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Tendencias metodológicas en Psicología, descripción de la investigación en el


posgrado de la UNAM y de la revista electrónica de psicología Itacala.

Chapter · March 2018

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2 authors:

Carolina Santillán Torres Torija Maria del Rocio Hernandez-Pozo


Universidad Nacional Autónoma de México Universidad Nacional Autónoma de México
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Las ciencias sociales en la UNAM.
Análisis de la producción académica contemporanea
DIRECTORIO

Universidad Nacional Autónoma de México

Enrique Luis Graue Wiechers


Rector

Leonardo Lomelí Vanegas


Secretario General

Leopoldo Silva Gutiérrez


Secretario Administrativo

Mónica González Contró


Abogada General

Joaquín Díez-Canedo Flores


Director General de Publicaciones y Fomento Editorial

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Angélica Cuéllar Vázquez


Directora

Arturo Chávez López


Secretario General

José Alejandro Santiago Jiménez


Secretario Administrativo

Ilan Edwin Garnett Ruíz


Jefa del Departamento de Publicaciones
Las ciencias sociales en la UNAM.
Análisis de la producción académica contemporanea

Khemvirg Puente
Fiorella Mancini
(coordinadores)
Esta investigación, arbitrada a “doble ciego” por especialistas en la materia, se privilegia con
el aval de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam.

Este libro fue financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del Personal Aca-
démico de la Universidad Nacional Autónoma de México, mediante el proyecto “Tendencias
recientes y nuevos abordajes metodológicos en la investigación social” coordinado por Khemvirg
Puente y Fiorella Mancini, como parte del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación
e Innovación Tecnológica ­(PAPIIT) IA300915.

Las ciencias sociales en la UNAM.


Análisis de la producción académica contemporanea
Khemvirg Puente
Fiorella Mancini
(coordinadores)

Primera edición: xx de junio de 2017.


D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., Facultad de Cien-
cias Políticas y Sociales, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Delegación
Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F.

D.R. © Ediciones La Biblioteca, S.A. de C.V.


Azcapotzalco la Villa No. 1151
Colonia San Bartolo Atepehuacán
C.P. 07730, México, D.F.
Tel. 55-6235-0157 y 55-3233-6910
Email: contacto@labiblioteca.com.mx

ISBN UNAM: pendiente


ISBN EDITORIAL: pendiente

Diseño de portada: Rodrigo Mazza

Diseño tipográfico: Fernando Bouzas Suárez

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la pre-
sente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los editores,
en términos de lo así previsto por la Ley Federal de Derechos de Autor y, en su caso, por
los tratados internacionales aplicables.

Impreso y encuadernado en México


Printed and bound in México
Índice

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Introducción. La producción de conocimiento en ciencias sociales:


entre el eclecticismo y la innovación metodológica.
Fiorella Mancini
Khemvirg Puente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Capítulo 1. Estilos de comunicación y estrategias metodológicas


de la sociología mexicana. La producción en la UNAM: 2010-2014.
Emilio Blanco
Fiorella Mancini . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Capítulo 2. Estilos de producción científica en la investigación


en ciencia política en la UNAM, México 2010-2014.
Khemvirg Puente
Gustavo Martínez Valdés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

Capítulo 3. Prácticas de investigación en tesis de doctorado y


artículos sobre administración pública en la FCPyS (2010-2014).
Arturo Hernández Magallón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

Capítulo 4. Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración.


La antropología mexicana producida y difundida en la UNAM 2010-2014.
Lorena Margarita Umaña Reyes
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

Capítulo 5. Una revisión de los abordajes metodológicos


en las investigaciones en derecho recientes en la UNAM: ¿sapos de otro pozo?
Luciana Gandini
Mauricio Padrón Innamorato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

5
Capítulo 6. Tendencias metodológicas en psicología, descripción
de la investigación en el Posgrado de la UNAM,
y de la Revista Electrónica de Psicología Iztacala.
Carolina Santillán Torres Torija
Rocío Hernández-Pozo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

Sobre los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185


Agradecimientos
Este libro es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que participó un
grupo de jóvenes investigadores cuyo objetivo fue realizar un ejercicio de análisis
y autocrítica a los estilos de producción académica en las ciencias sociales en
México y, particularmente, en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Estamos muy agradecidos con nuestra casa de estudios que financió el proyecto
“Tendencias recientes y nuevos abordajes metodológicos en la investigación social
(IA300915)” a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e In-
novación Tecnológica (PAPIIT) de la Dirección General de Asuntos del Personal
Académico.
Reconocemos el esfuerzo de quienes participaron en las actividades del pro-
yecto como lectores de versiones previas de los capítulos: Patricio Solís Gutiérrez
de El Colegio de México; Rodrigo Salazar Elena de la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales; Pablo Armando González Ulloa de la Facultad de Cien-
cias Políticas y Sociales; Ayuzabet de la Rosa Albuquerque de la Universidad
Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco; así como a los dictaminadores
anónimos y al Consejo Editorial de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM.
Agradecemos profundamente el aporte realizado por los becarios del proyecto
de investigación, cuya colaboración fue fundamental en el análisis y procesa-
miento de los datos: Alejandra Salas Reyes, Adriana Lizeth Cruz Herrera, Da-
niela Saraí Martínez García, Diamir Eduardo Cabrera Jiménez, Emiliano Levario
Saad, Estrella Isabel Guadarrama Sánchez, Isaías Pablo Tolentino, Jesús Osvaldo
Álvarez Herrera, Karla Patricia García Espinosa, Kristhy Violeta Miranda Núñez,
Luis Alberto Pérez Pérez, Luis Carlos Sánchez Díaz, Moisés Madrid San Juan,
Ricardo Cruz García, Trilce Trejo García, y particularmente a Areli León Pérez
y Carlos Zúñiga Trejo quienes participaron también en la gestión y organización
de actividades del proyecto.
Este proyecto ha recibido el aliento de diversos colegas a quienes también
agradecemos por su apoyo en diversas etapas del mismo: Fernando Castañeda Sa-

7
bido, Angélica Cuéllar Vázquez, Judit Bokser Misses y Cristina Puga Espinosa,
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; Manuel Perló Co-
hen, del Instituto de Investigaciones Sociales; Pedro Salazar Ugarte, del Instituto
de Investigaciones Jurídicas; Patricia Dolores Dávila Aranda, de la Facultad de
Estudios Superiores Iztacala; y Alberto Vital Díaz, Coordinador de Humanida-
des de la UNAM. A todos ellos, muchas gracias.
INTRODUCCIÓN

La producción de conocimiento
en ciencias sociales: entre el eclecticismo
y la innovación metodológica
Fiorella Mancini
Khemvirg Puente

Las ciencias sociales en América Latina cuentan con una larga tradición desde la
primera mitad del siglo veinte. Sin embargo, las formas particulares de produ-
cir conocimiento que acechan a cada una de sus disciplinas logran articularse e
institucionalizarse como campos disciplinarios recién en los albores de la masifi-
cación académica que comienza a gestarse en la región desde los años cincuenta
(Carreño Andrade 1995, Puga 2009). Desde entonces, la variedad de temas de
investigación y la multiplicidad de métodos, técnicas y herramientas de análisis
han transitado por diversas aristas, definiciones lógicas y debates epistemológi-
cos, cuyos intereses y especificidades no han estado ajenos a los grandes procesos
económicos, políticos y sociales en la región, así como a las transformaciones
paradigmáticas y al propio desarrollo e institucionalización de las disciplinas en
ciencias sociales en los últimos años.
En general, el cúmulo de conocimiento asociado a las ciencias sociales está
orientado por tres ejes centrales que han atravesado, históricamente, la dinámica
de las sociedades latinoamericanas: las transiciones políticas y la apertura demo-
crática de las últimas décadas; los cambios socioeconómicos que han afectado,
diferenciadamente, a las estructuras sociales de cada uno de los países; y los
procesos de cambio social que están sufriendo las sociedades latinoamericanas
contemporáneas. A su vez, habría dos grandes aproximaciones a cada uno de
estos ejes (De la Garza y Pries 2001): mediante análisis exógenos que intentan
explicar cómo impactan las transformaciones sociales sobre determinados fenó-

9
Introducción

menos y cómo responden los actores a dichas transformaciones; o a través de


un acercamiento endógeno que sistematiza el análisis interno de la composición
social de estos mismos actores. Cada una de estas aproximaciones, además, está
directamente vinculada con la doble mirada que exige siempre la dinámica social:
como aspecto estructurante de las demás esferas de la vida, es decir, como un
elemento constitutivo de las condiciones de reproducción de las sociedades y, a
su vez, como un aspecto estructurado por las prácticas de los individuos (de Oli-
veira y Salles 2000) que necesariamente implican consideraciones estructurales,
institucionales y de las acciones individuales, de manera complementaria.
Frente a este panorama general, las ciencias sociales en América Latina, en la ac-
tualidad, se encuentran en una importante fase de transición. Después de un primer
momento de estudios más colectivistas y generalizados, asociados a los procesos de
integración y desarrollo durante los años cincuenta y sesenta (en el que predominan
las aproximaciones cuantitativas, con fuentes secundarias y el estudio de las relaciones
de dependencia económica, las clases trabajadoras, el campesinado, la marginalidad
urbana, etc.); y de un segundo momento de estudios más particularizados, desde una
perspectiva más subjetivada, asociado a la crisis económica regional y a los cambios
sociopolíticos que acompañaron los procesos de democratización (donde sobresalen
los estudios cualitativos con fuentes primarias, más abocados a casos concretos, ac-
tores particulares y relaciones específicas); en la actualidad, nos encontramos frente
a investigaciones mucho más diferenciadas, acotadas y fragmentadas, asociadas a los
procesos de globalización y al aumento de la individualización y la diferenciación so-
cial de nuestras sociedades. El cúmulo de tendencias y acontecimientos no sólo nove-
dosos sino también inciertos, han propiciado interrogantes y respuestas de diferentes
comunidades científicas en la evaluación de los cambios y sus consecuencias, pero
también en los métodos y en las categorías empleadas para su comprensión (Bokser
2009). En cualquier caso, en los diferentes momentos históricos, las ciencias sociales
en la región fueron respondiendo a los diversos problemas que plantearon los dis-
tintos modelos de desarrollo, replanteando nuevos desafíos e interrogantes teóricos,
e innovando en sus programas metodológicos con el fin de asir las complejidades
cambiantes de las dinámicas sociales. En ese sentido, numerosos estudios han dado
cuenta de hasta qué punto el siglo veinte ha sido productor, en nuestra región, de
notables contribuciones desde diversos paradigmas y desde una pluralidad de cons-
trucciones teóricas (De la Garza 1989, Sefchovich 1989, Paoli 1990, Perló y Valenti
1994, Zabludovsky 1994, Andrade 1995, Dogan y Pahre 1995, Girola 1996, Casta-
ñeda 2004, Reyna 2004, Bokser 2009, Puga 2009, Unesco 2010, Stavenhagen 2012,
Buquet 2013).
Con divergencias que no son menores, probablemente el denominador común
de estos estudios es que las ciencias sociales en América Latina constituyen, ac-

10
Fiorella Mancini y Khemvirg Puente

tualmente, campos de conocimiento cada vez más híbridos y heterogéneos en los


que proliferan la pluralidad teórica y temática pero también el eclecticismo me-
todológico, caracterizado por la disparidad de enfoques y, en muchos casos, por
falsas oposiciones programáticas y disputas ideológicas alrededor de los métodos
(por ejemplo, la que se presenta entre los métodos cuantitativos y cualitativos, la
que se erige entre el modelo hipotético deductivo y el modelo intelectual basado
en la retórica y el uso inductivo de los datos, las perspectivas humanistas versus
científicas, o las controversias positivistas versus anti positivistas). Esta renovada
hibridez de las ciencias sociales cuestiona no sólo su identidad, ciertamente am-
bigua, sino especialmente su grado de autonomía, su “rol” como “solucionado-
ra” de los problemas sociales (en contraposición a la premisa metodológica que
indica que el trabajo de investigación no debería estar subordinado a otra tarea
que no sea la generación de conocimiento), y también su constitución como una
ciencia que se debate permanentemente entre la normatividad y la contingencia,
con problemas no sólo en la calidad sino también en las condiciones bajo las
cuales se produce el conocimiento1 (Payne 2012).
A diferencia de las ciencias naturales o exactas (o mejor dicho, con mayor
intensidad que en ellas), la tradición de la investigación social se encuentra per-
manentemente interrogada –y condicionada- por tensiones políticas, económi-
cas, sociales, jurídicas, económicas y culturales de cada momento histórico que,
a su vez, se manifiestan en aportaciones singulares que fueron consolidándose
con particularidades en un ambiente académico cada vez más institucionalizado.
En dicho contexto, junto a la diversidad disciplinaria y el pluralismo teórico que
caracterizan a las ciencias sociales en la actualidad, destaca una doble tendencia
en su desarrollo de las últimas décadas. Por una parte, la especialización del
conocimiento social y la diversificación de las disciplinas que se ha manifestado
en una mayor especificidad en los instrumentos y técnicas de investigación y
análisis. Por la otra, una creciente interacción y convergencia entre las disciplinas
que cuestiona a las fronteras del conocimiento que se van redefiniendo en pos
de la acentuada complejidad social (Waldman 2003, Bokser 2009). Todo ello
ha influido profundamente no sólo en la diversidad de temas que se investigan
en la actualidad sino también en importantes contribuciones metodológicas: el
relativo fin de la guerra de paradigmas; el nuevo auge de los métodos mixtos y su
capacidad para combinar entendimientos sofisticados con mediciones rigurosas;
1
En un estudio sobre la calidad de las nuevas publicaciones en ciencias sociales, Payne (2012) indica
que, en general, existe una sobreestimación de la calidad de los datos empleados por los investigadores.
De su estudio se desprende que la mayoría de los artículos rechazados en los comités editoriales de
las revistas científicas se caracteriza por una falta de sistematización en las investigaciones presentadas,
donde los trabajos están más basados en ilustraciones anecdóticas que en muestras correctamente
realizadas.

11
Introducción

los desarrollos tecnológicos que permiten un uso mucho más intensivo de los
datos; las innovaciones estadísticas que conceden más precisión a la información
disponible; y, en general, mayores posibilidades de publicación en una gran plu-
ralidad de espacios de difusión (Williams y Vogt 2012).
Bajo estas premisas, el objetivo general de esta investigación se enmarca en
este cuerpo de conocimiento que intenta analizar cuáles son, en la actualidad, los
estilos predominantes de producción del conocimiento en las ciencias sociales y,
por lo tanto, cuáles son los alcances y las limitaciones epistémicos y metodológi-
cos que impactan en la producción científica actual. ¿Dónde se encuentra la in-
vestigación social en estos momentos y hacia dónde va? ¿Cómo estamos abordan-
do los hechos sociales? ¿Qué tan reflexivo y explícito es el proceso de generación
de conocimiento en las ciencias sociales?2 ¿Bajo qué reglas se está produciendo
y validando el conocimiento social en la actualidad? ¿Cómo nos estamos enfren-
tando al desafío concreto de cuestionar, analizar y evaluar desde una perspectiva
científica un determinado aspecto de la realidad social? ¿Qué técnicas o recursos
metodológicos utilizamos habitualmente en un proceso de investigación? En un
contexto en que las ciencias sociales presentan un panorama de gran diversidad
y fragmentación se hace válida la pregunta por las formas de producir y validar
el conocimiento; por los estilos de comunicación académica que proliferan en el
campo; por la estructura analítica de sus investigaciones y, como correlato, por
las opciones metodológicas que se disputan en la actualidad así como por los
marcos epistémicos desde donde se conoce. Dichos interrogantes, además, co-
bran validez en un momento en el que, como en toda ciencia, hay relaciones de
poder que determinan temas, preguntas y métodos, jerarquías de prestigio que
inciden en la selección metodológica, y diferencias en la capacidad de acceso a
recursos y a publicaciones que también son determinadas por las formas de pro-
ducir conocimiento. En esos términos, no sólo los estilos de producción pueden

2
La pregunta por la reflexividad en la investigación social es un aspecto cada vez más importante de
los diseños metodológicos que está directamente relacionada con el derecho del lector a saber cómo
fue construido el conocimiento (Wainnerman 1997, Sautu 1997). Como bien lo establece Hammersley
(1995), la reflexividad es un intento por hacer explícito los supuestos y valores que están detrás de la
investigación social para entender los pasos, reconstruir el diseño y las decisiones tomadas para llegar
a las conclusiones de la investigación. En ese sentido, es una especie de ideal de transparencia en la
investigación aplicada, entendido como una auditoría social que permite reconocer los posibles errores
y, en todo caso, rectificarlos. Esta transparencia reflexiva es un valor en sí mismo de la investigación
que permite el desacuerdo y la discusión. De todas maneras, tal como sostiene Hammersley (1995),
una cosa es la transparencia y otra cosa es la validez de los datos: “de nada sirve ser sinceros si los datos
no son válidos; hay un componente de validez y verdad en los datos que va más allá de la transparencia
reflexiva” aunque, ciertamente, “la narración del desarrollo de una investigación y sus procedimientos es
una contribución no sólo a la confiabilidad, sino también a la validez de sus resultados” (Wainnerman,
1997).

12
Fiorella Mancini y Khemvirg Puente

ser muy diferentes sino que las posiciones y el estatus de las investigaciones tam-
bién.3 Un tercer elemento de justificación del análisis que aquí se presenta está
relacionado con la escasez de investigaciones contemporáneas sobre las formas
que adquiere la producción de ciencias sociales en América Latina en general, y
en México en particular. Si bien existen numerosos estudios que dan cuenta de la
“evolución” de las ciencias sociales en la región, de sus paradigmas y tradiciones
de pensamiento, son mucho más escasas las investigaciones que se preguntan
por “el modo” en el que se accede al conocimiento empírico en el campo social,
dejando en evidencia un importante vacío sobre la reflexión sistemática en torno
a la validación de la producción académica y a la rigurosidad de las operaciones
conceptuales y metodológicas en el proceso de construcción del objeto de estudio
y de la interpretación de resultados. La principal hipótesis que está detrás de este
cuestionamiento –y que se sostiene con matices y particularidades en cada uno
de los capítulos de este libro– indica que más allá de la pluralidad disciplinaria
y de la enorme extensión de “micro estilos de producción”, existe en las ciencias
sociales de la región (y de México en particular, donde la producción científica
de la UNAM deviene un caso paradigmático) un predominio histórico de estilos
narrativos antes que el estilo analítico, predominante en otras latitudes. Esto es,
un estilo no exento de referentes empíricos, pero no proclive al análisis sistemá-
tico de datos con el objeto de contrastación de hipótesis. Ello se refleja, entonces,
en la proliferación de modelos de conocimiento más inductivos (a partir de uno
pocos, o de un solo caso, considerado en términos generales) que deductivos. Si
bien parecería, además, que este tipo de estilos no está exento de pretensiones
explicativas, no necesariamente se compromete con paradigmas causalistas du-
ros, o con la tarea de construcción de “leyes”.4 Es cierto que si bien estos estilos
más narrativos siguen siendo los predominantes, también se observan –como se
verá a lo largo de esta obra- algunas tendencias de cambio derivadas de proce-

3
De hecho, para varios “metodológos”, una condición importante para que un problema sea científico
refiere a la política de la ciencia, es decir, que exista algún grado de consenso que indique que el pro-
blema es relevante y que haya cierto acuerdo entre pares al respecto. En la medida en que la ciencia está
institucionalizada, existe una política científica que enmarca o propone qué problemas son relevantes
y cuáles no son. En este sentido, es importante aclarar que para los fines de esta investigación este
criterio político de cientificidad no lo hemos considerado en el análisis de nuestros datos, es decir, en
ningún momento hemos clasificado a los artículos o a las tesis aquí observadas en función de su nivel
de relevancia para el conocimiento.
4
Por supuesto que habría aquí algunas excepciones, entre las que sobresalen, principalmente, los
estudios económicos, la ciencia política más reciente y la psicología. Dentro de la sociología, incluso,
el pasado “glorioso” del predominio conflictivo de los paradigmas marxista y funcionalista hizo que
los intelectuales dialogaran, sea a través del recurso a los datos o de la reflexión, con versiones más
objetivistas del conocimiento. Claro está, en algunos casos como la antropología, éstas ni siquiera son
las tensiones básicas.

13
Introducción

sos propios de las disciplinas y presiones institucionales; no siempre con saldo


a favor, en la medida en que, por ejemplo, en las apuestas que se han volcado
totalmente al esquema hipotético deductivo (con teorías e hipótesis limitadas,
datos limitados, conclusiones limitadas) se ha desechado la pretensión de inte-
grar estos hallazgos para construir teorías generales. Esta preferencia extendida
por un estilo narrativo supone, en general, el tratamiento de grandes problemas;
la elaboración de diagnósticos a través de marco analíticos generales y categorías
totalizadoras; una propensión a la elaboración de hipótesis difíciles de demostrar
o refutar; y, finalmente, un gran punto de apoyo en la argumentación y en la re-
flexión ensayística por encima del tratamiento de datos y el uso de técnicas sofis-
ticadas de análisis social. Evidentemente, ello no constituye un dominio exclusivo
en las ciencias sociales (porque, en realidad, ningún estilo de producción tiene,
en la actualidad, la exclusividad del campo) sino que se configura como una
preferencia relativamente generalizada, que atraviesa a la diversidad de campos
disciplinarios que constituyen el núcleo duro de este libro (ciencia política, so-
ciología, administración pública, psicología, antropología y derecho) y que, final-
mente, indicaría que las preferencias por un determinado estilo de producción y
comunicación también se encuentran socialmente construidas y situadas. Lo que
se deja entrever en los hallazgos de la investigación es que, junto con un estilo
más “tradicional” de producción del conocimiento en ciencias sociales, coexisten
otros, con diferentes grados de preocupación por el rigor, la sistematicidad de los
datos y la exposición de los fundamentos lógicos de los resultados encontrados.
Este eclecticismo, propio de la hibridez actual de las ciencias sociales, convive,
sin embargo, lejos del debate por la validez del conocimiento, y ha logrado ins-
talarse como en una especie de “zona de confort” de la producción académica
actual. En esos términos, los autores de esta publicación no estamos evaluando
el quehacer científico de nuestras investigaciones sino colocando en perspecti-
va los estilos predominantes de producción del conocimiento, en la medida en
que consideramos que más allá de la pluralidad disciplinaria y metodológica, es
posible (y necesario) construir espacios de diálogo abierto sobre los mecanismos
básicos de validación del conocimiento social.5 Evidentemente, estos dispositivos
no suponen –ni deben suponer– un modo único de investigación pero sí un
tratamiento del conocimiento que garantice cierta claridad en su comunicación,
una mínima comprensión de las operaciones metodológicas involucradas en las
investigaciones y -hay que decirlo- la posibilidad de replicabilidad de los hallaz-
gos publicados.
5
Como bien lo indica Abend (2007), este tipo de investigaciones no supone conceder privilegios epis-
témicos a ninguno de los estilos analizados, dado que el abordaje no es teórico, normativo o filosófico
sino empírico y sociológico: cómo se está haciendo ciencia y no cómo se debería hacer ciencia es, final-
mente, la pregunta general de investigación que guía a cada uno de los capítulos de esta obra.

14
Fiorella Mancini y Khemvirg Puente

Para la consecución de los objetivos de esta investigación un grupo de in-


vestigadores y profesores provenientes de diversas instituciones mexicanas,6 nos
dimos a la tarea, en primer lugar, de decidir cuál sería nuestro primer universo
de estudio, enmarcado en seis disciplinas específicas de las ciencias sociales: so-
ciología, ciencia política, administración pública, psicología, antropología y de-
recho.7 En ese sentido, la decisión fue considerar, en una primera aproximación,
a la producción académica publicada en la UNAM, en dos de sus vertientes: en
las publicaciones científicas provenientes de las principales revistas académicas de
cada una de las disciplinas y en las tesis de doctorado de cada uno de los progra-
mas de posgrado.8 Tener en cuenta sólo artículos y tesis (y no libros, por ejem-
plo) se justifica porque son las fuentes de difusión de conocimiento que, al estar
reguladas por el arbitraje de pares en el caso de los primeros y por la dirección
tutorial en el caso de las segundas, representan un formato relativamente estan-
darizado de formación y comunicación entre colegas. A su vez, la decisión de co-
menzar esta investigación con la producción académica de la UNAM se basó en
tres razones complementarias: en primer lugar porque se trata de la mayor y más
representativa entidad académica de la diversidad de estilos de la investigación
social; en segundo lugar, porque la comparación con otras entidades académicas
implicaba una gran dispersión de información en función de las características
particulares de cada disciplina (en un caso la comparación pertinente era con la
UAM, en otros era con El Colegio de México, en otros con el CIDE, etc., sin
considerar la enorme producción académica que se encuentra en otras entidades
académicas del país); y en tercer lugar, porque dado que la mayoría de los autores
somos profesores e investigadores de la UNAM, nos pareció pertinente realizar
una especie de ejercicio de autocrítica y analizar qué tipo de producción del co-
nocimiento social estamos gestando entre los muros de la universidad nacional.
La siguiente decisión fue seleccionar el período de estudio. Dado que el obje-
tivo general del proyecto era conocer el “estado actual” de la producción de cono-
cimiento en ciencias sociales, parecía pertinente comenzar indagando, entonces,
por el período más próximo y cercano posible. Así es que se tomó la decisión
de observar los últimos cinco años de producción académica en la UNAM, en
el período que va desde 2010 hasta 2014. En ese sentido, nos pareció que un
6
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Instituto de Investigaciones Sociales, Instituto de Investiga-
ciones Jurídicas, Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM y El Colegio de México
7
La selección de estas disciplinas obedece a criterios prácticos relacionados con los investigadores que
aceptaron participar en el proyecto de investigación.
8
Dado que el número de tesis de doctorado (finalizadas) y el número de artículos de revista no era
demasiado amplio y, al mismo tiempo, bastante dispar entre una disciplina y otra, se decidió recabar
un censo de ellos en lugar de aplicar muestras aleatorias simples, con el fin de controlar problemas de
confiabilidad estadística con el tratamiento de los datos.

15
Introducción

período de cinco años era tiempo suficiente como para delinear un mapa de re-
sultados lo suficientemente sólido y robusto con respecto a la situación “actual”
de las ciencias sociales.
Una vez decididos el universo y el período de estudio, el siguiente paso fue
conformar el conjunto de variables que utilizaríamos para el análisis, en la medi-
da en que esta primera etapa de la investigación está basada, exclusivamente, en
un análisis cuantitativo de la información recabada. Esta tarea no resultó menor
en la medida en que la diversidad de disciplinas consideradas en el estudio im-
plicó también una diversidad de estilos, métodos y técnicas a cubrir en el rastreo
y recolección de los datos. Como bien lo establecen Williams y Vogt (2012),
después de todo, existe una especie de simbiosis entre disciplinas y métodos
donde es el carácter de las primeras lo que incide en la selección de los segundos.
Finalmente, después de varias discusiones y debates internos, consideramos que
era importante englobar, al menos, tres grandes dimensiones de análisis (estas
dimensiones serían comunes a todas las disciplinas y, en un momento posterior
de codificación, cada disciplina podría agregar aquellas variables que fueran más
pertinentes para su análisis particular): estructura analítica de las producciones
académicas; estructura de comunicación; y métodos y técnicas de investigación.
La selección de estas tres dimensiones (análisis, comunicación y métodos), de
una u otra manera, está relacionada con lo que consideramos son cuatro ca-
racterísticas fundamentales de la producción del conocimiento científico en la
investigación social (King, Kehoane y Verba 1994): 1. que los datos utilizados
tengan cierta pretensión de explicar algo que está más allá de lo observado en las
propias observaciones recogidas; 2. que los procedimientos sean públicos y los
métodos explícitos con el fin de que otros puedan juzgar su validez; 3. que las
conclusiones sean “realmente” inciertas; y 4. que existan al menos indicios de al-
gunos de los pasos del método científico aplicados en la investigación.9 Bajo estos
supuestos, la primera dimensión está compuesta por tres variables: el objetivo
general de la investigación, tal como es referido por los propios autores (explora-
torio, descriptivo o explicativo); el recurso explícito a teorías o marcos teóricos;
y el recurso explícito a hipótesis de investigación. La segunda dimensión está
compuesta por cinco variables: existencia explícita de preguntas de investigación;
existencia explícita de objetivos; existencia de un apartado específico para méto-
dos y técnicas de investigación; existencia explícita de un apartado sobre datos e
9
Evidentemente, tener en cuenta estos criterios operativos de la producción de conocimiento cien-
tífico en las ciencias sociales nos acerca a una definición clásica (y relativamente conservadora) de la
investigación científica, entendida como una forma de producir conocimiento que se caracteriza por la
construcción de evidencia empírica, elaborada a partir de un cuerpo teórico y de la aplicación de reglas
de procedimiento explícitas relacionadas con determinadas metodologías y técnicas de investigación
(Sautu 1997).

16
Fiorella Mancini y Khemvirg Puente

información; y existencia explícita de un apartado sobre resultados y hallazgos de


investigación. Finalmente, la tercera dimensión está compuesta por cuatro varia-
bles: enfoque metodológico general; técnicas de investigación principales; tipo
de fuentes de información; cobertura espacial; y enfoque dominante. Además
de estas dimensiones, se contemplaron variables estructurales relacionadas con
el tipo de producto, el sexo del autor principal y la procedencia institucional del
autor principal. Una vez delineadas las variables comunes a todas las disciplinas,
no obstante, cada grupo de autores seleccionó cuáles y de qué manera utilizar
dicha información en cada una de las investigaciones disciplinarias que confor-
man esta obra.
Además de la introducción, el libro consta de seis capítulos, uno por cada dis-
ciplina analizada. En el primer capítulo, Emilio Blanco y Fiorella Mancini analizan
los estilos de comunicación y estrategias metodológicas utilizadas en la sociología.
A partir del análisis de los artículos publicados en la Revista Mexicana de Socio-
logía y de las tesis de doctorado en Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales, los autores llegan a la conclusión de que la sociología en México, y
particularmente la que se publica en forma de artículos, se caracteriza por un estilo
alejado del estándar de producción científica originado en las ciencias naturales y
legitimado en la academia norteamericana. Como bien lo establecen los autores,
“la descripción de los pasos (lógicos y metodológicos) de la investigación parecería
ocupar un lugar secundario o francamente marginal, lo cual abre interrogantes im-
portantes sobre los estándares de comunicación y validación del conocimiento de la
sociología mexicana”. En el segundo capítulo, Khemvirg Puente y Gustavo Martí-
nez indagan en los estilos de producción científica en la ciencia política mexicana.
A partir de las tesis de doctorado en Ciencia política de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales y de los artículos de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas
y Sociales, los autores concluyen que el estilo de producción más frecuente en esta
disciplina es el de corte inferencial descriptivo, centrado en reconstruir fenómenos
políticos basados, especialmente, en el recuento histórico de dichos fenómenos. En
palabras de los autores “se identifica la ausencia de investigaciones basadas en un
estilo de alcance explicativo basado en datos cuantitativos, aquellos que Almond
(1999) llegaría a ubicar dentro del cuadrante de investigaciones metodológicamente
“duras” y de posturas temáticas “conservadoras”. De manera similar a los hallazgos
encontrados en la sociología, parecería que los diferentes estilos de la producción
académica de la ciencia política también siguen un modelo o estilo dominantemen-
te descriptivo, monográfico y cualitativo. En el tercer capítulo, Arturo Hernández
analiza las prácticas de investigación que se observan en la administración pública,
tanto en las tesis de doctorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales como
en los artículos publicados en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales.

17
Introducción

El autor concluye que, en general, en la producción científica de la administración


pública no se utilizan enfoques ni marcos teóricos, sino que predominan textos
en los que se “reflexiona” sobre problemas de la vida práctica de la administra-
ción y, en cuanto tal, se proponen propuestas de solución. Como lo indica el
autor, “esta forma de investigar se relaciona a lo que se conoce como practitioner
research, aunque ninguno de estos documentos detalla una metodología especial
para identificar y resolver problemas desde la práctica. De este fenómeno emergen
algunas interrogantes sobre si estas prácticas de investigación están presentes en
otros espacios académicos, cuáles son sus criterios de cientificidad y sus benefi-
cios para la generación de conocimiento en la disciplina”. En el cuarto capítulo,
Laura Montes de Oca y Lorena Umaña realizan un estudio sobre la antropología
mexicana producida en la UNAM en los últimos cinco años, a partir de las tesis
de doctorado elaboradas en el Instituto de Investigaciones Antropológicas y de los
artículos publicados en la Revista Anales de Antropología de la misma institución.
Las autoras concluyen que la antropología producida y difundida en la UNAM está
en un cruce de caminos. Por un lado, hay una reconfiguración metodología de la
etnografía con otras técnicas de investigación y, por otro lado, hay cierta continui-
dad en el análisis del tema que le dio vida a la antropología mexicana: la etnicidad
y la cuestión indígena. En palabras de las autoras: “la antropología puede devenir
en un estancamiento si es que la producción académica resultante no se entrelaza
con un valor público. Esto es, si los productos de investigación no se ligan con la
realidad social, política, cultural, económica de un país al que le urgen respuestas”.
En el capítulo cinco, Luciana Gandini y Mauricio Padrón analizan los abordajes
metodológicos en las investigaciones en derecho en la UNAM a partir de las tesis
de doctorado producidas en el Doctorado en Derecho y de los artículos publicados
en la Revista del Posgrado en Derecho, Nueva Época. Los autores concluyen que la
investigación jurídica, desde el punto de vista metodológico, tiene más similitudes
que diferencias con el resto de las disciplinas de las ciencias sociales, no sólo en el
modo de abordar los problemas de investigación sino, especialmente, en los estilos
de producción y comunicación del conocimiento, esto es, con déficits similares y
preocupantes al resto de la investigación social. Como lo plantean los autores, “se
advierte un reconocimiento de la necesidad de garantizar los requisitos formales
y metodológicos que otorgan rigor a la investigación científica”. Finalmente, en
el sexto capítulo, Carolina Santillán y Rocío Hernández-Pozo analizan el deve-
nir académico de la psicología a partir de las tesis de doctorado de la Facultad de
Psicología y de los artículos publicados en la Revista de Psicología Iztacala. Las
autoras presentan una visión general del estado en el que se encuentra el uso
de ciertas tendencias metodológicas en la psicología y concluyen que predominan
dos grandes tendencias: el marco teórico de la escuela cognitivo conductual y la

18
Fiorella Mancini y Khemvirg Puente

metodología cuantitativa a partir de fuentes primarias de información. Según las


autoras “la metodología cuantitativa predomina tanto en las tesis doctorales como
en los artículos mientras que la metodología mixta, con base a nuestros datos, es
sumamente escasa”.
Como puede apreciarse a través de esta breve sinopsis, son aún enormes los
pendientes investigativos que nos restan por desentramar en esta materia. En
primer lugar, consideramos que es necesario extender la mirada hacia el pasa-
do para conocer la evolución de las características metodológicas en los estilos
de producción de conocimiento y detectar eventuales tendencias asociadas a los
cambios disciplinarios de las últimas décadas. En segundo lugar, también es im-
portante extender la comparación a otras instituciones académicas y educativas.
De esta forma se deberían introducir variantes institucionales importantes para
explicar eventuales diferencias en los estilos de producción del conocimiento. En
tercer lugar, es imprescindible, para futuras investigaciones, adoptar estrategias
cualitativas que permitan analizar en profundidad el contenido de los datos de
esta investigación, con el fin de entender a cabalidad las intenciones, preocupa-
ciones y obsesiones metodológicas de los científicos sociales en nuestro país.

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21
Capítulo 1

Estilos de comunicación y estrategias


metodológicas de la sociología mexicana.
La producción en la UNAM: 2010-2014
Emilio Blanco
Fiorella Mancini

Introducción

La sociología es un animal de muchas cabezas; si se le corta una, aparecen dos.


Marcada desde el inicio por el cisma entre ciencias de la naturaleza y ciencias del
espíritu (Dilthey, 1949); entre los enfoques nomotético e ideográfico (Windel-
band, 1998); entre “razón experimental” y “razón hermenéutica” (Giménez, 2004);
y en su desarrollo por la emergencia de paradigmas aparentemente excluyentes
(funcionalismo, estructuralismo, teoría de sistemas, dialéctica, individualismo,
fenomenología, racionalismo, entre otros), asociados a programas metodológicos
también dispares (disparidad de la cual la falsa oposición entre métodos cuantitati-
vos y cualitativos es el mejor ejemplo); caracterizada además por el estudio de una
amplísima y creciente gama de temas y una progresiva especialización; la sociología
presenta actualmente un panorama de tal diversidad y fragmentación - no solo en
los temas y problemas sino en las formas de producir y validar conocimiento - que
vuelve legítimo preguntarse si constituye en realidad una sola disciplina (es decir,
si el término sociología mantiene algún valor para designar elementos comunes de
una práctica o no es más que una etiqueta imprecisa que sólo indica con quién
debe preocuparnos no tener algún tipo de diálogo).
En realidad, el hecho de que una etiqueta tan borrosa continúe en uso para
designar este aparente archipiélago de prácticas sugiere que, a pesar de la frag-

23
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

mentación, la sociología todavía constituye un campo en el sentido que le otorga


Bourdieu (1976) a este concepto: un sistema de posiciones, relaciones, jerarquías
y percepciones donde se disputa (en el caso de un campo científico) el reco-
nocimiento de la autoridad científica. Las cabezas del monstruo no son todas
iguales. A pesar de su fragmentación, el campo sociológico supone relaciones
objetivas entre sus integrantes/posiciones y con otros campos; relaciones de po-
der, jerarquías de prestigio, diferencias en la capacidad de acceso a recursos y a
publicaciones; también existen percepciones sobre estas relaciones, y estrategias
(e instituciones) orientadas a mantenerlas o modificarlas. Esto también entraña
la jerarquización de ciertos enfoques, temas y métodos. La heterogeneidad no es
equivalencia de posiciones; la fragmentación no es aleatoriedad.
De más está decir que la estructuración de los campos, su conformación
específica, varía sustancialmente por contextos históricos y geográficos, lo que
implica variaciones en las formas privilegiadas de hacer sociología. En los paí-
ses centrales, y de manera más notable en los Estados Unidos, el mayor reco-
nocimiento lo obtiene un estilo de producción muy cercano al modelo hipoté-
tico-deductivo de las ciencias naturales, fuertemente apoyado en la prueba de
hipótesis a través de métodos cuantitativos, y con pretensiones de neutralidad
valorativa. En cambio, por razones cuya indagación constituiría un programa
de largo plazo, en América Latina –y en México en particular– los mayores ni-
veles de prestigio se asocian a un modelo de producción intelectual, con fuerte
apoyo en la retórica y en el uso inductivo de datos, y con marcadas pretensiones
normativas y de incidencia política (Abend, 1997). Lo anterior se refleja en
diferencias notorias en los estilos de formulación de problemas, la concepción
y el uso de las teorías, la exposición de hipótesis, el uso de los datos y la pre-
sentación de resultados.
Salvo por las dos investigaciones que inspiran este capítulo – la de Abend, ya
mencionada, y un artículo de Rivera y Salazar-Elena (2011) y por algunos otros
artículos recientes (Faille, 2011; Moya, 2016), son escasas las investigaciones
contemporáneas sobre las formas que adquiere la producción de ciencias socia-
les en México. Existen, como reseñamos más adelante, numerosos trabajos con
perspectiva histórica que, a grandes rasgos, dan cuenta de la evolución de los
paradigmas y las tradiciones de pensamiento. La mayor parte de estos trabajos
alcanzan hasta las décadas de 1980 y 1990 y coinciden en señalar que, luego de la
crisis de los enfoques marxistas, la sociología se abrió al estudio de múltiples te-
mas desde diversos enfoques, incrementando su fragmentación y heterogeneidad
(ej. Álvarez Mendiola, 2004; Faille, 2011), sin que esta apertura haya derivado
en una reconstitución de comunidades, una estructuración alrededor de debates
clave, o siquiera una reconstitución como disciplina autónoma en la generación

24
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

de conocimiento empírico. Está pendiente, en consecuencia, un análisis sobre las


características actuales de la producción sociológica, particularmente en sus ejes
metodológicos y sus estilos de comunicación.
Partimos, en consecuencia, de esta gran pregunta general. ¿Cuáles son, en
la actualidad, los estilos predominantes de producción sociológica en México?
Específicamente, ¿cuáles son las subdisciplinas y enfoques teóricos prevalentes?
¿Cuál es la estructura analítica de los trabajos que se publican? ¿Cuáles son las
características de los estilos de comunicación? ¿Qué peso tienen las diferentes es-
trategias metodológicas y las técnicas de investigación? ¿Qué enfoques analíticos
prevalecen? Estas son las preguntas con las que iniciamos la investigación que
presentamos en este artículo. Nuestro objetivo es describir, a grandes rasgos, las
principales características de la producción sociológica contemporánea en Méxi-
co, y contribuir así al debate sobre el desarrollo de la sociología como disciplina
y sus posibilidades de generar conocimiento relevante sobre lo social.
En este capítulo realizamos una contribución inicial mediante el análisis de
los artículos publicados por la Revista Mexicana de Sociología (RMS) del Insti-
tuto de Investigaciones Sociales y las tesis de doctorado en Sociología defendidas
en el Posgrado de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en el período 2010-
2014. En total, trabajamos con un universo de 106 artículos (correspondientes
a los volúmenes 72-76 de la RMS) y 37 tesis. Se trata, como puede verse, de un
análisis de la producción contemporánea en el campo limitado a vehículos de
publicación muy específicos. En este sentido se trata de un trabajo que pretende-
mos continuar para ampliar sus alcances, tanto en el tiempo – para de esta forma
reconstruir la evolución de la disciplina en México – como hacia otras publica-
ciones, principalmente otras revistas.
El resto del capítulo está organizado como sigue. En la segunda sección pre-
sentamos un breve recorrido por la historia de la sociología mexicana y en par-
ticular por el desarrollo de la RMS, a fin de contextualizar nuestros hallazgos y
sentar algunos elementos de interpretación. En la tercera parte realizamos breves
consideraciones acerca del método y los datos utilizados para este análisis. La
cuarta sección presenta los resultados, organizados en los siguientes apartados:
caracterización general; estructura analítica; estructura de comunicación; méto-
dos y técnicas. En la última sección realizamos un recuento de los hallazgos y
desarrollamos algunas implicaciones.

