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El universo, la vida y el hombre.

Creación del Universo, la Vida y el Hombre.

Carísimos, ya somos hijos de Dios aunque aún


no se ha manifestado lo que seremos. Más sabemos
que, cuando Jesucristo se manifieste claramente seremos
semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. (I Sn. Juan 32)

INTRODUCCIÓN
«El universo» «El hombre» Dos grandes realidades unidas por un
solo origen y un solo fin. Tienen origen en la Voluntad Divina, y en Ella
deben terminar, creados por Dios, por Él y para Él. 1 Dos realidades que
han quedado cubiertas de velos, oscurecidas, debido a la incredulidad
del mismo hombre. Desde entonces, enormes incógnitas aprisionan a
estas dos grandes realidades, dos existencias rodeadas por un
sinnúmero de preguntas, y casi ninguna respuesta definitiva porque no
se aceptó la única respuesta que ha existido: «La revelación» Milenios
han transcurrido desde la aparición del ser pensante, racional, el único
capaz de interesarse en su propio origen y destino, pero sobre todo,
capaz de analizar su entorno, estudiarlo para tratar de desentrañar los
misterios que le plantea, y así, al final, llegar al conocimiento de sí
mismo. En este largo camino de estudio y conocimiento han existido
siempre dos bandos, dos posiciones: Aquellos que aceptando la
revelación reconocen a un solo Creador del Cielo y la tierra; y aquellos
que no aceptan a Dios como creador, los cuales se subdividen a su vez
en dos: Quienes por abierta oposición y deseo de quitar a Dios todo
reconocimiento, o mejor dicho, negar a Dios, lo desconocen, y quienes
llevados por un deseo honesto de encontrar la verdad, pero sin creer en
Ella,2 no con el afán de negar a Dios plantean numerosas teorías, tesis
acerca del origen de todo, incluyéndose a sí mismos. Este segundo
bando se ha encontrado con dificultades a cada paso, tabúes enormes a

1
(Col. 116)
2
Yo soy el camino la verdad y la vida
El universo, la vida y el hombre. 2

su alrededor que lo han atado a creencias impuestas por la fuerza, no


por la razón y convencimiento; «anatemas» lanzados por personas
religiosas, las que en vez de hacer uso de su oficio de guardianes y
dispensadores de la verdad, volviéndose soberbios e intolerantes
creyeron que debían imponer sus ideas por la fuerza, avalados por el
temor que infundían en los exponentes de dichas teorías, de una herejía;
ellos tomaron apariencia de personas benevolentes y cultas, pero casi
siempre han sido lo contrario, incultas,3 – que con la terca idea de tener
la razón, aunque en múltiples ocasiones han tenido que dar marcha
atrás en sus planteamientos, convirtiéndose por ende en la principal
causa de la deserción de sus adeptos, y han llegado a ser el hazmerreír
de todos – creyendo que por su intolerancia y el temor a las represalias,
aquellos que se han atrevido a disentir abiertamente, o aquellos que
simplemente han expuesto una nueva posibilidad, válida o no, eso no
importa, pero que merecían respeto, aceptación, y sobre todo amor, iban
a abandonar sus posiciones, pero no ha sido así, por el contrario, se han
multiplicado y han ganado en credibilidad y en conocimientos; por eso
en la actualidad casi ninguno cree en los postulados de la Iglesia, todo
ha caído en el descrédito, y se piensa que el adoptar dicha postura es
sinónimo de oscurantismo.
Es por esto que hay que emprender un camino de reencuentro,
tratar de analizar las posibilidades, y sin temor enfrentar las oposiciones,
hacer un análisis de ellas para intentar esclarecer las dudas acerca de la
verdad revelada y demostrar la inviabilidad de las otras ideas. Aunque
esto sobrepasa con mucho la finalidad de este trabajo, y no quisiéramos
entrar en estas disertaciones, sin embargo, quedaría en entredicho todo
lo expuesto si no abordáramos, aunque sea someramente, estas
cuestiones.

Teorías Acerca del Origen del Universo y el Hombre

Son tres las tesis actuales acerca del origen del universo y de la
vida, y estas son:

3
Por esto digo incultas, pues cultura. (Del lat. cultūra) quiere decir: “Conjunto de conocimientos que permite
a alguien desarrollar su juicio crítico”. Y esto es lo único que no han tenido: “Juicio crítico”. Se han basado
en una creencia religiosa, y sin tomar en cuenta las ideas de los contrarios han querido imponer por la fuerza,
no por la razón, sus ideas, pero por su intolerancia y modos insolentes y soberbios, han sido más motivo de
separación, sordera voluntaria a los razonamientos, y de burla de todos aquellos que los enfrentan, y han
motivado con esto que la mayor parte de la gente acepte sus razonamientos; siendo que lo que debiera de ser,
es que llevados por el convencimiento de sus razones, creencias, etc., se acercaran a los otros para tratar de
convencerlos y llevarlos a la luz de la verdad.
El universo, la vida y el hombre. 3

1.- La teoría creacionista, 4 en la cual hay un Dios creador que creó


el cielo y la tierra, a todos los seres tanto vegetales como animales que
la habitan, y al hombre a su imagen y semejanza.
2.- Una teoría evolucionista, basada en la preexistencia de la
materia y la energía, que serían eternas, y en el azar y la necesidad, que
sin intervención exterior hizo nacer la vida a partir de la materia
inanimada, y la hizo florecer a través de millones de años hasta su
actual multiplicidad, incluyendo al hombre. Ésta se subdivide a su vez
en dos: Evolución absoluta, y la llamada mitigada, que sostiene que
esta evolución ha sido planeada y dirigida por Dios, poniendo Él, en un
determinado momento, el alma a un ser animal para dar origen así a ese
ser llamado hombre, que sería creado a imagen y semejanza de Dios. 5
3.- La tercera tesis es la que supone que la vida vino del espacio, y
se subdivide a su vez, en dos postulados: a) La tesis de los “dioses”
astronautas, esos seres que vinieron a la tierra desde lo más profundo
del espacio para hacer de criaturas animales, los primeros hombres
pensantes por medio de manipulaciones genéticas. b) La teoría de la
panspermia, que dice que gérmenes de vida venidos del espacio en
cometas o meteoritos, pudieron fertilizar un planeta estéril como la
joven tierra.
Esta tercer tesis la dejaremos a un lado, puesto que, aunque fuera
cierta alguna de sus dos posibilidades, seguiríamos en el mismo
problema, ¿cómo apareció la vida? Además de que dejaría sin resolver
el problema del universo. Así que resolviendo las otras dos,
resolveremos esta tercera. Sólo diremos algunas palabras acerca de
ella, basadas en la Fe.

Ciencia Vs. Ciencia

Ya que la «ciencia» es la que nos ha proveído los medios necesarios


para dudar y llegar así a quitarnos nuestra fe, en vez de tratar de
4
Catecismo de la Iglesia Católica N° 295 Creemos que Dios creó el mundo según su sabiduría. Éste no es
producto de una necesidad cualquiera, de un destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad
libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad: «Porque
Tú has creado todas las cosas; por tu voluntad lo que no existía fue creado» (Ap 4, 11). «¡Cuán numerosas son
tus obras, Señor! Todas las has hecho con sabiduría» (Sal 104, 24). «Bueno es el Señor para con todos, y sus
ternuras sobre todas sus obras» (Sal 145, 9).
5
¿No creen ustedes que Dios sería incongruente consigo mismo al tomar un animal (primate = mono), que Él
mismo pone como INMUNDO en el capítulo 11 del Levítico para formar la humanidad de la Segunda
Persona de la Trinidad? Si revisamos el versículo 27 de dicho capítulo veremos que dice: «Entre los demás
animales que andan en cuatro patas, los que tienen unas como manos sobre las cuales andan, serán inmundos»
Esto lo debemos revisar en Biblias impresas antes del año 1960, pues a partir de ese año se inicia una serie de
cambios, que al parecer son mínimos, pero que tienen una gran trascendencia, como éste, en que por el
cambio sufrido, ya no es el mono el inmundo sino el oso; cambiaron manos por plantas y, ¡oh! sorpresa,
resultó que el oso por ser plantígrado, ahora es el inmundo.
El universo, la vida y el hombre. 4

refutarla, dejemos que sea la misma ciencia la que ponga en entredicho


sus propios argumentos, y aunque no se llega – ni se llegará, mientras
no se haga a un lado la rabiosa oposición a Dios – a ninguna conclusión,
pues como dice Seyyed Hossein Nasr: 6 “Por su naturaleza, la ciencia
sólo puede ocuparse de un nivel de la existencia, la existencia física. La
ciencia se basa también en el estudio de lo que pasa en el tiempo y en
el espacio, por consiguiente, el científico se acerca al principio, pero no
puede llegar al comienzo propiamente dicho, pues éste se encuentra
más allá de la existencia material y de las dimensiones espacial y
temporal. En cambio, la mayor parte de las religiones, con excepciones
como el confucionismo, se han ocupado del origen del universo.
Hasta el siglo XVII, de Oriente a Occidente la finalidad de la ciencia
fue estudiar las huellas de la sabiduría de Dios en su creación. Pero la
filosofía cartesiana que sirve de fundamento a la revolución científica,
estableció una división entre el sujeto que conoce y el objeto conocido.
La ciencia moderna estimó que su meta era el estudio de la mera
cantidad, y descartó todos los aspectos cualitativos de la naturaleza,
todos sus elementos espirituales.
Por lo que debemos unirnos a Tsevi Mazeh, 7: “La ciencia no puede
decirnos el por qué y el para qué; en cierto modo se limita a los detalles
técnicos del cómo funciona el mundo. 8
La teoría de la evolución y la extraterrestre se fundamentan en
postulados hasta hace poco tiempo aceptados por la mayoría de los
científicos. Uno de ellos, y quizá el de más fuerza, era el llamado
«Principio de Copérnico»9 el cual mantenía la idea de que nosotros no
ocupamos una posición privilegiada en el universo, ni en lo referente al
lugar que ocupamos en el sistema, ni en las condiciones de la vida. La
práctica de la ciencia comienza, según sabemos, con la suposición de
que somos típicos, no excepcionales, así que los más grandes
pensadores modernos del mundo propusieron y luego probaron que la
6
Catedrático de Estudios Islámicos de la Universidad George Washington
7
Profesor de Astronomía de la Universidad de Tel Aviv, Israel.
8
Si la ciencia es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento,
sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales, por medio de los cuales
lo que se estudia puede ser repetido, ¿por qué se dice ciencia a aquella que estudia el universo y la aparición
de la vida, sobre todo el hombre, si no pueden corroborar sus teorías por medio de la aplicación de estos
principios y leyes para repetir lo que mencionan? A lo más quedaría a nivel de Filosofía.
9
Sistema de Copérnico, modelo del sistema solar propuesto en 1543 por el astrónomo polaco Nicolás
Copérnico. El sistema de Copérnico adelantó la teoría de que los planetas giran en órbitas alrededor del sol, y
que la tierra es uno de los planetas y gira sobre su eje norte-sur de oeste a este a razón de una rotación por día.
Estas hipótesis sustituyeron al sistema de Tolomeo, que había sido la base de la teoría astronómica hasta
entonces. La publicación del sistema de Copérnico estimuló el estudio de la astronomía y de las matemáticas
y sentó las bases para los descubrimientos del astrónomo alemán Johannes Kepler y del físico inglés sir Isaac
Newton. La teoría de Tolomeo mantenía que la tierra está inmóvil y se encuentra en el centro del Universo; el
astro más cercano a la tierra es la luna y según nos vamos alejando, están mercurio, venus y el sol casi en
línea recta, seguidos sucesivamente por marte, júpiter, saturno y las llamadas estrellas inmóviles.
Posteriormente, los astrónomos enriquecieron este sistema con una novena esfera, cuyo movimiento se
supone que lo causa la precesión de los equinoccios.
El universo, la vida y el hombre. 5

tierra no era el centro del universo, que el sol no es el centro, que


nuestra galaxia no es el centro, y finalmente, que no existe un centro.
Copérnico nos dio la teoría para dar el primer paso, Galileo demostró su
veracidad, Einstein nos dio la teoría para dar los últimos pasos, y las
observaciones de galaxias distantes de Edwin Hubble convencieron al
mundo. El astrónomo Robert Jastrow, fundador del Instituto Goddard de
la NASA, llama al logro de Hubble, el último paso magnífico en la
revolución del pensamiento respecto al lugar de la humanidad en el
cosmos que había sido iniciado por Copérnico.
Habiendo probado que nuestro planeta, el sol, y nuestra galaxia son
típicos, la ciencia debe aún responder la pregunta acerca de si nosotros
mismos somos típicos. Carecemos de certeza absoluta de que no somos
típicos, hasta que alguien confirme la existencia de seres inteligentes en
cualquier otra parte del universo. Si la cuestión se plantea de esta
manera, el paso final en la revolución de Copérnico está aún pendiente.
Exoplanetas. El Principio de Copérnico predecía que debíamos
encontrar planetas que orbiten estrellas semejantes al sol. Esto se hizo
realidad con un descubrimiento realizado en 1995, pero, los primeros
exoplanetas descubiertos parecían pertenecer a sistemas solares
anormales, no sólo porque los planetas localizados con toda precisión
eran inmensos, como se esperaba, ya que son más fáciles de medir, sino
también porque daban vueltas muy cerca de sus estrellas, lo cual
distaba mucho de la expectativa de encontrar sistemas solares
semejantes al nuestro, con planetas grandes y gaseosos más alejados.
Así que nuestro sistema solar comienza a parecer anormal.
La Astrofísica Virginia Trimble (Universidad de California) escribió:
“No es una coincidencia que los planetas terrestres, de superficie sólida
estén cerca del sol y suficientemente cálidos para el agua líquida,
mientras que los planetas jovianos (gigantes de gas) estén en los bordes
exteriores y extremadamente fríos del sistema solar.” Usando el sentido
común y modelos de computadora, ella calculó que la vía láctea
probablemente aún contiene por lo menos 10 10 [diez billones] de
estrellas que podrían haber alojado planetas terrestres habitables por
más de cinco mil millones de años. Nuestra verdadera observación de
sistemas planetarios inesperadamente diferentes nos fuerza ahora a
volver a repensar nuestras opiniones sobre la frecuencia de planetas
semejantes a la tierra.
Los exobiólogos han dado el nombre de «zona de Rubiales» al
cinturón habitable donde puede existir agua en forma líquida alrededor
de una estrella, ya que no es ni demasiado frío ni demasiado caliente
para la vida. Esos exoplanetas que se han observado pasando algún
tiempo por la zona de Rubiales, tan sólo la atravesaron. Sus órbitas son
extremadamente elípticas, lo que significa que las temperaturas de su
superficie fluctúan desde más calientes que Venus hasta más frías que
Marte. El mismo hecho de que estos planetas atraviesen la zona
El universo, la vida y el hombre. 6

