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Cita: IJ-LI-907

03 de Julio de 2006
El fin o el reciclado de las medidas autosatisfactivas
Maraniello, Patricio A.
Revista de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de la Nación

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El fin o el reciclado de las medidas autosatisfactivas

Dr. Patricio Alejandro Maraniello

Introducción [arriba] - 

Por medida autosatisfactiva[i] se ha entendido “una especie de


proceso urgente, género global que abarca otras hipótesis en
las cuales el factor tiempo posee especial resonancia. En tal
sentido, la conclusión Nº 4 del tema 2 de la comisión Nº 2 del
XVII Congreso Nacional de derecho Procesal (Santa Fe, junio de
1995) dijo: “La categoría de proceso urgente es más amplia que
la de proceso cautelar. Así, la primera comprende también las
denominadas medidas autosatisfactivas y las resoluciones
anticipadas”.[ii]

Las medidas autosatisfactivas tienen elementos divergentes


con la medida cautelar, pero se encuentran en la urgencia e
inmediatez de la decisión.

Sin embargo sería interesante enunciar sus rasgos más


significativos y qué elementos son las que la componen, sin
olvidar la expresa descalificación que sufrió en forma de obiter
dictum en el caso “Bustos”.

Esto nos llevaría a una reflexión ¿existen a pesar de ello? ¿Sería


productivo reciclarlo para un mejor y más correcto
aprovechamiento del instituto?.

I. Génesis y evolución [arriba] - 

Estas medidas tuvieron su nacimiento en la doctrina y luego se


fue plasmando en diferentes jurisprudencias y normativas a
nivel provincial. Como proceso asegurativo, las medidas
cautelares participan de la característica de “accesoriedad” y
“provisoriedad”, mientras que en las medidas autosatisfactivas
tienden a asegurar la única pretensión plausible, un ejemplo
puede ser el resguardo a la salud mediante la intervención
quirúrgica el amparista requiere.[iii]

No empece a lo anteriormente expuesto que la parte no la haya


solicitado dado que siguiendo el principio de “iura novit curia” y
de “nomen iuris” el juez tiene facultad para encuadrar.

II. Posición esquemática. Procesos urgentes [arriba] - 

Como ya dijimos, las medidas autosatisfactivas son una


especie del género de los procesos urgentes y dentro de estos
últimos tenemos, el amparo (Ley 16986 y art. 43 de la CN),
habeas corpus (ley 23098 y art. 43 “in fine” del CN),
resoluciones anticipativas, las medidas cautelares genéricas
(art. 232 del CPCCN), medidas cautelares propiamente dichas
(art. 195 del CPCCN) y, las mentadas medidas
autosatisfactivas.

Pero dentro de los procesos urgentes existen dos tipos


diferentes: 1) los autónomos y 2) las dependientes o
accesorias. Los primeros se caracterizan por carecer de la
necesidad de iniciar una acción posterior para tener validez
jurídica y completar la acción judicial entablada, es decir, no
dependen de un proceso posterior; entre ellos encontramos: el
amparo, el habeas corpus y las medidas autosatisfactivas.

Las mentadas medidas autosatisfactivas son un requerimiento


urgente formulado al órgano jurisdiccional por los justiciables
que se agotan con su despacho favorable, no siendo, entonces,
necesaria la iniciación de una ulterior acción principal para
evitar su caducidad o decaimiento; destacándose que no
constituye una medida cautelar.[iv]

Mientras que las segundas pueden ser: a) accesorias absolutas


de un expediente principal, tal es así que su suerte pende de
otra causa que le da vida (Ej. Los embargos, la inhibición
general de bienes y la anotación de la litis, entre otras) y, b)
accesorias mixtas: en ellas la primera parte es autónoma no
depende de ninguna acción principal pero requiere una
posterior iniciación de una causa principal (ej. Las medidas
cautelares autónomas).