25
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

1. La Revista Mexicana de Sociología:


espejo de la sociología en México

La Revista Mexicana de Sociología es la publicación de mayor antigüedad en el


país y una de las de mayor prestigio en la materia. Su evolución refleja los avata-
res históricos de la sociología en México y en la región.
Publicada por primera vez en abril de 1939, y de acuerdo a la orientación de
la sociología propia de dicho período, la RMS reflejó en sus inicios la influencia
del positivismo y el funcionalismo, amén de proponerse no sólo como un espacio
de estudio sino también de solución para los “problemas sociales más impor-
tantes del país” (Mendieta y Núñez, 1939, citado en Sefchovich, 1989). Esta
preocupación por posicionar a la sociología como una herramienta útil, como
cura erudita y práctica para los defectos de la sociedad, reflejó desde el comienzo
la necesidad y el interés de legitimación por parte de la disciplina en el contexto
post-revolucionario mexicano. Desde entonces y durante un largo período –aún
hasta nuestros días– esta posición acarreará una ambivalencia en la identidad de
la disciplina (Castañeda, 2004); escasa autonomía respecto de su entorno (Girola,
1996); tensión entre los múltiples roles de los sociólogos (investigadores, inte-
lectuales, asesores, funcionarios, políticos); y marcará profundamente las formas
privilegiadas de producción. Desde el inicio, la sociología en México fue una
disciplina eminentemente normativa.
Durante las primeras dos décadas, además del abordaje empírico de diversos
temas, la RMS reflejó preocupaciones más generales de la disciplina: la demar-
cación del campo y la revisión del trabajo de los clásicos. Junto a las corrientes ya
mencionadas coexistieron otras, como el humanismo, con su predilección por la
perspectiva filosófica y el estilo ensayístico. También se hicieron presentes otras
dos grandes perspectivas que tendrán gran continuidad hacia el futuro: el pensa-
miento social latinoamericano y el indigenismo.
La década de los 50 y la primera mitad de los 60 constituyen lo que se ha
denominado el período de institucionalización de la sociología (Andrade, 1995;
Puga, 2009), esto es, un proceso de consolidación como disciplina, de agrega-
ción de una masa inicial de autores, y de cristalización a nivel institucional. Estas
décadas atestiguaron el surgimiento de una gran variedad de temas de investi-
gación, el declive de la ansiedad por la delimitación del objeto y una creciente
atención a los métodos de investigación. Protagonista central de esta época fue la
preocupación por el “desarrollo”, como fenómeno atravesado por un conjunto de
variables más complejo que el que consideran los economistas, concepción que
llevó a muchos investigadores a adoptar enfoques multidisciplinarios (Stavenha-

26
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

gen, 2012). La RMS reflejó estas nuevas preocupaciones y, de forma coincidente,


mostró en lo metodológico un predominio de las aproximaciones cuantitativas,
aunque basadas en datos secundarios (Sefchovich, 1989).
Los años 60 supusieron un giro muy importante para la sociología latinoa-
mericana en general; México no fue la excepción. En un contexto socioeconó-
mico menos auspicioso que en las décadas anteriores y con una realidad política
crecientemente convulsionada, la irrupción del marxismo supuso una revolución
del campo intelectual. Su fuerza fue tal que Castañeda no duda en afirmar que,
así como en Estados Unidos ocurrió con el funcionalismo, en México fue a tra-
vés del marxismo que se institucionalizó la sociología (Castañeda, 1990: 428).
A nivel temático el énfasis estuvo en las relaciones de dependencia económica,
las clases trabajadoras, el campesinado, la marginalidad urbana. Sin embargo, a
pesar de la transformación que supuso en términos analíticos, no necesariamente
afectó los rasgos identitarios meta-paradigmáticos de la sociología. Por el con-
trario, fortaleció su faceta normativa, ahora devenida crítica, pero siempre como
parte de una interlocución directa con el estado. El discurso de los sociólogos
no se construyó desde y para la sociedad; aun marxista, no se construyó desde y
para el proletariado; los intelectuales eran parte de otra esfera; su proyecto era la
“salvación de la nación” (Castañeda, 1990).
Con la llegada a la dirección de González Casanova en 1964 la RMS se monta
decididamente en esta corriente de cambio. Don Pablo abogó por una sociología
crítica, comprometida, ideológica, histórica, holística, latinoamericana, para lo
cual atacó fuertemente la investigación con pretensiones de neutralidad valorati-
va, a su juicio enfocadas en temas específicos y con escasa perspectiva histórica.
Este giro dio pie a la aparición de trabajos con perspectivas totalizadoras, de largo
alcance, que sustituyeron a los artículos enfocados en problemas empíricos espe-
cíficos. La década de los 70, con el advenimiento de las dictaduras en la región y
el surgimiento de las preocupaciones por el Estado, mantuvieron esta tendencia.
De esta forma, durante dos décadas el estilo predominante de las publicacio-
nes de la RMS fue el “gran análisis”, un estilo que abordaba problemas “totales”
por medio de herramientas conceptuales generales, macro-sociológicas. Las ba-
ses empíricas, más que datos primarios, eran obras de autores precedentes. Los
casos concretos y sus relaciones específicas eran subsumidos en relaciones más
generales, tendencias históricas, de los cuales eran ejemplos. Se dejaron de lado
las preocupaciones conceptuales o metodológicas, esto es, los problemas rela-
cionados con la validez del conocimiento. Aunque con excepciones, el análisis
sociológico mantuvo en este período relaciones cercanas con el ensayo históri-
co-conceptual. Es este tipo de sociología crítica, ensayística y de grandes trazos la
que constituirá, y quizá todavía constituye en muchos foros, el modelo deseable

27
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

(brillante y sobre-representado, en la opinión de Brachet (1997)) de producción


académica.
A partir de los años 80, la crisis económica regional así como los acelerados
cambios sociopolíticos que acompañaron los procesos de democratización, em-
pujaron a la sociología hacia la revisión de sus marcos analíticos anteriores y al
progresivo abandono de las narrativas totalizantes (Sefchovich, 1989). Las nuevas
preocupaciones de la sociología internacional, desde el retorno del sujeto de Tou-
raine pasando por la preocupación por la comunicación de Habermas, el auge de
la microsociología (Reyna, 2004), la hermenéutica y los enfoques posmodernos,
ofrecieron un conjunto de herramientas analíticas más amplio que en décadas
anteriores, y permitieron enfocar nuevos problemas. Los temas regionales y el
análisis de coyunturas ganaron espacio. El campo se especializó progresivamente,
y junto a los temas anteriores (la migración, la urbanización, el campesinado, las
clases obreras, los sindicatos, las empresas, el mercado de trabajo) aparecieron
estudios de actores específicos (industrias concretas, trabajadores concretos, re-
giones concretas), así como temas nuevos (sociedad civil y movimientos sociales,
religión, derechos humanos, educación, género, por mencionar algunos).
La mayor parte de los autores que han estudiado este período coinciden en
señalar una creciente heterogeneidad y fragmentación del campo (Perló y Valen-
ti, 1994; Girola y Olvera, 1994; Zabludovsky, 1994; Girola, 1996; Puga, 2009;
Stavenhagen, 2012). La RMS reflejó este proceso en la especialización y diver-
sificación de sus temas, lo que se tradujo también en una multiplicación de los
enfoques analíticos y las propuestas metodológicas. Si bien, como comentamos
anteriormente, no se cuenta con análisis de las décadas más recientes, la revisión
del devenir histórico de la sociología mexicana hace pensar que la revista no es
una excepción a esta corriente.
Ahora bien, las investigaciones reseñadas solo nos sirven como una aproxima-
ción muy general al estilo de comunicación académica, la estructuración analítica
y las opciones metodológicas. Hemos mencionado que algunas de las corrientes
de mayor peso se destacaron por un estilo más cercano al ensayo o al gran análisis
conceptual, sin desarrollar una reflexión sistemática en torno a la validación de
las afirmaciones que se realizaban. Otras dieron más peso a lo empírico, aunque
esto tampoco garantizó necesariamente un tratamiento riguroso de las operacio-
nes conceptuales y metodológicas en el proceso de construcción del objeto y de
interpretación de los resultados. Con excepción de los trabajos mencionados en
la introducción no existen análisis sistemáticos de estos aspectos.
Un artículo de Germán de la Garza, sin embargo, posibilita una aproximación
a las características históricas de la producción sobre los sub-campos de la epis-

28
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

temología, metodología y técnicas (EMT) en la RMS (de la Garza, 1989). Cabe


aclarar que el autor no analiza la totalidad de las publicaciones en sus aspectos de
EMT, sino únicamente los artículos que abordan temas de esta área. Creemos
que, de todos modos, este análisis puede arrojar información relevante sobre el
nivel de rigor con que se introducen los elementos epistemológicos, metodológi-
cos y técnicos en la investigación publicada en la RMS.
De la Garza señala que, aun cuando se publicaron numerosos trabajos dentro
de cada uno de los paradigmas hegemónicos (positivismo, marxismo, hermenéu-
tica), el conjunto falló en el tratamiento de muchos temas cruciales. En general,
para este autor el abordaje fue generalista, escasamente original y poco profundo.
Peor aún fue el tratamiento de los temas metodológicos y de técnicas, calificado
como pobre o simplemente ausente en cada uno de los paradigmas. Las discu-
siones sistemáticas prácticamente no existieron, y el recambio de paradigmas no
se dio por resolución de debates sino por infiltración o dispersión.1 Al final de la
década de 1980, el autor diagnosticó una situación desoladora en el campo de la
EMT, caracterizada por una coexistencia desarticulada de numerosas visiones, y
por la ausencia de una comunidad académica capaz de realizar aportes sustantivos
(De la Garza, 1989).
Esto nos permite formular una primera hipótesis general respecto de la apro-
ximación a la construcción del conocimiento en la sociología mexicana, y en la
publicada en la RMS en particular. A pesar de las diferencias entre paradigmas,
o mejor dicho por encima de ellos, habría predominado históricamente un estilo
de producción que podríamos denominar como “ensayo empíricamente informa-
do”, con las siguientes características: proclividad a abordar grandes problemas
a través de marcos analíticos omnicomprensivos y categorías totalizadoras; voca-
ción por proponer tesis antes que por proceder a su demostración o refutación;
apoyo en la argumentación retórica más que en las herramientas de la lógica.
Este estilo buscó su legitimidad más en la importancia de los temas abordados
que en el rigor analítico y metodológico de su tratamiento. Estas característi-
cas, conviene reiterarlo, serían trascendentes incluso a lo que De la Garza llama
paradigmas o grandes perspectivas analíticas. También trascienden las opciones
metodológicas y, hasta cierto punto, las técnicas.
Este metaparadigma, o estilo dominante de hacer sociología, habría comen-
zado a resquebrajarse durante la década de los 80, en función de numerosas
transformaciones externas e internas al campo de la sociología. Esto hace que no

1
Una apreciación similar realiza más recientemente Stavenhagen (2012), pero en relación a los temas
y preocupaciones de la sociología. Según este autor, los debates no se resuelven sino que se sustituyen,
se abandonan o se olvidan.

29
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

pueda hablarse actualmente de un estilo dominante. Junto al viejo estilo épico


coexisten otros, con distintos niveles de preocupación por la calidad en el rigor y
análisis de los datos, y por la exposición de los fundamentos lógicos de sus con-
clusiones. Aun en ausencia de debates centrados en la validez del conocimiento,
coexisten perspectivas constructivistas con neo-positivistas, ensayos teóricos con
análisis empíricos, perspectivas históricas con análisis de coyuntura y, en general,
aplicaciones de métodos y técnicas con niveles muy disímiles de rigor.
Ahora bien, tal como dijimos al inicio, la fragmentación y la heterogeneidad
no deben confundirse con el caos. Nosotros sostenemos que existen estilos y
metodologías privilegiadas en la sociología mexicana, así como otros que gozan
de menor reconocimiento; y que una primera forma de aproximación a este fenó-
meno puede hacerse mediante un análisis cuantitativo de algunos rasgos básicos.
La pregunta general que orienta nuestro análisis, entonces, es sobre los estilos
de producción de la sociología en México. ¿De qué manera se escribe un artículo
sociológico en la RMS? ¿Cómo está estructurado? ¿Qué papel tienen las pre-
guntas, objetivos, teorías e hipótesis? ¿Qué opciones metodológicas son las más
frecuentes? Creemos que la respuesta a estas preguntas, por muy acotada que sea
en este trabajo, contribuirá a explicar algunos de los problemas diagnosticados
para la sociología mexicana actual, en particular la debilidad o virtualidad de
muchas de sus comunidades, y la ausencia de debates clave.
Normativamente nuestra posición es que, por más que se parta de diferentes
paradigmas de producción de conocimiento es posible constituir espacios de diá-
logo académico a partir del acuerdo sobre mecanismos básicos de validación del
conocimiento. Estos mecanismos no necesariamente implican una lógica única
de investigación, pero sí una lógica que garantice la claridad en la comunicación,
la comprensión de las operaciones lógicas involucradas en la investigación, y la
replicabilidad de los hallazgos.

2. Datos y método

Tal como establecimos en la introducción, nuestro análisis abarca 106 artículos


publicados en la RMS entre 2010 y 2014 (vols. 72-77). Esta selección responde
a los criterios más generales con que se diseñó el Proyecto “Tendencias recientes
y nuevos abordajes metodológicos en las Ciencias Sociales”, por los cuales se
pretende contar con un panorama de la producción reciente en distintas disci-
plinas, a través de las respectivas revistas y tesis de posgrado desarrolladas en los
institutos correspondientes de la UNAM.

30
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

En este sentido, no se pretende extender los resultados a la totalidad de la


producción sociológica mexicana, y esto por varias razones. En primer lugar, no
se analizan libros, que constituyen un medio muy importante de comunicación
en el campo sociológico.2 En segundo lugar, únicamente se analiza una revista,
si bien de gran importancia en el contexto nacional. En tercer lugar, sólo se
analiza una institución (la UNAM), aunque también se trata de la mayor y más
representativa de la diversidad de estilos de hacer sociología. Con estos recaudos
es que deben ponderarse los resultados que se presentan en la sección siguiente.
El análisis de este reporte es cuantitativo en su totalidad. Los atributos de los
trabajos revisados fueron capturados en una matriz de datos a través de conjunto
de variables relevantes mediante las que se operacionaliza el concepto general de
“estilos de producción” (Abend, 1997). Utilizamos este concepto dado que per-
mite englobar tres grandes dimensiones: i) estructura analítica; ii) estructura de
comunicación; y iii) métodos y técnicas de investigación.
1. Por “estructura analítica” entendemos la articulación analítica general de los
textos. Tres variables son relevantes aquí; a) el objetivo general (exploratorio,
descriptivo o explicativo);3 b) el recurso explícito a teorías sociológicas; y c) el
recurso explícito a hipótesis de investigación.
2
Los artículos y la tesis constituyen los documentos que, por los dispositivos que regulan su produc-
ción – arbitraje por pares en el caso de los artículos; dirección en el caso de las tesis -, consideramos
más representativos de estos estilos. Sabemos que esta decisión es cuestionable, dado lo extendido de la
opinión que privilegia al libro por sobre el artículo (ver, por ejemplo, los artículos de Hicks (2004) o
de Pozas (2011)). Sin duda el libro goza de gran prestigio – al menos hasta que nos familiarizamos con
los procesos de dictamen -, particularmente para los contextos que - como sostendremos respecto del
mexicano - privilegian la figura del intelectual por sobre la del investigador. No obstante, la inclusión
de los libros es una decisión menos sencilla de lo que parece a primera vista (incluso si se desconoce el
trabajo que implicaría el análisis de una muestra aleatoria de tamaño suficiente, que representara, por
ejemplo, la producción del Instituto de Investigaciones Sociales y de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales). En primer lugar, analizar exclusivamente libros hubiera introducido un sesgo a favor de los
académicos de mayor trayectoria y edad (elemento que, como veremos, probablemente tiene un peso
importante en la explicación de las diferencias en los estilos de comunicación). En segundo lugar, la
diversidad de formatos de los libros hubiera dificultado un análisis comparable al realizado con los
artículos y las tesis. Creemos que, si bien necesario, este análisis no es imprescindible para caracterizar
adecuadamente la producción sociológica, y sin duda podrá ser acometido por parte de otros colegas.
En nuestra opinión, optar por los artículos y las tesis es acertado porque se trata de formatos clave
en la formación y comunicación entre colegas. Si bien es cierto que no es el único formato, sí parece
el formato más frecuente (y con tendencia a aumentar). Buquet (2013), en una investigación sobre la
producción latinoamericana en Ciencias Sociales, en la que casi la mitad de los sociólogos encuestados
señaló que publican la mayor parte de sus trabajos en revistas arbitradas. Quizá no sean aquellos forma-
tos en los cuales la producción alcanza su expresión más refinada o idealizada; seguramente se escriben
bajo presiones institucionales y urgencias de las cuales los libros podrían estar algo más resguardados.
Es justamente esa sociología la que queremos analizar.
3
Tal como es referido por los propios autores. En esta variable, a diferencia de las restantes, se optó

31
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

2. Por “estructura de comunicación” entendemos la forma como está justificado


y presentado el trabajo. Las variables aquí son: a) existen preguntas de in-
vestigación explícitas; b) existen objetivos explícitos; c) existe un apartado de
métodos; d) existe un apartado de datos; y e) existe un apartado de resultados.
3. Por métodos y técnicas nos referimos a las concepciones y herramientas meto-
dológicas presentes en los trabajos. Las variables son: a) enfoque metodológi-
co general (cuantitativo, cualitativo o mixto); b) las técnicas de investigación
principales; c) el tipo de fuentes (primarias o secundarias); d) la cobertura
espacial; y e) el enfoque dominante (descriptivo / inferencial,4 etc.).
A lo largo de todo el capítulo estas dimensiones son analizadas a la luz de otras
variables que denominamos “estructurales”: a) el tipo de producto (artículo o te-
sis); 2) el sexo del autor principal; y c) la procedencia institucional del autor prin-
cipal. Nótese lo limitado de estas variables – que son las que pueden obtenerse
de manera directa a partir de los trabajos - para explicar, siquiera rudimentaria-
mente, cómo surgen los rasgos descritos en este trabajo. Sin duda, este esquema
explicativo requeriría, incluso en este nivel micro, de otras características como
la edad y la institución de formación de los autores.

3. Resultados

3.1. Caracterización general

Las características básicas de los documentos evaluados permiten extraer algunas


conclusiones interesantes. En el cuadro 1 se presenta la distribución de los docu-
mentos analizados según el número de autores, el sexo, la procedencia geográfica
y la disciplina en que se inscriben los artículos.
En cuanto al número de autores, más de tres cuartas partes de los artículos
son de autor único, y de los artículos colectivos la enorme mayoría está firmada

por tomar en cuenta la auto-adscripción debido a la dificultad para encontrar un criterio objetivo de
distinción. Como se verá, muchos trabajos escriben sus objetivos y conclusiones como explicaciones.
Sin embargo, ninguno basa sus inferencias en el método experimental, único al cual se le podría reco-
nocer valor explicativo stricto sensu. El alejamiento de este estándar es una cuestión de grado, se trate
de modelos de regresión complejos o de ricas descripciones etnográficas. A menos, claro, que se adopte
una postura falsacionista, bajo la cual los modelos estadísticos permiten al menos descartar algunas
explicaciones.
4
Los enfoques dominantes son distintos según la estrategia general de los trabajos sea cuantitativa o
cualitativa. Como se verá más adelante, en el área cualitativa los enfoques se solapan con las técnicas de
análisis. En el área cuantitativa, en cambio, la principal distinción se da entre los trabajos descriptivos
y aquellos que utilizan alguna técnica de inferencia estadística para estimar al menos la probabilidad de
error en los enunciados.

32
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

por dos autores. Este primer hallazgo - que coincide casi exactamente con lo re-
portado por Moya (2016) para Estudios Sociológicos - fortalece la hipótesis de que
la producción sociológica que se publica en México es una actividad que involu-
cra escaso trabajo colectivo, o – lo que no es equivalente – en la cual predomina
la figura del autor único, más cercano a la del pensador o el intelectual que a la
del investigador que forma parte de un equipo.
Posiblemente este rasgo de la producción esté relacionado con la debilidad o
virtualidad de gran parte de las comunidades académicas de la sociología mexi-
cana, tal como han reportado Girola y Olvera (1994). No obstante, también po-
dría vinculárselo con la persistencia de una concepción generalizada en el campo
sociológico mexicano que concede mayor valor a la producción individual que a
la colectiva, ya sea simplemente con base en una idea individualista del mérito,
o porque se considera más prestigiosa la figura del intelectual que la del investi-
gador. Cabe rescatar aquí lo señalado por Castañeda (1994; 2004) respecto de la
identidad dual o ambivalente de la sociología –y, por extensión, del sociólogo-.
El estrecho vínculo entre sociología y poder político, su pretensión de contribu-
ción al proyecto de “salvación de la nación” (Castañeda, 1990), requirió más de
pensadores que construyeran grandes discursos de legitimación que de investi-
gadores que resolvieran problemas de conocimiento. Actualmente, si bien esta
representación de la sociología ha mermado, persistiría el prestigio asociado a la
figura del intelectual que aborda integralmente alguno de los grandes problemas
nacionales. La autoría única permitiría mantener, en el presente, la pretensión
de intelectualidad que da prestigio al trabajo del sociólogo, aun cuando su tarea
efectiva fuera una modesta investigación.5

5
Otra hipótesis que nos vimos tentados a incluir para explicar este fenómeno es que el predominio de
la autoría única se explica por el privilegio que los sistemas de estímulos – principalmente el SNI, pero
también los sistemas internos de las universidades – otorga a la autoría individual. Sin embargo, dado
que los criterios del SNI son poco claros al respecto, no podríamos afirmarlo de manera contundente.
Lo que sí podemos decir basados en nuestra experiencia como sociólogos es que en el campo persiste la
percepción de que los sistemas de estímulos favorecen la producción individual, lo cual, aún en el caso
de no ser cierto – o mejor dicho, sobre todo en ese caso – revela cuáles son los esquemas de prestigio
predominantes.

33
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

Cuadro 1. Sociología. Características generales de los documentos.


Porcentajes. 2010-2015

Número de autores Artículos


Autor único 77.4
Dos o más autores 22.6
Total 100

Sexo Artículos Tesis Total


Hombre 59.4 43.2 55.2
Mujer 40.6 56.8 44.8
Total 100 100 100

Procedencia autor Artículos Tesis Total


UNAM 36.8 100.0 53.2
No UNAM nacional 25.5 0.0 18.9
Extranjero 37.7 0.0 28.0
Total 100 100 100

Disciplina Artículos Tesis Total


Sociología 77.4 86.5 79.7
Ciencia política 14.2 13.5 14.0
Otras 8.5 0.0 6.3
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia

La producción total está ligeramente desequilibrada a favor de los hombres. Las


categorías dominantes se invierten según se consideren las tesis o los artículos:
en las primeras las mujeres predominan con 57%, mientras que 60% de autores
de artículos son hombres. Esta diferencia entre graduación y producción podría
reflejar un sesgo histórico en los procesos de ingreso y promoción dentro del
campo académico, fenómeno del cual han dado cuenta con exhaustividad Buquet
y colaboradoras (2013), y cuyos efectos todavía serían perceptibles aun si en la
actualidad hubiera disminuido sustancialmente o desaparecido.6
6
También es posible que sea la RMS la que, en función de algún tipo de proceso de selección o au-
to-selección, discrimine en contra de las mujeres. Una última posibilidad es que los hombres académi-
cos sean más productivos que las mujeres; sin embargo, los nombres en la base de datos prácticamente
no se repiten.

34
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

La procedencia de los autores de artículos permite ilustrar el carácter plural,


en términos institucionales, de la producción publicada en la RMS. Poco más de
una tercera parte de los autores pertenece a la UNAM; asimismo, algo más de
una tercera parte proviene de universidades extranjeras. La cuarta parte restante
está integrada por autores que trabajan en universidades nacionales fuera de la
UNAM.
El cuadro 2 muestra que, como es esperable, la mayor parte de los trabajos
se inscriben en el campo de la sociología. La categoría que le sigue, con mucha
menor frecuencia, es la ciencia política. En los artículos, otras categorías (histo-
ria, derecho, antropología) son residuales. Esto, por supuesto, sin soslayar que
en una proporción significativa de los casos la inscripción disciplinar no se agota
con una sola etiqueta.7
Los problemas de clasificación son más notorios aún en el caso de los enfo-
ques teóricos. A diferencia de lo reportado para el período 1950-1970, durante
el cual era clara la separación entre funcionalismo y marxismo, en el período
estudiado buena parte de los trabajos no tiene un solo enfoque sino que recurre
a diversos marcos, con énfasis diferentes. Asimismo, más allá de las grandes ins-
cripciones teóricas existen numerosas teorías de alcance intermedio, en ocasiones
circunscritas a temas específicos, que incrementan enormemente la diversidad y
los solapamientos.8

7
Para la interpretación de este cuadro cabe realizar algunas aclaraciones. Tanto la imputación de una
sub-disciplina como la de un enfoque teórico tienen un grado de amplitud considerable. En prácti-
camente todos los casos se trata de una interpretación que se realiza dentro de las débiles fronteras de
este campo disciplinario. En algunos artículos son los propios autores los que identifican de manera
inequívoca los enfoques que utilizan; no obstante, esto no es lo más frecuente y los enfoques deben ser
inferidos. Para este artículo se optó por el criterio de clasificar a las subdisciplinas de manera emergente.
Previamente se discutió la alternativa de cerrar las categorías de la variable a un número limitado de
sub-disciplinas. No obstante, se consideró que esta estrategia probablemente no arrojaría un conjunto
de categorías exhaustivo ni excluyente. Después de todo, no existe un consenso en cuáles son las prin-
cipales disciplinas del campo sociológico. Es claro que temas como la familia, el trabajo, la educación,
lo rural y lo urbano deberían estar consideradas. Sin embargo, la clasificación por temas corre el riesgo
de volverse muy larga. Otra opción posible es una clasificación por enfoques problemáticos, como la so-
ciología política, la desigualdad social o el género. Al igual que en el caso anterior, con esta clasificación
se corría el riesgo de llegar a una larga lista que no fuera excluyente ni exhaustiva. Además, es probable
que en muchos trabajos los temas y los enfoques se destaquen con distintos énfasis.
8
Al igual que para las sub-disciplinas, se decidió que en primera instancia la clasificación subdisciplina-
ria y teórica de los artículos se hiciera de manera emergente, a partir de sus características más salientes.
En una etapa posterior esta clasificación fue recodificada para generar categorías algo más amplias, con
el objetivo de quedarse con un grupo reducido.

35
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

Cuadro 2. Sociología. Subdisciplinas y enforuqe analíticos.


Porcentajes. 2010-2015

Subdisciplina Enfoque teórico principal


Sociología política 11.9 Institucionalismo 9.8
Economía política 9.1 Bourdieu 7.4
Sociología de género 6.3 Género/ Feminismo 6.6
Antropología 6.3 Estructuralismo 5.7
Otras 66.5 Sistémico 5.7
Constructivismo 5.7
Otros 59.0
Total 100 Total 100
n 143 n 122
Las n difieren en ambas columnas debido a que se halló que no todos
los artículos tienen un marco analítico definido.
Fuente: elaboración propia

Tanto en las subdisciplinas como en los enfoques teóricos existe una enorme
dispersión, por lo que no vale la pena presentar la totalidad de categorías; la
mayoría comprenden muy pocos casos. Las expuestas en el cuadro 2 son las más
frecuentes. Entre las subdisciplinas destacan la sociología política, la economía
política, la sociología de género y los enfoques antropológicos. Las primeras dos
categorías coinciden parcialmente los temas predominantes señalados por Faille
(2011), a saber: sistema electoral, elecciones, sindicatos, capitalismo industrial y
economía agrícola. No obstante, en nuestros datos estas categorías solo agrupan
33.5% de los trabajos. El resto se divide en categorías como movimientos socia-
les, sociología del trabajo, sociología urbana, entre otras.
Este resultado ilustra el proceso de diferenciación, especialización y fragmen-
tación del campo disciplinario ocurrido a partir de los 80 y que persiste hasta
nuestros días (Aguilar, 1995; Stavenhagen, 2012), y que ha llevado a los estu-
diosos del tema a cuestionar la existencia de un referente común a la disciplina
(Girola, 1996). Si bien en principio estamos de acuerdo con este diagnóstico (que
llevaría a cuestionar hasta qué punto la sociología es una disciplina), creemos que
no necesariamente se desprende de las dinámicas de especialización y diferencia-
ción. Las dificultades de comunicación –en el mejor de los casos– entre discipli-
nas, o incluso al interior de las mismas, no dependen tanto de la especialización
del contenido de los conocimientos en cada área, ni del hecho de que el abordaje
de cada una dependa de teorías inconmensurables. Antes bien, consideramos
que estas dificultades se originan en la carencia de referentes comunes acerca de

36
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

cómo se valida y comunica el conocimiento: lógicas de investigación compartidas


y estilos de comunicación consensuados.
Los enfoques teóricos también acusan una marcada dispersión y muestran
la yuxtaposición de criterios dominantes antes referida. Ningún enfoque supera
10% de los casos; los más frecuentes son el institucionalismo; el enfoque de
Pierre Bourdieu (que constituye una categoría en sí misma, la única referida a
un solo autor, en razón de su popularidad y de lo sui géneris de su planteo); el
feminismo y los enfoques de género; el estructuralismo, la teoría de sistemas,
y el constructivismo. Estas categorías únicamente agrupan 31% de casos. Los
restantes se dividen en categorías de frecuencia marginal (ejemplos: teoría de las
organizaciones, conductismo, interaccionismo).
Es llamativa la cuasi-desaparición de los enfoques dominantes décadas atrás,
como el materialismo histórico y el funcionalismo. Si bien explicar ambos fe-
nómenos exigiría sendos estudios, creemos que esta cuasi-desaparición fortalece
la hipótesis formulada por De la Garza (1989) para explicar la sustitución de
paradigmas EMT. Estas teorías no se habrían abandonado luego de haber sido
derrotadas argumentativa o empíricamente, es decir, los cambios no se habrían
producido por la resolución de problemas propios del campo sociológico. Coin-
cidimos, con Lakatos (1980), en que es improbable el abandono de teorías por
estas vías – en especial de teorías macroscópicas, no formalizadas y abiertas a
infinitas relecturas -. Incluso en estas circunstancias sería esperable que estos
enfoques, hasta hace poco hegemónicos, perdurasen al menos gracias al trabajo
de algunos defensores “duros”. En cambio, la práctica ausencia de éstos sugiere
que el abandono se debió a un proceso de recambio generacional, por el cual las
nuevas generaciones no retomaron las viejas tradiciones. El punto de nuestro
trabajo es que la principal explicación de esta discontinuidad residiría en los
procesos históricos y políticos de las décadas del período 1960-1990, y no en di-
námicas autónomas del campo sociológico, lo que refleja la debilidad de nuestras
tradiciones de investigación (Castañeda 1994; Girola 1996).
3.2. Estructura analítica

Bajo el concepto de estructura analítica hemos agrupado tres indicadores: i) el


fin principal del artículo (exploratorio / descriptivo / explicativo); ii) la presencia
de un marco analítico explícito; y iii) el recurso a hipótesis formales de investi-
gación.9 Estos indicadores, por supuesto, no agotan la complejidad de las nocio-
nes epistemológicas presentes en los trabajos; no obstante, son indicadores cuyo

9
Las últimas tres categorías aplican únicamente para el caso de los artículos de investigación, es decir,
de carácter empírico.

37
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

registro y estandarización es relativamente sencillo; además consideramos que


constituyen indicadores poderosos de nociones epistemológicas latentes.
El cuadro 3 presenta los resultados de estos indicadores, según el tipo de
trabajo, el sexo, y la procedencia de los autores. Brevemente podría afirmarse que
los trabajos analizados se caracterizan por ser predominantemente empíricos, con
pretensiones explicativas, marcos analíticos explícitos y una diversidad considera-
ble en la formulación de las hipótesis.
Cabe aclarar que, del total de documentos analizados, 78% tienen un carácter
predominantemente empírico, mientras que el 22% restante son de tipo teórico;
este último porcentaje se explica por el hecho de que uno de cada cuatro artí-
culos son teóricos; las tesis prácticamente no presentan estas características. A
nuestro juicio esta cifra muestra dos cosas importantes: en primer lugar, que la
sociología que se publica en la RMS tiene una marcada vocación por la inves-
tigación, más que por la reflexión o la exégesis conceptual; en segundo lugar, y
contrariamente a lo que sostiene Aguilar (1995), que la producción que tiene a la
teoría como objeto continúa teniendo un espacio nada despreciable.
Se observa un predominio de los enfoques explicativos (superior a 50%) por
sobre los descriptivos y exploratorios. El concepto de enfoques explicativos debe
entenderse en un sentido amplio. Los trabajos fueron clasificados como tales en
la medida que manifiestan explícitamente la intención de explicar un fenómeno
social, aun cuando esto no implica que cuenten con el diseño o el herramental
metodológico necesarios para ofrecer explicaciones en el sentido estricto (diseños
experimentales) o incluso en sentido laxo (diseños que controlan asociaciones de
variables perturbadoras).

Cuadro 3. Sociología. Estructura anlítica.


Porcentajes. 2010-2014

Tipo de
Sexo Procedencia autor principal1
documento
No UNAM
Artículo Tesis Mujeres Hombres UNAM Extranjero
(n)
Fin2
Exploratorio 13.3 23.5 10.9 21.0 9.7 15.8 15.2 16.2
Descriptivo 32.5 32.4 21.8 41.9 25.8 26.3 42.4 32.5
Explicativo-Interpretativo 54.2 44.1 67.3 37.1 64.5 57.9 42.4 51.3
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
continua...

38
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

Tipo de
Sexo Procedencia autor principal1
documento
No UNAM
Artículo Tesis Mujeres Hombres UNAM Extranjero
(n)
Marco analítico explícito
Si 71.4 91.9 78.1 75.6 84.6 70.4 59.0 76.8
No 28.6 8.1 21.9 24.4 15.4 29.6 41.0 23.2
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Hipótesis
Explícitas 21.2 48.7 34.9 23.1 10.5 19.2 32.5 28.4
Implícitas 31.7 24.3 28.6 30.8 34.2 34.6 27.5 29.8
No tiene 47.1 27.0 36.5 46.2 55.3 46.2 40.0 41.8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
1
Se analizan sólo los artículos, dado que todos los autores de tesis están clasificados como UNAM.
2
Se calcula sobre un total de 117 casos; la mayoría de artículos teóricos no entraron en el análisis.
Fuente: elaboración propia.

Si bien la mayor parte de los trabajos analizados cuentan con un marco analítico
explícito, hay uno de cada cuatro que no tiene un desarrollo conceptual consi-
derable. Se trata de un dato interesante porque indicaría que una proporción
importante de los trabajos –particularmente de los artículos– no desarrolla he-
rramientas conceptuales para la aprehensión de la realidad que la coloquen en
un espacio de diálogo con las tradiciones sociológicas. Será interesante indagar,
a futuro, qué tipo de investigaciones proponen estos productos. Finalmente, la
existencia de hipótesis explícitamente formuladas constituye un indicador del
grado de formalización de la relación entre teoría, método y datos. Aquí debe
tenerse en cuenta que, tal como señala Abend (2007), existen diferentes concep-
ciones acerca de lo que constituye una hipótesis, y también existen diferentes
estilos de presentación. A nuestro juicio contabilizar exclusivamente como hipó-
tesis aquellos enunciados formulados bajo el canon de escritura más formalista
y deductivista ocultaría el hecho de que muchos sociólogos exponen conjeturas
respecto de los fenómenos investigados, mediante estilos menos estandarizados.
En función de lo anterior decidimos distinguir entre hipótesis implícitas, explí-
citas, y su ausencia.
Los resultados son mixtos. Poco más de una cuarta parte de los trabajos
formula hipótesis explícitas. Si se agregan los trabajos que manejan hipótesis
de manera implícita, el porcentaje de documentos que maneja algún tipo de hi-
pótesis prácticamente alcanza 60%. El resto de los trabajos no utiliza hipótesis.
Esto constituye un indicador de la diversidad de enfoques que caracterizan a la

39
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

sociología que se publica en México, y abre preguntas sobre los tipos de investi-
gación en cada caso. Por ejemplo, los trabajos que no utilizan hipótesis: ¿tienen
una posición explícita al respecto, como sucede en los enfoques más cercanos al
constructivismo, o tienen fines de tipo exploratorio/descriptivo y por lo tanto no
consideran relevante el recurso a hipótesis?
El tipo de trabajo analizado, el sexo del autor y su procedencia introducen
diferencias significativas en la estructura analítica. En primer lugar, llama parti-
cularmente la atención que las tesis, en comparación con los artículos, presenten
mayores porcentajes de hipótesis y marcos analíticos explícitos. Esta diferencia,
que se reitera en otros aspectos del análisis (ver cuadro 5) podría indicar la exis-
tencia de una brecha entre el “momento de la formación” y el “momento de
la producción”; el ethos escolarizado favorecería la explicitación de conceptos y
procedimientos, pero este criterio se relajaría en la elaboración de artículos por
parte de los académicos de carrera. ¿Qué sucede entre ambos momentos? ¿Se
trata de la presión por publicar atribuible a los sistemas de incentivos, que oca-
siona un debilitamiento de los criterios formales de comunicación? ¿Se explica
por la rigidez del sistema escolar, que no admite para los no iniciados formas que
habilita para los “pares”? ¿Reside en la laxitud de los criterios de dictamen? ¿Se
trata de una brecha meramente estilística, o sugiere la existencia de un quiebre
más profundo en las concepciones sobre qué es y cómo se valida el conocimiento?
Ahora bien, existe otra explicación posible, y es que la diferencia observada
no revela una brecha sino un cambio generacional: la mayor parte de los autores
de los artículos tendrían mayor edad que los tesistas, y por lo tanto se habrían
formado como sociólogos en un momento histórico anterior, caracterizado por
una menor tendencia a la formalización de la producción académica. Para resolver
este aspecto sería útil, entre otra información, contar con la edad de los autores,
dato del que carecemos.
En segundo lugar, observamos que las mujeres son ligeramente más propen-
sas a presentar trabajos con fines explicativos y a explicitar hipótesis. Finalmente,
la procedencia de los autores no permite observar una tendencia clara: los ex-
tranjeros tienden a presentar menos trabajos de tipo explicativo, hacen menos
explícitos sus marcos analíticos, y al mismo tiempo presentan mayor proporción
de hipótesis explícitas. Esto parece indicar que podrían existir, bajo la firma de
autores de universidades extranjeras, tipos muy distintos de artículos. El supues-
to que subyace a esta conjetura, evidentemente, es que existe cierta covariación
entre las características relevadas.
En función de lo anterior decidimos indagar la existencia de patrones que se-
ñalen la existencia de estilos diferentes de producción, en cuanto a su estructura

40
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

analítica. El cuadro 4 presenta los resultados de un análisis de asociación simple.


La lógica de la tabla es la siguiente: se asume que las características más básicas
de los trabajos (carácter y fines) estructuran a las restantes (marco analítico e hi-
pótesis), y que entre estas dos es el marco analítico el que estructura la existencia
de hipótesis. El resultado es una matriz de tablas de asociación.
Las hipótesis generales para esta sección son:
1.a: Los trabajos de tipo empírico presentan menor frecuencia de marcos analíticos
explícitos y mayor frecuencia de hipótesis explícitas que los trabajos de tipo teórico.
1.b: Los trabajos con fines explicativos presentan mayor frecuencia de marcos ana-
líticos e hipótesis explícitas que los de fines descriptivos.
1.c: Los trabajos con marcos analíticos explícitos presentan con mayor frecuencia
hipótesis explícitas.
La lectura del cuadro 4 apenas apoya parcialmente algunas de estas hipótesis.
En relación a la primera, se observa que los trabajos de tipo empírico tienen una
frecuencia ligeramente menor de marcos analíticos, y una frecuencia significati-
vamente mayor de hipótesis explícitas que los trabajos de tipo teórico. El primer
hallazgo es interesante porque muestra que la explicitación del marco analítico
tiene una alta frecuencia sin importar el tipo de publicación; el segundo, como
es de esperarse, revela que la explicitación de las hipótesis es un atributo prácti-
camente exclusivo de la investigación empírica. En segundo lugar, solo se obser-
van pequeñas diferencias en relación a los fines de los trabajos analizados. Los
documentos de tipo exploratorio y explicativo presentan niveles muy similares de
explicitación de sus marcos analíticos e hipótesis, mientras que los documentos
de tipo descriptivo se ubican ligeramente por debajo. Finalmente, solo se observa
una diferencia importante en la proporción de trabajos que no tienen hipótesis,
mayor en aquellos que no cuentan con un marco analítico.
En síntesis, el panorama es de una considerable laxitud de las estructuras ana-
líticas, sin que se observe una relación clara entre la suscripción a fines, el uso de
teorías y el recurso a hipótesis. La mayoría de los trabajos cuenta con un marco
analítico, sin importar si son de carácter teórico o empírico, o si sus fines son
explicativos, descriptivos o exploratorios. Apenas se observa una ligera diferencia
en contra de los trabajos de carácter empírico y de aquellos con fines descripti-
vos. Los trabajos empíricos presentan hipótesis explícitas en mayor medida que
los trabajos de tipo teórico, pero las diferencias son mucho menos marcadas en
cuanto a los fines; nuevamente, son los trabajos descriptivos los que presentan
una menor incidencia de hipótesis explícitas. Por último, la explicitación de hi-

41
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

pótesis muestra ligeras diferencias entre los trabajos que tienen marcos explícitos
y los que no lo tienen.

Cuadro 4. Marco analítico e hipótesis. Porcentajes. 2010-2014

  Carácter Fin
  Empírico Teórico Exploratorio Descriptivo Explicativo
Marco analítico explícito
 
Si 74.8 83.3 73.7 68.4 78.3
No 25.2 16.7 26.3 31.6 21.7
Total 100 100 100 100 100
  Marco analítico explícito
Hipótesis Si No
Explícitas 33.3 10.0 36.8 24.3 38.3 29.0 27.3
Implícitas 29.7 30.0 26.3 35.1 28.3 31.8 24.2
No tiene 36.9 60.0 36.8 40.5 33.3 39.3 48.5
Total 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

3.3. Estructura de comunicación

La comunicación de los resultados de investigación es una dimensión crucial


de la construcción de una comunidad científica, en tanto permite el escrutinio
colectivo e –idealmente– la replicabilidad de los datos, métodos y resultados. En
el caso de las ciencias sociales, las publicaciones de mayor prestigio internacional
suelen adoptar –con relativa independencia de su preferencia por los métodos
cuantitativos o cualitativos– una estructura aproximadamente similar. La mayo-
ría de los artículos cuenta con una sección analítica donde se plantea el problema
(generalmente a través de una discusión de los antecedentes en la materia), las
preguntas y los objetivos del trabajo. A continuación, en una sección aparte,
presentan los datos y el método con el que éstos se analizan; estas secciones
suelen ser considerablemente detalladas, con el objetivo de establecer el grado
de robustez y las limitaciones de las inferencias. Posteriormente se presentan los
resultados empíricos, y finalmente las conclusiones.
El objetivo de esta sección es conocer hasta qué punto este tipo de estructura
se refleja en las investigaciones en los trabajos revisados. La elección por este tipo
de estructura se debe a que se trata de un formato suficientemente consolidado
y estandarizado para funcionar como parámetro, aunque los autores también
creemos necesario expresar nuestra preferencia por ella. No porque obligue a un

42
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

método único, ni siquiera una lógica única de investigación, sino porque sostiene
pretensiones mínimas de claridad en la estructura del argumento y replicabilidad
en los hallazgos.
Se registraron cinco indicadores: i) la existencia de preguntas de investiga-
ción; ii) la formulación de objetivos de investigación; iii) la presencia de una
sección específicamente dedicada a presentar y discutir el método de análisis; iv)
la existencia de una sección específicamente dedicada a presentar y discutir los
datos; y v) la existencia de una sección específica de resultados.
Los hallazgos se muestran en el cuadro 5. Seis de cada diez documentos no
formulan preguntas de investigación, de manera explícita ni implícita. Frente a
esta evidencia conviene preguntarse si estos trabajos dan por sentados los pro-
blemas de los que parten, o por si en realidad no tienen como objeto resolver
un problema de conocimiento. Pensamos, por ejemplo, en aquellos artículos
que buscan ilustrar una opinión determinada o argumentar a favor de posicio-
nes asumidas con anterioridad. Si este fuera el caso, podríamos estar frente a la
persistencia de lo que Castañeda denunció como la identidad ambivalente de la
sociología (2004), específicamente la persistencia de un polo político-normativo.
Las consideraciones anteriores se matizan si se considera la formulación de
objetivos. En cierto sentido, estos podrían funcionar en algunos casos como un
símil de las preguntas de investigación. Constituyen un minimum minimorum de
calidad –entendida como inteligibilidad- en la comunicación científica. A dife-
rencia de lo que ocurre con las preguntas, una mayoría considerable de los traba-
jos presentan objetivos, de manera explícita o implícita. Los objetivos explícitos
constituyen prácticamente el 50% de los casos, y poco menos de un tercio tiene
objetivos implícitos. En total suman algo más de 80%.
Si se atiende a las diferencias entre las grandes categorías descriptivas, el por-
centaje de trabajos que no formula preguntas casi alcanza 70% en los artículos y
prácticamente la mitad en las tesis, en concordancia con lo reportado antes para
teorías e hipótesis. Se fortalecería así la idea de que existen diferentes criterios
entre la formación y la producción de los sociólogos, más estandarizados en el
primer caso, o bien una diferencia generacional en los estilos de comunicación.
También se observan marcadas diferencias entre hombres y mujeres, así como
por la procedencia de los autores. Como regla general, las mujeres tienden a
plantear en mayor medida objetivos y preguntas explícitas. Lo mismo vale para
los autores externos a la UNAM, y especialmente para los extranjeros. Llama
poderosamente la atención que solo 14% de los autores de la UNAM formulen
algún tipo de preguntas en sus artículos.

43
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

En cuanto a los objetivos, la distribución también varía de manera significati-


va en función de las categorías anteriores, con un patrón similar al observado con
las preguntas. Prácticamente en todas las tesis se pueden rastrear objetivos, y más
de seis de cada diez los formula explícitamente. En cambio, entre los artículos
solo 3 de cada 4 presenta objetivos, y menos de la mitad los formula explícita-
mente. Los hombres y los autores de la UNAM son quienes presentan menores
niveles de explicitación.

Cuadro 5. Sociología. Estructura de los trabajor. Porcentajes. 2010-2014


Tipo de documento Sexo Procedencia autor principal1
No UNAM
Artículos Tesis Mujeres Hombres UNAM (n) Extranjero Total
Preguntas
Explícitas 20.8 57.1 39.1 22.2 5.9 18.5 35.0 30.2
Implícitas 9.9 5.7 7.8 9.7 8.8 11.1 10.0 8.8
No tiene 69.3 37.1 53.1 68.1 85.3 70.4 55.0 61.0
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Objetivos
Explícitos 44.4 64.9 60.9 40.5 28.2 51.8 55.0 49.7
Implícitos 31.1 32.4 21.9 39.2 35.9 29.6 27.5 31.5
No tiene 24.5 2.7 17.2 20.3 35.9 18.5 17.5 18.9
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Sección de método
Si 26.3 70.6 45.3 35.1 20.7 26.3 32.1 40.0
No 76.7 29.4 54.7 64.9 79.3 73.7 67.9 60.0
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Sección de datos
Si 17.3 23.5 17.0 21.4 10.7 15.8 25.0 19.3
No 82.7 76.5 83.0 78.6 89.3 84.2 75.0 80.7
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Sección de resultados
Si 11.8 14.7 9.4 15.8 3.5 10.5 21.4 12.7
No 88.2 85.9 90.6 84.2 96.5 89.5 78.6 87.3
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
1
Se analizan sólo los artículos, dado que todos los autores de tesis están clasificados como UNAM.
Fuente: elaboración propia.

44
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

Es interesante destacar que las diferencias categoriales observadas en cuanto a


la estructura de comunicación son mayores y más sistemáticas que las observadas
en relación a la estructura analítica de la sección anterior. Los patrones son más
fuertes en lo que toca a la forma que en cuanto al contenido, lo que podría indi-
car que la formación de los sociólogos tendría mayor incidencia en los estilos de
presentación que en las estrategias sustantivas de investigación.10 También podría
conjeturarse que los estilos de comunicación son más susceptibles a ciertas varia-
bles o procesos –incluidas las “modas intelectuales”– que los aspectos sustantivos
de la investigación. El cuadro 5 muestra además que los trabajos de investigación
que dedican una sección específica al método son minoría; solo cuatro de cada
diez cuenta con este tipo de secciones. Menos frecuente aún es que los trabajos
presenten una sección dedicada a los datos; solo dos de cada diez. Esto sugiere
que los métodos y datos utilizados no se exponen ni se discuten abiertamente, y
por lo tanto sustraen a la investigación de un escrutinio lógico riguroso para co-
nocer cómo llega a sus conclusiones. Por supuesto, no puede descartarse que esto
se discuta en alguna otra sección, o su discusión se integre al texto de otra ma-
nera. No obstante, la ausencia de secciones específicas sugiere que el tratamiento
del núcleo empírico de los trabajos podría ser poco relevante para los autores, los
dictaminadores, y eventualmente para su comunidad de lectores.
Por último, las secciones de resultados son las menos frecuentes en los tra-
bajos analizados: únicamente 13% presenta este tipo de estructura. Esto, por
supuesto, no significa que no presenten resultados de investigación, sino que no
se lo hace en una sección específica. En el caso de las tesis esto puede deberse a
que los resultados suelen estar presentes en varios capítulos posteriores a presen-
tación del problema y los métodos. Lo llamativo es que en los artículos la pro-
porción de trabajos con sección de resultados es todavía menor que en las tesis.
Esto no significa que dichos trabajos no contengan información empírica, pero
sí que su presentación no tiene un lugar específico. Nuestra suposición– cuya
corroboración requeriría de un análisis cualitativo de contenido – es que en estas
investigaciones los resultados no siguen la lógica deductiva-falsacionista sino
que, como mostró tempranamente Abend (2007), se utilizan de manera selectiva
como forma de apoyar argumentos o posiciones previas.
Ahora bien, cabe preguntarse cómo se relacionan estas características entre sí.
Al igual que en la sección anterior, partimos de la hipótesis general de que habrá
una fuerte tendencia a la covariación de estas características en el mismo sentido,
indicativa de la existencia de estilos de comunicación fuertemente diferenciados.
Concretamente:
10
No obstante, en nuestra opinión, en lo que refiere a la comunicación académica la forma también
es fondo.

