Sei sulla pagina 1di 21

La molécula

Para interpretar a cabalidad este artículo es recomendable que lea primero Enlaces químicos.

Existen varias palabras que son claves en química y que todos hemos escuchado, digamos que las
mas comunes y fundamentales son elemento, molécula y compuesto.
Los elementos químicos principales son un grupo de alrededor de 90 formas naturales y espontáneas
diferentes de manifestarse la materia que fueron identificadas y nombradas por los químicos a lo largo
de la historia (además hay unas 23 formas adicionales que no aparecen en la naturaleza y fueron
sintetizadas por los hombres). Se les denominó elementos ya que no podía cambiarse su naturaleza
de ninguna forma por medios químicos, eran algo como los "ingredientes" básicos que se mezclaban
para producir todo lo que nos rodea. Solo unos pocos de estos 90 elementos se podían encontrar en
la naturaleza en forma libre (sin estar "mezclados" con ningún otro), la gran mayoría resultaron de
"extraerlos" de sustancias en las que estaban acompañados de uno o mas de los otros elementos. El
desarrollo posterior de la ciencia (especialmente de la química) indujo a pensar a los científicos que
estos elementos estaban formados por la agrupación de minúsculas partículas indestructibles e
indivisibles que se les llamó átomos, y se demostró además que los átomos de los diferentes
elementos eran a su vez diferentes y que estaban formados por dos partes básicas: un núcleo central
con carga eléctrica positiva debido a los protones; y una "nube" que rodeaba el núcleo con partículas
cargadas negativamente o electrones ).
El hecho de que una buena parte de los elementos "aparecieran" producto de la división de sustancias
naturales que los contenían, con propiedades físicas y químicas muy diferentes a los elementos
constitutivos independientes, también indujo a pensar que existía una cantidad mínima de esa
sustancia formada por el menor número de átomos posibles, una "unidad" de sustancia que
llamaron molécula. La demostración de que el proceso destrucción/formación de las sustancias era
reversible no dejaba lugar a dudas, los átomos de los elementos se pueden juntar para formar la
molécula y luego esta molécula se puede separar en los átomos independientes.

La molécula no era una mezcla


Algo saltaba a la vista, cuando se unen átomos de elementos para formar una molécula no se estaba
haciendo una mezcla común, por ejemplo, si se ponen en contacto el cloro (Cl), que es un gas en
condiciones normales, con el sodio (Na), que es un sólido plateado y blando, se produce una sustancia
con características físicas y químicas completamente diferentes a los "ingredientes" utilizados, el
cloruro de sodio (NaCl), sal de mesa o sal común. Esto era completamente diferente al caso, por
ejemplo, de mezclar sal y azúcar en cuya mezcla podían diferenciarse fácilmente los granos de cada
ingrediente. Los átomos no se han mezclado, se han "acoplado" de alguna forma para dar como
resultado una molécula de una sustancia absolutamente diferente un compuesto.
¿Pero qué es en realidad una molécula?
Una molécula es una entidad química formada por mas de un átomo que se mantienen unidos como
unidad de sustancia por fuerzas de atracción interatómicas, por ejemplo, la molécula del metano (CH4)
formada por cuatro átomos de hidrógeno (H) y uno de carbono (C) y que convencionalmente se puede
representar como:

donde las lineas dan cuenta de alguna forma de atracción que mantiene la integridad de la molécula.
La representación mostrada de la molécula del metano nos induce a pensar que la distribución espacial
de los átomos es plana y que los átomos de hidrógeno están colocados a 90° unos de otros formando
una cruz. ¿Es esto cierto?
La forma de las moléculas
Las moléculas en la realidad no siempre tienen los átomos distribuidos en un plano, en su lugar ellas
forman figuras geométricas tridimensionales. Las posiciones relativas de los átomos en las moléculas
resultan obligadas por la fuerza de repulsión entre los electrones de valencia (aquellos electrones que
forman el enlace) que tienen cargas del mismo signo. Veamos:
El metano
Volvamos a la molécula del metano, en ella las zonas donde se encuentran los enlaces entre los átomos
son regiones de elevada carga negativa debido a la presencia de los electrones de valencia
compartidos (figura 1). Debido a la repulsión entre las regiones, estas se colocarán en el espacio a la
mayor distancia posible.
Geométricamente el ángulo de 90° en un mismo plano, aunque lo aparenta, no establece la mayor
distancia entre los enlaces, esta se logra cuando los átomos de hidrógeno se colocan según se muestra
en la figura 2, en cuya disposición los enlaces están a la mayor distancia posible. Véase en forma de
barras y bolas en la figura 3
.

Figura 1. Las regiones de carga negativa concentrada.

Figura 2. Orden espacial de la molécula de metano.

Esta disposición de los átomos adquiere una forma de tetraedro regular. Un tetraedro regular es un
polígono con los cuatro lados formados por triángulos equiláteros idénticos y observe que hay un
átomo en el vértice de cada triángulo (figura 4).
Ángulos iguales de 109.5° son lo que producen lo deseado, es decir la mayor separación entre los
enlaces y por tanto la menor repulsión posible entre ellos, y con esto se maximiza la estabilidad de la
molécula.