Aquí se da el famoso pensamiento de Peyrano que no todo lo


cautelar es urgente pero no todo lo urgente es cautelar.
III. Requisitos de admisibilidad [arriba] - 

Se señala que estas medidas urgentes se agotan en sí mismas


y se caracterizan por tener los siguientes requisitos de
admisibilidad:

a) Existencia de un peligro en la demora; exige la probabilidad


de que la tutela jurídica definitiva que la actora aguarda de los
tribunales de justicia se vea realizada en los hechos. Se busca
entonces, que a raíz del paso del tiempo los efectos del fallo
final no resulten inoperantes.[v] Es decir, que se requieren que
se acredite el peligro de un perjuicio irreparable.[vi]

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha expresado que


es necesaria “una apreciación atenta de la realidad
comprometida, con el objeto de establecer cabalmente si las
secuelas que lleguen a producir los hechos que se pretenden
evitar pueden restar eficacia al reconocimiento del derecho en
juego, operado por una posterior sentencia”.[vii]

La prudencia aconseja tener en cuenta la urgencia que


prenuncia el peligro en la demora. Nada más estéril que una
medida decretada tardíamente (art 20 CCACA, y lo normado en
las leyes de la ciudad, arts. 1 de la ley 153 y art. 2 de la ley 472).

El “peligro en la demora” es quizás el elemento más importante


de los procesos urgentes no sólo como requisito para ser parte
del género sino también para demostrar en su graduabilidad su
especie específica. Es decir, cuanto mayor o más alto sea el
peligro estaremos frente a una medida autosatisfactiva y si es
menor ante una medida cautelar autónoma o amparo,
dependiendo de la irreparabilidad de los efectos que produzca
su decisión en tiempo y en forma.

b) Alta o fuerte probabilidad de que sean atendibles las


pretensiones del peticionario: No basta, como en las cautelares,
la mera apariencia del derecho alegado; como en la medida
cautelar con la verosimilitud del derecho, aquí debe haber un
verdadero derecho vulnerado.

c) Normalmente no requiere contracautela: por cuanto contra el


auto que trata de satisfacer un requerimiento del accionante,
sin más, al ser una acción autónoma podrá ser atacada por vía
de recurso y por acción ordinaria. La contracautela es un
reaseguro para ser utilizado contra las malas medidas, sin
embargo queda al árbitro del juez su implementación. 

d) Es un proceso autónomo en el sentido de que no es


accesorio ni tributario respecto de otro agotándose en sí
mismo.

e) La demanda es seguida de la sentencia.[viii] De ahí el nombre


del instituto, medidas autosatisfactivas, es decir, se satisfacen
con el primer auto resolutorio de lo allí peticionado.

Cuadra agregar además que esta medida es una decisión


excepcional porque altera el estado de hecho o de derecho
existente al tiempo de su dictado,[ix] y por configurar un
anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final de la
causa, con lo que resulta justificada una mayor prudencia en la
apreciación de los recaudos que hacen a su admisión.[x] En tal
sentido requiere, como toda medida cautelar, la concurrencia
de los presupuestos básicos generales antes reseñados, pero
amén de ello se agrega un requisito más que le es propio: la
posibilidad de que se consume un daño irreparable.[xi]

IV. Regulación o contexto normativo [arriba] - 

IV:1. Regulación Nacional:  

Si bien a nivel nacional no tiene una regulación legislativa


específica, muchos lo consideran una especie del género de los
procesos "urgentes" que ha sido aceptada ampliamente por la
doctrina y la jurisprudencia[xii] donde se coincide en la
necesaria regulación normativa.

En este sentido es útil destacar las conclusiones acerca del


tema del XIX Congreso Nacional de Derecho Procesal
(Corrientes, 1997): "Resulta imperioso reformular la teoría
cautelar ortodoxa, dándose así cabida legal a los procesos
urgentes y a la llamada medida autosatisfactiva.