habitable en sus órbitas alargadas asegura que no puede haber planetas


más pequeños y más hospitalarios en este sistema, ya que los gigantes
desestabilizarían sus órbitas.
Maestros y estudiantes leyeron en Science News (Noticias de
Ciencia): “Los recientes descubrimientos de planetas gigantescos
orbitando dentro de una corta distancia de sus estrellas; han trastornado
un principio central de los astrónomos: «Que el sistema solar de la
tierra, donde grandes planetas orbitan lejos del sol, proporciona el
modelo para el desarrollo planetario por todas partes» Claro que es muy
prematuro afirmar por estos métodos cuán extraña es nuestra tierra. En
resumen, los descubrimientos de exoplanetas son probablemente el más
importante logro científico en los últimos años, pero obtener estas
buenas noticias tuvo un precio, el reconocer que el principio de
Copérnico no puede ser aplicado tan ordenadamente en nuestro propio
sistema solar, pues éste parece ser atípico, y los que permiten que
exista vida, si existen, deben ser la excepción, no la regla, incluso entre
estrellas semejantes al sol.
La rara ecuación de la tierra, como fue denominada por el geólogo
Peter Ward y el astrónomo Donald Brownlee, ambos de la Universidad de
Washington en Seattle en su libro del 2000, Rare Earth—Why Complex
Life Is Uncommon in the Universe (Tierra Extraña—Por qué la vida
compleja es rara en el universo), Ward y Brownlee recuerdan a sus
lectores: “Cuando cualquier término de la ecuación se acerca a cero,
también lo hace el resultado final.” Y concluyen: «Parece que la Tierra
puede ser verdadera y extraordinariamente rara» Aquí está el por qué:
Gigante Espacial de Gas. Los planetas semejantes a Júpiter que
orbitan cerca de su estrella anfitriona, o que orbitan excéntricamente, se
niegan a compartir cortésmente su espacio con planetas más pequeños.
Los planetas habitables necesitan hacer órbitas elípticas dentro de la
«zona de Rubiales» Los gigantes de gas que dibujan órbitas excéntricas
expulsarán a vecinos más pequeños fuera del sistema o los enviarán a
chocar contra su sol.
Los gigantes de gas de “buen comportamiento”, como Júpiter y
Saturno, mantienen órbitas elípticas a una respetuosa distancia. En esa
posición, incluso cumplen la necesaria función de aspiradora cósmica de
vacío, atrayendo a los cometas y asteroides hacia sí mismos, antes de
permitirles golpearnos (como cuando el Cometa Shoemaker-Levy 9
golpeó Júpiter en 1995) Jorge Wetherill de la Institución de Carnegie de
Washington calculó que sin Júpiter, los cometas golpearían la Tierra
entre 100 y 10,000 veces más, lo cual significaría que no estaríamos
aquí.
Luna Grande. Resulta que los planetas habitables necesitan ser
miembros de un sistema de doble planeta, como algunos astrónomos
llaman a nuestro sistema de luna y tierra. La mayoría de la gente no se
da cuenta que nuestra luna es inmensa comparada con los tamaños
El universo, la vida y el hombre. 7

relativos de otras lunas en los sistemas de luna y planeta de nuestro


sistema solar. La masa de la luna crea un ancla estabilizadora para la
tierra, previniéndola de la atracción indebida hacia el sol o hacia Júpiter,
lo que produciría que la tierra se incline demasiado lejos en su eje de
giro. Descubriendo esto, el astrónomo Jacques Laskar escribió:
“Debemos nuestra presente estabilidad climática a un acontecimiento
excepcional, la presencia de la luna.” Sin una inmensa luna orbitando a
la distancia correcta de nosotros, los científicos predicen que la tierra
estaría sujeta a un efecto fugitivo de invernadero, como en Venus, o en
una edad de hielo permanente, como experimentaría Marte si tuviera
más agua. Peor aún, la mayoría de astrónomos ahora piensa que la
presencia de la luna de la Tierra es el resultado de un accidente extraño,
quizá uno en un millón, cuando un planeta más pequeño golpeó la Tierra
cuando aún se estaba formando, con un golpe oblicuo que permitió que
los mantos de cada planeta combinaran y terminaran en órbita
alrededor de la Tierra. “Para producir semejante luna masiva,” escribe
Ward y Brownlee, “el cuerpo que impacta tuvo que ser del tamaño
correcto, tuvo que impactar el punto correcto en la Tierra, y el impacto
tuvo que haber ocurrido precisamente en el tiempo correcto en el
proceso de crecimiento de la Tierra.”
Ubicación Galáctica. Como en el negocio de bienes raíces, la
ubicación lo es todo. Las estrellas localizadas más lejos del centro de la
galaxia que nuestro sol, contienen concentraciones más bajas de
elementos pesados, necesarios para formar planetas rocosos como la
Tierra. Las estrellas mucho más cercanas al centro de una galaxia
residen en un vecindario más denso, exponiendo cualquier planeta que
orbita a una radiación mortal. Las estrellas que se encuentran dentro de
los brazos de una galaxia espiral tienen el mismo problema. La mayoría
de las estrellas que viajan a través de los brazos espirales no
permanecerán allí, pero nuestro sol es excepcional por su órbita circular
alrededor de la galaxia.
Placas Tectónicas. Un planeta habitable necesita una cantidad
crítica de elementos radioactivos, como el uranio, para producir el calor
que genera un campo magnético. Sin nuestro campo magnético, la
atmósfera pronto se perdería en el espacio. El centro radioactivo
también abastece de combustible a las placas tectónicas para el
movimiento de la corteza planetaria a través de su superficie. De todos
los planetas de nuestro sistema solar, tal movimiento se encuentra sólo
en la Tierra; las placas tectónicas son cruciales para la vida, pero para la
generación de dichas placas tectónicas son críticos un conjunto de
factores improbables, estos incluyen no sólo un centro radioactivo, sino
una corteza del espesor correcto y un manto de la viscosidad o de la
flexibilidad correctas.
Corteza Precisamente Adecuada. Es necesario un ensamblaje
fortuito de dos tipos de corteza, de diferentes densidades, para permitir
que una se deslice sobre la otra, y para permitir que la más ligera se
El universo, la vida y el hombre. 8

mantenga encima del agua para producir continentes fijos, tal es el caso
en nuestra corteza, la cual consta de 2 placas principales: La Oceánica,
cuyo espesor es entre 30 y 50 Km, compuesta de basalto y gabro; la
segunda, la continental, cuyo espesor es entre 50 y 150 Km, compuesta
principalmente de granito.
Cronometrando el Calentamiento. Los exobiologistas indican la
necesidad de una estrella anfitriona con la temperatura precisamente
adecuada, llamada estrella principal de sucesión. Pero las estrellas de
sucesión principales aumentan su salida de energía con el tiempo,
creando obvios problemas para los planetas orbitantes. En el caso de la
tierra, ahora sabemos que la era cuando el sol calentó fue cronometrada
para coincidir con la era en la cual la atmósfera de la tierra
gradualmente cambió de estar conformada en su mayor parte por gases
de invernadero a la mezcla más fría que hoy gozamos.
Lo que acabamos de revisar se refiere exclusivamente a la parte del
lugar donde estamos situados, ahora veamos algunas consideraciones
acerca de las condiciones «típicas» para que se desarrolle la vida que se
forma en dicho planeta «típico» o sea en el nuestro.
Contingencia Biológica. Aunque asumamos que existen
abundantes planetas en nuestra galaxia que reúnen las condiciones
correctas, y que la vida se desarrolla en forma rutinaria en ellos, la
pregunta más importante permanece, ¿cuántos de ellos desarrollarán
vida inteligente? La mayoría de biólogos y paleontólogos dicen que la
evolución trabaja sin dirección o sin una escalera de progreso. En lugar
de eso, la historia de la vida en la Tierra muestra que el sendero de la
evolución depende de una serie de acontecimientos imprevisibles.
¿Cuáles eran las probabilidades de que los dinosaurios desaparecerían a
causa de un asteroide que impactó la tierra hace sesenta y cinco
millones de años, preparando el terreno para nosotros? ¿Cuáles son las
probabilidades de que la explosión cámbrica,10 cuando todos los planos
modernos de los cuerpos aparecieron en nuestro planeta dentro de un
intervalo corto, acontezca en otros planetas? La Tierra Extraña de Ward
y Brownlee concluye que, aunque la vida microbiológica podría ser
común en el universo, la vida compleja (incluso tan compleja como un
simple gusano) no lo es. La explosión cámbrica de cuarenta nuevos
grupos de animales complejos extensamente separados, creen, no tenía
que suceder. El darwinismo no predice tal acontecimiento. Y el hecho
de que ningún gran grupo nuevo de animales (llamados phyla) haya
evolucionado en los últimos 530 millones de años, nos da una pauta.
El paleontólogo de Harvard Stephen Jay Gould ve la inteligencia del
Homo sapiens «como una última rareza excéntrica» El hecho de que
sólo una especie de un estimado de cincuenta mil millones la
desarrollara en este planeta después de 3.8 billones de años de vida,
sugieren que la alta inteligencia puede no ser el resultado más natural
10
Hace 570 millones de años los seres pluricelulares se extienden explosivamente
El universo, la vida y el hombre. 9

en el curso de acontecimientos evolutivos. “Si la inteligencia tiene tan


alto valor,” dice el colega de Harvard de Gould, Ernst Mayr, “¿por qué no
vemos que más especies la desarrollen?” La lista de biólogos y
paleontólogos destacados que defienden esta posición es impresionante,
incluyendo a George Gaylord Simpson, Theodosius Dobzhansky, Francois
Jacob, y Francisco Ayala. El astrónomo inglés John Barrow nota que: “Se
ha desarrollado un consenso general entre evolucionistas, que la
evolución de la vida inteligente, comparable en la habilidad de
procesamiento de información a aquella del Homo sapiens, es tan
improbable, que es extremadamente difícil que haya ocurrido en
cualquier otro planeta en todo el universo visible.”
Después de escribir una visión general de lo que él llama “los
embotellamientos en el camino a la inteligencia,” el editor de la revista
Astronomía, Robert Naeye, concluye: “En la tierra, una larga secuencia
de acontecimientos improbables se sucedieron de la manera
exactamente correcta para dar a luz nuestra existencia, como si
hubiéramos ganado una lotería de un millón de dólares un millón de
veces seguidas. «Contrariamente a la creencia predominante, quizá
nosotros sí somos especiales»
En suma, no tenemos ningún principio confiable que nos diga qué
creer acerca de los extraterrestres. Peor, nuestras tres opciones para
explicar la vida: leyes, azar, o milagro, requieren un acto de fe. Esta
inferencia es una bofetada en la cara para los que han puesto su fe en la
ciencia. La convicción de que la vida inteligente es un imperativo
cósmico no es científico, cuando hemos visto que los verdaderos datos
señalan en la dirección opuesta. Ni biólogos ni astrónomos ven algo
imperativo acerca de las muchas contingencias que se tuvieron que
reunir, contra todas las probabilidades, para que nosotros estemos aquí.
Aunque fuerza nuestra credulidad, la creencia de que somos un
azar parece, a primera vista, más en la línea con la ciencia moderna,
hasta que nos damos cuenta que nos dirigimos directamente contra el
reverenciado principio científico de Copérnico. ¿Qué dirían Copérnico o
Hubble? Verdaderamente, Copernico no se hubiera suscrito al principio
que lleva su nombre, ya que permaneció descaradamente
antropocéntrico11 mientras creía que la tierra daba vueltas alrededor del
sol. Y Edwin Hubble debe ser reconocido, no sólo por tomar el paso final
en la revolución de Copérnico, sino por terminarlo definitivamente. Poco
después de descubrir que nuestra galaxia era una de muchas, descubrió
que todas las galaxias huyen una de la otra, demostrando un universo
expansivo. Los científicos habían preferido pensar que nuestra época en
el tiempo era una raja típica fuera de una eternidad inmutable, pero de
su aceptación eventual del gran estallido significó que nuestro universo
ha cambiado con el tiempo. Nuestra era resulta ser una era especial
que permite la vida del carbono, contradiciendo el principio de Copérnico