Esta disposición no es exclusiva del metano, cada vez que usted tenga cuatro pares de electrones
alrededor de un átomo en una molécula, la forma preferida será el tetraedro regular.
Figura 3. Molécula de metano usando un modelo de barras y bolas.

Figura 4. Forma tetraédrica de la molécula de metano. Un átomo de hidrógeno


en cada vértice.
El formaldehído
Pero no siempre hay cuatro pares de electrones alrededor de un átomo y de hecho la situación es
distinta en muchos casos. Veamos el caso del formaldehído de fórmula CH2O. En el formaldehído la
situación es distinta comparado con el metano, empecemos por construir el diagrama de la molécula
plano y con los ángulos entre los los enlaces arbitrariamente a 90°.

Ahora nos toca determinar cual es la disposición geométrica de los enlaces para que estén a la mayor
distancia posible. Pero la cosa ha cambiado en relación al metano, ahora hay un doble enlace C=O.
De acuerdo a la teoría que hemos utilizado hasta ahora, llamada Teoría de Repulsión de Pares de
Electrones de Valencia, los enlaces múltiples se tratan como si fueran un grupo simple de electrones
o un enlace simple, ya que estos enlaces múltiples ocupan, a groso modo, el mismo espacio que los
simples, de modo que en este caso tenemos un átomo de carbono rodeado por tres grupos de
electrones, dos grupos con átomos de hidrógeno y un grupo con el átomo de oxígeno (O). Al número
de grupos de electrones que rodean el átomo se le llama número estérico (NE), el que ahora para el
formaldehído es 3 y que para el caso anterior del metano era 4.
Pues bien, ¿cual es la disposición geométrica mas adecuada para el caso de 3 grupos de electrones?
De simple geometría se sabe que la distancia mayor corresponde a la molécula plana con ángulos de
120° entre los enlaces, de manera que se puede predecir que la molécula de formaldehído debe tener
los enlaces del átomo de oxígeno con los hidrógenos separados 120° rodeando el átomo de carbono
como se muestra en la figura 5 a continuación. La forma es triangular plana.

Figura 5. Molécula de formaldehído


El acetileno
Estudiemos ahora otro caso, el del acetileno C2H2. Este gas de olor desagradable y muy útil como
combustible en las antorchas de soldadura y corte de metales tiene un triple enlace entre dos átomos
de carbono, cada uno de los cuales está además enlazado a un átomo de hidrógeno. Comencemos por
el diagrama de la molécula mostrado a continuación a la izquierda, utilizando los mismos preceptos
que se usaron para el formaldehído, con los ángulos arbitrariamente a 90°.

Figura 7.
Figura 6.

¿Pero es la configuración de la figura 6 a la izquierda donde los enlaces están mas lejanos?,
evidentemente no, ellos están mas separados si los enlaces se disponen a 180° como aparece en la
figura 7 a la derecha. Es decir una molécula lineal.
En ninguno de los compuestos mostrados hasta ahora el átomo central tiene electrones sobrantes
pareados, de modo que veamos ahora uno de esos casos, el amoníaco NH3 un gas bastante común en
casa disuelto en agua como agente de limpieza.
El amoníaco
Como siempre, empecemos por el diagrama de la molécula, pero ahora, primero como diagrama de
puntos que luego se convierte a diagrama de lineas.

Figura 8 Figura 9.

Primero a la izquierda, en la figura 8, está el diagrama de puntos de la molécula de amoníaco, como


es un elemento del grupo VA de la tabla periódica tiene cinco electrones en la capa de valencia, dos
pareados, que no se comparten, y tres sin parear. A la derecha, en la figura 9, se muestra el diagrama
utilizando barras para los enlaces. Note que solo tres átomos de hidrógeno pueden acoplarse a los
electrones sin parear del nitrógeno (N) y queda un par de electrones.
Este par de electrones establece una diferencia importante con respecto a las sustancias tratadas con
antelación.

Los pares de electrones, que se constituyen como una zona de carga negativa concentrada cuentan
como un número estérico, esto significa que la molécula de amoníaco tiene como número estérico 4
igual que la del metano visto arriba.
El hecho de que esta molécula tiene como número estérico 4 significa que se puede predecir una
forma tetraédrica regular con los tres grupos de electrones separados a 109.5 grados. La diferencia
ahora radica que el vértice superior del tetraedro no tiene un átomo de hidrógeno, en su lugar aparecen
allí los electrones sin parear (figura 10).

Figura 10. Molécula de amoníaco.


