todas las direcciones y sentidos se equilibran (Fig. XIII-16, molécula A).
Pero las fuerzas de cohesión disminuyen rápidamente al aumentar la distancia y, prácticamen-
te, solo se tendrán en cuenta las acciones de aquellas moléculas que se encuentran lo suficiente-
mente próximas a ella; definiendo:
El RADIO DE ACCIÓN MOLECULAR (R) es la distancia en la cual son sensibles las fuerzas de co-
hesión, y a la esfera de radio R la llamamos ESFERA DE ACCIÓN MOLECULAR. Fig. XIII-16.– Fenómenos molecula-
res en los líquidos.
Dentro de la esfera de acción molecular trazada alrededor de una molécula cualquiera A en el
interior de un líquido en reposo, hay un gran número de moléculas, las fuerzas debidas a ellas so-
bre la A están dirigidas en los distintos sentidos y en promedio se compensan y, por tanto, la fuer-
za resultante sobre ella es nula.
Si la homogeneidad material no existe en el campo de fuerzas, la homogeneidad en la cohe-
sión tampoco existe, originándose la serie de fenómenos que a continuación se describen.

XIII – 9. Presión molecular


Supongamos que sobre la superficie libre de un líquido, que también hace de superficie de se-
paración entre dos medios, existe un gas muy expansionado y las acciones moleculares de éste so-
bre las del líquido son despreciables por su pequeña concentración.
En estas condiciones, sobre la molécula B (Fig. XIII-16) que se encuentra separada de la super-
ficie libre del líquido una distancia menor que el radio de acción molecular, también sobre la C
perteneciente a tal superficie, actúan un número diferente de moléculas por cada lado (en la Fig.
XIII-16 no están compensadas las acciones de las moléculas con sombreado más intenso), y en
consecuencia las fuerzas que ejercen sobre B o C no se compensan entre sí, dando lugar a una
fuerza resultante F dirigida hacia el interior del líquido y perpendicular a su superficie libre.
En consecuencia: sobre toda la capa próxima a la superficie libre del líquido en equilibrio y
que tiene un espesor igual al radio de acción molecular, actúan fuerzas normales a ella y hacia el
interior del líquido, luego:
La capa superficial de un líquido en equilibrio, ejerce sobre el resto del líquido una presión
que llamamos PRESIÓN MOLECULAR.
Esta presión existe independientemente de las causadas por las fuerzas exteriores, por ejemplo:
la presión hidrostática debida a las fuerzas de gravitación.
Las fuerzas causantes de la presión molecular, hacen que las moléculas del líquido se aproxi-
men, compensándose en el equilibrio por las fuerzas de repulsión que aparecen por este acerca-
miento.
Debido a que las fuerzas de atracción molecular en la capa superficial de un líquido están diri-
gidas hacia su interior, existe la tendencia de las gotas de líquido a adquirir forma esférica; las fuer-
zas gravitacionales se oponen a esa tendencia pero, para las gotas pequeñas estas fuerzas influyen
poco y la forma de las gotas es casi esférica. Si sobre el líquido no actúa ninguna fuerza externa, la
posición de equilibrio de su superficie será aquella en que las fuerzas causantes de la presión mo-
lecular sean normales a ella, adoptando la forma esférica. Así por ejemplo, una gota de agua en
caída libre (téngase en cuenta que sus moléculas están en ingravidez y en equilibrio relativo), toma
la forma esférica; en una disolución de alcohol en agua con una proporción tal que adquiera una
densidad igual a la de un determinado aceite no miscible con la disolución, al ser introducido en
ella, la acción gravitatoria sobre el aceite queda compensada con el empuje de Arquímedes y flo-
tará en el interior de la mezcla adaptando forma esférica.