45
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

2.a: Los productos que explicitan preguntas y objetivos presentan con mayor
frecuencia una estructura explícita con secciones de métodos, datos y resultados.
2.b: Los productos que presentan apartados de métodos y datos presentan con
mayor frecuencia secciones de resultados.
Para evaluar estas hipótesis construimos una matriz de cuadros de doble entrada
(cuadro 6). Para una lectura más fácil recodificamos las variables de que tenían
tres atributos a variables de dos atributos.11
La primera columna se encabeza con la existencia de preguntas de investiga-
ción. Como puede verse, esto se asocia fuertemente con la existencia de objetivos
y de una sección de métodos. En cada una de estas variables, la proporción de
casos positivos y negativos tiende a invertirse en función de si los trabajos inclu-
yen o no preguntas. Diferencias en el mismo sentido, aunque de magnitud me-
nor, se observan en relación a las secciones de datos y resultados. En la segunda
columna, la existencia de objetivos muestra relaciones similares con las variables
restantes.
Una estructura similar de relaciones se observa entre la existencia de una
sección de métodos (columna 3) con las secciones de datos y resultados. Si un
trabajo carece de una sección de método, es prácticamente seguro que no tendrá
una sección de datos o una de resultados. Una asociación similar se da, finalmen-
te, entre la sección de datos y la sección de resultados.
En síntesis, los datos muestran que la adopción de criterios estandarizados de
comunicación científica todavía está lejos de ser generalizada en la comunidad de
sociólogos. También tienden a corroborar la existencia de estilos marcadamente
diferentes de producción.

11
Estas variables son “Preguntas” y “Objetivos”. La recodificación se hizo con un criterio exigente: en
la categoría “Sí” solo se incluyeron las preguntas y objetivos explícitos.

46
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

Cuadro 6. Sociología. Estructura de los trabajos. Porcentajes. 2010-2014


Preguntas
Objetivos Tiene No tiene
Tiene 82.9 37.9
No tiene 17.1 62.1
Total 100 100
Objetivos
Sección de método Tiene No tiene
Si 62.5 30.8 51.7 26.9
No 37.5 69.2 48.3 73.1
Total 100 100 100 100
Sección de método
Sección de datos Si No
Si 31.3 14.3 22.4 15.7 36.4 7.7
No 68.7 85.7 75.6 84.3 63.6 92.3
Total 100 100 100 100 100 100
Sección de datos
Sección de resultados Si No
Si 18.8 10.3 17.2 7.7 27.3 3.0 47.6 4.6

No 81.3 89.7 82.8 92.3 72.7 97.0 52.4 95.4

Total 100 100 100 100 100 100 100 100

Fuente: elaboración propia.

3.4 Métodos y técnicas

La última dimensión de interés –para los trabajos empíricos– son los métodos y
técnicas de investigación, así como las fuentes y la cobertura de los datos. Esto
puede dar una idea del peso de distintas tradiciones de investigación, así como
de la preferencia por ciertas técnicas por encima de otras. Si bien coincidimos
en términos generales con el diagnóstico referido anteriormente respecto de la
fragmentación y proliferación de perspectivas en la sociología mexicana contem-
poránea, entendemos necesario cuantificar esta heterogeneidad, especialmente en
el aspecto metodológico, para estimar el peso relativo de distintas tradiciones y
decisiones metodológicas
Estrategias, técnicas, fuentes y cobertura
Las dimensiones consideradas en esta sección son las siguientes: i) estrategia
general de investigación (cuantitativa, cualitativa o mixta); ii) técnicas de in-

47
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

vestigación utilizadas (clasificación abierta); iii) fuentes principales (primarias o


secundarias); y iv) cobertura espacial del análisis.12
Los resultados se presentan en el cuadro 7. En lo relativo a las estrategias
principales de investigación, más de la mitad de los trabajos utilizan exclusi-
vamente técnicas cualitativas. La siguiente categoría son los métodos mixtos,
que alcanza a un tercio de los casos. El 13% restante lo ocupan las técnicas
cuantitativas. Este resultado contrasta con lo reportado por Moya para Estudios
Sociológicos (2016), y nos lleva a preguntar si obedece a la existencia de criterios
muy distintos entre ambas revistas o si podría estar relacionado con el uso de
criterios de clasificación diferentes entre nuestras investigaciones. En todo caso,
al menos a partir de este análisis, podríamos descartar la pretendida hegemonía
de los métodos cuantitativos en las ciencias sociales (ej. Bertaux, 1989; Graña,
2008), narrativa harto común entre muchos sociólogos y cuya pretensión con-
tra-hegemónica oculta eficazmente su carácter hegemónico.
Otro dato interesante es que las tesis utilizan técnicas mixtas en mayor medi-
da que los artículos, probablemente por lo extenso de su alcance; prácticamente
no hay tesis basadas únicamente en métodos cuantitativos. En los artículos pre-
domina con claridad la aproximación cualitativa. No hay patrones de diferencia
claros por sexo. En cambio, la procedencia de los autores sí introduce variaciones
significativas. Mientras entre los investigadores de la UNAM un 70% de las
publicaciones están basadas en estrategias cualitativas, entre los extranjeros esta
cifra es de 55% y entre los mexicanos que no pertenecen a la UNAM desciende
a 32%, en favor de las estrategias mixtas.
¿Qué técnicas se utilizan con mayor frecuencia? Dado que una proporción
importante de los trabajos utiliza más de una técnica, este atributo se registró
con variables binarias para cada técnica por separado (de ahí que en el cuadro
la suma de categorías exceda el 100%). De manera sorprendente se observa una
prevalencia muy marcada del análisis documental (70%), lo cual remitiría a artí-
culos enfocados en casos, en el análisis de discursos, o en perspectivas históricas.
Detrás de esta categoría, aunque con mucha menor frecuencia, se ubican las
entrevistas, la observación, y las encuestas.
12
Las primeras dos dimensiones no requieren justificación, en tanto constituyen aspectos básicos para
cualquier caracterización. La tercera dimensión establece una diferencia que puede constituir un tra-
de-off. Por una parte, datos generados por los propios investigadores ofrecen una mayor adecuación a las
preguntas y los marcos analíticos utilizados, pero podrían ser limitados en alcance, validez y confiabili-
dad. Por el otro lado, los datos secundarios – especialmente si son de fuentes confiables – garantizan en
principio mayor validez, y sobre todo replicabilidad, pero se paga un costo en términos de adecuación
con las preguntas y teorías. Finalmente, la cobertura espacial indica si las preocupaciones y los alcances
del conocimiento tienen como objeto realidades locales o si, por el contrario, alcanzan niveles nacio-
nales o internacionales.

48
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

Lo anterior no solo corrobora el predominio de las estrategias cualitativas sino


que sugiere una inclinación por el análisis de datos “pasivos”, lo cual es llamativo
en una disciplina que desde hace ya varias décadas pretende enfatizar la perspec-
tiva de los actores. Una opción es que el recurso a la información documental no
sea la técnica principal de análisis, sino una fuente complementaria en la mayoría
de los casos. No obstante, otro dato llamativo es que en las tesis se incrementa
notablemente el porcentaje de entrevistas y observaciones (en realidad crecen
todas las técnicas menos el uso de censos), sin que haya una disminución de la
incidencia de la revisión documental; esto podría indicar que en las tesis es más
frecuente el uso complementario, mientras que en los artículos son muchos los
que utilizan la revisión de documentos como única aproximación a la realidad.13

Cuadro 7. Sociología. Métodos y técnicas. Porcentajes. 2010-2014


Tipo de documento Sexo Procedencia autor principal1
No UNAM
Artículos Tesis Mujeres Hombres UNAM (n) Extranjero Total
Estrategias
Cuantitativa 15.6 5.9 15.1 10.3 13.8 15.8 17.2 12.6
Cualitativa 55.8 50.0 50.9 56.9 72.4 31.6 55.2 54.1
Mixta 28.6 44.1 34.0 32.8 13.8 52.6 27.6 33.3
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
Técnicas
Censo 17.1 11.8 16.4 14.8 22.6 10.5 15.6 15.5
Encuesta 18.1 29.4 30.9 12.9 19.4 26.3 12.2 21.4
Entrevista 21.7 67.7 40.0 30.7 9.7 36.8 24.2 35.0
Observación 15.7 47.1 21.8 27.4 3.2 26.3 21.2 24.8
Grupos enfoque 7.2 14.7 12.7 6.5 3.2 10.5 9.1 9.4
Revisión documental 71.1 70.6 65.5 75.8 64.5 84.2 69.7 70.9
Otros 9.6 20.6 14.5 11.2 16.1 5.2 6.1 12.8
Fuentes principales
Primarias 51.8 85.3 69.1 54.8 74.1 52.6 30.3 61.5
Secundarias 25.3 11.8 21.8 20.1 12.9 31.5 33.3 21.4
Otras 21.8 2.9 9.1 24.2 12.9 15.8 36.4 17.1
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
continua...

13
Si este fuera el caso cabría preguntarse –al igual que como hicimos en relación al predominio de
la autoría individual– si responde más a factores internos a la disciplina (los documentos permiten un
acceso privilegiado a cierto tipo de información relevante), o a factores externos (como la urgencia por
publicar derivada de los sistemas de estímulos vigentes).

49
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

Tipo de documento Sexo Procedencia autor principal1


No UNAM
Artículos Tesis Mujeres Hombres UNAM (n) Extranjero Total
Cobertura espacial
Microlocal / local 40.0 47.1 44.2 40.4 66.7 26.3 24.1 42.2
Estatal / Regional 22.7 32.4 25.0 26.3 14.8 31.6 24.1 25.7
Nacional 30.7 14.7 21.2 29.8 18.5 36.8 37.9 25.7
Otros 6.6 5.8 9.6 3.5 0.0 5.3 13.8 6.4
Total 100 100 100 100 100 100 100 100
1
Se analizan sólo los artículos, dado que todos los autores de tesis están clasificados como UNAM.
Fuente: elaboración propia.

La comparación de las técnicas por sexo y origen de los autores no arroja patrones
claros, salvo por el hecho de que el análisis documental es algo menos frecuente
entre las mujeres, y son más frecuentes técnicas como la encuesta y la entrevista.
Por su parte, el dato más llamativo en relación a la procedencia de los autores
es la baja incidencia de las entrevistas entre los investigadores de la UNAM.
En relación a las fuentes utilizadas, existe un claro predominio de las primarias
sobre las secundarias, con una relación cercana a 3/1.14 Otras técnicas, como el
análisis de registros administrativos, alcanzan el 17%. Muy probablemente esta
primacía esté asociada al predominio de las estrategias cualitativas antes referido.
No deja de ser llamativo este desbalance, particularmente para el caso mexicano,
dada la enorme proliferación de fuentes secundarias en las últimas dos décadas
(encuestas de todo tipo, con muestras considerablemente grandes, en su mayoría
realizadas por organismos públicos). Como es de esperarse en razón de su aspecto
formativo, las tesis tienden a tener una frecuencia mucho mayor de fuentes pri-
marias que los artículos. Las mujeres y los investigadores de la UNAM también
tienen una mayor tendencia a utilizar este tipo de fuentes.
Las últimas filas del cuadro presentan el alcance geográfico de los trabajos, y
permiten apreciar claramente la vocación localista de la producción publicada en
la RMS. Predominan los artículos de alcance micro-local o local (42%), segui-
dos por los de corte regional-estatal y nacional (26% cada uno). Las primeras
dos categorías son algo más frecuentes en las tesis, mientras que los artículos
tienen una frecuencia relativamente mayor de la perspectiva nacional. No se
observan diferencias significativas entre sexos. La procedencia de los autores, en
cambio, sí introduce cambios en los porcentajes. La tendencia localista se agudi-

Es importante mencionar aquí que, de los trabajos revisados, 73% usan más de una fuente, y 23%
14

más de dos fuentes.

50
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

za en los artículos publicados por los académicos de la UNAM en comparación


con el resto.
En síntesis, podríamos afirmar que los rasgos dominantes de los trabajos re-
visados son el cualitativismo, el documentalismo, el análisis de fuentes primarias
y el localismo.
Enfoques analíticos según estrategias metodológicas
Ahora bien, la distinción entre investigaciones cualitativas, cuantitativas y mixtas
oculta un gran abanico de enfoques de investigación. Por “enfoque” entendemos,
fundamentalmente, una lógica y/o un conjunto de técnicas de análisis de la infor-
mación. En el campo cuantitativo, por ejemplo, un atributo más relevante que el
uso de datos es la estructura lógica con la que se los analiza y, particularmente, la
división entre enfoques descriptivos e inferenciales, es decir, entre los que utili-
zan algún tipo de prueba de hipótesis y aquellos que no. Abordar esta diferencia
es clave porque da cuenta del grado de complejidad con el que son tratados los
datos, y por tanto de la riqueza de las inferencias que pueden realizarse. Para ca-
racterizar el campo cualitativo, en cambio, no contamos con una distinción tan
clara, con categorías necesariamente excluyentes, y menos aún jerarquizables. En
ocasiones un enfoque como la etnografía se puede confundir con una técnica.
En otras ocasiones, un enfoque está más relacionado con una forma de construir
teoría (por ejemplo, el caso de la teoría fundamentada).
El cuadro 8 presenta los resultados de combinar la estrategia general y los princi-
pales enfoques utilizados en los artículos. Puede verse que, en la división descriptivo/
inferencial predomina ampliamente el primero, tanto en los trabajos cuantitativos
como en los mixtos. En estos últimos aparecen también algunos trabajos que utilizan
un enfoque comparado. Estos hallazgos fortalecen la hipótesis de que el uso de mé-
todos cuantitativos no necesariamente presupone una lógica deductiva o de prueba de
hipótesis; la tónica dominante parece ser la intención de ilustrar un tópico por medio
de datos, no la de someter a prueba teorías.
Por su parte, en los enfoques cualitativos predomina claramente el análisis
documental, seguido de la teoría fundamentada y del enfoque etnográfico. Si se
comparan los trabajos que utilizan métodos mixtos con los que utilizan exclusi-
vamente métodos cualitativos, se observa que en los primeros la etnografía tiene
una presencia marginal, lo que podría indicar que este enfoque tiende a excluir
el uso de datos cuantitativos. El elevado porcentaje de trabajos que tienen como
enfoque principal el análisis de documentos podría indicar la prevalencia de una
lógica de investigación más inclinada al comentario informado que a la genera-
ción de nueva información. Es probable que sólo una pequeña parte de estas in-

51
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

vestigaciones que se basan en el análisis de documentos se aboquen a un análisis


original de dicha información, como la que caracteriza al análisis del discurso.

Cuadro 8. Sociología. Enfoques por tipo de estrategia de análisis.


Porcentajes. 2010-2014

Cuantitativa Cualitativa Mixta Total


Enfoques
Descriptivo 85.7 77.8 80.4
Inferencial 14.3 8.3 9.8
Comparado 0.0 13.9 9.8
Total 100 100 100

Análisis documental 36.7 48.7 41.2


Etnografía 21.7 2.7 14.4
Teoría fundamentada 15.0 21.6 17.5
Análisis del discurso 10.0 13.5 11.3
Otro 16.7 13.5 11.3
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

En síntesis, existe un predominio de la lógica descriptiva en el análisis cuantitati-


vo, y de la revisión documental más que de la generación de información original
en los trabajos de corte cualitativo. Aquellos que mezclan metodologías no se
distinguen significativamente.
Estructura según estrategias metodológicas
Para finalizar esta sección analizamos la estructura de los artículos en función de
su orientación cuantitativa, cualitativa o mixta. Nuestra hipótesis inicial es que la
investigación cuantitativa tiene mayores probabilidades de presentar artículos es-
tructurados a la manera estándar, en tanto se supone que adhiere a un paradigma
más “cientificista” o deductivista, es decir, un paradigma que privilegia la claridad
de los procedimientos lógicos y la replicabilidad del proceso de investigación.
Las estrategias cualitativas, por su parte, adoptarían estructuras más flexibles,
adecuadas para el desarrollo de argumentos y exposición de resultados mediante
un “lenguaje natural”, al decir de Passeron (2011). Sin embargo, los resultados
(cuadro 9) no son concluyentes.
En todos los ítems analizados (preguntas, objetivos, hipótesis, método, datos
y resultados) se observa un mismo patrón. Los trabajos de corte cuantitativo

52
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

superan a los cualitativos, en cuanto a la presencia de estas características, en un


rango que va de 7 a 40% (en hipótesis y preguntas respectivamente). Se trata
de diferencias importantes en la mayoría de los casos, aunque en las hipótesis
–donde se esperaría un contraste marcado– la diferencia es mínima. El resultado
sorprendente es que los valores más elevados se observan en los trabajos que
utilizan métodos mixtos, que superan a los cuantitativos en proporciones de 6 a
38% (en preguntas e hipótesis respectivamente).

Cuadro 9. Sociología. Estructura por tipo de estrategia de análisis.


Porcentajes. 2010-2014

Cuantitativa Cualitativa Mixta


Preguntas
Tiene 35.7 21.7 37.8
No tiene 64.3 78.3 62.2
Total 100 100 100
Objetivos
Tiene 57.1 43.3 64.9
No tiene 42.8 56.7 35.1
Total 100 100 100
Hipótesis
Tiene 28.6 26.7 46.0
No tiene 71.4 73.3 54.0
Total 100 100 100
Sección de método
Si 42.9 32.2 51.4
No 57.1 67.8 48.6
Total 100 100 100
Sección de datos
Si 21.4 13.8 27.0
No 78.6 86.2 73.0
Total 100 100 100
Sección de resultados
Si 14.3 10.2 16.2
No 85.7 89.8 83.8
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

53
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

Esto podría obedecer en parte al hecho de que las tesis tienden a recurrir en
mayor proporción a los métodos mixtos, y a su vez están más estructuradas en
términos de exposición. El uso de métodos mixtos podría estar indicando, tam-
bién, una propensión de los investigadores a incorporar criterios metodológicos
más estrictos, y por lo tanto a suscribir en mayor medida el canon de publicación
científico. La opción por métodos mixtos podría estar señalando la intención del
investigador de comprender de forma más completa un problema, así como su
capacidad de romper los límites de la especialización metodológica.

Conclusiones

¿Qué panorama emerge, de manera sintética, luego de este análisis de las publi-
caciones recientes en la RMS? ¿Qué nos dicen estos hallazgos acerca del estado
de la producción sociológica y de la configuración de su campo? En esta última
sección sintetizamos los principales resultados de este ejercicio de investigación y
esbozamos algunas preguntas para el trabajo a futuro.
En cuanto a los resultados, se destacan como rasgos predominantes de las
publicaciones:
1. Predominio del modelo de autoría única.
2. Gran heterogeneidad de enfoques, subdisciplinas y temas.
3. Predominio de la orientación empírica con pretensiones explicativas.
4. Explicitación de marcos analíticos que no se acompaña de explicitación de
hipótesis.
5. Baja propensión a formular preguntas de investigación de manera explícita y
moderada propensión a formular objetivos.
6. Baja propensión a incluir una sección específica para el método, y presencia
marginal de las secciones de datos y resultados.
7. Asociaciones considerablemente fuertes entre las secciones de métodos, datos
y resultados, que apuntan a la existencia de estilos de comunicación diferen-
ciados.
8. Predominio de los enfoques cualitativos; elevada incidencia del análisis docu-
mental como técnica de investigación.
9. Uso mayoritario de fuentes primarias de datos; énfasis en los niveles de aná-
lisis locales o micro-locales.
10. Predominio de la lógica descriptiva sobre la inferencial en los enfoques cuan-
titativos.

54
Emilio Blanco y Fiorella Mancini

11. Diferencias considerables en la estructuración de los trabajos en función de


su orientación metodológica. Los que utilizan estrategias mixtas tienden a
mostrar mayores niveles de estructuración de acuerdo al canon dominante de
producción científica, seguidos por los cuantitativos y, en último lugar, por
los cualitativos.
12. Mayores niveles de explicitación de los elementos formales del canon cientí-
fico en las tesis que en los artículos, destacándose estos últimos por niveles
bajos de explicitación de hipótesis e inclusión de secciones de métodos, datos
y resultados.
13. Mayor tendencia de las mujeres a la enunciación de objetivos explicativos,
a explicitar hipótesis, preguntas y objetivos, y a la inclusión de una sección
dedicada al método.
14. Mayor tendencia de los autores extranjeros a explicitar todos los componentes
de la estructura estándar de comunicación científico, lo que contrasta mar-
cadamente con la baja propensión a adoptar esta estructura por parte de los
autores de la UNAM.
Nuestro análisis de la producción sociológica publicada en la RMS corrobora, al
menos parcialmente, lo detectado tempranamente por Abend a través del análisis
de contenido. La sociología en México, y particularmente la que se publica en
forma de artículos, se caracteriza por un estilo alejado del estándar de producción
científica originado en las ciencias naturales y legitimado en la academia nortea-
mericana. La descripción de los pasos (lógicos y metodológicos) de la investiga-
ción parecería ocupar un lugar secundario o francamente marginal, lo cual abre
interrogantes importantes sobre los estándares de comunicación y validación del
conocimiento de la sociología mexicana. Esto último, sin perjuicio de que existe
una proporción significativa de productos que parecen más aproximados a este
modelo.
Entendemos que la ausencia de estos estándares puede contribuir a perpetuar
la fragmentación del campo diagnosticada hace ya tiempo por los especialistas.
Es claro que muchos otros factores culturales, institucionales y de la propia dis-
ciplina pueden ser invocados para explicar esta fragmentación; en este sentido,
los débiles niveles de explicitación formal pueden ser tanto una causa como una
consecuencia. Sin embargo, creemos que es uno de los pocos aspectos en los
cuales los sociólogos, como agentes que construyen parcialmente su campo a
través de la producción, pueden contribuir. No se trata de promover un único
método de generar conocimiento, ni siquiera una lógica única de investigación,
pero sí consideramos que la sociología local podría beneficiarse de un mayor

55
Estilos de comunicación y estrategias metodológicas de la sociología mexicana...

apego a criterios de comunicación comunes, a fin de articular la heterogeneidad


de la disciplina.
Por supuesto, no suponemos que el apego a estos estándares garantice por sí
mismo la calidad de la producción académica. Tal como han sido observados en
este trabajo, estos criterios también podrían ser simulados, o adoptados como
una estrategia de presentación cientificista para lograr prestigio académico. Tam-
poco queremos dar a entender que la ausencia de estos criterios necesariamente
implique la existencia de estándares rigurosos de validación del conocimiento;
en otras disciplinas, como la antropología, se presentan discusiones exhaustivas
sobre –por ejemplo el método etnográfico– aunque no se utilicen secciones espe-
cíficas para ellos. No obstante, tenemos la fuerte sospecha de que en muchos ca-
sos del campo sociológico la situación es similar a la descrita por Abend (2007):
este estilo de producción se asocia a criterios poco precisos de articulación entre
teoría, hipótesis y datos.
A partir de lo anterior queda trazada una agenda de para avanzar en esta línea.
En primer lugar, es necesario extender la mirada hacia el pasado para conocer la
evolución de estas características y detectar eventuales tendencias asociadas a los cam-
bios externos a la disciplina, las transformaciones internas, o las propias direcciones
de la Revista. Esto implicaría seleccionar períodos específicos de la RMS y tesis de
posgrado para realizar comparaciones con los mismos instrumentos.
También es necesario extender la comparación con instrumentos similares a
otras revistas del medio, como Estudios Sociológicos o Sociológica. De esta forma
se introducen variantes institucionales importantes para explicar eventuales di-
ferencias.
Finalmente, es necesario adoptar una estrategia cualitativa, para analizar en
profundidad el contenido de muestras intencionales de estos productos, a fin
de poner a prueba las hipótesis formuladas anteriormente, en particular lo rela-
cionado con la articulación analítica y la preocupación por la validación de los
resultados.

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59
Capítulo 2

Estilos de producción científica


en la investigación en ciencia política
en la UNAM (2010-2014)
Khemvirg Puente
Gustavo Martínez Valdés

Introducción

El estudio de lo político ha transitado de la tradición sociológica y jurídica a la


politológica a través de un largo proceso de profesionalización de la investigación
disciplinaria en lo que hoy es llamado ciencia política. Diversos y mutuamente
excluyentes enfoques marcan pautas normativas del quehacer metodológico en la
investigación social e incluso, cuando se trata de la ciencia política, de ideologías
que se encuentran en tensión frente al hecho político. Este capítulo identifica las
tradiciones metodológicas de la investigación politológica que se emplean en la
actualidad en la investigación original a través de revisar tesis de doctorado y ar-
tículos como productos de investigación, pues se consideran productos por exce-
lencia de las investigaciones científicas hoy en día, mediante los que se difunden
diversas propuestas inferenciales contrastadas con evidencia empírica pertinente.
Este análisis se realizará en dos etapas. La primera de ellas, sobre los estilos
de producción en la UNAM, mientras que en una segunda etapa se analizarán
diversas revistas y otros programas de posgrado de la disciplina. En esta primera
etapa se presentan los resultados de la observación y análisis del contenido de los
artículos de la revista especializada con mayor tradición en México (la Revista
Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM creada en 1955) y del
Programa de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en la especialidad de

61
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

Ciencia Política en la UNAM, también el de mayor estabilidad en la disciplina


en México (el doctorado fue creado en 1968 y fue el primero en su tipo en Mé-
xico, así la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales adquirió el rango
de Facultad). El texto está organizado en dos secciones generales: en la primera
se plantea la discusión existente sobre el estatus científico de la disciplina y su
devenir metodológico, sus disputas ideológicas y los contrastes entre enfoques;
en la segunda sección se presentan los resultados del estudio realizado sobre los
contenidos de la investigación politológica en la institución.

1. La ciencia política como disciplina científica

Desde la tradición epistemológica positivista, la ciencia ha sido vista como un


conjunto de conocimiento que permite establecer leyes generales y así prever
situaciones futuras, en palabras de Oppenheim “toda ciencia es un grupo organi-
zado de conocimientos sobre una materia dada. El propósito de la ciencia no es
simplemente describir fenómenos observados o en alguna forma conocidos, sino
explicarlos y, posiblemente, vaticinar acontecimientos futuros. Tanto las expli-
caciones como las predicciones implican una dependencia de leyes generales. El
descubrimiento de leyes generales es, en consecuencia, la tarea fundamental de
toda ciencia” (Oppenheim, 1976: 16). Por su parte, “la ciencia política –al dedi-
carse al estudio de una parte de la conducta humana relacionada con la disputa
del poder- debería ser capaz de explicar y predecir los acontecimientos políticos
en virtud de las leyes o principios descriptivos que pueden ser estrictamente
políticos” (Oppenheim, 1975: 53). Desde esa concepción clásica y positivista, la
ciencia busca primero describir e interpretar hechos, después explicar los mismos
y finalmente formular leyes generales. Así, la ciencia en general se distingue de
otros tipos de conocimientos por sus alcances.
La ciencia política efectivamente continuó la tradición de la investigación
científica y el método tradicional, aunque existió durante años incluso la dis-
puta del cuál era el objeto de estudio de la misma. Desde la vieja tradición del
estado o el poder, hasta la política, lo político o las relaciones de poder político.
Algunos historiadores de las ideas políticas identificaron a Maquiavelo como el
hombre que sienta las bases constitutivas de la ciencia política debido a que fue
el primero (o al menos uno de los primeros, pero el más conocido) en estudiar
el comportamiento político como su objeto de estudio –aunque no científico–,
y construir como su objeto “la reproducción conceptual de la instancia política
real y (la) comprensión de los fenómenos que origina la lucha por la captura o
control del poder público que se desarrolla en ese escenario” (Escobar Valen-
zuela, 2001: 124). Por tanto es tan exagerado decir que la ciencia política nace

62
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

con Maquiavelo como decir que la misma surge con Marx o la publicación del
Dieciocho Brumario. Tradicionalmente se asociaron cuatro objetos de estudio a
la ciencia política: el Estado, los sistemas políticos, las instituciones políticas y la
política (entendida como la lucha o disputa por el poder político). En términos
generales, los estudiosos de lo político avanzaron en el conocimiento de esta dis-
ciplina y alejados de esta disputa al acreditar un objeto general conocido como “la
política” o “lo político”. Así, en términos generales como la esfera de las acciones
humanas que se relacionan con la disputa por el poder (Cisneros, 2000)1 o bien
las relaciones de poder político.
A diferencia de otras disciplinas científicas, la ciencia política parte de con-
ceptos sin consenso. Los economistas, por ejemplo, parten de la observación de
comportamientos económicos interpretados a partir de un supuesto básico del
comportamiento, llevar al máximo el beneficio, la utilidad o el interés económi-
co; de esa forma, el comportamiento se expresa en valores y se emplean conceptos
unánimes como valor, costo, precio, mercado, inflación o interés (Sartori, 1984).
La ciencia política no parte de supuestos generales aceptados por consenso y, en
consecuencia, los conceptos empleados no son homogéneos ni constantes. Mu-
cho menos, entonces, los métodos o los enfoques para la mejor comprensión de
fenómenos políticos. Lo político se disputa al interior de la disciplina. Se debate
sobre lo que sí es o no “lo político”, que puede incluir dimensiones como polity
(como forma), politics (como proceso) y policy (como resultado). Si agregamos la
limitación idiomática, la dificultad consensual conceptual y metodológica aparece
casi imposible.
La disciplina ha contado con enfoques suficientemente sólidos aunque aisla-
dos unos de otros. Desde una revisión histórica del desarrollo de la disciplina, se
ha identificado que los enfoques clásicos empleados durante el surgimiento de la
ciencia política fueron desde el viejo marxismo, el estructural funcionalismo y el
enfoque sistémico hasta el entonces moderno conductismo, la entonces marginal
elección racional y las distintas versiones del institucionalismo (Almond, 2001).
Brevemente, el marxismo ha sido entendido como inversión materialista del
idealismo hegeliano, identificó al materialismo histórico como su propia ciencia,
donde el origen de la estructura social se ubica en “la productividad de bienes
materiales y las relaciones de producción constituyen la estructura económica de
la sociedad (infraestructura), sobre esta base se erige una superestructura ideoló-
gico-jurídico-política a la que corresponden formas determinadas de conciencia

1
También se puede referir a la discusión de Weber sobre los tres procesos que distinguen a la política:
como esfera de relaciones de poder y dominación, como lucha política incesante y como reglas de la
acción política que “no son ni pueden ser” las reglas de la moral o de la ética.

63
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

social’ (Arnau, et al, 1987: 271). Por tanto, la dinámica social está determinada
por la lucha de clases, y la historia de la humanidad es la historia de la lucha de
clases y la teoría sobre el devenir de la sociedad guía a la política.
Por su parte, el estructural funcionalismo partió de una concepción del sis-
tema social como “una pluralidad de actores individuales que interactúan entre
sí en una situación que tiene al menos un aspecto físico o de medio ambien-
te, actores motivados por una tendencia a ‘obtener un óptimo de gratificación’
y cuyas relaciones con sus situaciones –incluyendo a los demás actores– están
mediadas y definidas por un sistema de símbolos culturalmente estructurados
y compartidos” (Parsons, 1951: 5-6); y cualquier sistema social debe cumplir
ciertos prerrequisitos para ser considerado como tal: 1) ser estructurados y com-
patibles con otros sistemas, 2) contar con el apoyo de otros sistemas, 3) satisfacer
significativamente las necesidades de los actores, 4) provocar la participación de
sus miembros, 5) ejercer cierto control sobre conductas potencialmente desinte-
gradoras, y 6) tener un lenguaje compartido. Para el propio Parsons, el poder es:
un medio simbólico generalizado que circula de modo muy parecido al
dinero, cuya posesión y uso permiten desempeñar más eficazmente el co-
metido de un cargo con autoridad en una colectividad. Autoridad es la
cualidad políticamente decisiva de un status en una estructura social. En
cambio, el poder es, a mi modo de ver, un instrumento primordial para
el desempeño eficaz en esa posición. A fin de ser eficaz, una unidad debe
contar con un ingreso en forma de poder, estar dispuesta a gastarlo y, no
obstante, proceder con prudencia en ese gasto. Esto puede significar que
se transfiera poder a otras unidades de la colectividad o exteriores a ella
(Parsons, 1966: 124).
Ambos enfoques junto con la teoría de sistemas, que reconoce al sistema político
como un subsistema del sistema social según autores con una fuerte influencia
estructural como David Easton (1965), tuvieron una marcada influencia en el
surgimiento de la disciplina de la ciencia política a mediados de la década de
los sesenta. Incluso en países como México, todavía existen asignaturas en el
curriculum de las licenciaturas en Ciencia Politica denominadas “sistema político
mexicano” o “sistemas políticos comparados” fundadas en la vieja tradición sisté-
mica del estudio de lo político.
A pesar de que esos tres enfoques sentaron bases sólidas para el devenir de
la investigación politológica, a inicios del siglo XX se registraron tres “chipazos”
(Almond, 2001) que fueron el institucionalismo, la revolución conductista y la
elección racional, las corrientes teóricas que le otorgaron un estatus “científico”
a la disciplina. Por un lado, si bien el institucionalismo se enriqueció del análisis
normativo de corte descriptivo a través del estudio de las normas jurídico-consti-

64
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

tucionales, su evolución hacia un nuevo institucionalismo revitalizó la construc-


ción de teorías explicativas a partir de reglas y normas formales e informales para
comprender el comportamiento político. Por su parte, el conductismo con fuerte
herencia metodológica de la psicología y la sociología se definió como un enfo-
que basado en lo observable y directamente verificable, centrado en el estudio de
la conducta considerada “política” de los individuos y grupos de la sociedad. Este
tipo de estudios buscó entender las razones que motivan a la gente para compor-
tarse políticamente de cierta forma, por ejemplo por qué vota como lo hace, por
qué apoya cierta ideología, etc. El supuesto básico fue que el comportamiento
es observable y que cualquier explicación de ese comportamiento está sujeto
a verificabilidad empírica. Este cambio fue muy significativo, ya que enfoques
previos consideraban aceptable la argumentación lógica como prueba de validez a
afirmaciones con pretensiones explicativas del comportamiento político.
Una aportación de la revolución conductista a la investigación politológica
fue la diferenciación entre teoría empírica y explicación, donde la primera se con-
sideraba un conjunto de afirmaciones abstractas e interconectadas que consisten
en suposiciones, definiciones e hipótesis empíricamente examinables, cuyo pro-
pósito es describir y explicar la ocurrencia de un fenómeno o serie de fenóme-
nos dados; mientras que la explicación es la revisión de la ocurrencia de algún
fenómeno o serie de fenómenos consistente en la especificación del mínimo de
antecedentes tautológicos considerados como necesarios y suficientes para la ocu-
rrencia de esos fenómenos. Así, durante la revolución conductista de las ciencias
sociales se exigió que las teorías explicativas fuesen internamente consistentes,
coherentes y capaces de generar predicciones empíricas. De tal forma, destacó
entre sus principios metodológicos que el examen de casos aislados resulta insu-
ficiente para explicar el fenómeno sino que debe ampliarse a una serie de datos,
y ello justificaría el uso de métodos estadísticos, mediante lo que las hipótesis se
someten a contrastación empírica mediante criterios de falsabilidad popperiana.
Bajo este planteamiento metodológico, el conductismo, situó a la ciencia política
en otro nivel de desarrollo científico como disciplina autónoma, alejado de plan-
teamientos puramente jurídico-normativos.
En la gráfica 1 elaborada por Colin Hay (2002) se modela la influencia en las
décadas de los cincuenta y sesenta de este planteamiento teórico y metodológico
frente a la decadencia explicativa del viejo institucionalismo normativo, y la en-
tonces casi marginal visión economicista de la elección racional.

65
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

Gráfica 1. Ciencia política. Evolución de los enfoques teóricos


en la ciencia política

Fuente: Hay (2002: 11).

Gabriel Almond, uno de los principales politólogos de la época y de la transición


hacia la consolidación científica de la disciplina describió la fragmentación me-
todológica e ideológica de la naciente ciencia política: “Las escuelas y corrientes
de la ciencia política se encuentran sentadas en mesas separadas, cada una con
su concepción de lo que deben ser las ciencias políticas, protegiendo un núcleo
oculto de su vulnerabilidad” (Almond, 1999: 39). Si bien reconoció que hacia los
años ochenta ya existía una abundante producción politológica2 y una creciente
institucionalización a través de departamentos académicos, proyectos de investi-
gación financiados, grados académicos, centros de investigación y presupuestos
estables, planteó que en la disciplina “estamos divididos en dos dimensiones:
una ideológica, y otra metodológica. En la dimensión metodológica están los
extremos de blandos y duros. En el extremo blando figuran estudios clínicos
‘densamente descriptivos’ como los de Clifford Geertz… la biografía (de Zapata)
escrita por John Womack… (que) se trata de una obra casi exenta de cualquier
tipo de conceptualización, hipótesis, o intentos de demostrar proposiciones…
no obstante esta aparente carencia metodológica… está repleto de implicaciones
teóricas de suma importancia” (Almond, 1999: 43).

2
Los textos considerados clásicos (porque inauguran una era “científica” del estudio de lo político son:
Almond y Verba (1963) La Cultura Cívica; Dahl (1961) Who governs; Dahrendorf (1959) Clases sociales
y conflicto; Deutsch (1963) Los nervios del gobierno; Downs (1957) Teoría Económica de la democracia;
Easton (1965) Systems analysis of Political Life; Huntington (1968) Orden político de las sociedades en
cambio; Lipset (1960) El hombre político; B. Moore (1966) Orígenes sociales de la dictadura y la demo-
cracia; M. Olson (1965) La Lógica de la Acción Colectiva.

66
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

En el extremo duro metodológico se identificaron a los estudios cuantitativos


con modelos econométricos y “aquellos que contienen modelos matemáticos…
ejemplos extremos de este polo duro podrían ser las teorías relativas al sufragio,
la formación de coaliciones y la toma de decisiones en comités y burocracias,
implicadas en la comprobación de hipótesis generadas por medio de modelos
formales y matemáticos.” Ese grupo de trabajos pronto dominó la ciencia política
norteamericana y provocó una rebelión disciplinaria conocida como “Perestroika”
(Monroe, 2005). Aunque la segunda dimensión a la que se refirió Almond es
la ideológica, aquí nos referiremos exclusivamente a la dimensión metodológica
pues en el amplio espectro ideológico las disputas persisten, y la simple ubicación
de algunos textos genera controversias innecesarias para su análisis.3
En la tabla 1 se muestran los tipos de corrientes al interior de la disciplina
en donde se mezclan ideología y metodología para simplemente identificar los
distintos “estilos” de hacer investigación politológica. Si bien existen periodos
durante los cuales algunas corrientes aparecen hegemónicas, lo cierto es que
no hay un tipo específico que pueda reclamar para sí el dominio metodológico,
como acusó en algún momento la rebelión Perestroika en la Asociación Ame-
ricana de Ciencia Política (American Political Science Association [APSA]) (ver
Monroe, 2004 y Schram y Caterino, 2006), o como planteó Sartori (2004) en
su famoso artículo “Hacia dónde va la ciencia política” publicado por la misma
organización.

Tabla 1. Ciencia política. Dimensiones teórico-metodológicas


de la ciencia política

Dimensión ideológica
Izquierda Derecha
Dura Izquierda dura Derecha dura
Dimensión metodológica
Blanda Izquierda blanda Derecha blanda
Fuente: (Almond, 1999: 41).

A pesar de esta división y aislamiento de la disciplina, hay quienes como Goodin


y Klingemann consideraron que “los politólogos de hoy… han dejado de pensar
en términos excluyentes de agencia o estructura, intereses o instituciones, como
impulsos de la acción: ahora, prácticamente todos los estudiosos serios de la
3
Por ejemplo, en el extremo izquierda no solo está el marxismo que no separa el conocimiento de la
acción y para el cual la ciencia está subordinada a la lucha por el socialismo, sino también los depen-
dentistas o los teóricos del sistema mundial, mientras que en el extremo conservador se ubicarían a los
neoliberales y neoclásicos, aquellos que abogan por el libre mercado, la limitación excesiva del poder
del Estado o los teóricos de la democracia liberal.

67
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

disciplina dirían que se trata de una mezcla prudente de ambos” (Goodin y Klin-
geman, 2001) y, por ello, cada vez más se puede observar una disciplina plural,
incluyente y diversa, ecléctica y progresiva (Almond, 2001). En ese sentido, los
editores del “Nuevo Manual de Ciencia Política” afirmaron que “es un disparate
forzar con amenazas o halagos un inevitablemente frágil y falso consenso entre
una comunidad diversa sobre las bases fundacionales, ya sea en términos de una
sola filosofía de la ciencia verdadera (positivismo) o en términos de una sola teo-
ría de la sociedad verdadera (funcionalismo estructural, teoría sistémica, elección
racional o la que sea)” (Goodin y Klingemann, 2001). Por eso, resulta indispen-
sable observar la manera en que se está consolidando la disciplina en México
desde su dimensión metodológica.4

2. Las tradiciones metodológicas en la ciencia política en México

2.1. Elaboración de la base de datos5

Para analizar la producción en ciencia política se construyó una base de datos que
permitiera un posterior análisis del estado actual de las metodologías empleadas
en la investigación empírica social en México. Para lo que se observaron las téc-
nicas de investigación más empleadas en los productos publicados en las ciencias
sociales de la UNAM.
2.2. Los casos, los datos y hallazgos preliminares

El Programa de Doctorado en Ciencia Política de la UNAM, creado en 1968, el


primero en su tipo en México, pertenece actualmente a un amplio programa de
estudios de Posgrado donde también se imparten programas doctorales en cuatro
disciplinas más (administración pública, sociología, ciencias de la comunicación
y relaciones internacionales). Por su parte, la Revista Mexicana de Ciencias Po-
líticas y Sociales (RMCPyS) creada en 1955 en la UNAM, y que cuenta con
amplio reconocimiento internacional (en su consejo editorial han destacado poli-
tólogos como David Easton, Shmuel Eisenstadt, Martin Jay, Michel Wieviorka,
4
Un análisis interesante de este problema fue estudiado por Rivera y Salazar (2011) quienes a través del
estudio de una muestra de artículos de ciencia política publicados en tres revistas encontraron que no
hay una americanización de la disciplina (extremo duro de Almond) sino que esta es “dominantemente
descriptiva, monográfica y cualitativa”. En su estudio, debido a los criterios de selección de muestra
empleados, no incluyeron en su análisis las dos revistas más antiguas de la disciplina en México: la
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales y la Revista Estudios Políticos, ambas publicadas en
la UNAM.
5
Agradecemos a Luciana Gandini del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM su apoyo en
la elaboración de esta sección.

68
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

entre otros), ha destacado que durante décadas fue “el órgano de difusión de la
única escuela dedicada a formar profesionales en sociología, relaciones interna-
cionales, ciencias políticas, administración pública y ciencias de la comunicación,
por lo que los artículos que en ella se difundían se convirtieron en una fuente
de consulta obligada para todos aquellos interesados en el estudio de las ciencias
sociales” (Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 2017). Esa revista
también se llamó “Revista Mexicana de Ciencia Política” durante alguna época
en los años sesenta y setenta, de manera coincidente con la consolidación de la
ciencia política como disciplina. A partir de 1975 se denominó Revista Mexicana
de Ciencias Políticas y Sociales. En ella publican autores nacionales e internacio-
nales, y no está orientada a incluir trabajos solamente de los académicos adscritos
a la institución editora, por el contrario, en sus años recientes se ha consolidado
como una revista global en donde académicos de las más diversas partes del mun-
do, disciplinas, enfoques e instituciones presentan resultados de investigación
científica social.
El estudio de la disciplina de la ciencia política al interior de la UNAM en
esta primera etapa se basó en la revisión de un universo de 99 documentos publi-
cados entre los años 2010 y 2014; 64 artículos de la RMCPyS (65%) y 35 tesis
doctorales (35%). La totalidad de los últimos fueron publicados por alumnos
registrados en el programa de posgrado, mientras que 14 artículos (14% del uni-
verso) fueron autoría de un investigador adscrito a la UNAM. Por su parte, los
autores externos, adscritos a instituciones nacionales y extranjeras, difundieron
sus productos a través de la RMCPyS en 26 (26%) y 24 (24%) artículos, respec-
tivamente. Esto resulta de la mayor relevancia debido a que en lo que respecta a
los artículos, este análisis no es sobre la producción de profesores de la UNAM
sino de aquellos que publican en la RMCPyS que es de la UNAM. Esta es una
sutil diferencia que impide generalizar sobre el trabajo de los profesores e inves-
tigadores de esta universidad.
Al revisar la distribución de las publicaciones a partir del sexo (hombre/mujer)
en la autoría se observó una frecuencia elevada de obras producidas por varones
(68 documentos, cercano al 69% del total revisado). La mayor diferencia entre
ambos sexos se identificó en la publicación de artículos de investigación, donde
los hombres se presentaron como primeros autores en 45 casos (46% del total
de productos) frente a 19 casos firmados por mujeres (19%). Dicha distancia fue
menor en el caso de las tesis doctorales donde los hombres presentaron 23 casos
(23%), mientras que 12 correspondieron a mujeres (12%). Es decir, solamente
31% del total de los productos analizados fueron de autoría de mujeres lo que
nos evidencia el problema de las brechas en materia de género que prevalecen en
las ciencias sociales, o al menos en la ciencia política.

69
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

El análisis de las estructuras metodológicas de los documentos de ciencia po-


lítica publicados en la UNAM se apoyó en el concepto de “estilo de producción”,
mediante el que se buscó identificar los elementos epistemológicos, de diseño
de investigación así como la combinación de métodos de análisis de datos y las
técnicas de recopilación de información a través de los que se construyeron las
distintas obras. Dicho concepto de análisis se integró a partir de tres dimensiones
y distintas variables particulares (tabla 2).

Tabla 2. Ciencia política. Dimensión y variables de análisis


del estilo de producción

Concepto Dimensiones Elementos


Alcance/ inferencia
Objeto de estudio
Enfoque epistémico
Enfoque teórico
Subdisciplina
Pregunta de investigación
Objeto de investigación
Métodos (sección)
Diseño de Investigación
Datos
Resultados (sección)
Estilo de producción Hipótesis
Métodos cuantitativos
Métodos cualitativos
Métodos y técnicas Marco teórico (sección)
Fuente de información
Tiempo (uso)
Procedencia institucional del autor
(correspondiente)
Estructurales
Sexo del autor (correspondiente)
Tipo de documento
Fuente: elaboración propia.