La medida autosatisfactiva es una solución urgente no cautelar,


despachable in extremis, que procura aportar una respuesta
jurisdiccional adecuada a una situación que reclama una pronta
y expedita intervención del órgano judicial. Posee la
característica de que su vigencia y mantenimiento no depende
de la interposición coetánea o ulterior de una pretensión
principal. Su dictado está sujeto a los siguientes requisitos:
concurrencia de una situación de urgencia, fuerte probabilidad
de que el derecho material del postulante sea atendible;
quedando la exigibilidad de la contracautela sujeta al prudente
arbitrio judicial. Hasta tanto se regule legalmente la medida
autosatisfactiva puede fundamentarse su dictado en la
potestad cautelar genérica o en una válida interpretación
analógica extensiva de las disposiciones legales que
expresamente disciplinan diversos supuestos que pueden
calificarse como medidas autosatisfactivas".[xiii]
También es dable señalar el Anteproyecto del Código Procesal
Civil y Comercial para la Provincia de Buenos Aires redactado
por los doctores Augusto Morello, Roland Arazi y Mario
Kaminker, cuyo artículo 67 dice: Medidas Autosatisfactivas. En
aquellos supuestos excepcionales en que: 1) Se acredite la
existencia de un interés tutelable cierto y manifiesto. 2) Su
tutela inmediata es imprescindible, produciéndose en caso
contrario su frustración. 3) No fuere necesaria la tramitación de
un proceso de conocimiento autónomo. 4) Si el juez lo
entendiere necesario se efectivizará contracautela. Se podrán
disponer las medidas que la índole de la protección adecuada
indique, bajo la responsabilidad del peticionario (ver
trascripción efectuada en la obra citada).

Se ha sostenido por los autores que la operatividad actual de


tales medidas deriva del poder cautelar general que le asiste al
juez, conforme al art. 232 CPCN, a lo que se añade como
argumentos corroborantes, distintas fuentes: las atribuciones
legales implícitas, el ancho pliegue del art 43 CN, el andamiaje
de las medidas cautelares genéricas, muy especialmente, los
numerosos dispositivos legales que prevén soluciones que,
más allá de su designación, constituyen medidas
autosatisfactivas. La función integradora del Derecho Procesal
como subsistema jurídico ordenado e interrelacionado, la labor
interpretativa -dinámica y progresista- del juez, teleológico y
especialmente el contenido nutricio de las normas abiertas que
regulan las medidas cautelares tradicionales, otorga suficiente
sustento legal abastecedor para acoger, pretorianamente, el
instituto en examen.[xiv]

IV. 2. Regulación Provincial.

En el ámbito provincial, las medidas autosatisfactivas se


encuentran reguladas expresamente en el artículo 305 y en el
art 213 la tutela anticipativa, ambas del Código Procesal Civil y
Comercial de La Pampa, sancionado en 1999 y en vigencia
desde el 1º de abril del año 2001 se dispone:

"Artículo 305º.- Medidas autosatisfactivas.- Quien se encuentre


en  la situación prevista por los artículos 302 de este Código y
1º de la Ley 703, la que la modifique o sustituya, y sostenga que
la protección de su interés jurídico no requerirá de la ulterior
promoción de un proceso de conocimiento, podrá solicitar al
juez que adopte las medidas autosatisfactivas que sean
necesarias, en caso de que la protección judicial no pueda ser
lograda por otra vía legal eficaz.
Para ello deberá explicar con claridad en qué consisten su
derecho y su urgencia y aportar todos los elementos
probatorios que fundamenten la petición”.

El Juez se pronunciará con la urgencia que el caso requiera,


concediendo o denegando la medida. Cuando sea posible, la
sustanciará previa y brevemente con quien corresponda.

Al decretar la medida, el juez podrá:

1º) Exigir al peticionario caución real o personal. En este caso,


determinará cuál ha de ser su vigencia.

2º) Limitar la vigencia temporal de la medida, sin perjuicio de su


ulterior prórroga. Podrá también modificarla, sustituirla o
dejarla sin efecto, cuando las circunstancias ulteriores lo
justifiquen.

A las medidas autosatisfactivas no les será aplicable el art.


201. (caducidad dentro de los diez días como sí ocurre en las
demás cautelas).

El legitimado para oponerse a la medida, podrá:

a) pedir su suspensión, en caso de que pueda sufrir un perjuicio


de imposible o difícil reparación; para ello deberá ofrecer
caución suficiente.

b) interponer recurso de revocatoria. El mismo deberá ser


acompañado de toda la prueba que lo fundamente.

El Juez lo resolverá sin más trámite o lo sustanciará en forma


breve, cuando exista posibilidad de hacerlo.

c) interponer recurso de apelación, directo o en subsidio al de


revocatoria, que será concedido en efecto devolutivo.

d) promover el proceso de conocimiento que corresponda, cuya


iniciación no afectará por sí sola la vigencia de la medida.
Interpuesto el recurso de apelación se pierde la posibilidad de
iniciar este proceso". O sea que se trata de un proceso
autónomo de conocimiento, legislado específicamente con los
demás de igual clase (ordinario).