XIII – 10. Fenómeno de superficie: tensión superficial


Para comprender y cuantificar los fenómenos de superficie en líquidos, los comparamos con
un símil mecánico que consiste en identificar una membrana elástica estirada y en equilibrio con la
película superficial del líquido, también resistente a la ruptura y, así por ejemplo, se observa cómo
partículas más densas que el agua (polvo, insectos y aun un alfiler colocado cuidadosamente) flo-
tan en su superficie. Esta analogía deja de corresponderse al estirar la membrana, por cuyo efecto
la tensión aumenta, en cambio la fuerza de tensión superficial permanece constante con el aumen-
to de superficie del líquido.
Consideremos una molécula C (Fig. XIII-16), en la superficie del líquido. Estará sometida a las
atracciones del propio líquido, que actúan en una semiesfera de acción produciendo una resul-
tante vertical y hacia abajo F, y una serie de fuerzas superficiales f cuyas acciones se compensan
296 ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLÉCULARES EN LOS LÍQUIDOS

Las fuerzas de atracción entre las moléculas de la superficie de un líquido, considerada en


una unidad de longitud, constituyen su constante de TENSIÓN SUPERFICIAL (s).
Si se consiguen desequilibrar las acciones de la tensión superficial, se pone ésta de manifiesto
claramente, lo que se logra poniendo un borde a la superficie del líquido, ocurriendo lo mismo
que para una membrana elástica, la tensión se manifiesta al hacerle un corte.
Estas fuerzas se observan claramente en la experiencia que se describe a continuación: si colo-
camos un bucle formado por un hilo sobre una membrana jabonosa (Fig. XIII-18), tomará una
forma cualquiera. Si pinchamos en su interior adopta una forma perfectamente circular, pues al
eliminar la membrana jabonosa correspondiente a la parte interior del bucle, la tensión superficial
tira de cada uno de sus puntos con la misma intensidad, en la dirección de los radios.
Una forma de medir la tensión superficial consiste en introducir en un líquido (por ejemplo
Fig. XIII-17.– La superficie del líqui-
do coincide con el plano del papel.
agua jabonosa) un rectángulo de alambre, uno de cuyos lados es móvil, se forma una membrana,
Representamos las fuerzas que cau- en cuyos puntos las acciones superficiales estarán anuladas por la simetría de las fuerzas, excepto
san la tensión superficial. en el contacto de la membrana con el alambre, pues las fuerzas estarán distribuidas en un se-
micírculo y darán, en cada punto, una resultante perpendicular al alambre y hacia el interior
(Fig. XIII-19). El conjunto de fuerzas, actuando sobre el lado móvil (sin rozamiento con las guías),
hacen que éste retroceda; para evitarlo se coloca un pequeño peso P, pendiente de una poleita.
La tensión actúa sobre cada centímetro del lado AB; sobre los l centímetros de su longitud, la fuer-
za es sl. Pero considerando la existencia de dos superficies libres, superior e inferior, la fuerza es:

Mg
2 s l = Mg ⇒ s=
2l
De esta forma se puede medir la tensión superficial, que en el SI se expresa en N/m.
La inmovilidad de los lados fijos del rectángulo de la figura nos indica la existencia de fuerzas
de reacción iguales y contrarias a las de la tensión superficial, ya que si no existiesen estas fuerzas
se realizaría una contracción de la superficie.
Las fuerzas intermoleculares dependen de la temperatura disminuyendo con ella, por lo que le
sucederá lo mismo al coeficiente de tensión superficial.
Fig. XIII-18.– Experiencia que pone Es evidente que el coeficiente de tensión superficial dependerá además del material que se en-
de manifiesto las fuerzas debidas a la cuentre por encima de la superficie, pero el efecto es, en general, pequeño si éste último es un gas
tensión superficial. diluido (por ejemplo aire a 1 atm de presión). Debido a este efecto las tensiones superficiales se es-
pecifican para la frontera entre dos materiales; si el segundo material no se menciona de forma
explícita, se supone que se trata de aire a la presión atmosférica, como ocurre en los valores dados
en las tablas al margen.
La existencia de las fuerzas de tensión superficial nos dan la explicación a la formación de es-
puma en la superficie de los líquidos, puesto que al agitarlo e introducir aire en su interior, al pre-
tender salir del líquido en forma de burbuja, no puede romper la membrana superficial permane-
ciendo bajo la superficie del líquido; un gran número de estas burbujas forman la espuma.