Como lo que nos interesa es la forma de la molécula, es decir como se distribuyen los átomos en el
espacio, no se consideran los electrones pareados del vértice superior y solo los átomos involucrados,
es decir se tratan los electrones en pares de forma invisible. Teniendo esto último en cuenta la forma
del polígono de la molécula del amoníaco baja sustancialmente de altura y resulta piramidal. Ya los
cuatro triángulos no son idénticos como en el caso de tetraedro regular.
La figura 11 muestra un esquema de barras y bolas para la molécula de amoníaco.
Las determinaciones experimentales muestran que los ángulos de la forma piramidal del amoníaco
son ligeramente menores que 109. 5°, y esto es razonable, ya que el par de electrones "ignorado"
ocupa un espacio ligeramente mayor que los electrones envueltos en el enlace. Una regla aproximada
que puede usarse es que los pares de electrones comprimen el ángulo entre los enlaces unos 2° y con
esto podemos predecir que el ángulo H-N-H es aproximadamente de 105°, lo que concuerda bastante
bien con el determinado experimentalmente.
Como usted podrá comprender existen otros casos en la vida práctica, no obstante lo tratado hasta
aquí puede resultar suficiente para comprender la esencia del modo en que las moléculas toman su
forma geométrica. La tabla 1 a continuación muestra un resumen de los casos vistos y de otros que
resultan comunes

Figura 11. Molécula de amoníaco como bolas y barras.


Tabla 1. Disposición geométrica de algunas moléculas

NE = 4 cuatro grupos de NE = 3 tres grupos de electrones NE = 2 dos grupos de electrones


electrones

B C
A
Hay tres grupos de electrones de Hay dos grupos de electrones de
Hay cuatro grupos de electrones
enlace y no hay pares sobrantes. enlace y no hay pares sobrantes.
de enlace y no hay pares de
Forma de la molécula triangular Forma de la molécula lineal.
electrones sobrantes. Forma de
plana. Ángulos entre los enlaces Ángulo entre los enlaces 180°.
la molécula tetraedro regular.
120°. Ejemplo: el formaldeído Ejemplo: el CO2
Ángulos entre los enlaces 109.5°.
Ejemplo: el metano.

D E F
Hay tres grupos de electrones de Hay dos grupos de electrones de Hay dos grupos de electrones de
enlace y un par de electrones enlace y un par de electrones enlace y dos pares de electrones
sobrantes. Forma de la molécula sobrantes. Forma de la molécula sobrantes. La forma de la
tetraedro piramidal. Los es acodada. El ángulo entre los molécula es acodada. El ángulo
ángulos entre los enlaces se enlaces se comprime a ~118° entre los enlaces se comprime a
comprimen a ~107°. Ejemplo: el debido al par sobrante. ~105° debido a los pares
amoníaco Ejemplo: el ozono sobrantes. Ejemplo: el agua.

Importancia de la forma
Bueno, después de todo usted se preguntará ¿cual es la importancia de la forma de la molécula? La
respuesta es, la forma de la molécula puede ser muy importante en la práctica especialmente en lo
relacionado con su actividad biológica o farmacológica. Usemos un ejemplo práctico. Algunos
microorganismos infecciosos (bacterias) que invaden al ser humano y producen serias enfermedades
se nutren de sustancias que encuentran en la sangre y que le son indispensables para su desarrollo y
multiplicación. La farmacología ha descubierto que si se agregan al torrente sanguíneo ciertas
sustancias con fórmula molecular diferente (con uno o más elementos químicos distintos) pero con la
misma disposición espacial molecular, la bacteria resulta "engañada", toma esta sustancia como la
que necesita pero no le sirve, su metabolismo se ve afectado y la bacteria muere o no se puede
reproducir. De cualquier forma el sistema de defensa del organismo humano toma ventaja del hecho
y termina aniquilando a los invasores. Hoy en día estas sustancias "engañadoras" se conocen como
antibióticos.

La forma de la molécula es importante además en otros aspectos como veremos a continuación

La polaridad de las moléculas.


Ya tenemos una idea de las formas de las moléculas y su relación con los antibióticos, pero esta forma
puede ser muy importante en otras cuestiones. Las propiedades físicas y químicas también dependen
de la forma.
Una gran parte de las sustancias que nos rodean no están formadas por moléculas que andan
"vagando" en el espacio a cualquier distancia entre ellas, si usted toma un poco de agua, el "cuerpo
de agua" se mantiene como una unidad volumétrica que no se deshace ni crece de volumen
espontáneamente. Del mismo modo sucede con el tetracloruro de carbono CCl 4 (un líquido
disolvente), con el hielo y otras muchas sustancias que nos rodean. Esta situación de coherencia nos
induce a pensar que deben existir fuerzas de atracción entre las moléculas que las mantienen unidas
en un cierto volumen fijo, y el hecho es absolutamente cierto para líquidos y sólidos. En los gases
esto no se cumple, las moléculas de los gases si "vagan" sin ser retenidas por nada (o casi nada) y por
lo tanto un gas dejado en el espacio (sin estar en un recipiente) se expande constantemente auto-
diluyéndose, es decir sus moléculas se separan unas de otras sin control, parece que no hay fuerzas
de atracción intermoleculares o estas son muy débiles.
Si usted toma un trozo de hielo y trata de partirlo con las manos notará una fuerte resistencia,
probablemente no podrá romperlo, sus moléculas están fuertemente unidas por interacción molecular,
de no haberla resulta claro que el trozo de hielo se convertiría en gas al instante.