11
Teoría filosófica que sitúa al hombre como centro del universo
El universo, la vida y el hombre. 10

que dice que no debe haber nada de particular acerca de nuestro tiempo
o lugar.
El discípulo de Edwin Hubble, el astrónomo Alan Sandage, dijo: «No
podemos entender el universo claramente sin el elemento sobrenatural»
El físico James Trefil concluyó su libro acerca de extraterrestres y las
condiciones para la vida con la declaración: “Si fuera un hombre
religioso, yo diría que todo lo que hemos aprendido acerca de la vida en
los últimos veinte años muestra que somos extraordinarios, y por lo
tanto especiales ante los ojos de Dios.” Al no ser un hombre religioso,
aparentemente rechazó dar el salto.12
Terminemos con esta curiosísima cita tomada de la revista Las
Ciencias, año 18 n r. El Homo Sapiens, el morfológicamente más
perfecto, no parece haber sido el último aparecido. Los hallazgos de
Swanscombe, Denise, Kanjera, Quinzano, etc., todos ellos del paleolítico
inferior y medio, corresponden a fanerontrópidos, y sugieren como
posible la hipótesis contraria, de que las formas morfológicamente
inferiores de hombres fósiles, pudieran derivar por «evolución regresiva»
de otras morfológicamente más perfectas.
Además, y sólo para ver las contradicciones de la ciencia,
analicemos lo siguiente: Se ha sostenido que los cambios en los
individuos y en las especies se deben a «mutaciones» ocasionadas por
el azar, por la necesidad, o por factores externos, 13 lo cual nos lleva a
pensar que éstas son una forma de avanzar en el camino evolutivo de
seres inferiores a superiores, sin embargo, hasta los últimos años no
descubrieron los genetistas en qué medida la reproducción sexual liberó
la vida de los caprichos de la naturaleza, «porque la mayor parte de las
mutaciones casuales no eran mejoras, sino defectos de la información
genética» «Los seres con reproducción sexual desarrollaron barreras en
contra de los peligrosísimos errores (mutaciones) genéticos» 14
Interesante, ¿no es verdad? Dejemos que sean ellos mismos, los
científicos, quienes sigan poniendo en entredicho sus propias teorías,
unos para negar a Dios con sus tesis y elementos de hallazgo, y otros
que, aunque no vayan buscando a Dios, su ciencia los lleva a reafirmar
la existencia de un Ser superior, creador de todo lo visible y lo invisible.
Ahora analizaremos la «teoría» creacionista. La dividiremos en dos
apartados, en el primero de los cuales revisaremos el orden de los seres
creados sin tomar en cuenta al hombre, y solamente enumeraremos los
sucesos de acuerdo al relato Bíblico, limitándonos a poner algunos
comentarios para explicar un poco más lo que Dios hace; en el segundo
nos ocuparemos del hombre, para demostrar que estamos hablando de
un ser totalmente desconocido, diferente a todo lo que nos han
12
Fred Heeren, periodista de ciencia y autor de Muéstrame Dios. Lo que el Mensaje del Espacio nos Dice
Acerca de Dios (Show Me God, What the Message from Space Is Telling Us About God).
13
Medio ambiente.
14
“La nueva historia de Adán y Eva” de Günter Haaf.
El universo, la vida y el hombre. 11

enseñado, y que por ser tal, merece, sin lugar a dudas, el título de «Rey
de toda la Creación».

15
GÉNESIS
(Origen o principio de algo)

En vista de que en esta teoría manifiestamente se habla de Dios,


nuestra costumbre de establecer premisas estará dirigida expresamente
a entender, no tanto el origen del universo y la vida, sino entender a
Dios, y así, desde este entendimiento poder tener acceso a sus obras y
verlas en plenitud.
Premisas
1.- Sin importar si creemos en Dios como Creador o no, debemos
aceptar dos verdades:
a) La existencia de algo eterno: Dios, o la materia.
b) La generación espontánea no existe.
Así que en las dos posturas debemos hacer un acto de fe: Acto de
fe en la materia inerte que llega a dar vida; en la materia sin inteligencia
que pone “leyes”16 infinitamente sabias y perfectas que rigen el universo
entero y la misma vida; en el caos que saca de sí mismo el orden
perfecto de todo lo creado. O un acto de fe en un Ser eterno,
infinitamente poderoso, sabio, amoroso, que todo lo crea con peso,
número y medida,17 transmitiendo a lo creado el mismo orden que rige
en Él, que infunde su misma vida a su criatura, y que todo lo conserva
con su potencia puesta en las mismas leyes que rigen todo lo que ha
salido de Él.
2.- Dios crea primero las cosas menores como preparativo a las
mayores, y éstas como corona de las menores. 18 En la Creación la
finalidad primaria era el hombre, pero en vez de crear al hombre,
primero crea cielos, soles, mares, tierra, aire, vientos, como habitación
dónde poner a este hombre y hacerle encontrar todo lo que era
necesario para hacerlo vivir; en la misma creación del hombre primero
hizo el cuerpo y después le infundió el alma, más preciosa, más noble, y
que contiene más valor que el cuerpo. Es necesario hacer primero las
obras menores, para preparar el decoro, el puesto a las obras mayores.
3.- Dios jamás hace cosas a medias e incompletas. Así que tanto la
creación en general, como el hombre, fueron tales desde el momento
15
Catecismo N° 290 «En el principio, Dios creó el cielo y la tierra»: tres cosas se afirman en estas primeras
palabras de la Escritura: a.- El Dios eterno ha dado principio a todo lo que existe fuera de Él. b. Sólo Él es
creador (el verbo «crear» -en hebreo «bara»- tiene siempre por sujeto a Dios). c. La totalidad de lo que existe
(expresada por la fórmula «el cielo y la tierra») depende de Aquél que le da el ser.
16
Aunque la más elemental lógica impone el pensar que donde hay una ley debe haber un legislador.
17
Sab. 1121 Tú dispones todas las cosas con justa medida, número y peso;
18
Luisa Piccarreta Vol. 12 15/04/19
El universo, la vida y el hombre. 12

mismo de su creación. Dios cuando hace una obra, es tanto su amor,


que todo da y prepara a fin de que nada falte a su obra creadora. Hace
obras completas, jamás a medias, y si alguna cosa parece que falta es la
parte de la criatura que no toma todo lo que Él ha puesto fuera para su
bien y para su gloria. 19 Un acto solamente se puede decir completo
cuando quien obra agota en él todo lo que era necesario para cumplirlo;
si falta alguna cosa, o se puede agregar algo, jamás se puede decir obra
completa. Así es el modo de obrar de Dios, agota todo: amor, potencia,
maestría, belleza, para volver plena, perfecta, completa su obra. No que
Él se agote, porque el Ente Supremo no se agota jamás, pero en la obra
que ha hecho nada entra de más para volverla completa, y si quisiera
poner de más sería inútil y no provechoso lo que pudiera poner. 20
Este punto es importantísimo, pues teniéndolo en cuenta veremos
lo siguiente: Para que un ser, cualquiera que sea, mineral, vegetal o
animal, pudiera pasar a una escala mayor por evolución natural, o peor
aún, por evolución mitigada, se tendría que destruir la perfección del
primer ser, y se tendría que crear nuevamente la perfección del
siguiente, y estaríamos de nuevo en lo mismo, pues sería un acto de
creación, por lo cual sería un absurdo destruir un ser para crear otro,
crear tomando como base la nada que quedó de aquel ser que fue
destruido.
4.- Todas sus obras, Dios las inicia entre Él y una sola criatura, y
después son difundidas a los demás.21
Fuente de conocimiento.
Al igual que para interpretar una pintura o una escultura no hay
nadie mejor que su autor, o quien conoce íntimamente la manera de
pensar y sentir del mismo, así para entender la creación en general y la
creación del hombre, es necesario que su autor, Dios mismo nos lo
explique, y esto se nos da a través de la revelación, la cual se ha
subdividido en dos categorías: la pública, 22 que en términos generales
conocemos como Sagrada Escritura, aunada a la tradición; la segunda
incluye a las revelaciones privadas, las cuales, dice la Iglesia, que no
pueden agregar nada a la revelación pública, y que solamente nos
pueden ayudar a vivir mejor las verdades incluidas en la anterior, 23 por
eso no habrá ninguna otra revelación pública.24

19
Luisa Piccarreta Vol. 29 29/09/31
20
Luisa Piccarreta Volumen 32 9/04/33
21
Has de saber que todas mis obras las inicio entre Yo y una sola criatura, después son difundidas. En efecto,
¿quién fue el primer espectador del Fiat de la Creación? Adán, y luego Eva; no fueron ciertamente una
multitud de gentes, pero después de años y años han sido espectadores turbas y multitudes de pueblos. Luisa
piccarreta, Vol. 12 24/01/21, cfr. Vol. 14 9/09/22, Vol. 15 8/05/23, Vol. 17 25/06/26, Vol. 20 24/01/21, etc.
22
Revelación de Cristo
23
A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas «privadas», algunas de las cuales han sido
reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Éstas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función
no es la de «mejorar» o «completar» la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla. Catecismo
de la Iglesia Católica N° 67
El universo, la vida y el hombre. 13

Esto hay que entenderlo en toda su plenitud, pues de lo contrario


nos veremos en el riesgo de poner en la inutilidad y en el ocio la acción
de Dios, quien por medio de estas revelaciones quiere que avancemos
en nuestra vida espiritual para llegar a cumplir su Voluntad al crearnos:
Ser imagen y semejanza de Él, lo cual nos lo repite Jesús de muchas
maneras en el evangelio, sobre todo aquello de sed perfectos como
vuestro Padre celestial es perfecto,25 o lo que dice San Pablo en Rm 829:
pues a los que Él tiene especialmente previstos, también los predestinó
para que reproduzcan la imagen de su Hijo Jesucristo.

24
Catecismo N° 66 No habrá otra revelación: «La economía cristiana, por ser alianza nueva y definitiva,
nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor
Jesucristo» Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada;
corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos.
más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los
fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica
de Cristo o de sus santos a la Iglesia. La fe cristiana no puede aceptar «revelaciones» que pretenden superar o
corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas religiones no cristianas y también
de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes «revelaciones».
25
Mt 548
El universo, la vida y el hombre. 14

Consideraciones acerca de las revelaciones: Pública y privadas.


Se pueden encontrar cuatro argumentos muy bien definidos en la
Sagrada Escritura (revelación pública), los cuales son:
1.- Creación del universo, culminando con la creación del hombre.
2.- La segunda se refiere a la prueba, la caída y sus consecuencias.
Hasta aquí es la primera obra de Dios, y le corresponde al Padre
realizarla (Dios creador).
3.- La tercera es todo lo que Dios tiene que hacer para restablecer a
su criatura al plan original trazado por Él desde toda la eternidad; esta
tercera parte empieza en el anuncio en el paraíso de un Redentor, y
culmina con la venida de Jesús, su vida, pasión, muerte y resurrección,
su evangelio, y todo lo que hicieron sus apóstoles y lo que ha hecho la
Iglesia a través de los siglos (Dios Redentor); esta obra le corresponde a
la Segunda Persona de la Trinidad el realizarla).
4.- La cuarta es la santificación (Fiat Voluntas Tua), que no es lo
mismo que la salvación, es la restitución del hombre a la santidad
original, a la santidad que tenía el hombre al ser creado, a la santidad de
Adán inocente, y es la tercera gran obra de Dios (Santificación), que le
corresponde al Espíritu Santo realizarla.26
Respecto a esto último, que no es lo mismo la salvación que la
santificación, lo podemos analizar en el pasaje Bíblico del joven rico,
veamos:
“Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y
arrodillándose ante Él le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer
para tener en herencia vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas
bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No
mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no
seas injusto, honra a tu padre y a tu madre»27
Hasta aquí todo se refiere a la salvación del alma, y la respuesta de
Jesús está acorde con la pregunta, no puede pedirle más de lo que ha
pedido a toda la familia humana, obedecer los mandamientos de Dios y
gracias a eso se podrá asociar a la redención llevada a cabo por Él. Sin
embargo el diálogo continúa, pues el joven no quedó satisfecho:
Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi
juventud.» Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo:28
Fijémonos bien en la última frase: «Lo amó» Ciertamente Jesús
ama a toda la humanidad, pero el evangelista hace hincapié en esto,
¿será tal vez porque aquel joven no se conformaba solamente con la
salvación, y tenía ansia de más?
26
El Fiat Voluntas Tua se atribuirá al Espíritu Santo; y es propiamente en el Fiat Voluntas Tua que el Divino
Espíritu hará desahogo de su obra. Luisa Piccarreta Vol. 17 17/05/25
27
Mc 1017-19
28
Mc 1020-21
El universo, la vida y el hombre. 15

Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y
dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven y
sígueme»29
Aquí cambiamos de evangelista, cambiamos a Mateo, pues él pone
la parte de «si quieres ser perfecto», que es el punto neurálgico de la
cuestión, pues es Jesús mismo quien diferencia la salvación de la
perfección.
Ahora, al parecer estamos hablando de algo nuevo, pues siempre
hemos tenido a la salvación del alma como la parte primordial de la
acción de Dios hacia nosotros, y la preocupación esencial de nuestra
vida. No es así, pues es el mismo Jesús quien nos deja en suspenso en
la noche del jueves santo: «Muchas cosas tengo aún que deciros; mas
por ahora no podéis comprenderlas, cuando venga el Espíritu de verdad,
Él os conducirá poco a poco hasta la verdad plena; pues no hablará de Sí
mismo, sino que hablará lo que oyere y os comunicará las cosas
venideras»30
Hasta la verdad plena. ¿Qué, o cuál es la verdad? ¿Qué quiere
decir plena31? La única Verdad es Jesucristo, pues es en Él donde el
Padre hace desahogo de todo su Ser, es en Él donde encuentra todas
sus complacencias,32 es en Él donde todas las cosas creadas se
concentran, el mismo Jesús se proclama a Sí mismo como la Verdad. 33
¿Entonces? ¿Conocemos realmente a Jesús? ¿Es suficiente la revelación
pública para conocerlo? ¿Ya no habrá necesidad de más revelaciones?
Respecto a estas cuatro partes de la revelación, la primera, la
creación del hombre, es FUNDAMENTAL, pues si no sabemos
exactamente quién es Adán, qué dones poseía, para qué fue creado,
NUNCA sabremos qué quiere Dios de nosotros, para qué nos creó, y por
decirlo así, dejaremos inútiles los dones que Jesús nos participó por
medio de su Redención.
Esto no quiere decir que las otras partes no sean necesarias, pero la
comprensión de Adán es la parte inicial y la causa, tanto de nuestra
existencia, como de nuestro estado actual; desafortunadamente no se le
ha dado el valor que tiene, por eso hemos, en muchas ocasiones,
perdido el camino de regreso a nuestro Padre Celestial. Ha sido tan
efectiva y demoledora la acción de Satanás en la familia humana, que
nos ha hecho olvidar el origen del hombre, hemos olvidado cómo fuimos
creados, por quién fuimos creados, y sobre todo, el para qué fuimos
creados. Nos ha distorsionado la revelación, y debido a la falta de fe en
la palabra de Dios, nos ha sugerido, y lo hemos aceptado, el ver como

29
Mt 1921
30
Jn 1612-ss
31
Completo, lleno. Dícese del momento culmen o central de algo. Diccionario de la Real Academia Española
32
Y una voz de los cielos decía: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco.» Mt 3 17
33
Le respondió Jesús: Yo soy el camino, la verdad, y la vida: Nadie viene al Padre sino por mí. Jn 146
El universo, la vida y el hombre. 16

una fábula lo que era un testamento de amor, 34 para que siendo


sencillos,35 pudiéramos ver en todo su esplendor el cuidado de Dios al
crear nuestra casa (el universo), pero sobre todo, la delicadeza, el amor,
el cuidado que puso al crearnos a nosotros. Ahora pensamos que es un
modo de dar a entender a gentes rudas y primitivas, influenciadas por
sinnúmero de mitologías paganas, el que Dios nos había creado, pero sin
tener relación lo relatado con la realidad; tan es verdad esto, que ahora
dentro de la misma Iglesia se acepta la teoría de la evolución, aunque
algunos, para salvar dizque la honra de Dios, la ponen como evolución
mitigada, o sea, dirigida por Dios mismo, de lo cual ya hablamos antes.
Así, pensando de esta manera, Moisés se convierte en el autor del relato
del Génesis, y no en el Profeta inspirado por el Espíritu Santo, 36 pues si
todo esto es una evidente mentira, lógicamente no puede venir de Dios,
sino que es tomado de la cultura, tradiciones y mitologías
contemporáneas al autor.37 Yo pregunto: ¿quién puede hablarnos del
primer hombre? ¿Quién nos puede decir qué cosa significaba este
hombre para Dios, cuál era su plan para él? Ciertamente Dios no quiere
darnos un tratado de astronomía, de antropología, de geografía, de
historia, etc., pero no pudo dejarnos sin una orientación exacta de quién
es el hombre. Este señalamiento no agota de ninguna manera lo que
Dios quiere comunicarnos acerca de Adán, pero es suficiente para el
primer grado de conocimiento, el resto vendría después. 38 Así que
deben creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se
contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional, y son propuestas
por la Iglesia como divinamente reveladas.39
Es una verdad incuestionable el que no habrá ninguna otra
revelación que supere a la ya dada, pues toda la revelación se basa en
revelar a Cristo, unión hipostática: Dos naturalezas, humana y divina en
una persona, la persona del Verbo; así que no puede haber ninguna otra
revelación, pues sería aceptar a una nueva persona, otro mediador, otro
redentor. Si miramos con atención las dos citas del catecismo puestas
como notas al pie (23 y 24), veremos como se reconoce que la
revelación pública no está totalmente explicitada, lo cual está conforme
34
Dz 1787
35
Yo te glorifico, Padre mío, Señor del cielo y de la tierra, porque has tenido encubiertas estas cosas, a los
sabios y prudentes del siglo, y las has revelado a los sencillos Mt. 1125
36
...Estos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, íntegros con todas sus partes, tal como se enumeran en
el decreto del mismo Concilio, y se contienen en la antigua edición Vulgata latina, han de ser recibidos como
sagrados y canónicos. Ahora bien, la Iglesia los tiene por sagrados y canónicos, no porque compuestos por
sola industria humana, hayan sido luego aprobados por ella; ni solamente porque contengan la revelación sin
error; sino porque escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como tales han. sido
transmitidos a la misma Iglesia [Can. 4]. Dz 1787
37
Para muestra de todo esto, basta leer las herejías que se ponen en la Biblia comentada por los profesores de
Salamanca, de donde se nutren gran parte de nuestros Teólogos. En la Biblia Latinoamericana, tan elogiada
en la actualidad, y de donde se nutre gran parte de nuestra gente, que no tienen quien las guíe y que de buena
fe tratan de ilustrarse, con la CULPABLE y acomodaticia complicidad de los ministros de la Iglesia.
38
Cuando Dios revela estamos obligados a prestarle por la fe plena obediencia de entendimiento y de
voluntad. Concilio Vaticano I Dz 1789
39
Concilio Vaticano I Dz 1792
El universo, la vida y el hombre. 17

a las palabras dichas por Jesús en la noche del jueves santo. 40 Así que el
punto medular de la revelación pública es revelar la persona de Jesús, de
Él nos habla la Sagrada Escritura desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y
nunca habrá otra revelación pública, nunca habrá otro mediador. Pero
nuestro conocimiento de Él aún no es completo para poder llegar a
imitarlo, a reproducir su imagen; falta la parte divina, ¿a qué imagen y
semejanza se refiere la creación del hombre? ¿Qué pasó con el plan de
Dios cuando Adán cae? ¿Cómo interactuaban la Voluntad Divina y
humana en Jesús? ¿Qué hacía esta Voluntad cuando de pequeño estaba
en los brazos de su Madre, mientras se alimentaba al pecho de la
Santísima Virgen? ¿Qué hacía la Divinidad mientras Jesús oraba,
caminaba, comía, dormía? ¿Qué hacía mientras Jesús era azotado,
coronado de espinas, clavado en la cruz? Etc., etc., etc. Esta parte no la
conocemos aún, y como es inaccesible a la mente creada el conocerla,
es necesaria la revelación para poder profundizar más en el misterio de
la persona de Jesús como primogénito de toda criatura; si no, ¿cómo
podríamos llegar a conocerla?41 Si no es así, la promesa de Jesús de que
el Espíritu Santo nos conduciría hasta la verdad plena sería una falacia.

Ahora vayamos a la Sagrada Escritura: Libro del Génesis


Capítulo I 1-5 En el principio creó Dios el cielo y la tierra. 42 La tierra
estaba informe y vacía, las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el
espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Dijo, pues, Dios: Sea hecha la
luz.43 Y la luz quedó hecha, y vio Dios que la luz era buena, y dividió la
luz de las tinieblas; a la luz la llamó día, y a las tinieblas noche; así de la
tarde aquella y de la mañana siguiente resultó el primer día.44
En este primer día hay que aclarar varias cosas: En la Creación la
finalidad primaria era el hombre, pero en vez de crear al hombre,
primero creó cielo, sol, mar, tierra, aire, vientos, como habitación dónde
poner a este hombre y hacerle encontrar todo lo que era necesario para
hacerlo vivir. No mencionamos la creación de los ángeles en este primer
día, por haber sido tratada en la meditación de los ángeles.
Capítulo I 6-8 Dijo asimismo Dios: Haya un firmamento o una gran
extensión en medio de las aguas, que separe unas aguas de otras. E
hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del
firmamento de aquellas que estaban sobre el firmamento. Y quedó
hecho así, y al firmamento le llamó Dios cielo. Con lo que de tarde y de
mañana se cumplió el día segundo.
40
Jn 1612-ss
41
cfr Dz 1786
42
Dios es el creador de todas las cosas; es una verdad fundamental del orden religioso, de la cual se derivan
nuestros deberes para con Dios. Sal 33 (32), 136 (135)
43
Según el texto hebreo se debería traducir Sea la luz. Y la luz fue; o también Haya luz. Y hubo luz.
44
La palabra día tiene diferentes sentidos en casi todas las lenguas; por tanto, no se sabe si son días naturales
o más bien ciertas épocas o períodos en los cuales Moisés divide el tiempo en que Dios creó, formó y adornó
el universo. Jesús le dice a María Valtorta que día es período de tiempo en que se obra, no 24 Hs.
El universo, la vida y el hombre. 18

Así que dijo sea el firmamento y sepárense las aguas de las aguas,
porque para la vida terrestre se necesitaba el agua. Pero ésta no debía
estar toda sobre el globo o toda en el cielo, sino más bien descender
cuando era justo, recogerse donde era justo, volver a subir por cuanto
era justo, de otra manera la tierra se habría convertido en polvo o en un
pantano.45
Capítulo I 9-13 Dijo también Dios: Reúnanse en un lugar las aguas
que están debajo del cielo y aparezca lo árido o seco. Y así se hizo. Y al
elemento árido le dio Dios el nombre de tierra, y a las aguas reunidas las
llamó mares. Y vio Dios que lo hecho estaba bueno. Dijo asimismo:
Produzca la tierra hierba verde y que dé simiente, y plantas fructíferas
que den fruto conforme a su especie, y contengan en sí mismas su
simiente sobre la tierra. Y así se hizo. Con lo que produjo la tierra hierba
verde, que da simiente según su especie, y árboles que dan fruto, de los
cuales cada uno tiene su propia semilla según la especie suya. Y vio
Dios que la cosa era buena. Y de la tarde y mañana resultó el día
tercero.
En el tercer día creó el mar reuniendo las aguas, el mar, el enorme
depósito para la descarga de todas las aguas terrestres y para la
alimentación de todas las aguas celestes que las nubes habrían después
esparcido nuevamente sobre la tierra.46
Tres días para preparar la tierra para ser habitada, y en el tercer día
la vistió de hierba y plantas para que pudiera recibir semillas y hacer
nacer los vegetales.
Capítulo I 14-19 Dijo después Dios: Haya lumbreras o cuerpos
luminosos en el firmamento del cielo, que distingan el día y la noche, y
señalen los tiempos o las estaciones, los días y los años, a fin de que
brillen en el firmamento del cielo, y alumbren la tierra. Y fue hecho así.
Hizo, pues, Dios, dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que
presidiese al día, y la lumbrera menor para presidir la noche; e hizo las
estrellas. Y las colocó en el firmamento o extensión del cielo, para que
resplandeciesen sobre la tierra y presidiesen el día y a la noche, y
separasen la luz de las tinieblas. Y vio Dios que la cosa era buena. Con
lo que de tarde y mañana, resultó el día cuarto.
Ahora, sobre la tierra, sobre la cual ya hay luz, agua y aire, he aquí
que enciende la fuente del calor, y con el sol perfecciona la luz, y con las
estrellas y la luna regula las mareas y las ráfagas de los vientos y de las
aguas celestes. He aquí la tierra pronta a recibir los animales.47
Capítulo I 20-23 Dijo también Dios: Produzcan las aguas reptiles
animados que vivan en el agua, y aves que vuelen sobre la tierra, debajo
del firmamento del cielo. Creó, pues, Dios los grandes peces, y todos los

45
María Valtorta I Quaderni del 1943
46
Ibíd.
47
Ibíd
El universo, la vida y el hombre. 19

animales que viven y se mueven, producidos por las aguas según sus
especies, y asimismo todo lo volátil según su género. Y vio Dios que lo
hecho era bueno. Y los bendijo, diciendo: Creced y multiplicaos y
henchid las aguas del mar, y multiplíquense las aves sobre la tierra. Con
lo que de la tarde y mañana resultó el día quinto.
La escritura es muy clara: Según su especie y según su género; en
el caso de los vegetales que tengan semilla, y en el caso de lo animales
simiente para que se puedan reproducir, pero siempre dentro de su
misma especie, sin saltos entre las diversas especies.
Capítulo I 24-25 Dijo todavía Dios: Produzca la tierra animales
vivientes en cada género, animales domésticos, reptiles y bestias
silvestres de la tierra, según sus especies. Y fue hecho así. Hizo, pues,
Dios las bestias silvestres de la tierra según sus especies, y los animales
domésticos, y todo reptil terrestre según su especie. Y vio Dios que lo
hecho era bueno.48