XIII – 11. Energía superficial


Al pretender aumentar la superficie de un líquido tenemos que llevar moléculas del interior a la
capa superficial, para lo cual necesitamos vencer las fuerzas que originan la presión molecular y,
Fig. XIII-19.– Para la medida del coe-
por lo tanto, realizar un trabajo que quedará almacenado en dicha región en forma de energía po-
ficiente de tensión superficial.
tencial y, en consecuencia, la energía de las moléculas de la capa superficial será diferente que las
del interior del líquido.
Llamamos ENERGÍA SUPERFICIAL a la diferencia de energía que existe entre las moléculas per-
tenecientes a la película superficial y las que tendrían éstas moléculas de hallarse en el inte-
rior del líquido.
Es evidente que la energía superficial es proporcional al área A de la superficie del líquido, de
forma muy sencilla y basándonos en la experiencia de la Fig. XIII-19, podemos encontrar la rela-
ción entre ellas; para lo cual, suponemos que el pesito P hace recorrer al lado móvil del rectángulo
VALORES DEL COEFICIENTE DE
un camino dl′, el trabajo realizado contra las fuerzas de tensión superficial, será:
TENSIÓN SUPERFICIAL s

LíQUIDO s EN N/m A 20 ºC dW = 2 s l dl ′ = s d A
Agua 73 × 10–3
Octano 22 × 10–3 ya que 2l dl′ es el aumento dA que ha experimentado el área de la membrana (l dl′ aumento de
Etanol 23 × 10–3 la superficie de cada cara). Por tanto:
Ácido acético 28 × 10–3
dW
Glicerina 65 × 10–3 s=
dA
Mercurio 540 × 10–3
Benceno 29 × 10–3 y podremos definir la CONSTANTE DE TENSIÓN SUPERFICIAL como el trabajo necesario para aumentar
–3
FENÓMENOS MOLECULARES EN LOS LÍQUIDOS 297

Según la anterior definición s se medirá en J/m2 (SI) equivalentes a los N/m antes indicados. La VALORES DEL COEFICIENTE DE
energía acumulada para incrementar una superficie A0 de líquido hasta un valor A, quedará deter- TENSIÓN SUPERFICIAL DEL

z
minada por el trabajo realizado contra las fuerzas de tensión superficial: AGUA PARA DIVERSAS
A TEMPERATURAS
W= s d A = ( A − A0 ) s TEMPERATURA
s EN N/M
A0 EN ºC

000 756 × 10–4


La energía total acumulada en una superficie A, se calculará imaginando nula la superficie ini-
005 749 × 10–4
cial A0:
010 742 × 10–4
W=sA
015 735 × 10–4
«En la superficie de los líquidos existe una ENERGÍA POTENCIAL SUPERFICIAL cuyo valor es di- 020 728 × 10–4
rectamente proporcional a la superficie y a la tensión superficial». 025 720 × 10–4
De la Mecánica sabemos que las fuerzas siempre actúan sobre las sustancias de manera que 030 712 × 10–4
adquieren el estado de mínima energía; ocurre lo mismo con la energía superficial que, al ser pro- 040 696 × 10–4
porcional a la superficie, su tendencia a hacerse mínima nos da otra razón, diferente a la expuesta 050 679 × 10–4
en el párrafo 10 de este capítulo, del por qué las gotas de líquido tienden a ser esféricas, por pose- 060 662 × 10–4
er éstas la mínima superficie para un volumen determinado. 070 644 × 10–4
De lo anteriormente dicho se deduce que el coeficiente s es siempre positivo, ya que si no lo 080 626 × 10–4
fuera, los medios en contacto no podrían existir independientemente puesto que las superficies de 090 608 × 10–4
separación tenderían a aumentar indefinidamente, es decir, ambos medios tenderían a mezclarse 100 589 × 10–4
entre sí; y viceversa, la superficie divisoria entre dos medios siempre tenderá a disminuir por ser s
siempre positivo.