Pero ¿de donde vienen esas fuerzas intermoleculares?, ¿de qué depende la magnitud de estas? Un rol
clave en esto se encuentra en la forma de las moléculas

Moléculas polares y apolares


Analicemos dos moléculas simples, la de hidrógeno H2 y la de fluoruro de hidrógeno HF (un gas).
Ambas tienen forma lineal (todas las moléculas con solo dos átomos son lineales) pero entre ellas hay
una gran diferencia.
La molécula de hidrógeno está formada por dos átomos de este elemento unidos por un enlace
covalente puro, es decir ambos átomos comparten por igual los electrones de enlace (figura 12).

Para el caso del HF la situación es distinta, el átomo de flúor al ser mas electronegativo (tabla 2) que
su "compañero" el hidrógeno retiene mas tiempo en sus cercanías los electrones compartidos y el
enlace resulta covalente polar (figura 13). ¿Que sucede con esto?, simplemente que hay una mayor
concentración de carga negativa en las inmediaciones del átomo de flúor, y por la misma razón una
mayor presencia de carga positiva alrededor el átomo de hidrógeno, la molécula se polariza
eléctricamente. En la práctica este desbalance de cargas se representa con la letra griega minúscula
delta (δ) y en la inmediaciones del átomo de flúor existe una carga δ- mientras que alrededor de átomo
de hidrógeno una carga δ+
.

FIGURA 12. ENLACE H-H COVALENTE


PURO

FIGURA 13. ENLACE H-F COVALENTE


POLAR.

TABLA 2. ELECTRONEGATIVIDAD DE
LOS ELEMENTOS REPRESENTATIVOS.
La polaridad de las moléculas de gases no es igual para todos, ya hemos visto que la molécula de
hidrógeno no es polar, del mismo modo no son polares las moléculas de nitrógeno y del oxígeno del
aire, estos gases comparten los electrones de valencia por igual y por tanto no hay regiones cargadas
en la molécula.
En el HF la significativa diferencia de eletronegatividad entre el hidrógeno y el flúor resulta en una
molécula bastante polarizada, más que la molécula de cloruro de hidrógeno HCl veamos por qué.

Observe la tabla 2 a la derecha, verá que el flúor (F) es mas electronegativo (EN = 4.0) que el cloro
(Cl) con EN = 3.0, la electronegatividad es una magnitud que da idea de la fuerza con la que cierto
elemento atrae para él los electrones compartidos en un enlace, de forma que la polaridad de una
molécula estará en dependencia de la diferencia de electronegatividades (ΔEN) entre los átomos
involucrados. Así tenemos que:
La molécula de HF tiene ΔEN = 4.0 - 2.1 = 1.9
La molécula de HCl tiene ΔEN = 3.0 - 2.1 = 0.9
Ambas moléculas son polares pero la de HF es más polar de la de HCl.
La polaridad de las moléculas se puede tratar como una magnitud vectorial, tiene un valor (que
depende de ΔEN) y convencionalmente se le ha dado el sentido hacia δ- con una cruz del lado de δ+
tal y como se representa en las figuras 14 y 15 a continuación.
La flecha representa una magnitud del enlace llamada momento dipolar que es simplemente una
medida de cuanto dipolar es el enlace. Mientras más grande es el momento dipolar, mas polar es la
molécula y a su vez mayores son las cargas δ+ y δ-

Figura 14. Figura 15.

Note que hemos usado el concepto de momento dipolar para el enlace, pero también hay un momento
dipolar para la molécula en conjunto que se llama momento dipolar molecular. Para las moléculas
tratadas hasta ahora donde solo hay un enlace polar, evidentemente el momento dipolar del enlace es
el mismo que el momento dipolar de la molécula.
Volvamos ahora al acetileno como ejemplo de una molécula con más de un enlace polar.

Note que en el acetileno tiene dos enlaces polares C-H y esto se puede detectar de la diferencia de
electronegatividades entre ambos elementos, la EN del carbono es 2.5 mientras que la del hidrógeno
es 2.1 lo que produce un ΔEN = 0.4 indicando un momento dipolar del enlace no muy alto, el
enlace no es muy polar, pero es polar al fin. Además hay un enlace triple C-C que como es entre
átomos iguales no es polar (ambos comparten los electrones del enlace por igual).
Hagamos ahora el diagrama vectorial de la molécula del acetileno (figura 16 a continuación).

Figura 16. Diagrama de la molécula del acetileno mostrando los vectores de momento dipolar.

Aunque la molécula tiene dos enlaces polares, ambos enlaces son iguales por lo que los momentos
dipolares son de la misma magnitud y tienen sentidos contrarios, la suma de los vectores es cero y
por tanto el momento dipolar de la molécula es cero, la molécula en su conjunto no es polar.
Un caso interesante es el del agua, esta es una molécula con tres átomos, dos de hidrógeno y uno de
oxígeno cuya forma molecular se muestra en la figura 17 a la derecha en correspondencia con la
forma F de la tabla 1 arriba. Esta molécula es del tipo acodada y todos sus átomos están en el mismo
plano.

