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Introducción a la

psicología cognitiva

Samuel Martínez Gómez


Septiembre 2019.

Universidad Pontificia Bolivariana.


Departamento de psicología.
Psicología general.
Contexto histórico de la psicología cognitiva
Contexto histórico desde una perspectiva social(50’s y 60’s).

Durante los 50’s, estaba en pleno apogeo un movimiento intelectual cuestionando los
antiguos metarrelatos de la modernidad(progresismo, tecnocentrismo, positivismo). Este
cuestionamiento nace resultado de las grandes tragedias sucedidas durante la primera mitad
del siglo XX, como lo fueron las dos grandes guerras, y eventos con altos niveles de crueldad
que las componen, como Auschwitz e Hiroshima, deviniendo en una constante duda hacia el
modelo tecno-científico, el cual era responsabilizado por estas tragedias históricas.
Se considera que los ideales humanos han fracasado rotundamente. Los experimentos
de organizaciones sociales marxistas, y los grandes problemas de carácter mundial como la
pobreza, discriminación, contaminación y el hambre, generan un gran desencanto alrededor
del cristianismo y la ya mencionada tecnociencia(razón); anterior prometedora del bienestar,
paz y progreso. La desesperanza ante los metarrelatos lleva a una pluralización de la visión de
hombre, y a la ausencia de una posible organización mundial(García, 2006). Paralelamente a
estos sucesos se desarrolla la computadora, como elemento determinante en el desarrollo de
una tecnología capaz de interpretar y ejecutar comandos programados para operaciones de
entrada, salida, cálculo y lógica; elemento clave en el futuro desarrollo mundial.
Dentro del mundo de la filosofía se llevan ciertos replanteamientos como lo dice
Harvey: “Esto se tradujo en una vigorosa denuncia de la razón abstracta y en una profunda
aversión hacia cualquier proyecto que anhelara la emancipación humana universal a través de
la movilización de la tecnología, la ciencia y la razón”(Harvey, 1990). Este proyecto
antirracionalista nació de ciertos ideales fundamentados un par de décadas atrás por los
intelectuales de la Escuela de Frankfurt, la cual generó una serie de ideas dedicadas a criticar
el reduccionismo positivista del conocimiento empírico de la realidad, a esa mera búsqueda
independiente de cualquier proceso hermenéutico o epistemológico(Frankenberg, 2011). Se
lleva a cabo un desarrollo de un tipo de investigación alterno a los modelos tecnócratas en el
que el sujeto deja de ser un ser unidimensional y pasa a ser un buscador vitalicio inacabado
del conocimiento, a través de los conceptos. Este sujeto se encuentra en una interacción
constante con su entorno, esto conlleva a un acercamiento en el mundo científico hacia
procesos hermenéuticos en los que el objeto de estudio se encuentra más cercano al sujeto que
lo observa.

Contexto histórico desde la perspectiva de la psicología cognitiva


Se inicia en una época(siglo XX) en la que los más grandes ideales se están
derrumbando, así como lo hace la concepción de la psicología como resultado del “sentido
común”, en la que se disponía que los sujetos asumen el comportamiento a partir del
conocimiento de un “otro”. Este paradigma que asume la existencia de ciertas
representaciones internas semánticamente relacionadas con el mundo, y de naturaleza mental,
intentó ser increpado por los postulados de la psicología conductual, nacida del afán de
objetividad, propio de la primera mitad del siglo(Rivière, 1991).
Desde los inicios de la concepción platónica de psique, se habían relacionado los
elementos de la mente al proceso de conocer(lo cognitivo); la relación con lo inmaterial,
propia del conocimiento o los recuerdos. Esta concepción de psique llegó a unirse con los
primeros ápices de la psicología experimental(científica) engendrada por los grandes
fundadores de la disciplina, deviniendo en el mestizaje de la tradición asociacionista y la
metodología fisiológica. Luego se dio el nacimiento del conductismo como movimiento
“epistemofóbico”, precursor de un enfoque positivista el cual predominó durante la primera
mitad del siglo; predominio que luego compartiría, y más adelante entregaría, al enfoque
cognitivo sobre los procesos mentales, siendo no más que un retorno a las ideas y raíces de la
disciplina. La pretensión del conductismo de reducir el comportamiento a los términos de
estímulo y respuesta cayó en la ambigüedad al definir estímulo desde un punto de vista
extensional(energías físicas sobre los sentidos) e intencionales (aquello a lo que responde el
organismo) (Rivière, 1991).
La innovación de este siglo por parte de la psicología cognitiva fue la consideración, no
sólo de elementos extensionales(los tiempos de respuesta y los errores) a la hora del estudio,
sino también elementos intencionales remitidos a la naturaleza epistémica de la mente. Y de
esta innovación no se puede aislar una visión más amplia del contexto histórico, como lo dice
Rivière:

