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Tat tvam asi, significa “tú eres eso”. “Eso” o “Aquello” es,
en otras palabras, Brahman, Dios o la fuente universal de
todo ser que se expande, se manifiesta, produce y es origen
de todas las cosas, las cuales están en él como lo finito en lo
infinito, pero no como una parte de él, pues lo infinito no
tiene partes.
Para estas filosofías védicas, a Dios no se lo puede definir.
No se puede definir lo ilimitado con lo limitado de nuestra
mente. Ellos llegan a Dios a través de la negación o neti neti:
no tiene forma, no tiene nombre, no tiene atributos, no es
esto, no es lo otro. Cuando todo es negado (neti neti) lo que
queda es el Ser, cuando el Ser es negado, lo que queda sigue
siendo el Ser. Al ser expresado en esta forma, todas las
definiciones de lo que es Dios o Brahman son erróneas.
Lo que nosotros vemos que sucede en el mundo es una
proyección hecha por nosotros (conocida como vikshepa).
Así, acorde a nuestra mente, sólo vemos violencia y quejas o
total hermosura y servicio. “La muerte es un cambio como
otros, que pertenece al cuerpo y a la mente pero no al
espíritu. La persona sabia no es víctima de la ilusión de que
ella es cuerpo, Arjuna. Ésta es sólo una ilusión del Ego”, le
dice Krishna a Arjuna en la Bhagavad Gita.
Eso es identificarse con el cuerpo y con la mente. La
mente agrega pasado y futuro, agrega tiempo y muerte (kala
es una palabra sánscrita que denota ambas: “muerte” y
“tiempo”).
Dijo Wittgenstein: “La vida eterna pertenece a aquellos
que viven el presente”. Lo único eterno es el ahora, este
momento sin pensar. Entendemos como eternidad un
tiempo muy largo, años que se extienden al infinito pero ese
es un error, lo eterno no es un tiempo perpetuo, sino un sin
tiempo, o sea es el momento presente.
Tú eres “eso”; ¿qué es eso?
Eso está más allá del tiempo, es vivir el presente. El
presente se siente, en él se está, se es conciente y se es eterno.
Nos apegamos al pasado y nos ilusionamos con mañanas.
Cuando desparece la mente, desaparece el tiempo y su
hermana, la muerte.
La memoria es pasado, tiempo petrificado que nos
condiciona. Aunque no vemos el pasado ni lo podemos
tocar, lo podemos recordar gracias a la memoria. Si no la
tuviéramos, ¿existiría el tiempo?
Si uno lee esto sin la mente, lo entiende; si lo lee a través
de la mente encontrará sus propias explicaciones, que no
tienen nada que ver con lo escrito. La mente siempre esta en
el pasado o en el futuro, pero es imposible que esté en el
presente, ¿como se puede pensar en el presente? Ya es
pasado.
La mente son los pensamientos; cada vez que pensamos
agregamos tiempo y, por lo tanto, nos acercamos a la
muerte. Si no pensamos, ¿dónde está la muerte? Tener
miedo de morir implica tener miedo de vivir. El riesgo y la
incertidumbre son parte de la vida.
Para los Vedas, al identificarnos con el cuerpo o con la
mente sufrimos pensando en la muerte, pues sabemos que
ambos dejarán de existir ante su llegada. Si uno se identifica
con el cuerpo o con la mente cree que va a fallecer, y esto
produce angustia o temor; en cambio, si se identifica con “tu
eres eso”, entiende que sólo cambia a otro estado. Todo es
circular, una rueda, un chakra. El fin no es la muerte, sino
un cambio de forma o condición de la energía.
El silencio es un ayuno mental.