Figura 17. Molécula del agua.


Calculemos ahora la ΔEN de los enlaces H-O como la diferencia entre las electronegatividades de
ambos elementos.
ΔEN = 3.5 - 2.1 = 1.4 (vea la tabla 2)
La magnitud de ΔEN es relativamente grande (el oxígeno es el segundo entre los elementos más
electronegativos) lo que significa que el momento dipolar del enlace es alto y por tanto muy
polarizado.

Construyamos el diagrama vectorial de la molécula del agua según la convención establecida con
anterioridad para determinar si la molécula en su conjunto es polar o apolar.

La figura 18 a la derecha muestra la construcción del diagrama vectorial para determinar la polaridad
de la molécula de agua. Note que efectivamente la suma de los vectores correspondientes a los
momentos dipolares de cada enlace resulta en un vector con cierta magnitud (comparable con la del
fuerte enlace polarizado H-O) y que este se dirige cortando el ángulo entre los átomos de hidrógeno
a la mitad, o dicho de otra forma desde el lado δ+ de la molécula como un todo, hacia el lado δ- de la
molécula como un todo según se muestra a continuación en la figura 19.

Figura 19. Momento dipolar de la molécula del


Figura 18. Determinación del momento
agua. dipolar de la molécula de agua.

Utilizando el mismo principio mostrado hasta aquí, usted puede determinar si una molécula en
conjunto es polar o apolar.
Las fuerzas intermoleculares
Anteriormente se mencionaba el hecho de que no era fácil romper un trozo de hielo y ahora que
conocemos que la molécula del agua es polar podemos explicar parcialmente este comportamiento.

Fuerzas dipolares
La molécula del agua tal y como se ha visto arriba tiene una zona cargada con δ+ en las inmediaciones
de los átomos de hidrógeno y otra cargada δ- del lado del átomo de oxígeno. ¿Qué pasa si ponemos
un grupo de moléculas de agua juntas? Las zonas con carga de diferente signo se atraen mutuamente
lo que conduce a que las moléculas tiendan a acercarse unas a otras debido a estas fuerzas
intermoleculares. Las fuerzas intermoleculares entre moléculas polares se llaman fuerzas
dipolares o fuerzas dipolo-dipolo indicando la atracción entre los momentos dipolares de las
moléculas.

Como el momento dipolar de la molécula del agua es grande, la relativa atracción intermolecular es
también grande, o dicho de otro modo las moléculas están unidas por una gran fuerza dipolar. Este
hecho da cierta justificación del porqué el agua, formada por dos elementos gaseosos, uno de los
cuales es el mas ligero de todos (el hidrógeno), tenga unas propiedades físicas que en realidad no
podían esperarse de su fórmula química, entre estas: su elevado peso, su alto punto de ebullición y la
gran dureza y resistencia a la rotura del hielo. Pero, a pesar del momento dipolar relativamente grande
del agua, este no parece ser el único factor que explica sus "extrañas" propiedades físicas ya que por
ejemplo el fluoruro de hidrógeno (HF) que tiene un momento dipolar más elevado en su molécula es
un gas en condiciones normales. Hay algo más en la molécula de agua y lo veremos mas abajo.

El hecho de que el agua sea líquida y no gaseosa en condiciones normales se puede aceptar como
producto de fuerzas de interacción entre sus moléculas bastante polares, y este asunto de la
polarización, a simple inspección, también puede servir para justificar que elementos como el oxígeno
y el nitrógeno, cuyas moléculas no son polares, y por tanto no existen fuerzas de atracción entre ellas,
sean gases en condiciones normales. ¡Pero cuidado! estos gases también se hacen líquidos si la
temperatura baja lo suficiente; algo anda mal, si solo las fuerzas dipolares son las responsables de la
atracción molecular, ni el nitrógeno ni el oxígeno (y otros gases en condiciones normales) podrían
licuarse. No cabe duda, hay, además de las fuerzas dipolares, otras fuerzas intermoleculares que llegan
a tener magnitudes suficientes como para "inmovilizar" las "viajeras" moléculas de los gases.
Fuerzas de van der Waals
El hecho de que las sustancias formadas por moléculas no polares se puedan licuar, obviamente indica
la existencia de otras fuerzas intermoleculares diferentes a las fuerzas dipolo-dipolo.
Para comenzar nuestro estudio utilicemos como ejemplo el dióxido de carbono (CO2), un gas en
condiciones normales. De la figura 20 puede deducirse que la molécula de dióxido de carbono es
apolar. Observe que tiene forma lineal con dos enlaces polares, uno a cada lado del átomo central de
oxígeno, esta configuración hace que los vectores de los momentos dipolares se anulen mutuamente.