A partir de los análisis considerados en la construcción del estilo de producción


de los textos revisados se identificaron cuatro modelos metodológicos centra-
dos en los diferentes alcances de las investigaciones publicadas. Esto se basó en
el tipo de objetivo de investigación presentado por cada autor o autora puesto
que, se consideró, este elemento marcaría el desarrollo del estudio (ya fuese en

70
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

términos de profundidad o generalización de los resultados de la investigación),


influido por el enfoque epistémico del que partió cada investigación así como
delimitando, a su vez, el diseño de la investigación y los métodos y técnicas de
recopilación de información. Dichos objetivos se categorizaron en tres tipos:
exploratorio, descriptivo y explicativo/interpretativo.
La identificación de los modelos existentes de producción de la ciencia polí-
tica en la UNAM se apoyó en el análisis de correspondencias múltiples a los que
se sometieron los datos obtenidos. La presentación de los resultados obtenidos
se realizó en cuatro subapartados referidos, en principio, al modelo general en
el que se incorporaron todos los elementos del análisis metodológico, mientras
que en los tres apartados siguientes se muestran los modelos metodológicos para
cada una de las dimensiones de estudio. Además, en cada uno de los apartados se
incluyó la dimensión estructural del estilo de producción para, así, observar las
asociaciones entre los distintos elementos presentes en el estilo de producción.
2.2.1. Modelo general del estilo de producción
de la ciencia política en la UNAM
La mayoría de la producción de la ciencia política en la UNAM se caracterizó por
ser de tipo descriptiva (63%), mientras que en menor medida fueron estudios
de tipo explicativo/interpretativo (19%) y exploratorios (16%). Esto permitió
inferir que la investigación politológica publicada en la universidad se ha centra-
do poco en la identificación de vínculos causales y/o en la reconstrucción de los
sentidos comprehensivos de la(s) realidad(es), mientras que ha optado en mayor
medida por la identificación de los elementos en funcionamiento para reconstruir
los acontecimientos políticos abordados.
A partir de asociar los elementos de análisis metodológico con los tres tipos
de objetivos de investigación identificados se obtuvo, inicialmente, una inercia
del modelo general de 0.403. Esto se considera como una asociación baja en
donde se estima que los distintos elementos se asocian entre sí en un 40.3% de
los casos revisados, lo que dificulta la posibilidad de generalizar las asociaciones
entre los elementos analíticos para la mayoría de los casos revisados. Sin embar-
go, continuando con la revisión de los resultados del análisis de correspondencias
múltiples, las asociaciones de los elementos de análisis se agruparon en torno a
dos ejes, uno ubicado dentro de la dimensión del enfoque epistémico, la sub-
disciplina -o tema de estudio- con una masa de 0.419, y el otro centrado en la
dimensión de métodos y técnicas de recopilación de información, referida al tipo
de datos (cualitativo, cuantitativo o mixto) con una masa de 0.600.
La dimensión 1 de la gráfica 2, centrada en torno a la influencia del tipo
de datos, permitió distribuir a las investigaciones exploratorias respecto de las

71
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

de corte explicativo/interpretativo y descriptivas, mientras que la dimensión 2,


basada en la importancia de la subdisciplina (o tema de investigación) permitió
separar a las investigaciones descriptivas (las más numerosas en la disciplina de la
ciencia política en la UNAM) respecto de estudios exploratorios y explicativos/
interpretativos.
Las dimensiones generadas en el análisis de asociaciones del modelo general
permitieron agrupar, además, las distintas características analizadas de la inves-
tigaciones en torno a cada uno de los objetivos de investigación (o su alcance).
Esto se aprecia en la gráfica 2 a partir de los distintos cuadrantes en los que se
ubicó cada uno de estos elementos del análisis. De manera que al observar los
cuadrantes se encontró que en el lado superior-derecho se ubicaron los elemen-
tos más asociados a las investigaciones descriptivas, a la vez que el cuadrante
superior-izquierdo refiere una asociación débil con los objetivos descriptivos.
En el cuadrante inferior-derecho se ubicaron los elementos asociados con las
investigaciones de corte explicativo/interpretativas, mientras que en el cuadrante
inferior-izquierdo se identificaron los elementos asociados a las investigaciones
con objetivos exploratorios.
A partir de dichas asociaciones se identificó que, el modelo general para las
investigaciones con objetivos de investigación descriptivos, se caracterizaron,
inercialmente, por los siguientes elementos:
En el enfoque epistémico de las investigaciones sus objetos de estudio fueron
de corte empírico, donde los principales enfoques teóricos fueron el institucio-
nalismo (tanto en su versión “vieja” y “neoinstitucional” (Peters, 1996; Rhodes,
1997) y el conductismo (Sanders, 1997) y que se utilizó para abordar, princi-
palmente, temas de investigación centrados en el ámbito de la administración
pública y de sociología política, y en menor medida –o con una asociación más
débil– con temas de instituciones políticas, políticas públicas, liderazgo y com-
portamiento político.

72
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

Gráfica 2. Ciencia política. Mapa de asociaciones general


de la producción. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

En términos del diseño de investigación se caracterizaron por el uso de datos


de corte cualitativo y por presentar hipótesis de trabajo explícitas. Además, se
asociaron con el hecho de no hacer explícitos sus objetivos de investigación ni su
pregunta de investigación; así como en no presentar una sección de métodos ni
de resultados generados. Mientras que en su dimensión de métodos y técnicas de
recopilación de información, las investigaciones descriptivas recurrieron a fuen-
tes primarias, ante las que aplicaron métodos cualitativos de análisis documental
y etnográfico, bajo enfoques temporales sincrónicos, y donde no se explicitaron
los marcos teóricos para su análisis, aún a pesar de partir de enfoques teóricos
institucionalistas. Estructuralmente estas investigaciones se asociaron con las te-
sis de grado doctoral adscritos al Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM, además del género masculino de sus autores.
En cambio las investigaciones de corte exploratorio se caracterizaron por utilizar
enfoques teóricos de la teoría de la elección racional para tratar temas de las relaciones

73
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

internacionales así como estudios sobre sistemas políticos. Sus diseños de investiga-
ciones se asociaron por presentar preguntas y objetivos de investigación de manera
explícita, así como incorporar sección de métodos y resultados, respectivamente. Los
tipos de datos utilizados en las exploraciones fueron de corte cuantitativo y mixto.
Además, por la naturaleza de su objetivo de investigación, estos estudios se asociaron
con el trabajo de hipótesis no explícitas. Estructuralmente estas investigaciones se
asociaron con el género femenino de las autoras.
Finalmente, las investigaciones explicativas/interpretativas se asociaron con el
tratamiento de objetos de investigación de corte teórico, para lo que se apoyaron
en enfoques teóricos feministas, normativos así como en el análisis del discurso,
centrándose en subdisciplinas metodológicas. Sus diseños de investigación se
caracterizaron por no presentar pregunta de investigación, ni objetivos de inves-
tigación o hipótesis de trabajo explícitas. En cuanto a la dimensión de métodos
y técnicas de recopilación y análisis de la información se asociaron con el uso de
fuentes de información de tipo secundarias, así como por realizar el análisis de los
datos mediante estrategias cualitativas como la teoría fundamentada, el análisis
del discurso y otros. Estructuralmente, estas investigaciones se asociaron con los
artículos publicados en la RMCPyS, además que sus autores eran externos a la
UNAM y, también, adscritos a instituciones extranjeras.
2.2.2. Modelo del enfoque epistémico
En la dimensión epistémica de la producción de la ciencia política se revisaron
aquellos elementos con los que metodológicamente el investigador –se conside-
ró– se acerca a su objeto de estudio y construye su problematización. Por lo que
la formulación del objeto de la investigación está determinada en gran medida
por el alcance propuesto a realizar en el análisis, y que se formaliza en la defini-
ción del objetivo general del estudio.
A partir de los elementos metodológicos que se incorporaron en la dimensión
epistémica, se identificó una inercia de 0.599 en la asociación de corresponden-
cias múltiples. Esto significa que en casi un sesenta por ciento de las asociaciones
bajo dicha dimensión analítica se pueden encontrar los elementos de análisis, lo
que permite avanzar en una mayor generalización de los resultados para los casos
revisados. Asimismo, la asociación se puede llevar a cabo bajo dos ejes analíticos,
uno caracterizado por la importancia de la subdisciplina (con una masa de 0.711),
seguido por el tipo de objeto de estudio (teórico o empírico, con una masa de
0.659) o tema de estudio seleccionado por cada autor, y el otro eje se vio influido
por el tipo de documento publicado (tesis o artículo, con una masa de 0.684)
–este último fue considerado como una variable estructural.

74
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

Inicialmente se observó que los ejes analíticos agruparon a los objetivos de


investigación en dos grupos, uno en torno a los estudios de alcances explicati-
vos/interpretativos y otro integrado por los de corte descriptivo y exploratorio.
Por lo que este último grupo compartió diversas correspondencias, limitando la
posibilidad de identificar un modelo claro de investigación bajo la dimensión del
enfoque epistémico.
Por su parte, la caracterización de los tipos de estudios bajo el enfoque epis-
témico permitió identificar que los productos de corte explicativo/interpretativo
se asociaron débilmente a dos elementos estructurales: tendieron a presentarse
como tesis de investigación, y la procedencia institucional de los autores corres-
pondientes, los que estaban adscritos a la UNAM. En cuanto a los elementos
epistémicos, éstos se caracterizaron por asociarse con objetos de investigación
de corte teórico, para lo que también presentaron enfoques teóricos de corte
normativo así como otros centrados en el análisis del discurso. Por su parte, las
subdisciplinas asociadas con dicho alcance investigativo se centraron en temas de
estudios de opinión pública y metodología (gráfica 3).

Gráfica 3. Ciencia política. Mapa de asociaciones de la dimensión de


enfoque epistemológico. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

75
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

En el caso de las investigaciones descriptivas se asociaron claramente con la


variable estructural del género del autor (hombre), así como con estudios dentro
de las subdisciplinas de la sociología política, y más débilmente con las políticas
públicas, partidos políticos e instituciones políticas. En cambio, los estudios
exploratorios se asociaron claramente solo con las subdisciplinas centradas en
las relaciones internacionales, y estudios sobre el comportamiento y el liderazgo
político.
Los estudios exploratorios y descriptivos compartían asociación mutua con
los objetos de investigación de corte empírico. Este elemento permitió distinguir
claramente entre este tipo de estudios respecto de aquellos de corte explicativo/
interpretativo. Además comparten el enfoque teórico de corte institucionalista,
de la elección racional, conductista y, más débilmente, con enfoques feministas.
Estructuralmente se asociaron con documentos tipo artículos, además del género
femenino de sus autoras y con la procedencia institucional no incorporada a la
UNAM, tanto de instituciones nacionales como extranjeras.
2.2.3. Modelo del diseño de la investigación
Las asociaciones sobre los elementos referentes al diseño de la investigación pre-
sentó una inercia de asociación con valor de 0.480; esto se ubicó por arriba del
valor inercial del modelo general.
Los dos ejes de la asociación que se identificaron mostraron, por un lado,
la importancia del elemento de la pregunta de investigación6 en la definición
de uno de ellos, mientras que en el segundo se ubicó la influencia principal de
la variable estructural del tipo de documento (con una masa de 0.486). De esta
manera infirió que, al momento de la definición del diseño de la investigación
que se utilizaría en cada caso revisado, el alcance de la pregunta de investigación,
moderada por el tipo de documento en que se exploró durante el estudio, fue
el elemento que en mayor medida influyó en la organización de los elementos
restantes de la dimensión del diseño de investigación.
A partir de ambas dimensiones, los elementos del diseño de investigación
se asociaron en dos grupos en función del objetivo de investigación de las in-
vestigaciones, uno centrado en torno a las investigaciones descriptivas y el otro
integrado por estudios explicativos y exploratorios. Los elementos que influyeron
en esta agrupación de las investigaciones fueron: la presencia de una sección de
métodos, así como una sección para la presentación de resultados y el tipo de
datos utilizados, además de la variable estructural del género de los autores.

6
Esta se categorizó como explícita, no explícita o no presenta, y que registró una masa de 0.532.

76
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

Las características de las investigaciones de corte descriptivo se asociaron cla-


ramente con datos de corte cualitativo a la vez que no contaban con sección de
métodos ni de resultados, así como también se correspondieron con la no-pre-
sencia de preguntas de investigación. A su vez, se asociaron débilmente con
preguntas de investigación no explícitas además de corresponderse con objetivos
de investigación no explícitos, aunque sí presentaron hipótesis explícitas. Estruc-
turalmente, este tipo de estudios se asoció con el sexo masculino de sus autores,
y más débilmente con el formato de tesis del documento y la procedencia insti-
tucional adscrita a la UNAM (gráfica 4).

Gráfica 4. Ciencia política. Mapa de asociaciones de la dimensión


de diseño de investigación. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Las investigaciones agrupadas de alcance explicativo y exploratorio se asociaron


claramente con el uso de datos de tipo mixto, así como por presentar una sección
de métodos y de resultados, además de contar con una pregunta de investigación
explícita. Estructuralmente, ambos tipos de investigaciones se asociaron con el
género femenino de sus autoras, mientras que se correspondieron débilmente
con la procedencia institucional externa a la UNAM y de instituciones extranje-

77
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

ras, a la vez que el formato del documento era propio de los artículos contenidos
en la RMCPyS.
2.2.4. Modelo de métodos y técnicas metodológicas
El análisis de los elementos de la dimensión de métodos y técnicas permitió
identificar una fuerza inercial de asociación con valor de 0.446. Así como en la
dimensión previamente revisada, este nivel se ubicó ligeramente por encima del
modelo general, sin embargo no cuenta con la inercia suficiente para avanzar
en la generalización de las asociaciones en todos los casos revisados, aunque sí
permite identificar algunos patrones de comportamiento de dichos elementos
metodológicos.
Los elementos de análisis se agruparon en dos ejes, uno de corte estructural
centrado, nuevamente, en el tipo de documento publicado (con una masa de
0.648), mientras que el otro eje giró en torno a la importancia del tipo de datos
utilizados (con una masa de 0.657). Aquí se infirió que los datos generados y
presentados en cada investigación fueron el elemento de mayor influencia en
la construcción de la sección de métodos y técnicas de las obras revisadas; sin
embargo su relevancia fue moderada por el tipo de documento en que estos da-
tos se presentaron. Esto es, pareciera que los autores revisados estructuraron la
presentación de la dimensión de métodos y técnicas en función de los datos que
obtuvieron, adecuándolos al formato en que los publicaron.
A partir de las dimensiones de las correspondencias identificadas se distin-
guieron dos modelos de investigaciones en función de los objetivos de investi-
gación –investigaciones descriptivas y exploratorias–, pero fue difusa la identi-
ficación de los límites entre los estudios exploratorios y explicativos, pues éste
último se ubica en un límite analítico. Sin embargo, para avanzar en la interpre-
tación, se asumió la existencia de un tercer grupo centrado en el objetivo de corte
explicativo/interpretativo. De esta manera, las variables centradas en la presencia
de un marco teórico, aunado al tipo de fuente de información, la manera en que
se incorporó al tiempo en la investigación y el género del autor fueron elementos
que ayudaron a distinguir los grupos asociados de estudios.
El modelo de las investigaciones explicativas/interpretativas se asoció estruc-
turalmente con autores nacionales y extranjeros no adscritos a la UNAM, ade-
más de presentarse en formatos de tipo artículos publicados en la RMCPyS. En
cuanto a los elementos de la dimensión sobre métodos y técnicas, estas obras
se asociaron con datos de corte cualitativo_ así como por recurrir a métodos de
análisis del discurso y de la teoría fundamentada (ambos de corte cualitativo).
Además de recurrir a fuentes de información secundarias (gráfica 5).

78
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

Gráfica 5. Ciencia política. Mapa de asociaciones de la dimensión


de métodos y técnicas. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Las investigaciones de corte descriptivo se caracterizaron, estructuralmente, por


el sexo masculino de sus autores y por estar adscritos a la UNAM. Mientras que
los elementos de métodos y técnicas con los que se asociaron fueron: el uso de
los métodos de análisis cualitativo como el análisis documental y etnografía.
Además tendieron a obtener información de fuentes primarias, y a incluir al fac-
tor temporal en el estudio de manera sincrónica, así como a la no presentación
de un marco teórico. Con esto se infirió la presencia de un modelo descriptivo de
los objetos de estudio basado en información generada explícitamente para cada
investigación, pero que no permitió trascender en el tipo de inferencias genera-
das más allá de alcances descriptivos, no explicativos.
Por último, las investigaciones exploratorias solo se asociaron estructural-
mente con la variable del sexo femenino de sus autoras. Mientras que se ca-
racterizaron por utilizar datos de corte cuantitativos y mixtos en sus estudios,
así como por recurrir a métodos cuantitativos descriptivos e inferenciales en su
análisis, y de estudios diacrónicos. Además, las fuentes de los datos obtenidos
se centraron en los registros administrativos, fuentes de datos secundarias en
las que la generación de información no necesariamente se identifica con un fin

79
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

propio de investigación. De manera que el modelo exploratorio de investigación


está centrado en estudios de corte cuantitativos, con datos medibles y el uso de
estadística descriptiva para su análisis, ambos coherentes entre sí. Aunque tam-
bién se puede plantear que los datos generados provienen de fuentes secundarias,
no elaborados por el autor para efectos expresos de su análisis, lo que supone un
reto a la validez de los resultados debido a la validez (confiabilidad y fiabilidad)
de la información recopilada, que en muchas ocasiones no puede ser reproducida
posteriormente.
2.3. Los modelos de producción científica

A partir del análisis de correspondencias múltiples sobre las dimensiones referi-


das al modelo de producción de investigaciones de ciencia política en la UNAM
se puede establecer que no existe un único modelo de investigación, aunque las
variaciones que se encontraron sí presentan asociaciones claras sobre la manera
en que se concibe el problema de investigación, su diseño de investigación y los
métodos y técnicas de recopilación y análisis de datos empleadas.
A diferencia de la propuesta presentada por Almond (1999) en la década de
los ochenta para caracterizar la producción científica de la disciplina, guiada por
los criterios metodológicos (blando, duro) y las posturas ideológicas sobre la rea-
lidad política (izquierda, derecha), se identificó que, empíricamente, los estudios
del universo estudiado se guiaron en mayor medida por el tipo de datos utilizado
y por la subdisciplina o tema de investigación. A partir de los datos revisados, se
infirió que estos son los elementos que guiaron la producción científica, y que
determinaron en gran medida los alcances analíticos de las investigaciones gene-
radas, y no a la inversa.
A partir del modelo general de correspondencias se pudo identificar que las
investigaciones que utilizaron datos cuantitativos se vincularon con el estudio
de temas sobre opinión pública y de relaciones internacionales, mientras que
los estudios con datos cualitativos versaron sobre temas más vinculados hacia
la administración pública, sociología política y metodología. En cambio, los es-
tudios con datos mixtos analizaron una gama más diversa y amplia de temas
como los partidos políticos, instituciones políticas, políticas públicas, liderazgo
y comportamiento político y sistemas políticos, todos ellos consioderados temas
“tradicionales” de la disciplina. Asimismo, se logró identificar que los estudios
de corte descriptivo se caracterizaron por utilizar datos cualitativos y por abor-
dar subdisciplinas de aspectos institucionales y sociológicos. Las investigaciones
de corte exploratorio se apoyaron mayormente en datos de corte cuantitativo o
mixto para analizar temas sistémicos de la política (sistemas políticos y relacio-

80
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

nes internacionales). Finalmente, se identificó que las investigaciones de mayor


alcance analítico no se abocaron a la explicación causal sino a la interpretación
de significado de la política (estudios interpretativistas) que se caracterizaron por
utilizar datos eminentemente cualitativos con los que abordaron temas metodo-
lógicos (tabla 3).

Tabla 3. Ciencia política. Elementos característicos


de las investigaciones. 2010-2014

Metodológica Subdisciplina Institucional-


Tipo de datos
discursiva Sistémica sociológica
Investigaciones Investigaciones
Cualitativo
interpretativistas descriptivas
Mixto Investigaciones
Cuantitativo exploratorias
Fuente: elaboración propia.

Finalmente, la caracterización de los modelos de producción de la ciencia polí-


tica publicada en la UNAM que se identificó en el presente estudio partió de
los tipos de investigaciones que se ha presentado en la tabla 3, en los que cada
uno de ellos se correspondió con un cuadrante particular del modelo general
de correspondencias múltiples, de manera que, al final, se reconocieron cuatro
modelos de producción politológica: uno exploratorio-cuantitativista, otro expli-
cativo/interpretativo-cualitativo, y otro de corte descriptivo con dos vertientes:
una cuantitativa y otra cualitativa (tabla 4).

Tabla 4. Ciencia política. Característica de los modelos de producción

Modelos de producción
Dimensión Variable Investigación Investigación Investigación
Investigación
explicativa/ Descriptiva Descriptiva
Exploratoria
Interpretativo Cuantitativa Cualitativa
Objeto de estudio Teórico Empírico
Análisis del
Enfoque teórico discurso, Norma- Institucionalismo Conductista Rational choice
tivo, Feminismo
Enfoque Instituciones
Epistémico políticas, Políticas
Públicas, Partidos Sociología polí- Relaciones interna-
Subdisciplina (tema) Metodología Políticos, Lide- tica, Administra- cionales, Sistemas
razgo político, ción pública Políticos
Comportamiento
político
continua...

81
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

Modelos de producción
Dimensión Variable Investigación Investigación Investigación
Investigación
explicativa/ Descriptiva Descriptiva
Exploratoria
Interpretativo Cuantitativa Cualitativa
Presentación
No presenta No explícitos Explícitas
Pregunta
Presentación
No presenta No explícitos Explícitos
Objetivos
Sección Métodos No Sí
Diseño de
Investigación Mixto, Cuantitati-
Tipo Datos Mixtos, cuantitativo
vo (débilmente)
Sección de resul-
No Explícitos
tados
Presentación
No presenta Explícita No explícita
Hipótesis
Comparado
Métodos cuanti- Descriptivo,
(cross-section),
tativos Inferencial
Otro
Análisis del
Métodos cualita- discurso, Teoría Comparado (ca- Etnografía, Análi-
Métodos y tivos Fundamentada, sos de estudio) sis documental
técnicas Otro
Presentación Marco
No Sí
Teórico
Registros adminis-
Tipo de fuentes secundaria Primaria
trativos
Uso de Tiempo Sincrónico Diacrónico
No UNAM nacio-
Procedencia insti-
nal, No UNAM UNAM
tucional
Estructurales extranjero
Sexo Hombre Mujer
Tipo Documento Artículo Tesis
Dimensión 1: Tipo de datos, masa=0.600, Dimensión 2: Subdisciplina, masa= 0.419.
Inercia total del modelo = 0.403.
Fuente: elaboración propia.

El modelo de producción de los estudios exploratorios se caracterizó por ser de


corte cuantitativo. Esto se podría corresponder con la dimensión metodológica
“dura” propuesta por Almond, donde los análisis de los datos son de corte des-
criptivo e inferencial. La construcción de sus problemas de investigación partió
desde enfoques teóricos de la elección racional para abordar cuestiones sistémicas
de la política. De manera que este tipo de datos permitió una visión amplia de
fenómenos políticos abstractos como los sistemas y las relaciones internaciona-
les. Este tipo de investigaciones también se caracterizó por mostrar un diseño
de investigación formal, que se preocupó por incluir de manera explícita las
preguntas y objetivos de investigación, así como de asegurar la presencia de una

82
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

sección para la descripción del método implementado y de los resultados obteni-


dos. Además, este tipo de estudios se caracterizó por presentar un marco teórico
para guiar sus observaciones, de manera diacrónica, pero los datos recopilados
no fueron construidos ex profeso de la investigación sino que se obtuvieron de
registros administrativos. Estructuralmente se caracterizaron por el género fe-
menino de sus autoras.
El modelo de producción de los estudios interpretativistas se podrían ubicar
en el lado metodológico “blando” de acuerdo con Almond (1999). Estos, además,
se caracterizaron por abordar objetos de corte teórico y metodológico, para lo
que recurrieron a enfoques teóricos post-modernistas (Stoker, 1997: 24) como
el feminismo y el análisis del discurso. Este tipo de investigaciones se caracterizó
por presentar un diseño de investigación “desestructurado” en el que resaltó la
ausencia de objetivos, pregunta e hipótesis de investigación, al menos no fueron
señalados de forma explícita. A pesar de dichas ausencias, las investigaciones
lograron avanzar a partir de adoptar métodos de análisis basados en la teoría
fundamentada y el análisis del discurso. Sin embargo, sus fuentes de información
fueron de corte secundario, lo que pone en duda la validez de la información
recopilada, así como de las inferencias generadas, pues al final la interpretación
de los autores corrió el riesgo de convertirse en una observación de tercer orden.
Estructuralmente se caracterizaron por ser investigaciones de autores externos a
la UNAM, que se publicaron en el formato de artículos de la RMCPyS.
Finalmente, se identificaron dos modelos de producción dentro de las in-
vestigaciones de alcance descriptivo: un tipo de descripción cualitativista y otro
con características cercanas a los métodos mixtos y, en menor correspondencia,
cuantitativistas.
El modelo de producción descriptivo-cualitativo se caracterizó por un en-
foque teórico de corte sociológico, pues incorporó enfoques conductistas de la
política para abordar temas de sociología política y de administración pública.
Sus diseños de investigación son poco estructurados y se evidenció la ausencia
de una sección de métodos así como de resultados. En todo caso, los últimos
se presentaron dispersos en la mayor parte de la publicación. Los métodos de
análisis de datos empleados fueron de corte cualitativo centrados en las técnicas
etnográficas y de análisis documental, aunque no fue clara la presentación de un
marco teórico, donde sus fuentes de información fueron de corte primarias. De
aquí se puede inferir que estas investigaciones estuvieron centradas en recopilar y
construir sus datos, de ahí el carácter cualitativo de la investigación, apoyado en
la flexibilidad de los métodos “blandos” de recolección de información. Estas in-
vestigaciones fueron de carácter sincrónico, y estructuralmente se caracterizaron
por el género masculino de sus autores.

83
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

El modelo de producción descriptivo- mixto/cuantitativo débil se caracterizó por


abordar objetos de investigación empíricos, centrados en las subdisciplinas de las ins-
tituciones políticas, políticas públicas, partidos políticos, liderazgos y comportamien-
tos políticos. Para ello adoptaron un enfoque teórico institucionalista, en concor-
dancia con la mayor cantidad de la producción analítica en la disciplina (Hay, 2002:
11). Sin embargo, sus diseños de investigación son difusos pues no son explícitos en
sus objetivos ni en sus preguntas de investigación, aunque sí trabajan con hipótesis
claras. Estas investigaciones tienden a combinar distintos tipos de datos, particular-
mente debido al criterio de disponibilidad. Asimismo tienden a recurrir al método
comparado como la estrategia de análisis de los datos, ya sea que realicen estudios
comparativos de casos a profundidad o estudios cross-section. Estructuralmente se ca-
racterizaron por la adscripción a la UNAM de la mayoría de sus autores debido a que
en su mayoría eran tesis de Doctorado. De manera que este modelo de producción
fue el más utilizado en las investigaciones de grado académico.

Conclusiones

Al revisar las investigaciones de ciencia política publicadas en la UNAM se logró


identificar sus estilos de producción. Estos se diferenciaron, principalmente, por
el alcance propuesto en dichas investigaciones y específicamente por el tipo de
objetivo de investigación establecido.
A partir del concepto de estilo de producción se pudieron reconocer maneras de
construir inferencias en la disciplina de la ciencia política publicada al interior de la
UNAM. Por un lado, se identificó una manera del quehacer exploratorio más cerca-
no a investigaciones de corte cuantitativo descriptivo, mientras que por el otro lado
se observaron investigaciones que buscaron interpretar el mundo de la política desde
sus actores y que se basaron en estrategias de corte cualitativo descriptivo. Además, se
logró ubicar un estilo de producción –el más frecuente– de corte inferencial descrip-
tivo, centrado en reconstruir fenómenos políticos, y que en su interior mostraron dos
estilos diferenciados: uno basado en el recuento histórico cualitativo de fenómenos
complejos entendidos como casos de estudio, y otro centrado en una descripción
comparativa cruzada entre casos a partir de incorporar datos mixtos y categorías de
análisis. Asimismo, también se identificó la ausencia de investigaciones basadas en
un estilo de alcance explicativo basado en datos cuantitativos, aquellos que Almond
(1999) llegaría a ubicar dentro del cuadrante de investigaciones metodológicamente
“duras” y de posturas temáticas “conservadoras”.
El alcance u objetivo de investigación juega un papel fundamental en el estilo
de producción pues consideramos que permite vincular a los elementos básicos

84
Khemvirg Puente y Gustavo Martínez Valdés

que guiaron a las investigaciones analizadas: i) el tipo de datos y, ii) la subdisci-


plina o tema de estudio. De manera que el objetivo general de las investigaciones
se amoldó a los datos disponibles existentes por cada subdisciplina que se abor-
daron en las investigaciones publicadas en la UNAM, y a partir del primero se
daría pie a la construcción de los elementos al interior de cada dimensión revisada
sobre la producción politológica.
El concepto de estilo de producción, compuesto de algunas dimensiones
(epistémica, diseño de investigación y métodos y técnicas de recopilación de
información) permitió al estudio centrar la atención en algunos de los aspectos
más relevantes al construir un problema de investigación: 1. la construcción del
objeto de estudio; 2. la manera en que se acercó el investigador con el objeto para
contrastar sus proposiciones de trabajo; y 3. las maneras en que se recopilaron
y procesaron los datos pertinentes para la contrastación y su análisis posterior.
La utilidad de dicho concepto permitió identificar la variación al interior de las
dimensiones de trabajo de la investigación en ciencia política en la UNAM, re-
conociendo que, más allá de una propuesta o modelo de investigación científica
(Bunge, 1991) en las ciencias sociales (Blalock, 2001) y en la ciencia política
(Baraakso, 2014; Kellstedt, 2013), la investigación es un proceso creativo, o ima-
ginativo (Mills, 2004; Holton, 1985), abierto a la flexibilidad para el uso de sus
herramientas con el fin de contrastar las proposiciones de trabajo y, finalmente,
construir inferencias válidas (King, Keohane y Verba, 2000).
Una de las principales limitantes de la presente investigación se ubica en la
naturaleza de los datos recopilados, que son de corte categóricos clasificados de
manera dicotómica. Si bien se consideró que esta fue una estrategia útil para
agrupar y comparar la diversidad de información cualitativa en las investigacio-
nes recopiladas, a su vez dicha manera de transformación y procesar los datos
limitó la posibilidad de encontrar variaciones más dinámicas o comprensivas de
la realidad. Otra de las limitantes del presente trabajo se ubica en el universo de
estudio, pues si bien se recopiló la totalidad de estudios de la disciplina en la
UNAM para el periodo de estudio, las inferencias generadas hasta el momento
están restringidas para la propia institución, por lo que su generalización aún
tiene que someterse a diversas pruebas para ubicar el estilo de producción de
la ciencia política en la UNAM respecto al resto del campo de la disciplina en
distintos entornos o comunidades científicas.
Por otra parte, también es preciso aclarar que la flexibilidad de la investi-
gación propuesta, a partir de los resultados del presente estudio, ha mostrado
una variación limitada en gran medida a partir del estilo mismo de producción
científica. Los diferentes estilos de la producción de la ciencia política registrados
en el presente estudio, al final, parecen estar en consonancia con los hallazgos

85
Estilos de producción científica en la investigación en ciencia política en la UNAM (2010-2014)

presentados por Rivera y Salazar-Elena, y hacen pensar que la producción po-


litológica en la UNAM sigue un modelo o estilo dominantemente descriptivo,
monográfico y cualitativo (2011: 73).
Si bien inicialmente se reconoció que esto estuvo influido por las dimensiones
analíticas arrojadas por el análisis de correspondencias (1. El tipo de datos usados
y 2. La subdisciplina estudiada), además del tipo de documento o formato en
que se presenta la contrastación de inferencias, el nivel de la inercia del modelo
en general permite pensar en la existencia de otros elementos de naturaleza extra
metodológicos que pueden estar condicionando la manera en que se construyen
y diseñan las investigaciones de ciencia política.
Aquí se ha dejado en el tintero, además, la influencia de las instituciones
académicas, sus líneas de investigación y posturas metodológicas sobre la investi-
gación social, así como el mismo quehacer de sus cuerpos académicos; lo que se
podría traducir en la importancia de la práctica de la investigación científica en la
disciplina institucionalizada como un elemento para mejorar la comprensión de
la variación de dichos estilos de producción.
Finalmente consideramos que el presente estudio aporta una manera alterna-
tiva para identificar las prácticas en que se está construyendo la ciencia política,
centrando la atención en la importancia de la dimensión metodológica. De esta
manera se está atendiendo al llamado de aportar al fortalecimiento de la discipli-
na desde los aspectos sustantivos de los métodos y los procesos de investigación
(Rivera y Salazar-Elena, 2011: 73), pues son elementos fundamentales sobre los
que se contrastan la validez de las inferencias científicas y se construye el cono-
cimiento sobre los objetos de estudio de la ciencia política. Además, aporta una
propuesta útil para que las instituciones académicas y de investigación identifi-
quen las prácticas y estilos de su producción científica, así como la orientación y
los alcances de sus resultados y, de esa manera, evalúen la utilidad de los recur-
sos institucionales invertidos en producirlos, respondiendo a las preguntas: ¿qué
tipo de ciencia política se produce? ¿qué tipo de ciencia política se desea? ¿qué
tipo de politólogos se están formando en nuestras universidades?

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88
Capítulo 3

Prácticas de investigación en tesis de doctorado


y artículos sobre administración pública en la
FCPyS (2010-2014)
Arturo Hernández Magallón

Introducción

El contenido de este capítulo intenta contribuir al conocimiento sobre la natura-


leza científica de la administración pública. Específicamente se reflexiona sobre
las prácticas de investigación de esta disciplina desarrolladas en la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Se parte de la idea de que dichas prácticas
no sólo varían entre disciplinas, sino también dentro en una misma, dependien-
do de su entorno institucional.
En términos generales se puede decir, al menos en el plano epistemológico,
que en el tránsito de la administración pública hasta nuestra actualidad el positi-
vismo y otros paradigmas alternativos han tenido una influencia importante en la
generación de conocimiento, no sólo en la elección de los métodos, sino también
en la forma en que se concibe el mundo.
En términos específicos, esta influencia se ha traducido en la práctica en
estilos, tradiciones o ritos distintos sobre maneras de hacer investigación poco
conocidas, que son contrarias a otras en espacios académicos incluso de la misma
disciplina. En efecto, en las distintas escuelas o facultades de administración
pública existen prácticas de investigación variadas determinadas principalmente
por los entornos institucionales en los que están inmersos sus miembros. Dichas
prácticas se materializan en productos, como tesis, artículos, capítulos de libro,

89
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

por mencionar algunos, que a la vez son expresiones particulares de estos espa-
cios o entornos institucionalizados.
Este supuesto acompaña el desarrollo de este capítulo, el cual tiene como
objetivo identificar las prácticas de investigación de las tesis de doctorado y artí-
culos sobre administración pública en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
(FCPyS) de la UNAM. Esta facultad se compone de diversos espacios académi-
cos disciplinarios, uno de ellos es el de administración pública. Con este objetivo
se pretende dar cuenta, a través de la revisión de algunas de sus producciones, de
ciertos rasgos de este espacio institucionalizado sobre la manera en que se genera
conocimiento.
Se describe mediante información estadística el contenido de 22 tesis de doc-
torado presentadas en el posgrado de la FCPyS y 12 artículos divulgados en la
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales editada en esta misma facultad,
únicamente sobre administración pública, de un periodo de cinco años (2010-
2014). El estudio no busca generalizar ni emitir juicios de valor sobre las carac-
terísticas de los trabajos revisados, es decir, no busca mostrar lo que no se debe
hacer, ni proponer lo que se debe hacer.
El capítulo se estructuró en cuatro apartados: en el primero se ofrecen re-
flexiones teóricas sobre la universidad como institución y sus efectos en la ge-
neración de conocimiento; en el segundo se argumenta la importancia de los
paradigmas en la generación de conocimiento; en el tercero se presentan los ha-
llazgos sobre las prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre
administración pública (AP) presentados y difundidos en la FCPyS durante el
periodo de 2010-2014. Finalmente, en el cuarto se ofrecen algunas conclusiones
sobre las prácticas de investigación en AP en la FCPyS.

1. Universidades como instituciones y generación de conocimiento

Desde un punto de vista convencional, la universidad cuenta con reglas formales


para mantener el orden y su funcionalidad, así como con una burocracia (admi-
nistrativa y académica) coordinada y cooperativa que se apega a dichas normas
para conseguir las metas que se le han impuesto, coincidentes con los valores del
desarrollo humano integral.
Desde una mirada no convencional, este tipo de organización concentra in-
dividuos y grupos en constante tensión y lucha que buscan satisfacer intereses
no siempre coincidentes con los de la instancia que los alberga. Contrario a la
primera postura, las universidades no funcionan como máquinas, sino todo lo
contrario, algunos las han denominado anarquías organizadas, ambiguas, con

90
Arturo Hernández Magallón

un funcionamiento asociado metafóricamente a botes de basura (Vid., March y


Olsen, 1979; Cohen, March y Olsen, 2011).
Como otras organizaciones, las universidades cuentan con marcos normativos
construidos socialmente, interiorizados y vueltos convencionalismos que orientan el
comportamiento de los actores llamadas instituciones. Éstas condicionan las acciones
de sus miembros mediante reglas, rutinas, procedimientos y sistemas de significados
y creencias representados como símbolos, rituales o ceremonias por medio de los
cuales se interpreta el mundo (March y Olsen, 1997). De manera que cada organi-
zación tiene una distinta institucionalidad, que han estructurado sus integrantes para
sí en sus relaciones durante el tiempo, y que a la vez da sentido y orientación a sus
actos (Zucker, 1999). Por esta razón, la universidad, gobierno, empresa u organiza-
ciones no gubernamentales son diferentes hasta entre las de su misma especie. Así,
es posible encontrar universidades que se aproximan a la primera descripción de este
apartado y otras que se alejan hacia la segunda.
Asimismo, en todas las organizaciones, como la universidad, hay distintas
categorías sociales que se diferencian por un rol o identidad fijado por las ins-
tituciones para sus integrantes. Son especies de sub-institucionalidades o sub-
sistemas organizacionales (Scott, 2008) que mezcladas o traslapadas definen la
naturaleza institucional creada por los hombres y en la cual se desenvuelven. En
las universidades estas sub-instituciones se manifiestan en los actos de grupos
sociales tales como los sindicatos, directivos, docentes, investigadores, estudian-
tes, etcétera. Como sub-culturas se diferencian dependiendo del grupo social,
todo dentro de una misma organización. En las universidades estructuradas por
departamentos de conocimiento, los académicos investigadores se desenvuelven
en un mismo entorno institucional pero con prácticas de investigación distin-
guibles para cada disciplina, esto describe a la universidad como un conjunto de
comunidades epistémicas.
Los distintos miembros construyen, refuerzan y son afectados por la uni-
versidad como institución. Los que recién ingresan se someten a un contexto
socializante en el que aprenden o no aprenden a adaptarse a las reglas del juego
(Weber, 2013). Por ejemplo, los estudiantes del doctorado en relación con sus
profesores, asesores y resto de la comunidad, se encuentran expuestos en la prác-
tica a creencias sobre cómo funciona la academia y cómo se genera conocimiento
en cierta comunidad epistémica, sujetándose en su actuar a estas normas sociales
que aparecen como una realidad dada. La expresión “aquí se investiga así” resu-
me esta idea. Su inserción en un programa de doctorado dependerá del ajuste
entre el entorno institucional - comunidad epistémica y las condiciones sociales
y culturales previas de los estudiantes a la entrada a la universidad (Weber, 2013),
de manera que la historia de vida de los alumnos es importante en este ajuste

91
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

institucional. Los nuevos integrantes como portadores de culturas, se adaptan y


a la vez contribuyen al fortalecimiento del entorno institucional.
Las universidades como instituciones tienen una lógica central que las dife-
rencia de otras y que proveen a los actores de un sentido de orden y seguridad
ontológica (Thorthone y Ocasio, 2008). Los distintos aspectos de la vida de los
individuos o grupos en estas organizaciones aparecen como resonancias de esta
lógica institucional. De tal forma que la manera en que hacen investigación
miembros de una comunidad epistémica y sus productos ofrecen indicios sobre
la lógica institucional de una universidad.
Sobre esto último, no hay que olvidar que estas lógicas son potencialmente
influidas por diferentes sectores sociales o lógicas institucionales de otras or-
ganizaciones. La idea de isomorfismo que acompaña este fenómeno describe la
manera en que las organizaciones cambian para parecerse a otras. Siguiendo el
ejemplo, habrá que tomar en cuenta que las tradiciones sobre las maneras de
hacer investigación se pueden ver influidas por los académicos formados en otras
organizaciones que importan en la práctica enfoques teóricos y metodológicos
de otros entornos institucionales. Este tipo de isomorfismo normativo (DiMa-
ggio y Powell, 1999), implica el traslado de nuevas creencias sobre la forma de
hacer investigación modificando las reglas de dicha práctica; de manera que estas
contradicciones interinstitucionales son insumos para la gestación o cambio de
creencias sobre la forma de investigar. Las universidades es el tipo de organiza-
ciones en el que las asociaciones de profesionales ejercen una presión normativa
importante a través de la socialización, en las aulas, asesorías o conferencias, por
mencionar algunas de sus formas (Leicht y Fennell, 2008).
La influencia del entorno dependerá del grado de ambigüedad sobre la mejor
forma de hacer investigación, copiar lo que otros hacen en esta materia disminu-
ye la incertidumbre. El riesgo en las universidades será la presencia de paradig-
mas dominantes de generación de conocimiento, un precio que muchas veces se
paga por hacer creer que se está al día en el desarrollo de temas, uso de teorías y
metodologías. Desde otro punto de vista, se trataría más bien de un colonialismo
de saberes que reproduce formas de ver el mundo y oculta otras, lo que se ha
denominado críticamente como epistemicidio (Santos, 2009).1
El isomorfismo no ocurre en automático, la cultura organizacional tiene un
fuerte arraigo como para cambiar una vez que un integrante traslada nuevas ideas.
En lugar de eso, la cultura local se mezcla con ese conjunto de nuevas creencias
venidas de fuera diversificando más a las organizaciones (Cfr., Montaño, 2000).
1
Más aún, como señala González Casanova, “el problema de fondo del drama que vive el mundo es
un problema social cuidadosamente ocultado por las nuevas ciencias y las tecnociencias” (2005: 332).

92
Arturo Hernández Magallón

Por tanto, los comportamientos de individuos y grupos, en este caso en las uni-
versidades, están influidas en distinto grado por estas dos institucionalidades:
una interna y otra externa. Las prácticas de investigación se funden con aquellas
que aparecen como efecto de la presión de otras instituciones, y esta apropiación
no sólo cambia la manera en que se genera conocimiento, sino también el en-
torno o lógica institucional de la organización. De esta forma, la generación de
conocimiento se caracteriza por una mezcla cambiante entre el mainstream del
exterior y las tradiciones y rutinas del interior.

2. Paradigmas y prácticas de investigación

Las prácticas de investigación son resultado de las maneras en que se ve el mundo,


en este sentido los paradigmas de investigación juegan un papel esencial. De ahí
que Guba y Lincon (1994: 116) señalen que “ningún investigador debe avanzar en
el negocio de la investigación sin tener claro qué paradigmas dan forma y guían su
perspectiva”, porque tienen implicaciones en la generación de y en el conocimiento.
Desde el paradigma positivista, los fenómenos que se conocen son resultado
de la experiencia empírica. A partir de esta creencia se estructuran una serie de
procedimientos en los que descansa la objetividad de las investigaciones caracte-
rizada por la separación entre el sujeto y su objeto de estudio, se pre-construyen
los fenómenos con hipótesis (con relaciones causales) verificables principalmente
mediante metodologías cuantitativas. El resultado es un conocimiento de la rea-
lidad simplificado, representado a través de artefactos numéricos.
Mientras tanto, desde el punto de vista de la sociología de la ciencia de Latour
(2001), esta idea de intentar ver al mundo de manera objetiva es ingenua. En su
análisis, el establecer distancia de la naturaleza haciendo recortes de la realidad
mediante procedimientos prediseñados, lo único que conduce es a lo que deno-
mina cajanegrización. Es decir, las producciones científicas de los hombres en su
intento por construir verdades objetivas de la realidad, cancelan las posibilidades
de dudas, aceptando sus construcciones científicas como verdades sin más. La
forma en que se da esta cajanegrización, es en un primer momento en la defi-
nición de los problemas, no todos los científicos tienen el mismo peso en una
controversia científica al momento de definir un problema, su definición ya no
resulta de una interacción directa con los acontecimientos (hechos), sino de las
interacciones que se producen en el grupo de investigadores que esté observando
la pretendida realidad y el uso de sus elementos tecnológicos. De tal forma que
al definir los cursos de acción o la problemática, las otras opiniones desaparecen
de nuestro horizonte de observación, dándose una cancelación de otras formas

93
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

de comprensión. Al cancelar esta posibilidad comprensiva y las dudas, se cierra


la caja negra (Cfr., Latour, 2001).
En adición a la crítica anterior, desde el enfoque del construccionismo social,
Gergen (1996) argumenta que las construcciones del conocimiento no reproducen
el mundo, que no existe una relación de correspondencia entre el concepto y la cosa,
que no sea imputado por convención social. Se olvida que las creencias (metateorías,
conocimiento) que usualmente se dan por sentado y con las cuales se cree dar cuenta
del mundo, se dan como un proceso social, y no de manera individual dentro de los
sujetos. Estas creencias son elaboradas de manera interesada por los científicos a la
hora de construir sus discursos; a quienes también se les imputa la capacidad para
crear realidades, impresiones, convirtiéndose en constructores de realidades; elabo-
raciones científicas que se dan en la trama social, es decir, que los debates teóricos
son entre grupos sociales que se institucionalizan. Por tanto, se debe renunciar a la
separación sujeto-objeto ya que los conceptos con que se da cuenta del mundo no
resultan los objetos estipulados por ellos, se producen en situaciones sociales, donde
los individuos se ponen de acuerdo para nombrar el mundo, que permanecen en el
tiempo no por su capacidad de explicación, sino en función de los accidentes de la
historia; que adquieren significado en las pautas de interacción social; y que la única
manera para comprender esto es hacernos ecos de otros enclaves culturales, observar
desde distintos modos de comprensión con desarraigo.
Por otro lado, la postura interpretativista considera que los objetos o fenó-
menos de estudio son producto de la experiencia subjetiva, es decir, el mundo
es tal como aparece en la consciencia. El objeto sólo es entendible desde el in-
terior de los individuos, no desde el exterior como establece el positivismo. La
explicación de los objetos no se puede desprender de la vida cotidiana, hay en
cierto sentido una pre-inteligencia no explícita que no se puede explicar en forma
empírica, sino para algunos de manera fenomenológica, por lo que se utilizan
metodologías cualitativas centradas en el mundo intersubjetivo, dando cuenta del
mundo con el lenguaje natural (Álvarez, 2003; Hernández, 2013). El interaccio-
nismo simbólico es ubicado en esta postura, considera que “los seres humanos
actuamos ante los objetos y ante otras personas sobre la base de significados que
tienen para nosotros; estos se originan de la interacción que tenemos con otras
personas” (Álvarez, 2003: 99).
Los paradigmas mencionados han diversificado la generación de conocimien-
to de distintas maneras. La administración pública no es ajena a su influen-
cia. Además del paradigma positivista que ha dominado por mucho tiempo el
quehacer científico, en la actualidad se llevan a cabo investigaciones desde pa-
radigmas alternativos, con metodologías cualitativas. Como ejemplo, se puede
citar la investigación de Maynard-Moody y Musheno (2003), quienes a través

94
Arturo Hernández Magallón

de etnografía realizan un análisis sobre la burocracia callejera para dar cuenta de


sus creencias y efectos en la relación que establecen los funcionarios con la ciu-
dadanía. Otro ejemplo, es la investigación realizada por Gusfield, (2014), donde
demuestra mediante una metodología cualitativa el importante rol que juegan
las creencias y valores sociales (la cultura), más allá del discurso científico, en la
creación de problemas públicos (el conducir alcoholizado) y en la materialización
de acciones gubernamentales (políticas públicas). Desde su perspectiva los pro-
blemas sociales son producto de acciones simbólicas.
Sin embargo, los efectos de estos paradigmas son distintos. En diversos es-
tudios sobre la calidad de las tesis doctorales y artículos sobre administración
pública, se han observado variaciones entre lo que establecen las prácticas ge-
neralizadas de investigación positivista y los contenidos de dichas producciones
(Whetsell y Shields, 2015). Entre los hallazgos se observa que pocas investi-
gaciones cumplen con los criterios de validez, prueban teorías e hipótesis, o
establecen relaciones causales para la explicación de fenómenos (véase cuadro 1).
Asimismo, una parte importante de estos trabajos son conceptuales, es decir, no
son empíricos, en oposición a lo que se espera en estricto sentido de una investi-
gación de corte positivista. Habría que suponer de la misma forma que hay dife-
rencias entre lo que se cree son las investigaciones con paradigmas alternativos y
lo que verdaderamente se elabora. Otro hallazgo que llama la atención lo describe
White (1986) en su investigación sobre las tesis doctorales de AP, encontró que
el 27% de los trabajos que analizó eran del tipo practitioner research, en el cual el
investigador se enfoca en resolver problemas desde la práctica, se busca aumentar
las posibilidades de que el conocimiento generado sea aplicado.2
Estas variaciones en las prácticas de investigación tienen relación con el en-
torno institucional de los investigadores. McCurdy y Cleary (1984: 50) mencio-
nan en relación a los alumnos de doctorado, que “en la medida en que los hábitos
de investigación de los asesores no tengan un fundamento científico, sean débiles
o en controversia, será lo que los estudiantes de doctorado absorberán”. Esto no
significa que los asesores tengan total responsabilidad sobre los productos de
sus alumnos, sus enseñanzas son una fuente más de creencias sobre las formas
de hacer investigación en el entorno institucional en el que están insertos, es
decir, en la universidad. Otras fuentes de creencias se encuentran en las clases,
conferencias, coloquios, materiales de lecturas, y en los mitos y ritos compartidos
entre alumnos y profesores sobre las maneras que consideran adecuadas para in-
2
Es posible que a este tipo de trabajos se refiriera críticamente Thöening (2004: 188), cuando argu-
mentaba que la producción de conocimiento sobre administración y políticas públicas en su mayoría
carece de rigor analítico, son en esencia descriptivos, teóricamente inestables y asemejan más estudios
prácticos o informes de consultoría.

