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EXCLUSIÓN DE LA SUCESIÓN POR INDIGNIDAD

El presente artículo analiza las causales de exclusión de la


sucesión de una persona natural por las razones
estrictamente señaladas en la ley. Recordemos que todas
las personas tenemos la capacidad jurídica de gozar del
derecho a suceder y solo la norma jurídica puede limitarlo en
situaciones explícitas debidamente establecidas como es el
caso del artículo 667° y siguientes del Código Civil.
Asimismo, es de tener en cuenta las causales incorporadas
por las disposiciones complementarias y modificatorias de la
Ley N° 30364, Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las mujeres y los Integrantes del Grupo
Familiar. Finalmente, se revisa el carácter personal de la
indignidad, el perdón de la indignidad así como su
declaración judicial y los efectos de la sentencia.
Hinostroza[1], citando a Santos Briz, señala que “las causas
de indignidad obedecen a la comisión de actos ilícitos por el
excluído de la herencia consistentes en faltas graves
cometidas contra el causante de la herencia o su memoria y
que presuponen en quien las comete la capacidad suficiente
para suceder (…) Tienden a impedir que el heredero entre
en posesión de la herencia, siendo norma general la (…)
dignidad ab initio para suceder, y la excepción a esta norma
en definitiva se traduce en una sanción o pena civil, por lo
que se ha de interpretar restrictivamente”.

Lohmann[2] señala que la indignidad es una institución que


implica una sanción privativa de derecho sucesorio.
Asimismo, analiza sus características:

· Se aplica tanto a la sucesión testada como intestada.

· Sus efectos pueden alcanzar tanto a legatarios como a


herederos, sin importar que éstos últimos hayan sido
designados testamentariamente o tengan vocación legal.
Debe entenderse que alcanza también al donatario, pues el
donante puede revocar expresamente la donación por las
mismas causales de indignidad para suceder y de
desheredación (artículo 1637 del CC). Empero no alcanza a
la donación que hubiese recibido el sucesor antes de
cometer el acto causante de indignidad.

· Es causal de pérdida de la legítima de los herederos


forzosos. La regla alude a la exclusión de sucesión, de modo
que la exclusión por indignidad es completa de todo derecho
sucesorio (y no solo del legitimario). Por lo tanto, la
indignidad puede producir la caducidad de la institución de
heredero cuando éste no deja descendientes que puedan
representarlo (artículo 805, inciso 3 del CC).

· La indignidad no es causal de incapacidad -y por eso se


purga con el tiempo, al año de haber entrado el indigno en
“posesión de la herencia”- sino que presupone la capacidad,
por lo que suele hablarse de incapacidad relativa sucesoria
(incompatibilidad o ineficiencia impeditiva de la vocación son
otros términos usados en doctrina). Por lo tanto, los indignos
no quedan privados de todo llamamiento o delación, sino
solo respecto de la sucesión del sujeto afectado o agraviado.
Por eso el artículo 667 CC limita la exclusión a “la sucesión
de determinada persona”.

· La aplicación de las causales de indignidad deben


realizarse restringidamente, sin interpretaciones analógicas
o extensivas, de conformidad con el artículo IV del Título
Preliminar del CC pues estamos ante una enumeración
taxativa, limitativa. Sin embargo, por ejemplo, la norma no
excluye por indignidad al hijo del causante que hubiera dado
muerte a su tío, hermano del causante, que es conducta más
reprobable que la denuncia calumniosa; o, en los casos de
cuasidelitos civiles, como los vinculados al estado conyugal
(adulterio).

Ferrero[3] apunta que “el Código Civil de 1936 normaba las


causales de indignidad en un título denominado “De las
incapacidades para suceder”, tratándolas conjuntamente a
casos muy diversos como la incompatibilidad de algunas
personas para suceder en la sucesión testamentaria y la
original figura prevista en el artículo 670, que trataba de la
exclusión del hijo legítimo de la herencia de su padre, por
reconocimiento de su filiación por un tercero. Señala “que
estando la capacidad referida a la existencia, y siendo por
tanto todas las personas capaces de suceder, referirse a la
incapacidad como el género y a la indignidad como la
especie, es un error (…) En el derecho actual, no resulta
adecuado hablar de incapacidad para heredar. Esta figura
tenía sustento cuando a algunas personas en razón de su
raza, condición de esclavo, profesión religiosa o condena, se
les excluía de suceder (…)”.

Se hace mención a que el artículo 748 del Código Civil


establece que no pueden ser excluidos por herencia por
indignidad los incapaces menores de edad y los incapaces
mayores de edad que por cualquier causa se encuentren
privados de discernimiento, de los cuales nos ocuparemos
más adelante en la exégesis del referido numeral.

