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El científico también es un ser humano; Pablo Kreimer

Resumen en capítulos

Ciencia que ladra

En palabras generales, en este libro vamos a encontrar los diferentes aspectos sociales que mueven a la
investigación científica a generar conocimientos. También a sujetos que parecen tan peculiares: técnicos,
estudiantes, investigadores.

La idea del libro es mostrar la otra cara de las imágenes que normalmente pensamos de los científicos e
investigadores. Estas imágenes fueron creadas a medida que la ciencia se hizo pública y reconocida.

Sin embargo, no solo los medios de comunicación los que nos armaron esa imagen generalizadora de la ciencia y
de los científicos.

El objetivo que se persigue con este libro es doble. Por un lado humanizar a todos los científicos, que tienen vida
propia: comen, salen a fiestas, etc. Es decir, que son sujetos sociales como todos nosotros. Y por otro lado, mostrar
los “estudios sociales de la ciencia y la tecnología”.

A lo largo de los capítulos recorreremos diferente aspectos, como el papel social de la ciencia moderna en los
últimos siglos, las formas de organización de los científicos, la vida cotidiana en sus lugares de trabajos, sus
producciones principales: los papers, y muchos aspectos de cómo es la ciencia aquí y allá.

En conclusión vamos a estudiar la sociología en los laboratorios, como trabajan sus protagonistas: LOS
CIENTÍFICOS. Y el libro también llega a otra conclusión de que: el científico también es un ser humano. Lo que no
es poco…

En fin, tenemos la seguridad que toda la colección de estos libros está escrita por científicos que quieren asomar la
cabeza afuera de los laboratorios, contando sus experiencias y todo los que se relaciona con su campo. Porque de
eso se trata: de contar, de compartir un saber, si se sigue encerrado, puede volverse inútil.

Ciencia que ladra… no muerde, solo da señales de que cabalga… y mucho.

RESEÑA DEL AUTOR

Pablo Kreimer nació en Buenos Aires y estudió sociología en la Universidad de Buenos Aires. Se doctoró en Ciencia,
Tecnología y Sociedad en el Centre Science, Technologie et Société de París.

Trabajó varios años en laboratorios de Francia, Inglaterra y la Argentina, con el pretexto de observar lo que hacían
allí adentro las “tribus” de científicos que producían conocimientos.

Escribió varios libros: De probetas, computadoras y ratones: la construcción de una mirada sociológica sobre la
ciencia y L’Universel et le contexte dans la recherche scientifique, ambos de 1999; Producción y uso social de
conocimientos (2004); Culturas científicas e investigación agrícola en América Latina (2005); Ciencia y periferia.
Nacimiento, muerte y resurrección de la biología molecular en la Argentina. Aspectos sociales, políticos y
cognitivos (2008, por el que obtuvo una de las menciones del Primer Concurso Nacional de Ciencias).

Es investigador del Conicet, profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes, donde dirige actualmente el
Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología, y de la Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad. También,
es el editor de REDES. Revista de Estudios Sociales de la Ciencia.

SINOPSIS DEL LIBRO

Capítulo 1: El intruso o la “mosca en la pared” ¿Para qué sirve la ciencia?

En el capítulo inicial vamos a encontrar el objetivo del libro: HABLAR DE LA CIENCIA DESDE OTRO PUNTO, desde
el punto de vista nuestro,no solo del científico. Vamos a encontrar como distintos sociólogos han estudiado a la
ciencia como a una fábrica o a una escuela, es decir, un estudio desde adentro del laboratorio con todo lo que
sucede allí.

La ciencia es ante todo una promesa de soluciones y una garantía, o sea, si la calidad de un producto esta
“científicamente comprobada” es porque hubo un extenso trabajo anterior para conseguirlo.

Los conocimientos científicos tienen un proceso de cuestionamiento y luego son parte de la comunidad científica
como de la sociedad, porque el conocimiento también es una práctica social, conformada por personas (sujetos
sociales) reales que tienen una vida privada aparte de la del laboratorio, que hablan un lenguaje determinado y que
no son diferentes a la sociedad nuestra.