95
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

vestigar, por ejemplo, sobre el diseño correcto de una pregunta de investigación.


De manera que incluso en las distintas comunidades académicas de una misma
disciplina cambian las prácticas de investigación al cambiar los entornos institu-
cionales o las creencias.
La propia historia de vida de cada alumno de doctorado o investigador juega un
papel en sus producciones y prácticas de investigación. Taracena (2002: 118) desde
la psicosociología, argumenta que “la elección de una disciplina o de un tema de
investigación por un estudioso de las ciencias sociales se encuentra inevitablemente
en relación con su trayectoria de vida y sus experiencias”. A partir del análisis de los
relatos de renombrados sociólogos franceses (Robert Castel, Edgar Morín, Michel
Eieviorka, Serge Moscovici y Gerad Namer), presenta los inevitables lazos entre la
trayectoria de vida y la trayectoria profesional y producción intelectual. Por ejemplo,
en su relato Moscovici habla de las influencias de su historia familiar en la forma de
establecer relaciones en su trabajo (Taracena, 2002).
Los entornos institucionales externos también ejercen influencia. Las univer-
sidades, organismos privados y gubernamentales que otorgan becas para investi-
gación, así como los consejos editoriales de libros, journals o revistas arbitradas,
fomentan creencias que van desde la extensión adecuada del título de un trabajo,
el estilo de escritura o la estructura de los documentos, hasta la selección del
paradigma y métodos, así como de otras prácticas consideradas aceptadas para la
generación de conocimiento.
Este conjunto de creencias estimula el quehacer científico, son convenciones
sociales, algunas más generalizadas que otras dependiendo del entorno. Con ellas
se da sentido a las decisiones y orienta la práctica científica. Los productos, por
tanto, son expresiones del peso de estas creencias institucionalizadas.

Cuadro 1. Calidad de tesis de doctorado


y artículos sobre administración pública
Autores Criterios / Hallazgos
McCurdy y Cleary (1984) 1. Propósito claro: 64%
(142 tesis de 57 diferentes univer- 2. Validez: 15%
sidades) 3. Prueba de teoría: 18%
4. Establecen relaciones causales: 26%
5. Importancia: 45%
6. Tema del campo de AP: 6%
No cumplen con alguno de los criterios anteriores: 18%

continua...

96
Arturo Hernández Magallón

Autores Criterios / Hallazgos


White (1986) 1. Propósito claro: 90%
(305 tesis de 1980 y 1981) 2. Validez: 29%
3. Prueba de teoría: 39%
4. Prueba de hipótesis: 38%
5. Establecen relaciones causales: 30%
No cumplen con alguno de los criterios anteriores: 10%
27% eran trabajos de practitioner research, sin fundamentos teóricos.
17% no desarrollaban temas de administración pública.
Cleary (2000) 1. Propósito claro: 64.1 % (1981); 80% (1990); 89.3% (1998).
(Comparación de la calidad de 142 2. Validez: 21.1 % (1981); 29.1% (1990); 33.9% (1998).
tesis en tres periodos 1981, 1990, 3. Prueba de teoría: 17.6 % (1981); 21.8% (1990); 19% (1998).
1998) 4. Relaciones de causalidad: 26.1% (1981); 51.5% (1990); 86.9% (1998).
5. Tema importante: 38.7% (1981), 32.1% (1990), 37.5% (1998)
6. Innovador: 16.9% (1981), 72.7% (1990), 64.3% (1990)

Perry y Kraemer (1986) 1. Temas principales: Política pública (18%); gestión pública (12.5%); planeación
Public Administration Review (12.5%); teoría administrativa (12%); finanzas (10%)
(286 artículos del periodo de 1975- 2. Recibió financiamiento: Ninguno (83%)
1984) 3. Artículos por etapa de investigación: Delineación del problema (38%); identifica-
ción de variables (33%); determinación de relaciones entre variables (23%); evalua-
ción de alternativas de políticas y programas (4%)
4. Enfoque de investigación: Análisis empírico (53%); razonamiento lógico deduc-
tivo (19%); razonamiento legal (19%); enfoque histórico (3%); enfoque descriptivo
(3%); revisión de literatura (2%)
5. Análisis empírico: No empírico (48%); análisis transversal, correlacional (27%);
estudio de caso (20%)
Stallings y Ferris (1988) 1. Tienen como propósito conceptualizar un problema: 26.8%
Public Administration Review 2. Tienen como propósito describir relaciones entre variables: 7.6%
(1200 artículos del periodo de 3. Analizar una política o programa: 2.8%
1940-1984) 4. Presenta estudio de caso: 7.3%
5. Presenta resultados de análisis multivariado: 7%

Houston y Delevan (1990) 1. Recibió financiamiento: No (87%)


6 revistas de AP 2. Propósito: conceptual (62%); relaciones entre variables (28%); evalúa un pro-
(218 artículos del periodo de 1984- grama (7.3%)
1988) 3. Prueba estadística de relaciones: 28%
4. Prueba estadística de hipótesis: 19%
Fuente: elaboración propia.

3. Prácticas de investigación sobre AP en tesis de doctorado


y artículos en la FCPyS, UNAM
Los diversos estudios sobre tesis de doctorado y artículos de administración
pública (AP) (McCurdy y Cleary, 1984; White, 1986; Cleary, 2000; Perry y
Kraemer, 1986; Stallings y Ferris, 1988; Houston y Delevan, 1990), se han cen-
trado en la valoración de la calidad a partir de los parámetros tradicionales de la
investigación positivista. Uno de sus principales hallazgos ha sido que hay gene-
ración de conocimiento sobre AP que no se apega a los criterios dominantes de la

97
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

práctica científica. No se ofrecen respuestas sobre por qué varían las prácticas de
investigación, en su lugar se ofrecen recomendaciones para lograr la normalidad
científica de dichas producciones. Aquí se plantea, dando seguimiento a los ar-
gumentos del apartado anterior, que los individuos no se apegan en su totalidad
a las creencias de los paradigmas de investigación como el positivista, dado que
no son la única fuente de creencias, por el contrario, se funden con otras que
son creadas y compartidas por los individuos en los espacios académicos dando
sentido a sus prácticas de investigación. De ahí que las producciones académicas
sean tan variadas en sus contenidos, teorías, metodologías y resultados.
Lo que se presenta a continuación no es una valoración de la calidad, sino
una descripción estadística del contenido de tesis de doctorado y artículos sobre
AP en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, para
identificar las prácticas de investigación. Se considera que estos productos expre-
san no sólo prácticas de generación de conocimiento sino también la presencia
de entornos institucionales específicos que les dan sentido, y que son distintos a
los de otros espacios académicos. De ahí que se utilicen también artículos que en
su mayoría son escritos por autores externos a la UNAM, para constatar si existe
tal distinción. En otras palabras, analizar los documentos ofrece indicios sobre
las características del quehacer científico en una sub-institución o comunidad
epistémica, la de administración pública en la FCPyS. Un ejercicio de mayor
amplitud involucraría el estudio de las producciones de los académicos-investi-
gadores, sin embargo, la dispersión de la información en artículos, capítulos de
libro o ponencias dificulta la tarea.
Para la recolección y presentación de información se realizó un análisis de
contenido guiado por un conjunto de variables, en este documento se presentan
los datos más relevantes. La información se presenta en el siguiente orden: a)
identificación; b) estructura de los documentos; c) enfoque teórico; y d) meto-
dología. Los hallazgos son un ejercicio preliminar que debe dar lugar a la mejora
de la metodología y el planteamiento teórico de este trabajo, pero sobre todo al
surgimiento de nuevas dudas sobre los entornos institucionales en los cuales se
produce conocimiento.
3.1. Hallazgos
a) Identificación
Se identificaron 22 tesis de doctorado presentadas en el Posgrado de Ciencias
Políticas y Sociales y 12 artículos divulgados en la Revista Mexicana de Ciencias
Políticas y Sociales, todos relacionados a temas sobre administración pública de
un periodo de cinco años (2010-2014). La revista es un espacio que ha sido más

98
Arturo Hernández Magallón

provechoso para los autores externos, en total son 11, 2 de ellos extranjeros. Tan
sólo 5 autores son de la UNAM: 3 de la FCPyS y 2 de otras facultades. En el
periodo analizado se observa ventaja numérica de autores hombres (el 75% en ar-
tículos y el 59% en tesis). De los artículos revisados 8 son teóricos y 4 empíricos,
mientras que las tesis 10 son teóricas y 12 empíricas. En el caso de los artículos,
una atenuante a considerar es la naturaleza de la revista, los criterios editoriales
no se centran exclusivamente en la investigación empírica.
El asesor desempeña un rol relevante en toda la investigación de tesis, sus
sugerencias y recomendaciones forman parte de un proceso de enseñanza en el
que los estudiantes aprenden sobre el quehacer científico, que aunado a otros
aprendizajes y creencias adquiridos en su entorno son fundamentos para la acción
en su rol como investigador. En este sentido, se encontró que 9 de los trabajos
fueron asesorados por 5 profesores de la FCPyS; 11 por profesores de otras
adscripciones de la UNAM (8 del Instituto de Investigaciones Sociales, IIS; 1
del Instituto de Investigaciones Jurídicas, IISJ; 1 del Centro Regional de Inves-
tigaciones Multidisciplinarias, CRIM; 1 de la Facultad de Ciencias, FC), y 2 por
académicos de otras universidades (1 del COLMEX; 1 del CIDE).

Cuadro 2. Datos de identificación

Investigación
Variables
Artículo Tesis
2010 - 4
2011 2 8
Año de publicación o
2012 1 4
titulación
2013 6 1
2014 3 5
20-30 9 -
30-50 3 -
Número de páginas 150-200 - 1
201-300 - 15
301-450 - 6

Procedencia de los FCPyS 3 9


autores de artículos y UNAM 2 11
asesores No UNAM 11 2
continua...

99
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

Investigación
Variables
Artículo Tesis
Un autor 9 -
Número de autores por
Dos autores 2 -
artículo
Tres autores 1 -
Empírico 4 12
Tipo de investigación
Teórico 8 10
Mujer 4 9
Sexo
Hombre 12 13
Fuente: elaboración propia.

Los documentos analizados se enmarcan o contribuyen al desarrollo de diez


sub-disciplinas de la administración pública (véase cuadro 3). En especial, la
Ciencia de Políticas, Gobernanza y participación ciudadana, y Modernización
Administrativa son campos en los que se dio mayor producción, tanto en tesis
como en artículos. La presencia del enfoque de políticas públicas en México a
partir de los años 90, proporcionó a los estudiosos de la administración pública
herramientas para el análisis y hechura de las acciones de gobierno, así como
elementos para el estudio de los actores sociales en su diseño, implementación
y evaluación. Sobre las tesis, 6 se ubican en esta sub-disciplina, 4 asesoradas por
académicos de otra adscripción de la UNAM y las restantes por académicos de
la FCPyS. Sólo un artículo de este campo fue elaborado por un autor externo a
la UNAM.
Los cambios sociales que dieron pie a lo que se conoce como Gobernanza,
permitió el surgimiento de una sub-disciplina sobre los nuevos estilos de gobier-
no caracterizados por la democratización de la administración pública y sobre los
distintos fenómenos de transformación de lo público. En este campo se ubican 5
tesis, todas asesoradas por académicos adscritos a facultades distintas a la FCPyS.
Mientras tanto, 2 artículos ubicados en este campo fueron elaborados uno por un
autor externo a la UNAM y el otro es resultado de la colaboración entre autores
de la FCPyS y de otra facultad de la UNAM.
La Modernización Administrativa en los últimos veinte años se ha convertido
en un campo de trabajo académico, relacionado principalmente a la corriente
denominada Nueva Gerencia Pública, en ese sentido esta subdisciplina agrupa
debates sobre las diversas técnicas de mejora administrativa y procesos de cambio
de la cultura organizacional. Son 5 las tesis en esta subdisciplina, 3 asesoradas por
profesores de la FCPyS, 1 por un profesor con otra adscripción en la UNAM, y

100
Arturo Hernández Magallón

1 por un profesor externo. Los trabajos revisados abordan tópicos de actualidad,


por ejemplo, el papel de la tecnología en la mejora de la gestión.
El resto de las tesis y artículos se ubican en las subdisciplinas de finanzas
públicas, planificación económica, función pública, teoría de la organización y
epistemología de la administración pública.

Cuadro 3. Subdisciplinas
Artículos por procedencia de autores Procedencia del asesor
Subdisciplinas Artículo No FCPyS- Tesis No
FCPyS UNAM FCPyS UNAM
UNAM UNAM UNAM
Finanzas públicas 2 - 1 1 - - - - -
Epistemología de la Adminis-
- - - - - 3 3 - -
tración pública
Ciencia de políticas 1 - - 1 - 6 2 4 -
Planificación económica 2 1 - 1 - - - - -
Teoría de las organizaciones 1 - - 1 - 1 1 - -
Gobernanza y participación
2 - - 1 1 5 - 5 -
ciudadana
Gobierno abierto 2 - 1 1 - - - - -
Función pública 2 - - 2 - 1 - - 1
Modernización administrativa - - - - - 5 3 1 1
Reforma política - - - - - 1 - 1 -
Total 12 1 2 8 1 22 9 11 2
Fuente: elaboración propia.

b) Estructura del documento


Se utilizaron un conjunto de variables sobre las características tradicionales de
los documentos de investigación para describir la estructura de los artículos y
tesis (véase cuadro 4). Las variaciones expresan formas específicas de generar
conocimiento dependiendo del tipo de investigación. Como se mencionó, del
total de las tesis 10 (45.5%) son teóricas y 12 (54.5%) empíricas. En el caso
de los artículos 8 (66.7%) son teóricos y 4 (33.3%) empíricos. Una explicación
preliminar sobre este último dato se encuentra en la naturaleza de la revista, las
contribuciones asumen diferentes formatos principalmente ensayos académicos.
En cuanto a la procedencia de los autores de artículos y asesores, se destaca que
6 (50%) artículos teóricos fueron escritos por autores que no son de la UNAM.
En el caso de las tesis, del total 8 (36.5%) investigaciones que son teóricas fueron
asesoradas por profesores de la FCPyS, mientras que 10 (45.5%) empíricas por
profesores con otra adscripción distinta en la UNAM.

101
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

Objetivo: La totalidad de los artículos contienen objetivos no explícitos.


Mientras en el caso de las tesis 19 (86.4%) presentan objetivos explícitos, y en
menor medida no explícitos (13.6%).
Preguntas de investigación: La mayoría de los artículos no presentan pre-
guntas (83.3%), sólo en 2 (16.7%) se distinguen preguntas no explícitas. En las
tesis, 15 (68.2%) incluyen preguntas explícitas que guían la investigación, entre
ellas 9 (40.9%) son teóricas y 6 (27.3%) empíricas.
Hipótesis: Los artículos no tienen hipótesis explícitas, sólo 2 (16.7%) tienen
hipótesis no explícitas. En el caso de las tesis, 18 (81.8%) tienen hipótesis explí-
citas, de entre ellas 11 (50%) de estas investigaciones que cuentan con hipótesis
son empíricas. Hay 3 (13.6%) tesis que no presentan. Hay que destacar que
diversas investigaciones cualitativas no contemplan respuestas pre-construidas,
dando mayor importancia a las revelaciones de los actores quienes son conside-
rados los verdaderos conocedores de la realidad social.
Marco teórico: Del total de los artículos, 10 (83.3%) tienen marco teórico, y
en el caso de las tesis 17 (77.3%) lo incluyen. Hay documentos que no presen-
tan teoría, 2 (16.7%) artículos y 5 (22.7%) tesis, todos trabajos empíricos. Este
tipo de investigaciones sin teoría contienen análisis sobre fenómenos de la vida
práctica. Algunas de éstas adoptan una estrategia inductiva, de la observación del
objeto en su estado real o a partir de los hechos derivan en reflexiones, conti-
núan con la problematización de sus objetos u ofrecen propuestas de solución a
problemas en la práctica.
Sección de método, datos y resultados: Ningún artículo revisado en su con-
tenido posee esta sección. Mientras tanto, 17 (77.3%) tesis si la presentan, 12
(54.5%) empíricas y 5 (22.7%) teóricas. Sólo 1 (8.3%) artículo cuenta con sec-
ción de datos. En el caso de las tesis 11 (54.5%) tienen esta sección, princi-
palmente las tesis empíricas (40.9%). En cuanto a la sección de resultados, los
artículos no incluyen este apartado. En cambio, 21 (95.5%) tesis sí la presentan,
12 (54.5%) son empíricas y 9 (40.9%) teóricas.

102
Arturo Hernández Magallón

Cuadro 4. Estructura de documentos


Investigación
Artículo Tesis
Componentes Empírico Teórico Total Empírico Teórico Total
F % F % % F % F % %
Explícitos - - - - - 11 50.0% 8 36.4% 86.4%
Objetivo(s) No explícitos 4 33.3% 8 66.7% 100.0% 1 4.5% 2 9.1% 13.6%
No presenta - - - - - - - - - -
Explícitos - - - - - 6 27.3% 9 40.9% 68.2%
Preguntas de
No explícitos - - 2 16.7% 16.7% 5 22.7% - - 22.7%
investigación
No presenta 4 33.3% 6 50.0% 83.3% 1 4.5% 1 4.5% 9.1%
Explicita - - - - - 11 50.0% 7 31.8% 81.8%
Hipótesis No explicita 1 8.3% 1 8.3% 16.7% - - 1 4.5% 4.5%
No presenta 3 25.0% 7 58.3% 83.3% 1 4.5% 2 9.1% 13.6%
Sí 2 16.7% 8 66.7% 83.3% 7 31.8% 10 45.5% 77.3%
Marco teórico
No 2 16.7% - - 16.7% 5 22.7% - - 22.7%

Sección de Sí - - - - - 12 54.5% 5 22.7% 77.3%


método No 4 33.3% 8 66.7% 100.0% - - 5 22.7% 22.7%
Sí 1 8.3% - - 8.3% 9 40.9% 3 13.6% 54.5%
Sección de datos
No 3 25.0% 8 66.7% 91.7% 3 13.6% 7 31.8% 45.5%

Sección de Sí - - - - - 12 54.5% 9 40.9% 95.5%


resultados No 4 33.3% 8 66.7% 100.0% - - 1 4.5% 4.5%

Artículos por FCPyS - - 1 8.3% 8.3% 1 4.5% 8 36.5% 40.9%


procedencia de UNAM 2 16.7% - - 16.7% 10 45.5% 1 4.5% 50.0%
autores y Tesis por
procedencia de No UNAM 2 16.7% 6 50.0% 66.7% 1 4.5% 1 4.5% 9.1%
asesores FCPyS-UNAM - - 1 8.3% 8.3% - - - - -
Fuente: elaboración propia.

c) Enfoque teórico
En los artículos se observa gran diversidad de enfoques, mientras que en las tesis
se acentúan las preferencias por ciertas perspectivas. Por ejemplo, las teorías de
Movimientos sociales (3) y la Teoría de la administración pública (Gobernan-
za) (3), fueron utilizadas en su mayoría en investigaciones sobre participación
ciudadana; estas tesis fueron asesoradas por académicos de otras adscripciones
distintas a la FCPyS. Otros enfoques también utilizados son las Teorías de las
organizaciones (3), las corrientes del Neoinstitucionalismo (2), la Teoría de la
administración pública (Nueva Gerencia Pública) (2) y la Epistemología de la
ciencia (2); los trabajos que presentan estas perspectivas fueron asesorados en su
mayoría por académicos de la FCPyS. Algunas tesis (4) y artículos (2) no presen-

103
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

tan enfoque teórico, estos trabajos son empíricos y están enfocados en investigar
y reflexionar sobre problemas de la práctica y sus soluciones. Las tesis con esta
característica fueron asesoradas por profesores con adscripciones en la UNAM
distintas a la FCPyS.
Anteriormente se mencionó que 6 tesis contribuyen a la subdisciplina de la
Ciencia de políticas. En la revisión se observó que algunos de estos trabajos rea-
lizan análisis de políticas con otros enfoques teóricos, algo usual en este campo
multidisciplinario. Por ejemplo, una de ellas estudió la participación ciudadana
en políticas públicas a partir de las teorías de los movimientos sociales. Sólo dos
tesis ubicadas en esta subdisciplina, que por cierto son teóricas, utilizan exclusi-
vamente el enfoque de políticas públicas.

Cuadro 5. Enfoque teórico

Artículo Tesis
Neoinstitucionalismos 1 2
Teorías de la burocracia 1 -
Derecho civil 1 -
Teorías de la democracia 1 -
Teoría fiscal 2 -
Relaciones intergubernamentales 1 -
Estudios de género 1 -
Movimientos sociales 1 3
Teoría de las organizaciones - 3
Teoría de la administración pública
- 3
(Gobernanza)
Políticas públicas - 2
Epistemología de la ciencia - 2
Teoría de la administración pública
- 2
(Nueva Gestión Pública)
Política económica 1 -
Ética pública - 1
No presentan 2 4
Fuente: elaboración propia.

d) Metodología
Unidad de análisis: Los documentos son muestra de la diversidad de objetos de
estudio y de la vigencia o actualidad de temas relacionados a la administración

104
Arturo Hernández Magallón

pública (véase cuadro 6). En el caso de los artículos se encuentra una notable
preocupación por el estudio de: la confianza pública, problemas y soluciones (3);
la política económica (2), las finanzas (2) y la participación ciudadana (2). En
cuanto a las tesis, se avocan principalmente al estudio de: políticas públicas (6),
así como en programas e instrumentos de mejora de la gestión (5), la participa-
ción ciudadana (4) y el conocimiento científico publi-administrativo (4). Como
se ha mencionado en el caso de los artículos, la mayoría de las investigaciones son
teóricas, únicamente en dos de ellos se realizó análisis empírico sobre finanzas
públicas.
Cobertura espacial: Los artículos en general se enfocan a temas nacionales
(9). En el caso de las tesis es diverso, destacan los objetos que se ubican en lo
local (9), y son trabajos principalmente empíricos. También se abordan algunos
del nivel nacional (5) e internacional (4), tanto empíricos como teóricos. Algunas
tesis teóricas no tienen una cobertura espacial (4), dado que se estudia el conoci-
miento sobre administración pública, por ejemplo, la importancia de la teoría de
la organización en esta disciplina o la propuesta de un enfoque multidisciplinario
para su estudio.
Profundidad de la investigación científica: Un número importante de artícu-
los (9) son explicativos, esto puede deberse a la experiencia de los autores en el
estudio de sus objetos. En el caso de las tesis, se encontró que una buena parte
son exploratorias (15), hay tanto teóricas (8) como empíricas (7). También se
identificaron tesis explicativas (7), algunas de ellas empíricas (5), el resto teóricas.
Enfoque temporal: Los artículos son en general sincrónicos (9), abordan
temas de actualidad. Por otro lado, hay tesis teóricas que son sincrónicas (6)
y otras diacrónicas (4). Entre las tesis empíricas también hay sincrónicas (6) y
diacrónicas (6).
Aproximación metodológica: El enfoque metodológico utilizado en la ma-
yoría de los artículos (11) es cualitativo. Este enfoque también está presente en
muchas de las tesis (15), tanto en las teóricas (9) como en las empíricas (6). Tam-
bién se realizaron investigaciones mixtas (5) que son en su totalidad empíricas.
Los trabajos asesorados por profesores de la FCPyS son principalmente cualita-
tivos (8), mientras que los asesorados por académicos de otra adscripción en la
UNAM son cualitativos (7) y mixtos (3). En el caso de los artículos la mayoría
son cualitativos, elaborados por autores que no son de la UNAM (8).
Método de análisis cuantitativo y cualitativo: En cuanto a los estudios cuan-
titativos, algunas tesis utilizaron estadística descriptiva (5) y estadística inferen-
cial (2), estas investigaciones son en general empíricas. Los artículos también
presentan el uso de estadística descriptiva (1) y el análisis estadístico comparado

105
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

(1). Mientras tanto, en cuanto a los estudios cualitativos, tanto en tesis (8) como
en artículos (9) se realizaron primordialmente análisis documentales. También
se encontraron un artículo y diversas tesis (7) que realizaron estudios compara-
dos, y sólo dos documentos de grado utilizaron la etnografía y el historicismo
respectivamente. En el caso de las tesis que fueron ubicadas en “Otro” (3), cuyas
investigaciones se relacionan a la epistemología, sus metodologías no son decla-
radas, aunque en general oscilan entre el análisis documental y la hermenéutica.
Técnicas de investigación: La revisión de documentos fue la principal fuente
de información de tesis y artículos. Algunas tesis detallan explícitamente la téc-
nica de estudio de caso (9). Asimismo, pocas investigaciones de grado presentan
herramientas ad hoc como la entrevista (7); en la mayoría de los casos se utilizan
documentos como leyes, informes y estadísticas gubernamentales, entre ellos
datos del INEGI. Los trabajos asesorados por profesores de la UNAM con ads-
cripción distinta a la FCPyS, utilizaron primordialmente la técnica documental,
entrevistas y observación. Mientras tanto los trabajos asesorados por profesores
con adscripción en la FCPyS, su principal fuente de información fue documental.

Cuadro 6. Características de la metodología


Artículo Tesis
Empírico Teórico Total Empírico Teórico Total
Diseño institucional - - - 1 - 1
Política económica - 2 2 - - -
Confianza pública, problemas
2 1 3 - 1 1
y soluciones
Estructuras de cooperación - 1 1 1 - 1
Instituciones u organizaciones - 1 1 - - -
Unidad de análisis Finanzas 2 - 2 - - -
Política pública (programa
- 1 1 4 2 6
gubernamental)
Programas e instrumentos de
- - - 2 3 5
mejora de la gestión
Conocimiento científico - - - - 4 4
Participación ciudadana - 2 2 4 - 4
Local (Estados y municipios) - 1 1 6 3 9
Nacional 4 5 9 3 2 5
Cobertura espacial
Internacional - 2 2 3 1 4
Otro - - - - 4 4
continua...

106
Arturo Hernández Magallón

Artículo Tesis
Empírico Teórico Total Empírico Teórico Total
Exploratorio - 1 1 7 8 15
Profundidad de investi-
Descriptivo 1 1 2 - - -
gación
Explicativo/Interpretativo 3 6 9 5 2 7
Sincrónico 3 6 9 6 6 12
Enfoque temporal
Diacrónico 1 2 3 6 4 10
Cuantitativo 1 - 1 1 1 2
Aproximación meto-
Cualitativo 3 8 11 6 9 15
dológica
Mixta o Combinada - - - 5 - 5
Descriptivo - 1 1 4 1 5
Método de análisis
Inferencial - - - 2 - 2
cuantitativo
Comparado 1 - 1 - - -
Análisis comparado - 1 1 6 1 7
Etnografía - - - 1 - 1
Método de análisis
Historicismo - - - - 1 1
cualitativo
Análisis documental 3 6 9 4 4 8
Otro - - - - 3 3
Censo - - - 1 - 1
Encuesta - - - 3 1 4
Entrevistas - - - 7 - 7
Técnicas
Observación - - - 1 - 1
Documentos 4 8 12 12 10 22
Estudio de caso - - - 6 3 9
FCPyS - 1 1 1 8 9
Artículos por proce-
dencia de autores y UNAM 2 - 2 10 1 11
Tesis por procedencia No UNAM 2 6 8 1 1 2
de asesores
FCPyS-UNAM - 1 1 - - -
Fuente: elaboración propia.

4. Conclusiones

Los datos presentados ofrecen algunos indicios sobre las prácticas de investiga-
ción en un espacio académico disciplinario, el de administración pública (AP) en
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), UNAM. Para dar cuenta de
dichas prácticas se eligió analizar el contenido de las tesis de doctorado sobre AP
de un periodo de cinco años, asimismo, se revisaron los artículos relacionados

107
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

a la misma disciplina, divulgados en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y


Sociales en el mismo periodo. No se pretendió un análisis comparado en estricto
sentido, la revisión de los artículos sirvió como herramienta de control para iden-
tificar y describir las prácticas específicas de investigación en las tesis. En otras
palabras, la estrategia metodológica más que identificar las características comu-
nes, pretendió identificar las particularidades en las prácticas de investigación en
las tesis en relación a los artículos, que en su mayoría fueron elaborados por au-
tores que no forman parte del espacio académico de AP en la FCPyS, a diferencia
de los tesistas que sí formaban parte de dicho espacio. Estos productos, además
del conocimiento contenido, poseen un valor simbólico, identificar las caracterís-
ticas de las prácticas de investigación manifestadas en las tesis, permitió conocer
un poco de las creencias en ese espacio académico sobre la manera de hacer
investigación. Se acepta que los resultados generan una imagen inacabada sobre
este sub-espacio institucionalizado y sus prácticas, sin embargo, de los hallazgos
pueden emerger dudas o motivar la reflexión sobre la tarea de la investigación en
AP. A continuación se presentan algunas de las conclusiones:
a. Hay una presencia minoritaria de mujeres tanto en tesis como artículos, que
da lugar a cuestionamientos sobre las repercusiones de este fenómeno en la
actividad científica de esta disciplina. Asimismo, surgen dudas sobre cuáles
son los efectos en la generación de conocimiento de las preferencias de inves-
tigación por género. Por ejemplo, en las tesis se encontró que las mujeres in-
vestigan más sobre participación ciudadana; mientras que los hombres sobre
políticas públicas y modernización administrativa.
b. Los hallazgos permiten destacar la importante relación entre los asesores y
las características de las investigaciones. Se identificó que la mayoría de las
investigaciones de tesis fueron asesoradas por académicos con adscripciones
distintas a la FCPyS, y estos trabajos en general son empíricos. Mientras que
las tesis asesoradas por académicos de la FCPyS son principalmente teóricas.
c. Las investigaciones cultivan especialmente tres líneas de investigación o
sub-disciplinas: Ciencia de políticas, Gobernanza y participación ciudadana,
Modernización administrativa y Epistemología de la administración pública.
La contribución de diversos trabajos a ciertas sub-disciplinas refleja, por un
lado, las preferencias de los estudiantes o importancia de ciertos temas en las
pesquisas y debates sobre administración pública en la FCPyS en el periodo
en estudio. Por otro lado, en relación al inciso anterior, también refleja regu-
laridad en la presencia de asesores por campo de especialidad. Por ejemplo,
los asesores que tienen una adscripción distinta a la FCPyS pero que pertene-
cen a la UNAM, dirigieron las tesis relacionadas a la sub-disciplina de Gober-
nanza y participación ciudadana, y en su mayoría las de Ciencia de políticas.

108
Arturo Hernández Magallón

Mientras tanto, los académicos de la FCPyS asesoraron las tesis relacionadas


a las sub-disciplinas de Epistemología de la administración pública y Moder-
nización Administrativa, y en menor medida de la Ciencia de Políticas.
d. En general los artículos no presentan objetivos explícitos, preguntas de inves-
tigación ni hipótesis, una gran parte de los documentos tienen marco teórico,
pero no presentan sección de método ni de resultados. Mientras tanto en el
caso de las tesis, también respecto a los objetivos, preguntas de investigación,
hipótesis, marco teórico, y secciones de método, datos y resultados, los mati-
ces se observan al hacer la distinción entre los trabajos empíricos y teóricos.
El siguiente cuadro describe las características generales de las tesis empíricas
y teóricas respecto a sus componentes.

Cuadro 7. Comparación de tesis

Componentes Empíricas Teóricas


Objetivos explícitos X x
Preguntas de investigación explícitas x X
Hipótesis explícitas X x
Marco teórico x X
Sección de método X x
Sección de datos X x
Sección de resultados X x
X = Mayor número de trabajos que presentan el componente.
x = Menor número de trabajos que presentan el componente.
Fuente: elaboración propia.

e. En el caso de las tesis, las prácticas de investigación denotaron ciertas prefe-


rencias por determinados enfoques teóricos, como las teorías de Movimientos
sociales, las teorías de la administración pública relacionadas a la Nueva Ge-
rencia Pública y la Gobernanza, las Teorías de las organizaciones, las corrien-
tes del Neoinstitucionalismo y la Epistemología de la ciencia. El uso de un
determinado enfoque puede estar relacionado con la sub-disciplina, si está en
boga, con las inclinaciones teóricas de los alumnos o con el perfil del asesor.
Una práctica que llama la atención en algunas tesis y artículos es que
no utilizaron enfoque teórico ni marco teórico, se trata de documentos que
ahondan en problemas de la vida práctica y reflexionan sobre propuestas de
solución. Esta forma de investigar se relaciona a lo que se conoce como prac-
titioner research, aunque ninguno de estos documentos detalla una metodo-
logía especial para identificar y resolver problemas desde la práctica. De este

109
Prácticas de investigación en tesis de doctorado y artículos sobre administración pública...

fenómeno emergen algunas interrogantes, sobre si estas prácticas de investi-


gación están presentes en otros espacios académicos, cuáles son sus criterios
de cientificidad y sus beneficios para la generación de conocimiento en la
disciplina.
f. La investigación en AP refleja una propensión por el estudio de ciertos ob-
jetos presentes en el debate actual, por ejemplo, diversos artículos y tesis
abordan en sus investigaciones la confianza pública, políticas públicas y la par-
ticipación ciudadana. Algunos documentos de grado se centran en cuestiones
específicas como las reflexiones epistemológicas en la disciplina. Los objetos
y problemas de investigación se ubican en su mayoría en un contexto local y
nacional. Los trabajos en general son exploratorios y algunos explicativos, hay
tanto sincrónicos como diacrónicos. La mayoría son investigaciones cualita-
tivas, se realiza principalmente análisis documental y comparado. Hay pocos
trabajos con metodologías cuantitativas que utilizaron estadística descriptiva
e inferencial, la mayoría de estos son empíricos y asesorados por profesores
con adscripción a la UNAM distinta a la FCPyS. La principal técnica de re-
colección de información es documental, son reducidos los trabajos en que se
utilizaron entrevistas.
En general, las prácticas de investigación descritas permiten reflexionar y debatir
sobre la manera en que en los espacios académicos o entornos institucionales se
establecen las condiciones para el desarrollo de las investigaciones. Las creencias
institucionales tienen un peso en el quehacer científico por descubrir, que podría
favorecer los análisis y la toma de decisiones sobre el tipo de investigación que
se quiere en un posgrado, en un espacio académico disciplinario o en general en
una organización universitaria.

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Arturo Hernández Magallón

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112
Capítulo 4

Cruce de caminos entre el repliegue y la


reconfiguración. La antropología mexicana
producida y difundida en la UNAM 2010-2014
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera
Lorena Margarita Umaña Reyes

Introducción.
¿Abandono, repliegue o reconfiguración?
El futuro de la antropología mexicana, un estudio de caso

Whether it survives, flourishes, or becomes extinct depends on


anthropology’s ability to contribute: to become integral and
significant to our culture and society without becoming subservient.
James L. Peacock (1997, p. 9)

El objetivo de este capítulo es presentar los resultados del análisis que, como
parte del proyecto de investigación colectiva que le da vida a este libro, buscó
analizar si las tendencias globales, que las últimas dos décadas han propicia-
do nuevos abordajes metodológicos en la investigación antropológica, marcan
la reciente producción y difusión en México, particularmente en el Instituto de
Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de Méxi-
co (IIA-UNAM). Desde finales del siglo pasado, estas tendencias −sobre todo
frente a la crítica posmoderna− han pautado nuevas trayectorias en los estudios
antropológicos. Esta crítica −enfatizada en la década de los ochenta− cuestiona
la autoridad etnográfica del antropólogo como la voz objetiva que explica los fe-
nómenos observados (generalmente sobre sociedades no-occidentales); así como

113
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

la construcción unilateral (a manera de un monólogo) de los textos antropológi-


cos −de las etnografías−, o bien, de las intervenciones que, desde la antropología
aplicada, se implementan en las sociedades estudiadas.
En México su evocación está relacionada con “la crisis de los años sesenta y
setenta, y la decadencia de los años ochenta” que la disciplina presentó (Lom-
nitz 2014). Como abundaremos en el primer apartado, esta crisis-decadencia se
condensa en el agotamiento de la antropología indigenista que floreció entre
1910 y 1964 como un proyecto que buscaba prefigurar un futuro colectivo mo-
derno fundado en la grandeza del pasado indígena; así como en el desgaste de
la estrategia contestataria post-68 que contradecía los preceptos asimilacionistas
del indigenismo, a la par que enarbolaba la lucha de clases sobre cualquier otra
explicación. Con ello, la antropología mexicana estaba obligada a integrar nuevas
miradas para indagar los fenómenos emergentes y, con ello, reforzar su relevancia
social. Éste es el camino −hipotético− que aquí hemos denominado repliegue; el
cual implicaría un impase reflexivo para reorientar el futuro de la disciplina. Un
repensar, el ser y hacer de la disciplina, más que una retirada o un retroceso. Una
ausencia necesaria para retomar los objetivos.
De ahí parte el planteamiento que pusimos a prueba con nuestro análisis de la
información empírica construida: que desde finales de los ochenta del siglo pa-
sado, cuando se comenzó a discutir el papel de la disciplina en el nuevo siglo, se
estarían proponiendo cambios epistemológicos y metodológicos en la disciplina.
Esto es lo que identificamos como el camino de la reconfiguración. En México,
este proyecto de transformación apuntaría hacia la emergencia de nuevos temas
de investigación (más allá de la antropología indigenista, indianista o marxista),
así como a la experimentación de nuevos abordajes metodológicos.
Por una parte, se construirían nuevos objetos de investigación al ampliar el foco
analítico de una antropología clásicamente interesada en sociedades no-occiden-
tales, las comunidades indígenas y los grupos étnicos.1 Con ello, estudios de los
más diversos calados comenzarían a surcar la discusión antropológica. Ello es lo
que ha trazado el devenir de la disciplina en otras latitudes, donde temas como
medios de comunicación y activismo nativo, aspectos socioculturales de la ciencia
y la tecnología, prácticas en el campo médico, desastres ecológicos y medioam-
biente, desarrollo social y movimientos sociales están llenando las páginas de
artículos y libros (Marcus 1995).

1
Cabe advertir que hablamos de “objetos” de estudio en el sentido más genérico utilizado en el len-
guaje científico. En este sentido, los objetos de estudio son aquellos fenómenos o procesos que para el
caso de las ciencias sociales y humanas están integrados por sujetos (individuos, hombres y mujeres).

114
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Por otra parte, las nuevas tendencias epistemológicas se traducirían en una


reorientación metodológica caracterizada, como ya aconteció en otros países, con
el descentramiento de la observación participante (Gupta y Ferguson 1997) y su
complemento con otras técnicas de investigación cualitativa y cuantitativa. Ahí
está la combinación de entrevistas y cuestionarios con observación participante;
o bien el intercalado del análisis de imágenes y conversaciones.2
Ahora bien, el que la disciplina no se adaptara a los nuevos horizontes analí-
ticos la llevaría por el camino de la extinción (Peacock 1997); esto es lo que aquí
caracterizamos como el abandono de la disciplina. No obstante, como veremos
adelante, éste no parece ser –al menos en el futuro próximo– un camino para la
antropología mexicana producida y difundida desde la UNAM.
Como indicamos al inicio de este capítulo, nuestra reflexión se centra en
identificar si estos cambios (caminos hipotéticos) que han trazado las nuevas tra-
yectorias de la antropología en otros países, están impactando en la producción
académica relacionada con la formación escolar y el trabajo científico de uno de
los centros de investigación mexicanos donde, pese al contexto de crisis-decaden-
cia, aún se enseña e investiga desde esta disciplina. Como parte del proyecto de
investigación colectiva Tendencias recientes y nuevos abordajes metodológicos en la
investigación social nos dimos a la tarea de revisar las tesis y los artículos científicos
que durante los últimos cinco años (2010-2014) se gestaron en esta institución.3
Específicamente se consideraron las tesis doctorales ubicadas en la rama de
la antropología social/etnología, así como los artículos que sobre la misma se
publicaron en la revista del Instituto: Anales de Antropología. Considerando el
contexto de crisis-decadencia esbozado, nuestro análisis se centró en identificar
si la reciente producción académica (escolar y científica) sigue la pauta marcada
por las nuevas tendencias epistemológicas y los nuevos abordajes metodológicos
que han reconfigurado este campo de estudio en otras latitudes. Para ello exa-
minamos los enfoques, los temas y los diseños metodológicos de 85 trabajos:
24 artículos y 61 tesis. A partir de tres posibles caminos (abandono, repliegue
o reconfiguración) analizamos la trayectoria que se traza con esta producción
académica.
En este capítulo presentamos los resultados de este análisis. Con él consta-
tamos que la producción académica de los últimos años en el IIA-UNAM busca
nuevos objetos de estudio, además de que descentra la observación participante

2
Una muestra de estas tendencias epistemológicas y metodológicas se presenta en los siguientes porta-
les: http://www.qualitative-research.net/index.php/fqs; http://www.ncrm.ac.uk/research/MIP/.
3
Agradecemos el trabajo de los becarios Luis Sánchez y Mariel Godoy por la revisión de textos y la
alimentación de la base de datos que sirvió de insumo para nuestro análisis.

115
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

como técnica otrora exclusiva, para complementarla con otras herramientas me-
todológicas; es por ello que la situamos en un camino de reconfiguración. No obs-
tante, como abundamos adelante, en nuestro análisis también encontramos ele-
mentos que generan cruces de camino con lo que hemos denominado el repliegue
reflexivo; es decir, ese interludio que pese a su utilidad para la reconfiguración
puede representar un riesgo de estancamiento en una perenne autoreflexión que
resulte en la falta de reposicionamiento social o público de la antropología. Sobre
estos puntos basaremos la exposición del capítulo.
En el primer apartado presentamos la historia de la antropología, esbozando
la trayectoria que siguió en los países donde se conformó como disciplina cientí-
fica, así como la que tuvo en México. Con ello en mente, en el siguiente apartado
exponemos lo que se constituyó como nuestra hipótesis de trabajo para analizar
la producción y difusión de la antropología en la UNAM. Para ello mostramos
los caminos que pueden trazar las trayectorias de una disciplina que, como en
el contexto mexicano, los últimos años atraviesa una crisis que puede amenazar
su relevancia en el terreno de las ciencias sociales y humanas. Ahí caracteriza-
mos la salida a esta crisis como el camino de la reconfiguración epistemológica
y metodológica de la antropología. En el tercer apartado presentamos el caso
estudiado (la producción y difusión antropológica en la UNAM) a partir de la
información empírica de la base de datos construida y en el siguiente apartado
retomamos esa información para discutir las hipótesis. De manera particular, en
este cuarto apartado analizamos cómo es que los temas y enfoques que ocupan
la investigación y reflexión en tesis y artículos nos permiten identificar nuevos
objetos de estudio; además de que presentamos la tendencia metodológica que
siguen las investigaciones, con lo cual se desplaza la observación participante y
se le complementa con otras técnicas. Finalmente, cerramos el capítulo con un
apartado donde concluimos que la producción científica y la formación escolar
en antropología social/etnología en México está en un cruce de caminos, lo cual
representa un reto si es que se quiere garantizar su relevancia social y pública.
Ello, sin duda, es un elemento indispensable para salir de la crisis-decadencia que
ha tenido la disciplina las últimas décadas.