"Artículo 231º.- Tutela anticipatoria. Procedimiento.- El juez


podrá anticipar, luego de la traba de la litis, a requerimiento de
parte, total o parcialmente, los efectos de la tutela pretendida
en la demanda o reconvención si:
1) existe verosimilitud del derecho en un grado mayor que en
las medidas cautelares ordinarias.

2) se advierta en el caso una urgencia impostergable tal que si


la medida anticipatoria no se adoptare en ese momento, la
suerte de los derechos se frustraría.

3) se efectivice contracautela suficiente.

4) la anticipación no produzca efectos irreparables en la


sentencia definitiva.

La decisión no configurará prejuzgamiento.

Solicitada la tutela, el juez designará audiencia con carácter


urgente, a la que serán citadas las partes interesadas.
Concluida la misma y sin otra sustanciación, resolverá.

El juicio seguirá hasta su finalización. Al tiempo de la sentencia


o dentro de la secuela del proceso, si cambiaren las
condiciones, la tutela anticipatoria podrá modificarse o quedar
sin efecto". 

V. Casos en que no procede [arriba] - 

Existen casos en los que no se aplica, cuando se pretende


evitar el cumplimiento de una orden judicial impartida en el
marco de una causa penal por usurpación, es claro que la
acción no puede progresar, toda vez que la turbación que se
invoca no resulta ser una cuestión de hecho que habilite la
medida autosatisfactiva.

Para que proceda esta medida también es necesario alegar


conductas o vías de hecho contrarias a derecho que no se
pueden presumir en el caso de una orden judicial.[xv]

En muchos casos la crítica feroz a las medidas


“autosatisfactivas” puede resultar acertada, pero debería
modularse en una estricta aplicación a ciertos supuestos que
se den todos los presupuestos de hecho y jurídicos para que se
le dé trámite pues, en caso contrario, resultaría un verdadero
abuso de derecho contrariando el sistema jurídico nacional y
los derechos más elementales, como ser, el derecho de
defensa.

La costumbre o la mala costumbre nos han llevado a que las


medidas “autosatisfactivas”, no sólo son ley vigente en varios
ordenamientos procesales, sino que, además, han permitido
acelerar los “tiempos de la justicia”, dando solución a casos
cuya solución habría demandado varios años. La misma
C.S.J.N. ha tenido oportunidad de aplicar, bajo el rótulo de
medidas cautelares genéricas, verdaderas medidas
autosatisfactivas.[xvi] La eventual responsabilidad que se les
atribuye a los tribunales que dictaron tales medidas abre una
puerta a la promoción de demandas cuyas consecuencias son
difíciles de predecir.

Por lo demás, desde el punto de vista doctrinario "...han sido


muchos y variados los supuestos en los que se ha postulado la
aplicación de ‘medidas autosatisfactivas'..." ; y así, mientras por
un lado se las ha utilizado en situaciones fácticas donde se
conjuga la mayor dosis de urgencia con la necesidad de
prevenir y asegurar derechos o libertades medulares (que
registran reforzada protección constitucional, como la vida, la
salud, etc.), también se las ha aplicado en otro contexto con
una menor dosis de urgencia en la tutela requerida, pero con la
posible coexistencia de derechos contrapuestos en cabeza de
los destinatarios de la orden judicial, en la que los actos
tachados de ilegales o arbitrarios son una manifestación más o
menos regular de su ejercicio. 

En este último caso, explica la doctrina, un juicio prudente


aconsejaría "...1) No hacer lugar a la misma si existiera duda
razonable acerca de su procedencia... 2) Denegar su dictado si
una suerte de pronóstico provisorio a priori determinara como
probable que pudiere causar daño irreparable a su
recipendiario. 3) Exigir al accionante una declaración categórica
que demuestre que su interés se circunscribe y agota en el
dictado de la medida, funcionando la misma como una
renuncia expresa a priori a entablar un juicio principal... con
relación a los mismos hechos...", exigencia ésta última en la
que sin embargo, los autores no logran acuerdo, y "...4)
Rechazar su dictado si no surge cierto y manifiesto que la
conducta desplegada por el requerido constituye una vía de
hecho directamente generadora de un daño injusto actual o
inminente al que se debe poner coto de manera urgente...".[xvii] 

VI. Distintas clases o tipos [arriba] - 

Griselda Noemí Ferrari en la misma obra[xviii] que en relación a


las llamadas medidas autosatisfactivas se plantean
situaciones diversas:

1. Por una parte, encontraremos supuestos que encajan


perfectamente con los planteos teóricos de la tutela inhibitoria:
casos de daño inminente y grave que afectan derechos
fundamentales de la persona: vida, honor, calidad de vida,
intimidad... en que el peligro de daño jurídico es tal que una
reparación pecuniaria posterior no brinda una solución
adecuada al derecho dañado...