Analizando los factores externos que han dado lugar al desarrollo de un modo de hacer
psicología que forma parte de un proyecto científico más general, el de la ciencia
cognitiva como un todo, y que se relaciona con tecnologías del conocimiento que
configuran quizá los utensilios que definen, de manera más peculiar, la tecnología
propia de la segunda mitad de nuestro siglo (Revière, 1991, p. 134-135).

La llegada del software al mundo de la mente


Una de las aportaciones más importantes de la psicología cognitiva fue la concepción de
la mente como un sistema de cómputo, así como lo explica Johnson Laird:
La invención del ordenador digital, y de manera más importante, de su precursora, la
teoría matemática de la compatibilidad, ha obligado a la gente a pensar de una forma
nueva sobre la mente. Antes de la computación había una distinción clara entre
cerebro y mente; uno era un órgano físico y la otra una “no entidad” fantasmática que
difícilmente resultaba un tema de investigación respetable. (Se consentía que los
adultos pudiesen hablar de ella en privado, siempre y cuando comprendieran que, en
realidad, no existía.) Después de la llegada de los ordenadores no cabe semejante
escepticismo: una máquina puede controlarse mediante un programa de instrucciones
simbólicas, y no hay nada de fantasmal en un programa de ordenador. Quizá, y en
gran medida, la mente es para el cerebro lo que el programa es para el ordenador. De
esta manera, puede haber una ciencia de la mente (1990, pp. 13-14).

Esta nueva forma de concebir a la mente como algo concreto representado en el léxico
de la computación permitió mostrar a la psicología como una disciplina más responsable en el
mundo científico, al igual que impulsó un trasegar en el cual la máquina(desde el símbolo) y
la mente, empezarían a perseguirse mutuamente, partiendo de la pregunta de Turing “¿pueden
las máquinas pensar?”. Con el tiempo se llegaría a la conclusión de que la máquina de Turing
solo lograba imitar a la mente desde un sentido formal y específico, pero no lograba abarcar
todo el aspecto del psiquis. Durante aquellos primeros años de la computación(40’s) se
empezaron a perfilar dos enfoques investigativos sobre la mente: el primero el cual entendía a
la mente como sustrato ajeno a lo Biológico en término de sus esquemas, y la segunda, la cual
consideraba al sistema nervioso como un sistema de cómputo en un nivel abstracto, teniendo
así mayor conexión con el área neurológica. Durante los primeros años formales de la
psicología cognitiva(60’s)—paradójicamente—el primer enfoque fue adoptado por la mayoría
de los estudiosos, hasta los 80’s(con el conexionismo) donde se retomó el segundo enfoque
más inclinado por lo “neural”.

Emancipación de la psicología cognitiva de una tradición conductista

Aunque a partir de lo ya mencionado en este escrito se pueda llegar a considerar a la


psicología cognitiva como una escuela innovadora, en los finales de los 50’s todavía era
necesario un modelo de mente que pudiera generar la separación de esa tradición
reduccionista del conductismo, en ese momento Chomsky presenta un modelo de mente que
revolucionaría las ciencias cognitivas:
Para alcanzar tal fin(estudio de las propiedades cerebrales del lenguaje en un grado de
abstracción) se considera que la facultad del lenguaje está instaurada en la
mente/cerebro como una especie de órgano, que a juicio de Chomsky permite la
comprensión y producción de cadenas lingüísticas mediante una serie de cómputos
llevados a cabo de forma totalmente inconsciente (el término mente/cerebro se utiliza
para enfatizar la concepción de la mente como la abstracción de una serie de estados
cerebrales)(Barón, 2014, p. 427).