1. Contexto: Trayectorias de la antropología

Para ubicar las tendencias de transformación o permanencia de la reciente pro-


ducción y difusión de la antropología en la UNAM, es preciso ubicar las trayec-
torias de la disciplina en general, así como los caminos seguidos en el desarrollo
de la antropología mexicana. En primer lugar ubicamos el surgimiento y la trans-

116
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

formación de la disciplina y, en segundo, delineamos las transformaciones de la


antropología en México.
1.1. Surgimiento y transformación de la disciplina

Since anthropology was established as an academic discipline in the


nineteenth century, its proponents have given priority to studying
relatively isolated, homogenous local cultures in the Americas, Africa,
Asia, and Oceania. These cultures existed among communities that
were kinship based, face-to-face, and wholly self-sufficient. Today,
however, such societies have become rare. Even in the most remote
areas of New Guinea or the Amazon, the influences of globalization
have left their mark.
Karl-Heinz Kohl (2014, p. 556)

Tal como lo menciona el etnólogo alemán Karl-Heinz Kohl, la antropología acadé-


mica surgió, a mediados del siglo XIX, como una disciplina dedicada al estudio de
poblaciones que, distribuidas en los distintos continentes, se caracterizaban por estar
relativamente aisladas y en las que las relaciones cara a cara eran la norma; además de
ser, en algunos casos, medianamente homogéneas y, en otros, por estar regidas a par-
tir de normas vinculadas al parentesco; así como por fundamentarse económicamente
en la autosuficiencia productiva.4 No obstante, en la actualidad, y después de más
de un siglo de transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales −sobre
todo con la influencia de la globalización− estas poblaciones tienen poca semejanza
con aquellas que maravillaron, primero, a los viajeros occidentales y, después, a los
propios antropólogos que se internaban en los confines del mundo no-civilizado para
conocer a las mal llamadas poblaciones primitivas o salvajes; a las poblaciones “sin
historia escrita” (Cooper 1928, p. 3). Con la globalización se abandonó la empresa
antropológica que durante décadas había consistido en “encontrar el grupo viviente
de mayor primitivismo o aquel que no hubiera sido contaminado por el Occidente
‘civilizado’” (Medina 1985, p. 1).
Del interés inicial de antropólogos que −ligados o no al espíritu colonialista del
momento− ansiaban ver en estas sociedades (primitivas) el origen de una evolución
lineal cuya cúspide era la sociedad occidental (moderna), los estudios antropológicos

4
Podemos datar el inicio de la antropología como ciencia con el surgimiento de las explicaciones evo-
lucionistas. En Estados Unidos, con la publicación, en 1851, de The League of the Ho-dé-no-sau-nee,
or Iroquois de Lewis H. Morgan, considerado uno de los padres de la disciplina (Goldenweiser 1941);
y en Inglaterra con la publicación, en 1871, de los dos tomos de The Primitive Culture, de Sir Edward
Burnett Tylor, quien propusiera la influyente definición de cultura, la cual fungió como base para el
desarrollo teórico posterior de la disciplina.

117
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

se transformaron, hacia mediados del siglo XX, particularmente después de la se-


gunda guerra mundial y como parte de la última oleada de descolonización de Asia
y África.,. Entonces la intención era documentar la vida en aquellas sociedades, a las
que se consideraba amenazadas por la transformación sociocultural. Este impulso
conservacionista y de corte museístico marcó la producción antropológica hasta que, en
la década de los ochenta, la metamorfosis sociocultural fue inminente. Asimismo, en
los años posteriores a la segunda guerra mundial, la antropología aplicada ganó auge;
sobre todo en Estados Unidos de América. Es de mencionar la importante partici-
pación que antropólogos norteamericanos tuvieran en la redacción de la Declaración
universal de los derechos humanos. Pero esta intervención adoptó también acciones
que a la postre fueron ampliamente criticadas. En particular, por la implementación
de “programas de inteligencia” orientados a la “expansión y dominio” norteamerica-
nos; por ejemplo, durante la Guerra de Vietnam o con el Plan Camelot ‒configurado
para desmantelar cualquier intento revolucionario en América Latina‒ (Medina 1985,
p. 2). Ello también marcó uno de los ejes críticos hacia el quehacer antropológico.
La conjugación de la crítica posmoderna y el impacto de la globalización
marcaron el inicio de otra etapa para la antropología. Con ella el objeto de es-
tudio clásico, es decir, esas sociedades aisladas no-occidentales, se desvaneció en
la complejidad de una sociedad global cada vez más interconectada. Entonces, a
finales del siglo XX, además de la influencia que la globalización tuviera en el
objeto de estudio antropológico, la crítica posmoderna comenzó a cuestionar el
positivismo de los escritos e interpretaciones que dieron vida a la disciplina. Se
pusieron en tela de juicio las producciones académicas más clásicas, la de los pa-
dres fundadores de la antropología cultural anglosajona. Cuestionamiento, muy
al estilo de la transformación y crítica del modelo de conocimiento vigente –des-
de la mirada que planteaba Tomás Khun (1975) con sus revoluciones científicas–
en el cambio de paradigmas de conocimiento. Sin embargo, esta puesta en tela de
juicio, no implicó una extinción de ese estilo de producción académica, sino un
proceso de transformación, no desde el cambio de paradigma de conocimiento
que implica el choque o la ruptura, sino desde su conceptualización como Pro-
gramas de investigación científica lo cual plantea un proceso que observa, critica y
parte de las producciones más clásicas para poder replantearse. Esto, sin desechar
de manera absoluta la producción académica de los clásicos.
En particular, la crítica posmoderna objetaba las “pretensiones del positivis-
mo irreflexivo” plasmado en la etnografía y las monografías clásicas. Este sello po-
sitivista, plasmado en la autoridad etnográfica (el estar ahí) y en las descripciones
objetivas (de quienes presenciaron los hechos y los interpretaban para construir
conocimiento científico), es entendible si consideramos que, por ejemplo, Franz
Boas, Alfred C. Haddon, William R. Halse Rivers, Baldwin Spencer y Bronis-

118
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

law Malinowski obtuvieron sus doctorados en geología, neurociencia, biología y


física, respectivamente. Para ellos la “aldea era análoga a un entorno experimental
controlado”, aquel “donde se estudiaba los fenómenos de las ciencias naturales”;
y el etnógrafo era el encargado de “describir y analizar cómo es que los individuos
y los elementos interactuaban en este ‘sistema cerrado’” (Kohl 2014, p. 556).
En suma, y de manera esquemática, podemos trazar los caminos que siguió
el devenir de la disciplina desde una antropología evolucionista criticada por
sus tintes colonialistas, hacia una antropología culturalista, funcionalista y es-
tructuralista interesada en plasmar la vida de los pueblos no-occidentales en
monografías que trascendieran las transformaciones socioculturales. Pero esta
antropología entró en crisis cuando a finales del siglo XX, por una parte, fue-
ron cuestionados su proceder metodológico y su construcción epistemológica
basados en pretensiones positivistas; y, por la otra, cuando su objeto de estudio
fue abatido por las transformaciones socioculturales de la globalización. Con
ello, además, se hizo eco de la crítica que en la década de los sesenta cuestionara
la relevancia social y pública de la disciplina. Fue así como emergieron nuevos
temas, ligados a las preocupaciones de la “esfera pública”: guerra y paz, cambio
climático, recuperación de desastres inducidos por el desarrollo y la industria,
derechos humanos, inequidades en atención de la salud, así como políticas frente
a la inequidad (Checker, 2009).
1.2. Desarrollo de la antropología en México

Desde la década de 1870, Adolf Bandelier había introducido a la


discusión mexicanista las ideas de su maestro Lewis Henry Morgan;
según éstas, los aztecas habían superado la etapa de ‘salvajismo’ y
se encontraban en la fase avanzada de la ‘barbarie’. En los albores
del siglo XX, las ideas de la antropología evolucionista, mezcladas
con las del sociólogo inglés Herbert Spencer y las del geógrafo francés
Elisée Réclus, fueron difundidas y adaptadas por un profesor
mexicano del Museo Nacional llamado Andrés Molina Enríquez,
abogado de formación y etnólogo autodidacto, quien en su libro Los
grandes problemas nacionales (1909) trazó un vasto panorama de
los grupos sociales del país, clasificados de acuerdo a su ‘raza’ y a su
grado de desarrollo cultural.
Guillermo de la Peña (2008, p. 3-4)-

El avance de la antropología en Estados Unidos, Inglaterra o Francia impactó en


la conformación de “comunidades antropológicas” (Krotz 1997) en países perifé-
ricos como México. Primero, porque las prácticas locales (consideradas exóticas y

119
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

no-occidentales) captaron la atención de antropólogos de esos países y, después,


porque influyeron en la formación de especialistas nacionales que trasladaron las
discusiones del mainstream ya sea para reforzar el ímpetu nacionalista posrevo-
lucionario, para explicar las realidades locales y/o para proponer soluciones a los
grandes problemas nacionales.
Como se aprecia en el epígrafe de este apartado, en México, los primeros
estudios antropológicos estuvieron marcados por el evolucionismo y el posi-
tivismo con la conformación del Museo Nacional en 1877. La idea central de
uno de sus principales exponentes, Andrés Molina Enríquez, era que la raza
mestiza −habitante del centro y norte del país− representaba el progreso y debía
ser la protagonista de la transformación y modernización de México. Con ello
y con la influencia de Manuel Gamio −alumno del antropólogo estadounidense
Franz Boas− quien enfatizó la noción de cultura sobre la de raza, se sentaron las
bases del proyecto indigenista que marcaría uno de los caminos principales de la
antropología mexicana. Con él se buscaba integrar el indio a la nación mestiza −a
la “raza cósmica”, en palabras de Vasconcelos− mediante un proceso que apelaba
a forjar patria.
De manera particular el proyecto indigenista se apoyaría de la labor antropo-
lógica porque como lo planteara en 1916 Gamio en Forjando Patria la idea era
“superar la fragmentación de la sociedad nacional y crear una cultura unificada”
reconociendo, no obstante, los aspectos positivos de las culturas indígenas; es de-
cir, la solidaridad comunitaria, la cohesión familiar y las tradiciones artesanales y
artísticas. Pero, a la par se buscaba eliminar los elementos negativos: “las supers-
ticiones, el fanatismo, el atraso tecnológico, el alcoholismo” (Peña 2008, p. 5).
Para lograr este cometido la intervención de los antropólogos era indispensable a
fin de analizar aspectos relacionados con el medio ambiente, la arqueología, his-
toria, antropometría y nutrición, así como las actividades productivas y distribu-
tivas, además de los rituales, el lenguaje, la educación y organización social. Esta
comprensión integral y regional de la realidad social aportaría una visión objetiva
de las culturas del país, a fin de situarlas en el contexto nacional y reforzar, con
ello, su reconocimiento e integración.
Entonces, durante varias décadas, la relevancia pública de la antropología se
construyó en torno a ese proyecto indigenista. De ahí que, desde la creación, en
1918, de la Dirección de Antropología y hasta el establecimiento del Departa-
mento de Asuntos Indígenas (1938-1946) y del Instituto Nacional Indigenista
(INI) como las instituciones gubernamentales dedicadas a la investigación, diag-
nóstico y transformación de las poblaciones indígenas del país, la antropología
mexicana cristalizara una fusión entre lo académico y lo aplicado. Fusión que, no
obstante en años posteriores fue sumamente criticada.

120
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Bajo la influencia del culturalismo y el estructural-funcionalismo antropo-


lógico, la creación del INI en 1948 −con Alfonso Caso a la cabeza y Gonzalo
Aguirre Beltrán como subdirector− consolidó el proyecto indigenista que bus-
caba la aculturación de la población indígena a través de la transformación de la
comunidad y no del individuo.5 Entonces, en las llamadas “regiones de refugio”6
se construyeron los Centros Coordinadores Indigenistas, donde antropólogos
estaban encargados de investigar “las condiciones específicas de dominación y
además programar el cambio” ya sea mediante “la reforma agraria, la extensión
agrícola, las cooperativas de producción y consumo, la construcción de caminos
e infraestructura de mercado, la escolarización, los servicios de salud y la partici-
pación política en las estructuras republicanas” (Peña 2008, p. 13). Entre 1950 y
1970 se crearon 12 Centros Coordinadores además de que se publicaron diversos
estudios que ampliaban y discutían críticamente el modelo indigenista.
Empero, en un contexto de creciente descontento social, en la década de los
sesenta se evidenció que el proyecto indigenista no daba los frutos prometidos.
El corolario de este malestar social fue la publicación, en 1970, De eso que lla-
man antropología mexicana donde varios jóvenes antropólogos disidentes (en-
tre ellos, Arturo Warman, Margarita Nolasco y Guillermo Bonfil) manifestaron
“una crítica feroz al pensamiento y la burocracia indigenista; a la antropología
oficial, puesta al servicio de un régimen autoritario, y a la enseñanza ‘caduca’ de
la disciplina” (Peña 2008, p. 15). Esto marcó el inicio del fin del proyecto indige-
nista que había fusionado la antropología académica y la aplicada. La producción
antropológica se desplazó a los centros de investigación y enseñanza superior
(por ejemplo, a la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la Universidad
Iberoamericana y la UNAM).
Comenzó así una etapa de investigación economicista y marxista que, durante
veinte años, eclipsó el tema indígena y lo trasladó al estudio del campesinado
(Krotz 1997) o, de manera más precisa, del “modo de producción campesino”
(Peña 2008, p. 17) con exponentes como Rodolfo Stavenhagen, Arturo Warman
y Armando Bartra. Este periodo ha sido caracterizado como el estancamiento,
la quiebra, la crisis o la decadencia de la antropología mexicana (Lomnitz 2014;
Peña 2008). Fue entonces cuando inició el interludio reflexivo (camino del re-
pliegue) en el que los antropólogos plantearon la necesidad de “ir más allá de una

5
Esto marcó un cambio de paradigma para la antropología mexicana, al pasar de la etapa positivis-
ta-evolucionista (1877-1942) a la culturalista y funcional-estructuralista (1942-1970) (Medina 1985,
p.6).
6
Término acuñado por Aguirre Beltrán que refiere a “las zonas en las que la economía de mercado y
las instituciones estatales mostraban particular debilidad, y donde seguía existiendo, insidiosamente,
una estratificación social de castas” (Peña 2008, p. 12).

121
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

antropología indigenista y orientar a los alumnos hacia una antropología de la


sociedad nacional, que incluyera estudios urbanos e industriales, minorías étnicas
no indígenas, movimientos sociales y políticos” (Peña 2008, p. 20). Asimismo, a
partir de los ochenta, con los “descampesinistas”, se diversificaron los temas an-
tropológicos y se conformó una “diáspora temática y teórica” con estudios sobre
cuestiones urbanas, migración y relaciones de género (Medina 1985, p. 12-15).
Cabe mencionar que esta etapa puede marcar el inicio del andar por la ruta
de la reconfiguración, fundamentada en rechazar “la visión idílica del mundo rural
e indígena como ‘esencia de la mexicanidad’” (Peña 2008, p. 21), y en la que
se mira otros temas (fuera de lo indígena y lo campesino).7 No obstante, este
interludio reflexivo también puede convertirse en una etapa de reflexión inter-
minable en la que no se avanza hacia la reconfiguración y reposicionamiento de
la disciplina. De hecho, esto es lo que fundamentó nuestra hipótesis de trabajo.
En otras palabras, la crisis de la disciplina, gestada a finales de los sesenta,
puede tener implicaciones positivas y negativas. El resultado positivo de esta
crisis es una “reacción creativa” (Medina 1985, p. 15) que implica lo que aquí
denominamos un repliegue de la antropología para redefinir la reflexión teórica y
la investigación empírica. La consecuencia negativa de esta crisis está relacionada
con la prolongación del preludio reflexivo y, con ello, la pérdida de relevancia
social o pública de la disciplina. Esto puede repercutir directamente en la dismi-
nución de financiamiento público o privado y, con ello, en el cierre de centros
de investigación y formación académica.8 En suma, esto es lo que se conforman
como los posibles caminos que puede trazar la trayectoria del caso analizado. En
el siguiente apartado presentamos las hipótesis que guiaron nuestro análisis.

2. Hipótesis. Trayectoria de la producción y difusión antropológica


en la UNAM: Entre el repliegue y la reconfiguración

So what is the future of anthropology? Let’s look at three scenarios:


The first is extinction. […] In this period of downsizing, universities
and institutions see small, vulnerable programs such as anthropology
as likely candidates for hit lists. Unfortunately, this is more than a
distant threat; it is a viable possibility. A second scenario, perhaps
7
Esta tendencia para repensar lo indígena-rural está presente en textos como La jaula de la melancolía
de Roger Bartra (1987); obra donde se busca desmontar el mito de que el presente es moderno y el
pasado idílico.
8
Cabe advertir que esta situación no exclusiva de la antropología mexicana, sino de las ciencias sociales
y humanas en general. No obstante, si la disciplina pierde relevancia social o pública, se torna más
vulnerable ante los recortes presupuestales y las prioridades de inversión.

122
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

less likely, is that we do not die but seek refuge in our enclave,
hanging on as living dead. Anthropology in the 21st century, in
this vision, consists of disorganized, quaintly intriguing, and slightly
amusing nay-saying eccentrics who relish vaguely recalled avant-
garde ideas from the fin de siècle 20th-century but who are merely a
curiosity in the 21st. The third alternative, as viable as extinction,
is a flourishing redirection of our field into a prominent position in
society.
James L. Peacock (1997, p. 9)

En un contexto marcado por la crítica posmoderna hacia la disciplina (Lassiter 2005),


desde finales de la década de los sesenta del siglo pasado, se comenzaron a discutir
los posibles caminos que podría seguir la antropología en el futuro. En un intento
por reinventar la disciplina haciéndola socialmente relevante o responsable, y desde
lo que se conoció como antropología radical, en 1969 el antropólogo y lingüista Dell
Hymes había vislumbrado en su libro Reinventing Anthropology tres posibles cami-
nos: replegarse, si es que se seguía con el estudio de la prehistoria, de lo “primitivo”;
abandonarse y ser absorbidos por otras disciplinas; o bien, relajarse, lo que implicaba
una reconfiguración (Lassiter, 2005: 83). Tres décadas después esta discusión seguía
abierta. Como lo muestra el epígrafe que comienza este apartado, el antropólogo Ja-
mes Peacock planteó tres escenarios que complementan los caminos que propusiera
Hymes: la extinción de la disciplina, que los antropólogos se mantuvieran aislados
como muertos vivientes o, bien, que la antropología caminara hacia una nueva direc-
ción (Peacock 1997, p. 9).
Retomando estas propuestas nuestro análisis consistió en ubicar la trayectoria
seguida por los recientes trabajos escolares y científicos de la antropología mexicana
producida y difundida en la UNAM. A manera de hipótesis se planteó que los
caminos podían ser abandono, repliegue y reconfiguración:
1) Abandono (o extinción). Este camino implica que la disciplina es des-
plazada y/o absorbida por otras, lo cual se expresa en la desaparición de centros
de investigación y el cierre de espacios universitarios destinados a su enseñanza.
Esto se explicaría porque los estudios antropológicos no logran aprovechar su
potencial metodológico y epistemológico (Lomnitz 2014; Kohl 2014) para expli-
car las cambiantes y complejas sociedades actuales, sino que siguen marcados por
la tendencia conservacionista y museística antes referida.
2) Repliegue (interludio reflexivo). Este camino está relacionado con cierta
permanencia de la producción antropológica, la cual, no obstante, al configurarse
como un impase de autoreflexión sobre el futuro de la disciplina, o bien puede
avanzar hacia una reconfiguración (camino 3), o bien se queda marginada al no

123
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

abonar en la explicación de la realidad social contemporánea. Al no mostrar su


relevancia social o pública queda relegada a ser una excéntrica curiosidad episte-
mológica (Peacock 1997, p. 9); esto facilitaría el aislamiento de los trabajos antro-
pológicos e, incluso, su desplazamiento y absorción por otras disciplinas sociales;
camino que retrocede, en última instancia, a la ruta del abandono o extinción
(camino 1).
3) Reconfiguración epistemológica y metodológica. Este camino se traduce
en una reinvención de la disciplina; esto es, construir nuevos objetos de estudio
y trabajar con estrategias metodológicas diferentes a las que tradicionalmente
conformaron el método etnográfico. Lo primero implica ampliar la mirada ha-
cia nuevos temas y desde enfoques innovadores; lo segundo si bien refiere una
reorganización del método, no apunta hacia abandonar la etnografía, ya que esto
es lo que le da vida y sentido a la propia disciplina. Más bien requiere una rear-
ticulación de técnicas de investigación.
Los caminos 1 y 2 se relacionan con cierta resistencia al cambio; en ellos, los
antropólogos no se adaptan a las exigencias de transformación de un entorno social,
político, económico y cultural que tiene poco que ver con el clásico objeto de estu-
dio antropológico: las sociedades no-occidentales, mal llamadas primitivas o salvajes.
En contraste, el tercer camino implica una reorientación hacia la construcción de
nuevos objetos de estudio y la adaptación de estrategias metodológicas innovadoras.
De manera esquemática, y para operacionalizar esta hipótesis, en el siguiente cuadro
presentamos los componentes de nuestro planteamiento:

Cuadro 1. Operacionalización del planteamiento

Camino (hipotético) Componentes analíticos


1. Abandono o extinción Desaparición de:
• Centros de investigación
• Programas de educación profesional y de posgrado
2. Repliegue o interludio Reflexión/ cuestionamiento sobre los ‘viejos’:
reflexivo • Temas
• Enfoques (subdisciplinas)
3. Reconfiguración
3.1 Epistemológica Ampliación de objetos de estudio:
• Nuevos temas
• Nuevos enfoques
3.2 Metodológica Adecuación del método etnográfico:
• Descentramiento de la observación participante
• Articulación con otras técnicas de investigación
Fuente: elaboración de las autoras.

124
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Respecto al primer camino, y considerando el contexto de crisis-decadencia de


la antropología mexicana (referido en la introducción de este capítulo y desarro-
llado en el apartado anterior), el que en una de las universidades más importante
de México y América Latina (Forbes, 2014)9 exista no sólo un instituto donde
se promueva la investigación antropológica y su enseñanza en posgrado, sino que
también ahí se haya abierto recientemente una licenciatura en antropología, de-
muestra lejanía respecto al camino de abandono o extinción. No obstante, si bien
esto ocurre en la UNAM, ello parece no reproducirse en otras instituciones, lo
cual nos lleva a recordar las irónicas palabras de Claudio Lomnitz cuando en un
foro sobre el futuro de la antropología mexicana dijera:
Varias instituciones superiores en ciencias sociales de alto prestigio pa-
recen poder prescindir de la antropología, sin despeinarse demasiado. No
tienen centros de antropología ni El Colegio de México ni el CIDE, por
ejemplo, ni tampoco han desarrollado este campo instituciones privadas
influyentes, como el ITAM o el Tec de Monterrey. La Universidad Ibe-
roamericana, con una tradición de gran prestigio en esta área, quitó hace
algunos años a su departamento de antropología para fusionarlo mejor en
uno general abocado a las ciencias sociales. (Lomnitz, 2014).
Pero, como el caso que nos ocupa en este análisis se circunscribe al ámbito
universitario, aquí encontramos que la trayectoria de producción y difusión de
la antropología en y desde la UNAM se aparta de este camino. Entonces, como
presentamos en los siguientes apartados, con el análisis sobre las tesis del IIA y
los artículos de la Revista Anales de Antropología encontramos, en mayor medi-
da, una orientación hacia el camino de la reconfiguración. No obstante, también
vislumbramos ciertas prácticas que trazan un cruce de camino con la repliegue
reflexivo de la disciplina; mismo que, como reflexionamos en la conclusión del
capítulo, puede representar un riesgo para la relevancia de la antropología pro-
ducida y difundida en la Universidad.

9
Según el estudio QS University Rankings: América Latina la UNAM ocupa el octavo lugar de las 10
mejores universidades de América Latina.

125
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

3. El caso estudiado: producción y difusión antropológica


desde la UNAM (2010-2014)

Llevar a cabo investigaciones antropológicas de alta calidad


académica que contribuyan a comprender el presente y el pasado
de las civilizaciones humanas, a través de cuatro especialidades:
la antropología física, la arqueología, la etnología y la lingüística
antropológica, que han venido desarrollando diferentes líneas de
investigación y contribuido al conocimiento antropológico de una
manera destacada y reconocida internacionalmente
Misión, IIA-UNAM

Nuestro análisis, como mencionamos en líneas anteriores, se centró en el trabajo


académico producido y difundido por el IIA de la UNAM; tanto en las tesis re-
lacionadas con la rama social de la disciplina −la etnología−, como en la difusión
de artículos de investigación en esta materia. En particular analizamos esta pro-
ducción durante los últimos cinco años (2010-2014) e identificamos 85 trabajos:
24 artículos y 61 tesis. En este apartado presentamos, en primer lugar, una breve
anotación sobre el programa doctoral del cual han emanado las tesis analizadas,
así como sobre la revista que alberga los artículos considerados en nuestro es-
tudio. En segundo lugar, mostramos los datos que nos permiten caracterizar el
caso analizado.
A manera de preámbulo, es importante considerar las dos fuentes de las que
mana la producción que ocupó nuestro análisis. Por una parte, el Programa
doctoral, creado en 1959, se fundamenta en la premisa de que “la antropología
estudia las sociedades humanas y sus cambios a través del tiempo, tanto en sus
aspectos biológicos como culturales y sociales; enfatizando un concepto unitario
y totalizador para el conocimiento del hombre” (Plan de Estudios, 2011).10 Esta
premisa permea la organización del Programa de estudios debido a que los alum-
nos reciben una formación que se integra en las cuatro (o cinco) ramas en que
en el Instituto se divide el estudio antropológico: antropología física, etnología
(antropología social), arqueología y lingüística antropológica. Entonces, si bien
los alumnos pueden optar por alguno de estos campos para desarrollar sus inves-
tigaciones, el diseño curricular busca que los estudios mantengan la integralidad
“holística” de los trabajos más clásicos de la antropología. De manera particular,
la revisión de tesis y artículos se centró en la rama social de la antropología (la
etnología).

10
Disponible en http://www.posgrado.unam.mx/antropologia/doctorado/plan.pdf

126
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Respecto a las ramas, cuatro o cinco, cabe mencionar que en el Plan de estudios
del doctorado (2011) se mencionan cinco ramas, distinguiendo la antropología
social (orientada al estudio de “procesos de globalización, migración y mercados;
campesinado y nuevas ruralidades; estudios de género; cultura, símbolos e iden-
tidades sociales; relaciones interétnicas; antropología del turismo; antropología
jurídica; antropología jurídica y del poder”); de la etnología (enfocada en “et-
nografías regionales; cultura y la cuestión étnico-nacional, religiosidad popular
y cultura política; estudio de cosmovisiones, códices y sociedad colonial, cuerpo
y persona, sistemas ontológicos y cosmológicos, mitología y procesos rituales”).
No obstante, en las líneas temáticas desarrolladas por los investigadores adscritos
al instituto ambas ramas se fusionan en una (etnología). De ahí que en nuestro
estudio hablemos de antropología social/etnología retomando esta fusión.
Al respecto también es importante mencionar que, como todo campo cien-
tífico donde los paradigmas entran en disputa, los contornos de las ramas antro-
pológicas se han modificado a lo largo del tiempo. Desde aquellas que en sus
primeros años distinguían el estudio de “las razas del hombre” con antropología
física; la forma en que “el hombre habla”, con la lingüística; así como las for-
mas de vida y su cultura, con la antropología cultural (Cooper 1928 p.3); hasta
las más recientes −por ejemplo, la propuesta por la Asociación Americana de
Antropología− que dividen el campo de estudios en cuatro ramas: arqueología,
antropología biológica, antropología cultural y antropología lingüística (Portal
web de la asociación).11
Por otra parte tenemos a la Revista Anales de Antropología (RAN). Fundada
en 1964, se conforma como un “órgano de difusión y comunicación científica a
nivel nacional e internacional” en la que se difunden trabajos de interés mundial
con énfasis en México y América. Según su propuesta editorial, en esta revis-
ta se publican trabajos científicos, ensayos críticos y teórico-metodológicos, así
como reseñas bibliográficas de las áreas del estudio antropológico antes referidas,
incluyendo textos de otras disciplinas que abonen al análisis de las sociedades
humanas, lo que le da un carácter, al menos formalmente, interdisciplinario o
transdisciplinario (Portal de revistas arbitradas UNAM).12 La Revista recibe artí-
culos de investigadores de la UNAM, así como de otras instituciones nacionales
y extranjeras. De los números analizados, el 46% son artículos de investigadores
que pertenecen a otras instituciones académicas mexicanas, el 38% pertenece a la
UNAM y el 8.3% a una institución extranjera (véase Gráfica 1).

11
http://www.americananthro.org/AdvanceYourCareer/Content.aspx?ItemNumber=2150&navItem-
Number=740
12
http://revistas.unam.mx/index.php/antropologia

127
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

Gráfica 1. Procedencia de los autores: RAN

Fuente: elaboración propia.

Ahora bien, una vez que hemos situado las fuentes de nuestro análisis, a conti-
nuación presentamos la descripción general de lo que se constituyó como nuestro
caso analítico considerando las siguientes variables: tipo de investigación (em-
pírica-teórica); enfoque teórico y diseño metodológico (es decir, si cuenta con
marco teórico, objetivos, hipótesis y preguntas).
Del total de trabajos revisados fue posible identificar no sólo el tipo de in-
vestigación predominante en este tiempo, según el objetivo buscado (explorar,
describir o explicar) sino, cómo se está haciendo ciencia desde la antropología so-
cial/etnología y en torno a qué objetos de estudio. Sobre el tipo de investigación
(Cuadro 2), en los 85 trabajos revisados, encontramos que el 75% de la tesis son
de tipo explicativo-interpretativo en contraste con el 46% de artículos. De estos,
la mitad (doce) son de tipo descriptivo y uno exploratorio. Asimismo, existe una
clara incidencia hacia investigaciones que profundizan en explicaciones y análisis
de problemas antropológicos desde la perspectiva sociocultural.
Pese a que en las tesis revisadas hay una tendencia hacia la explicación y la
identificación de relaciones de causalidad que buscan interpretar los comporta-
mientos o el sentido de las prácticas y los procesos de configuración de los sen-
tidos socialmente compartidos; en el caso de los artículos hay una mayor prefe-
rencia hacia la descripción y exploración de los objetos de estudio (15 de 24). En
cuanto al tipo de investigación, el planteamiento sigue con la tradición empírica
de la antropología, característica representativa de este campo de estudio.

128
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Cuadro 2. Tipo de investigación

Tipo de Investigación (empírica-teórica)


Total
Empírica % Teórica %
Formato de Artículo 74.38 25.61 28.23
Investigación Tesis 78.03 21.96 71.76
Total 90.58 9.42 100
Fuente: elaboración propia.

Los productos que se obtienen como resultado de un proceso doctoral –la ela-
boración de una tesis– implica en sí misma, una actividad de productividad cien-
tífica enmarcada en un método prioritariamente empírico y que se enuncia de
manera explícita en el producto de divulgación. De 85 trabajos revisados 62
poseen una sección explícita, en sus documentos, en la que explican su método
de construcción y análisis de datos. Sin embargo la tendencia a no contar con
una sección de método es mayor en los artículos de divulgación que en las tesis
(Cuadro 3). Es decir que el 58% de los artículos revisados no poseen una sección
de método frente a un 17% de las tesis.

Cuadro 3. Transparencia metodológica (Explicitación del método%)

Sección de Método
Total (%)
Si % No %
Formato de Artículo 41.66 58.33 28.23
Investigación Tesis 72.46 27.54 71.76
Total 72.94 27.06 100
Fuente: elaboración propia.

De los 85 trabajos revisados, 68 (que equivalen al 79.1%), cuentan con marco


teórico y sólo 17 de ellos (19.9%) no poseen un apartado teórico. Esto último
no implica que no exista uso de teorías, sino que no presentan una estructura
conceptual clara, ni un posicionamiento epistemológico específico para abordar
el objeto de estudio. De hecho, como se muestra en el Cuadro 4 se aprecia cómo
en la mayoría de trabajos revisados −cuando se analiza la categoría de enfoque
teórico−, la mayor parte de los trabajos aparecen etiquetados en la opción “otros”
(31 de 85) y 18 en la opción “sin especificar”. Si sumamos ambas cifras tendre-
mos un total de 49 trabajos de un total de 85 que no poseen un enfoque teórico
claro para abordar sus objetos de estudio o que utilizan teorías diversas.

129
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

Pese a ello, la información también nos muestra que hay un claro interés por
lo simbólico y por la antropología de la cultura. En los estudios revisados es la
antropología simbólica la que sobresale con una frecuencia de 35, lo que repre-
senta el 41.2%. Los estudios de esta subdisciplina muestran un claro interés en
temas relacionados con ámbitos socioculturales, símbolos y construcciones sim-
bólicas en las comunidades o grupos (Cuadro 4). Asimismo, hay una tendencia a
usar más de un enfoque teórico y dejar de centrar el interés en el evolucionismo
y el funcionalismo; de igual forma, la subdisciplina menos trabajada es la de la
antropología jurídica con un 1.2%.
Lo anterior se vincula con lo que Palacios (2007, p. 77) afirma en el sentido
de que “[a]lgunos de los desarrollos teóricos más potentes en antropología, por
su validez y por su operatividad mucho tiempo después, se han dado en clasifi-
caciones simbólicas, en análisis de rituales […]. Además, esta capacidad ‘para-
digmática’, representativa de la reflexión antropológica sobre lo simbólico, no se
circunscribe a este nivel del conocimiento, también se extiende a las dinámicas
heurísticas de este campo de conocimiento antropológico y a su fiel reflejo de
los principios de la heurística en su búsqueda de sentido”. Pese a que hay un
predominio del campo de análisis de lo simbólico y la cultura, vale la pena hacer
notar que hay un gran número de trabajos que no pueden ser clasificados den-
tro de algún enfoque en particular o que no especifican alguno. Once trabajos
aparecen en la variable otros y estos productos, aunque no se perfilan de manera
clara en algún enfoque teórico de la antropología, sí utilizan enfoques de otras
disciplinas. Ello, nuevamente nos remite a pensar que el “contorno de definición
del objeto de la antropología resulta, hoy más que nunca, difícil de trazar. No
sólo por la tendencia −evidente en la cotidianidad− de una práctica que se solapa
con la de disciplinas cercanas como la sociología, la historia o la psicología, sino
porque es precisamente esa tendencia la que demuestra que el delineamiento
epistemológico de esos bordes se va quedando obsoleto ante la complejidad de
los ‘sujetos’ de los cuales se pretende hablar” (Caicedo, 2003, p. 166).
Lo anterior nos lleva a pensar que la construcción de ese sujeto sociocultu-
ral complejo promueve la interdisciplina y la multidisciplina en la construcción
teórica del objeto de estudio. No obstante esta tendencia, también es preciso
considerar los otros 11 trabajos que figuran en la variable (sin especificar/ sin
información), los cuales no presentan teorías prestadas de otras disciplinas: Citan
algunos autores, pero no hay ningún enfoque predominante, ni siquiera hacia
la construcción interdisciplinaria del objeto. Esto refleja la heterogeneidad en la
construcción epistemológica de la disciplina.

130
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Cuadro 4. Enfoque teórico por subdisciplina

Sub-Disciplina

Antropología de la religión

Antropología simbólica o
Antropología de la salud

Antropología de la cues-

Antropología del medio

Antropología y género
Antropología jurídica
Antropología política

Antropología urbana
tión indígena

de la cultura

ambiente
Total

Otros
Evolucionismo 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1
Funcionalismo 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 3
Particularismo
histórico y
0 0 1 0 3 0 0 0 0 1 5
relativismo
cultural
Enfoque Teórico

Estructuralismo 0 0 0 0 3 0 0 1 1 0 5
Análisis
7 1 0 0 3 0 2 0 0 1 14
simbólico
Antropología
0 1 0 1 3 0 0 0 1 2 8
posmoderna
Otros 3 1 2 4 11 2 0 0 2 6 31
Sin especificar/
0 0 1 4 11 0 0 0 1 1 18
Sin información
Total 10 3 4 11 35 2 2 1 5 12 85
Fuente: elaboración propia.

Al analizar el diseño metodológico en esta caracterización del caso estudiado


encontramos que en su mayoría (88% de artículos y 77% de tesis) presentan
marco teórico, ubicándose principalmente como trabajos relacionados con la an-
tropología simbólica y posmoderna. Con algunas diferencias, aunque también
con la mayoría de casos (sobre todo en las tesis), los textos analizados incluyen
de manera explícita preguntas de investigación (46% en artículos, 79 en tesis) y
objetivos (63% de artículos y 95% de tesis), pero en la presentación de hipótesis
se ve claramente la diferencia entre los que las presentan de manera explícita
(18% de artículos y 82% de tesis) y los que no presentan (41% de artículos y 2%
de tesis), así como los que las presentan de manera implícita (41% de artículos y
16% de tesis). (Ver cuadro 5)

131
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

Cuadro 5: Presencia de pregunta de investigación %

Presencia de Preguntas de Investigación


Total
Explícitos No Explícitos No Presenta
Artículo 45.83 50 4.17 28.24
Formato de investigación
Tesis 78.69 21.31 0 71.76
Total 69.41 29.41 1.17 100
Fuente: elaboración propia.

Sobre la necesidad de construir ese sujeto sociocultural complejo también se


hace evidente el creciente interés en un individuo social como parte de una es-
tructura a la que afecta y que lo afecta, 66 de los 85 trabajos revisados se centran
en el individuo como unidad de análisis y de esos 66, 12 presentan una cobertura
micro local y 24 locales. Existe una tendencia a los estudios de casos que emer-
gen desde sujetos sociales clave, para entender fenómenos sociales complejos. La
cobertura internacional ha decrecido en interés, mientras que lo local y microlo-
cal suman un total de 43 que equivalen a un 50% de los trabajos. (Ver Cuadro 6)

Cuadro 6: Cobertura espacial y unidades de análisis

Cobertura Espacial Total


Internacional
Subnacional
Microlocal

Regional

Nacional
Local

Otro
NE

Individuo 12 24 7 6 7 7 1 2 66
Hogares 1 2 0 0 0 0 0 3
Estados 0 0 0 1 1 0 0 2
Regiones 0 0 0 2 0 0 0 2
Unidad de Instituciones 0 0 0 0 1 0 0 1
Análisis
Instrumen-
0 1 0 0 0 0 0 1
tos Jurídicos
Grupos
3 0 1 3 1 0 0 8
Sociales
Otro 0 0 0 0 2 0 0 2
Total 16 27 8 12 12 7 1 85
Fuente: elaboración propia.

En cuanto a la metodología, el estudio de la antropología, sigue siendo mayorita-


riamente cualitativo. Los 85 trabajos utilizan técnicas cualitativas y la hegemonía

132
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

del método etnográfico es incuestionable en el universo de trabajos revisados:


18 de 24 artículos y 54 de 61 tesis (87.8%). La teoría fundamentada práctica-
mente desaparece como método cualitativo en los trabajos revisados; asimismo,
ubicamos como método emergente, el análisis documental, lo cual implica una
reconstrucción de la naturaleza empírica de la disciplina. De 85 trabajos, 77
se definen absolutamente desde la aproximación cualitativa y los 8 restantes se
presentan desde una aproximación metodológica “mixta” porque incorpora datos
cuantitativos. En esto es relevante precisar que, más que producir datos cuanti-
tativos, esos trabajos interpretan cifras existentes o bases de datos ya construidas.

Cuadro 7. Método de Análisis Cualitativo - Formato de Investigación

Formato de Investigación Total


Artículo Tesis
% dentro de Formato de 1.7% 1.2%
Teoría Fundamen- Investigación
tada
% del total 1.2% 1.2%
% dentro de Formato de 9.1% 2.4%
Método de Análisis Cualitativo

Análisis Comparado Investigación


% del total 2.4% 2.4%
% dentro de Formato de 81.8% 90.0% 87.8%
Etnografía Investigación
% del total 22.0% 65.9% 87.8%
% dentro de Formato de 1.7% 1.2%
Análisis del Discurso Investigación
% del total 1.2% 1.2%
% dentro de Formato de 9.1% 6.7% 7.3%
Análisis Documental Investigación
% del total 2.4% 4.9% 7.3%
% dentro de Formato de 100.0% 100.0% 100.0%
Total Investigación
% del total 26.8% 73.2% 100.0%
Fuente: elaboración de las autoras.

Finalmente, nuestro análisis contempló evaluar la estructura de los textos; enfocado


a identificar, si tienen secciones específicas de datos, método, y resultados. Mientras
que la mayoría de tesis y artículos (con más del 90%) presentan secciones con datos
y resultados del análisis, la mayoría de los artículos (55%) no destina un apartado
específico a la metodología, lo que sí ocurre con las tesis (88%).

133
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

4. Análisis de la información. Entre la reconfiguración y el aislamiento

Reconfigurar la antropología como disciplina ha implicado, de un lado, repensar,


reestructurar, modificar e incluso cuestionar hacia qué objetos dirigir la mirada
epistemológica; y, del otro, descentrar la técnica otrora privilegiada: la observa-
ción participante. Teniendo en mente estas posibilidades de reconfiguración, el
caso analizado nos muestra que la antropología producida y difundida en el IIA-
UNAM, por una parte, apunta hacia cierta reconfiguración epistemológica ya
que se identificaron diversidad de objetos de estudio, entre los que se encuentran
temas y preguntas relacionados con:
a. El oficio del antropólogo. Esto indica que la antropología como campo cien-
tífico de estudio sigue generando preguntas sobre qué implica ser antropó-
logo. En total, este tema ocupa seis de los trabajos revisados (ver Cuadro
7). Algunos de ellos son: ¿Quiénes estudian antropología?; Estudiantes de
antropología ¿Renegados sociales o agentes de desarrollo?; Estudiar antro-
pología: un camino para actuar en una realidad compleja; La elección de la
antropología como carrera y otras cuestiones.
b. Estudio de la salud y el significado de las enfermedades y del cuerpo. Es
importante destacar que este tema se enfoca desde las representaciones so-
ciales, los imaginarios y las construcciones intersubjetivas. Esto implica que
la antropología está volteando la mirada hacia el significado de la salud y la
enfermedad en distintos contextos, pero de trasfondo hay un creciente interés
hacia la construcción social y simbólica del cuerpo. Algunos de los títulos
relacionados con este tema son: El significado subjetivo de salud de un médico
indígena tradicional de Zongolica, Veracruz; Enfermar y sanar. Persona, cuerpo
social y cosmos en la vida cotidiana Chol, en Calakmul; Entre sanos y enfermos.
Una aproximación biocultural al proceso salud-enfermedad-atención en el Hos-
pital Real de Naturales: 1775-1802.
c. La construcción de significados colectivos sobre los territorios, que a di-
ferencia de la antropología tradicional que estaba enfocada hacia lo rural,
muestran la emergencia de la antropología centrada en los fenómenos urba-
nos: la calle, la violencia en las ciudades, las élites en la ciudad, el ciberespacio
como nuevo territorio, la delincuencia. Con estos temas la antropología está
visibilizando nuevas formas de construir ciudadanía desde la territorialidad; lo
que no se limita a lo físico, sino a la construcción de nuevos territorios desde
la construcción de significados colectivos: la nación, las migraciones, la mo-
vilidad social, el medioambiente.

134
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Cuadro 8. Nuevos objetos de estudio

Tema/ subdisciplina Total de trabajos Artículos % Tesis %


Antropología de la salud 9 1 4 8 13
Antropología de la religión 2 0 0 2 3
Antropología política 3 0 0 3 5
Etnicidad y cuestión indígena 20 5 21 15 25
Antropología simbólica 10 3 13 7 11
Antropología del medio ambiente 3 0 0 3 5
Antropología urbana 2 0 0 2 3
Antropología de la migración 9 1 4 8 13
Antropología y género 6 0 0 6 10
Antropología de la violencia 5 2 8 3 5
El oficio del antropólogo 7 7 29 0 0
Antropología de la alimentación 3 3 13 0 0
Otros 6 2 8 4 7
Fuente: elaboración propia.

No obstante la diversificación de nuevos temas (a, b y c), hay un tema que −aun-
que ha perdido su título de hegemónico− sigue generando interés en los estudios
antropológicos. De 85 trabajos revisados 20 plantean temas vinculados a la etni-
cidad y las cuestiones indígenas. Ejemplo de estos títulos son: El nido heredado.
Estudio sobre cosmovisión, espacio y ciclo ritual de la tribu Yaqui; ‘La doble vida de
junto’. Estudio Histórico-Etnológico del Conocimiento Tradicional de los Nahuales
en Tres Regiones Culturales Significativas; Cultura y Economía para la sobreviven-
cia: Procesos y relatos desde el etnoterritorio nahua de Tehuipango, en la Sierra de
Zongolica, Veracruz; De naguales y culebras. Entidades sobrenaturales y ‘Guardianes
de los pueblos’ en el sur de Oaxaca.
Sin duda el interés por las cuestiones indígenas ha dejado de ser central, sin
embargo sigue generando interés el análisis de la idiosincrasia, cosmovisión y
significados de las prácticas y rituales indígenas. Si bien, como veíamos en el
apartado anterior, así como en fechas recientes la antropología mexicana ha bus-
cado nuevos objetos de estudio, la producción y difusión en la UNAM ha diver-
sificado los intereses de investigación pero aún es relevante el tema relacionado
con la etnicidad y la cuestión indígena. En este sentido es que aquí encontramos
un cruce de caminos entre la reconfiguración epistemológica (construcción de
nuevos objetos de estudio fuera de lo indígena-campesino) y la permanencia al
mantener el foco analítico en lo indígena (más que en lo campesino). Este interés

135
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

en lo indígena, si bien puede explicarse por el propio origen de la antropología


como una disciplina interesada en estudiar la alteridad cultural (Krotz 1997, p.
16), también puede implicar el aislamiento (camino 2 de la hipótesis) de la disci-
plina para explicar una realidad cambiante y compleja, la cual no necesariamente
está vinculada con los procesos de (re)producción cultural e identitaria, sino con
episodios de cambio y reconformación étnico-cultural.
Los temas que prácticamente no figuran en los intereses epistemológicos
del universo estudiado son los que se vinculan a la antropología jurídica, el im-
pacto de la globalización en comunidades indígenas y campesinas, así como la
democracia y las nuevas tecnologías. Estos son temas que cada vez más cobran
fuerza como objeto de estudio de las ciencias sociales y que configuran un marco
reflexivo desde la interdisciplinariedad. Sin embargo, siguen ausentes en la an-
tropología social.
Por otra parte, la reconfiguración de la disciplina también ha ocurrido en el
plano metodológico. Si bien, la etnografía sigue siendo el método por excelen-
cia para abordar sus distintos objetos de estudio, hay un descentramiento de la
observación participante como técnica exclusiva para la construcción de datos.
Cabe mencionar que desde sus orígenes, que se remontan a inicios del siglo XX,
y hasta nuestros días, la etnografía como método tiene un sello característico:
ocuparse de aquello que otros acercamientos metodológicos suelen pasar por
alto; es decir, “el mundo tal y como lo viven y explican sus propios protagonis-
tas” (Casabona 2004, p. 22). Eso que Bronislaw Mailinowski (1975), padre de la
etnografía, identificara como los “imponderables de la vida real” (p.36). En resu-
midas cuentas, esa es la particularidad del método: hacer que los “hechos hablen
por sí mismos” (Malinowski 1975, p. 37). Para ello, el antropólogo debe estar ahí
a fin de agotar la totalidad de la realidad mediante un ejercicio de observación
directa y continua sobre terreno (participante y/o participativa). Esto es lo que se
conoce como trabajo de campo (fieldwork).13
No obstante la centralidad del método etnográfico y de su técnica por excelen-
cia, la observación participante o participativa, la información analizada muestra
que este método se está reconfigurando al incorporar técnicas complementarias.
Entonces, pese a que la antropología lleve “un siglo comprometida con la etno-

13
Si bien las misiones de evangelización de siglos precedentes hicieron un trabajo similar, no fue sino
hasta la segunda mitad del siglo XIX que surge la antropología como una disciplina científica. Los
primeros antropólogos que hicieran trabajo sobre terreno en sociedades no-occidentales fueron A. R.
Radcliffe-Brown quien, entre 1906 y 1908, estudió a los nativos de las islas Andamán; y B. Malinows-
ki, considerado el padre de la etnografía porque sistematizó el método a partir de la experiencia que
tuvo en diversas estancias sobre terreno entre 1915 y 1918 con los melanesios de las islas Trobriand
(Hermitte, 2004: 23).