Las causales de indignidad, según el artículo 667 del Código


Sustantivo son:

1.- Los autores y cómplices de homicidio doloso o de su


tentativa, cometidos contra la vida del causante, de sus
ascendientes, descendientes o cónyuge. Esta causal de
indignidad no desaparece por el indulto ni por la
prescripción de la pena.

Lohmann[4] señala que “aunque la regla no mencione que


el autor o cómplice haya sido condenado, se infiere que así
debe ser, porque la autoría o complicidad solo resultan de la
sentencia que así lo diga” -pese a manifestar que no se
requiere sentencia condenatoria si civilmente existiera
aceptación del hecho o si pese a estar probada la comisión
del acto el delito esta prescrito- “(…) En lo que toca a
ascendientes y descendientes no hay que hacer distinción
alguna. Puede ser tanto de sangre como adoptivos,
matrimoniales o extramatrimoniales (…) El inciso concluye
señalando que esta causal no desaparece por el indulto ni
por la prescripción de la pena (…) obviamente cabe el
perdón al que alude el artículo 669” del Código Civil.

Por ejemplo, la pérdida del derecho a la herencia del que fue


víctima del delito contra la vida, sólo procede cuando en el
juicio penal respectivo queda probada la culpabilidad del
acusado.

2.- Los que hubieran sido condenados por delito doloso


cometido en agravio del causante o de alguna de las
personas a las que se refiere el inciso anterior.

Al respecto, Guzmán[5] señala que “no se hace distinción en


cuanto a la clase de delito, pero se exige que sea doloso y
que haya sido materia de condena penal”. Siguiendo a
Ferrero[6], se precisa que el inciso implica necesariamente
un proceso penal y una condena que constituya cosa
juzgada, al usarse el término “condenados”. Por su parte,
Lohmann[7] refiere que “en este segundo si se precisa lo de
la condena, pero nada se expresa ni de tentativa ni de indulto
o prescripción (…) no obstante, ambos (entiéndase a los
incisos 1 y 2) participan de la misma razón, de modo que lo
anunciado en el anterior puede tenerse como reproducido en
el presente”.

3.- Los que hubieran denunciado calumniosamente al


causante por delito al que la ley sanciona con pena
privativa de la libertad.

Guzman[8] señala que, éste inciso se refiere a los que


hubieran denunciado al causante por delitos penados con
prisión, proviene del inciso 3) del artículo 665 del Código
Civil de 1936, inciso que ha sido completado con la
expresión de tres conceptos que eliminan los problemas de
interpretación que éste presentaba y facilitan su aplicación.
El primero consiste en expresar, en cuanto a la gravedad de
los delitos denunciados, que son aquéllos a los que la ley
señala pena privativa de la libertad u otras de mayor
gravedad. El segundo concepto es el de exceptuar al
denunciante si éste fuere víctima del delito (…) El tercer
concepto es el de limitar el alcance de esta causal sólo a la
denuncia calumniosa … “.

A criterio de Lohmann[9], el precepto habla de denuncia


calumniosa en la cual se impute al causante un delito
sancionado con pena privativa de libertad. Más que
denuncia en sentido formal de informar a una autoridad un
hecho punible que atribuye al causante[10] (…), de lo que se
trata es de haberle imputado un delito a sabiendas de la
falsedad de la atribución. El lugar y forma de la imputación
no interesan tanto como el hecho mismo de haberle
señalado como responsable de una infracción punible con
pena privativa”. El autor hace referencia, además, que la
calumnia es una calificación penal resultado de un proceso
iniciado a instancia del agraviado y, a efectos de la
aplicación de este inciso como causal de exclusión de la
sucesión, debe haber una querella en que se constate la
falsedad de la imputación dolosa por parte del ofensor.

Se advierte que el inciso se refiere sólo a la denuncia


calumniosa pero no hace referencia ni a la injuria ni a la
difamación que son también delitos contra el honor, y que,
conjuntamente con la calumnia, están previstos en los
artículos 130, 131 y 132 del Código Penal vigente[11], que
bien podrían ser atribuidos falsamente a la persona que a
futuro será el causante, pero que la ley no ha contemplado
en este numeral.

4.- Los que hubieran empleado dolo o violencia para


impedir al causante que otorgue testamento o para
obligarle a hacerlo, o para que revoque total o
parcialmente el otorgado.
Guzmán Ferrer[12] señala que “este inciso desarrolla con
mayor amplitud la causal contenida en el artículo 665 inciso
4 del Código Civil de 1936, que consideraba incapaz de
suceder por indignidad al “que coactó la voluntad del
causante para que otorgara o no testamento o para que
alterara sus disposiciones testamentarias. El dolo y la
violencia, como vicios de la voluntad son causales de
anulabilidad del testamento y, además, son causales de
exclusión por indignidad del heredero o legatario que incurre
en ellas, con respecto a los actos comprendidos en este
inciso. De tal manera que si se probase la comisión de estos
actos correspondería a anular el testamento otorgado bajo
su influencia y, en la sucesión legal, excluir por indigno al
heredero o legatario que los cometió.