Este relato deja grandes interrogantes y ha dado pie a la ciencia


para tratar de explicar el origen de todo por evolución, por lo que
forzosamente deben recurrir a la extensión de miles de millones de años
y a fuerzas externas CASUALES, 49 las que dieron, según ellos, origen a
todo lo creado. Oigamos las palabras de Jesús dichas a Luisa Piccarreta
acerca de este tema:
«Hija mía, ven junto conmigo y mira el gran vacío que existe entre
el Cielo y la tierra. Este gran vacío antes de que mi Fiat se pronunciara
era horrible al verse, todo era desorden, no se veía ni división de tierra,
ni de aguas, ni de montes, era un amasijo que daba pavor; en cuanto mi
Fiat se pronunció todas las cosas rodaron agitándose entre ellas, y cada
una tomó su puesto, quedando todas ordenadas con la marca de mi Fiat
eterno, y no pueden apartarse si mi Fiat no quiere. La tierra no daba ya
pavor, es más, al ver la vastedad de los mares, sus aguas ya no
fangosas sino cristalinas, su dulce murmullo, como si las aguas fueran
voces que quedito, quedito hablasen entre ellas, sus olas fragorosas que
a veces se levantan tanto que parecen montes de agua y que después
caen en el mismo mar; ¿cuánta belleza no contiene, cuánto orden y
cuánta atención no despierta en la criatura? Y luego, la tierra toda
pintada de verde y florida, ¿cuánta variedad de belleza no contiene? Sin
embargo es nada aún, el vacío no estaba del todo lleno, y así como mi
Fiat se movió sobre la tierra y dividió las cosas y ordenó la tierra, así
moviéndose arriba, en lo alto, extendí los cielos, los adorné con estrellas,
48
Magisterio de la Iglesia. N° 1783. [Del acto de la creación en sí y en oposición a los errores modernos, y
del efecto de la creación]. Este solo verdadero Dios, por su bondad "y virtud omnipotente", no para aumentar
su bienaventuranza ni para adquirirla, sino para manifestar su perfección por los bienes que reparte a la
criatura, con libérrimo designio, "juntamente desde el principio del tiempo, creó de la nada a una y otra
criatura, la espiritual y la corporal, esto es, la angélica y la mundana, y luego la humana, como común,
constituida de espíritu y cuerpo" [Conc. Later. IV, v. 428; Can 2 y 5].
49
Casualidad no quiere decir ausencia de causas, sino ignorancia de las mismas.
El universo, la vida y el hombre. 20

y para llenar el vacío de la oscuridad creé el sol, el que haciendo huir las
tinieblas llenó de luz este gran vacío y puso el realce de toda la belleza a
todo lo creado. Entonces, ¿quién fue la causa de tanto bien? Mi Fiat
Omnipotente, pero este Fiat quiso el vacío para crear esta máquina del
universo»
No debería existir tanta divergencia entre ciencia (razón) y
revelación; si la ciencia es verdadera, llevada por una recta razón, sin la
finalidad de desconocer a Dios, sino sólo con la intención de conocer la
verdad, no puede haber choque entre ella y la fe. 50 La sola belleza de
todas las cosas creadas debería dirigir nuestra mente a Dios, pues en
ellas refulge Dios mismo. 51 Pero como no hemos querido reconocerlo,
ensoberbecidos por nuestra «ciencia humana» y dispuestos a aceptar
las más denigrantes teorías con tal de no reconocernos como criaturas,
y por ende dependientes de Dios, Él, nuestro Padre, ha permitido que
quedemos en la más terrible oscuridad, pues no hay peor ceguera que la
de aquel que no quiere ver. 52 Veamos las palabras de San Pablo en la
carta a los Romanos capitulo I 9-25 «Puesto que ellos han conocido
claramente lo que se puede conocer de Dios, porque Dios se los ha
manifestado. En efecto, las perfecciones invisibles de Dios, aun su
eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles después de la
creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan sus
criaturas; y así tales hombres no tienen disculpa; porque habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino
que ensoberbecidos devanearon en sus discursos, y quedó su insensato
corazón lleno de tinieblas; y mientras se jactaban de sabios, fueron unos
necios, hasta llegar a transferir a un simulacro en imagen de hombre
corruptible, y a figuras de aves, y de bestias cuadrúpedas, y de
serpientes, el honor debido solamente a Dios incorruptible o inmortal»
Exacta similitud con la ciencia moderna, que con tal de no
reconocer a Dios como creador, es capaz de poner a la materia, al caos
inicial, a la casualidad, a las leyes naturales, a los animales, como origen
de todo, y como origen del mismo hombre.

50
Dz 1797. [De la imposibilidad de conflicto entre la fe y la razón]. Pero, aunque la fe esté por encima de la
razón; sin embargo, ninguna verdadera disensión puede jamás darse entre la fe y la razón como quiera que el
mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe, puso dentro del alma humana la luz de la razón, y Dios
no puede negarse a Sí mismo, ni la verdad contradecir jamás a la verdad. Ahora bien, la vana apariencia de
esta contradicción se origina principalmente, o de que los dogmas de la fe no han sido entendidos y expuestos
según la mente de la Iglesia, o de que las fantasías de las opiniones son tenidas por axiomas de la razón. Así,
pues, "toda aserción contraria a la verdad de la fe iluminada, definimos que es absolutamente falsa"
[V Concilio de Letrán; v. 738].
51
El catecismo de la Iglesia Católica en el N° 341 dice: La belleza del universo, el orden y la armonía del
mundo creado derivan de la diversidad de los seres y de las relaciones que entre ellos existen. El hombre las
descubre progresivamente como leyes de la naturaleza que causan la admiración de los sabios. La belleza de
la creación refleja la infinita belleza del Creador.
52
El hecho es que Dios permitió que todas las gentes quedasen envueltas en la incredulidad, para ejercitar su
misericordia con todos. Rm. 1132
El universo, la vida y el hombre. 21

El Hombre

Capítulo I 26-27 Y por fin dijo: Hagamos53 al hombre54 a imagen y


semejanza nuestra; y domine a los peces del mar, y a las aves del cielo,
y a las bestias, y a toda la tierra, y a todo reptil que se mueve sobre la
tierra. Creó, pues, Dios, al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le
creó; los creó varón y hembra.
Hasta aquí se han pronunciado cinco palabras, cinco ordenes del
Ser Supremo,55 con las cuales ha creado y ordenado todo. Nada se
aparta de su mandato; de la misma nada, por su poder, todo ha salido a
la luz como un fiel reflejo de sus perfecciones y bellezas para
ornamentar su obra ad extra, el universo entero, obra que servirá para
albergar su más caro ideal, su obra más bella, la criatura que debía
servir para permitirle a Él, al Ser Supremo, el gozar en ella su misma
creación, esta criatura es «el Hombre» Formó, pues, el Señor Dios al
hombre del lodo de la tierra, y le inspiró en el rostro un soplo o espíritu
de vida, y quedó hecho el hombre viviente con alma racional. El espíritu
es esencia salida de Dios; piensen que el alma es soplo infundido por
Dios. En el Génesis se dice: El Señor Dios formó al hombre con el fango
de la tierra y le inspiró en la cara el soplo de la vida. No digan: Para
darle vida. No, para dar vida a los animales domésticos o selváticos,
cuadrúpedos, reptiles, peces, pájaros que fuesen, no tuvo necesidad de
inspirar en su cara el soplo vital, los creó y basta. El soplo de Dios es el
alma, el alma vida. Es el aliento del Espíritu de Dios que se vuelve
espíritu vital en el hombre. Abran los evangelios, ¿con qué creen que Él
daba vida a los muertos? ¿Con la mano? ¿Con la voz? No, infundiendo
su aliento, que por ser Dios era vital, o sea espiritual, era alma. Se
inclinaba sobre los muertos y los tomaba de la mano y ordenaba:
levántate, sí, pero esto era la forma exterior y visible. Mientras se
inclinaba infundía en su cara el espíritu, la efusión de su Espíritu, y
volvía a la vida. En Lázaro no se acercó, por eso, en ese milagro invocó
la ayuda del Padre, y aprendan, para tener lo que pedía, sin fallo, le
agradeció antes del milagro por haberlo oído.
En el Vol. 12 24/02/19, Jesús le dice a Luisa Piccarreta: «Hija mía,
nada has dicho de la creación del hombre, de la obra maestra de la
potencia creadora, donde el Eterno, no a gotitas, sino a olas, a ríos ponía
su amor, su belleza, su maestría y llevado por el exceso de amor se
ponía a Sí mismo como centro del hombre; pero Él quería al hombre
como una digna habitación, ¿qué hace entonces esta Majestad Increada?

53
Hermosa palabra: “Hagamos”, ya no es una orden de su omnipotencia, a la cual todo obedece, sino que es
Él mismo, en su Santísima Trinidad, quien va a modelar al hombre con sus manos, a infundirle vida con su
mismo aliento. Esto dignifica a la criatura y la pone aparte de todos los demás seres.
54
Catecismo N° 343 El hombre es la cumbre de la obra de la creación. El relato inspirado lo expresa
distinguiendo netamente la creación del hombre y la de las otras criaturas.
55
Sea hecho, produzca, reúnanse, aparezca, haya.
El universo, la vida y el hombre. 22

Crea al hombre a su imagen y semejanza, y desde el fondo de su amor


hace salir un respiro y con su aliento omnipotente le infunde la vida,
dotando al hombre de todas sus cualidades, proporcionadas a la
criatura, haciéndolo un pequeño dios. Así que todo lo que ves en lo
creado es nada en comparación a la creación del hombre; ¡oh! cuántos
cielos, estrellas y soles mucho más bellos extendía en el alma creada,
cuánta variedad de belleza, cuántas armonías, basta decir que miró al
hombre creado y lo encontró tan bello, que se enamoró de él, y celoso
de este su portento, Él mismo se hizo custodio y poseedor del hombre y
dijo: 'Todo lo he creado para ti, te doy el dominio de todo, todo es tuyo,
y tú serás todo mío.' Tú no podrás comprender del todo los mares de
amor, las relaciones íntimas y directas, la semejanza que corre entre
Creador y criatura; ¡ah! hija de mi corazón, si la criatura conociera cuán
bella es su alma, cuántas dotes divinas contiene, y cómo entre todas las
cosas creadas sobrepasa a todo en belleza, en potencia, en luz, tanto,
que se puede decir: 'Es un pequeño dios y un pequeño mundo que todo
en sí contiene.'56 ¡Oh! si lo conociera, cómo ella misma se estimaría de
más y no ensuciaría con la más leve culpa una belleza tan singular, un
prodigio tan portentoso de la potencia creadora. Pero la criatura, casi
ciega en el conocerse a sí misma, y mucho más ciega en el conocer a su
Creador, se va ensuciando con mil suciedades, en forma tal que
desfigura la obra del Creador, tanto, que difícilmente se reconoce»

Imagen y Semejanza

Dice Sto. Tomás: El hombre ha sido creado a imagen y semejanza


de Dios. Sin embargo, esta imagen divina no es unívoca y perfecta, sino
analógica e imperfecta.57 Su explicación es la siguiente: Sólo el Verbo
Divino es imagen unívoca y perfectísima del Padre. Las criaturas no
pueden serlo en esta forma, «en virtud de la distancia infinita que
existe entre el Creador y las criaturas» Sólo cabe en ellas una
imagen o semejanza analógica e imperfecta, que, sin embargo, eleva al
hombre a una dignidad sublime, incomparablemente por encima de toda
la creación corpórea y animal.58
San Agustín dice: Donde hay imagen hay también semejanza, pero
donde hay semejanza no siempre hay imagen. La semejanza es algo
esencial a la imagen; pero la imagen añade al concepto de semejanza el
ser sacada de otro, ya que se llama imagen precisamente por hacerse
imitando a otro. De ahí que un huevo, por más que sea semejante e
incluso igual a otro huevo, no es imagen del mismo, puesto que no

56
Les replicó Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Jn 10 34
57
De fe la primera parte, teológicamente cierta la segunda.
58
Aun reconociendo esta sublime superioridad en dignidad, no incluye a los ángeles, sigue pensando que su
naturaleza, por ser espiritual es superior. No toma en cuenta la imagen y semejanza con el Creador, cosa que
los ángeles no tienen.
El universo, la vida y el hombre. 23

procede de él. Es evidente que en el hombre hay una semejanza de


Dios, puesto que procede de Él como ejemplar; «pero no es una
semejanza de igualdad», ya que el ejemplar es infinitamente superior a
lo ejemplado.
Agrega Sto. Tomás:59 El primogénito de toda criatura (Col. I 15) es la
imagen perfecta de Dios, que cumple exactamente las condiciones
esenciales a la imagen. Por eso se dice de Él que es «imagen», no «a
imagen». El hombre en cambio es «imagen» por la semejanza; pero es
«a imagen» por la imperfección de esa semejanza (???). Y, puesto que
la semejanza perfecta de Dios sólo puede darse en la identidad de
naturaleza, su imagen se da en el Verbo como la imagen del rey en su
hijo natural; mas en el hombre, como en una naturaleza ajena, 60 se da la
imagen de Dios como la imagen del rey en una moneda de plata.
Así las cosas, aceptando que no habrá nada que agregar al
conocimiento de Jesús, que nunca podremos alcanzar la imagen y
semejanza que Dios ¿nos puso? al crearnos, desechando las palabras de
Jesús que nos quiere en la misma unidad de las Tres Divinas Personas, 61
¿qué podremos hacer? ¿Recurrir a la razón para lograr saber qué debo
imitar de Jesús? Equivaldría a decir que podemos saber a ciencia cierta
lo que otra persona hace, ha hecho, piensa, etc., sin que ella nos lo diga.
¿Quedar con la frustración de no haber podido hacerlo por no haberlo
conocido, porque Jesús no lo dijo expresamente en su Evangelio, ni lo
sugirieron o indiciaron los apóstoles o los padres de la Iglesia? Sería
tanto como decir que la Virgen María no podía decir nada nuevo de Jesús
porque los profetas no habían mencionado nada de eso; ¡qué locura, qué
soberbia! Aparte de que Jesús sí dejó indiciado el que aún había más, y
que se nos daría después, cuando pudiéramos con ello, pues en ese
momento no lo podríamos entender. Por lo tanto debe ser revelado. ¿A
quién? ¿Cuándo? A quien Dios quiera y cuando Dios quiera. Él no está
sujeto a las normas, mas bien las normas deben sujetarse a Él.
Hasta el momento actual, la mística sólo ha llegado al punto de la
conformidad de voluntades, al vivir conforme las normas que nos dejó
con su ejemplo, con su palabra, imitando alguna o algunas de las
características de su vida, pero eso no quiere decir que hayamos
reproducido en nosotros su vida, y sólo lo han logrado aquellos que han
llevado una vida totalmente consagrada, aunque en forma parcial, no
total, lo cual sería imposible para el total de la humanidad, sin embargo,
esto ha sido decretado para TODOS, no para unos cuantos. Si la
revelación privada no agregara nada, Conchita Cabrera de Armida, que
59
Ni siquiera están de acuerdo en los términos, puesto que los usan conforme les va conviniendo para lo que
quieren decir, para salvar según ellos la distancia infinita entre Dios y la criatura, pensando que el hombre es
una obra más de la creación, no toman en cuenta la Humanidad de Nuestro Señor Jesús como causa de toda la
creación, sino como una acción emergente para salvar al hombre, siendo que esta Humanidad es el modelo
para toda la demás familia humana. Esto lo explicaremos más adelante.
60
Naturaleza ajena ???
61
Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que
el mundo crea que tú me has enviado. Jn. 1721
El universo, la vida y el hombre. 24

