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Cómo representan el flujo de materia y energía las cadenas alimenticias y las redes tróficas.
Los niveles tróficos y la eficiencia de la transferencia de energía.
El nivel inferior de la ilustración muestra a los productores primarios, que incluyen diatomeas,
algas verdes, algas verde azules, flagelados y rotíferos. El siguiente nivel incluye a los
consumidores primarios que se comen a los productores primarios. Entre ellos están los
copépodos calanoides y ciclopoides, las pulgas de agua, los rotíferos y los anfípodos. El
camarón también come productores primarios. Los consumidores primarios son devorados por
los consumidores secundarios, que generalmente son peces pequeños. A los peces pequeños
se los comen los peces grandes, consumidores terciarios. La perca amarilla, un consumidor
secundario, come pequeños peces en su propio nivel trófico. La lamprea marina se come a
todos los peces; de esta manera, la red trófica es una estructura compleja con capas
entretejidas.
Crédito de imagen: Ecología de ecosistemas: Figura 5 por OpenStax College, Biology, CC BY
4,0; obra original del NOAA, GLERL
En las redes tróficas, las flechas apuntan desde un organismo que es devorado hacia el que se
lo come. Como muestra la red trófica de arriba, algunas especies pueden comer organismos
de más de un nivel trófico. Por ejemplo, los camarones misidáceos comen tanto productores
primarios como consumidores primarios.
Pregunta extra: esta red trófica tiene una cadena alimentaria que vimos anteriormente en el
artículo: algas verdes \rightarrow→right arrow moluscos \rightarrow→right arrow el pecesito
Cottus cognatus \rightarrow→right arrow salmón real. ¿Puedes encontrarla?
Redes tróficas de pastoreo contra redes tróficas de detritos
Las redes tróficas normalmente no muestran a los descomponedores, puede que hayas notado
que la red trófica del Lago Ontario que vimos anteriormente no lo hace. No obstante, todos los
ecosistemas necesitan formas de reciclar la materia muerta y los desechos. Esto significa que
los descomponedores en realidad están ahí, aunque no se los mencione mucho.
Por ejemplo, en el ecosistema de pradera que se muestra abajo, hay una red trófica de
pastoreo de plantas y animales que alimentan la red trófica de detritos de bacterias, hongos
y detritívoros. La red de detritos se muestra en forma simplificada en la banda café que se
encuentra en la parte inferior del diagrama. En realidad, consiste de varias especies
relacionadas mediante interacciones de alimentación específicas, conectadas por flechas,
como sucede con la red de pastoreo en la parte superior. Las redes de detritos pueden proveer
de energía a las redes de pastoreo, como cuando un petirrojo come una lombriz de tierra.
El nivel inferior de la ilustración muestra a los descomponedores, entre los que se incluyen
hongos, moho, lombrices de tierra y bacterias del suelo. El siguiente nivel por arriba de los
descomponedores muestra a los productores: las plantas. El nivel superior a los productores
muestra a los consumidores primarios que se comen a los productores, entre los que están las
ardillas, los ratones, las aves que comen semillas y los escarabajos. A su vez, los
consumidores primarios son devorados por los secundarios, como los petirrojos, cienpiés,
arañas y sapos. Los consumidores terciarios como los zorros, los búhos y las serpientes,
comen tanto consumidores primarios como secundarios. Finalmente, todos los consumidores y
productores se convierten en alimento para los descomponedores.
Crédito de imagen: modificada de El flujo de energía a través de los ecosistemas: Figura 5 por
OpenStax College, Biology, CC BY 4,0; para ver los créditos de imagen completos de las
imágenes originales, consulta la ventana emergente que sigue.
[Créditos de imagen extendidos]
La eficiencia en la transferencia de energía limita la longitud de las cadenas alimentarias
La energía se transfiere entre los niveles tróficos cuando un organismo se come a otro y
obtiene las moléculas ricas en energía del cuerpo de su presa. Sin embargo, esta transferencia
es ineficiente y esta ineficacia limita la longitud de las cadenas alimentarias.
Cuando la energía entra en un nivel trófico, parte de ella es almacenada como biomasa, pasa a
formar parte del cuerpo del organismo. Esta es la energía que queda disponible para el
siguiente nivel trófico, ya que solo la energía almacenada como biomasa puede ser consumida.
Por regla general, solo alrededor del 10% de la energía almacenada como biomasa en un nivel
trófico, por unidad de tiempo, termina como biomasa en el siguiente nivel trófico, en la misma
unidad de tiempo. Es bueno tener en mente esta regla del 10% de transferencia de energía.