A juicio de Lohmann[13], el precepto contempla tanto la


consumación (es decir, el logro) como el intento (…), lo que
el legislador ha querido es castigar una conducta impropia
(las amenazas, por ejemplo) y, por cierto, tanto da si esa
conducta obtiene el fin pretendido como si no llega a
obtenerlo. El autor refiere a que estamos ante casos de
limitación a la libertad del testador, lo que comprende la
coacción en el sentido de fuerza como la amenaza, la
intimidación, la violencia -física o moral-, la influencia
indebida, el engaño, etc. Asimismo señala que esta causal
incluye los casos de dispensa de indignidad o revocación de
la desheredación y agrega a los casos en que influya sobre
la libertad en tema de colación o dispensa de ella.

Este inciso refiere solo a la utilización del dolo y violencia en


sentido de que el testador revoque total o parcialmente el
testamento (no precisa si necesariamente es el último
otorgado), sin embargo, omite la hipótesis en la que se use
el vicio de voluntad a fin de que no revoque algunas
cláusulas del testamento o a éste en su conjunto.
5.- Los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el
testamento de la persona de cuya sucesión se trata y
quienes, a sabiendas, hagan uso de un testamento
falsificado.

Guzmán Ferrer [14]apunta que “el inciso 5 (…) comprende


los casos en que el heredero o legatario no han actuado
sobre el testador, sino sobre el testamento otorgado por el
causante, destruyéndolo y ocultándolo, falsificándolo o
alterándolo y comprende también a quienes hagan uso de
un testamento falsificado. La destrucción u ocultación puede
ocurrir con respecto al testamento ológrafo y al cerrado, y la
falsificación o alteración podría producirse en el pliego
interno del testamento cerrado o en el testamento ológrafo,
razones por las cuales estos testamentos ofrecen menos
garantías que el otorgado por escritura pública”.

Dentro de los alcances de este inciso,


Lohmann[15] considera a la tentativa pues lo que busca el
legislador es sancionar conductas, no resultados. Respecto
a la duración de la ocultación señala el autor que la norma
nada dice y por lógica solo puede referirse al testamento
ológrafo, porque al otorgado por escritura pública y el
cerrado son virtualmente imposibles de ocultar, como no sea
con complicidad notarial. Entonces, circunscribiéndonos al
ológrafo hay que recordar el artículo 708 del Código Civil, del
que se colige que por lo menos durante treinta días
siguientes al conocimiento de la muerte del testador, no
sería razonable ninguna imputación de ocultamiento.

6.- Los que hubieran sido sancionados con sentencia


firme en más de una oportunidad en un proceso de
violencia familiar en agravio del causante.

De acuerdo con lo previsto en el artículo 5 de la Ley 30364,


Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar define la
violencia contra las mujeres como cualquier acción o
conducta que les causa muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico por su condición de tales, tanto en el
ámbito público como en el privado. Se entiende por violencia
contra las mujeres:

a. La que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica


o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el
agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que
la mujer. Comprende, entre otros, violación, maltrato físico o
psicológico y abuso sexual.

b. La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por


cualquier persona y comprende, entre otros, violación,
abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así
como en instituciones educativas, establecimientos de salud
o cualquier otro lugar.

c. La que sea perpetrada o tolerada por los agentes del


estado, donde quiera que ocurra.

Por su parte el artículo 6 de la citada norma define a la


violencia contra cualquier integrante del grupo familiar como
cualquier acción o conducta que le causa muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico y que se produce en
el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o
poder, de parte de un integrante a otro del grupo familiar. Se
tiene especial consideración con las niñas, niños,
adolescentes, adultos mayores y personas con
discapacidad.

Asimismo, según el artículo 7°, son sujetos de protección de


la ley:

a. las mujeres durante todo su ciclo de vida: niña,


adolescente, joven, adulta y adulta mayor.
b. los miembros del grupo familiar. entiéndase como tales, a
los cónyuges, excónyuges, convivientes, exconvivientes;
padrastros, madrastras; ascendientes y descendientes; los
parientes colaterales de los cónyuges y convivientes hasta
el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad; y
a quienes, sin tener cualquiera de las condiciones antes
señaladas, habitan en el mismo hogar, siempre que no
medien relaciones contractuales o laborales; y quienes
hayan procreado hijos en común, independientemente que
convivan o no, al momento de producirse la violencia.

