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Descripción: Es una de las cuatro estrategias discursivas de presentación de personajes, objetos,

animales, lugares, épocas, conceptos, procesos, hechos, situaciones, etc.


Puede mostrar la idiosincrasia y el físico de una persona, sobre todo si se basa en su apariencia y se
infiere de sus acciones.
 Prosopografía: aspecto exterior.
 Etopeya: de costumbres o pasiones humanas.
 Etopea: de las características correspondientes a tipos dados individualizados.
 Carácter: del modo de ser propio de un tipo de protagonista.
 Paralelo: de las semejanzas y diferencias entre personajes.
 Topografía: de lugares reales.
 Topofesía: lugares imaginarios.
 Cronografía: de una época.
 Definición: de un concepto.
También pueden describirse hechos, batallas, fiestas, procesos, fenómenos naturales, epidemias,
paisajes, animales y objetos.
Generalmente, durante la descripción se suspende la narración, sin embargo, también pueden
combinarse.

Diálogo

 Estrategia discursiva mediante la cual el discurso muestra los hechos que constituyen una historia
relatada, prescindiendo del narrador e introduciendo al lector o al público directamente en la
situación donde se producen los actos de habla de los personajes.
 En una novela a través del diálogo se pueden narrar acciones, y también se puede alternar con
descripciones y con monólogos, puede aportar informaciones y servir para que los personajes
manifiesten su acuerdo o su desacuerdo si son antagonistas.
 Debe ser verosímil y para ello debe concordar con el carácter del personaje.
 El diálogo es el discurso imitado que ofrece un “máximo de información” mediante un “mínimo
de información” y produce la ilusión de que muestra los hechos.

Diccionario de retórica y poética (1985), Helena Beristáin.

Los diálogos deben cumplir lo siguiente:


1. Hacer que la historia avance.
2. Dan información sobre el personaje.

El diálogo da movimiento y verosimilitud a una historia. La condición de los buenos diálogos es que
tiene que ser de verdad.
El propósito del buen diálogo es hacer avanzar la historia y presentarnos a los personajes.
No se deben reproducir los diálogos tal cual porque caerían en naderías, interjecciones, frases sin
terminar, palabras superfluas, interrupciones, incorrecciones, contradicciones y suspiros.

Cómo escribir diálogos


En el cuento, el diálogo es una herramienta para definir a un personaje; en la novela, contribuye al
dinamismo general. Además revela cómo son los interlocutores y ofrece datos de los personajes
restantes del entorno a través de lo que de ellos dicen los hablantes.
El diálogo presenta el acontecer a través de las voces de los personajes. El diálogo es el
enfrentamiento (en el que pueden coincidir o no) entre dos visiones (o dos interlocutores)

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participantes de una situación o una escena. Ambos interlocutores deben ser necesarios y
complementarse para constituir la estructura del diálogo y hacer progresar la trama.

Características:
 El narrador desaparece y los personajes hablan por su cuenta.
 Los personajes informan sobre la situación, el conflicto, la acción.
 El lector conoce directamente a los personajes, a través de sus palabras y sus formas de expresión.

Constitución:
a) Parlamentos: son las palaras directas de los personajes que pueden ser dos o más.
b) Incisos: son aclaraciones del narrador. Se colocan detrás de un guión y sirven para situar a los
personajes en la escena, para señalar reacciones provenientes de su pensamiento, de sus
sentimientos o su consciencia o para marcar un gesto o una acción mientras hablan.
Ejemplo

―Me niego a verlo ―dijo él dando un portazo.