 Hasta el último cuarto del siglo XX algunos sociólogos propusieron que el conocimiento científico no era más que
una creencia entre otras.

Y muchos científicos se descontentaron con esto porque relacionarla con una creencia era relacionar a la ciencia
con la religión, ya que a la ciencia se la comprueba, se la acepta o se la rechaza, y lo único que queda en el medio
es la magia algo que solo es misterio.

La ciencia es una herramienta muy poderosa: les ofreció a los seres humanos la capacidad de transformar la
naturaleza con el fin de obtener beneficios enormes.

“Sociedad del conocimiento”

Nuestra sociedad, la del siglo XXI ha sido afectada- positiva y negativamente- por el uso y el desarrollo de la
tecnología y esta a la vez afecto a la ciencia, pero también existe un cuestionamiento si la ciencia y la tecnología
surgieron primero porque había dinero para sostenerla o porque estas generaron este recurso.

No podemos imaginar el mundo sin ciencia pero tampoco nos importa tanto si existe, solo esperamos sus resultados
para beneficio propio.

La ciencia moderna podría incluir tres etapas: institucionalización, profesionalización eindustrialización:

La primera etapa, la institucionalización,comenzó por Italia va desde el siglo XVII al XVIII. Se refiere a la creación
de instituciones donde se pueden estudiar diferentes materias, donde además se separa la ciencia de la religión. Las
primeras instituciones fueron:

-Royal Society (1662) por la reina Isabel asociada a Isaac Newton.

-Royale des sciencies (1666) por iniciativa de Colbert (Francesa).

“La institución científica estuvo ligada al poder político: la cienciapedía protección y apoyo y el poderresultados
útiles y utilizables”.

Esta etapa quiso decir que la ciencia pasó de ser algo “privado” ya que se consolido como pública y más respetada
por ese entonces.

La segunda etapa, la profesionalización, surgió luego de la 1raporque ya se tenía los 2 requisitos básicos de una
profesión: recursos económicos para subsistir y existencia de cátedras de las materias. Luego se establecieron los
requisitos para poder cursar estas carreras.

Luego con el paso del el tiempo estas carreras comienzan a integrar espacios sociales de la misma donde colegas
en la misma materia compartían sus trabajos mediante foros o en revistas especializadas.

Finalmente llegamos a la última etapa, la industrialización, es decir que la ciencia se industrializo con respecto a
multiplicación masiva de conocimientos y equipos de comprobación ya sean los laboratorios. Su origen se remonta a
la Segunda Guerra Mundial.

Ciencia, tecnología y sociedad


Todas las ideas surgen alguna vez y luego las adoptamos como naturales. El sociólogo Robert Merson propuso la
asociación de ciencia, tecnología y sociedad y dice que hay una relación entre el conocimiento científico, el
desarrollo tecnológico y las condiciones sociales, económicas, culturales, etc.

La ciencia y su desarrollo no solo acarrean soluciones positivas…

El proyecto de Manhattan (la fabricación de la bomba atómica), el desarrollo de la sociedad industrial capitalista y
sus efectos negativos- hiperconsumo, por ejemplo- son ejemplos del mal desarrollo de la ciencia o mejor dicho su
mal uso.

Además llegamos a la conclusión de que la ciencia en muchas ocasiones no puede lograr detener problemas que
ella misma creó y quienes van a tener que solucionarlos son la sociedad “común”.

La ciencia es un producto social:

Otros sociólogos en desacuerdo con las teorías de Merton decidieron estudiar los laboratorios como estudiaban a los
clubes o a las fábricas, como instituciones sociales. Ya que la ciencia es una práctica social de un conjunto de
individuos que pertenecen a una cultura y con un determinado lenguaje, es una fabricación social.

Capítulo 2: ¿Ratones que hablan? Los laboratorios y los científicos como objeto.