Por otro lado de acuerdo al artículo 8 de la Ley N° 30364 son


tipos de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar son:

a) Violencia Física. Es la acción o conducta, que causa


daño a la integridad corporal o a la salud. Se incluye el
maltrato por negligencia, descuido o por privación de las
necesidades básicas, que hayan ocasionado daño físico o
que puedan llegar a ocasionarlo, sin importar el tiempo que
se requiera para su recuperación.

b) Violencia Psicológica. Es la acción o conducta,


tendiente a controlar o aislar a la persona contra su voluntad,
a humillarla o avergonzarla y que puede ocasionar daños
psíquicos.

Daño psíquico es la afectación o alteración de algunas de


las funciones mentales o capacidades de la persona,
producida por un hecho o un conjunto de situaciones de
violencia, que determina un menoscabo temporal o
permanente, reversible o irreversible del funcionamiento
integral previo.

c) Violencia Sexual. Son acciones de naturaleza sexual


que se cometen contra una persona sin su consentimiento o
bajo coacción. Incluyen actos que no involucran penetración
o contacto físico alguno. Asimismo, se consideran tales la
exposición a material pornográfico y que vulneran el derecho
de las personas a decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva, a través de amenazas, coerción, uso
de la fuerza o intimidación.

d) Violencia Económica o Patrimonial. Es la acción u


omisión que se dirige a ocasionar un menoscabo en los
recursos económicos o patrimoniales de cualquier persona.

En cuanto a la sentencia a la que hace referencia el presente


inciso, se debe tener en consideración lo establecido en el
artículo 20° de la Ley 30364 el cual señala que la sentencia
que ponga fin al proceso por delitos vinculados a hechos que
constituyen actos de violencia contra la mujer y los
integrantes del grupo familiar puede ser absolutoria o
condenatoria.

En caso que la sentencia sea absolutoria: El juez señala el


término a las medidas de protección dispuestas por el
juzgado de familia o equivalente. Las medidas cautelares
que resguardan las pretensiones civiles que hayan sido
decididas en esa instancia cesan en sus efectos salvo que
hayan sido confirmadas en instancia especializada.

En caso que se trate de una sentencia condenatoria,


además de lo establecido en el artículo 394 del código
procesal penal, promulgado por el decreto legislativo 957, y
cuando corresponda, contiene:

1. La continuidad o modificación de las medidas de


protección dispuestas por el juzgado de familia o
equivalente.

2. El tratamiento terapéutico a favor de la víctima.

3. El tratamiento especializado al condenado.


4. La continuidad o modificación de las medidas cautelares
que resguardan las pretensiones civiles de tenencia,
régimen de visitas, suspensión, extinción o pérdida de la
patria potestad, asignación de alimentos, entre otras.

5. Las medidas que los gobiernos locales o comunidades del


domicilio habitual de la víctima y del agresor deben adoptar,
para garantizar el cumplimiento de las medidas de
protección, salvo que hayan sido confirmadas en instancia
especializada.

6. La inscripción de la sentencia en el registro único de


víctimas y agresores por violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, a cargo del ministerio público.

7. Cualquier otra medida a favor de las víctimas o de los


deudos de estas.

Finalmente, el mencionado artículo de la Ley N° 30364


señala que en el caso de que las partes del proceso usen un
idioma o lengua diferente al castellano, la sentencia es
traducida. En los casos que no sea posible la traducción, el
juez garantiza la presencia de una persona que pueda
ponerles en conocimiento su contenido.

7.- Es indigno de suceder al hijo, el progenitor que no lo


hubiera reconocido voluntariamente durante la minoría
de edad o que no le haya prestado alimentos y
asistencia conforme a sus posibilidades económicas
cuando haya alcanzado la mayoría de edad, si estuviera
imposibilitado de procurarse sus propios recursos
económicos. También es indigno de suceder al
causante el pariente con vocación hereditaria o el
cónyuge que no le haya prestado asistencia y alimentos
cuando por ley estuviera obligado a hacerlo y se hubiera
planteado como tal en la vía judicial.
Los incisos 6 y 7 del Artículo 667° del Código Civil fueron
incluidos por virtud de la segunda de las disposiciones
complementarias y modificatorias de la Ley N° 30364 cuyo
literal d) del artículo 8° refiere a la violencia económica o
patrimonial como aquella acción u omisión que se dirige a
ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de cualquier persona, a través de:

1. La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de


sus bienes;

2. La pérdida, sustracción, destrucción, retención o


apropiación indebida de objetos, instrumentos de trabajo,
documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales;

3. La limitación de los recursos económicos destinados a


satisfacer sus necesidades o privación de los medios
indispensables para vivir una vida digna; así como la evasión
del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias;

4. La limitación o control de sus ingresos, así como la


percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un
mismo lugar de trabajo.

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