2. Existe otro grupo de supuestos en el que no se da una


situación de urgencia, o que la misma no es necesaria para que
sea favorablemente despachada... No existe una urgencia que
justificar ni la necesidad de explicar los daños... Por lo
contrario, se trata de un derecho que debe ser inmediatamente
operativo y la sencillez de la situación no justifica un proceso
de conocimiento largo y complicado. ...En este caso, no existe
el peligro inminente ni un daño que se quiere evitar sino
simplemente un derecho que se quiere ejercer y que se puede
hacer inmediatamente efectivo, sin que el interesado deba
demostrar la urgencia, el peligro que la demora ocasionaría. ...".
Es un proceso fundado en la simplicidad de la situación.

Por otro lado si lo consideramos dentro de los procesos


monitorios, también podremos distinguirlos, como el ilustre
jurista Italiano Calamandrei,[xix] entre procesos monitorios
puros (o medida autosatisfactiva pura) y procesos monitorios
documentados (o medida autosatisfactiva documental).

Según este autor el proceso monitorio puro presenta dos


características: 1) que la orden condicionada de pago se libre
por el juez a base de la sola afirmación, unilateral y no probada,
del acreedor; 2) que la simple oposición no motivada del deudor
hace caer en la nada la orden de pago, de manera que el juicio
en contradictorio, que puede eventualmente desarrollarse en
mérito de tal oposición, no se dirige a decidir si la orden de
pago debe ser revocada o mantenida, sino a decidir ex novo
sobre la originaria acción de condena, como si la orden de pago
no hubiera sido nunca emitida.[xx]

El proceso monitorio documental se distingue, en que el


mandato de pago presupone que los hechos constitutivos del
crédito sean probados mediante documentos y mientras en el
proceso monitorio puro la orden de pago pierde toda su eficacia
por la simple oposición no motivada del deudor, en el proceso
monitorio documental la oposición del deudor no hace caer sin
más el mandato de pago, pero tiene, en cambio, el efecto de
abrir un juicio de cognición en contradictorio, en el cual el
tribunal, valorando en sus elementos de derecho y de hecho las
excepciones del demandado, debe decidir si éstas son tales
que demuestren la falta de fundamento del mandato de pago o
si, por el contrario, éste merece, a base de las pruebas escritas
ya proporcionadas por el actor, ser, sin embargo, mantenido y
hecho ejecutivo.
VI. Influencia constitucional y de los tratados
internacionales [arriba] - 

A esta altura del trabajo tenemos sabido que las medidas


autosatisfactivas, no tienen una regulación legislativa
específica, pero deriva de ciertas normas que se pueden tomar
como parámetros de ellas.

Las medidas autosatisfactivas algunos autores las agrupan en


las llamadas “Garantías Constitucionales” y, por ello, las ubican
dentro del amplio artículo 43 de la Constitución Nacional, pero
no dejarían de ser un amparo, más allá de que la acción de
amparo se diferencia de las medidas autosatisfactivas por
cuanto estas últimas se pueden implementar a través del
proceso monitorio, según una doctrina muy generalizada,
porque requieren soluciones jurisdiccionales urgentes,
autónomas, despachables "inaudita altera pars", en virtud de
que "la estructura del contradictorio normal de los procesos
comunes se invierte.[xxi]

El Juez no oirá primero a las partes para luego decidir, sino que,
oído el actor, dicta la sentencia acogiendo su demanda, y sólo
después escucha al demandado, abriéndose entonces el
contradictorio".[xxii] Sin embargo, "es evidente que en Derecho
nunca existe un único camino para ir en busca de una
respuesta jurisdiccional" y que "cuando la solución pueda
alcanzarse a través de una acción de amparo y una medida
cautelar no necesitaremos entrar en debates acerca de la
procedencia o improcedencia de las medidas
autosatisfactivas".[xxiii] Por otra parte, también se ha
expresado que, luego de las sesiones del XX Congreso "no
queda lugar para el proceso monitorio y es la acción de amparo
la que resolverá los casos que requieran un pronunciamiento
urgente" y que "la medida autosatisfactiva constituye un
mecanismo amparista que cae dentro de la órbita del art. 43 de
la Constitución Nacional".[xxiv]