XIII – 12. Presión en las superficies curvas. Fórmula de Laplace


Hemos dicho que la película superficial de los líquidos produce fuerzas semejantes a cuando se
estira una membrana elástica; al adaptarla a un contorno plano, tiende a adoptar la forma plana;
pero si por ejemplo queremos adaptarla a un cilindro (Fig. XIII-20), para que exista equilibrio he-
mos de hacer fuerzas tangenciales contra las fuerzas elásticas de contracción de la membrana elás-
tica que, como las fuerzas debidas a la tensión superficial, tiran tangencialmente a ella en todos sus
puntos existiendo, por lo tanto, componentes de ella dirigidas hacia el interior de la superficie.
En consecuencia, si la superficie es convexa presionará a las capas líquidas que se encuentran Fig. XIII-20.– Símil para la explica-
debajo de ella (Fig. XIII-21 a), mientras que si es cóncava tira de ellas (Fig. XIII-21 b). ción del fenómeno de tensión super-
Vamos a demostrar que si la superficie tiene una sola curvatura (líquidos entre láminas parale- ficial.
las próximas) es decir, para meniscos en forma de teja (Fig. XIII-22), el valor de la presión es:

s
p=
r

(r = radio curvatura). En efecto imaginemos una película cilíndrica de líquido entre dos planos para-
lelos y rígidos situados a una distancia l, de radio r y de espesor infinitamente estrecho (Fig. XIII-23).
Introduzcamos gas en el interior del cilindro imaginario y éste aumentará de radio, pasando del va-
lor r a r + dr. El trabajo realizado contra las fuerzas existentes hacia el eje del cilindro será:
dW = Fdr = p Adr = p 4p rl dr (9)
ya que la superficie considerada es el doble del área lateral del cilindro por considerar las superfi-
cies interna y externa. El aumento de superficie es:
dA = 4p (r + dr) l – 4p rl = 4p l dr
y el incremento de energía superficial igual al trabajo realizado por F, es: Fig. XIII-21.– Fuerzas debidas a la
tensión superficial que producen pre-
dW = s dA = s 4 p l dr (10) siones en el interior de los líquidos li-
mitados por superficies curvas.
Igualando las expresiones (9) y (10) obtenemos para valor de la presión: p = s/r, como quería-
mos demostrar.
Si la figura tiene dos curvaturas (forma, por ejemplo, de un trozo de cámara de automóvil) de
radios r1 y r2, a cada una de ellas corresponde una presión (que origina fuerzas hacia el centro de
curvatura), cuyo valor es el calculado. La presión total será:

p= s
LM 1 + 1 OP FÓRMULA Pierre Simon LAPLACE (1749-1827)
Nr r Q
DE
1 2

En el caso de una superficie esférica, una gota de líquido, (r1 = r2) el valor de la presión debi-
da a la curvatura es: Fig. XIII-22.– En toda superficie cur-
va de líquido existen presiones que
2s originan fuerzas hacia el centro de
p=
298 ELASTICIDAD. FENÓMENOS MOLÉCULARES EN LOS LÍQUIDOS

Si en el extremo de un tubo formamos una pompa de jabón, y tal tubo lo comunicamos con
un manómetro muy sensible, al abrir la llave de paso (Fig. XIII-24) observamos un exceso de pre-
sión del gas interior de la burbuja, sobre la presión atmosférica; ello es debido a que para que exis-
ta equilibrio la presión del gas interior ha de ser igual a la suma de la presión atmosférica y la de-
bida a la curvatura, siendo ésta 2 s/r para cada una de las dos superficies externa e interna que
constituyen la pared de la pompa, ya que sus radios son prácticamente iguales:

4s
p gas = H +
r
Si p es la sobrepresión medida por el manómetro, o presión manométrica, obtendremos:

4s
p = p gas − H =
r
PROBLEMAS: 16 al 27.