En este capítulo podemos hablar de la imagen que se tiene de los científicos, de que los vemos como “bichos raros”
ajenos a la sociedad, pero no es así. Durante mucho tiempo los científicos y sociólogos concluyeron que la ciencia
no era una práctica social y los sociólogos solo la miraban desde afuera.

Pero en los años setenta David Bloor y otros sociólogos británicos plantearon que se había estudiado la ciencia
verdadera lejos de toda “contaminación social”.

Si la historia la escriben los que ganan y Controversias científicas…

Los sociólogos comenzaron a decir que toda la historia “oficial” de la ciencia no era más que una “ciencia de
vencedores”, y que por eso se dejaba de lado una parte fundamental de su desarrollo como actividad de la sociedad.
Los sociólogos querían mostrar que había otra historia.

Con el fin de descubrir esa historia propusieron principios de análisis para estudiar la ciencia “tal como se hace”. Los
más importantes fueron:

 Imparcial con respecto a la verdad y falsedad, la racionalidad y la irracionalidad, el éxito o el fracaso.


 Simétrico en su estilo de explicación. Los mismos tipos de causas deben explicar, digamos, las creencias falsas y las
verdaderas.

Además, el estudio de las controversias apuntaba a no estudiar solo el resultado de algún evento científico sino sus
procesos. Ahora bien: el análisis de las controversias apuntaba a observar el pasado.

Así, las controversias se constituyeron en una herramienta muy potente para los sociólogos en los conceptos de:
negociación y consenso.

La tribu de los científicos

Bruno Latour dijo: “estudiar a los científicos como si fueran una tribu extraña a nuestra cultura, y no como si se
tratara del santuario de la racionalidad”. Esta idea causó gran revuelo en la sociedad pero tenía fundamentos, ya que
era necesario “internarse” en los laboratorios para descubrir cómo nace la ciencia y el conocimiento.

Junto con el “descubrimiento” del laboratorio, y como objeto de investigaciones, y al mismo tiempo como lugar de
observación, los sociólogos tuvieron su propia disputa por quien llegó primero- aunque no le vamos a dar
importancia- por la simultaneidad de sus estudios y el común de la zona geográfica.

Pero todo esto fue gracias a dos hechos fundamentales:


 La toma de conciencia de que la ciencia no solo acarrea efectos positivos.
 La emergencia de movimientos sociales que cuestionan la ciencia y la tecnología.

¿De dónde salen los enunciados científicos?

Para Latour los enunciados científicos, que ya nadie discute, son fabricados, producidos y negociados a partir de los
laboratorios. El laboratorio, como cualquier otro espacio social, es un lugar donde se superponen diferentes ideas,
prácticas, conflictos, sorpresas, etc. También existen rutinas establecidas que responde a una organización social.

Veamos que es un hecho científico. Este es como un enunciado pobre o débil, que logra fortalecerse a medida de la
confrontación de ideas y de refutaciones para luego ser aceptado y ser parte del sentido común.

El punto de partida de la construcción de un hecho es siempre un enunciado y este también debe fortalecerse: Los
enunciados se obtienen de: Fabricar pruebas y convencer a los otros. Para fabricar pruebas los investigadores
deberán utilizar material del laboratorio como por ejemplo un electrocardiograma. Y para convencer a sus colegas
tendrán que argumentar con los resultados probados.

Luego de la aceptación del enunciado, es decir, aceptado como valido, se puede concluir con enunciados más
fuertes. También pueden lograr aparecer en libros y estamos en presencia de un “hecho científico”

Problemas de métodos…

Como ya sabemos, cuando un sociólogo estudia un espacio: estudia el entorno, y entonces se da cuenta que el
también es el entorno y es parte del objeto estudiado. Los sociólogos cuando se metieron a investigar los
laboratorios relacionaron que estaban estudiando a INVESTIGADORES pero el también es una de ellos.