superó con mucho a los místicos de la conformidad de voluntades (San


Juan de la Cruz, Sta. Teresita, etc.) no existiría, y ella es el ejemplo de
cómo una simple persona, en su hogar, dedicada a su esposo e hijos,
puede alcanzar la más alta perfección (Encarnación Mística), que nadie
más ha logrado, a excepción de su guía espiritual Mons. M. Martínez.
Debemos aspirar a ser imagen de Jesús, pero no sólo en la parte
externa, no, sino tratar de ser imagen de Él en la parte interna, para que
así Él pueda, sin estorbos, repetir su vida en nosotros y hacernos
partícipes de su naturaleza divina, elevándonos al rango de imagen y
semejanza perfecta, al igual que Él. (imagen unívoca) ¿Herejía,
soberbia, fantasía de la imaginación? Claro que no. Este, que era el
verdadero trabajo del hombre, crecer en esta imagen y en esta
semejanza, quedó, debido al pecado original fuera del alcance, pues
para poder lograrlo Dios había plantado en el centro del Edén el árbol de
la vida, del cual el hombre debía alimentarse continuamente, pero que
Dios resguardó poniendo guardia de Querubines con espada de fuego
para evitar que el hombre pudiera llegar a él. (Valga una aclaración,
este árbol existe, pues no dice que Dios lo quitó, sino que resguardó el
camino para que el hombre no llegara y comiera de él).

Participación de la Naturaleza Divina


Recurramos en primer lugar a la Sagrada Escritura para escudriñar
y ver si es que existe alguna referencia al respecto:
«Mas no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que,
mediante la palabra de ellos crean en Mí, a fin de que todos sean uno,
como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti, que ellos también sean uno en
Nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado. Y la gloria
que Tú me diste, Yo se la he dado a ellos, para que sean uno como
Nosotros somos uno: Yo en ellos y Tú en Mí, a fin de que sean
perfectamente uno, y que el mundo sepa que Tú me has enviado»62
«Llevando siempre en nuestro cuerpo la mortificación de Jesús, para
que su vida se manifieste en nuestra carne mortal»63
«También por Él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas
gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de
estas mismas gracias, de la Naturaleza Divina»64
Debemos reconocer que es un trabajo que no se puede realizar con
las fuerzas naturales, que la criatura no puede llegar a tanto; debe ser Él
mismo quien lo haga, y nosotros simplemente desearlo, hacerlo hacer,
no digo dejarlo hacer, pues eso implicaría una actitud pasiva, al igual
que los protestantes creen que se salvarán sólo con aceptar a Jesús
62
Jn. 1720-ss.
63
II Cor 410
64
2 Pe. 14
El universo, la vida y el hombre. 25

como salvador, sin ninguna participación personal, no, no, hacerlo hacer
implica un actuar, un esfuerzo personal, un despojarnos del hombre
viejo, como dijo San Pablo: «Pues en ella habéis oído predicar y
aprendido, según la verdad de su doctrina, a desnudaros del hombre
viejo, según el cual habéis vivido en vuestra vida pasada, el cual se vicia
siguiendo la ilusión de las pasiones. Renovaos, pues, ahora en el
espíritu de vuestra mente o interior de vuestra alma, y revestíos del
hombre nuevo, que ha sido creado conforme a la imagen de Dios en
justicia y santidad verdadera»65 Sólo quiere encontrarnos con la
completa disposición de renuncia, para así poder poner en ese vacío que
quede después de esa renuncia, su vida como vida de nosotros, para
que así, al igual que Jesús y cumpliendo la petición del “Padre Nuestro”,
se haga en nosotros la Voluntad de Dios como en el Cielo así en la tierra.
¡Renunciar a todo para poder conformarnos en todo a la Divina Voluntad,
y dejar que sea Ella la que nos transforme en Jesús. !Este, renunciar,
despojarnos, conlleva un sacrificio, un sufrir; no profundizamos en este
tema del sufrimiento por haber sido tratado ya en la meditación del
sufrimiento.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en el N° 475 dice: «Cristo posee
dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no
opuestas, sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su
obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido
divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La
voluntad humana de Cristo sigue a su Voluntad Divina sin hacerle
resistencia ni oposición, sino todo lo contrario estando subordinada a
esta Voluntad Omnipotente»
Así debemos ser nosotros para poder decir que somos hermanos de
Cristo, que formamos parte de la misma Familia, pues su Familia es la
Divina. ¿Qué se necesita para lograrlo? Se necesita una Voluntad Divina
actuante que habite en nosotros y nuestra voluntad humana cooperante
y subordinada a Ésta, para dejar que Ella sea la que actúe, y así nuestros
actos sean actos de Dios, no sólo nuestros, y Él pueda habitar realmente
en nosotros para formar una sola cosa, según las palabras de Jesús.
En el N° 521, el mismo Catecismo dice: «Todo lo que Cristo vivió
hace que podamos vivirlo en Él y que Él lo viva en nosotros. “El Hijo de
Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre”
(GS 22,2). Estamos llamados a no ser más que una sola cosa con Él; nos
hace comulgar en cuanto miembros de su Cuerpo en lo que Él vivió en
su carne por nosotros y como modelo nuestro»
Debemos continuar y cumplir en nosotros los estados y misterios de
Jesús, y pedirle que los realice y lleve a plenitud en nosotros y en toda
su Iglesia. Porque el Hijo de Dios tiene el designio de hacer participar y
de extender y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia
por las gracias que Él quiere comunicarnos y por los efectos que quiere
65
Efesios 21-24
El universo, la vida y el hombre. 26

obrar en nosotros gracias a estos misterios. Y por este medio quiere


cumplirlos en nosotros.
En el número 460 dice: «El Verbo se encarnó para hacernos
partícipes de la “Naturaleza Divina” Porque tal es la razón por la que el
Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, hijo del hombre, para que el
hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación
divina, se convirtiera en hijo de Dios. (S. Irineo) Porque el Hijo de Dios
se hizo hombre para hacernos dios. (S. Atanasio) El Hijo unigénito de
Dios, queriendo hacernos partícipes de su Divinidad, asumió nuestra
naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los
hombres» (Sto. Tomás)
Y así podríamos continuar, pero esto es una pequeña comprobación
de que esta es la Voluntad de Dios: «Que seamos iguales a su Hijo»
A este respecto, de imagen y semejanza, veamos estas palabras de
Jesús a Luisa Piccarreta: «No podemos decir que la obra de la Creación
esté por Nosotros terminada si nuestra Voluntad, como fue decretado
por Nosotros, no obra en la criatura y vive con la libertad, santidad y
potencia con la que obra y vive en Nosotros; es más, éste es el punto
más bello, más culminante, más fúlgido y el sello del cumplimiento de la
obra de la Creación y de la Redención. Estos son decretos divinos y
deben tener su pleno cumplimiento, y para cumplir este decreto
queremos servirnos de otra mujer, la cual eres tú; fue la mujer la que
incitó, la causa por la que el hombre se precipitó en sus desventuras, y
Nosotros queremos servirnos de la mujer para poner las cosas en orden
y hacer salir al hombre de sus desventuras y restituirle el decoro, el
honor, la verdadera semejanza nuestra, como fue por Nosotros
creado, por eso sé atenta, no tomes las cosas a la ligera, aquí no se
trata de una cosa cualquiera, sino se trata de decretos divinos y de
darnos campo para hacernos cumplir la obra de la Creación y
Redención»66
«Hija de mi Querer, esta Luz que tú ves no es otra cosa que mi
Voluntad, que quiere consumir tu voluntad para darte la forma de
nuestra imagen, esto es, de las Tres Divinas Personas, de modo que
transformándote toda en Nosotros, dejaremos en ti nuestro Querer
como actor divino que nos semeje en nuestras obras y nos dé la
correspondencia de lo que hacemos Nosotros, así que saldrán de
Nosotros nuestras imágenes, y nuestro Querer obrante en ti
hará otro tanto. ¡Oh! cómo la finalidad de la Creación será
completada, el eco de nuestro Querer será el eco de nuestro Querer
poseído por ti, la correspondencia será recíproca, el amor será recíproco,
estaremos en plena armonía, la criatura desaparecerá en su Creador y
entonces nada faltará a nuestra alegría, a nuestra felicidad, por las
cuales hicimos salir fuera a la Creación; el hagamos al hombre a
nuestra imagen y semejanza tendrá su efecto, y sólo nuestro
66
Luisa Piccarreta, Vol. 15 11/07/23
El universo, la vida y el hombre. 27

Querer, como actor en la criatura, dará cumplimiento a todo y la


Creación nos traerá la finalidad divina y la recibiremos en nuestro regazo
como obra nuestra, como la hicimos salir»67
Podríamos seguir mostrando capítulos donde se dice que la criatura
podrá adquirir la imagen y semejanza perfecta. No como algo nuevo,
una nueva forma de santidad, no, es todo lo contrario, es readquirir la
santidad de origen, la santidad con la cual fue creado Adán, y que de no
haber sido por el pecado original todos nosotros la habríamos heredado.
Así que necesitamos conocer a Adán para saber qué hizo Dios en él
y ponerlo en nosotros a través de la Divina Voluntad obrante. Pero
¿cómo lo sabré si no es a través de la revelación privada? Aunque debo
decirlo, las verdades acerca de la Divina Voluntad no son revelación, no,
son la tercera gran obra de Dios; no se puede decir que Luisa es una
vidente, sería como decir que María fue otra vidente. Es a través de
esta obra que Dios nos da la posibilidad de readquirir en nosotros la vida
de su Voluntad, para hacer crecer la Vida Divina que nos fue injertada en
el Bautismo.
Por haber estado ocultas estas verdades, es que vemos la
naturaleza humana tan lejana de Dios, 68 e incluso la vemos inferior a la
naturaleza angélica, cuando que nuestra naturaleza es infinitamente
superior. Esto merece aclaración:
Sto. Tomás pone al acto intelectivo como el primer acto de Dios, al
cual le sigue el acto volitivo. Planteado así, una naturaleza sería
superior a otra en función de su capacidad intelectiva, y como sabemos
que la inmaterialidad es la base del conocimiento, por eso pone a la
naturaleza angélica, que es totalmente inmaterial, como superior a la
humana, a la cual su materia le sirve de estorbo para su conocer, pues
todo lo debe recibir a través de los sentidos y no de las especies
intelectivas. Pero debemos volver a revisar lo dicho en los ángeles, y ahí
veremos que la naturaleza angélica está limitada a la participación que
Dios les dio en el momento mismo de su creación, que va de 1 a 9
extensiones de conocimiento de su Voluntad, y una vez confirmados en
su bienaventuranza, son INCAPACES de volver a tener un conocimiento
más, por lo que debemos decir que son seres limitados desde su
creación, pues así los quiso Dios, y al que le participó una extensión de
conocimiento, aunque lo quisiera, lo cual no sucede pues está
totalmente conforme a su estado, no tendría capacidad de tomar más,
pues no le fue dada esta capacidad. Pero lo más importante es que ellos

