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XLI

Tú eras el huracán y yo la alta

torre que desafía su poder:

¡tenías que estrellarte o que abatirme!...

¡No pudo ser!

Tú eras el océano y yo la enhiesta

roca que firme aguarda su vaivén:

¡tenías que romperte o que arrancarme!...

¡No pudo ser!

Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados

uno a arrollar, el otro a no ceder;

la senda estrecha, inevitable el choque...

¡No pudo ser!

ENSAYO SOBRE EL POEMA XLI

ESTRUCTURA EXTERNA:

Es un texto escrito en verso. El poema está compuesto por tres estrofas de cuatro versos cada una.
Los versos son endecasílabos excepto el cuarto de todas ellas que es un verso quebrado de cinco
sílabas, pentasílabo. Riman en asonancia los versos pares quedando libres los impares. No hay
ninguna estrofa clásica con esta estructura. Los románticos no respetaron las estrofas clásicas y
usaron nuevas combinaciones de versos, que es una muestra más de su libertad creativa. El ritmo
es yámbico al caer el acento estrófico en sílaba par.

Encontramos dos encabalgamientos suaves en los versos 2 y 6; no hay ninguna pausa antes de la
quinta sílaba métrica en el verso encabalgado: …la alta / torre que…; la inhiesta / roca…

La estructura de las dos primeras estrofas es exactamente igual:

-Los encabalgamientos comentados.

-La presencia del último verso quebrado.

-Las mismos enunciados exclamativos en el tercer verso de cada estrofa.

El poema es fundamentalmente descriptivo. Se dice cómo es el carácter de los amantes y las


consecuencias de ese carácter tan diferente. Por otra parte, la mayor parte de los recursos literarios
que encontramos son propios de la descripción.
ESTRUCTURA INTERNA.

Lo podemos dividir en dos partes:

1/8, las dos primeras estrofas en las que se plantean dos imágenes metafóricas que se refieren al
carácter o personalidad de los amantes: el huracán que bate la torre y el océano que choca contra
la roca.

9/12, la última estrofa en la que se describe la personalidad tan opuesta de ambos y la postura tan
poco conciliadora que adoptaban cada uno en los conflictos de pareja.

TEMA.

Esta poesía refleja claramente un desengaño amorososo, por lo tanto pertenece a las rimas
becquerianas que tratan del amor. En ella aparecen los motivos de la ruptura amorosa, que se
centran en la incompatibilidad de caracteres.

Reflexión del poeta sobre las razones por las que su relación amorosa se rompió.

RESUMEN.

El poeta reflexiona sobre la relación amorosa que mantuvo y analiza las causas que contribuyeron
a esa ruptura. La causa principal es el carácter intransigente de los dos: el poeta es demasiado
orgulloso y ella estaba acostumbrada a imponer su voluntad. La personalidad tan opuesta de los dos
se compara con dos metáforas: un huracán, ella, que choca contra una torre, él; y el océano, ella,
que se estrella contra las rocas, él.

Figura literaria

Verso

Cita

Explicación.

Paralelismo

1/4

5/8

Tú eras el huracán y yo la alta

torre que desafía su poder:

¡tenías que estrellarte o abatirme!...

¡No pudo ser!


Tú eras el Océano y yo la enhiesta

roca que firme aguarda su vaivén

¡tenías que romperte o que arrancarme!...

¡No pudo ser!

Se repite la misma estructura sintáctica en las las dos estrofas.

Epifonema

Verso

quebrado

¡No pudo ser!

Con esta frase exclamativa final sirve de colofón a lo enunciado anteriormente.

Elipsis

11

Hermosa tú, yo altivo.

La senda estrecha, inevitable el camino

Supresión de la cópula: concisión, identificación de la cualidad con la persona.

Quiasmo

11

La senda estrecha, inevitable el choque

Inversión de la estructura sustantivo + adjetivo; adjetivo + sustantivo.

Antítesis (temática)

Todo el poema

Repetición en cada una de las estrofas de los pronombres personales tu y yo, como enfrentamiento
de los dos amantes.

Metáfora continuada

1/4

5/8
Ella es un huracán, una persona impetuosa, impulsiva; es un océano, una persona incontenible, con
mucha energía. Él es una torre, una roca, una persona testaruda, firme, intransigente, orgulloso

Metáfora

11

La senda estrecha, inevitable el choque

El conflicto en la relación personal y amorosa era inevitable por la incompatibilidad de sus


caracteres.
XLII
Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba.

Cayó sobre mi espíritu la noche,


en ira y en piedad se anegó el alma.
¡Y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!

Pasó la nube de dolor.... Con pena


logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.

ENSAYO SOBRE EL POEMA XLII

1. Localización:
Se trata de un poema lírico incluido en la obra Rimas, de Gustavo Adolfo Bécquer, autor
perteneciente al Romanticismo tardío (segunda mitad del XIX). Bécquer se caracteriza por
un estilo menos exuberante y retórico que el de otros románticos como Espronceda, dado
que prefiere mostrar un rico mundo interior despojando su lenguaje de los excesos
anteriores. Quizá la propia biografía de Bécquer –su orfandad, sus penalidades y
desengaños amorosos- nos ayuda a entender ese tono melancólico que impregna sus versos
y el intimismo que caracteriza toda su obra. Las Rimas son poesías breves, de tono popular
y gran musicalidad, que forman un cancionero centrado en dos temas básicos: la propia
poesía y el amor. La que nos ocupa trata este segundo tema, visto, como casi siempre en el
caso de los románticos, desde una perspectiva desengañada.

