El uso eficiente de la energía, a veces simplemente
llamado eficiencia energética o ahorro energético, es el objetivo de reducir la cantidad de energía requerida para proporcionar productos y servicios. Las mejoras en la eficiencia energética se logran generalmente mediante la adopción de una tecnología o un proceso de producción más eficientes 1 o mediante la aplicación de métodos comúnmente aceptados para reducir las pérdidas de energía.
Hay muchas motivaciones para mejorar la eficiencia energética. La
reducción del uso de energía reduce los costos de electricidad y puede generar un ahorro financiero para los consumidores si el ahorro de energía compensa cualquier costo adicional de implementar una tecnología de eficiencia energética. Reducir el uso de energía también se considera una solución al problema de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se dice que la eficiencia energética y la energía renovable son
los pilares gemelos de la política de energía sostenible4 y son prioridades altas en la jerarquía energética sostenible. En muchos países, también se considera que la eficiencia energética tiene un beneficio de seguridad nacional porque puede utilizarse para reducir el nivel de las importaciones de energía de países extranjeros y puede reducir la tasa de energía a la que se agotan los recursos energéticos nacionales. La energía renovable, por su parte, es aquella que se obtiene de fuentes naturales que, virtualmente, son inagotables (por su capacidad de regenerarse de manera natural o por la gran cantidad de energía que poseen). La energía solar, la energía eólica y la energía hidroeléctrica son ejemplos de energías renovables.
Los combustibles fósiles son uno de los principales recursos
energéticos empleados por el ser humano puesto que liberan por combustión una gran cantidad de energía, que puede ser empleada para calentar hogares, cocinar, etc. Del mismo modo esta energía puede aprovecharse para mover barcos, aviones y otros vehículos que gracias a mecanismos como el motor de vapor el de explosión o las turbinas, son capaces de transformar esta energía liberada en la combustión, en movimiento, energía mecánica. Por último, la energía liberada en la combustión también puede ser transformada en energía eléctrica, proceso que se realiza en las centrales eléctricas. 1.2 Diagnostico energético de procesos químicos identificando los requerimientos de energía calorífica y de refrigeración.
Programa de Normalización en Eficiencia Energética
La normalización, en forma de especificaciones técnicas dirigidas a limitar el consumo de energía en equipos, aparatos y/o sistemas comercializados en el país, es prioritaria para garantizar el ahorro de la energía, ya que asegura la calidad de los productos y/o sistemas y su desempeño energético. Sin duda, las normas de eficiencia energética son los instrumentos de regulación que generan una sinergia positiva de mercado y propician una transición hacia tecnologías altamente eficientes en el país. La emisión de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de eficiencia energética, que se fundamenta en y parte de la entrada en vigor de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización en 1993, comenzó en 1995 con la publicación de dos NOM: la NOM-009-ENER-1995, en aislamientos térmicos industriales y NOM-006-ENER-1995, eficiencia energética electromecánica en sistemas de bombeo para pozo profundo en operación. Al cierre de 2013, estaban en vigor 27 NOM dirigidas a regular el consumo de energía eléctrica y térmica de equipos y sistemas del sector residencial, comercial y servicios, industrial, transporte y agropecuario http://dof.gob.mx/nota_detalle_popup.php?codigo=5342503