Como ejemplo, supongamos que los productores primarios de un ecosistema almacenan 20
000 kcal/m^22start superscript, 2, end superscript/año de energía en biomasa. Esta es también
la cantidad de energía disponible por año para los consumidores primarios que se comen a los
productores. La regla del 10% predice que los consumidores primarios solo almacenarán 2000
kcal/m^22start superscript, 2, end superscript/año de energía en sus cuerpos, lo que reduce la
tasa a la que los depredadores —consumidores secundarios— pueden disponer de energía.
Este patrón de transferencia parcial limita la longitud de las cadenas alimentarias; después de
cierto número de niveles tróficos, por lo general entre tres y seis, la energía que fluye es muy
poca para mantener una población de un nivel superior.
¿Qué es un ecosistema?
Aprende qué es un ecosistema, cómo se mueven la materia y la energía a través de él y qué lo
hace estable.
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Puntos más importantes
Un ecosistema se compone de una comunidad de organismos con su entorno físico.
Los ecosistemas pueden ser de diferentes tamaños; pueden ser marinos, acuáticos o
terrestres. Las categorías generales de los ecosistemas terrestres se conocen
como biomas.
En los ecosistemas, tanto la materia como la energía se conservan. La energía fluye a
través del sistema, generalmente de luz a calor, y la materia se recicla.
Los ecosistemas con mayor diversidad tienden a ser más estables, con
mayor resistencia y resiliencia de frente a las perturbaciones o eventos perjudiciales.
Introducción
¿Qué tienen en común las pozas de marea de la costa de California y la selva amazónica en
Sudamérica? A pesar de los varios órdenes de magnitud en tamaño que hay entre ellas,
ambas son ejemplos de ecosistemas: comunidades de organismos que viven juntos, en
combinación con su medio ambiente físico.
Crédito de imagen: izquierda, Tide pools at Half Moon Bay (Pozas de marea en la Bahía de la
Media Luna) por Brocken Inaglory, CC BY-SA 4.0; derecha, Aerial view of the Amazon
rainforest (Vista aérea de la selva del Amazonas)por Neil Palmer/CIAT, Center for International
Forestry Research, CC BY 2.0
Como recordatorio, una comunidad está compuesta de todas las poblaciones de todas las
especies que viven juntas en una área particular. Los conceptos de ecosistema y comunidad
están estrechamente relacionados, la diferencia es que un ecosistema incluye al medio
ambiente físico, mientras que la comunidad no lo hace. En otras palabras, una comunidad es el
componente biótico, vivo, de un ecosistema. Además de este componente biótico, el
ecosistema también incluye un componente abiótico: el entorno físico.
Los ecosistemas pueden ser pequeños, como las pozas de marea que se encuentran cerca de
las costas rocosas de muchos océanos, o muy grandes, como la selva amazónica en
Sudamérica. Básicamente, su delimitación depende del ecólogo que lo estudia, quien define su
tamaño de manera que tenga sentido para resolver las preguntas de su interés.
¿Cómo son los ecosistemas?
La respuesta corta: ¡increíblemente diversos! No solo pueden variar en tamaño, sino que
también difieren en cualquiera de las características bióticas y abióticas que te puedas
imaginar.
Algunos ecosistemas son marinos, otros de agua dulce y otros, terrestres. Los ecosistemas
oceánicos son los más comunes en la Tierra, ya que los océanos y los seres vivos que los
habitan cubren el 75% de la superficie del planeta. Los ecosistemas de agua dulce son los más
raros, ya que solo abarcan el 1.8% de la superficie de la Tierra. Los ecosistemas terrestres
cubren el porcentaje restante.
Los ecosistemas terrestres pueden agruparse aún más en categorías generales basadas
principalmente en el clima, conocidas como biomas. Algunos ejemplos de biomas terrestres
son las selvas, sabanas, desiertos, bosques de coníferas, bosques caducifolios y la tundra. El
mapa siguiente muestra la distribución general de los biomas en la tierra.
Crédito de imagen: Biomas: Figura 2 por OpenStax College, Biology, CC BY 4.0
Incluso dentro de un bioma puede haber mucha diversidad. Por ejemplo, tanto el desierto de
Sonora, a la izquierda, como el interior de la isla Boa Vista, a la derecha, se clasifican como
desiertos, pero tienen comunidades ecológicas muy diferentes. Hay muchas más especies de
plantas y animales viviendo en el desierto de Sonora.
Crédito de imagen: izquerda, Sonoran desert (Desierto de Sonora) por Highqueue, dominio
público; derecha, Rock desert (hamada) inside the island of Boa Vista (Desierto rocoso al
interior de la isla Boa Vista) por Ingo Wölbern, dominio público
Energía y materia en los ecosistemas
A los ecólogos de ecosistemas a menudo les interesa rastrear el movimiento de la energía y la
materia a través de los ecosistemas.