Mientras que la mayoría de la doctrina ubica las medidas


autosatisfactivas dentro de las medidas cautelares genéricas
del art. 232 del CPCCN, yo creo que es incorrecto por que el
mismo artículo estipula en su parte final su provisoriedad y, por
ello, lo correcto es que debería surgir del art. 33 donde
establece que... “Las declaraciones, derechos y garantías que
enumera la Constitución, no serán entendidos como negación
de otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen
del principio de la soberanía del pueblo y de la forma
republicana de gobierno...”.[xxv]
Aquí lo tomamos como una garantía implícita constitucional
que deberá ser usada para proteger los derechos y éstos
surgen del derecho a la tutela judicial efectiva con un recurso
expedito y rápido, regulado en el art. 25 de la Convención
Americana de Derecho Humanos.[xxvi]

VII. Posición de la CSJN [arriba] - 

La CSJN ha receptado a las medidas o procesos urgentes,


como tutela anticipatorios, en el caso: “Camacho Acosta,
Maximino c/Grafi Graf SRL y otros”,[xxvii] con referencia al pago
de una prótesis en reemplazo del antebrazo izquierdo de un
obrero accidentado, basándose en la existencia de peligro
irreversible, fumus bonus iuris” y el carácter reversible del pago
anticipado.[xxviii]

En los casos que se transcriben a continuación podremos


destacar tres salvedades, a los efectos de demostrar que las
medidas autosatisfactivas no han desaparecido: 1) que en
todas las sentencias la cuestión se trata en forma de obiter; 2)
los antecedentes que marca el caso Bustos donde la corte ha
descalificado las medidas autosatisfactivas, son medidas
cautelares autónomas, que como dijimos existe una clara
distinción entre ambas, por lo tanto la Corte descalifica a las
medidas cautelares autónomas y no a las autosatisfactivas y;
3) que sólo podrían no utilizarse, las medidas autosatisfactivas,
en caso en que se produzca un notable trastorno económico.

VIII.1. CASO “BUSTOS” [xxix]

La Corte Suprema de Justicia de la Nación en fallo de fecha 26


de octubre de 2004, “Bustos, Alberto Roque y otros c./Estado
Nacional y otros s./amparo”, ha resuelto –además de la validez
constitucional de las normas del llamado “corralito financiero”–
en forma de obiter dictum la descalificación de las medidas
autosatisfactivas.

En claros conceptos sostuvo en el considerando Nro. 15 que “…


no se puede dejar de señalar la irritante desigualdad que ha
producido entre los depositantes la desorbitada actuación de
los tribunales inferiores que, por medio de medidas cautelares
denominadas “autosatisfactivas”, descalificadas por esta Corte
(Fallos: 324:4520, considerandos 9º y 10º, y sus citas)
provocaron un notable trastorno económico que incluso puso
en riesgo la regularización de los compromisos asumidos por la
Nación frente a organismos internacionales de crédito. En
efecto, los beneficiarios de esas medidas han obtenido un lucro
indebido a costa del sistema, en definitiva del país, y de quienes
encontrándose en similares circunstancias no solicitaron o no
obtuvieron ese disparatado beneficio...”.

VIII. 2. CASO: “UOM”, del 26 de diciembre de 1991.

Considerando Nro. 4: “...Que si bien, en principio, las


resoluciones referentes a medidas cautelares –ya sea se las
adopte, modifique o deje sin efecto– no constituyen sentencia
definitiva o equiparables a ésta, a los fines de habilitar esta
instancia de excepción (Fallos 303:1347; 304:1196 entre
muchos otros) cabe obviar esta regla general cuando –como
sucede en el sub lite– con la disposición precautoria se
ocasiona un agravio de insuficiente, tardía o dificultosa
reparación ulterior (Fallos 2714:319; 273:339 entre muchos
otros).”