Sin embargo el CO2, aun con la molécula no polar pasa directamente del estado gaseoso al sólido a
los -78°C. Para encontrar la solución a este hecho aparentemente inexplicable acudiremos al modelo
propuesto hace mas de 100 años por los químicos Fritz London y J.D. van der Waals.

Figura 20. La molécula del CO2

Según su modelo, cualquier átomo o molécula se trata como un espacio esférico definido que contiene
electrones, y se asume que los electrones dentro de la esfera están en constante movimiento al azar.
De acuerdo al modelo, una molécula cualquiera es una esfera que contiene los electrones de los
átomos constituyentes, así la molécula de hidrógeno tiene dos electrones mientras que la del metano
resulta una esfera mas grande con 10 electrones (cuatro de los hidrógenos y 6 del carbono).

Bajo el mismo principio nuestra molécula de CO2 debe ser una esfera que contiene 20 electrones, 8
del oxígeno y 12 de los carbonos. London y van der Waals proponen que como los electrones están
en constante movimiento puede suceder que en un instante de tiempo se produzca una agrupación de
electrones en alguna zona de la esfera. Durante ese instante, el lado con más electrones adquiere una
pequeña carga negativa y la zona del lado contrario, carente de electrones, la misma carga pero de
sentido positivo. Durante el próximo instante de tiempo este desbalance desaparece, pero rápidamente
puede aparecer al azar en otra zona de la esfera.
Bajo este modelo, las moléculas exhiben un constante e instantáneo parpadeo de débiles momentos
dipolares orientados que aparecen y desaparecen aleatoriamente de un instante a otro.

Si nos seguimos por las propuestas de London y van der Waals en realidad todas las moléculas,
aunque sean no polares, tienen cierto grado débil de polaridad que cambia de posición y dirección de
un lado a otro dentro de la molécula.
Debido a que el desbalance de electrones que produce este momento dipolar usualmente no es muy
pronunciado la polarización de la molécula es muy pequeña y resulta una fracción del momento
dipolar permanente de una molécula polar. Sin embargo este momento dipolar débil es el que produce
la atracción entre las moléculas que eventualmente conduce al cambio de estado de gas a líquido o
gas a sólido como el caso que nos ocupa del CO2.
Veamos de cerca como es que las fuerzas de van der Waals pueden producir el cambio de estado,
supongamos condiciones normales (presión atmosférica y 20°C). En estas condiciones las moléculas
de cualquier gas se mueven dentro de su masa a relativas grandes velocidades, lo que les confiere una
gran energía cinética. La débil fuerza de atracción producida por el instantáneo momento dipolar que
puede tener una molécula cualquiera de la masa del gas no es suficiente para atraer hacia ella alguna
otra molécula que pase muy próxima, la "veloz" molécula continúa su camino casi imperturbable. Sin
embargo cuando baja la temperatura, baja también la energía de las moléculas y con ello su velocidad,
llegará un momento, con temperatura suficientemente baja, que los débiles momentos dipolares
puedan ser suficientes para frenar el movimiento de baja velocidad de las moléculas adyacentes y se
produzca la necesaria "adhesión" intermolecular como para cambiar de gas a líquido o de líquido a
sólido según el caso.
Pero ¿cuan débiles son en realidad las fuerzas de van der Waals? En el caso de moléculas formadas
por elementos ligeros (con pocos protones y por tanto pocos electrones) tales como las del H2, N2y
el O2 estas fuerzas son realmente muy débiles lo que explica sus bajísimos puntos de licuefacción
(N2 = -210°C; H2 = -259°C; O2 = -223°C). ¿Porqué son muy débiles? la explicación salta a la vista;
la esfera de van der Waals contiene pocos electrones de modo que la posibilidad de que varios de
ellos se reúnan en una zona de la esfera es muy baja, normalmente el desbalance electrónico es poco
significativo y por tanto el momento dipolar instantáneo también.

Puentes de hidrógeno
Decíamos arriba que al parecer la magnitud del momento dipolar de la molécula del agua no era
suficiente para justificar sus inusuales propiedades físicas, algo más debe haber en el agua que
"adhiere" tan fuertemente sus moléculas.
Para encontrar la razón echemos un vistazo de cerca a el enlace H-O, cuando el oxígeno y el hidrógeno
se enlazan de forma covalente el átomo de oxígeno se "apropia" (dada su elevada electronegatividad)
del par de electrones compartidos generando un δ+ en el átomo de hidrógeno, y esto no es sorpresa
ya lo sabíamos.
Sin embargo, hay algo único del átomo de hidrógeno; este tiene solamente un electrón; del
intercambio desigual con el átomo de oxígeno el núcleo del hidrógeno queda casi "desnudo" con su
protón al descubierto (figura 21). Bajo estas condiciones el protón del hidrógeno se hace "hambriento"
de electrones, y la presa que tiene al alcance son los electrones pareados de los átomos de oxígeno de
las moléculas de agua vecinas.
Figura 21. Concentración de electrones en el átomo de
oxígeno

Figura 22. Puentes de hidrógeno en la molécula de


agua.