Y la respuesta a este problema la tuvo Latour que dijo que para no dejarse llevar por los prejuicios, el observador
tiene que ser lo más ignorante con respecto al entorno a estudiar.

Capítulo 3: Comunidades, campos, arenas y playas.

En este capítulo nos dedicaremos a revisar como se organizan y actúan los científicos, pero lejos ya de los
laboratorios, sino más bien en un espacio social más amplio según tres condiciones diferentes.

La comunidad…

El concepto de comunidad tiene su origen en la sociología del siglo XIX, y esa palabra no solo implica un grupo de
individuos, sino la relación que se establece entre ellos. Anteriormente se centraba en una mirada de que la ciencia
era individualy no colectiva.

Ahora bien, si queremos hablar de comunidad científica nos tenemos que remontar al comienzo de los años 40,
donde Michael Polanyi, físico y filosofo, propuso la noción de comunidad científica. Según Polanyi: “los científicos
no pueden practicar su actividad en aislamiento”.

Otra vez, Robert Merton propuso que la comunidad científica estaba organizada por un conjunto de normas
relacionadas con la función social y la certificación de lo verdadero de las investigaciones. Esas normas fueron 4 al
comienzo:

 Universalismo;
 Comunismo
 Desinterés;
 Escepticismo organizador.

Cuando estas normas se respetan, entonces la ciencia puede cumplir su rol social.

La perspectiva general de Merton sobre la comunidad científica se basa en un “sistema de intercambio”: se ofrecen
conocimientos a cambio de recompensas o reconocimiento, etc. Las recompensas son proporcionales a los aportes
del científico, y muchas veces el mecanismo más conocido es la eponimia, cuando a un conocimiento se le pone el
nombre del científico investigador.

El campo científico…

Este concepto fue anunciado por el sociólogo Pierre Bourdieu en 1975 que rompió el concepto de la armonía y
colaboración en la comunidad científica.

Llama al campo científico como “espacio de lucha”, que el funcionamiento de este “produce y supone” una forma
específica de intereses. Luego habla sobre la competencia en esta área y del capital científico y de ejercer el poder
sobre los otros como en cualquier otra sociedad.

Este poder se va dando por la cantidad de prestigio que el científico obtiene al recorrer su carrera, pero a su
comienzo solo comenzó con el prestigio del lugar donde trabajaba o diferentes instituciones en la que colaboraba.

Al igual que para Merton, para Bourdieu el campo científico está regido por un conjunto de normas, que son
impuestas por quien tiene el “poder” y obedecidas por el resto.

Estas normas, por ejemplo, indican cómo se debe acumular el capital científico, además los dominantes establecen
cuales son los temas más interesantes. De modo que los dominados pueden elegir seguir estas normas o emplear
estrategias subversivas.

También sabemos que cualquier tipo de inversión, ya sea económica o científica, implica riesgos. El primero es no
llegar al resultado querido y el segundo es el tiempo a utilizar. Obviamente todos las inversiones que hacen los
investigadores tiene un proceso de estudio para ver si es conveniente o no.

Las arenas transepistémicas de la investigación…

Karin Knorr-Cetina propone la idea de que los otros dos conceptos anteriores están visto desde el punto
del mercado. Según ella debemos observas las prácticas reales de los investigadores, es decir, lo que
verdaderamente realizan en sus trabajos. Porque cuando uno se mete en estos lugares, vemos que los científicos se
relacionan con “otros”, como autoridades de instituciones, agencias de financiamiento, etc.

Según Knorr-Cetina la organización social de la ciencia esta bajo la forma de arenas transepistémicas de la
investigación, que son el espacio en cual se establecen, se definen, o se renuevan las relaciones de recursos que
entablan los científicos.

Es decir que estas “arenas…” son la relación con el mundo exterior, desde el pedido de material para trabajar hasta
el financiamiento de una investigación.

El beneficio de analizar la organización social de la ciencia a través de la forma de las arenas es que nos da una
imagen más realista del mundo de los científicos.

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