VIII. Rol del juez [arriba] - 

Una de las funciones primordiales del juez es sin duda el


respeto de la supremacía constitucional y de los tratados
internacionales de jerarquía constitucional, que comparten la
parte superior de la pirámide normativa y el control de
constitucionalidad de las leyes.

Podría en una medida autosatisfactiva declarar la


inconstitucionalidad de una norma, para ello deberá
encontrarse en una situación en el que el juez de la causa no
puede resolver el conflicto si no declara la inconstitucionalidad
de la norma que dio motivo al perjuicio del derecho y los
elementos de hecho y prueba se encuentran palmariamente
demostrado, es lo que conocemos con el nombre la “ultima
ratio”.

Y que ocurre en el caso de las declaraciones de oficio, si


decimos que las medidas autosatisfactivas se ocupan de
solucionar conflictos de hecho y no de derecho, la
inconstitucionalidad de oficio no puede producirse, porque
como sabemos la inconstitucionalidad de oficio sólo procede
en cuestiones de derecho con el fundamento de principio iura
novit curia.

IX. A modo de conclusión [arriba] - 

Como se ha señalado, la categoría de proceso urgente es más


amplia que la de proceso cautelar. Así, la primera comprende
también las denominadas medidas autosatisfactivas y las
resoluciones anticipadas".[xxx] Se señala también por la
doctrina que las mismas procuran solucionar coyunturas
urgentes, se agotan en sí mismas y se caracterizan por: a) la
existencia de un peligro en la demora (igual que la cautelar); b)
la fuerte probabilidad de que sean atendibles las pretensiones
del peticionante; a diferencia de las cautelares, no basta la
mera apariencia del derecho alegado; c) dada esta fuerte
probabilidad, normalmente no requiere contracautela; d) el
proceso es autónomo, en el sentido de que no es accesorio ni
tributario respecto de otro, agotándose en sí mismo; y e) la
demanda es seguida de la sentencia.

Por eso, en un primer momento se propuso llamarlo "proceso


monitorio urgente". Sin embargo ulteriormente se sustituyó, la
denominación por la de medida autosatisfactiva, expresión que
denota que el justiciable obtiene inmediatamente la
satisfacción de su pretensión, sin que ello dependa de
actividades posteriores.[xxxi]

Pero si tenemos que asimilarlo entre algunos de estos


institutos, creo que se acerca más a los procesos monitorios
que las medidas cautelares, por todos las causales que se
mencionaron a lo largo de este trabajo. Cuya regulación se
acerca más al art. 33 de la Constitución Nacional que el art.
232 del CPCCN.

A la vista de lo que acabamos de exponer concluimos que


debemos reciclar a las medidas autosatisfactivas para que su
continuidad resulte viable para un mejor servicio de justicia
porque cuando estemos frente a una acción que necesita de
una resolución “de extrema urgencia” estas medidas son las
únicas que podrán dar una respuesta rápida y, expedita, sin
mediar oposiciones normativas o etimológicas. Parangonando
un dicho científico contemporáneo, que “la técnica ha de estar
al servicio del hombre y no el hombre al de la técnica”.