Esta nueva forma de introducir los procesos inconscientes en la organización lenguaje


el cual era una expresión de la cualidad creativa inherente sujeto, negando así la “fuerza de
respuesta” de Skinner en el ámbito de lo lingüístico, al tiempo que utilizaba el lenguaje
relativo a la computación que tanto se cohesionaba con los avances cognitivos del momento.
Para 1956, con la publicación de Estudio del pensamiento por parte del psicólogo Bruner, se
marcaría el nacimiento de la psicología cognitiva. A la par de esta publicación, el 11 de
septiembre de ese mismo año se realizó el segundo simposio sobre la teoría de la información
en el instituto tecnológico de Massachusetts(MIT), donde se reunieron sujetos como Bruner,
Chomsky y Miller, los cuales establecieron a la revolución cognitiva como la nueva respuesta
al mundo post-industrial. Cuatro años más tarde, el mismo Bruner junto a George Miller,
fundaron en la universidad de Harvard el centro de estudios cognitivos, en donde ya el
movimiento cognitivista compartía objetivos con muchas otras disciplinas como la
antropología, la inteligencia artificial, neurociencia y lingüística. A este conjunto de
disciplinas(incluyendo la psicología) se les nombró como ciencias cognitivas.

Postulados teóricos

Concepto de mente

La psicología cognitiva en principio, rescata el concepto de mente como elemento


respetable en el gremio científico, ya que considera a los estados mentales desde una
perspectiva representacional como lo explica Engel:
Existen estados internos de los organismos que se pueden tratar como representaciones
mentales, las cuales permiten almacenar información sobre el ambiente. Dicha
información combinada con los planes y fines de tales organismos es la causa de su
conducta. Todo depende entonces de la manera en que se definan nociones como
información, representación mental, o fin. (Engel, 1993)

Siendo esta cita uno de los postulados sobre los cuales se construiría el objeto de
estudio de esta psicología cognitiva, que se dedicó igualmente a buscar una forma de analizar
estos estados mentales llegando a la conclusión de que se debían asumir estos fenómenos de
una manera ajena a lo biológico. Es fácil concluir que el principal objeto de estudio para la
psicología cognitiva son los procesos mentales y no el comportamiento(como lo fue para el
conductismo).

¿De donde viene el conocimiento?

Igualmente se llega a una conclusión alrededor del conocimiento en la cual se determina


que el percibir algún acontecimiento del ambiente no solo implica datos sensoriales que luego
se interpretan por el sujeto, sino que existen procesos de reconocimiento alrededor de estas
señales; interpretaciones nacidas de una forma diferente de adquirir información:
La Psicología cognitiva supone que las funciones del conocimiento no sólo están
determinadas por funciones “de abajo – arriba”, sino también en mayor o menor
grado, por funciones de “arriba – abajo”, por procesos que determinan niveles
estructurales inferiores desde otros superiores. Si la conducta de los organismos
estuviera absolutamente determinada por las variaciones de los estímulos del medio,
no habría ninguna justificación para postular la intervención de entidades mentales
como algún grado de autonomía funcional(Sobrino, 2007).

Esto significa que el humano no es un sujeto el cual se dedica solamente a percibir


datos para más adelante interpretarlos en un proceso que es llamado “de abajo-arriba” sino
que también está condicionado a adquirir y construir conocimiento a partir de sus
expectativas e interpretaciones anteriores a la fase sensible, para luego interpretar el ambiente
en ese proceso que es denominado por Sobrino como “de arriba-abajo”. En la psicología
cognitiva estos elementos están altamente relacionados dentro de la experiencia consciente.
A partir de lo planteado anteriormente, también se llega a la consideración del humano como
procesador activo de la realidad y como agente creador, imaginador y simbolizador de su
entorno.
La metáfora del ordenador