Veremos con más detalle el movimiento de la energía y la materia cuando consideremos
las redes tróficas, redes de organismos que se alimentan unos de otros, y los ciclos
biogeoquímicos, las rutas que toman los elementos químicos en su movimiento a través de la
biósfera. Los organismos que se encuentran en un ecosistema tienden a tener adaptaciones,
características beneficiosas que surgen por selección natural, que les ayudan a obtener la
materia y la energía que requieren en el contexto de un ecosistema específico.
Pero antes de que entremos en detalles, echemos un vistazo a las características
fundamentales del transporte de la energía y la materia a través de los ecosistemas. Tanto la
energía como la materia se conservan, no se crean ni se destruyen, solo siguen rutas distintas
a través de los ecosistemas.
La materia se recicla: los mismos átomos son usados una y otra vez.
La energía fluye a través del ecosistema, usualmente entra en forma de luz y sale en
forma de calor.
La materia se recicla
La materia se recicla a través de los ecosistemas de la Tierra, aunque puede pasar de un
ecosistema a otro, como sucede cuando los nutrientes son arrastrados hacia un río^11start
superscript, 1, end superscript. Los mismos átomos se usan una y otra vez, forman diferentes
compuestos químicos y se incorporan a los cuerpos de distintos organismos.
Como ejemplo, veamos cómo los nutrientes químicos se mueven a través de un ecosistema
terrestre. Una planta terrestre toma dióxido de carbono de la atmósfera y absorbe otros
nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo, del suelo; con ellos forma las moléculas que
conforman sus células. Cuando un animal come la planta, usa las moléculas de esta para
obtener energía y materia para sus propias células, a menudo reorganizando los átomos y
moléculas en nuevas formas.
Cuando las plantas y los animales llevan a cabo la respiración celular —descomponen las
moléculas para usarlas como combustible— se libera dióxido de carbono hacia la atmósfera.
De manera similar, cuando excretan desechos o mueren, sus compuestos químicos son
utilizados por las bacterias y los hongos como fuente de energía y material de construcción.
Estos descomponedores liberan moléculas sencillas de vuelta al suelo y a la atmósfera, donde
pueden ser absorbidos nuevamente en la siguiente ronda del ciclo.
Crédito de imagen: Susie Fire in the Adobe Range west of Elko, Nevada (Incedio Susie en las
montañas Adobe al oeste de Elko, Nevada) por Famartin, CC BY-SA 3.0
Algunas perturbaciones son el resultado de procesos naturales. Por ejemplo, los incendios son
una perturbación que puede ser provocada por la caída de un rayo en un ecosistema de
pradera o bosque. Otras perturbaciones son el resultado de la actividad humana; algunos
ejemplos son la lluvia ácida, la deforestación, la proliferación de algas y la introducción de
especies invasoras.
Los diferentes ecosistemas responden de distinta forma a la misma perturbación: algunos se
recuperan rápidamente, mientras que otros lo hacen lentamente o no se recuperan en
absoluto.
Resistencia y resiliencia
Los ecólogos algunas veces usan dos parámetros para describir cómo responde un
ecosistema ante una perturbación: resistencia y resiliencia. La capacidad de un ecosistema
para permanecer en equilibrio a pesar de las perturbaciones se llama resistencia. La rapidez
con la que el ecosistema recupera su equilibrio después de una perturbación es su resiliencia.
Algunos ecólogos consideran que la resistencia es un componente de la resiliencia, uno que
actúa en una escala de tiempo corta^{4,5}4,5start superscript, 4, comma, 5, end superscript.
Muchos ecólogos piensan que la biodiversidad de un ecosistema juega un papel clave en la
estabilidad. Por ejemplo, si solo existiera una especie de planta con una función particular en
un ecosistema, una perturbación que dañe a esa especie —digamos, una sequía para una
especie sensible a ella— puede tener un fuerte impacto en el ecosistema en conjunto. En
cambio, si hay varias plantas con funciones parecidas, hay una mayor probabilidad de que
alguna sea resistente a la sequía y pueda ayudar a todo el ecosistema a sobrevivir al periodo
seco^66start superscript, 6, end superscript.
La resistencia y la resiliencia de un ecosistema son importantes cuando consideramos los
efectos de las perturbaciones provocadas por la actividad humana. Si una perturbación es lo
suficientemente grave, puede cambiar al ecosistema más allá del punto de recuperación y
llevarlo hasta donde ya no es resiliente. Una perturbación de este tipo puede conducir a una
alteración permanente o a la pérdida del ecosistema.