67
Luisa Piccarreta, Vol. 14 17/04/22
68
“Ahora, en cuanto la criatura hace su voluntad así retrocede y da un paso hacia atrás de su Creador, y Dios
retrocede, y se forma una distancia infinita entre uno y otro. Ve entonces la necesidad de perseverar en modo
continuo de obrar en mi Divina Voluntad, para disminuir la gran distancia entre Dios y la criatura, producida
por la voluntad humana, y no te creas que sea distancia personal, Yo estoy por todas partes, en todos, en el
Cielo y en la tierra, la distancia que forma el querer humano sin el mío, es distancia de santidad, de belleza, de
bondad, de potencia, de amor, son distancias infinitas que sólo mi Querer obrante en la criatura puede reunir y
unir juntos y volver inseparables el uno del otro.” Luisa Piccarreta, Vol. 30 30/05/32
El universo, la vida y el hombre. 28

no participan del acto creciente y del acto conquistante, cosa que el


hombre sí tiene esta prerrogativa, y no le fue puesto un límite, sino que
Dios le da la plena libertad de tomar y vivir cuantas extensiones de
conocimiento quiera, y con cada conocimiento realizar actos mayores,
los cuales irán engrandeciendo la Vida Divina en la criatura. Así que la
aparente inferioridad de la naturaleza humana, en realidad es
superioridad, pues gracias a este actuar en el tiempo, con actos
sucesivos, nos permite una participación infinitamente mayor que la de
los ángeles.
Aunado a lo anterior, tenemos que decir que la materia de nuestra
naturaleza, lo que para Sto. Tomás es una inferioridad, sirve como la
tierra a las flores, que se presta para formar las bellas floraciones que
casi la esconden y la cubren con la variedad de sus bellezas. Si no fuera
por la tierra, a las flores les faltaría el lugar para formarse la vida para
poder nacer y hacer su bella aparición, y el sol no encontraría a quién
comunicar el desahogo de sus bellos colores y de sus puras dulzuras.
Así es la naturaleza humana para el alma que vive en la Divina Voluntad,
es como tierra fecunda y pura que se presta para dar el campo de
acción y hacerla formar no sólo las bellas floraciones, sino para hacer
aparecer tantos soles por cuantos actos hace. Es un encanto de belleza
ver la naturaleza humana que vive en la Divina Voluntad, cubierta y
escondida como bajo de un prado florido, todo investido de luz
fulgidísima, el alma por sí sola no habría podido formar tantas
variedades de belleza, mientras que unida con la naturaleza humana
material encuentra las pequeñas cruces, las necesidades de la vida, las
variedades de las circunstancias, ahora dolorosas, ahora alegres, que
como semillas se sirve de ellas para sembrarlas en la tierra de la
naturaleza humana para formar su campo florido. El alma 69 no tiene
tierra y no podría producir ninguna floración; en cambio unida con el
cuerpo, ¡oh! cuántas más bellas cosas puede hacer. 70 ¡Bendita
inferioridad que nos hace ser superiores a todo lo creado!
Otro punto a considerar es el que Dios forma a la naturaleza
humana de acuerdo al modelo de la Humanidad del Verbo, el cual se iba
a encarnar aunque no hubiera habido pecado, pues esta encarnación era
la finalidad de la creación, Él quería repetir su vida en la criatura para
gozar, junto con ella, de sus mismos atributos puestos en las cosas
creadas. Así que la naturaleza humana contiene en sí todo lo necesario
para albergar a la Divinidad, en cuanto a criatura es posible, para repetir
la Vida Divina; por eso, no es inferior, sino superior, pues está destinada
a incorporar en ella a la Divinidad. En su Hijo esto se dio por la unión
hipostática, y como ésta no se podía repetir, Dios nos dota con una
voluntad y un libre albedrío, con los cuales nos podemos unir a la Divina
Voluntad, y por medio de su acción en nosotros ir adueñándonos de la
misma vida del Verbo encarnado, y llegar así a ser otro Jesús, no sólo el
69
Como es espiritual, lo mismo se puede decir del ángel
70
Luisa Piccarreta Vol. 30 13/04/32
El universo, la vida y el hombre. 29

portador de Jesús, sino identificarnos a través de su Voluntad obrante en


nosotros a su misma vida, convirtiendo en naturaleza divina nuestros
más pequeños actos, y volviendo la Vida Divina naturaleza nuestra.
El primero en plantearse si la encarnación se hubiera llevado a cabo
aunque Adán no hubiera pecado fue el abad Ruperto en el siglo XII. Así
piensa San Alberto Magno y, sobre todo, Escoto y sus discípulos. San
Francisco de Sales, Sto. Tomás, San Buenaventura, Capreolo, Cayetano,
etc, piensan que no, aunque Tomás dice en la primera cuestión del
tratado del Verbo encarnado en la Suma Teológica, que la encarnación
en sí misma es convenientísima por dos razones principales: Por la
naturaleza misma de Dios, que le conviene comunicarse en grado sumo,
o sea, asumiendo una naturaleza creada y elevándola a la unión
personal con Él, que es la suprema y máxima comunicación posible. Y
para la manifestación de los divinos atributos: la encarnación del Verbo
nos da a conocer de forma admirable la infinita bondad, misericordia,
justicia, sabiduría, poder.

Continuamos
Capítulo I 28-31. Y les echó Dios su bendición y dijo: Creced y
multiplicaos,71 y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella, y dominad a los
peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se
mueven sobre la tierra. Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las
hierbas las cuales producen simiente sobre la tierra, y todos los árboles
los cuales tienen en sí mismos simiente de su especie, para que os
sirvan de alimento a vosotros, y a todos los animales de la tierra, y a
todas las aves del cielo, y a todos cuantos animales vivientes se mueven
sobre la tierra, a fin de que tengan que comer. Y así se hizo. Y vio Dios
todas las cosas que había hecho; y eran en gran manera buenas. Con lo
que de la tarde y de la mañana se formó el día sexto.
Hasta aquí nuestro relato. Como vemos, esta revelación, no forma
literaria, alegoría, etc., encierra en sí misma una gran realidad, un gran
proceso de creación de Dios, donde Él se creaba a Sí mismo en la
criatura.72
Escuchemos de los propios labios de Jesús algo acerca de Adán:
«Adán en virtud del primer período de su vida inocente y hecha toda en
la unidad de nuestro Fiat, posee tal gloria y belleza que ninguno lo
puede igualar, y sólo al verlo, todos los bienaventurados reconocen cuan

71
Mismo mandato da a Noé en Gn. 9 1-ss
72
Pero esto es nada, no son otra cosa que las cualidades de nuestro Ente Supremo, lo que es más de
maravillar, es que queremos formar tantas vidas nuestras en cada criatura. Esto es obrar como Dios, tener
virtud de poder formar tantas vidas divinas por cuantas criaturas ha puesto fuera a la luz del día; del resto, la
criatura es nuestra, creada por Nosotros, vivimos juntos, y porque la amamos nuestro amor nos lleva con una
fuerza irresistible y potencia toda nuestra a formarnos como vida en ella, y nuestro arte creador, que no se
contenta con crear a las criaturas, en el ímpetu de su amor quiere crearse a Sí mismo en la persona creada.
Luisa Piccarreta Vol. 34 4/07/37
El universo, la vida y el hombre. 30

bella fue, majestuosa, enriquecida de tanta gracia, la creación del primer


hombre, al mirarlo se ve en él el bien incalculable de la Divina Voluntad
en la criatura, la alegría y la felicidad que puede poseer, y sólo en él,
como dentro de un espejo, ven los bienaventurados cómo fue creado el
hombre, el amor exuberante que le dimos, las riquezas con las que lo
enriquecimos, cómo todo le dimos, por cuanto la criatura podía
contener, hasta desbordar fuera y poder inundar toda la tierra; si esto no
fuese, que en Adán no se viera toda la magnificencia de la obra de
nuestras manos creadoras, ni siquiera en el Cielo se podría conocer lo
que hicimos de grande en la Creación y lo que hace y puede hacer la
criatura en nuestra Divina Voluntad; es nuestro amor que lo exige y
también nuestra Justicia que quiere tener en el Cielo la realidad de
aquella imagen, cómo fue creado el hombre y no algún otro, sino aquél
mismo que salió de nuestras manos creadoras, a fin de que si no lo
conocen en la tierra, lo conozcan en el Cielo; miran su origen en Adán y
agradecidos me dan las gracias y ruegan que venga a reinar mi Fiat
sobre la tierra y forme otras imágenes más bellas que Adán, porque él
no fue obra completa en mi Querer Divino, sino período de vida, sólo la
Soberana Reina posee vida y obras completas en mi Fiat, por eso no hay
quien la pueda igualar, y mi Querer quiere hacer otras vidas completas
en Él para repetir lo que hizo en la Creación y hacer conocer a la tierra
en qué modo y orden fue creada la criatura y lo que puede hacer de
grande, de bello, de santo mi Divina Voluntad en ella.
Además de esto tú debes saber que hasta ahora no he manifestado
a ninguno, ni las grandes dotes de Adán, ni la sublimidad, grandeza y
santidad suyas, porque vivió en su primer período de su vida en la
unidad de mi Querer, y en virtud de estos actos suyos hechos en Él, su
gran gloria que goza en el Cielo; más bien pensaban muchos que como
se deslizó en la culpa, a lo más pudiera tener una gloria común a todos
los demás bienaventurados, o tal vez menos que los demás. Pero
queriendo restablecer de nuevo el reino de mi Divina Voluntad,
siento en Mí una necesidad de amor de manifestar la primera
época de la Creación y el primer período de la vida de Adán,
toda de Voluntad Divina y su gloria que goza en el Cielo en
virtud de Ella, a fin de que conociendo las otras criaturas tanto bien, se
dispongan y suspiren el Fiat Divino como en el Cielo así en la tierra» 73

¿Qué podemos decir? Es muy difícil hacer alguna consideración


sobre este tema, pues si aceptamos que Adán es simplemente una
alegoría, como lo proponen algunos sectores de la Iglesia moderna,
tenemos que concluir que todo es mentira: mentira la creación del
hombre, mentira el pecado original, mentira la caída del hombre,
mentira la necesidad de un Redentor, mentira la Inmaculada
Concepción, mentira la misión redentora de Jesús, mentira la misma

73
Vol. 24 10/09/28
El universo, la vida y el hombre. 31

Iglesia brotada de lo más profundo de su corazón, mentira los


sacramentos, mentira la bienaventuranza eterna, y ahora, mentira las
palabras de Jesús acerca de la restitución del hombre a la santidad
original, todo lo referente al Fiat Voluntas Tua es, ni más ni menos, que
producto de una mente exaltada,74 de una imaginación demasiado
soberbia que merece ser puesta en el olvido sin tomarla en cuenta. Si
nos unimos a la Iglesia tradicional, que acepta a Adán como un ser real,
padre de toda la familia humana, creado directamente por Dios, el cual
lo dotó con innumerables dones, tenemos que acatar el que ninguna
revelación privada puede agregar algo más a la pública, y todo es
simplemente una forma piadosa de interpretar, pero que no puede ser
aceptado como depósito de fe. ¿Tendremos que esperar a que Dios
ponga su mano y diga «basta» y Él mismo abra la inteligencia de su
Iglesia para que sea aceptado el Fiat Voluntas Tua?
Parece insoluble la cuestión, pero esto es porque vemos con ojos
humanos, no divinos. Cuando Luisa es condenada y sus libros puestos
en el índice de libros prohibidos, Jesús le dice las siguientes palabras, las
cuales deberíamos de tomar como dichas para nosotros en los tiempos
actuales, y confiar ciegamente en su palabra:
«Con su condena creen hacer morir lo que he dicho sobre mi Divina
Voluntad, en vez de esto permitiré tales flagelos, incidentes tristes, que
haré resurgir mis verdades más bellas, más majestuosas en medio de los
pueblos. Por eso, por parte mía y tuya no nos apartemos en nada,
sigamos haciendo lo que hemos hecho, aunque todos se pongan en
contra. Éste es mi modo divino de obrar, que por cuantos males hagan
las criaturas no aparto jamás mis obras, las conservo siempre con mi
potencia y virtud creadora por amor de quien me ofende, las amo
siempre, sin cesar jamás. Con no apartarnos nunca, nuestras obras son
cumplidas, quedan siempre bellas, hacen bien a todos; si nos
apartáramos, todas las cosas irían a la ruina, ningún bien se podría
cumplir. Así que también en esto te quiero junto conmigo, siempre
firme, sin apartarte jamás de dentro de mi Voluntad, y hacer lo que has
hecho hasta ahora, atenta a escucharme para ser la narradora de mi
Voluntad.
Hija mía, lo que no aprovecha hoy aprovechará mañana, lo que
ahora parece tinieblas porque encuentra mentes ciegas, mañana, para
otros que tienen ojos se cambiará en sol, y cuánto bien harán. Por eso
continuemos lo que hemos hecho, hagamos por parte nuestra lo que se
necesita, a fin de que nada falte de ayuda, de luz, de bien, de verdades
sorprendentes para que sea conocida mi Voluntad y reine. Yo me serviré
de todos los medios, de amor, de gracias, de castigos, tocaré por todos
los lados de las criaturas para hacer reinar mi Voluntad, y cuando
parezca como si el verdadero bien debiese morir, resurgirá más bello y
majestuoso»75
74
Dejarse arrebatar de una pasión, perdiendo la moderación y la calma.
75
Luisa Piccarreta Vol. 36 18/09/38
El universo, la vida y el hombre. 32