Parlamento inciso

Condiciones ineludibles:
1. Intencionalidad: es la motivación que conduce a una frase.
2. Precisión: las palabras que ponemos en boca de nuestros personajes han de estar pensadas
cuidadosamente.
3. Naturalidad: debe sonar natural a los oídos del lector que, más que leerla, escucha mentalmente
la conversación de los implicados en la misma.
4. Fluidez: el dialogo ha de tener un ritmo propio. La fluidez está ligada indefectiblemente al tipo
de situación representada.
5. Coherencia: hemos de estar atentos a la caracterización de nuestros personajes para que el diálogo
resulte coherente. Si son campesinos, podremos recurrir al lenguaje rural…
6. Poder de sugerencia: el diálogo debe abrir una incógnita, lo cual se puede traducir como
capacidad de revelación.
7. Interacción: las palabras que dice un personaje dependen, crecen, cambian en relación directa con
las que dice otro personaje.
8. Continuidad: va ligada a la progresión narrativa.

Funciones del diálogo:


1. Configura escenas: presenta una escena del conflicto o de la situación de modo vivo, inmediato,
en lugar del relato mediatizado por el narrador, lo cual puede contribuir a reforzar el suspenso al
poner al lector en contacto directo con los actores.
2. Aporta información: Si transcribimos un diálogo es porque algo queremos contar usando esa
conversación, en forma más ágil y directa que mediante un fragmento narrativo.
3. Forma parte de la trama del cuento o del capítulo de una novela.
4. Define un personaje.
5. Actúa como hilo conductor del acontecimiento principal.
6. Indica los nudos argumentales.
7. Reemplaza la acción o la representa: un buen diálogo puede conmocionar tanto como un combate
o como una escena de amor. Lo ha demostrado Raymond Chandler, cuyos personajes utilizan el
dialogo como arma cuando no tienen a mano o no pueden usar una pistola.
8. Impulsa el relato: evita que la narración se vuelva lenta, densa, detenida.
9. Complementa una acción:
a) Marca el ritmo de la acción.
b) Establece un nivel dramático más o menos exagerado.

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c) Hace odioso o entrañable al ejecutor de la acción.
d) Tensiona o relaja al lector.
10. Provee de pistas al lector.

Recursos lingüísticos
Las palabras que vayamos a emplear en el diálogo dependerán de quién sea el personaje que habla y
de cómo y en qué circunstancia lo haga.
1. Quién habla: Hay que asignar a cada uno de los personajes un lenguaje propio, que lo caracterice
como individuo. Debemos poner en boca de los personajes determinadas palabras articuladas
según determinadas condiciones que respondan al lenguaje de la vida real.
2. Cómo habla: En la ficción no hay lugar para frases que no sean significativas. Aún la
conversación más intrascendente debe mostrar algo de los personajes implicados. Una voz que
habla en el relato lleva incorporada una forma de ser. Tenemos que hacerles hablar de acuerdo
con su papel.
3. La expresión adecuada: Para que las expresiones adquieran la fuerza que el relato exige, es
necesario conocer a fondo el material con el que se trabaja y la personalidad del personaje
correspondiente. El diálogo permite:
 definir la personalidad e intenciones del personaje como consecuencia de sus palabras.
 Diferenciar a los personajes y señalar las relaciones existentes entre ellos.

Tema, lugar y diálogo


Localizar el tema es asunto de toda narración y no lo es menos en el territorio particular del diálogo.
La estructura interna de un diálogo tiene como condición previa la existencia de un tema compartido,
de un lugar de conflicto, de una zona de riesgo. Tanto este aspecto como el lugar por donde transitan
y el tiempo en que viven los personajes se pueden definir mediante el diálogo y, a su vez, lo definen.
1. Cada situación implica un tema: en un diálogo, los personajes suelen hablar de lo mismo, desde
un mismo ángulo o desde visiones distintas giran en torno al mismo tema. Y así como los
personajes cambian a medida que el diálogo avanza, también entre el principio y el final del
diálogo el tema se transforma.
2. Enfoques del tema: el diálogo puede informar únicamente o transmitir emoción. En la situación
previa al diálogo, cuando se ambientan los personajes y se plantea el conflicto, un narrador puede
informar sobre los sentimientos, el estado emocional que embarga a los personajes; de lo
contrario, si no hay información previa, a través del diálogo será necesario dar alguna pista al
lector, siempre de un modo sutil y creíble.
3. El lugar: el lugar donde transcurre la conversación nos permite ambientar la situación, aumentar
el clima de expectativa, prometer un cambio o un suceso especial. Puede ser nombrado o no por
los hablantes. Es decir, podemos saber dónde están los personajes y no comunicarlo al lector o
comunicárselo durante el diálogo mismo.