XIII – 13. Tamaño de una gota. Ley de Tate


En un tubo estrecho cuyo interior está lleno de líquido una gota cuelga de su extremo abierto
(Fig. XIII-25), hasta que «rompe» y cae por su peso. En el instante del desprendimiento, la gota
está sujeta al propio líquido debido a la tensión superficial que actúa sobre un perímetro de valor
Fig. XIII-23.– Película cilíndrica de lí- 2pr, siendo r proporcional al radio del tubo: r = kR; por lo que la fuerza sustentadora toma el va-
quido de radio r y de espesor despre- lor: 2pr s = 2p kRs; en estas condiciones su peso se iguala a ésta, es decir:
ciable, situada entre dos planos para-
lelos y rígidos, distantes entre sí l, en P = 2p k Rs ⇒ P = K Rs
la que introducimos gas haciendo au-
mentar su radio. expresión de la LEY DE TATE que nos dice:
«El peso de una gota que sale por el extremo de un tubo, es directamente proporcional al
radio de éste».
Aproximadamente k = 1, es decir que el radio del «cuello» de la bolsa en el momento de
«romper» para formarse la gota es igual al radio del tubo (r = R), por lo que K = 2p, y si además
tenemos en cuenta que el peso de la gota es: P = V r g, obtenemos para su tamaño el valor:

2p Rs
V=
rg

en consecuencia cuanto más grueso sea el tubo mayores serán las gotas. Para el agua con un tubo
de radio de 1 mm, obtenemos gotas de un volumen aproximado de 0,043 cm3.
Puede servir un cuentagotas para efectuar la medida del coeficiente de tensión superficial de
un líquido, conociendo el de otro, por ejemplo el del agua (75 × 10 – 3 N/m) y el peso de una gota
Fig. XIII-24.– En el interior de una de líquido y de agua, verificándose:
pompa de jabón existe un exceso de P1 = K R s 1 P
presión del gas interior sobre la pre- ⇒ s 2 = s1 2
P2 = K R s 2 P1
sión atmosférica.
En la práctica se procede haciendo fluir por el cuentagotas dos volúmenes iguales de los líqui-
dos, si n1 y n2 son el número de gotas obtenidas de cada líquido entonces:

n1 P1 = V r 1 g P1 n2 r 1 s 2 n2 r 1
⇒ = = ⇒ s2 = s1
n2 P2 = V r 2 g P2 n1 r 2 s 1 n1 r 2

lo que nos resuelve el problema conocidas las densidades de los líquidos y contando gotas.
PROBLEMAS: 28 al 32.

XIII – 14. Adherencia


Cuando un líquido está en contacto con un sólido, a la mutua fuerza de atracción entre las
moléculas de uno y otro se le llama ADHERENCIA.
Consideremos una molécula de líquido A (Fig. XIII-26), en contacto con la pared de un vaso.
Será atraída por el líquido por fuerzas de cohesión en la dirección de los radios de una semiesfera
cuyo centro es la propia molécula. La resultante de estas acciones, F, es perpendicular a la pared y
hacia el interior.
Las paredes del vaso la atraen por un sistema de fuerzas análogo al anterior y cuya resultante,
F ′, es perpendicular a la pared y hacia el exterior.
Fig. XIII-25.– Cuentagotas. Ley de
Tate. Si F > F ′, el líquido no moja al sólido.
FENÓMENOS MOLECULARES EN LOS LÍQUIDOS 299

En cualquier caso, excepto cuando F = F ′ y razonando de la misma manera que como hemos
hecho en el párrafo 9 de este capítulo, sobre toda la capa de líquido próxima a la superficie de se-
paración del líquido y sólido (pared del recipiente), y con un espesor igual al radio de acción mo-
lecular, actúan fuerzas normales a ella y dirigidas hacia el interior del líquido (el líquido no moja) o
hacia el exterior (el líquido moja) causando la que llamábamos presión molecular, que al tender a
acercar las moléculas se ve compensada por el aumento de la fuerza repulsiva de cohesión.