136
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

grafía justamente debido a su preocupación, cada vez más refinada, por entender
las instituciones como un sistema interrelacionado, y por ubicar y describir el
sentido de las categorías de las sociedades de manera sensible a su contexto”
(Lomnitz 2014, online), el método etnográfico ha descentrado la observación
como única técnica para construir información relevante.
La mayoría de las tesis (88%) y los artículos (77%) se basan en la etnografía.
Pero en una antropología dialógica entendida desde dos estilos: “uno respetará la
estructura dialógica y el proceso de dialéctica entre el informante y el antropólo-
go (véase: Dwyer, 1982), mientras que el otro, que se conoce como “modo cola-
borador”, consiste en un instinto más radical de ceder totalmente la voz al otro,
creando una hipotética situación de diálogo de igual a igual (Crapanzano, 1980),
donde se entrecruza de forma más o menos “ficcional” el discurso del nativo y el
del propio antropólogo”(Palacios, 2003:60). Esto se corrobora con los métodos
mixtos y el uso de entrevistas y análisis discursivo.
Otros métodos empleados son el análisis documental y el comparativo; y, en
mucho menor medida, la teoría fundamentada. Hay con esta distribución una
tendencia a continuar con la tradición etnográfica en la antropología. Con ello,
la
 antropología
 retoma
 los
 procedimientos
 del
 método
 científico
 general,
fundamentados en observar, elaborar
 hipótesis, verificar
y
concluir. Sin embar-
go, “[l]a
 antropología es una ciencia social y la verificación se realiza median-
te el trabajo de
campo,
a
partir de una observación
que sea lo más participante
posible, para llegar a una conclusión basada en la
comparación sistemática. La
metodología de la antropología es dependiente del propósito comparativo y cua-
litativo que persigue” (Gómez, s.f.). Es por ello, como veíamos antes, que sigue
predominando la tradición empírica que pone como condición necesaria la vin-
culación con los sujetos.
Asimismo, y considerando que la disciplina es eminentemente empírica, el
análisis mostró centralidad de las fuentes primarias: 82% de artículos y 77% de
tesis; información que, no obstante, es complementada con fuentes secundarias y
documentales. En lo que los textos difieren de manera significativa es en las téc-
nicas empleadas para la construcción de información (sobre todo si consideramos
que la técnica por excelencia de la antropología y del método etnográfico es la
observación): mientras la mayoría de los artículos (67%) utiliza exclusivamente
entrevistas, el 78% de las tesis combina la observación con las entrevistas. En
menor medida se emplean otras técnicas como son los grupos de enfoque y las
encuestas. Otra técnica recurrente también es la documentación para comple-
mentar, ya sea las entrevistas o la observación.

137
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

De manera puntual considerando las técnicas usadas, solo 11 de 85 utilizan


cuestionarios tipo encuesta; mientras que 68 de 85 utilizan entrevistas, 55 de 85
utilizan la observación participante y 74 de 85 utilizan la técnica del grupo de
enfoque. En suma, esto quiere decir que las técnicas de indagación en antropo-
logía se están diversificando. Con ello estamos presenciando el replanteamiento
de un campo disciplinar incluso en aquellos aspectos que epistemológicamente
han caracterizado el ser y el hacer en la antropología.
Ahora bien, considerando que la etnografía se caracteriza por el análisis em-
pírico del aquí y el ahora, ello también se ha reconfigurado: 41 trabajos adop-
taron un enfoque sincrónico y 41 uno diacrónico. Ello implica que no hay una
tendencia que privilegie exclusivamente el presente etnográfico o la construcción
histórica del objeto estudiado.
Finalmente, y relacionado con la continuidad metodológica, respecto a las
unidades de análisis estudiadas, hay un fuerte interés en el individuo más que en
los grupos. De un total de 61 tesis, 46, equivalentes a un 75% de la población,
utilizaron como unidad de análisis al individuo, mientras que sólo 8 (13.1%) se
enfocaron hacia grupos sociales.

Lo anterior muestra cómo es que la antropología sigue construyendo explicacio-


nes e interpretaciones de grupos, instituciones u otro tipo de unidades a partir
de los individuos que los componen (véase Cuadro 9). Ello fundamenta la con-
fiabilidad en la construcción de los datos. El reto aquí, como lo muestran los
datos del cuadro 9 es construir una inducción confiable que permita trasladar la
explicación del individuo al grupo.

138
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

Cuadro 9. Unidad de análisis principal según formato de investigación

Unidad de Análisis_1

Grupos Sociales
Instrumentos
Instituciones
Individuo

Regiones

Jurídicos
Hogares
Total

Estados

Otro
Formato de Artículo 19 1 0 2 0 0 0 2 24
Investigación Tesis 46 2 2 0 1 1 8 1 61
Total 65 3 2 2 1 1 8 3 85
Fuente: elaboración propia.

Como se aprecia en la Cuadro 10, de un total de 85 trabajos revisados, solo 65 de


ellos (48 tesis y 17 artículos) poseen una unidad de análisis secundaria. De estos 65
trabajos, 19 de ellos transitan del individuo al grupo social; doce trabajos se siguen
centrando en el individuo y 10 tienen como segunda unidad de análisis a institu-
ciones. Desde este dato, cabe destacar, que se mantiene el carácter básico del méto-
do etnográfico centrado en el individuo para generar explicaciones sobre situaciones
relacionales, coyunturales y estructurales, así como la necesidad de generar nuevos
porqués desde las personas y sus complejos escenarios de acción social.

Cuadro 10: Formato de Investigación - Unidad de Análisis_2 (Porcentajes)


Unidad de Análisis_2
Instituciones
Individuo

Regiones
Ciudades
Hogares

Sociales
Estados

Total
Grupos
Países

Otro

% dentro de
Formato de Investigación

Artículo

Unidad de 25.0 20.0 42.9 70.0 10.5 25.0


Análisis_2
% del total 4.7 1.6 4.7 10.9 3.1 25.0
% dentro de
Unidad de 75.0 80.0 100.0 100.0 100.0 57.1 30.0 89.5 100.0 75.0
Tesis

Análisis_2
14.1 6.3 7.8 1.6 6.3 6.3 4.7 26.6 1.6 75.0
% dentro de
Total Unidad de 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.00
% del total Análisis_2
% del total 18.8 7.8 7.8 1.6 6.3 10.9 15.6 29.7 1.6 100.0
Fuente: elaboración propia.

139
Cruce de caminos entre el repliegue y la reconfiguración. La antropología mexicana...

Consideraciones finales: Reposicionamiento público y


social de la antropología mexicana

Society needs anthropology. If we did not exist, we would be invented;


in fact, we are often reinvented under different names.
James L. Peacock (1997, p. 9)

Uno de los temas que, desde finales del siglo pasado, se vislumbraba como reto
para la supervivencia y florecimiento de la antropología es la relevancia social de
la disciplina. Esto es, la posibilidad de construir conocimiento socialmente útil,
que fuera aplicado para el mejoramiento de las relaciones humanas, trazadas por
dificultades locales y globales; o bien, que sirviera para entender las compleji-
dades socioculturales contemporáneas. Como hemos visto en este capítulo, su
fundamento metodológico básico, la etnografía, le permite brindar explicaciones/
interpretaciones de los fenómenos sociales mediante un acercamiento que otras
disciplinas no tienen: el estar ahí; la mirada desde adentro; la comprensión in-
tegral de las interacciones sociales desde lo diverso y lo común; o el significado
que los sujetos le dan a sus prácticas sociales. Como se menciona en el epígrafe
de este apartado final, la antropología, o –de manera más concreta– su método,
la etnografía, ha sido retomado, reinventado el quehacer de otras disciplinas,
­antropologizándolas. Ello denota su utilidad epistemológica. Entonces para que
la disciplina antropológica, en general, y la antropología mexicana, en particular,
gane o retome centralidad pública y social −y deje de ser la “disciplina invisible”
(Peacock 1997, p. 10)− ha de adaptar su metodología y sus intereses analíticos a
la cambiante realidad global.
En este trabajo hemos visto que la antropología ha experimentado la nece-
sidad de redefinir a sus objetos de estudio desde la mirada hacia el sujeto o los
sujetos sociales que hacen posible interpretar dinámicas, prácticas y comporta-
mientos grupales en contextos que ya no sólo se reducen a escenarios rurales,
extraordinarios y lugares apartados, sino desde lo cotidiano y la construcción
de la vida urbana, intersubjetiva y desde la abstracción-reflexión de escenarios
visibles y simbólicos. Es por ello que las “cuestiones como las conexiones entre
lo que entendemos como cultura y su ejercicio social, las dinámicas de cambio y
creatividad dentro de estas interrelaciones, los dilemas ‘etéreos’ entre explicacio-
nes ‘internas-externas’ en todas sus variantes epistemológicas, estructura-sujeto,
mente-cuerpo-ambiente, comunidad abierta-cerrada, local-global, son fuentes
inagotables para el pensamiento antropológico” (Palacios, 2007, p. 84).
Las tesis y los artículos que hemos analizado muestran que la antropología
producida y difundida en la UNAM está en un cruce de camino. Hay una recon-

140
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera y Lorena Margarita Umaña Reyes

figuración metodológica con la articulación de la observación participante −propia


del método etnográfico− con otras técnicas; así como la integración de nuevos te-
mas. No obstante esta reconfiguración epistemológica, que implica la construcción de
nuevos objetos de estudio, también encontramos cierta continuidad en el análisis
del tema que le dio vida a la antropología mexicana, y que durante dos décadas
estuvo ausente: la etnicidad y la cuestión indígena. De hecho es evidente a partir
del regreso a temas emblemáticos como el indigenismo, se reafirmó la tradición
disciplinaria del estudio del otro. Asimismo, en nuestro análisis también identifi-
camos un tema que ocupa la preocupación de los antropólogos: la reflexión sobre
el propio oficio. Esto nos remite al camino que definimos como repliegue. En él,
la reflexión sobre el oficio del antropólogo es central para redefinir el futuro de la
disciplina. Entonces podemos posicionar ambos temas en un interludio reflexivo
porque, si bien implican, por una parte, retomar y revalorar un aspecto que había
sido marginado de la discusión (lo indígena) y, por la otra, reflexionar sobre el
papel de la disciplina, también pueden devenir en un estancamiento si es que la
producción académica resultante no se entrelazan con un valor público. Esto es, si
los productos de investigación no se ligan con la realidad social, política, cultural,
económica de un país al que le urgen respuestas… y no es que la “cuestión indí-
gena” o la “etnicidad” no sean realidades que merezcan respuestas, sino que tal vez
los cuestionamientos de esta realidad están alejados de la mirada museística del
antropólogo. La antropología hoy, debe plantearse nuevos retos metodológicos que
implique reconfigurar una disciplina milenaria, pero desde el sentido de la época
y los múltiples cuestionamientos de cómo construimos desde la vida cotidiana los
mundos sociales. Krotz (1997) insiste en el texto, “La antropología mexicana actual
y futura: tres puntos críticos” en el hecho de que la antropología como cualquier
otra ciencia, se ocupa de lo que es; de describirlo, interpretarlo, explicarlo de mane-
ra integral. Sin embargo, dado que toda interpretación de la realidad es limitada,
plantea como reto, la necesidad de pensar además sobre lo posible. Dentro de este
proceso de reconfiguración y de constante reflexión sobre el oficio del antropólo-
go, no puede perderse de vista, afirma Krotz, la dimensión utópica de la realidad
sociocultural como un compromiso ético de la antropología.

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gica y un ensayo de propuesta Cinta moebio 16: 57-63 www.moebio.uchile.
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Peacock, James L. (1997), “The future of anthropology”, American Anthropo-
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Peña, Guillermo de la (2008), “Antropología social y cultural en México”, do-
cumento preparado para el seminario “Anthropology in Europe”, Madrid,
septiembre de 2008, disponible en: http://pendientedemigracion.ucm.es/
info/antrosim/docs/DelapenaMexico.pdf Fecha de consulta: 9 de diciembre
de 2016.

143
Capítulo 5

Una revisión de los abordajes metodológicos en


las investigaciones en derecho recientes en la
UNAM: ¿sapos de otro pozo?
Luciana Gandini
Mauricio Padrón Innamorato

Introducción

Este capítulo tiene como propósito explorar y conocer qué tipo de investigacio-
nes predominan en el campo jurídico en la UNAM, en los años más recientes.
En este sentido, el objetivo no es indagar sobre el peso que tienen ciertas ramas
del derecho, o sobre los temas que predominan, incluso no se busca analizar las
posturas teóricas que se asumen con más o menos frecuencia, sino saber qué
tipos de diseños metodológicos se adoptan, en qué medida se hacen explícitos
ciertos elementos imprescindibles para el quehacer investigativo, qué métodos y
técnicas son utilizados, así como las falencias y vacancias que se advierten.
La metodología puede entenderse, desde su concepción más amplia, como
aquella parte de la ciencia que nos muestra o enseña cómo dirigir determinado
proceso de manera eficiente y eficaz para alcanzar los resultados deseados, tenien-
do como objetivo brindar o delinear la estrategia a seguir en el proceso. Es decir,
en la actualidad los problemas metodológicos han ido adquiriendo un amplio de-
sarrollo como fundamentación teórica de los métodos, como ciencia del método,
pero también como estrategia de la investigación (Ander-Egg, 1995).
En este sentido, para Ander-Egg (1995), toda metodología rebasa los proble-
mas propiamente metodológicos, ya que lleva implícitas “indagaciones de carác-
ter gnoseológico, metafísico y aún de concepciones del mundo” (Ferrater Mora,

145
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

1958: 36), es decir, no sólo se vincula con el trabajo propio de investigación sino
también, con los paradigmas de la ciencia.
De lo dicho, el aporte de este trabajo se comprende en el marco de los demás
capítulos que componen esta obra, los que en su conjunto permitirán tener un
panorama actualizado de los desarrollos metodológicos en las ciencias sociales
en nuestra casa de estudios. El proyecto que emprendimos se propuso generar
un diagnóstico de la investigación empírica social que desarrollamos las y los
investigadores y alumnos de posgrado en las disciplinas sociales en las diferentes
dependencias académicas. Es por eso que, como se verá en este capítulo, el caso
específico del derecho merece una reflexión especial, ya que la investigación em-
pírica no abarca todo el campo y, además, la tradición investigativa ha adoptado
prácticas propias de la disciplina.
¿Cuáles son las particularidades en la disciplina del derecho y cuáles son los
retos que aún nos toca emprender? De manera específica nos preguntamos: ¿qué
características metodológicas poseen los artículos y las tesis de doctorado en
Derecho que se realizan en la UNAM?, ¿cuáles son las subdisciplinas prevale-
cientes?, ¿qué tipo de estructura analítica possen y qué peso tienen las preguntas,
objetivos, teorías e hipótesis?, ¿cuáles son las diferentes estrategias metodológi-
cas que se escogen y en qué medida
Nos proponemos aportar en este terreno, desde una mirada fundamentalmente
descriptiva que siente las bases para profundizar en esta línea investigativa en futuros
trabajos. Para ello, luego de esta introducción se presenta una sección en donde se
exponen sintéticamente algunas particularidades de la disciplina del derecho dentro
del campo de las ciencias sociales, por considerar que tienen cierta incidencia en
su perfil metodológico. Posteriormente, se expone una sección con las precisiones
metodológicas en donde se explica la estrategia de esta investigación y los criterios
de selección del universo analizado. La tercera sección es en donde se presentan los
resultados y se estructura en dos apartados: en uno primero en donde se describe el
perfil de los productos de investigación estudiados y en una segunda, se analizan las
características metodológicas de dichos productos. Finalmente, el capítulo posee una
sección de conclusiones donde se presentar unas reflexiones finales y se dejan plan-
teadas algunas líneas de trabajo a futuro.

1. El derecho como disciplina académica de investigación

El campo jurídico se encuentra en un momento de replanteo epistemológico y


metodológico, una reflexión por la que, por supuesto, también transitan otras
disciplinas de las ciencias sociales. En los últimos años, aunado al quiebre de

146
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

algunos paradigmas que dominaron el conocimiento durante el siglo XIX y gran


parte del XX, desde algunas trincheras se debate la forma de hacer investigación
académica en el quehacer jurídico. Esta reflexión se sitúa en torno a diferentes
tópicos: la identificación del objeto de estudio del derecho, la existencia o no de
un método jurídico, la relación entre el derecho y el lenguaje y el tipo de ense-
ñanza que se encuentra destrás de la defensa de una u otra perspectiva.
Existe cierto reconocimiento de que en México, como en el resto de los países
de Iberoamérica, sigue predominando la investigación jurídica dogmática tradi-
cional, definida por algunos autores como aquella que se encuentra centrada en
los textos legales, cargada de formalismo, excesivamente descriptiva y retórica,
fundamentalmente prescriptiva, que deviene de un aprendizaje repetitivo y me-
morista (Atienza, 2006; Becerra, 2010; Courtis, 2006a; Ferrari, 2015).
Para quienes se ubican en otro lado, en lugar de este modo de enseñar y hacer
investigación, se asume una postura más crítica y reflexiva, con una mayor con-
ciencia y sensibilidad hacia las cuestiones vinculadas al método, que promueva el
planteo de investigaciones con carácter práctico, que ayuden a zanjar el divorcio
entre la teoría y la práctica. En verdad, también se trata de romper con una no-
ción espúrea del término “teoría” que se sitúa muy alejada de la realidad (Sarlo,
2006). Lo anterior no significa que deba abandonarse la dogmática (Courtis,
2006b), lo que se busca es resaltar la posibilidad de abrir la disciplina hacia una
diversidad de investigaciones y aproximaciones metodológicas para, finalmente,
dar cuenta de la complejidad social desde el mirador jurídico.
Aunque para muchos puede resultar una obviedad afirmar que el derecho
constituye una de las disciplinas que conforman el campo de las ciencias socia-
les, por tiempo y en parte, derivado de esa postura más clásica, en el campo ha
predominando una actitud ciertamente reacia o prejuiciosa a aceptarlo. Dicho de
manera muy simple, las disciplinas que se congregan en el marco general de las
ciencias sociales convergen en el interés por el estudio de fenómenos que se vin-
culan con la realidad social o con la sociedad, con ciertos grupos o instituciones
y con las interacciones que se dan entre ellos.
Entonces, la pregunta es si el derecho estudia este tipo de fenómenos o si es posi-
ble que su objeto de estudio se enmarque en esta definición genérica. De nuevo, una
mirada más estrecha define al objeto del derecho como aquel que refiere al estudio de
la norma, entendida como la ley; aunque una concepción más amplia, y más frecuen-
temente utilizada por algunos, como los sociólogos del derecho, entienden que el
objeto es la norma en tanto constituye un sistema social o de acción social, donde su
objeto de estudio debe ligar la norma con las acciones sociales que el derecho regula

147
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

y la manera en que la primera afecta a su entorno y su contexto –y viceversa (Ferrari,


2015; García Villegas y Rodríguez, 2003).
Si bien asumir solamente el análisis de un sistema legal, aislado de cualquier
contexto social, sigue siendo una opción en la academia, muchos estudiosos con-
sideran insuficiente el primer enfoque referido por reconocer conscientemente
que la ley tiene por objeto la sociedad y por esto, influye en el comportamiento
humano (van Hoecke, 2011). Entonces, el derecho “debe ser abordado más allá
del discurso normativo o del método comparativo con que funciona la lógica
formal de los discursos jurídicos del legislador o de los operadores judiciales; por
eso, hay que romper esa metodología binaria y entrar en una nueva metodología
que permita una interpretación social del discurso de la norma” (Ostau de Lafont
de León y Niño Chavarro, 2011: 35).
Una consecuencia vinculada a la duda latente de circunscribir el derecho a las
ciencias sociales se traduce, entre otras cosas, en la persistencia de una distancia con
respecto a la utilización de la metodología de investigación propia de las ciencias so-
ciales. Al final, entonces, es posible resumir o delimitar la discusión a una cuestión
de métodos, entendidos como una parte importante de la metodología.
Precisamente, ¿qué le otorga el carácter de cientificidad a las ciencias en gene-
ral, y a las ciencias sociales en este caso particular? La respuesta más simple es la
existencia de teoría y método. Es en este último aspecto es en donde radica una
tensión no resuelta entre los académicos del ámbito jurídico. Algunos autores
insisten en la existencia de un método propio del derecho (Cruz Parcero, 2006), y
en general acuerdan en que éste consiste en el método hermenéutico, conclusión
a la que se suele arribar, según Courtis (2006a), de manera apresurada. Desde
nuestro punto de vista, consideramos que es necesario identificar y diferenciar
el o los métodos propios del quehacer jurídico como disciplina profesional de
aquél o aquéllos que son específicos de la investigación académica y que son
utilizados por todas las disciplinas que componen las ciencias sociales. Muchos
de los artículos y libros que se titulan “metodología jurídica” o “metodología de
la investigación jurídica” (Ávila Ortiz, 2005; entre otros), en realidad exponen las
características que adquiere un trabajo sustentado en un método científico o, en
otras palabras, más allá del tipo de metodología, métodos y técnicas utilizadas,
desarrollan las reglas formales (conjunto de pasos sistemáticos que otorgan rigu-
rosidad y la posibilidad de replicabilidad a una investigación) que frecuentemente
se utilizan en las ciencias sociales. En el mismo sentido lo afirma el jurista Sán-
chez Zorrilla (2011: 321):
Nos guste o no, debemos aceptar que la MIJ [metodología de investi-
gación jurídica] no es más que una rama específica de la metodología,

148
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

y esta última se viene desarrollando de mejor modo en el campo de la


investigación científica, por ello se la llama metodología de la investiga-
ción científica, o simplemente metodología científica. Si el lector desea
comprobar lo dicho líneas atrás, hará bien en consultar cualquier manual
de metodología general y luego compararlo con otro que haya sido hecho
para el Derecho, verá que no existe mucha diferencia en cuanto a lo que se
puede leer en sus páginas. Así es que, si queremos saber qué es y de qué
se ocupa la MIJ debemos, primero, conocer qué es y de qué se ocupa la
metodología científica.
Una de las particularidades del derecho es que se trata de una disciplina práctica
–como la medicina–, aquella que con su formación permite su ejercicio discipli-
nar y para ello ha desarrollado métodos propios de la profesión. El jurista, como
técnico –abogado, juez–, dispone de un conjunto de habilidades, organizadas por
pasos ordenados que le dan validez a su accionar (en definitiva, métodos). Sin
embargo, estos métodos no refiren al ámbito de la investigación. De lo que se
trata, desde nuestra apreciación, es de distinguir entre ese accionar del jurista
como profesionista y las características propias del quehacer investigativo jurí-
dico. Entonces, en este capítulo queremos entender qué se hace y cómo se hace
desde su contribución a la academia.
Para ello, los autores de este capítulo partimos de la premisa de que el dere-
cho es un fenómeno social que debe estudiarse con la metodología de las ciencias
sociales, observándolo como un hecho social1 (Ehrlich, 1976). Sin embargo,
también sostenemos que dicha metodología es pertinente –y necesaria– aun para
quienes se sitúen en aquella posición más tradicional y dogmática, que estudia al
derecho son base en el análisis de los textos legales. Así, coincidimos con Blanco
y Mancini (en este mismo libro), cuando sostienen que: “por más que se parta
de diferentes paradigmas de producción de conocimiento es posible constituir
espacios de diálogo académico a partir del acuerdo sobre mecanismos básicos
de validación del conocimiento. Estos mecanismos no necesariamente implican
una lógica única de investigación, pero sí una lógica que garantice la claridad en
la comunicación, la comprensión de las operaciones lógicas involucradas en la
investigación, y la replicabilidad de los hallazgos” (pág. 50).
En tal sentido, el dominio y desarrollo metodológico de la investigación jurí-
dica no requiere que el jurista sea experto en otras disciplinas sino que reflexione
sobre lo que siempre ha hecho (Anitua, 2006), mirando con interés y sin perder

1
“Si solamente estudiáramos los cambios en la Constitucion y las leyes, o la evolución de los criterios
de interpretación judiciales, se nos escaparía el contexto y la dirección del cambio, lo que solamente
puede captarse mediante el instrumental teórico y metodológico de las ciencias sociales” (Fix-Fierro,
2015:XVI).

149
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

la postura crítica de otras disciplinas, para así fortalecerse y enriquecerse no sólo


del concimiento que se produce en otros ámbitos, sino y sobre todo, de cómo se
transita por el proceso de investigación. Pensamos que este trabajo puede aportar
en este sentido.

2. Notas metodológicas

Para la realización de esta investigación se seleccionaron dos fuentes de produc-


ción de trabajos académicos. Una de ellas, las tesis de doctorado producidas en
el marco del Programa de Doctorado en Derecho de la UNAM, el cual cuenta
con 5 sedes: dos de ellas en Ciudad Universitaria, la Facultad de Derecho y el
Instituto de Investigaciones Jurídicas; y otras tres fuera del campus, la Facultad
de Estudios Superiores Acatlán, la Facultad de Estudios Superiores Aragón y
la Estación Noroeste de Investigación y Docencia, en la Ciudad de Tijuana.2 Se
trata del primer programa de posgrado del que egresaron doctores en derecho
en México, por primera vez hace setenta años (Becerra, 2010) y de un progra-
ma “por investigación” de tal forma que, como sostiene su propia presentación,
“todas las actividades del programa estén enfocadas a la elaboración de una in-
vestigación (tesis de grado).”3 Por ello, el análisis de estos productos, de recientes
egresados y formados en investigación jurídica, es un reflejo de lo que se produce
y de la manera en que se hace en la práctica.
La otra fuente revisada son los artículos científicos publicados en la Revista
del Posgrado en Derecho de la UNAM que, a partir de 2014, se denominó Re-
vista del Posgrado en Derecho en la UNAM Nueva Época.4 La elección de esta
revista se hizo fundamentalmente por dos razones. Una de ellas, porque esta
publicación constituye un espacio que da a conocer los trabajos de investigación
y análisis que realizan los alumnos del Posgrado en Derecho de la UNAM junto
con las colaboraciones de destacados profesores e investigadores de la disciplina
jurídica, tanto nacional como internacional. La otra, porque dicha revista se ori-
ginó con el objetivo claro de constituirse en un espacio académico donde presen-
tar, discutir y analizar los diversos temas que atiende la ciencia jurídica, además
de dar cabida a la variedad de temas que se abordan desde el resto de disciplinas
que componen las ciencias sociales y que se vinculan, de una u otra forma, con la
disciplina de derecho. Constituyendo así una publicación diversa, que ofrece una
aproximación general a la investigación disciplinaria.
2
Esta estación depende del Instituto de Investigaciones Jurídicas y fue creada en 2015. Como aún no
cuenta con egresados del doctorado, no fue considerada en esta investigación.
3
http://www.juridicas.unam.mx/invest/docen/docto/presenta.htm
4
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/cont.htm?r=posder

150
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

El período bajo análisis es el quinquenio precedente al inicio de esta investi-


gación, comprendido entre los años 2010 y 2014. Con la información recogida
elaboramos una base de datos con los registros de todos los artículos y las tesis
revisadas, 172 casos y 56 variables, con las que sintetizamos las características
metodológicas que poseen dichos trabajos académicos.5
Desde la información recabada y sistematizada, no es esperable que podamos
advertir cambios notorios en algunas tendencias ya que no disponemos de una
perspectiva histórica de largo plazo. Sin embargo, lo que sí es posible, es contar
para revisar, el panorama contemporáneo y actualizado del perfil que adquiere el
abordaje metodológico de los trabajos académicos que se realizan desde la disci-
plina del derecho en la UNAM. Si bien, y como se advirtió en la introducción,
el análisis asume una perspectiva descriptiva, este abordaje es lo suficientemente
detallado y permite la comparabilidad con otras disciplinas sobre la manera en
que asumen la producción de conocimiento.

3. Un poco de estadística y otro poco de interpretación

3.1 Perfil de los productos de investigación

Como se dijo en líneas previas, la base de datos resultante del trabajo de campo
se conformó por un total de 172 registros, de los cuales 91 son artículos de la
revista tomada como unidad de análisis y, 81 tesis de doctorado de las distintas
sedes donde se imparte el programa. Entre los primeros, se publicaron una vein-
tena por año, a excepción de 2014 donde, por motivo de la reestructuración de
la revista, solo se publicó un número con 8 artículos. En el caso de las tesis, un
promedio de 16 investigaciones fueron finalizadas por cada año de observación,
con una fluctuación que va de 14 para el 2011 a 20 para el 2013.
Así, para ambas fuentes de producción académica se advierte cierta regula-
ridad y sistematicidad –a excepción del 2014 para el caso de la revista–, lo que
permite sostener que en el periodo reciente la producción académica en derecho,
en los espacios analizados, ha sido constante.
Un primer dato, que permite adentrarnos en la realidad abordada muestra
que, a diferencia de otras disciplinas donde las unidades de análisis suelen ser
relativamente más diversas, en las investigaciones jurídicas predomina el análi-
sis centrado en dos unidades analíticas: instrumentos jurídicos e instituciones

5
Los autores agradecen el trabajo realizado para la elaboración de la base de datos y la construcción
de material para el análisis descriptivo a Ángeles Marina Reyes Roldán y Karla Espinoza, y a José Luis
Torres, quien realizó el trabajo de elaboración, procesamiento y revisión final de la información.

151
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

(gráfica 1), aunque de la revisión de la información surgieron otras adicionales,


la mayoría de los casos se aglutina en estas dos categorías. La diferencia la ad-
vertimos entre los tipos de investigación: en los artículos, hay una tendencia por
realizar análisis de instrumentos jurídicos (40%), mientras que para las tesis, la
preferencia se inclina hacia el estudio de instituciones (37%). En menor medida,
algunas investigaciones, tesis en particular, estudian temas jurídicos que atañen
a determinada entidad federativa o reflexionan sobre la propia disciplina.

Gráfica 1. Derecho. Distribución porcentual de la unidad


de análisis principal según tipo de invetsigación. 2010 - 2014

Fuente: elaboración propia.

De la mano de los mismos intereses propios de la disciplina, la cobertura espacial


de las investigaciones está predominantemente centrada en el ámbito nacional.
Casi la mitad de las tesis y los artículos se circunscriben a dicho terreno (cuadro
1). No es casual que las investigaciones se aboquen a este ámbito, ya que éste ha
sido durante gran parte de la centuria pasada la unidad por antonomasia de las
ciencias sociales en general, impulsada por aquella mirada dominada por el na-
cionalismo metodológico (Wimmer y Gkick Schiller, 2003), en la cual el Estado
Nación se concibe como la indiscutida unidad de análisis.
En esta lógica, para algunas disciplinas más que otras, como el derecho o la
ciencia política, ha sido un espacio definitorio de su dominio disciplinar. Así, los
objetos de estudio considerados “internos”, por mucho tiempo, fueron relegados

152
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

a los márgenes de la disciplina y han sido incorporados al campo paulatinamente


(Wihtol de Wenden, 2013). En segundo lugar, pero con un peso mucho más re-
zagado, se encuentran trabajos referidos a temáticas que atañen al espacio inter-
nacional, con mayor interés en el caso de las tesis (14%) que en los artículos de la
revista (8%). Estos trabajos corresponden principalmente a las ramas del derecho
internacional, comparado, administrativo y económico, y refieren a temas como
migración, integración regional, comercio internacional y globalización.
Un 17% de los artículos no tiene una clara referencia espacial, lo cual se ex-
plica por tratarse, en mayor medida, de investigaciones del campo de la filosofía
del derecho, mismos que no disponen de un asidero empírico -como es propio
de esta rama del derecho- sino que ubican sus trabajos y reflexiones en el terreno
teórico e incluso epistemológico.

Cuadro 1. Derecho. Distribución porcentual de los documentos


según cobertura espacial. 2010-2014

Cobertura espacial Artículos Tesis Total


Nacional 47.2 49.5 48.3
Internacional 7.7 13.6 10.5
Local 6.6 8.6 7.6
Regional 6.6 1.2 4.1
Microlocal 3.3 0.0 1.7
Subnacional 2.2 0.0 1.1
Otro 4.4 0.0 2.3
No aplica 22.0 27.1 24.4
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

En relación al enfoque temporal, encontramos una preferencia por los estudios


sincrónicos, más marcada en el caso de los artículos que en el de las tesis (grá-
fica 2). Un 70 por ciento en el primer caso y un 52 por ciento en el segundo, se
inclinan por seleccionar sobre un momento en el tiempo o establecer un corte
para centrar el objeto de estudio en un contexto temporal específico. Los menos
adoptan una visión diacrónica que implica el análisis de los cambios y la evolu-
ción de una materia a lo largo del tiempo.

153
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

Gráfica 2. Derecho. Distribución porcentual del enfoque temporal según


tipo de investigación. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Dentro del derecho, existe una variedad importante de subdisciplinas que, en


parte, coinciden con temáticas y abordajes particulares. El cuadro 2 presenta
esta información. Resulta interesante que el orden de prelación que tienen estas
ramas en las dos fuentes de producción académica es coincidente. Lo anterior
parece sugerir que la tendencia a especializarse o a estudiar temas de ciertas sub-
disciplinas por parte de las y los académicos del derecho tiene correlato con las
generaciones más recientes que culminan su formación doctoral.
Como es sabido, una de las ramas que tiene mayor predominio en la inves-
tigación jurídica es la de derecho constitucional, que congrega a la quinta parte
de los artículos analizados y a 16% de las tesis. En segundo lugar, se encuentra
el derecho administrativo y en tercero, la filosofía del derecho. En estas sub-
disciplinas se concentra la mitad de los artículos científicos y un 40% de las
tesis. En cuarto y quinto lugar, se ubican la sociología del derecho y el derecho
internacional, subdiciplinas que abordan una diversidad de temas de la agenda
contemporánea, y en ocasiones, realizan trabajos desde un enfoque interdisci-
plinario. Finalmente, vale notar que subdisciplinas como el derecho migratorio,
laboral y mercantil son trabajadas por más de 12 por ciento de las y los tesistas,
mientras que son campos que no tienen asidero en la revista científica analizada,
al menos en el último quinquenio. Posiblemente este dato sugiere que se trata de

154
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

subdisciplinas que abordan temáticas más novedosas para el campo, por lo cual
tienen representación en las investigaciones doctorales, en las que con frecuen-
cia se impulsan temas de frontera. Por otra parte, coincide con la tendencia a la
ramificación que ha experimentado la disciplina en las últimas décadas. De las
materias civil y penal, que predominaban en los inicios de los estudios en Méxi-
co –que en nuestra revisión ocupan los lugares 10 y 7, respectivamente–, se han
sumado otras, como el derecho mercantil, procesal, fiscal, indígena, marítimo, de
la seguridad social, de derehos humanos, informático, entre otras (López Ruiz,
1999).
Aunque como dijimos al inicio, no es interés de este trabajo analizar los temas
o los contenidos de las investigaciones, los trabajos que se enmarcan en una u
otra subdicsicplina del derecho convergen en los tipos de objeto de estudio y,
finalmente, de aproximación metodológica, como veremos más adelante.

Cuadro 2. Derecho. Distribución porcentual de los documentos


según las subdisciplinas en la que se inscriben
las investigaciones analizadas. 2010-2014

Subdisciplinas Artículos Tesis Total


Constitucional 19.7 16.0 16.4
Administrativo y fiscal 15.4 13.7 13.6
Filosofía 14.3 11.2 12.9
Sociología del derecho 12.1 7.4 10.7
Internacional 11.0 9.9 9.0
Regulación 9.9 4.9 8.4
Penal 5.5 4.9 5.2
Política y electoral 5.5 6.2 5.6
Derechos humanos 3.3 3.7 3.5
Civil y familiar 2.2 8.6 5.4
Teoría del Estado 1.1 1.2 1.2
Migratorio 0.0 3.7 2.2
Laboral 0.0 3.7 2.7
Mercantil 0.0 4.9 3.2
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

En el caso específico de los artículos, se observa un amplio predominio de auto-


rías únicas, ya que solo 3 de los 91 artículos analizados tienen un segundo autor

155
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

y en ningún caso hay más de dos. Aunque este patrón también se observa en las
demás disciplinas que se analizaron en este proyecto de investigación, en un 20
por ciento de los artículos de administración pública (Hernández Magallón, en
este libro) y una cuarta parte de los artículos de sociología (Blanco y Mancini,
en este libro) se trata de trabajos colectivos. Aunque la realización de estudios
jurídicos de manera individual se identifica como una característica predominan-
te de mediados del siglo XX (López Ruiz, 1999), es un aspecto que persiste en
la segunda década del siglo XXI. Posiblemente este dato –el casi monopolio de
autoría única en el derecho– sea un indicador que abone a los argumentos de
las voces que sostienen que debe modificarse aquella concepción más tradicional
de la disciplina, basada en un trabajo de investigación más en solitario, y en su
lugar, fomentar el trabajo en equipo y, de ser posible, con una integración de
tipo interdisciplinaria.
En cuanto a la adscripción institucional, casi 4 de cada cinco de las y los
autores de los artículos pertenecen a dependencias de la UNAM. Del resto que
no son investigadores de nuestra casa de estudios, 6.6% corresponden a otras
instituciones nacionales y 14.3% a instituciones extranjeras.6 Este fuerte peso de
la pertenencia institucional de la UNAM se diferencia de lo que ocurre en otras
disciplinas, en donde la proporción oscila entre 36 y 46%. Una posible expli-
cación es que se trata de revistas más añejas que la revisada para el caso de los
estudios júrídicos, presentados en este capítulo.
Para culminar con el perfil de los productos de investigación y de las(os)
autoras(es) que hemos analizado, encontramos que de todas las tesis y artículos
publicados en el quinquenio reciente, sólo una tercera parte fue escrita por muje-
res (34.6% de las tesis y 29.7% de los artículos). Esto evidencia que persiste una
tendencia masculinizada en la disciplina jurídica que, si bien en parte, responde
a la cantidad de profesionistas que históricamente se han formado en el campo,
es una tendencia que está en reversión. Un dato que sirve para ejemplificar lo
dicho, indica que las mujeres que conforman el cuerpo estudiantil de la facultad
de derecho en la UNAM ya superan la mitad del alumnado (Ríos Ruiz, 2012).
3.2. Características metodológicas de los productos de investigación

Una vez explicitado el universo que estudiamos y sus características generales,


centraremos la atención en los aspectos que atañen a la definición del problema
de investigación. Uno de los temas que indagamos fue acerca de la presencia,

6
Para un 1.1% no tenemos la información. En virtud de que este dato no viene especificado en la
revista, debimos emprender la tarea de rastrear a los autores y sus adscripciones y para muy pocos casos
no fue posible encontrarla.

156
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

existencia y desarrollo del marco teórico en el que se ubica o sustenta la investi-


gación. “Como sucede en toda disciplina, la observación de los datos empíricos
posee una orientación teórica. Un problema se formula dentro de algún mar-
co teórico. Además del propósito de resolver un problema, los resultados de
una investigación pueden también confirmar, refinar o falsear esos presupuestos
teoréticos. La selección de los datos jurídicos relevantes debe hacerse sobre la
base de una teoría de las fuentes jurídicas: ¿qué fuentes jurídicas son relevantes
hoy en día en este sistema jurídico, y cuál es la relación jerárquica entre ellas?”
(van Hoecke, 2014:140).
En la información recogida en nuestra investigación, las diferencias son nota-
bles entre las tesis, para las cuales casi en su totalidad tienen un referente teórico
donde se sitúa el problema, mientras que en menos de la mitad de los artículos
se advierte este aspecto (gráfica 3).

Gráfica 3. Derecho. Porcentaje de trabajos de investigación con presencia


de marco teórico según tipo de investigación. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Si bien existen varias herramientas metodológicas complementarias que coadyu-


van a delimitar el problema de investigación, estamos de acuerdo con que “cual-
quier tipo de investigación científica comienza a partir de un problema, de algu-
na pregunta o serie de preguntas” (van Hoecke, 2014:139). Adicionalmente, en
algunas ocasiones, entre las posibles fuentes para la construcción o planteamiento
de un problema de investigación basta con partir de “una simple observación de
hechos [que] conduce de manera casi espontánea a una pregunta de investiga-

157
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

ción. Así, por ejemplo, cuando existen dos puntos de vista contradictorios dentro
de la jurisprudencia y la doctrina jurídica, o entre jueces superiores e inferiores,
o entre la jurisprudencia por un lado y la doctrina jurídica por el otro, el inves-
tigador buscará automáticamente una explicación para esas posturas divergentes.
Buscará también argumentos que le permitan decantarse definitivamente a favor
de una de ellas o que, en otros casos, permitirían arribar a una tercera alternativa
más convincente” (van Hoecke, 2014:139).
El cuadro 3 muestra la distribución porcentual de la presencia de objetivos,
preguntas de investigación e hipótesis para cada una de las investgiaciones anali-
zadas. En el equipo de investigadoras e investigadores de este proyecto decidimos
diferenciar entre la presencia explícita o no de los mismos, en virtud de que, en
una primera revisión advertimos que con frecuencia no se plantean de manera
directa, aunque si son factibles deducirlos de la lectura del texto.
La diferencia entre los artículos y las tesis es notable, siendo en estas últi-
mas donde la presentación del problema a investigar se hace en gran medida
recurriendo a estos tres elementos. En conjunto, en estos trabajos, más de dos
terceras partes presenta objetivos, preguntas e hipótesis de manera explícita y si
se considera también a los que lo hacen de manera implícita, queda como rema-
nente una notable minoría que no lo hace (menor a 4%). La presentación de una
pregunta de investigación de manera explícita es el elemento que más destaca
(91%) entre las y los tesistas.
Por su parte, y en contraste, no alcanzan a la mitad de los artículos los que
presentan objetivos (42%) y apenas una cuarta parte incorporan hipótesis de for-
ma explícita, aunque en ambos casos un porcentaje considerable lo hace de forma
no explícita (33% y 43%, respectivamente). En todo caso, destaca la tendencia a
no precisarlos de manera tan específica. El elemento metodológico al que menos
se recurre, en el caso de los artículos, es a la elaboración de una pregunta de
investigación que guíe los trabajos: sólo 36% lo hace explícitamente y 11% de
manera no explícita. Es decir, en menos de la mitad de los artículos revisados se
advierte la construcción o presencia de una pregunta de investigación.
Esta brecha entre los trabajos de tesis y los artículos, en donde las primeras
presentan un diseño de investigación que cumple en mucho mayor medida com
los requisitos metodológicos formales (pregunta, hipótesis, objetivos y existencia
de marco teórico -gráfica 3-) no se advierte solo en el caso del derecho, sino
también en las demás disciplinas de las ciencias sociales analizadas en esta in-
vestigación. ¿A qué se debe este diferencial? Posiblemente las propias exigencias
formales e institucionales -y formativas- podrían ser un factor que explique las
diferencias a favor de las tesis. La envergadura de este tipo de investigaciones,

158
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

junto a los requerimientos formales establecidos por la institución para su diseño


y elaboración, puede ser una explicación de las diferencias respecto a los artículos
científicos y, en ese sentido, es una buena noticia que en las primeras prime un
diseño metodológico investigativo más sólido, al menos en la estructura formal
que requiere dicho diseño. Sin embargo, aun para investigaciones menos preten-
ciosas, es deseable una buena presentación y un claro enmarque metodológico
que no deje dudas acerca de qué persigue el trabajo y de qué manera lo resuelve.
Por eso nos preguntamos también ¿qué es lo que explicaría que un porcentaje
tan amplio no siga estos cánones en los artículos –estimando que posiblemente
muchos de ellos están en los comités de tesis de las y los tesistas? Una posible
explicación es que se deba al tipo de enfoque adoptado, lo que explicaría una
elección intencional de no presentar ciertos criterios metodológicos. Ahora bien,
si acordáramos con la idea de que para ciertas ramas del derecho o para ciertos
temas no se requiere la formulación de preguntas o hipótesis de investigación,
ello mismo debería aplicar tanto para los artículos como para las tesis de doctora-
do. Sin embargo, como advertimos anteriormente, la distribución de los trabajos
analizados de acuerdo a la rama del derecho en que se inscribe es muy similar en
ambos casos, lo cual no permite advertir, por lo pronto en primera instancia, una
explicación de las diferencias en este aspecto.
Blanco y Mancini (en este libro), en respuesta a esta situación proponen dos
respuestas posibles adicionales. Una de ella sugiere que podría indicar la exis-
tencia de una distancia entre el “momento de la formación” y el “momento de la
producción”; un perfil más escolarizado en años recientes tendería a favorecer la
explicitación de conceptos y procedimientos en las tesis. Una hipótesis plausible
aunque con poco asidero para el caso de los tesistas en derecho que llevan a cabo
un doctorado en investigación el cual, de acuerdo con la definición de esta no-
ción, no se compone por cursos obligatorios y se centra prácticamente en la ela-
boración de las tesis. La segunda respuesta encuentra explicación en la existencia
de un cambio generacional: la mayoría de los autores de los artículos tendrían
mayor edad que los autores de las tesis, y por lo tanto, habrían obtenido su for-
mación de grado en un momento histórico anterior, en el que habría una menor
tendencia a la formalización de los trabajos académicos. Aunque muy interesante
y posiblemente pertinente también para el caso del derecho, no contamos con la
edad de los autores para comprobar esta hipótesis.