2. Temas:
El desengaño amoroso se intuye tras estos versos: el poeta dice haber recibido una dolorosa
noticia, manifiesta la angustia que le ha causado y agradece la fidelidad del amigo que se la
dio. Podemos intuir que se siente traicionado por su amada gracias al léxico empleado: frío,
acero, ira, piedad... El tema en sí ya es un tópico: el desamor ha dado lugar a más de una
obra literaria. Bécquer lo presenta de un modo sencillo, como corresponde a su forma de
concebir la poesía. También lo es la utilización de la naturaleza y el ambiente como fuente
de comparaciones y metáforas (v. 5: Cayó sobre mi espíritu la noche...), aspecto muy
destacable de la literatura romántica, en la que el paisaje se hace eco del estado de ánimo
del poeta y este recurre a él para manifestar sus emociones. La amistad se presenta en el
texto como un tema secundario (v. 11: ¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...)

3. Estructura:
El poema está formado por 12 versos divididos en tres estrofas que no lo son sino en
apariencia: no hay alteración de la rima, cuyo esquema se corresponde con la del romance
heroico (-A-A-A...). Efectivamente, se trata de versos endecasílabos con rima asonante en
los pares, que se mantiene durante todo el poema: rima en “a-a”. Respecto a la estructura
interna, cabe señalar que se corresponde con la división antes mencionada: - En los
primeros cuatro versos el poeta recuerda el momento en que recibió la desagradable noticia
y la impresión que le produjo. - Los versos 5 al 8 reflejan su estado de ánimo (sentimientos
encontrados, opuestos: ira – piedad) y una reflexión de carácter general sobre cómo el dolor
y el desengaño provocan comportamientos extremos (¡y entonces comprendí por qué se
llora / y entonces comprendí por qué se mata!) - En los últimos cuatro versos se presentan
los momentos posteriores, en los que el hombre desengañado se calma y es capaz de
apreciar la amistad de quien le ha informado.

4. Comentario del estilo: aspectos formales.


Pese a que el texto se inicia con el recuerdo de un relato previo (“Cuando me lo
contaron...”), la forma de elocución por excelencia de la lírica es la descripción: se describen
sentimientos, emociones; aunque se utilice la narración (“me apoyé contra el muro...”), lo
cual se aprecia en el predominio de los verbos sobre los adjetivos, la intención fundamental
es mostrar el estado de ánimo. El lenguaje empleado huye de la retórica: El léxico se adecua
al tema del dolor como sentimiento que hiere: frío, hoja de acero, entrañas, espíritu, noche,
llora, mata, nube del lolor... La sintaxis es sencilla (sólo aparece una subordinada temporal,
que sitúa lo ocurrido en el pasado: “Cuando me lo contaron...”; en los demás casos sólo
encontramos yuxtaposición y coordinación). Sólo se permite el poeta alguna pequeña
ruptura sintáctica (algún hipérbaton: vs. 4, 5 ). Destacaremos el uso de las metáforas para
transmitir sensaciones: hoja de acero (por lo punzante e instantáneo de la noticia), nube de
dolor (metáfora impura que muestra el desengaño como algo pasajero), cayó sobre mi
espíritu la noche (metáfora hiperbólica: sin la esperanza, sin la ilusión del amor todo se
vuelve oscuro, sin sentido); en ira y en piedad se anegó el alma (“anegar” , inundar, se
emplea aquí con el sentido metafórico de “llenar”). El paralelismo anafórico que se observa
en los versos 7-8: “y entonces comprendí.... y entonces comprendí....”, combinado con la
exclamación retórica y con el polisíndeton, provoca un tono más angustiado y combina
reacciones distintas ante el dolor (llorar – matar). Cabe señalar, asimismo, la interrogación
retórica (v.11: ¿Quién me dio la noticia?...) que introduce el motivo de la amistad.

5. Relación del texto con su contexto.


Ya mencionábamos la actitud de Bécquer ante el compromiso del poeta con sus
sentimientos: su poesía no encajaba con lo que antes se había entendido como
“romántico”, era mucho más sencilla y entrañable, lo cual se demuestra en rasgos tales
como la preferencia por la asonancia o el empleo de recursos sencillos. Bécquer no cae en
el dramatismo ni en la truculencia. Con todo, no deja de ser plenamente romántica la
manifestación de sentimientos de dolor, de melancolía, incluso en cierta medida
apasionados, así como la referencia a un entorno oscuro acorde con la situación. Por otra
parte, desde el punto de vista métrico, Bécquer se suma al gusto de los románticos por la
utilización de estrofas y composiciones que modificaban las tradicionales: un ejemplo es
esta adaptación del romance tradicional, convertido aquí en romance heroico.
Romanticismo, pues, pero con una clara orientación intimista, alejada de la artificiosidad,
muy propia del autor y de su concepción de la poesía como expresión de lo inefable.

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