XIII – 15. Formación de meniscos en la superficie de los líquidos por contacto


líquido-sólido. Ángulo de contacto
En el límite de la superficie de un líquido contenido en un recipiente concurren tres medios lí-
quido, sólido y gas; prescindiendo del gas por considerarlo muy expansionado (poco denso) y por
tanto prácticamente no producir ningún efecto sus fuerzas de cohesión sobre las moléculas de lí-
quido en tal límite, analicemos la zona de contacto líquido-sólido.
Fig. XIII-26.– Adherencia.
Consideremos la molécula A (Fig. XIII-27), sobre ella actuarán las fuerzas de atracción del sóli-
do que constituye la pared que tendrán una resultante F ′ perpendicular a ella y hacia el exterior
del recipiente, y la fuerza F resultante de las de cohesión del líquido que se manifiestan únicamen-
te para fuerzas que se encuentran en un cuarto de esfera. La resultante R de ambas fuerzas tiene
que ir, como ya hemos razonado, en la dirección perpendicular a la superficie del líquido. Así, para
que la superficie sea horizontal (el ángulo que forma el líquido y la pared sea de p/2) (Fig. XIII-28
a) la resultante R tiene que ser vertical, lo cual se verifica cuando F = F ′ 2 , ya que en este caso
la fuerza F dirigida hacia el líquido forma con la pared del vaso un ángulo de p/4.
En el caso de la Fig. XIII-28 b en el que la resultante R está dirigida hacia el interior del líquido,
la superficie perpendicular a R forma un menisco convexo mirado desde el exterior causado por la
tensión superficial, puesto que en la dirección de la tangente en los puntos de contacto de dicha
superficie con la pared sólida actuarán dichas tensiones y, se dice que el líquido no moja a la pa-
red. La Fig. XIII-28 c nos muestra el caso en que el líquido moja al sólido y la resultante R está di-
rigida hacia el exterior del líquido.
Se llama ÁNGULO DE CONTACTO (de CONJUNCIÓN o de CAPILARIDAD), al que forma la dirección Fig. XIII-27.– Fuerzas que actúan so-
de la fuerza debida a la tensión superficial (siempre tangente a la superficie del líquido en bre una molécula de líquido situada
en contacto con la pared de un vaso
los puntos de contacto con el sólido), con la superficie del sólido que no está en contacto
y en la superficie del líquido.
con el líquido.
Cuando el líquido no moja al sólido el ángulo de contacto es mayor que p/2 (obtuso); si es
menor que p/2 (agudo) el líquido moja al sólido; de acuerdo con lo dicho anteriormente. Cuando
el ángulo de conjunción es p diremos que el líquido no moja en absoluto al sólido y, si es 0 enton-
ces moja perfectamente.
Las Fig. XIII-28 b y XIII-29 representan como se ubica un líquido que no moja cuando se en-
cuentra en un recipiente con pared vertical y, el aspecto de una gota de líquido sobre un suelo ho-
rizontal que no moja. En las Fig. XIII-28 c y XIII-30 representamos lo mismo pero para el caso en
que el líquido moja.
Un mismo líquido puede mojar unos cuerpos sólidos y no mojar a otros. Así, por ejemplo, el
agua puede decirse que en la práctica moja perfectamente la superficie limpia del vidrio, pero no
moja a la parafina; el mercurio no moja al vidrio, pero moja a una superficie limpia de hierro, ... etc.

XIII – 16. Fenómenos capilares


Los líquidos que mojan a las paredes de un tubo muy estrecho ascienden en su interior, que-
dando el líquido a mayor altura que el nivel externo. Por el contrario, los líquidos que no mojan
descienden en los tubos capilares.
Ejemplo claro de capilaridad es un terrón de azúcar, una de
cuyas puntas mojamos y se moja todo él; la subida de la savia en
las plantas por vasos capilares, etc.
La causa de los fenómenos de capilaridad es la reacción a la
tensión superficial, que actúa tangencialmente a los meniscos y en
los puntos de contacto del líquido con la pared del tubo (Fig. XIII-
31). A tal fuerza por unidad de longitud la podemos suponer des-

Fig. XIII-31.–

El ángulo que forma la
fuerza F que origina el fenómeno de
capilaridad y la tangente al menisco
en el punto de contacto del líquido Fig. XIII-28.– Formación de menis-
Fig. XIII-29.– El líquido no moja Fig. XIII-30.– El líquido moja al só- con la pared se llama «ángulo de cos en el contacto líquido-sólido y en

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