Como ya fue mencionado en este trabajo, los psicólogos cognitivos empiezan a


entender los fenómenos mentales como un software(mente) el cual se encarga de los procesos
psicológicos, estando estos procesos sustentados sobre un hardware(sistema nervioso central),
sobre el cual no se desea realizar un enfoque de estudio porque para las ciencias cognitivas la
consciencia estaba separada de la materialidad del hardware. Ya que como dice Riso: “La
conciencia, aunque esté apoyada en procesos materiales, se separa naturalmente del sistema
fisiológico”(Riso, 1996). Aunque esta emancipación no es absoluta, ya que existen terapias
cognitivas dedicadas a tratar la consciencia indirectamente desde lo cerebral.
Desde esta perspectiva, la neurociencia se convierte meramente en un referente conceptual
constante en el estudio de los procesos mentales, pero solamente eso.
A partir de la metáfora del ordenador se entiende a la mente como un sistema de
procesamiento altamente organizado que puede procesar tanto información interna como
externa: selecciona, decodifica, transforma, almacena, recupera y genera información, y
comportamientos motores; mente como sistema motor capaz de generar conocimiento de sí
mismo y del mundo condicionada por su tendencia a la regularidad y sus características
adaptativas.

Representantes de la psicología cognitiva

Albert Ellis

Nacido el año de 1913 en la localidad de Pittsburg, luego creció en Nueva York dentro de un
contexto familiar complejo, resultado de la bipolaridad de su madre. Su sueño siempre fue
convertirse en un gran escritor(literatura erótica), pero la depresión del 29’ trastocó sus planes
obligándolo a estudiar administración de empresas en la Universidad de New York, aunque
seguía dedicando gran parte de su tiempo libre a escribir relatos e historias cortas en búsqueda
de un estilo literario particular. A los 29 años entra a las Universidad de Columbia para
estudiar psicología clínica. Llegando a doctorarse en el 47’, desempeñándose durante su
práctica clínica como consejero sexual y alrededor de familias disfuncionales. En los inicios
de su carrera dentro de la psicología fue un ferviente seguidor de las ideas y terapias
propuestas por el psicoanálisis, considerándolas como la terapias más efectiva y profundas.
Llevó a cabo análisis didácticos dentro del grupo de la famosa psicoanalista alemana Karen
Horney, para luego practicar el psicoanálisis práctico bajo la dirección de su maestra.
Finalizando la década de los 40 empezó a enseñar en la Universidad de Nueva York y se
convirtió en el jefe de Psicología Clínica dentro del estado de Nueva Jersey Diagnostic
Center, pero durante este periodo perdió la fe en el psicoanálisis, y para 1955 perdió toda
creencia sobre las ideas psicoanalíticas, autoproclamándose como psicoterapeuta
remplazando su técnica por otra centrada en el cambio de las personas confrontando sus ideas
irracionales y convenciéndoles para que adoptaran la racionalidad. Para 1957 publica su
primer libro sobre la Terapia Racional Emotiva que se titulaba: ,“Como Vivir con un
Neurótico”. Para 1959 creó el Instituto para la Vida Racional(Landriscini, 2006).

Jerome Seymour Bruner

Uno de los psicólogos más influyentes en la psicología del siglo XX. Nació en 1915,
en Nueva York, donde moriría 101 años después(2016). Estudió su pregrado en la
universidad de Durham en 1941 de donde se graduó para servir en la segunda guerra mundial.
Para 1945 retorna a Harvard donde se convierte en un profesor en psicología, en 1972 deja
Harvard para ser profesor en la Universidad de Oxford. Toma conocimiento de Piaget para
desarrollar un sistema ideal de educación.
Luego de doctorarse en la Universidad de Harvard en 1941, comenzó una serie de
investigaciones sobre la percepción y el aprendizaje, que lo llevaron a enfrentarse a los
conductistas de la época, como lo fue Skinner. Durante los 50, Bruner actuó como impulsor
de la revolución cognitiva la cual devino en la construcción de un centro de estudios
cognitivos, junto a su compañero George Miller, en la misma universidad de la que había
obtenido su título doctoral. Cuatro años después participó en la aplicación de este paradigma
en nuevas psicoterapias. Sus estudios determinaron en gran medida el método educativo de
Norte América.