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[i] Trabajo expuesto en el Colegio de Abogados de la Ciudad de
Paraná, Provincia de Entre Ríos el 26 de agosto de 2006.
[ii] Aída Kemelmajer de Carlucci, “Medida autosatisfactiva” bajo
dirección de Jorge Peyrano, Pág. 438.
[iii] Ciudad Autónoma de Buenos Aires, in re: “AYALA SUSANA
SARA CONTRA GCBA Y OTROS s/ AMPARO (ARTÍCULO 14
CCABA)”, Ezpte Nro. 18179, del 07 de diciembre de 2005.
[iv] Jorge W. Peyrano, " Medidas Autosatisfactivas”, ps.13 y 27,
Rubinzal-Culzoni.
[v] Palacio Lino “Derecho Procesal Civil”, Tº IV-B, pág. 34 y ss;
CN Cont. Adm. Fed. Sala IV in re “Azucarera Argentina- ingenio
Corona c/ Gobierno Nacional- Ministerio de Economía”, del
1/11/84; CN Civil y Com Fed, Sala I, in re “Remolcadores Unidos
Argentinos SA c/ Flota Fluvial del Estado Argentino”, del 2/3/84;
CN Civil, Sala E, in re “Tervasi Carlos A. y otros c/ Municipalidad
de la Capital”, del 5/12/84.
[vi] CN Cont. Ad. Fed. Sala III, in re “Decege SA c/ Estado
Nacional s/ ordinario”, 16/8/90.
[vii] CNFed. Cont. Adm. Sala V , del 3/3/97, y Sala II 28/5/96, en
sentido concordante CNFed. Cont. Adm. Sal II, 19-08-99, LL.
1999 E, 624- DJ, 1999-3-903.
[viii] Jurisp. Provincia de Tucumán Civil y Comercial Común,
“Saliz, Germán David c/ Empresa Libertad Línea 8 SRL s/
Amparo”, 5 de septiembre de 2001, Lex Doctor.
[ix] J.W. Peyrano “Medida Cautelar Innovativa”, Bs. As. 1981, p.
21; Cam. Nac. Civil, Sala A, LL 1985- D- 11 y LL 1986 –C- 344;
Cam. Civ. Y Com. Fed, Sala II in re “Ge Coca Cola Compaña y
otros c/ Pénsil Cola ASCII y otros” del 15/9/95.
[x] C.S.J.N. in re “Camacho Acosta, Maximiliano c/ Grafo Gras
SRL y otros s/Daños y perjuicios”, del 7/8/97.
[xi] J.W. Peyrano, os. BIT. P. 24 y nota 42.
[xii] CSJTucumán, 28/12/2001, " Maldonado, Mariela Ester c/ La
Caja de Seguros S.A. s/ Medida Satisfactiva por vía de amparo”,
Lexis N º 25/6690; C.Civ.y Com. Tucumán, Sala 3ª, 6/3/2001,
"Saliz, Germán David c/ Empresa Libertad Línea 8 S.R.L. s/
Amparo" , Lexis N º 25/5158; CApels. Esquel, 15/4/2002, " A.,
E.A. c/ B.B. S.A. s/ Medida Autosatisfactiva" , Lexis N º
15/13127; CNCiv., Sala " E" , 9/5/2000, " Asociación Civil Club
Atlético Boca Juniors c/ Coloccini, Osvaldo y otro s/ Medidas
Precautorias" , Lexis N º 10/8480.
[xiii] Ver Peyrano, obra citada, pág.28.
[xiv] Conf Jorge Galdo, ob.cit., pág.65.
[xv] Ver Peyrano, obra citada, p.18.
[xvi] verbigracia: “D., B. c/ Provincia de Buenos Aires” del
2003/03/25, LA LEY, 2003-D, 847 fallo Nº 105.804.
[xvii] Marcela García Sol, "Medidas Autosatisfactivas: La
excepcionalidad de su procedencia. Aproximaciones para su
categorización. Particularidades de su trámite", en la obra
citada, dirigida por Peyrano, pg. 279.
[xviii] Pag. 219, "Tutela de Urgencia".
[xix] Proceso monitorio, Ed. E.J.E.A. Bs.As. 1946, pág. 241.
[xx] Correa Delcasso, J. P. “El proceso monitorio”, Ed. J.M.
Bosch Editor, Barcelona, España, 1998.
[xxi] “Cabrera, Antonio Javier c/Mutual Rivadavia de Seguros del
Transporte Público de Pasajeros s/ Amparo”, del 21/05/01,
Sentencia Nº: 187, Sala 3.
[xxii] Claudia A. Cava ob, cit. pág. 589.
[xxiii] Ibídem pág. 591.
[xxiv] Alejandro Boulín, Medidas autosatisfactivas y acción de
amparo, Revista de Derecho Procesal, Tomo pág. 377.
[xxv] Este artículo fue agregado con la reforma de 1860 y tiene
como fuente la enmienda IX de la Constitución de EEUU, que
fuera declarada en 1789 e incorporado a dicha constitución en
el año 1791.
[xxvi] Firmado en San José de Costa Rica en 22 de noviembre
de 1969.
[xxvii] ED 5-2-98
[xxviii] vid. Peyrano-Carbone, ”Sentencia Anticipada”, pág.
39/40).
[xxix] Fallos 327:4540, del 26 de octubre de 2004.
[xxx] Aida Kemelmajer de Carlucci, Medidas autosatisfactivas,
bajo la dirección de Jorge Peyrano, pág. 438.
[xxxi] Ibídem pág. 437, con cita de Peyrano.

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