159
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

Cuadro 3. Derecho. Distribución porcentual de los documentos según


presencia de objetivos, preguntas de investigación e hipótesis. 2010-2014

Presencia de… En forma… Tesis Artículos Total


Explícitos 67.9 41.8 54.1
Objetivos No explícitos 29.6 33.0 31.4
No presenta 2.5 25.2 14.5
Total 100 100 100
Explícitos 91.4 36.3 62.2
Preguntas de investigación No explícitos 4.9 11.0 8.1
No presenta 3.7 52.7 29.7
 Total 100 100 100
Explícitos 72.8 26.3 48.3
Hipótesis No explícitos 23.5 42.9 33.7
No presenta 3.7 30.8 18.0
Total 100 100 100
Fuente: elaboración propia.

De manera adicional, y con miras a profundizar en lo dicho antes, es importante


mencionar que de acuerdo con la rama del derecho de que se trate o desde dón-
de se aborda la investigación, la presencia explícita o implícita de los elementos
metodológicos revisados se presenta con cierta variabilidad. Así, por ejemplo, la
ausencia de objetivos se observa en relativamente pocos casos, y la presencia ex-
plicita de los mismos se advertida en la mayoría de los trabajos de investigación.
Al revisar el tipo de investigación que se realiza, en los dos casos es muy mi-
noritario el porcentaje de los que se proponen un estudio de tipo exploratorio,
entre 5 y 6 por ciento (gráfica 4). Para los artículos, la balanza se inclina a favor
de los trabajos descriptivos (casi 70%) y sólo una cuarta parte realiza investiga-
ciones de corte interpretativo o explicativo. En el caso de los trabajos doctorales,
la distribución entre estos últimos tipos es muy similar, 45.7% y 48.1%, res-
pectivamente. De lo dicho se puede advertir que, existe un margen estrecho en
la disciplina del derecho dedicada a indagar sobre problemas de investigación
nuevos o expresiones novedosas, el acento sigue estando en aquellos trabajos que
describen e interpretan.
Al ser así, parecería apropiado entonces que dichas investigaciones estén en-
marcadas en un sistema de preguntas e hipótesis que básicamente guían y sus-
tentan la descripción y la explicación/interpretación por sobre la exploración.

160
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

Gráfica 4. Derecho. Distribución porcnetual del propósito de la


investigación según tipo de investigación. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Con respecto al tipo de fuente de información (cuadro 4), los datos muestran
que casi la totalidad de las investigaciones, sean artículos o tesis, recurren a
fuentes de información secundaria, es decir, aquellas que han sido diseñadas y
elaboradas por terceros o con fines distintos a los de la investigación donde se
utilizaron. Aproximadamente, una cuarta parte de los artículos (26.4%) y poco
menos de 4 de cada diez tesis (38.3%) utilizaron información recopilada por
las(os) propias(os) autoras(es) para su propios interés.

Cuadro 4. Derecho. Distribución porcentual de los documentos según las


diversas fuentes de información utilizadas. 2010-2014

Tipo de fuente Artículos Tesis Total


Secundaria 91.2 95.1 93.6
Instrumentos jurídicos 48.4 79.0 58.1
Documentos 39.6 46.9 49.4
Primaria 26.4 38.3 27.3
Registros admistrativos 20.9 28.4 31.4
Sin especificar 2.2 2.4 2.3
Pregunta de respuesta múltiple, no suma 100%
Fuente: elaboración propia.

161
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

Desde otra perspectiva de clasificación, los datos indican que 80% de las
tesis y 50% de los artículos, aproximadamente, recurrieron a los instrumentos
internacionales como fuente de información. De los trabajos que utilizaron do-
cumentos jurídicos de diferente tipo, 39.6% son artículos y 46.9% son tesis, para
finalmente las investigaciones que se centraron en registros administrativos como
base para sus trabajos representan 20.9% de los artículos y 28.4% de las tesis.
Estos datos contribuyen a reforzar los aspectos que se han venido describien-
do, en el entendido de que las investigaciones que se realizan en el campo jurídi-
co continúan recurriendo a las fuentes de información más utilizadas a los largo
de la historia de la disciplina, con algunos destellos de innovación, sobre todo en
los procesos que han implementado trabajo de campo y, por lo tanto, recogido
información específica de acuerdo con los objetivos planteados. Situación que no
deja de ser alentadora.
Uno de los puntos de partida para iniciar el diseño de una investigación, de
la mano de la especificación del problema a abordar, es la elección del enfoque.
Esto es así porque, en función del tipo de preguntas o hipótesis será necesario
determinar cuál será la mejor aproximación metodológica. En otras palabras,
cuál es la mejor estrategia o el camino idóneo para dar respuesta a la inquietud
que reviste la investigación. De acuerdo con esto, una abrumadora mayoría de
tesis y artículos se inscribe en una metodología de tipo cualitativa, mientras la
proporción de los que adoptan un enfoque cuantitativo se sitúa en torno a 1% y,
aquellos trabajos que se decantan por un abordaje mixto/combinado llega a 6%
en el caso de las tesis y a 1% de los artículos (gráfica 5).

162
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

Gráfica 5. Derecho. Distribución porcentual de la aproximación


metodológica según tipo de investigación. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Lo anterior se comprende mejor cuando se indaga acerca de qué tipo de método


específico es utilizado, dentro del enfoque cualitativo. En un porcentaje muy
amplio se recurre al método de análisis documental (gráfica 6). Ello es consis-
tente con el tipo de objeto de estudio del derecho: la norma, lo que se plasma
en la unidad de análisis predominante, sobre todo en las tesis: los instrumentos
jurídicos. Pero aun en aquellos casos donde la unidad de análisis tiene una deli-
mitación espacial, es decir, son trabajos que proponen comprender por ejemplo
situaciones vinculadas a cierta entidad federativa, la fuente suele ser uno o más
instrumentos jurídicos y el tipo de análisis que se realiza es de tipo documental.
Para el caso de las tesis, la tendencia en primera instancia permite resaltar la
presencia del análisis comparado en 18.5% de los casos, dato que representa poco
más del doble con respecto a los artículos. Por su parte el análisis documental
representa 61.7% de los casos (en comparación con 67% de los artículos), y el
análisis de discurso 3.7%, casi tres veces menos que los trabajos publicados en
la revista.

163
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

Gráfica 6. Derecho. Porcentaje de los productos de investigación según


su método de análisis cualitativo en tesis y artículos. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Del análisis de las metodologías y métodos expuesto se puede concluir que, en


efecto, como ha sido resaltado en otras ocasiones, en el derecho es muy escaso
el uso que se hace de la investigación empírica (Atienza, 2006; Fix-Fierro, 2015;
Ferrari, 2015). Por ello, los trabajos de corte cuantitativo están prácticamente au-
sentes y el enorme peso que encontramos en el uso de la metodología cualitativa
se concentra sustantivamente en el recurso del método de análisis documental.
Es decir, en términos de la metodología de la investigación en ciencias sociales,
ése es el método por antonomasia al que se recurre en nuestro campo. Aunque,
desde el derecho, se suele argumentar bajo la concepción de que se trata de una
disciplina hermenéutica, por ello “los textos y documentos son el mayor objeto
de investigación y su interpretación, según métodos estandarizados” y esa es, en
definitiva, la actividad principal del investigador (van Hoecke, 2014: 130).
Adicionalmente a la presencia y uso de herramientas metodológicas, analiza-
mos la estructura de las investigaciones jurídicas. En particular, sobre la presen-
cia de secciones específicas donde se expongan datos, se presente y desarrolle el
método utilizado o bien el desarrollo de una sección destinada a los resultados.

164
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

Gráfica 7. Derecho. Presencia de secciones específicas de datos, método


y resultados en los productos de investigación analizados. 2010-2014

Fuente: elaboración propia.

Nuevamente, por las características que hemos documentado en este trabajo, no


es frecuente que se destine un espacio específico a este tipo de secciones. De to-
das ellas, la más recurrente es la presentación de una sección específica sobre mé-
todo en la tesis doctorales (30%) y, en segundo lugar, un 12 por ciento destina
una sección para el análisis de datos (gráfica 7). En este caso, aún con persistencia
de la brecha advertida entre tesis y artículos, las proporciones de ambos tipos de
trabajos que definen secciones específicas, en particular en el caso de la sección
de método, es considerablemente menor a la advertida en otras disciplinas de las
estudiadas en este proyecto de investigación. Al comparar el caso de las tesis,
por ejemplo, en las de sociología alrededor de 70% presenta dicha sección, en
antropología 85% y en administración pública, 85% (datos presentados en otros
capítulos de este libro).

Conclusiones

Este trabajo se propuso realizar un análisis de las prácticas actuales de la investi-


gación jurídica para conocer patrones específicos en el ámbito metodológico, que
permitan adentrarnos en el mundo de la investigación académica en el campo
jurídico y la manera en que se lleva a cabo. En otras palabras, se indagó sobre

165
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

cómo investigan las y los juristas. Los resultados sumistran información valiosa
para, en todo caso, delinear posibles futuras acciones para mejorar y fortalecer el
conocimiento.
De lo expuesto, es evidente que la investigación jurídica tiene especificidades
propias, algunas de ellas se asemejan con otras disciplinas de las ciencias socia-
les, mientras otras demuestran su singularidad. Específicamente en los aspectos
de corte metodológico que definen y delinean el problema de investigación y el
tipo de abordaje, una parte importante de las investigaciones, y de manera más
acusada de los artículos, no recurre a la ulización de las técnicas, herramientas o
instrumentos de las ciencias sociales.
La disciplina jurídica se ha esforzado por demostrar y justificar el uso de mé-
todos propios y particulares, cuando en la realidad parecería que su particularidad
está dada más por la construcción o delimitación de su objeto de estudio que
por la aproximación metodológica, donde se incluyen los métodos y las técnicas.
Es decir, cuando se observa con detenimiento las investigaciones que se realizan
en el derecho, sin consdierar aquellas que discuten y concluyen en el nivel de
las ideas, es decir desde la filosofía o la teoría; se evidencia que los métodos y las
técnicas utilizdas, tanto para recoger información como para analizarla, terminan
estando más cerca del resto de las disciplinas sociales de lo que tiende a pensarse
o reconocrese. Asimismo, varios de los hallazgos evidenciados en este capítulo,
como ha sido señalado, coinciden con los presentados en otros capítulos de este
libro. Justamente por ello, no necesariamente son o deben verse como sapo de
otro pozo.
La identificación de vacancias y aspectos que podrían fortalecerse no significa,
por supuesto, que la investigación jurídica contemporánea en la UNAM sea nece-
sariamente deficiente. Como en toda disciplina, los productos académicos mani-
fiestan una gran heterogeneidad en la cual se incluyen investigaciones de notable
contribución al campo. Por otro lado, esclarecer la pregunta de investigación, el
objetivo de estudio, los procedimientos que se llevan a cabo; en suma, garantizar
los presupuestos metodológicos básicos del quehacer investigativo tampoco es
garantía de una investigación de calidad (Courtis, 2006b). Sin embargo, buenas
ideas y propuestas idóneas se desprestigian si no se suministra una plataforma de
partida que otorgue sistematicidad y rigor académico, dos elementos que definen
la adopción de una metodología específica. Hace no tanto tiempo, Fix-Zamu-
dio advertía que la investigación jurídica en nuestro país todavía “no ha logrado
superar en general los derroteros de improvisación, pragmatismo, y, lo que es
más grave, su centralización en el área metropolitana, pues en nuestra opinión es
preciso que la propia investigación se introduzca paulatinamente en las diversas

166
Luciana Gandini y Mauricio Padrón Innamorato

etapas de la enseñanza del derecho en todas las universidades del país, y llegar
inclusive a las actividades profesionales” (2001: 2156).
Lo que evidencia esta investigación no ocurre solo en México. Muchos inves-
tigadores acuerdan en que es una situación compartida por las ciencias jurídicas
en Iberoamérica (van Hoecken, 2011; Ferrari, 2015). El desarrollo compartimen-
tado y estanco de muchas disciplinas ha llevado al desconocimiento del quehacer
y de la forma de investigar desarrollados en otros campos del conocimiento.
De manera simultánea a este diagnóstico, se advierte un creciente recono-
cimiento de la necesidad de garantizar los requisitos formales y metodológicos
que otorgan rigor a la investigación científica. Ejemplo de dicho esfuerzo es la
renovación de la Revista del Posgrado en Derecho en donde, en esta Nueva Era
pretende, como lo expresa Carlos Reyes, coordinador del Posgrado, renovar el
impulso a la labor académica al publicar colaboraciones de la más alta calidad del
quehacer jurídico contemporáneo (Reyes, 2014). Se trata, además, de apostarle
a aquellos artículos científicos que contribuyan al conocimiento de un saber re-
flexivo y crítico que sea práctico y eficaz (Estrada, 2014).
En el ámbito de la enseñanza también existen esfuerzos muy interesantes e in-
novadores. Desde hace tiempo, el Dr. Enrique Cáceres se ha dedicado a reflexio-
nar y ha realizado aportes sustantivos en el terreno de la didáctica y metodología
jurídica. Es organizador del Congreso “Metodología de la investigación y la en-
señanza del Derecho” que se realizará en noviembre de 2016, donde se propone
específicamente iniciar un proceso de cambio en la calidad de la metodología de
la investigación y la enseñanza a partir de la elaboración de un protocolo conjun-
to sobre enseñanza del derecho.7
De la revisión efectuada en este trabajo surgió un resultado adicional, el pre-
dominio de publicaciones y tesis cuyos autores son hombres. Es un hecho que,
en los últimos años la presencia de mujeres ha sido notoria en el desarrollo ju-
rídico no sólo de abogadas sino de académicas que, desde distintas disciplinas,
aportan al conocimiento jurídico. Cabría esperar entonces que, entre otros cam-
bios, los nuevos bríos en la academia sea reflejo del trabajo que tanto hombres
como mujeres realizan en contribución al campo.
Una tarea que resta por hacer es analizar los planes de estudio de grado y
Posgrado en Derecho para comprender si este relativo alejamiento de la metodo-

7
Sitio del congreso: https://metodologiadelainvestigacionyensenanzadelderecho.wordpress.com/cate-
gory/congreso-2016/
Es importante mencionar que Enrique Cáceres se encuentra realizando una evaluación de tesis de doc-
torado en derecho de la UNAM y de otras instituciones de posgrado del país, a fin de medir la calidad
de dichas investigaciones.

167
Una revisión de los abordajes metodológicos en las investigaciones en derecho...

logía de investigación propia de las disicplinas de las ciencias sociales tiene origen
en los contenidos que se imparten y en la conformación de la planta docente.
Debemos reflexionar si un doctorado por investigación es aquel que no exige el
cumplimiento de créditos a través del cursado porque se da el tiempo a la inves-
tigación o es un programa que precisamente forma y enseña a los doctorantes a
hacer investgación. Una mayor flexibilidad en los contenidos así como una di-
versidad disciplinar de las y los profesores que los imparten podría promover una
mayor interdisciplina en el abordaje y la comprensión de temas jurídicos. Pero
esta es harina de otro costal.

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170
Capítulo 6

Tendencias metodológicas en psicología,


descripción de la investigación en el Posgrado
de la UNAM, y de la Revista Electrónica
de Psicología Iztacala
Carolina Santillán Torres Torija
Rocío Hernández-Pozo

Introducción

El análisis de las tendencias metodológicas de investigación en la psicología ha


sido un tema que ha sido revisado con atención desde hace algunos años. El
trabajo de Robins, Gosling y Craik (1999) es uno de los más citados en su gé-
nero. En este trabajo los autores hablan de cómo las escuelas de psicología han
aumentado o disminuido en su prominencia, y estos altibajos se reflejan en la
producción de artículos sobre las correspondientes temáticas. En la psicología,
por ejemplo, estos autores en un primer momento nos llevan a un viaje en la
historia de esta joven ciencia. Aunque el enfoque psicodinámico encabezaba la
lista de popularidad a inicios del siglo pasado, ese entusiasmo dio paso hasta la
década de los 70´s al conductismo, seguido en los 80´s y 90´s por el enfoque
cognitivo, y más recientemente la incorporación de la neuropsicología. Incluso
los autores retoman la idea de que al interior de la psicología se ha hablado de la
“revolución cognitiva”, de la “Década del cerebro”, entre otros términos para des-
cribir enfoques que han estado en boga. Ha existido una polémica, mencionan
Robins, et al. sobre qué enfoques son los más importantes o los que tienen un
mayor impacto, y cómo la presencia fuerte de los mismos definen la agenda para
el futuro, pues aquellos temas en los que más se investiga, junto con las tesis de

171
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

doctorado, las cuales pueden proporcionar un mejor indicador de la investigación


de vanguardia que está atrayendo la atención de jóvenes científicos en el campo,
trazan aquellas metodologías que se leen en las revistas académicas, y se compar-
ten en las reuniones académicas formales como congresos, internacionales que
sirven como semilleros de difusión de las nuevas tendencias.
Otro trabajo empírico sobre investigación en psicología por parte de Cafri,
Kromrey y Brannick (2010), que es el que más citado en el área después del estudio
de Robins et al. (1999) cuenta a la fecha con 18 citas (SCOPUS) distribuidas en siete
países. Ese estudio se concentra en una revisión crítica de aspectos planteados en los
meta-análisis publicados en una revista de alto impacto, el Psychological Bulletin, en
un periodo de 10 años (1995-2005), a partir del cual se generan recomendaciones
estadísticas para realizar meta-análisis, con el fin de disminuir el error Tipo I (recha-
zar una hipótesis nula correcta) resultante de comparaciones múltiples y escoger un
modelo apropiado con el fin de proveer información útil tanto para la teoría como
para la investigación aplicada en psicología.
Por otro lado, también se ha reflexionado sobre la productividad en la psi-
cología, a través de las tesis de doctorado. Un ejemplo es el trabajo de Nava-
rrete-Cortés, Quevedo-Blasco, Chaichio-Moreno, Ríos, y Buela-Casal (2010),
autores quienes llevan cerca de una década estudiando la evolución y evaluación
de algunos criterios de los programas de posgrado, y que en su trabajo sobre la
relación entre los programas de doctorado con Mención de Calidad (DMC) y
la productividad de tesis doctorales en las universidades españolas describen as-
pectos relacionados con los rasgos generales de estos programas, rasgos comunes
entre el periodo formativo e investigador, rasgos propios de periodo de maestría,
y por último, rasgos propios del periodo investigador.
De acuerdo con Onwuegbuzie y Leech (2005), autores americanos, el campo
de las ciencias sociales y conductuales ha atravesado tres ondas metodológicas,
las llaman el periodo de ciencia tradicional (predominantemente cuantitativo), el
periodo de crisis, cuando surge la metodología cualitativa, y el periodo actual de
síntesis, en donde hay un mayor uso de metodologías mixtas.
México, según el estudio de Navarrete-Cortés, Quevedo-Blasco, Chai-
chio-Moreno, Ríos, y Buela-Casal (2009) ocupa el primer lugar entre los países
latinoamericanos de lengua castellana en cuanto a su producción en términos
del número de artículos publicados, y el lugar 27 a nivel mundial. Este dato es
importante pues, al tratarse de un país en vías de desarrollo, con los retos a los
que se enfrenta, podría ser capaz de analizar su propia investigación y como men-
cionan Navarrete-Cortés, et al. “de poder ayudar a informar sobre el desarrollo
de la política científica y tecnológica en la psicología” (p. 131).

172
Carolina Santillán Torres Torija y Rocío Hernández-Pozo

El Doctorado en Psicología de la UNAM estuvo en un principio vinculado


con la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y posteriormente con la
fundación de la Facultad de Psicología. Desde 1999 se instauró el Programa de
Posgrado en Psicología de la UNAM cuyo objetivo principal es la formación de
investigadores de frontera y de profesionales de alta especialidad en diferentes
campos de conocimiento psicológico. Actualmente colaboran como entidades
participantes del doctorado la Facultad de Psicología, la Facultad de Estudios
Superiores de Iztacala, la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, el Instituto
de Neurobiología (Juriquilla), el Instituto de Investigaciones Sociales, y el Ins-
tituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente. El Doctorado en Psicología
está reconocido en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología como de “Calidad Internacional”, y la Maes-
tría como “Competente a Nivel Nacional”. El Doctorado en Psicología de la
Universidad Nacional Autónoma de México es a nivel nacional, donde más tesis
doctorales se publican cada año, y consideramos es un reflejo de la labor acadé-
mica de los jóvenes investigadores que un futuro ocuparán espacios académicos
tanto al interior de la UNAM, como en universidades y centros de investigación
públicos y privados de primera línea. Es por ello que elegimos a esta muestra para
describir las tendencias metodológicas predominantes en la psicología mexicana.
Pero, más allá del número de tesis terminadas, la presente investigación pre-
tende analizar a fondo las metodologías de dichas tesis, y conocer si algunas de
ellas predominan y sobre todo conocer qué está pasando en el contexto nacional,
particularmente al interior de la UNAM, en la carrera de Psicología. Para ello
nos planteamos las siguientes preguntas: ¿qué enfoques teóricos predominan
entre los trabajos publicados en las revistas especializadas de psicología, parti-
cularmente en la Revista Electrónica Psicología Iztacala (REPI)?, ¿qué enfoques
teóricos predominan en los artículos publicados en la REPI recientemente?, ¿qué
metodologías van a la vanguardia en dichos artículos?, ¿qué enfoques teóricos
predominan en las tesis de doctorado del Posgrado de Psicología en la UNAM?,
¿cuáles son las tendencias metodológicas de dichos trabajos?
El presente capítulo tiene como objetivo explorar el estado actual de las me-
todologías en la investigación empírica social en México a partir de la revisión de
las técnicas de investigación más empleadas en dos índices de producción científica
en México: las tesis de doctorado del Posgrado en Psicología de la UNAM, y los
artículos publicados en la REPI dentro del periodo 2010-2014. Consideramos que
el presente trabajo aportará un panorama que llevará a la reflexión sobre en qué
enfoques están trabajando los investigadores, tanto consolidados, como los futuros
investigadores que recientemente concluyeron su tesis de doctorado. Reflexionare-
mos sobre las poblaciones en las que se están enfocando, qué problemáticas están

173
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

atendiendo, por considerarlas prioritarias, cómo se están aproximando a su objeto de


estudio, y qué metodologías están en la delantera. No pretendemos hacer una crítica,
ni una justificación del estado en que se encuentran estos dos índices, sino más bien,
acercarnos de manera colectiva a lo que se ha estado realizando, e identificar algunas
fortalezas y debilidades del estado en el que se encuentran las cosas, así como delinear
cómo se podría ver el futuro de la investigación en psicología en México.

1. Método

1.1 Materiales

Como fuente documental de este estudio cuantitativo se revisaron dos bases de


datos, una para las tesis de doctorado y para los artículos de investigación se
seleccionó una revista indizada sobre la disciplina que cubre con los requisitos
editoriales del Catálogo UNAM de revistas científicas arbitradas, y que cuenta
con 18 años de publicación regular.
Base de datos de TESIUNAM. La base de datos de TESIUNAM. Es un
catálogo que contiene más de 468,000 registros de tesis generadas por egresados
de los planes y programas de estudio de las diferentes carreras de licenciatura,
maestría y doctorado y especialidades de posgrado de la UNAM así como de
las escuelas, planes, y programas de estudio incorporados. Aproximadamente
177,000 títulos son trabajos recepcionales en formato electrónico de texto com-
pleto (DGBIBLIO, sin fecha), [http://tesis.unam.mx/F].
Base de datos de revista especializada. Se seleccionó a la Revista Electrónica de
Psicología de la FES Iztacala REPI, que es una revista que desde su fundación se
propuso publicar contenidos de las principales corrientes al interior de la psicología.
Incluye artículos teóricos y aplicados, nacionales e internacionales. Su comité edito-
rial está formado tanto por académicos de universidades nacionales como por profe-
sores investigadores del extranjero. Aparece de manera trimestral y se difunde vía el
portal de revistas científicas y arbitradas de la UNAM, http://www.revistas.unam.
mx/index.php/repi, la página local de la Facultad sede http://www.iztacala.unam.
mx/carreras/psicologia/psiclin/principal.html , y también le da difusión a su índice
el “Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América,
el Caribe, España y Portugal (latindex) cuya dirección electrónica es: http://www.
latindex.unam.mx/buscador/ficRev.html?opcion=1&folio=12457.
La revista se publica desde agosto de 1998 y se encuentra actualmente indexa-
da en las siguientes bases de datos especializadas: Iresie, Latinindex y en el portal
de revistas científicas arbitradas de la UNAM.

174
Carolina Santillán Torres Torija y Rocío Hernández-Pozo

1.2. Procedimiento
La información de las publicaciones se organizó por categorías y se capturó en una
base de datos diseñada para este estudio en el software SPSS versión 21, se obtuvo la
totalidad de los archivos documentales en el formato pdf tanto de los artículos de la
REPI como de las tesis doctorales. Dicha base de datos contenía información sobre
la metodología de investigación usada en cada trabajo que aplica según el caso (tesis
o artículo): folio del documento, tipo de documento (tesis o artículo), año de publi-
cación, volumen, número de publicación, disciplina, sede del programa de posgrado,
año de publicación, número de páginas, nombres de los autores, procedencia de los
autores, sexo de los autores, número de autores varones, número de autores muje-
res, países de procedencia, número de países participantes en el artículo, título del
trabajo, subdisciplina, palabras clave (hasta cuatro), marco teórico, enfoque teórico,
tema (teórico o experimental), tema instrumental (diagnóstico, intervención), tipo de
investigación (exploratoria, descriptiva, explicativa / interpretativa), unidad de análi-
sis, (individuo, familias, grupos de pacientes, parejas, estudiantes, profesores, otros),
cobertura espacial (microlocal, local, subnacional, regional, nacional, internacional,
otros), cobertura temporal, cobertura inicial, cobertura final, tipo de fuente (prima-
ria, secundaria, registros, administrativos, etc), métodos y técnicas (censo, encuesta,
entrevista, batería de pruebas, observación, grupos de enfoque, documentos, otros).
Además se incluyeron algunas variables dicotómicas, las cuales fueron codificadas 1=
Sí 2= No, para identificar la presencia de hipótesis de investigación, sección de da-
tos, sección de método, sección de resultados. Por último se incluyeron datos sobre
metodología (1=Cuantitativo, 2= Cualitativo, 3= Mixto), en el caso de trabajos con
un enfoque cuantitativo (1=Descriptivo, 2=Inferencial, 3= Comparado), y aquellos
con un enfoque cualitativo (1= Teoría fundamentada, 2=Análisis comparado, 3=Et-
nografía, 4=Análisis del discurso, 5=Análisis documental). El total de artículos de la
REPI para este periodo fue de 349. La información de cada artículo fue capturada
en el año 2015 por un becario que formó parte de este proyecto PAPIIT IA300915,
lo cual tomó aproximadamente cuatro meses. Otro becario obtuvo todas las tesis de
doctorado en Psicología del mismo periodo, total que ascendió a 212 tesis.
1.3. Diseño
Se trata de un estudio con un diseño ex post facto retrospectivo.
2. Resultados
2.1. Tesis de doctorado
En lo relativo a las tesis de doctorado, la muestra estuvo conformada por 221 Tesis,
en su gran mayoría en texto completo obtenido a través de TESIUNAM. Ocho tesis

175
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

no se encuentran en archivo digital y fueron excluidas del análisis. En el Posgrado de


la UNAM en Psicología, en promedio de los años 2010 a 2014 se publicaron 42 tesis
de doctorado al año, siendo el año 2013 cuando más estudiantes se han graduado (61)
y el año 2011 en el que menos (31), en el 2010 hubo 35 tesis publicadas, en el 2012
32, y 2014 53 (Ver Tabla 1). La mayoría de los estudiantes que han obtenido el grado
de doctor en Psicología son las mujeres (62%). El programa de doctorado está orga-
nizado en cinco áreas: Análisis Experimental del Comportamiento, Neurociencias de
la Conducta, Psicología Educativa y del Desarrollo, Psicología y Salud, y Psicología
Social Ambiental. La mayor parte de las Tesis provinieron del Área Psicología y Salud
(33%), seguidas por el Área Social Ambiental (28%), Neurociencias (17%), Educa-
tiva y del desarrollo (16%) y finalmente Análisis Experimental de la Conducta (7%).
Arriba del 90% de los trabajos presentan un marco teórico sólido, objetivos explícitos
del trabajo, y preguntas de investigación. Por tipo de investigación encontramos una
cuarta parte de los trabajos exploratorios.

Tabla 1. Resultados generales

Total Tesis Total Artículos


n % n %
Número de publicaciones por año 212 349
Promedio de número de páginas 204.43 20.06
Autores mujeres / Sexo del primer autor 129 61 % 200 57 %
Autores varones / Sexo del primer autor 81 38 % 149 43 %
Subdisciplina
Educación y Desarrollo 45 21 % 45 13 %
Clínica y de la Salud 105 50 % 105 32 %
Social y Ambiental 150 71 % 150 43 %
Análisis Experimental del Comportamiento 12 6% 12 3%
Neurociencias 16 8% 16 5%
Total 328 94 %
Presencia de objetivos explícitos 203 96 % 260 74 %
Presencia explícita de preguntas de investigación 131 62 % 35 10 %
Trabajos teóricos 49 23 % 119 34 %
Trabajos experimentales 153 72 % 224 64 %
Aproximación metodológica
Metodología Cuantitativa 78 37 % 161 46 %
Metodología Cualitativa 17 8% 173 50 %
Incluye sección de resultados 198 93 % 203 58 %
continua...

176
Carolina Santillán Torres Torija y Rocío Hernández-Pozo

Total Tesis Total Artículos


n % n %
Incluye sección de Método 203 96 % 203 58 %
Incluye sección de datos 198 93 % 214 61 %
Nota: Se incluyen una n = 226 de Tesis de doctorado, n = 349 para artículos
del a REPI.
Fuente: elaboración propia.

En promedio las tesis tuvieron una extensión de 206 páginas, con un mínimo
de 66, y un máximo de 483. Predomina el formato APA para las referencias, sin
embargo no se usa el formato APA para las tablas, o para el propio formato de
tesis, es un formato totalmente libre.
Casi una tercera parte de las tesis fueron realizadas con poblaciones que pade-
cían alguna enfermedad crónica o trastorno mental (29%) como diabetes, hiper-
tensión, depresión, VIH/SIDA entre otras. El segundo lugar en población más
estudiada fueron los estudiantes, con un 13% de las tesis. Las poblaciones menos
estudiadas fueron las familias (3%), los profesores (2%), y las organizaciones –
empresas (1.3%).
Por aproximación metodológica, los hallazgos mostraron metodologías que
se distribuyen de forma dispareja, pues 69% de los trabajos usaron una apro-
ximación cuantitativa mientras que el 14% de ellos usaron una aproximación
cualitativa. Entre las Tesis que incluyen palabra clave fueron muy pocas las que
pueden agruparse por tema, se recomienda instituir una base de datos con pala-
bras clave, para que la búsqueda de los temas sea más productiva. A pesar de que
es un requisito incluir el Área en la Carátula de la Tesis, 14.6% de las Tesis no
mencionan a qué área pertenecen.
2.2. Artículos

Un segundo objetivo de nuestro trabajo fue revisar una revista que por sus carac-
terísticas fuera representativa de la investigación que está siendo realizada en Mé-
xico. Para ello elegimos la Revista Electrónica de Psicología de la FES Iztacala.
Esta revista cuenta con un buen número de artículos extranjeros de países como
España, Chile, Argentina, Cuba, Perú, Colombia, Venezuela, Brasil, entre otros.
Algunas de las instituciones que participan son la Universidad Complutense
de Madrid y la Universidad de Sevilla de España, Universidad Antonio Nariño
en Colombia, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Veracruzana, la
Universidad Autónoma del Estado de México, y la Universidad Xochicalco de
México, la Universidad Nacional Federico Villarreal y la Universidad San Martín
de Porres de Perú, la Universidad de Granma Facultad de Ciencias Sociales y

177
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

Humanísticas de la República de Cuba, Universidad de Tucumán y la Universi-


dad de Buenos Aires de Argentina.
Como se mencionó anteriormente nuestra revisión abarcó los últimos cinco
años (2010 a 2014). Encontramos un total de 349 artículos en este periodo.
Observamos que el número de trabajos publicados por año, excepto el 2010, que
publicó 38 artículos, se ha mantenido constante pues para el 2011 se incluyeron
77 trabajos, 2012 con 81, 2013 con 75 y 2014, 78. En promedio los artículos
fueron de 20 páginas, encontramos un mínimo de dos y un máximo de 42.
En cuanto a la procedencia institucional de los autores, para los primeros au-
tores, 151 de ellos (43%) pertenecen a la UNAM, 11 son autores nacionales que
no pertenecen a la UNAM, 84 (24%) son autores extranjeros y tres autores no
proporcionaron información sobre su adscripción. Esta tendencia es similar para
los segundos autores, pues 99 de ellos pertenecen a la UNAM (44%), mientras
que el resto son autores nacionales o extranjeros que no pertenecen a la UNAM.
En cuanto a la distribución por género, 200 (57%) de los primeros autores
son mujeres, mientras que el 52% (149) son varones. Además, indagamos, en
los casos de trabajos de más de un autor, cuántos de ellos eran varones, y cuán-
tos mujeres. En este sentido, 118 trabajos se trataron sólo de autores del sexo
femenino, mientras que 67 trabajos sólo incluyeron autores del sexo masculino.
En cuanto al número de autores por trabajo, encontramos un máximo de seis
autores.
En cuanto a país de procedencia encontramos que la gran mayoría de los
trabajos, 75.4% fueron realizados por autores mexicanos (263), seguidos de au-
tores españoles (4.6%), chilenos (4.0%), cubanos y argentinos (3.4% cada uno).
También encontramos que la gran mayoría de los trabajos se tratan de autores de
un mismo país (n= 344, 98.6%).
Por Área, encontramos que la mayor parte de los artículos son del área de
psicología Clínica y de la Salud (150), con un 43%, mientras que 122 trabajos
pertenecen al Área Social (35%). Le siguen trabajos relacionados con Educación
y Desarrollo Humano, 12 del Área de Análisis Experimental del Comportamien-
to, y 16 (5%) a Neurociencias.
Para el presente análisis utilizamos las palabras clave asignadas por las autoras
incluidas en los artículos. De manera general podemos decir que las palabras
clave más frecuentes por número de veces que aparecieron en los trabajos son:
“familia”, “estrés” “depresión”, “violencia”, “discapacidad”, “género”, “emoción”,
“jóvenes”, “diferenciación”.

178
Carolina Santillán Torres Torija y Rocío Hernández-Pozo

Los psicólogos han estudiado el comportamiento humano durante más de un


siglo y, como resultado, han desarrollado un robusto conjunto de teorías respec-
to a cómo se comportan las personas (Koonce y Mercer, 2005). Estas teorías se
conocen como enfoques teóricos. A este respecto hallamos más de la mitad de los
trabajos pertenecen al enfoque cognitivo conductual (n=61, 17%), en segundo
lugar el enfoque psicodinámico con 33 trabajos (9%), otros enfoques ocupan el
tercer lugar con 27 trabajos (7%), el enfoque conductual con 19 trabajos (5%),
15 trabajos bajo un enfoque histórico cultural (4.3%), 14 trabajos con un enfo-
que sistémico (4%), 11 trabajos con un enfoque educativo (3.2%) al igual que el
enfoque de género, y finalmente el enfoque interconductual con nueve trabajos
(2.6%).
Encontramos que un 93% de los artículos incluyen un marco teórico, 74%
presentan un objetivo explícito, y el 10% presenta hipótesis explícitas, 59% in-
cluyen sección de método y 50% de resultados y 61% incluyen sección de datos.
119 (34%) trabajos son de corte teórico, y 224 (64%) de corte experimental.
Usando la variable Tema Instrumental, encontramos que un buen número de
trabajos fueron relativos al diagnóstico (n=30) y a la realización de intervenciones
(n=30), 26 trabajos relacionadas con temas educativos, 13 sobre enfermedades
crónicas, 27 sobre temas relacionados con la sexualidad, y 13 sobre violencia.
Relacionado con la cobertura espacial, 45.8% de los trabajos fueron microlo-
cales, mientras que 160 de ellos (46%) fueron locales.
Con base al enfoque temporal, la mayoría de los trabajos (98.3%) tuvieron
un corte transversal. Caber resaltar que catorce trabajos comprenden la revisión
de un periodo histórico.
Por tipo de fuente más de la mitad de los estudios usaron una fuente primaria
(64%), lo cual implica que realizaron su investigación directamente con la po-
blación elegida. Predominaron las encuestas en 120 trabajos, las entrevistas en
75 trabajos y en menor medida los grupos focales (6 trabajos), y la metodología
observacional en 24 de ellos.
Por aproximación metodológica, los hallazgos muestran metodologías que se
distribuyen de forma proporcionada, pues 46% de los trabajos usaron una apro-
ximación cuantitativa mientras que el 50% de ellos usaron una aproximación
cualitativa /Ver Gráfica 1).

179
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

Gráfica 1. Artículos publicados por año según la Metodología

Fuente: elaboración propia.

Para los trabajos con enfoque cuantitativo, encontramos que 115 tienen un mé-
todo descriptivo, mientras que 35 un enfoque comparativo.
Para los trabajos con enfoque cualitativo, encontramos que se usaron una va-
riedad de métodos de análisis, agrupando éstos, observamos que un buen núme-
ro de trabajos usaron el análisis del discurso (n=41) y el análisis documental (23).

Discusión

Sobre la metodología usada en la investigación, seguimos encontrando que la


metodología cuantitativa predomina tanto en las tesis doctorales como en los
artículos. La metodología mixta, con base a nuestros datos, es escasa. Estos
hallazgos son similares a los de Powell, Mihalas, Onwuegbuzie, Suldo, y Daley
(2008), quienes en un estudio sobre las tendencias metodológicas en el área de
psicología escolar, encontraron que sólo el 13.7% de los artículos publicados en
tres de las revistas más reconocidas en el área usaron metodologías mixtas. Los
autores lo atribuyen a que una pequeña cantidad de cursos en el posgrado los
alumnos están obligados a inscribirse a una clase sobre metodología cualitativa.
En la UNAM pasa algo similar, el catálogo de cursos que se ofrece a los docto-
rantes muestra una menor oferta de aquellos basados en la metodología cualita-
tiva en comparación con aquellos de metodología cuantitativa.
Ocurre en nuestro estudio, como mencionan Rennie, Watson, y Montero
(2002), después de haber realizado un estudio sobre el aumento de investigación
cualitativa en el siglo XX, tanto en la base de datos internacional de tesis (Dis-
sertations Abstracts International) como en una de las bases de datos más reco-
nocidas para la búsqueda de artículos científicos PsycINFO incluyendo a un total

180
Carolina Santillán Torres Torija y Rocío Hernández-Pozo

de 2,467 archivos, que ha habido un aumento en la aceptación de la investiga-


ción cualitativa en los años recientes, ya que esta metodología era prácticamente
inexistente hasta los años 80´s.
Entre las limitaciones de este estudio se encuentran la inclusión de sólo un
periodo, así como que sólo se incluyeron las tesis publicadas en la UNAM y los
artículos de la REPI. Estamos de acuerdo con Agudelo, Bretón-López, Or-
tiz-Recio, Poveda-Vera, Teva, y Valor-Segura (2003) quienes señalan que al ha-
ber elegido estos índices no pretendemos poder hablar en general de la investiga-
ción científica en la psicología, sino acercarnos a ver qué está pasando en México
a través de estas dos fuentes.

Conclusiones
El presente trabajo presentó una visión general del estado en el que se encuentra
el uso de ciertas tendencias metodológicas a través de dos índices de productivi-
dad científica: las tesis de doctorado en Psicología de la UNAM, y los artículos
de la REPI. Observamos el predominio de tres “tendencias”: las mujeres con
una participación mayoritaria como autoras, la escuela Cognitivo Conductual,
particularmente en el área psicología de la salud con el mayor número de publica-
ciones, y la metodología cuantitativa predominando los trabajos. Consideramos
importante, como lo mencionan Cardoso y Zoqui (2012) que este trabajo con-
tribuya a la merecida visibilidad de las Revistas Latinoamericanas de Psicología,
que pese a los grandes retos de pertenecer a los trabajos realizados en los países
conocidos como en vías de desarrollo, “está creando recursos propios para la
divulgación del conocimiento” (p. 111). Esperamos que algunos de los hallazgos
aquí señalados sean útiles para los doctorantes que estarán publicando próxima-
mente sus trabajos. Que las sugerencias aquí vertidas sean útiles para mejorar la
preparación doctoral la cual es la raíz de la investigación (Boote y Beile, 2005).
Estamos convencidos que las metodologías emergentes responden a la necesi-
dad de estudiar los fenómenos psicológicos y comprender de una mejor manera
su complejidad.

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183
184
Anexo 1
Tabla 2, Resultados Generales

Tesis Artículos
2010 2011 2012 2013 2014 2010 2011 2012 2013 2014 Total Tesis Total Artículos
n % n % n % n % n % n % n % n % n % n % n % n %
Número de Publicaciones por año 35 15.5 31 13.7 32 14.2 61 27 53 23.5 38 10.9 77 22.1 81 23.2 75 21.5 78 22.3 212 349
Promedio de número de páginas 186.25 196.96 217.9 212.2 208.82 19 19 19.9 20.5 21.9 204.4 20.06
Autores mujeres / Sexo del primer autor 19 54% 20 65% 18 56% 42 0.7 30 57% 22 58% 41 53% 44 54% 46 61% 47 60% 129 61% 200 57%
Autores varones / Sexo del primer autor 16 9% 11 6% 13 6% 18 8% 23 11% 16 42% 36 47% 37 46% 29 39% 31 40% 81 38% 149 43%
Subdisciplina 0
Educación y Desarrollo 5 14% 3 10% 5 16% 11 18% 9 17% 2 5% 16 21% 9 11% 10 13% 8 10% 45 21% 45 13%
Clínica y de la Salud 8 23% 10 32% 15 47% 20 0.3 16 30% 17 45% 21 27% 24 30% 23 31% 20 26% 105 50% 105 32%
Social y Ambiental 12 34% 10 32% 5 16% 16 0.3 16 30% 15 39% 30 39% 35 43% 36 48% 34 44% 150 71% 150 43%
Análisis Experimental del Comportamiento 3 9% 2 6% 1 3% 5 8% 3 6% 1 3% 2 3% 0 0% 1 1% 8 10% 12 6% 12 3%
Neurociencias 7 20% 6 19% 4 13% 9 15% 9 17% 0 0% 4 5% 6 7% 4 5% 2 3% 16 8% 16 5%
Total 328 94%
Presencia de objetivos explícitos 34 97% 31 100% 30 94% 57 0.9 51 96% 29 76% 66 86% 59 73% 54 72% 52 67% 203 96% 260 74%
Presencia explícita de preguntas de investigación 14 40% 19 61% 18 56% 44 0.7 36 68% 3 8% 9 12% 7 9% 11 15% 5 6% 131 62% 35 10%
Trabajos teóricos 11 31% 12 39% 10 31% 14 0.2 2 4% 12 32% 20 26% 33 41% 24 32% 30 38% 49 23% 119 34%
Trabajos experimentales 24 69% 19 61% 21 66% 43 0.7 46 87% 26 68% 56 73% 47 58% 48 64% 47 60% 153 72% 224 64%
Aproximación metodológica
Metodología Cuantitativa 20 57% 22 71% 22 69% 43 0.7 28 53% 22 58% 35 45% 37 46% 27 36% 40 51% 135 64% 161 46%
Metodología Cualitativa 4 11% 2 6% 5 16% 7 11% 9 17% 16 42% 37 48% 41 51% 42 56% 37 47% 27 13% 173 50%
Mixta 11 31% 7 23% 4 13% 5 8% 2 4% 29
Incluye sección de resultados 33 94% 30 97% 31 97% 55 0.9 49 92% 23 61% 47 61% 44 54% 42 56% 47 60% 198 93% 203 58%
Incluye sección de Método 32 91% 31 100% 31 97% 57 0.9 52 98% 21 55% 49 64% 44 54% 43 57% 46 59% 203 96% 203 58%
Tendencias metodológicas en psicología, descripción de la investigación en el Posgrado...

Incluye sección de datos 33 94% 30 97% 31 97% 55 0.9 49 92% 27 71% 55 71% 43 53% 43 57% 46 59% 198 93% 214 61%
Nota. Se incluyen una n =226 de Tesis de doctorado, n = 349 para artículos de la REPI.

Fuente: elaboración propia.


Sobre los autores

Khemvirg Puente. Doctor en Ciencia Social por El Colegio de México. Profesor


de Tiempo Completo y Coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Fa-
cultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Fiorella Mancini. Doctora en Ciencia Social por El Colegio de México. Inves-


tigadora de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones Sociales de la
UNAM.

Emilio Blanco. Doctor en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana


de Ciencias Sociales sede México. Profesor Investigador del Centro de Estudios
Sociológicos de El Colegio de México.

Luciana Gandini. Doctora en Ciencia Social por El Colegio de México. Inves-


tigadora de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM.

Arturo Hernández Magallón. Doctor en Estudios Organizacionales por la Uni-


versidad Autónoma Metropolitana. Profesor de Tiempo Completo del Centro
de Estudios en Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM.

Rocío Hernández Pozo. Doctora en Psicología por la UNAM. Investigadora del


Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

Gustavo Martínez Valdés. Doctor en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoa-


mericana de Ciencias Sociales sede México. Profesor de Tiempo Completo del
Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM.

185
Laura Beatriz Montes de Oca Barrera. Doctora en Ciencia Social por El Colegio
de México. Investigadora de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM.

Mauricio Padrón Innamorato. Doctor en Estudios de Población por El Colegio


de México. Investigador de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM.

Carolina Santillán Torres-Torija. Doctora en Psicología por la UNAM. Profesora


de Tiempo Completo del Área de Psicología Educativa de la Facultad de Estu-
dios Superiores Iztacala de la UNAM.

Lorena Margarita Umaña Reyes. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la


UNAM. Profesora de Tiempo Completo del Centro de Estudios Sociológicos de
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Las ciencias sociales en la UNAM.
Análisis de la producción académica contemporanea

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales


Universidad Nacional Autónoma de México

se terminó de imprimir en offset, en papel cultural de 75 gms,


en los talleres de Mujica Impresor, S.A. de C.V.
ubicados en Calle Camelia 4, Colonia El Manto, C.P. 09830, CDMX
el xx de junio de 2017.

Diseño y formación:
Fernando Bouzas y Rodrigo Mazza

Cuidado editorial:
Departamento de Publicaciones, FCPyS, UNAM

En la formación se utilizó la fuente Junicode en 11.5 puntos para


el cuerpo del texto y Meta en 16 y 12 puntos para los titulares.

Su edición consta de 1000 ejemplares

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