Beneficios del buen diálogo


1. Otorga credibilidad.
2. Perfila un argumento.
3. Muestra aspectos particulares de los personajes.

Riesgos: los problemas más comunes


1. Diálogo excesivamente literario.
2. Diálogo ampuloso.
3. Diálogo incompleto: frases cortas que expresan poco.
4. Diálogo reiterativo.
5. Dialogo demasiado extenso.
6. Diálogo indiferenciado: todos los personajes hablan igual.

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7. Diálogo inútil: no aporta nada al avance de los hechos.
8. Diálogo imposible: artificioso, le falta algo, no parece real. El personaje no tiene motivación ni
intencionalidad en el diálogo.

Catorce pasos a seguir


1. Precisar la intención del relato.
2. Confeccionar fichas completas de los personajes.
3. Decidir si la ambientación prepara el diálogo o del dialogo surge la ambientación.
4. Dosificar la información.
5. No apuntar el diálogo con interjecciones o interrogaciones si estos signos no son absolutamente
necesarios.
6. El diálogo debe ser real para nosotros mismos y creíble para el lector.
7. No recurrir a nuestra experiencia personal sino a la personalidad inventada.
8. No hacer dialogar en vano a los personajes durante más tiempo del que exige el episodio.
9. No abusar del verbo decir.
10. No informar al lector a través de los parlamentos sobre la biografía de los personajes: sería un
mecanismo falso, dado que los que hablan entre sí ya conocen quién es el otro.
11. Evaluar si en una escena sobran o faltan diálogos.
12. Contralar los dialectos, si los utilizamos debemos intentar que el lector pueda interpretar
correctamente sus significados.
13. Intercalar el verbo decir. “dijo”, “decía”, “dice”, con los vocablos precisos, sobre todo cuando el
personaje hace algo o lo dice de cierta manera.
14. Intentar mostrar las emociones que embargan al hablante, no señalarlas simplemente.

Acertar con el diálogo


Una vez que sabemos quién hablará, cuándo y dónde, lo que debemos saber es para qué. Encontramos
la respuesta en el contexto y la situación. Entonces, ¿para qué dice lo que dice? Si no encontramos la
respuesta, ese parlamente podría no ser correcto. Podemos plantearnos las siguientes cuestiones:
A) Tengo un personaje en una situación de conflicto: ¿qué palabras debe decir para que la tensión
no se diluya? ¿Un parlamento breve o extenso? ¿Qué tipo de vocabulario: mayoría de sustantivos
o de verbos?
B) Un personaje de mi relato necesita determinada información: ¿La pregunta?, ¿la obtiene
casualmente? ¿Cuál de estos mecanismos me ofrece mayor economía en la situación?
C) Y en cuando a un estado emociona: ¿lo adivina otro personaje? ¿Éste lo llama o se lo cuenta?
D) Un personaje lanza un exabrupto: ¿Cómo reacciona el interlocutor? ¿Permanece mudo? ¿Lo
agrede?

Notas
1. El diálogo natural o la conversación casual cambia de tema cada dos o tres minutos. Un mismo
tema no se puede mantener por mucho tiempo en una conversación normal.
2. Escucha tu diálogo en voz alta.

Cómo escribir diálogos. El arte de desarrollar el diálogo en la novela o el cuento (2000), Silvia
Adela Kohan.

Narración: Nombre que reciben textos pertenecientes a diversos géneros literarios: epopeya, novela,
cuento, fábula, leyenda, mito, reseñas periodísticas e informaciones históricas.
Es la exposición de unos hechos. Requiere la existencia de sucesos relatables. Una narración es un
tipo de relato.
Diégesis: Sucesión de acciones que constituyen los hechos relatados en una narración o en una
representación. Platón opuso la diégesis, como narración, a la mimesis, como representación.

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