Aaron Temkin Beck


Nació en Providence, Rhode Island en 1921. Cuando era pequeño sufrió una infección
que lo mantuvo muy frágil, y de donde nacieron múltiples fobias a lo relativo a la medicina, a
las cuales pudo enfrentar con el tiempo. En 1942 se graduó de ciencias políticas por parte de
la universidad Brown.
Obtuvo su título de medicina en 1946 de la universidad de Yale, de donde salió a
desempeñarse como residente de neurología y psiquiatría en un hospital de veteranos en
Massachusetts. Para 1953 ya estaba certificado como psiquiatra por el Consejo
Estadounidense de Psiquiatría y Neurología. Después se unió al personal docente del
departamento de psiquiatría de la escuela de medicina de la Universidad de Pennsylvania
donde imparte clases y realiza investigaciones hasta el día de hoy. Durante sus primeros años
en la universidad, Beck recibió formación como psicoanalista, y para 1960, desarrolló la
terapia cognitiva luego de haber encontrado fallas experimentales dentro del área del
psicoanálisis. Su terapia inició como un tratamiento enfocado en la depresión pero se
extrapoló a muchas otra psicopatologías.
En 1950, Beck contrajo matrimonio con Phyllis W. Beck, con quien tendría cuatro
hijos, una de los cuales se convirtió en una influyente terapeuta cognitivo conductual y la cual
lidera el instituto de Beck para la terapia de comportamiento cognitivo(Judith Beck).
Hoy día sigue desempeñándose como catedrático de psiquiatría en la universidad de
Pennsylvania.

Jeffrey Young

Actualmente es un profesor de la facultad de psiquiatría de la Universidad de Columbia,


reconocido mundialmente por ser el director y fundador del Centro de Terapia Cognitiva en el
sureste de EE. UU, así como del Instituto de Terapia de Esquemas. Principal fundador de las
terapias de esquemas, dedicada a integrar enfocado en los trastornos de larga duración y para
pacientes resistentes a tratamientos alternos; gran contribuyente al área de terapia
cognitiva(Young, Klosko, y Weishaar, 2013).

Obtuvo una licenciatura de la Universidad de Yale, luego uno de educación superior en la


Universidad de Pennsylvania, donde realizó sus estudios posdoctorales con Aaron Beck

Sus dos libros más famosos son esquemas terapia (para profesionales), y Reinventar su vida
(para el público en general).
Propuestas psicoterapéuticas

Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) de Albert Ellis

Terapia pionera y una de las piedras angulares de las terapias cognitivo-conductuales,