Una curiosa nota tomada del Catecismo de la Iglesia Católica en su


número 349, dice: «El séptimo día acaba la primera creación. Y el
octavo día comienza la nueva creación» ¿Cuál, sino aquella de la que
hemos estado hablando?
Así que estamos ya en posibilidad de poder decir: El hombre actual
NO es el hombre creado por Dios, por lo tanto no debemos tomarlo en
cuenta para tratar de aplicar nuestras conjeturas del cómo y del por qué
de su creación. Esta afirmación podría tomarse por una herejía, sin
embargo es una enorme realidad que nos ayudará a profundizar en esta
gran obra de Dios, su obra maestra.
Terminemos este ensayo con algunas palabras dichas por Nuestro
Señor a Luisa piccarreta acerca del «hombre»:
«Hija mía, mira qué armonía, qué orden en todas las cosas creadas,
y cómo todas salieron a vida del Fiat eterno, así que todo me costó un
Fiat. La más pequeña estrella como el refulgente y espléndido sol, la
más pequeña planta como el gran árbol, el pequeño insecto como el
animal más grande, parece que dicen entre ellos: 'Somos nobles
criaturas, nuestro origen es el Querer eterno, todos tenemos el sello del
Fiat Supremo, es verdad que somos distintos y diferentes entre nosotros,
tenemos diversidad de oficios, de calor, de luz, pero esto dice nada, uno
es nuestro valor, el Fiat de un Dios; única la vida y nuestra conservación,
el Fiat de la Majestad Eterna.' ¡Oh, cómo todo lo creado habla
elocuentemente de la potencia de mi Querer y enseña que desde la cosa
más grande hasta la más pequeña, uno es su valor, porque tienen vida
por el Querer Divino! En efecto, una estrella diría al sol, es cierto que tú
tienes mucha luz y calor, tu oficio es grande, tus bienes son inmensos, la
tierra casi depende de ti, tanto que yo hago nada en comparación con lo
que haces tú, pero tal te hizo el Fiat de un Dios, así que nuestro valor es
igual, la gloria que damos a nuestro Creador es toda semejante.”
Después ha agregado con un acento más afligido: “No fue así al
crear al hombre. Es verdad que su origen es mi Fiat, pero no me bastó,
sino que llevado por un exceso de amor le di el aliento queriendo
infundirle mi misma vida, lo doté de razón, lo hice libre y lo constituí rey
de todo lo creado, pero el hombre ingrato, ¿cómo me ha correspondido?
Entre todo lo creado sólo él se ha vuelto el dolor de mi corazón, la nota
discordante. Y además, qué decirte de mi trabajo en la santificación de
las almas, no solo un Fiat, no uno mi aliento, sino que pongo a su
disposición mi misma vida, mi amor, mi sabiduría, pero cuántos
rechazos, cuántas derrotas recibe mi amor» 76
«Hija mía, la creación del hombre fue el centro donde nuestra
Divinidad concentraba todos los bienes que debían surgir en la criatura,
poníamos en ella Vida Divina y Voluntad Divina, vida humana y voluntad
76
Luisa Piccarreta Vol 12 22/03/19
El universo, la vida y el hombre. 33

humana; la vida humana debía servirnos de habitación, y las dos


Voluntades fundidas juntas debían hacer vida en común, con sumo
acuerdo, más bien la voluntad humana debía tomar de la nuestra para
formar sus actos, y la nuestra debía estar en acto continuo de dar de lo
suyo para hacer que la voluntad humana quedase modelada y toda
uniformada en la Divina Voluntad. Ahora, no hay vida, tanto humana,
espiritual y Divina, que no tenga necesidad de alimento para crecer,
para fortalecerse, embellecerse y felicitarse. Nosotros poníamos nuestra
Vida Divina en el hombre porque era incapaz de recibir toda la plenitud
de nuestro Ser Divino, pusimos en él cuanto podía contener de nuestra
vida, dándole libertad de hacerla crecer cuanto más pudiera y quisiera,
pero nuestra vida en el hombre, para crecer, tenía necesidad de
alimento, he aquí la necesidad de poner en él una Voluntad Divina;
nuestra Vida Divina no se habría adaptado a alimentos de voluntad
humana»77
«Hija mía, mi amor me hace sentir la necesidad de hablar de la
creación del hombre, toda la Creación está llena de nuestro amor y dice,
si bien en mudo lenguaje, y si no habla lo dice con los hechos, y es la
más grande narradora de nuestro amor hacia el hombre, y cuando en
todo fue extendido nuestro amor, de modo que no debía encontrar
punto donde nuestro amor no lo cubriera y corriera hacia él, y más que
sol no lo flechara continuamente, cuando todo estuvo completo en la
Creación, creamos al hombre, pero antes de crearlo, escucha la historia
de nuestro amor hacia él: Nuestra Majestad adorable había establecido
el constituir al hombre rey de toda la Creación, darle el dominio sobre
todo y hacerlo señorear sobre todas nuestras obras, pero para decirse
verdadero rey, de hecho no de palabras, debía poseer en él todo lo que
habíamos esparcido en la Creación, así que para ser rey del cielo, del
sol, del viento, del mar y de todo, debía poseer dentro de él un cielo, un
sol, y así lo demás, de modo que la Creación debía reflejar en él, y él
debía, poseyendo las mismas cualidades, reflejar en la Creación y
dominarla. En efecto, si no tuviera un ojo lleno de luz, ¿cómo podía
gozarse la luz del sol y tomar de ella cuanto quisiera? Si no tuviera pies
y manos para recorrer la tierra y tomar lo que la tierra produce, ¿cómo
podría decirse rey de la tierra? Si no tuviera el órgano respiratorio para
respirar el aire, ¿cómo podría servirse de él? Y así de todo lo demás.
Por eso antes de crear al hombre miramos toda la Creación, y en nuestro
énfasis de amor exclamamos: 'Cómo son bellas nuestras obras, pero
entre todas haremos al hombre más bello, concentraremos todo en él,
de modo que la Creación la encontraremos fuera y dentro de él. Y
conforme lo íbamos modelando, así encerrábamos en él el cielo de la
razón, el sol de la inteligencia, la rapidez del viento en el pensamiento;
la extensión del espacio, la fuerza, el imperio en la voluntad; el
movimiento en el alma, en la cual encerrábamos el mar de la Gracia, el

77
Luisa Piccarreta Vol. 29 3/08/31
El universo, la vida y el hombre. 34

aire celestial de nuestro amor y todos los sentidos del cuerpo como la
más bella floración. ¡Oh! hombre, cómo eres bello, pero no contentos
con esto poníamos en él el gran Sol de nuestra Voluntad, y dándole el
gran don de la palabra, a fin de que fuera con los hechos y con las
palabras el elocuente narrador de su Creador; era él nuestra imagen, la
cual Nosotros nos complacíamos en enriquecerla de nuestras más bellas
cualidades. Pero no contentos de todo esto, fuimos presas de un amor
tan exuberante hacia él, que nuestra inmensidad lo envolvía por todas
partes, dondequiera y a cada instante nuestra Omnividencia lo veía en
cada cosa, y hasta en las fibras de su corazón nuestra potencia lo
sostenía, llevándolo por todas partes en nuestros brazos paternos;
nuestra vida, nuestro movimiento, palpitaba en su latido, respiraba en
su respiro, obraba en sus manos, caminaba en sus pies, y llegaba a
hacerse escabel hasta bajo sus pasos; nuestra paterna bondad para
tener al seguro a este nuestro amado hijo, lo ponía en condiciones de
que él no se podía separar de Nosotros, ni Nosotros de él. ¿Qué más
podíamos hacer y no hicimos?»78

Este es el hombre, el verdadero, el creado a imagen y semejanza de


Dios, quien ha decidido restituirlo nuevamente a su plan original, y
debido a eso ha manifestado tantas verdades acerca de su Fiat, de su
Voluntad, y cómo su Querer quiere venir a reinar en nosotros. Es gracias
también a la fidelidad de Luisa, al siempre haber estado dispuesta a la
renuncia de su voluntad humana para dar las riendas a la Voluntad
Divina, que este reino se haya establecido ya en la tierra, y que
podemos aspirar a que se trasplante a cada uno de aquellos que lo
quieran. ¿Aceptarlo, o no...???

Razones teológicas para la no existencia de vida extraterrestre.

Sólo pondremos algunos razonamientos acerca de esta teoría, y


llegaremos a la conclusión de que todo aquel que quiera creer en vida
«inteligente» a imagen y semejanza de Dios, fuera de nuestro planeta,
debe forzosamente negar abiertamente los postulados más elementales
de nuestra fe.
a.- Adán puso a su mujer el nombre de Eva, puesto que había de ser
madre de todos los vivientes.79

78
Luisa Piccarreta Vol. 33 5/08/34
79
Es muy clara la redacción: Madre de TODOS los vivientes, refiriéndose a todos los seres creados a imagen
y semejanza de Dios (pensantes, inteligentes) con una vida material y otra espiritual. Gn 3 20
El universo, la vida y el hombre. 35

b.- Dijo Dios a la serpiente: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y


entre tu linaje y el suyo; Ella 80 te aplastará la cabeza, y tú le acecharás
el calcañal»81
c.- El Catecismo de la Iglesia Católica en el número 359 dice:
«Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del
Verbo encarnado» San Pablo nos dice que dos hombres dieron origen al
género humano, a saber, Adán y Cristo.
d.- En el N° 402 dice: «Todos los hombres están implicados en el
pecado de Adán»
e.- El 416: «Por su pecado, Adán, en cuanto primer hombre, perdió
la santidad y la justicia originales que había recibido de Dios no
solamente para él, sino para todos los humanos».
f.- S. Pablo lo afirma: «Por la desobediencia de un solo hombre,
todos fueron constituidos pecadores» (Rm 5, 19): «Como por un solo
hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la
muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron» (Rm 5,
12). A la universalidad del pecado y de la muerte, el apóstol opone la
universalidad de la salvación en Cristo: «Como el delito de uno solo
atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de
justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que
da la vida» (Rm 5, 18).
Si observamos con objetividad las citas anteriores, aunado a todo lo
que se dijo acerca del hombre en los escritos de Luisa Piccarreta,
veremos cómo es prácticamente imposible la existencia de seres
extraterrestres.
La costumbre de Dios es poner en uno todo lo que quiere dar a
todos, y de este uno hacer pasar a los demás todo aquello que quiso
darles. Si existen seres fuera de nuestro planeta, y son creados a
imagen y semejanza, deben ser descendientes de Adán y Eva, y por lo
tanto, son seres que heredaron el pecado de origen y requieren
forzosamente de la Redención. No puede ser que hayan nacido antes de
que Adán y Eva pecaran, pues en la Sagrada Escritura claramente se
dice que Adán «conoció» a su mujer hasta después de haber sido
arrojados del paraíso terrenal, y Eva concibió y parió a Caín.
En caso de estar necesitados de Redención, seguramente Jesús
pagó también por ellos, pero no es suficiente, pues deben saberlo para
adherirse libremente a esta redención. También quedaría la necesidad
80
Este pasaje se refiere a la Virgen María, según se desprende de las palabras de Jesús a la serpiente, puestas
en el volumen 29 de Luisa Piccarreta el 19 de mayo de 1931: “Tú te has servido de una mujer para
arrancarme al hombre de mi Divina Voluntad, y Yo por medio de otra mujer que tendrá en su poder la
potencia de mi Fiat, abatiré tu orgullo, y con su pié inmaculado te aplastará la cabeza.
81
Pasaje muy interesante, pues aquí se hace manifiesto el origen del reino del demonio, que se contrapone al
reino de Dios, y donde Él promete al Redentor y hace anuncio de la potestad que la Virgen tendrá sobre el
demonio. Esto es causa de la venida de Jesús a llevar a cabo la Redención de todo el género humano, o sea de
todos los descendientes del ser creado a imagen y semejanza de Dios. Gn. 315
El universo, la vida y el hombre. 36

de los sacramentos: Del bautismo para ser reinjertados en Cristo, de la


penitencia para ser perdonados sus pecados personales, del sacramento
de la eucaristía para hacer crecer su Vida Divina, etc., ¿y de dónde los
tomarían? ¿Qué apóstol se fue a otra galaxia para llevarlos? O ¿será tal
vez que Dios haga leyes con excepciones, que obliguen a unos sí y a
otros no, que a unos los condene por falta de estas ayudas y a los otros
aunque nunca las hayan tenido los pueda salvar? ¡Ah, qué poca
imaginación tenemos! ¡Claro! Jesús se puede encarnar en esos otros
planetas para redimirlos. ¡Cómo no lo habíamos pensado! IMPOSIBLE.
Si esto fuera, sería tanto como decir que las obras de Jesús no son
universales, y que el principio de que Dios se agota en las obras que
realiza es una mentira, pues puede hacer varias veces la misma obra.
Varias veces se fabricará82 una madre, el Verbo tomará varias
humanidades para hacer múltiples uniones hipostáticas, múltiples
pasiones, múltiples evangelios, centenares, millares o más apóstoles,
múltiples iglesias, etc., etc., etc. Lo mismo sería si dijéramos que
aquellos seres no son hijos de Adán y fueron creados en forma
particular, entonces las preguntas serían: ¿Qué les puso a esos seres,
pues todo lo necesario para ser hombres a imagen y semejanza ya lo
había agotado en Adán? ¿Pecaron también ellos, o se mantuvieron fieles
al Señor? Si pecaron, estamos en el mismo caso anterior; si no pecaron,
entonces deberemos decir que la Redención llevada a cabo en este
planeta no fue universal, pues a estos seres no les benefició en nada, y
para ellos fue inútil; por lo tanto Dios sí hace cosas inútiles.
No existe vida similar a nosotros, con cuerpo, alma (con sus tres
potencias: voluntad, inteligencia, memoria), y espíritu, a lo que se debe
añadir Vida Divina y Voluntad Divina obrante, en el universo. Los
extraterrestres son una invención para distraernos y hacernos creer que
la vida es común en este universo, cosa que como vimos al principio, se
está demostrando científicamente que no es así.
Espero que estas reflexiones nos hagan pensar un poco acerca del
papel privilegiado que Dios nos otorgó, y nos impulsen a vivir con más
arrojo todas aquellas prerrogativas que nos fueron asignadas por
creación.
Que Dios los bendiga, y nos abra la inteligencia para poder ver con
claridad sus designios. Y tomando la petición que el rey Salomón dirigió
al Señor, uniéndonos todos juntos pidamos sabiduría para ver con
claridad dónde está la verdad y cómo debemos comportarnos:
«Yo soy aún como un niño pequeño que no sabe la manera de
conducirse... Da, pues, a tu siervo un corazón dócil para que sepa hacer
justicia, y discernir entre lo bueno y lo malo»83

82
Con toda intención pongo la palabra fabricar, pues son en serie, ninguna Inmaculada Concepción donde
Dios agota todas las gracias para hacer de su Madre la Llena de Gracia.
83
I Reyes 3
El universo, la vida y el hombre. 37

Salvador Thomassiny F.

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