La distancia entre las moléculas de agua se hace muy corta, primero por la fuerte atracción que el
protón casi desnudo ejerce sobre los electrones pareados del átomo de oxígeno de la otra molécula; y
segundo porque el átomo de hidrógeno no tiene electrones que impidan el acercamiento, no hay cargas
del mismo signo que se repelen. Esta fuerza atractiva adicional se conoce con el nombre de puente
de hidrógenoy se representa usualmente con una linea de puntos entre los átomos involucrados (figura
22). La palabra "puente" se usa en lugar de atracción dipolo-dipolo porque esta fuerza de atracción
en muy grande y se acerca a la fuerza de un enlace covalente.
Para que se pueda formar un puente de hidrógeno entre moléculas se debe cumplir la condición de
que el átomo de hidrógeno esté enlazado covalentemente con un átomo pequeño y mucho más
electronegativo que él. Esta condición se cumple para los enlaces covalentes O-H, N-H y F-H ya que
el oxígeno, el nitrógeno y el flúor son los elementos que más se "apropian" de electrones, es decir son
los más electronegativos de la tabla periódica. Con frecuencia no se incluye al cloro como capaz de
inducir puentes de hidrógeno.
Más arriba, a la hora de introducir el asunto de las propiedades inusuales del agua, usamos el ejemplo
del fluoruro de hidrógeno, que con momento dipolar incluso superior al del agua era un gas en
condiciones normales, ahora, al final de la explicación, resulta que el flúor es también uno de los
formadores de puentes de hidrógeno, entonces porqué el HF a diferencia del agua es un gas en
condiciones normales.
El asunto radica en la distribución de electrones de este elemento. Hay una gran diferencia entre el
oxígeno y el flúor; el oxígeno tiene seis electrones en su capa de valencia, de modo que cuando
comparte dos con sendos átomos de hidrógeno le quedan dos pares de electrones en el último nivel
tal y como vimos en la figura 21. Esta elevada cantidad de electrones produce la "nube" mostrada en
la misma figura de forma que constituye un "manjar" para el ávido protón descubierto del hidrógeno.

Con el flúor la cosa cambia, este elemento solo tiene un electrón en el último nivel y este es el que
está haciendo el enlace. Entonces la "nube" del átomo de flúor está vacía y por tanto el protón del
hidrógeno no resulta atraído con fuerza por el átomo de flúor. El puente de hidrógeno es débil y esto
permite una distancia relativamente grande entre las moléculas.
La cosa no termina ahí
Hasta ahora hemos hablado de fuerzas intermoleculares como la razón que mantiene unidas las
moleculas y con ello determina la integridad del cuerpo de la sustancia y su estado físico. Pero hay
muchas sustancias en la práctica que no contienen moléculas en su interior, sí, su cuerpo no está
integrado por moléculas y estas sustancias se conocen como sustancias no moleculares.

Sustancias no moleculares
Ya hemos dicho, y recalcamos ahora, que algunas sustancias tales como el agua se mantienen en
forma molecular aunque estén en el estado sólido, sus moléculas se mantienen unidas por fuerzas
intermoleculares (fuerzas de van der Waals, fuerzas dipolo-dipolo o puentes de hidrógeno), y un
sólido de este tipo se le llama sólido molecular.
Si entramos en la interioridad de un trozo de hielo podemos "ver" que este está compuesto por
moléculas de agua atrapadas unas con las otras por puentes de hidrógeno "asegurándolas" en su lugar.
Otro sólido molecular es la parafina formada por moléculas de hidrocarburos tales como el
C20H42 pero en este caso las moléculas se mantienen juntas por fuerzas de van der Waals.

Otras muchas sustancias, aunque tienen fuerzas intermoleculares relativamente débiles, no solidifican
como sólidos moleculares y de hecho no contienen ninguna forma en su interior que puede clasificarse
como molécula independiente, en su lugar estos sólidos existen como un cuerpo compacto que
mantiene su integridad por grandes fuerzas covalentes o iónicas y se denominan sólidos no
moleculares.
Solidos iónicos no moleculares
Un ejemplo de estos sólidos es el cloruro de sodio (NaCl) o sal común, un grano de sal común
está formado por una basta red de iones negativos Cl- e iones positivos Na+ conocida como cristal
iónico, y en la que los iones están colocados de forma ordenada y repetitiva. El orden y la fijación en
el cristal de los iones se debe a la interacción de fuerzas de atracción eléctricas entre los iones de
carga contraria, de modo que la estructura de la red está formada por la alternancia de iones de
diferente signo como puede verse en a figura 19.

Figura 23. Ordenamiento de los iones en el


cloruro de sodio.

En un sólido de este tipo no puede detectarse algo que se pueda llamar molécula, de modo que se les
llama sólidos iónicos no moleculares. De la misma forma tampoco puede hablarse de fuerzas
intermoleculares (ya que no hay moléculas) y su integridad se debe a los fuertes enlaces iónicos.