las cuales tomaban como base teórica a la psicología cognitiva y conductista. En 1976, Albert
Ellis organizó la primera conferencia relativa a esta clase de terapias, y allí participaron
diversas figuras del mundo de la psicología para el momento, como lo fueron Aaron Beck,
Marvin Goldfried, Michael Mahoney y Donald Meichenbaum(Lega, Sorribes, Calvo, 2017 ).
Esta terapia parte de la base de la concepción de la personalidad como un elemento
dinámico en una teoría que es denominada “ABC”, siendo esta teoría un resultado de una
lectura cognitiva del esquema reduccionista de estímulo-respuesta, en la que la innovación
sobre el modelo conductista sería la apertura de un tercer elemento llamado B(beliefs, o
creencias). En esta teoría A es considerado el estímulo; B, como ya fue dicho, es considerado
creencias(conformada a su vez de emociones y pensamientos) y C, son las consecuencias de
este estímulo. Las creencias son consideradas dentro de esta teoría como las condicionadores
del comportamiento, ya que son los que determinan la manera en las que las situaciones son
consideradas por el sujeto. Las emociones a su vez están formadas por pensamientos que Ellis
denomina preconscientes.
Ahora llegamos a una de los postulados principales de este tipo de terapias: la neurosis
consiste en un comportamiento inútil, irracional y estúpido provocado por emociones
perturbadoras que tienen su origen en construcciones de pensamiento falsas e irracionales.
Esta falsedad e irracionalidad propia de estos pensamientos, se ve acompañada por unos
componentes moralizadores y culpabilizantes, los cuales nacen del pasado y la tradición del
individuo(familia, instituciones y sociedad), resultado de una huella que la simbología,
impuesta por la alteridad, deja en el sujeto(Landriscini, 2006). Está relación con la alteridad
adoctrina en cierto modo los comportamientos del sujeto según Ellis, y he aquí el principio de
la neurosis. Partiendo de este enunciado se puede resumir esta terapia en “sí son los
pensamientos irracionales los que provocan las emociones perturbadoras y desadaptadas que
constituyen las neurosis, la sustitución de estos pensamientos por otros que sean racionales
conseguirá eliminar las emociones perturbadoras y las neurosis consiguientes”(Landriscini,
2006). Por lo que esta terapia nos propone llevar a cabo una crítica sobre los pensamientos(B)
del paciente a partir de una filosofía racional, la cual es enseñada al paciente para que así
piense de una manera más lógica sobre sí mismo. Cómo lo logra resumir Landriscini:
El objetivo de Ellis es pues enseñar al hombre a conducirse como un científico de la
vida cotidiana para que sea capaz de ser independiente y racional. Pero para
conseguirlo primero hay que pasar por una terapia activo–directiva, en la que el
terapeuta desempeña el rol de “modelo relativamente no perturbado”; dicho de otro
modo, el autor prescribe explícitamente la identificación del paciente al yo del
terapeuta(Landriscini, 2006).

Esta terapia culmina en el momento en el que el sujeto, luego de una repetición


constante y disciplinada de los métodos enseñados por su terapeuta, logra integrarlos a su
vida de una manera óptima.

Terapia cognitiva de Beck

La psicología cognitiva de Beck toma elementos, tanto cognitivos, como elementos


propios de la psicología conductual. Las técnicas verbales son el principal medio para
explorar la base de las cogniciones y los supuestos sobre los que se mueve el paciente. Esta
terapia considera que las situaciones no son las que nos generar condiciones mentales, sino
los significados que les damos a ellas; significados atados a formas preconcebidos de
interpretación(modo de estructurar el mundo). En el principio de la terapia, el paciente recibe
información teórica relativa a la misma terapia cognitiva. Luego, a través de un ejercicio de
introspección, “aprende a reconocer, controlar y registrar sus pensamientos negativos”(Beck,
2010). A partir de esto, se discuten los supuestos subyacentes a la luz de la lógica, validez y
valor adaptativo, llegando así a demostrar áreas de la realidad que el paciente se negaba a
observar. “La terapia se centra en “síntomas objetivo” específicos por ejemplo, los impulsos
suicidas”(Beck, 2010). Esta terapia busca que el paciente se convierta en un ser que desde la
racionalidad aplicada a sus pensamientos, puede superar problemas de la cotidianidad, cómo
explica Beck:
El paciente aprende a resolver problemas y situaciones que anteriormente había
considerado insuperables, mediante la reevaluación y modificación de sus
pensamientos. El terapeuta cognitivo ayuda al paciente a pensar y actuar de un modo
más realista y adaptativo en relación con sus problemas psicológicos, reduciendo o
eliminando así los síntomas.
Este es uno de los elementos más poderosos de este tipo de terapias ya que el mismo
paciente empieza a tomar técnicas del terapeuta dentro de su misma vida, deviniendo en un
proceso de constante cuestionamiento alrededor de las conclusiones de la vida diaria.
Esta terapia une elementos tanto cognitivos conductuales, los primeros tienen como
objetivo: “delimitar y poner a prueba las falsas creencias y los supuestos desadaptativos
específicos del paciente”(Beck, 2010). Mientras que las técnicas conductuales son reservadas
para los pacientes de mayor gravedad: “(...)se emplean con los pacientes depresivos más
graves, no sólo para modificar la conducta, sino también para elicitar cogniciones asociadas a
conductas específicas”, en búsqueda de generar actividad en la vida diaria del paciente a
través de rutinas cómo diarios o cuestionarios.
Las terapia cognitiva de Beck no escarba sobre los problemas presentes de la infancia o
adolescencias ya que se concentra en los problemas del “aquí y ahora”, ignorando factores
inconscientes de un pasado. Igualmente, el terapeuta se convierte en un actante activo de la
terapia, difiriendo de las terapias psicoanalíticas de la mínima intervención.
La duración del tratamiento puede oscilar entre 15 y 20 sesiones, una sesión a la
semana, y durante la fase final de la terapia se reducen sustancialmente el número de
encuentros.

Terapia centrada en esquemas de Jeffrey Young

Es considerada como una profundización por parte de Young dentro de los conceptos y
tratamiento establecidos como cognitivo-conductuales los cuales se integran a muchos otros
enfoques de las escuelas psicológicas, como lo dice el propio Young con sus colaboradores:
“La terapia combina elementos de las escuelas cognitivo-conductual, del apego, Gestalt,
relaciones objetales, constructivista y psicoanalítica para obtener un modelo conceptual y de
tratamiento unificador”(Young, Klosko, y Weishaar, 2013). Siendo un tratamiento muy
global que está destinado en principios a casos que dentro de la psicología son considerados
difíciles.
Este tratamiento nace ante la ineficacia de algunos enfoques cognitivos alrededor de
psicopatologías subyacentes a la personalidad y a las continuas recaídas de pacientes tratados.
Es una terapia que, en principio, ajusta su número de sesiones dependiendo de la condición
del sujeto a tratar, dándole gran importancia a los principios infantiles y adolescentes de los
problemas psicológicos haciendo énfasis en las relaciones interpersonales del sujeto, a el cual
en principio se le trata los síntomas para luego aplicar la terapia de esquemas y encargarse de
aquellos temas que subyacen a un orden caracterológico. Es posible utilizar paralelamente
medicamentos psicotrópicos y elementos de la terapia cognitivo conductual.
Este enfoque intenta tratar elementos caracterológicos crónicos y no meramente de
síntomas psiquiátricos agudos. También existe un término fundamental dentro de las terapias
centradas en esquemas que es la reparentalización limitada, el cual consiste en que el
terapeuta intenta suplir las carencias emocionales que el paciente trae de su infancia a partir
de comportamientos empáticos, cariñosos y tomando una posición de figura paterna,
manteniendo obviamente límites intraspasables de respeto con el paciente; intentando resolver
los conflictos adquiridos años atrás por algún proceso de maladaptación. Esta
reparentalización puede generar cierta dependencia por parte del paciente, a lo que la terapia
de esquemas acepta e incluso motiva a continuar este proceso de atamiento.
La gran innovación de esta psicoterapia fueron los aspectos alterados de la terapia
cognitiva de Beck que se enumeran cómo:
El modelo de Young utiliza un menor nivel de descubrimiento guiado, utiliza en
menor medida la confrontación. Puesto que la terapia se aplica a pacientes con
trastornos de personalidad y problemas de carácter, la terapia de Young necesita un
mayor número de sesiones, porque estos pacientes presentan una mayor resistencia al
cambio. Finalmente, el modelo de Young se centra(...)en el esquema disfuncional
temprano, que implica conocer los orígenes, la infancia de los pacientes y la influencia
de todo ello en sus problemas, y por ello, utiliza un mayor número de estrategias de
tipo emocional(Rodriguez, 2009).

Este enfoque que Young propone sobre los efectos de la infancia sobre el paciente son el
principal diferenciador sobre las terapias cognitivas tradicionales.
Los esquemas de Young son aquellas maneras en las que un sujeto está predispuesto a
procesar cierta clase de información adquirida de su realidad. Estos esquemas pueden ser
tanto afectados como perpetuados por el paciente y/o el terapeuta, por lo que el objetivo de la
terapia es modificar los esquemas “dañados” que impiden la normalidad en el sujeto.
Referencias:

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Landriscini, N.(2006). La terapia racional emotiva de Albert Ellis. Norte de Salud


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Rodríguez, E. (2009). La terapia centrada en esquemas de Jeffrey Young. Av.


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