Fundir estos compuestos requiere romper los enlaces iónicos y debido a que esta operación requiere
de enormes cantidades de energía (calor), una buena parte de los cristales iónicos funden a
temperatura cercana a 1000°C e incluso por encima de ese valor. El cloruro de sodio, por ejemplo,
funde a 801°C, el cloruro de potasio a 776°C y el fluoruro de potasio a 720°C.

Sólidos no moleculares no iónicos.


No todos los cristales están formados por una red de iones, los hay también "amarrados" por enlaces
covalentes y debido a esto se les llama cristales covalentes. Los cristales covalentes pueden ser lo
mismo de compuestos como de elementos puros y a su estructura se le llama red cristalina covalente.
Uno de los mas codiciados y caros cristales es el diamante, el que está constituido por un elemento
puro (el carbono), otro elemento que forma cristales covalentes es el silicio.

En ambos, carbono y silicio (en sus formas cristalinas), cada átomo está enlazado covalentemente con
otros cuatro átomos del mismo elemento formando una red espacial.
Figura 24. Sección de la red cristalina del silicio (Si).

La figura 24 a la derecha muestra una sección del cristal de silicio. Al igual que en la red iónica, en
el caso de las redes covalentes no puede identificarse algo como molécula individual, lo que tenemos
ahora son átomos en lugar de iones todos interconectados por fuertes enlaces covalentes. Para fundir
estas redes cristalinas hay que romper los enlaces covalentes y por tanto hay que suministrar grandes
cantidades de calor, así el silicio funde a 1414°C y el diamante (el que primero se transforma en
grafito) funde a 3550°C.
Un ejemplo de compuesto que forma redes cristalinas covalentes es el cuarzo (dióxido de silicio) en
el cual cada átomo de silicio está enlazado covalentemente con cuatro átomos de oxígeno, los que
además están a su vez enlazados a otros átomos de silicio formando una gran red.

Por simple inspección de la fórmula química generalmente no se puede saber si el sólido es


molecular (como el hielo) o no molecular (como el silicio). Si el compuesto tiene un metal del grupo
IA (1) o IIA (2) ligado a un no metal es una buena indicación de que es iónico y por lo tanto no
molecular, pero en caso contrario no se puede predecir nada y hay que hacer la determinación
experimentalmente.

El punto de fusión es una buena pista, ya que un punto de fusión alto está ligado a enlaces fuertes que
mantienen el sólido compacto. Si el punto de fusión es muy alto, cercano o mayor que 1000°C el
sólido es muy probablemente no molecular, pero si el punto de fusión es bajo quiere decir que hay
fuerzas de unión débiles y en consecuencia es muy posible que sea molecular. Veamos un caso
particular.
Si nos atenemos puramente a la fórmula química del dióxido de silicio SiO2 donde un átomo de silicio
está unido a dos átomos de hidrógeno por dobles enlaces (figura 25), podemos asumir sin lugar a
dudas que la molécula es lineal al igual que el dióxido de carbono.
Y esta apreciación, en principio cierta, nos puede conducir al hecho erróneo de que como la molécula
no es polar las fuerzas que mantienen unidas a estas en un trozo de silicio son fuerzas de van der
Waals, sin embargo, el dióxido de silicio es un sólido muy duro en condiciones normales y tiene el
punto de fusión entre 1660 y 1725°C. Estas dos características físicas "extremas" indican que no debe
ser un sólido molecular, y como ya se dijo, los experimentos han demostrado que es un sólido no
molecular que puede formar redes cristalinas muy estables debido a enlaces covalente entre los
átomos que la forman.

Figura 25. Molécula del dióxido de silicio.

Sólidos no moleculares metálicos.


Otra clase de sólidos que tienen altos puntos de fusión son los metales puros, tales como la plata (Ag),
el oro(Au), el hierro (Fe) y el cobre (Cu) entre otros. Estos sólidos no moleculares está formados por
átomos neutros unidos por enlaces metálicos. Al igual que los enlaces covalentes, los enlaces
metálicos se producen al compartir electrones, pero hay una gran diferencia. En una pieza de metal
los electrones de valencia son libres en movimiento y están compartidos y son atraídos por todos los
núcleos de los átomos de la pieza produciendo una fuerza de atracción extra entre los átomos (el
hecho de la movilidad de los electrones explica la conductividad eléctrica de los metales).

De la misma forma que los enlaces covalentes e iónicos estos enlaces son verdaderos enlaces, lo que
significa, que en general, son fuertes y como ya usted sabe los enlaces fuertes interpartículas
usualmente conducen a altos puntos de fusión. El oro funde a 1064°C, el hierro a 1535°C, estas son
temperaturas muy altas lo que refleja la fuerza de los enlaces metálicos.
De todas formas hay excepciones, el sodio (Na) funde a solo 98°C y el mercurio (Hg) es líquido en
condiciones normales pero las razones de estas "anormalidades" que indican enlaces metálicos débiles
se van del alcance de lo que se pretende con este artículo.

Potrebbero piacerti anche